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LA ESPIRITUALIDAD

La espiritualidad no reside únicamente en lo místico y lo esotérico…


la auténtica espiritualidad ha de manifestarse en la vida cotidiana.

Sólo pido en este momento de incierta certeza un espíritu valiente que me


acompañe con paso firme por entre los algodones y los rayos que me
acariciarán amenazantes y cargados de veneno; un espíritu que sepa leer las
notas y los planos que se pintarán en el aire; que distinga entre los aromas
que emanan plácidos y mentirosos del infierno que me llamará con olor a
sirena en celo; que en el bagaje de todas sus vidas haya aprendido a guiar al
ciego y ayudar al desvalido y sepa encontrar entre las prietas oscuridades el
interruptor que al susurro de “hágase la luz”, obedezca.

“La espiritualidad consiste en considerar los problemas de la vida desde un


punto de vista elevado, comprensivo y sintético; en probarlo todo en base a
los verdaderos valores; en intentar llegar a la esencia de los hechos, sin
dejarse arrastrar por las apariencias externas, sin dejarse convencer por
las opiniones tradicionales, sin dejarse influenciar por las masas, ni por las
tendencias, las emociones o los prejuicios personales.”
(Roberto Assagioli)

A Dios no le importa tu religión:


le importa que prestes atención a tu espiritualidad.

¿Y si lo que llamamos espíritu fuera el Ángel de la Guarda?

“Sólo te ama aquel que ama tu alma.“


(Platón)

“Un alma se mide por las dimensiones de sus deseos, como se juzga una
catedral por la altura de sus campanarios.”
(Gustave Flaubert)

“El alma es un don demasiado precioso para que dios la dé al hombre


por nada. Éste ha de ganarla, siendo o haciendo algo.”
(George Bernard Shaw)

“El alma es aquello por lo que vivimos, sentimos y pensamos.”


(Aristóteles)

“¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo si pierde su alma?“

Francisco de Sales
LA ESPIRITUALIDAD

(Blas Pascal)

“En ninguna parte puede hallar el hombre un retiro tan apacible


y tranquilo como en la intimidad de su alma.”
(Marco Aurelio)

“Las lágrimas son la sangre del alma.”


(San Agustín)

“No hagas de tu cuerpo la tumba de tu alma.”


(Pitágoras de Samos)

“La espiritualidad no consiste en saber lo que quieres,


sino en comprender lo que no necesitas.”
(Tony de Mello)

ALMA: (RAE: principio que da forma y organiza el dinamismo vegetativo,


sensitivo e intelectual de la vida. En algunas religiones y culturas, sustancia
espiritual e inmortal de los seres humanos. Sustancia o parte principal de
cualquier cosa).
ALMA: (RAE: del latín ánima: aliento, viento, emanación, olor, principio
vital, vida, existencia, ser viviente. Curiosamente, hay otra palabra que se
confunde o equipara con esta: espíritu. Co-principio, junto con el cuerpo, del
ser humano, fuente de sus operaciones vitales y sustrato permanente en
medio de los cambios del ser vivo. Sustancia espiritual e inmortal, capaz de
entender, querer y sentir, que informa al cuerpo humano y con él constituye
la esencia del hombre. Conjunto de funciones psíquicas e intelectuales y
estado de conciencia).
ALMA: (RAE: espíritu, del latín spíritus, quiere decir casi lo mismo: soplo,
viento, emanación, soplo vital, vida, sentimientos, corazón).
ESPÍRITU: (RAE: don sobrenatural y gracia particular que Dios suele
dar a algunas criaturas. Ser inmaterial y dotado de razón. Alma racional).

Francisco de Sales
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OTRAS DEFINICIONES DE ALMA: Co-principio, junto con el


cuerpo, del ser viviente; fuente de operaciones vitales y sustrato
permanente en medio de los cambios del ser vivo. Sustancia espiritual e
inmortal, capaz de querer y sentir, que informa al cuerpo humano y con él
constituye la esencia del hombre.

Los asuntos relativos a nuestra propia vida no se deben


encomendar a otros, pero, menos aún, debemos delegar
la espiritualidad.
La espiritualidad es afanosa e insondable. Una vez puesta
en marcha, quiere más y pide más de nuestra atención. A
cambio, nos va dando tantas pistas y tantas
satisfacciones, que despierta el interés por seguir
profundizando. Cada poquito que nos abre los ojos del
corazón nos impulsa a buscar el siguiente paso, la
siguiente luz.
Nadie puede vivirla por nosotros, ni los místicos ni los
gurús, ni tampoco sirve conformarse con la teoría ni las
prácticas de los demás.
Si no la experimentamos en nosotros mismos, no
sabremos lo que es y lo que aporta.

No hay dos vidas, una material y otra espiritual, sino


solamente una.
El objetivo de la espiritualidad es alcanzar la paz y la
felicidad interior, que se manifestará en alegría
exterior.

Francisco de Sales
LA ESPIRITUALIDAD

Situamos lo espiritual en la meditación, en la no acción,


como algo personal y no compartible.
Espíritu y alma, si las referimos a espiritualidad, y para
entendernos mejor, vienen a ser la misma cosa. Son, sin
duda, la razón de estar en la vida.
Son ese algo que trasciende al cuerpo, que no se altera
con los cambios de humor o de edad, que resiste a tus
faltas de coherencia, y son capaces de permanecer en
calma ante tu caos.
Son intangibles, invisibles, indescriptibles,
indemostrables… pero son indiscutibles ya que todos la
sentimos de un modo u otro.
Mantienen siempre la serenidad que da el saber que todo
es efímero, que nada es tan grave como aparenta, que el
Ser que realmente eres, que es alma y espíritu en
esencia, está muy por encima de los arrebatos que de vez
en cuando te alteran y se diluirán sin dejar rastro, y
mantienen la permanencia a lo largo de tus diferentes
etapas o personalidades, inalterables, sabiendo cuál es el
Ccamino y el propósito, y además sabes esperarte cuando
te metes por atajos equivocados, cuando te duermes o te
equivocas, cuando olvidas el sentido de tu vida, cuando
estás desconsolado... son algo con sentido de la
eternidad, con capacidad de apreciar la ridiculez de
algunos actos y a pesar de ello respetarte; algo que se
escribe con mayúsculas, que es sabiduría, que saben
acogerte como hijo pródigo, como oveja descarriada, y
como a un ser querido que se hubiera extraviado.
Eso es el espíritu y el alma.

Francisco de Sales
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Aunque todos sabemos que no hay dos vidas, la espiritual


y la material, sino sólo una, tendemos a diferenciar entre
una vida y unas actividades orientadas a las cosas del
cuerpo y de la sociedad, que llamamos vida material, y
otra dedicada a lo interior y lo invisible a la que llamamos
vida espiritual.
Hasta poder integrar ambas, y aunque sólo sea por ver
alguna de las características y problemáticas de la
espiritual, las trataremos por separado.
El objetivo del trabajo espiritual es alcanzar la paz y la
felicidad interior y, por extensión, la alegría exterior.
Para ello, es necesario llegar al conocimiento más
profundo de eso que realmente somos: lo que no es el
cuerpo.
Es necesario, en principio, hablar de la diferencia que
hay entre el Ser, que es lo que auténticamente uno es, y
el que existe, que es sólo una expresión temporal y
finita, en este momento y con estas características, con
este cuerpo y este nombre, del Ser que sí somos.
El Ser, generalmente, es un gran desconocido,
incomprendido, olvidado, relegado, renegado, misterioso
y oculto, y sólo a veces intuido.
El trabajo para poder descubrir el que se es, el Ser, y
eliminar las trabas que lo impiden, es un poco dificultoso.
Uno habla de querer ser él mismo sin saber en realidad
quién es, y cualquiera tiene también dificultades para
distinguir entre quién quiere ser y quién tiene que ser.
La solución es sencilla: generalmente uno quiere ser otra
persona distinta de la que ciertamente es, y la solución,
lógicamente, es descubrir quién es realmente, porque uno

Francisco de Sales
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sólo tiene que ser el que auténticamente es, un ejemplar


único e irrepetible, proyecto de Sí Mismo y de Dios, que
ha de llegar a manifestarse plenamente en su unicidad.

VISTO DE OTRO MODO


Lo espiritual es una experiencia personal, y es una experiencia necesaria para
la realización completa del ser humano.
Es un territorio desconocido, del que sólo sabemos por teorías o por
intuiciones. Nada tangible, razonable, demostrable, como estamos habituados,
sino un reino de sentimientos, sensaciones, percepciones, clarividencias… todo
etéreo.
Mientras caminamos por ese paraje desconocido, van a aparecer momentos de
extravío, momentos de una claridad sorprendente, alegrías, dificultades, sorpresas
agradables y gran comprensión. Todo mezclado.
Van a aparecer potencialidades que estaban aletargadas, una nueva conciencia,
y la sensación de que la vida adquiere una nueva dimensión y comprendemos
las cosas de otro modo.
Puede aparecer o desarrollarse la religiosidad. Uno se va a dar cuenta de que
sus valores humanos se acrecientan, y se siente mejor y más a gusto consigo
mismo.
Es el contacto con la divinidad que habita en cada uno, con el supra-
consciente, con el Yo Superior.
Es el contacto imprescindible del asustado y pequeño que somos con el
sentimiento de ser más grande y estar más allá de las limitaciones de nuestro
alrededor.

VISTO DE OTRO MODO


Es evidente que uno no es sólo el cuerpo que se ve, y que se manifiesta
como presencia en la vida. Ya sabemos que nuestras células cambian sin
parar, ya sabemos que no queda en nosotros de nuestra infancia más que la
identidad… y el alma.
El alma es el componente espiritual de los seres humanos.
En casi todas las lenguas del mundo espíritu proviene de “soplo”. Creo
recordar que en el colegio los curas decían que Dios insufló un soplo de aire
en los pulmones de Adán para darle la vida.

Francisco de Sales
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Me gusta creer que el alma es el verdadero Yo, y que utiliza el cuerpo físico
para aprender en la Tierra cosas que no puede aprender en el mundo
espiritual.
En el alma situamos las cualidades y los sentimientos más sublimes, la máxima
sensibilidad, la fragilidad, lo más emotivo, lo más tierno, y lo más amoroso y
amado.
Entendemos que el alma es lo más puro, lo más receptivo, lo que tiene más
verdad en su esencia…
Pero esto no se puede demostrar, porque no se puede demostrar la existencia
palpable del alma. Sí es cierto que todas las religiones y filosofías están de
acuerdo en que existe, aunque le cambian el nombre.

El alma es la auténtica realidad; el cuerpo es la apariencia que la acoge


temporalmente y la oculta.
Curiosamente, ÁNIMO: (RAE, del lat. anĭmus, y este del gr. ἄνεµος, soplo). Alma o espíritu
en cuanto es principio de la actividad humana. Intención, voluntad. y ÁNIMA: (RAE, del lat. anĭma, y
este del gr. ἄνεµος, soplo), tienen el mismo origen que alma y espíritu: soplo.

TRABAJA TÚ
La espiritualidad practicada en estado de actividad es superior a
cuando se practica en estado de retiro, porque esta última puede
ser solamente teórica o utópica, y no tener vida.
Sólo la voluntad profunda te conducirá a lo profundo, y
únicamente una dedicación total logrará una transformación total.
Aquí no valen medias tintas, ni acordarse de vez en cuando, ni
conformarse con cualquier poca cosa, ni acallar los deseos del
alma.

ATENCIÓN
Alma es sinónimo de ánima.
Animar quiere decir “infundir el alma o la vida a un ser”. Por
lo tanto, averiguo que lo que anima a seguir adelante, en
todos los aspectos, es el alma. El cuerpo es algo temporal,
cambiante y finito. Deduzco que no he de identificarme con
el cuerpo, sino con el alma. Sé que tengo cuerpo y mente,
aunque yo no soy ni el cuerpo ni la mente: ambos son mi

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parte externa visible, y con ellos me puedo manifestar.


Existe otra parte interna e invisible, y esa parte sí soy yo.

ATENCIÓN
Este es un Ccamino exclusivo para gente que siente la
llamada de un modo innegable e irrechazable; sólo para
quien sabe que no podrá seguir viviendo en paz mientras
no busque la espiritualidad y se relacione con ella; quien
está dispuesto a encontrarla pase lo que pase, y aunque
tenga que renunciar a todos las reglas y todas las razones
que hasta ahora le parecían importantes; es sólo para
quienes comprender que la realización de Uno Mismo es la
tarea más importante de su vida.

DESDE UN PUNTO DE VISTA MÁS ESPIRITUAL


Por eso, por el alma, por el espíritu, estás aquí.
Porque llevas dentro algo que te sobrepasa y trasciende el
cuerpo.
Porque llevas dentro, en alguna parte, algo que sobrevive
impasible a todos los cambios de edad, y de forma de
pensar y actuar, que van sucediendo a tu cuerpo.
Porque hay algo en ti que mantiene coherencia con el
desarrollo de la persona, que sonríe en silencio ante
cualquiera de tus magnificadas dificultades con la
serenidad que da el saber que todo lo que pasa es breve e
ínfimo en comparación con el Ser.
Porque el alma y el espíritu saben cuál es el Ccamino, cuál
el propósito, y tienen un atinado sentido de eternidad.

DESDE UN PUNTO DE VISTA MÁS ESPIRITUAL


Es hora de modificar el concepto que se viene manteniendo
en los últimos siglos, por el que se disocia el Ser y se
divide, básicamente, en bloques de opuestos: humano y
divino, cuerpo y alma, corazón y mente, pureza y pecado,

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lo Interior y lo externo, Lo Superior y lo mundano, la


materialidad y la espiritualidad…
No existe diferencia ni separación entre ninguno de estos
aspectos. Todo está dentro de nuestra piel y en ninguna
otra parte, porque el contacto que tenemos con todo ello es
dentro de nosotros.
La espiritualidad debería integrar al Ser Humano, sin
disociarlo de Sí Mismo, aceptando lo divino, Lo Superior,
en cada uno de nosotros y como parte indisoluble de
nosotros (y no algo que está en el “Cielo”, inaccesible e
intratable, meta o estado al que nunca llegaremos).
La espiritualidad reside en lo cotidiano, no en las misas ni
en los retiros espirituales, ni sólo en el yoga ni en las
meditaciones, ni está hecha exclusivamente para los
religiosos profesionales, ni es monopolio de la Iglesia.
Está al alcance de quien la quiera alcanzar.
No se esconde, ni se eleva hasta lo inalcanzable; no es
intrincado ni críptico; no es un asunto de inteligencia ni de
conocimientos. Es mucho más sencillo y habitual de lo que
nos han dicho.
Dice Jung en su libro El hombre moderno en busca de un
alma que “durante los últimos treinta años han acudido a mi
consulta personas de todas las regiones del mundo. De
entre todos los que se encontraban en la segunda mitad de
su vida, es decir, los mayores de treinta y cinco años, no
había ni siquiera uno cuyo problema no fuese, en última
instancia, hallar una visión religiosa de la vida”

POR SI NO LO SABES
La tradición oral enumeró los 10 pasos del Camino
Espiritual:

1 – LA INQUIETUD:
La persona siente que debe cambiar de vida, sea por tedio
o por sufrimiento.

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2 – LA BÚSQUEDA:
Llega la decisión del cambio. La búsqueda se da a través
de libros, cursos, encuentros.
3 – LA DECEPCIÓN:
Comienzan las vacilaciones entre los diferentes caminos. El
que busca llega a tener conciencia de los problemas y los
defectos de los que enseñan. Por mucho que cambie de
corriente filosófica, religión o sociedad secreta, se
encuentra con los problemas clásicos: vanidad y ansia de
poder.
4 – LA NEGACIÓN:
Es habitual abandonar el camino tras constatar que los que
están el él aún no resolvieron sus problemas.
5 LA ANGUSTIA:
El camino fue abandonado, pero la semilla ya está
plantada: la fe. Y crece día y noche. La persona siente
desasosiego, tiene la sensación de que descubrió algo y lo
perdió.
6 – EL REGRESO:
Debido a otra crisis seria (una tragedia, un éxtasis, etc.), la
persona descubre que su Fe está viva. Y la fe, si se cultiva
con cuidado, resiste cualquier decepción.
7 – EL MAESTRO: Se trata del momento más peligroso.
Sólo los maestros son los individuos más experimentados.
El camino es individual pero en este momento puede
desvirtuarse y volverse colectivo.
8 – LAS SEÑALES:
El maestro termina siendo abandonado cuando el camino
se muestra por sí mismo. A través de las señales, Dios le
enseña lo que necesita saber.
9 – LA NOCHE OSCURA:
Se toman las grandes decisiones. La persona cambia de
vida y se pone a caminar, a pesar del miedo.
10 – LACOMUNIÓN:
Es el momento en el que, como decía San Pablo, la propia
Divinidad pasa a residir en la persona. El misterio de los
milagros se manifiesta con toda su maravilla y su grandeza.

Francisco de Sales
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(De Leyenda personal, de Paulo Coelho)

SOLUCIONES O SUGERENCIAS
Dice Antonio Blay que lo que hay que hacer es
formularse de un modo directo esta pregunta: ¿qué
soy yo?, ¿qué es ese yo que siento?, ¿qué es ese yo
que está detrás de todas mis acciones, detrás de
todos mis estados, que es el eje, el centro de toda mi
existencia?, yo, ¿qué soy yo?, y tratar de poner la
mente allí donde siente esa resonancia interior, tratar
de centrar la atención donde encuentre esa
resonancia; buscando, a través de esa investigación
directa, sin razonamientos y sin especulación de
ninguna clase, sólo mediante la simple atención
dirigida y sostenida allí donde surge la vivencia, la
resonancia del “yo”.
Esto la persona ha de hacerlo dedicándole ratos
exclusivos, y ha de hacerlo también durante todo el
día, porque todo el día es él quien está haciendo y es
él quien se está expresando, y, por lo tanto, en cada
instante tiene la oportunidad para llegar a ese
descubrimiento central de sí mismo.
No olvidemos que esta técnica, este trabajo, como
todo trabajo, sólo podrá producir fruto cuando se
convierta en algo hecho a conciencia, cuando se haya
tomado realmente en serio. En la medida en que uno
lo hace por pura curiosidad, por un afán de algo
nuevo, curioso, por una simple inquietud, emotiva,
esto no tiene la menor oportunidad de convertirse en
una transformación profunda. Solamente el anhelo
profundo nos conducirá a lo profundo, y únicamente
una dedicación total nos dará una transformación
total. (Antonio Blay)

Francisco de Sales
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RESUMIENDO
A veces es sólo una inquietud que acallas fácilmente; otras veces,
la niegas; otras, irrumpe con fuerza y no respeta ni siquiera tus
miedos ni tus excusas. La espiritualidad tiene muchas
intensidades. Es la razón que se encuentra detrás de casi todas las
acciones. Te recuerda su existencia con mayor o menor
insistencia, y se manifiesta en algunos momentos cumbres y en
casi todos los actos cotidianos. Sólo hace falta que le prestes un
poco de atención, y que dejes de aplazar esa gran conversación
que tenéis pendiente.
(Para más información recomiendo leer el capítulo de Lo Transpersonal.)

Francisco de Sales

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