En el contexto internacional de la aplicación de estrategias similares a
la Formación por Proyectos (PBL, POPBL…), un aspecto que aparece de forma continuada -si bien, no ha tenido un desarrollo amplio- es el de la necesidad de modificar los espacios y ambientes de aprendizaje a las nuevas necesidades.
Algunos apuntes en este sentido -desde el ámbito universitario- los
ofrecen Kanet y Barut (2003), y, particularmente Sense (2007) quien subraya este aspecto como uno de los cinco aspectos sociológicos de importancia a tomar en consideración para desarrollar con éxito una formación basada en proyectos.
Desde la perspectiva de la formación técnica y la formación
profesional, es particularmente interesante la descripción que hace la Direction des Lycées et Collèges del Ministère de l’Éducation nationale, de l’Enseignement supérieur et de la Recherche de Francia de Zonas de Actividad para desarrollar los trabajos correspondientes en sus diferentes niveles de formación (BEP, Bac Pro, BTS). Así, por ejemplo, para Mantenimiento de Sistemas Mecánicos Automatizados, propone la integración e interrelación de 6 zonas de trabajo (zona de sistemas y subsistemas, zona de aprendizaje/experimentación, zona de recursos, zona de reparaciones, zona de estudio y preparación del trabajo, zona de formación en ciencias y técnicas industriales); para otras especialidades, se proponen así mismo, otras formas de organizar el espacio, es decir, de configurar Ambientes de Aprendizaje que faciliten las nuevas formas de trabajo, orientándose al logro de los (nuevos) resultados de aprendizaje señalados previamente.
Tal como señala Kolmos (2004) en relación con el modelo PBL, el
cambio en uno de los elementos didácticos implicará un cambio en los demás elementos. Cuando se trata de un modelo PBL también se trata de un modelo didáctico donde todos los elementos forman parte de una relación equilibrada entre sí y con los principios de aprendizaje PBL. No es suficiente sólo hacer modificaciones en uno de los elementos didácticos. Por ejemplo, para que haya una introducción del trabajo de proyecto también se debe pensar tanto en la organización, la evaluación, la infraestructura física, el uso de la tecnología informática, etc. La cultura y la organización son decisivas para poder hacer funcionar los modelos PBL, y la implementación de los modelos PBL exige que la organización y en particular la administración de los recursos para la enseñanza apoye la idea del PBL.
En este sentido, al interior del SENA, para la implementación de la
Estrategia de Formación por Proyectos también se asume la necesidad de incidir y modificar sobre los diferentes componentes que pueden y deben posibilitar la puesta en práctica de dicha Estrategia. Por ello, uno de los elementos sobre el que se hace especial incidencia es la modificación de las tradicionales Aulas, con el fin de convertirlas -junto con otros espacios- en verdaderos Ambientes de Aprendizaje. Ello conlleva a menudo, la necesidad de “tumbar paredes” (incluso mentales) en los Centros a fin de ir configurando los Ambientes de Aprendizaje más pertinentes y coherentes con la nueva estrategia formativa.
Ahora bien, con el fin de profundizar un poco más en esta cuestión y
también con el fin de marcar algunas pautas que puedan servir en esta tarea, se plantean a continuación algunas consideraciones a tener en cuenta a la hora de (re)definir los Ambientes de Aprendizaje.
Obviando las consideraciones de tipo arquitectónico y de construcción
que para cualquier edificación son necesarias, así como las correspondientes a cuestiones de seguridad y salud que en relación con cada área específica de formación se requieran, cuatro deberían ser los aspectos a tomar en cuenta a la hora de planificar los Ambientes de Aprendizaje requeridos para la implementación de la Estrategia de Formación por Proyectos:
1) Programa(s) de formación sobre lo(s) que se soporta la
formación, es importante considerar mejor los resultados de aprendizaje clasificados de acuerdo con la complejidad del desarrollo tecnológico 2) Tecnologías a utilizar 3) Contexto real de aplicación de la formación 4) Interacción Aprendices / Instructores
Veamos con un poco más de detalle cada uno de ellos:
1) Programa(s) de formación sobre lo(s) que se soporta la
formación
A la hora de definir Ambientes de Aprendizaje, un aspecto esencial
es conocer en profundidad los programas de formación (conocimientos, resultados de aprendizaje, tiempo disponible…) a fin de ir anticipando y visualizando la tipología de proyectos que se van a realizar.
En función del enfoque que se esté pensando en dar a los
proyectos, se requerirán unos espacios y unos medios físicos diferentes; por tanto, esta primera aproximación a los Ambientes de Aprendizaje, estará íntimamente relacionada con el tipo de proyectos a desarrollar en el proceso formativo de los y las aprendices. 2) Tecnologías a utilizar
Relacionada con el punto anterior, se encuentra la cuestión de las
tecnologías a utilizar. Tomando en consideración tanto que la Formación por Proyectos, es, en gran medida, de carácter interdisciplinar como que la misma debe soportarse, en la medida de lo posible, en el uso coherente y pertinente de tecnología actualizada, se hace imprescindible a la hora de definir los Ambientes de Aprendizaje, haber realizado un análisis de las tecnologías a utilizar.
Por tanto, la definición del Ambiente de Aprendizaje, relacionará
los posibles proyectos a desarrollar con el uso de tecnología actualizada, que, obviamente, conllevará entre otros aspectos la aplicación generalizada de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs), así como de todos aquellos aspectos relacionados con la seguridad e higiene requeridos para el uso de las tecnologías que se vayan a aplicar.
3) Contexto real de aplicación de la formación
Los dos aspectos anteriores, se encuentran íntimamente ligados a
un análisis y conocimiento profundo de la realidad socioproductiva del entorno en que se encuentra el Centro.
Tanto la identificación de posibles proyectos a realizar como la
selección de las tecnologías a utilizar para el desarrollo de los mismos, debe tener/ser un “reflejo” claro de contextos productivos reales del entorno del Centro. Esta relación con el entorno laboral, debe basarse en el conocimiento de los procesos, tecnologías, conocimientos y necesidades/problemáticas del sector productivo, de manera que desde los Ambientes de Aprendizaje, se impulse el desarrollo de proyectos que den respuesta a todo ello -tanto desde la vertiente formativa como desde un punto de vista productivo- desde una perspectiva actual, que contempla también la evolución hacia el futuro de dichas tecnologías, procesos, conocimientos…
4) Interacción Aprendices / Instructores
Finalmente, un aspecto importante a tomar en consideración junto
a los tres mencionados anteriormente- es el relacionado con el tipo de interacciones que se quiere generar en el proceso formativo.
En la Formación por Proyectos, una de las principales formas de
trabajo, es el trabajo en equipos o pequeños grupos. Por tanto, además de tomar en consideración lo señalado hasta el momento, se hace necesario disponer de espacios en los que los aprendices puedan trabajar de esta manera en los diferentes momentos o fases que conllevan los proyectos; al mismo tiempo, los Ambientes de Aprendizaje, deben posibilitar también el trabajo en gran grupo, e, incluso, el trabajo individual.
Por todo ello, se hace necesario disponer de espacios amplios, en
los que realizando tareas de carácter interdiscplinar (que permitan combinar diferentes procesos, técnicas y tecnologías), con el uso de tecnologías actualizadas -y en gran medida soportadas en las TICs- se posibilite el dar respuesta/solución a las problemáticas que han generado los diferentes proyectos, desarrollando trabajos en equipos y posibilitando una más amplia gama de interacciones al interior de los mismos que las tradicionalmente lineales y unidireccionales del Instructor con el Aprendiz.
Referencias Bibliográficas
Kanet, J.J., Barut, M. (2003): Problem-Based Learning for
Production and Operations Management, en Decision Sciences Journal of Innovative Education. Vol. 1 (1) p. 99 – 117.
Kolmos, A. (2004): Estrategias para desarrollar currículos basados
en la formulación de problemas y organizados en base a proyectos, en Educar, 33, 77 – 96.
Sense, A.J. (2007): Stucturing the Project environment for learning,
en International Journal of Project Management, 25 p. 405 – 412.