Professional Documents
Culture Documents
De los de procedencia animal los más importantes son los que poseen los peces azules
de agua fría. Los más destacados en este grupo son el ácido eicosapentaenoico (AEP) y
el ácido docosahexanoico (ADH). El organismo transforma los del primer grupo en los
del segundo grupo.
Ácido eicosapentaenoico (AEP): Se encuentra fundamentalmente en los aceites del
pescado azul y en la leche materna. Existen trazas del mismo en la verdolaga.
Ácido Docosahexaenoico (ADH): Se encuentra fundamentalmente en los aceites de
pescado azul propios de aguas frías como el salmón, el atún, la trucha, la caballa y el
arenque. y en algunas algas microscópicas.
Complementos: Constituyen una forma de ingerir ácidos grasos ω-3 para aquellas personas
que no lo toman de fuentes vegetales o que no comen suficiente pescado. Se toman en
forma de cápsulas que contienen aceites de pescado o de los complementos en forma de
cápsulas, aceite o polvo del aceite de linaza, de onagra, etc..
Los ácidos grasos ω-6 necesitan ser suministrado con los ω-3, para acumularse en las
membranas celulares.
Uso externo
Ácido oléico (18:1 ) que es el componente principal del aceite de oliva y de otras grasas
monoinsaturadas.
Ácido erúcico ((22:1) encontrado en canola (Brassica napus), semillas de Erysimum,
semillas de mostaza (Brassica). Las canola con alto contenido de ácido erúcico sirven
comercialmente para uso en pinturas y barnices como secante y protector.
Lamentablemente, a diferencia de los ácidos grasos omegas 3 y 6, los ácidos grasos ω-9 no
se clasifican como ácidos grasos esenciales. Eso se debe a que pueden ser creados por el
cuerpo humano a partir de grasa insaturada por lo que no son esenciales en la dieta.
CONCLUSIÓN
Los datos epidemiológicos demuestran que aquellas poblaciones en las que el consumo de
pescado es muy alto, las tasas de aparición de enfermedades cardiovasculares y cáncer son
más bajas. Por eso es importante complementar la dieta con aceites de pescado. Pero hay
que tener en cuenta que para un correcto funcionamiento del organismo se tiene que
establecer la relación adecuada entre los grasos ácidos esenciales ω-3 y ω-6 ya que
ambos se complementan mutuamente en sus funciones (como la acción de liberación de
prostaglandinas). Actualmente existe una proporción demasiado elevada en la ingestión de
ω-6 que suele oscilar entre un 10 :1 o 20 : 1, cuando la proporción adecuada se situaría en
un 4:1, es decir cuatro partes de ω-6 por 1 parte de ω-3. Esta enorme superioridad del ω-6
puede ser responsable algunas veces de algunas enfermedades, como las de corazón, ciertas
depresiones, diabetes. etc. La solución consiste en aumentar los alimentos que contengan
más ω-3 o tomar suplementos de este componente y disminuir aquellos alimentos muy
ricos en ω-6.
Son ácidos grasos poliinsaturados que nuestro organismo necesita para un buen desarrollo y
funcionamiento y que debemos proporcionarle a través de los alimentos, siguiendo una dieta sana y
equilibrada.
A partir del ácido linoleico se consigue el CLA, ácido linoleico conjugado, que esta teniendo mucho
existo en la lucha contra los kilos sobrantes.