GASTERÓPODOS: GASTERÓPODOS DE LAS COSTAS ESPAÑOLAS (www.rincondelasciencias.

com) Pedro Fernández García

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La Península Ibérica goza de una posición especial como lugar donde buscar y
encontrar conchas de gasterópodos para formar una colección y para el estudio
científico de los gasterópodos, por estar rodeada de mares con diferentes características:
aguas frías del Atlántico Norte y aguas cálidas del Atlántico Sur al oeste y las aguas
del Mar Mediterráneo que bañan las costas del este peninsular. Esto provoca una
fauna malacológica muy diversa, con distinto origen y adaptada a diferentes
ecosistemas y condiciones ambientales, ya que no sólo varía la temperatura del agua en
la que habitan los gasterópodos, sino que estas regiones también presentan distinta
salinidad, diferente fuerza del oleaje, y difieren en los tipos de costas, siendo, en
general, abruptas y rocosas en el litoral atlántico y suaves y arenosas en el litoral
mediterráneo. Por último, también hay que indicar que el origen evolutivo de ambas
regiones podría ser diferente, por el hecho de que el Mar Mediterráneo es mucho más
antiguo que el Océano Atlántico, el cual se abrió hace menos de doscientos millones de
años. Incluso, podemos citar como elemento menos influyente pero sin restarle
importancia, la vegetación propia de cada zona que determina así mismo el tipo de
gasterópodos que prosperan en una u otra zona. Así, en las aguas del Atlántico
prosperan grandes masas de algas pardas, como Laminaria, que sirven de alimento a los
gasterópodos y en el Mediterráneo, además de algas como base alimenticia, también
abundan las praderas de Posidonia y grandes zonas costeras están cubiertas por el
típico coralígeno mediterráneo, un lugar donde habitan numerosas especies de
gasterópodos.
Además, la zona malacológica que rodea a la Península Ibérica se ve influenciada
por las regiones frías del norte, por moluscos provenientes del sur, de la región
senegalesa, e incluso de regiones tan alejadas como la caribeña y la índica, por llegar a
ella especies adosadas a los barcos o atrapadas en las redes de pesca, las cuales
prosperan con facilidad en las aguas más cálidas del sur y del mediterráneo. Es de
especial importancia la zona marítima que rodea al Estrecho de Gibraltar, donde
confluyen las aguas frías y agitadas del Atlántico con las aguas cálidas y de poca
fuerza provenientes del Mediterráneo. Esta zona de transición y mezcla es el lugar
idóneo para que prosperen conjuntamente, cohabitando, especies de gasterópodos
propios de las aguas atlánticas y especies típicamente mediterráneas.
Los gasterópodos que habitan los mares que rodean la Península Ibérica suelen
ser de pequeño tamaño y de forma y color poco destacados. Sin embargo, hay
excepciones, ya que podemos encontrar algunos gasterópodos que presentan una concha
de gran tamaño como los géneros Buccinum, Tritonalia, Cassis y Tonna. En cuanto a
la morfología de las conchas que se encuentran en las costas ibéricas, éstas suelen
presentar formas espirales de poca altura (tróquidos, turbínidos, litorínidos, buccínidos,
etc.) sin aparecer apenas especies de grupos de conchas con morfología llamativa como
los cónidos, los cipreidos, vásidos, hárpidos, etc. Por otra parte, la escultura que más se
repite en las conchas de los gasterópodos propios de las aguas de las costas españolas y
portuguesas suele ser cordones espirales y líneas de crecimiento, siendo poco frecuentes

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las varices, excrecencias y espinas, aunque no es raro encontrar algunos ejemplares de

conchas con una escultura marcada como en el caso del género Murex, por poner un
ejemplo claro. En cuanto a los colores predominantes en las conchas de los
gasterópodos que pueblan esta agua, éstos suelen ser poco impactantes, predominando
los tonos marrones, ocres y blancuzcos. Normalmente, la pigmentación de las conchas
suele ser uniforme, sin aparecer diseños de líneas o puntos en la concha, aunque
también podemos encontrar algunas especies donde la pigmentación es un poco más
elaborada, como en el género Monodonta, donde aparecen líneas concéntricas de
puntos de tonos rojizos sobre un fondo verdoso.
En las costas españolas podemos encontrar representantes de casi todas las
familias de gasterópodos, estando representadas de forma desigual. Así, de algunas
familias hay pocas especies, mientras que de otras la diversidad de especies es mayor,
presentando gran abundancia los de la familia Trochidae.
Esta situación geográfica especial y la diversidad de especies que podemos
encontrar en los distintos ecosistemas que se despliegan por las costas atlánticas y
mediterráneas, hacen atractiva la colección de gasterópodos de las costas españolas,
aunque en sí las conchas no sean muy atractivas al coleccionista por su morfología y su
coloración. La abundancia de especies de muy pequeño tamaño (menos de 1 cm de
altura) hace que el número de especies se vea restringido para formar una colección de
conchas visibles a simple vista, aunque es muy interesante el estudio de esta
microfauna de gasterópodos por las adaptaciones sufridas y la gran variedad de
formas, muchas de ellas microscópicas, encontradas.
La Península Ibérica es el punto de intersección de dos regiones malacológicas: la
región lusitánica y la región mediterránea, las cuales están íntimamente relacionadas
con la región céltica al norte, con la región senegalesa al sur y con la región índica al
este, de las cuales pueden recibir influencias.
Algunos gasterópodos son exclusivos de una zona concreta, pero la mayoría
podemos encontrarlos en las costas del norte, a lo largo de la costa atlántica y en las
costas mediterráneas.
Se muestran a continuación ejemplares de varias especies de gasterópodos propios
de las regiones lusitánica y mediterránea en los que se pueden observar claramente las
características más destacadas de las conchas de los gasterópodos de estas regiones
malacológicas. Es patente que, en general, son conchas de pequeño tamaño, de
morfología espiral más o menos elevada, escultura poco marcada y colores marrones o
con tonalidades ocres o blancuzcas.

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