Professional Documents
Culture Documents
Carlo Ridolfi tratista y pintor veneciano redacta la biografía de Paolo Caliari en 1648, de
las palabras de su preámbulo será como una losa sobre el proceso de recepción de la figura y de la
obra pictórica de Veronés, hasta el punto que su comprensión ha parecido estancarse durante
mucho tiempo en una recepción centrada en su lenguaje formal, aun cuando se trata de un pintor
de una complejidad intelectual semejante a Tiziano o Tintoretto.
2. La Villa Maser.
Hacia 1558 el famoso arquitecto Andrea Palladio termina la construcción de una villa en los
dominios continentales venecianos, por encargo de los hermanos Barbaro, exponentes selecta élite
cultural y política veneciana. Su decisión de encargar a Veronés la decoración al fresco de su villa
suburbana demuestra el nivel de integración en la capital. Con la Villa Maser queda patente la
profunda compenetración entre la arquitectura, los frescos y el programa ideológico de los
comitentes, destinado a exaltar la “Harmonia Universal” y la función rectora de la “Divina
Sapientia”
Centrándonos en el programa iconográfico, Veronés cumple con sus obligaciones
respetándolo, las divinidades y las cultas alegorías se suceden a lo largo de las paredes, sin
solución de continuidad con la representación de arquitectónicas fingidas, jardines arquitectónicos
y personajes que de repente parecen cobrar vida e irrumpir en el espacio ideal, activándose en el
momento en el que una persona real entra en aquellas habitaciones. De hecho con los frescos de la
Villa Maser asistimos a una de las representaciones de mayor eficacia de las visiones reales de lo
imaginario Ejemplar, y siempre citado es el caso de la domina Giustiniana Giustiniani 1560-61
(Villa Maser) esposa de Marcantonio Barbaro, que elegantemente ataviada y acompañada de una
sirvienta y un perrito blanco (atributo de la fidelidad conyugal) se asoma a una balaustrada ,en
esta escena emplea el uso de la perspectiva de sotto in sú (aplicada ahora al fresco) que en este
caso se apoya tanto en las arquitecturas reales como fingidas.
Los frescos de la Villa Maser son un hito fundamental en el recorrido de Veronés, no solo por su
calidad, sino porque demuestra que el artista ya había alcanzado una síntesis dialéctica entre la
escuela de veneciana y la centro italiana encarnada por Miguel Ángel y sobre todo, Rafael.