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Y lo ha
hecho con una historia que lo tiene todo: una enfermedad
rara, una familia coraje y unas instituciones (en buena
medida) negligentes. Esto ha hecho que, de nuevo, se
levante la polémica sobre lo que solemos llamar las
"historias de interés humano".
11 efectos perversos de la
comunicación sanitaria mal
diseñada
Un mensaje mal diseñado puede ser peor para la
salud pública que ningún mensaje en absoluto. Y no es
una afirmación teórica: lo hemos visto repetidamente a lo
largo de las últimas décadas (Ayers, Althouse y Dredze,
2016; Chapman, 2005; Borzekowski, 2013; Kamenova, 2013;
y Desai y otros, 2016) y, previsiblemente, lo seguiremos
viendo en el futuro. Por eso, siguiendo los trabajos de Cho y
Salmon, hoy nos acercamos a lo que dice la ciencia sobre los
efectos perversos de la comunicación sanitaria, en general, y
las 'historias de interés humano' en particular.
1. Generar confusión
El primer efecto perverso que se nos encontramos es el
de generar más confusión de la que ya había. Mientras,
por un lado, la medicina, los posibles riesgos sanitarios y las
medidas más adecuadas de salud pública son temas
extremadamente complicados, la comunicación sanitaria, por
el otro, trata de simplificar los mensajes para poder llegar a
público.
5. Desensibilizar la sociedad
La repetida exposición a historias de este tipo puede
acabar desensibilizando al público. Según parece,
Larzarsfeld y Merton (1951) fueron los primeros en estudiar de
forma científica el problema.
9. Promover la marginalización
La cobertura mediática no solo afecta a la imagen social de los
problemas de salud, sino que también afecta a la valoración
moral de ellos.Este tipo de efectos se han identificado tanto
con el tabaco (Kim y Shanahan, 2003) como con el consumo
juvenil de alcohol ( Yanovitzky y Stryker, 2001).