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PAIDOS ORIGENES ‘ki sas pind Mis ri de os infers te all Lacan det Oxant medial Ae esac CW Ft Lev ec mores scabies de la edie Gaia ema onl Rome anti 9 Rogen, Une ness ibis zal Lo miso de Oran dol Lat ior Se Cons, I TE Zale Larmor de Onde Za Lo ats de Osan, TV Whitin er de se Ue J Fre En ll Lanes Mo Ply eon def mando 20 BD Ema, eis lpr ui socio Flo, Cobain 9 als wl Ede edt Gales Han dee ete {WTB Bo de Bessie Arming, Une tons d Dior Res ors de ilo 26.6. Chandy JP Ragen, As or erie Si nee lind ie mere amor ene i Gris FA GS Kak Le mates de iy mts 3 JLB eran yP Vida Nowe, Mito ecm Gri ois ot 1 30 J Neamt P Wea Nac Mio ero Greco oT There dr dee tion on Ear 532 Be, Maton sci dl cocina Gls Menor J eter Ar Ue prs da Ata mesial y et DBC Lindberg Lor ior de cen ental Be BLL Kemer M. Bagh amps) or de fa ropes, iL Kenwer M Berg comps) isons de om erp I Rear A Btbgl ne Hotrod ‘it loony SS. Bla, ‘Bogen eel en Erp ote sigs XIKy XX Se Lana de Ears PIERRE GRIMAL HISTORIA DE ROMA “Tal xia Hato de Rame ‘abc ny 208 poe Mile et Une Nuit Pass “iain de Lacs Veal bie Joan Bae acs PAR. GARCIA LORCA, Pn de oan Seri ring tl ton pe ee Ingen Gage SA eeCon Shane 191 Ra bn aldea de los primeros tiempos... Epoca de los reyes : iguistas y angustias descubrimiento del sur pos de célera fin de un mundo : del Imperio de los Césares de un Imperio Capitulo 1 La aldea de los primeros tiempos ros dia, despues de subir ls el caos de ruinas de lo que un ‘omanos, se llega a una angostaplataforma que valle del Tiber. Esta antiguamente cubieta por tierra Jas luvias y por toda clase de desechos, hoy est des ten el suelo aparecen los vestigios de una singular al- Jevantaba en este lugar hace cas tres mil aio. Esta uiza comprendiera unas decenas de modestas ca 88 con ramasentrelazadas y sostenidas por postes de stodo lo que queda de la Roma mas antigua. 30s, orgullosos de sus origenes, les gustaba con: rey habia fundado la ciudad en aquel lugar. sban Rémulo, Fue el primer romano. Habia ‘en aquella misma colina por un pastor, el buen 10 habia recogido, junto a Remo, su hermano ge- ‘no eran mas que dos recién nacidos abandon ddemimbre, que el ro, en lena crecida, habia os pies del Palatino, lo y Remo eran de orgen real. Eran hijos de 2 reson noe «el propio Marte, pero el rey temia que aquellos nits lo des tronaran again dia, Asi es que los hizo abandonar al borde del rio, convencide de que e fio, la falta de cuidados y cl agua darian buena euenta de esos dos inguietantes sobrinos. Pero ‘no habia contado.con la voluntad de los dioses. La cuna flotan- te qued6 varada orillas del sfoen una zona seca; una loba, el animal de Marte, se recosté junto alos nos, los ealent6 con st ‘calor ylos aliments con su leche, Finalmente, hubian sido reco- idos por Fiustulo, quien los habia levado a su cabaia. Los {rat como sifueran sus propios hijosy, como quiera que sos _pechaba su origen, terminé desvelindoles el secreto de su na cimiento. ‘Cuando Rémulo y Remo se hicieron mayores y fuerts, des: tronaron a suti-abuelo, lo sustituyeron por su abueo y volvie tom al pais de su infancia con la intencién de crear un reino. Decidieron fundar sobre el Palatino una ciudad que llamarian Roma, Pero los hermanos no tardaron en pelearsey, pata rei nar solo —o quiza simplemente porque Remo se habia buslado cde él, Romulo maté a su hermano, ‘Desde lo alto del Palatino, donde Rémulo habia fundado su ciudad, se divisa una larga colina sobre la que antatio se le- ‘vantsba la ciudad de Alba. Se perila en el horizont, sobre la anura del Lacio, Asin mis lejos estan las primeras cumbres de los Apeninos, que en esta zona reciben el nombre de montes Sabinos, cayas ineas azuladas, a menudo esfumadas por la bru- ‘ma, se confnden con el cielo, Ala derecha, el amplio valle det “Tiber desciende lentamente hacia el mar. Tras regis de Alba esti el mar, en el que los romanos situaban el origen lejano de su raza, Para ellos, los eyes de Alba, ancestros de Rémulo, des cendlian de Eneas, que un dia habia llegado a la costa al mando de una flota numerosa, cerca de la des del Tiber, ‘sates os Mc ts B donde yacen hoy en dials ruinas dela ciudad de Osta. Eneas bia escapado de Troy, la ica ciudad rigia que habia su feumbido, ras un asedio de dice aos, alos ataques de los riegos. Enea y sus compafiros eran casi los nicos superv- Jentes de esta epopeya, cuya gloria habia colmado todo el pando meditertineo varios sigs antes dela fundacin de Roma. Ademss de su fama, habia tad a Talia central os ra entos de su brillant civiliacin asitia, Por primera vex habian visto en el Laco tejidos bordadosyteidos de pir 5 jyas de oro y magnifica armas. También era la primera 2 que se conocian ley, jefes mas abedecids que temidos, shombres habia eprendido a buscar refugio detcs de as on tal de levar una vids tranguila. De modo que, nue su ciudad no habia sido, en un principio, més que una dest aldea, os romanos no tenian en absoto la sensacién er caribistas». Se consideraban mis bien los descendientes ids a menos, yest itimo no hacia sino conferees mayor , de una antigua nobleza.;Acaso no habia sido clegido peas para perpetua a raza, entre todos fs troyanos, po ha sudo sempre una singular «piedad»,obedecido las anes d los dios, arriespado su vida con tal de salvar au Anquises de las llamas de Troya el dia de la toma de la ulead de lado sus riguceas y levado consigo en cam tigio de sus virtudes, borraban la mancha del fratrici: Romolo, que habia ensangrentado el nacimiento de la ra soma oe Wok se leyantaban sobre ls clinas aldeas parccidas a las de Pala no. En os wales, los pantanos dificutaban el trinsto. El Pal tino estaba rodeado de pantanos. En cuanto al rio, la menor crecida inundabs la sibera y Hlenaba los dos vallejos que rodea- ban la colina de agua amarillenta. Los torrentes que, de ordi nario, ocupaban su fondo quedaban entonces bloqueades y se distribuian por eapas profundas. Ya no se podia acceder al pueblo més que por una estrecha «senda», que lo conectaba ‘con las dems colnas, hacia el este. Estas condiciones en sirmuy aprecables, puesto que garantizaban una defensa cémoda, pa recian vetar a Roma un gran destino: Zeémo podria una autén- tea ciudad establecerse en un lugar tan inedmodo?; geuantas “obras serfan necesarias para secar estos bajos fondosinsalubres, inhabitables, en los que pululaba la fiebre? Poca tierra cultiva- ble en los alrededores, nad de caminos y la cercania de un rio ripido, dificil de atravesar y cuya otra orilla estaba ocupada por un pucblo enemigo. Al norte del Tiber empezabs el pats etrusco. Hoy en dia, apenas sabemos quignes fueron los etruscos 0, mejor dicho, los ‘enconttamosinstalados en la Italia central, hacia a época de la fundacién de Roma, pero no sabemos de dénde procedian. Era tun pueblo extrafo, que dejé una profunda huela en tierras it lianas, Para nosotros, s sobre todo el pueblo que construyé ‘magnificas tumbas, que encontramos en inmensas necrpolis desde Florencia hasta Tarquino, alas puertas de Roma, En es- tas necrépolis, aquel pueblo dejé las iméigenes de lo que era su vida: su juegos, en los que concurrian sus atletas pero ta bign eran sacrficados los prisioneros de guerra para honrar el alma de los muertos, ss festnes, sus danzas, sus ritos sagrados, ‘A menudo, el interior de las tumbas etruscas esti dispuesto ‘como las casas de los vivos, Los cadaveres se tendan sobte ca- 1 ate Us mos 0 5 s parccdas las que se empleaban para dormis; bajo la cama, ls sandalis, esperando el despertar del durmiente. Junto al iver de una mujer se depositabanjoyas, o bien el soplilo que isaba para atizar el fon familia. Mis alli sobre la tapa delos re6fagos, se ve al muerto y a su mujer, tumbados, como sobre Untrilinio, para un banquete etemo. Todo ello nos habla de un lo alegre, vvaz, enamorado dela via y de sus placeres, y jue no se resgaba a renunciar para siempre ala iz y a flick dela tera ‘La muerte para ellos estaba repleta de fantasmas, de tor nents. En las paredes de ciertastumbas hay pinturas que nos uestran a demonios de los infiernos con el pico punzante as afiladas, alas de rapaces nocturnas, mascaras expresivas; jolo que esperaba al condenad. Asi esque mientras vivian, fetruscos se afanaban en rezar a los dioses afin de merecer nu piecad las recompensas del Mis alli, Cada ciudad etrus- ontaba con varios templos que se levantaban sobre mon- Jos. Desde alli el dios o la diosa bendecia alos vvos. Los dotescelebraban muchas ceremonias para contar con el delas potencias elestes. Los adivinos estudiaban al deta menores signos que aparecian en ef cielo; seguian con cin el eo de los patos; dependiendo de silos van por ao por la izquicrda, hacia el norte o hacia el sur, ode ervos, 6 los uitres,volaban en bandadas 0 soos, cam- ppresagio. También sabian descfea las entra de las {ue se sactificaban ant los alares; conocian las reglas pretarla forma ol color del higado de un toro dest eran eapaces de saber lo que sguficaba un nacimiento muoso, una vaca de dos cabezas, un cordero con cinco pe fuera de temporada, todo To que se sala de . considerado como un «signo» 16 stom De noua El prestgio de los adivinos etruscos y de sus dioses era muy ‘grande en toda la Italia central. Y es que los etruscos suban construir templos magnificos y creat imagenes sagradas tan be- Ila, rostrs tan impregnados de majestad, que'su poder saltaba ala vista, En cuanto Roma hubo crecido un poco, sus habitan- tes quisieron tener estatuas de esa clase y se las encargaron @ artista etruscos. As es que el primer idolo de Jpiter, dios su ‘premo de Roma, fue una gran estatua de barro cocido, motes da de vivos colores: su rostro estaba pintado de un oere rojo, st vestimenta, un manto pirputa bordado con hojas de oro. Este ‘Tipiter ofrecia un aspecto imponente sobre ef Capitolio, donde fue instalado. También los templos construidos en esta misme pocaestaban decorados con placas de tierra cocida y pi cl reborde de los techos estaba provisto de grandes teas con forma de palmeta y sobre a techumbre se dspontan demonios ¥ dioses cuya slucta se recortaba sobre un fondo de cielo No eran Jos etruscos quienes habian inventado todas estas _maravillas; los modelos que habsan imitado estaban en Asia, de donde acaso provinieran también algunos etruscos; ademis, seguian manteniendo un comercio activo con las regiones mis Iejanas del Mediterréneo oriental. Los bareos de mercaderes de Mileto o Focea vigiaban hasta Etruria; transportaban obje: tos de arte, vasijas pintadas, aly como se fabricaban en su pal joyas, estauilas, vino y aceite, y regresaban 2 Oriente cargados cde minerales, bronce, plomo, de los que habia grandes canti dades en las minas de Etruria. Los puertos etruscos de esa re- el nombre de «Toscana», eran sal exterior. Gracias a sus vecinos etruscos, ‘Roma no estaba aislada cel mundo. Las artes, las ideas e inclu- s0 los dioses de Grecia y de Oriente legaban a Roma cuando ‘in no era mis que una insigificante aldea, Capitulo 2 La época de los reyes idador de una ciudad no podia menos que ser su rey, Roma estuvo en sus inicios sometida a reyes. Haba Alba, y,en la regién no se conocian otras formas de go Eley no era un personaje cualquiera, llamado al tron0 alidad y mantenid en él sslo porelconsentimiento de tos. Era designado por los doses, Es mis, era la viva del gran dios de la ciudad, ese Japiter gue reina en ‘una de las colinas cercanas al Palatino. El poder fra mis que el refleo de la omnipotencia de Jap jodo que no debe somprender que, una ver desapa |mundo de los vives, Rémulo fuera considerado un 10, nunca Selo habfa visto como a un mortal del rio. Es cierto que era hijo de Marte y que, por el ‘madre, estaba emparentado con Venus, pero mu- sucesores, ce menor linje, fueron admitidos en la os Inmortales. Numa, quien lo sucedié, tenia por -eonversar por la noche con uns ninfa de una fuente ciudad. Esta ninfa se llamaba Egetiay le daba también se cuenta que le diets todas las re lew a cabo, Esa es una de las 18 rnsronth Be Ms ‘zones porlas que los romanas estaban convencidos de a exce- lencia de su religign —cuyas principales institucioneshacfan re- montar hasta Numa—, pensando que si quien habia deeretado Ta forma de los sacifcis, la fechas de las fiestas o el nimero de sacerdotes, cra tna divnidad, nadie podia haberlo hecho mejor ‘que alla, ni estar mis enterado de los gustos de los Inmortles ‘A veces, bastaba que el cielo enviara una seal para que un ‘rey fuera designado y evade al poder. Los adivinos se emplea- ban a fondo en Ia interpretaci6n de los mis extrafos prodigios, [No sélo se consideraban como una advertencia de los dioses todos los truenos (que no son nada raros en Talia, desde la pri- mavera hasta el ofofo , veces, incluso durante el invierno), sino gue se concedia una importancia capital a hechos que hoy cen dia no nos merecerian Ia menor atencién, Si una feina tenia ‘un suefio, todos los adivinos se desvivian por descubrie su si nificado; si las srvientas dl palacio creian ver una aurcola lu ‘minosa en torno a la cabeza de un pequetio esclavo dormido, . Los plebe 6 entendieron la moraleja de a fabula, Peto, antes de volver ;pefar su papel en ciudad, pideron garanias. Los pa tuvieron que acepta la ereacién de una mapstratura sivamenteplebeya —se llam6 tribuno dela plebe— que fala facultad de proteger a los pobres de ls ries. Sel alos deudbores esclavos de sus acreedores, se prometis: se mukilicaran las colonasy ls reparticiones deter. men, poco después todo habia wuelto a su caucey los 3 romanos aceptaron seguir montanda la guardia en tras yreduciendo alos rebels. lo se restablecs la concoria entre los ciudadanos, spudo retomarsupolica de expansisn. Suimperio llega s primeras estribaciones de los Apeninos; us co- lo bastante fuertes para contener la presin de los es los ecus ls héricos,suadosaleste yal sudes el nore, la ruta de as conguistas que- lad exrusea muy poderos, que desde 32 sont De HOM hacia tiempo era un sval peligroso. Para destrir Veyos fue pre ciso un sitio de diez afos, tan largo como el de Troys. Fue en- tonces cuando, por primera vez, la legion romana aprendi a cjecutar obras de eampaia yterrazas,y entendis que muchas ‘aallas se ganan con el pico y la pala afin més que con la espa: da, Para penetrar bajo las mutallas dela ciudad, los romanos tuvieron que cavar galerias subterrneas y tomar precauciones ‘contra las contsaminas del enemigo. Durante meses os egio- narios permanecieron en las trincheras, bajo las muralla. Esa cera una experiencia nueva. Hasta entonces, as guerras slo se libraban durante la estacin de buen tiempo. El ejrcito se reu- hia en marzo (precisamente durante el mes dedicado al dios de la guerra), entraba en campatiay volvia cuando los érboles ‘perdan sus hojas, Los soldados podian velar por sus intereses, ‘controlar la explotacién de sus campos, por lo cual no perci bian ningtin suelo. ‘Durante el sitio de Veyos, como las operaciones proseguian incluso durante el invierno, hubo que resignarse a pagar a los soldacos: Camilo, comandante de las tropas en Veyos, reclamé ‘ impuso lainstivucién del sueldo, Las tropas, agradecidas a su jefe, lcharon con mayor arrojoy finalmente Veyos sucumbic ‘Camilo se habja asegurado la complicidad de los dioses. La ciudad etrusca tenia como protectora a una divinidad podero- sa llamada Juno Reina. Camilo habia prometido a Juno Reina tun templo magnifico en la ciudad de Roma si se prestaba a abandonara su suerte alas gentes de Veyos. Habia hecho esa ‘promesa solemnemente y, por Io visto, la diosa debis de acep- tat, ya que la ciudad fue tomada. Entonces, para cumplir su promess, Camilo organi26 una procesin, La estatua de Juno fue retirada de su templo, colocada en un carro tirado por i coquns ancusmas » , se puso en camino hacia Roma, No se denuvo hasta gar 9 Aventino, donde el Senado habia erigido un templo para re ia la diosa Sin embargo, no tados los dioses mostraban por los oma: las buenas disposiciones de Juno Reina. Se avecinaba una lable catéstrofe que iba « poner a prueba al pueblo y a ciudad Flaca tiempo que los galos habiancruzado los Alpes. Una sus tribus habian descendido por las llanuras de Italia, endo a las poblaciones del norte. Y oleadas de galos se ian descendiendo hacia cl su. A principios dl siglo 1 antes nuestra era, una de estas tribus,lideada por un jefe Hama: .penetré en Italia central, pas6 por Chiusiy se pre 6 en el curso inferior del rio Tiber. Los romanos estaban aviso. Habian reunid un ejército al norte de Roma, jun- n.pequeto ri llamado Alia, peto a results de una fsa pra, no consiguieron detener al enemigo. La legién par- n desbandada y los alos, no viendo a nadie en su cami- esiguieron su ruta hasta Roma, Cuando llegaron al pie ‘murals, no habia nadie que pudiera defendet la ci dos los hombres aptos habian sido enviados al Alia. Ni se habian molestado en cerrar las puertas, Desconfia- alos se deruvieron. Durante toda la noche acamparon la ciudad porque temian una tramps, pero, como no ‘nada, al caer el dia entraron en la ciudad. Los habitan- habian egrupado en el Capitolo, en la ciudadela, junto 0c0s hombres armados que seguian alli. Los galos se ti, Curiosos,entrando en las casas abandonadas, reco- calles, vsitando los templos. Algunos senadores, 3s para portar armas, habian decidido perma. u aston ne KOM cada cual con su toga, en el vesibulo de sus exsas. Un galo se topé con uno de esas ancianos,sentado, inmévil, sobre su sila cru, y erey que se trataba de una estatua; se artime y, sin ‘mas ceremonias, le tt6 de Ia barbs. El senador,furioso por el ultrje, le arre6 un bastonazo en Ia cabeza. El galo respond ‘con la espada. Fue el inicio de la matanza, Quienes no habian ‘encontrado refugio en la ciudadela fueron degollados en unos ‘Durante largos dias, uve lugar el sitio del Capitolio. Una noche, los galos intentaron escalar la colina, aprovechando la coscuridad, Habian hecho tan poco ruido que ni los perros gua dlianes oyeron nada; parecia que su treta ibaa sale bien, cus do de repente las ocas sagradas ciadas en el santuatio de Juno ‘se despertaron y empezaran achlla Se diol alarma. Todavia se estaba a tiempo. Los soldados corrieron a los puestos de alerts; Jos primeros enemigos estaban poniendo el pie en la platafor: ‘ma, Pero los romanos se abalanzaron sobre ellos y los hicieron caer con todo su peso sobre los compaferos que los segufan. En resmidas cuentas, el ataque fracas6. Aun asi, los viveres se agotaban y no podrian seguir resistiendo por mucho tiempo. Presionados por los soldados, los jefes romanos tuvieron que cemprender negociaciones, aceptar a idea de la rendicién y pre jguntar por las condiciones de Breno, Este piclié oro, mucho ‘oro, y promtis respeta la vida de los combatients. El dia se- Filado, los oficiales romanos salieron de la ciudad, acomy ‘ads por esclavos que portaban el metal para el rescate, Se cempez6 a pesar y, cuando se aleanz6 el peso acordado, Breno tind, ademas, su espadaen el plato de la balanza, y eclamé que se agtegara al rescate lo suficiente para restablecer el equil- brio, Los romanos protestaron: «ja desgraciacaiga sobre los onQUSTS ¥ ANGISIAS 38 los por el botn, ls gals accedieron por fin a abandonar retomar el camino del aoe Los romanos aseguran que no fueron muy lejos; que Cami- por aquel entonces en el exo, consguié reunie un ejecta avi entre las ciudadesaliadas de Roma, tmmerosas del 10 galo, que atac6 alos galos mientras se retiraban y sald6 tas con ellos Sea como fuete, Rosa habia pasado miedo; estado cera de sucumbisyentendi que ni ls més si mulls seven de nada sino hay brazo para defenders. versa a habia arruinado, buena parte de sus casas babian quemadas o destruidas y habia perdido el honot. As es por mucho tempo, ls galos siguieroninspirando temora anos, Durante sips, bastaba eon que se pronunciara bre para que todo el mundo sera cortiendo a por las . Sélo César puso fin ala pesudillaal anexionar al Inpe astantes generaciones més tard, el pais del que habian aquellos saqucadores de lags espadas, que nada era de derener. Capitulo 4 El descubrimiento del sur 1a podria haber sucumbido a Ia catstrofe gala. Gran de ciudadanos estimaba que la ciudad estaba asentada ugar maldito, ya que los dioses habian permitidola toma ciudad sagrada. Pensaron en transportar Roma a otro y ocupar el emplazamiento de Veyos, que acababa de ser Pero el patriotismo de Camilo se opuso a exe abando. Senado decidi6 que Roma seria reconstruida, y al poco 30 los dafios fueron reparados, los templos se inguieron ifcos que nunca y a ciudad retonss su camino hacia 1c montafieses descendidos de los Apeninos habian istando poco a poco ls ciudades griegas de la Italia al, antaiio préspera, las poblaciones indligenas no cl estado de dependencia en el que se encontraban, balleros» —es decir, los nobles y los grandes propie- de Capua recurrieron a Roma para apuntalar su do- 9: Fue el principio de una larga serie de puerras, que se con el nombre de «guerras samnitas», Los ejécitos € enfrentaron a las poblaciones«itilicas» del Apeni -samnita» se debe a que los 38 aston KoA principales adversarios de los romanos fueron los habitantes ‘de Samnium, el macizo montafoso entre Roma y la Campania, poruin lado, y entre Roma ya costa aditica, por el otro, Estas poblaciones eran de una raza distinta a los romanos. Hablaban otta lengua, emparentada con el latin, pero mis “«primae que «hermana». No babian conocido tanto como los ‘omanos la influencia de la cvilizacin etrusca y del comercio ‘matitimo, Los samaitas vivian dispersos en la montaia, di nados entre pucblectos y granjasaisladas. No habian formado verdaderas cudades, porlo que su onganizacién politica seguia siendo bastante rudimentaria. Pero estos campesinos eran vipo rosos,decididos yastutos. Sus filas se recompontan tras el paso de cada ejércto romano. Las diversas tribus, a menudo ene- _migas unas de otras, aprendieron a unirse contra Roma, que se convirtis en el enemigo comin, yfinalmente, le infligieron una derrota memorable. Los dos eénsules romanos se lanzaron imprudentemente & la caza de un enemigo invisible en la region de Benevento. Una ‘mafiana, cuando quisieron retomar la marcha, se dieron cuen- ta de que los samnitas dominaban las crests del desfladero cen el que estaban; detris, el camino estaba cortado; delante, rocas desprendidas pricticamente infranqueables. Al final los dos cénsules tuvieron que aceptat las condiciones del enemigo para salvar la vida de sus soldados. Los samnitas se limitaron 1 desarmar alos romanos y hacerlos pasar «bajo el yugo>, es decir, bajo una puerta groseramente fabricada con tres lanzas Al hacerlo, un hombre perdia su condicién de soldado y le tera moralmente imposible retomat la lucha. Para los romanos fue una humillacién sin precedents. El Senado tuvo que aceptar este armisticio humillante pera ‘se negé a ped a paz, Se eclutaron nuevas legiones, se mo 39 on su armamento y su manera de combat y se les hizo gu ‘movilidad, Unos aftos mas tarde, la situacin se invitio y ejécito romano tomé la principal ciudad de Ia confeders jn samnita, Bovianum, Los demas pueblos del interior in ntaron prestar auxilio a los samnitas cuando ya cra demasia tarde. En unas pocas campatias, los romanos se hicieron amos de toda Italia, desde la Toscana hasta Las Marcas, de el mar Tirreno hasta el Adritico, Establecieron colonias Jargo de las vias naturales, construyeron rutas que partian Gey y dade entonces ve rept ago de que ode levan a Roma». sbiacaido en manos de los montaiieses de los Apeninos, hemos dicho, sin que Roma se hubiese entrometido. Sin ‘quedaba una éltima potencia de lengua y cvilizacin 5 trincherada al fondo de la peninsula, timo vestigio que habfa sido la «Magna Grecia», Esta gran potencia jo dlecaida era la ciudad de Tarento, orgullosa de su sigue imo. Como todas las ciudades griegas, Tarento sba mal con sus vecinos. De modo que, cuando otra co- riega dela repién, Turio, se vio amenazada por el ataque ligenas, los griegos de Turio recusieron a Roma, y no nto. Los romanos, encantados de poder entrometerse en tos de una ciudad griega, acepraron proteget Tutio y tuna flota aa regin. Pero eso itits a los tarentinos; la desta flota alas cercanias de su ciudad les pareci6 una intolerable. Sin medir palabra, atacaron a los na jeron a cuatto, Eeala guerra, 6n de los tarentinos de hundir as naves romans ‘muy meditada, Cedieron a un impulso del mo- ” son DE Hous ‘mento, pero cuando se traté de tomar las medidas militares pertinentes se vieron en un aprieto. Ellos mismos, ablandados por una larga paz, no tenian ningunas ganas de tomar el escu- do, el easco y la coraza; preferian pasarse el dia en sus Ceatros ‘contemplanda tragedias 0 comedias. Asi que pidieron ayuda un soldado profesional, el rey Pirro, que reinaba en Epiro, nla otra olla del mar Jonico. Pirro era un persongje extraordinario, uno de esos reyes ‘que habian surgido a la sombra de las bazaiias de Alejandro Magno, de quien era primo hermano. Cuando los tarentinos recuttieron a él, Pirro nolo dud6, Le carcomia la ambiciin y se ilusions con la esperanza de labrarse un impetio en Italia. Lle {96 al frente de un ejército «modern». Formado en las cam- pafias de los eyes de Oriente, habia creado, siguiendo su ejem plo, una «caballeria» pesada, formada por elefantes. Cuando Jos romanos vieron aquellas moles cargando contra susfilas, se asustaron; durante algin tiempo, esistieon ¢ infligieron pér- didas terribles a las tropas de Pirro, pero finalmente tuvieron {que ceder. Al ao siguiente, por segunda vez, Pirro atacé con sus elefantes, pero con menos éxito. La vietoria que consiguis aguel dia fue tan dificil que intent6 negociar. Su secretaio par- ticular, el filésofo Cineas, fue enviado a Roma y presents, con gran habilidad, propuestas de paz al Senado. Los senadores ban a cede, seducidos, cuando el mis venerable de todos ellos, [Apio Claudio el Ciego, tomé la palabra y arguments que seria ‘escandaloso pactar con un enemigo instalado en Talia. Aver- gonzados, los senadores se unieron a su parecer y ls propues tas de Piero fueron rechazadas. En ese momento, Pirro no reanudé la guerra. Cuando fue amado a Sicilia por los siracusanos, que quetian utlizarlo contra sus tradicionales enemigos cart clos al HL oascommaento et in 4a beste de a isl, se dejétemtar por fa aventura. Pero como todos Jos extranjeros que se metian en los asuntos de la isla, Pirro ter 6 defraudado. Las ciudades no le prestaron, metido y la aventura no duré mucho. El rey volvié a Talia en sca de su primer suefio. Encontré a los romanos bien preps: ras para recibilo, Esta vez, los elefantes no dieron el resul: do descado. Pirto fue derrotado en Benevento y, desanima. o, abandon6 definitivamente Italia, Unos afios ms tarde, 0 Peninsula Idea, hasta la punta de la «bota» Durante una larga serie de guersas, Roma habja evoluciona- Las concesiones arsancadas por los plebeyos alos pattcios bian abierto una brecha en la antigua constitucin y el anti- @ orden social. Poco a poco, los plebeyos haban ido adqui- fo mis o menos os mismos derechos que los patricis. Los gsamicntos entre clases habfan sido finalmente autorizados, 1un largo periodo de prokibicién, Los plebeyos no slo po. ser tribunos 0 «ediles» (magistratura dependience de los nos, que los usaban como auxiliares para tratar los por ores ce la administracib), sino que fueron admitidos en la fray unos aos mas tarde, en ol consulado, efecto la vieja magistratura que habia sustituido ala rea habia ido dividiendo y en cierto sentido negociando da que crecia el Imperio de Roma, las uerras se haci yyims langas, y se necesitaban més magistrados para ad star los asuntos. Un e6nsul que pasaba argos meses en el 0 ya no podia imparticjustcia a diario en el Foro, Por shabfa creado la funcién de los pretores, que los televa- tas Funciones. Junto alos cénsules, también se habian gstrados a cargo de las finan- 2 vostoms oe me as, Estos cuestores eran quienes abonaban sus sueldos a las ‘tropas, pagaban a los proveedores, percibian las contribuci nes la guerra y vendian los botnes de guerra para aumentar el tesoro, De esta forma, los cénsules quedaban mis libres para encargarse de los asuntos realmente importantes. Por encima . Poco a poco, Tapa fo suicndo rie nln verdadero Exado inde pendiente que se cvilizaba. Abri escuclas, fund las ideas romans, se rodeé de un «Senado» en el que admitié a espa- foes. Se habia convertido en algo parecido a un tey de este Estado incipiente y acariciaba la esperanza de poder resistir indefinidamente a ls ejércitos que Roma lanzaba contra él Bniretanto, Mitriates volvié a la lucha. Servotio no dudé en “aliarse coo: Roma quedariaatrapada entce dos amenavas, ‘una llegada de Oriente y a otra desde Occidente. El odio ce- gaa a Sarorio, Su céleulo no slo era criminal, sino también falso. Por muchos frentes que se le abrieran a Roma, sezula consudo con recurs suficientes para deo rods sus ‘enemigos. Sertoro fue aplastado, mientras una exitosa serie Spiny ino Ove eles Se Mite tes, que tivo que suicidarse tas una larga resistencia. El rey, ‘que conocia las costumbresorientales, y sabia, por experiencia propia lo mucho que se usaban los venenos en aquellas cortes tepletas de intrigantes, se entrenaba desde hacia mucho tiem- ‘po pan resist a su efecto. Cuando quiso/envenenarse, no lo LW DEUN MND B Sin embargo, con eso no terminaban todos los problemas. Para aniuilar a Mitridates, habia sido preciso conceder po. deresextraordinatios aun Gnico hombre, Pompeyo, que bia reunido bajo su mando a fuereas considerables y se habia dejado ver en todos os campos de batalla, desde Espa, con- tra Sertorio, hasta Oriente, contra Mitrdates y los piratas, que aprovechaban ls dificultades de Roma para imped asi total ‘mentela navegaién pacific, e incluso en Talia, donde bandas de esclavos,lideradas por un gladiador, Espartaco, habia lle- ado a controlar el campo. Pero para respond en todos los frentes se necestaban eércitos y cada verse mandaba a filas a mis pobres, que de este modo conseguan un recurso inespera- do, Yano estaban al servicio de una pati, sito de un general aque les pagaba, y este general tampoco era ya un magistrado clegido por el pueblo, que se debia al Senado, sno un ambicio 0 que se negara tas la vitoria a volver a su ugar. Roma es peraba aun amo. Candidatos no faltaban, pero ninguno conse- auiaimponerse de buenas a primeras. E que finalmentehabria de triunfr, maduré su ambicin durante ms de veinte aos y tuvo que librar trebles y sangeenta batallas para imponerse Un hombre dominé todo aquel periodo de la historia de ‘Roma y su muerte, en 43 a, C., marcé el final dela Repiblica, 1s decir, dela libertad, como se decia en aguel entonces. Ese hombre fue Cicerdn y seria fil argumentar que él, que fue el ‘mayor orador de Roma, no fue més que un pequeio burgués vvanidoso, timorato, codicioso y sin verdadero sentido politico, Jun charlatén que puso su elocuencia al servicio de un aristocra. ‘tw egoista, a quien cobraba muy caro su apoyo, Es fil, pero sbién profundamenteinjuto y, al mismo tiempo, gravemen. 6 stom De noma Cicerén pertenecia @ una familia de caballeros; ningsin fa mili suyo habia ejercido antes una magistratura importante El joven Cicerén tenia ambiciones. Desde muy joven mostré sorprendentes dotes para la elocuencia y fue el aluno décil de Jos mejores oradores que entonces dominaban la vida politica. Yes que, en la Repablica, para imponerse habja que saber ‘hacerse escuchar. Muy pronto, Cicern atrajo la atencién de la ‘opinién pablica, Tomé la defensa de un libert de Sila en ple- ‘no apogeo del dictador, y consiguié la condena de su adversa- tio, Estimé prudente abandonar Roma pot un tiempo y se fue ‘Grecia a completar sus estudios, que hasta entonces habian transcurtido en las escuclas de Roma. Alli conocis a filésofos y ‘se entusiasmé con las discusiones que solian entablar los maes- tros de mayor renombre en Atenas. También eseuch6 las lec tones de los oradoresy vaié hasta Rodas para escuchar las de ‘Molin, c! més célebre de los oradores. Al regeesar a Roma, ha ‘ba aduirido una inmensa cultura, tanto griepa como roman. Su horizonte se habia ampliado, Ya no crefa que bastara ate ‘ners fielmente alos «principios de Jos antepasados» para re- solver eualquier problema, Aunque instintivamente eta parti: dario del orden establecido,tampoco queria que se perpetuara Ia tirana inflexible de los senadores. En su mente iba tomando ‘cuerpo la idea de una politica de equlibsio entre las distintas cases sociales, que poco después predicaria con el nombre de -«concordia de Grdenes» Para empezar, atacé a un senador gravemente implicado en asuntos turbios: plas, abusos de poder y ejecuciones sin jul cdo durante un gobierno provincial. Fue el proceso de Verres, fenel que Cicerdn ejerci6 de acusador, a peticién de los siciia- hos, que habian sido vctimas de aquel gobernador sin escrt: ‘Vertes no espers a juicio ne uw me20 n lio, El escandalo fue tal que permiti6 modifcar la ley de Sila «que reservaba los jurados a los senadores; de ahora en adelan- ke cbaleorambin pian en cle !nosafios mis tarde, Cicerén parecia estar a punto de pa Sd beaiserie eae roe aa ‘6, cuando logré impedit la aprobacién de una ley agratia, que “entroncaba con los vejos proyectos de los Graces. Pero en te lidad fue para evitar disturbios yacaso la amenaza de una gue- tra civil. Aquel mismo ato, Cicerén tuvo que enfrentarse a una ‘nueva amenaza: Catling, uno de esos ambiciosos que conside- ‘aban las magistraturas como instrumentos para entiquecer- se, habia fracasado en el consulado, Saltindose la legalidad, or- ‘quest6 una conjura para tomas el poder por la fuerza, Reunié nobles resentidos, agobiados por deus, y tambign a vetera nos de Sila, pequeiios propictaros en uns situacn complica- dla, es decir tanto ala gente que tenia algo que ganar con na revolucién como a la que no tenia nada que perder. Cicerén ‘estuvo atento logeé destapar la conjura antes de que Catlina ppudiera actuar. Lo denuncié al Senado, que al principio reaccio- 'n6 con incredulidad, pero unos dias después Cicerén consi Bossa ccproocedore ps ex cohen co ‘equipsje de ls diputados galos. Estos pretendian crear una ma- ra de dstraccién en la Gala para poder Hvar adelante st Ipe. El Senado, finalmente convencido, entreg6 a los conjura- al céinsul, quien los mands ejecutar en la cércel Catlina ha conseguido huit. Busc6 refugio entre sus partidatios, que logrado otganizar un eércto en Etruria, El otro cénsul, onio, les presenté batalla y los aplat6 cerca de Pistoia Alli ‘mataron, incuido a Catitna, que eay6 empurtando ls armas, ‘Los senadores y eaballeros habian pasado mucho miedo, 18 stom nse dela patti (honor que no ruvo la modestia sufciente pata re ‘chazar). Consciente de lo que habia hecho por Roma, se pass cl resto de su vida alabando sin fin su «gran consulado», Pero se le perdonara con mucho gusto esta ridicule, si se tiene en ‘cuenta que, de no haber sido por él, «1 Estado romano hubiera {quedado a expensas de unos aventureros, la sangre hubiera co ‘ido como en los tiempos de Mario y, quiz, el Imperio de [Roma hubiera sucumbido a la esis. [No obstante la constitucén que habia salvado Cicer6n ya vvolvia «estar amenazada. Tres ambiciosos, Pompeyo, César y dl rico Craso, habfan Hlegado a un pacto secteto, que se cono- {ee como «el primer triunvirato», Se habsan prometido asisten cia mutua para repartrse el poder y garantzar el consulado de (César, pues era su tueno. Delos tres eémplices, slo César tenia Jun verdadero pensamiento politico. Quedé claro durante su ‘consulado, Por un tiempo, mantuvo sinceras esperanzas de —poslerllevar a cabo las reformas necesarias de forma pacifica; iuiso entregartierras a los desposeids, limitar los excesos de ‘os gobernadores en las provincias; también se le debe la pu- ‘licacién, por primera vez en la historia, de un Diario de Roma, {ue comunicabs al pablico las noticias importantes y permi- tia que la opiniGn piiblica tomara partido con conocimiento de causa, En resumen, César hizo verdaderos esuerzos duran- ‘test consulado por abrir a vida pablica a exterior y renovar la atmésfera pestlente y venenosa que reinaba en el Senado. Peto se top6 con una resistencia tan abtusa como empecinada del otro ens, Bibulo, que se encerraba en su casa cada vex {que César hacia aprobar una ley o tomaba una medida impor: tante, pretextando que «los presagios eran desfavorables» ‘César no lo tenia en cuenta y a ley era adoptada, la entraba en vigor Pe Lr De UN woo oa ‘cuando César ya no fuera cénsul sino un simple particular? 2No tendria que rendir cuentas ante los jueces por todas aque- Ila iregularidades? Para realizar su obra y conseguir que perdurara, y también por prudencia y para no corter la misma suerte que los Gra- os, César monté una maguinaria politica muy compleja. Para ‘empezar, se hizo nombrar, al final de su consulado, gobernador dela Gala, lo que le gatuntizabe el mando de un ejército. Ade- mis, se ali con un agitador profesional, el joven y bello Publio Clodio, que no tenfa rival para provocar escandalos o lanzar bandas armadas conta el Foro o el Campo de Marte sera pre- cso con tal de acallara sus adversarios. Si alguien insinuaba con oponerse a César, éste amenazaba con dejar it contra él a ‘Publio Clodio. Cicer seguiasiendo capas de manejar a bue: a parte dela opinién piblica, César le sugirié a Clodio que lo acusara de haber violado la ley por ejecutar sin juicio a los eém- pilices de Catilina. Pero no se podia juzgar a un orador en un proceso regular, ya que ls ueces mis selectos, los mis pruden- tes, podian dejarse seducir por sus palabras. De modo que se Iev6 el caso directamente ante el pueblo, con el pretexto de hacer votar una ley general que en realidad no tenia mis moti- vo que el caso Cicerén. La plebe aprobs la ley, presionada por Jas bandas de Clodio, ytambign de los ejéritos de César, que ‘esperaban a las puertas de a ciudad la expulsién del dor antes de ponerse en camino hacia la Galia. Cicerén tavo ‘que partial exlio, a pesar de sus ruidosas protestas los xbue- ‘nos ciudadanos» estaban afligidos; os senadores no se preo: ‘eupaban demasiado por su suerte; no entendian que ese exilio ‘era como el primer acto de la revolucién que precipitaria su ja caida. El partido «popular» estaba encantado; en otro desplome dt hombre que habia sad «Roma de is ro : ‘Con Cicerén en el exilio y el «partido de la gente de bien» deca, Clr nici conga dela Gals Anais Ibi ocasdo un proyecto ni desebllado, Los romans than intladon en sary mantnin reac aniston ton los dems pubs, Cat se propio sometr a odo pat, adacends un pretext menor Alums aioe 1 ac Meron wemblemen, pers poe «pote, fvformandoun vinino de eatenc yu gue se cde, Lo as, Mop vid secon lave de jtenoeré, Ver foi, emperos a lucha. Calgoo, ae ont Soin an pene reunion as naciones, desde as Cras ta cote a Manca orl dR Sie scnmcnd Jac palo alo Per Cu n0 po td dar arch ats nop permite vole Roma en Shovel gue oda queen cui y es regs to drones cen par en. Adem er Cala on of wa eneri indole dfieatads no face quia «prove sempre yan pel rose ee como uno del mayors ers ue aco Mids Hiei, Co a ipomac, el ror y olpeando tun ae como pido, esi viral olin des Sind glAli ops ena provncaroman eh a Cale seman sempre cles de sla vets const Sion neg pas Una primera ver ces tener rca fos nce amb ed Gi oti elena sto deforma pest, Unosme TE mds de, stm a rvanchnpo od lo ao, ree a Mian, Jone Venger habia did ner Arpad ove loyal delay wom ELAN oF Uy anno a consiguié —fortificindose, luchando en dos frentes, usando sus fuerzas de manera genial dispersar a las tropas que lo atacaban desde fuera. Vereingetorix, desenimado, no tavo més remedio que entregarse para evtar una masacre. La resistencia tala habia sido doblegada; algunos focos se mantuvieron acti vos durante un tiempo; ls redujo, pero ya era slo una cues- tin de paciencia y a César no le faltaba Entretanto, en Roma habia quedado sélo uno de los tres componentes del triunvirato, Pompeyo. Craso, excitado por el iimaginatio de los tesoros de Oriente, libraba tna gue contra el Imperio Parto, que limitaba al este con la provincia de Siri, Pero procedié con torpeza, sin ninguna prudencia, y fue derto- tado y muerto en el campo de batalla, Mientras César estuviera entretenidlo en la Galia, Pompeyo era el dtbitro de la situacién, ‘Habia aceptado la vuelta de Cicerén y, poco a poco, se estaba acercando al partido reaccionario de los senadores. Ademis, Clodio habia muerto, habia caido asesinado durante una pelea entre su gente y la de otro aventurero, llamado Mikin, que tra bajaba para el Senado. El viento eambiaba de direccién. César vein cémo se acercaba el momento en que tendria que regresar 4a Roma, dejar de ser imperator y rendie cuentas de una vez por todas Para evitarlo, no le qued ms remedio que desencade- ‘nar una guerra civil. Esa es la raz6n por la cual, a principios del mes de enero de 49 aC. ataves6 al frente de su ejército, cl pequetio rio del Rubiesn (sobre el Adridtico, no lejos de Ri ‘vena), que marcaba el limite oficial de su provincia, Se dice que actu snimado por presagis extraordinarios; parece ser que al ‘guien vio aun ser de un tamafo sobrenatural blandir una tom- ety darla sefial alos sldados. César creiaen su buena este jy sus tropas confiaban en él como en un dios, unto a ells, a la rata que bordeaba el Adriatic; las ciudades se entregaban una tras otra, En Roma, los senadores, ‘presa del pinico, se afanaban en vano por concentra tropas. TImploraron a Pompeyo que organiza la resistencia. Pero la partida ya estaba perdida en Italia, Pompeyo tuvo que calibrar su decisén y paris hacia Oriente, con todos los apelidos ius: tees de Roma. Se instalé en Epiro, ena costa oriental del Adri tico y desde all empead a preparatactivamente la reconguisa. "ET mundo habia quedado cividido en dos blogues; al frente de Occidentc, estaba César, al este, Pompeyo. César dispo nia de Talia y la Gai, alas que pronto se sumé Espa, libe- sada en una sola campafia de las tropas fees « Porapeyo que la ccupaban, Finalmente, seguro de sus fuerzas, César se traslads también a Oriente y, en el campo de batalla de Farsalia,e19 de agosto de 48, vencié a Pompeyoy als fuerzas del Senado Era cl fin de la replica romana. Pero para que se impusiera un ‘orden estable y la paz volvieradefinitivamente a a ciudad y al ‘mundo, an faltaban muchas luchas y mucha sangre, también Ia del vencedor. Capitulo 9 El nacimiento del Imperio La aristocracia romana salia maltrecha de la lucha, Sus me joes representantes habian muerto en Farslia, César los sust- tuy6 llamando al Senado a hombres nuevos, que se lo debian todo y no podtan representar ninguna amenaza. En pocos aos, César reorganizé a fondo el Estado, Promulgé eyes, debilts la influencia de los magistrados, eligi él mismo a la mitad de los ‘eandidatos, control6 las sociedades de publicanos afin de ga ‘antizar un poco més de justicia en las provincas, puso a pun- 10 una simplificacin del derecho romano, exes colonias pera ppan a los pobres y enriquecer los antiguos soldados; tam: bién se interes6 por problemas tan técnicos como la reforma calendario: el calendariojuliano que institayé por fin armo- iz6 cl tiempo «oficial» y el real, y stué, por ejemplo, el prin jo de las estaciones en las mismas fechas cada aio, lo que no urtia con el sistema antiguo. César también hubiera queti- lo ser rey. Estaba por encima dels leyes,ostentaba el titulo de edictador perpetuo», pero eso no le bastaba. Convencido del dlivino de su misién, deseaba una consageacién que la realeza le podia procurar. No era, acaso, descendiente jo de Eneas yhabfa fundado Alba? Asi a aston Be no ‘pues, en el origen de su raza estaba la mismisima diosa Venus, {que habria prometido cl dominio del mundo a la raza de An- {uises,segsin cuenta Homero. César no se limit6 a modificar profundamente las institu ciones romans, Se propuso remodelar la ciudad, inspirindo- seen las grandes capitales helenistieas. Cre6 un nuevo Foro, al que dio su nombre y en cuyo centro erigis un templo a la ‘Venus Madte, simbolo de la realeza de esenciareligiosa que smbicionaba fundar. ¥ ya se preparaba para pasar a Oriente, para seguirla epopeya de Alejandro Magno; esperaba someter falas armas romanas todos los paises de Asia, hasta la India, El «ército se habia concentrado en Apolonia, en la costa de Epiro. (César se disponia a viajar hacia alli, en los Idus de marzo de 44 {e115 de marzo), cuando una bands de conspiradores lo asalt6, ‘en pleno Senado, ylo apuialé "Ba la primera reaccién del partido «pompeyano»: unos “quantos arstécratas, supervivientes del gran naufragio de Far tenfan la esperanza de volver ala Repablicaeliminando al Asus espaldas, la gran figura de Cicer, Es probable ™ que no participara en la conjura, pero Cicer se alegré y tam- bien creys que la revolucién de César no habfa sido mis que ‘una pesadilla dela que Roma apenas estaba, por fin, despertan- ‘do. Tlusién que no tardariaen disiparse La impronta de César Inaba maccado a Roma para siempre. Y queds claro que el cur- s0 de la Historia no se puede remota E César habia muerto, pero uno de sus ednsules, Marco An tonio, era su lugarteniente, sa amigo. Se convirtis en ether dero desu pensamiento, Ademis,surgi6 un nuevo persone, ctavio, un sobrino-nieto de César que éste habia adoptado y ‘que reivnicaba la herencia del dictador, Oe lo contaba $e animaba una tco nace on. FEO 8 y tejeron la mayor conjura nunca vista. Sin embargo, el gan nimero de conspiradores hizo que no se ‘pudiera guardar el seereto, Laamenaza llega ofdos de Neron ydetuvo a los sospechosos. Se sucedieron las condenas a mur: {entre las primeras victimas, Séneca, y tras l casi todos los senadores dela oposici, Una ver diezmado el Senado, Nerén se fue a Grecia, dejando Roma en manos de uno de sus servi dores,Gaando regress rs ganar fdas las coronas de los jue {g05tradcionales de Olimpia y a noma et css 0s tos lo desengaiiaron ripidamente. El gobernador de una pro- & en disidencia, El Senado de Roma aprobs el esto y proclame la caida de Nerén. En pocas horas, el eégimen fandado con tantos esfuer20s por Augusto se derrumb6. Aco- rralado, oculto en una ciénaga junto a uno o dos servidores, el dios Nerén, el nuevo Apolo, tuvo que sucidarse,y su eadiver fue mutilado por el populacho que apenas unos dias antes se postraba a sus pies. Nuevas guerras civiles se abatieron entonces sobre Roma. alba, el gobemnadordisidente, acababa de hacer su entrada en Roma y recibir el titulo de emperador del Senado, cuando apa- reci6 un rival, Otén, antiguo compafiero de Ner6n. Este, con ‘una audacia rayana en lalocura,rebel6 contra Galba alos pre- tores de la guardia, Las diversas tropas dela ciudad lo secun- daron y Galba, abandonado por todo el mundo, fue masacra

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