You are on page 1of 65
} Ambar quiere buenas notas Paula Danziger Nastoacione: Tony Ross ‘Ambar Dorado ha empezado el curso con ‘mal pie, Su profesor, la seiora Solt, ha ‘enviado una nota asu casa en a que cuenta ‘Quesu rendimiento escolar deja bastante {Que desea. Por si esto fuera poco, su made estiimuy enfadada con ella, porque siempre tens su cuarto hecho un desastre, Ambar toma una decision: este ato quiere buenas notas, : rse enfrentaré a nuevos cambios en su vida familiar y escolar. Q Infantil $= Ambar quiere buenas notas Paula Danziger Infantit $ ee “AMBER BROWN WANTS EXTRA CREDIT es Pigeon Sr To 96 Tony Row ccm 17, Rotene Soren ete . Bie Sota del Puce SA. Alooee Ambar quiere ate be 20 ola 0017 102 pusheees Paula Danziger Providenia, Santiago de Chile Fon: (952) 238430 00 “elf (552) 2384 30.60 ‘Codigo Portal: 751-1303 swormsantillna ci) 1SBN:976-956.15.2666-2 Impreso en Chile Printed in Chile Primera edicin: septiembre de 2015 Direcion de Arte: José Crespo y Rosa Marin Proyecto gris: ‘Marisol Del Burgo, Rubén Chumillasy Julia Ortega Iuetracin de cublerta: Tony Ross “Todos loe derechos reservados. Esta publiacion no puede ser reproducida,nien todo ni en part, niregis- tema de recuperacién de informacion, ‘SANTILLANA noe tuada en, o transmitida por, un. ‘en ninguna forma ni por ningiin medio, sea mecinico, fotoquimico, elec- ‘ténico, magnétco, electroéptico, por fotocopia, 0 cualquier otro, sin el por escrito de la Editorial. A toda la Escuela Americana en Londres, especialmente a los mejores alumnos de cuarto grado del mundo (1994-1995). ABruce Coville, por escuchar. Alu familia Evans: GUI, Greg, Dan e Isobel. A Ben Danziger; este libro es para ti con el carifio de tu tia. x kk ee VALES AMBARINOS * Yo, Ambar Dorado, en plena posesién de mis fa- cultades mentales y encontréndome sin ninguna posesién monetaria (he gastado todo mi dinero en comprarme un libro, un juego para el compu- tador y varias chucherias), por la presente hago entrega a mi madre de cinco Vales Ambarinos ‘como regalo por su cumplearios. Los Vales Ambarinos autorizan a mi madre, Sara Thomson, a solicitar que su adorada hija le conceda cinco deseo: Ojol, tienen que ser de- seos que yo pueda cumplir... no cosas como que traslade de sitio el Ayuntamiento, que coma es- pinacas 0 que descubra un remedio para la caspa (no digo que tii tengas caspa, geh?; nada de eso). 10 “Solo quiero que te acuerdes de que no tengo mds que nueve ahs y tus deseos tienen que ser cosas que yo pueda hacer... Pero la verdad es que jcasi siempre lo recuerdas! Feliz cumpleartos y carifio de Gmrber, Ootadv 2 PE Yo, Ambar Dorado, estoy secuestrada y soy 12 prisionera de una loca, La loca es mi madre y est furiosa conmi- go porque dice que tengo mi cuarto hecho un desastre. Y también esta furiosa conmigo porque mi profe, la sefiora Solt, le ha enviado una nota diciendo que no estoy trabajando tan bien como debiera. Mi madre esta furiosisima conmigo por Jo de la nota. Bueno, dice que no por la nota, sino por lo que dice la nota..., 0 sea, porque no estoy haciendo los deberes como se supone que tendria que hacerlos. Porque, segiin parece, yo tendria que ser una alumna modelo. ¥y mi madre va a utilizar uno de los Vales “Ambarinos para hacerme limpiar y ordenar micuarto. Dice que no me dejaré salir de mi habitacion hasta que no esté «como los chorros del oro». 4Cémo puede estar una habitacién como 42 _ Ios chorros del oro? ¢Es que en los chorros del oro hay una cama, una cémoda, cortinas y una persona que vive dentro? Ta frase «como los chorros del oro» es la segunda cosa mas tonta que he ofdo en mi vida. La primera es esperar que tenga una habi- tacién ordenada y limpia. ‘Me gustaria no haberle regalado esos Va- Jes Ambarinos por su cumpleaiios. gBs que no sabe que si tengo la habitacion ordenada Iuego me resulta imposible poder encontrar las cosas? ‘Me pone nerviosa eso de que todo esté tan ordenadito. Hasta ahora nunca le habia importado que mi cuarto no estuviera ordenado. Nunca habia utilizado los Vales Ambari- nos para hacerme ordenar y limpiay. Ha sonado el teléfono, Corro para contestar. Mi madre llega antes que yo, lo descuelpa y escucha Le oigo decir: —Lo siento, Brenda, pero Ambarno puede contestar ahora —Si puedo... Ya contesté —digo, mientras Ie tio ami madre de la manga, Ella sefiala en direccién a mi cuarto con un dedo amenazador: iVuelve a tu habitacion! Y esto va en se- rio: no vas a hacer nada hasta que no hayas arreglado tu cuarto. —jPero, mama... —No hay pero que valga —me dice—. jArre- gla tu cuarto, ya..., ahora mismo! Y vuelve a hablar por teléfono: —Brenda, Ambar te llamara en cuanto ter- mine con su cuarto... Si, le recordaré que lleve el juego nuevo del computador cuando vaya a tu casa esta noche... Siés que para entonces ha dejado su cuarto en orden, la tendras abi con su juego. Sino ha terminado, no podra ir. Me vuelvo a mi cuarto rabiosa. No hay derecho. Mi habitacion es un desastre, bueno, y 14 qué. Yo, Ambar Dorado, estoy segura de que Ja verdad es que no est tan furiosa conmigo porlo del desorden. ‘Me da la impresi6n de que esta enfadada porque no he querido conocer al idiota de su novio. Esa es una de las razones por las que esta de tan mal humor ultimamente. Solo porque ha querido utilizar uno de sus Vales para hacerme decir que si, que conoce- ria a Max y saldria con ellos dos a cenar fue- ra. Y solo porque le he dicho: «No, todavia no estoy preparada, y ti me prometiste que no tendria que hacerlo hasta que estuviera dis- puesta. Me lo prometiste hace mucho tiem- po... asf que no puedes usar el Vale para eso». $i conozco a Max, no tendré mas remedio que aceptar que es una persona, que existe de verdad... que es alguien que esta saliendo con mimadre.... Y simi madre esta saliendo con ¢1, eso significa que cada vez es menos probable gue ella ymi padre vuelvan a estar juntos, &¥ qué ocurrirfa si conociera a Max y re- a5 sulta que me gusta? Seria una faena para mi padre que est en Paris, en Francia, tan lejisi- mos de aqui. Por eso no estoy atin preparada para cono- cera Max, y seguramente no lo estaré nunca, Me muevo por mi cuarto a zancadas, ha- ciendo ruido, mientras meto cosas en las bol- 26 sas de basura: ropa sucia, ropa limpia, el libro que he estado leyendo la semana pasada y del que tengo que hacer un trabajo. Yluego meto las bolsas en mi armario. Después meto también todas las cosas que tenfa amontonadas en el ultimo estante de la liberia: mi Libro de papd, que estaba alli porque me gusta mirar las fotos de mi padre que guardo dentro y hablar con él de vez en cuando; la bola de chicle que Justo y yo hici- mos con nuestros chicles usados; el cuaderno de recortes que tia Pam y yo preparamos du- rante el viaje a Londres (dentro guardo has: tauna costrita de un grano de la varicela que tuve alli para recordar lo mala que me puse). Abro el cajén superior dela cémod, dentro, de cualquier manera, todo lo mn encuentra encima. aa Y luego me meto con la cama, Levanto poco toda la ropa y estiro la sabana de ah. jo, la de arriba, la manta y la colcha.., 10 alt- so todo un poco a manotazos... Ya esta. Es el «Estilo Ambar Dorado de hacer camas»,_ 2 Después, tiro mis muiecos de ae so- bre la cama. Ahora no solo hay una mujer loca y furiosa en casa, sino que también hay una nina loca y furiosa. No hay, sin embargo, un hombre loco y fu- rioso, porque él, mi padre, se enfadé tanto 18 con mi madre y ella con él que se divorciaron, yahora él est en Francia por culpa de su es. tapido trabajo. ‘A mi, Ambar Dorado, me gustaria que las cosas volvieran a ser como eran antes...: antes antes de que Jus- de que mi padre se fuer: to, mi mejor amigo, tuviera que marcharse..,, antes de que mi madre dejara de ser la mujer de mi padre, y antes de que Max, ese idiota de Max, conociera a mi madre y se hiciera su novio... Antes de que fuera tan importante eso de que yo tuviera mi cuarto ordenado y limpio. Eso es lo que me gustaria... Me largo. oo) Me voy de casa, Mi cuarto ha pasado la inspeccion. He tenido suerte porque mi madre no ha mirado en el armario ni en los cajones de la comoda. Si llega a hacerlo, seguro que a estas horas estoy todavia en mi habitacién en vez de estar camino de casa de Brenda para pasa Ianoche con ella. Mamé y yo vamos en el auto sin apenas di- rigirnos la palabra. Me ha dicho: —No estoy nada contenta con la forma en que te estas comportando. Bueno, tampoco yo estoy nada contenta con la forma en que se est comportando ella. Mantengo la cabeza bien alta y miro hacia delante. Luegoe Le caen lagrimas por la cara. Yella no Ilora casi nunca: Solo la he visto llorar de verdad cuatro ve- es_. Una vez fue cuando Ia llamaron por te- Iéfono para decirle que su padre, mi abuelo, se habia muerto... Y otra vez fue cuando mi cho una mirada de reojo ami madre, 20 padre se fue. Habia dicho que queria que él se fuera; pero, a pesar de eso, llor6. ¥ en otra ocasion la vi lorar cuando yo tenia cinco afios y empecé a cruzar la calle y por poco me pilla un coche, aunque se par6 a tiempo. Me grité, me estreché entre sus bra z0s, y me bes6 y me dijo que no volviera as cer eso nunca. Y me dijo que me queria mu- chisimo y se ech6 a llorar. Y ahora esté llorando otra vez —zQué te pasa, mama? Ie digo, a la vez que le toco el brazo. a Ella aparca el auto junto a la vereda y me mira: —Ambar, me lo estas poniendo tan difi- Quiero ser una buena madre. —Lo eres. Se lo digo para que deje de llorar porque, aunque estoy enfadada con ella, la verdad es que lo es. Se seca las lagrimas. —También quiero ser buena conmigo mis- ma, gsabes? Me quedo callada. —Me lo ests poniendo muy muy dificil —repite. Yo sigo callada. —Y no es tuya toda la culpa —contintia—. 22 He leido un montén de libros... Algunas ve. ces hasta temo que hablo como uno de ellos, Comprendo que algunas veces, bueno, mu- chas veces, resulta muy duro para un nitio. aceptar el divorcio de sus padres y que luego uno de ellos empiece a salir con otro. Lo com- prendo... pero no me gusta. —Tampoco a mi me gusta —le digo—. y esto no es un libro. Es mi vida. Y yo no puedo remediar que quiera que pap y tu vuelvan a estar juntos y que no me guste que salgan con otros. Mi madre suspira: —Tu padre est en Francia haciendo lo que eda la gana; ttino te enteras y, desde luego, a él no se lo pones nada dificil, Pienso en lo que me esté diciendo, ‘Aunque no me guste reconocerlo, ceo que tiene raz6n. Le digo: —Si yo supiera que tiene una novia, le di rig que no quiero conocerla; lo mismo que te digo a ti que no quiero conocer a Max —Pero ni siquiera sabes si tiene novia 9 no, iverdad? —dice en voz baja—. En cambio si sabes lo que yo hago porque vives conmigo mbar, ya sabes que quiero que vivas con. migo... No me estoy quejando ni me disgus- ta que sea asi... Solo quiero que me escuches, que trates de comprender y de ponerme las cosas un poco més faciles. Ye caen més lagrimas, que le ruedan por 23 lacara. —Yo te escucho y trato de comprender — me horroriza verla llorar. Ella vuelve a hablar: —Ta y yo vivimos juntas todo el tiempo. gn algunas familias de divorciados, los nifiog vyiven temporadas con la madre y temporadas gon el padre, lo que hace que cada uno de ellos disponga de un tiempo libre para disfrutarlo ‘a su manera. Nosotros no somos, de momen- to, una familia que pueda hacer eso. Asi que tt estas perfectamente al tanto de lo que yo hago y de con quién entro y salgo. —Bueno, gy qué es lo que quieres que yo 24 haga? —le pregunto. Respira hondo y luego dice: —Me gustaria que entendieras que yo ten- go que tratar de vivir mi propia vida, cono- cer agente nueva y dejar que esa gente forme parte de mi vida... de nuestras vidas. —Gente nueva... gquieres decir Max? — pregunto y la miro de frente. Asiente con la cabeza. —Pues, si, especialmente Max. Mira, Ambar, no te estoy pidiendo nada tan terri- ble. Max Turner es uno de los hombres mas agradables que he conocido en mi vida. Es un hombre bueno, simpatico y alegre, alle vas a casar con él? . Max agarra una cosa, me la pasa y los dos culamos su peso. Luego él la lleva hasta la balanza que hay donde las frutas y vemos quién ha ganado. de Voy ganando quince a siete. —iDos - 101 Max hace como que va a defender el to, pero la bolsa entra. Hay aplausos y gritos entusiastas. Son hermanos Nicholson, Danny, Ryan y Kyle, Danny, que estd en tercero, le hace a el signo de la victoria, y me dice: —Tu padre es divertidisimo... Max sonrie. —jNo es mi padre! —le grito, y entiende a qué vienen mis chilli Max se ha puesto serio y triste Los miro a los dos y, a conti 2 continuac plico a Danny: a __Es amigo denne —y luego do—:Y mio también. - Max parece estar alegre otra vez, Y yo me alegro de haber dicho que es mi amigo. Y también me siento un poco culpable. No estoy segura de si a mi padre le va a gus- tar toda esta historia de Max, y tampoco sé qué le vaa parecer que diga que es mi amigo. Max lanza una bolsa de gominolas al carro: — Dos tantos! Para cuando llegamos a la caja, estamos empatados. No hay ganador. Ni perdedor. Hoy es el Dia de Preparar Bizcochos, y Max 105 ya esta aqui. Todos los ingredientes que ayer guardé en la nevera estan sobre la mesa y ahora estoy sacando de las bolsas todo lo demés. —Casi_ no puedo creer que hayan... —mi madre nos mira con cara de asombro. —Pues créetelo, guapa. —Max esta detrés de ella y le pasa los brazos por la cintura. Y ella ni se mueve, le deja hacer. Yo sigo echando cosas sobre la mesa. —Cuando legaron anoche, yo deberia ha- ber echado un vistazo alo que traian —dice mi madre. Regaliz, bombones, tas escarchadas, una lata de at te con leche, chocolate blanco, una bolsa de patatas fritas, palomitas saladas, palomitas dulces, caramelos de violeta, gusanitos de chocolate, una caja de cereales, mantequilla de mani, yogu! de frutas, tocinillos de cielo, dulce de membrillo, mermelada de moras... to es una monstruosidad! —dice mi madre, —Ya lo sé, jEs fantastico! —le digo yo. —Jamas volver 6 a dejarlos que vayan de compras juntos —asegura—, nunca mie Todo el rato nos ha estado mirando medi risuefia, medio indignada, y moviendo la ca- beza de un lado a otro con gesto de incredu- lidad. Esta empezando a parecerse a uno de esos mufiecos balanceantes que algumas per- sonas llevan en sus coches. Pienso que la cabeza se le caeria del todo si supiera cmo hemos hecho la compra Max yyo- Max. Le ha tapado los ojos a mi madre con una mano y con la otra le ha metido en la boca algo que ha elegido de entre lo que tenemos en la mesa. Ella tiene que adivinar qué es. Las gominolas le resultan muy faciles de adivinar. Y también identifica enseguida una nuez, una peladilla y un trocito de chocolate. Max le pone ahora una guinda, —Esto es una pera en dulce —dice mi madre. 107 108 —Pues no, te has equivocado... —Max re. tira la mano de la cara de mi madre y le da uy beso. Yo, Ambar Dorado, podria explicarle ahora a Max que en el lenguaje de mi madre «ung pera en dulce» quiere decir algo super-fac pero algo me hace suponer que Max ya Ip sabe. Yo, Ambar Dorado, podria también expli- carle que no sé muy bien cémo me sienta ver- le besar a mi madre. Mi madre se rie y luego me echa una mirada. Tiene aspecto de sentirse un poco culpa: ble, porque sabe que a mi no me entusiasma precisamente verlos besarse. Doy unas palmadas: —Venga, vamos, ya esta bien de perder el tiempo. Vamos a encender el horno para el precalentamiento. Mi madre y Max se rien a coro. Yo no les entiendo. —sDe qué se rien? —quiero saber. —De nada —mi madre se yenciende el homo, bea Max emplesa a separa y distribu sobre Ja mesa los papelillos rizados de las magdale- nas que vamos a utilizar en vez de las bande- jas del horno; queremos hacer bizcochitos. quefios de prueba, con distintos agains —zQué es lo que encuentran tan diverti- do? —vuelvo a preguntar. —Nada —dice otra vez mi madre. 'Y yo la miro con gesto enfurrunado. —Son cosas nuestras —me explica ella entonces. Bueno, pues yo opino que Max y mi madre no deberian tener «cosas suyas»; al menos, no tan pronto. 409 Me revienta eso de que los mayores se rian delante de ti y luego te digan que son «cosas suyas», Es lo mismo que cuando eres pequefio y Jos adultos se hablan entre ellos con medias palabras y tino te versacion. , alta para que nos enteremos todos de lo que estas contando? Y si se te ocurre decir: «Pues no, no quie- ro», te obligan a contarlo de todas formas o te Max dice que él es el octavo enano, el que siempre siempre tiene hambre. Yo finjo que soy una persona mayor y los castigan a quedarte después de las clases. __£] horno esté ya caliente —dice mi ma- No hay derecho. Los padres siempre se empefian en que log nifios les digan de qué se trata cuando ellog dicen que son «cosas suyas”. ¥ los profesores siempre dicen cosag como: so —Ambar, por favor, quieres hablar en voz dre—. Venga, empecemos la tarea regaiio por no tomarse el trabajo en serio y Max dice que es un chef francés: les advierto que no deberian comer tanta Ahora es el momento de romper y batir masa de bizcocho cruda (cosa que yo si estoy los huevos... haciendo). Mi madre empieza a cantar la cancién de ‘Tenemos los tres las caras manchadas de Jos enanitos de Blancanieve chocolate. —Hai-ho, hai-ho, vamos a trabajar... Y ‘Max acaba de preparar un bizcocho de . atan y gelatina de fresa. dice que ella es uno de los enanitos.. ¥ Ye pienso que si se tratard del Tontito. Mi madre lo mira con una horrible cara de asco. 3 Blla ha preparado un bizcocho de crem, limén y gusanitos de chocolate ‘i Yo he cubierto mi bizcocho con gominolag y también las he metido adentro. Suena elt, léfono. Es mi padre. 3 \ Hol: \ —Hola, guapa. —A mi padre se le oye 113 ‘como si estuviera en la habitacién de al lado, y no al otro lado del mundo, alla en Paris—. {Qué tal estas? Estupendamente —le digo. —;Qué estabas haciendo? No quiero contarle lo que nos estébamos divirtiendo Max, mama y yo, asi que le digo: —;Bah, nada importante! _‘Te echo mucho de menos. ¥ ta, ste acuer- das de mi? Si, pap, pienso en ti montones y mon- tones de veces. Estoy sentada en el cuarto de estar, ha blando por teléfono. : Mi madre y Max estén ena cocina: i 114 —Cuanto? —se ri Sé que se est rien. do por la voz que pone. Todo esto. —Extiendo mis brazos todo lo que puedo, sujetando el teléfono entre el hombro y la oreja 4Y cuanto es todo esto? —pregunta él; y empezamos el juego de «Yo-te-quiero-todo- esto» que soliamos jugar él y yo. | —De aqui a la Via Lactea —le digo. Pues yo te quiero y te echo de menos de aqui la galaxia més lejana —me asegura en- tonces él, Trato de imaginarme com cémo estaré mi dre al otro lado del hilo, a Hace mis de dos meses que no lo veo, des- de que fui con mi tia Pam, el verano pasado, a Londres, Inglaterra, ‘ Yo iba a pasar con él una semana en Pati, pero pillé aquella estipida varicela, y enton- 15 ces él tuvo que venir hasta Londres a verme. Solo pudimos estar dos dias juntos. ¥Y aunque ahora hablamos por teléfono to- das las semanas, no es lo mismo. Justo cuando yo iba a empezar a contarle algunas cosas de las que hago, empieza él a contarme cosas suyas: que ha ido a Burodis- ney con una compafera de trabajo...y con su hijo pequefto. Yo iba a ir con él a Burodisney el verano pasado. Pero aquella estipida varicela.. Todo Jo que tengo es una camiseta de Bus rodisney que mi padre me mandé incluso an- tes de que me fuera a Inglaterra. —aQuién es esa amiga tuya, la que tig el hijo pequeiio? —Juego, retorciendo e] Ri del teléfono—. {Fue también su marido gg ustedes? ‘i Se queda callado un rato, y luego dice: —No, estén divorciados. Sabes, Ambay estoy seguro de que te gustaria conocer a Jy, dith y también a su hijo Todd. 116 's un nifio de seis afios muy gracioso. Nos vemos muy a me. nudo tltimamente. «Vaya, la misma historia», pienso. Estoy empezando a acostumbrarme a Max y ahora tengo que enterarme de que hay una Judith y un Todd. Ahora soy yo la que se queda callada un largo rato, y luego pregunto: —%Es mas gracioso que yo cuando tenia seis arios? —Nadie me gustara nunca tanto como ti, Ambar —dice. Me empieza a doler la tripa. ¢Habré comido demasiada masa de bizco- cho cruda? Mi padre sigue hablando: —A lo mejor puedes venir en las vacacio- nes de Navidad y asi los conoces... Estoy se- guro de que te van a gustar... y asi podremos, por fin, estar td y yo juntos durante unos dias. ‘Tengo demasiadas cosas en que pensar. Me est empezando a dolerla cabeza. Dolor de cabera..., dolor de tripa... alo me- jor es un ataque de esa gripe asesina que les 7 entra a las nifias de nueve afios que han co- mido demasiada masa de bizcocho cruda. {Y si fuera un virus telefénico? ‘No tengo ninguna gana de conocer a esa esttipida persona llamada Judith nia su estti- pido crio, que van con mi padre a Eurodisney cuando yo no puedo verlo en muchos meses. sPor qué ha tenido mi padre que hablarme de ellos? Esta es mi llamada de teléfono, mi tiempo de estar con él. Ambar, de verdad que te echo mucho de menos. Dime lo que andas haciendo estos 138 dias. Quiero que me cuentes como te va; quie- 10 saberlo todo... Pues vuelve aqui —le digo. No puedo, todavia no —suspira—. Ya hemos hablado antes de esto. Es mi trabajo, recuerda y tengo que ganar dinero. Tengo un montén de gastos. Tendr 6 menos gastos s var a de dejaras de le~ sconocidos a urodisney. Ambar, no digas bobadas me dice. Me repatea que piense que digo bobadas cuando le estoy hablando de algo que me duele, —Oye, mira, me tengo que i yo estamos haciendo eee Be ae y Max: Ayer fui con él de compras, tomes pasando en grande. silencio al otro lado del cable. ¥ yo sigo: —Dentro de dos semanas vamos a tener 119) una fiesta de disfraces en el colegio. Segura: mente voy a estar muy ocupada en hacer los preparativos para ir con Max y mama. ¥ ti estaras seguramente también muy ocupado | haciendo algo con Judith y su crio... Ast que, sino me llamas, ami me da igual _; Ambar! —levanta la voz—. Deja de de- cir tonterias!, yme oyes? ¥ no te enfades. Sé razonable, Te he hablado de Judith porque queria contarte mis cosas... para sentirte cs ca de mi, A lo mejor no he sabido contartelo bien, lo siento. ~ podias haberte interesado por mi taba: jo en el colegio —le digo—. Tengo problemas, no estoy haciendo los deberes: ee eee Se produce un silencio al otro 1 a dura un minuto; luego él dice: 0 gue ¥ cuelgo el teléfono, —;Por qué no me ha llamado ty He colgado antes de empezar con nuestro para contarmelo? madre concurso de besos, ese que siempre hacemos Porque ella ya esta ocupandose d, 4] final de cada conferencia, Ese en que nos ee tony porque nam lel pro. anzamos besos por teléfono hasta que uno no tiene por cr cansa y lo deja. y el otro gana, ué gastarse el dinero en un ‘ meg una conferencia jn. Tista vez no ha habido concurso, asf que tampoco hay ganador. tercontinental. Y, ademds, porque ahora ha. bla de esas cosas con Max. siento que voy a empezar allorar. __Ambar, cuando ta y yo terminemos de Suena el teléfono. hablar, quiero que se ponga tu madre. Echo a correr escaleras arriba. —fst4 en la cocina con Max, cuidan- | se quemen los bizcochos. ¥ yo | do que no tengo que irme para ayudarlos; asi que mira, ha sido un placer hablar contigo. Mi Libro de papa... Abro el cajén superior de la sar en la mejor manera de d Podria tirarlo a la basura. Podria arrancar todas muy pequetios. Podrfa arrancar una fo g0 afiadirle un dibujo de dith ya su crio... yd diminutos a todos. Podria limpii 124 Lo abro y empiezo a mirar las fotografia La de aquella vez que mi padre y yo ena Ia carrera padre-hija. Quién la ganarg an ano? s & si hubiera una carrera hija-amigo de a madre, y Maxy yo la gandsemos? Max. La verdad es que tampoco sé qué pensar de Max. No sé por qué razén todo tiene que ser tan complicado. Suenan unos golpecitos en la puerta. Es mi madre Lo sé. Ha llegado el momento de unas palabritas madre-hija... Ya me lo sé... Me diré que las co- s para ninguno de nosotros; sas no son facil que los padres tienen que empezar nuevas vidas; que todos tenemos que tratar de ser flexibles y comprensivos; que aunque ellos ya no se quieren el uno al otro, sin embargo, si- guen queriéndome mucho a mi... No digo nada. Otro golpecito en la puerta, y mm entray se sienta ena ay 3 ea —St, ya sé... me quieres, tienes que om zar una nueva vida, Max es un tipo estupen- do, papa y ti no pueden ni verse, pero siguen queriéndome mucho... y todo es0 —la mio con atenci6n, F x35 —Pues, algo asi es la cosa —mi madre se levanta. Se vuelve a sentar: —Bueno, pero hay algo més, Vasa contar- Jo ti. o prefieres que cuente yo todo lo de- més que hay que decir... y que hay que hacer? —Yo ya lo he dicho todo —aseguro, mien- tras me encojo de hombros. Levanta el Libro de papa y lo abre, La pagina por la que se ha abierto es una fotografia mia con papa; yo estoy sentada en Jas rodillas de Papa Noel y él me mira. Mama la mira y sonrfe; luego me mira a mi. — Ambar, tu padre se ha enfadado mucho cuando le has colgado el teléfono. 126 —2 a ti qué més te da? Tu lo odias. Se queda pensando un rato: —No lo odio. Hay muchas cosas de él que no me gustan, pero no lo odio. —Qué cosas de é] no te gustan, a ver, dime? —me rio. Mueve la cabeza de un lado a otro, como diciendo que no, pero despacito: —No intentes hacerme reir. Esto va en se- rio. No quieras tomarlo a broma. Yo sé que es- ts preocupada. Tu padre me ha pape contado por Ambar, ti tienes de : bi te recho a sentirte como te sientes... pero nye BETO NO te queda mas remedio a ue tratar de aceptar los —iNo son mis cambios! Son los suyost ;Papa y ta han cambiado! Yo nol —¥ no me estoy riendo. —También ti estés cambiando... Estas creciendo. Te gustan cosas distintas... Hasta tienes diferente aspecto... También tu padrey yo tenemos que aceptar tus cambios — ‘Pero es que yo soy una nitia y tengo que crecer y cambiar y ser distintal —Y nosotros también. —Mi madre esta tratando de hablar sosegadamente—. Todo el mundo tiene que crecer y cambiar de un modo u otro, Pero no a todo el mundo tienen que gus- tarle los cambios. —Arrugo la nariz— Ati, por ejemplo, no te gustan ‘muchas de las co- sas que yo hago. Ber —jTampoco a ti te gusta todo lo que hago yo! —Y hace como que arruga la nariz igual que yo. Yo arrugo la mia mucho mas: —jMe pone enferma estar oyendo lo mis: mo todo el dia! —jY a mi me pone més enferma todavia rugamien y luego se echa a reir: Arar = de nariz, tienes mas remedio que ir acostue ge alos cambios. ‘embréndote Nos quedamos las dos los calladas dur: ratito, y luego ella me dice SS —Oye, zy qué es todo eso de quenoestig haciendo los deberes? Bs verdad lo quelehas contado a tu padre? Fenomenal. Estoy maténdome a trabajar para que ella no se entere, y luego voy y lo cuento. Le digo todo lo que esta pasando, Le explico que la seftora Solt no me ha de- jado hacer trabajos extras para intentar subir lanota. —Creo que tiene razén, ¢sabes? —Mi ma- dre me acaricia el pelo. Me repatea que me acaricie el pelo. — {Pero yo quiero mejores notas! Quiero las mejores notas, las mejores de toda la ela- sel jEstoy trabajando en serio! 330 —Asf es la vida... Todo el mundo debe t, bajaren serio... Ya nadie le mejoran las notag solo por hacer lo que debe hacer. —Me parece que esa es una gran verdaq —La miro—. ¥ me gusta todo lo que me hag dicho... —Espero siempre me dice mi madre, y luego se rie—. Alggn dia, quizé, le estards ta diciendo estas mis. que lo recuerdes mas cosas a tu hija. Si me caso y tengo una hija, yo no me divorciaré. Espero que no tengas que hacerlo, Mi madre me mira, y después me abraza, Yo también me abrazo a ella. Luego nos miramos frente a frente. —Mamé. —Le aprieto la mano—. Aunque no consiga la mejor nota de la clase... gpuedo, s, comerme un bizcocho de los de por lo men prueba? Me aprieta la mano, y afirma con un gestot Vamos abajo a ver si Max no se los ha comido todos. —Seguro que no se ha com gelatina de fresa. eae —No, seguro que no —reconoce—, y se guro que ti tampocotelo comes, Nos levantamos de la cama y bajamos las escaleras Y mientras lo hacemos, voy pensando en el titulo que le voy a poner a mi trabajo cuando Jo presente ante la clase: Doraditos Ambar, jus- to lo que gusta a su gusto. 131 INFORME ESCOLAR Después de algunos problemas al inicio det curso, Ambar progresa adecuadamente en la rea- lizacion de sus tareas escolares, y entrega sus de- eres a tiempo. Tiene que aplicarse especialmen- te en Matematicas, pero puedo asegurar que esté haciendo un esfuerzo apreciable. Su actitud es mucho més positivay su trabajo con los doraditos Ambar ha sido verdaderamente bueno... Bueno, y muy sabroso. Ambar merece una buena calificacién porque lo esté haciendo lo mejor que puede. Espero que siga progresando lo que queda de curso, 133,

You might also like