REPORTE

Hoy en día, no cabe duda, que uno de los mayores problemas que sin duda es
muy importante a los que nos enfrentamos como sociedad es el complejo
problema de adicciones y drogodependencias, no digo ni creo que sea el único
pero es un tema muy importante y relevante que esta sucediendo día tras día en
todo nuestro alrededor.

La elaboración, construcción y reproducción de argumentos estigmatizadores no

es algo propio de sociedades y épocas concretas. Estos procesos se deben
considerar como un fenómeno universal y consustancial a la propia esencia
humana, ya que es dan allí donde existen relaciones humanas; su manejo, así
pues, es un rasgo general de la sociedad, un proceso que se produce dondequiera
existan normas de identidad. Se trata, por lo tanto, de una construcción cultural de
las sociedades, una elaboración basada en creencias que tratan sobre los grupos
que en ésta se desarrollan. Su contenido gira entorno a lo característico o
diferencial de un grupo. La idea central para su elaboración está en la diferencia:
sólo lo diferente puede ser objeto de una concepción estereotipada, y por lo tanto,
no hay estereotipos sin un grupo social de referencia. Los estereotipos son
sociales en su origen, en su referente u objeto (un grupo social) y son
compartidos.

El estigma con respecto a las personas adictas, percibido y perpetrado, se

configura de varias maneras como barrera de acceso a la salud integral e
integrada. Por un lado, las personas que tienen algún problema con la adicción
interiorizan la culpa y la vergüenza por los síntomas y, por el otro, carecen de
poder político y, en consecuencia, no abogan por sí, están fuera de la agenda y no
merecen que se invierta en su bienestar.

Hoy en día existe un amplio consenso por parte de una serie de autores al
considerar determinadas sustancias tóxicas, especialmente el alcohol, tabaco o
fármacos, como drogas legales, al gozar de una aceptación amplia. Igualmente se
señala cómo éstas, están sujetas a contextos socioculturales donde la cultura
establece la legalidad o ilegalidad de una droga.
El consumo de las sustancias sólo puede entenderse si se estudia el contexto
social y cultural en el que vive el consumidor, la aceptación de las drogas varía
mucho de una cultura a otra. Hoy por hoy, los estigmas y prejuicios que tiene la
sociedad respecto a las personas que son adictas a sustancias, está cada vez
más son más evidentes, tenemos que existe la generalización en donde, si una
persona con el mismo problema se porta así se comete el error de decir “todos
son iguales”, no sirven para nada, vagabundos, etc. etc. Sin permitirse conocer un
poco de la persona, saber qué es lo que está pasando. Claro no puede decir que
toda la sociedad en general se comporte de la misma manera, tengo esperanza de
que aún quedemos personas con empatía sin estereotipar por una sola
característica presente.

Estas y otras cuestiones más vienen hacer, que en lugar de ayudar se empeore la
situación y entonces la persona con el problema no busca tratamiento,
seguimiento y mucho menos ayuda por la cuestión en las que no regimos en las
representaciones.

Es muy importante desde luego concientizar y sensibilizar a la ciudadanía en

general no solo al profesional de la salud, pero para ello es necesario iniciar con
uno mismo, predicar con el ejemplo. Es importan exponer la problemática al
personal de salud pues muchas veces los buenos resultados de un tratamiento
depende del trato brindado al momento de una consulta, es ahí en donde se tiene
la oportunidad para enganchar al paciente a un cambio o todo lo contrario. La
sensibilización debe ser un tema que no solo debe quedar en una persona sino en
muchos sectores, dar la a conocer mediante jornadas de pláticas o reuniones en
donde se aborden temas que van relacionados con las sustancias psicoactivas ya
que en muchos casos los prejuicios se dan por la ignorancia acerca del problema
y se dejan llevar por comentarios callejeros que no tienen ningún sustento y lo
peor de esto es que como familia o sociedad la trasmitimos a nuestras próximas
generaciones que nos siguen.

Rompamos con las barreras y los prejuicios.