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Si abandonamos prejuicios (bien sean saussurianos, bi al pasar se amplia enormemente. Podemos repetir auestro axioma la forms poética es wx complejo de complejas: co complejo de elementos fonéticos que todos @ establocer relociones no convencionales ent cota significada, Tanta més perfecta serd la forma poética cuanto ‘105 vinculos sean mis felizmente expresivos [RELACIONES QUE VAMOS A ESTUDIAR Esos elementos fonéticos perienccen a catezori ‘no podriamos intentar Ja 2 y le Estilistic Baretta y te Estilstica Este mundo virginalmente intacto, reficjo o imagen platénica de fa Suma Belleea, es fondo de la Hglogs 3 de Garclaso, lo rismo que de casi todo el arte del Renacimicato. Hay, sin cam. bargo, algo extafo. 2Por qué Ja virtud comunicativa de la repre- ‘sentaciin de ese mundo en Garcilaso —ea este imitador de Io ita- liano— es tan superior « teda la de la possi italiana de su misma Specs, es desc, In poesia de donde el mismo Garcaso procede? ESTR. 1: EL ORDEN DE LAS PA- TLABRAS Y SU FUNCIGY EVOCADORA ‘Me aqui nuestra primera estrofa: Cerca del Tojo, en soledad amena, de verdes sauces hay una espesars, toda de hiedea revertida y Hens, que por el tronco va hasta el altura, y asi la teje arita y cacadena, ue al sol no balla paso a la verdura; el agua bata el prado con sonido, slegrando ta vista y el ofdo, Si; gpor qué el piisaje de Garcilas se nos comunica tan en- trafiablemente?- Gareilaso, que viene de Italia (Sannzzaro, etc), era ya en Inia convencional. En Italia, cansa, En Espaia tiene la virtud fecundante y vivificante que al injerto arrancado del Arbol viejo le infunde Ia savia del arboillo re- cieate. Y hay un factor geogréfico: ea Espafs, en Ja meseta seca y ardiente, este paissje cobra un nuevo encanto: ¢s una delica para los sentidos atermentados, hostigados por el ventarrén érido de la paramera, GARCILASO. EGLOGA III No basta. Por qué nos lega tan drectamente este paitaje gar dasesco, cuando luego desripciones semejantes en otros poctas SGpafles no bicen sino bastaraos? Sumeyjmoces en 1s repre Siac de este paisa, tratemos de arrancarle su secreto: Cerca del Tajo, en soledad amena, de verdes sauces hay unt espesura, toda de hiedra revestida y lena, que por el tronco va hasta el altura... La critica literaria ha tenido muy poca atencién al orden de las palabras. Ea realidad, si alguna vez puro atencién en &), fue para recoger alli piedras contra Géagors, terrero de todos. En castellano no hay un orden preestablecido: cada momento i wo. Ep una maravillosa propiedad de Ja lengua Peto en su expresin influyen ain mucho mds matices de profun- da intencionalidad. El poeta, naturelmente, resata un elemento por cl interés afectivo: pero este interés sfective puede ser meramente estética, pictérico. Notemos que el poeta empieza por les complementos de lugar “Cerea del Tajo", “en soledad amens”. Observemas también que e fe esti invertido: no dice sino ‘ide verdes sauces bay # Garcilaso y la Estilistic chido). Seguramente que Ia anticipaci6a de “de del “de” (ya en alguno 0 yz ea un jnstante hemos podido com- fos ante el gongorino, munca se ocupsron de este hipée- Jo cansderaban aberacién, sencilanente porque oe indo vena de que ere ten auténticamenteipérbaton fume los oto. Este hipétbton tradicional lo adminos porque to bemos embcbido con na eduicin iterara en la que sn nadie larse cuenta, se habla él infltrado, S6lo ahora comprendemos que sutra 12 fe en dl fondo, una violencia al lenpuaje usual, no esencislmente Gotinta de las mis osadas de Géngers. pera 14: gon qué GARG ASO USA AQU{ HIPERBATON? Mas inmediatamente se nos presenta otro problema: Garcilaso, precisamente ahora, en este vers prefiere cin invertida: “de verdes sauces hay una espesura”? Seria pucril pensar que 10 hizo, con frios tanteos, para juntar Jas nociones “soledad” y “sam ghemes de pensar que ee “ampaco. aes muy grave. cesencia, quizi el problema forma poética. Nuestro andlisis no nos permite mis Yo me lo planteo asi: 1, $e Separan, se unen por intencién expresi 0 de creicién pottica bullen las palabras de otro modo, imisica, que se condensa ia, 2 esa electricidad, 3 aumentan, por de- erados y felices en nuestro ser interior, Un poeta amigo mio puso como lema a un libro suyo una frase de Proust que encierra una honda verdad. Dice asf: “A los bue- 38 Garcilaso y la Estilistica Butrofa 1 9 Cerca del Téjo, en soledéd amen, de verdes siuces iy una espesura, toda de hifdra revestida y ena, que por el trénco vé hasta el altura... nos poets, la tiranfa de la rima les fuerza a encontrar sus mayores bellezas™*, En mi libro de poemas Hijos de (a Ira, yo he maldecido de Js ima y be citado los vers0s de Verlaine: Ob, qui dire les torts de la rime? Quel ‘enfant sourd ou quel ndgre fou nous 4 forgé ce bijou dua sou qui sonne creux et faux sous Ja lime? Las palabras mis grises reciben el acento de Ja décima silaba ((ambiéa el menos expresivo —por forzoso, por constante— del en- decasilabo): Pero todas les palabras més conllevadoras de repre- sentecién, mis fabricadoras del atteo paisaje mental (“Tajo”, “s0- edad”, “sauces”, “hiedra”, “tronco”), evan en esos verses un ‘cento ritmico. Es necesario explicar esto, porque no estaba cia~ consignado en Ia sagrada Preceptiva (job, nuestra in- hhay que aclarer en los versos primero y tercero, de nor- EI misterio de 1a forma empieza ahi; cuando ta expresiéa cua ja, invertida en ese modesto endecasilabo: “de verdes stuces hay luna espesura”, ESTR. 1.42 FUNCION RE- -PRESENTATIVA DEL RITMO iain wee eee tee ae bargo, a “siuces” y a “‘trénco” la ligera intensifcacién acentual que por este instantineo y delicioso quid pro quo sitmico han Fecibido. ‘He agus, pues, que no silo Jas palabras giran, como hojas, en 1 remolino de Ja profanda conmocién musical, para asi adclantar 4 Vicente Gaos es ef poeta aluidos y el libro, Aredneel de mi noche, & Garcilaso y ta Estilistica complejos imaginativos (“Tsjo"— “soledad” — sauces"), sino que este remolino seleccionador abandona unas hojas que n0 Je inte- Estrofa 1° yy prestin su disfanidad clara al comienzo del endecaslabo, el cual ‘cambi vocals al final del ver, porque, exactamente, a la estén abi en nuestra imaginacién —virginal prissj ta ya con un alma: parece que e ESTR IM: “ET VOLUPTE” ‘Una invasora seasualidad. Es un lugar ameno lo que Gar- cilaso nos describe: es un halago de nuestros sentidos. Eterna- ‘mete se mezcla en Ie belleza el placer sensual: cternamente el ras removidas en la creacién por la necesidad ste verso produce esa maravillosa sensacién fescurt? Hay que tener en cuenta que es un endecasilabo casi totalmente. yimbico: Observemos: el acento yimbico cae sobre tes vocales a, Hstas se ‘allan situadas como en tres cimas de onda consecutivas Piel expafiola bien siente ia caricia de esa humedad, de esta deli- & Gorcilaso y la Estilstica loss frescurs.) Tembién Ja estrofa misma es un delicioso oasis, a, Tiemblas, temblan, sauces abrilfics, Estrofa 2° 3 y fae Hip tations “a la sombra tendido”, y lo ha pedido I aspeado y aseadereedo ser humano, antier, y ayer, ¥ ESTR. 22: LENTA PROLON- GAcIéN DEL MOVIMIENTO tima que la imitaciéa en este caso no sea bastante evi- ‘una soneria, una argenterla final (en -édo). {Cémo canta el agua ‘oportunamente nos Ilega el comienzo de Ja estrofa segunda: ‘manante en Ja profunda sombra! ee aia Con tanta mansedumbre el cristalino wera. 14: DE SONDRA Y DE AGUA Volvimonos atin, volvimonos; observemos una vez mis la es- Nada: el Tajo, una deliciosa soledad, unos sauces. Sombra. .Y ct agua, que mana y fluye. Nada: apenas nada, Es necesario partir de la conviesiéa. de.que en Garcilaso casi amexo: sombra, agua, frescura, Arboles y (aunque aqui, hasta aho- 14, no) flores. Es un tépico tan viejo como e] mundo, porque es ‘una apetencia invariable en las invariables dimensiones del hom- bbre: y Horacio pedia yacer “sub alta uel platano vel hac / pian", 1, 37 y XIV, 92-93. Mele, que ha tefl el partido, se ja pre- Batrofa 2 65 gensicida de fluencia, de continuidad; vemos el prissje del rio muy suave, muy tier, con esa suavidad, cia ternura donde em- piezs la melanceli, Jos versos no viven aislados, sino en relacién s 7 Gorcitao y ta Estilistica un bel flume che con silencio al mar va declinando; fe s¢ vada 0 sc stia mal si presume, limpido e chiaro st che in tui mirando senza contest al fondo porta il lume. (Aristo: Orl. Fur, XIV, 64) Podemos admitir aqui que Garcilaso esti en una larga tradi ci6o, y aun que es posible que se le hubieran grabado especial- mente esos passjes de Ovidio y Ariosto. Lo concedemés en segui- day de muy buena gana, porque va a servir pare ciclurecernos Jo que es el concepto del arte en una época en que todo es imi- tacifa, no sélo en Garcilaso, sino en todos los poctas; claro esti que también ea Jos mismos italianos. Volvamos a los versos es- padioles. Ocurre que estos versos, a cualquier lector con semsibilidad ostica y sentido de nuestro idioma, le producen usa maravillosa ‘excelente articlo que Jos anotadores de Gorcilio no debecian olvidar, si bien Mele sefila a veces como tnico antecsdente lo que et en rea Iidad un solo eslabin de una cadena de muchos vinculos. [Después de yablicada Ia primera edicion del presente libro ha agarecido en la te- vista Nubis, de Palencia (unio-agosto de 1951), un interesante aniculo Con tanta mansedumbre ‘Tajo en aquella parte cam! que pudieran los ojos el camino Aeterminar apenas que levabs. tate, i ue oculis fo utram partem lust judicari non_possi™, BL parecido verbal es en verdad extraordinarls. Garcilae —visjero cuyos ‘ciminos tantas veces se cruzarian con los de César, y guerrero como él— 4 casi seguro que tnbria leldo muy bien la Guerre de les Goliss. Claro festd que (como dice Hernindsz Vista) toda I plasmacién peética le com mresponde 4 Garcilaso] Tales encabalgamientos pueden, a veces, darse casuslmente tras, como aqui, con claro sentido, ya de prolengicién del mo- Pempatota.—s 68 Garcitaso y la Bstlistica Jos primeros afios del siglo xv donde esé definido o aun alu- dido®. Betrola 28 & tiéndiseme —por Dios?— bien: como primer ejemplo en que It tro7a, repetida, insistente, tiene un neto valor expresivo. Encabal- gamientos, claro esti que los bay desde (por lo menos) el “dolce ee age ee fe) novo", He aqui una muesra de ete etlo de Giovanal dll ‘GAMIENTO EN GIOVANNI DELLA CASA En Iteratura italiana se citan como primer caso de técnica encabilgeda algunos magnificos soncios de Giovanni della Casa, el dedicado al suefio, o el que empieza “Questa vita mortal”. En- i, ‘vita aspra¢ noiosa; soccorri al core omai che langue, e posa 5 Mi estudio det encebsigamiento de verses cath hecho a bise de pesalmente vicorhuguescos, en donde el delicadisino instrument s¢ sesrtons, pam sef cxsi stlo eso, una enfitioa ‘mise em relict": es sob el papel de a extocdclin ante qencibalzameato,obiera= cones que stria may util contrastar experimentalmente en el verio c3- or ot pare) not ajanos per ompleo de Grammoat en Ja in a 2 Garcilao y la Estilistica J Estrofa 2° n non ave; ¢ queste membra stanche ¢ frali solleva: a me ten volt, 0 Sonno, ¢ Vali tue brune sovra me distendi ¢ pose. Ove "lsilenzio, che ‘I di fugge ¢ ‘1 lume? en Casa asprezza colme! o notti acerbe e dure! {Este encabalgamiento en Giovanni della Casa no tiene mada otto ti fa dosa con que por el eauce de nuestra imaginacién fluye el Tsjo, represado en Ia ligadin, dop a dos, de esos versos de nuestro poeta. ESTR. 2.*: ENCABALGAMIENTO SUA YE, ENCABALGAMIENTO ABRUPTO segundo se precipita, y, més ain, precipitado, de sibito se inte- rumpe, al interrumpirse Ia expresién: fella queta, umida, ombrosa 5 0 de! mortal pon ave; / ¢ queste membra stanche ¢ frali salleva; poesia de Garcilaso: le sirve para prolengir dul- ‘© como en otro soneto, el que empieza “La bella greca”, el s¢- ‘tundo cvarteto se encatulgs en el primer terceto, y éste te liga con! ¢l : x sezundo. Pueden verse ambos sonetos y tambiéa los comentarios de Tasso COORD: P ¥ Foscolo en a excelente Storia della Letteratura itlians, de Francesco tosamente «1 verso se quiebra, Jo mismo que se quiebra una es- Fiora, Tl, 1, pigs, 297-324 (2 ed 1949). RB Garcilaso y la Bstiisticn ‘cemeate un movimiento, una fluencis, ya material, ya espiritoal ‘Mucho de ese resbalar de su verso se debe a esa vinculacién en- tre los endecasilabos: lo que puede ser una serie de lineas des- tacadas $e convierte en un terno rastro, en un sinucso curso. ‘Tierna suavidad no lejos de 1a melancolia, que también es unt profongida ternura, Hay que decir en.seguida que, en neto contraste, Garcilaso hha usado también el encabalgamiento abrupto tantas veces, con tun valor expresivo tan indudable, tan evidente..., que al volver los ojos 2 una de nuestras afirmaciones anteriores vacilamos. 2Es pposible que Garcilaso desconociera el aspecte téenico de estos var lores? Estos pormenores “de oficio” gno se discutirian en los circulos italianos que frecuent6? Ocurre que prefiero no. apurar ‘est duda;_preflero —pues mo tengo prucba alguna en contra— imaginarme a Garcilaso como un puro instrumento, sensitilisimo registrador de virginales impresiones, Estrofa 2" B Peinando sus cabellos de oro fino, ‘una ninfa, del agua, do mortbe, In cabeza sacé. Es el primero de los ejemplos de encabalgamiento abrupto a referia antes, y brota exactamente cuando en medio del ainje, cuando en medio del ambiente tierno, de un len- Jo, se produce el brusco tironazo de un acto sibi chacha, una ninfa del rio ha sacado Ja cabeza fuera. nemos una afirmacién de vida en el pais tiempos verbales en lo leido hasta todos los verbos son presentes: ¢5 BSTR, 2: RELACIONES ENTHE PARTES ESTRUCTU- RALES EX LA OCTAVA, ENCABALGAMIENTO ABRUPTO Ta ninfa (por mm ‘humano, y hay un momento natural de pausa hasta que lege ‘2 su comprensién Ia serena belleza del lugar: segunda, Recordemos que el indeterminado vo, neto ser de la Naturaleza: una mujer, una ninfa 329, La-relacién conceptual es evidente. Pero el anisis estistico nos hhace ver que it plasmacién podtica es original en Garcilmo: ni en et latino ni en el poeta humanista 12 da el encabalgamiento abrupt que ‘comentamos. 2 Mele, aniclo cit, fu comparado este passje con uso de Virylio (Georg, IV, 350-351) y oto de Sancazsto (De pertu Virginis, IL, 323- 1. Garcilaso y Ia Estilistica wy €l prado ameng vido de flores y de sombra leno, Esirojas 2% y 3° 15 “Todo ello Weva al dnimo esa seasaciéa de serenidad contra- palanceada, de equibrio. Mas aqui hay una razéa especial: he- ESTR. 2.1: SIMETRIA BILATERAL ‘Nitese el equilibrio bilareral del tltimo verso: vido—de flores—y—de sombra—Lleno. Es muy del gusto’ renacentiste terminar una octava con un vyerso de simetria bilateral”, Se refuerza asi la bimen- bre de Ia octava: i yaa HALAGO SENSORIAL Movidla el sitio umbroso, el manso viento, el suve olor de aquel florido suelo. Las aves en el fresco apartamiento ‘vie deseansat del trabsjoso vudo... primero en Ja copulscién en parcado de los verses 7.° y 8.° (cy B) Yy Tuego en la estructura bilateral del verso siltimo (6, 6): Movida: s decir, excité sus sentidos a fuerza de balago ¥ el poeta expresa todos los elementos de realidad que afec- tan 1 los sentidos ": — lo umbroso (cista) — el menso viento (tacto) — el suave olor —_(olfato) Todas sensaciones delicadas, gratas: color = — pero en sombra viento — pero mano olor — pero suaoe. TW El oldo est implicto; 1 gusto no em del caso.

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