ai ' OTE NLAFA Sofia, Azul y Serena, mis tres hijas,
el motor que nunca me lleva a decir “me rindo”.
A Lu, que camina siempre a mi lado y me apoya incondicionalmente.
Amis viejos, Silvia y Oscar,
que me dieron la vida e hicieron tanto por mi.
Amis hermanas, Silvina y Carolina,
de quienes aprendf y aprendo muchisimo.
A todos mis sobrinos y cutiados.
Ami abuela Mechita.
A Clarita, que es vida y pura alegria.
Ami abuelo Luis, que me guia desde donde esté.
A mis amigos, que me aceptan con todas mis locuras.
A todos los que Dios puso en mi camino
y me ayudarona ser la persona que soy hoy.
Gracias al jiitbol, que me hizo crecer,
me dio alegrias, gloria y felicidad.
Gracias a todos los que confiaron siempre en mi y a los que no
también, porque gracias a ellos saco la fuerza para seguir adelante.
¥ un gracias a Dios, por encima de todo;
jamds dejé de confiar en él, siempre respondié
y me acepta asi como soy, con todos mis defectos y virtudes.
(MA)
A Cami y Luli, mis princesitas futboleras y compinches de tribuna.
A Veronica, sostén de mi estructura emocional.
A mi vieja, por estar siempre, y empujar siempre.
A mi viejo, por ensefiarme a querer el futbol y a River.
A Marcela y Mariano, por hermanos y buenos consejeros.A Marta Susana, por su ejemplo de lucha.
A mis amigos, familiares y afines, que hicieron fuerza por el ascenso
(y por el libro), aunque no pudieran ver a River ni en la sopa.
A todos los que se bancaron mi malhumor de estos dos aiios.
Ya la pelotita, que nos sigue nutriendo
de historias que valen la pena ser contadas.
(DB)PROLOGO (1)
La vida del futbolista no es color de rosa. Mucha gente se detiene sdlo en lo
econémico pero detras hay historias increibles. Yo Iegué a levantar chicles
masticados del piso porque mis padres no tenfan para comprarme golosinas,
en mi casa hacia cola para ir al baio —y agarraba la tabla siempre calentita—,
tuve mucho miedo cuando me vine con 15 ajios a vivir a una pension y me
mori de vergiienza el dia que en River me vieron con los baldes y secadores
por los pasillos del Monumental y me reconocieron como el chico que ya
habia debutado en Primera.
En el fiitbol sufri mi primera gran decepcién cuando Federico Vairo, mi
descubridor y consejero, me envié una carta documento reclamandome dinero
de una transferencia. La pasé como el demonio en Parma, donde me mandaron
a robar a mi propia casa, y en el Brescia, el dia que la barra brava nos apreté
impunemente delante de los dirigentes. Mord una toalla y ahogué el grito
cuando, minutos antes de mi primer partido en un Mundial, el médico me
metié unos pinchazos en el abdomen para anestesiarme la pubalgia. Me
deprimi al dejar el fiitbol y también tuve serios problemas con el alcohol: dos
veces me descompuse, hubo que llamar a la ambulancia y pensé que me
moria.
Me exploté el corazon de alegria cuando volvi al ftitbol y Horé como nunca
cuando nos fuimos a la B. Lo sufri como la muerte de un ser querido, y esa
misma madrugada comprendi que mi tinica revancha posible era devolver a
Rivera Primera.Se me hizo interminable. No el libro, sino este campeonato. Por momentos
la pasé mal. Una ver, por ejemplo, no me podia dormir y me fui a remar a las
2 de la madrugada; necesitaba oxigenar mi cabeza. No veia el momento de
que este calvario se terminara de una vez.
Es algo muy lindo tener un libro propio. Yo ya habia plantado un arbol y
disfruto con Lu de nuestras tres hermosas hijas. Me faltaba el libro. Y es
gratificante tenerlo, pero también medio loco, porque le estas mostrando tus
pensamientos y vivencias intimas a toda la gente; te abris demasiado, y ante
una sociedad tan extrafia que seguro que en el futuro habré muchos que me
recalcaran mis errores y me lo gritarn en las canchas.
Conté muchisimas cosas que nunca habia hecho ptiblicas y aunque por
momentos me dio cierto pudor, o temor, porque quizds sorprenda a tantos, en
el fondo no hago més que mostrarme tal cual soy, gqué voy a andar ocultando,
si a mi me gusta ser transparente?
A Diego Borinsky lo conoci en mis primeros afios en River y siempre
valoré la fidelidad con que transcribia mis palabras en sus notas de El Grdfico.
Por eso hice el libro con él. Aunque, pobre, termin6 sufriendo mis recurrentes
problemas de organizacién. Es uno de los errores que tengo: de repente armo
una reunion para las 5 de la tarde y en ese momento me doy cuenta de que cité
a tres personas distintas.
Aca esta el libro. Costé pero esta. La vida del futbolista no es todo color de
rosa. Mas alla del orgullo personal, me gustarfa que estas paginas sirvieran
para que la gente entienda un poco més al jugador de futbol. Pienso en Lu, en
mis viejos, en mis hermanas y cufiados, en mis sobrinos, en mis suegros, en
mi abuela Mechita que estd, y en mi abuelo Luis que se fue, en mi bisabuela
Teresa que me Ilevaba al parque a jugar y me hacfa la gamba para completar
el dos contra dos. Y pienso mucho en mis hijas. Para ellas sera raro leer este
libro porque terminaran de conocer a su padre. Se enteraran de temas que no
sabjan, de cémo me cri, de los ertores que cometf y seguiré cometiendo. Pero
ante todo espero que terminen de comprender que los valores que siempre les
transmiti son los que me inculcaron a mi y estan en este libro. Ojala les guste.
A ellas y a todos.
Matias ALMEYDAPROLOGO (ID)
—Dale, esté bueno, pero tiene que ser un libro distinto, un libro fuera del
sistema.
La frase qued6 rebotando dos aiios dentro de mi cabeza como la pelotita de
un flipper. Matias la solté, con entusiasmo, en noviembre del 2009, sentados
ambos en las escalinatas de su complejo de Benavidez atin en obra, ya
finalizadas las 100 preguntas de El Grdfico. No imaginé en ese momento que
su mirada fuera tan revolucionaria: hacer una biografia en la que el
protagonista relate sus vivencias y pensamientos, sin el protagonista relatando
sus vivencias y pensamientos, era realmente un libro fuera del sistema. Una
pileta sin agua. Una bicicleta sin ruedas. Mas 0 menos asi.
Después del puntapié inicial, en dos afios (2010 y 2011) nos encontramos
s6lo cuatro veces. De veinte llamadas, lo enganchaba en una. De diez
mensajes de texto, me devolvia dos. Llegué al extremo de hablar con él una
maiiana, combinar para vernos esa misma noche, llegar hasta la guardia de su
barrio cerrado y chocarme con la respuesta del encargado de seguridad:
“Almeyda no esta”. ;zCémo no esta?! ;No puede ser!
Puede. Ms de una vez volvi a mi casa entre ofuscado y dolido, pateando
‘Se termind
piedritas e impotencia, y me descargué con Veronica, mi mujer:
el libro, no va, con este pibe es imposible”. Lo que mas me apenaba es que
tenia la conviccién de que Matias no lo hacia de agrandado, sino de colgado.
Un libro distinto, fuera del sistema, gpero c6mo?
La llave maestra para destrabar el cerrojo fue Luciana, la primera dama. Esla misma notera de TV que con 21 aiios le gritaba a Matfas, desde abajo del
micro que transportaba a la Seleccién Nacional en Francia 98, que estaba
enamorada de él. Si detras de todo gran hombre hay una gran mujer, hasta
puede ocurrir que ademés de gran mujer exista una secretaria stiper eficiente.
Fue el caso. Gracias a Luciana, el promedio de 4 reuniones en 2 afios subid a9
en 4 meses del 2012.
Las charlas comenzaron en casete de cinta y terminaron en grabador digital.
Empezaron con un jugador y concluyeron con un director técnico. De River
ambos, por supuesto. Arrancaron en su complejo y siguieron en su casa. Me
recibié en cueros y descalzo, con un short de River apenas, también en piyama
de abuelo con botones, y con jean y puldver.
Nos encontramos en el quincho de su casa para que Matias pudiera fumarse
sus 4 0 5 puchos durante las dos horas de entrevista, vigilados por apellidos
ilustres del fiitbol que saludaban desde las camisetas encuadradas: Ronaldo
(Inter), Baggio (Brescia), Weah (Milan), Roberto Carlos (Real Madrid) y
Vieri (Inter), entre otros, ademas de los amigos: Chamot, Ortega, el Kily,
Sensini, Simeone, Maradona.
Las reuniones siguieron siempre mds 0 menos la misma rutina, los
miércoles ala noche, después de que durmiera a sus hijas. Infaltable el mate
con dos cucharadas de azticar por ronda para entrar en calor, la critica de los
liltimos partidos de River —no ya de periodista a DT sino de hincha a DT, con
la ilusién de sentirse por un momento ayudante de campo—, las dudas
pendientes de la cita anterior y luego los temas del dia. Cerrébamos, pasada la
medianoche, mientras se fumaba, parado, el ultimo cigarro al lado de la
ventana abierta, imaginando qué podia ocurrir el fin de semana. Més de una
vez, hablando del hipotético ascenso, lo vi morderse el labio inferior, cerrar
los ojos y murmurar: “Por Dios, por Dios”. Daba la vida por este ascenso.
Nuestra mesa de trabajo resulté ser una mesa de ping pong. No habia modo
de esquivar el desaffo. Su empefio, concentracién para ir cantando el resultado
pelota a pelota, y su fervor para festejar los puntos me sirvieron para
corroborar su espiritu competitivo. E] deportista tiene ese gen incorporado. El
resultado es lo de menos. No le gané ninguno.
Este libro superé mil barreras e incertidumbres. Las propias, nacidas en la
volatilidad del personaje, las que generé River en la A y mas tarde River en laB. No es un libro convencional. No sigue un desarrollo estrictamente
cronolégico de sus vivencias. Es un muestrario de temas, personajes y
circunstancias que intentan pintar las mil facetas que tiene el mundo del
fiitbol. “No soy un fandtico de las biografias, pero me parecié buenisimo lo
que me pasaste, trata de que vaya y vuelva con los tiempos”, me sugirié
Eduardo Sacheri, nuestro Fontanarrosa futbolero del siglo XXI, y me senti
mas o menos como se debe haber sentido un jugador de la Seleccién después
le haber escuchado una charla técnica del Flaco Menotti.
Un libro distinto, fuera del sistema. Parido y desarrollado en el periodo mas
oscuro de la existencia de River, justo con el hombre que fue bandera, capitan
y timonel en estos afios. Un libro nacido de sus entrafias, elaborado con
testimonios valientes y emotivos. Para entender mejor la vida de los dos: de
Almeyda y de River,
Disco Borinskya
INTRODUCCION
Sin corazén no hay historia
Matias Jestis Almeyda es uno de los tantisimos habitantes de este pais que
se crié coriendo detrés de una pelota de ftitbol y un afortunado que logré
transformar el suefio de millones en realidad: ser futbolista profesional.
A modo de introduccién, como una hoja de ruta —o un GPS, para estar a
tono con los tiempos actuales—, sintetizaremos en estas lfneas la vida de
Matias con la mayor cantidad de datos posibles en el menor espacio posible,
para que luego, sf, con el mapa de grandes trazos ya en la cabeza, el lector
pueda salir por los caminos laterales e internarse en todos los temas que
nuestro protagonista aborda con emocién y franqueza, con vision critica y
coraje inusual. Pensiones, representantes, liderazgos positivos y negativos,
acomodos, entrenadores, dirigentes, compaiieros, concentraciones, falsedades,
negocios, apretadas, adicciones, transferencias; en sintesis, dolores y alegrias
con los que convivid, gozé y tropez6 durante su carrera. A partir de sus
vivencias personales, la intencién de este libro es decodificar y entender un
poquito mejor la amplia gama de personajes y facetas que cruzan el peculiar
mundo del ftitbol. Viajar de lo particular a lo general.
Matias Jestis Almeyda nacié el 21 de diciembre de 1973 en la ciudad
bonaerense de Azul, 300 kilémetros al sudoeste de la Capital Federal. Hijo de
Oscar y Silvia, hermano menor de Silvina y Carolina, esta casado con LucianaGarcfa Pena, ex modelo y notera de televisi6n, que ademés de ser hincha de
River practicaba deportes en el club cuando ni sofiaba ser la esposa de Matias
y tener tres hijas con él: Sofia (11 afios), Azul (9) y Serena (6).
Matias se crié en el Barrio Obrero General San Martin de su ciudad y
ademas de estudiar hasta segundo afio del secundario aprendié folklore
durante 8 aiios en la Pefia Frontera Sur, con la que viaj6, compitid, y hasta se
presenté en el viejo Canal 7.
Empez6 en el fitbol organizado a los 6 afios en Boca de Azul —vaya
paradoja— aunque alli slo se entrené y no disputé ningtin partido oficial,
segtin aclara con celeridad. Luego, con Alumni fue subcampe6n provincial en
1986, Jugaba como volante por derecha y también de delantero. Fuentes bien
informadas aseguran que hasta habria sido goleador un aio. Contra todos los
preceptos periodisticos se usa el potencial porque no existen registros
fehacientes que validen semejante proeza, aunque Matias intente sostenerse en
un cuadernito de apuntes de Lilo, su amigo del alma
A los 13 pidié el pase a Cemento Armado y fue dirigido por su papa. A esa
edad se probé sin éxito por primera vez en River. Un amigo de Oscar con
contactos en Boca le insistié para que tentara suerte en el Xeneize, pero
Matias ya tenia a River en su cabeza. Se preparo un afio en su ciudad y
regresé al Monumental. Federico Vairo, un reconocido exdefensor del club de
los aiios 50 y gran maestro de inferiores, lo fiché y —sin saberlo—, le dejé el
apodo para siempre: “Ey, vos, Celeste, juga para aquel lado, y vos, Pelado,
para este otro”. Usaba el pelo bastante mas corto que ahora.
River lo acepté pero no le dio pensién. Matias deambulé entre un hotel de
media estrella en Constitucién, donde compartia baiio, heladera y —lo peor—
el cargamento de milanesas que su mamé le preparaba religiosamente en Azul,
una casa en Temperley con conocidos del pago chico y el hogar familiar de
Nora, su novia de entonces, en Barracas. Cuando en el club advirtieron sus
condiciones lo terminaron sumando a la pensién.
Se cruz6 la banda roja por primera vez, a los 15 afios, en 7* division, luego
siguid en 6°, jugé 6 partidos en la Reserva y, a comienzos de 1992, con 18
afios recién cumplidos, tuvo su bautismo en una pretemporada. Con Leonardo
Astrada lesionado, Daniel Passarella lo hizo debutar oficialmente en la
primera fecha del Clausura 92. Fue el viernes 21 de febrero, en elMonumental, con una victoria por 2-1 ante Unién de Santa Fe. Jugé los 90
minutos y fue calificado con 6 puntos por El Grdfico y con 7 por Sélo Futbol.
Entre aquel Clausura y los tres torneos siguientes, es decir dos aiios
calendario (1992 y 1993), Almeyda disputé en total 7 partidos. Una estadistica
demoledora, capaz de tumbar al mas optimista. Matias no bajé los brazos, la
peled y en 1994 comenz6 a jugar mas seguido, sum6 11 partidos con
Passarella y 10 con Gallego, gané sus primeros dos campeonatos y Carlos
Babington le dio la titularidad definitiva en 1995. Al aiio siguiente
conquistaria la Copa Libertadores, la segunda en la historia de River,
convirtiendo un gol clave en la semifinal de vuelta ante la Universidad de
Chile (1-0), que le sirvié al conjunto de Ramén Diaz para clasificarse a la
final. Asi pagé con creces su deuda con los hinchas de River, que ya en ese
momento le agradecian su conmovedora entrega: en la Libertadores anterior
habia errado el tinico penal de los siete pateados en la definicién ante
Nacional de Medellin, que privé a River de alcanzar la final. A veces el fuitbol
y la justicia se dan la mano.
A comienzos de 1996 disputé en Mar del Plata el Preolimpico clasificatorio
para los Juegos de Atlanta. La rompié. No s6lo corrid, trabé y recuperé, sino
que hasta saco de la galera un sombrero y habilité a sus compafieros como si
fuera Riquelme. El Barcelona pidié condiciones. Lo siguieron Ménaco,
Sevilla, Real Madrid. Mientras los clubes hacian cola en las oficinas del
Monumental y se sacaban chispas, Matias deslumbraba en los Juegos
Olimpicos, sobre todo en la goleada 4-0 de Argentina ante Espafia en la que
rompié el travesafio tras una jugada maradoniana. Alli nacié la gran confusion
de quienes lo buscaban: pensar que Matias salia del mismo molde de Diego
Armando.
Hubo once ofertas concretas para comprarlo y su cotizacién subia mas que
el riesgo pais en tiempos de De la Rita: 500.000 délares por dia. Se informé
que el Madrid entregaba a Fernando Redondo como parte de pago de
Almeyda (no hay error en los nombres), pero al final su destino fue el Sevilla
porque Matias habia dado su palabra a los andaluces. “;Usted esta seguro de
lo que hace?”, le pregunté el entonces presidente de River, Alfredo Davicce,
con los ojitos girando como trompos, mientras los directivos de la Casa
Blanca esperaban en una sala contigua. Fue la transferencia mas cara delfutbol argentino hasta ese momento: 9 millones de ddlares. Mas que la de
Maradona al Barcelona. Un ajio mas tarde, el Real Madrid salfa campeon y el
Sevilla se iba al descenso. “Soy un crack para elegir’, acota hoy un sonriente
Matias.
En la Seleccién Mayor debuté el 24 de abril de 1996. A pesar de padecer
una insoportable y traicionera pubalgia fue titular en los 5 partidos que disputd
la Seleccién de Passarella en Francia 98. Jugé todos los minutos salvo los
Ultimos contra Holanda, cuando se produjo la debacle. A Corea-Japén 2002
aribé con un gemelo desgarrado y apenas se anoté con 63 minutos en el
infausto empate con Suecia. Redondeé 40 partidos con la Celeste y Blanca y
grité un gol: a Brasil, en San Pablo, por las Eliminatorias 2002. Flojito para
elegir rivales. Su ultima funcién con la Seleccion fue el 19 de noviembre de
2003: 1-1 en Barranquilla ante Colombia por las Eliminatorias.
Tras su decepcionante estreno en el fiitbol europeo, Lazio lo adquirié al afio
siguiente y alli encontré la horma perfecta de su zapato. En un campeonato
donde analistas y publico en general llegan al éxtasis con una barrida desde el
piso antes que con un combo de caiio-mofio-gambeta, Almeyda primero se
consagré como el mejor futbolista del campeonato, segtin opinién de los
periodist
s, luego realiz6 un aporte decisivo para la obtencién de un par de
Copas y finalmente fue participe del ansiado Scudetto en la temporada
1999/00, segundo y tiltimo campeonato ganado hasta aqui por la Lazio en su
historia. Fueron los tres mejores aiios de Matias, los afios en los que tocé el
techo, con 5 titulos y un incremento brusco de su cotizacién: en junio del 2000
fue transferido al Parma en 23 millones de délares, incluido como parte de
pago en la venta de Hemén Crespo del Parma a la Lazio. Permanecié dos afios
y gané una Copa Italia, para cerrar luego este primer ciclo europeo con otras
dos temporadas en el Inter, lapso en el que sufrid una lesidn importante en
tibia y peroné de su pierna derecha.
Alli comenzaria una etapa con altibajos, traumaticos vaivenes, con anuncios
y contraanuncios, dias oscuros, de busqueda frenética para encontrar su lugar
en el fiitbol y en la vida. Quiso regresar a River pero le bajaron el pulgar. Se
entrené en Independiente unos dias pero se marché antes de debutar porque su
padre estaba en una supuesta lista de secuestradores. Jug6 5 partidos en el
Brescia italiano pero se bajé del barco cuando comprobé que los dirigentes leabrian la puerta a la barra brava para que los apretara impunemente. Estuvo a
un paso de firmar con el West Bromwich de Inglaterra pero no arreglé porque
el intermediario le pedia una comisién y no estaba dispuesto a semejante
chantaje. Se puso la camiseta de Quilmes cinco veces para disputar la
Libertadores. Anuncio su retorno a River, y el dia de la revisidn médica y de
los flashes felices se arrepintié, apagé el despertador, se quedé en la cama y
declaré que se retiraba del futbol.
Decidié dedicarse al campo y le duré dos meses. Volvié y se deprimié.
Pensé y proyectd su partido despedida en Azul que luego suspendié por
superposicién de fechas. Llevé jugadores de segunda y tercera division a
Suecia y Noruega, y se enganché jugando un par de partidos en el Lyn, por el
campeonato de Noruega, ante la insistencia del entrenador, que lo conocia de
haberlo enfrentado en una Copa europea. Fue invitado por el Cholo Simeone
para integrar su cuerpo técnico. Se alisté en el Showbol de Maradona. Intenté
acompafiar al Beto Acosta jugando en la Primera C con Fénix pero rompié
todos los records con 2 expulsiones en 3 partidos. Participé en el Super 8 con
los veteranos de River hasta que uno de sus compaiieros, un tal Enzo
Francescoli, talento supremo y ojo clinico para mirar més alla, le comenté al
pa
enel plantel?”. Le pregunto.
“Te veo bien, gno querés que le pregunte a Gorosito si te hace un lugar
Inmerso en una de las crisis morales y futbolisticas mds agudas en la
historia de River, el retorno de Matias —pisando los 36 ajios y tras cuatro sin
competir— son6 como un chiste de mal gusto. Innecesario. Tal vez por el
afecto y el respeto que habia sabido ganarse dentro de la comunidad futbolera,
no abundaron los comentarios agresivos, pero predominaba la sensacin de
que regresaba sélo para ayudar en el armado de] grupo, como lider afuera, y
para jugar algunos minutitos por partido y despedirse desde adentro como
tanto anhelaba. Un salvoconducto a su intringulis mental. Matias necesitaba
més a River de lo que River lo necesitaba a él. Pero, joh, sorpresa!: terminé
dando el presente en 17 de los 19 encuentros y fue elegido por los hinchas
como el valor mas alto de] equipo en el Apertura 09.
Asi como no existen datos fehacientes de sus inicios goleadores, en su
defensa hay que decir que tampoco se conoce en el planeta una proeza similar
ala de Matias, el de las quimeras, pidiéndole prestada la letra al tango. Cuatroafios sin jugar y un retorno pleno a las canchas, cuando la gran mayorfa, a esa
edad, ya se ha retirado. Incluso con marcas atléticas que dejaron atdnitos alos
diferentes preparadores fisicos del plantel, que buscaban y no encontraban
antecedentes similares en los libros.
Si en su primera etapa en el club, Matias habia sabido ganarse el carifio de
los hinchas por su entrega incondicional, hasta el punto de haber sido
ovacionado al errar un penal que privaba a River de una final de Copa
Libertadores, su segundo ciclo lo condujo en forma vertiginosa hacia la cima
de la idolatria, un romance furioso con la gente que crecié exponencialmente.
Matias es cristalino, y su accionar estaba a la vista.
En sus ultimos meses vistiendo la camiseta de River jugé con la agujita del
velocimetro en rojo, consciente de que estaba en el limite de sus posibilidades.
Y més alld del limite también. La recta final del infausto Clausura 2011 que
desembocoé en el descenso lo encontré con las costillas fisuradas, con su
capacidad pulmonar —su principal herramienta de trabajo— disminuida.
Como si a Palermo le prohibieran usar la cabeza. O a Picasso las manos.
Su imagen de gladiador romano quitandose a los policias de encima y
besdndose el escudo de su camiseta frente al rugido del coliseo boquense
represento para algunos una muestra absurda de populismo barato. Aquellos
hinchas de sangre caliente, en cambio, comprendieron enseguida que nadie
representaba los sentimientos de ese instante tan fielmente como Matias:
desesperacién, angustia, impotencia, dolor. Fue el afiche de la catastrofe. Un
anticipo exclusivo de dolorosa concrecién 40 dias después.
Era tan notorio que Matias Ilegaba al final sin reservas que ni siquiera pudo
dar el presente en la revancha de la Promocién contra Belgrano. La suma de
amarillas fueron la evidencia incontrastable de su falta de timming. Las
piernas ya no respondian a los mensajes de su cabeza. No tiene nada de qué
lamentarse ni arrepentirse. No se hubiera permitido otra cosa. Estiré la cuerda
en forma milagrosa y se marché como habia prometido que se irfa: sin una
gota de combustible. Seco. Sin mas para dar.
Son muy poquitos los futbolistas que juegan desgarrados, infiltrados,
machucados y todos los “ados” posibles. Que no evaltian riesgos ni miden
conveniencias, justo en un dmbito que tiene como principal valor la
especulacién. Tipos que se la juegan de verdad. Que tienen el cardcter paralamar al presidente del club menos de 24 horas después de consumado el peor
desastre en la historia, con el cadaver de la victima atin tibio, para avisarle que
esta dispuesto a afrontar el desafio de timonear el barco en la B Nacional. Un
salvavidas de plomo sélo apto para valientes de verdad.
La historia de Matias Jestis Almeyda sigue abierta. Como su corazon
inmenso. Sin corazon no hay historia. Sin coraz6n no hay libro.
A disfrutarlo.2
INFANCIA
“En mi casa habia que hacer cola para ir al baito; yo era el tiltimo —y
agarraba la tabla siempre calentita—”.
Manzanas con naranjas. Desde pequetios, en el colegio nos ensefian que no
se pueden sumar. Aunque se trate de dos frutas, manzanas con naranjas no se
suman. Son ricas las dos, pero distintas.
Bafios y zapatillas tampoco se suman. No tienen nada que ver unos con
otras. En la cabeza de Matias, sin embargo, confluyen, encuentran un origen
en comtin, se asocian a una etapa dificil pero hermosa, plagada de suefios y de
carencias. “Yo tengo algo con los baiios y las zapatillas”, admite, y un
estudiante de psicologia con una sola clase cursada se lucirfa con sus
conclusiones al entrar a la casa de nuestro protagonista en Nordelta.
—En mi casa habia que hacer cola para ir al batio. Terminabas de comer y
la frase que se escuchaba en el pasillito era “Dale, gte falta mucho?,
apurate”, Yo era el més chico de los tres hermanos asi que siempre agarraba
la tabla calentita. Era el tiltimo. Por eso, ahora en mi casa hice diez bafios.
Diez. O sea: bafios, en mi casa, no faltan. Con las zapatillas es mas o menos
lo mismo. Nosotros teniamos un jean para todo el afo, que se usaba para
fiestas, cumpleanios, bautismos, y un par de zapatillas con la misma funcién y
vida util. Debian durar los 365 dias. Pobres pero limpios, ése era el lema demi mamé. La ropa podia ser vieja, pero estaba impecable, mi mamd lavaba
todos los dias. Y siempre estabamos batiados y perfumados. Pero claro, a las
zapatillas yo las usaba para jugar a la pelota y por eso llegué a estar con los
dedos que me salian para afuera. ¥ cuando ya no podia jugar mds le pedia a
mi hermana Carolina que me diera las de ella, porque calzdbamos lo mismo.
Ella me daba las zapatillas y se las arreglaba con alguna sandalia 0 un
zapato. Viste, las mujeres se arreglan con otra cosa. Hoy, en mi casa, por eso,
después de recorrer los diez baiios, si abris mi ropero, se te vienen las
zapatillas encima. O sea: en mi casa, zapatillas no faltan. Acumulo tantas que
las voy regalando, pero no regalo las que estan rotas, eh, sino en buen estado.
Si te doy un par de zapatillas, quedate tranquilo que recibis un lindo regalo
de mi parte, porque valoro mucho mis zapatillas, siento que te estoy dando un
buen regalo. Disfruto de estas cosas, porque nunca dejo de mirar para atrds.
El arbol genealdgico de Matias tiene un tronco que abarca distintos paises
de Europa. Por el lado del padre hay ancestros alemanes y espaioles. Por el de
la madre, un bisabuelo italiano y una bisabuela pampa, india. La columna
italiana proviene de un pueblito llamado Gangi, en Sicilia. Segtin parece,
subfan grupos numerosos a una embarcacién y los mandaban a cruzar el
océano. Y se ve que a los de Gangi les pusieron el cartelito “Azul, sin paradas
intermedias”, porque segtin destaca Matias, muchos de los bisabuelos de sus
amigos de infancia son todos de Gangi.
EI apellido Almeyda, sin embargo, es de Portugal. “Estuve hace un tiempo
en Portugal, por un partido despedida, y esté lleno de Almeidas, pero
Almeidas con i”, aclara Matias. Al poner la palabra “Almeida” en google, el
primer resultado que aparece es la villa perteneciente al distrito Da Guarda, en
la regién centro, limitrofe con Espaiia, cerca de Salamanca, con 8.500
habitantes. Almeida es una ciudad amurallada en la frontera mas vieja de
Europa. Fundada en 1296, el gentilicio es Almeidense y al ingresar a estas
pampas, algtin funcionario de aduana distraido con las coimas que le iba a
pedir al navegante de turno, le anota mal el apellido y lo deja para siempre con
wy”,
El componente autéctono de nuestro personaje no viene dado sélo por elantepasado indigena. Papa Oscar integra de joven un grupo de folklore
llamado Los Nocheros, una verdadera premonicién de éxito. Canta, toca el
bombo y, por supuesto, les transmite a sus hijos el gusto por ese tipo de
musica, del mismo modo que hoy Matias hace lo propio con sus tres hijas.
—Toda la familia se inclind por el folklore. Nos metimos en la pena
Frontera Sur, donde mi viejo lleg6 a ser presidente. Habia un quincho para
100 personas, con un escenario, y ahi se armaban las reuniones de baile y
zapateo. Todo se solventaba con rifas y con esa plata se compraban los
vestidos, la ropa de gaucho, las botas. Era muy familiar el tema. Empez6 mi
hermana Silvina, con 4 aiios. Y alli terminé conociendo a Alberto, que hoy es
su esposo, un romance bien de pueblo. Luego arrancé Carolina y finalmente
yo, que habré hecho zapateo entre los 4 y 12 afos, mds o menos.
Ensaydbamos tres dias por semana y una vez por mes se hacia una pefia. Yo
era rubio y lamaba la atencién, todo vestido de gaucho, con sombrero
Decian que era un gaucho wucho. Viajdbamos un montén, Hegamos a ir al
Canal 8 de Mar del Plata y una vez al programa Feliz, Domingo en Buenos
Aires, pero bailé sdlo el grupo de mayores, yo acompafié mirando. Nos fue
bien, porque el grupo de Frontera Sur era casi profesional a nivel de folklore,
de los mejores. Nuestra petia tenia como los equipos de ftitbol: Inferiores,
Reserva y Primera. Y la verdad es que en folklore nunca llegué a jugar en
Primera, apenas alcancé hasta la reserva.
Si bien no consigue entrar en los registros de la Federacién Internacional de
Estadisticas e Historia de Zapateo, Matias al menos se da un gusto de los
grandes, cuando festeja su cumpleafios nimero 30. Durante muchos afios, los
21 de diciembre son un rito en su campo de Azul: se celebra el nacimiento de
Matias con padres, tos, sobrinos, hijos, el carnicero, el gomero, el mecdnico y
la mar en coche. Se juntan unas cien personas. Suele contratarse a algiin grupo
de miisica y el programa esta cantado: asado, vino y baile pa’ todo el mundo.
El 21 de diciembre de 2003, sin embargo, hay un escenario demasiado grande.
A Matias no le termina de cerrar el asunto, hasta que de golpe, desde el fondo
surge una voz cavernosa que conoce bien de haberla escuchado tantas veces
en los viejos y queridos casetes de cinta. No puede ser otro que Horacio
Guarany.
—Fui derecho a darle un abrazo. Mi sueiio fue siempre chocar una copa devino con Guarany y esa noche pude cumplirlo en reiteradas ocasiones,
porque la verdad, chocamos unas cuantas copas. En la primera, Horacio le
metic
un trago y la liquidé en dos segundos. “Es bueno éste, cheeeeeeeee”,
me dijo. Canté una hora y media y después lo maté a preguntas, parecia uno
de esos fans pesados que no te dejan respirar. En una le pregunté qué
relacion tenia con la prensa. Y su respuesta me quedé marcada, porque él
habia tenido algunos roces: “Lo manejo con un sentimiento, siempre es uno
que me critica contra 30 mil que me vienen a ver”. Me qued6 grabada esa
respuesta, después me regalé su biografia y me gusté mds todavia.
Hoy, para no perder esas costumbres sagradas, si Matias anda por el living
y observa en su radio de accién a alguna de sus tres hijas, y justo estd sonando
el equipo de musica, cae la pregunta, que no apunta precisamente al examen
de mafiana en el colegio.
“Es Horacio, papa”; “Es Mercedes Sosa, papa”; “Son Los Nocheros, papa”;
“Es el Chaquefio, papa”. Y pap4 Matias sonrie, porque al folklore lo lleva en
la sangre.
Tozudo como se lo ve hoy, el pequefio Matias seguramente piensa que si no
es con el baile, a Primera legara con el ftitbol. Justo enfrente de Frontera Sur
est la sede de Cemento Armado, el club de barrio cuyo nombre parece
elegido a propésito para quien luego serd una auténtica pared de la
mediacancha. Alli se termina de formar como futbolista. Son los tiempos en
que juega un rato a la pelota, cruza la vereda, y la energia que atin le queda
(este muchacho no se cansa nunca) la termina de consumir zapateando. O
baila un rato y la polenta que le sobra la canaliza pateando a la pelota.
El nifio Matias es un loco por el deporte. La bici forma parte de su
anatomia: a todos lados va pedaleando. A la escuela, a las clases de educacién
fisica y a los entrenamientos. Un Forrest Gump sobre ruedas. Le gusta mucho
el boxeo y se queda con su viejo viendo las inolvidables peleas de Heams,
Leonard o Hagler. También le tiran los autos y cuando hay carreras de TC en
Olavarria y Tandil va con el padre, el abuelo, un par de tios y primos a hinchar
por Martinez Boero. Todavia se corre en las rutas y la banda de los Almeyda
arma el campamento al costado de la “pista”, se come un asadito y espera aaa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.funcién, y estard en cancha apenas 63 minutos. Su gemelo astillado, esa lesion
tan temida por el futbolista en la recta final hacia el Mundial, le termina
robando la chance de plantarse como titular. Aunque en circunstancias tan
tristes cuesta detenerse en los detalles de la escena del crimen, a Matias lo
estremece el llanto desconsolado del hombre con mascara de hierro.
—La gran mayoria llora en una eliminacién, pero llamé la atencién ver a
un tipo tan serio como Bielsa llorando. No recuerdo si nos dijo algo, como
tampoco me acuerdo qué nos dijo Passarella en el 98, porque en ese momento
no hay palabras, no mirds a nadie, y lo peor es que un ratito después tenés
que salir a declarar con los periodistas, cuando es lo que menos tenés ganas
de hacer. En el 2002uno estaba sentado por un lado, otro en el piso, otro en
un banco, otro metido en la ducha, nadie hablé grupalmente. Son muy tristes
los vestuarios después de una derrota dura. En un momento hay un gran
silencio, y después de un rato alguno dice: “Vamos que ya estd, que no
podemos cambiar nada, arriba”. Yo, por lo general, trato de estar solo, y
pensar para adentro si uno dej6 todo o no. En situaciones dificiles lo que yo
busco, por lo menos, es quedar limpio con mi conciencia. Lo peor en el
deporte, como en la vida, es cuando te quedds con algo adentro y te preguntas
si podrias haber dado mds. Y en el 2002 no nos guardamos nada.
— Hay veces que no se da todo? ¢No es una frase hecha?
—No, no, no. En el fiitbol vos te podés levantar y decir: “Hoy la voy a
romper”, pero del otro lado tenés un rival que jugé mejor que vos y no la
rompiste nada. Después, yo creo que si hay jugadores que a veces no dejan
todo. El jugador que tiene una ampolla, por ejemplo, y no quiere jugar, no
deja todo. O si esta resfriado o si tiene un dolorcito y pide el cambio, ése no
deja todo. O el que va a una dividida y levanta la patita, 0 cuando salta
hondo, ¢sabés lo que es saltar hondo? Saltar para abajo, saltar para no
saltar. Dejar todo es salir muerto. Ahora, vos podés dejar todo y ser un
desastre adentro de la cancha, pero correr, esforzarte, pelarte el orto, todo
eso no puede faltar.
—2El jugador sufre como el hincha la eliminacién de un Mundial?
—El jugador la sufre més. El hincha esté triste, pero el jugador tiene que
aguantar la ingratitud de su propia gente, que pasa de verte como un
fenémeno un dia a tildarte de fracasado el otro. Es muy feo tener queesconderte como si fueras un ladr6n. Terminé el 98 y yo me fui al sur en una
casilla rodante con toda mi familia, no queria cruzarme con nadie. De todos
modos, no concibo la palabra fracaso como se usa en general en estos casos.
Pracasar, para mi, es querer ser carnicero y que tus viejos te inculquen que
debés estudiar y terminds siendo doctor. Eso es fracasar en la vida, para mi.
Después, el Mundial lo gana uno solo y hay que aceptar que la competencia
tiene como resultado posible la derrota.
La planilla final muestra que Matias juega en total 24 partidos por
eliminatorias, 5 por Mundiales y 6 por Juegos Olimpicos y que convierte un
gol. A Brasil en Brasil. En el cierre intenta encontrar un argumento para
explicar qué le pasa a Argentina que desde 1990 no pisa ni siquiera las
semifinales de un Mundial.
—¢Cudntos triunfan en realidad? ¢Quiénes triunfan? Nosotros tenemos
materia de primera adelante, es cierto, pero atrds hace tiempo que dejamos
de sacar futbolistas de alto nivel. Aparte, antes de ser campeones en el 78,
gcudntas veces Argentina habia llegado a semifinales? Una sola, en 1930.
Entonces, quizds, lo que pasa es que exigimos demasiado. Argentinismo puro.
Argentinismo puro, claro. gY qué mejor ocasién para aplicarlo en la
instancia cumbre de la pasion mas argentina de todas?19
MARADONA
“Soy un gran admirador tuyo y creo que como vos nace uno cada cien
afios. A mi me gustaria que me contestes esta carta y que me des
algunos consejos futbolisticos”.
Azul, 16 de julio de 1986
Querido Diego: Te escribo esta carta porque me gustaria mucho ser amigo
tuyo. Me Iamo Matias, tengo 12 afios y juego en la séptima division de
club Alumni de esta ciudad. Vamos primeros y soy goleador con 6 tantos.
Soy un gran admirador tuyo y creo que como vos nace uno cada 100 aiios.
A mi me gustaria que me contestes esta carta y que me des algunos
consejos futbolisticos. Los chicos que juegan conmigo quieren que vengas a
esta ciudad, aunque yo creo que es algo imposible. ¢Conocés esta ciudad?
iTe gustaria conocerla? A mi me gustaria que vos vengas con tu mama, tu
papa y tus hermanos a mi casa. Tal vez te parezca un poco fantasioso pero
eso seria el suefio mas grande que se me podrfa cumplir.
Me olvidaba, ;sabés una cosa? Tuve puesta una camiseta tuya de cuando
jugabas en Boca. Te juro que cuando me la puse se me Henaron los ojos de
lagrimas y me senti por un instante Maradona. Cuando reaccioné me di
cuenta que soy chiquito como una hormiga a la par tuya. Bueno, te voy a
seguir pidiendo cosas. Me gustaria tener una camiseta tuya autografiada 0aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.vuelta y me deca “shhhhhhhhhhh”, y yo de bronca prendfa un cigarro y le
tiraba el humo encima: “fuuuuhhh”. Se la bancaba calladito. Siempre
tuvimos una buena relacién, cuando pasé al Sevilla y él jugaba en el Atlético
de Madrid, vino un par de veces a verme. Después compartimos equipo en
aquella era dorada de la Lazio y estabamos juntos bastante tiempo. Eso st:
siempre fuimos muy diferentes. El Cholo era muy profesional, excesivamente
profesional. El queria ser el espejo de todos y yo lo veia de otra manera. Por
ahi en algin momento no me gustaron esas actitudes pero es buen tipo el
Cholo, sin dudas. Un obsesivo del fiitbol. Vos te sentds a hablar con el Cholo
y es todo fiitbol. A mi un poco me cansaba, yo queria hablar del campo, de la
vida, y el Cholo te salia con el 9 de Croacia, cémo pateaba los tiros libres el
10 de Finlandia. “Parad, deja de hablar de futbol”, le pedia. Cuando arrancé
como DT, me quiso llevar como ayudante. Yo todavia jugaba. Le dije que si,
pero a la tarde me arrepentt y le dije que no. Aparte de que veiamos el fiitbol
bastante diferente, queria jugar un tiempo mds y mi iniencidn, por otra parte,
no era ser ayudante sino entrenador principal, asi que le agradeci pero
terminé pasando.
VERON, Juan Sebastian. Nos conocimos en el sub 23 y se armé un grupo
espectacular con el Kily, Pablo Cavallero, Huguito Morales, el Flaco Paz,
Rotchen, Crespo, el Chelo Delgado, el Piojo. Volvimos a coincidir en la
Lazio. Fuimos a comer un par de veces juntos, pero cada uno andaba con sus
amistades, no habia gran afinidad. Son cosas de pendejos, porque no con
todos podés ser amigo. Lleg6 a un nivel muy alto y el periodismo, sobre todo,
le hizo sentir mds o menos que después de Maradona venia él. Creo que se
hizo cargo de eso y lo padecié en el momento en que todos esperaban que él
sacara adelante a la Seleccién, en el Mundial 2002. Ahora, a Verén en la
cancha lo quise siempre como compaiiero. Para mi fue un crack, un jugador
diferente, ganador, de gran personalidad. La mejor pegada que vi, terrible,
una facilidad para darle con el empeine sin esforzarse. Cortaba siempre la
pelota y te la ponia desde 60 metros donde se le cantaba. Yo le preguntaba
“zCémo hacés?”, y lo miraba y miraba, pero nunca pude hacer algo ni
parecido. No me gustaron las declaraciones que hizo en Uruguay, cuando
Argentina se clasificé al Mundial con Maradona. Y después nos cruzamos porlos medios cuando saliéd a hablar sobre Lamela, lo traté de nenita. Yo salté a
defender a mi compaiiero, pero la bola periodistica lo infld. Cuando hace un
tiempo se lesion y estuvo por dejar el fiitbol, lo llamé para decirle que le
metiera para adelante, que debia seguir porque su presencia le hacia muy
bien al fiitbol argentino. No consegui hablar con él, pero si con el padre y le
transmiti eso. Queria expresar lo que sentia mds alld de las diferencias que
habfamos tenido, que en el fondo no sé bien cudéles son, viste, a veces pasan
esas cosas. Y cuando jugamos en Mar del Plata, yo ya como DT, vino a
saludarme, a desearme lo mejor, y quedamos en que nos ibamos a juntar un
dia.21
PELEAS
“Siempre me consideré una persona tranquila, pensante, aunque tengo
esos cinco segundos en que no sé quién soy y puedo hacer cualquier
cosa”.
En cinco segundos pueden ocurrir muchas cosas. O puede no pasar nada.
Todo depende del marco de referencia temporal, del pardmetro que se utilice
para medir. En la cabeza de Matias, cinco segundos son apenas un instante,
pero un instante capaz de detonar la reaccién menos pensada.
—Hay cinco segundos que lucho por no tener, hay alguien dentro de mi que
no sé quién es y que se expresa en esos cinco segundos, Por mi manera de
jugar al fiitbol, los partidos los vivi siempre de una manera especial,
entregando tado, sabiendo que el de enfrente me iba a querer pisar, y
entonces yo tenia que pisarlo antes. En sentido figurado lo digo. Pero,
después, siempre me consideré una persona normal, tranquila, pensante,
aunque dentro de esa personalidad tengo esos cinco segundos en que no soy
mds yo, que no sé quién soy en realidad y puedo llegar a hacer cualquier
cosa, acttio con un instinto que no sé de donde me sale.
Considerando su trayectoria como futbolista y su incipiente recorrido comoaa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.se hace en Argentina. Se puede decir que el vestuario es mds frio. De todos
modos, en cualquier equipo donde haya argentinos, _ brasilefios,
sudamericanos en general, hay algo de mtisica, mate, y esta tendencia a
juntarnos y charlar.
La convivencia grupal, la dinamica del vestuario, no es el tinico rubro en el
que Matias establece contrastes entre “alla” y “aca”. El catélogo es amplio. Y
lo repasa.
Los entrenamientos.
—Son bastante diferentes. En Europa son a full, con mucha seriedad e
intensidad, casi no se jode. Hay mucho respeto. Acd uno hace un chiste en
medio de un ejercicio y esta todo bien, se aceptan estas situaciones, podés
meter un par de carcajadas y no pasa nada. Alld, no.
EI periodismo.
Alla no existen tantos programas de fiithol en radio y televisidn, por lo
menos en Italia. Acd tenés desde la mariana hasta la noche, horas y horas
transmitiendo y opinando de futbol en varios canales. Esta cantidad de
emisiones hace que siempre haya que buscar algo donde no lo hay y se tenga
que hablar y hablar y hablar. En Europa es més tranquilo para el jugador,
ademas estd el famoso silenzio stampa que no le conviene a nadie, enionces se
respeta un poco mds. Para que se metan en la vida privada de alguien tiene
que pasar algo muy especial. Tampoco se escuchan esas descalificaciones tan
cldsicas del periodismo argentino, del tipo: “gCémo es posible que este
jugador haya llegado a Primera Divisién?”. Creo que hay que ser mds
respetuoso. Y esa falta de respeto se nota mucho mds acd. Por otro lado, creo
que en nuestro pais es importante que existan el futbol y todos los programas
porque distraen: distraen de la politica, de la economia, de los problemas
sociales. Se habla todo el dia de ftitbol y asi se evita hablar de otros
problemas. Allé no, allé el fiitbol estd en el lugar que corresponde. Eso es lo
que vi yo, al menos, en mis ocho aitos en Europa.
El hincha.
—El de acd es mucho mds pasional, sin dudas; se mata por la camiseta.
Allé también existe ese fervor pero todavia se ven a dos hinchas con
cainisetas de equipos rivales llegando juntos a la cancha. Si bien se siente el
fanatismo y la gente te pide triunfo y triunfo, todavia se va a ver una especiede espectdculo a la cancha. Igual, el mds demostrativo de todos los hinchas es
el argentino.
La rivalidad.
El cldsico se te mete en la sangre desde Inferiores. Desde ahi ya tenés un
sentimiento, porque lo vas jugando en diferentes categorias de juveniles y se
va generando la pica. Por eso el River-Boca, en mi caso, no se compara con
nada. Si hubiese nacido en Italia, seguramente Lazio-Roma habria sido
distinto para mi. El River-Boca lo quieren jugar todos los argentinos a los
que le gusta el fiitbol, aunque sea cinco segundos. Y por lo que vivi, es distinto
a todos. Hay un pais atrds, a diferencia de muchisimos clasicos europeos que
son entre ciudades. Ademds, el nuestro, se vive del mismo modo en que
vivimos el fiitbol los argentinos: con intensidad, amor, odio. El cldsico
romano tiene algo del River-Boca; la Roma es més popular, pero yo agarré la
época dorada de la Lazio: mirabas debajo de una piedra y salia un hincha de
la Lazio. Con la Juventus, en cambio, que tiene quizds la mayor cantidad de
hinchas, es mds frio, su gente no grita tanto. El Inter-Juventus se vive con
menos pasién. En cuanto a la trascendencia, alla también son decisivos.
Sabés que te marcan por toda la temporada. “Viviendo acd te tenés que
cuidar de dos cosas: de las mujeres y de ganar el cldsico, nada mds”, me dijo
una sefiora grande apenas pisé Roma. Se ve que las mujeres también eran
fogosas y te comfan las piernas. En Espafia participé del Sevilla-Betis, el
cldsico andaluz. Sevilla Neva muchisima gente pero yo agarré la peor época,
con el Betis que tenia un equipazo. En Sevilla, si ganabas el cldsico te
regalaban comida, esas patas de jamén espectaculares, todas cosas muy
ricas, comias gratis todo el afio. A mi no me tocé, lamentablemente, y me tuve
que comprar toda la comida por mi cuenta.23
PERIODISMO
“Te acercas al final de la carrera, te empezas a dar cuenta de ciertos
manejos y te dan ganas de volver a tu infancia y seguir pateando
contra la pared”.
Los cuarteles de Villa Martelli han ingresado en los libros de la historia
argentina como el escenario de uno de los alzamientos carapintada contra un
gobierno democratico, el de Ratil Alfonsin, en 1988.
También son recordados por ser uno de los sitios donde se ha entrenado el
River de Daniel Passarella en sus primeros afios como director técnico. Y
porque desde 2011 alberga a Tecndpolis, la megamuestra de ciencia, industria,
tecnologia y arte.
Los cuarteles de Villa Martelli tienen ese qué sé yo, versaria un tango, y el
por entonces cuerpo técnico del Kaiser, inspirado ideolégicamente por el
profesor Ricardo Pizzarotti, se entusiasmaria entonando esas estrofas. Se sabe:
Passarella y su grupo han sido partidarios de la disciplina cuasi militar. Pelo
corto, conducta, rigor y obediencia sin chistar.
A comienzos de los afios 90, en los cuarteles de Villa Martelli, River se
entrena mucho mas a gusto que en el Monumental. Hay menos gente, menos
ruido, menos periodismo, menos distracciones, menos interferencias. Mas
tranquilidad. Mas privacidad. Al fondo del predio se encuentran Jas canchas.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.pregunta de buena leche y el que te quiere terminar de meter bajo la tierra.
Entonces, por ahi ves al periodista mal como vos, te das cuenta de que la
tristeza es compartida, y a pesar del dolor y la amargura hacés ese esfuerzo
por contestar, pero cuando te acaban de eliminar, y ves del otro lado de las
vallas al periodista que no puede disimular su alegria, te da muchisima
bronca. Se vio en el Mundial 2002, periodistas que desearon que le fuera mal
a Bielsa porque tienen cuentas pendientes con él.
— EI jugador sabe que los medios son parte del negocio que termina
potenciando a ellos mismos también?
Creo que recién cuando van pasando los afios y te acercds al final de la
carrera te empezds a dar cuenta de muchas cosas que hay alrededor y de
ciertos manejos. Aht es cuando te dan ganas de volver a tu infancia y seguir
pegadndole a la pelota contra la pared.
Para el cierre, vale detenerse en un maravilloso retrato de esta relacién tan
particular que signa el diaa dia del futbolista, escrito por Santiago Solari en su
blog El Charco, del prestigioso diario El Pais de Espaiia. Solari ha sido un
zurdo exquisito que vistid las casacas de River, Real Madrid e Inter, entre
otras, y esta demostrando, también, saber desempefiarse con lucidez frente al
teclado.
“E] futbolista ve en el periodista a un extranjero. Un intruso con camisa y
zapatos limpios que pretende pisar con su librito de teoria bajo el brazo su
lodoso territorio de la practica. Un charlatén sospechoso que, s6lo por hablar,
puede influir sobre su futuro. Ve a alguien que juzga sin hacer, que no corre,
no suda, no siente cansancio o dolor, no escucha los silbidos del ptiblico ni los
saludos afectuosos a su puta madre pero que, concluido el partido, con una
tacita de té de tilo a mano y el aire acondicionado encendido, dice todo
aquello que debié haberse hecho y no se hizo y todo aquello que se deberia
hacer para corregirlo. Para el periodista deportivo, en cambio, el jugador es
otro objeto de estudio. Un tipo con una habilidad puntual. Un poco consentido
y caprichoso, sensible a los pequefios cambios de rutina. Ve un ser que lleva
una existencia monotona en su sencillo mundo verde, rectangular y perfecto.
Lo mira, quizd, hasta con condescendencia; sabedor de una verdad que elfutbolista, en el trajin de su rutina, ignora: que el fiitbol se termina y la vida
sigue, sin autdgrafos ni flashes”.24
OSCURIDAD
“Mis amigos no entendian por qué estaba mal si tenfa todo; pero no
pasaba por tener o no tener sino por creerse alguien, porque dejas de
jugar y dejés de sofiar’.
No es por exagerar, pero el 90 por ciento de los futbolistas sufre el retiro
como una experiencia traumatica y angustiante. No hay que ser master en
psicologia para comprenderlo: lo que saben hacer tan bien desde los 10 afios
en un club, jugar a la pelota, se corta de manera abrupta. A la edad en la que
cualquier trabajador transita su etapa de esplendor, los treinta y pico, el
jugador de fitbol es un flamante jubilado. Tiene que trabajar de otra cosa y no
sabe de qué. Y esa otra cosa, lamentablemente, no es una opcién que se
elabore en las divisiones juveniles (siempre hay excepciones, claro). Y si llega
a saber qué es esa otra cosa que aspira a hacer, nada sera comparable a patear
una pelota. Eso se ha terminado y hay que enterrarlo. Y duele muchisimo.
Si al futbolista promedio le cuesta asimilar su nueva etapa en la vida,
imaginemos como lo intenta procesar este joven veterano que vive
cuestiondndose todo, que ve la bandera a cuadros acelerando a full y con la
cabeza hecha un sonajero.
Hasta el Mundial 2002, el recorrido de Matias por el futbol esta bastante
claro: River, Sevilla, Lazio con avalancha de titulos y pico de rendimiento yParma. Después del 2002, la linea de tiempo se desdibuja y por eso es
necesario repasar un poco los hechos cronolégicamente.
Entre el 2002 y el 2004 juega en el Inter, aunque ya con menos continuidad
por un par de lesiones importantes. A 10 mil kilémetros de distancia,
Argentina intenta renacer de las cenizas. Y River, el club de sus amores y de
sus nostalgias crecientes, se deslumbra con la oratoria del presidente mas
joven de los tiempos modernos.
—Matias, gcudndo vas a volver a River? —le pregunta José Maria Aguilar,
compinche, amiguero, con su estilo entrador, cada vez que su secretaria lo
pone en contacto telefénico con el mediocampista del Inter.
—Presidente, el dia que yo vuelva a la Argentina, no le quepan dudas de
que voy a jugar en River —le contesta de corazén.
A Matias no le caben dudas. A quienes deciden, si. A mediados del 2004
finaliza su vinculo con el Inter y apenas pisa Ezeiza, declara: “Volvi para
jugar en River”. Se junta con Aguilar un lunes. El plantel de River, flamante
campeon del Clausura 04 en el estreno de Leo Astrada como entrenador, se
encuentra en Estados Unidos haciendo la pretemporada.
—Nosotros te queremos, nos vamos a comunicar con Leo a ver qué piensa
y te avisamos el jueves —le adelantan.
El lunes siente emocién; el martes, ansiedad; el miércoles lo empieza a
ganar el pesimismo; el jueves esta preocupado; el viernes sdlo percibe dolor y
despecho. Nadie vuelve a Iamarlo. Ni siquiera para decirle que no, que el
entrenador prefiere a gente mas joven, que tiene dudas por su estado fisico y
animico. “River no me quiere, ¢cdmo puede ser?”, se pregunta una y otra vez,
mientras surca el cielo hacia Brasil para tomarse unas vacaciones.
—gY no te daba para Hamarlo vos a Astrada y preguntarle si te
queria?
—No, no, yo con Leo tenia una amistad y no podia ponerlo en un
compromiso asi.
No. Si no es River, no tiene sentido. Ha decidido terminar su carrera. Es lo
mejor. Al regreso, haciendo zapping un dia en su casa de Nordelta, se
engancha con un programa deportivo. Estén entrevistando en vivo a Daniel
Bertoni, DT de Independiente. Matias no recuerda a cuento de qué, pero en un
momento ponen su nombre sobre la mesa.—Viste que Almeyda estd libre, jte gustaria tener a un jugador como él?
—iY cémo no me va a gustar un jugador con las caracteristicas de
Almeyda!
Matias escucha esa respuesta y percibe la descarga eléctrica. Le acaban de
reactivar el deseo. No esta del todo bien, ha perdido el equilibrio, ya busca la
salida en un laberinto sin retormo. No quiere saber mas nada con el futbol,
pero al mismo tiempo quiere. Se comunica con Franchi, representante y
amigo.
—Marcos, por favor, llamé al programa, pedi hablar con Bertoni y decile
que estoy dispuesto a ir a entrenarme mafana mismo con Independiente, a
ver si me quiere de verdad 0 es verso.
No se trata de Gente que busca gente pero, maravillosa televisién, después
del corte, el conductor avisa:
—Acabamos de recibir un llamado y a partir de mafiana Almeyda va a
entrenarse con Independiente.
Guau. El 11 de agosto de 2004, lo anuncia emocionado en conferencia de
prensa.
—Hoy siento las mismas ganas que cuando tenia 18 aitos e iba a debutar
en Primera. Hoy micarrera comienza de nuevo. Esta felicidad tapa todo.
Firma un precontrato, se entrena una semana, sus compaiieros se
sorprenden por su estado atlético, aun viniendo de mas de dos meses sin
moverse. Bertoni lo ubica entre los titulares para enfrentar a Almagro el
viernes, por la segunda fecha del Apertura, pero un dia antes, Matias
sorprende con un nuevo anuncio, el de su salida de Independiente sin jugar ni
un solo partido.
—Me lo aviso el ministro Arslanian. Habian detectado en una red que iban
a secuestrar a mi viejo, entonces tenia custodia personal en su casa. Salia a
comprar algo a la esquina y tenia que ir con los policias, comia con ellos,
iban a todos lados con ellos, en Azul, donde todo es re tranquilo, imaginate.
No era vida, a los 60 aiios, tener que estar ast. Mi viejo no queria vivir como
un ladrén. Entonces no lo soporté y le dije que me lo llevaba a Italia, porque
en esos meses siguientes a mi salida del Inter, los del Brescia me llamaban
seguido. Cuando aparecié lo de mi viejo, acepté la propuesta y nos fuimos a
Italia con ellos. Fue rarisimo, volvi a convivir con los dos después de 15 afios.Antes de partir, prende la radio del auto y escucha “Almeyda se va por la
plata, que no mienta mas”. Le da bronca, pero la realidad es que lo empiezan a
ver como un bicho extrafio, enredado en la telarafia de sus propias neuronas.
En Brescia las cosas no funcionan, a pesar de tener todos los dias a su lado
a Daniele Adani, Lele, el hermano que le dio el ftitbol. Matias apenas juega 5
partidos, la barra brava aprieta al plantel a repeticidn —como se ha relatado en
otro capitulo de este libro—, y entonces decide irse también del Brescia dos
meses después de haber Ilegado. Otra mudanza mas.
Entre noviembre y diciembre del 2004 en su teléfono mévil de Italia le
aparecen comunicaciones de Grecia, Turquia e Inglaterra, entre otras. La
propuesta de Inglaterra es del West Bromwich, un equipo chico, pero a Matias
le atrae la idea de ese campeonato con hinchas al borde del campo de juego y,
sobre todo, de equipos que no se concentran antes de los partidos.
—Yo no sabia decir ni “yes” y ahi aparecié un intermediario italiano
amigo del técnico. Me esperaron en el aeropuerto, el técnico hacia de chojer,
tenia una humildad tremenda, y eso ya me recontragusto. Habia jugado de
tres en la Seleccién de Inglaterra. Me Ilevé a comer a un restaurante, me
mostro el club mientras el italiano traducia. Llegé el momento de hablar del
contrato y le dije cudinto queria ganar y cémo queria vivir: en una casa linda,
con jardin, a mi me hacia mal el tema del clima, por mis depresiones, ya
estaba con ataques de pdanico. Me contesté que me quedara tranquilo que me
iban a conseguir todo.
Matias vuelve a Italia para terminar los tramites, pero antes le deja un
mensaje clarito al futuro entrenador.
—Lo tinico que le voy a pedir es que esto se defina antes de que me vaya a
Argentina para las fiestas, porque siempre que me fui a Argentina lo hice con
contrato. Yo sé que si me voy a Argentina sin contrato, no vuelvo nunca mas,
no me mueven mds de alld, entre mi cumpleaiios, Navidad, afio nuevo y el
cumple de mi viejo, olvidense.
—Quedate tranquilo —le responden en perfecto inglés.
Esa semana, Matias vuelve a sentir otra vez la Hama competitiva
quemdandole las entrafias. Se entrena en Italia en doble turno. Solito. Con suaa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.aa
You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this
book.