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Precisiones para el uso del PMF

(Child Abuse Potential Inventory, CAPI)

El Inventario Potencial de Maltrato Infantil, desarrollado por Milner (1980) en EE.UU. y adaptado y
validado en Chile por Haz y Ramírez (1995, 1998, 2002), consta de 114 ítems de respuesta
dicotómica (SI/NO). Estos ítems se agrupan a su vez en una escala de Maltrato y 3 escalas de
validación: mentira, azar e inconsistencia. El punto de corte para la escala de Maltrato es de 40
puntos o más en población chilena.

A pesar de estas indicaciones (detalladamente explicadas en el manual), que orientan respecto a


figuras parentales que pueden estar en riesgo de maltratar a sus hijos/as o ya lo hacen y que tiene
entonces un significativo valor para el programa Viviendo en Familia, el instrumento PMF puede
tener otras aplicaciones de importancia clínica al momento de orientar la intervención.

Tras conversaciones con directores de algunos programas Viviendo en Familia, se consideró


necesario ofrecer nuevas directrices para orientar la interpretación y uso del instrumento.
Específicamente, para utilizar los 7 factores que arroja el instrumento, señalados a continuación:

a) Depresión: 14 ítems.
b) Expectativas rígidas hacia los niños: 11 ítems.
c) Malas relaciones con los padres: 11 ítems.
d) Malas relaciones de pareja y familiares: 14 ítems.
e) Irritabilidad e impulsividad: 9 ítems.
f) Disforia: 15 ítems.
g) Problemas del niño: 8 ítems.

Para superar la ausencia de puntos de corte para cada uno de estos factores, la propuesta consiste
en tomar el número total de ítems, y calcular el porcentaje de ítems obtenidos en cada factor.

N° ítems obtenidos en el factor * 100


N° ítems totales del factor

Aplicando esta sencilla fórmula se obtiene un estimativo de lo marcado de la tendencia detectada,


en función del máximo posible. Una tabla por cuartiles, donde 0-25% = leve tendencia, 26-50% =
moderada tendencia, 51-75% = alta tendencia y 76-100% = evidente tendencia, se muestra a
continuación.

Factor 0-25% 26-50% 51%-75% 76-100%


Leve Moderada Alta Evidente
Depresión 1-3 4-7 8-10 11-14
Expectativas rígidas hacia los niños 1-2 3-5 6-8 9-11
Malas relaciones con los padres 1-2 3-5 6-8 9-11
Malas relaciones de pareja y familiares 1-3 4-7 8-10 11-14
Irritabilidad e impulsividad 1-2 3-4 5-6 7-9
Disforia 1-3 4-7 8-11 12-15
Problemas del niño 1-2 3-4 5-6 7-8

Por ejemplo, si un adulto obtiene 5 ítems con respuesta “SÍ” en el factor Depresión, tendría una
tendencia “moderada” hacia indicadores de depresión.
Guías para la Interpretación

Si un adulto obtiene 2 ítems en depresión, 7 ítems en expectativas rígidas, 7 ítems en malas


relaciones con padres, 4 ítems en malas relaciones de pareja y familiares, 8 ítems en irritabilidad e
impulsividad, 1 ítem en disforia y 5 ítems en problemas del niño. Diríamos en términos
interpretativos, que se trataría de un adulto con una evidente tendencia hacia la irritabilidad y la
impulsividad en sus acciones, con expectativas muy rígidas y serios problemas con el niño,
asociadas a una historia de muchos problemas con sus propios padres. Se observaría además una
tensión intrafamiliar moderada, pero que no se traduce en sintomatología depresiva o en disforia
actual en el cuidador.

Entonces, el niño estaría en riesgo de maltrato principalmente por una combinación de descontrol y
esquemas rígidos en el cuidador sobre cómo deben comportarse los niños, esquemas que se anclan
en una historia altamente conflictiva con sus padres en su propia infancia. Lo recomendable en este
caso sería intervenir mediante consejerías individuales o bien psicoterapia breve para modificar y
flexibilizar dichos esquemas de crianza, revisando las propias experiencias infantiles dañinas del
cuidador, para en etapas posteriores entrenar y desarrollar el autocontrol y soluciones alternativas
frente a problemas conductuales que muestre el niño/a.

Invitación a fortalecer el uso del PMF

Como puede observarse, mediante este sencillo cálculo es posible utilizar el PMF para obtener
mayores matices que orienten la intervención.

Evidentemente, deben tomarse los resguardos pertinentes ya que esta fórmula no ha sido validada y
no se trata de puntos de corte normativos. El sistema propuesto es un método orientador que
permitiría aprovechar los factores que se calculan en el PMF para enriquecer el diseño de las
intervenciones, en términos de “tendencias” dentro de un determinado factor.

Se espera que este método permita dominar aún más el uso del PMF, corrigiendo una de las
deficiencias de diseño expresadas por los equipos profesionales en la Evaluación de Procesos del
“Viviendo en Familia”.

Saluda atentamente,

Unidad de Diseño y Evaluación de Programas, UDEP.

Marzo, 2011.-

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