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GERENCIA SEGÚN LA BIBLIA

Por: Franklin E. Ramírez G.


Junio, 1995

Tengo que confesarlo: mientras más me relaciono con


los conceptos gerenciales modernos, más aprecio y
admiración siento por la Biblia. Un simple estudio
comparativo de éstas dos fuentes revela que los
principios y modelos planteados en una (la teoría
gerencial), tienen equivalentes que los anteceden en la
otra (la Biblia).

Es cierto que la Biblia no es un libro sobre


administración de negocios. Tampoco es un libro sobre
ciencias. Sin embargo, como veremos en este trabajo,
contiene leyes y principios inmutablemente exactos
sobre ciencia y administración. Todo esto sin
mencionar sus innegablemente confiables registros
históricos y consejos morales. De hecho, la Biblia se
considera a sí misma como La Verdad (Juan 17:17).

Por extraño que parezca, la Biblia contiene más


información sobre métodos y estrategias gerenciales
que cualquier libro moderno especialista en el tema.
Salvando la diferencia de lenguaje, el propósito de su
contenido y las necesidades de quienes usan de sus
consejos, la Biblia debería convertirse en uno de los
principales manuales de consulta del gerente que en

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verdad desee mantenerse documentado sobre la
materia.

Un beneficio adicional que cosechará quien utilice la


Biblia como referencia para pulir su estilo y métodos
gerenciales es que en sus páginas hallará respuestas a
muchas interrogantes respecto al manejo de asuntos de
la vida cotidiana, las relaciones interpersonales y las
inquietudes o necesidades espirituales. Además,
desarrollará un mayor grado de sensibilidad (Salmos
119:105; 1 Timoteo 3:16,17).

Toda la sabiduría práctica que necesite el gerente para


el desempeño eficaz de su función ejecutiva, podrá éste
hallarla en las Santas Escrituras, como también se le
ha llamado. De lo que me ocuparé en este trabajo es de
presentar evidencia que demuestre cuánto habla la
Biblia sobre los métodos y principios gerenciales.

No niego la utilidad que para estos fines pudieran


tener otros escritos considerados sagrados.
Simplemente tomo como referencia los innegables
aportes del libro de este tipo más común en nuestro
mundo occidental.

Pero, ¿En verdad dice algo la Biblia respecto al


Management?

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Después de considerar profundamente su contenido, se
puede afirmar categóricamente que la Biblia no sólo
dice algo, sino que dice mucho respecto al tema.

Veamos:

El concepto de administración.

Una manera para definir la administración es decir que


se trata de un procedimiento gerencial o arreglo de
supervisión para el cumplimiento de una
responsabilidad o el logro de una meta

En la Biblia, se usa la palabra hebrea pequddah' en


1Crónicas 26:30 para referirse al término
administración. Según la enciclopedia de expresiones
Bíblicas "Perspicacia en cuanto a las Escrituras", la raíz
de este término proviene de una expresión que
significa "dar atención a". Asimismo, en Ruth 1:6, se
usa esa misma palabra para referirse a la supervisión,
con la acepción: "al cuidado de". Otras referencias
sobre el uso del concepto "gerencia" en la Biblia,
pueden encontrarse en los siguientes textos: 2
Crónicas 24:11; Números 3:32 y 2 Reyes 11:18. En
todos los casos, la aplicación se relaciona con
administrar recursos, supervisar, dar atención a una
asignación o estar al cuidado de algo.

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El Gerente.

Mucho se ha discutido sobre el rol del gerente en las


organizaciones. La definición de su papel en la empresa
moderna es todavía un tema candente, sobre todo si se
consideran los cambios que a nivel estructural y
orgánico están sufriendo las organizaciones.

¿Es el gerente sólo un supervisor o debe ser un líder?


¿Debe él tomar todas las decisiones? ¿ Su motivación
es el poder o el logro? ¿Debe tener siempre el control o
debería dar participación a sus subordinados? ¿Debe
orientarse hacia la tarea o hacia las relaciones? ¿Tiene
que ocuparse del día a día o su responsabilidad
principal son los asuntos estratégicos? ¿Su función es
controlar o facilitar? ¿Debe ejercer el poder o la
influencia? ¿Qué cualidades necesita para ser un
gerente efectivo? Todas estas son las interrogantes que
surgen al momento de abordar el tema del gerente.

¿Qué dice la Biblia respecto al papel del gerente?


Como ya se ha explicado, en la Biblia se usa la palabra
administrador para referirse al hombre que tenía un
puesto de responsabilidad como encargado de algún
comercio, alguna propiedad o bienes, o tenía otras
personas bajo su supervisión. Por eso en muchos
casos, para referirse al gerente en la Biblia se habla del
Superintendente.

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En las Escrituras Griegas Cristianas o Nuevo
Testamento, el término griego para superintendente,
epískopos, se usa en Hebreos 12:15 con el significado
de "vigilar cuidadosamente". También se usa el
sustantivo episkopé, que significa "puesto de
superintendente" (1 Timoteo 3:1).

Un superintendente era alguien que atendía ciertos


asuntos o a ciertas personas, haciendo visitas,
inspeccionando y efectuando nombramientos. La
Enciclopedia "Perspicacia" dice que el término griego
para superintendencia tiene la idea inherente de
supervisión protectora.

Superintendentes en la antigüedad hebrea.

Desde la antigüedad hebrea era común el uso de


superintendentes (gerentes) para dar atención a los
asuntos de interés político, comercial, civil, militar y
religioso. Los capítulos 23 a 27 del libro Primero de las
Crónicas, en las Escrituras Hebreas, muestran los
muchos y diversos puestos y sistemas de gerencia que
existían durante el reinado de David, tanto con
respecto al sacerdocio del Templo en Jerusalén como a
la corte real, incluidas cuestiones económicas y
militares.

La profecía que aparece en el libro del profeta Isaías


(60:7) hace una comparación entre los
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"superintendentes" y "los que [...] asignan [...] tareas".
Este hecho muestra cómo el gerente no centraliza las
decisiones y tareas en sí mismo, sino que puede
asignar trabajo a otros, así como supervisar y velar por
los intereses de aquellas personas o cosas confiadas a
su cuidado.

En la congregación cristiana.

El uso de gerentes para supervisar la empresa cristiana


queda de manifiesto en la siguiente exhortación que en
su tiempo hiciera el apóstol Pablo a los hombres que
habían sido nombrados en puestos de responsabilidad
en la congregación de Efeso, en Asia menor: "Presten
atención a sí mismos y a todo el rebaño, entre el cual
el espíritu santo los ha nombrado superintendentes,
para pastorear la congregación de Dios" (Hechos
20:17,28).

No había una cantidad fija de superintendentes o


"gerentes". Su número dependía de los varones
capacitados y reconocidos como "ancianos" que hubiera
en una congregación dada. Filipenses 1:1, en el Nuevo
Testamento, da a entender que no había un
superintendente, sino que se trataba de un cuerpo que
combinaba sus esfuerzos para superentender los
asuntos de la congregación.

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En su obra Epíscopos y Presbyteros, el profesor Manuel
Guerra y Gómez apunta lo siguiente a este respecto:
"Desde luego epíscopos en el protocolo de la epístola a
los Filipenses no supone una autoridad monárquica; es
más bien un término que nombra a las personas de
evidente estructuración plural y colegial encargadas de
la dirección y del gobierno de la comunidad cristiana
de la ciudad de macedónica".

Este es un dato importante porque revela, cómo el


modelo Bíblico de administración se adelantó a la
práctica gerencial moderna en su esfuerzo por
administrar en equipo, de manera interfuncional.

Cualidades y requisitos del gerente según la Biblia

Por otro lado, para alcanzar un puesto de


superintendente, la Biblia plantea los siguientes
requisitos de interés para los gerentes modernos:
Madurez de carácter.
Libre de acusación.
No un borracho pendenciero.
No ser ávido de ganancia falta de honradez.
De juicio sano.
Capacitado para enseñar.
Que pueda exhortar y censurar.
No ser un golpeador.
No ser terco, sino razonable.
No ser belicoso ni propenso a la ira.
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Probado en cuanto a aptitud.

Usted puede hallar estas y otras características del


gerente bíblico efectivo en los siguientes textos de las
Escrituras Griegas Cristianas:
1 Timoteo 3:1-7
Tito 1:5-9

Ahora bien, ¿desde cuándo puede hablarse de


"gerencia" en la Biblia?

Los inicios del Management.

En los primeros seis capítulos de las Sagradas


Escrituras encontramos que desde el inicio de la
historia humana Dios autorizó y dio libre albedrío al
hombre Adán para diera atención correcta
(administrara) la tierra y todo lo que había en ella (ver
Génesis 1:26-28). Su trabajo consistía en administrar
los recursos disponibles en el jardín de edén, de
manera que dicho modelo se expandiera, bajo su
superintendencia, a toda la tierra. Es decir, Adán tenía
que poner su empresa a producir con rentabilidad para
hacerla crecer. Incluía planificar, organizar, dirigir y
controlar todo lo relacionado con las operaciones del
"negocio" que administraba. Independientemente de
los resultados de su gestión, Adán puede entonces
considerarse como el primer gerente que hubo sobre la
tierra.
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Después del diluvio, descrito en los capítulos 7 y 8 del
primer libro de la Biblia, se desarrolló todo un nuevo
sistema de administración. Un sistema que se hizo
prominente en toda la tierra habitada: el sistema
patriarcal. Este modelo de gerencia se basó en la
centralización del poder por parte del jefe de familia o
de tribu. El patriarca daba atención o supervisaba no
sólo los asuntos rutinarios de la cotidianidad, sino
también el establecimiento de estándares de actuación
y la administración de disciplina. Cada grupo de
familia o tribu contaba con su propio "gerente":, de
manera que varios grupos familiares que conformaran
una tribu tenían un solo patriarca. Este modelo de
gerencia patriarcal resultó redituable en una época en
que la tierra era el medio de producción de riqueza. Era
común entre pueblos viajeros en busca de nuevas
tierras dónde producir más y mejor. Esta forma de
management le garantizaba al patriarca-gerente el
poder, el estatus y la riqueza necesarias para dirigir, al
mismo tiempo que les proporcionaba seguridad y
logros a los "subordinados" o miembros de esas
comunidades (Génesis, Capítulos 3-6).

Pudiéramos citar múltiples ejemplos de la Biblia para


ilustrar éste sistema de gerencia, como los de
Abraham, Isaac, Jacob (Israel), y otros. Pero el ejemplo
más relevante de gerencia patriarcal durante el período
bíblico antiguo (Viejo Testamento), es el de Moisés.
Este excepcional gerente fue un excelente estratega y
eficiente administrador. Dirigió los asuntos nacionales
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del pueblo hebreo de Israel durante aproximadamente
40 años. Su estilo de administración es, en buena
parte, una lección de liderazgo para el gerente
moderno: capaz, firme pero flexible, con coraje, de
carácter maduro, con capacidad de influencia, buen
comunicador, razonador pero sensible ante las
necesidades humanas, etc. Pero lo más impresionante
del gerente Moisés es que cuando analizamos su estilo
de gestión a la luz de los preceptos de la gerencia
moderna nos quedamos perplejos al ver sus tremendos
aciertos como administrador.

Hay que tomar en cuenta que Moisés vivió hace más


de tres mil años. Y que no tuvo oportunidad de asistir
a la escuela de negocios de Harvard, ni conoció a
Deming, ni leyó los escritos de Peter Drucker.
Simplemente fue facultado por Dios para ser líder de
esa empresa, como bien se narra en la Biblia. Todo lo
que Moisés sabía sobre administración lo aprendió de
tres fuentes:
1- De la enseñanza Divina.
2- De su experiencia como gobernante mientras
permaneció en Egipto como hijo adoptivo de
Faraón en tiempos del cautiverio de los hebreos
(Éxodo 2:1-10).
3- De su experiencia práctica como pastor de ovejas
por 40 años en el desierto de madián durante su
exilio de Egipto (Éxodo 2:11-3:1).

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Moisés también adquirió destreza como gerente
durante su ejercicio como líder del pueblo de Israel
mientras éste vagó durante 40 años por el desierto en
busca de la tierra prometida. En esencia, Moisés
aprendió administrando. Y lo hizo muy bien.
Tomemos un ejemplo específico para mostrar este
punto . . .

Empowerment y pasión por servir.

Moisés practicó ampliamente la delegación de


autoridad a subordinados confiables, hace ya más de
3000 años. En Éxodo 18:19, 21-26 se explica que
aunque tenía la máxima responsabilidad en la
empresa, nombró hombres capaces para que se
encargaran de los asuntos rutinarios, conservando así
tiempo para dedicarlo a los asuntos estratégicos y
decisiones de mayor peso. También utilizó este
método para administrar más eficientemente el
aparato militar y la organización sacerdotal, así como
para la administración eficaz de justicia (Números 3:
25,26, 30-32, 36,37; 4:16; Jueces 2:16,18; Ruth 1:1).
Técnicas como involucramiento del empleado y
trabajo en equipo, son otras de las maneras como
Moisés ejerció un liderazgo participativo desde hace
tanto tiempo. Descubrió que de esta forma tanto los
individuos como los equipos de trabajo logran mejores
resultados.

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Por otro lado, y más adelante en la historia bíblica,
usted puede encontrar en Isaías 22:15 un concepto tan
de moda hoy como el de pasión por servir. Allí se habla
del mayordomo, como aquel que está "a cargo de la
casa" y ejerce su trabajo con sentido de propiedad. En
Génesis 24:2 se hace referencia al empowerment,
cuando se menciona la palabra hebrea mo-shel’, que
según la obra "Perspicacia" significa "uno al que se
pone a administrar" o que "se le da poder para que
administre".

Sobre el principio actual de otorgar facultad a los


demás para que actúen y tomen decisiones con
autonomía dentro de las normas previamente
acordadas entre las partes, pueden citarse múltiples
ejemplos Bíblicos. Es más, en cinco libros de la Biblia
se habla expresamente del poderío que posee una
persona determinada para ejecutar una acción o tomar
una decisión. Esta expresión evoca la "facultad para
actuar conforme a la autoridad que ha sido conferida
por un poder superior" (Ver en las Escrituras Griegas
Cristianas - Nuevo Testamento - Gálatas 2:8; Lucas
24:49 y Hechos 4:33).

Como nota interesante, es común entre los que


estudian la Biblia aplicar el principio de que "para todo
tengo la fuerza en virtud de Aquel que me imparte
poder". Esto quiere decir que la actitud del que se
siente apoderado es la de que "puedo actuar
confiadamente con autoridad y autonomía porque se
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me ha otorgado el derecho y la autoridad para tomar
decisiones bajo mi propia responsabilidad" (Filipenses
4:13).

No sé si Peter Drucker tomó en cuenta la Biblia como


fuente documental para su libro "Gerencia para el
Futuro", o si Peter Block la consultó cuando escribía
"Stewardship: Choosing Service Over Self-Interest", en
el que redefine el concepto de empowerment. Lo que sí
se es que todos esos impactantes e "innovadores"
planteamientos que han "revolucionado" el mundo
empresarial en los años 90, y han hecho famoso a más
de un ejecutivo por el mérito de aplicarlos con éxito en
sus compañías, ya habían sido expuestos con sobrada
anterioridad en las páginas de la Biblia.

Por ejemplo, la mayordomía o Stewardship que define


Peter Block como fase superior al empowerment, es el
sokjen’ o "puesto de mayordomía" que se asignaba a los
sirvientes (o empleados) fieles y capacitados en la
antigüedad judía. También pudiera ser el oikonómos o
epítropos, términos que en las Escrituras Griegas
Cristianas (Nuevo Testamento), se usan para designar
al "hombre encargado" de la superintendencia sobre la
casa, otros siervos, las propiedades y sobre otros
asuntos comerciales (Gálatas 4:1-3; Lucas 16:1-13). En
todo caso, la Biblia plantea que la lealtad más allá del
interés personal es el rasgó fundamental del quien
siente "pasión por servir", del que se siente
"apoderado", del "steward" o mayordomo. ¿A caso no es
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esto lo mismo por lo que propugnan las teorías
modernas del management? (véase Tito 1:7,8;
1Corintios 4:12 y Mateo 24:45-47).

Asimismo, en las Escrituras no sólo encontramos la


aplicación de lo que equivaldría a los conceptos
actuales relacionados con el otorgamiento de poder de
decisión (Mateo 28:18; 1 Pedro 2:16; Proverbios 11:14;
Hebreos 5:14; Gálatas 6:5), sino que además pueden
identificarse principios y modelos que recuerdan y dan
solidez a los conceptos modernos de administración.

Por ejemplo, en la Biblia se usa el término griego


oikonomián en Efesios 1:10, para referirse al sistema
de administración de todos los recursos domésticos
que será usado por Dios cuando establezca
definitivamente su Reino sobre la tierra en el futuro
cercano. Fíjese, además, en el parecido entre ésta
expresión y la palabra castellana "economía".

Ese sistema de administración a que hace referencia el


texto citado arriba, está basado en reglas y reglamentos
que evocan las normas y principios que tan
eufóricamente se promueven hoy mediante las teorías
más "vanguardistas" respecto al estilo de gerencia de la
llamada era del conocimiento. Dicho más claramente:
El sistema de organización y administración bíblicos
está fundamentado en el trabajo en equipo; el tener un
propósito claro (misión) y una meta a largo plazo
(visión) que sean tanto comprendidas como apoyadas
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por todos los miembros de la organización; la
reducción de burocracia; la flexibilidad y adaptabilidad
frente a situaciones cambiantes; la planificación
estratégica; la sensibilidad con el mercado; la toma de
riesgos calculados; el desarrollar la capacidad de
innovación; la ubicación estratégica y uso correcto de
recursos; la segmentación del mercado como estrategia
mercadológica; el invertir en capacitación del personal
y fomentar el desarrollo individual, el transferir
conocimientos y aprovechar el capital intelectual; el
pactar alianzas estratégicas; el medir y dar seguimiento
a resultados; el mejorar procesos de manera continua;
la dirección inteligente, así como muchos otros
conceptos, métodos tan populares hoy en el
management "moderno".

De hecho, ese sistema administrativo comenzó a


gestarse a partir del año 33 de la Era Común, cuando
Jesucristo crea la congregación cristiana, mientras
Israel se encontraba dominada por el imperio romano
y el clero religioso judío.

La administración patriarcal había dado paso a un tipo


de gestión basado en el pacto de la ley en el año 1513
(a.C.) allá el monte Sinaí (Horeb). Esta a su vez había
abierto paso en 1117 (a.C.) a una administración
monárquica bajo reyes nombrados por profetas
autorizados por Dios. En este modelo de gerencia, los
administradores de los recursos domésticos de Israel
combinaban sus estilos particulares de liderazgo con
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los preceptos y mandatos estipulados en el código de la
ley. Se decía que los reyes que ocupaban la "alta
gerencia" en éste período "se sentaban en el trono de
Jehová"; así se mostraba el grado de poder y autoridad
que poseían. Este tipo de gestión permaneció vigente
hasta el año 607 (a.C.). En ese año el pueblo de Israel
fue dividido y obligado a dispersarse, en lo que se
conoce seguramente como "la diáspora".

La organización religiosa que había sido creada bajo la


gestión del gerente Moisés continuaba usando el
mismo modelo de administración basado en la ley. Por
eso, durante todo el período que siguió al destierro del
pueblo judío, y hasta el año 33 (E.C.), éste modelo
religioso de administración dominó la vida de la época.
Sin embargo, el sistema sacerdotal del Templo de
Jehová, basado en la organización Teocrática degeneró
en una religiosidad dogmática, basada más en
tradiciones que en los principios contenidos en la
esencia de la Torá o ley mosaica. Esto influyó también
el la cultura "corporativa" del pueblo judío bajo la
gestión imperial romana, en la que eran comunes
gobernantes locales esbirros que se enseñoreaban sobre
sus subalternos y hacían uso del poder y la influencia
del puesto de dirección que ostentaban sin tomar en
cuenta las necesidades espirituales, de desarrollo y de
participación "de la gente que hacia el trabajo", del
pueblo. Esto incluía al clero judío y sus tendencias
religiosas de la época, los fariseos y los escribas.

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Durante todo ese oscuro período, y hasta el nacimiento
del "cristianismo" en el año 33 (E.), la jerarquía, la
complejidad y la formalidad en las relaciones entre
gobernantes y gobernados, entre el clero religioso y los
fieles, constituyeron el modelo clásico de
administración o procedimiento gerencial. Una gran
cantidad de ritos, procedimientos y leyes inflexibles,
ahogaban la vida de la gente. Una intrincada maraña
clerical y política normaba la realización de cualquier
tarea o diligencia ciudadana. Puede decirse entonces
que, aunque en la época todavía no se conocía el
término, había mucha burocracia.

Jesús: El gran agente de cambio.

Por otro lado, el modelo de gestión incorporado por


Jesucristo el día de Pentecostés planteó no sólo un
"cambio de cultura corporativa" para Israel, sino para
todo el mundo hasta nuestra época. Pudiera hasta
afirmarse que el cambio estructural y filosófico que
introdujo en la religión y cultura judías constituyó el
primer caso de reingeniería en la historia. Los
esquemas de pensamiento, de organización, de relación
interpersonal, de supervisión, de desarrollo de recursos
humanos, de planificación, y de administración
sufrieron un cambio radical bajo los nuevos preceptos
y principios implantados por el Hombre Más Grande
de Todos los Tiempos, Jesús el Cristo.

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No hay dudas respecto a que este personaje de vida
efímera, pero de influencia eterna cambió los tiempos
y las sazones. Para decirlo de otra manera, lo que Jesús
hizo fue cambiar los paradigmas de la historia. Por
ejemplo, su Discurso de la Montaña o Sermón del
Monte (Mateo, Capítulos 5 al 7), no sólo es una joya
literaria o una conmovedora pieza oratoria, sino que
además constituye un documento que sienta
precedentes sin par respecto a adquirir innovadoras
maneras de ver el mundo, la administración y las
relaciones humanas. Sus enseñanzas, sin dudas
hicieron tambalear las cimientes mismas de la cultura
tradicional y obsoleta de su tiempo. De igual forma, su
incisiva insistencia por el cambio de actitud, así como
sus innovadores métodos y técnicas para relacionarse
con la gente y hacer que dieran más de sí mismos, aún
hoy causan un impacto extraordinario. Sus dichos y
enseñanzas mueven al cuestionamiento del estatus
quo mental y actitudinal de la gente.

Jesús no sólo fue un gran guía espiritual. También era


un gran organizador. Dejó establecido un eficiente
patrón de organización totalmente diferente al
conocido hasta ese momento. Su punto de vista acerca
del cambio organizacional era de ruptura (pensamiento
sin barreras). Nótese por ejemplo esta mentalidad de
cambio en la siguiente frase que expresara para
referirse a la sustitución del sistema judío por la nueva
estructura de organización cristiana:

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"Nadie corta un remiendo de una nueva prenda de
vestir exterior y lo cose en una vieja prenda de vestir
exterior; pero si lo hace, entonces el remiendo nuevo se
arranca, y además, el remiendo de la prenda nueva no
hace juego con la vieja" (Lucas 5:36).

¿No es esto acaso un principio de la reingeniería? Pero


todavía hay más. Fíjese lo que sigue diciendo Jesús
sobre re-ingeniería: "Por otra parte, nadie pone vino
nuevo en odres viejos; pero si lo hace, entonces el vino
nuevo revienta los odres, y se vierte, y los odres se
echan a perder. Pero el vino nuevo tiene que ponerse
en odres nuevos" (Lucas 5:37,38).

Es más, Jesucristo hasta hace referencia a la parálisis


paradigmática o resistencia al cambio, cuando asegura:
"Nadie que haya bebido vino añejo quiere el nuevo; por
que dice: ‘El añejo es exquisito’". (Lucas 5:39).

También da ánimo en cuanto a la inquietud respecto


al futuro que usualmente acompaña a los de cambio:
"Así que no os afanéis por el día de mañana, porque el
día de mañana traerá su propio afán" (Mateo 6:34,
versión Reina-Valera Actualizada, 1989).

Jesús exhorta más bien a tener fe, es decir, la


expectativa segura de las cosas venideras, aunque no se
contemplen (Hebreos 11:1), y a hacer la parte que a
uno le corresponde en el proceso. De esta manera
tendremos éxito, no sólo para tener aguante en
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tiempos de cambio, sino para producir resultados de
calidad que nos den mayor seguridad y permanencia:
". . . Tal como ha sido tu fe, así suceda contigo . . ."
(Mateo 8:13).

". . . Conforme vuestra fe os será hecho" (Mateo 9:29,


versión Reina-Valera Actualizada).

"Porque en verdad les digo: Si tienen fe del tamaño de


un grano de mostaza, dirán a esta montaña:
’Transfiérete de aquí allá’, y se transferirá, y nada les
será imposible" (Mateo 17:20).

"¡Sí Puedes! Todas las cosas son posibles para uno si


tiene fe!’" (Marcos 9:23).

"Por eso, nunca se inquieten . . . Sigan buscando


primero el reino y la justicia de [Dios], y todas las estas
(otras) cosas les serán añadidas" (Mateo 6:31,33).

La influencia de Jesús como agente de cambio fue tan


trascendental, que cambió radicalmente la manera de
pensar de sus colaboradores, no sólo de aquellos que
trabajaron junto a él durante su gestión de tres años y
medio como organizador y líder de la empresa del
cristianismo, sino también en aquellos que vivieron
décadas y hasta siglos después. Todos se convirtieron a
sí mismos en agentes de cambio como su maestro.

Gerencia según la Biblia 20


Un ejemplo vivo de esto es la manera como Saulo de
Tarso (Apóstol Pablo) enfoca el tema del cambio. En
una de sus famosas cartas, contenidas en el Nuevo
Testamento, Pablo describe con asombrosa exactitud
la actitud correcta hacia el cambio y la mejor manera
de cambiar. Dijo: "Y cesen de amoldarse este sistema
de cosas; más bien, transfórmense rehaciendo su
mente . . ." (Romanos 12:2).

Si comparamos esta exhortación con el esfuerzo actual


de cambio cultural, tanto en lo organizacional como en
lo actitudinal en las empresas modernas, no nos queda
más que admitir que si éstas últimas no aplican el
principio contenido en esta frase bíblica, estarán
haciendo intentos fallidos por lograr resultados
duraderos de cambio. La verdad contenida en las
palabras de Pablo (quien se inspira en el enfoque del
cambio verdadero que enseño Jesucristo, es
impresionantemente simple: el verdadero cambio se
produce desde adentro hacia afuera.

Para las organizaciones, esto significa que hasta que no


hay conciencia interna de la necesidad de cambio por
parte de la alta gerencia, es decir, "cambio de
mentalidad administrativa", como lo plantea E.
Deming, el cambio no se produce. Hay que tomar la
responsabilidad de retar el pensamiento experto que
dice que "si la manera como todo ha funcionado hasta
ahora, como está diseñada la estructura de la empresa,
la forma como operan los procesos, los productos y
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servicios que se ofrecen a los clientes, los métodos de
supervisión y relaciones laborales con los empleados,
los métodos y políticas, como tratamos a los cliente,
está todo funcionando bien; ¿por qué cambiar?

Para la organización, esta clase de resistencia al


cambio representa lo que Pablo menciona de
"amoldarse a este sistema de cosas". Si la organización
quiere cambiar, tiene que "transformarse rehaciendo su
mente", estableciendo una nueva filosofía gerencial que
promueva una nueva misión o propósito que de
sentido al esfuerzo, una nueva visión que fije la
dirección y la meta a largo plazo, y sobre todo nuevos
valores o declaración de principios que sean modelados
o exhibidos por los líderes. Significa aceptar el
compromiso de cambiar y transformar la organización
desde dentro hacia afuera.

Para los individuos, las palabras citadas en Romanos


12:2 significan que a menos que uno esté dispuesto a
modificar su viejo patrón de pensamiento, así como las
creencias y esquemas de actuación que forman parte de
nuestro paradigma, sustituyendo dicho patrón por
nuevos valores, actitudes y principios que estén
acordes con los de la organización de uno; a menos que
se de dicha transformación interna, se insiste inclusive
en teorías de nuestro tiempo, no habrá manifestación
externa de cambio duradero.

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Una vez más queda demostrada la exactitud bíblica en
asuntos del management.

El trabajo en equipo.

Durante mucho tiempo las organizaciones buscaron


fórmulas para aumentar la eficiencia. Probaron
distintos tipos de estructuras, métodos y técnicas para
lograr mayor productividad. Pero todos los esfuerzos
intentaban aumentar el rendimiento basándose en el
individuo. Por eso hace 50 años se podía afirmar que
las organizaciones estaban compuestas por individuos.

Sin embargo, la historia está llena de fracasos de


organizaciones que no pudieron funcionar con éxito a
pesar de que hicieron todo los esfuerzos por reunir el
mayor número de super estrellas. Lo que descubrieron
fue que aunque el talento individual es indispensable
para el éxito de cualquier empresa, las organizaciones,
ese talento no se estaba utilizando totalmente o se
estaba desperdiciando.

Fruto del auge de la competitividad en una "aldea


global" y del factor decisivo que representa la
utilización inteligente del capital humano en ese
ambiente, las empresas se dieron cuenta que se
necesitaba un cambio de mentalidad respecto al uso de
su recurso más preciado: el recurso humano.

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"Hoy existe un acuerdo casi universal sobre cuál es el
cambio que se necesita. El factor decisivo es una
participación reforzada de todos los miembros de la
organización. Este cambio va al fondo mismo del
trabajo en equipo", dicen Robert Blake y Jane Mouton,
expertos en el tema, autores de la cuadrícula gerencial
y de varios libros sobre liderazgo y trabajo en equipo.

La conciencia de que los individuos se comportan de


manera distinta cuando trabajan en un grupo a como
lo hacen cuando se hallan solos, ha sido el punto
central del mejoramiento del comportamiento
organizacional y del logro de alta productividad en
muchas empresas. Por eso hoy, en la mayoría de las
organizaciones modernas la mayoría del personal
trabaja en equipo, y casi no hay nadie que trabaje
completamente aislado de los demás. Están
fortaleciendo la participación proporcionándoles a los
miembros de su personal, no solo las habilidades
esenciales y la motivación apropiada para participar de
forma responsable, unificada y comprometida, sino
ofreciéndoles la oportunidad de aportar de manera
innovadora y creativa a la mejor administración de la
empresa.

¿Qué tiene la Biblia que decir respecto al trabajo en


equipo?

Primero tenemos que recordar los fundamentos del


concepto.
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Un equipo efectivo es un grupo de personas trabajando
juntas hacia el logro de una tarea común. Implica
efectiva comunicación entre los miembros,
coordinación de esfuerzos y cooperación interpersonal
en la realización de las tareas. También es necesario
que compartan una misma visión, se distribuyan
equitativamente las responsabilidades y se reconozcan
los éxitos alcanzados. Se necesita empatía y
solidaridad, así como organización y normas claras que
sean respetadas por todos.

Todos estos aspectos están contenidos en el modelo de


organización que Jesús introdujo hace casi 2,000 años,
y que se describe en detalle en la Biblia. De manera
que otra vez las Escrituras se anticipan a la sabiduría
humana al exponer con sobrada anterioridad los
"secretos" de la eficiencia que se deriva de trabajar en
equipo.

Un hecho impresionante que encontramos al estudiar


el relato bíblico sobre el nuevo tipo de organización
que Jesús creó es que el modelo de trabajo que se
describe no se afana por reunir "super estrellas" que
logren grandes resultados. La organización que fundó
Jesús y que desarrollaron los primeros cristianos se
constituyó de gente corriente, humilde y sin muchas
letras, pero conscientes de su necesidad de aprender y
con disposición de participar. La Biblia misma afirma
por qué Jesús escogió este tipo de personas para
demostrar la efectividad de su modelo de gestión
Gerencia según la Biblia 25
participativa: ". . . porque has escondido estas cosas de
los sabios e intelectuales, y las has revelado a los
pequeñuelos" (Mateo 11:25).

"Porque una cosa necia de Dios, es más sabia que los


hombres, y una cosa débil de Dios es más fuerte que
los hombres”.

". . . no muchos sabios según la carne fueron llamados,


no muchos poderosos, no muchos de nacimiento
noble, sino que Dios escogió las cosas necias del
mundo, para avergonzar a los sabios; y Dios escogió las
cosas débiles del mundo, para avergonzar las cosas
fuertes . . . para que nadie se jacte a la vista de Dios. (1
Corintios 1:25-27,29).

La Biblia, es la fuente de sabiduría Divina, así que


contiene información útil para cualquier humano, no
importa su condición o nivel intelectual, social o
académico. Por eso es posible encontrar en sus páginas
consejo edificante y preciso respecto a la mejor manera
de lograr un buen trabajo en equipo y el
involucramiento de la gente en el trabajo.

Planificación.

En 1 Corintios 14;33,40 se establece la planificación y


la organización como factores vitales para el buen
desenvolvimiento de las tareas del equipo. Allí se hace
Gerencia según la Biblia 26
énfasis en que todo lo se haga en la organización
deberán efectuarse "por arreglo". De hecho, este
elemento reducirá la ocurrencia de conflictos, la
pérdida innecesaria de tiempo, las improvisaciones, y
otros males que acontecen frecuentemente en las
organizaciones.

Manejo de conflictos y comunicación.

Otro aspecto sobre el que amonesta la Biblia es en


cuanto a las disensiones y disputas que pudieran
existir o surgir en la organización. Esto es muy común
en las organizaciones burocráticas, en las que la
complejidad de su estructura y los vicios culturales
fomentan la competencia entre departamentos y entre
individuos, los cuales juegan para su propia ganancia
sin tener en cuenta el grado de interdependencia que
los une. A veces los objetivos no son compartidos o
son incompatibles entre individuos o unidades, y no
comparten un lenguaje común que permita el
entendimiento mutuo. Producto de esta disensión, se
rompe la unidad organizativa y los resultados son
pobres y de poca calidad.

1 Corintios 1:10, 11 insta a ‘hablar de acuerdo’ y a


estar "aptamente unidos en la misma mente y en la
misma forma de pensar". Mediante la ilustración de un
cuerpo humano perfecto, muestra se claramente que la
unidad y la cooperación son elementos necesarios para
Gerencia según la Biblia 27
lograr los mejores resultados como equipo. Por eso se
anima a todos los miembros de la organización,
prescindiendo del puesto que ocupen o la tarea que
realicen, a desplegar interés unos con otros. Se hace
énfasis en que una cooperación armoniosa de esa
índole da a entender un arreglo ordenado de un equipo
efectivo ( 1 Corintios 12:12-26).

Es importante que se preste atención a este consejo


antiguo, porque en su esencia se encuentra la clave de
lo que le cuesta tanto trabajo a las organizaciones hoy
en día: trabajar juntos en unidad de propósito y en la
misma dirección.

El modelo de organización que Jesús fundó en el año


33 (E.C.) está basado en el trabajo en equipo. Aunque
está administrada bajo un orden Teocrático (gobierno
por Dios), en el que Jesucristo se considera la cabeza
dirigencial, cuenta sin embargo con una estructura
ejecutiva en la que un equipo de personas se encargan
de la administración de los asuntos estratégicos,
mientras otros sub equipos interfuncionales supervisan
los asuntos administrativos y operativos. Hay que decir
que una persona no pertenecía a un equipo en
particular, sino que colaboraba y a veces intercambiaba
o rotaba responsabilidades con otras funciones de la
organización. En cada localidad remota donde
operaban unidades de la organización un comité local
tenia su cargo todos los asuntos administrativos,
mientras que la provisión de políticas y estrategias
Gerencia según la Biblia 28
seguían bajo la responsabilidad del Cuerpo
Gobernante, que en ese entonces estaba constituido
por los Apóstoles de Jesús que aun vivían. La
congregación cristiana verdadera de hoy sigue
funcionando bajo los mismos principios que Ud. ha
podido considerar en este trabajo.

Tanto en el libro de los Hechos de los Apóstoles, como


en las Cartas Apostólicas de las Escrituras Griegas
Cristianas, puede Ud. observar qué tipo de
organización flexible, adaptable, innovadora e
integradora era el modelo de management de la
congregación cristiana del primer siglo. Sin dudas un
buen ejemplo de que trabajar en equipo ¡funciona!

El mejor de los manuales de management.

Como usted ha podido observar, la Biblia tiene mucho


que decir en cuanto a la mejor manera de gerenciar.
Sus registros y consejos han resultado
impresionantemente exactos, a pesar de la lejanía en el
tiempo en que fueron escritas sus páginas .

Recuerde, sin embargo, que este libro impresionante


no fue escrito con el propósito expreso de tratar temas
científicos ni, para nuestro caso, gerenciales; mas
indudablemente que su consulta no sólo edifica de
forma estimulante, sino que además orienta y provee
la sabiduría práctica necesaria para la aplicación de
Gerencia según la Biblia 29
principios y consejos que con seguridad plena no
pueden fallar.

¿ Por qué es posible tal exactitud?

De nuevo la respuesta es impresionantemente simple:


Porque es la Palabra inspirada de Dios, y Él no puede
mentir ( 1 Timoteo 3:16; Tito 1:2).

Toda persona objetiva y con espíritu de investigación,


debería considerar la Biblia como una herramienta
confiable de consulta y estudio. Por eso lo animo a
examinar con su propio ejemplar de la Biblia las
evidencias aquí planteadas, para que pruebe por sí
mismo la veracidad de la información y la exactitud de
los datos presentados. Sin duda sacará mucho
provecho de este ejercicio, con el consiguiente
beneficio de que seguro se animará a continuar la
lectura regular de su contenido.

Finalmente, quisiera reiterar la afirmación con que


inicié este trabajo: mientras más me relaciono con los
conceptos del management, más aprecio la Biblia. La
razón es obvia: Es uno de los mejores manuales sobre
gerencia que he podido encontrar.

Gerencia según la Biblia 30

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