Professional Documents
Culture Documents
Solo que tendrá que ser en otra ciudad porque aquí no contamos
con los aparatos necesarios para darle la atención que requiere.
Otra anécdota con otro doctor que me comento mi madre fue que
un niño se encontraba mal, a lo que mi mamá le dijo al doctor,
oiga doctor ese niño está muy malo ¿Por qué no hace algo para
que se ponga mejor y que se recupere un poco más?
Contestándole el doctor, Pero señora, usted por qué pide por ese
niño, mire si ni a su mamá le importa, vea como se encuentra ahí
sentada sin hacer nada.
Y diciéndole eso le aseguro, así como ve de malo a ese niño,
mañana se pondrá peor y de mañana no pasa el niño.
Era una señora rica pero muy generosa, la cual tenía a su nieta
enferma e internada en ese mismo hospital.
Y por las noches hacia lo mismo, los juntaba a todos para que se
fueran a cenar, diciéndoles, ustedes cenen todo lo que quieran yo
pago.
Además esta señora era tan amable que como sabía que no todas
las personas éramos de ahí de México, nos apoyaba con los
medicamentos que ocupáramos los enfermos, pues ella los
compraba, ya que sabía que no todos contábamos con el suficiente
dinero para solventar todos los gastos necesarios.
Mi mamá me platicó que esta señora sólo les pedía una sola cosa,
que toda la gente después de cenar se fuera junto con ella a rezar
a la capilla del hospital.
Así como mucha gente creía y pedía por mi salud, otra anécdota
que me platica mi mamá y que a su vez le contó a ella su madre
fue la siguiente.
La doctora cada mes que iba a tener la cita con ella me pedía que
le llevara los estudios y resultados de sangre para ver cómo iba
evolucionando la médula ósea, si ya comenzaba a producir la
sangre por si sola.
Al notar mejoría en cada cita ella nos daba más ánimos para salir
adelante diciéndole a mi mamá que me curaría, que tuviéramos
mucha fe y siguiéramos pidiéndole por mi salud a Dios.
Ella comenzó a ver mucha más mejoría cada mes por lo que
ahora mis citas se prolongaban a regresar con ella para
revisarme cada 6 meses.
Ella al ver que tras 5 años seguidos mis resultados eran los
correctos decidió retirarme el medicamento por completo, no sin
antes decirnos que volvería a las citas de cada mes para seguir
viendo mis resultados de sangre a corto plazo y no se fuera a
decaer todo el esfuerzo de esos 5 largos años.
Yo no pude hacer otra cosa que llorar, llorar junto con mi mamá y
abrazar a la doctora María Amparo Esparza con todo el amor y el
cariño como a quien le regresan una nueva oportunidad de vida.
Algo que recuerdo y que platique con mi mamá fue que estuvimos
yendo con la doctora 8 largos años y nunca en esos años se nos
ocurrió tomarnos una foto con ella para tenerla y poder verla a
diario.
Logrando así poder tomarme una foto con ella para tenerla de
recuerdo y poder volver así a platicar y oír su voz después de
tantos años.
Quedando cerrado este capítulo lleno de alegría por haberla
encontrado nuevamente.
“Yo no soy un escritor ni pretendo ser, solo es una historia que les
doy a conocer”.