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l nseñar a filosofar: una reflexión sobre

¡rerspectivas y marcos teóricos

Leune B¡NÍrez

Introducción

('rmo bien se sabe, Kant consideraba que no se puede enseñar


filosofia sino a
lllosofar, no obstante, tradicionalmente la cultura occidental ha reservado siem-
|r() un lugar a la enseñanza filosófica ya como el recuento histórÍco del pensa-
Ittlcnto de los filósofos (filosofia) ya en la realización de variados ejercicios filo-
xrlficos con distinto propósito y de diverso nivel que abarcan todas las áreas del
s¡rber filosófico (filosofar).
La enseñanza filosófica gravita entonces en torno a dos tipos de materias, a saber:
l;rs que proporcionan fundamentalmente cultura filosófica y aquéllas que, básica-
rncnte, introducen en la reflexión filosófica misma. considero que ambos tipos de
ilraterias se complementan ya que no es posible introducirse en los pormenores de la
irrgumentación filosófica con total desconocimiento del contexto que genera una pro-
hlcmática en torno a la cual se dan las distintas propuestas teóricas, las diversas
rxplicaciones, las controversias, las argumentaciones más finas y complejas.
Así pues, la cultura filosófica incide en Ia comprensión de los problemas en
rlt:bate; no es pues una ociosidad el encargarse del contexto filosófico que pue-
rlc ampliarse o matizarse de acuerdo con los derroteros de nuestra indagación.
A estas alturas bien puede surgir la pregunta de
¿qué es mejor o qué se debe
lransmitir a los estudiantes, la cultura filosófica o el ejercicio de la reflexión
lllosófica?
30 Le rNseñANzA or Le Rtqso¡fe: pRESUpuESTos y CONSTDERACToNES
,rulrn BeNFEz
GENERALES I 31

En mi opinión es indispensable y hasta inevitable transmiür ambas cosas


t¡rnon, un parárnetro para la selección de filósofos o propuestas filosóficas. A este
que no son fáciles de deslindar.
rrs¡lccto la elección hegeliana fue muy clara, solo los sistemas pueden ser considera-
La cultura filosófica nos hace patente la peculiar radicalidad y generalidad
r[rs 0omo filosofia y cualquier historia de la filosofia que no manifieste con claridad
los problemas filosóficos, cómo aparecen y reaparecen bajo nuevas perspe(
rxtc criterio de selección de lo filosófico no es sino un agregado erudito de datos'
vas con interesantes matices y cómo los más complejos no se presentan
ni lil reclamo hegeliano puso de manifiesto que la historia de la filosofia no era
namente resueltos ni totalmente cancelados,
Por otra parte, la cultura filosófica nos sustrae de la especialización rrrr¡r historia sin más. El compromiso metodológico, al margen del idealismo,
y de cierta rigidez dogmática que acompaña a una especialización temprani trrr¡rllca, en este caso, la completa reconstrucción racional del acaecer filosófi-
r o, Naturalmente, este proceder que desde Aristóteles se habia empleado, en
En cuanto a la reflexión filosófica lo primero será enseñar a reconocer
peculiaridad del discurso filosófico, sus estructuras básicas y las operacior ¡rl(una medida hace ver que la historia de la filosofia no está limitada a la re-
r orrstrucción histórica, sea ésta de carácter externo, contextual o de carácter
lógicas en que se ori$nan. Los alumnos habrán de familiarizarse con algu
forma del discurso filosófico que les hagan sentir la diferencia entre las ¡r.r'nt':tico, siguiendo la producciÓn y desarrollo de los conceptos.
de razonamiento del sentido común y el esfuerzo de clarificación, ordenación 'litda reconstrucción racional involucra criterios evaluativos sobre la activi-
rigor que exige el pensamiento filosófico, rlrrrl filosófica que se historia y van desde pretender que se cuenta con el crite-
Asi' la carga formativa de la enseñanza filosófica está justo en el intento rkr que permite distinguir entre lo verdaderamente filosófico y lo que no lo es
promover en los jóvenes una experiencia reflexiva distintá. hgrar que Irirsta otros, menos pretensiosos que ayudan a una selección de lo filosófic0, ya
enca
nen su pensamiento, que sean consecuentes con lo que afirman, que no olüden ¡ror la vigencia de una problemática, ya por la cercanía con nuestros
intereses,
pasos de su propia reflexión, que se centren en una temática rrr,r'r:sidades etcétera. En todo caso, desde el punto de vista metodológico, pare-
dada, que no dejen
temas inconclusos y que fundamenten argumentativamente sus propuestas. ll
haber una anterioridad natural de tales criterios de selección de lo *filosófi-
como enseñar filosofia es proporcionar curtura firosófica, por un lado, y ¡'¡¡, (ton rnayúsculas o minúsculas) que puede ser leído como guía racional para
otro, formar hábitos reflexivos, es lácil comprender que no se puede enseñar l.r rt:construcción del desarrollo filosófico.
guna disciplina filosófica, que no cumpla con ambos comeüdos
aunque, sin du
puede hacerse más énfasis en la información o en la formación de
acuerdo con
objetivos que nos hayamos propuesto para un curso en particurar, con todo ¿Es la historia de la filosofía un saber histórico o filosófico?
disciplinas que han planteado serios cuestionamientos acerca de su
para ensenar a reflexionar filosóficamente, estas son las historias de la
I'rt,guntar por la historia de la filosofia como auténtico objeto filosófico obliga a
rlr.limitar, de manera inmediata, el campo de estudio de la filosofia; sin embargo, es
Cultura filosófica e hisroria de la filosofía lrrslo en la historia de la filosofia donde, a partir de alguna perspectiva teórica, se
de lo que no lo es.
lx)ncn en ejercicio los criterios que permiten distinguir lo filosofico
lluena parte de la labor de los estudiosos, los intérpretes, los comentaristas y
La pregunta sobre el status filosófico de la historia de la filosofia no
ha Irr¡¡nualistas, consiste en valorar a los autores y decirnos qué y cÓmo leerlos.
nunca una pregunta de fácil solución. En efecto, en el siglo pasado, bajo
N¡rluralmente que media una enorne distancia entre quien ofrece la discusiÓn
imperio del historicismo, la historia de la filosofÍa no resultaba sino una pa quien nos propone una nueva lectura de
de la historia general humana y, como tal, su tratamiento metodológico 'lrllrc un argumento de Descartes,
no lorlo el sistema platónico o quien ambiciona reconstruir racionalmente, todo el
distinguía del de la historia de los otros aspectos de la cultura humana. que, de manera general, quien historia la
¡¡rlrcr filosófico. No obstante, es claro
En ese mismo siglo, Hegel puso de manifiesto algunos de los problemas p
llkrsofia üene en mente una idea de lo que ésta debe ser y decide sobre la pertinen-
liares de esta disciplina al reflexionar sobre la tensión que existe entre los
r,lir de tópicos y autores con alreglo a la norma o guía racional de su elección'
minos historia {como lo cambiante) y filosofia (como lo permanente y dio
) Queda entonces claro que, de manera inicial, para hacer historia de la filoso-
a esa contradicción asentando el carácter diná,¡nico de la filosofia en la
continu Irir se requiere de una perspectiva filosófica que permita la selección y ordena-
evolutiva de los sistemas. Ia historia de la filosofia vino entonces a representar
l[)rl racional de aquello que se va a reconstruir históricamente'
L¡ eNspñ¡HzR DE LA FtLosoFÍA: PREsuPUEsros Y CoNSIDERACIoNES GENEMLES I ¡t rnR BsNfrEz
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Por otra parte, si la labor es historiar, se espera que la historia de la filosofia, ¡¡'nerales extemas. ta interpretación en la historia de la filosofia üene que te-
como la de cualquier otro campo de la cultura, se beneficie de las pautas ncr como Jano una cara welta hacia las condiciones extemas que la determi-
metodológicas de cualquier elaboración histórica. El conocimiento de la diver- rr;rn y otra hacia su dinamismo y estructura interna que casi todo historiador
sas modalidades historiográficas permite al historiador de la filosofia dar el llrcuentra en el diálogo con los autores en el cual enjuicia, valora, recorta, y
erifoque más adecuado al objeto de estudio que ha constituido bajo el modelo rtloma lo que considera, desde su perspecüva, más certero o viable, más alec-
racional que considera mejor. Hago énfasis en el criterio de selección de lo filo- rlonador, de mayor interés o importancia para su momento. ¿Es esto hacer üo-
sófico puesto que ello ayuda a entender por qué la historia de la filosofia no es h'ncia a un autor? ¿Es realmente decir lo que no dijo? ¿Es una labor anacrónica
una historia sin más y, en consecuencia, por qué no se trata de un puro objeto rlu0 se opone por completo a la reconstrucción histórica?
histórico. Lo filosófico pesa aquí, de entrada, en el marco teórico como $uía
racional y no sólo como contenido.
Otrarazon por la que molesta la consideración de que la historia de la filoso-
Algunas reflexiones sobre las reconstrucciones racionales
fia es un puro objeto histórico es que, si bien es a todas luces indispensable
tomar en cuenta los hechos que explican el desarrollo histórico de la filosofia, (lr¡ando en este si$o la filosofia analíüca puso entre paréntesis la actividad de
no es menos importante considerar cierta lógica interna que ilumina su com- Irlstoriar la filosofia como verdaderamente filosólica, llevando esta propuesta
prensión. Sin embargo, esta lógica interna estará también íntimamente ligada al Irrrsta sus últimas consecuencias, se produjeron ciertos cismas que han dado
punto de vista sobre lo filosófico que se haya adoptado y por ello rige la interpreta- lilg¡rr a interesantes polémicas.
ción de los sucesos filosóficos buscando dar sentido y unidad a su presentación. ,lohn Yolton, campeón de la reconstrucción histórica contextual, mostró, en
rrrr foro sobre esta cuestión, no sólo la imporlancia formaüva de la historia de la
Itl¡rsoña, sino la importancia filosófica de la historia de la filosofia.
Algunos problemas sobre la reconstrucción histórica
l,a parte contraria enfatizaba que lo importante es hacer filosofia y que los
lllosofos anteriores no son sino buenos pretextos para plantear de manera polé-
Desde la perspectiva histórica la presentación de los sucesos filosóficos iba, en rrrlt:a las propias propuestas.
el siglo pasado, desde la moscarrón escueta de los hechos.dejar que los auto- lin esta misma línea, Bernard Mlliams en el prologo a su Descartes. El proyecto
res hablen,, sustentada en la doctrina de la plena objetiüdad y el mayor acopio rlr la investigación pura, se suma a esta idea y la pone en pÉcüca. Para é1, un texto
de material (posición erudita de cuño positivista) a la interpretación como un tipo Irrlr:resante de historia de la filosofia debe ser nrás un texto de filosofia, nace así la
de reconstrucción racional que, en el caso del idealismo hegeliano, se lleva a cabo lrlsloria filosolica de la filosofia en la que se discute con el autor del pasado en los
bajo las premisas de la unidad y la universalidad del pensamiento filosófico. Itlrrninos de la problemáüca presente, haciendo uso de la metodolo$a actual y
Aunque sin las exageraciones de un objetiüsmo, la pretensión de los histo- rrslringiéndose a los temas vigentes. En suma, el diálogo rinteresanter del vivo con
riadores si es el acopio de las fuentes, el rescate de los archivos, datar escritos, ll ¡¡luerto parece darle más peso al üvo y ser más irrespetuoso con el muerto.
transcribir manuscritos, en suma, la búsqueda de la evidencia. Pero aún dado Arlui la pregunta que surge, naturalmente, es si se puede considerar esta cla-
el marco contextual historiográfico más aséptico ¿Hasta qué punto es posible rir rlc diálogo como auténtica historia de la filosofia. Este problema tiene mucho
para quien historia la filosofia decir lo que el autor dijo sin traducirlo (léase r¡r(: ver con los límites entre la reconstrucción histórica y la racional. De otra
interpretarlo) a sus propios términos, bajo sus propios marcos teóricos filosófl- m¡urcra, ¿es posible a Ia reconstrucción histórica prescindir de una perspecüva,
cos y con su propio instrumental metodológico?; ¿es posible o resulta de algún rr¡r¡r lnetodolo$a, juicios de valor, etc., frente a los autores que estudia?

interés no valorar o no enfatizar ciertos aspectos del pensamiento de un autor l\rr otra parte, ¿es posible para la reconstrucción racional dialogar al margen
y con absoluta independencia del sistema, sobre los contenidos teóricos y argu-
de acuerdo con nuestra propia problemática o necesidades actuales?
En mi opinión es por estas razones de enfoque y traducción por las que la rtrnrlos del autor? ¿Es plenamente prescindible el contexto histórico cuando se
r rc l r: nden valorar afi rmaciones y argumentos?
historia de la filosofia no puede ser nunca una pura tarea histórica. El hilo de ¡

la explicación tiene que ir más allá del orden cronológico de la presentación de Al parecer, estas dos formas de reconstrucción no son excluyentes sino, hasta
los sucesos y más allá, también, de la explicación en función de las condiciones lk'rlo punto, complementarias. No podemos hacer historia de la filosofia sin
GENERALES lnr;n¡Bs¡¡frrz 35
LR rNseñRlzn or r¡ RI-ososía': PRESUPUFsTos Y coNSIDERACIoNES
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con ignorancia absoluta de.las co


l,a pregunta que surge es: ¿acaso la reconstrucción racional se limita a la
tomar en cuenta a los autores y su tiempo' rk'scripción de los procedimientos de la filosofÍa analítica?
dan lugar a su peculiar filosofi
diciones concretas internas y externas,-que lin la actualidad se han desarrollado otras posiciones que apuntan hacia la unión
época' escuela o autor' sin
pero, a la par, no parece posible historiar una rkr reconstrucción racional e histórica. CharlesTaylor, en su artículo
*Philosophy of
muertos' diálogo en el que a
medie un diálogo de nuestra parte con los lltstory,, y Alasdair Macintyre, en oThe Relationship of Philosphy ¡6 i¡5 p¿5tr' pro-
los intereses y-preocupi
nuestro conocimiento del instrumental metodológico' que refiere, de alguna manera, a esta
y' en fin' nuestros juicios' preferencias ¡r0nen el término reconstrucción creativa
ciones que nos son contemporáneos rintesis {charles Taylor y Alasdair Macintyre, en Richard Rorty et al., 1984)'
valoraciones. Sin llegar al extremo de Hegel de decir que la filosofía es su historia' Taylor
que las-reconstru*t*i:ii:t111::
Richard Rorty llega a la conclusión de .rnsiderá que una de las tareas fundamentales de filosofia es encontrar las
históricassonnecesariasparalahistoriadelafilosofiaperonoformanparte de nuestras concepciones, ideologías y creencias, lo cual solo
puede ha-
r¡ríces
que hacer ambas cosas pero
una misma labor intelectual' Para él' hay ('('rse a través de la historia de la filosofia.
y quien lo
;.rJ;ñ; il;; ,. especialice en la reconstrucción racional
lln esta linea y de manera más definida, en su artículo de 1965, *The ldea of
en la histórica (Richard Rorty, J' B' Schneewind y Quenün Skinner' 1984)'
lltstory of Philosophyr, diri$ido contra la afirmación kantiana de que la filosofia
mutuamente y que' en
Mi opinión, por el contrario, es que se requieren no es su historia, John Passmore hace algunas precisiones muy importantes
perspectivas se tocan siempre al hacer historia
de
. il;;;;;il,;il;, o menor medida' tratando ¡rrra los efectos de esta presentación,
filosofia. Queda, pu"r, po' elucidar esta mayor lis verdad que el modo de hacer historia de la filosofía puede resultar en un
establecerenlaconfluenciadeestosmétodos'cuálesserianlasproporcio ¡rr0ducto no filosólico si se enfatiza de
tal modo la continuidad de los problemas
más gratificantes y exitosas y por qué razones' r¡rrc se concluya que en filosofia no hay nada nuevo bajo el sol, esto es
que toda la

l¡u.ca del historiador se reduzca a ordenar lo que ya ha sido dicho una y otra vez'
e histórica !u parte, los filósofos subrayan demasiado su originalidad y creatividad
Relaciones entre reconstrucción racional I,or
r,orno si en efecto hubiera Una absoluta discontinuidad entre unos y otros'
suelen ver una oposición insal'
Como ya referimos, algunos autores analíticos Oiertamente, la enfermedad profesional del filósofo es exagerar su propia ori-
vableentrelareconstrucciónhistóricaylaracional.ParaRichardRorty,la profesional del historiador sea insistir
que
erudita de recopilaciÓn ¡ililalidad; probablemente la enfermedad
reconstrucción histórica es una tarea meramente rlt,rnasiado fuertemente en la continuidad (John Passmore, 1965' pág. 3)'
da prioridad a la ubicación contextual' relativizand",:t
"l:t^
que dicho valor debe verse en fun
i:-::*i,:t",?: l,a propuesta de Passmore es una salida intermedia. El buen historiador
debe
teorías en si mismas, pues se insiste en r,slar atento tanto a las continuidades como a las discontinuidades. La idea de
(científicas y religiosas principalme
del sistema de creencias de la época hrndo es que solo puede hablarse de historia de la filosofia si se supone una
una teoria considera que realiza
Por su parte, quien reconstruye racionalmente lr,l¡rtiva continuidad de clases de problemas en que se dan rupturas.
No todo
unalaborauténticamentefilosóficayaqueúnicamenteusaalautordelpasado nue\ro, pero sí hay novedades. En efecto, no hay un
y
preocupaciones ¡rrrr:cle ser radicalmente
..*rl"^t.i.r*tor a quien se interroga sobre los problemas ,rl¡t:to fijo de la filosofia, no hay un conjunto definido e intocable de problemas
presentes, tratando ¿. .it"¡tt"t' el valo]r.absoluto' ahistorico::,t::i"t:i: tT
de las ¡,,i,,sto [ue existe la posibilidad de
que surjan otros nuevos: lo que hay, son
il.rrJ#ffi;; á. il, -g"..ntos debe valer por sí misma al margen r,l;rscs de problemas recurrentes en filosofía. Asimismo, por lo que hace a las
y el sistema filosófico en el que se ori$nan'
creencias, los problemas ¡illrrciones, los filósofos no siempre las proponen, sino que procuran hacer más
"o""itto" del pensamiento' se ve a sl
El reconstructor racional, desde esta corriente I'l¡rros los problemas al mostrar sus implicaciones e incluso nos dicen por qué
e incontaminado' un instrumental
mismo en posesión de un método preciso ¡rort insostenibles algunas soluciones aparentemente plausibles' En suma' lo
valor de verdad de las muestras lÓgicai
aséptico que le permite decidir sobri el r¡rrc los filósofos ofrecen, en general, es un avance en la comprensión de
los
analizadas,limpiamenterecortadasdeuntiempoydeunespacioy bajo el rubro de historia polémica
no suelen
en el que normalmente' ¡rr.oblemas. Por otra parte, Passmore asimila
transplantadas a otro completamente ajeno lrr r¡uc Rorty ha llamado reconstrucciÓn racional y la caracteriza como:
encajar. ,r:studiar las soluciones que hombres de genio han dado a un problema filo-
de reconstrucción aludidos no resul'
Desde esta perspectiva los dos métodos ,r|'llco cuyos puntos de üsta difieran unos de otros lo más posible' El choque de
alternativas'
tan conciliables; sin embargo, existen otras
L¡ ENSPÑENZA DE LA FILOSOFÍA: PRESUPUESTOS Y CONSIDERACIONES GENERALES Lnun¡ BrNfrsz
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sus opiniones encenderá una luz que nos capacite para evaluar los errores en La conclusión a la que llega Passmore es que, sin estar completamente aisla-
los que cayeron y, al darnos cuenta de los aspectos fuertes y débiles de cada da de la cultura ni completamente inmersa en su caudal, la filosofia debe ser trata-
teoria, descubriremos la dirección en la cual puede darse el progreso futuro' da histórica y críücamente sin exagerar o excluir ninguna de estas perspecüvas.
(John Passmore, 1965 Pá9.7)' Para resumir, podemos decir que, bien entendido, el problema de la historia de
la filosofia, al aproximar la reconstrucción racional a la histórica es darse cuenta
AquÍ resurge el problema de la continuidad y la discontinuidad. En efecto, de que, por su peculiar ubicación critica, los contenidos filosóficos requieren,
quien hace historia polémica prescinde de la temporalidad. Todas las teorias se además del tratamiento historiográfico, de un enfoque filosófico que nos permita
sitúan en un mismo tiempo; en esa perspectiva, los problemas filosóficos no ordenarlos, analizar sus contenidos, apreciar su desarrollo, en una palabra, dar-
cambian. El historiador insistiría más en que cada época tiene sus peculiares le sentido al inmenso caudal filosófico. Desde esta perspectiva, la reconstrucción
problemas filosóficos, éstos varían de tiempo en tiempo y de lugar en lugar' racional es inseparable de la reconstrucción histórica, por lo que el carácter
Nuevamente, la idea de Passmore es que hay una especie de continuidad rela- creativo, crítico, etc., en la historia de la filosofia dependerá de las pautas de la
tiva. Ds verdad que los polemistas exageran la modernidad de los filósofos pero reconstrucción racional, las cuales derivan directamente de una perspectiva filo-
no es menos cierto que los historiadores exageran su pertenencia a una cultura sófica preüamente adoptada.
especifica como si nada pudiera permearse de una a otra. La solución es un
saludable término medio. La fórmula productiva o valiosa que permite poner en
contacto a la reconstrucción histórica con la racional, que es el problema medular La historia de la filosofía, una empresa de óár¿.t." crítico
de la historia de la filosofia, consiste en que los estudios polémicos son buenos
sólo si se fundan en una comprensión histórica razonable. En la tarea de hacer historia de la filosofia no se puede soslayar nuestra perso-
No parece haber ningunafazónpor la cual no podamos tomar esta perspecti- nal guía racional, ni la posición filosófica de la cual deriva. Sin embargo, eso no
va: primero, que para comprender cuáles fueron los problemas, por ejemplo, de significa contaminar de subjeüvidad, en un sentido negativo, nuestra labor,
Platón, necesitamos leerlo muy cuidadosamente en el contexto de la vida griega sino darle unidad y sentido en función de nuestros intereses, problemas y nece-
y segundo, que cuando lo hemos leído de este modo encontramos a menudo que sidades actuales, lo cual no sólo es legitimo sino deseable desde un punto de
estaba interesado en muchos de los problemas que nos interesan ahora a nosotros vista creativo y crítico. La guía racional no implica necesariamente deformar a
y ofrece respuestas altemativas a ellos (John Passmore, 1965' pá$s' 12-13)' los autores si se hace explícita y se muestran con claridad sus limitaciones y
del pasa-
¿cuál es, pues la comprensión histórica razonable de las filosofias ventajas; en todo caso, manifiesta simplemente la insoslayable ubicación con-
do? En una revisión general, el problema de las historias culturales es que no
creta de cada uno de nosotros de la cual no podemos prescindir.
están necesariamente interesadas en las teorias filosóficas; para ellas, la filoso-
Por supuesto, el marco teórico de quien hace historia de la filosofía no se
fia no es sino un síntoma más de la época en estudio. sin embargo, como el
puede reducir únicamente a la guia racional, entendida como la perspectiva
objetivo de Passmore es hacer compatibles ambas perspectivas evitando los ex-
filosófica desde la cual se hace historia, sino que debe incorporar un enfo-
tiémos lo importante será caracterizar la continuidad relativa que detecta en la
que de aproximación al objeto de estudio previamente constituido gracias a
historia de la filosofia. Estrictamente, ¿qué se entiende por áreas de problemas
fllosóficos persistentes? Según Passmore lo que hay son tipos o clases de pro- las pautas de la guía racional. El renfoquer, como yo lo veo, queda nueva-
blemas que los autores proponen y tratan de resolver y que tienen importancia mente a caballo entre la reconstrucción racional y la histórica y, por lo tan-
no sólo para la cultura en la que vivieron sino para muchas otras. Esto, sin to, es de suyo una pauta crítica de análisis.
embargo, no excluye la posibilictad del surgimiento de nuevos problemas Por Para ilustrar mi propuesta sobre los enfoques como formas de aproimación
supuesto, el valor de un autor no le viene únicamente por pertenecer a un de- a los objetos de estudio filosóficos tomaré el pensamiento cartesiano y con ello
terminado tiempo o cultura, sino de las aportaciones concretas que él hace a la trataré de mostrar como el mero enfoque aproximativo tiene valor para la formación
filosofia en üsta de que la filosofia es una investigación relativamente autóno- crítica de los estudiantes, de donde la cultura filosófica y, particularmente la histo-
ria de la filosofia, no es mero adomo sino valiosa fuente para la reflexión filosófica.
ma que aunque toma en cuenta su relación con otros quehaceres de la cultura
Al iniciar este experimento mental quiero dejar muy claro que el enfoque se
humana tiene su propio campo de indagación.
encadena a la guía racional sin embargo, la forma en que aquí lo voy a emplear,
RTOSOTfR: PRESUPUESTOS Y CONSIDERACIONES GENERALES
I ¡un¡BrufrEz
A
JO
Ó LA PNS¡,ÑNNZE OE I-¡ 39

mostra lllosofia cartesiana? Sin soslayar los erores argumentativos y las falacias ¿hasta
que es la que comúnmente uso con mis discípulos, lo que intenta es
para el tratamiento de una cuestión filosófic rkinde puede admitirse que para muestra basta un botón? ¿Cómo concluir so-
que tray diversas $uías racionales
y- que ta elección dependerá de los objetivos de nuestra propia indagaciÓn' lrrc un todo si sólo se analizan algunas partes? El anáLlisis, ni duda cabe, es un
lrrstrumento poderoso que permite establecer muy finas disünciones conceptuales;
Si .u objeto de estudio fuera el pensamiento filosófico de René Descartes'
l)cro no tomar en cuenta la génesis y desarrollo de las tesis, desvincularlas
arbitra-
¿cómo le gustaría aproximarse a él?: ¿en coche de caballos, con un microscopio
rlamente del complejo de un sistema, en una palabra, ignorar el contexto general
electrónico o desde un telescopio lunar?
filosófi- hlstórico, puede llevar muy fácilmente a distorsiones y evaluaciones que se antojan
Naturalmente, el modo de aproximación dependerá de su preferencia
ca, pero permítase por un momento un vacio teórico y trate de üsualizar venta- lrnpropias. Con todo, la mirada microscópica puede revelar interesantes maüces de
una de estas formas de aproximación. rtntenidos filosóficos que no son dables desde ninguna otra perspectiva. Así, saber
¡as y airrcuttades que ofrece cada
r¡rre el dios engañador y el genio maligno no son lo mismo giracias a lo cual entende-
si usted eligió ir en coche de caballos con Descartes, es indudable que cono-
en Poitiers ntos con mayor claridad los niveles del escepticismo cartesiano, es una clara apor-
cerá la Turená, el amplio colegio de la Fléche, la escuela de derecho
y seguro se cansará mucho si$uiéndolo a Breda, y a sus continuos cambios de lirción que debemos a la estrate$a de análisis de Lewis, pese a que no entienda que
iesidencia en Holanda, su peregrinación a Loreto, etcétera' Le escuchará
soste- l)cscartes no puede desarrollar una estrategia ontoló$ca frente al genio maligno
ner interesantes pláticas con Beckmman, Mersenne y cristina de suecia; ¡rorque Descartes no cree ni puede creer en la existencia de esa enüdad.
se

enterará de sus polémicas con Henry More y de su pleito con Regius asi
como de Finalmente, piense que decide ver a Descartes desde un telescopio ubicado en la
su reconciliación con Gassendi y de su diálogo de sordos con Hobbes.
Sabrá de hrna. Esta amplia perspecüva que le aleja en tiempo y espacio no le deja ver las
su costumbre de levantarse tarde, de Ia muerte temprana de su hija
natural ¡rurticularidades del indiüduo pero le permite contemplar amplios
panoramas. Bn

Francine, y de su empeño por prolongar la vida humana. Entenderá


además r.ste caso probablemente el espectáculo de la guerra de los treinta años, los fuertes
espíritu; de su alán de dialr .itvances de la Contrareforma en el mundo católico y Su manejo de la ciencia nueva.
qué no concluyó las Reglas para la dirección del
para contestar a la obje- Asimismo, la importancia de los estudios fisioló$cos y su lucha contra las propuestas
con los objetores a sus Meditaciones; sus dificultades
conocerá mejol utccanicistas. Contrastará la intolerancia en Francia e k4flaterra frente a un re$men
ción de Elisabeth de Bohemia sobre la interacción alma-cuerpo.
queAdam&Tannerylagénesisyubicacióndecadaobracartesianaypod rrriis liberal y tolerante en Holanda. ComprendeÉ el paso de la badición a la modemidad
qt
recitar algo más que el cogito ergo sum de memoria' Y me atrevo a decir r), como a mi me gusta decir, de la vía de reflexión ontoló$ca a la epistemoló$ca. Vera sin

contando con gran cantidad del trasfondo contextual nos dará las
mejores c] tlrrda el surgimiento de las preocupaciones escepücas y las peculiares formas que adop-
probó la miel de
ves para la comprensión del sistema cartesiano per se, pues llrron en los pensadores modernos. Entenderá el senüdo y ritmo propio de estos grandes
turena, se embárró de fango botas y capa en largos viajes y se heló en el i nroümientos, pero mientras no baje de su telescopio, la especificidad de este pntilhom-
Trate de hablar como él lo hacía y de pe
no sueco. Pero vaya aún más lejos. lrre de Poiüers, amigo de princtms y preceptor de rtinas le escapará por completo.
como él pensaba, lea la producción cientifica y filosófica de su momento.
En suma, me parece que los enfoques aludidos ilustran algunos aspectos im-
duda estará muy cerca del oespiritu filosófico, de esa época. No obstante' ¿lo ¡rortantes de la relación entre reconstrucción histórica y racional
pero, sobre
grará oír y hacer oír a los demás lo que verdaderamente quiso decir Descartes lodo, permiten mostrar que la actiüdad de historiar la filosofia es una actividad
por otra parte, ¿bastará la reconstrucciÓn contextual para apreciar
yt
i, r,rÍtica en el ámbito de la cultura filosófica por lo que inüta, como cualquiera
pautas'
prender el pensamiento filosófico de este autor? ¿cómo valorar sin olra de sus disciplinas, a la reflexión filosófica.
iid", derivadas de una guía racional ? ¿cómo olüdar el tiem
o hipotesis
espacio e intereses desde los cuales demandamos explicaciones? La constitución de objetos filosóficos como pauta para
Supongu'o.ahoraqueustedoptaporponerelpensamientofilosóficodeDes [a reflexión crítica
ra
cartes bajo el microscopio. Está usted en el terreno de una reconstrucción
cional. Someta a examen cuidadoso tesis y argumentos' Decida al margen lin mi reconstrucción racional del pensamiento cartesiano que presento a su
valor filosófico t'onsideración intento hacer plausible la lectura de que la filosofia cartesiana es
contexto el valor científico del Mundo o tratado de la luz o del
y paradol un sistema que se articula en tres grandes bloques: el fundante metafisico, el
las Medltaclones. Aparte de las contradicciones, circulos famosos
rnatemático-geométrico y el fisico-mecánico. La clave para la lectura de esta
que, scguramente se encuentran allí ¿qué otra evaluación puede darnos
de
L¡ e¡¡ssñ¡Nz¡ DE LA FLosoFÍA: PREsuPUEsros Y CoNSIDERACIONES GENERALES lnun¡BEvÍrez
+0 41

articulación se encuentra en sus propuestas epistemoló$cas, por lo cual he slrin, como propiedad fundamental de la materia, no sólo homogeneiza, esto es,
sostenido que Descartes contribuye sustancialmente al desarrollo de la vÍa de rlctermina que, en todo el universo, haya una sola esencia para todos los cuer-
refl exión epistemológica. ¡ros u objetos materiales, sino que le acarrea, por definición, dos importantes
El problema del que parto para la reconstrucción es un problema ¡rropiedades geométricas: la diüsibilidad infinita y la extensionalidad ilimitada.
l,)sto signiflca que, la geometrización de la materia se da en función del recorte
espistemológico. Descartes nos ha dicho que podemos conocer certefamente sólo
gt:ométrico-matemático y a su vez se enlaza con el marco teórico ontológico car-
ciertas propiedades cuanüficables de los objetos al paso que solo tenemos ideas
confusas de nuestras Sensaciones o, Si podemos tenerlaS claras, como en el It:siano. Asi, este segundo recorte o marco conceptual geométrico-matemático
r¡rre Descartes busca que encuentre su lugar en el más amplio ontológico, le
caso del dolor, no por ello la tenemos distinta.
Ia pregunta es ¿qué pennite a Descartes subvertir el orden del sentido co- ¡rcrmite transitar de su concepción general y abstracta de res extensa, a la más
mún? ¿Cuáles son los criterios para aceptar ciertas propiedades como cientifi- lspecifica y geométrica de materia qua extensión, divisible en principio al infi-
rrlto y extendible, también en principio en forma ilimitada,
camente cognocibles y despreciar otras como no pertinentes para formar parte
de las explicaciones teóricas del mundo natural? A partir de esta propuesta lo interesante es ver cómo encarna la concepción
gcométrico-matemática de la máteria en el universo fisico, esto es, tratar de
Me propongo dar una explicación de qué es lo que determina que Descartes
¡rnalizar los conceptos básicos de su marco teórico físico.
discrimine unos preceptos sensibles y elÜa otros como las verdaderas propieda-
Para comenzar, podemos retomar lo que Descartes dice en ELmundo o tratado
des de objetos. Al hacerlo quiem mostrar que en la percepción sensible, con conte-
tle lahn acerca de la divisibilidad de la materia:
nido cog¡riüvo, intervienen más de un senüdo y más de una operación mental; en
efecto, se requieren ciertos recortes teoricos a través de los cuales Descartes lleva a .... la primera diferencia que deseo que consideren y que piensen para este
cabo la elección de las .auténticas' propiedades de los objetos. r:fecto, es que cada cuerpo puede ser diüdido en partes sumamente pequeñas.
No deseo determinar si su número es infinito o no, pero al menos es cierto que,

El marco teórico cartesiano y las propiedades rlcsde la perspectiva de nuestro conocimiento, es indefinido y que podemos su-

geométrico.mecánicas de los objetos l)oner que hay muchos millones en el más pequeño grano de arena que pueda
scr percibido por nuestros ojosr (Descartes, René, en EI mundo o tratado de Ia
la nueva ciencia luchó por ir
más allá de la explicación teórica del sentido lu, pá9. 4r2).
común; sin embargo, tampoco quiso caer en las ficciones especulativas. Es jus-
Como puede observarse, Descartes propone aquí las bases del corpuscularismo
to en esta perspectiva donde cobra importancia el problema de la percepciÓn
ll señalar no sólo la capacidad en abstracto que la materia, en tanto extensión,
sensible, en función del conocimiento científico del mundo natural.
liene para diüdirse, sino al proponer que los cuerpos concretos del universo,
Por supuesto, no se trata de recuperaf cualquier dato, sino solo aquellos que,
lncluso el más pequeño grano de arena, pueden dividirse en partes muy peque-
dentro de ciertos marcos teóricos, pueden resultar verdaderamente explicativos.
'considero rias, aún más, imperceptibles. Me parece que podemos apreciar como Descar-
que, en el caso de Descartes, el recorte de datos útiles para la
les lucha por hacer compatible el marco teórico-geométrico de la materia exten-
explicación cientílica tiene que ver, en primer término, con su propuesto sa con el fÍsico de la divisibilidad material de facto con su teoría del
ontoló$ca de base, esto es, con su concepción de la sustancia extensa como corpuscularismo. Sin embargo, queda un problema por resolver. ¿Puede el
diversa e independiente de la sustancia pensante. A este respecto nos dice en corpuscularismo aceptar sin más la diüsibilidad de la materia sin restricción?
Ios Principios:
¿Puede Descartes asumir la divisibilidad infinita en sentido estricto?
ü la principal distinción que encuentro enfi'e todas las cosas es que las unas son Considero que el párrafo anteriormente citado deEL Mundo muestra la indeci-
intelectuales, es decir, son sustancias inteligentes o bien propiedades que pertene-
sión de Descartes, quien sólo habla de partes muy pequeñas y n0 desea com-
cen a esas sustancias y las otras Son corpófeas, es decir, Son cuerpos o bien propie-
¡rrometerse con el problema de la infinitud. Con todo, no puede negarse el es-
dades que pertenecen a los cuerpos, fDescartes, René, en PrúncÍpbs I' pág' 53)'
firerzo que el autor realiza por acotar el problema de la diüsibilidad desde la
Por otra parte, para Descartes hay atributos esenciales que constituyen la
¡rerspectiva fisica, al establecer que no hay cuerpos cuya íntima naturaleza les
naturaleza de cada género sustancial: la extensión es el atributo esencial de la lmpida dividirse, esto es, al rechazar el atomismo.
sustancla corpórea y, el pensamiento, el de la sustancia pensante. La exten-
LN ENSPÑRNZA DE LA RLOSOFL{: PRESUPUESTOS Y CONSIDERACIONES GENERALES I-nun¡BeNfrsz
4?. 43

Por otra parte, ese mismo recorte o marco teórico-geométrico le lleva a la constituyen a los elementos (fuego, aire y üena). Sin embargo, aunque los tres ele-
postulación del pleno, pues, siguiendo a AristÓteles, si la materia es mentos tienen la misma naturaleza material, con lo cual se mantiene la homogenei-

lridimensional y el espacio no es sino la propiedad volumétrica de los cuerpos' dad del universo, la rdiferenciar está dada por el tamañ0, la velocidad y la figura de las

no puede haber espacio externo, i.e., fuera de la materia, ya que éste también
partes componentes de cada elemento,
en consecuencia, el espacio El corpuscularismo le permite proponer a Descartes que la materia está de
..rá tridi*.nsional, no penetrable por los cuerpos;
hecho y, no sólo de manera abstracta e hipotética, diüdida en partes, mismas
no puede separarse del cuerpo y el espacio vacío es inconcebible'
(lue, por naturaleza son diüsibles aunque encuentran el límite real a su diü-
En Descartes el reforzamiento del pleno es mayor en üsta de que el espacio
sión en las leyes del movimiento.
no es tan sólo una propiedad entre otras de la materia, como para Aristóteles'
Dentro de este mismo recorte teórico-fisico, Descartes desarrolla una teoría mecá-
sino que es su propiedad esencial, de modo que materia es extensión o espacio,
inte- nica que le permite entender el conjunto de partes materiales como partes en estado
de acuerdo con el marco teórico-geométrico del que parte, pero además al
plenismo, ve llevado a de moümiento o reposo. Así, la materia no tiene moümiento intrínseco pues es inerte,
grar su teoria fisica, en este caso, parücularmente el se
de donde estas partes no son sino móviles que transportan el moümiento.
decir que, en el universo, donde hay espacio, necesariamente hay cuerpo' Aqui caben dos aclaraciones:
creo que podemos apreciar con claridad este paso de la propuesta abstracta El moümiento no es, para Descartes, una fuerza que pueda darse al margen
geométrica al marco teórico-fisico. Vemos como la teoría geométrica limita el de las partes materiales; en este sentido, puede entenderse como una propie-
recorte fisico cartesiano que se concreta en: dad de la materia.
Sin embargo, el movimiento n0 es algo que la materia misma origine o produz-
Una teoría corpuscular en relación con la división de la materia' (:a, pues Dios creó materia y movimiento al mismo tiempo, pero la materia no es
Una propuesta plenista que excluye el vacÍo'
rnás que el vehículo o transporte del movimiento.
una teoría mecanicista en relación con el movimiento de los cuerpos. Natq¡almente, los movimientos de las partes materiales están regidos por las
leyes naturales: la de inercia, la de conservación del movimiento y la del cho-
Todo ello se refleja en El Mundo, donde Descartes nos dice:
r¡ue, leyes que explican que las partes lleguen a un límite real de división para
(Agreguemos a esto que esta materia puede dividirse en todas las partes r:onstituir los tres elementos, todos de la misma materia, por tanto con la mis-
segú; tódas las figuras que podamos imaginar; y que cada una de sus partes rna naturaleza, pero con diferentes figuras, tamaños y velocidades de sus par-
capaz de recibir en sí todos los movimientos que podamos también concebir'
Y lcs componentes (Cfr. Mundo A/T XI, 424).
,upong"to., además, que Dios la divide verdaderamente en muchas Unavez explicitados los marcos teóricos (ontológico, geométrico y fisico), que
determinadas, las unas más $randes, las otras más pequeñas; las unas de una l<l sirven a Descartes de referencia para la selección de los datos propios del

figura, las otras de otra, tal como nos plazca forjarlas. No, que las separe' por conocimiento científico del mundo natural, aparece como consistente le elec-
pensemos r:ión que hace de propiedades geométrico-mecánicas, como la figura, el tamañ0,
ello, la una de la otra, de manera que se dé un vacío entre dos; sino
que toda la distinción que hace allí consiste en la diversidad de los movimientos cl peso, la distancia, etc., puesto que se trata de una elección acorde con los
nrarcos propuestos. Asi, refiere en ElMundo:
que tes da, haciendo que, desde el primer instante en que son creadas, las unas
y las
comiencen a moverse de un lado y las otras de otro, las unas más rápido
y ,todas las formas (naturalezas) de los cuerpos inanimados pueden explicarse
otras más lentamente (o incluso, si así lo quieren, perTnanezcan sin moverse)
sln que se necesite suponer para tal efecto ninguna otra cosa, en su materia,
que continúen después su moümiento ateniéndose a las leyes ordinarias de la
r¡ue el moümiento, el tamañ0, la figura y el acomodo de sus partes (Descartes,
naturaleza (Descartes, René, en EI mundo o tratado de IaLu, pág' aSl)'
llt:né, en El mundo o tratado de lahu, pá9. 425),.
dMsible
En cuanto al corpuscularismo, cabe aclarar que en principio, la materia es
facto, la división halla sus limites en las leyes del movl' Dn consecuencia, propiedades como el color, el sonido, la textura, etc., que-
al infinito. sin embargo, de
miento decretadas por Dios a las que Descartes llama leyes de la naturaleza' EstO rlan por completo fuera del recorte teórico y son datos que no pueden ni manejarse
marca claramente la diferencia entre el marco teórico-geométrico y el fisico' De he- nl interpretarse dentro de los marcos admitidos, porlo que resultan obscuros, con-
que
cho, el lÍmite de |a división se eüdencia en las tres clases de partes materiales ltrsos, no pertinentes e incluso falsos en el ámbito del conocimiento cientÍfic0.
Ln ¡NnsñRlvza DE LA FtLosoFÍA: PRFJUPUESToS Y coNSIDERACIoNES GENERALES
44

En mi opinión, las propiedades geométrico-mecánicas quedan definidas por


las propuestas teóricas que Descartes explicita. Así, hay una lógica de los enla-
ces entre la res extensa, que es un concepto ontológico y la materia en tanto
extensión que es un concepto geométrico. De igual manera puede apreciarse el
enlace entre las propiedades geométricas como diüsibilidad y extensionalidad y
la contraparte fisica corpuscularismo y plenismo.

Educación y pensamiento crítico


Conclusiones

Espero que el ejemplo de mi lectura de Descartes a través de una serie de mar-


cos teóricos que permiten decantar la clase de propiedades que considera ElpNe Tr.nrsa JosÉ
cognoscibles desde la perspectiva cientifica. ilustre plenamente por qué pienso
que la cultura filosófica y particularmente la historia de la filosofÍa constituye
una puerta de entrada importante a la reflexión crítica. En la medida en que l,ls mi intención aquí, retomar algunas ideas de un trabajo anterior (José, Elena
una reconstrucción racional exhibe nuestras preferencias teÓricas pero a la vez
l'.. 1998) en el que observaba que, cuando se habla de los fines, de los objetivos
intenta capturar un cierto orden y sentido en las propuestas de un autor pro- o rle las expectativas de logros de la educación, siempre aparecen afirmaciones
porciona material al debate, al examen de propuestas y argumentos del autor y
lomo lás que siguen: "formar ciudadanos críticos"; "que desarrollen un pensa-
del lector y hace de los clásicos, no momias de museo, sino objetos renovados
urlcnto crítico"; "que sean críticos y reflexivos" y cosas similares,
por los innúmeros recortes de nuestra afición filosófica.
Allí analizaba algunas cuestiones, tales como el uso de la palabra "crítico/a"
r.r¡ la Constitución y leyes de educación; la etimología y significado de esta pala-
lrra; los rasgos de una persona crítica; qué es el tan mentado "pensamiento
Bibliografía r,ritico" recomendado por los documentos de la transformación educativa como con-
lrnido conceptual, procedimental y actitudinal, entendido como ló$ca informal o
- Descartes, René, El mundo o trqtado de Iahn, A/T XII. rrrgumentación y el valor pedagó$co de la Filosofia como actiüdad crÍtica.
- Descartes, René, PrÍncípíos l, A/T VIII' 53. lil término "crítico/a" aparece en los documentos calificando a personas, pro-
- Passmore, John, "The idea of History of Philosophy", en History andTheory, l¡rgonistas, capacidad, juicio, actitud, conocimiento, mirada.
The Hague, Mouton and Co, 1965, Pá9. 3. Sc repite así hasta el cansanciQ este objetivo, en las planificaciones, proyec-
- Rorty, Richard, Schneewind J. B. y Skinner Quentin (comps.), PhíIosophy ín los institucionales, diseños curriculares, planes de estudio no solamente de filoso-
History: Essays onthe Hístoríographg oJPhilosophy, cambrid$e, university Press lilr sino de diversas calreras y en no pocos programas de distintas disciplinas,
Cambridge, 1984. lis por ello que uno de nuestros intereses es tratar de dilucidar a qué nos
- Taylor, Charles y Macyntyre, Alasdair, en Rorty, R. y otros', ob. citada. lrlcrimos -o se refieren los documentos- cuando apuntan a que una de las me-
l¡rs de la educación es el desarollo del juicio crítico, es decir formar personas
rriticas y qué se entiende por ello.
Ouando el adjetivo "critico" califica a seres humanos (o a sus actitudes, capa-
lklades, competencias, miradas, observaciones, juicios, etc.) alude a un tipo de
ll(,t.sona que posee ciertas habilidades para emitir juicios inteligentes, funda-
rkrs, contextualizados, pertinentes, creativos y actuar en consecuencia; a perso-

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