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generales
para el proyecto
de detalles
de armado
Comisión 5
Grupo de Trabajo 5/1
Detalles de armado
Junio de 2000
M-3 G E H O - A T E P
La publicación que se encuentra en tus manos tiene sus oríge-
nes en la labor realizada en el Grupo de Tmbajo //E?“Detalk de
armado” de la Comisión 111 “Dimensionamiento” del G ~ p o
Espanol de/ Hormigón GEHO, que postenonnente se fusion6 con
ATEP formando nuestra asociación ACHE. Dicho grupo tenía
como objetivo el estudio de la definición y mpmsentaci6n de las
armaduras pasivas en la dmumentaci6n de proyecto de elementos
estructurales de hormigón.
Prólogo .......................................................................... 3
Presentación .............................................................. 5
Capítulo3: A.pectOsdeprwect0
3.1. El detalle como prolongaci6n del cálculo resistente .. 32
3.2. Paso del nivel %w%¡h" al nivel "elementoestniclurai" . 32
3.3. Criterios para el armado de zonas especiales ........ 34
3.4. Ejemplos de armado de zonas especiales .............. 35
3.5. Definicidn de la armadura transversal. Uso de
cercos, estribos y ganchos ...................................... 48
3.6. Anclaje de barras bngitudinales .............................. 51
3.7. Representación gráfca y convenciones .................. 55
Bibliografis .................................................................. 62
MOnOgrafk M-3 de ache
Función de la armadura
Capítulo 1
Función de la armadura
1.1. Funciones básicas de la armadura
1.1.1. Revisión de conceptos básicos. Funciones relacionadas
con los Estados Límite últimos
Una primera noción sobre el sentido del armado en estructuras de hormigh atiende inevitable-
mente al papel de la armadura como "retuerzo" ante la escasa capacidad de este material para
resistir tensiones de tracción. Así, esta deficiente resistencia se suple mediante un conjunto de
barras de acero, capaces por su distribución, cuantla y correcto enlace físico-químico con el hor-
migón, de movilizar su rigidez y su resistmcia absorbiendo los campos de tensiones de tracci6n
que las distintas formas de solicitación puedan producir.
En elementos sometidos a tracción simple o compuesta (o tirantes), las barras de armado cons-
tituyen de hecho el único elemento resistente tras la fisuración del hormigón (figura 1).
De la misma forma, las barras de armado aportan la capacidad de resistir tracción en vigas que
trabajen a flexión simple o compuesta. No obstante, es conocido que en el caso de vigas a fle-
xión compuesta, la introducción de una cierta armadura a compresi6n-permite controlar el tipo
de rotura de las secciones críticas, siendo posible dimensionar tal armadura para que la rotura
de las piezas tienda a ser dúctil, es decir, ocurra tras una deformación apreciable.
Ante solicitaciones tangenciales, la armadura transversal absorba los campos oblicuos de trac-
ciones producidos por éstas, y que los modelos basados en la analogía con celosías (plana para
Monogrefia M-3 de ache
Función de la armadura
cortante, tridimensional para torsión) permiten visualizar. El armado transversal típico de una
viga preparada para trabajar a flexión simple y/o a torsión, reproduce de hecho la celosía
supuesta en el cálculo (figuras 2 y 3).
10
Monografía M-3 de ache
Función de la armadura
U
Figura 4. Armado de una pieza solicitada a compresión.
Con la fisuración del hormigón, la armadura experimenta una fuerte puesta en carga y adquiere
así una importancia fundamental en el posterior comportamiento de la pieza. Particularmente, la
cuantia y posición de la armadura influyen directamente en la deformabilidad del elemento, tanto
instantáneamente como a largo plazo, pues estos parámetros inciden muy directamente en la
inercia de las secciones fisuradas.
uanognflr u-a cb eche
Función de la annadura
Además de estas funciones primarias, tratadas de forma sistemática a través del cálculo, se
reconocenotras funclaies secundarias que en la práctica se satisfacen mediante cuantías míni-
mas o disposiciones adicionales, en general reoogidas por la normativa. Bgsicamente son:
- Evitar roturas precoces de tipo frágil causadas por campos de tracciones, primarios o secun-
darios, ante los cuales no se haya previsto una suíkiente armadura de cosido. Las cuantías
mecániais mínimas definidas en €HE responden a este necesidad.
- Asegurar el armado de zonas que, a pesar de no precisar de una armadura resistente, pue-
dan verse afectadas por una fisuración que atente contra la durabilidad o la estética. Ello ocu-
m a media altura de almas de vigas de canto importante, alas de vigas en T, etc (figura 6).
Tal es la función de la armadura de piel.
- Contribuir a resistir los efectos locales de cargas muy concentradas o impactos. Ello se con-
sigue mediante una armadura de fepetfo,típicamente necesaria cerca del paramento supe-
rior de elementos bidmensionales planos, mmo losas o pavimentos.
También se atribuye a las armaduras de piel o de reparto el efecto de atado del recubrimiento al
re%todel vdumen del hormigón, impidiendo que éste pueda desprenderce del cuerpo de la pieza
bajo el efecto del fuego, impactos u otros efectos. Este riesgo de desprendimiento es mayor en
el a s o de recubrimientos gruesos. Por ello, cuando la exigencia en durabilidad o en resistencia
al fuego conduce a formar un recubrimiento espedaknente gtueso, es recomendable disponer
UI(Iarmadura auxiliar en forma de malla eiecftosoldada a medio espesor de éste (figura 7). La
irigtnicCi6nEHE (artículo 37.2.4) menciona la conveniencia de considerar la posible inclusión de
una armadum de este tipo en las zonas de tracción para recubrimientos superiores a 50 mm,
esEsMociendo asimismo su cuantía.
Debe tenerse en cuenta que la introducci6nde esta malla puede resultar eventualmente contra-
producenZe en ambientes agresivos por el peligro de que sus redondos se oxiden y con ello pro-
voquen el desprendkniento acelerado del recubrimiento.
Monografia M-3 de ache
Funci6n de la armadura
piel
I I
Además de todo ello, puede ser necesaria una armadura de montaje que permita, en fase de
ejecucicin, establecer una sujeci6n temporal suficientemente rígida (figura 6).
Se suele decir que una pieza deficientemente dimensionada, pero con un correcto detalle de arma-
do, puede no obstante resistir una parte significativa de su carga de diseño. Por el contrario, es
mucho más incierto y peliroso el caso de una pieza correctamente calculada pero mal detallada.
Esta idea se hace evidente cuando un aspecto tan esencial como el anclaje de las barras, por
ejemplo, queda deficientemente materializado hasta el punto de que las barras de armado no
puedan entrar en carga eficientemente. Otros aspectos importantes son el recubrimiento, las
separaciones, las formas de las barras y los doblados, los solapes. las armaduras secundarias
y finalmente, la utilización de dispositivos de sujeción y separación durante la construccion.
En general, la disposición definida a través del detallado debe, por una parte. garantizar la con-
tribución resistente de la armadura hasta los niveles supuestos en el cálculo y, por otra parte,
potenciar aspectos tales como la facilidad de construcción, la ductilidad y la durabilidad, que se
discuten en apartados posteriores.
Por su difícil sistematización o automatización, por el gran número de factores a tener en cuen-
ta (descritos en el apartado Z), y por su incidencia sobre el posterior comportamiento de la
estructura, cabe hablar de un "arte de detallar".
Capítulo 2
Principales requisitos
para el correctodetalle
Además de las condiciones ya mencionadas de facilidad de construcción, durabilidad y ducti-
lidad, se introducen los conceptos de racionalidad, eficiencia y resistencia al fuego. Con ello
se desea recoger una cierta visión de las principales ideas que debe tener en cuenta el técnico
responsable del detallado de armaduras.
La disposición elegida, además de ser realmente construible en la p&t¡ka, debe buscar una
facilidad de montaje y facilitar la correcta colocación y compactación del hormigón. En definitiva,
el diseno realizado ha de permitir realizar las operaciones de montaje de armadura y hormigo-
nado con un esfuerzo y en un tiempo óptimos. En ello influyen principalmente los siguientes
aspectos:
Separacidn entre barras. Esta, además de respetar los mínimos estrictos establecidos por la
norma, función del diámetro y el tamaño máximo del árido, deberá permitir la distribución del
hormigón en el volumen encofrado evitando la formación de coqueras y facilitando el correcto
manejo de la aguja de vibrado, en su caso, de forma que la compactación alcance efectiva-
mente a todo el volumen de hormigón. En particular, el correcto vibrado mediante aguja puede
resultar muy difícil de llevar a cabo si no se preven separaciones o claros sensiblemente supe-
riores al diámetro de la aguja vibrante de 15 cm como mínimo.
Doblado de barras en obra. Las barras de diámetros pequeños pueden ser doblados en obra con
herramientas apropiadas, mientras que las de mayor diámetro (a partir de 10 6 12 mm, en fun-
ción de los medios disponibles) deben ser dobladas en taller. En cualquier caso, es recomenda-
ble prever el doblado en taller del máximo número de barras posible, pues esta operación resub
ta siempre más dificultosa y laboriosa en obra. En el momento de idear la colocación de barras
dobladas, es necesario considerar sus correspondientes radios mínimos normalizados de
M9 de ache
hincipaiea requisitos para el correcto detalle
doblado, puesto que al menos para los diámetros mayores, las dimensiones del doblado son sig-
nifcativas en relación a las dimensiones del elemento estructural y realmente pueden condicio-
nar su geometría y el ordenamiento de barras en su interior, particularmente en zonas comple-
jas como nudos (figura 8).
El uso lo más exhaustivo posible de la malla electrosoldada, elemento prefabricado por exce-
lencia, se halla en esta línea. Además, mediante maquinaria adecuada, es posible doblar las
mallas con gran libertad, extendiendo así su utilización a la prefabricación mecanizada del arma-
do de elementos bidimensionales como losas, soleras, o muros, e incluso de elementos lineales
tales como pilotes, pilares, o jácenas (figura 11).
hfluenc;a del orden de colocacidn. Un esquema de armado fuertemente dependiente del orden de
colocación de las piezas puede requerir un excesivo entretenimiento de organización y control de
las operaciones.Además, puede ocurrir que la rectificación de errores cometidos durante el monta-
je exija deshacer parte del trabajo ya realizado, penalizando así el plazo y el coste de mano de obra.
f:
c .
Casuísfica. Evitar un excesivo número de casos distintos por su diámetro, longitud, forma, tipo
de acero, posición, etc.. siempre actuará en el sentido de reducir el tiempo de colocaci6n nece-
sario y la probabilidad de error.
Esta idea puede convertirse en toda una filosofla de trabajo a través de la racionalizaci6n
del armado.
Armar suficientemente las partes levantadas hasta fases intermedias, de forma que éstas
puedan trabajar como subestructuras y movilizar su resistencia frente a las acciones previs-
tas en construcción.
Crear las esperas necesarias para la posterior conexi6n de la obra existente con el resto,
dando a las barras salientes la longitud estrictamente necesaria y evitando que, por su distri-
bución, puedan entorpecer la continuaci6n de las operaciones.
Establecer una conexi6n segura y lo más monolitica posible a través de las juntas, respetan-
do lo establecido por la normativa vigente en relacidn a longitudes mínimas y dktribución de
empalmes por solapo.
Un ejemplo de lo comentado en este punto se presente para la sección en cajón de la figura 12,
en la que la distribución de armaduras se ha adecuado al hormigonado por fases previsto.
2.3. Racionalidad
La racionaiización de la disposición de armadura tiene como primer objetivo facilitar tanto la pre-
elaboración en taller como el posterior trabajo de colocaci6n, consiguiendo asi reducir los pla-
zos y la necesidad de mano de obra. Indirectamente, la racionalizaci6n contribuye a un mayor
desarrollo de la mecanización. Los siguientes aspectos tienen importancia:
Longitud de las barras. Conviene reducir el número de longitudes distintas en lo posible. Debe
tenderse a utilizar longitudes comerciales o submúltiplos de bstas, facilitando asi un mayor apro-
vechamiento del acero suministrado.
Forma de las barras. En general, se debe procurar definir barras con el menor número de
doblados posible, tanto para ahorrar mano de obra en taller como para facilitar el montaje. Por
R.
I I
Calidad del acero. únicamente en casos muy excepcionales estará justificado utilizar más de
un tipo de acero.
Monografía M-3 de eche
Principales requisitos para el mrrecío detalle
-
O0 U
-
11
4
12 J r
-
13
-
15
21
25
26
31 r--I
-
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iis
-
-
41
44
IU
-
46
2
n L
51
-
67
O
-
77
o
Figura 73 (cont,). Formas recomendadas por ISO 4066-197.
Monografía M-3 de eche
Principales requisitos para el correcto detalle
2.4. Durabilidad
La durabilidad de una obra de hormigón se halla en gran medida controlada por el grado de oxi-
dación susceptible de afectar a la armadura. Son varias las condiciones que deben actuar simul-
táneamente para desatar un proceso de oxidación en un acero embebido en hormigón:
1) Por una parte, en el interior del hormigón el acero queda protegido contra la corrosión gra-
cias a la propia alcalinidad del hormigón, formándose sobre la superficie del acero una capa
de óxido protector, denominada capa pasiva, que impide la disoiución del hierro. La posibili-
dad de que la armadura se oxide resulta básicamente de la desaparición local o total de esta
película pasiva, lo cual puede ocurrir debido a una pérdida suficiente de la alcalinidad del hor-
migón. En la práctica, ello puede verse causado por distintos motivos: debido a un proceso
de carbonatación, debido a la acción de iones cloruro (en ambientes salinos), o bien debido
a un desiavado de álcalis que podria darse por cauw de corrientes de agua.
3) Por otra parte, para que la corrosión se desarrolle es necesario que, bien a través de la poro-
sidad o bien a través de fisuras existentes, los agentes agresivos puedan entrar desde el aire
hacia el interior del hormigón, alcanzando a la película pasiva. Este Último aspecto depende-
rá a su vez del grado de la compacidad del hormigón, del espesor del recubrimiento, y de las
características (anchura, separación, profundidad) de las fisuras que se formen. De tales fac-
tores, cabe destacar por su importancia a la compacidad del hormigón. En un hormigón exce-
sivamente poroso o con coqueras superficiales, otros parámetros de la fisuracibn (como
aquéllos relativos a las caraderisticas de las fisuras existentes) adquieren menor relevancia.
4) Asimismo es eficaz ante la corrosión el espesor del recubrimiento, debiendo éste aumentar-
se con la agresividad del medio ambiente. No obstante, debe tenerse en cuenta que recubri-
mientos muy anchos, que exijan disponer malla de reparto en medio del espesor de éste,
pueden tener un efecto contraproducente por el peligro de oxidación de esta malla. El pro-
yectista deberá considerar la posibilidad de prescindir de tal malla en estructuras sometidas
a ambientes muy agresivos (por ejemplo, estructuras marinas) que exijan inevitablemente un
recubrimiento importante, o bien utilizar mallas de acero inoxidable.
1) Por una parte, una excesiva densidad de redondos puede dificultar el vibrado, produciendo
un hormigón de deficiente compacidad y por ello vulnerable ante un medio ambiente agresi-
vo. Si se desea un alto nivel de protección, debe procederse previendo un recubrimiento sufi-
ciente y asegurando la posibilidad de realizar una correcta compactación, e insistiendo a ser
posible en el control durante ejecución.
Monografía M-3 de ache
Principales requisitos para el correcto detalle
2) Por otra parte, a menor diámetro de barra aumenta la relación entre el volumen de acero y
la superficie expuesta de las barras, por lo que, ante una misma agresividad ambiental, los
redondos tenderán a oxidarse más rápidamente. Por ello, en estructuras no resguardas o
sometidas a ambientes agresivos es muy conveniente tender a disponer diámetros media-
nos. no menores al de 12 mm.
2.5. Eficiencia
Se llama la atención sobre el hecho de que detalles de armado alternativos, igualmente válidos
desde el punto de vista del cálculo, pueden no obstante presentar eficiencias muy distintas. En
efecto, algunos detalles de entre los posibles, ante un mismo problema, exigen una cantidades
adicionales, superfluas, o bien de peso de acero, o bien de trabajo de montaje en taller o en
obra. Obviamente, el técnico debe buscar la máxima eficiencia utilizando para ello el sentido
común y la experiencia disponible aplicada a cada tipo estructural.
2.6. Ductilidad
La ductilidad es la capacidad de las estructuras para disipar o almacenar energía a través de su
deformación, sin pérdida sustancial de resistencia. Esto permite que bajo impactos o deforma-
ciones cíclicas de gran amplitud se disipen cantidades importantes de energía mediante un com-
portamiento anelástico sin pérdida sustancial de resistencia.
24
Monografia M-3 de ache
Principales requisitos para el correcto detalle
figura 75. Ejemplos de juntas entre hormigones en las que es preciso considerar
el Estado Límite Último de Esfuerzo Rasante.
Monografía M-3 de ache
Principales requisitos para el correcto detalle
tal estado limite son, por ejemplo: (a) juntas en entramados situadas en cara de pilares. (b) unión
de pilares o muras a sus cimentaciones, y (c) forjados apoyados en pantallas construidas en
una fase anterior (figura 15). Incluso considerando este cálculo, es probable en estos casos
la aparición de una fisura en la superficie de contacto.
Hormigón vertido
/"ir situ"
SECCION A-A
Figura 16. Disposiciones de armadura que potencian la continuidad estructural frente a otras
posibles. Ejemplo de la unión de una viga de puente a losa superior (a) y de un forjado de losas
prefabricadas en zona de apoyo (b).
Tal como se comentó en el apartado 1, este efecto se potencia fuertemente en el caso de pila-
res de hormigón zunchado, en los que se consigue aumentar muy considerablemente su resis-
tencia y ductilidad mediante la disposición de una densa armadura transversal de tipo helicoidal
o a base de cercos.
MonogmfiaM-3 de ache
Principales requisitos para el correcto detalle
Cercos rectangulores
solapados
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Monograffa U4 de ache
Principales requisitos para el correcto detalle
2h 2 2h
ZONAS L EXTREMA L CENTRAL EXTREMA
1 1
I fi5crn I l I
SEPARACIONES ss S S
DE CERCOS h/4 h/4
2.8. Estanquidad
En muros de contenci6n y depósitos, la disposición de armadura en esquinas o encuentros con-
trola el grado de estanquidad conseguido. Obviamente, este criterio lleva a definir disposiciones
semejantes a las que interesan por monolitismo o continuidad estructural (figura 19).
Monografía M9 de acha
Principales requisitos para el correcto detaib
c
1
I;, EN EL NUDO
1
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L ,~br30cm,~
-P-===t
Figura 76 (cont.). Detalle del armado de pilares y de jácenas para estructuras
muy dúctiles. Fuente: EHE.
Monografía M 3 de ache
Principales requisitos para el correcto detalle
Capítulo 3
Aspectos de proyecto
3.1. El detalle como prolongación del cálculo resistente
La adecuada definición en proyecto del elemento estructural de hormigón armado exige, ade-
más de los pertinentes cálculos resistentes, el diseño de la disposición de la armadura, inclu-
yendo los detalles necesarios. Para abordar este segundo aspecto, el proyectista debe utilizar
criterios resultantes de la experiencia y la buena práctica, hallando el compromiso adecuado
entre los requisitos descritos en el apartado anterior.
La función del ingeniero proyectista se extiende hasta la completa definición, sin ambigüedades,
de la forma de armar deseada, determinando completamente los aspectos de los que depende
la eficiencia y correcto trabajo de la armadura a corto y largo plazo. Esta definición debería
incluir:
Sólo ciertos aspectos más especificos, tales como radios minimos para el doblado o separación
rninirna entre barras, se hallan expiicitamente reglamentados, residiendo entonces la responsa-
bilidad del proyectista en asegurar que tales prescripciones resulten compatibles con el esque-
ma de armado definido.
Actividades tales como la realización del despiece, incluyendo la definición de cotas y longitudes
exactas de barras, la definición de la armadura de montaje, el establecimiento del orden de colo-
cación y la definición completa de sujeciones y separadores, pueden confiarse eventualmente al
Monografía M-3 de ache
Aspectos de proyecto
constructor, sin que por ello adquieran un valor menos proyectual. Sin esta información, el pro-
yecto debe completarse para permitir una adecuada y eficaz puesta en obra. Este grupo de acti-
vidades debería incluir asimismo la distinción entre piezas a doblar en obra y piezas a doblar en
taller. La tabla 1, adaptada de otra tabla semejante de ACI Detailing Manual, establece la longi-
tud y radio de doblado mínimos de las barras para que, en principio, puedan ser tratadas en
obra; en otro caso, debería preverse la realización del doblado en taller.
10,o 1,s 35
12,o 35 3,5
16,O 5,O 3,5
20.0 13.0 3.5
25.0 13,O 10,o
32,O 36.0 10,o
Todo ello deberá hallarse contenido en los esquemas constructivos haciendo consfar fa planta y
el alzado de los elementos armados, as¡ como el número de secciones necesario para asegurar
la correcta colocación de la armadura. Estos esquemas deben permitir a la vez una lectura razo-
nablemente fácil.
Entendemos por “nivel sección” aquel nivel de estudio acometido mediante métodos de cálculo
en servicio o en rotura a partir de las distribuciones de esfuerzos obtenidos del análisis estruc-
tural basado en la hipótesis de Bernouilli (las secciones normales a la directriz se mantienen pla-
nas tras la deformación del elemento). Para este nivel existen métodos de dimensionamiento y
comprobación bien establecidos de los que se desprenden los parámetros que definen la arma-
dura en las partes lineales (o unidimensionales) de las estructuras.
Sin embargo, la definición del armado en una estructura completa exige asimismo tratar nudos,
macizos y zonas especiales en general sometidas a fenómenos tensionales complejos.
En una estructura es posible establecer una distinción entre zonas “B”,que cumplen la hipóte-
sis de Bernouilli, resultando su dimensionamiento del cálculo a nivel sección, y zonas “ D (de
detalle, disturbado o discontinuidad), en las que las distribuciones de deformaciones son más
cohplejas y los cálculos habituales no son en principio suficientes. Las posibles zonas “D’
corresponden en general a esquinas o nudos de pórticos, ángulos, discontinuidades, huecos,
y zonas situadas bajo cargas concentradas o sobre apoyos puntuales (figuras 20 y 21).
Monografía M-3 de ache
Aspectos de proyecto
Así, los métodos y criterios bien establecidos en los que el proyectista utiliza habitualmente para el
cálculo y el detallado de las zonas " B no son realmente extensibles a las zonas " D . En la práctica,
el proyectista se ha basado principalmente en la experiencia y en el sentido común para definir correc-
tamente el armado de zonas "D". El tratamiento de la estructura global resulta asi heterogéneo y,
eventualmente, también lo es el nivel de eficiencia o de seguridad alcanzado en las distintas zonas.
La operación del paso de nivel sección a nivel elemento incluye en particular el muy importante
aspecto del anclaje de las barras en nudos y esquinas de pórticos. Los problemas más elemen-
tales pueden resolverse mediante las formulaciones propuestas por las instrucciones española
y europeas vigentes. No obstante, en la práctica aparecen frecuentes casos no directamente
resolubles mediante tales formulaciones elementales y que, por ello, precisan de ciertas consi-
deraciones adicionales.
Ello ocurre en particular cuando, debido a la escasa dimensión del pilar que se encuentra con el
dintel, no es posible introducir un anclaje por prolongación recta o por patilla a partir del eje del
pilar. Estos últimos aspectos se desarrollan en los apartados 3.5 y 3.6.
Se defiende el uso de estos modelos incluso para estudios en servicio, incorporando a este efec-
to la contribución resistente a tracción del hormigón intacto entre fisuras (tensión stiffening).
El trabajo de estos autores sistematiza con gran generalidad y rigor la utilización de estos mode-
los como técnica general de dimensionamiento de elementos de hormigón armado o pretensado
en combinación con el análisis estructural convencional o el análisis mediante elementos finitos.
La modelización mediante bielas y tirantes pone en evidencia un aspecto que se relaciona direc-
tamente con la idea del detalle como prolongación del cálculo. Para una misma solicitación, y
una vez valorada la cuantia de armadura necesaria, el proyectista puede optar por diversas for-
mas posibles de armar el elemento, todas ellas válidas mientras, según tal modelo, exista en
condiciones de rotura una situación de equilibrio entre fuerzas. La auténtica forma de rotura, al
fallar la estructura, depende directamente del esquema de armado elegido. Las figuras 25 a 35
ilustran este razonamiento para el caso de diversos elementos, mostrando mecanismos resis-
tentes alternativos y los armados resultantes, a los que corresponden distintos esquemas de
fisuración en condiciones de rotura. En definitiva, existe una dependencia directa entre el tipo de
armado utilizado y el tipo de rotura obtenido, con independencia de que ésta ocurra para un
mismo nivel de carga.
Monografía M-3 de ache
Aspectos de proyecto
No obstante, los modelos de bielas y tirantes deben verificar ciertas condiciones, sistematizadas
también por los citados autores:
1) La movilización del mecanismo ideado desde el estado elástico intacto de la estructura, hasta
su configuraciónfinal en rotura, debe producir giros posibles en los nudos de la celosia. Para
ello debe existir una suficiente ductilidad o capacidad de rotación que posibilite el adecuado
desarrollo del mecanismo resistente.
2) En servicio, el elemento armado en coherencia con cierto mecanismo, debe presentar una
fisuración y una deformabilidad aceptables.
Es de notar que aunque el equilibrio y$ por tanto, la seguridad queden garantizados dispo-
niendo un armado coherente con un mecanismo arbitrario pero equilibrado, el comporta-
miento resultante en servicio y hasta rotura puede ser muy variable en lo relativo a la fisura-
ción y a la deformabilidad.
Por otra parte, es también cierto que la mejor solucidn surge a l seleccionar el mecanismo con
menor longitud total de firantes. Ello es así puesto que en los tirantes se concentra la mayor
parte de la deformación de la celosía, de forma que al minimizar su longitud se minimiza asi-
mismo la energía de deformación. (Más estrictamente, la cantidad a minimizar es la energía de
deformación acumulada en tirantes, obtenida como integración del producto de las deformacio-
nes y tensiones en toda su longitud.) Esta idea puede utilizarse como criterio para la optimiza-
ción del armado, tanto frente o Estados Límite de Servicio como frente a Estados Límite Últimos.
Al plantear el método de bielas y tirantes, la instrucción EHE opta por formalizar únicamente las
comprobaciones de tipo resistente; sin embargo, adopta criterios y limitaciones que, en la prác-
tica, producen cuantías y formas de armado que aseguran un control adecuado de la fisuración.
Cuando dintel y soporte son de dimensiones comparables, un mecanismo simple como el indi-
cado en la figura 22, basado en la visualización de las compresiones diagonales generadas en
el nudo, resulta suficiente para justificar el equilibrio. Obviamente, la biela diagonal debe enten-
derse como un campo de compresiones en abanico.
0) b) C)
En este caso, la única precaución reside en asegurar el adecuado anclaje o solape de las barras
que transmiten las tracciones producidas por los momentos negativos actuantes, ya sea median-
te una armadura en U, o solapando la armadura del pilar con la del dintel en una sección sufi-
cientemente alejada de las máximas tracciones (figura 23).
Por el contrario, cuando esta longitud es insuficiente -caso (b)- es preciso prever unas barras de
espera en el pilar, las cuales resultan inconvenientes durante la construcción tanto por su longi-
tud como por su forma.
Monografía M-3 de ache
Aspectos de proyecto
Cuando el pilar tiene continuidad en altura, el anclaje de la armadura del dintel debe de mate-
rializarse de la misma forma de acuerdo con los esquemas (a) y (b), es decir, utilizando barras
en U o bien doblando la armadura principal del dintel hacia el tramo inferior de pilar.
Concretamente, se observa que en este tipo de uniones en las que las barras quedan em-
bebidas en el tramo superior, el fallo por pérdida de capacidad de anclaje se anticipa siem-
pre al desarrollo de una rótula plástica. Por otra parte, el detalle de tipo (b), con la barra
doblada hacia abajo, resultará preferible a la unión mediante barras en U cuando la ducti-
lidad constituya una criterio de diseño prioritario, tal y como Ocurre en el caso de estructuras
sismorresistentes.
En el caso de fuertes concentraciones de barras en nudos muy cargados, dobladas de forma for-
zada con radios inferiores a los mínimos, se puede producir una fisuración radial por excesiva
compresi6n en las bielas que convergen en el vértice interior. Ello puede exigir la colocación de
una armadura de cosido perpendicular a las fisuras radiales (figura 24).
Armadura ds cosido
"""\ A
1+1
lil
En el caso de dinteles de gran canto sobre pilares estrechos, es necesario tener en cuenta que,
tal y como detectan los mecanismos ideados (figura 25),aparecen fuertes tracciones transver-
sales a media altura del dintel que exigen de una correspondiente armadura. El mecanismo (a)
se adapta a la colocación de una armadura horizontal, mientras que el (b) representa mejor el
equilibrio conseguido al introducir armadura diagonal en el nudo.
en tal caso aparecen. Esta situación puede modelizarse como combinación de los tres mecanis-
mos (a), (b), (c) de la figura 26, cuya participación relativa en el mecanismo global puede inferir-
se directamente de la condición de equilibrio. La conveniencia de colocar una armadura diagonal
cosiendo el vértice interior del nudo, además de una armadura interior oblicua necesaria para
transferir correctamente las tracciones diagonales, resulta de la participación de los mecanismos
(c) y (b) respectivamente. Como ya se ha indicado, tales armaduras pueden ser prescindibles si
los campos de tracción mantienen intensidades suficientemente moderadas de forma que el hor-
migón, con su margen de resistencia a tracción, pueda absorberlas sin fisurar.
u
(4
A-A
U B-B
U ~
u
~
I I /'
I
-
'
I
U
u
~
Ante momentos positivos elevados es necesario colocar la armadura diagonal normal al eje que apa-
rece en los mecanismos más elaborados. Es interesante observar que existe una estrecha correlación
entre el tipo de fisuración obsewado y el esquema de armado elegido, como muestra la figura 30.
En el caso de una pieza curva es necesario introducir un estribado capaz de desviar gradual-
mente los campos de tracciones y de compresiones; su capacidad mecánica por unidad UScde
longitud puede inferirse de las curvatura de las armaduras longitudinales, como:
Siendo U., U'. la capacidad mecánica de las armaduras a tracción y a compresión respectiva-
~ respectivas curvaturas (véase también el artículo 64* de EHE).
mente y k., k ' sus
Para movilizar enteramente un mecanismo en celosía a cortante-flexión en una viga. debe exis-
tir una distancia mínima entre el punto de aplicación de la carga y el apoyo. Si ello no ocurre
por hallarse la carga demasiado cerca del apoyo, entonces se tiene alguna de las siguientes
situaciones:
Si la distancia "a" (figura 32 a) es inferior a la cuarta parte del canto de la viga, la transmisión de
la carga al apoyo se realiza de forma directa a través de una biela oblicua, pudiendo aparecer
tracciones transversales importantes por efecto de la abertura de las líneas isostáticas de com-
presión, que exigen de un armado transversal distribuido en altura.
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Aspectos de proyecto
..
Para una distancia ua” superior a la cuarta parte e inferior a la mitad del canto, la transmisión es
asimismo directa. Sin embargo, es necesario en este caso prever la formación de un campo peri-
metrai de tracciones por efecto de la incurvación de la biela (figura 32 b).
Finalmente, para valores de ”a“ superiores a la mitad del canto e inferiores aproximadamente a
una vez el canto, el mecanismo de transmisión es una combinación de celosía y transferencia
directa. Para estos dos últimos casos es preciso introducir un refuerzo suficiente a base de
armadura transversal en zona de apoyo (figura 32 c).
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3.4.7.Ménsulas cortas
A modo de ejemplo se presentan distintos mecanismos posibles, con sus armados. La elección
de uno u otro dependerá de aspectos tales como la intensidad de las solicitaciones (y la previ-
sible importancia de las tracciones secundarias), la geometría de la ménsula y, en particular, la
dimensi6n del vuelo relativa al canto, y el tipo de armado propio del pilar.
Anclaje por
doblado
harizantal.
soldadura o
prolongación
española vigente. El tercer mecanismo (figura 33 c) constituye una variante del anterior en el que
quedan representadas las tracciones diagonales susceptibles de aparecer en la ménsula al apli-
car sobre esta una carga especialmente intensa. El segundo (figura 33 b) es aplicable a mén-
sulas en las que la distancia "a" entre la línea de acción de la carga y la sección adyacente al
soporte es mayor al canto Útil 'd" en esta sección, por lo que tiende a formarse una celosía de
viga en voladizo. El cuarto (figura 33 d) prevé la retención de las compresiones oblicuas produ-
cidas por la carga, total o parcialmente, mediante su suspensión de una armadura vertical del
pilar. Esta situación se dará en nudos en los que además se verifique un cambio de signo del
momento Rector del pilar, o bien, de forma semejante, en ménsulas colgadas.
I I
3.4.9. Micromecanismos
Aparecen al estudiar con cierto detalle los nudos propios de las celosías utilizadas en la visuali-
zación de los campos de tensiones. Algunos de ellos modeliuan fenómenos de pequeña escala
muy propios del trabajo en combinación del hormigón y del acero. Como parte de los modelos
de bielas y tirantes, debieran ser estudiados con cierto detalle al abordar su dimensionamiento
global.
t t
TI-
l t l l
--T
t t t t
Figura 35. Micromecanismos para la simulación del anclaje (a), (b) y del solapo (c).
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Aspectos de proyecto
2) Correcto anclaje de la armadura de forma que ésta resulte efectiva en la zona deseada y ante
la solicitación actuante.
3) Tipo estructural: viga (pieza lineal) o losa (elemento bidimensional). Existencia de confina-
miento transversal.
El primer aspecto (tipo de solicitación) determina la geometría de los campos de tracciones que
deben ser resistidos mediante armadura. Así, el correcto trabajo a torsión, tal y como muestra la
analogía con una celosia tridimensional, exige introducir una armadura transversal cerrada,
capaz de trabajar eficazmente a tracción en sus cuatro caras.
Frente a cortante (y en ausencia de torsión), el elemento resistente básico a tracción viene dado
por las ramas verticales de las que consta la armadura transversal, tal y como demuestra la ana-
logia con la celosía de Ritter-Mbrsch (dando lugar a la “regla de cosido”. No obstante, un estu-
dio más cuidadoso considerando una distribución espacial de fuerzas (realizada por ejemplo,
mediante la celosia espacial de la figura 36)evidencia que la correcta transmisión de las com-
presiones diagonales del alma al cordón inferior requiere la formación de un campo transversal
de tracciones, ante el cual se moviliza la capacidad resistente de las ramas horizontales situa-
das en la parte traccionada de la sección. Ello viene a ilustrar que, como mínimo, la armadura
transversal siempre debe ser cerrada por la parte traccionada. Un armado como el recogido en
la figura 37 resulta por ello peligroso, pues puede propiciar la formación de una fisura veCiCal
como la indicada, susceptible de alcanzar la cabeza comprimida e incluso producir una rotura
precoz por división según un plano transversal. Una armadura a base de estribos puede ser uti-
lizada en situaciones de flexión-cortante.
Pero además, cuando existe armadura a compresión, es conveniente utilizar cercos cerrados
tarnbien en la cabeza comprimida al efecto de arriostrar esta armadura evitando su posible pan-
deo en situación de prerrotura.
De las formas de estribos y cercos posibles, sólo aquellas que incluyen un anclaje por doblado
de patilla hacia el interior del alma, en la cabeza comprimida. y apoyándose en redondos longi-
tudinales, son válidas en el caso de vigas de sección rectangular (figura 38 a).
Así, las formas de la figura 38 a son posibles para vigas sometidas a torsión en cualquier caso.
Cuando exista alguna forma de confinamiento transversal, como en el caso de una losa, o bien
en vigas de sección en T (con alas suficientemente robustas), serán iambidn válidas soluciones
basadas en el anclaje por prolongación perimetral o solape (figura 38(b)),
siempre y cuando la ejecución del hormigonado sea realizada con el suficiente cuidado.
Ante cortante, serán válidas las formas (c) o (d) de la figura 38 en secciones rectangulares de
viga, y por existir confinamiento lo serán las formas (b) en losas o secciones en T. La annadu-
ra (e) será eficaz sólo a partir de una profundidad equivalente a la longitud de anclaje. Barras
transversales soldadas a barras longitudinales pueden considerarse eficientes a partir de unos
2 6 3 cm del punto de soldadura (f).
En vigas, es preferible el uso de cercos o estribos múltiples, a poder ser encajados entre s i
como en la figura 38 a, ya que al colocarse aitemados (figura 39 b) se complica algo más la
ejecución.
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Aspectos de proyecto
c3
c l
CT
.
Figura 40. Amado transversal de pilares de gran tamaño o de forma compleja
52
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Aspectos de proyecto
El anclaje de las barras inferiores debe basarse en las prescripciones del artículo 66.4.1 de €HE,
en el que se refiere la necesidad de anclar a partir del eje del apoyo no menos de un tercio del
total las barras necesarias para resistir el máximo momento positivo, en caso de apoyos extre-
mos, y una cuarta parte. en el caso de apoyos interiores.
El tratamiento de las barras superiores (armadura de momentos negativos) exige algún comen-
tario adicional. En principio, el anclaje de la armadura de momentos negativos debe materiali-
zarse a partir de los puntos de cambio de signo de las leyes de momentos. No obstante, ello
entra en conflicto con cierta práctica constructiva que prevé el posible escalado de esta arma-
dura y su anclaje parcial en la zona traccionada. Según Calavera (1999), el corte de barras en
secciones intermedias sometidas a tracci6n puede realizarse cuando se cumple una de las dos
condiciones siguientes:
a) El esfuerzo cortante de cálculo en la sección de corte de las barras no exceda 2i3 del esfuer-
zo cortante úitimo de dicha sección.
b) O bien, siendo las barras de diámetro inferior a 32 mm, la armadura que continúa sea, al
menos, el doble de la necesaria y el esfuerzo cortante de c&lculo sea inferior a 3/4 del esfuer-
zo cortante último en la sección de corte.
a) Que sea posible d anclaje por prdongaci6n recta o patilla, contada a partir del eje de la viga
o del soporte (Otnriamente,manteniendo el reaibtimiento necesario). Más estrictamente, tal
kmg#ud dabe conterse a partir del punto que Rmh el bloque de compresiones, o bien desde
la cara del soporte. si &te se halla sometldo a compresi6n simple o compuesta.
b) Si poc faita de lpngitud rx> es posible el anclaje anterior, es preciso entonces introducir una
proknoeoMnBn vertical.
En este último caso,en el andaje contribuyen dos longitudes rectas "n" y 'm", situadas respec-
thramonteen POdd6ll I y Poslci6nII(deacuerdo con la definición de EHE) y un segmento curvo
da redio Y que puede oonsideranre parciaknenie ubicado en cada una de ambas posiciones
(@Ira 42). sepihi Calavera (19sa), la longitud del segmento de anclaje en vertical 12" puede
cdailarpe de ia oipuiente manera:
Por O~AI parto, es nec8sark) un suficiente coníinamiento laten4 que garantice la efectividad del
meoPniam~de &n&&t. Ello puede resohrerse alejando la rama verücal del paramento o estri-
bsndo la zona de anclaje.
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Aspectos de proyecto
- Utilizar el mínimo número necesario de símbolos y convenciones, y basarse para ello en las
indicaciones establecidas en normas y reglamentos.
- Tender hacia representaciones lo más simples posible, siempre y cuando contengan toda la
información necesaria.
- Detallar las barras a escala lo más exacta posible y situarlas en una posición también lo más
exacta wsible.
- Utilizar marcas apropiadas para indicar el inicio y el final de barras colocadas en una misma
capa. Enfatizar los puntos de corte de barra mediante (-). El corte debe acompañarse de la
identificación de barra.
- Definir la posición exacta de barras dentro de capas mediante las secciones transversales
necesarias.
- Barras indicadas en otros dibujos deben ser omitidas, excepto cuando su posición sea crítica,
como en esperas o solapes. En este caso, utilizar línea discontinua.
- Numerar las barras según el siguiente orden: barras inferiores desde esquinas, barras dobla-
das hacia arriba, barras superiores, armadura de montaje, armadura transversal. Numerar las
barras principales según el orden de colocación previsto.
- Elegir los puntos de mayor concentraciónde barras en capas para dirigir las líneas de referen-
cia, pero identificar las barras por separado. Las marcas de barras superiores deben especi-
ficarse por arriba, las de barras inferiores por abajo.
- En las representaciones en alzado, los estribos o cercos s610 precisan ser indicados una vez
mediante línea continua, utilizando una línea auxiliar para marcar los grupos según separa-
ciones o diámetros.
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Aspeclos de proyecto
- En las secciones transversales, los ganchos, estribos o cercos deben ser representados la
forma realista, destacando su posición relativa y su vinculo con la armadura principal.
- Debe prestarse una atención especial a nudos de encuentro entre vigas y pilares, proporcio-
nando en caso nacesario detalles a mayor escala.
D c
definen las instrucciones para la presentación del despiece y, finalmente, se establece una
lista de formas preferenciales. Cada forma preferencial dispone un código para su identlflca-
ción sistemdtica.
Cuando la calida gráfica proporcione una información insuficiente o ambigua, ésta deberá ser
completada por el proyectista hasta conseguir planos suficientemente daros e informativos. De
la misma manera, no son admisibles símbolos o convenciones ad hocen la represeniaci6n auto-
matizada, y en caso de ser utilizados los planos resultantes deberán ser entendidos como un
producto intermedio que el técnico deberá reelabcfar para adaptar a una representación con-
vencional.
Además, el proyectista debe revisar críticamente tanto los resultados nudricos como el
esquema de armado propuesto por ordenador. La idoneidad de la geometría del armado obte-
nida debe ser estudiada, considerando, en particular, su constructividad y su compatibilidad con
el proceso constructivo.
Es preciso prever situaciones absurdas que ciertos cálculos podrían producir, como la excesiva
concentración de barras en un espacio físico limitado. A ser posible, la representación automa-
tizada deberia ser suficientemente detallada (por ejemplo, dando un grueso a las barras pro-
porcional a su diámetro) como para delatar tales situaciones.
Monografía M-3 de ache
Aspectos d e proyecto
N' CONVENCION
I SIMBOLO
Representacibn en planta de
2.3.1 una malla
_____ ~~ ~
3.3
junto con una línea contínua que abarque
la serie, acabada mediante líneas oblícuas
cortas para marcar tos límites de &a.
x I\
-+
Un circulo dibujado con línea contínua
conecta la línea fina de serie con la borra
o el estríba o cerco de referencia
3.6
Si se utilizan morcas de extremo, tales
marcas deben dibujarse hacia ambo o
hacia la izquierda en la capa superior y
hacia abajo a hacia la derecha en la capa
inferior
” CONVENCION SIMBOLO
-
3.7
En el casa de alzadas de muros con
refuerzo en ambas caras, el armada
debe identificarse can letras, adem6s
de los símbolos, indicando la situación
de cada capa
Con todo ello se hace evidente que una representación automatizada rigurosa y versátil requie-
re programas d e ordenador muy elaborados, en cuyo diseño hayan intervenido proyectistas
experimentados.
Monograíía M-3 de ache
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