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ARQUITECTO EDUARDO SACRISTE "UN ARQUITECTO EJEMPLAR" Disertacién pronunciada por el Acndémico Titular Arg. Mario Raberto Alvarez en la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires, en la sesion priblica extraordinaria del 18 de octubre de 1999 Conceptos del Académico Presidente Dr. Julio H. G. Olivera En tos antiguos colegios universitarios europeos y americanos los studios culinaban inoariablemente con un curso de Filosofia Moral, que tente por objeto, segiin los textos de la épocn, instilar en el espiritu de los j6venes los principios de rectitud que darian firme y feliz direc- cin a su conducta publica y privada. La moderna Psicologia nos enseita que un programa de esa indole no puede realizarse en tino 0 varios cursos, pera Ia formacién de la per- sonalidad étiea constituye siempre una parte inaliénable de todo verda- dero proceso de educacién. Un distinguido presidente de la Universi- dad de Harvard, ef Dr. Nathan E. Pusey, ha dicko que la misién de tn Universidad es proporcionar al mundo hombres de caricter, aptos para contribuir con sus creencias y sus acciones a renovar y fortalecer Ia ca~ lidad de vida de ta comunidad. La presente sesién publica extraordinaria de la Academia Nacio- nal de Ciencias de Buenos Aires ha sido convocada para horerar la mic- moria de wt universitario ilustre, ef Académico Emérito Arq. Eduardo Sacriste, cuya actuacién y obra represenian integratmente ese concep- to. De ellas nos kablard un arquitecta entinente, el Académico Titular ‘Mario Roberto Alvarez, a quien me complazeo en conceder cl uso de la palabra, ARQUITECTO EDUARDO SACRISTE: UN ARQUITECTO EJEMPLAR Por el Académico Titular Arg. Mario Roberto Alvarez Del Arg, Eduardo Sacriste, Académico Emérito de la Acade- mia Nacional de Ciencias, a la que se incoxpor6 et 7 de setiembre de 1988, mucho se eseribié en vida y luego de su viaje sin retor- no. En un pais en que casi siempre cuando se menciona a ale gutien, siempre existe un PERO... y algo se le imputa injustamen- le, por celos o envidia y puedo asegurar que durante mi vida de ciudadano, profesional, y compaitero en la Academia Nacional de Belias Artes designado en 1971, que nunca nadie lo hizo, ni retaceé elogio y admiracién por su persona asi como su figura de arqui- tecto ejemplar, respetuoso de la escala, de las proposiciones, preo- cupado siempre por los problema de nuestras ciudades. Vivid sin clauidiear de acuerdo con sus claros prineipios, era sencillo como sélo lo son los grande’, los que no necesitan de la buscada figuracién, hizo mucho, tal vez demasiado en todas las actividades en que se prodigé sin retaceo y desinteresadamente. Picasso dijo alguna vez que para ser condcido, para tener éxito habia que tener habilidad con el pincel y también con el tambor y la bocina. Eduardo no necesité estos tiltimos para ser reconoci- do por su talento. Su vocacién, repito, Io llev6 a ser un ciudadano del mundo, honesto y desinteresado, un lider de la arquitectura en todos los lugares en que actud, Tuvo, segtin contaba, una infancia dura y positiva y como conclusisn sostenfa "Hay que trabajar, las cosas no vienen de arriba’, Fue el 2° de 10 hermanos y durante su lar ge vida, y lo recordaba siempre, después dé sus 5 afios vio pasar 2 veces él cometa Halley, que fo hace cada 75, sar Fue un portefio, que como un grande del Renacimiento, hizo todo bien, en todas las partes donde actué, Estudié en nuestra vieja Escuela de Arquitectura, en la Man- zana de las Luces en Perit y Moreno, y en 1931 participé del pri- mer grupo de egresados que viajé a Europa. Criticaba la enseftanza de nuestra profesién porque al alum- no no se le enseria a pensar y concibié y concreté, a fines del 40 y comienzos del 50, con colegas de la talla de Vivanco, Caminos, Zalba y Le Pera una experiencia tinica en nuestro pais, que se Ila- mo Escuela de Arquitectura de Tucumin, en el cerro San Javier, un lugar excepcional. Practics con pocos alumnos tna ensefianza cuyo recuerdo hoy perdura y de donde surgieron notables arqui- tectos que han honrado, aqui y en el exterior, nuestra profesién, Su experiencia desapareci6 cuando en 1951 les hicieron Megar tar- jetas a todos los profesores, pidiendo la reeleccién de Perén; como ninguno firmé, el Instituto fue intervenido y el cuerpo de profe- sores se desbandé, Fue el suefo frustrado de profesores idealistas, que habjan creado una Escuela de Arquitectos que a pesar de su corta vida logré consenso en el mundo occidental. Resolvio en- tonces irse a Inglaterra y, como no le daban répidamente permi- so para trabajar, pens6 hacerlo en Africa de donde habia recibi- do una propuesta. Accidentalmente en Londres se encontré con Percy Marshall, un colega que tenfa en su bolsillo e! pedido de un arquitecto para Calcuta; alli se fue, estuvo un afto pasando luego a N. Delhi. La India lo sedujo por su ascetismo, su pobreza digna y el don de gentes atenta y servicial, como las del campo de nuestro interior. Repetiré muchas de sus afirmaciones y conceptos con los que siempre he coincidido porque recordarlo asi es honrarlo en stu verdadera dimensién. Sostenia Eduardo, y eso lo hizo tinico, que él era por mitades arquitecto y docente, le gustaba construir y en- seflar, para él ensefar era aleccionar con su ejemplo y trasmitia su experiencia, Fue ademas un estudioso, escritor y pintor. Sen- sible y profundo, no fue ajeno tampoco a las manifestaciones cul- turales como la historia, la escenografia, la miisica, el cine, el tea~ tro y siempre mostr6 sensibilidad y profundidad. En 1985 en una revista de Arquitectura, dedicada a 5u obra decia “Siempre me ha importado que mi trabajo fuera eficiente y adecuado a su fin. Por 528 naturaleza lo que hago es simple, tal vez poco imaginativo; creo que mi obra es discreta, no hay en ella nada de genial” Vivia con los pies en Ia tierra y la mirada en el cielo, donde encontraba la inspiracidn y la iluminaci6n, En la tierra se halla- ban, segiin él, los materiales, el clima y las necesidades a satisfa- cer. Todo arte, toda cosa de valor es sintética y el arte consiste en conseguir con un minimo lo maximo. ‘Viaj6 siempre con su cuademo y maquina fotografica, como atento observador, anotando todo, y aptendiendo de personas y obras en distintos pafses, leyé intensamente; cuando escribié que también lo hizo, nunca, hizo suyas las afirmaciones de otros, las, citaba. ‘Am6 a Tucumn donde vivié mucho tiempo, realizando toda clase de actividades, como arquitecto, como intelectual y dacen- te y, siendo un portefio nacido en 1905, amé a la India siendo casi ‘uni tucumano, asf como amé a la naturaleza y vivié preocupado por ella, combati6 por la preservaciGn de parques y la mejora de la calidad de vida en las ciuidades En 1953 nuestro hoy académico correspondiente el Arq, Catalano lo recomendé para la Universidad de Tulane, en N. Orleans donde estuvo 3 arios, luego de fos cuales renunci6. Con Ia caida de Perdn volvi6 después de 5 afios de ausencia su Tucuman querido, manifestando que lo hacfa por sentimen- talismo, alguna ver dijo que lo hizo por la enfermedad de su se- fiora madre. Afirmaba que si no hubiera vuelto a la India, con- tradiciendo las anteriores afirmaciones. En 1959 regresa a USA a ensefiar, en 1962 da charlas en el Instituto T. de Massachusets y luego en ese mismo afio en Fran- cia. En nuestro pais proyecté hospitales, escuelas, edificios co- merciales y de departamentos, pero su gran preocupacién fue la casa, sobre la que tanto estudid y escribis, Cansado de ver el desmejoramiento de nuestra ciudad, con- fesé haberse jurado "no callarse jamé: Era su lenguaje simple y conciso, con valentia nunca eludié las criticas y su integridad moral le permitié hacerlo siempre sin reproches. En 1944 por hacerlo a los planes oficiales para recons- truir la ciudad de San Juan luego del terremoto, fue unos dias a 29 la carcel, Supo hacerlo con publicaciones de colegas, como cuan- do en el Cronista Comercial que publica generalmente fotos de edificios y omite los planos, sostenta ptblicamente "no puedo opi- nar de uma obra si no veo su plano” Sostvo que las casas valen por su interior y no por su exte- riot. Critied otra vez, cuando aceptaron colocar una reja aired dor del obelisco, que pintarrajeaban todos los dias, diciendo “el obelisco es un animal manso, por qué lo enrejan, las bestias estan afuera’, Tenia razén pero, desde que yo aconsejé enrejarlo (sien- do Secretario de Obras Paiblicas de la Municipalidad el arquitee- to Fiterman) se mantiene limpio; estimo fue de las pocas veces en que disentimos. En algunas de sus conferencias criticé también nuestra in- cultura urbana, luchd contra fa venalidad de los funcionarios y las condiciones urbanisticas cle nuestro pais afectada por grandes exrores, ignorancia y avidez especulativa, caos y arbitrariedad Coincidimos también en la critica a las autopistas elevadas den- tro de las ciudades. Recordaba que en Tucumén un cliente alguna vez le dijo ‘Arquitecto sus casas me gustan por dentro pero sus frente no", Sacriste le contest, "por suerte Ud. vive dentro y no en su fren- te", Sostenia que si hubiera sido noble en su escucio hubiera puesto el lema de Spengler “lo exacto salva, lo falso martiriza’ Hablar con él era aprender, por su experiencia, su sentido de la sobriedad y la eficiencia y por su visidn integradora de to- dos los problemas grandes y chicos. Desde que se gradué en 1932, fue excepcional y diferente on todo lo que hizo. Diez afios des- pués obtuvo una beca de la Comisisn Nacional de Cultura que le permitié viajar a USA. Esctibié varios libros entre ellos "Casas y Temples", el que tuvo su origen en las clases que dicts en Harvard para alumnos de color, sobre el valor de tantas obras andnimas; en "Huellas de Edificios” realizadas en distintas épocas de la historia, dibujados en la misma escala, fue elogiado en USA; en *Charlas para Prin- cipianies", una publicacién valiosa para los que se inician, y en ‘Qué es la Casa”, sostuvo entre otras cosas que ella es la ne dad del hombre, A diferencia de Le Corbusier para quien ella era la maquina de habitar, Sacriste le agrego en su libro "que es suma de clemen- tos afectivos magicos e histéricos y Ia definid en forma diferente, como la “vivienda’, Han pasado muchos aftos desde aquella épo- ca, y estimo que en las casos particulares seré asf pero, para re- solver el pavoroso problema de la vivienda de hoy, estimo que deberdn estandarizarse en buena medida y aspectos, acercando- nos a lo que Le Corbusier proponia Decfa en su libro "Qué es fa Casa” de 1968 y tal vez de las menos conocidas de sus publicaciones, recordando a un gran ar quitecto americano Frank Lloyd Wright. que fa casa es un pro- blema dificil y de los mas queridos, que ofrece grandes e innu- merables dificultades, que debe ser producto de sintesis y de una decantacién a la que se Hlega lentamente. La casa es nuestro amparo sostenia, nuestro refugio, castillo y fortaleza. Ya Alfonso El Sabio decta que debia ser sobria - nos recordaba que la casa proviene seguramente de CASSA (Caja) porque es como ella 0 un arca, es ef secreto de la familia; nos habla de ella con emacién, de Jo que fue "La de nuestra infancia’ que refuugié nuestros suefios hasta cuando abandonamos nuestros juie- g03, voleéndonos al dificil mundo de los adultos con todos sus problemas ¢ intereses; alli en ella en parte formamos nuestro ca- icter y nos habla de sus aspectos magicos y afectivos que inci- dieton en nuestra formaci6n. La vivienda, sostenia, a nosotros nos aisla del mundo, como una caparazén que defiende nuestra inti- midad de la tensidn y la agresividad, a diferencia de la del hom- bre rural, el gaucho que mantiene o mantenia -yo le agrego siem- pre- abiertas sus puertas, sin esa necesidad de encerrarse La casa debe aportar alegrias esenciales: aire, sol, espacio abierto, vegetacién y privacidad. Agregaba que clla muestra la forma de vivir de una persona, Recordaba que la agricultura hizo al hombre sedentario y sirvi6 en sus origenes para preservar y mantener ¢! fuego cuya aparicién cambié la vida de la humanidad, Como estudioso de las casas, nos ensefié eémo se hacian en casi todo el planeta Desde el "mudhif” en el Eufrates hecho con junco como hace 4000 afios, las *serifas" de Basora en Iraq, las de Colombia y lago Titicaca, con caiias; de tierra cocida en China; de piedra en Ischia, de madera y flotantes, en Belén ¢ Iquitos. Excavadas en Matmata ‘Timez; en Trullis, Italia (de piedra), Camertin y Denderah (Egip- sat to) de tierra arcillosa; en Java también de madera. En China e Indochina sobre el agua en sampanes, casas hacia abajo en Ti nez y en China, a veces con un patio cuadrado de 15 m de lado por 6 0 7 de profundidad con las habitaciones en el contorno, y de cristal (M. Van Der Rohe en Farnsworth). Describiendo la obra maestra del ighti, nos recordaba de los esquimales su morada de hasta 4 m de diémetro, con aeceso por un tinel muy bajo de has- ta 12 m de largo al que se entra gateando y en el que viven los perros, y a ese vestibulo se entra por una puerta protegida de los vientos por un murete. El ighit es compartido por dos familias, una ala derecha y otra a la izquierda de la linea imaginaria marcada por la entrada. Se duerme y vive sobre una tarima cubierta con huesos y piedras, sobre las que colocan las pieles y cuando en el exterior hay 20° bajo cero en el interior pueden obtenerse 17°. Se construye con bloques de hielo de ~ 75 x 50 y x 20 siguien- do una espiral que se cierra a medida que se eleva. Se llega a dejar tun agujero en la ciipula el que se tapa con un bloque especial de hielo. Concluida la obra se lava con agua que al congelarse tapa fas juntas. Para iluminarla se coloca sobre la entrada un bloque de hielo cristalino, cortado al comienzo del invierno, que cuando emigran lo llevan 'Nos recordaba que entre los esquimales no existe el sentido de propiedad. EI que se muda de un iglti lo abandona, y que es con un solo material, una leccién de sintesis y del ingenio huma- no, sin prejuicios, virgen de imagenes deformadas, el esquimal realiza una casa sencilla y confortable. De la casa Lieg6 a estudiar hasta cdmo se abrian las puertas de entrada, Jos Griegos lo hacfan hacia afuera, los Romanos hacia adentro, Que en la antigua Rusia, las puertas del Palacio eran muy bajas para toner que entrar saludando al Soberano, como se vio en la pelicula de Ivan el Terrible. En uno de los cuentos de mi infancia, recuerdo que en Bertoldo, Bertoldino y Cacasseno, como uno de ellos no queria saludar entré agachado pero de espaldas, creo que no le fue bien. Recordaba, en coincidencia con mi admiracién por la casa japonesa en la que casi no hay muebles, salvo el bao y Ja cocina, no hay lugares con usos especificos, la flexibilidad domina. Se sienta y se duerme en el suelo sobre esteras, en mullidas colchas que durante el dia se guardan en armarios. Nosotros en general, agobiamos nuestros interiores atestén- dolos con muebles y ademés no nos cambiamos los zapatos al en- trar; ellos lo hacen acertadamente colocéndose limpias chinelas. He leido casi todos sus libros y articulos con los que coin- cido. He mencionado hoy mucho de lo por él escrito y de lo que han dejado constancia otros. Dos veces he leido este libro "Qué ¢e5 la Casa” el que resulta apasionante y me permito recomendar, no sélo a los colegas, sino también a todos los que opinan de la arquitectura. Entre 1945 y 1960 desempeité en la Universidad de Tucumdn los cargos de Director del Departamento de Arquitectura y Ur- banismo, Vice-Decano de la Facultad de Ingenierfa, profesor ti- tular de composici6n Arquitecténica, Teorfa e Historia de la Ar- quitectura y fue exigente Decano de la de Arquitectura de la Universidad Nacional. Se supone que por su severidad no fue reelecto como merecia. Dicté también catedras, cursos y cursillos en las Universida: des de Buenos Aires, San Juan, Rosario, Resistencia y Asuncién del Paraguay. De 1952 al 53 en el London Polytechnic, y entre este iltimo aio y 1956 en la mencionada Tulane University de Nueva Orleans, USA. En Calcuta (India), entre 1956 y 57 en el Bengal Engineering College, en Harvard y North Dakota (EE.UU.), Va- Ile de Cali (Colombia), Waseda Japén), Perti, Paraguay, Canada, ete. Fue distinguido con el Premio Bienal de la S.C.A., con el Gran Premio Fondo Nacional de las Artes y con el de la Manza~ na de las Luces Reitero que buscé siempre la verdad, nos dejé un ejemplo de hombre a imifar. Vivid sin estridencias, sembrando siempre. Vivid como pocos, rodeado de respeto, como uno de los grandes pioneros de la arquitectura contemporanea argentina. Dedicado a la arquitectura, fue un ejemplo ético y sensible. Dicen que era Didgenes el que entre muchos hombres, buscaba a un hombre, sin hallarlo, Sacriste lo era, creo que si hubieran sido contempordneos hubiera encontrado a Eduardo. Hizo en la profesién lo que recomendaba Frank Lloyd Wright "Trabajar con estilo, no para un estilo” es decir encarar la soluci6n con el espiritu de su época, con las posibilidades del mo- mento y no trabajando con la imagen del pasado, y sostenfa que ello equivalia a SER o NO SER en la arquitectura. El que hace obra de estilo vealiza una tarea facil, al copiar y componer con elemen: tos de otras épocas, y hacerlo en cambio sobre la base de nuestra capacidad e inteligencia, teniendo en cuenta el lugar y su gente, y de acuerdo con el espiritu de nuestra época es mas dificil, pero es honesticlad profesional, le agrego. Proyecté siempre de adentro para afuera, la fachada, afirma- ba, es una resultante, la casa se vive adentro, alli se desarrolla la vida, manifest6 mas de una vez. Consideraba inmoral al profe- sional que constraye una casa con un estilo del pasado. Sostenfa con raz6n que el hombre primitive era estéticamen- te libre mientras que nosoiros vivimos con el prejuicio de image- nes ya formadas. Hemos perdido la espontaneidad y la inocencia. Como ciudadano huché por la educacién, porque basados en ella y gracias a ella, podemos ser libres para organizarnos equili- brada, justa y armoniosamente, comenzando por la familia, y la escuela primaria, tinica forma de posibilitar un cambio. Sostuvo que “sus escuelas fueran alegres, amables, simples, ligadas al lugar y sus circunstancias’, al hablar de las que hizo en 1947 en el Barrio Jardin de S. Miguel de Tucuman y de la que realiz en 1944 en Suipacha (Pcia. de Bs. As.) Sostenia con razén que las obras de nuestra época, un mun- do con enormes progtesos tecnolégicos leno de habitantes, pa- recen decididamente mezquinas, cuando el Parlendn de Pericles en el Actépolis fue producto de una poblacién de no mucho mas de 50.000 ciuidadanos libres, 1o que a todos ‘nos asombra y tal vez nunca lo hemos razonado, A sus lectores les recomendaba leer el libro de Le Corbusier "Hacia una arquitectura’, donde éste afirma que el plano es el ge- neradot, que sin él hay desorden y arbitrariedad; la arquitectura es volumen y superficie, sin plano no hay grandeza de intencio- nes, expresién, ni ritmo, ni volumen. Sin plano hay sensacién de 538 insoportable negligencia, desorden, arbitrariedad. Repetia a Spen- gler "Lo exacto salva, lo falso martiriza’’ Sostenia que lo formal es capricho, moda, y por ende desti- nado a muerte lenta y, como decia Perret un arquitecto francés que conseguimos viniera a Bs. As, hace 60 aftos, Sactiste recorda- ha como él, que las buenas obras envejecen bien y que no hay que enamorarse de lo que uno hace, Le agcego, de lo primero que uno hace. Afirmaba Sacriste que nuestro hacer de arquitectos, al creat, es un privilegio y una virtud que requiere un esfuerzo mental que es doloroso y que todo lo que hacemos parte de nuestra mente. Agtegaba que la obra se concibe en fa mente y no en el tablero y debera tener unidad, confirmando a Valery, que sostenfa que hay ‘obras mudas, obras que hablan y unas pocas cantan. Anadia Eduardo, hoy existen otras que vociferan. Ser sabio es ser clasico y la unidad es la forma de toda belleza - repetia como Imothep el arquitecto egipcio-, que el arte no tiene Iimites y que ningtin ar lista posee la perfeccién, Deseaba y se preocupaba por una transformacién social-cul- tural, que no es duradera sino se realiza gtadualmente y en cier~ to sentido no es espontinea. Reitero que coincidimos no sélo en 1a Academia con muchas de sus ideas y afirmaciones, sino desde allé por 1950, sin cono- cornos. Con orgullo recuerdo que en 1989 el arquitecto Rodolfo S. Morello, en el libro “Poblacién y Vivienda”, Capitulo 11 “Planeamiento y Arquitectura”, sostenta ¢) aporte de dos arqui- tectos modernos; Eduardo Sacriste mediante su magnifica escue- lan el Barrio jardin de 8. M. de Tucuman, y el que habla por los, Centros Sanitarios, porque demostramos en la segunda mitad de Ia década del 40, la posibilidad real de coexistencia entre las di- rectivas oficiales en materia de "estilo" y las condicionantes fun- cionales y tecnolégicas del tema en areas de tan fuerte especifici- dad como las de educacién y salud y que nuestras obras de im- pecable diseno ¢ inobjetable funcionamiento constituyen, y agre- gaba que hasta hoy son, una de las mejores respuestas ante la ca- prichosa hipersensibilidad de muchos juristas de la época, que fueron incapaces de efectuar un minimo esfuerzo para lograr un balance entre el plano de la teoria y las inexcusables exigencias de la realidad. Sactiste hacia las cosas y las casas pequefias como si fueran grandes. Siempre estuvo en paz consigo mismo. Puso siempre amor en lo que hacia Estimo que vivid conociéndose y fue feliz. Reitero con respecto a su forma de actuar, que observ6 la ley de la amistad perfecta, segiin Aristételes lo mas importante en la vida; dio mucho de sf olvidandose de todo lo que dio o daba, y por ello los que recibieron, siempre lo recordaran. En el tiempo acelerado en que vivimos, tuvo tiempo para no acelerarse y pensar, y supo cuando quiso tener un salida hacia la soledad para encontrarse a sf mismo en el Norte Argentino. Repetia que la “simplicidad es ol sello de la verdad” y creia con Simone de Beauvoir que "no hay felicidad sin trabajo’ No corrié en la loca carrera de la ambicién y tuvo la pru- deneia de dar, a cada instante de su destino, cuotas de serenidad, belleza y juicio. Las almas como la de él, que han vivido en la virtud, son dichosas. Goethe sostenia que las huellas de sus pasos terrenales no deben disiparse con el tiempo y Sacriste lo repetia, sosteniendo que el hombre por medio de su obra o acciones puede superar su corta vida terrena y sobrevivir su muerte fisica. Eduardo Sacriste, un colega todo un simbolo, que fallecié a los 94 aiios no se ha ido, estuvo y estar siempre con nosotros como ejemplo prototipo de un ser excepcional inolvidable. A este verdadero Maestro de la Arquitectura Argentina. Dios quiso lle- var su alma en un dia memorable, el 9 de julio de este aito en Tucumén, fecha y lugar que tanto significan para nosotros los ar- gentinos. Se fue en el dia de la Patria, y su cuerpo, sdlo su cuer~ Po, quedé en Yerba Buena. Un recuerdo de arquitecto ejemplar ha quedado entre nosotros para siempre.

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