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Awprea Korrow STEFANIE MassMaNn (Eprronas) Tiempos fundacionales Naci6n, identidades y practicas discursivas en las letras latinoamericanas © iS Universidad DU atitarne wi se Tempe scl: Nac, sy prc i ists ainouneies! Elon fw Sietante Mmm, — Saving RL, LUnneosd A allo 3008 apse semen oO Tino pee timo Primes esis junio de 2085 1 dndees Kotrow y Sttanie Massman, 2045 Resinso de Propiedad Inelectual I a53.897 ORILD elitores os Leones 2 or 751035 Provident Santiago de Chile © igo) 2222 38 190 eso © oroieirores.com doled npnsicion e impresins RILG edivores fo de poreaas hlaecelo Uribe Lamour lunpreso on Chile # Printed a Chile ISBN 978-«50-01-0 ‘inpice Agradecimientos. Introduceién . Prdlogo ‘Modernidad decimonénica: un imaginario en movimiento El siglo XIX ya no es el siglo pasado Bernardo Subercaseauss LRAZON MODERNA ¥ EXPERIENCIA RESIDUAL Escenas de las escritui sfrias, pasionales atiles en la América hispana y latina La ilustracién como representacién técnica del mundo: en la formacién del imaginario chileno republicano Gabriel Castillo adic. Escenas patolégicas: cuerpo enfermo y nacién modema ena estética finisecular Andrea Kottow. ee s soo 67 Consideraciones genealégicas respecto de la constitucién de la locura en el Chile decimonénico: La endemoniada de Santiago Niklas Bornbauser y Estefania Andabur.. 83 Il, ESCENAS DE LECTURA ¥ ESCRITURA EN EL SIGLO XIX «El nombre del mal». Dos hipotesis sobre El roto de Edwards Bello Sergio Witto Mattig... 107 Huse BELLO MaLbonano: Moreno, Femando, (63). | nombre designa una caverna y cs al mismo tiempo un anagrama de «pelucones» Ei nareadortieude a ralicnlizarse, como en estos ciemplos: “Yo, que habia lanza: slo en eve oceane Ins enormes lanchas que Hlevaba por 2uccos, cat también en la problema» (110); «Pero dicho sea en verdad: no hai jente ménos observadora wi ‘mas indiferente quc la qu transita aque! camino. Si el transedinte es chileno, ya se sabe que no se le ha de dar nada de nada, que mira sin ver lo que ¥a eacontrando, ‘secltinti Sa a i que si ve fo que mica, no surje en su opaco espiitu ni una observacién, ni un pensamiento» (125). Ver Ballare: «[E|f ironisea es sicmpre, a mi juici, wn amante dle la paradoia y de la analogia, de buscar relaciones inéitas entre as casas que demuestren que a rnuindo ¢s tan vario y mucable como los mismes indlvidaos que lo interpretan. No peederse nada de esa variedad equivale para él incluso [tolerae| la contradic Ineaheraeictese rodar ns sombreco por el barzo, pes aquella puerta estaba ea eta pata hombres bajo de gorra de lana, né para los que, aunque pigenos, ‘ubeimins esira cabeza tet eile que me servisn Hote entre nuestras caras, pero 3 ] nos mirahamos al craves, | ambos aspicindalo exclamamos: (Qué café! El con: vor hay sin dada, por remor de haverestallar los vides a soleacl enter, iyo on metiple sal” (11s Decididamente, le habia pest alli para edifac la “3s. Solo cuando me vino esta sefleicn,digna de Destartes, me tangles cual tT porfilo matematico que ne se tanguilian sino después de haber resulta un Jawacio Auvanez Estupelaet Me. Livingston, preguntsé con vox ronea de te- sheaso no estamos en el nando? =No6, en ef dealli arriba, n6. En el de ag abajo, si, respon- sho el eserihane, ;ostod en una cneva de ladrones, eselamé el inglés; ya loeseia yo al encontrarme sin mii dinero ni mis albajas. No, ni son ladrones, Le han quitado a usted eso, pore lon jonios estan muy necesitados. ZNo ve usted que tienen gue hiaver tantos gastos? Antes estan pensando ahora en aumentar Joy derechos de importacidn, en ponertos a fa exportacién de ln pilata {clomas productos del pais, i ann en restablecer fa bula de {y Santa Crazada para aumentar las entradas, porque de otro modo es imposible conservar el deden (153) Don Guruazam (5860), De Josk Vicronino Lastansta Cae sobre los personajes un manto de seriedad y elevacién dificil de aislar en otros momentos del relato. El siguiente ejemplo est tomado del capitulo decimotercero, y corresponde al momento en que el hada Lucero le encatga al protagonista su misién redentora de In nacién: ~iAh! Se necesita mucho! ;Un gran sacrificio! El que me ame ha de peregrinar veinte afios sin cesar entre dos grandes cidade de mi patria, para halla, al fin de tres mil viajes que ha de hacer «1 los veinte afios sin que le falte ni sobre tiempo, el talisman del patriotismo que se ha perdido en una de esas ciudades. El dia del hallazgo sera dia de gloria, de contento, de paz i de fratetnidad; iyo podré volver a ejercer en mi patria mis funciones, pues soi el hada del noble sentimiiento perdido (178), El espivitu irdnico, antes abarcador,lidico y ambiguo, se ha vuelto aqui amargo y¥ maniqueo. Los objetos no solo se citcunseriben ahora mucho mis nitidamente (los jenios representan solo a una parte de ino que se han vuelto también concretos, les (of notarin Gandara, las tasas adna- ” No se puede negar que fa expresién del hada es ampulosa, esque- "médica y afectada, Agreguemos también el paradgjico efecto nihilizante que surge de la metaforizacién que el texto opera sobre los sustantivos 5 «politicos», es decir, el hecho de que el pattiotismo no se nos hat vivido bayo la forma del talismén o del hada, ni tampoco la democraci _ 0 la justicia sean més asibles al convertirse en las imisticas murmur: _ ones del peregrino, Todo lo contrario: la atmésfera ritual en la que | aparecen nos aparta de la experiencia conereta, su referente se nos ale- jacada ver més hasta hacerse casi intangible. La melancélica sens: de una distancia insalvable entre los términos que se vinculan entre + es el tenor propio de toda alegoria, y es que, sefiala Paul de Man, fa alegoria «marca ante todo una distancia respecto de su propio origen, _ ¥ sis ronunciando a su desco de coincidi, establece su idioma en ef va- __ cio de una diferencia temporal (230). Su correlato ético, a mi juicio, es _ homélogo, pero inverso al de la sétira. Como ganancia puede contarse quel alegorista menciona explicitamente la utopia, pero la pérdida es © casi equivalente: la lejania, el desvanecimiento de los objetos. Ironfa, sitira y alegorfa se suceden ordenada aunque no mecénica- “mente a lo largo del texto, y de este modo urden una suerte de diseiio. F Cada figura revela, ademis, una cierta posicién o evaluacién respecto = del proyecto utépico liberal, que es el vema al cual fa narracién retorna | una y otra ver: duda en la ironia, conviccién en fa sativa, desesperanza © cala alegoria Ia nacidn, los pelucones), idenrifeables y neras}. Mas evidente aun, hemos pasado de un mundo ordinario a uno maravilloso. Estos eres elementos son los que definen a la sftira, que Norelrop Frye Hama también «ironfa militante»: exacerbada morali- dad, realismo, fantasia grotesea‘, En términos politicos, el paso entraiia una pérdida y una ganancia, Nada queda de la produetiva y eseéptica ambiguedad anterior, nada de la comunidad inteligente de receptores implicitos que supone fa ironia: la deseripeién es tan degradante que termina dividiendo el mundo en buenos y malos. La satira, no obstan- te, permite mas ficilmente que el gesto irénico una expresién positiva, . el despliegue de Ja utopia (en realidad, la conlleva necesaria- mente}. En efecto, un episodio como el anterior hace comprender con cierta precisién cudil es ef mito que nostélgicamente Lastarria quiere n su texzo (el mito de un pais laico, el mito del librecambis- esto recuperar e tno)» de hecho ly ace comparecer ane cl lector con una ntiden que eguir. En la rercera division de Dor Guillernto el tono es muy distinto, Ya no queda espacio para fa burla, malintencionada o autoinfligida, nila ironia ni la alegoria pueden cons Ienacto Awwanez Dow Guintsinao (2860), vt Jost Vicronmio Lavan Flores LA ESCENA DE LA LECTURA ssa fe, pues se trata de figuras cuyo desdoblamiento® es Propicio para Ja representacién nacional y la regenera Son imicaciones desplazadas de su referente, su propia constitucién fa corteccién utdpica Por otro lado, ef contexto en que se escribe Dont Guillermo le otor- 8 un lugar preeminente la oratoria Forense,practica social may pres _ {Bios especialmente en sus connotaciones politcas. Una republica Te cnsatasica, tensionada ademes entre las polos conservadlor Hberal como es la chilena, tiene en el foro piiblico el prime _encl cual las palabras parecen obrat esa virtud transform, "realidad en la que tanto eee L - decir, el discurso parlamentari specialmente n de la patra, copias que contienen en ue proponen. Todas las censuras que la critica literavia ha dejado caer sobre Dow oulas las constra li one Jillernno aluden a la rigides ideologica de Lastarria, que t 7 hogando el desarrollo de la novela. Son consideraciones y reparos que od ‘uenta el fundamento tedrico que Lastarria tiene en mente no foman en cuenta el funda en me cn cf momento de su redaceidn, ni tampoco el contexto que fa determina ‘ome producto, Estas eircunstancias, a mi juicio, explican esos excesos y relativizan su eventual fracaso estéticn. ee El fundomento tedrico de la eseritura de Lastarria, su concepto y encuentra en el famoso «Discurso inaugural de la Sociedad funcidin, se encuentra en ef Fam I Social Linear (1842), All concibe um progeama en el qos, por una pare, Ie ulclidad af modelo que se representa literariamente —«nuestra fe tusivamente propia, debe ser enteramente na t escenario dora de la -astarria, y sera el trabajo del rétor, es 0, Ia herramienta primera del cambio a ha subrayado el lugar central que ocupé a me- ‘a oratoria politica, lave que puede «abrir a la | persona ilustrada, cofre leno de riquezas, para beneficio de poniendo toda su cenergia (...) al dad» (25). _____Visto desde esta vereda, Dom Guillermo se nos revela como un tex- 1 completamente contaminado por la encendida palabra que se | 7 Ya vor y ante un auditorio vibrante de adversari “70s, De ella surge la construccién de | 1 urcevidentes (lo que Lausberg llama simulatio en «prado elevado de © cvidencia» (293, 5902], Propio de la suasoria politica); la abundancia de mes, Notas ¢ indicaciones que interpretan de inmediato lo que arriba; las frecuentes apelaciones al ‘LUN contexto oral pero quind extemporéineas para i leemos Ia novela en esa clave podemos, ademas, fF explicarnos las censuras de la eri literaria, que espera andlisis y re- lexién cuando Doi Guillermo solo oftece discurso combatiente y tomas Posicién. Es probable que la novela tenga casgos de caducidad féciles «riticar, rasgos de objeto datado y extinto, Pero eso es otro efecto que a del discurso oral que la constitaye, Por fogoso y apasionade que literatura debe sernos ext los demas, servicio de la patria y de la humani- dice ios y corveligiona- cuadros irénicos impresionantes ca era la hase de la regeneraci Q senanza politica era la ha “ eral Subercascaus ha eraducida esta frase como un «zeformar las eoncien: para reformar Ja realidad» (44), lo que en nuestros propios térmi cias para reformar Ja reatida alabra, en fa funcién de la escritura como horma utépica a la cual realidad puede y debe, finalmente, adaptarse. Ironia, sétira y alegor ex explicacién en tropos que vertebran Dor Guillermo, enewentran su explicacién @ esta evaluatign: La Fe pCi Goi Hr Lapla concien en ceo 1 tare aed (ea pas eons soc en el psd weg 2 eo conisiones hstonasy epithe Ions comedy mpl yw de Tal (Ge Novela 1h art emu Sars gid oe si de son Galler, mas bien negativos, ge Re Jaunpene, de acucrdo ata tradiién cic, admite a Ia ioaia de peaxamiento _ somo una forma particular de aleyort a diferencia de esta, la iconia no considera cai selerente en serio (59021, Pere Balla, por su parte, no encwemtes dive € procedimiento entee ironia y sitca (v gor ante an * lenacto Ava seacel ésito del rétor used anclado a una performance muy determinada cel empo y el espacio, y su efeetividad depende también de la partici pacién ee Ja asamblea, Cuando la reunién se dispersa, cuando el ptiblico desaparece, solo es posible leer los discursos privada y silenciosamente, En este rasmundo verbal fas palabras languidleven y eaducans son,como Jice Manuel Vieuiia, apenas unas flores secas Pere la perststencia de Ja oralidad forense en medio de esta nove- Ja, quiz ka primera novela chilena moderna, tiene un sentido adicional ue se relaciona von el tipo de leetura que Dow Guillermo reclama, una lectura cuyo cjereicio ocurre o debe ocurtir en una escena muy parti- clay, hibrido def agora del triluno y def espacio intimo en el enal se lee un follesin, La escena que tato de describir ha encontrado, a mi inicio, precisa expresién plistica en un ilustre retrato familiar que es obra de Cosme San Martin (1850-1906), él mismo un férreo defensor de th tradicion académiea nacional en las discusiones estéticas de los aftos Jo XIX Bl cuadro se Hama «La lectura», y aunque fue 74. bien puede dasnos una idea del modo en que ochenta del si realizado en Paris en 1 un texto como Dow Guillermo quiso ser leido en 1860. De hecho, més que up retrato de costumbres reales es tal vez la expresién de un deseo ue virtud hogaretia, como ha observado Maria Elena Muiioz en su inte- del cuadro (18)". Muestra a un grapo familiar que se resantfsima let Vivuia ha estudiado con atencidn la ruta de los hombres de palabras, como llama os oradotes publices,-\ parti de st propia experiencia come lector contem: hos en los siglos XIX y XX y también sobre otable de todos es el de Augusto Orrego Luco ja, de donsle proviene la expresidn- llama «flores secas» a los ppotancr dle diseursin eseritos y dl Ia fave de jicios ajenos el mas weeren se Last dliseurss publicados, pues no fogsan transferir al papel sese conocimiento ineor- ppozado al reido de I experiencia y hasad en la capreseneialidad que constien- fen st aroma ssencial (21) Cosme San Martin, primer director chileno de la Academia de Pintura de Chile, stung figuea comparable a Lastartia por tt interés en la eonsteucetn de un arte imacional ¥ por su origen mesoerstico. Tiene particular interés la polémica de los ‘mamageachos» de 1885, en la eval el sector mis cosmopoliea y adineeado del samo pietoirien, con Vieente Gres y Pedro Lina a la cabeza, entan desplazar tle [y -colecciin Fidacional» del Museo de Bellas Artes a Tos pintores de clase 16H anterior, como Pascual Ortega, Pedro Leiin Carmona ¥ El pisoxtio es recuperado y analizado por Josefina de la Maza media de Conse Sa Mati 208, Dice Naria Plena Muuboss ~Sabemos que fue realizado en Paris; ast que, en esti: rarrigos.habria gue ponsae qe se fata de un interior francés, Sin embarga, por ls felis eh que fue pingada, la eseena podria ser algo que ocurre en alguna casona sammaguia, alge que st espera ocarea en vn interior local» (18), © gue ejer Dow GutneKsio {1860}, ps Jos VicronINo LasTaRttan. redine alrededor de la m a. El padre, severo y enhiesto; una madre que, hechizada, ha dejado por un instante el tejidos una abuela anciana, pero todavia atentas un joven replegado hacia of fondo de la pieza (quizas es liberal, y el adusto duefio de casa un conservador recaleitrante), una nifia que juega en el piso. Sentada a la cabecera de la mesa, foco al gue todas las miradas se dirigen, se encuentra una jove manos y lee en vor alta para su atento auditorio. tiene un libro on sus Juan Poblete ha caracterizado la construccién social de la lectura en el siglo XIX chileno en tomo a dos polos. En tno esta la lectura in- tensiva, que se aplica con respeto y detencién a un ntimera reducide de textos, labor productiva asociada al conocimiento, a la fe y al género masculine, En ef otro se ubica a lectura extensiva de novelas folleti- nescas, que consume muchas paginas en un ejere > mis superficial ¢ __ intransitivo, asociado al placer y al género femenino (29-51). La joven del cuadro parece encarnar una mediacién, pues se trata de una mujer +-en vor alta, la lectura intensiva de un texto que suponemos Tonacto Atwauez alioso", No es esa, sin embargo, una transgresién muy grande: se ha dleserivs la especializacion ocasional de fa mujer, fines del siglo XVIII y comicnzos del XTX, como lectoras en voz alta de textos religiosos en el seno de sus hogares (Lyons 478-479), La mediacién inversa puede sor mas interesante, la del hombre que lee extensivamente follerines de amor: es precisamente el proyecto de los romances nacionales lati- noamericanosl menos en el easo de Alberto Blest Gana, euyo Martin Rinas imtenta {usionar fos temas serios de Ta vida nacional con la lectu- as ficeiones romanticas, como ha mostrado ra privada y placentera de Juan Poblete (55). Vuelvo a «La lectura» ya Dow Guillermo, el texto que, quiero suipones tiene la joven en sus manos, Lastarria intenta una fusién ho- mologable a la dle Blest Gana, aunque Io hace en un sentido inverso. i Don Guillermo es wna novela hecha a partir de retazos provenientes del discurso politico, como he tratado de mostrar, entonees os también tuna novela paraddiiea que no busca la fectura extensiva del romance, sino fa atencién morosa que se dedica al texto sagrado o a la expresién el vonocimiento. En vex de disecutir los serios temas de la realidad nacional con una dulce cohertura amorosa, como ocurre en Martin Rinas, Lastarvia vuelve seria la novela que discute el presente, Dehe, por tanto, feerse en vor alta, tal como lo hace la joven del euadro, Pero al hacerlo, ademss, reproduce en la modesta escala del interior burgués, en la parcial privacidad del hogar, la dis nde! espacio publico, del agora o del hemiciclo en los cuales la performan- ce del politico se realizé por primera vez. Curioso intento de milagro, secular, Don Guillermo quisiera que el aroma vivo de su discurso rest ante ese pequeiio piblico cada ver. que la novela vuelva a leerse a ccita en alta voz, ta anscruceiin como valor burgués,y en ese caso podria ser un texto de historia.) > a ln mcior no es tala de eso se trata del disfruce colectivo de un texto literary, tong novela, una antologéa de cuentos o vn poemarion (13). Sus primeras scntas remien 3 a Tecra tntensivas las segundas, las lterarias, me parecen mip. isprolsables y en realidad implican ura descomtextualizaci6n interesante, pues lis novelas rominticas estan programadas para una leetura extensiva, privad | ysilenciosa. Cin tod, el parato termina acertando: hay tna novela que puede Tecra sntensavamente y que teclama esta escena, y esa novela es Dow Guillen La novela chilena, Los mitos degradados. Santiago: Loyola, Hernan. «Don Guillerma y Martin Riv Lyons, Martyn. sLos nuevos lectores = costumbees», | Honorato, Francisca Lange y Ana Maria Risco (eds.). Santiago, Metales Dow Gurttensto (+850), DE Jose VicroRiNe LastaRtiann Sabemos que ese intento es fallido. El triunfo duradero no pertene= ce a.esta novela que quiere ser discurso politico, sino al discurso politi- ©0 que se entrega a sus lectores bajo la forma de folletin. Es el romance nacional, la ficcién fundacional, el Martin Rivas de Alberto Blest Gana, Obras CITADAS Ballart, Pere. Eironeia. La figuracion irénica ex of nels: Quads Cera, 1994 lo Maldonado, Hugo. «Una querella por la reptesentacisns Invest cin: Investigaciones bes i enc bee (ela conguista del sistema colonial de tos espaoles en Chile de J. V. Lastartian. Anales de Literatura Chilena pealiiembre 2011) 29-56 Sra ct 'e Man, Paul. «Retérica de la temporalidads. Visisn y a ; alidad>. Vision » ceguents ensayos sobre la ret6rica de la critica conemponinea. Trad: Hugo Rodriguez Vechini y Jacques Lezra, Puerto Rico: Universicad de Puerto Rico, 1991; 207-253, De la Maza, Josefina. sPor un arte nacional. Pintura y esfera piiblica en el siglo XIX chileno». Ciencia-Mutdo. Orden republicano, arte y nacién nérica, Rafael Sagtedo {ed.). Santiggor Universitaria Ce Investigaciones Diego Barros Arana, 2010: 279-319. Frye, Northrop. Auatonséa de fa critica, ‘Trad. Balison Monte Avila, 1991. Goie, Cedomil. «Sobre fa estructura narrati Lastarrian, discurse literario moderno, Centro ae immons. Caracas de Dou Guillermo de J. V. Revista del Pacifico 1 (1964): 61-71. i ae niversitaria, 1997. astarria, Volumen Litogeafia i Encuadernacién starria, José Victorino, Obras completas de Don J. V. XIL Novels cnentos. Sansiagor Imprent, Lace Barcelona, 1913. _ = Recuerdos literarios. Santiago: Lom, 2001 Jausberg, Heinrich. Manual de retéviea litentvia. Tomo 2, Riesco, Madrid: Gredos, 1967. ete ras: vision en paralelow. Let uovela bispanoamericana, Descubriniento invencign 4 WAA. Valparaiso: Universitaria, 1973, MENTO de América, del siglo XIX: mujeres, nos, obrerosn __ Trad, Cristina Gaccia Oblrch, Historia de ta lectus ant ol munide bechtenegt Guglielmo Cavallo y Roger Chartier (eds). Madrids'Taures, 1995, is Inigo. «Lastarria y Don Guillermo». Dow Guillermo, Santiago: Nascimento, 1972; 7.23. Maria Elena. «La lectura José V. pincada: impresiones sobre un cuadro de Notas visuales. Frowtents entre imagen y escritura, Paula Jexacto AIAREZ Pesaclos ~ Instituto de Fs fle, 210, C24, Pobleie, fan. «La conserucefdn social de ha leetuea y la novela nacional Litersiena ebilena del siglo XIX: eutre priblicos lectores y figuras tutortales, Santiago: Cuasto Propio, 2003. 19-64, 3 de Ia Pontificia Universidad Catélica de |. Sociedad y enluera liberal on el sighe XIX: J. V. Lastarvia, Santiago: Universitaria, 1997. 4 Manuel. Hombres de palabras. Oradores, tribunos y predicadores. Santiago: Sudamericana, 2002. View IL Movernismos réenrcos, ESTETICOS ¥ ETICOS

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