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Antología de la poesía
surrealista
latinoamericana
i
Primera edición, febrero de 1974
R. © Editorial Joaquín Mortiz, S.
Tabasco 106, M éxico 7, D. F.
STEFAN BACIU: ANTOLOGIA DE LA POESIA SURREALISTA
l a t in o a m e r ic a n a
C O N F R O N T A C I O N E S
LOS CRÍTICOS
J O A Q U Í N M OR TI Z . M ÉXI CO
A Q U IE N IN T E R E S A R PU ED A .
STEFAN BACIU
H onolulú-H aw aii
1971
8
a la m em oria de
B enjam ín Péret
a la presencia de
O ctavio Paz
Se dice con frecuencia que la ambigüedad del surrealismo
consiste en ser un movimiento de poetas y pintores que,
no obstante, se rehúsa a ser juzgado con criterios estéticos.
¿No ocurre lo mismo con todas las tendencias artísticas
del pasado y con todas las obras de los grandes poetas y
pintores? El “arte” es una invención de los filósofos.
Nietzsche enterró a las dos y bailó sobre su tumba: lo que
llamamos arte es juego. La voluntad surrealista de borrar
las fronteras entre el arte y la vida no es nueva; son nue
vos los términos en que se expresó y es nuevo el signifi
cado de su acción. Ni "vida artística” ni “arte vital”:
regresar al origen de la palabra, al momento en que hablar
es sinónimo de crear. Ignoro cuál será el porvenir del
grupo surrealista; estoy seguro de que la corriente que va
del romanticismo alemán y de Blake al surrealismo no
desaparecerá. Vivirá al margen, será la otra voz.
o c t a v io pa z, Corriente Alterna
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LA C R U Z D E L S UR
(Poesía en movimiento)
131
JOSÉ M A R Í A E G U R E N (1874-1942)
LOS A L C O T A N E S
De duros troncos
y peñascales
el vuelo tienden
los alcotanes.
Su torvo pico,
sus ademanes,
su voz ahuyentan
robustas aves.
Y con deseos
im penetrables,
dejan del río
verdes cañares.
Allí semejan
fuscos m agnates
con intenciones
im penetrables.
132
Allí semejan
seres gigantes,
allí la sombra
de las edades.
(La poesía contemporánea en Perú)
LA R O N D A DE ESPADAS
Y en los cafetines
que el hum o am ortaja,
al sentirla el tah ú r de la noche,
cierra la baraja.
T ristísim a noche
de nubes extrañas:
¡ay, de acero las hojas lucientes
se tornan guadañas!
¡Tristísim a noche
de las encantadas!
(La poesía contemporánea en Perú )
EL A N D A R Í N DE LA N O C H E
134
P E D R O DE A C E R O
Pica, pica
la m etálica peña
Pedro de Acero.
En la cima
de la oscurosa guerra
del m undo ciego.
Pesarosas
como trenes y llantos
se sienten voces:
De hora en hora
los prim itivos salmos
y maldiciones.
Blondo el día
y el compás de la guzla
lejos, muy lejos.
Que en la m ina
más ponderoso, lucha
Pedro de Acero.
(La poesía contemporánea en Perú)
LA SALA A M B A R I N A
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J OSÉ A N T O N I O R A M O S S U C R E
(1890-1930)
LA A L U C I N A D A
138
TRANCE
SUEÑO
340
C ARLOS L A T O R R E (1916)
LOS A M A N T E S C I R C U N S C R I P T O S
Llegó con ese oscilar tem ible que tienen los camarotes en Ios-
largos viajes de ir y venir
No hubiera dejado de volver jamás, jam ás borraba con su1
m ano izquierda lo que decían sus órganos de ver y palpar
T odas sus noches eran de golpe de tim ón de así se hace la
historia
Su peligrosa costum bre consistía en comenzar de nuevo
Y yo la amé sin saber que cuatro ojos ven más que dos
Quizá fuera por su m anera de dorm ir tal para cual
Llegó
La esperé con un disco de oír decir la quiero por los cuatro-
costados
(El lugar común)
LA L E Y D E L M A Y O R E S F U E R Z O
SERAMÉRICA
América,
•el m ar que mece el gran barco del hemisferio.
Sus orillas con formas de mujeres que se niegan a dar a luz,
el cielo que nunca es suficiente,
la m ontaña que crece y crece para alcanzar a ver lo que está
y lo que no está,
la llanura, esa piel de la tierra o de anim al en estado de
contem plación;
el viento que sopla para ponerlo todo en limpio,
el desierto del que resulta imposible desertar,
las islas que algún día se han de unir,
la leche del calor que hierve desde el T rópico al Ecuador;
el frío del sur, hielo sin norte que lo salve;
el río que llega precisam ente de donde uno quisiera ir,
los lagos en los que el agua se cansa de esperar,
los bosques donde el lobo siempre está,
los esteros con el barro con el que alguien amasó a la
criatura de esta latitud;
el hom bre que puede llegar a ser el H om bre en esta vana
enum eración que casi olvida,
inexplicablem ente,
la apuesta de ese mismo hom bre a T odo
o N ada
(Las cuatro paredes)
LA I N C O N Q U I S T A B L E
HÁGALO
159
J U L I O L LI N ÁS (1929)
HAMBRES
CIUDADANO
EL GRA N MAL
160
EL P A B E L L Ó N DE LOS I L U S T R E S
VENTANA
MUERTES
Secreta Juv en tu d
Pérdida infame
(La ciencia natural)
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E N R I Q U E M O L I N A (1910)
VIEJO H U R Ó N
ELLOS LOS M U E R T O S
Se convierten en u n cerrojo
En un cangrejo en una lágrim a
Los pájaros cruzan indemnes
Su salvaje museo de cera
CIUDADANÍA Y CALOR
T E M P E R A T U R A S FIJAS
T a n to calor
Es un verano muy violento o quizás sólo se trata
de otra estación más perversa
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En cuyo foco el caserón desprende una especie de
resina negra
Y un jadeo desagradable
E n ciertas épocas
H ierros en forma de corazones y extrañas letras
Puestas al rojo
R em ontaban desde las bestias quem adas el hum o de
la justicia del dem onio
Y la n iñ ita continúa su juego entre los bram idos
Con su colección de horm igas en u n frasco
Donde conservaba u n a enorm e limaza
Sobre la cual las hormigas se encarnizaban
Placeres del campo
El camino donde estamos desaparece
T ritu ra d o por el sol
H asta m udarse en una gran sed
—E xtraordinaria en realidad—
P ara quienes respiran aún
C uando mujeres desnudas con grandes sombreros y
trenzas del arenal
Oscilan en la vibración del aire
T a n to calor
El piso se ha resquebrajado
Pasan tan altos esos regueros de flores y nubes
Casi cerca del techo
De esta habitación enterrada en las brasas
R etrocediendo incesantem ente
Por parajes que se dispersan
D ejando u na huella falsa en la lejanía
M A E S T R O DE C E R E M O N I A S
Gentes
A lrededor del m uerto
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Flacas aterradas con sus m itras de farsa al jabón lívido de
la intem perie
Llueve por momentos lim ando apenas la jau la calurosa de
diciembre
Gentes circulando ju n to al m uerto que gesticula furiosam ente
entre sus colgajos
H aciendo muecas majestuosas
Con u n largo crujido de m ueble de torm enta
A tantos deudos con u n a mosca con u n alfiler
A carcajadas
A grandes espumas
El insondable
Hace sonar las llaves del planeta
U N L E C H O DE H O R M I G A S REALES
168
A L D O P E L L E G R I N I ( 1 90 3 - 19 7 3)
LA M U J E R T R A N S P A R E N T E
SEMBLANTE ACAECIDO
EL C O R A ZÓ N DE T O D O S LOS ROSTROS
a A n to n io Porchia
U N E S P E C T Á C U L O MÁS
17B
u n seno, solam ente un seno
n o puede vencer al cálculo de probabilidades
la buena señora confunde el canto de las sirenas
con el canto de la vida
y sonríe
el orador h a cum plido su misión
el señor muy digno se tranquiliza
los letreros luminosos se apagan
h a term inado el espectáculo
detrás de los que se retiran
q u ed a inm óvil la pupila insaciable.
(La valija de fuego)
ES D E C I R
LA C E R T I D U M B R E DE E X I S T I R
Sí
lo he visto todo
todo lo que no existe destruir lo que existe
la espera arrasa la tierra como un nuevo diluvio
el día sangra
unos ojos azules recogen el viento para m irar
y olas enloquecidas llegan hasta la orilla del país silencioso
donde los hom bres sin m em oria
se afanan por perderlo todo
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EL C A N T O EN U N A M A N O
EL P E L I G R O EN LA O T R A
174
A N T O N I O P O R C H I A ( 1886 - 19 6 9)
VOCES
176
HAITÍ
M A G L O I R E - S A I N T - A U D E ( 1912 - 1 97 1 )
DÉCHU
II
III
Le dialogue 41
Plus indolent q u ’Elisa Bretón.
Poéme du prisonnier,
Au glas des soleils remémorés.
Crécelles ensevelies
Sur le coeur du pélerin.
VI
L ’étoile du m endiant
E ntend le souffle de m a M ort.
V II
D ernier lied,
Pales am ours solennelles.. .
Derniers feux.
210
Derniers jeux.
SILENCE
PHRASES
Inform e, frois,
Les yeux sans eau comme la fatalité.
(Dialogue de mes lampes)
PAIX
212
MÉXICO
O C T A V I O PAZ ( 1 9 1 4 )
EL P R IS IO N E R O
(h o m e n a je a d . a . f . d e sa d e)
N o te has desvanecido.
Las letras de tu nom bre son todavía una cicatriz que no se
cierra,
un tatuaje de infam ia sobre ciertas frentes.
MARIPOSA DE OBSIDIANA*
217
Canta en la verde espesura
la luz de garganta dorada,
la luz, la luz decapitada.
LA H I G U E R A
UN POETA
2 20
DAM A H U A STEC A
V A L L E D E M É X IC O
(¿Águila o sol?).
H A C IA E L POEMA
(PUNTOS DE PARTIDA)
II
223
Í NDI C E
a r g e n t in a :
Braulio A r e n a s .........................................................................179
Jorge C á c e r e s ............................................................................... 184
Teófilo C i d ......................................................................................191
Enrique G ó m ez-C o rrea........................................................... 195
H A ITÍ:
m é x ic o :
perú :
César M o r o ......................................................................................227
Emilio Adolfo W e s tp h a le n ..................................................... 234
243