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I. PRELIMINARES
1
Abogado por la Universidad Nacional de San Agustín, becario por el DAAD para la realización de
estudios posdoctorales en la Georg-August-Universität Göttingen-Alemania.
2
Cuestión que incluso es verificable en el Acuerdo Plenario 2-2011, específicamente en el fundamento
N° 9.Cfr; al respecto con mayor detalle, MENDOZA YANA, Daniel, La exigencia del Dominio sobre el
Fundamento del Resultado como criterio delimitador de la intervención delictiva en los delitos contra la
administración pública desde una perspectiva Funcionalista Reductora en el Perú, Tesis para optar el
título profesional de Abogado, Universidad Nacional de San Agustín, Arequipa, 2016, pp. 95-118.
basan los delitos de infracción de deber; ii) luego se realizará un breve
análisis del R.N. N° 615-2015; iii) se efectuarán críticas a la teoría de los
delitos de infracción del deber, a la luz del caso analizado; y, iv)
finalmente, se propondrá una alternativa material como fundamento para
determinar la autoría, en los delitos contra la administración pública,
Sin lugar a dudas, la teoría del dominio del hecho (die Tatherrschaftslehre)
es el criterio dominante en la jurisprudencia y doctrina nacional, para la
determinación de la intervención delictiva en los delitos comunes3;
empero, un sector de la doctrina penal, considera que la teoría del dominio
del hecho tiene limitaciones para su aplicación en ciertos delitos
-especiales, etc.-, particularmente en los delitos contra la administración
pública. Explican esa limitación recurriendo al conocido supuesto del
instrumento doloso no cualificado (qualificationslosesdoloses Werkzeug);
y, concluyen que la aplicación de la teoría del dominio del hecho -a ese
supuesto- generaría la impunidad de los intervinientes en el hecho
delictivo. El ejemplo siguiente grafica esa crítica:
El artículo 387° del CP, regula como delito de peculado la conducta del
funcionario que se apropia o utiliza los efectos o caudales del Estado, cuya
percepción, administración o custodia le estén confiados por razón de su
cargo. En un caso hipotético un funcionario, tesorero de una entidad
pública –intraneus- entrega la clave de bóveda de la institución pública,
para que un particular –extraneus- sustraiga el dinero que se encuentra
dentro; aplicando la teoría clásica del dominio del hecho, traería como
3
véase RN N° 253-2004 Ucayali; RN N° 299-2044 Santa; RN N° 23-2004 Lambayeque; incluso la sentencia
del TC recaída en el Exp. N° 1805-2005-HC/TC, fundamento 34. Aunque debe tomarse en cuenta que el
sector funcionalista radical se rehúsa a establecer una equivalencia entre los delitos de dominio y delitos
comunes, pues según ellos (como se verá líneas abajo) el dominio es producto de la competencia de la
organización que se constituye como un deber negativo dirigido a todos los ciudadanos,
independientemente si se trata de un delito común o especial.
consecuencia que el intraneus no responda por qué a pesar de tener la
cualificación exigida por el tipo, no tiene el dominio del hecho; y, a su vez,
el extraneus tampoco respondería, pues si bien tuvo el dominio del hecho,
empero, no tiene la cualidad funcionarial exigida por el tipo. Desde esa
perspectiva, de aplicarse la teoría clásica del dominio del hecho, se estaría
aceptando insostenibles vacíos de punibilidad.
4
WELZEL, Hans,Derecho Penal Alemán, BUSTOS RAMIREZ, Juan y YÁÑEZ PÉREZ, Sergio (trads.), 11° ed.,
Editorial jurídica de Chile, Santiago, 1997, p. 150; véase también con detalle MENDOZA YANA, Daniel, La
exigencia del Dominio sobre el Fundamento del Resultado como criterio delimitador de la intervención
delictiva en los delitos contra la administración pública desde una perspectiva Funcionalista Reductora
en el Perú, cit., pp. 48 y ss.
5
JESCHECK, Hans Heinrich, Tratado de Derecho Penal Parte General, MIR PUIG, Santiago y MUÑOZ
CONDE, Francisco (trads.), 3 ed., Vol II, Bosch, Barcelona, 1981, p. 927; véase también con detalle
MENDOZA YANA, Daniel, La exigencia del Dominio sobre el Fundamento del Resultado como criterio
delimitador de la intervención delictiva en los delitos contra la administración pública desde una
perspectiva Funcionalista Reductora en el Perú, cit., pp. 51 y ss.
dominio6, sino, de un criterio cualitativamente diferente; y clasificó los
delitos en dos grupos: i) delitos de dominio y ii) delitos de infracción de
deber.
6
Como lo pretendían WELZEL y JESCHECK.
7
ROXIN, Claus, Autoría y Dominio del hecho, CUELLO CONTRERAS, Joaquín y SERRANO GONZÁLES DE
MURILLO, José Luis (trads.), 7° ed., Marcial Pons, Madrid-Barcelona, p. 45.
donde “la figura central” será quien posea el dominio del hecho
(Tatherrschaft); y, ii) otro grupo donde autor será quien infraccione un
deber extrapenal (außerstrafrechtliche Pflicht).
Los delitos de infracción de deber serían: i) los delitos especiales; ii) los
delitos de omisión y iii) los delitos de propia mano8. Estos delitos tienen a
la infracción de deber extrapenal como fundamento configurador de la
autoría; por tanto, no alcanza a los sujetos implicados en la realización del
delito, que no infringen un deber extrapenal-. En síntesis, la infracción del
deber extrapenal, es el fundamento para determinar la autoría. “Se trata
siempre de deberes que están antepuestos en el plano lógico a la norma y
que, por lo general, se originan en otras ramas jurídicas” 9. La autoría en
estos delitos no está caracterizada en primera línea por una acción, sino por
la lesión de un deber especial que no recae en cualquiera 10. Sin embargo,
aclara ROXIN, que: i) la infracción del deber constituye solo fundamento
de la autoría, pues ii) el fundamento de la imputación jurídico-penal se
encuentra en la lesión del bien jurídico.
8
Antes de la tercera edición de su obra ROXIN añadía a dicha clasificación a los delitos culposos, sin
embargo, éstos fueron excluidos en atención a que, según ROXIN, la vulneración del deber general de
cuidado, constitutiva del injusto (en los delitos culposos), simplemente se refiere al deber de evitar que
incumbe a todo ciudadano y, que también subyace a los delitos dolosos
9
ROXIN, Claus, Dogmática penal y Política criminal, ABANTO VÁSQUEZ, Manuel (trad.), Idemsa, Lima,
1998, p. 387.
10
ROXIN, Claus, Autoría y Dominio del hecho, cit., p. 363.
Con esta teoría ROXIN consideró solucionado el problema de impunidad
que presentaba el supuestos del instrumento doloso no cualificado; en
efecto: i) el autor –intraneus- responde como autor mediato en virtud de
que infraccionó su deber previsto en una normativa extrapenal valiéndose
de otro; sin ser relevante si tuvo o no el dominio de la situación; ii) también
responderá el extraneus como cómplice, nunca como autor, porque no
infraccionó ningún deber extra penal, pues no estaba vinculado a ninguno;
el dominio del hecho11 no determina la intervención como autoría, pues lo
determinante será siempre la infracción de un deber extrapenal
14
JAKOBS, Günther, Derecho Penal Parte General. Fundamentos y teoría de la imputación, cit., p. 718;
véase también JAKOBS, Günther, Actuar y omitir, en Pensamiento Filosófico y Jurídico-Penal de Günther
Jakobs, POLAINO ORTS, Miguel (Coord.), Flores, Mexico D.F., 2007, p. 21; JAKOBS, Günther, El ocaso del
dominio del hecho. Una contribución a la normativización de los conceptos jurídicos, cit., p. 89; JAKOBS,
Günther, La imputación penal de la acción y de la omisión, Universidad Externado de Colombia. Bogotá,
1996, pp. 31 y ss.
15
JAKOBS, Günther, La imputación penal de la acción y de la omisión, cit., p. 48; véase también JAKOBS,
Günther, Actuar y omitir, cit., pp. 21 y ss; SÁNCHEZ-VERA GÓMEZ-TRELLES, Javier, Delito de infracción de
deber, en Pensamiento Filosófico y Jurídico-Penal de Günther Jakobs, POLAINO ORTS, Miguel (Coord.),
Flores, Mexico D.F., 2007, p. 445.
16
LESCH, Heiko, intervención delictiva e imputación objetiva, Universidad Externado de Colombia,
Bogotá, 1995, p. 68.
17
SÁNCHEZ-VERA GÓMEZ-TRELLES, Javier, Delito de infracción de deber, cit. P. 446.
expectativa normativa no va a ser satisfecha con un “no hacer”, pues el
derecho manda que se “haga” algo producto de la institución de la que es
portador. Esta institución se caracteriza por una especial relación entre el
autor y el bien jurídico, relación que preexistente con anterioridad al hecho.
18
SÁNCHEZ-VERA GÓMEZ-TRELLES, Javier, Delito de infracción de deber y participación delictiva, cit., p.
41.
19
JAKOBS, Günther, Derecho Penal Parte General. Fundamentos y teoría de la imputación, cit., pp. 995-
1012.
20
JAKOBS, Günther, Actuar y omitir, cit., pp. 36-44. Véase también JAKOBS, Günther, La imputación penal
de la acción y la omisión, cit., pp. 49-59.
21
SALAZAR SÁNCHEZ, Nelson, Imputación objetiva y participación de los extraneus en los delitos de
infracción de deber, en Revista Peruana de Ciencias Penales, N° 16, p. 551.
intraneus responderá como autor inmediato, en razón de la infracción
directa de las instituciones positivas.
Este hecho fue calificado como Peculado previsto en el artículo 387° del
Código Penal, que describe como típico el comportamiento de “El
funcionario o servido público que se apropia o utiliza, en cualquier forma,
para sí o para otro, caudales o efectos cuya percepción, administración o
custodia le estén confiados por razón de su cargo (…)”. Se precisó que
para la atribución de responsabilidad penal de peculado a un funcionario es
necesario que exista una vinculación funcional “por razón de su cargo” con
la administración o custodia de los caudales públicos. Hasta aquí no existe
cuestionamiento conceptual alguno.
El Supremo Tribunal, toma posición por la teoría de los delitos de
infracción de deber del funcionalismo radical, precisa que “el delito de
peculado constituye un delito especial de infracción de deber,
fundamentado en instituciones positivas”, y que con relación al delito de
peculado “se trata de un delito de infracción de deber porque el fundamento
de la responsabilidad penal a título de autor reside en el quebrantamiento
de un deber positivo asegurado institucionalmente”.
Por otro lado, la teoría de los delitos de infracción del deber tiene como
efecto operativo el regreso a la “teoría unitaria de autor” en el ámbito de la
intervención de intraneus -funcionarios-; pues, en caso de pluralidad de
intervinientes todos con la calidad de funcionarios, no interesa la magnitud
ni la forma de la intervención de cada funcionario25, así cualquiera sea su
intervención en el hecho delictivo responderán siempre como autores por
estar vinculados a un deber26.
Una crítica desde una perspectiva político criminal, a propósito del caso de
los “Diarios Chicha”, es que la teoría de la infracción del deber extrapenal
termina siendo funcional a la operatividad de la selectividad del poder
punitivo27, en consecuencia, radicalmente contraria al objetivo político
criminal de contención de contra-pulsión de la selectividad del poder
punitivo, que corresponde a un derecho penal latinoamericano:28
En un primer momento la clásica teoría del dominio del hecho, abarcó solo
un ámbito del dominio factual, pero ésta era insuficiente para fundamentar
la autoría en los delitos especiales31. El desarrollo de esta teoría se
interrumpió por las críticas de corte funcionalista que atribuía a ese
dominio los vacíos de punibilidad que generaba el supuesto del instrumento
doloso no cualificado. Y, en lugar de sintetizar -con datos de la realidad-
una tipología de dominio más general 32 que supere los límites de la clásica
teoría del dominio, y abarque la categoría de delitos especiales, la doctrina
se decantó por la creación del artificio idealista de la teoría de la infracción
del deber, de médula normativista y, en consecuencia, antagónica a una
coherente teoría realista de la teoría del dominio. Así, el concepto de autor,
y su fundamentación, terminó siendo una quimera mutante que
determinaba que algunos delitos de la parte especial sean eminentemente
normativos u ontológicos, sin fundamento en la parte general del
ordenamiento penal33.
Esto es claro, pues puede verificarse que aun en los delitos comunes los
criterios de atribución para determinar las diferentes formas de intervención
delictiva son también diferentes35 pero siempre comparables
tipológicamente; resultaría un disparate considerar que el dominio de la
34
No se recurre al artificio de la “figura central”
35
Uno es el criterio para determinar la autoría en sus diferentes modalidades, y otra la atribución de
participación.
acción en la autoría directa sea el mismo que el dominio de la voluntad en
la autoría mediata, pues, ambas tienen en común el control del hecho -
dominio y control acontecer típico-; pues puede configurar el hecho de
manera positiva y tienen el poder de interrumpirlo. En síntesis son
tipológicamente comparables y pertenecen a un concepto realista más
amplio: el DOMINIO.
¿Cómo se explica esa relación fáctica del sujeto con el bien jurídico que le
otorga un dominio sobre la vulnerabilidad del bien jurídico? La respuesta a
la interrogante debe considerar necesariamente las distinciones existentes
entre los delitos comunes y los delitos especiales. Así, GRACIA MARTIN 42
para explicar y fundamentar la autoría en los delitos comunes precisa que
es un hecho innegable que por la sola existencia y forma de vida en una
comunidad social, el hombre, como tal, cuenta con: i) un cúmulo de
posibilidades de acción por un lado, pero, además, ii) es portador de un
conjunto de bienes que le acompañan inseparablemente donde se
encuentre. Esas posibilidades de acción pueden ser puestas en práctica con
la consecuencia de que resulte daño para aquellos bienes de los que es
portador otro hombre por el mero hecho de existir. Estos bienes, entre los
que cuentan como más importantes la vida, la integridad corporal y la
40
GRACIA MARTÍN, Luis, El Actuar en Lugar de Otro en Derecho Penal. Teoría General, Universidad de
Zaragoza, Zaragoza, 1985, p. 342.
41
Para SCHÜNEMANN el dominio sobre el fundamento del resultado se clasifica en: a) El dominio sobre
la situación de desamparo del bien jurídico (con las posiciones de garante en particular de la comunidad
de vida, comunidad de riesgos y la asunción de vigilancia); y b)El dominio sobre una causa esencial del
resultado (dentro del cual se encuentra, en primer lugar, el dominio sobre el propio cuerpo en los delitos
de comisión y, más allá, en los delitos de omisión las posiciones de garante en particular de los deberes
de tráfico, provenientes del control de fuentes de peligro, dominio sobre personas o instalaciones
peligrosas y, finalmente, la responsabilidad de quien dirige la empresa).
A su vez, esta clasificación del dominio se corresponde con las siguientes posiciones de garantes que
puede asumir el autor: a) La posición de garante en virtud de la defensa en torno al bien jurídico; b) La
posición de garante en virtud del control de una fuente de peligro. En Cuestiones básicas del derecho
penal en los umbrales del tercer milenio, cit., pp. 296 y 297.
42
GRACIA MARTÍN, Luis, El Actuar en Lugar de Otro en Derecho Penal. Teoría General, cit., p. 350.
libertad, se encuentran expuestos a la agresión de todos. Normalmente
las acciones adecuadas para lesionar o poner en peligro tales bienes
pertenecen al círculo de posibilidades de acción de todos.
Por otro lado, existen bienes o aspectos de los mismos, respecto de los que
no es portador cualquier individuo –por su mera existencia- 44. Se trata de
bienes jurídicos cuyo sustrato material, con frecuencia, es ya un mero
producto de la organización socio-política de una comunidad
determinada45. A esto debe añadirse que algunos bienes jurídicos existen
únicamente en el seno de determinadas estructuras sociales en las que
cumplen una específica función social y, en consecuencia, para tal finalidad
requieren de la intervención activa de determinados sujetos, por lo que,
únicamente éstos tienen un acceso privilegiado al bien jurídico46.
Montoya Vivanco, Y., Novoa Curich, Y., Rodríguez Vásquez, J., & Torres
Pachas, D. (2015). Manual sobre delitos contra la administración
pública. Lima: Idehpucp.
Reyna Alfaro, L. M. (2011). Los viáticos como objeto material del delito de
Peculado. Gaceta Penal, 119-125.
Roxin, C. (2000). Autoría y dominio del hecho en derecho penal (7° ed.).
(J. Cuello Contreras, & J. Serrano Gonzáles de Murillo, Trads.)
Madrid-Barcelona: MARCIAL PONS.
Welzel, H. (1997). Derecho Penal Alemán (11 ed.). (J. Bustos Ramirez, &
S. Yáñez Pérez, Trads.) Chile: Editorial Jurídica de Chile.