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Landerreche 1

Paula Landerreche Cardillo

Semiótica Aplicada

Mtra. Fabiola Aguilar

3 de mayo de 2016

En español no se escuchan las mujeres

Desde chica me enseñaron que en español si hay por lo menos un hombre en el


grupo de personas del cual hablo entonces se dice en masculino. Puede haber
miles de mujeres y un solo hombre y las mujeres no se escuchan en nuestro
hablar. ¿Qué dice este uso del lenguaje de nuestra sociedad? ¿De qué manera
esta práctica del lenguaje enmarca nuestra manera de ver el mundo?
Judith Butler, en su libro Marcos de guerra, vidas lloradas habla de los
marcos que determinan nuestra manera de pensar. Ella habla de los marcos de
inteligibilidad que operan al pensar en la guerra y dice que “los marcos mediante
los cuales aprehendemos, o no conseguimos aprehender, las vidas de los
demás como perdidas o dañadas (susceptibles de perderse o dañarse) están
políticamente saturados”1 El lenguaje es uno de esos marcos. En este caso no
quiero analizar cómo aprehendemos las vidas como dañadas y perdidas en el
marco de la guerra sino cómo opera esto en nuestra vida diaria a partir de un
uso tan básico del lenguaje que es el hablar en femenino o masculino.
Empezaré esbozando brevemente la teoría, de cómo crean condiciones
de vulnerabilidad2 para algunos. En segundo lugar hablaré de las minorías como
las percibe Butler y hablaré de la mujer en México como minoría. En tercer lugar
hablaré del reconocimiento o la reconocibilidad a partir del lenguaje o sobre el no
reconocimiento de la mujer en el español. En cuarto lugar hablaré del “no-
pensamiento en nombre de lo normativo” en los usos discriminatorios del

1 Judith Butler, Marcos de guerra, vidas lloradas. (Paidos Ibérica: Barcelona,


2010), 14.
2 Butler habla de condiciones de precariedad y no de vulnerabilidad pero para

fines de este ensayo me centraré en la vulnerabilidad ya que la precariedad, y


más específicamente la precaridad, pertenecen al marco de la guerra.
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español y daré algunos ejemplos para sustentar los puntos anteriores.


Finalmente haré una breve conclusión.
Butler llama atención a los marcos a través de los cuales aprehendemos,
en este caso, las vidas. Busca “repensar la precariedad, la vulnerabilidad, la
dañabilidad, la interdependencia, la exposición, la persistencia corporal, el
deseo, el trabajo y las reivindicaciones respecto al lenguaje y a la pertenencia
social”. 3 Los marcos propician condiciones de vulnerabilidad para unos, para
aquellos que quedan fuera del marco de aprehensión. En este caso me
concentraré en el lenguaje como marco, específicamente en el idioma español.
En el español el plural se dice en masculino con la presencia de un solo hombre
sin importar el numero de mujeres que pertenezca al grupo. Se dice en
masculino, se enmarca en masculino. La mujer queda entonces fuera del marco
lingüístico. ¿Qué consecuencias tiene esto? Para muchos es solamente un uso
del lenguaje, así funciona el español, sin embargo tiene consecuencias más
fuertes que solamente el uso. En presencia de un hombre las mujeres quedan al
margen, esto es lo que dice este uso del lenguaje. En el momento que hay un
hombre, la mujer se convierte en minoría.
Quiero centrarme brevemente en la idea de la minoría, sobretodo como
Butler la entiende. Butler propone pensar a la minoría como algo que “atraviesa
las líneas que dividen al ciudadano del no ciudadano”.4 Va más allá de decir de
qué hay más y de qué hay menos. Es claro que las mujeres no son minoría en
México pues realmente hay más mujeres que hombres. Las mujeres representan
una minoría porque quedan al margen de los marcos que regulan el
pensamiento de la sociedad. Las mujeres tradicionalmente no operan en el
marco político y económico del país. Las mujeres solamente son escuchadas a
través de un hombre. Eso me lleva a hablar del reconocimiento.
¿Se reconocen a las mujeres que no se escuchan? Hay que empezar
preguntando ¿Cómo reconocemos? Según Butler una opción sería establecer
un ideal normativo a través del cuál reconocemos, es decir, reconocemos como

3 Butler, Marcos de guerra, 15.


4 Butler, Marcos de guerra, 205.
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personas a aquellas que cumplan con ciertas normas que las establece como
personas. 5 Esto tiene varios problemas pues este tipo de reconocimiento
presupone marcos normativos que, como ya vimos, dejan fuera a muchos. Una
segunda opción sería establecer un sistema de inteligibilidad “histórico general
que establezca ámbitos de lo cognoscible” 6 El problema con este modo de
reconocimiento es que “los esquemas de la inteligibilidad condicionan y
producen normas de reconocibilidad”. 7 Butler propone pensar a la vida
ontológicamente como vida. Busca el ser del cuerpo y este ser, “siempre está
entregado a otros: a normas a organizaciones sociales y políticas”8 “En otras
palabras, el cuerpo está expuesto a fuerzas social y políticamente articuladas,
así como a ciertas exigencias de sociabilidad –entre ellas, el lenguaje, el trabajo
y el deseo–.9 Todas estas exigencias sociales operan juntas y entre ellas, como
ya expuse, está el lenguaje. El lenguaje condiciona las posibilidades de
aprehensión de un cuerpo. Determina la reconocibilidad de un cuerpo en cierto
marco social. En este sentido, un marco lingüístico que no reconoce en sus usos
a la mujer, que la pone al margen del hombre, limita la posibilidad de que sea
reconocida en un ámbito social más amplio.
La reacción automática de algunos será decir que no es cierto que el uso
del masculino en el plural limite la reconocibilidad de la mujer en un ámbito
social más amplio, que no dejan al margen a la mujer sino que es solamente la
norma en el idioma español. Este tipo de pensamiento es aquel que Butler
llamaría “el no-pensamiento en nombre de lo normativo”10 es decir, que utilizan
la norma como algo establecido e incambiable que funciona de cierta manera y
no puede cambiar su funcionamiento. No ven más allá de la norma. Ni detrás de
ella. La consecuencia de esto según Butler es que “el marco normativo comanda
de cierta ignorancia sobre los <<sujetos>> en cuestión, e incluso racionaliza esta

5 Butler, Marcos de guerra, 20.


6 Butler, Marcos de guerra, 21.
7 Butler, Marcos de guerra, 21.
8 Butler, Marcos de guerra, 15.
9 Butler, Marcos de guerra, 16.
10 Butler, Marcos de guerra, 191.
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ignorancia como necesaria”11. Quiero analizar esto desde el caso que propongo,
el uso del masculino plural en el español.
Supongamos que tenemos un grupo de 30 mujeres y 1 hombre, necesitas
direcciones para llegar a un lugar ¿a quién le preguntas? Si pensaste en el
hombre, ¿por qué pensaste en él? Probabilísticamente hay un chance de 30 a 1
de que escojas a la mujer, sin embargo creo que si hiciéramos el experimento
muchos más escogerían al hombre. Ahora pregunto ¿es solamente un uso del
lenguaje el convertir el plural a masculino con la presencia de un solo hombre
entre treinta mujeres? El lenguaje como mencioné hace unos párrafos está
directamente asociado a un marco social específico que responde a ciertas
prácticas específicas. Pensemos en otro ejemplo, una mujer está en una fiesta y
un hombre comienza a hablar con ella, ella le dice que no quiere hablar con él, él
sigue insistiendo, después de un rato la mujer ya está cansada y le dice que por
favor le deje de hablar pues ella tiene novio, el hombre la deja en paz. ¿Por qué
si después de insistir por un periodo largo de tiempo el hombre escucha a la
mujer solamente cuando menciona que hay un hombre en su vida? ¿Es un
respeto a la relación o al novio? Pensemos en el mismo escenario con un
pequeño cambio, la mujer en lugar de decir que tiene novio dice que tiene novia,
el hombre sigue insistiendo o en algunos casos insiste más persistentemente.
Pareciera que la autoridad está en el hombre, no en la relación. ¿Por qué no se
escucha a la mujer? Parece que sí hay un vínculo entre cómo se habla y cómo
se actúa. Entre lo que se reconoce y se dice o se escucha.
Efectivamente una norma del español establece que en la presencia de
aunque sea un hombre el plural se dice en masculino, sin embargo esta norma
no es invulnerable a ser cambiada. Además, como ya expuse, la norma no está
aislada en el lenguaje sino que afecta al marco de aprehensión de ciertas vidas
sobre otras. Deja a unas vidas al margen de otras. Ante estas situaciones Butler
no propone deshacerse de la normatividad pues esto sería imposible sino de

11 Butler, Marcos de guerra, 199.


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hacer un estudio crítico comparativo que extienda nuestras nociones de la


norma y encuentre aquello que se asume por y a partir de ella.12
Tras este análisis de los efectos del lenguaje en el marco de la
reconocibilidad de las minorías, en este caso de las mujeres, establezco que
existe una relación entre nuestra manera de hablar y nuestra manera de
aprehender el mundo. El uso del masculino plural crea diferencias y propicia el
reconocimiento de unos sobre otros. A propósito de la idea de que el uso del
lenguaje crea diferencias, para una reflexión futura, quiero proponer la
posibilidad de pensar este uso del lenguaje como lenguaje performativo, es
decir, lenguaje que en su enunciación hace algo. En este sentido el hacer es
crear una diferencia, una preferencia. Es discriminar en la simple enunciación.

12 Butler, Marcos de guerra, 217.


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Bibliografía

Butler, Judith. Marcos de guerra, vidas lloradas. Paidos Ibérica: Barcelona,


2010.

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