Professional Documents
Culture Documents
El vicio impune
34. Surez, Jos, El tesoro de fas nias, Buenos Aires, Imprenta Tipo-
grfica E. Coni, s/f.
35, Antonio Gramsci.
Pablo y Virginia y otras obras igualmente perniciosas, se
volvi antojadiza y difcil, descuid el orden domstico, en-
ga a su esposo, y termin, como era de esperar, envene-
nndose con arsnico.
Son gente rara ios lectores: alucinados, fabuladores,
impredecibles, soberbios, temerarios, fetichistas. Inclinados a
los placeres solitarios y a los parasos artificiales. Perdedores.
Es lgico: qu se puede esperar de gente que dice ha-
ber amanecido insecto en Praga y vomitado conejos en Pa-
rs; gente que asegura haber escalado la montaa mgica,
viajado al fin de la noche, pasado una temporada en el in-
fierno; gente que jura y perjura llevar en su lengua el sabor
de la guayaba, en sus narices el olor de las almendras amar-
gas, en sus odos el canto del obsceno pjaro de la noche, y
en sus ojos la visin del espantoso redentor Lzarus Morell,
incomparable canalla...
Qu se p u e d e esperar de esta gente, que usa los libros
c o m o e s c a p e , c o m o refugio, c o m o e s c u d o c o n t r a la
desesperanza y la muerte.
Personas as ya no son confiables. Estn fuera de control.
Han perdido el discernimiento y no distinguen la reali-
dad de la fantasa.
Y la fantasa -y los libritos de pura diversin que no
dejan ninguna e n s e a n z a - es un lujo inapropiado para los
chicos de nuestras escuelas. Estoy hablando de los chicos
pobres, claro, que son los ms. Chicos pobres, maestros po-
bres, escuelas pobres. Pero bueno, as son las cosas, y pobres
habr siempre...