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JUAREZ BADILLO + RICO RODRIGUEZ MECANICA DE SUELOS . TOMO2 TEORIAY APLICACIONES DE LA MECANICA DE SUELOS A LIMUSA [NORIEGA EDITORES Revoas EULALIO JUAREZ BADILLO. Bacon tana, Pert aeons ‘x ean urenone ents Puontance arn ek Uienecna Maca Baton Meme ALFONSO RICO RODRIGUEZ Doron ov an Prorsen ea aon more rates urencna tntaPoncns ce owen Uheeranse theo Aaron be Meteo Bea De Lareseimctiny terra i coLAn ot MECANICA DE SUELOS {eon srucaconts De ECINca oe S108 Tow sen pronena 00 a0. Nae re 2 eA ok Strauouctoon, actrowaowcanenincueo fecornacon ¥ tment ntemuacen), sm Srneeres nesemoas: (©2004, EDITORIAL LMUSA, SA. oc Gv ‘GAUPO NOMIEGAEDTTOHES nena 95, Misco, DF Cros t= 8503 8060 ‘2He00) 706 9100 Sia z00a op Huta nega cme nots comm CCAMIEM Hin. 121 ISON dee: te-0128-2 22 PROLOGO DE LOS AUTORES: Es con mucha satisfaccién que los autores ponen ahora a dispo- sicién de sus estudiantes y del piblico interesado. el Volumen II de fa obra Mecénica de Suelos, a la que han venido dedicando su entu- siasmo en estos iiltimos aitos. Comprenden que entre fa aparicin de este libro y el anterior ha pasado un lapso inconveniente y se excusan por ello, exhibiendo como nica disculpa las muchas ocupaciones que los acosan; ojala que el Tercee Volumen, que ahora comienzan, dedi- cado a Flujo de Agua en Suelos, pueda estar a disposicién de los lectores con més oportunidad. La acogida que ef estudiantado y los tecnicos de México y Amé- rica Latina han brindado al Tomo | ha sobrepasado con mucho las modestas esperanzas de los autores, los ha colmado de satisfaccién y Ios ha convencido de la necesidad de aplicarse a su tarea con reno- vado esfuerzo. Desde aqui quieren expresar piiblico testimonio de agradecimiento a todos fos tectores que han dado tan grata bienve- nida a su trabajo y muy especialmente a los que. yendo mas alla, les han comunicado su impresién personal o sus criticas orientadoras, tan necesarias en una obra como la presente, especialmente por estar incompleta y expuesta a la reiteracién de defectos. "ambién quieren [os autores expresar su reconocimiento a la Fa- cutltad de Ingenieria de fa Universidad Nacional Autonoma de Méxi- co y a la Secretaria de Obras Piblicas por ef estimulo que les han brindado en la elaboracién de este sequnde tomo, Han colaborado con la obra el sefior Humberto Cabrera, quien hizo los dibujos y la sefiora Sahadi Rucoz que volvié a realizar todo el ingrato trabajo de mecanografia. A ambos, los autores expresan ‘stt gratitud por su empeiio, dedicacion y entusiasmo. El seftor Ing. Ignacio Avilez Espejel tavo a su cargo la delicada tarea de editar estas paginas y, es de agradecer el carifio que puso en ella. El seftor Ing. Javier Barros Sierra, ex Director de la Facultad de Ingenieria, ex Secretario de Obras Publicas, actualmente Rec- tor de la Universidad Nacional Autonoma de México. ha accedido bondadosamente a escribir un Prélogo a este libro. Es para sus autores un motivo muy especial de orgullo y reconocimiento que su alta personalidad honre estas paginas. PROLOGO Continuando el esfuerzo que les condujo en 1963 a la publi- cacién del primer volumen de esta obra. los dos jévenes ingenieros. profesores © investigadores Eulalio Judrez Badito y Alfonso Rico todriguez presentan ahora (a sequnda parte de su libro, que recoge las aplicaciones practicas mis importantes de la teoria, desarrollada ‘en el primer tomo. ‘on este nuevo volumen se completa el programa actual de la ‘materia en la Facultad de Ingenieria de Ia Universidad Nacional 4y se cubren ciertos aspectos esenciales del contenido de la asigna- fra en el nivel de la maestria. La obra, primeta del género en nuestro pais y una de las muy pocas escritas originalmente en castellano, ha tenido tan amplia cuan- {0 justa acogida (det Tomo I ha salido ya la segunda edicién) debido, seguramente, no sélo a la ventaja del idioma sino también ‘@ algunas cualidades relevantes, entre las que cabe citar una expo- sicion de cardcter general y no especializada y una presentacién certeramente didactica. Puede decirse, extendiendo la célebre frase del pensador espafol. que la claridad no sdlo es cortesia de [itésofos sino también de sabios, Y estos dos maestros han tenido en alta consideracién a los estudiantes que, cada dia en mayor mimero, fan de nfrentacse con st libro, No hay dud de que ellos. con sus en probadas capacidad y perseverancia y con su plausible entusias- imo, habran de completar em breve ax trotado con ef tercer timo volumen, relativo al flujo de agua en suefos, 'Es de elemental juiticia sefalar que los autores. en un rasqo que los honra mucho, han cedido los productos de (a venta de ios tres volimenes a la Facultad de Ingenieria. en la que ambos hicieron los estudios de Ingenieria civil y Alfonso Rico, muy brillante alum- ‘20 mio por cierto, alcanzé después con alta distincién y, curiosamente, sin que al principio creyera tener especial vocacién para tal espe- ialidad, la maestria en mecénica de suelos. ‘Al comienzo del libro los autores. presentan [as imagenes del Ing. José A. Cuevas y del Dr. Nabor Carrillo Flores, De esta mane- 1a, implicitamente dedican su trabajo a dos de los hombres que mas han tenido que ver con el nacimiento y el desarrollo de fa Mecénica de Suelos en México. José A. Cuevas fue sin duda el mas destacado de los precursores de esta disciplina y el hombre que con su labor establecié los fundamentos para que pudiera hablarse de PROLOGO una Escuela Mexicana de Mecanica de Suelos: a esta tarea dedicé durante muchos y dificiles aiios su singular intuicién y su incansable esfuerzo. Nabor Carrillo, al dedicar al naciente campo sus brillantes dotes y su destacado talento, contribuys quizé en mayor medida que ningin otro a darle a esa Escuela reconocimiento nacional y estatuca internacional, Es justo y conveniente que ta presencia de estos hombres, ambos ya desaparecidos de entre nosotros, preceda tun trabajo corto ef que ahora ve Ia luz. ‘No me resta sino decir, como observador més o menos cercano de la incansable labor de los seftores Judrez Badillo y Rico. que merecen, junto con la mas cordial felicitacién, ef agradecimiento de la Universidad y el de los estudiosos de la mecénica de los suelos Ciudad Universitaria, D. F.. Javier Barros Sierra. Rector de la Universidad Nacional Auténoma de México Exdirector de la Facultad de Ingenieria de la UNAM. Execretario de Obras Piblicas del Poder Bjecutiva CAPITULO 1 ACCION DE LA HELADA EN LOS SUELOS T-1, Introduceién En este capitulo se tratarin someramente los problemas que derivan de la congelacién del agua libre contenida en el suelo. por efecto climético, haciendo especial énfasis en lo que se refiere a cambios volumétricos y variaciones de propiedades mecénicas.* ‘Sila temperatura cel agua libre Hega a un valor igual a su punto de congelacion, el agua se torna solida'y su volumen aumenta. Tanto el punto de congelacién, como el coeficiente de expansién volumétrica del agua dependen de la presi6n actuante sobre ésta, A la presién atmosférica, el punto de congelacién corresponde a una temperatura de 0°C, en tanto que bajo una presién de 600 atmésferas el agua se congela a —5°C y a 1100 atmésferas a —10°C. Los coeficientes de expansién volumétrica son 0.09 a 1 atmésfera, 0.102 a 600 y 0.112 a 1100. Cuando el agua se congela en masas de grava o arena limpias hay pues, un aumento de volumen: sin embargo, esta expansién no necesariamente es de un 10% del volumen inicial de vacios, como corresponderia al caso normal de agua congeleda, puesto que el agua puede drenarse durante la congelacion. Sien una masa de arena se encuentran capas gruesas de hielo o lentes geandes de esta substanci podra decirse que el hielo se formé por congelacion in situ de una masa de agua previamente existente. Sin embargo, si el agua esta homogéneamente incorporada a la masa de suelo, como es general, Ja congelacién afecta al conjunto de dicha masa, sin que el agua forme capas o lentes aislados de hielo. En limos saturados 0 arenas limosas en igual condicién. el efecto de la congelacién depende mucho del gradiente con el que se abate In temperatura. Un enfriamiento ripido provoca la congelacién in sita, como en el caso de la arena y la grava, pero si el descenso de ja temperatura es gradual, la mayor ‘parte del agua se agrupa fen pequefias capitas de hielo paralelas a la superficie expuesta al en- friemiento. Resulta asi una alternacién de capas de suelo helado y estratos de hielo, En condiciones naturales, en suelos limosos expuestos a fuertes cambios, de clima, pueden formarse capas de hielo de varios ceni- metros de espesor. La formacién de masas de hielo limpio indica una CAPITULO I emigracién del agua de los vacios hacia el centro de congelamiento: e! agua puede proceder del suelo en congelamiento o puede ser absor- bida de un manto acuifero, situado bajo la zona de congelacion, En la fig. I-1 se muestran tales posibilidades en un espécimen de suelo fino. El espécimen A descansa sobre una base sélida e impermeable, en tanto que los B y C tienen su parte inferior sumergida en agua. En los tres casos, la temperatura de los extremos superiores se mantiene bajo el punto de congelacién del agua. En A el agua que forma los estratos finos de hielo procede de la masa de la parte inferior de! espécimen, mientras que en el B, el agua procede de la fuente inferior. Terzaghi llama al caso A un sistema cerrado, por no variar en él el contenido total de agua de la masa de suelo: en contraposicién, el caso B seria un sistema abierto. El caso C, aunque pudiera creerse abierto, es cerrado en realidad, por efecto de la capa de grava fina existente, Expenicn Consetaeds Consctiseas Grove fina eo! twaneraco ff A c FIG. I. Corot de formacisn de hielo en svefos fines, segin Terzaghi* En el espécimen A el agua que forma los lentes de hielo proviene, como se dijo, de la parte inferior; este flujo ascendente del agua durante el proceso de congelacién induce un proceso de consolida- cién en la parte inferior de la muestra, andlogo al que se tiene cuando el agua asciende por capilaridad hacia una superficie de evaporaci6n. El proceso probablemente prosigue hasta que el contenido de agua ea fs parte inferior se reduce al correspondiente al limite de con- traccién, siempre y cuando la temperatura en la superficie de enfria- miento sea lo suficientemente baja. El incremento total de volimen asociado a un sistema cerrado, tal como el espécimen A, tiene como limite el incremento volumétrico por congelacién del agua contenida en Ja masa, Por lo general, scia entre el 36 y el 5%@ del volumen total. 2 MECANICA DE SUELOS (11) En los sistemas abiertos, representados por el espécimen B, el desarrollo inicial de los lentes de hielo tambien es debido al agua procedente de los niveles inferiores de la masa de suelo, por lo que. en un principio, esa zona se consolida. Sin embargo, segin este proceso progresa, aumenta la cantidad de agua que se extrae de la fuente de agua libre, hasta que, finalmente. la cantidad de agua que toma la muestra por la parte inferior iguala a Ja que fluye hacia la zona de congelamiento, manteniéndose constante, de abi en adelan- te, el contenido de agua en la parte inferior de la muestra. La experiencia obtenida en regiones en que prevalecen muy bajas temperaturas durante largos periodos de tiempo, demuestra que el espesor total de las lentes de hielo formadas en el suelo natural, trabajando como sistema abierto, puede alcanzar varios metros, ‘Un sistema ebierio puede convertirse en cerrado sin Bs que insertar entre la superficie de congelamieato y el nivel freético una capa de gravilla, tal como se simboliza en el espécimen C de la fig. L-1. El agua no puede subir por capilaridad a través del suelo grueso y, por lo tanto, de tal estrato hacia arriba, la masa se comporta como tun sistema cerrado, Se ha encontrado que los lentes de hielo no se desarrollan a menos que, en afiadidura a la existencia de las condiciones climaticas apropiadas, exista en el suelo cierto porcentaje minimo de particulas finas. También afectan en cierta forma a la formacién y desarrollo de tales lentes, el grado de uniformidad de las particulas, el peso especifico del suelo y el tipo de estratificacién. La forma cuantitativa en que cada factor afecta a los fenémenos en estudio, no esté ain dilucidada por completo. En general, se dice que un suelo es susceptible a la accion de la helada cuando en él puedert desarrollarse lentes apreciables de hielo puro. 1-2. Efectos de Ia helada Cuando el agua se congela en un vacio de! suelo bajo una presién moderada actiia como una cuiia, separando las particulas sélidas y aumentando el volumen de los vacios. Cuando la congelacisn ocurre en un suelo no susceptible a la helada, como la grava 0 la arena, © en un sistema cerrado, el aumento de volumen, segiin se indic6, tiene como limite un 10% del volumen inicial de los vacios, por lo que en un suelo de superficie horizontal. Ia elevacion de dicha super- ficie no podra ser mayor que h=OlnH (1) Donde es la porosidad media del suelo y H el espesor de suelo en que se deja sentir el efecto de congelacién. Por otra parte, en un 13 CAPITULO I sistema abierto constituido por suelo susceptible a la helada, la expansién por congelaciin puede Megara ser mucho mayor que el limite indieado por la expresion 1-1 La presion que ejerce el suelo congelado al expanderse atin no esta determinada con exactitud, pero es, desde luego, de gran magnitud y teéricamente puede llegar a valores de un orden extraordinario, que exceden en mucho a las car- gas usuales sobrepuestas. Asi. cualquier estructura situada sobre el Suelo, se eleva juntamente con él Por otra patte, durante el deshielo que ocurre al iniciarse la primavera, la zona congelada de suelo se funde, proceso que, general- mente, dura algunas semanas y va acompafiado de asentamientos del subsuelo. La magnitud de este asentamiento en un suelo dado depende, fundamentalmente, de si se han formado.o no en ese suelo lentes de hielo puro durante la época de congelacién. En el caso de suelos no susceptibles a la helada, en que el congelamiento no forms lentes de hielo, el asentamiento esta acotado por la expresién 1-1; sin embargo, e] valor real de tal asentamiento no puede exceder el aumento de volumen causado por el proceso previo de congelacién. En suelos susceptibles a la helada. en los que el congelamiento haya formado lentes de hielo, al fundirse éste se tiene el efecto adicional de] colapso de las bévedas de las cavidades antes llenas de hielo, por Jo que el asentamiento puede aumentar en forma notable: los asenta- mientos diferenciales asociados a este fenémeno son frecuente fuente de problemas para estructuras suprayacientes, especificamente para camtinos, aeropistas, etc. En el caso de suelos que formen taludes o laderas, la accién de la helada produce en esencia un movimiento de las particulas hacia el pie del talud. Si el material no es susceptible a la helada, las particulas de suelo colocadas en la superficie del talud se desplazan Rormalmente a dicha superficie, durante el proceso de congelacién: durante el deshielo esas particulas descienden verticalmente, con un desplazamiento neto resultante hacia el pie del talud en la direccién de su superficie. Si los suelos son susceptibles, en especial si son iimosos. la mayor parte del desplazamiento de las particulas ocurre durante Ia licuacién posterior de los lentes de hielo formados en el periodo de congelacién. paralelamente a la superficie del talud: esta licuaci6n hace que el suelo colocado sobre los Jentes de hielo se desintegre y Muya préctieamente como un liquide viscoso: este fe- némeno se conoce con el nombre de solifluxién, En el caso de muros de retenctén, la congelacién del agua libre en el suelo detras de la estructura, produce un aumento de presién sobre ellos, el cual es, desde luego, mucho mayor en suelos suscep- tibles a Ja helada, Este aumento de presién, reiterado frecuentemente @ través del tiempo, puede terminar por producir el colapso de la estructura. Si los muros son de concreto reforzado, la falla puede 4 MECANICA DE SUELOS (11) egar a presentarse por esfuerzo cortante en la seccién entre el rmurg propiamente dicho y su losa de cimemtacién. ‘En ios suelos susceptibles a In helada, el expesor de los lentes de hielo formades depende de varies factores. entre Tos que pueden eaumerarse el grado de susceptibilidad del suelo, Ia facilidad del renaje (tanto para absorber, como para ceder agua), la intensidad del frto y duracion del mismo, especialmente este titino factor. Las soluciones que se han adoptado para evitar la accién nociva del congelamiento de las capas superticiales del terreno por efecto limatico pueden agruparse en tres tipos diferentes: '4) Substitucign de los suelos susceptibles a la helada por otros rng susceptibles, hasta la profundidad necesaria paca llegar a niveles ‘més abajo que la penetracion del efecto climatico exterior. 'b) Drenaje adecuado para abatir el nivel frdtico a una profun- didad mayor que Ia altura maxima de ascension capilar del, suelo. ©) Conversion del sistema abjerto existente en cerrado, Esto se loge exeavand hacia la proundided de congelaion,y clocando a se nivel una capa de material grueso, so copilar. Posteriormente ‘olverd a cellenaree Is excavacion con ef mateval orginal. Lo anterior ha sido apiteado prineipalmente a caminos y acro- istas, Pi Ademas de los cambios volunttrices anotados en los parrafos an- teriores, la fase del deshielo en los suelos produce una disminucién de la resistencia al esfuerzo cortante de los mismios y consecuente- mente, una disminucion de su capacidad de carga, Esto es facilmente explicable tomando en cuenta fo expuesto ene] Capitulo XIl del Volumen I de esta obra, pues al fundirse el hielo y tratar el suelo de, comprimirse. el agua, experimentara presiones en exceso idrostatca, que sélo se disipan cuando ef agua haya sido totalmente drenada, io ol aueede normalmene en peiodon de doy o tes heses, a no ser que se hayan tomado precauciones especiales en fo Feferente al drenaje. " res 1-3. Clasificacién de suelos de acuerdo con su susceptibilidad a Ia helsda. Segin A. Casagrande, un suelo puede considerarse como 20 susceptible a la helada si posee menos ‘de un 3¥ de particulas me- nores de 0.02 mm. El interval crtico en el cual el material empieza 4 mostrarse susceptible esta entre 3% y 10% de contenido de aque- lias particulas, dependiendo de sus carecteristicas granulomeéticas. sueles susceptibles a la accién de las heladas pueden clasii- carse como se muestra en la Tabla 1-1, ampliamente usada por ios tenicos de todo el mundo. En esa tabla’ los suelos aparecen agrupa- dos en orden creciente de susceptibilidad, 1s CAPITULO I TABLA 1-1 GRUPO TIPO DE SUELO A Gravas con 3% a 20% de particulas menores que 0.02 mm. i Arenas con 3% a 159% de particulas menores que 0.02 mm. Fwa | Gravas con mis del 20% de pariulas menores que F.—b | Arenas (excepto las finas limosas), con més del 15% de particulas menores de 0.02 mm. Fy-c | Axcillas (excepto finamente estratificadas) con Ip > 12 F,-a_| Todos Tos limos inorgénicos, incluyendo los arenosos Fi-b | Arenas finas limosas con mis del 15% de particu las menores de 0.02 mm. Fee | Axcillas con Ip < 12 Fi-d | Arcillas finamente estratificadas Los suelos mas peligrosos desde el punto de vista de la accion de la congelacion son aquellos en que se combine la granulometria més fina, con la mayor permeabilidad: por ejemplo, las arcillas fina- imente estratificadas con muy delgadas capitas de arena, son los suelos més peligrosos; también los limos, las arenas limosas y las arcillas telativamente paco plasticas. En general, se recomienda no usar los suelos F, cuando se tema una accién climética intensa. Especialmente resultan contraindicados en ceminos y aeropistas. 1-4, Indice de congelacién La profundidad de la zona de congelacién de un suelo depende, seqtin se dijo, tanto de la duracién, como del valor de las tempera turas que el ambiente alcance bajo el punto de congelacién. Para tomar en cuenta ambos factores en la profundidad de penetsacién dr wna Belada, se ha creado el concepto de Indice de congelacién. Para los efectos que siguen, se entender por un nimero de srados-dia (°C-dia) la diferencia entre 1a temperatura media diaria y la emperatuca de congelacion del agua. Expresando la tempera- ‘wa en grados centigrados, la temperatura de congelacién del agua & O°C Yy el ndmero de grados-dias coincide con Ja temperatira media duavia 16 MECANICA DE SUELOS (11) Si se dibuja para un invierno una gréfica acumulativa de grados- dia contra el tiempo, expresado en dias, se obtiene una curva del tipo de la mostrada en la fig. 1-2. 100 50 Ger oN T Bie Ent, “ Tiempo en dios FA A TE > ‘ g 1.1368 =280) 3001 - FIG. 12, Deternisocién del indice de congelocisn En dicha grafica el indice de congelacién puede calcularse como el niimero de grados-dia entre los puntos maximo y minimo de la curva. El indice de congelacién esté, asi, ligado a un invierno dado. El indice normal de congelacién se define como el promedio de los indices de congelacién de un lugar, a Jo largo de un lapso de tiempo prolongado, usualmente dier © més ator aplicacién principal de estos conceptos ha sido hecha en lo construceién de caminos y aeropistas, en donde se tienen curvas ex- perimentales sobre los espesores minimos de material no suscepti- ble. que deben colocarse para proteger al suelo situado bajo la subrasante de los efectos de la congelacién. Es normal dar estos espesores de proteccién en términos del indice normal de congela- clon de las regiones de que se trate, correspondiendo, como es obvio, os mayores espesores de capas protectoras a los mayores indices. 7 CAPITULO 1 ‘BEFERENCIAS 1. Tersagh, K.— Permafrost Harvard So! Mechanics Setes N* 37 —Uiver- 2. Casaarande, A: “Notas de clase no publicadas, seproducido en Transactions of the American Society of Civil Engineers. — 194 BIBLIOGRAFIA Freeing and thawing of sols as factors inthe destruction of road pavements — Shae Mable cede Walk aha road pas ‘Soil freezing and frost heaving—G. Beskow — Swedish Geological Society, Beh yer Bex NY. Sri GNF 35a ats por Ose Soit'iecharcy for road engineers — Read Research Laboratory D. 8. 1. R.— Ingenta de Conectors 1. 1 Hewes ¢ ©, He Ogiesby — (Trad. O. M. Bee eri) EA Gontnental—Mencs, B, F199. . 18 CAPITULO II DISTRIBUCION DE ESFUERZOS EN LA MASA DEL SUELO IL-1. Introduccién En este capitulo se trata el problema de importancia fundamen- tal en Mecéniea de Suclos, de fx distibucion de los eatuerros apli- cados en la. superficie de una masa de suelo a todos los puntos de esa masa. En realidad puede decitse que tal problema no ha sido satisfactoriamente resuelto en suelos. Las soluciones que actualmente se aplican, basadas en la Teoria de la Elasticidad, adolecen de los defectos practicos acarreados por las fuertes hipétesis impuestas las necesidades de la resolucién matematica tan frecuentes, in- Rettunadamente en aquella disciplina, ‘Sin embargo, hasta hoy, la Mecfnica de Suelos no ha sido capaz de desarroliar sus propias soluclones mis adaptadas a sus realidades, por lo cual resulta im- prescindible recurrir aiin a las teorias elasticas. Los resultados que se obtengan en las aplicaciones practicas deberén siempre de verse con el eritetio y, no pocas veces, ajustarse con la experiencia EL hecho real conereto es, empero. que de la aplicacién de las Teo- rias en uso, el ingeniero civil actual Jogra. en la inmensa mayoria de los casos précticos, una estimacién sulicientemente aproximada de Jos fenémenos reales en que esta interesado, de manera que le es posible trabajar sus proyectos y materiales con factores de seguridad por ejemplo, que no desmerecen nunca y frecuentemente aventajan a los empleados en otras ramas de la ingenieria, Sera infantil creer, por otra parte, que de la aplicacién de las teorias expuestas ade- lante puedan calcularse los asentamientos de una estructura, por ejemplo, con profética seguridad; los célculos proporcionarén al inge- niero, en el mejor de los casos (y también en el més frecuente), el orden de magnitud de tales asentamientos, perc, normalmente, de un modo suficientemente aproximado como para poder normar el criterio del proyectista, de modo que éste pueda combatir los efectos nocivos con eficacia practica. Podria decirse que, desde el punto de vista de la Mecénica de Suelos, existen dos problemas en la aplicacion de las teorias elasticas y de la teoria de la consolidacién unidimensional al cilculo de asentamientos: uno, el tebrico, dista de estar resuelto y exige atin mucho del esfuerzo de los investigadores: otto, el practico, elativamente resuelto, pero susceptible de mejoramiento, pues hoy 19 CAPITULO IT los proyectos relativos a suelos pueden tratarse con razonable segu- ridad y economia. 11-2, EI problema de Boussinesy Los esfucrzos que una sola carga vertical concentrada actuante en la superficie horizontal de un medio semiinfinito, homogénee, i tropo y linealmente clastic, induce en los puntos de cualquier vertical trazada en el medio, fueron calculados por vez primera por Boussinesq * En la fig. 1-1, P sepresenta Ia carga concentrada actuante segiin la vertical; (x, y, 2) son las coor- denadas del punto en que se caleu- lan los esfuerzos, referidas a un sistema cartesiano ortogonal cuyo origen coincide con el punto de aplicacion de P. Sir es Ja distancia radial de A’ 2.0 y Wel angulo entre el vector posicin de A(R) y el eje Z, los esfuerzos en el punto A pueden esonibirse FIG. ILI, Exfeertas provocedes enue punto de una mew de suelo ‘por ova carga eoncentrada o [a cox! fp sen? om (Let) EY (2-2) = (1-2 p) os | orp See, (23) BP cost y sen (2-4) En el Afexo I-a se presenta la deduccion de las anteriores expresiones, por métodos familiares en Teoria de Elasticidad En Ia practica de la Mecdnica de Suelos la expresion 2-1 es, con mucho, la mas usada de las anteriores y su aplicacién al célculo de asentamientos es de fundamental importancia. A este respecto se hace necesario recalca: que las expresiones arriba escritas, en par- 20 MECANICA DE SUELOS (IT) ticular la 2-1, se han obtenido suponiendo que el material en cuyo seno se producen los esfuerzos que se miden es homogéneo, isétropo, linealmente elfstico y semiinfinito, limitade por una sola frontera plana. Es evidente que el suelo no es homogéneo, pues sus propieda des mecénicas no son las mismaas en todos os puntos de su masa; ni isétropo, pues en un punto dado esas propiedades varian. en general, en las distintas direcciones de! espacio: ni linealmente elastico, pues. las relaciones esfuerzo-deformacién de los suelos no son las que corresponden a ese comportamiento. Por iiltimo, tampoco es semiin- finita ninguna masa de suelo, De hecho no debe dejar de mencionarse que la aplicacién mas frecuente en Mecinica de Suelos de lay formulas de Boussinesq estriba en el célculo de asentamientos de los suelos sujetos a conso- lidacién, vale decir de arcillas y suelos compresibles, en los que algunas de las hipotesisteéricas, la elasticidad perfect, por ejemplo. distan de satisfacerse en forma muy especial, ain dentro de los suelos en general. Para ja aplicacién préctica de la formula 2-1 es conveniente expresarla como sigue (fig. I1-1). BPs de donde con En el Anexo H-b se presenta una tabla de valores de P, en funcién de la relacion r/z. Asi, para encontrar el valor de un esfuerzo normal vertical, g., con la ayuda de la tabla, basta medir la distancia del punto de aplicacién de la carga al punto de la superficie (A’) exactamente arriba del punto de la masa en que se mide el esfuerzo 2 CAPITULO IL (A) y dividie ese valor de r, entre la = correspondiente al plano en jue se calcula el esfuerzo (distancia entre el plano de aplicaci6n Ae‘ia carga y el plano en que se sitia al punto en que se calcula el esfuerzo)~ Con el valor de esta relacién, ¢/2, se selecciona el valot de P, correspondiente y se calcula el esfuerzo aplicando la ec. 2°6. 11-3. Extensién de la f6rmula de Boussinesq a otras condiciones de carga comunes La carga tnica concentrada cuyo efecto se ha analizado en la n Il-2, aunque de accién comin en la practica, no constituye 9 caso que es necesario estudiar. Otras condiciones de carga ‘muy comunes se pre- sentan a continuacion fen forma concisa, sin entrar. en general, a Jos detalles matemati- cos de Ia obtencién de Jas formulas que se in- cluyen, En Ia figuea 11-2 aparece una carga lie neal, uniformemente distribuida en la lon- gitud y, de p unida- des de carga, por uni- dad de longitud. El valor de os en un pun- iy to de la masa bajo 0 ‘ puede obtenerse facile FIG. 112, Diribueibe de eneanes con corge lineal de mente integrando la Ionsitud finite expresion 2-1 a lo lar- go de la linea de car- 9a, resultando Ss) (28) v+e, oe a oe 2a (ete) VEE Te La anterior expresion 2-8 puede ponerse en forma adimensional, introduciendo los pardmetros x MECANICA DE SUELOS (11) En funcién de tales parémetsos, la ec. 2-8 resulta o.Z=2 a ( 1 +2 ) TD ln (mt + DV tee) No ed mL, (29) Jo eual puede expresarse como z a= pe 2-10) pe (2-10) En donde po es el segundo miembro de la expresién 2-9. El valor de p. fue tabulado para diferentes valores de my n por R.E, Fadum® yen el Anexo Il-c aparecen las graficas que responden a tal tabulacién debidas al mismo investigador. ‘Asi, para encontrar el valor de un esfuerzo as, en cualquier punto A debido a una carga lineal de longitud finita, wtilizando la grafica del Anexo Il-c, basta medir las distancias xy y, tal como se definen en Ia fig. 11-2 y dividir estas distancias enize la profundidad ¢ paca obtener los valores de m y n, respectivamente; con ellos, la grafica roporciona directamente el valor de influencia correspondiente, po EP esfuerzo o, se determina ‘con la ecuactén: aap (2-11) Si se desea calcu- lar el valor dea,’ bajo un punto 0, diferente de 0, podra conside- rarse que la carga li- neal tiene la longitud Gata ¥. proceder a Calcilar ast el oy": des- Patt abrd de ealu- farse el esfucrzo co- rrespondiente a una fongitud y' (ar). El ay’ deseado sera, evi- dentemente ce aos" — 0," Si'se usa la grifica propuciay el dstema Coordenado ortogonal de referencia debe es- cogerse de modo que cl eje ¥ sea paralelo a ta conga Tne y of normal a ella, Or St FiG, 143, Diribcién de etvenas bofo ane eapricie extremo, rectengeler ‘walormemente areode CAPITULO It Un caso de condici6n de carga atin mas interesante en la practica que el anterior es el que corresponde a la fig. 11-3, en la que se analiza la influencia en la masa del continuo homogéneo, elistico isotropo de una superficie rectangular uniformemente cargada, con w unidades de carga por unidad de area, El esfuerzo g. bajo una esquina de la superficie cargada y a una profundidad z, puede obtenerse por integracién de la ec. 2-1 en toda el area rectangular, obteniéndose la expresién 1 (2mn(m+n® +1) m+n +2 tr Pema ET 2ma(e’ 4 a +1)! fang ig Gena wt) (2-13) Si al segundo miembro de esta ecuacién se le lama we, puede tabularse su valor en funcién de distintos m yn. Esta labor fue también realizada por Fadum? y en el Anexo II-d se muestra una grafica con los resultados de la tabulacién. Para encontrar el valor de c+ en un punto A bajo una esquina de la superficie rectangular uniformemente cargada se procede a calcular las distancias x y y (fig. 11-3), con las que pueden obtenerse los va- lores de m y n para diferentes profundidades 7.2 lo largo de la ver- tical, Gon ta grafica del Anexo l-d. puede calcularse aiora wy aplicar Ia ecuacién c= ww, (2-14) Asi se tiene el valor de o., correspondiente a cada profundidad = Debe notarse que el sistema coordenado base respecto al cual se caleulé el grafico del Anexo Il-d es tal que su origen coincide pre- cisamente con la esquina del area rectangular uniformemente carga- da. Si se desean calcular los esfuerzos bajo otro punto, tal como el AY de la fig. I1-3, podra procederse haciendo substracciones y adi- ciones convenientes al érea cargada, Por ejemplo, en el caso del punto A’, podria calcularse el g.” correspondiente al area hipotética BO'FD; ‘después los 9¢"" y ca!” substractivos correspondientes a las areas BO'NO y CO'FE, debiendo notarse que al hacer estas subs- 24 MECANICA DE SUELOS (II) tracciones, el area CO'HG se resté del total inicial dos veces, por lo que serd neceaario ealcular el es{yerzo ¢." por ella producido y to- marlo como aditivo una vez. El esfuerzo -'. deseado sera a a a Un caso especial de gran importancia practica es el que corres ponde al calculo de esfuerzos a lo largo de una normal por el centro de un rea circular uniformemente cargada (w = presién uniforme) El caso aparece en la fig. 1-4 E] esfuerzo az en cualquier punto de la vertical bajada por et centro del circulo cargado puede obtenerse también integrando la ec. 2-1 a toda el rea circular. El proceso se realiza a continuacién con referencia a la fig. 11-4, para ilustracién de los casos analogos Que se han venido mencionando. Definiendo un AA como se muestra en Ia figura citada se tiene A = papao En esa area obraré una carga AP AP = wpApAd Esa carga, segin la expresion 2-1 produce a una profundidad =, en un punto como e! A, un esfuerzo vertical Ag-. _ 3AP * A= ETRE Entonces — 3" Zz be = FE RTT Ped ya que x? + Agrupando Bw e Te? Ue aye Atl El esfuerzo ¢, correspondiente i, toda el area resultard ft Hevar 2 FIG. 114, Dishibucibo det esl bet fa expresion anterior al imite y de 16. 114. Di jane belo aplicar Ja definicién usual de in- sf gate dene, mmpericie tegral de superficie. 25 CAPITULO IL ora De donde, finalmente e=el1 (=e) ] (2-15) Lo anterior puede escribirse avin ws (2-16) we =I ae) . (2-17) Los valores ae we pueden tabularse en funcién de los correspon- dientes de r/z. En ef Anexo Il-e se presenta la tabulaciéa en cues- tién. Encontrando ws, el valor de a, resulta simplemente de la aplicacién de la frmula 2-16. En muchos casos se han de cimentar estructuras sobre suelos compresibles que contienen finos estratos de arena o limo alternados con otros de arcilla (arcillas finamente estratificadas). E! Dr. A. Casagrande hizo notar que, en estos suclos, las laminas de arena o limo actin come refuerzos del conjunto que restringen, la defor- macién horizontal de a arcilla. H. M. Westergaard! obtuvo una felucén de este problema para el caso extremo en que las deforma: ciones horizontales fueran nulas. De acuerdo con esta solucién el esfuerzo vertical debido a la accién de una sola carga vertical con- centrada superficial, actuante sobre un medio semiinfinito, que se comporte segiin la ley dé Hooke, pero que tenga totalmente restrin- gida su deformacién horizontal, esta dado por donde oo ER ee ery (2-18) donde pte R= ey (2-19) MECANICA DE SUELOS (11) Siendo yp Ia relacién de Poisson para el material arcilloso blando. ‘Andlogamente al caso de las soluciones obtenidas a partir de la de Boussinesq, se cuenta en la actual literatura con ecuaciones y gralicas que permiten extender la solucion de Westergaard 2 otras Condiciones de carga, andlogas a las vistas; sin embargo, estos gré- ficos se omiten en esta obra por considerarse que son pocos los casos prfcticos que ameritan su aplicacién. IL-4, Algunas otras condiciones de carga con interés practico A continuacién se mencionan algunos trabajos tendientes a resol- ver el problema de transmisi6n de esfuerzos al continuo semilnfinito, homogéneo, is6tropo y linealmente elastico, provocados por cargas superliciales obedientes a diferentes leyes de distribucin de interés practico, a) Carga lineal de longitud inf Si en Ia expresién 2-8, correspondiente a la influencia de una carga lineal de longitud finita, y. esta magnitud crece hasta ser mucho mayor que las x y = que intervengan en el caso, su valor podré considerarse como (+ 2) y, en tal situacién el valor gs tiene por limite po oak 2.20 sete (220) Que corresponde al esfuerzo en un punto situado en el plano normal a Ia linea de carga, trazado por su exttemo, extendiéndose la linea infinitamente desde el punto origen de coocdenadas, en la direccién del eje Y, hacia (-+ eo). (carga semiinfinita), Si la linea de carga se extiende también inf tido (— 20) (carga tun plano normal a la linea trazada simplemente el doble del dado por la ec. 2 b) Area circular uniformemente cargada Este caso ya ha sido tratado en el pérrafo precedente, pero Gnicamente paca encontrar los esfuerzos verticales a lo largo de ‘una normal al area trazada por su centro. L. Jrgenson* presenta una solucién mas general, que permite calcular los esfuerzos verticales y los cortantes maximos en cualquier punto del medio semiinfinito. En Ia fig. IL-5 aparece una grafica en que se vacia la solucién antes mencionada, 7 CAPITULO 1 - Ne | casasroactest ny Spo Sate ESSER FIG, IS, Distibuciba de ex'veros vartiales y cortonies mésimes Baio en dea creer Tor vitormemente corgads ¢) Carga rectangular de longitud infinita Este caso, fig. Il-6, ha sido resuelto por Terzaghi y Carothers*, quienes dieron las formulas que proporcionan los distintos esfuer- 708, Estas formulas son a 2 [a + sen a.cos 28) a, = 2 [a— sen a cos 28) ne = 2 sen asen 28 (2-21) = Los esfuerzos principales y el cortante maximo estan dados por a= 2 lat sna) = 2 (a—sena) sen a (2-22) Tate = MECANICA DE SUELOS (IT) NSE 3, estuEnzo conranre, 1 ESFUURZO VERTICAL FIG. 117. Distribueiba de esfvereos verticales y cortantes mdzimos bojo une carga rectenguler de longitud inf CAPITULO II La direccin en, que actta el esfuerzo principal mayor, os, es la de Ia bisectriz del Angulo 2. El esfuerzo tais, acta, naturalmente, a 45° respecto a la ante- rior direccién. En la fig: 7 aparece una grifica que da los valores de es y de taux, en los distintos puntos del medio semiintinito. 4) Carga triangular de longitad infinita, (tridngulo isdsceles) La solucién para este caso fue propuesta por Carothers' y se refiere a la fig. IL-8, bob i spas Wenger de fngited li Las expresiones son: =2 Faas a= Ela ta + $a a.)] bare + Plana) Z En Ia fig. 11-9 aparece la solucién grafica de las ecuaciones anteriores para los valores de a Y taux. Este caso reviste importancia practica especial por su aplicacién a presas de tierra. 30 MECANICA DE SUELOS (11) ‘5, Esrucezo comrANre 1, ESFUERZO VERTICAL FIG. IL. Dishibucibe de erleanoe lor y cortantes, mézimor bajo una corge ‘iengelor de longited lafiate (Hidagulo Ubiceles) e) Carga triangular de longitud infinita (triéngulo escaleno) También Carothers' dio la solucién general para este caso, con Jas formulas =P fz, eters = Bf ear stb—xe] P(z,_2 = ‘G ao 8) Que pueden interpretarse en la fig. II-10. Las expresiones anteriores son susceptibles de tabulaci6n sencilla en cualquier caso practico. 31 CAPITULO It FIG. 1110, Ditibuciée de estaarsoe belo exe cerga teiaagulor de longited inti. site (tidngele esceleno) f) Carga triangular de longitud finita (tridngulo rectangulo) Este importante caso prictico fue resuelto por Hamilton Gray*, quien dio para los esfuerzos {érmulas que se incluyen a continuacién Bajo el punto O (fig. I-11). Pel VEFBPF 2 ma D+? ViFFe B BL +E) (225) % + ¥ bajo el punto Q 4 (ats -~——_ *_) (226) BEES (B42) VET oT) . El mismo investigador arriba citado proporciona soluciones ficas de esas ecupelenes. Ea las liga: TU y cI? se mucatren las cairyas correspondientes. Es de notar que, con la ayuda de estas graficas puede encon- trarse el valor de ce pale cualquier punto del area rectangular suje- ta a la carga triangular; para éllo ser necesario usar dichas graficas relteradamente. haciendo las adiciones y substracciones que sean Recunentes para poder poner al punto eisigulerao bien en la eon Bion de Para resolver estos problemas pueden aarse celesguia as distibuciones de saege yo visas 9 que convengan en cada caso. o 32 MECANICA DE SUELOS (11) O28 2.20} Volores de Ty 3 0.05} Gr ez 504 08 O81 2 Ss 456 810 Valores dem FIG. IL-1. Exfeerct verticales Infucdor bolo of pesto 0, por ene cargo tiengelar do Tasgited Waite (inangtle ectésglo) Lo anterior implica la hip6tesis de que el principio de la super- posicion de causas y efectos es aplicable a los problemas de la naturaleza tratada. ‘Si se suman las ordenadas de cualquier curva de “n” en la fig. I-11 con las correspondientes de la fig. I-12, los resultados repre- sentan las ordenadas provenientes del diagrama de Fadum para una carga uniformemente distribuida sobre el area rectangular. 33 CAPITULO IL or ores os oso oe VALORES 08 FIG. 11-12, Esteerzes verticales inducides bajo Q por usa carga triangular de longitud finite (tridagufo recténgulo) g) Carga trapecial de longitud infinita El problema, resuelto también por Carothers‘ tiene, segiin fe fig. 11-13, las siguientes soluciones S00] P zyme ty aa b[ Briar the + Fs »] (227) wetleed] MECANICA DE SUELOS (11) weed 1 ve FIG, 1413, Distribucién de eslueraos bofo use carga tropectel de longitud Int ‘alta (trepecio rectingula) Desde Juego, todas estas ecuaciones son fécilmente tabulables para el trabajo en un problema practico, pero para mayor facilidad, en la fig. I-14 se incluye una solucién grafica dada por J. O. Os- terberg para los puntos indicados. El presente caso es de muy especial importancia practica_por permitir el cAlculo de los esfuerzos inducidos por un terraplén. Para resolver este problema bajo el centro del terraplén bastaré multi- pleas por dos el valor de ¢, cbtenido para cada profundidad 2, con gralica presentada, Si se desean calcular los esfuerzos bajo el centro del extremo final de un terraplén supuesto semiinfinito en longitud, bastaré aplicar la mitad del valor de o, obtenido para el terraplén completo de longitud infinita. h) Plano semiinfinito uniformemente cargado EI problema resuelto por Carothers* se esquematiza en la fig. IL-5. tos esfuerzos actuantes pueden calcularse con las f6rmulas (2-28) 35 CAPITULO IL 0.30 2 : 5 0.30 : * : re 5 ‘aL | atte Ps ; or eet a eo, ee oz FIG. Ilei4. Griica de volores de infleescig para o! cdlealo de exfversos verticale: debide @ lo soccer ere OF aes eee! de longited Los esfuerzos principales en los distintos puntos del continuo de suelo estin dados por = 2 1B + sen) a= 2 [p—seng] (229) _? rou, = 2 sen 8 36 MECANICA DE SUELOS (II) FIG. 115, Distnibucién do weieenee hoje un plone semilafinito uniformemente ‘corgede FIG. I Distribuciba de eufeanoe hoje un plone semilatinite, uniformemante ‘cergade, con faled i) Plano semiinfinito, uniformemente cargado, con talud La solucién a este problema también es debida a Carothers‘ y responde a las siguientes ecuaciones, relacionadas con la fig. 11-16 w=£[p+eal p x [p+ $e (2-30) pa nb” 37 CAPITULO IL we FIG. I-17. Distibucibe de etfeorzos bejo n plone infinite unitermamente car- redo con faje tropecial v0 cargada de longitud isfinite i) Plano infinito uniformemente cargado con faja trapecial descar- ‘gada de longitud infini Los esfuerzos en cualquier punto de la masa de suelo en este caso pucden resolverse con las siguientes ecuaciones, debidas a Cero- thers*, fig, 11-17. = 2[i9+8)—2 ata) +2 (a-a] ea 2[i8+8) — 2 lata) +E (aa) Bin =? [2 (a—a| (2-31) IL-5. La carta de Newmark Newmark* desarrollé en 1942 un método grafico sencillo que permite obtener répidamente los esfuerzos verticales (cs) trens- mitidos a un medio semiinfinito, homogéneo, isbtropo y elastico por cualquier condicién de carga uniformemente repartida sobre la superficie del medio. Esta carta es especialmente (234) Donde & es una constante caracteristica del material. En el caso en que n = 1 Ia ec. 2-34 representara la ley de Hooke y k coincide con el médulo de elasticidad del medio. Las conclusiones que parecen desprenderse de estos estudios son que en los suelos reales, que indudablemente se acercardn mis en st comportamiento al tipo de deformacién elastica sugerido, los es- fuereos yerticales Bao la exega concentrada aon menores que los de- terminades haciendo uso de la teoria clasica de Boussinesq y que los desplazamientos verticales de los puntos bajo la carga ocurren en forma mucho mas concentrada en la cercania de la superficie que lo que se desprende de la mencionada teoria clasica. Es muy intere- sante hacer notar que los estudios comentados parecen justificar la conocida regia empirica. ya mencionada en el Volumen I de esta obra, en el sentido de que, para el cBleulo de asentamientos, es st lente considera: las deformaciones del suelo hasta una profundidad comprendida entre una y media y dos veces el ancho del cimiento. ‘oportune. finalmente, hacer notar que en Mecanica de Suelos, a pesar de las meritorias tendencias sefialadas, el problema de distribu- Gién de esfuerzos en la masa del suelo dista de poder ser considerado como resuelto y es mucho atin lo que en estas direcciones ha de investigarse. CAPITULO I ANEXO Ia problema de Boussinesq Desde ef punto de vista de la Teoria de la Elasticidad, el pro- blema de Boussinesq es un caso particular del problema de Mindlin,” en el cual se supone la existencia de un sélido que ocupa la region del espacio z > 0, en cuyo interior obra una carga concentrada P, aplicada en el punto 2 =<¢,r = 0 (fig. Il-a.l). Se trata de calcular el estado de esfuerzos en un punto cualquiera A de la masa. El problema de Boussinesq es una particularizacién del anterior, resultado de hacer c= 0, con lo que la carga concentrada queda aplicada en la frontera del medio semiinfinito, homogéneo, isétropo y linealmente elastico. La solucién del problema puede logratse por varios caminos, de pendiendo de la herramienta mat mética utilizada. En la ref. 8 se presenta un tratamiento elegante y FG, expedito, basado en Ia aplicacion de la transformacién de Hankel; una solucién muy general con he- rramienta tensorial podra verse en la ref. 9. En la ref. 10 se desarrolla un tratamiento matemético mas simple, pero mis laborioso. El tra- eee aqui se presenta esta basado fundamentalmente en a ref. 11. La carga concentrada produce en el medio un estado de esfuerz0s y desplazamientos que evidentemente es simétrico respecto al eje de aplicacion de la carga. ‘ecuaciones de Navier 0 de la deformacién, que expresan las condiciones de equilibrio en funcién de las componentes del vector desplazamiento 3 (vs, vs. vs), son |. EL preblene de Mindlin : 1 da s4h Votsa dv etG 1 dy ce (2a) Ve tia qd et G=0 7 1 ag cy Fe Votre agdvlt go MECANICA DE SUELOS (11) En donde 1 es el médulo de Poisson, G el médulo de rigidez E S am F (Fy F., Fs) las, fuerzas de masa y (x. x 2) el sistema coordenado ortogonal de referencia. Las ees. 2-a.1 tienen como variables tinicamente a1, 2 ¥ v»- Multiplicando las ecs. 2-a.1 por los versores ii, i, i, respectiva- mente y sumando, V0 +i i V iv 3+ h=0 (2-a.2) Eeuaci6n que ha sido lavas fundamental de la Teoria de la Elasticidad. SS se aplica a 2-0.2 el operador div: . ot ea dv. Vi + Ta div. Vdivie + G div. F=0 (2-03) Pero: div. Vto = Vi div. b= Ve y div. V div. = Vdiv.3 = Ve Donde ¢ es la deformacién volumétrica 0 1** invariante del ten- sor_deformacién. Substituyendo Jo anterior en la ec. 2-a.3 y simplificando 20») z= 2ESY vet Gav F=0 (2-04) Se supondré ahora Ja existencia de una funcién 4, potencial de fuerza, arménica, En tal caso, Fae y div. F= V9 =0 por lo tanto, de la ec. 2-a.4 se sigue que, si ¢ existe Ve=0 Si se aplica, bajo 4a hips \Stesis anterior, a la ec, 2-2.2 el operador escalar V®, se puede escribir weve + — Viva. b+ VR =0 lo cual da vit 1 a 1 ope Ta VVet yy VR=0 47 1x2, 13 1X14. Ixas Anexo IX, ‘Anexo 1X. ‘Anexo IX<. ‘Anexo 1X Anexo Xe, ‘Anexo 1X Anexo 1X¢. INDICE Friceién nogativa. Pilotes de control Grupos de pilotes . Deterioro y proteccisn de pilotes. « Pilas,clindros de cimentacin y cajo Formulas dinrveas para la capacidad de’ caiga hrincados al golpe « : vee Pruebas de carga en pilotes, ©.» ‘Algunes.tipos comunes de pilotss brecoindos aeropides pata hinca al golpe .. . ee . ‘Tipos de pilotes colados cn etluzar. =. Pilotes nincedos a presién 0 preexcavados las elias de cimentaiony cones a Problemas resueltos. . .. Des piloies Capitulo X. PRINCIPIOS PARA EL DISERO DE PAVIMENTOS EN CAM NOS ¥ AEROPISTAS Xe x: x3. xo Xs. Xo. xz x8 Anexo Xa Xall xXa2 Xa3 Xad as xas Xa Xas Anexo Xb, Goneralidades y definiciones. Funciones de ns distintas capas de un pavimento, Factores que afectan el diseio de los pavimentos. “Anilisis deta resistencia en los pavimentos Pruebas especiales en la tecnologia de pavimentos |... Métodos de diseilo para pavimentos lexibtes . Métodos de disefio en pavimentos rigidos Rueda de deta, Ces de ct egos. « Prueba dsl CBR... . Generalidades Equipo . Preparacién de probeis relied, sone Prueba de penctracion .. . . nt Datos y resuleados de prueba Procedimiento de proparacié Procedimiento para prepara Prueba de campo . . . Gritteas para fa atilizacién ‘del métado Get C.HR_ pata OF ddo pavimontos flenibles. de muestras romoldeadas. | |. in de muestra inaltoradss, Capitulo XI, PRINCIPIOS BASICOS PARA EL DISENO DE PRESAS DE TIERRA XFL. Introduce XE2) pos de presas de terra Dt XI3, Breve descripoisn de slgunias tox Sonstituyent do una presa de ceeeeees XI4, — Anilisis de estabilidad XI-S| Condiciones de trabajo en ias presas de Ui XIS, Causas de falla on presas de ticrra. XE? Normas fundamentales de constiuecibn ||” : Anexo Xia Drenesen presasde tiermt <2. 2 : Anexo Xie, Filtros.en presas de terra > ‘Anexo Xl-c. El corazon impermeable ‘Aacxo XIci, Condiciones de trabajo on presas de XA.1 Condiciones de estabilidad durante Ia construccisn, 703 478 84 489) ar aot 498 302 509 513 316 529 $32 533 336 542 550 367 572 5% 516 a7 78 380 381 38 583 384 st Ree eR Ca Sen ele Cee Miu sac eee seine ieee Rene Clas Ucar CAIs eC cence Meu ne eects) Aero kek een er isc meCS la facultad de Ingenieria en su ciclo profesional, asi como Pee eeu seu Cac Mh RC oe erie eee eee eel Beane ais ac ce eC mR ecu) Peter nck Mente cn an us mcs sac UrrgcCeeenR Roue ) Micra lee ess ain eek loci BUN ie eal elute ee eit ona aol CeCe etches Peace once ek Re ak sa ee alusién ala exploracién y muestreo. Fae tae kuti sect eels eur hak ed Bee sent eon nC Re SC uci Rn PIC OuECsur men Clic lne Meola Breese ie reek et eke ee eC cae gas; principios basicos para el disefio de presas de tierra. PCCM McCallie Grete eit rteu i uns ete is ttc Pre rrce sccm ieee onic) su influencia en los problemas de resistencia y comporta- Breit air ei eee cee Ce een eas CROC Et eC acc Rec nny subdrenaje en las carreteras y aeropistas; pozos de bom- Been len utiese us rei Selle none

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