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Una Abeja adolescente sali de su celdilla crislida y vol alegremente en la ardiente maana
de verano. La piqueta estaba llena de zumbidos, y ella volte en el aire en torno suyo un
momento, para fijar indeleblemente en su ojo de facetas la situacin matemtica de su casa. Y
en stas, vio sobre la repisa de otra colmena un grupo de abejas alrededor de un charquito.
Es miel ajena, no huelas! No huelas la miel ajena! susurr a su lado una veterana que
pasaba . Al trabajo, a las flores de alfalfa que esta noche abrieron!
Pero la abejita ya estaba tentada por los efluvios encantados, y en un instante lleg, bebi y
volvi a su casa repleta. Eso lo hizo cuarenta veces aquel da y recibi muchas felicitaciones,
pues ninguna elabor cera tan blanca ni tan abundante como ella, la novicia, con la miel
robada. Pero a los dos das, la miel de la repisa se acab, y ella estaba convertida en ladrona.
Empez aquel da la vida aperreada de las tales, porque a veces es cierto lo que dijo Martn
Fierro que ms cuesta aprender un vicio que aprender a trabajar. Voltear nerviosamente de las
piquetas mordiendo a todo el mundo, colarse aprovechando un descuido de las guardias,
pasear inquieta por panales ajenos, robar con el alma en un hilo y presta a la defensa, salir
como se pueda, a veces echada a tirones y mordiscones por dos o tres enemigas, era mucho
menos fcil y feliz que volar honradamente en el sol dorado del esto sobre el alfalfar en flor y
entre los eucaliptos aromticos... Estaba toda pelada de meterse por agujeros y rendijas y llena
de araazos y descalabraduras. Ni las suyas la queran. Hasta que un da lleg con una pata
arrancada poniendo el grito en el cielo y jurando que no robara ms, y que desde aquel
momento se pondra a trabajar.
Ojal dijo una Obrera nodriza, que estaba nutriendo con polen aguado a la cra , pero lo
dudo. Cuando desde joven se le ha tomado el gusto a un vicio es dificilsimo destetarse. Con
razn dijo un amigo nuestro, que nos observaba mucho y que nos quera, v tena en su pluma
el dulzor de nuestras mieles, v el alma blanca, dctil y sabia como nuestros panales, Francisco
de Sales que se llamaba, que de todos nuestros pecados, el ms fcil de evitar es el primero... Y
ahora sal de ah, que ests estorbando.
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