PAIDOS ORIGENES
‘ki sas pind
Mis ri de os infers
te all Lacan det Oxant medial
Ae esac CW Ft Lev ec mores scabies de la edie
Gaia ema onl Rome anti
9 Rogen, Une ness ibis
zal Lo miso de Oran
dol Lat ior Se Cons, I
TE Zale Larmor de Onde
Za Lo ats de Osan, TV
Whitin er de se
Ue J Fre En ll
Lanes Mo Ply eon def mando
20 BD Ema, eis lpr ui socio
Flo, Cobain 9 als wl Ede edt
Gales Han dee ete
{WTB Bo de Bessie
Arming, Une tons d Dior
Res ors de ilo
26.6. Chandy JP Ragen, As or erie
Si nee lind ie mere amor ene i Gris
FA GS Kak Le mates de iy mts
3 JLB eran yP Vida Nowe, Mito ecm Gri ois ot 1
30 J Neamt P Wea Nac Mio ero Greco oT
There dr dee tion on Ear
532 Be, Maton sci dl cocina
Gls Menor
J eter Ar Ue prs da Ata mesial y et
DBC Lindberg Lor ior de cen ental
Be BLL Kemer M. Bagh amps) or de fa ropes,
iL Kenwer M Berg comps) isons de om erp I
Rear A Btbgl ne Hotrod
‘it loony SS. Bla,
‘Bogen eel en Erp ote sigs XIKy XX
Se Lana de Ears
PIERRE GRIMAL
HISTORIA DE ROMA“Tal xia Hato de Rame
‘abc ny 208 poe Mile et Une Nuit Pass
“iain de Lacs Veal
bie Joan Bae
acs PAR. GARCIA LORCA, Pn de oan Seri
ring tl ton pe ee
Ingen Gage SA
eeCon Shane 191 Ra bnaldea de los primeros tiempos...
Epoca de los reyes :
iguistas y angustias
descubrimiento del sur
pos de célera
fin de un mundo :
del Imperio
de los Césares
de un ImperioCapitulo 1
La aldea de los primeros tiempos
ros dia, despues de subir ls
el caos de ruinas de lo que un
‘omanos, se llega a una angostaplataforma que
valle del Tiber. Esta antiguamente cubieta por tierra
Jas luvias y por toda clase de desechos, hoy est des
ten el suelo aparecen los vestigios de una singular al-
Jevantaba en este lugar hace cas tres mil aio. Esta
uiza comprendiera unas decenas de modestas ca
88 con ramasentrelazadas y sostenidas por postes de
stodo lo que queda de la Roma mas antigua.
30s, orgullosos de sus origenes, les gustaba con:
rey habia fundado la ciudad en aquel lugar.
sban Rémulo, Fue el primer romano. Habia
‘en aquella misma colina por un pastor, el buen
10 habia recogido, junto a Remo, su hermano ge-
‘no eran mas que dos recién nacidos abandon
ddemimbre, que el ro, en lena crecida, habia
os pies del Palatino,
lo y Remo eran de orgen real. Eran hijos de2 reson noe
«el propio Marte, pero el rey temia que aquellos nits lo des
tronaran again dia, Asi es que los hizo abandonar al borde del
rio, convencide de que e fio, la falta de cuidados y cl agua
darian buena euenta de esos dos inguietantes sobrinos. Pero
‘no habia contado.con la voluntad de los dioses. La cuna flotan-
te qued6 varada orillas del sfoen una zona seca; una loba, el
animal de Marte, se recosté junto alos nos, los ealent6 con st
‘calor ylos aliments con su leche, Finalmente, hubian sido reco-
idos por Fiustulo, quien los habia levado a su cabaia. Los
{rat como sifueran sus propios hijosy, como quiera que sos
_pechaba su origen, terminé desvelindoles el secreto de su na
cimiento.
‘Cuando Rémulo y Remo se hicieron mayores y fuerts, des:
tronaron a suti-abuelo, lo sustituyeron por su abueo y volvie
tom al pais de su infancia con la intencién de crear un reino.
Decidieron fundar sobre el Palatino una ciudad que llamarian
Roma, Pero los hermanos no tardaron en pelearsey, pata rei
nar solo —o quiza simplemente porque Remo se habia buslado
cde él, Romulo maté a su hermano,
‘Desde lo alto del Palatino, donde Rémulo habia fundado su
ciudad, se divisa una larga colina sobre la que antatio se le-
‘vantsba la ciudad de Alba. Se perila en el horizont, sobre la
anura del Lacio, Asin mis lejos estan las primeras cumbres de
los Apeninos, que en esta zona reciben el nombre de montes
Sabinos, cayas ineas azuladas, a menudo esfumadas por la bru-
‘ma, se confnden con el cielo, Ala derecha, el amplio valle det
“Tiber desciende lentamente hacia el mar. Tras regis de Alba
esti el mar, en el que los romanos situaban el origen lejano de
su raza, Para ellos, los eyes de Alba, ancestros de Rémulo, des
cendlian de Eneas, que un dia habia llegado a la costa al mando
de una flota numerosa, cerca de la des del Tiber,
‘sates os Mc ts B
donde yacen hoy en dials ruinas dela ciudad de Osta. Eneas
bia escapado de Troy, la ica ciudad rigia que habia su
feumbido, ras un asedio de dice aos, alos ataques de los
riegos. Enea y sus compafiros eran casi los nicos superv-
Jentes de esta epopeya, cuya gloria habia colmado todo el
pando meditertineo varios sigs antes dela fundacin de
Roma. Ademss de su fama, habia tad a Talia central os ra
entos de su brillant civiliacin asitia, Por primera vex
habian visto en el Laco tejidos bordadosyteidos de pir
5 jyas de oro y magnifica armas. También era la primera
2 que se conocian ley, jefes mas abedecids que temidos,
shombres habia eprendido a buscar refugio detcs de as
on tal de levar una vids tranguila. De modo que,
nue su ciudad no habia sido, en un principio, més que una
dest aldea, os romanos no tenian en absoto la sensacién
er caribistas». Se consideraban mis bien los descendientes
ids a menos, yest itimo no hacia sino conferees mayor
, de una antigua nobleza.;Acaso no habia sido clegido
peas para perpetua a raza, entre todos fs troyanos, po ha
sudo sempre una singular «piedad»,obedecido las
anes d los dios, arriespado su vida con tal de salvar au
Anquises de las llamas de Troya el dia de la toma de la
ulead de lado sus riguceas y levado consigo en cam
tigio de sus virtudes, borraban la mancha del fratrici:
Romolo, que habia ensangrentado el nacimiento de lara soma oe Wok
se leyantaban sobre ls clinas aldeas parccidas a las de Pala
no. En os wales, los pantanos dificutaban el trinsto. El Pal
tino estaba rodeado de pantanos. En cuanto al rio, la menor
crecida inundabs la sibera y Hlenaba los dos vallejos que rodea-
ban la colina de agua amarillenta. Los torrentes que, de ordi
nario, ocupaban su fondo quedaban entonces bloqueades y
se distribuian por eapas profundas. Ya no se podia acceder al
pueblo més que por una estrecha «senda», que lo conectaba
‘con las dems colnas, hacia el este. Estas condiciones en sirmuy
aprecables, puesto que garantizaban una defensa cémoda, pa
recian vetar a Roma un gran destino: Zeémo podria una autén-
tea ciudad establecerse en un lugar tan inedmodo?; geuantas
“obras serfan necesarias para secar estos bajos fondosinsalubres,
inhabitables, en los que pululaba la fiebre? Poca tierra cultiva-
ble en los alrededores, nad de caminos y la cercania de un rio
ripido, dificil de atravesar y cuya otra orilla estaba ocupada
por un pucblo enemigo.
Al norte del Tiber empezabs el pats etrusco. Hoy en dia,
apenas sabemos quignes fueron los etruscos 0, mejor dicho, los
‘enconttamosinstalados en la Italia central, hacia a época de la
fundacién de Roma, pero no sabemos de dénde procedian. Era
tun pueblo extrafo, que dejé una profunda huela en tierras it
lianas, Para nosotros, s sobre todo el pueblo que construyé
‘magnificas tumbas, que encontramos en inmensas necrpolis
desde Florencia hasta Tarquino, alas puertas de Roma, En es-
tas necrépolis, aquel pueblo dejé las iméigenes de lo que era
su vida: su juegos, en los que concurrian sus atletas pero ta
bign eran sacrficados los prisioneros de guerra para honrar el
alma de los muertos, ss festnes, sus danzas, sus ritos sagrados,
‘A menudo, el interior de las tumbas etruscas esti dispuesto
‘como las casas de los vivos, Los cadaveres se tendan sobte ca-
1 ate Us mos 0 5
s parccdas las que se empleaban para dormis; bajo la cama,
ls sandalis, esperando el despertar del durmiente. Junto al
iver de una mujer se depositabanjoyas, o bien el soplilo que
isaba para atizar el fon familia. Mis alli sobre la tapa delos
re6fagos, se ve al muerto y a su mujer, tumbados, como sobre
Untrilinio, para un banquete etemo. Todo ello nos habla de un
lo alegre, vvaz, enamorado dela via y de sus placeres, y
jue no se resgaba a renunciar para siempre ala iz y a flick
dela tera
‘La muerte para ellos estaba repleta de fantasmas, de tor
nents. En las paredes de ciertastumbas hay pinturas que nos
uestran a demonios de los infiernos con el pico punzante as
afiladas, alas de rapaces nocturnas, mascaras expresivas;
jolo que esperaba al condenad. Asi esque mientras vivian,
fetruscos se afanaban en rezar a los dioses afin de merecer
nu piecad las recompensas del Mis alli, Cada ciudad etrus-
ontaba con varios templos que se levantaban sobre mon-
Jos. Desde alli el dios o la diosa bendecia alos vvos. Los
dotescelebraban muchas ceremonias para contar con el
delas potencias elestes. Los adivinos estudiaban al deta
menores signos que aparecian en ef cielo; seguian con
cin el eo de los patos; dependiendo de silos van por
ao por la izquicrda, hacia el norte o hacia el sur, ode
ervos, 6 los uitres,volaban en bandadas 0 soos, cam-
ppresagio. También sabian descfea las entra de las
{ue se sactificaban ant los alares; conocian las reglas
pretarla forma ol color del higado de un toro dest
eran eapaces de saber lo que sguficaba un nacimiento
muoso, una vaca de dos cabezas, un cordero con cinco pe
fuera de temporada, todo To que se sala de
. considerado como un «signo»16 stom De noua
El prestgio de los adivinos etruscos y de sus dioses era muy
‘grande en toda la Italia central. Y es que los etruscos suban
construir templos magnificos y creat imagenes sagradas tan be-
Ila, rostrs tan impregnados de majestad, que'su poder saltaba
ala vista, En cuanto Roma hubo crecido un poco, sus habitan-
tes quisieron tener estatuas de esa clase y se las encargaron @
artista etruscos. As es que el primer idolo de Jpiter, dios su
‘premo de Roma, fue una gran estatua de barro cocido, motes
da de vivos colores: su rostro estaba pintado de un oere rojo, st
vestimenta, un manto pirputa bordado con hojas de oro. Este
‘Tipiter ofrecia un aspecto imponente sobre ef Capitolio, donde
fue instalado. También los templos construidos en esta misme
pocaestaban decorados con placas de tierra cocida y pi
cl reborde de los techos estaba provisto de grandes teas con
forma de palmeta y sobre a techumbre se dspontan demonios
¥ dioses cuya slucta se recortaba sobre un fondo de cielo
No eran Jos etruscos quienes habian inventado todas estas
_maravillas; los modelos que habsan imitado estaban en Asia, de
donde acaso provinieran también algunos etruscos; ademis,
seguian manteniendo un comercio activo con las regiones mis
Iejanas del Mediterréneo oriental. Los bareos de mercaderes
de Mileto o Focea vigiaban hasta Etruria; transportaban obje:
tos de arte, vasijas pintadas, aly como se fabricaban en su pal
joyas, estauilas, vino y aceite, y regresaban 2 Oriente cargados
cde minerales, bronce, plomo, de los que habia grandes canti
dades en las minas de Etruria. Los puertos etruscos de esa re-
el nombre de «Toscana», eran
sal exterior. Gracias a sus vecinos etruscos,
‘Roma no estaba aislada cel mundo. Las artes, las ideas e inclu-
s0 los dioses de Grecia y de Oriente legaban a Roma cuando
‘in no era mis que una insigificante aldea,
Capitulo 2
La época de los reyes
idador de una ciudad no podia menos que ser su rey,
Roma estuvo en sus inicios sometida a reyes. Haba
Alba, y,en la regién no se conocian otras formas de go
Eley no era un personaje cualquiera, llamado al tron0
alidad y mantenid en él sslo porelconsentimiento de
tos. Era designado por los doses, Es mis, era la viva
del gran dios de la ciudad, ese Japiter gue reina en
‘una de las colinas cercanas al Palatino. El poder
fra mis que el refleo de la omnipotencia de Jap
jodo que no debe somprender que, una ver desapa
|mundo de los vives, Rémulo fuera considerado un
10, nunca Selo habfa visto como a un mortal del
rio. Es cierto que era hijo de Marte y que, por el
‘madre, estaba emparentado con Venus, pero mu-
sucesores, ce menor linje, fueron admitidos en la
os Inmortales. Numa, quien lo sucedié, tenia por
-eonversar por la noche con uns ninfa de una fuente
ciudad. Esta ninfa se llamaba Egetiay le daba
también se cuenta que le diets todas las re
lew a cabo, Esa es una de las18 rnsronth Be Ms
‘zones porlas que los romanas estaban convencidos de a exce-
lencia de su religign —cuyas principales institucioneshacfan re-
montar hasta Numa—, pensando que si quien habia deeretado
Ta forma de los sacifcis, la fechas de las fiestas o el nimero de
sacerdotes, cra tna divnidad, nadie podia haberlo hecho mejor
‘que alla, ni estar mis enterado de los gustos de los Inmortles
‘A veces, bastaba que el cielo enviara una seal para que un
‘rey fuera designado y evade al poder. Los adivinos se emplea-
ban a fondo en Ia interpretaci6n de los mis extrafos prodigios,
[No sélo se consideraban como una advertencia de los dioses
todos los truenos (que no son nada raros en Talia, desde la pri-
mavera hasta el ofofo , veces, incluso durante el invierno),
sino gue se concedia una importancia capital a hechos que hoy
cen dia no nos merecerian Ia menor atencién, Si una feina tenia
‘un suefio, todos los adivinos se desvivian por descubrie su si
nificado; si las srvientas dl palacio creian ver una aurcola lu
‘minosa en torno a la cabeza de un pequetio esclavo dormido,
. Los plebe
6 entendieron la moraleja de a fabula, Peto, antes de volver
;pefar su papel en ciudad, pideron garanias. Los pa
tuvieron que acepta la ereacién de una mapstratura
sivamenteplebeya —se llam6 tribuno dela plebe— que
fala facultad de proteger a los pobres de ls ries. Sel
alos deudbores esclavos de sus acreedores, se prometis:
se mukilicaran las colonasy ls reparticiones deter.
men, poco después todo habia wuelto a su caucey los
3 romanos aceptaron seguir montanda la guardia en
tras yreduciendo alos rebels.
lo se restablecs la concoria entre los ciudadanos,
spudo retomarsupolica de expansisn. Suimperio llega
s primeras estribaciones de los Apeninos; us co-
lo bastante fuertes para contener la presin de los
es los ecus ls héricos,suadosaleste yal sudes
el nore, la ruta de as conguistas que-
lad exrusea muy poderos, que desde32 sont De HOM
hacia tiempo era un sval peligroso. Para destrir Veyos fue pre
ciso un sitio de diez afos, tan largo como el de Troys. Fue en-
tonces cuando, por primera vez, la legion romana aprendi a
cjecutar obras de eampaia yterrazas,y entendis que muchas
‘aallas se ganan con el pico y la pala afin més que con la espa:
da, Para penetrar bajo las mutallas dela ciudad, los romanos
tuvieron que cavar galerias subterrneas y tomar precauciones
‘contra las contsaminas del enemigo. Durante meses os egio-
narios permanecieron en las trincheras, bajo las muralla. Esa
cera una experiencia nueva. Hasta entonces, as guerras slo se
libraban durante la estacin de buen tiempo. El ejrcito se reu-
hia en marzo (precisamente durante el mes dedicado al dios
de la guerra), entraba en campatiay volvia cuando los érboles
‘perdan sus hojas, Los soldados podian velar por sus intereses,
‘controlar la explotacién de sus campos, por lo cual no perci
bian ningtin suelo.
‘Durante el sitio de Veyos, como las operaciones proseguian
incluso durante el invierno, hubo que resignarse a pagar a los
soldacos: Camilo, comandante de las tropas en Veyos, reclamé
‘ impuso lainstivucién del sueldo, Las tropas, agradecidas a su
jefe, lcharon con mayor arrojoy finalmente Veyos sucumbic
‘Camilo se habja asegurado la complicidad de los dioses. La
ciudad etrusca tenia como protectora a una divinidad podero-
sa llamada Juno Reina. Camilo habia prometido a Juno Reina
tun templo magnifico en la ciudad de Roma si se prestaba a
abandonara su suerte alas gentes de Veyos. Habia hecho esa
‘promesa solemnemente y, por Io visto, la diosa debis de acep-
tat, ya que la ciudad fue tomada. Entonces, para cumplir su
promess, Camilo organi26 una procesin, La estatua de Juno
fue retirada de su templo, colocada en un carro tirado por i
coquns ancusmas »
, se puso en camino hacia Roma, No se denuvo hasta gar
9 Aventino, donde el Senado habia erigido un templo para re
ia la diosa
Sin embargo, no tados los dioses mostraban por los oma:
las buenas disposiciones de Juno Reina. Se avecinaba una
lable catéstrofe que iba « poner a prueba al pueblo y a
ciudad
Flaca tiempo que los galos habiancruzado los Alpes. Una
sus tribus habian descendido por las llanuras de Italia,
endo a las poblaciones del norte. Y oleadas de galos se
ian descendiendo hacia cl su. A principios dl siglo 1 antes
nuestra era, una de estas tribus,lideada por un jefe Hama:
.penetré en Italia central, pas6 por Chiusiy se pre
6 en el curso inferior del rio Tiber. Los romanos estaban
aviso. Habian reunid un ejército al norte de Roma, jun-
n.pequeto ri llamado Alia, peto a results de una fsa
pra, no consiguieron detener al enemigo. La legién par-
n desbandada y los alos, no viendo a nadie en su cami-
esiguieron su ruta hasta Roma, Cuando llegaron al pie
‘murals, no habia nadie que pudiera defendet la ci
dos los hombres aptos habian sido enviados al Alia. Ni
se habian molestado en cerrar las puertas, Desconfia-
alos se deruvieron. Durante toda la noche acamparon
la ciudad porque temian una tramps, pero, como no
‘nada, al caer el dia entraron en la ciudad. Los habitan-
habian egrupado en el Capitolo, en la ciudadela, junto
0c0s hombres armados que seguian alli. Los galos se
ti, Curiosos,entrando en las casas abandonadas, reco-
calles, vsitando los templos. Algunos senadores,
3s para portar armas, habian decidido perma.u aston ne KOM
cada cual con su toga, en el vesibulo de sus exsas. Un galo se
topé con uno de esas ancianos,sentado, inmévil, sobre su sila
cru, y erey que se trataba de una estatua; se artime y, sin
‘mas ceremonias, le tt6 de Ia barbs. El senador,furioso por el
ultrje, le arre6 un bastonazo en Ia cabeza. El galo respond
‘con la espada. Fue el inicio de la matanza, Quienes no habian
‘encontrado refugio en la ciudadela fueron degollados en unos
‘Durante largos dias, uve lugar el sitio del Capitolio. Una
noche, los galos intentaron escalar la colina, aprovechando la
coscuridad, Habian hecho tan poco ruido que ni los perros gua
dlianes oyeron nada; parecia que su treta ibaa sale bien, cus
do de repente las ocas sagradas ciadas en el santuatio de Juno
‘se despertaron y empezaran achlla Se diol alarma. Todavia se
estaba a tiempo. Los soldados corrieron a los puestos de alerts;
Jos primeros enemigos estaban poniendo el pie en la platafor:
‘ma, Pero los romanos se abalanzaron sobre ellos y los hicieron
caer con todo su peso sobre los compaferos que los segufan.
En resmidas cuentas, el ataque fracas6. Aun asi, los viveres
se agotaban y no podrian seguir resistiendo por mucho tiempo.
Presionados por los soldados, los jefes romanos tuvieron que
cemprender negociaciones, aceptar a idea de la rendicién y pre
jguntar por las condiciones de Breno, Este piclié oro, mucho
‘oro, y promtis respeta la vida de los combatients. El dia se-
Filado, los oficiales romanos salieron de la ciudad, acomy
‘ads por esclavos que portaban el metal para el rescate, Se
cempez6 a pesar y, cuando se aleanz6 el peso acordado, Breno
tind, ademas, su espadaen el plato de la balanza, y eclamé que
se agtegara al rescate lo suficiente para restablecer el equil-
brio, Los romanos protestaron: «ja desgraciacaiga sobre los
onQUSTS ¥ ANGISIAS 38
los por el botn, ls gals accedieron por fin a abandonar
retomar el camino del aoe
Los romanos aseguran que no fueron muy lejos; que Cami-
por aquel entonces en el exo, consguié reunie un ejecta
avi entre las ciudadesaliadas de Roma, tmmerosas del
10 galo, que atac6 alos galos mientras se retiraban y sald6
tas con ellos Sea como fuete, Rosa habia pasado miedo;
estado cera de sucumbisyentendi que ni ls més si
mulls seven de nada sino hay brazo para defenders.
versa a habia arruinado, buena parte de sus casas babian
quemadas o destruidas y habia perdido el honot. As es
por mucho tempo, ls galos siguieroninspirando temora
anos, Durante sips, bastaba eon que se pronunciara
bre para que todo el mundo sera cortiendo a por las
. Sélo César puso fin ala pesudillaal anexionar al Inpe
astantes generaciones més tard, el pais del que habian
aquellos saqucadores de lags espadas, que nada era
de derener.Capitulo 4
El descubrimiento del sur
1a podria haber sucumbido a Ia catstrofe gala. Gran
de ciudadanos estimaba que la ciudad estaba asentada
ugar maldito, ya que los dioses habian permitidola toma
ciudad sagrada. Pensaron en transportar Roma a otro
y ocupar el emplazamiento de Veyos, que acababa de ser
Pero el patriotismo de Camilo se opuso a exe abando.
Senado decidi6 que Roma seria reconstruida, y al poco
30 los dafios fueron reparados, los templos se inguieron
ifcos que nunca y a ciudad retonss su camino hacia
1c montafieses descendidos de los Apeninos habian
istando poco a poco ls ciudades griegas de la Italia
al, antaiio préspera, las poblaciones indligenas no
cl estado de dependencia en el que se encontraban,
balleros» —es decir, los nobles y los grandes propie-
de Capua recurrieron a Roma para apuntalar su do-
9: Fue el principio de una larga serie de puerras, que se
con el nombre de «guerras samnitas», Los ejécitos
€ enfrentaron a las poblaciones«itilicas» del Apeni
-samnita» se debe a que los38 aston KoA
principales adversarios de los romanos fueron los habitantes
‘de Samnium, el macizo montafoso entre Roma y la Campania,
poruin lado, y entre Roma ya costa aditica, por el otro,
Estas poblaciones eran de una raza distinta a los romanos.
Hablaban otta lengua, emparentada con el latin, pero mis
“«primae que «hermana». No babian conocido tanto como los
‘omanos la influencia de la cvilizacin etrusca y del comercio
‘matitimo, Los samaitas vivian dispersos en la montaia, di
nados entre pucblectos y granjasaisladas. No habian formado
verdaderas cudades, porlo que su onganizacién politica seguia
siendo bastante rudimentaria. Pero estos campesinos eran vipo
rosos,decididos yastutos. Sus filas se recompontan tras el paso
de cada ejércto romano. Las diversas tribus, a menudo ene-
_migas unas de otras, aprendieron a unirse contra Roma, que se
convirtis en el enemigo comin, yfinalmente, le infligieron una
derrota memorable.
Los dos eénsules romanos se lanzaron imprudentemente &
la caza de un enemigo invisible en la region de Benevento. Una
‘mafiana, cuando quisieron retomar la marcha, se dieron cuen-
ta de que los samnitas dominaban las crests del desfladero
cen el que estaban; detris, el camino estaba cortado; delante,
rocas desprendidas pricticamente infranqueables. Al final los
dos cénsules tuvieron que aceptat las condiciones del enemigo
para salvar la vida de sus soldados. Los samnitas se limitaron
1 desarmar alos romanos y hacerlos pasar «bajo el yugo>, es
decir, bajo una puerta groseramente fabricada con tres lanzas
Al hacerlo, un hombre perdia su condicién de soldado y le
tera moralmente imposible retomat la lucha. Para los romanos
fue una humillacién sin precedents.
El Senado tuvo que aceptar este armisticio humillante pera
‘se negé a ped a paz, Se eclutaron nuevas legiones, se mo
39
on su armamento y su manera de combat y se les hizo gu
‘movilidad, Unos aftos mas tarde, la situacin se invitio y
ejécito romano tomé la principal ciudad de Ia confeders
jn samnita, Bovianum, Los demas pueblos del interior in
ntaron prestar auxilio a los samnitas cuando ya cra demasia
tarde. En unas pocas campatias, los romanos se hicieron
amos de toda Italia, desde la Toscana hasta Las Marcas,
de el mar Tirreno hasta el Adritico, Establecieron colonias
Jargo de las vias naturales, construyeron rutas que partian
Gey y dade entonces ve rept ago de que ode
levan a Roma».
sbiacaido en manos de los montaiieses de los Apeninos,
hemos dicho, sin que Roma se hubiese entrometido. Sin
‘quedaba una éltima potencia de lengua y cvilizacin
5 trincherada al fondo de la peninsula, timo vestigio
que habfa sido la «Magna Grecia», Esta gran potencia
jo dlecaida era la ciudad de Tarento, orgullosa de su sigue
imo. Como todas las ciudades griegas, Tarento
sba mal con sus vecinos. De modo que, cuando otra co-
riega dela repién, Turio, se vio amenazada por el ataque
ligenas, los griegos de Turio recusieron a Roma, y no
nto. Los romanos, encantados de poder entrometerse en
tos de una ciudad griega, acepraron proteget Tutio y
tuna flota aa regin. Pero eso itits a los tarentinos; la
desta flota alas cercanias de su ciudad les pareci6 una
intolerable. Sin medir palabra, atacaron a los na
jeron a cuatto, Eeala guerra,
6n de los tarentinos de hundir as naves romans
‘muy meditada, Cedieron a un impulso del mo-” son DE Hous
‘mento, pero cuando se traté de tomar las medidas militares
pertinentes se vieron en un aprieto. Ellos mismos, ablandados
por una larga paz, no tenian ningunas ganas de tomar el escu-
do, el easco y la coraza; preferian pasarse el dia en sus Ceatros
‘contemplanda tragedias 0 comedias. Asi que pidieron ayuda
un soldado profesional, el rey Pirro, que reinaba en Epiro,
nla otra olla del mar Jonico.
Pirro era un persongje extraordinario, uno de esos reyes
‘que habian surgido a la sombra de las bazaiias de Alejandro
Magno, de quien era primo hermano. Cuando los tarentinos
recuttieron a él, Pirro nolo dud6, Le carcomia la ambiciin y se
ilusions con la esperanza de labrarse un impetio en Italia. Lle
{96 al frente de un ejército «modern». Formado en las cam-
pafias de los eyes de Oriente, habia creado, siguiendo su ejem
plo, una «caballeria» pesada, formada por elefantes. Cuando
Jos romanos vieron aquellas moles cargando contra susfilas, se
asustaron; durante algin tiempo, esistieon ¢ infligieron pér-
didas terribles a las tropas de Pirro, pero finalmente tuvieron
{que ceder. Al ao siguiente, por segunda vez, Pirro atacé con
sus elefantes, pero con menos éxito. La vietoria que consiguis
aguel dia fue tan dificil que intent6 negociar. Su secretaio par-
ticular, el filésofo Cineas, fue enviado a Roma y presents, con
gran habilidad, propuestas de paz al Senado. Los senadores
ban a cede, seducidos, cuando el mis venerable de todos ellos,
[Apio Claudio el Ciego, tomé la palabra y arguments que seria
‘escandaloso pactar con un enemigo instalado en Talia. Aver-
gonzados, los senadores se unieron a su parecer y ls propues
tas de Piero fueron rechazadas.
En ese momento, Pirro no reanudé la guerra. Cuando fue
amado a Sicilia por los siracusanos, que quetian utlizarlo
contra sus tradicionales enemigos cart clos al
HL oascommaento et in 4a
beste de a isl, se dejétemtar por fa aventura. Pero como todos
Jos extranjeros que se metian en los asuntos de la isla, Pirro ter
6 defraudado. Las ciudades no le prestaron,
metido y la aventura no duré mucho. El rey volvié a Talia en
sca de su primer suefio. Encontré a los romanos bien preps:
ras para recibilo, Esta vez, los elefantes no dieron el resul:
do descado. Pirto fue derrotado en Benevento y, desanima.
o, abandon6 definitivamente Italia, Unos afios ms tarde, 0
Peninsula Idea, hasta la punta de la «bota»
Durante una larga serie de guersas, Roma habja evoluciona-
Las concesiones arsancadas por los plebeyos alos pattcios
bian abierto una brecha en la antigua constitucin y el anti-
@ orden social. Poco a poco, los plebeyos haban ido adqui-
fo mis o menos os mismos derechos que los patricis. Los
gsamicntos entre clases habfan sido finalmente autorizados,
1un largo periodo de prokibicién, Los plebeyos no slo po.
ser tribunos 0 «ediles» (magistratura dependience de los
nos, que los usaban como auxiliares para tratar los por
ores ce la administracib), sino que fueron admitidos en la
fray unos aos mas tarde, en ol consulado,
efecto la vieja magistratura que habia sustituido ala rea
habia ido dividiendo y en cierto sentido negociando
da que crecia el Imperio de Roma, las uerras se haci
yyims langas, y se necesitaban més magistrados para ad
star los asuntos. Un e6nsul que pasaba argos meses en el
0 ya no podia imparticjustcia a diario en el Foro, Por
shabfa creado la funcién de los pretores, que los televa-
tas Funciones. Junto alos cénsules, también se habian
gstrados a cargo de las finan-2 vostoms oe me
as, Estos cuestores eran quienes abonaban sus sueldos a las
‘tropas, pagaban a los proveedores, percibian las contribuci
nes la guerra y vendian los botnes de guerra para aumentar el
tesoro, De esta forma, los cénsules quedaban mis libres para
encargarse de los asuntos realmente importantes. Por encima
. Poco a poco,
Tapa fo suicndo rie nln verdadero Exado inde
pendiente que se cvilizaba. Abri escuclas, fund las ideas
romans, se rodeé de un «Senado» en el que admitié a espa-
foes. Se habia convertido en algo parecido a un tey de este
Estado incipiente y acariciaba la esperanza de poder resistir
indefinidamente a ls ejércitos que Roma lanzaba contra él
Bniretanto, Mitriates volvié a la lucha. Servotio no dudé en
“aliarse coo: Roma quedariaatrapada entce dos amenavas,
‘una llegada de Oriente y a otra desde Occidente. El odio ce-
gaa a Sarorio, Su céleulo no slo era criminal, sino también
falso. Por muchos frentes que se le abrieran a Roma, sezula
consudo con recurs suficientes para deo rods sus
‘enemigos. Sertoro fue aplastado, mientras una exitosa serie
Spiny ino Ove eles Se Mite
tes, que tivo que suicidarse tas una larga resistencia. El rey,
‘que conocia las costumbresorientales, y sabia, por experiencia
propia lo mucho que se usaban los venenos en aquellas cortes
tepletas de intrigantes, se entrenaba desde hacia mucho tiem-
‘po pan resist a su efecto. Cuando quiso/envenenarse, no lo
LW DEUN MND B
Sin embargo, con eso no terminaban todos los problemas.
Para aniuilar a Mitridates, habia sido preciso conceder po.
deresextraordinatios aun Gnico hombre, Pompeyo, que
bia reunido bajo su mando a fuereas considerables y se habia
dejado ver en todos os campos de batalla, desde Espa, con-
tra Sertorio, hasta Oriente, contra Mitrdates y los piratas, que
aprovechaban ls dificultades de Roma para imped asi total
‘mentela navegaién pacific, e incluso en Talia, donde bandas
de esclavos,lideradas por un gladiador, Espartaco, habia lle-
ado a controlar el campo. Pero para respond en todos los
frentes se necestaban eércitos y cada verse mandaba a filas a
mis pobres, que de este modo conseguan un recurso inespera-
do, Yano estaban al servicio de una pati, sito de un general
aque les pagaba, y este general tampoco era ya un magistrado
clegido por el pueblo, que se debia al Senado, sno un ambicio
0 que se negara tas la vitoria a volver a su ugar. Roma es
peraba aun amo. Candidatos no faltaban, pero ninguno conse-
auiaimponerse de buenas a primeras. E que finalmentehabria
de triunfr, maduré su ambicin durante ms de veinte aos y
tuvo que librar trebles y sangeenta batallas para imponerse
Un hombre dominé todo aquel periodo de la historia de
‘Roma y su muerte, en 43 a, C., marcé el final dela Repiblica,
1s decir, dela libertad, como se decia en aguel entonces. Ese
hombre fue Cicerdn y seria fil argumentar que él, que fue el
‘mayor orador de Roma, no fue més que un pequeio burgués
vvanidoso, timorato, codicioso y sin verdadero sentido politico,
Jun charlatén que puso su elocuencia al servicio de un aristocra.
‘tw egoista, a quien cobraba muy caro su apoyo, Es fil, pero
sbién profundamenteinjuto y, al mismo tiempo, gravemen.6 stom De noma
Cicerén pertenecia @ una familia de caballeros; ningsin fa
mili suyo habia ejercido antes una magistratura importante
El joven Cicerén tenia ambiciones. Desde muy joven mostré
sorprendentes dotes para la elocuencia y fue el aluno décil de
Jos mejores oradores que entonces dominaban la vida politica.
Yes que, en la Repablica, para imponerse habja que saber
‘hacerse escuchar. Muy pronto, Cicern atrajo la atencién de la
‘opinién pablica, Tomé la defensa de un libert de Sila en ple-
‘no apogeo del dictador, y consiguié la condena de su adversa-
tio, Estimé prudente abandonar Roma pot un tiempo y se fue
‘Grecia a completar sus estudios, que hasta entonces habian
transcurtido en las escuclas de Roma. Alli conocis a filésofos y
‘se entusiasmé con las discusiones que solian entablar los maes-
tros de mayor renombre en Atenas. También eseuch6 las lec
tones de los oradoresy vaié hasta Rodas para escuchar las de
‘Molin, c! més célebre de los oradores. Al regeesar a Roma, ha
‘ba aduirido una inmensa cultura, tanto griepa como roman.
Su horizonte se habia ampliado, Ya no crefa que bastara ate
‘ners fielmente alos «principios de Jos antepasados» para re-
solver eualquier problema, Aunque instintivamente eta parti:
dario del orden establecido,tampoco queria que se perpetuara
Ia tirana inflexible de los senadores. En su mente iba tomando
‘cuerpo la idea de una politica de equlibsio entre las distintas
cases sociales, que poco después predicaria con el nombre de
-«concordia de Grdenes»
Para empezar, atacé a un senador gravemente implicado en
asuntos turbios: plas, abusos de poder y ejecuciones sin jul
cdo durante un gobierno provincial. Fue el proceso de Verres,
fenel que Cicerdn ejerci6 de acusador, a peticién de los siciia-
hos, que habian sido vctimas de aquel gobernador sin escrt:
‘Vertes no espers a juicio
ne uw me20 n
lio, El escandalo fue tal que permiti6 modifcar la ley de Sila
«que reservaba los jurados a los senadores; de ahora en adelan-
ke cbaleorambin pian en cle
!nosafios mis tarde, Cicerén parecia estar a punto de pa
Sd beaiserie eae roe aa
‘6, cuando logré impedit la aprobacién de una ley agratia, que
“entroncaba con los vejos proyectos de los Graces. Pero en te
lidad fue para evitar disturbios yacaso la amenaza de una gue-
tra civil. Aquel mismo ato, Cicerén tuvo que enfrentarse a una
‘nueva amenaza: Catling, uno de esos ambiciosos que conside-
‘aban las magistraturas como instrumentos para entiquecer-
se, habia fracasado en el consulado, Saltindose la legalidad, or-
‘quest6 una conjura para tomas el poder por la fuerza, Reunié
nobles resentidos, agobiados por deus, y tambign a vetera
nos de Sila, pequeiios propictaros en uns situacn complica-
dla, es decir tanto ala gente que tenia algo que ganar con na
revolucién como a la que no tenia nada que perder. Cicerén
‘estuvo atento logeé destapar la conjura antes de que Catlina
ppudiera actuar. Lo denuncié al Senado, que al principio reaccio-
'n6 con incredulidad, pero unos dias después Cicerén consi
Bossa ccproocedore ps ex cohen co
‘equipsje de ls diputados galos. Estos pretendian crear una ma-
ra de dstraccién en la Gala para poder Hvar adelante st
Ipe. El Senado, finalmente convencido, entreg6 a los conjura-
al céinsul, quien los mands ejecutar en la cércel Catlina ha
conseguido huit. Busc6 refugio entre sus partidatios, que
logrado otganizar un eércto en Etruria, El otro cénsul,
onio, les presenté batalla y los aplat6 cerca de Pistoia Alli
‘mataron, incuido a Catitna, que eay6 empurtando ls armas,
‘Los senadores y eaballeros habian pasado mucho miedo,18 stom nse
dela patti (honor que no ruvo la modestia sufciente pata re
‘chazar). Consciente de lo que habia hecho por Roma, se pass
cl resto de su vida alabando sin fin su «gran consulado», Pero
se le perdonara con mucho gusto esta ridicule, si se tiene en
‘cuenta que, de no haber sido por él, «1 Estado romano hubiera
{quedado a expensas de unos aventureros, la sangre hubiera co
‘ido como en los tiempos de Mario y, quiz, el Imperio de
[Roma hubiera sucumbido a la esis.
[No obstante la constitucén que habia salvado Cicer6n ya
vvolvia «estar amenazada. Tres ambiciosos, Pompeyo, César y
dl rico Craso, habfan Hlegado a un pacto secteto, que se cono-
{ee como «el primer triunvirato», Se habsan prometido asisten
cia mutua para repartrse el poder y garantzar el consulado de
(César, pues era su tueno. Delos tres eémplices, slo César tenia
Jun verdadero pensamiento politico. Quedé claro durante su
‘consulado, Por un tiempo, mantuvo sinceras esperanzas de
—poslerllevar a cabo las reformas necesarias de forma pacifica;
iuiso entregartierras a los desposeids, limitar los excesos de
‘os gobernadores en las provincias; también se le debe la pu-
‘licacién, por primera vez en la historia, de un Diario de Roma,
{ue comunicabs al pablico las noticias importantes y permi-
tia que la opiniGn piiblica tomara partido con conocimiento
de causa, En resumen, César hizo verdaderos esuerzos duran-
‘test consulado por abrir a vida pablica a exterior y renovar
la atmésfera pestlente y venenosa que reinaba en el Senado.
Peto se top6 con una resistencia tan abtusa como empecinada
del otro ens, Bibulo, que se encerraba en su casa cada vex
{que César hacia aprobar una ley o tomaba una medida impor:
tante, pretextando que «los presagios eran desfavorables»
‘César no lo tenia en cuenta y a ley era adoptada, la
entraba en vigor Pe
Lr De UN woo oa
‘cuando César ya no fuera cénsul sino un simple particular?
2No tendria que rendir cuentas ante los jueces por todas aque-
Ila iregularidades?
Para realizar su obra y conseguir que perdurara, y también
por prudencia y para no corter la misma suerte que los Gra-
os, César monté una maguinaria politica muy compleja. Para
‘empezar, se hizo nombrar, al final de su consulado, gobernador
dela Gala, lo que le gatuntizabe el mando de un ejército. Ade-
mis, se ali con un agitador profesional, el joven y bello Publio
Clodio, que no tenfa rival para provocar escandalos o lanzar
bandas armadas conta el Foro o el Campo de Marte sera pre-
cso con tal de acallara sus adversarios. Si alguien insinuaba
con oponerse a César, éste amenazaba con dejar it contra él a
‘Publio Clodio. Cicer seguiasiendo capas de manejar a bue:
a parte dela opinién piblica, César le sugirié a Clodio que lo
acusara de haber violado la ley por ejecutar sin juicio a los eém-
pilices de Catilina. Pero no se podia juzgar a un orador en un
proceso regular, ya que ls ueces mis selectos, los mis pruden-
tes, podian dejarse seducir por sus palabras. De modo que se
Iev6 el caso directamente ante el pueblo, con el pretexto de
hacer votar una ley general que en realidad no tenia mis moti-
vo que el caso Cicerén. La plebe aprobs la ley, presionada por
Jas bandas de Clodio, ytambign de los ejéritos de César, que
‘esperaban a las puertas de a ciudad la expulsién del
dor antes de ponerse en camino hacia la Galia. Cicerén tavo
‘que partial exlio, a pesar de sus ruidosas protestas los xbue-
‘nos ciudadanos» estaban afligidos; os senadores no se preo:
‘eupaban demasiado por su suerte; no entendian que ese exilio
‘era como el primer acto de la revolucién que precipitaria su
ja caida. El partido «popular» estaba encantado; en otrodesplome dt hombre que habia sad «Roma de is ro
: ‘Con Cicerén en el exilio y el «partido de la gente de bien»
deca, Clr nici conga dela Gals Anais
Ibi ocasdo un proyecto ni desebllado, Los romans
than intladon en sary mantnin reac aniston
ton los dems pubs, Cat se propio sometr a odo
pat, adacends un pretext menor Alums aioe 1 ac
Meron wemblemen, pers poe «pote, fvformandoun
vinino de eatenc yu gue se cde, Lo as,
Mop vid secon lave de jtenoeré, Ver
foi, emperos a lucha. Calgoo, ae ont
Soin an pene reunion as naciones, desde as
Cras ta cote a Manca orl dR
Sie scnmcnd Jac palo alo Per Cu n0 po
td dar arch ats nop permite vole Roma en
Shovel gue oda queen cui y es regs
to drones cen par en. Adem er
Cala on of wa eneri indole dfieatads no
face quia «prove sempre yan pel
rose ee como uno del mayors ers ue aco
Mids Hiei, Co a ipomac, el ror y olpeando
tun ae como pido, esi viral olin des
Sind glAli ops ena provncaroman eh a
Cale seman sempre cles de sla vets const
Sion neg pas Una primera ver ces tener rca
fos nce amb ed Gi
oti elena sto deforma pest, Unosme
TE mds de, stm a rvanchnpo od lo ao, ree a
Mian, Jone Venger habia did ner Arpad
ove loyal delay wom
ELAN oF Uy anno a
consiguié —fortificindose, luchando en dos frentes, usando
sus fuerzas de manera genial dispersar a las tropas que lo
atacaban desde fuera. Vereingetorix, desenimado, no tavo més
remedio que entregarse para evtar una masacre. La resistencia
tala habia sido doblegada; algunos focos se mantuvieron acti
vos durante un tiempo; ls redujo, pero ya era slo una cues-
tin de paciencia y a César no le faltaba
Entretanto, en Roma habia quedado sélo uno de los tres
componentes del triunvirato, Pompeyo. Craso, excitado por el
iimaginatio de los tesoros de Oriente, libraba tna gue contra
el Imperio Parto, que limitaba al este con la provincia de Siri,
Pero procedié con torpeza, sin ninguna prudencia, y fue derto-
tado y muerto en el campo de batalla, Mientras César estuviera
entretenidlo en la Galia, Pompeyo era el dtbitro de la situacién,
‘Habia aceptado la vuelta de Cicerén y, poco a poco, se estaba
acercando al partido reaccionario de los senadores. Ademis,
Clodio habia muerto, habia caido asesinado durante una pelea
entre su gente y la de otro aventurero, llamado Mikin, que tra
bajaba para el Senado. El viento eambiaba de direccién. César
vein cémo se acercaba el momento en que tendria que regresar
4a Roma, dejar de ser imperator y rendie cuentas de una vez por
todas Para evitarlo, no le qued ms remedio que desencade-
‘nar una guerra civil. Esa es la raz6n por la cual, a principios
del mes de enero de 49 aC. ataves6 al frente de su ejército,
cl pequetio rio del Rubiesn (sobre el Adridtico, no lejos de Ri
‘vena), que marcaba el limite oficial de su provincia, Se dice que
actu snimado por presagis extraordinarios; parece ser que al
‘guien vio aun ser de un tamafo sobrenatural blandir una tom-
ety darla sefial alos sldados. César creiaen su buena este
jy sus tropas confiaban en él como en un dios, unto a ells,
a la rata que bordeaba el Adriatic; lasciudades se entregaban una tras otra, En Roma, los senadores,
‘presa del pinico, se afanaban en vano por concentra tropas.
TImploraron a Pompeyo que organiza la resistencia. Pero la
partida ya estaba perdida en Italia, Pompeyo tuvo que calibrar
su decisén y paris hacia Oriente, con todos los apelidos ius:
tees de Roma. Se instalé en Epiro, ena costa oriental del Adri
tico y desde all empead a preparatactivamente la reconguisa.
"ET mundo habia quedado cividido en dos blogues; al frente
de Occidentc, estaba César, al este, Pompeyo. César dispo
nia de Talia y la Gai, alas que pronto se sumé Espa, libe-
sada en una sola campafia de las tropas fees « Porapeyo que la
ccupaban, Finalmente, seguro de sus fuerzas, César se traslads
también a Oriente y, en el campo de batalla de Farsalia,e19 de
agosto de 48, vencié a Pompeyoy als fuerzas del Senado Era
cl fin de la replica romana. Pero para que se impusiera un
‘orden estable y la paz volvieradefinitivamente a a ciudad y al
‘mundo, an faltaban muchas luchas y mucha sangre, también
Ia del vencedor.
Capitulo 9
El nacimiento del Imperio
La aristocracia romana salia maltrecha de la lucha, Sus me
joes representantes habian muerto en Farslia, César los sust-
tuy6 llamando al Senado a hombres nuevos, que se lo debian
todo y no podtan representar ninguna amenaza. En pocos aos,
César reorganizé a fondo el Estado, Promulgé eyes, debilts la
influencia de los magistrados, eligi él mismo a la mitad de los
‘eandidatos, control6 las sociedades de publicanos afin de ga
‘antizar un poco més de justicia en las provincas, puso a pun-
10 una simplificacin del derecho romano, exes colonias pera
ppan a los pobres y enriquecer los antiguos soldados; tam:
bién se interes6 por problemas tan técnicos como la reforma
calendario: el calendariojuliano que institayé por fin armo-
iz6 cl tiempo «oficial» y el real, y stué, por ejemplo, el prin
jo de las estaciones en las mismas fechas cada aio, lo que no
urtia con el sistema antiguo. César también hubiera queti-
lo ser rey. Estaba por encima dels leyes,ostentaba el titulo de
edictador perpetuo», pero eso no le bastaba. Convencido del
dlivino de su misién, deseaba una consageacién que
la realeza le podia procurar. No era, acaso, descendiente
jo de Eneas yhabfa fundado Alba? Asia aston Be no
‘pues, en el origen de su raza estaba la mismisima diosa Venus,
{que habria prometido cl dominio del mundo a la raza de An-
{uises,segsin cuenta Homero.
César no se limit6 a modificar profundamente las institu
ciones romans, Se propuso remodelar la ciudad, inspirindo-
seen las grandes capitales helenistieas. Cre6 un nuevo Foro,
al que dio su nombre y en cuyo centro erigis un templo a la
‘Venus Madte, simbolo de la realeza de esenciareligiosa que
smbicionaba fundar. ¥ ya se preparaba para pasar a Oriente,
para seguirla epopeya de Alejandro Magno; esperaba someter
falas armas romanas todos los paises de Asia, hasta la India, El
«ército se habia concentrado en Apolonia, en la costa de Epiro.
(César se disponia a viajar hacia alli, en los Idus de marzo de 44
{e115 de marzo), cuando una bands de conspiradores lo asalt6,
‘en pleno Senado, ylo apuialé
"Ba la primera reaccién del partido «pompeyano»: unos
“quantos arstécratas, supervivientes del gran naufragio de Far
tenfan la esperanza de volver ala Repablicaeliminando al
Asus espaldas, la gran figura de Cicer, Es probable
™ que no participara en la conjura, pero Cicer se alegré y tam-
bien creys que la revolucién de César no habfa sido mis que
‘una pesadilla dela que Roma apenas estaba, por fin, despertan-
‘do. Tlusién que no tardariaen disiparse La impronta de César
Inaba maccado a Roma para siempre. Y queds claro que el cur-
s0 de la Historia no se puede remota
E César habia muerto, pero uno de sus ednsules, Marco An
tonio, era su lugarteniente, sa amigo. Se convirtis en ether
dero desu pensamiento, Ademis,surgi6 un nuevo persone,
ctavio, un sobrino-nieto de César que éste habia adoptado y
‘que reivnicaba la herencia del dictador, Oe lo contaba
$e animaba una tco
nace on. FEO 8
y tejeron la mayor conjura nunca vista.
Sin embargo, el gan nimero de conspiradores hizo que no se
‘pudiera guardar el seereto, Laamenaza llega ofdos de Neron
ydetuvo a los sospechosos. Se sucedieron las condenas a mur:
{entre las primeras victimas, Séneca, y tras l casi todos los
senadores dela oposici, Una ver diezmado el Senado, Nerén
se fue a Grecia, dejando Roma en manos de uno de sus servi
dores,Gaando regress rs ganar fdas las coronas de los jue
{g05tradcionales de Olimpia y
a noma et css 0s
tos lo desengaiiaron ripidamente. El gobernador de una pro-
& en disidencia, El Senado de Roma aprobs el
esto y proclame la caida de Nerén. En pocas horas, el eégimen
fandado con tantos esfuer20s por Augusto se derrumb6. Aco-
rralado, oculto en una ciénaga junto a uno o dos servidores, el
dios Nerén, el nuevo Apolo, tuvo que sucidarse,y su eadiver
fue mutilado por el populacho que apenas unos dias antes se
postraba a sus pies.
Nuevas guerras civiles se abatieron entonces sobre Roma.
alba, el gobemnadordisidente, acababa de hacer su entrada en
Roma y recibir el titulo de emperador del Senado, cuando apa-
reci6 un rival, Otén, antiguo compafiero de Ner6n. Este, con
‘una audacia rayana en lalocura,rebel6 contra Galba alos pre-
tores de la guardia, Las diversas tropas dela ciudad lo secun-
daron y Galba, abandonado por todo el mundo, fue masacra