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ARTÍCULO ESPECIAL

La relación médico-paciente adolescente:


su dimensión ética*
Tomás José Silber, MD, MASS

“El más hondo fundamento de la medicina es el amor…”


Paracelso, Spitalbuch, I. Teil

Introducción También el médico es una abstracción; en


ese encuentro, puede ser el pediatra, médico de
La relación médico-enfermo ha sido estudia- familia, ginecólogo, psiquiatra, consultor espe-
da magistralmente por Pedro Laín Entralgo1 y cializado, etc. Indudablemente hay también di-
modelada por mis maestros Florencio Escar- ferencias notables de generación, género, ex-
dó y Carlos Gianantonio. Este ensayo sobre periencia, etc. que, a su vez, tendrán su im-
los aspectos particulares de la relación médico- pacto sobre la relación con el adolescente. Sin
paciente adolescente es mi expresión de grati- embargo, a pesar de tantas diferencias, todos
tud y mi deseo de honrarlos. poseen algo en común: la obligación de bene-
El paciente adolescente es obviamente una ficiar a su paciente. Existen controversias acer-
abstracción, dado que hay, en este grupo eta- ca de la naturaleza de dicha obligación, con
rio, notables diferencias individuales, a su vez un rango de opiniones que va desde abogar a
influenciadas por la edad, estadio de desarrollo, favor de la primacía del enfoque técnico-cientí-
género, clase social, etnia, estado de salud, etc. fico, a favorecer funciones más amplias, promo-
Sin embargo, todos tienen algo en común: es- viendo la atención integral.
tán viviendo su segundo período de individua- En medio de todo esto existe un compo-
ción.2 Deben cumplir con nuevas tareas de de- nente que no debe ser ignorado y es el hecho
sarrollo. Dichas tareas son universales y han de que para los adolescentes enfermos el mé-
sido bien descritas así: dico trasciende su función de profesional y pa-
“El adolescente aprende que tiene que cum- sa a ser un modelo de ser humano.
plir con la tarea de moverse de su familia de ori- La relación médico-paciente es una relación
gen a otra diferente (la propia) familia de procrea- interhumana con momentos cognoscitivos, mo-
ción; para asumir la función reproductiva del mentos afectivos, momentos operativos y momen-
adulto, debe cortar lazos muy fuertes que lo tos éticos.1 Szas y Hollender han descrito tres
unen a su familia nuclear y establecerlos con ex- modelos básicos de la relación médico-pacien-
traños a su sangre”.3 Se trata del cambio de te.5 En el modelo activo-pasivo, el médico le
pasar de ser el que es nutrido para convertirse hace algo al paciente y el paciente no tiene la
en el que nutre.A esto cabe agregarse la monu- capacidad de responder. La aplicación clínica
mental tarea de revaluar y desarrollar el propio de dicho modelo puede ser vista en situacio-
sistema de valores.4 nes críticas, tales como el suministro de anes-
Dentro de dicho contexto, los adolescentes tesia general, el trauma agudo, el delirio, el es-
son nuestros pacientes, sea porque desean la tado comatoso. El prototipo de dicho modelo
consulta o porque son forzados por otros a con- es la relación entre los padres y el recién naci-
currir. Es, a veces, difícil entenderlos, saber do. En el modelo guía-cooperación, se inclu-
que están preocupados por dilemas morales, es- yen situaciones menos críticas. Aquí el médi-
pecialmente cuando se encuentran cohibidos co le dice al paciente lo que debe hacer y es-
o carecen de habilidad para expresarse. pera que el paciente obedezca. La aplicación

* Conferencia desarrollada en las XXVIII Jornadas de Pediatría del Hospital de Niños “Ricardo Gutiérrez”, octubre 2007
y basada, en parte, en Silber, TJ. Ethical Issues in the Treatment of Children and Adolescents, New Jersey: Snack Inc.
Thorofare; 1983, cap. 9.

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Relación médico-paciente

clínica de dicho modelo puede ser vista en el Caso ambulatorio


transcurso del tratamiento de las enfermedades
A María, de 16 años, que consulta por náu-
infecciosas agudas. El prototipo del modelo es seas y vómitos, se le diagnostica un embarazo
la relación entre los padres y sus hijos escola- intrauterino.Tanto ella como su novio asisten a
res. Este modelo diverge del “activo-pasivo” una escuela secundaria privada y son exce-
por el hecho de que ambos participantes son lentes alumnos. Ella es hija única de madre di-
activos, contribuyendo a la relación y a su re- vorciada. Este embarazo resultó del único coi-
sultado. Pero, “la diferencia primordial entre los to de los novios.María vive la situación con gran
dos participantes radica en el poder y su uso ansiedad y comienza a desesperarse. Conside-
actual o potencial”.5 Si bien el paciente asume ra la posibilidad de abortar y le preocupa, so-
alguna responsabilidad, es el médico el que bremanera, la opinión que sobre ella tendría
se encuentra en la posición dominante. En el su madre si se enterara del embarazo, el mie-
modelo de participación mutua, la función del mé- do al dolor, a ser apresada y los conflictos rela-
dico es la de ayudar al paciente a que se ayude tivos a sus creencias religiosas.Le pide a su mé-
a sí mismo, la del paciente es la de participar dica que le aconseje lo que debe hacer.
como “socio”, con ayuda del experto. La aplica-
ción clínica de este modelo se da en el tratamien- Caso de internación
to de pacientes con enfermedades crónicas y Juana, de 17 años, vive en un barrio del conur-
en las psicoterapias. El prototipo es la relación bano en situación precaria;había consultado pre-
adulto-adulto. viamente por secreción vaginal, pero nunca to-
mó los antibióticos recetados. Fue internada con
Los participantes en la relación se necesitan
fiebre y dolor abdominal bajo con un segundo epi-
mutuamente y tienen un poder mucho menos
sodio de enfermedad pélvica inflamatoria. Sigue
desigual. De varias maneras, la relación pue- muy dolorida durante la hospitalización, a pesar
de ser satisfactoria para los dos. Cada uno de del suministro de analgésicos y antibióticos endo-
esos tipos de relación es apropiado de acuer- venosos. Dolorida y hostil confronta al médico y
do con las circunstancias. ¿Cómo puede apli- a la enfermera por no curarla como “lo hicieron los
carse esta topología a la relación con el pa- otros doctores la otra vez”. Su médico, el Dr. Sil-
ciente adolescente? Para contestar esta pregun- vo, antes del pase de sala repasa la dosis de an-
ta debemos identificar cómo nuestro paciente tibióticos indicada y advierte que ésta es insufi-
está cumpliendo con las tareas de la adoles- ciente.Corrige el error de inmediato.¿Debe decir-
cencia. Dependiendo de dónde se encuen- le a su paciente lo que ocurrió?
tre el paciente, la relación caerá en un mode-
La Teoría Etica, entendida como un intento
lo u otro. Se trata de la relación con un “adulto de dar una explicación racional de la morali-
en ciernes”.6 dad, puede proveer un instrumento satisfacto-
Para realizar una experiencia mutuamente rio al médico que confronta estos problemas.7
constructiva, el médico que ve niños que se Si bien esta Teoría nos puede dar una respues-
van transformando en jóvenes, debe pasar en ta concreta a problemas específicos, sí puede
la relación por un proceso de cambio similar a servir como guía acerca de cómo buscar res-
otro muy conocido “la necesidad de los padres puestas, cómo identificar los factores relevan-
de relacionarse en forma cambiante con sus tes al caso.Toda teoría de la moralidad debe ser
capaz de iluminar conclusiones, comprobar con-
hijos que están creciendo”.5
sistencia y explicar decisiones.
Muchos caminos han enriquecido la filoso-
La dimensión ética fía moral, difiriendo en los criterios utilizados pa-
ra considerar qué es bueno. Algunas teorías
Una vez introducidas las características
se concentran sobre cuáles van a ser las con-
básicas de los adolescentes, los médicos y el secuencias de un comportamiento (Etica conse-
tipo de posibles relaciones, consideraremos la cuencialista). Algunas ven la obtención de pla-
dimensión ética.Ilustraré este tema con dos his- cer como el criterio decisivo (hedonistas);otros,
torias que envolvieron a adolescentes y a sus son más pragmáticos y buscan “la mayor felici-
médicos. Fueron tomadas al azar, pero son re- dad para el mayor número” (utilitarismo). Otro
presentativas de la tarea en un Centro Ambu- punto de vista es el de la llamada “Ética de la Vir-
latorio de Atención de Adolescentes y en una tud”, de base aristotélica, en la cual el compor-
Sala de Internación de Adolescentes, respec- tamiento virtuoso es el resultado del desarrollo
tivamente. de un carácter virtuoso (autorrealización). Los

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Silber

formalistas, por otra parte, apelan al concepto pectiva de la paciente (María) y la del médico
de deontología (proveniente de la palabra grie- (Dr. Silvo). En el primer caso, ella debe esco-
ga para “el deber”). Ellos exponen que lo bue- ger una conducta.La aparición del embarazo no
no en un acto no son las consecuencias del deseado destaca un problema frecuente en la
acto, sino la clase de acto en sí. Kant es el má- relación médico-paciente, la necesidad de ocu-
ximo exponente de dicha escuela. parse de material éticamente cargado. Algunas
¿Cómo pueden aplicarse estas nociones a la preguntas surgen de inmediato. En nuestra for-
relación del paciente adolescente con su médi- mación profesional se nos conmina a no emitir
co? Pues sí, aplica, dado que la moralidad es juicios de valor. ¿Qué es exactamente lo que
puesta a prueba todos los días en nuestros con- eso significa? Otras preguntas aparecen: ¿cuál
sultorios y hospitales.La resolución de los proble- es la obligación del médico? ¿Cuál la responsa-
mas morales requiere una secuencia de razo- bilidad del adolescente?
namiento lógico, aplicada a una situación que Es importante señalar que el no emitir juicios
requiere una respuesta, pero para la cual uno de valor implica que uno debe abandonar o “sus-
no posee todos los datos. Después de todo, en pender” los propios valores, sin ser indiferente
muchas circunstancias ninguna “consecuencia” o ciego frente a lo ético.Tampoco permite asu-
puede asegurarse. Este proceso de “pensar lo mir un “psicologismo” que explica a la ética co-
que está bien hacer” puede tener lugar cons- mo “nada más que…”. El no emitir juicios de
ciente o inconscientemente. Cada vez que con- valor debe ser simplemente un compromiso a
frontamos un problema moral obviamente no nos hacer el mayor esfuerzo posible para mantener-
ponemos a revisar la Teoría Etica. Cada uno de se objetivo. Un componente esencial de la ob-
nosotros posee una moralidad, una serie de prin- jetividad es evitar la imposición de los valores
cipios y valores que normalmente guían nuestras personales, en forma directa o velada, sobre
acciones.Estos principios a veces se encuentran el paciente. En respuesta a la solicitud de Ma-
entremezclados e incluso pueden contradecirse. ría, la médica la ayudó a continuar la búsque-
Cuando se da la duda o la confusión, originada da de una respuesta mediante las preguntas
dentro de uno, o a raíz de una opinión distinta, que María se hiciese a sí misma.La tarea fue in-
es más útil el conocimiento de la Teoría Ética, tensa e incluyó preguntas importantes, tales co-
especialmente en las tratativas con los adoles- mo:“¿hay algo que yo tengo la obligación de ha-
centes. Por ejemplo, el poder ayudar a los jóve- cer?”, “¿qué clase de persona voy a ser después
nes con sus problemas morales, a menudo, só- de mi decisión?”, “¿cómo va a afectar esto a
lo requiere hacerles las preguntas adecuadas, mi madre?, ¿a mi novio?, ¿a mi futuro?”.Por cier-
para que ellos puedan a su vez articular mejor to, ella sabía que no había una solución fácil, y
sus desazones.Otra posibilidad incluye asistirlos sin saberlo comenzó a sumergirse en las aguas
en ver si se hicieron las preguntas más perti- de la filosofía moral, siguiendo los pasos de
nentes al caso y encaminarlos a que vean los con- deontólogos, utilitarios, aristotélicos y partida-
flictos implícitos entre varias alternativas o mar- rios de la ética de relación. Al final María com-
cos de referencia, para que ellos prosigan su paró su razonamiento con su intuición moral y
reflexión con una visión más completa. tomó su decisión.
En síntesis, es por medio de nuestro análi- En el caso del Dr. Silvo, él también debió es-
sis de la condición y las necesidades del pacien- coger.Las preguntas que se hizo fue:¿en qué con-
te, por nuestra destreza y persistencia en iden- sistía su obligación con respecto a su paciente?,
tificarlos y confrontarlos, por la atmósfera que ¿qué decisión coincide con el mejor interés de su
creamos, por la conversación en la que estamos paciente?, ¿qué debe hacer un médico cuando
dispuestos a participar, por nuestra conducta
descubre un error? Fue así que, en el caso de Jua-
con respecto a la sociedad con la cual interac-
na, el Dr. Silvo decidió contarle lo que había pa-
tuamos, que nosotros influenciamos en el cre-
sado y disculparse por su error.Con su acción in-
cimiento moral de nuestros pacientes.
dudablemente siguió el modelo de participación
Todavía más importante que la gran respon- mutua, dado que compartió con ella el posible mo-
sabilidad de aconsejar y clarificar valores es, por tivo por el que todavía no se había recuperado lo
ende, el médico como ejemplo, el médico co- suficiente.El resultado fue que el médico sintió que
mo modelo de ser humano. había actuado de modo congruente con su ética
profesional y, contrariamente a lo que lo tenía
preocupado, la joven le correspondió: “Dr. Silvo,
La ética en acción gracias por hacerme saber lo que pasó y ocu-
Volviendo ahora a los dos casos descritos, parse de mí… qué le vamos a hacer… yo también
observemos la dimensión ética desde la pers- a veces meto la pata”.

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Relación médico-paciente

En estos casos, así como tantos otros, se de- • El reconocimiento de la necesidad de la coo-
be elegir, a veces en circunstancias no del todo cla- peración en pro del bien común
ras. La decisión por tomar es importante, porque
Estos valores éticos generales pueden ser-
involucra la vida de otros y la propia. ¿Qué cons-
vir de base y de guía en un mundo en transi-
tituye entonces una dimensión ética bien explo-
rada? La mejor respuesta que puedo dar es que ción para ayudarnos a elegir entre las alterna-
vamos por buen camino si exploramos los princi- tivas y disyuntivas morales que contemplamos
pios pertinentes al caso, interrogamos con respec- a diario.8
to a valores y lealtades, y cuestionamos juiciosa-
mente cada una de las posiciones alternativas.
Si lo hemos hecho así en el encuentro con nues- Bibliografía
tros pacientes los adolescentes, como médicos
1. Laín Entralgo P. La Relación Médico-Enfermo, Ma-
hemos hecho lo que es humanamente posible. drid: Alianza Editorial; 1983.
2. Blos P. On Adolescents: A Psychoanalytic Interpreta-
Conclusión tion, New Cork: MacMillan Co.; 1962.
3. Committee on Adolescence, Group for the Advance-
En todo dilema moral, hay un proceso por
ment of Psychiatry. Normal Adolescence, New York:The
seguir, pero más allá de las peripecias de la bús- Scribner Library; 1968.
queda, es notable como al entrar en reflexión
4. Kohlberg L, Gilligan C. The Adolescent as Philosopher,
médicos y pacientes sienten que ha habido un en- Boston, Massachusetts:Daedalus American Academy
cuentro. Es así que se descubre un mundo ético of Arts and Sciences; 1971.
que podemos compartir en el que se destacan: 5. Szas T, Hollender M. A contribution to the philosophy
• El respeto por la verdad como un valor mo- of medicine. Arch Intern Med 1956;97:585.
ral definible 6. Silber TJ. Models of the physician-patient relationship.
JAMA 1992;268:1410.
• La fe en el juego libre de la inteligencia
7. Melden AI. Ethical Theories, Englewood Cliffs: Prenti-
• El respeto por el valor básico, la igualdad y ce-Hall; 1967.
dignidad de cada persona y, por ende, el 8. Silber TJ.The physician–adolescent patient relationship.
derecho a la autodeterminación Clin Pediatr 1980;19:50.

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