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PROYECTO DE RESTAURACIÓN Y PUESTA EN VALOR DEL

TEMPLO SANTA ANA, SANTA ANA DEL NORTE


MUNICIPIO GÓMEZ, ESTADO NUEVA ESPARTA
SEGUNDA ETAPA

ARQUEOLOGÍA DE RESCATE E INVESTIGACIÓN OSTEOARQUEOLÓGICA


EN EL TEMPLO SANTA ANA

INFORME FINAL

Coordinador Arqueológico:
Ant. Eduardo Herrera Malatesta, M.Sc.

Asesor Osteoarqueológico:
Ant. Claudia Tommasino, M.A.

Texto:
Ant. Eduardo Herrera Malatesta, M.Sc.
Ant. Claudia Tommasino, M.A.

Asistentes de investigación:
Ant. Karina Sánchez
Ant. Nicolás González
Br. Guido Ruiz
Br. Marian Silva

Caracas, noviembre de 2009


Arqueología de Rescate e Investigación Osteoarqueológica en el Templo Santa Ana. Herrera Malatesta y Tommasino, 2009 2
Informe Final

A todos los que vivieron, viven y han dejado parte

de su corazón en la Villa del Norte…


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Informe Final

Recordar el pasado es como retroceder en el tiempo y sentarse a orillas

del gran río de la Historia para valorar lo grande y lo pequeño,

la vida y la muerte que ha dejado a su paso

la naturaleza y el hombre.

Andrés Márquez Gómez, Árboles, Pájaros y Niños, 2004:9


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Informe Final

AGRADECIMIENTOS

Quisiéramos agradecer en primer lugar a la Gobernación del Estado Nueva Esparta,

por habernos permitido realizar nuestro trabajo en condiciones óptimas. Igualmente

agradecemos a la Alcaldía del Municipio Gómez su generosa atención durante nuestra estadía.

A la directora del proyecto Arq. Thamaira Caraballo por haber confiado en nuestro

trabajo y permitirnos interactuar en un contexto laboral agradable. A la Arq. Ileana Vázquez,

al Ing. Carlos Rodríguez y al Ing. Bolívar por ayudarnos y estar siempre dispuestos a discutir

impresiones en un ambiente productivo y estimulante.

A la Ant. Lilia Vierma del Instituto de Patrimonio Cultural por estar atenta al

desarrollo del trabajo y siempre dispuesta a colaborar con sus opiniones y experiencias y así

hacer de nuestra labor un trabajo más enriquecedor.

Al personal de TRX Consulting C.A. por ayudarnos a entender mejor los resultados del

estudio de geodetección.

Al equipo de arqueología, Br. Guido Ruiz, Br. Marian Silva, Ant. Karina Sánchez y

Ant. Nicolás González por haber representado un excelente equipo de trabajo y colaborado

con su experiencia y profesionalismo.

A Monseñor Carlos Alzate y al sacristán Ángel Moya quienes en todo momento nos

recibieron con alegría y colaboración.

Al Prof. Santiago Amparán, con quien mantuvimos interesantes conversaciones sobre

la historia del Templo y el pueblo.

Al Sr. Jesús Tovar “Chuito” por ayudarnos en todo momento de manera desinteresada

y amable. Al Sr. Jesús Tovar “Chuchín”, quien siempre estaba “ahí” para llevarnos de un lado
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Informe Final

a otro, con amabilidad y responsabilidad. A la Maestra Lourdes de Romero quien nos ayudó y

enseñó sobre el Templo y su experiencia de vida en el pueblo.

Al Sr. Gilberto Villarroel, quien nos ayudó durante los trabajos de campo y laboratorio

y representó un trabajador extraordinario. Igualmente agradecemos a su familia, Sra. Amparo

Anuel de Gutiérrez, Sr. Ismael José Gutiérrez y Sra. Carmen Carolina del Valle Gutiérrez de

Villarroel, quienes en todo momento nos trataron con cariño y nos hicieron sentir como en

casa. Igualmente, gracias a la familia Gutiérrez, a través de quienes pudimos alquilar “nuestra

casa”. Al Sr. Jahir Escobar, quien también trabajó con nosotros en el campo y fue un apoyo

excelente.

Al Lic. Jesús Romero con quien mantuvimos interesantes conversaciones sobre el

Templo, agradecemos su tiempo y paciencia.

A la Arq. Marina Urbaneja de la Gobernación de Nueva Esparta, al Ing. Pedro

Figueroa ingeniero en Obra de la Empresa Yaroy C.A., a los Ing. Yadira y Roy Koselnik de la

empresa Yaroy C.A., por todo su apoyo y colaboración con nuestro trabajo.

Al personal de la Biblioteca “Justa Mata de Gamboa”, por toda su colaboración.

A todos los miembros de la comunidad de Santa Ana del Norte que directa o

indirectamente ayudaron a nuestro trabajo y compartieron durante nuestra estadía en el pueblo.

A Santa Ana, patrona y cariñosa protectora de nuestro trabajo y nuestros corazones…


Arqueología de Rescate e Investigación Osteoarqueológica en el Templo Santa Ana. Herrera Malatesta y Tommasino, 2009 6
Informe Final

INDICE

Pág.
Agradecimientos 4

Listas de Anexos 7

I. Introducción 11

II. Santa Ana del Norte y su Iglesia: Aspectos Generales 13

III. Antecedentes de las Intervenciones y Restauraciones en el Templo Santa Ana 15

IV. Objetivos del Trabajo Arqueológico 21

V. Materiales de Trabajo 23

VI. Metodología del Trabajo Arqueológico 25

VII. Excavaciones Arqueológicas 43

VIII. Análisis del Material Óseo 52

IX. Estudio de Geodetección y Arqueología 75

X. Relaciones entre las Líneas de Evidencia 77

XI. Conclusiones 81

Bibliografía 83

Anexos 87
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LISTA DE ANEXOS

Pág.
Lista de Anexos 87
#1 Investigación Documental 88
#2 Informe Final entregado por la empresa TRX Consulting C.A. 105
#3 Carta del IPC con la asignación de códigos 106
Cambio y Asignación de Códigos proporcionados por el Instituto de
#4
Patrimonio Cultural (IPC) 110
#5 Trascripción de la Libreta de Campo Arqueológico 120
#6 Fichas de enterramientos adultos/subadultos 121
#7 Fichas de inventario de enterramientos adultos/sub-adultos 122
#8 Fichas de inventario de restos desarticulados 123
#9 Fichas de Material Arqueológico 132
Inventario General de Materiales Arqueológicos No Incluidos en Análisis
#10
Osteoarqueológico 133
#11 Elementos Generales de la Reunión con Técnicos de TRX Consulting 135
#12 Notas sobre del Hallazgo de Policarpo Mata Romero 136

Lista de Mapas 139


#1 Proyección Espacial del Pueblo Santa Ana del Norte y su Templo 140

Lista de Planos 141


#1 Plano del Templo con los micro-pilotes 142
#2 Levantamiento Planimétrico de las excavaciones precedentes (2007 y 2008) 143
#3 Levantamiento Planimétrico de las excavaciones 2009 144

Lista de Láminas 145


#1 Imagen ilustrativa de cómo fueron los horcones del Templo Santa Ana 146
#2 Arcada de mampostería del Templo Santa Ana 147
#3 Pozos de Sondeo 148
#4 Perfil de pozo de sondeo en papel milimetrado 148
#5 Pozo Extendido #I 149
#6 Pozo Extendido #II 149
#7 Pozo Extendido #III 150
#8 Pozo Extendido #IV 150
#9 Pozo Extendido #V 151
#10 Área de afectación de los micro-pilotes 152
#11 Ejemplos de material óseo no extraído de los pozos (1) 153
#12 Ejemplos de material óseo no extraído de los pozos (2) 153
#13 Antigua Fosa Funeraria 154
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#14 Fragmento de Base de Urna de Madera 154


#15 Apuntalamientos en las columnas 155
#16 Grietas en los Arcos de las columnas 155
#17 Calicata #1 156
#18 Calicata #2 156
#19 Calicata #3 157
#20 Calicata #4 157
#21 Calicata #5 158
#22 Calicata #6 158
#23 Excavación Horizontal Escalonada de Calicatas 159
#24 Proceso de limpieza de los restos óseos e instrumentos empleados 159
#25 Material Identificable de la colección osteológica 160
#26 Material No Identificable de la colección osteológica 160
#27 Proceso de identificación de los restos óseos 161
#28 Proceso de almacenaje de los restos óseos humanos 161
#29 Material de recolección no controlada (excavación 2008) 162
#30 Material de osarios 162
#31 Ejemplo de materiales recuperados en las excavaciones 163
#32 Proceso de restauración de Osarios 163
#33 Proceso de marcado de los Osarios 164
#34 Proceso de Impermeabilización de la Fosa de los Osarios 164
#35 Manto geotextil entre los osarios y la tapa de láminas de concreto 165
#36 Proceso de colocación de restos óseos en los Osarios 165
#37 Proceso de reenterramiento de los Osarios 166
#38 Perfil Estratigráfico: Pared Norte del Pozo de Sondeo #3 167
#39 Perfil Estratigráfico: Pared Norte del Pozo de Sondeo #2 167
#40 Perfil Estratigráfico: Pared Norte del Pozo de Sondeo #8 168
#41 Fragmentos de Objetos indicadores de Cronología (1) 168
#42 Fragmentos de Objetos indicadores de Cronología (2) 169
#43 Fragmentos de Objetos indicadores de Cronología (3) 169
#44 Pozo de Sondeo #26 170
#45 Perfil Estratigráfico de Pozo de Sondeo #26 170
#46 Perfil Estratigráfico Pared Norte del Pozo #I 171
#47 Perfil Estratigráfico Pared Norte del Pozo #II 171
#48 Perfil Estratigráfico, Pared Sur del Pozo #III 172
#49 Levantamiento Planimétrico del Pozo #III 172
#50 Levantamiento Planimétrico del Pozo #IV 173
#51 Perfil Estratigráfico, Pared Norte del Pozo #IV 173
#52 Perfil Estratigráfico, Pared Oeste del Pozo #V 174
#53 Nicho Tapiado, al lado del Altar del Sagrado Corazón 174
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Informe Final

#54 Escudo de Venezuela en el techo del nicho tapiado 175


Foto del contexto 1 del pozo #II (IPC-A-002-NE), mostrando la acumulación
#55
de huesos 175
Fotos ilustrativas de restos óseo de individuos sub-adultos del pozo IPC-A-
#56
003-NE 176
Fotos de osteofitos en epífisis proximal del cúbito del pozo #III (IPC-A-003-
#57
NE) 177
Foto de líneas incisas en la superficie bucal de un diente del pozo IPC-A-021-
#58
NE 177
Foto de individuo en muy buen estado de preservación de osarios con
#59
identificación (IPC-A-054-NE) 178
Fotos de algunos individuos sub-adultos de los osarios con identificación
#60
IPC-A-024-NE (A); IPC-A-058-NE (B); IPC-A-066-NE (C) 179
Fotos de algunos individuos con patologías de osarios con identificación
#61 IPC-A-029-NE (A); IPC-A-050-NE (B); IPC-A-038-NE (C); IPC-A-042-NE
180
(D); IPC-A-062-NE (E)
Ejemplificación de determinación de NMI. Se señalan los dos húmeros
#62 izquierdos presentes en el osario sin identificación IPC-A-080-NE que
permitieron determinar el NMI en 2 181
Lamina #63. Fotos de algunos individuos sub-adultos (A-C) y un adulto
#63 medio (D) de osarios sin identificación, IPC-A-091-NE (A); IPC-A-071-NE
(B y C); IPC-A-100-NE (D) 182
Foto de evidencias de pérdida de dientes pre-mortem de osario sin nombre
#64
IPC-A-077-NE 183
Fotos de rasgos epigenéticos de individuos en osarios sin identificación
#65
IPC-A-099-NE (A) y IPC-A-082-NE (B) 183
Fotos de algunos individuos sub-adultos (A-C) y un adulto medio (D) de
#66 osarios sin identificación, IPC-A-091-NE (24); IPC-A-071-NE (25 y 26);
IPC-A-100-NE (27) 184
#67 Condición de los huesos dentro de los osarios al momento de ser extraídos 185
Fotos que ejemplifican la diversidad de la preservación de los restos óseos
#68 contenidos en los osarios, IPC-A-114-NE (A); IPC-A-111-NE (B) ; IPC-A-
074-NE (C) 186
Fotos de algunos objetos asociados a individuos de osarios
#69
IPC-A-024-NE (A); IPC-A-039-NE (B) 187

Lista de Tablas 188


Información Osteoarqueológica de Osarios con Nombre del Templo Santa
#1 189
Ana
#2 Mediciones craneales y post-craneales de individuos de osarios con
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Informe Final

identificación del Templo Santa Ana 193


Cálculo de la estatura estimada para individuos de osarios con identificación
#3
del Templo Santa Ana 194
Información Osteoarqueológica de Osarios sin identificación del Templo
#4
Santa Ana 196
Mediciones craneales y post-craneales de individuos de osarios sin
#5
identificación del Templo Santa Ana 199
Cálculo de la estatura estimada para individuos de osarios sin identificación
#6
del Templo Santa Ana 200
Arqueología de Rescate e Investigación Osteoarqueológica en el Templo Santa Ana. Herrera Malatesta y Tommasino, 2009 11
Informe Final

I. INTRODUCCIÓN

El presente informe constituye la evaluación final del trabajo arqueológico realizado en

el Templo Santa Ana, de la Villa de Santa Ana del Norte (mapa #1), e incluido dentro del

proyecto Restauración y Puesta en Valor del Templo Santa Ana del Norte, II Etapa, Santa

Ana del Norte, Municipio Gómez, Edo. Nueva Esparta, dirigido por la Arq. Thamaira del

Valle Caraballo de Caldera.

Se abordará en el texto los objetivos y metodologías utilizadas durante el trabajo de

campo y laboratorio, los antecedentes de la investigación, la descripción y análisis de los

materiales excavados, y por último, un cruce de las diversas líneas de evidencia trabajadas con

el objetivo de reconstruir el patrón de enterramientos del Templo y generar una propuesta para

su conservación arqueológica.

La investigación arqueológica realizada durante los meses de junio y agosto de 2009,

incluyó actividades de prospección, excavación y procesamiento de materiales arqueológicos.

También se realizaron entrevistas a miembros de la comunidad, revisión de documentos de

defunción en el Archivo de la Iglesia de La Asunción (anexo #1) y revisión de documentos

publicados sobre el Templo y el pueblo en la Biblioteca “Justa Mata de Gamboa” ubicada en

Santa Ana del Norte.

La mayor parte de los materiales arqueológicos excavados y recolectados son restos

óseos humanos, por lo cual en el trabajo y en este informe, se les dio una atención detallada y

extensa. Para esto se generaron fichas de registro en Campo y Laboratorio, que permitieron la

realización de los análisis osteoarqueológicos (ver CD anexo). El resto de los materiales

fueron únicamente descritos y considerados de forma contextual debido a su reducida cantidad

y calidad para un análisis profundo.


Arqueología de Rescate e Investigación Osteoarqueológica en el Templo Santa Ana. Herrera Malatesta y Tommasino, 2009 12
Informe Final

Por último, se considera que la conservación de los materiales arqueológicos se realiza

de varias maneras: la primera, es la excavación y tratamiento de los materiales de manera

sistemática, como fue realizado en campo y se explica en la metodología de este trabajo; en

segundo lugar, a partir del análisis descriptivo e interpretativo, como se explica en los análisis

de este informe; en tercer lugar con la adecuada ubicación de los materiales, en este caso a) re-

enterrando a los individuos dentro del Templo y b) ubicando los materiales en un Museo,

como se describe en la metodología. Por último, a través de la valorización dentro de la

comunidad, trabajo que se hizo durante las entrevistas, al convivir y compartir con los

miembros de la comunidad, y publicar artículos de difusión sobre el trabajo realizado (Herrera

Malatesta 2009). Todo esto colabora en el cuidado de los bienes arqueológicos e históricos

nacionales, sin embargo es importante mantener el trabajo con las comunidades de manera que

el respeto por el pasado y la Historia sea común para todos los habitantes del país.
Arqueología de Rescate e Investigación Osteoarqueológica en el Templo Santa Ana. Herrera Malatesta y Tommasino, 2009 13
Informe Final

II. SANTA ANA DEL NORTE Y SU IGLESIA: ASPECTOS GENERALES

Aunque no se sabe con certeza en qué fecha fue fundado el actual pueblo de Santa Ana

del Norte; se cree que fue alrededor de 1530, cuando Diego Vásquez de Coronado fundó el

hato llamado “Pueblo del Norte” (González Casas y Marín 2008: 6). Aunque, otras fuentes

comentan que este poblado se originó a partir de los descendientes de Marcelo Villalobos,

cuando se creó el poblado conocido como “Valle del Norte de la Margarita”, igualmente

alrededor de 1530 (Salazar 2007: 11).

Según los historiadores que han buscado los orígenes de Santa Ana del Norte, se cree

que el poblado se originó como un pueblo de indios o de doctrina, más que como un

asentamiento formal de hispanos (González Casas y Marín 2008: 7). En 1567 se reportó la

existencia de tres pueblos de doctrina: El Valle del Espíritu Santo, San José de Paraguachí y,

posiblemente, el poblado de El Norte (Márquez Gómez 2004). Esta referencia a los tres

pueblos de doctrina se mantiene en 1617, por una carta escrita por Fray Pedro Solier, Obispo

de Puerto Rico, en una visita pastoral que realizó a Margarita (Márquez Gómez 2004: 71). A

raíz de la visita de Fray Solier, se recomienda a la Corona Española la construcción de una

iglesia en honor a la Señora de Guadalupe (Narváez Alfonzo 1989: 7; Salazar 1992: 22).

También hay reiterada referencia acerca de que este primer poblado y su iglesia no

coinciden geográficamente con el actual, por lo que se sospecha que hubo un desplazamiento

poblacional hacia el sur y allí se continuó el poblado llamado El Norte. De hecho, es para el

año de 1651 que existe la primera referencia escrita del nombre Santa Ana, cuando el obispo

de Puerto Rico realizó una visita pastoral a Margarita y comentó que: “Esta isla tiene vecinos

en toda ella 475, repartidos en la principal ciudad y otros cuatro lugarcillos: Nuestra Señora

del Valle, San Joseph (Paraguachí), Santa Ana (El Norte), y una población de Guaiqueries, sin

cura (puerto de la mar)” (Quijada de González 2007: 13, en González Casas y Marín 2008: 9).
Arqueología de Rescate e Investigación Osteoarqueológica en el Templo Santa Ana. Herrera Malatesta y Tommasino, 2009 14
Informe Final

En el año de 1749, dado el continuo crecimiento de la población del Norte, el

gobernador para ese momento José Longart y Cobián escribe un informe al Rey informando

que se habían comenzado los trabajos para la construcción de una nueva iglesia (Páez 1982:

16). En el año de 1769, el párroco Manuel José Sotillo Verde informó al Rey que se había

culminado la obra, y que medía 46 varas de largo por 16 de ancho, con una torre de 17 varas

de alto hecha de bahareque y mampostería (Páez 1982: 16; Salazar 2007: 8).

El poblado del Norte, creció enormemente a través del tiempo, tanto así que para el año

de 1810 Santa Ana era el poblado más importante del Norte de la isla. La junta de patriotas

formada el 4 de mayo de 1810 “gestionó ante el Congreso de la República el titulo de Villa

para el pueblo de Santa Ana del Norte, el cual fue concedido el 3 de agosto de 1811”

(Márquez Gómez 2004: 76).

La Villa de Santa Ana del Norte presenció grandes momentos de la Historia Nacional

como, por ejemplo, el 6 de mayo de 1816 cuando el Libertador Simón Bolívar fue reconocido

como “Jefe Supremo de la República y de sus Ejércitos”, y así nació la Tercera República en

nuestro país (Anónimo 1980; Salazar Franco 1991; Natera Wanderlinder 1996; Márquez

Gómez 2004), este memorable evento histórico ocurrió en el Templo Santa Ana de la Villa de

Santa Ana del Norte.

Actualmente, Santa Ana del Norte es la capital del Municipio Gómez, está ubicada al

Sureste de Juan Griego, en un valle alargado y delimitado por el Cerro El Mico (Quijada de

González 1994); y su iglesia fue decretada Monumento Histórico de la Nación el 5 de febrero

de 1957, por Gaceta Oficial N° 25.301 de fecha 8 de marzo (Quijada de González 1994: 29;

Márquez Gómez 2004: 28; González Casas y Marín 2008: 76).


Arqueología de Rescate e Investigación Osteoarqueológica en el Templo Santa Ana. Herrera Malatesta y Tommasino, 2009 15
Informe Final

III. ANTECEDENTES DE LAS INTERVENCIONES Y RESTAURACIONES EN EL TEMPLO

SANTA ANA

Un elemento que ha sido fundamental tanto para la organización del trabajo de campo

como para la interpretación de las evidencias fue considerar las intervenciones y

restauraciones que han sido realizadas en el Templo. Muchas de las intervenciones que se han

hecho en el Templo han afectado el sub-suelo del mismo, y por ende la estratigrafía

arqueológica. En este capítulo de describirán y discutirán aquellas intervenciones que

afectaron o pudieron afectar el sub-suelo y los muros del Templo con el objetivo de poder

relacionar estas informaciones con los hallazgos realizados en el Templo y así poder

reconstruir los posibles patrones de enterramientos, y entender la distribución de las

evidencias excavadas.

El Templo Santa Ana se construyó entre los años 1751 y 1758 (González Casas y

Marín 2008), aunque se comenzó a planificar su construcción en el año 1748 (Páez 1982;

Márquez Gómez 2004, 2005).

La primera intervención importante que está registrada fue a mediados del siglo XIX,

específicamente entre los años de 1839 y 1855, cuando el presbítero Francisco de la

Concepción Romero mandó a construir un cuarto al pie de la torre-espadaña, junto a las

escaleras que se dirigen al campanario. Este cuarto fue conocido como el “Cuarto de los

Muertos”, debido a la necesidad de poseer un espacio para poder velar a los muertos de otras

poblaciones que no poseían cementerios como Pedrogonzalez, Tacarigua, Altagracia y otras

poblaciones menores. Luego de realizar las liturgias el sacerdote llevaba a los muertos al

cementerio que estaba localizado detrás del Templo, y posteriormente al cementerio actual de

Santa Ana (Márquez Gómez 2004). Se cree que la construcción de este cuarto se realizó por la
Arqueología de Rescate e Investigación Osteoarqueológica en el Templo Santa Ana. Herrera Malatesta y Tommasino, 2009 16
Informe Final

cantidad de muertos debido a las pestes que azotaban la región con frecuencia, y a una

epidemia de cólera que azotó la isla alrededor del año de 1853 (Salazar 2007: 59).

La segunda intervención importante se realizó entre los años de 1860 y 1866 (González

Casas y Marín 2008: 30). En esa oportunidad, se pintó el interior del presbiterio (1860) y en

1866 se construyó el Coro Alto (Márquez Gómez 2004). Sin embargo, como comentan

González Casas y Marín (2008) no se sabe si este cambio de pintura constituyó la inclusión de

elementos ornamentales o si sólo fue cobertura total.

La tercera intervención, y que significó una afectación importante del sub-suelo del

Templo se realizó entre 1911 y 1912, cuando se cambiaron los muros laterales de bahareque

por unos de mampostería (Salazar 2007, Márquez Gómez 2004). Es posible que, como

comenta Márquez Gómez (2004: 26) en ese momento se haya realizado también una

restauración de las columnas de madera que sostenían el techo del Templo, sin embargo no se

tiene referencia clara de esto.

En el año de 1930 se realiza una cuarta intervención considerable en el Templo, al

sustituir las columnas, el piso interno de la iglesia y renovar el techo. Este cambio se realizó

con motivo de la conmemoración del primer centenario de la muerte del Libertador. En primer

lugar, se cambiaron las columnas de madera (lámina #1) de la nave central del Templo por

unos de mampostería con sus arcos respectivos (lámina #2), esta nuevo agregado de pilares

subdividió más aún el espacio interior del Templo en tres naves diferenciadas. En segundo

lugar, se sustituyó el antiguo piso de ladrillos rojos por uno de concreto. Márquez Gómez

(2004: 27) señaló que al realizar este cambio en el piso del Templo se removieron y

destruyeron una serie de lozas dispuestas en el suelo1 que identificaban el conjunto de

1
Aunque Márquez Gómez no especifica en que zona del suelo del Templo se ubicaban estas lozas (lapidas). Se
puede deducir que se refiere a la zona frente a la puerta principal del Templo, y al suelo de la nave central.
Arqueología de Rescate e Investigación Osteoarqueológica en el Templo Santa Ana. Herrera Malatesta y Tommasino, 2009 17
Informe Final

sepulturas en el interior del Templo; igualmente este autor señala que “actualmente es

imposible identificar el lugar exacto donde se encuentran estos restos (Márquez Gómez 2004:

27).

Es importante señalar que también al momento de cavar las fosas para los cimientos de

los nuevos pilares, se encontraron y destruyeron gran cantidad de enterramientos ubicados en

el pasillo central del Templo, como describe Márquez Gómez (2004:29),

“el piso de la iglesia fue completamente cavado por la costumbre de enterrar a los muertos en

su recinto. Yo era un niño y recuerdo cómo en 1930, al cavar los huecos para las bases de las

columnas, tuvieron que hacerlos anchos y profundos porque la tierra estaba completamente

removida y llena de huesos humanos”.

Es interesante destacar que además de conocer a través de esta cita que en 1930 fueron

removidos y destruidos grandes cantidades de enterramientos, también se conoce que éstos se

encontraron de manera directa, y no en urnas funerarias.

Entre los años de 1946 y 1951 se volvió a realizar intervenciones en los techos y pisos

del Templo. En esta oportunidad en 1946 se cambió la estructura de varas y guatacare de los

techos por uno de alfardas y tablas (González Casas y Marín 2008: 34). Posteriormente, en

1951 se cambió el piso de concreto por uno de granito (Márquez Gómez 2004: 27). Sin

embargo, Márquez Gómez no comenta nada acerca de la afectación de este nuevo cambio de

piso sobre los enterramientos. Por otra parte, alrededor de 1954 (González Casas y Marín

2008: 35), se construyó una nueva sacristía adosada al muro testero del Templo, es decir en el

muro Este del Templo.

En el año de 1962 se realizó la primera restauración oficial en el Templo dirigida por

arquitectos. Márquez Gómez (2004: 28) señala que para ese momento se comenzaban a ver

nuevamente grietas en el piso de granito, el frontis y en el arco toral del Templo; el techo se
Arqueología de Rescate e Investigación Osteoarqueológica en el Templo Santa Ana. Herrera Malatesta y Tommasino, 2009 18
Informe Final

había hundido y se desprendieron numerosas alfardas. Para ese momento Márquez Gómez era

párroco de Santa Ana, y personalmente gestionó a través de los entes pertinentes, que se

realizaran las restauraciones necesarias, para lo cual se designó al arquitecto Graziano

Gasparini (González Casas y Marín 2008: 36).

La intensión de esta restauración fue dejar al Templo tal cual lo vio el Libertador el 6

de mayo de 1816, aunque se mantuvieron algunos elementos “nuevos” como los muros

laterales de mampostería, las columnas de bloque y los arcos, se eliminaron varios elementos

como “el cuarto de los muertos, las capillas de Santa Teresita y El Calvario, el piso de granito

y los capiteles dóricos. Se puso un piso de ladrillos semejante al que tenía en la Colonia, se

doraron al fuego los nichos del presbiterio y toda la obra de madera fue de puro estilo Colonial

(Márquez Gómez 2004: 28). Márquez Gómez (2004: 106) señala que durante la

reconstrucción de los pisos se vieron afectadas las lápidas existentes en el suelo del

presbiterio, sin embargo los enterramientos debajo de ellas no sufrieron daños aparentes. Las

lapidas fueron cambiadas.

Entre 1981-1982 se realizó la segunda restauración formal del Templo, esta vez a cargo

del arquitecto Andrés Norgaard (González Casas y Marín 2008: 39). Un elemento interesante

de esta restauración es que, según Norgaard, “las lápidas que estaban en el suelo estaban

desniveladas, hundidas y quebradas, ya que los precintos de madera de las tumbas situadas en

el interior habían colapsado” (González Casas y Marín 2008: 39). En esta restauración se

realizaron varios arreglos al Templo, uno de ellos fue la demolición de la placa de concreto del

suelo construida en 1962. González Casas y Marín (2008), comentan que, en una entrevista

realizada al arquitecto Norgaard, durante este trabajo se tocó lo menos posible las tumbas, y

además se les colocaron marcos de acero y losetas de concreto. Es importante destacar que del

texto de González Casas y Marín no es posible deslindar exactamente a qué tumbas se hace
Arqueología de Rescate e Investigación Osteoarqueológica en el Templo Santa Ana. Herrera Malatesta y Tommasino, 2009 19
Informe Final

referencia, sin embargo se considera que están hablando de las tumbas ubicadas en el altar

mayor.

En el año 2004, se vuelven a iniciar trabajos de restauración en el Templo, en esta

oportunidad a cargo del arquitecto Paolo D‟Onghia. Estas obras se iniciaron para restaurar el

maderamen del techo del Templo que había sido afectado por el “sismo de Cariaco” en 1996,

así como por el continuo azote del comején y de la humedad (González Casas y Marín 2008:

42). Este proyecto, planteó la construcción de columnas-contrafuertes para evitar el colapso

del inmueble histórico, para esto se realizaron pozos en las secciones externas del Templo.

Según las entrevistas realizadas en el proyecto de Arqueología de Rescate e Investigación

Osteoarqueológica, fue posible conocer que durante la apertura de estos pozos se encontraron

enterramientos humanos directos, los cuales fueron extraídos por los obreros.

Aunque en el año 2004 se contrató por primera vez a un arqueólogo para trabajar en la

obra. En el informe presentado por el Ant. Luís Guillermo Román (2004), se destaca la

presencia de enterramientos humanos en el área norte del Templo, y la recuperación de

diversas evidencias culturales.

En el año 2007, se contrató a un arqueólogo para que realizara excavaciones en las

zonas de los pozos para los contrafuertes, donde los obreros habían encontrado enterramientos

directos. Según el informe de Izaguirre Serfaty (2007) se extrajo al menos tres enterramientos

directos del área Sur y, luego de una descripción somera fueron reenterrados de manera no

sistemática en una jardinera del área Sur del Templo. Posteriormente estos enterramientos

fueron re-excavados por Román (2008) y analizados propiamente en el presente proyecto.

Luego de estas intervenciones el Instituto de Patrimonio Cultural decide parar las obras de
Arqueología de Rescate e Investigación Osteoarqueológica en el Templo Santa Ana. Herrera Malatesta y Tommasino, 2009 20
Informe Final

restauración pues se consideró que se estaban realizando con procedimientos no aprobados por

el Instituto2.

Posteriormente, en el mismo año 2007, se reinician los trabajos de restauración del

Templo a cargo de la arquitecta Thamaira Caraballo. Para este proyecto se contrató un equipo

interdisciplinario donde en su primera etapa se contrató al arqueólogo Luís Guillermo Román,

quien continuó con las excavaciones iniciadas en el 2004. Para la segunda etapa se contrata al

arqueólogo Eduardo Herrera Malatesta, quien en conjunto con la arqueólogo Claudia

Tommasino formulan el proyecto de Arqueología de Rescate e Investigación

Osteoarqueológica en el Templo Santa Ana.

Ahora bien, todas las intervenciones y restauraciones realizadas en el Templo desde el

siglo XIX contribuyeron tanto en lo que es el Templo hoy en día por encima del suelo como

en lo que es el Templo en el sub-suelo. En las conclusiones de este informe se realizará el

cruce de evidencias que permitió reconstruir el patrón de enterramientos del Templo, así como

entender la estratigrafía del mismo.

2
Para conocer al detalle los problemas y situaciones generadas en este proyecto de restauración sugerimos al
lector revisar el texto de González Casas y Marín 2008: 42-44
Arqueología de Rescate e Investigación Osteoarqueológica en el Templo Santa Ana. Herrera Malatesta y Tommasino, 2009 21
Informe Final

IV. OBJETIVOS DEL TRABAJO ARQUEOLÓGICO

Una de las soluciones planteadas por el equipo de ingenieros para consolidar el Templo

es la realización de inyecciones armadas mediante la colocación de una serie de micro-pilotes

en el sub-suelo cercano a los muros del Templo para así lograr mejorar las condiciones del

suelo, fortalecer tanto la base como los muros (plano #1), y lograr evitar que el Templo

colapse por el fondo arcilloso sobre el que reposa. Antes de comenzar las excavaciones

arqueológicas se decidió contratar, por sugerencia de la Ant. Lilia Vierma Jefa de la Unidad de

Asistencia Técnica, Monitoreo y Control del Instituto de Patrimonio Cultural, una empresa

que se encargara de ejecutar un estudio de geodetección para así minimizar el área de impacto

de las prospecciones arqueológicas. Por medio de la empresa contratista que realiza los

trabajos (Yaroy C.A.), se contrató a la empresa TRX Consulting, la cual realizó estudios con

georadar en el área a ser afectada por las inyecciones armadas y se entregó un informe con los

resultados de sus exploraciones (TRX 2009, anexo #2). En vista de que las inyecciones

armadas van a generar una afectación a los bienes culturales muebles ubicados en el sub-suelo

del Templo, fue necesaria la intervención del equipo de arqueólogos. El trabajo realizado en el

Templo Santa Ana se mantuvo acorde con el objetivo general y los específicos planteados en

la Oferta de Trabajo consignada a la Arq. Thamaira Caraballo (directora del proyecto) y la

Gobernación del Estado Nueva Esparta.

Objetivo General

Se planteó como objetivo general del estudio arqueológico: Determinar, rescatar y

resguardar toda la evidencia material mueble a ser recuperada en las prospecciones y

excavaciones del Templo.


Arqueología de Rescate e Investigación Osteoarqueológica en el Templo Santa Ana. Herrera Malatesta y Tommasino, 2009 22
Informe Final

Objetivos Específicos

Con este objetivo general como pivote de la investigación arqueológica de plantearon

una serie de objetivos específicos para poder plantear una investigación de rescate completa,

estos son:

a. Realizar excavaciones de sondeo para corroborar la presencia de evidencia

arqueológica en las áreas señaladas por el estudio de geodetección subterránea,

proporcionado por la empresa TRX Consulting.

b. Luego de determinadas las zonas a intervenir, realizar excavaciones amplias

para rescatar y proteger las evidencias materiales que allí se encuentren.

c. Realizar el tratamiento adecuado a los restos materiales encontrados:

 En el caso de ser huesos humanos serán procesados, catalogados,

fotografiados y descritos; para luego ser reenterrados en una zona dentro

del perímetro del Templo que no vaya a ser afectada por la introducción de

los micro-pilotes.

 En el caso de evidencias materiales no óseas (cerámica, vidrio, metal, etc.)

serán procesadas, catalogadas, fotografiadas y descritas.

d. Conocer la relación de los habitantes del pueblo de Santa Ana del Norte con el

Templo y los enterramientos.


Arqueología de Rescate e Investigación Osteoarqueológica en el Templo Santa Ana. Herrera Malatesta y Tommasino, 2009 23
Informe Final

V. MATERIALES DE TRABAJO

Los materiales y métodos utilizados en este trabajo se dividen en dos aspectos: el personal y las
herramientas de campo y de laboratorio.

Equipo Arqueológico
El equipo seleccionado para realizar los trabajos arqueológicos en el Templo consta de:
 Ant. Eduardo Herrera Malatesta (coordinador)
 Ant. Claudia Tommasino (asesora osteoarqueología)
 Ant. Karina Sánchez (asistente de investigación)
 Ant. Nicolás González (asistente de investigación)
 Br. Marian Silva (asistente de investigación)
 Br. Guido Ruíz (asistente de investigación)
 Sr. Gilberto Villarroel (obrero)
 Sr. Jahir Escobar (obrero)

Herramientas de Trabajo de Campo


Para la realización de los pozos de sondeo, los pozos y las calicatas realizadas en el Templo se
utilizaron los siguientes materiales de trabajo:
 Piquetas
 Picos
 Palas
 Chicora
 Palín
 Martillo eléctrico
 Esmeril
 Martillo
 Cincel
 Tobos
 Brochas
 Espátulas
 Equipo de odontólogo (para excavar y tratar el material óseo)
 Herramientas de artesanía (para limpiar el material óseo)
 Bolsas plásticas de diversos tamaños
 Papel milimetrado
Arqueología de Rescate e Investigación Osteoarqueológica en el Templo Santa Ana. Herrera Malatesta y Tommasino, 2009 24
Informe Final

 Pizarra
 Lápices, marcadores finos y gruesos y marcador acrílico
 Fichas de registro arqueológico y osteoarqueológico
 Libreta de campo y laboratorio
 Etiquetas
 Tela de lino (para re-enterramiento de los huesos)
 Lijas
 Fondo de herrería y pintura
 Equipo fotográfico
 Computadora
 Software de imágenes, planos y mapas

Todos estos materiales fueron utilizados para la realización de los pozos de sondeo y los pozos
extendidos, las calicatas realizadas en los muros, el tratamiento e identificación de los restos óseos,
restauración de los osarios, restauración de la fosa contenedora de los osarios y la digitalización de la
información.
Arqueología de Rescate e Investigación Osteoarqueológica en el Templo Santa Ana. Herrera Malatesta y Tommasino, 2009 25
Informe Final

VI. METODOLOGÍA DEL TRABAJO ARQUEOLÓGICO

Trabajo de Campo: Excavaciones verticales y horizontales

El Templo Santa Ana ha sido utilizado como área de „cementerio‟ formal por los

habitantes del pueblo hasta por lo menos inicios del siglo XIX (Marín y González Casas

2008), por lo que se esperaba una alta incidencia de restos óseos, fuesen estos primarios o

secundarios. Se tiene conocimiento de que el sitio ha sido excavado arqueológicamente en tres

ocasiones anteriores (Izaguirre Serfaty en 2007 y Román en 2004 y 2008), y al menos ha sido

intervenido de manera importante cinco veces más de forma no sistemática o profesional

desde finales del siglo XVIII hasta finales del siglo XX (Marín y González Casas 2008), lo

que advertía cierto grado de perturbación de la secuencia arqueológica del sitio. Considerando

que las excavaciones arqueológicas tuvieron la finalidad de detectar y salvaguardar la cultura

material que pudiese ser afectada por las inyecciones armadas, se decidió que todas las

evidencias ubicadas fuera del área de afectación no serían afectadas y/o extraídas. Este

procedimiento es aconsejable en excavaciones de rescate arqueológico, en especial aquellos

con enterramientos humanos (Vierma com. Personal 2009; Tommasino 2009).

Durante el trabajo de campo en el Templo de Santa Ana se realizaron dos tipos de

excavaciones arqueológicas: las verticales, que incluyen los pozos de sondeo y los pozos

extendidos; y, las horizontales que son las calicatas realizadas en los muros. Cada excavación

se planteó para responder a preguntas y requerimientos diferentes.

Codificación de las evidencias

Para codificar las evidencias materiales del Templo se utilizaron los códigos

proporcionados por el Instituto de Patrimonio Cultural (anexo #3). Para este trabajo se

consideró que dado que el grueso del material trabajado consiste en los osarios que van a ser
Arqueología de Rescate e Investigación Osteoarqueológica en el Templo Santa Ana. Herrera Malatesta y Tommasino, 2009 26
Informe Final

reenterrados, no se marcó cada hueso de los osarios; en cambio se colocaron los códigos IPC

por unidades de muestreo. En el caso de los osarios, se consideró que cada uno representa una

unidad de muestreo. En el caso de los materiales excavados en el 2008 por el Ant. Luís

Guillermo Román y provenientes del reenterramiento no sistemático realizado en 2007 por

Izaguirre Zerfaty (2007), se colocaron todas las evidencias en una sola caja y se les asignó un

solo código para todas. Igualmente se realizó una lista con los cambios de códigos para no

perder la información de los códigos creados en el trabajo del Ant. Román (anexo #4). En

cuanto a los materiales excavados en esta II Etapa del Proyecto, se decidió mantener la

metodología y sólo asignarle código a las unidades de muestreo y no a las piezas; por lo cual,

cada pozo de sondeo con evidencias recibió un código IPC.

Registro de las Evidencias

Las evidencias de los pozos de sondeo, pozos extendidos y calicatas fueron registradas

de cuatro formas:

 Registro gráfico: se mantuvo constantemente un diario de campo y laboratorio donde

se fueron anotando todas las evidencias, experiencias e impresiones sobre el trabajo de

excavación y procesamiento e identificación de los materiales en laboratorio (anexo

#5).

 Registro fotográfico: se tomaron fotografías digitales de todos los pozos de sondeo,

pozos extendidos y calicatas, así como de las evidencias encontradas y cualquier otro

elemento de interés para el estudio arqueológico (lámina #3).

 Perfiles de Excavación: se realizó un dibujo en papel milimetrado de los perfiles de las

excavaciones, donde se señaló las diferencias estratigráficas de los pozos y las

evidencias materiales recolectadas (lámina #4).


Arqueología de Rescate e Investigación Osteoarqueológica en el Templo Santa Ana. Herrera Malatesta y Tommasino, 2009 27
Informe Final

 Levantamiento Planimétrico: se realizó un levantamiento planimétrico de los pozos de

sondeo, pozos extendidos y calicatas con relación al Templo, para poder registrar la

ubicación de las zonas intervenidas por el estudio (plano #3).

Pozos de sondeo

El pozo de sondeo es una herramienta que se utiliza en la arqueología cuando se quiere

tener una noción general de la estratigrafía y materiales que presenta un sitio arqueológico. En

el caso del Templo de Santa Ana, ya se tenían indicios sobre la estratigrafía y posibles

contextos culturales a partir de los reportes arqueológicos previos (Román 2004, 2007, 2008;

Izaguirre 2007). Sin embargo, para ese momento no estaba planteada la propuesta de la

introducción de micro-pilotes, por lo cual el área intervenida por estos investigadores fue

diseñada con otros objetivos (plano #2). En vista de esto, y por sugerencia de la Ant. Lilia

Vierma del Instituto de Patrimonio Cultural (IPC), para la presente etapa del Proyecto de

Restauración, se contrató a la empresa TRX Consulting para realizar un estudio de

geodetección en toda el área a ser afectada por las inyecciones armadas.

La selección de la ubicación de los pozos de sondeo se guió principalmente por los

resultados del estudio de geodetección (TRX Consulting C.A. 2009). Así se consideraron

diecinueve pozos de sondeo en las zonas interna y externa del Templo, y seis pozos de sondeo

en lugares donde el estudio de geodetección no indicó anomalías en el sub-suelo (plano #3).

Es importante destacar en este punto que, en el Templo existen ciertas condiciones en el

terreno que afectaron la lectura del georadar, como por ejemplo: suelos arcillosos y bases de

concreto con refuerzos de acero o mallas (TRX Consulting C.A. 2009: 53). Sin embargo, en

una reunión con la empresa TRX Consulting C.A., luego de finalizado el trabajo de campo, fue

posible relacionar sus datos con la evidencias arqueológicas de manera coherente y


Arqueología de Rescate e Investigación Osteoarqueológica en el Templo Santa Ana. Herrera Malatesta y Tommasino, 2009 28
Informe Final

consistente. Es por esto que es importante que los entes contratantes consideren que

disciplinas como la arqueología y la geofísica son indispensables para trabajos de restauración

pero, cada una de estas se maneja con tiempos que deben ser respetados, para así poder

obtener los resultados esperados. En el capítulo IX se presentan los resultados de esta reunión.

Los pozos de sondeo se hicieron con medidas de 50x50cm y se excavaron hasta la

profundidad de 80 cm con piqueta y luego hasta 1m con chícora. Se catalogó cada pozo con

números arábigos desde el #1 al #26 (lámina #3). La tierra extraída de estas excavaciones no

fue cernida dado que la intención era obtener una visión de las evidencias existentes en el sub-

suelo del Templo. Tanto la excavación de los pozos de sondeo como la de las extensiones se

hicieron siguiendo la estratigrafía “natural” del sitio y no por niveles estratigráficos arbitrarios.

Esto debido a que la secuencia estratigráfica del sitio presentaba gran remoción del suelo, y se

prefirió mantener el contexto de las evidencias dentro la estratigrafía del suelo del Templo. De

algunos pozos se tomaron muestras de suelo.

Por último, se realizó un pequeño pozo de sondeo a solicitud de la Arq. Caraballo, en

la base de una de las columnas de la arcada para poder observar cómo fue construido el

mismo. Este pozo se catalogó como el #26.

Pozos Extendidos

Las cinco extensiones de pozos de sondeo fueron catalogados con números romanos

desde el #I al #V. Dadas las condiciones del Templo, no fue posible hacer extensiones

estandarizadas para cada uno, en cambio se ampliaron en la medida de que no afectara

elementos estructurales alrededor. Se decidió no cernir la tierra de estos pozos, dado que no se

observó un contexto cultural que requiriera el cernido de la tierra. Es importante destacar que
Arqueología de Rescate e Investigación Osteoarqueológica en el Templo Santa Ana. Herrera Malatesta y Tommasino, 2009 29
Informe Final

aquellos pozos extendidos perdieron su numeración arábiga y sólo mantienen la nueva

romana.

Las extensiones se realizaron debido a la presencia de enterramientos y evidencias de

cultura material importante de rescatar. En este sentido, tres de los pozos se extendieron por la

presencia de enterramientos desarticulados de uno o varios individuos (pozos II, III, V), uno

por la presencia de una fosa funeraria de cemento (pozo I), y el último, por la presencia de una

base fragmentada de una urna de madera (pozo IV) (lámina #5 a #9).

Es importante destacar en este punto que, al iniciar los trabajos de campo el equipo de

arqueología había recibido la información por parte de la empresa Obrein C.A.3 que el área de

afectación horizontal de los micro-pilotes constituía 1.5m desde el muro del Templo, tanto en

la sección interna como en la externa y 6m de profundidad desde la superficie. Toda la

metodología de excavación y rescate de evidencias se configuró en función de esta

información.

Posteriormente, estando en campo con los trabajos avanzados, se nos notificó que el

área de afectación de los micro-pilotes en el plano horizontal era de 0.5m desde la superficie

hasta 1m; luego de 1m desde 1m hasta 3m de profundidad y por último, de 1.5m desde 3m

hasta 6m de profundidad (lámina #10). Esto implicó un cambio considerable en la

metodología pues desde el inicio del diseño del trabajo de campo en Caracas y, en

concordancia con la autorización del Instituto de Patrimonio Cultural, se decidió que el trabajo

arqueológico sólo iba a rescatar aquellas evidencias presentes hasta 1m de profundidad, pues

excavar más profundo tan cerca de los muros podía afectar seriamente la condición física de

los muros del Templo.

3
Empresa encargada de la introducción de las inyecciones armadas mediante micro-pilotes.
Arqueología de Rescate e Investigación Osteoarqueológica en el Templo Santa Ana. Herrera Malatesta y Tommasino, 2009 30
Informe Final

Las evidencias encontradas en los pozos de sondeo, que nos llevaron a considerar la

ampliación de los mismos, estaban todas fuera de los 0.5m de afectación, algunas incluso

llegaban casi a 1.5m de distancia con la pared, y todas estaban entre 60cm y 80cm. Por esto se

decidió que ya que estaban abiertos los pozos y se estaban trabajando las evidencias sólo se

realizaría el registro gráfico y fotográfico de las evidencias y luego serían dejadas in situ para

asegurar su preservación.

Durante el proceso de las excavaciones de los enterramientos humanos desarticulados,

se contó con la presencia de la asesora en osteoarqueología, la Ant. Claudia Tommasino. Su

asistencia en sitio permitió la evaluación de tres pozos de sondeo (#II, III y V) donde material

óseo humano surgió en las afueras del área de afectación. En estos casos se recomendó que,

debido a que los restos óseos no serían afectados por los micro-pilotes, se mantuviesen en el

sitio (lámina #11 y #12). El resto de los materiales arqueológicos que se encontraban dentro

del área de afectación, incluyendo los restos óseos humanos, fueron extraídos siguiendo todos

los pasos de una excavación arqueológica. Ante la presencia de enterramientos humanos

desarticulados, se llenaron fichas de restos óseos desarticulados para cada pozo en el sitio, y

se registraron los datos osteológicos de los huesos no extraídos por encontrarse en zonas no

afectadas.

En el caso de la fosa funeraria de cemento encontrada en el pozo #I (lámina #13), esta

fue excavada hasta la base y se registró toda la evidencia material que contenía, consistente en:

huesos humanos muy fragmentados, en algunos casos machacados; restos de tejas, bloques y

ladrillos, y algunos fragmentos muy desgastados y pequeños de madera. Se recomendó a la

directora del proyecto Arq. Thamaira Caraballo y al Ing. Carlos Rodríguez tratar de minimizar
Arqueología de Rescate e Investigación Osteoarqueológica en el Templo Santa Ana. Herrera Malatesta y Tommasino, 2009 31
Informe Final

el impacto de los micro-pilotes en esta zona, razón por la cual el Ing. Rodríguez reconfiguró la

ubicación de los micro-pilotes4 y eliminó los que estaban ubicados en esa zona.

Los fragmentos de base de urna de madera (lámina #14) encontrado en el pozo #IV

fueron decapados hasta poder observarlos completamente. No se encontraron huesos humanos

asociados, únicamente cinco botones de plástico de doble orificio. La condición en la que se

encontraba la madera era de mucho desgaste y deterioro, se intentó (antes de conocer la

modificación en el área de afectación de los micro-pilotes) retirar la base de madera pero está

comenzó a despedazarse. Por esto, se consideró que el registro gráfico y fotográfico iba a ser

la mejor forma de conservar esta evidencia y, al finalizar el registro se tapó el pozo.

Zonas de afectación no intervenidas

En un principio la propuesta de las inyecciones armadas se planteó exclusivamente

para ser colocados en el subsuelo de los muros del Templo. Sin embargo, esto fue modificado

y fue ampliado para incluir las columnas del Templo. Esta decisión del equipo de ingeniería se

debió a que las grietas existentes en las columnas estaban mucho más abiertas que en un

principio. El Ing. Carlos Rodríguez consideró necesaria la introducción de las inyecciones

armadas en las columnas y así poder asegurarse de que tendrían un buen basamento.

En vista de esto, se consideró la prospección de las columnas, aunque luego de una

amplia reflexión y evaluación se decidió no realizarla por las siguientes razones:

1. Se conoce por el informe Histórico-Arquitectónico, y la literatura sobre el Templo

(Márquez Gómez 2004, Salazar 2007), así como por los habitantes del pueblo que han

trabajado y presenciado las restauraciones en el Templo que la nave central fue

4
Esto sumado al hecho de que cerca de esta fosa se encuentra la fosa que contenía los osarios enterrados en 1982,
y la fosa donde se encuentran enterrados los hermanos Monseñor Andrés y Thomas Márquez Gómez, enterrados
en 2005 y 2006 respectivamente.
Arqueología de Rescate e Investigación Osteoarqueológica en el Templo Santa Ana. Herrera Malatesta y Tommasino, 2009 32
Informe Final

totalmente afectada durante el cambio de piso hecho en 1930, 1951, 1962 y en 1982.

Por referencia del actual párroco, Monseñor Carlos Alzate, se conoce que durante el

cambio de piso de 1982 se removieron muchos de los enterramientos y fueron

colocados en los osarios que existen hoy en día en la sección interna de la pared Norte.

2. Las naves laterales ya fueron prospectados parcialmente por el trabajo con los pozos de

sondeo.

3. Cuando se construyeron las columnas en 1930 se reportó que al cavar las fundaciones

se encontraron gran cantidad de huesos humanos y enterramientos, los cuales fueron

extraídos en ese momento (Márquez Gómez 2004).

4. Las zonas ubicadas entre las columnas no pueden ser excavadas pues no es posible

remover los apuntalamientos de madera que poseen actualmente por riesgo a colapsar

(lámina #15).

5. La condición estructural de las columnas es sumamente débil e inestable (lámina #16),

por lo cual efectuar vibraciones con el martillo eléctrico para abrir pozos de pala o de

sondeo puede aumentar las fractura en los tímpanos de las arcadas.

Por estas razones se decidió no realizar intervenciones en el sub-suelo de las columnas.

Se considera que el papel de los arqueólogos en este proyecto es para el rescate y resguardo de

los bienes muebles, pero siempre orientado a la conservación; e intervenir una zona donde el

trabajo arqueológico pueda ocasionar daños graves a la estructura no es una opción. Además,

existe una gran posibilidad de que no haya evidencias en esas zonas5, más allá del patrón de

remociones que se han encontrado a lo largo y ancho del sub-suelo del Templo.

5
Esto es deducido a partir de las referencias históricas y verbales sobre las diversas afectaciones que se han
hecho en la zona interna del Templo (capítulo III).
Arqueología de Rescate e Investigación Osteoarqueológica en el Templo Santa Ana. Herrera Malatesta y Tommasino, 2009 33
Informe Final

Por otra parte, durante el tiempo que coincidieron los arqueólogos y la obra de

colocación de las inyecciones armadas se pudo supervisar esta actividad. Sin embargo, debido

a que el trabajo de la introducción de las inyecciones armadas superaba en tiempo la estadía de

los arqueólogos no fue posible presenciar todo el proceso. Por razones de tiempo y

presupuesto no se contempló que el arqueólogo coordinador estuviera en obra inspeccionando

esta actividad. Con la investigación arqueológica realizada fue posible determinar el patrón

estratigráfico del sub-suelo de Templo, y así lograr estimar que la introducción de las

inyecciones armadas no afectaría ninguna evidencia material cultural de importancia. Sin

embargo, se está consciente de que el resultado de un trabajo arqueológico como este, donde

se labora en tiempos muy reducidos puede tener errores de estimación. Por esta razón, dada la

ausencia de los arqueólogos en la etapa de las inyecciones armadas, no nos podemos hacer

responsables por la afectación de patrimonio cultural, que no fue localizado en la prospección

arqueológica realizada en el Templo.

Excavaciones horizontales (calicatas)

Las calicatas se realizaron en el Templo con dos intenciones: 1) determinar materiales

de construcción y, 2) localizar posibles elementos tapiados o escondidos bajo las

modificaciones que se han hecho en el Templo.

Se realizaron seis calicatas en distintos lugares del Templo, y todas fueron catalogadas

con numeración arábiga desde la #1 a la #6 (láminas #17 a #22). Las calicatas se excavaron de

manera escalonada para dejar al descubierto los distintos materiales constructivos (lámina

#23). Algunas de ellas fueron ampliadas, pero la numeración se mantuvo igual debido a que

las ampliaciones sólo se hicieron para dejar más al descubierto la evidencia expuesta.
Arqueología de Rescate e Investigación Osteoarqueológica en el Templo Santa Ana. Herrera Malatesta y Tommasino, 2009 34
Informe Final

Entrevistas

Como complemento al trabajo arqueológico realizado en el Templo, se entrevistó a

algunos habitantes del pueblo de Santa Ana para conocer dos elementos importantes:

1) plantear gráficamente una reconstrucción de las afectaciones no sistemáticas

realizadas en el Templo con el fin de poder contextualizar con precisión el patrón de

evidencias que se ubicó en las excavaciones arqueológicas.

2) conocer la relación de la gente del Pueblo con el Templo. Para las entrevistas se

escogieron dos grupos de personas, aquellos que trabajaron en las intervenciones y

remodelaciones en el Templo, y personas que han vivido toda su vida en el pueblo.

Las entrevistas realizadas fueron „abiertas‟, es decir que no siguió un cuestionario de

preguntas estricto, en cambio se llevaron a cabo siguiendo los objetivos, pero dejando libre la

posibilidad de que los entrevistados sugieran nuevas temáticas relacionadas con su experiencia

personal.

Uso del Informe Histórico-Arquitectónico

Para lograr una perspectiva integral de las afectaciones que se han hecho en el Templo

a través del tiempo, se quiso cruzar las tres líneas de evidencias que se están abordando en esta

investigación: la arqueología, la tradición oral y los datos históricos. En este sentido, se utilizó

el informe histórico-arquitectónico realizado por Lorenzo González Casas y Orlando Marín

(2008) como base de la información histórica sobre el Templo Santa Ana y sus anteriores

intervenciones y restauraciones. Igualmente, para complementar, se tomaron en cuenta

referencias bibliográficas sobre el pueblo de Santa Ana y su Templo (Anónimo 1980; Páez

1982; Narváez Alfonzo 1989; Salazar Franco 1991; Salazar 1992, 2007; Natera Wanderlinder

1996; Márquez Gómez 2004)


Arqueología de Rescate e Investigación Osteoarqueológica en el Templo Santa Ana. Herrera Malatesta y Tommasino, 2009 35
Informe Final

Metodología de Laboratorio de los Restos Óseos Humanos

Metodología de identificación, registro osteoarqueológico y almacenaje del material óseo

humano

El trabajo de laboratorio con los restos óseos se basó en la utilización de tres libros:

- Para la identificación de los restos óseos se empleó White y Folkens (2005)

- Para la mayoría de los análisis osteoarqueológicos (incluyendo edad, sexo, registro

dental, patologías y tafonomía) se utilizó Buikstra y Ubelaker (1994).

- Para el análisis del desgaste dental en molares se usó Brothwell (1987).

El material óseo no fue lavado con agua en ningún caso. Instrumentos plásticos y de

uso odontológico fueron empleados para quitar la mayor cantidad de tierra posible de los

huesos, siendo terminado el trabajo con el uso de cepillos dentales que permitieran observar

con más detalle la superficie de los huesos en busca de tafonomía (lámina #24). El único caso

donde una pequeña cantidad de agua fue empleada se restringió a la limpieza de los dientes,

facilitándose así el registro del desgaste dental y la identificación de caries y cálculo en los

mismos.

Una vez finalizado el proceso de limpieza se llevó a cabo la identificación osteológica

de la colección. Esto produjo la división del material en dos tipos de fragmentos: los

“identificables” y los “no identificables” (lámina #25 y #26). Tal como indican sus nombres,

los identificables son aquellos casos donde el osteoarqueólogo/arqueólogo pudo establecer a

qué hueso del cuerpo humano pertenece el fragmento en cuestión; mientras que los no

identificables son aquellos donde el grado de fragmentación no permite reconocer la

proveniencia del fragmento.

Una vez clasificados los fragmentos en identificables y no identificables, se procedió a

registrar la data osteoarqueológica. Para esto se emplearon tres tipos distintos de fichas:
Arqueología de Rescate e Investigación Osteoarqueológica en el Templo Santa Ana. Herrera Malatesta y Tommasino, 2009 36
Informe Final

- Fichas de enterramientos adultos/subadultos: las cuales permiten un registro detallado

de los datos osteológicos de análisis de un individuo adulto o subadultos (anexo #6).

- Fichas de inventario de enterramientos adultos/sub-adultos: esta ficha permite

inventariar los huesos pertenecientes a un mismo individuo, adulto o sub-adulto (anexo

#7).

- Fichas de inventario de restos desarticulados: al contrario de las fichas anteriores, ésta

no se limita a la data de un solo individuo, sino a la presencia de fragmentos

inarticulados de más de un individuo provenientes de un mismo contexto arqueológico

(anexo #8).

Es importante destacar que estas fichas no son fijas, sino que por el contrario, pueden

ser intercambiadas y combinadas de forma que se ajusten a las particularidades de los casos

encontrados. En este sentido, se decidió en algunos casos emplear algunas de las secciones de

las fichas de enterramientos adultos o subadultos para realizar un registro más detallado (por

ejemplo en la presencia de una mandíbula con dientes, para llevar a cabo la documentación del

desgaste dental y por tanto la edad del individuo). Esta complementariedad de las fichas se

realiza dependiendo de los casos, a juicio del osteoarqueólogo y demás arqueólogos

encargados del registro.

Por otro lado, en caso de demostrarse la articulación de dos o más huesos entre sí

dentro de un contexto de restos desarticulados, se ha indicado la pertenencia de los restos a un

mismo individuo (lámina #27).

Una vez finalizada la identificación de los fragmentos y el registro de su información

osteoarqueológica, se procedió al almacenaje del material. Debemos aclarar que, en relación al

marcado de la colección, se decidió entre el arqueólogo principal del proyecto y el especialista

osteoarqueológico, que los mismos no fuesen marcados. Las razones para tal decisión se
Arqueología de Rescate e Investigación Osteoarqueológica en el Templo Santa Ana. Herrera Malatesta y Tommasino, 2009 37
Informe Final

centraron principalmente en la intención de re-enterrar los huesos una vez finalizado el

estudio.

El material fue almacenado en bolsas con etiquetas que contuvieran la información

arqueológica de la proveniencia, así como el tipo de material que contiene (identificable o no

identificable) y los huesos que la componen (en el caso de la existencia de varias bolsas para

un mismo pozo/osario) (lámina #28). De esta forma, la colección se dividirá en bolsas que

permitan fácilmente ubicar qué material contienen las bolsas y los fragmentos que las

conforman, incluso luego de su re-enterramiento en el templo.

División de la colección osteoarqueológica a partir de su proveniencia, metodología

empleada para cada uno y su evaluación preliminar

Debido a la variedad de excavaciones arqueológicas realizadas en el sitio, la colección

se dividió en tres tipos distintos de material (lámina #29 y #30), cada uno con una metodología

ligeramente distinta:

- Material extraído de las excavaciones de la II Etapa (excavación 2009): el material

extraído de los pozos de sondeo y los pozos extendidos de la excavación arqueológica

de la II Etapa del Proyecto, debido a su alto grado de fragmentación y la baja

incidencia de restos articulados, fue registrado empleando la ficha de inventario de

restos desarticulados. Esta ficha permite documentar datos osteológicos como tipo de

hueso, lateralidad, segmento, totalidad, edad y sexo. Además, las características

arqueológicas y tafonómicas de los restos se registraron en general para el pozo, a

menos que se encuentre algún fragmento cuyas características exijan una descripción

individual. Como se mencionó anteriormente, en caso de existir un mínimo grado de

articulación entre dos o más fragmentos que permitan reconocer la presencia de un


Arqueología de Rescate e Investigación Osteoarqueológica en el Templo Santa Ana. Herrera Malatesta y Tommasino, 2009 38
Informe Final

individuo dentro de un contexto de restos desarticulados; fueron agregadas secciones

de las fichas de “individuos adultos” o “subadultos” para registrar cualquier

información que este individuo pudiese aportar. Como ya se explicó, los restos óseos

de los pozos se encuentran en un alto grado de fragmentación, dificultando la

obtención de información osteológica detallada. Sin embargo, algunos datos como

fusión de los huesos (para establecer rangos amplios de edad) o tafonomía podrían

permitir la interpretación de patrones generales de enterramiento.

- Material de recolección no controlada I Etapa (excavación 2008): de este material se

encontraron alrededor de siete cajas, todas con la misma información (recolección no

controlada, 0-70 cm. de profundidad). Este material proviene de la excavación

realizada por el Ant. Luís Guillermo Román (Román 2007), en el lugar donde de

manera no sistemática la antropóloga Izaguirre Serfaty (2007) reenterró los huesos

humanos excavados por ella en la sección externa del muro Sur, frente a la puerta

lateral que da a la avenida (plano #2). Dado que no existía información de contexto, el

Ant. Román sólo pudo registrar la profundidad en la cual encontró los huesos. Ante

esto, no fue posible realizar un análisis partiendo de la estratigrafía y simplemente se

dividió la evidencia en bolsas que contuviesen el mismo material proveniente de cada

caja. Al igual que el material anterior, éste se encontró altamente fragmentado y

prácticamente inarticulado en todos los casos. Por este motivo, se decidió igualmente

emplear las fichas de inventario de restos desarticulados, las cuales fueron

complementadas en la presencia de fragmentos que proporcionaran un tipo de

información no contenida en la ficha de inventario (en especial desgaste dental). Aun

más agravado debido a la falta de información arqueológica para este material, la


Arqueología de Rescate e Investigación Osteoarqueológica en el Templo Santa Ana. Herrera Malatesta y Tommasino, 2009 39
Informe Final

información osteoarqueológica posible de obtener de este material es poca, restringida

a algunos datos de patrones de enterramientos.

- Material de osarios (intervención no profesional 1982): los osarios que fueron

exhumados durante las excavaciones del 20086, fueron registrados y analizados

empleando la ficha de inventario de enterramientos adultos o subadultos, así como las

secciones requeridas de las fichas de análisis osteológico para complementar el

estudio. Esta decisión fue tomada (en contraposición al empleo de la ficha de restos

desarticulados) debido a la premisa de que cada caja contendría un mismo individuo,

aun cuando estos no se encontrasen articulados debido a su carácter secundario. A

pesar de esto, en algunas ocasiones se evidenció la presencia de un Número Mínimo de

Individuos (NMI) de 2. En estos casos se continuó utilizando una misma ficha pero se

anotó en el inventario la presencia de múltiples individuos, diferenciándose entre

individuo “1” y “2” en los casos en que fuese posible adjudicar los restos a uno u otro

esqueleto (partiendo de indicadores como la contextura general de los huesos, la edad,

el sexo, la coloración de los restos, entre otros).

Recomendaciones de tipo práctico para la conservación de los restos óseos humanos del

Templo Santa Ana

Durante el período de evaluación del osteoarqueólogo de los restos óseos hallados, se

realizaron una serie de recomendaciones entre las cuales ya hemos señalado: no lavar con agua

6
Estos osarios fueron mandados a hacer por el actual párroco de la iglesia, Monseñor Carlos Alzate, debido a que
en el cambio de piso hecho en 1982 se encontraron enterramientos en la nave central del Templo. En ese
momento, Monseñor Alzate mandó a colocar todos los individuos en cajas de metal y éstas colocadas en una fosa
común construida en ese mismo momento.
Arqueología de Rescate e Investigación Osteoarqueológica en el Templo Santa Ana. Herrera Malatesta y Tommasino, 2009 40
Informe Final

los huesos, no marcar cada uno de los fragmentos, no llevar a cabo un proceso de flotación

para los fragmentos más pequeños y conservar la tierra extraída de los propios huesos o sus

cajas contenedoras. Estas recomendaciones tuvieron su fundamento en la fragilidad y nivel de

fragmentación de los huesos, así como la intención de re-enterrar los restos. En contraposición

se recomendó incorporar al momento del almacenaje la mayor cantidad posible de

información sobre los huesos contenidos en cada bolsa.

Se recomendó que las bolsas de material no identificable, así como aquellas de pozos y

recolección no controlada (es decir aquel material que fue registrado como material óseo

desarticulado) sea pesado y su peso anotado en la ficha que identifica la bolsa. Este

procedimiento se debe a que, debido a la imposibilidad de realizar un inventario más detallado

sobre los huesos presentes o el número de individuos presentes, ésta es la mejor forma de

controlar la cantidad de huesos que se ha hallado y re-inhumado.

Con respecto a la tierra extraída de los huesos, se recomienda que sea reubicada en el

sitio, permitiendo así que los pequeños fragmentos de huesos que no han podido ser apartados

de la tierra se mantengan en su sitio de enterramiento, aun cuando los procesos de remoción

los haya separado de su lugar inicial de descanso. Esta re-ubicación de la tierra excavada no

alterará la estratigrafía del suelo, pues está fue perturbada hace ya varios años, como se ha

comprobado a través de las excavaciones arqueológicas presentes y los datos históricos sobre

las intervenciones en el Templo. De esta forma, lo que se intenta es que la mayor cantidad de

restos óseos humanos se mantengan (tanto como sea posible) en su lugar de sepultura.

Procesamientos de otras evidencias

Durante las excavaciones en el Templo Santa Ana se encontraron algunos fragmentos

de cerámica, semi-porcelana, fragmentos de bloque, ladrillo, teja, clavos de metal, una bisagra
Arqueología de Rescate e Investigación Osteoarqueológica en el Templo Santa Ana. Herrera Malatesta y Tommasino, 2009 41
Informe Final

posiblemente de urna y botones de plástico (lámina #31). Estas evidencias fueron limpiadas

con cepillos de cerdas suaves y levemente húmedas, y luego fotografiadas. Al igual que los

huesos humanos excavados en los pozos, el resto de las evidencias tendrán asignado el código

IPC de la unidad de muestreo y no serán marcados individualmente.

Reenterramiento y Tratamiento de los Osarios

Así como los restos óseos ubicados en los osarios fueron procesados, también lo fueron

los osarios. Cada una de las cajas de metal fue lijada y luego se le aplicó una sustancia anti-

corrosiva (lámina #33). Se le colocó la información existente para cada individuo y la del

proyecto a un lado y en la tapa de la caja. Para asegurarse de que esta información perdurara

se colocó una base de barniz, luego se colocaron los datos con espray negro (lámina #33) el

cual se aplicó sobre una lámina de cartón utilizada como plantilla para las letras, y por último

se colocó otra capa de barniz para sellar.

Igualmente, a la fosa de los osarios se le aplicó una capa impermeabilizante (sikafill) a

los muros y piso, de manera de evitar filtraciones de agua y humedad (lámina #34);

igualmente, para asegurar que el ambiente interno a la fosa permanezca seca, se colocó un

manto geotextil (geotext 240 RT) en los muros (lámina #34). Para la tapa de la fosa

consistente en laminas de concreto, se decidió adquirir un manto geotextil (geotext 500) para

colocarlo entre los osarios y las laminas de concreto de manera de evitar filtraciones de agua y

humedad desde la superficie (lámina #35). Con esto lo que se busca es aislar la fosa de

elementos que continúen dañando los huesos de los osarios y los que serán colocados allí7.

7
Así como los osarios, el resto de las evidencias óseas excavadas en el Templo serán reenterradas en la fosa de
los osarios para asegurar su preservación física.
Arqueología de Rescate e Investigación Osteoarqueológica en el Templo Santa Ana. Herrera Malatesta y Tommasino, 2009 42
Informe Final

En cuanto a los huesos humanos a ser colocados en los osarios fueron envueltos en

fardos de tela de lino (lámina #36), pues se considera que las bolsas plásticas generan

humedad atrapada, lo cual ayuda a la progresiva destrucción de los huesos. En cambio, la tela

absorbe la humedad y conserva los huesos por mucho más tiempo. Cada fardo contiene una

etiqueta de papel parafinado que posee toda la información del individuo. Las etiquetas se

hicieron de papel bond y se les escribió la información con lápiz de grafito, luego se le colocó

una capa de cera de vela para sellar el papel y así asegurar la conservación del mismo en el

tiempo y la información que contiene.

Posteriormente se procedió a reubicar los osarios en la fosa (lámina #37), y luego de

reenterrados los osarios y los restos óseos que se excavaron durante el 2008 y 2009 en el

Templo, el sacristán del Templo, Ángel Moya, por orden de Monseñor Alzate, realizó la

liturgia funeraria de un enterramiento católico.


Arqueología de Rescate e Investigación Osteoarqueológica en el Templo Santa Ana. Herrera Malatesta y Tommasino, 2009 43
Informe Final

VII. EXCAVACIONES ARQUEOLÓGICAS


En este capítulo se presentan los contextos, evidencias y consideraciones, de las

excavaciones realizadas durante julio y agosto de 2009. Es importante destacar que en este

capítulo no se discutirán elementos relacionados con los huesos humanos, pues estos se

tratarán de manera exclusiva en el próximo capítulo.

Pozos de Sondeo

Durante la excavación de los pozos de sondeo se registró un patrón estratigráfico

consistente en tierra altamente removida y alterada, que sin embargo representaba un patrón

estratigráfico. En toda la profundidad de las excavaciones se observaron fragmentos de:

ladrillo macizo rojo, bloque contemporáneo gris, ladrillo contemporáneo rojo, tejas, piedras de

diversos tamaños, huesos humanos muy fragmentados, fragmentos de cerámica, botones de

plástico y clavos de metal (lámina #38).

Como se puede observar en los perfiles de los pozos de sondeo (lámina #39), existen

varias capas de concreto diferentes en el suelo del Templo, primero se observa la capa de pego

sobre el cual estaban los ladrillos colocados en 1982 que fueron removidos en 2006, luego se

observa una capa de concreto contemporáneo correspondiente a la base del piso anterior a

1982, y más abajo una capa de concreto antiguo, correspondiente al suelo de concreto

posiblemente colocado en 1930. Este suelo no es constante en toda la estratigrafía, por lo que

se cree que en algunas zonas de la iglesia fue dejado por razones de conveniencia estructural,

como por ejemplo, este suelo de concreto antiguo sin malla metálica fue dejado en las zonas

cercanas a los muros internas.

Luego de la última capa de concreto la estratigrafía del Templo es de tierra. En

términos generales, los diversos estratos que se aprecian en los perfiles estratigráficos de los
Arqueología de Rescate e Investigación Osteoarqueológica en el Templo Santa Ana. Herrera Malatesta y Tommasino, 2009 44
Informe Final

pozos de sondeo y de los pozos extendidos se pueden resumir en dos estratos. El primero, de

aproximadamente 30cm, es decir desde 25-55cm de profundidad desde el nivel “0”8,

consistente en tierra marrón oscura suelta con presencia no regular9 de ladrillos, bloques,

argamasa, piedras de diversos tamaños, cerámica, metal y abundantes fragmentos de huesos

humanos. El segundo estrato, de aproximadamente 50cm, 55-105cm de profundidad desde el

nivel “0”, se mantiene la misma coloración de la tierra, muy suelta y húmeda, sin embargo la

presencia de materiales es menor, las piedras son más pequeñas en tamaño, y se observan

fragmentos de huesos humanos en menor abundancia, aunque es en este estrato donde se

registraron enterramientos desarticulados secundarios.

En algunos pozos de sondeo, se observó una estratigrafía totalmente diferente. Por

ejemplo en el pozo de sondeo #8 (lámina #40), el patrón estratigráfico consistió en tierra

marrón amarillenta, muy dura y llena de piedras pequeñas. Es posible que en este tipo de

zonas la intervención haya sido menor, sobre todo considerando que este pozo de sondeo se

excavó al lado del campanario. En aquellos pozos ubicados cerca de los muros del Templo, la

estratigrafía responde a los movimientos de tierra que se han realizado en esas zonas. Como ya

se explicó, los actuales muros de mampostería fueron construidas en 1911, y los pisos han sido

cambiados en varias oportunidades, por esto, en los pozos de sondeo cercanos a los muros se

encontraron evidencias de los distintos pisos anteriores, las remociones de tierra y la

destrucción que se ha hecho de los enterramientos que en algún momento estuvieron

localizados en estas zonas. Estas evidencias materiales son sumamente escuetas para

reconstruir patrones culturales y cronológicos, más allá de corroborar la larga data del Templo,

8
El nivel “0” o nivel inicial de la estratigrafía del Templo fue considerado a partir de la capa de pego, y no desde
la tierra.
9
Es decir que estas evidencias no aparecen en todos los pozos.
Arqueología de Rescate e Investigación Osteoarqueológica en el Templo Santa Ana. Herrera Malatesta y Tommasino, 2009 45
Informe Final

pues se encontraron fragmentos de objetos de diversas fechas cronológicas desde el siglo XVII

hasta el siglo XX (lámina #41 a #43).

Todos los materiales no óseos fueron principalmente cuantificados, y descritos de

manera general en fichas (anexo #9 y #10). Los materiales óseos, que constituyen el grueso de

la colección fueron catalogados y descritos por separado en las fichas de materiales

osteoarqueológicos y serán discutidos en el próximo capítulo.

El objetivo de los 26 pozos de sondeo excavados fue tener una visión sistemática de la

estratigrafía del Templo y rescatar todas las evidencias posibles en el tiempo estipulado. Sin

embargo, un solo pozo (#26) fue excavado con otro objetivo. El pozo de sondeo #26 (lámina

#44), se excavó con la intención de conocer la fundación de las columnas de mampostería del

Templo. Se pudo conocer con esta excavación (lámina #45), que el plinto de las columnas se

encuentra 5cm por debajo del suelo, y luego se extiende la base del pilar posiblemente hasta

1m de profundidad10.

Pozos Extendidos

De los 26 pozos de sondeo se realizaron 5 extensiones, en aquellos pozos donde se hizo

indispensable el rescate de material cultural mueble. Sin embargo, como ya se explicó luego

de iniciadas las ampliaciones se nos notificó que el área de afectación de los micro-pilotes se

había reducido de 1.5m a sólo 0.5m desde el borde del muro hacia adentro y hacia afuera, por

lo cual estas evidencias fueron dejadas in situ. En el plano #3 se puede observar la ubicación

de los distintos pozos extendidos, así como los pozos de sondeo y las calicatas.

10
Esta información fue proporcionada por el Sr. Jesús Romero “Chuíto”, pero no pudo ser corroborada por el
equipo de arqueología debido a lo delicado de realizar una excavación tan cerca de las columnas.
Arqueología de Rescate e Investigación Osteoarqueológica en el Templo Santa Ana. Herrera Malatesta y Tommasino, 2009 46
Informe Final

Pozo #I

Este pozo (lámina #5) está ubicado en la sección interna del muro Noreste del Templo,

frente al Altar del Santísimo Sacramento en la nave del Evangelio; fue ampliado debido a la

presencia de una fosa funeraria de cemento (lámina #13). Dentro de la fosa no se encontró la

urna, pero si gran cantidad de fragmentos de madera, una bisagra y restos de huesos humanos

en muy mal estado de conservación. Durante la excavación de este pozo fue posible hablar con

uno de los obreros que excavó la fosa donde se enterraron los restos de los hermanos y

Monseñores Andrés y Thomas Márquez Gómez en los años 2005 y 2006, respectivamente. El

Sr. José Villarroel, nos dijo que ellos observaron también la fosa que se excavó pero que no

fueron ellos los que retiraron la urna, pues para el momento en que se excavó la fosa de los

monseñores ya estaba esta antigua fosa vacía.

Luego de excavar la fosa y registrar gráfica (lámina #46) y fotográficamente sus

elementos se recomendó a la Directora del Proyecto, Arq. Thamaira Caraballo, tratar de no

afectar esta evidencia, y en cambio conservarla como un testigo de los patrones de

enterramiento en el Templo. Aunque se desconoce la fecha de esta fosa, es una evidencia de

que si bien muchos de los enterramientos fueron directos, otros fueron indirectos en urnas de

madera y algunos en urnas dentro de fosas de cemento.

Pozo #II

Este pozo (lámina #6) está ubicado en la sección interna del muro Norte en la nave del

Evangelio, cerca de la puerta lateral que mira a la Plaza. Se decidió ampliarlo debido a que a

75cm de profundidad comenzaron a aparecer fragmentos de huesos humanos completos,

aunque en muy malas condiciones y con mucha humedad. Se excavó este pozo hasta

aproximadamente 100cm y en la esquina Sureste del pozo se observó un enterramiento


Arqueología de Rescate e Investigación Osteoarqueológica en el Templo Santa Ana. Herrera Malatesta y Tommasino, 2009 47
Informe Final

secundario desarticulado (lámina #11). Se realizó el registró gráfico (lámina #47) y fotográfico

de esta evidencia, sin embargo, se decidió dejar el entierro in situ debido a que se encontraba

fuera del alcance de afectación de los micro-pilotes.

Es interesante destacar que por la forma en cómo estaban colocados los huesos, y la

tierra alrededor que era suave y poco compacta, se puede sugerir que posiblemente estos

huesos fueron colocados en un fardo de tela (lámina #47). Lamentablemente, la coloración

oscura de la tierra impidió poder observar algún tipo de cambio de color alrededor de los

huesos que pudiese indicar la presencia de tela.

Pozo #III

Este pozo (lámina #7) estaba ubicado en la sección interna del muro sur, en la nave de

la Epístola, cerca de la puerta lateral que da a la calle Carabobo. Se amplió el pozo de sondeo

debido a la presencia de huesos humanos completos y abundantes. Sin embargo, no se localizó

un enterramiento completo, desarticulado o no, sino sólo huesos aislados. El único elemento

que sugirió la presencia de enterramientos fueron dos cráneos que se encontraron entre 65 y

75cm de profundidad (lámina #48 y #49). La condición de los cráneos era muy inestable y se

decidió dejarlos in situ, tanto porque si se trataba de extraerlos se romperían como porque se

encontraban fuera del área de afectación de las inyecciones armadas (lámina #12).

Pozo #IV

Este pozo (lámina #8) estaba ubicado en la sección interna del muro Sur en la nave de

la Epístola, entre la puerta que da a la calle Carabobo y el Altar del Sagrado Corazón de Jesús.

Se amplió el pozo debido a la presencia de una base de madera de una urna funeraria (lámina

#14) a 35cm de profundidad. Como se puede observar en el levantamiento planimétrico


Arqueología de Rescate e Investigación Osteoarqueológica en el Templo Santa Ana. Herrera Malatesta y Tommasino, 2009 48
Informe Final

(lámina #50), sólo se encontraron dos fragmentos de la base de madera, un grupo de botones

de plástico y 47cm más abajo un cráneo humano (lámina #51). Tanto la base de madera como

el cráneo se encontraban fuera del área de afectación por lo cual ambas evidencias fueron

dejadas in situ. Con la excavación realizada es muy difícil asegurar si existe una relación entre

el cráneo y la base de madera, sin embargo es muy posible que cada evidencia sea parte de

enterramientos diferentes por la separación de 47cm entre cada uno. Aunque, como ya se

comentó, la estratigrafía del Templo es de tierra removida, sobre todo en la sección interna del

mismo.

Pozo #V

Este pozo (lámina #9) estaba ubicado en la sección externa del muro Norte, cerca de la

puerta lateral que da a la Plaza. La razón de ampliarlo fue por la presencia de un fémur

completo y varios fragmentos de hueso ubicados alrededor. Sin embargo, al ampliar la

excavación no se encontraron más huesos largos y completos que pudieran indicar un

enterramiento completo, fuese desarticulado o articulado. Como el resto de las evidencias,

estos huesos se hallaban fuera del área de afectación de las inyecciones armadas, por lo cual se

dejaron in situ luego de hacerles el registro gráfico y fotográfico (lámina #52).

Calicatas

En las seis calicatas realizadas fue posible determinar zonas de los muros que fueron

tapiados recientemente11, así como se logró observar diferencias en la utilización de materiales

de construcción y de tapiado. En las calicatas #1, 2, 3, 4 y 5 (láminas #14 a #18) se observaron

11
Al menos después de 1950 por el tipo de ladrillo utilizado, por ejemplo ver láminas #16 y #17.
Arqueología de Rescate e Investigación Osteoarqueológica en el Templo Santa Ana. Herrera Malatesta y Tommasino, 2009 49
Informe Final

zonas tapiadas y presencia de materiales de construcción. En la calicata #6 sólo se confirmó el

tipo de material utilizado para la construcción del muro de mampostería (lámina #19).

Calicata #1

Esta calicata se realizó en un marco de ventana falsa que se colocó en 1962, cuando se

tapio una puerta que estaba ubicada en la capilla Norte en la nave del Evangelio al lado del

Altar Mayor. Se pudo confirmar este hecho al encontrar ladrillo contemporáneo rojo debajo de

la capa de friso suave (lámina #17).

Calicata #2 y #5

Estas calicatas se realizaron con el objetivo de corroborar si los “testigos” de marcos de

puerta tapiados por Graciano Gasparini en 1962 (lámina #18 y #21) correspondían a vanos de

puertas con arco. Se pudo observar con estas excavaciones verticales que las 2 puertas

tapiadas por Gasparini que comunicaban el Altar Mayor con la antigua Sacristía sí tenían la

parte superior en arcos de medio punto, y que fueron tapiadas con restos de ladrillos, tejas,

piedras y concreto.

Calicata #3

Esta calicata se excavó para ampliar una hecha por el Ant. Román en 2008 (Román

2008). La intención fue ampliar la visión sobre un arco antiguo que se observaba parcialmente,

y así poder corroborar que este nicho, es un nicho falso (lámina #19). Con la excavación se

pudo observar mejor el fragmento de arco que todavía está presente, y se registró presencia de

ladrillo rojo contemporáneo. Se cree que este vano antiguo fue tapiado durante la restauración

realizada en 1962 por Gasparini con motivo de cerrar las capillas laterales al Altar Mayor y
Arqueología de Rescate e Investigación Osteoarqueológica en el Templo Santa Ana. Herrera Malatesta y Tommasino, 2009 50
Informe Final

que estos espacios quedaran como nuevas sacristías para el párroco. Esto debido a que

Gasparini eliminó la sacristía construida en 1954 que estaba en la pared Noreste, en el muro

del testero, detrás del Altar Mayor.

Calicata #4

En la pared sur, sección Sur-Este, se excavó una calicata cruzada con una calicata

hecha por el Ant. Luís Guillermo Román en 2008 (lámina #20). Sobre la excavada por el Ant.

Román, se realizó una perforación en la pared de ladrillo contemporáneo para observar si se

alcanzaba el nivel del muro original o un nicho tapiado. Al comenzar a excavar en el ladrillo

se alcanzó un antiguo nicho tapiado (lámina #53). Este hallazgo es muy representativo debido

a que en el techo del nicho hay una pintura del escudo de Venezuela (lámina #54). Es muy

resaltante el hecho de que exista un nicho con un escudo de Venezuela tan cerca del Altar

Mayor y frente al altar del Sagrado Corazón. Por los comentarios de Monseñor Alzate, el

sacristán Ángel Moya y el Prof. Santiago Amparán, cronista de Santa Ana, se piensa que

posiblemente en este nicho pudo haber una figura de la Virgen del Coromoto, Patrona de

Venezuela, razón por la cual está el escudo.

Es posible que este nicho haya sido tapido en la restauración de Gasparini en 1962,

aunque él no lo reportó. Sin embargo, algunas personas del pueblo piensan que este nicho fue

tapiado en las reparaciones del piso y del techo que se llevaron a cabo en 1982, aunque el

actual párroco, Monseñor Alzate, nos comentó que él fue quien ordenó las reparaciones de

1982 y ese nicho ya estaba tapiado.


Arqueología de Rescate e Investigación Osteoarqueológica en el Templo Santa Ana. Herrera Malatesta y Tommasino, 2009 51
Informe Final

Calicata #6

Esta calicata, ubicada en el muro Sur, sección Sur-este cerca del Altar del Santísimo

Sacramento (lámina #22), se realizó con el objetivo de observar si el friso del nicho superficial

existente estaba ocultando un nicho tapiado, sin embargo, no se registró ninguna evidencia de

esto, en cambio se pudo observar los materiales de construcción de la pared de mampostería.


Arqueología de Rescate e Investigación Osteoarqueológica en el Templo Santa Ana. Herrera Malatesta y Tommasino, 2009 52
Informe Final

VIII. ANÁLISIS OSTEOARQUEOLÓGICO

Una vez identificados los restos óseos y registrados en las fichas (ver CD anexo), se

inició el análisis osteológico, el cual se llevó a cabo partiendo de las divisiones del material

descritas anteriormente.

El análisis osteológico involucró los siguientes estudios:

 Totalidad y preservación: la totalidad y la preservación se estimó a partir de los

criterios de Buikstra y Ubelaker (1994).

 Cuantificación: la cuantificación del Número Mínimo de Individuos (NMI) presente en

pozos u osarios fue establecido a partir de White y Folkens (2005).

 Edad del individuo al momento de la muerte: para esto se evaluó el grado de cierre de

suturas craneales (Perizonius, 1984; Buikstra y Ubelaker, 1994); el grado de desgaste

dental (Buikstra y Ubelaker, 1994; Brothwell, 1981); el método de Suchey-Brooks y

Todd para estudiar la sínfisis púbica y el método de evaluación de la superficie

auricular del ilium (White y Folkens, 2005). En el caso de los individuos subadultos se

tomó en cuenta la formación y la erupción dental, así como el grado de unión de los

centros de osificación y de las epífisis (Brothwell, 1981).

 Sexo del individuo: para determinar el sexo de los individuos adultos se empleó la

evaluación de las características de dimorfismo sexual en el cráneo, la mandíbula y la

pelvis (Brothwell, 1981; Buikstra y Ubelaker, 1994).


Arqueología de Rescate e Investigación Osteoarqueológica en el Templo Santa Ana. Herrera Malatesta y Tommasino, 2009 53
Informe Final

 Registro de la dentadura y salud dental: a partir de las especificaciones de Buikstra y

Ubelaker (1994), exceptuando los molares, los cuales fueron registrados a partir de

Brothwell (1981)12.

 Mediciones craneales y post-craneales: realizadas a partir de Brothwell (1981) y

Buikstra y Ubelaker (1994), en la medida de los posible. Cuando la longitud de los

huesos largo fue realizada, se llevó a cabo la estimación de la estatura de los individuos

a partir de Trotter y Gleser (1952, 1958) para Blancos y Negros Americanos, y según

Genovés (1967) para Indígenas Mesoamericanos.

 Rasgos epigenéticos: éstos fueron identificados mediante los criterios expuestos por

Berry y Berry (1967), Finnegan (1976) y Buikstra y Ubelaker (1994).

 Patologías: la presencia de anomalías y patologías fueron establecidas a partir de

Ortner (2003).

 Modificaciones antrópicas: la identificación y evaluación de las modificaciones

antrópicas fueron realizadas mediante los criterios de Buikstra y Ubelaker (1994).

En los casos en los cuales no se menciona un determinado análisis para un pozo u

osario, se debió a la falta de información, por problemas de preservación o por ausencia

absoluta de la variable.

Como siguiente paso, se procedió a cruzar la información osteológica con los datos

arqueológicos, produciendo un análisis osteoarqueológico al relacionar todas las variables

12
Abreviaciones dentales:
Ubicación: S: diente superior (Maxilar), I: diente inferior (mandibular)
Lateralidad: D: lado derecho, I: lado izquierdo
Tipo de diente: I1: primer incisivo, I2: segundo incisivo, C: canino, P1: primer premolar, P2: segundo premolar,
M1: primer molar, M2: segundo molar; M3: tercer molar.
El orden que se sigue es ubicación, lateralidad, tipo de diente. Si un signo de interrogación sustituye alguna letra
significa que ya sea la ubicación, la lateralidad o el diente no pudieron ser determinados.
Arqueología de Rescate e Investigación Osteoarqueológica en el Templo Santa Ana. Herrera Malatesta y Tommasino, 2009 54
Informe Final

conocidas que conformaron los enterramientos. Finalmente, se llevó a cabo un intento de

reconstrucción poblacional y de patrones funerarios del Templo de Santa Ana, tomando en

cuenta la alta perturbación del terreno y la pérdida de información contextual.

Es importante destacar que para referirse a los pozos de sondeo, extendidos y los

osarios, en este capítulo se utilizó la nomenclatura de los códigos IPC; en el anexo #3 se

encuentra la lista de códigos por unidades de recolección hecha en este trabajo y el cambio de

los códigos asignados por el Ant. Román al código IPC.

Colección Osteológica del Templo Santa Ana

Material de pozos de extendidos

1. IPC-A-001-NE:

a. Totalidad y preservación: el estado de preservación de los fragmentos óseos

humanos hallados en el pozo #I era muy malo, donde la mayoría de los huesos estaban

presentes en menos del 25%, exceptuando un hueso corto (navicular) presente entre 25 y 50%

de su totalidad. La mayoría de los fragmentos eran huesos largos de extremidades superiores e

inferiores, algunos huesos del cráneo y vértebras.

b. Edad del individuo al momento de la muerte: la mala preservación y la

fragmentación de los restos no permitió un establecimiento confiable de la edad de los

individuos al morir. Sin embargo, la presencia de una epífisis proximal de un fémur fusionada

sugiere la presencia de un adulto.

2. IPC-A-002-NE:

a. Totalidad y preservación: la preservación de los fragmentos óseos hallados en

este pozo era muy mala, con la mayoría de los restos presentes en menos del 25% de su
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totalidad. Es importante resaltar de además de la presencia de algunos restos craneales,

toráxicos, de huesos largos y planos, una mandíbula y una importante cantidad de dientes, el

pozo demostró una alta concentración de huesos de la mano, incluyendo carpianos y

metacarpianos, y algunas falanges y metatarsos. Estos huesos se encontraban en relativa buena

preservación con una presencia mayor al 50% de su totalidad, mientras que los huesos más

pequeños como los carpianos casi completos.

b. Cuantificación: El MNI13 pudo ser establecido en 2 gracias a la presencia de

dos semilunares derechos y dos piramidales izquierdos. Se notó la presencia de un contexto

especial (llamado contexto 1) el cual presentó una acumulación de tercios mediales de

fémures, vértebras, costillas y falanges (lámina #55).

c. Edad del individuo al momento de la muerte: una mandíbula y el desgaste de

sus molares permitió el establecimiento del rango de edad de muerte de un individuo entre 25

y 35 años de edad al morir (Brothwell, 1981).

d. Salud bucal: la mandíbula del individuo adulto joven presentó dos caries

oclusales, una en el IIM2 y una en el IIM3. Entre los dientes sueltos se pudo observar la

presencia de una caries en un SDM2, un SDI2 y un SIM2. La presencia de cálculo se observó

en un SII1, un SIC, un SIP2, un SIM1 y un SIM3.

3. IPC-A-003-NE:

a. Totalidad y preservación: el estado de preservación de los restos óseos de este

pozo era, en general, mala. Sin embargo, encontramos una alta cantidad de huesos cortos de

manos y pies, así como de metacarpos y metatarsos con una preservación muy buena, los

cuales se encontraron en una totalidad cercana al 50-75%. Este pozo presentó una gran

13
MNI: Mínimo Número de Individuos
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cantidad de material el cual representa todas las zonas del esqueleto, incluyendo huesos largos,

fragmentos toráxicos y pélvicos, elementos craneales, extremidades superiores e inferiores y

dientes.

b. Edad del individuo al momento de la muerte: la ausencia de dientes articulados

en una mandíbula no permitió la estimación de la edad de ningún individuo adulto por

desgaste dental. Sin embargo, un maxilar sub-adulto, aun en estado de formación, permitió

establecer la edad del individuo en 8 años (Brothwell, 1981) (lámina 56a). Además, la

presencia de una epífisis proximal de fémur no fusionada nos habla de un individuo sub-adulto

menor a los 15-20 años de edad (lámina 56b).

c. Salud bucal: el individuo de aproximadamente 8 años de edad presentó dos

pequeñas caries en el SDm2 y SDm1, así como algo de cálculo en ambos molares. En cuanto a

los dientes sueltos, observamos caries de magnitud media en un SDI1 y un SIP1; un absceso

pequeño en un SII2 y cálculo en un SDI1, un III1 y un III2. Finalmente, encontramos

hipoplasia en un SDC.

d. Patologías: entre los fragmentos hallados en este pozo pudimos observar la

presencia de osteofitos en la epífisis proximal de un cúbito (lámina #57).

4. IPC-A-004-NE:

a. Totalidad y preservación: la preservación del material extraído de este pozo

estaba en muy mal estado, además de ser escaso. La mayoría de los fragmentos, representados

por huesos craneales, vértebras, huesos largos, costillas y un carpiano, estaba representado por

menos del 25% de la totalidad de los huesos.


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5. IPC-A-005-NE:

a. Totalidad y preservación: el estado de preservación de los restos óseos humanos

hallados en el pozo 005 era malo y la gran mayoría presentó menos del 25% de su totalidad,

exceptuando algunos huesos de las manos y los pies. El material estuvo representado por

huesos largos, algunos huesos planos, restos craneales y huesos de manos y pies, como se

mencionó anteriormente.

Material de Pozos de Sondeo

1. IPC-A-007-NE:

a. Totalidad y preservación: el estado de preservación de los fragmentos óseos

humanos hallados en el pozo de sondeo 4 era malo en general, con una totalidad de los huesos

menor al 25%. La mayoría de los restos fueron identificados como diáfisis de huesos largos,

en su mayoría de tercios mediales, y algunos restos de cráneo, sin posibilidad de identificar el

hueso de proveniencia (posiblemente occipital). La mejor preservación se observó en una

mandíbula con una totalidad de 50-75%.

b. Cuantificación: La mala preservación de los restos hallados dificultó la

determinación del NMI, aun cuando la presencia de dos mandíbulas derechas, permitió

establecerlo en 2 individuos.

c. Edad del individuo al momento de la muerte: fue imposible determinar la edad

de los individuos debido al alto nivel de fragmentación de los restos óseos humanos. Sin

embargo, la presencia de la mandíbula y de los molares M1 y M2 izquierdos, permitió

establecer el rango de edad de los dos individuos identificados. Uno se encontraba entre los 17

y los 25 años de edad, mientras que el segundo murió entre los 25 y los 35 años de edad

(Brothwell, 1981).
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d. Salud bucal: el individuo representado por una mandíbula y un maxilar presentó

una salud bucal regular con la presencia de caries en el SIM2, IDM2, IDM1, y cálculo en los

caninos superiores y el IIM2. El segundo individuo, representado por una mandíbula presentó

una carie en el IDM1 y cálculo en el IDM2.

2. IPC-A-008-NE:

a. Totalidad y preservación: la preservación de los restos óseos humanos hallado

en este pozo era muy mala, dado que todos los fragmentos estaban representados por menos

del 25% de su totalidad, incluyendo algunas costillas, diáfisis de huesos largos y un posible

metacarpo.

3. IPC-A-010-NE:

a. Totalidad y preservación: solo 10 fragmentos de diáfisis de huesos largos

humanos fue hallado en este pozo, con una totalidad menor al 25% y una preservación muy

mala.

4. IPC-A-011-NE:

a. Totalidad y preservación: dos huesos largos no identificados y un tercio medial

de fémur posiblemente derecho conformaron el material óseo presente en este pozo. La

totalidad de todos los fragmentos fue menor al 25% y su estado de preservación era regular, a

pesar de su alta fragmentación.


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5. IPC-A-015-NE:

a. Totalidad y preservación: el material extraído de este pozo correspondió con un

maxilar con la presencia de SDI1, SII2, SIC, SIM1. La preservación del maxilar era regular.

b. Edad del individuo al momento de la muerte: la raíz del SIC mostró que, a pesar

de que el diente se encontraba ya en oclusión, su raíz no estaba completamente formada. Por

esto, podemos determinar la edad del individuo cerca de los 12 años de edad (Brothwell,

1981).

c. Salud bucal: la salud bucal de este individuo solo se vio afectada por la

presencia de una pequeña cantidad de cálculo en el SDI1.

Material de recolección no controlada

1. IPC-A-021-NE:

a. Totalidad y preservación: la preservación de los restos óseos hallados durante la

recolección no controlada (2008) es de regular a mala, con un alto nivel de fragmentación,

igual al observado en los pozos descritos anteriormente. Todas las partes del esqueleto

humano estaban representadas en este material, aunque se nota una incidencia mayor de

diáfisis de huesos largos como fémur y tibia, huesos craneales, mandíbulas, huesos cortos de

las manos y los pies y metatarsos y metacarpos. En su mayoría los restos óseos estaban

representados por menos del 25% de su totalidad, exceptuando los huesos de alta preservación

los cuales podían estar presentes hasta un 75% de su totalidad.

b. Cuantificación: el NMI para este material fue de 18 a partir de la presencia de

tercios proximales del fémur.

c. Edad del individuo al momento de la muerte: la poca incidencia de epífisis de

huesos largos impidió la determinación de algunas edades de individuos. Sin embargo, algunas
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lograron demostrar la presencia de individuos adultos caracterizados por la fusión total de la

epífisis proximal y distal de aproximadamente 18 fémures y tibias. Las mandíbulas presentes

en el pozo permitieron el establecimiento de la edad de tres individuos, quienes murieron entre

los 25 y los 35 años de edad.

d. Sexo del individuo: la presencia de una mandíbula con morfología claramente

masculina permitió la única determinación de sexo entre los fragmentos de restos óseos

humanos.

e. Salud bucal: las mandíbulas, maxilares y dientes sueltos demostraron una

importante cantidad de dientes con cálculo, aun cuando se encontraba en pocas cantidades. Un

significativo número de dientes también presentaron caries que variaban de incipientes a

medias, sin llegar a provocar abscesos o algún tipo de patología dental grave.

f. Patologías: únicamente encontramos una tibia derecha de adulto la cual

presentaba soldada la epífisis distal de la fíbula, posiblemente producto de una fractura que

afectó ambos huesos y sanó juntando ambas articulaciones.

g. Modificaciones antrópicas: tres dientes (muy posible que sean de individuos

distintos) presentaban dos líneas, paralelas a la encía, incisas, a lo largo de la superficie bucal

del diente (lámina #58). Esta característica se puede deber a cierto uso recurrente de los

dientes.

Osarios con nombre (tabla #1)

IPC-A-022-NE al IPC-A-66-NE:

a. Totalidad y preservación: la preservación de los restos óseos hallados en los

osarios con nombre demuestra una ligera predominancia de los restos en estado de

conservación regular (35.5%), seguido por individuos en mal (28.8%) y muy mal estado
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(26.6%). Además, se encontraron tres osarios (6.6%) con restos en buen estado de

preservación y uno (2.2%) en muy buena conservación. La gran mayoría de los osarios (80%)

presentaron menos del 25% del total de los huesos de un esqueleto, mientras que el 15.5% de

los mismos mostraron entre un 25 y un 50% de los huesos. Un individuo se presentó entre el

50 y el 75% de su totalidad, al tiempo que otro osario presentó más del 75% de los restos

óseos de la persona que contenía (lámina #59).

b. Cuantificación: el material de osarios con nombre totalizó 58 individuos

presentes en 45 osarios: 34 receptáculos (75.5%) contenían solamente una persona; 9 osarios

(20%) tenían en su interior un NMI de 2; mientras que en 2 cajas (4.4%) se contabilizó un

NMI de 3.

c. Edad del individuo al momento de la muerte: 15 individuos de los osarios con

nombre pudieron ser evaluados para establecer el rango de la edad al momento de morir, lo

que representa el 25.8% del NMI calculado. La mayoría (40%) de los individuos fueron

establecidos como adultos jóvenes. A continuación, los “adulto medio” y “subadultos” (lámina

#60) conformaban 6 de los individuos, con 20% cada categoría. Los adultos representaron

13.3%. Solamente un adulto anciano (6.6%) fue identificado.

d. Sexo del individuo: de este material, 21 individuos (36.2% del total NMI)

presentaron algún tipo de área diagnóstica para evaluar su sexo. Sin embargo, 7 dieron

resultados ambiguos, no pudiéndose determinar el sexo exitosamente. De resto, 5 individuos

(23%) fueron determinados como posibles masculinos, al tiempo que 9 individuos se

establecieron como posible femenino, femenino y masculino, 3 personas para cada categoría

(14.2%).

e. Salud bucal: una o más caries se presentaron en 8 individuos (13.7%), mientras

que un solo absceso se pudo observar en esta muestra. Cálculo dental, en menor o mayor
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Informe Final

medida estaba presente en 11 individuos. La pérdida de dientes pre-mortem se dio en 13 de los

osarios que conforman este material. Todos estos aspectos son característicos de una

población con salud dental regular.

f. Mediciones craneales y post-craneales: 57 medidas fueron tomadas de 2

individuos contenidos en los osarios con nombre (tabla #2). El cálculo de la estatura fue

realizado para ambos individuos masculinos, arrojando resultados de 180-182cm y 162-165cm

(tabla #3).

g. Patologías: 6 condiciones patológicas fueron observadas en este material de

osarios identificados. Dos de las patologías fueron relacionadas con la desarticulación de los

huesos: un peroné presentó rastros de eburnación y la remodelación de su faceta articular

distal (lámina #61a), mientras que una cavidad glenoidea se encontraba totalmente deformada

(lámina #61b). Un leve proceso infeccioso ya sanado se identificó en una tibia donde se

observó la presencia de actividad blástica con huesos lamelar, signo de una periostitis. Por otro

lado, un esternón mostró una intensidad actividad lítica que produjo un agujero de

aproximadamente 5mm de diámetro con señales de remodelación en los bordes, lo que

demuestra que el proceso de sanación se había iniciado al momento de la muerte (lámina

#61c). Es difícil determinar la causa de esta patología tan agresiva pero un proceso infeccioso

intenso pudo haber ocasionado una cloaca de estas magnitudes. La epífisis proximal de un

cúbito mostró una actividad blástica muy intensa, con la presencia de hueso lamelar en el área

no articular, lo que pudo ser resultado de una sanación poco exitosa luego de una fractura

(lámina #61d). A pesar de esto, no pudieron observarse otros indicios de fractura en el hueso.

Dos individuos presentaron signos de artritis: uno mostró evidencias de eburnación en el

acetabulum, al tiempo que una vértebra (posiblemente torácica) presentaba un grado muy
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Informe Final

avanzado de osteofitos en el cuerpo vertebral. Es posible que ésta última condición haya

producido una severa artritis vertebral o incluso una espondilitis anquilosante (lámina #61a).

h. Modificaciones antrópicas: un individuo contenido en un osario identificado

con nombre presentó la misma modificación antrópica vista en uno de los fragmentos del

material de recolección no controlada, la cual consistía en una línea incisa paralela a la encía a

lo largo de la superficie bucal del diente, lo que podría haberse producido por el uso recurrente

de los dientes (lámina #58).

Osarios sin nombre (tabla #4)

IPC-A-067-NE al IPC-A-117-NE:

a. Totalidad y preservación: los osarios de este grupo demuestran un preservación

que varía entre regular (66.6%), malo (29.4%) y muy malo (31.3%). En cuanto a la totalidad

de los enterramientos, encontramos que la gran mayoría de los osarios (84.3%) presentaron

menos del 25% de los restos óseos que conforman un enterramiento completo, mientras que

los osarios donde se presentó entre el 50 y el 25% de los huesos del individuo representaron el

11.7%. Sólo dos osarios presentaron entre el 50 y el 75% de los restos óseos del humano que

contenía.

b. Cuantificación: un total de 51 osarios fueron analizados, los cuales no poseían

identificación sobre la identidad del individuo contenido en la urna. En 39 osarios (76.4%) se

pudo establecer un NMI de 1, mientras que para 10 (19.6%) el NMI fue de 2 (lámina #62).

Finalmente 2 osarios contenían un NMI de 3, totalizando 65 personas incluidas en los 51

osarios que integran esta categoría de material.

c. Edad del individuo al momento de la muerte: a 25 osarios sin nombre (49%) se

les pudo determinar el rango de edad en el cual el o los individuos contenidos murieron. De
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Informe Final

los 65 individuos en osarios sin nombre, a 29 (44%) se les determinó la edad. La distribución

por rango de edad produjo: 37% de adultos jóvenes, 34.4% de adultos, 13.7% de subadultos

(lámina #63a), 6.8% de adolescentes (lámina #63b) y para juveniles (lámina #63c) y adultos

medio (lámina #63d), 3.4% cada uno.

d. Sexo del individuo: 24 individuos de los 65 hallados en estos osarios pudieron

ser evaluados para determinar su edad. De éstos, sólo uno resultó ser indeterminado, pues las

zonas diagnósticas arrojaron resultados ambiguos. Entonces, 23 individuos fueron sexados,

encontrándose: 7 femeninos, 7 posible masculinos, 6 posible femeninos y 3 masculinos.

e. Salud bucal: 8 individuos presentaron una o más caries, al tiempo que dos

mostraron señales de abscesos y 9 presentaron cálculo dental. Finalmente, 9 individuos

presentaron pérdida de dientes pre-mortem (lámina #64), lo cual sugiere una salud dental

regular para la población general contenida en éstos osarios.

f. Mediciones craneales y post-craneales: 41 mediciones fueron tomadas de un

total de 4 individuos (tabla #5). Por otro lado, fue posible calcular la estatura promedio para

tres individuos contenidos en los osarios sin nombre, dos masculinos y un femenino. Para los

hombres la estatura fue de 162-167cm y 167-169cm, al tiempo que la estatura del individuo

femenino arrojó un resultado de 157-160cm (tabla #6). Los rangos de variación para el primer

individuo son sumamente amplios debido a que su estimación fue hecha a partir de la longitud

del radio, la cual tiene un grado mucho menor de confiabilidad.

g. Rasgos epigenéticos: un individuo de este material presentó la sutura metópica,

mientras que otro cráneo mostró huesos suturales (lámina 65a), posiblemente el Hueso Apical

y/u Oscículo Lambda (lámina 65b).

h. Patologías: 9 patologías fueron identificadas en los individuos de los osarios sin

nombre. Una de estas patologías era dental, demostrándose un grado leve de periodontitis en
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Informe Final

una mandíbula, producto de alguna infección a nivel de las encías. Otros procesos infecciosos

relativamente leves fueron encontrados en 3 individuos más, uno en el hueso parietal del

cráneo, otro en el cúbito (lámina #66a) y otro en la epífisis distal del fémur. Las tres periostitis

parecen haberse encontrado en proceso de sanación (por presencia de huesos esponjosos),

aunque no parecen estar relacionados con la causa de la muerte. Un agujero de

aproximadamente 5mm de diámetro fue hallado en un cráneo (lámina #66b), lo cual podría

indicar una infección grave que produjo una cloaca que atravesó el huesos craneal. Este

agujero mostró evidencias mínimas de remodelación, lo cual implica que comenzó su proceso

de sanación, la cual no finalizó exitosamente, quizás debido a la muerte del individuo. Por otro

lado, un individuo mostró signos de una osteoartritis avanzada (lámina #66c), enfermedad

típica de adultos de avanzada edad, en la cual se desarrollan osteofitos en las epífisis de los

huesos largos y la columna vertebral, entre otros síntomas. Un individuo presentó una

importante deformación femoral, cuyo origen pudo haber sido una osteomalacia (lámina

#66a), la cual produce una flexibilidad o debilidad extrema de los huesos. Ésta característica

es típica de la enfermedad del raquitismo, aun cuando es difícil asegurar que el individuo la

haya padecido por falta de otras evidencias en los huesos. En el hueso frontal del cráneo de

otra persona se pudo observar una pequeña cantidad de hiperostosis porótica (lámina #65a,

flecha azul), debido a la malnutrición del individuo, ocasionándole anemia. Finalmente,

encontramos una hendidura en un fragmento de huesos largo, la cual no parece ser producto de

una condición patológica, sino de una posible inserción muscular o ligamento, aun cuando la

causa de este fenómeno es difícil de determinar.


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Informe Final

Interpretación osteoarqueológica de los restos óseos del Templo Santa Ana

Material de remoción

Los restos osteoarqueológicos encontrados en los pozos de sondeo, pozos extendidos y

en la recolección no controlada fueron agrupados bajo la categoría de „material de remoción‟,

debido al alto grado de similitudes en sus características, interpretándolo como un mismo

material. El nombre de la categoría se debe a las evidencias de su intensa remoción,

observables a través de las características tafonómicas del material como quiebres recientes de

los huesos, mezcla aleatoria de los restos y presencia de objetos personales, de construcción,

partes de urnas, etc. (lámina #41 a #43).

Por otro lado, el contacto prolongado con el medio ambiente es también fácilmente

detectable en el material de remoción, no sólo por la forma como fueron hallados los restos,

sino por las grietas, la coloración y la pérdida de materia que se presentan en la gran mayoría

de los huesos. Estas modificaciones tafonómicas influyeron también en la preservación de los

huesos. En este tipo de restos se observó una conservación importante de diáfisis de huesos

largos, mandíbulas, restos de la bóveda craneal y dientes, así como de una gran cantidad de

huesos de manos y pies, incluyendo carpianos y tarsianos, metacarpos, metatarsos y falanges.

Al contrario, las epífisis y cualquier otra zona caracterizada por hueso esponjoso, así como los

huesos planos, tuvieron una preservación bastante precaria, hallándose en pocas ocasiones. En

general, este estado de preservación es bastante normal en condiciones de remoción del

terreno y contacto con el medio ambiente, como las evidenciadas en estos materiales, puesto

que los huesos o partes de huesos más sólidas se preservan mejor.

A pesar de estas intensas pruebas de remoción, la ubicación en el pozo #II (IPC-A-002-

NE), de un posible contexto funerario caracterizado por una burbuja de aire rodeado de tierra

muy suelta con acumulación inusual de huesos, puede ser evidencia (posiblemente no
Arqueología de Rescate e Investigación Osteoarqueológica en el Templo Santa Ana. Herrera Malatesta y Tommasino, 2009 67
Informe Final

intencional, sino incidental) de las características que tendría la actividad funeraria del templo,

previo a la alta actividad de perturbación del terreno.

En cuanto a las características osteológicas, la colección del Templo demuestra una

distribución típica con presencia de ambos sexos, así como de los rangos etarios. Con respecto

al último punto, quizás la poca frecuencia de adultos ancianos y la mayor incidencia de

subadultos y adultos jóvenes puedan parecer discordantes. Sin embargo, es necesario recordar

que a muy pocos individuos se les pudo establecer con cierto grado de confiabilidad la edad,

siendo los huesos de estos grupos etarios los que mejor se conservan.

Por lo tanto, este análisis no debe ser empleado con carácter cuantitativo, sino más bien

cualitativo, donde se evidencia que en el templo todos los grupos etarios estaban representados

y fueron afectados por la alteración de la zona. Además, las presencia de patologías como

artritis y perdida pre-mortem de dientes, aun cuando no son exclusivos de individuos de edad

avanzada, sí son más comunes entre ellos. Por este motivo, podría inferirse que sí es posible la

presencia de individuos adultos ancianos en este material.

Entre otras patologías y condiciones no patológicas, podemos resaltar la observación

de una salud dental de regular a mala, normal de este tipo de colecciones, al igual que la

presencia de fracturas e infecciones mal curadas. Por otro lado, la presencia de hipoplasia en

un individuo indica estrés psicológico o malnutrición sufridos por la persona en el tiempo de

la formación del diente.

Material de osarios

Los individuos encontrados en osarios, identificados con nombres o no, se analizaron

bajo esta categoría, la cual se caracteriza por la presencia de enterramientos no primarios

incompletos indirectos.
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Informe Final

La gran mayoría de estos osarios estaban contenidos en cajas de metal y bolsas

plásticas. Sin embargo, un importante número de enterramientos fueron afectados por agua

que se depositó en las cajas y bolsas, debido a las prolongadas fallas de almacenamiento

(lámina #67). Ante esto, más de la mitad de los restos óseos en osarios se encontraron en

condiciones malas o muy malas, estos fueron aquellos ubicados en la parte baja de la fosa. No

obstante, la otra mitad se encontraba en condiciones regulares de conservación, con algunos

casos con buena o muy buena preservación, los cuales no parecen haber sido afectados por el

agua, estos fueron aquellos ubicados en la parte superior de la fosa. Aún más, la presencia de

cabellera, perfectamente conservada, es prueba de que algunos de los restos de estos osarios

no entraron en contacto prolongado con el medio ambiente, el cual hubiese impedido la

conservación de estos elementos.

Por lo tanto, el estado de conservación de los restos en los osarios es variado (lámina

#68a-c), dificultándose la identificación de una constante, ya que algunos muestran signos de

grietas en la superficie de los huesos, pérdida de materia óseo y coloración, señales de haber

estado en contacto con el medio ambiente por un tiempo prolongado, mientras que otros restos

óseos no evidencian esto. Ésta diferencia no parece estar asociada al criterio de osarios con o

sin nombre, la única información arqueológica contextual que ha perdurado, lo que dificulta

aún más determinar si éstas distinciones en la preservación se deben a factores específicos

asociados a los procesos de inhumación y exhumación, o simplemente a factores incidentales

de la ubicación del osario dentro de la fosa, pues el agua que se filtró durante tanto tiempo

terminó depositándose en los osarios inferiores y no afectando tan intensamente los osarios

superiores.

A pesar de estas diferencias de conservación y modificaciones tafonómicas, los restos

en osarios muestran que los huesos largos (tanto sus diáfisis como sus epífisis) se conservaron
Arqueología de Rescate e Investigación Osteoarqueológica en el Templo Santa Ana. Herrera Malatesta y Tommasino, 2009 69
Informe Final

bastante bien, junto con los huesos craneales y los dientes. Los huesos planos y las vértebras,

se conservaron en menor medida, mientras que los huesos cortos de manos y pies son bastante

escasos. Esta distribución de elementos es característica de los enterramientos secundarios o

terciarios indirectos, donde el escaso contacto con el medio ambiente ha preservado gran parte

del tejido esponjoso y huesos planos. Mientras tanto, la ausencia de huesos cortos también es

normal en estos contextos pues, aun cuando son muy resistentes, son fáciles de pasar por alto

en el proceso de exhumación-inhumación de los enterramientos secundarios debido a su

reducido tamaño.

Este punto nos permite tratar de analizar el cuidado con el cual se realizó el proceso de

enterramiento secundario, y posiblemente terciario, de estos individuos. En primera instancia,

es posible pensar que los fragmentos con mayor pérdida de materia ósea, con efectos del

ambiente en ellos y ausencia de cabellos pudieron haber pasado por un enterramiento

secundario o terciario distinto a aquellos mejor preservados. En este sentido, es posible que

algunos enterramientos primarios hayan sido exhumados de forma más descuidada, dejándose

expuestos a las condiciones ambientales por algún período de tiempo, durante el cual el

proceso de deterioro de los huesos se aceleró.

Este ínterin y un traspaso negligente de los restos óseos de un contexto a otro, pudieron

haber ocasionado la omisión y/o extravío de huesos más pequeños que no lograron ser

inhumados por segunda o tercera vez, por ejemplo hacia los osarios. Sin embargo, algunos

osarios pudieron ser re-enterrados con mayor atención, minimizándose el tiempo de contacto

de los restos con el ambiente y procurando con gran cuidado no obviar el traspaso de ningún

resto óseo a su osario, incluyendo también su cabellera y los objetos votivos (como broches,

camafeos y flores artificiales) o no (como rastros de la urna funeraria, prótesis dentales y


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restos de la vestimenta) que pudiesen encontrarse dentro del receptáculo del enterramiento

primario (lámina #69a y #69b).

Más allá de la presencia y preservación de restos óseos y objetos asociados, los osarios

con identificación nos permiten ir un paso más allá en el análisis del proceso de inhumación

secundaria. Por un lado, la correlación del NMI y los nombres de los osarios demuestran que

era posible (aunque es difícil establecer si era un procedimiento común) que varios individuos

se ubicasen en un mismo osario (muy probablemente parientes o cónyuges). Es difícil

establecer hasta qué punto esta práctica se llevaba a cabo desde el enterramiento primario, o

sólo al momento del enterramiento secundario, pero demuestra cierto grado de atención a los

detalles, sobretodo en 3 osarios donde el NMI y la cantidad de nombres se corresponde. Sin

embargo, en otros casos se presentan discrepancias entre ambas variables, demostrando un

grado mayor de descuido en el proceso de exhumación-inhumación, como aquellos en los que

hay dos o más NMI en un osario con un solo nombre, o viceversa.

Por otro lado, la correlación entre la variable de sexo y nombre también puede

demostrar cierto grado de negligencia en el proceso de enterramiento secundario, pues en tres

ocasiones el sexo del individuo, establecido osteológicamente no correspondía con la

identificación en el osario. Es importante destacar que para esta interpretación se emplearon

únicamente los individuos a los cuales se les estableció el sexo con alto grado de

confiabilidad.

Desafortunadamente, es difícil identificar algún patrón que relacione el grado de

cuidado que pudo haber tomado el entierro secundario con alguna otra variable, como

ubicación. Lo que sí parece seguro es que las variables de edad y sexo no parecen haber

intervenido en quienes eran cuidadosamente re-enterrados y quiénes no.


Arqueología de Rescate e Investigación Osteoarqueológica en el Templo Santa Ana. Herrera Malatesta y Tommasino, 2009 71
Informe Final

Todas las características anteriormente descritas permiten resaltar la alta probabilidad

de que estos osarios no representen enterramientos secundarios, sino más bien terciarios,

donde por lo menos dos procesos de exhumación-inhumación parecen haber intervenido en la

historia de los enterramientos de este templo.

En cuanto a la distribución de las variables edad y sexo se encontró que la segunda

demuestra una presencia tanto masculina como femenina, aun cuando no nos atrevemos a

establecer un análisis estadístico por falta de información. Igualmente, como se mencionó para

el material removido, existe una distribución bastante amplia de los rangos etarios en los

osarios, que pasa por la presencia de subadultos incluyendo juveniles y adolescentes, y

adultos, tanto adultos jóvenes, medios y ancianos. La poca incidencia de éstos últimos, aun

cuando no es lo que se esperaría en primera instancia, no debe ser asociada a un patrón

funerario relacionado con la edad, sino más bien a la imposibilidad de establecer el rango

etario de la gran mayoría de los restos óseos encontrados en los osarios, como ya

mencionamos anteriormente.

Por otra parte, los objetos asociados a los osarios podían ser votivos o no, donde se

incluían pertenencias del fallecido, así como vestigios de su contenedor y su vestimenta.

Finalmente, la salud de los individuos en osarios muestra un cuidado dental de regular

a malo con incidencia de caries, abscesos y un caso relativamente grave de periodontitis.

Algunas de las patologías presentes son comunes, incluyendo casos de artritis, desarticulación

de algún hueso, infecciones menores y fracturas. Sin embargo, algunas patología detectadas

son más llamativas como procesos infecciosos graves que pudieron haber incidido (aun

cuando no ocasionado) la muerte del individuo; la identificación de un caso de artritis

vertebral severo, que pudo haber afectado la movilidad del individuo, y la presencia de anemia
Arqueología de Rescate e Investigación Osteoarqueológica en el Templo Santa Ana. Herrera Malatesta y Tommasino, 2009 72
Informe Final

y posible osteomalacia, ambos posiblemente debidos a problemas de malnutrición, congénitos

o fisiológicos.

Reconstrucción de la población y los enterramientos del Templo Santa Ana

La población que encontramos representada en los enterramientos del Templo

demuestra un grupo de personas con características comunes para la época. En este sentido,

encontramos que todos los grupos etarios y ambos sexos están representados en la población,

no distinguiéndose patrones funerarios distintivos relacionados con alguna de estas variables.

Por otro lado, la salud bucal de la población es de regular a mala, característica usual

para colecciones de finales del siglo XVIII, XIX y principios del siglo XX, sobre todo en las

provincias, donde acceso a especialistas en la salud y herramientas de higiene eran aun más

escasos que en las grandes ciudades. La escasez de recursos médicos también puede

interpretarse en la presencia de procesos infecciosos graves y fracturas mal curadas.

Igualmente, algunas patologías también sugieren deficiencias alimenticias, en la cual los

problemas de nutrición parecieran ser usuales, evidenciados posiblemente en la presencia de

hipoplasia, anemia y osteomalacia.

La forma de vida también podría reflejarse en la presencia, en por lo menos 2

individuos, de una o varias líneas horizontales a la encía. Esto podría ser señal de algún oficio

que requiriese el uso de los dientes de una manera que produjese una abrasión permanente y

ocasionara la incisión de la cara bucal del diente (lámina #58), como podría ser la manufactura

de redes y/o chinchorros. Sin embargo, es difícil establecer una causa definitiva para esta

modificación, la cual no ha sido documentada en la literatura arqueológica o etnohistórica

conocida.
Arqueología de Rescate e Investigación Osteoarqueológica en el Templo Santa Ana. Herrera Malatesta y Tommasino, 2009 73
Informe Final

Finalmente, podemos mencionar las características de algunos de los objetos asociados

votivos o no. La presencia de madera, tornillos, clavos, manijas de metal y bisagras podrían

dar cuenta de la utilización de urnas de madera, mientras que los objetos que acompañaban a

los individuos sugieren que eran personas comunes, quienes eran enterrados con algunas

pertenencias personales no muy ostentosas, aunque sí podrían haber sido valiosas para sus

dueños como camafeos y broches.

Se considera que la población enterrada en el Templo Santa Ana representa individuos

de la comunidad, sin mayores diferencias de estatus social, edad, sexo o causa de la muerte.

Por otro lado, al llevar a cabo un intento por reconstruir los patrones de enterramiento

practicados en el Templo de Santa Ana del Norte, encontramos que la pérdida de información

contextual, producto de la obvia remoción intensiva del suelo de la iglesia, muy posiblemente

en varias momentos de su historia y por diversas razones, así como en la falta de información

arqueológica de las excavaciones hechas anteriormente, dificulta la interpretación.

Una vez transcurrido cierto tiempo, o quizás por razones de espacio, los enterramientos

primarios eran exhumados, con mayor o menor grado de cuidado y rapidez y se les inhumaba

nuevamente. Es posible que en algunos casos los enterramientos secundarios se hayan

realizado envueltos en algún tipo de receptáculo perecedero como fardos de tela o urnas de

madera, lo cual podría estar evidenciado en la presencia del contexto 1 en el pozo IPC-A-002-

NE.

Se tiene referencia de los distintos cambios en el sub-suelo del Templo a lo largo del

tiempo, que disturbaron y removieron el sub-suelo de la iglesia, donde además, se conoce que

se hicieron sin mayor cuidado a los enterramientos (Márquez Gómez 2004) primarios y

secundarios, ubicados en las distintas naves. Esto ocasionó una alta perturbación de los

enterramientos y una dispersión descontrolada de huesos humanos por todo el sub-suelo. La


Arqueología de Rescate e Investigación Osteoarqueológica en el Templo Santa Ana. Herrera Malatesta y Tommasino, 2009 74
Informe Final

última de estas alteraciones registradas, fue la realizada en 1982, cuando una o varias zonas de

acumulación de enterramientos secundarios fueron identificadas, ocasionando un nuevo

proceso de exhumación e inhumación en enterramientos más duraderos (los osarios),

originando así enterramientos terciarios, con preservación y mantenimiento de información

personal altamente variable.

Con esto se confirma que las características de los osarios estudiados y del área

excavada de la iglesia, así como la preservación de los restos óseos que contienen, sugieren

que existe una alta probabilidad de que varios procesos de des-enterramiento y re-

enterramiento se hayan llevado a cabo durante toda la historia de la iglesia, sea por necesidad

de espacio para acomodar nuevos enterramientos o por modificaciones constructivas en el

Templo. Esto ocasionó la destrucción de una gran cantidad de enterramientos y la

preservación de algunos otros en forma de enterramientos terciarios.

A pesar de que se pudieron establecer algunas interpretaciones y reconstrucciones

relacionadas con la población enterrada en el templo, así como del proceso funerario que han

sufrido tales enterramientos, es importante recalcar que la pérdida de información contextual,

debida a la perturbación del sub-suelo del Templo y a la actividad arqueológica negligente

(Izaguirre Serfaty 2007), dejan grandes lagunas interpretativas y profundas interrogantes.

Por tal motivo, es difícil tratar de establecer patrones de enterramiento ligados a

variables de edad, sexo, o ubicación espacial a partir de la información osteoarqueológica. Sin

embargo, la incorporación de variables históricas y testimoniales a este análisis puede

sustentar y dar una reconstrucción más detallada de la actividad funeraria del Templo Santa

Ana.
Arqueología de Rescate e Investigación Osteoarqueológica en el Templo Santa Ana. Herrera Malatesta y Tommasino, 2009 75
Informe Final

IX. ESTUDIOS DE GEODETECCIÓN Y ARQUEOLOGÍA

En primer lugar, es importante recalcar que existen características en el Templo que

afectaron la lectura del georadar, estás son: presencia de mallas metálicas y suelos arcillosos.

Estos elementos hicieron que los datos provenientes del equipo de geodetección fueran

difíciles de interpretar. En esta sección se plantearán algunos elementos de interés para los

cruces de evidencias, y en el anexo #11 se pueden observar algunos elementos resaltantes de la

reunión sostenida con la empresa TRX Consulting C.A. y el Coordinador de Arqueología.

Al contrastar los resultados de las excavaciones realizadas en el Templo con aquellos

del estudio de geodetección fue posible corroborar que las evidencias tenían relación. Como se

comentó, la localización de los pozos de sondeo se hizo tomando en cuenta las anomalías

señaladas en el estudio con el georadar. Sin embargo, al reconsiderar los resultados de TRX

Consulting C.A. con los obtenidos en las excavaciones se pudo observar de manera más clara

que la relación estaba presente; pues la premura y rapidez con la que se entregó el informe

final del estudio de geodetección, generó que no se pudiesen interpretar los datos en su

máxima resolución. Es por esto que es necesario que los entes contratantes configuren sus

contrataciones considerando que cada disciplina posee tiempos de trabajo particulares. Si bien

este tipo de proyectos requieren que todas las actividades se hagan de manera intensiva y

rápida, es cierto que para obtener mejores resultados en la restauración de Patrimonio

Histórico, es prudente conciliar y aceptar los tiempos de trabajo de cada equipo, tanto en

campo como en el proceso de interpretación de la data obtenida.

En la lectura de TRX Consulting C.A. se observa lo mismo que en el resto de las zonas,

anomalías puntuales y pequeñas, con perturbaciones borrosas, posiblemente relacionadas con

las altas concentraciones de arcilla que encontramos los arqueólogos en las excavaciones. Las
Arqueología de Rescate e Investigación Osteoarqueológica en el Templo Santa Ana. Herrera Malatesta y Tommasino, 2009 76
Informe Final

características del sub-suelo y la malla metálica no ayudaron a tener una lectura clara del sub-

suelo del Templo, todo lo contrario, afectaron mucho los datos recolectados por el GPR.

Un elemento importante para entender los datos proporcionados por el estudio de

geodetección es que el georadar sólo detecta los topes de las anomalías y no toda la dimensión

de ésta. Este elemento se observa claramente en el área donde se excavó el pozo #I. Aquí el

georadar detectó una anomalía amplia en el eje horizontal pero amorfo en el eje vertical. Sin

embargo, al revisar estos datos en conjunto con el técnico de TRX Consulting C.A. fue posible

determinar que el área de la anomalía desde una perspectiva en 3D corresponde con la fosa

antigua excavada.

La gran mayoría de anomalías reportadas en el estudio son puntuales desde 30cm hacia

abajo y, las evidencias arqueológicas en estas zonas, consisten en tierra removida: rocas, tejas,

ladrillos, huesos humanos. Estas anomalías puntuales son reflejo de los cambios en la

densidad de los materiales, por ejemplo la tierra no posee la misma densidad que un ladrillo.

Sin embargo, elementos pequeños como fragmentos de hueso, piedras pequeñas y fragmentos

de cerámica no son detectados por el equipo.

Se considera que el estudio de geodetección consistió en un aporte invaluable en la

determinación de las áreas a ser intervenidas por los arqueólogos, facilitando la delimitación

de la metodología de trabajo. Es importante que en el futuro los arqueólogos y los geofísicos

unan esfuerzos en investigaciones conjuntas de manera de poder ir creando una base de datos

uniforme, que facilite el trabajo de ambas disciplinas. Sin lugar a dudas, la inclusión de

estudios de geodetección en proyectos de restauración de monumentos históricos es necesaria

y, se espera, que este caso en el Templo Santa Ana sirva de ejemplo a todos los entes

gubernamentales en el futuro.
Arqueología de Rescate e Investigación Osteoarqueológica en el Templo Santa Ana. Herrera Malatesta y Tommasino, 2009 77
Informe Final

X. RELACIÓN ENTRE LAS LÍNEAS DE EVIDENCIA

En este capítulo se presentarán las relaciones entre las diferentes líneas de evidencia

utilizadas durante la investigación, estas son: el estudio de geodetección, la evidencias

osteoarqueológicas y arqueológicas, los datos históricos y la tradición oral.

Los Enterramientos en el Templo de Santa Ana del Norte

Si bien fue en el siglo XVI cuando la Corona Española decretó que se debía abandonar

la costumbre de enterrar a los muertos en las iglesias y se debían construir cementerios, esto

por razones de salubridad pública, en Venezuela fue en 1873, con el gobierno de Guzmán

Blanco que se inicia una campaña fuerte para erradicar esta costumbre (Zucchi 2000). A partir

de los datos recolectados tanto en las excavaciones, entrevistas, datos históricos como en los

análisis osteoarqueológicos, fue posible conocer que en el Templo Santa Ana se realizaban

enterramientos desde, al menos, el siglo XVII hasta inicios del siglo XX. Sin embargo, un

adecuado ordenamiento cronológico de las evidencias fue imposible debido a la condición

alterada y removida de la estratigrafía del Templo.

Igualmente, fue posible conocer que las actividades de enterramiento y reenterramiento

en el Templo fueron muy comunes. Como se puede observar en el anexo #1 existen

documentos que atestiguan el enterramientos de difuntos dentro del Templo y luego su

posterior traslado a otros lugares. Igualmente, las personas entrevistadas que trabajaron en el

Templo en diversos momentos de intervenciones atestiguan haber observado urnas funerarias

pequeñas donde no pudo haber entrado un cuerpo humano extendido, lo cual sugiere que

primero eran enterrados directamente en el suelo y luego de pasados unos años desenterrados

para ser colocados de manera desarticulada dentro de estas urnas. En un solo caso los

entrevistados hicieron referencia a una urna grande donde pudo haber cabido un cuerpo
Arqueología de Rescate e Investigación Osteoarqueológica en el Templo Santa Ana. Herrera Malatesta y Tommasino, 2009 78
Informe Final

extendido, este es el caso del entierro del General Policarpo Mata Romero, sin embargo

todavía existen dudas al respecto de este hallazgo (anexo #12).

En las excavaciones se observó casos en que el enterramiento estaba desarticulado y en

un saco de aire, lo que posiblemente indica un enterramiento en un fardo de tela; en otros

casos la ubicación de cráneos juntos pudiera indicar el enterramiento de más de un individuo

en el mismo lugar. Aunque no se tiene certeza de que el hallazgo de los cráneos juntos

implique un entierro comunal o sencillamente es resultado de una intervención negligente.

Este tipo de actividades, enterrar y desenterrar, seguramente generó fuertes remociones

en el sub-suelo del Templo, aunado esto a las intervenciones realizadas desde finales del siglo

XVII, es comprensible la razón del patrón estratigráfico encontrado durante las excavaciones.

Sin embargo, al cruzar estas evidencias es posible conocer que en el Templo se enterraron a

los muertos de manera: 1) directa-primaria-articulada, es decir que se colocó el cuerpo

directamente en el suelo y extendido; 2) directa-secundaria-desarticulada, en el caso en que se

encuentra un individuo directamente en el suelo pero sus huesos están desarticulados, lo que

quiere decir que primero fue enterrado directamente y luego vuelto a enterrar

desarticuladamente, posiblemente dentro de un fardo de tela; 3) indirecta-primaria-articulada,

en el caso de enterramientos como la posible urna de Policarpo Mata Romero; 4) indirecta-

secundaria-desarticulada, es el caso de los enterramientos ubicados en urnas pequeñas. Por

último, a través de los análisis osteoarqueológicos fue posible definir un quinto tipo de

enterramientos, los indirectos-terciarios-desarticulados, que son el caso de los osarios descritos

anteriormente, este caso se refiere a individuos que fueron enterrados posiblemente en urnas

de madera o directos en el suelo de manera secundaria y que luego fueron extraídos y

colocados por tercera vez en un nuevo receptáculo.


Arqueología de Rescate e Investigación Osteoarqueológica en el Templo Santa Ana. Herrera Malatesta y Tommasino, 2009 79
Informe Final

Con esto es posible apreciar lo intenso de las actividades funerarias en el Templo, y lo

activo de las intervenciones y afectaciones sobre los individuos. De hecho, en los osarios

construidos en 1982 y analizados en este trabajo se encontraron 95 osarios con

aproximadamente 123 individuos, en las excavaciones del Ant. Román se describe alrededor

de cinco individuos más (contando los excavados por Izaguirre Serfaty en 2007). Según los

cálculos de MNI realizados para los huesos aislados excavados en los pozos de sondeo y las

extensiones se reportó alrededor de 10 individuos, esto genera un resultado de 138 individuos,

lo que significa un número ínfimo para una iglesia donde se enterraron muertos desde finales

del siglo XVII hasta inicios del XX, provenientes de más de un pueblo, pues en el Templo de

Santa Ana del Norte se enterraban a los difuntos de Tacarigua, Pedrogonzalez y otros caseríos

cercanos, como los actuales pueblos de El Cercado.

En los siglos anteriores al XX, las iglesias eran subdivididas en sectores para ubicar a

los muertos, y su ubicación dependía de la cantidad de dinero que pudiera pagar la familia del

difunto, “el primero de los cuales estaba situado delante del altar mayor, y era el que tenía el

precio más elevado, los demás tramos seguían al anterior y se extendían hasta la puerta

principal, y su precio iba disminuyendo a medida que se alejaban del altar mayor” (Zucchi

2000: 53). Esto indica que los personajes importantes de las comunidades y las clases

pudientes eran enterrados de manera privilegiada dentro de la iglesia. Por ejemplo, en el pozo

extendido #I se encontró una urna de cemento antiguo suficiente para colocar una sola urna de

madera y por ende un solo muerto, la ubicación de esta fosa cerca del altar mayor indica que

en su interior estuvo enterrado un individuo de clase socio-económica alta, o posiblemente

importante dentro de la sociedad. Por otro lado, si bien cerca del altar mayor se esperaría una

incidencia menor, hacia nardex frente a la puerta principal del Templo debería haber presencia

de una alta cantidad de personas enterradas, pues en esa zona se enterraba a la mayoría de
Arqueología de Rescate e Investigación Osteoarqueológica en el Templo Santa Ana. Herrera Malatesta y Tommasino, 2009 80
Informe Final

individuos no pudientes, y sin embargo, aquí no se encontró evidencias de enterramientos, más

allá de gran cantidad de huesos sueltos.

Considerando este patrón de ubicación de los muertos, y la cuantitativa de individuos

encontrados se pueden considerar dos perspectivas; en primer lugar, la cantidad de

enterramientos destruidos en el Templo durante el tiempo fue sumamente alta; o en segundo

lugar, dentro del Templo existieron muchos más enterramientos pero la mayoría está ubicada

en las adyacencias al mismo, como también se frecuentaba en la época de la Colonia. De

hecho se tienen reportes (Márquez Gómez 2004; Salazar 2007) de que antes de construir el

cementerio actual de Santa Ana del Norte, el cementerio estaba ubicado detrás de la pared del

testero, es decir detrás de la pared Este del Templo, en la zona donde actualmente se encuentra

la Alcaldía del Municipio Gómez.

Estas interpretaciones son sólo algunas consideraciones que es posible realizar en

función de la data analizada y estudiada. Se está consciente de que podrían existir muchas

variables a considerar, y la falta de evidencias y contextos afecta la percepción de las

evidencias.
Arqueología de Rescate e Investigación Osteoarqueológica en el Templo Santa Ana. Herrera Malatesta y Tommasino, 2009 81
Informe Final

XI. CONCLUSIONES

Con el trabajo de campo arqueológico realizado en el Templo Santa Ana se pudo

alcanzar los objetivos planteados para el rescate de las evidencias arqueológicas a ser

afectadas por la introducción de las inyecciones armadas. Igualmente, en los trabajos de

laboratorio fue posible catalogar y analizar las evidencias encontradas y generar

interpretaciones sobre el patrón de enterramientos del Templo.

Se considera de suma importancia la presencia de arqueólogos en este tipo de

proyectos, pues la restauración de un monumento histórico va más allá de su estructura física

inmueble, involucra las evidencias muebles, materiales e inmateriales. El trabajo arqueológico,

como se pudo observar en este documento además de realizar excavaciones e interpretar las

evidencias recolectadas, involucra un conocimiento de los antecedentes históricos del sitio y

un desenvolvimiento con la comunidad. A través de las entrevistas realizadas fue posible

conocer historias y memorias de las intervenciones en el Templo que no están registradas en

los libros y documentos, así como entender que el valor histórico de este Templo no está dado

exclusivamente por los grandes eventos ocurridos en este, sino además del hecho de que desde

hace casi 300 años este monumento ha servido de eje a la comunidad norteña. Pues todas las

fiestas religiosas se realizan en el Templo, y todos los eventos de importancia en la plaza que

se encuentra en frente.

Otro elemento importante de este trabajo y que es necesario destacarlo aquí fue la

unión interdisciplinaria generada por la directora del proyecto, Thamaira Caraballo. Es gracias

a que existe un equipo integrado de historiadores, arqueólogos, arquitectos, ingenieros,

geofísicos, topógrafos que es posible generar una restauración profunda y minuciosa. Se

considera que la unión de las disciplinas genera resultados concretos y densos que permite el

desarrollo adecuado de un proyecto de restauración y puesta en valor.


Arqueología de Rescate e Investigación Osteoarqueológica en el Templo Santa Ana. Herrera Malatesta y Tommasino, 2009 82
Informe Final

Recomendaciones

Como último elemento a ser destacado en este documento, y como parte del trabajo

arqueológico realizado, se quiere proponer una serie de recomendaciones tanto a la dirección

del proyecto como a los entes que financian.

En primer lugar, se considera importante restaurar la fosa descubierta en el pozo #I. SE

considera que sería un elemento importante para el mantenimiento en la memoria local de las

prácticas funerarios realizadas en el Templo, así como, un recordatorio de que si bien en la

iglesia hoy en día no se entierra a los muertos, en el pasado sí. Igualmente, se recomienda que

los restos del prócer Policarpo Mata Romero sean retirados del osario de metal en el que

reposan y colocados en uno de madera, y este puesto dentro de la fosa. Se podría colocar

encina una tapa transparente de algún material adecuado, como por ejemplo fibra de vidrio,

para que así tanto la fosa como los restos del prócer sean un testigo visual y presente de la

magna historia del Templo Santa Ana.

En segundo lugar, se recomienda destapar el nicho encontrado en la calicata #4, y

rescatar y restaurar el dibujo del escudo de Venezuela que allí se encuentra. Se considera que

este hallazgo es de gran valor histórico y debería estar visible para las generaciones presentes

y venideras.

En último lugar, se recomienda a todos aquellos entes gubernamentales y privados

seguir el ejemplo del trabajo en Santa Ana, donde fue un equipo de especialistas los

encargados de la restauración de un monumento histórico. Así como, es importante comenzar

a hacer conciencia en la población sobre el valor histórico e identitario que tiene el pasado de

nuestro país. Es sólo a través de la conservación y resguardo de la memoria y el pasado que se

puede alcanzar un respeto por el presente y el futuro.


Arqueología de Rescate e Investigación Osteoarqueológica en el Templo Santa Ana. Herrera Malatesta y Tommasino, 2009 83
Informe Final

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