You are on page 1of 7

Carta de Mozart a su mujer Constanze Weber

Viena, 7 de julio de 1791

Queridísima y amadísima mujercita! Ya me perdonarás no recibir esta vez más


que una sola carta mía.
La razón es: he de coger al vuelo a un tal N.N. y no dejarle escapar..
Todos los días, desde las 7 de la mañana estoy ya en su casa.

Espero, además, que hayas recibido puntualmente mi carta de ayer (...) Ahora
tan sólo deseo una cosa: tener arreglados mis asuntos, para poder estar otra
vez contigo.
No puedes imaginarte lo largo que se me ha hecho el tiempo, tanto tiempo
lejos de ti... No puedo explicarte mi sensación: es una especie de vacío...
que me hace mucho daño, una cierta ansia que no se ve nunca satisfecha y,
por tanto, nunca cesa..., que dura siempre y que incluso crece día a día.
Cuando pienso con qué alegría infantil hemos pasado el tiempo juntos en
Baden... y qué tristes y aburridas horas vivo aquí...
Hasta mi trabajo deja de alegrarme, ya que me había acostumbrado a
levantarme de vez en cuando para charlar un ratito contigo y esa satisfacción
me resulta, por desgracia, imposible...
Si me pongo al piano y canto alguna cosa de mi ópera, tengo que pararme
enseguida...; ¡mis sentimientos son demasiado fuertes! ¡Basta!...
¡Si llega una hora en que este asunto se acabe, en la hora siguiente ya no
estaría aquí!

No tengo nada nuevo que escribirte (...) Adieu, queridísima mujercita. Hasta
siempre, tu

Mozart

1
Carta de Federico Chopin a Delfina Potocka (fragmento)

Fidelina, mi única, única amada:


Te aburriré de nuevo con mis reflexiones sobre inspiración y creatividad, pero
como te habrás dado cuenta, estas reflexiones están directamente ligadas a
tí.

He reflexionado largamente sobre la inspiración y la creatividad, y lenta,


lentamente descubrí la naturaleza esencial de estos dones. La inspiración y la
creatividad vienen a mí sólo cuando me abstengo de una mujer por un largo
período.
Cuando, con pasión, he vaciado mi fluído en una mujer hasta secarme, la
inspiración me rehuye y las ideas no avanzan en mi mente. ¡Considera cuán
extraño y maravilloso es que las mismas energías que van a fertilizar a una
mujer y crear un ser humano puedan destinarse a crear una obra de arte!
Y aún un hombre gasta el precioso fluído de la vida por un momento de
éxtasis

2
Carta de Claude Debussy a su esposa Emma

Roma, sábado 21 de febrero de 1914

Al fin! Tengo tu primer telegrama, esta mañana a las nueve y media... ¡No
reemplaza una carta, y además ha pasado por tantas manos (telegrama a ocho
manos) que ya nada tuyo contiene, salvo unos rápidos «cariños» a través del
espacio!

Perdóname la carta desconsolada que recibirás al mismo tiempo que esta. ¡Fui
demasiado infeliz! Y esta noche, incapaz de dormir, con la doble inquietud de
no tener noticias tuyas y saberte envuelta en preocupaciones...

Durante esta noche, en que tuve la sincera impresión de que me iba a morir,
pensé que sería imposible aceptar en el futuro invitaciones para dirigir
conciertos a través de Europa. Solo con pena me atrevo a escribirlo, pero
tengo que confesar mi espantoso miedo de perder tu amor. Cada viaje me
quita un poco de él; al final terminaré por ser para ti nada más que un
extranjero que pasa y al cual no se necesita atarse ya...

En mí, produce el efecto contrario: tus más mínimos gestos, los malos como
los tiernos, adquieren un valor que duplica mi angustia. No hay que esperar
cambiar los actos del destino; sobre todo, no hay que invitarlo a hacer
trampa...

Tu pobre Claude tan solo, que necesita de ti, pequeña mía.

3
Carta de Johann Strauss a Olga Smirnitzk

Varsovia 30 de julio de 1859

Olga! Qué feliz me sentiría si te pudiese abrazar en este instante, tal como te
apreté contra mi corazón esta mañana. Siento ahora más profundo aún mi
apasionado amor hacia ti después de haber penetrado hondamente en mi
corazón los melodiosos sonidos, los gritos dolorosos de Schumann, que sufre
de los mismos sentimientos y es infeliz como yo.

¿Niña mía, puedes comprender por qué soy infeliz? Porque en este instante no
puedo comunicar mi dolor a nadie, porque necesito, para mi consuelo, de la
comprensión.

Solo, abandonado, me siento en mi habitación solitaria, ocupado únicamente


con mis tristes pensamientos... Tenías razón, niña mía, al observar que en el
concierto de hoy estuve más serio que de costumbre, o más triste, como tú
decías; ya antes del concierto me asaltó, sin causa aparente, una suave
melancolía, que agrandada hasta el máximo por la música de Schumann,
amenazó con romper mi corazón.

¡Qué infeliz me siento! ¿Por qué no puedes estar conmigo? ¿Por qué no puedo
vivir como un hombre cualquiera? Me consolaré por medio de la música,
trataré de hacerlo... pero no puedo seguir ahora, mis nervios tiemblan, la
fuerza me abandona...

¡Olga, qué infeliz soy! Apenas tengo fuerza para escribir estas líneas. Jamás
me compadecí de mí mismo; hoy -te lo confieso- lo hice llorando. Ay, Olga,

4
presiento que moriré pronto... y solo... Pero es mejor que nadie sepa lo que
sufrió.

tu Jean

Carta de Franz Liszt a la condesa D'agoult

Marie! Marie!
Oh, dejame repetir ese nombre cien veces, mil veces. Por tres días ha vivido
en mi interior, oprimiéndome y quemándome... Eternidad en tus brazos...
Cielo, infierno, todo, todo en tí y de nuevo en tí... Oh, déjame loco, insano...

La común, prudente estrecha realidad, ya no es suficiente por más tiempo,


debemos vivir con toda nuestra vivencia, amor, y toda nuestra congoja!
¿Me crees capaz o no, de sacrificio, de virtud, de moderación, de religiosidad?
Esto es para vivirlo!!!
El día en que puedas decirme con toda tu alma, con todo tu corazón, toda tu
mente: "Franz, permitámonos borrar olvidar, olvidar para siempre, cada cosa
incompleta, penosa, y acongojante en el pasado; permitámonos ser todo para
el otro, porque ahora te entiendo y perdono tanto cuanto te amo" ese día, y
puede ser pronto, volaremos lejos del mundo, y viviremos, amaremos y
moriremos el uno por el otro solamente.

5
Carta de Beethoven a su "amada inmortal"

Incluso cuando estoy en cama mis pensamientos van a hacia ti, mi


eternamente querida, ahora y entonces alegremente, después otra vez
tristemente, esperando para saber si el Destino oirá nuestra plegaria, para
hacer frente a vida que debo vivir en conjunto contigo o nunca verte.

Sí, estoy resuelto a ser un extranjero vagabundo hasta que pueda volar a tus
brazos y decir que he encontrado mi hogar verdadero con usted y envuelto en
tus brazos puedo dejar que mi alma flote hasta el reino de almas bendecidos.
Ay!, desafortunadamente debe ser así.

Debes estar tranquila, tanto más pues sabes que te soy fiel; ninguna otra
mujer podrá nunca poseer mi corazón, nunca, nunca.

Oh Dios, por qué debe uno ser separado de aquella que le es tan querida. Para
más, mi vida en Viena es actualmente desgraciada.

Tu amor me ha hecho el más feliz y el más infeliz de los mortales. A mi edad


necesito estabilidad y regularidad en mi vida, puede esto coexistir con
nuestra relación? Ángel, acabo de oír que va el correo cada día, y por lo tanto
debo cerrar ésta, de modo que puedas recibirla la inmediatamente.

Mantente tranquila; solamente al considerar tranquilamente nuestras vidas


podremos alcanzar nuestro propósito de vivir juntos. Mantente tranquila,
amame, hoy, ayer.

Qué nostalgia llena de lágrimas por tí, por tí, por tí, mi vida, mi todo. Todos
los buenos deseos a tí. Oh, continúa amándome, nunca juzgues mal el corazón
fiel de tu amado.

Siempre tuyo

6
Siempre mía
Siempre de ambos

Mi ángel, mi todo, mi yo...

¿Por qué esa profunda pesadumbre cuando es la necesidad quien habla?

¿Puede consistir nuestro amor en otra cosa que en sacrificios, en exigencias


de todo y nada? ¿Puedes cambiar el hecho de que tú no seas enteramente mía
y yo enteramente tuyo? ¡Ay Dios! Contempla la hermosa naturaleza y
tranquiliza tu ánimo en presencia de lo inevitable.

El amor exige todo y con pleno derecho: a mí para contigo y a ti para


conmigo. Sólo que olvidas tan fácilmente que yo tengo que vivir para mí y
para ti.
Si estuviéramos completamente unidos ni tú ni yo hubiéramos sentido lo
doloroso. Mi viaje fué horrible...

Alégrate, sé mi más fiel y único tesoro, mi todo como yo para ti. Lo demás
que tenga que ocurrir y deba ocurrir con nosotros, los dioses habrán de
enviarlo...

Tarde del lunes... Tú sufres. ¡Ay! donde yo estoy, también allí estás tú
conmigo.
Conmigo y contigo haré yo que pueda vivir a tu lado. ¡¡¡Qué vida!!!

¡¡¡Así!!! Sin ti... perseguido por la bondad de algunas personas, que no quiero
recibir porque no la merezco.

Me duele la humildad del hombre hacia el hombre. Y cuando me considero en


conexión con el Universo, ¿qué soy yo y qué es aquél a quien llaman el más
grande? Y sin embargo... ahí aparece de nuevo lo divino del hombre.

Lloro al pensar que problablemente no recibirás mi primera noticia antes del


sábado. Tanto como tú me amas ¡mucho más te amo yo a ti!... ¡Buenas
noches!

En mi calidad de bañista, debo irme a dormir. ¡Ay, Dios! ¡Tan cerca! ¡Tan
lejos!

¿No es nuestro amor una verdadera morada del cielo?

¡Y tan firme como las murallas del cielo

You might also like