You are on page 1of 92

entrevisto:

ZUBIN MEHTA
poder y la gloria
ZUBIN MEHTA
MIMOS IAXMWKXTOS
i;\ DISCOS CHS\L\STERWORKS

LALO: Sinfonía española


BRUCH: Concierto para viofín
Pincho; Merman, violin
Filarmónica de Nueva York
¡Compact discj .._.

STRAVINSKY
La Consagración de IG primovero
Filarmónica de Nueva York
iCompact disc;

RIMSKY-KORSAKOV
Sherezade
La gron Pascuo ruso
Orquesta Filarmónica de Israel
lElepé, (ompact disc y Cassette/
Edita
SCHERZO EDITORIAL. S.A.
C/ Marqués de Mondéjar, 11 - 4.° C
28028-Madrid. Teléf. (91) 246 76 22

Presídeme
Gerardo Queipo de Llano

Director
Amonio Moral

Director Adjunto
Arturo Reverter

Redactor Jefe
Enrique Martínez Miura

Consejo de Dirección
Javier Alfaya, Domingo del Campo Castel,
Manuel García Franco, Agustín Muflo? Jimé-
nez. Enrique Pérez Adrián.
Aíio III n.° 27 - SEPTIEMBRE 1988 - 400 ptas.
Secciones
Redacción en Barcelona: Roger Alier. Actua-
lidad: Arturo Reverter y Enrique Martínez \fiu-
ra. Discos: Enrique Pérez Adrián. Alia
Fidelidad: Alfredo Orozco. Danza: Roger Sa-
las. Libros: Xoan Manuel Carreira. lazz: Ebbe
Traberg. Música contemporánea: José Iges.

Colaboran en este número:


Javier Alfaya, Roger Alier, Robeno Andrade
Malde, José Carlos Cabello Arroyo, César Cal-,
mell. Sansón Carrasco, Xoan Manuel Carreira,
Miguel Ángel Coria, Xavier Daufi, Niño Den-
tiri, Pedro Elias, Femando Fraga, Manuel Gar- SUMARIO
cía Franco. Tomas Garrido, Florentino Gracia
Utrillas, José Iges, Daniel Jordán, Enrique Ló-
pez Aranda, José Antonio López Docal, San- OPINIÓN 4
tiago Martín Bermúdez, Joaquin Martin de ACTUALIDAD 8
Sagarminaga, Enrique Martínez Miura, Frarí-
cese Xavier Mala, Blas Malamoro, Ángel Fer- ENTREVISTA:
nando Mayo, Wolfgang Amadeus Mozan, — Los caminos de Luigi Nono, José Iges 31
Agustín Mufioz Jiménez. Rafael Ortega Basa- HISTORIAS DE LA MÚSICA:
goiti. Enrique Pérez Adrián, Víctor Pliego de
Andrés, Gerardo Queipo de Llano Onaindia, — Fragmento de un diario sin fecha, Daniel Jordán 34
Arturo Reverter, Jordi Ribera i Bergós, Eduar- DISCOS 35
do Rincón, Andrés Ruiz Tarazona, Roger Sa- ESTUDIOS DISCOGRAFICOS:
las, José Antonio Tapia Granados, José Luis
Téllez, Alben Vilardell, Francisco José Villalba. — Iberia de Albéniz con Alicia de Larrocha: cuando dos grandes se jun-
tan, Rafael Onega Basagoili 46
Diseno de portada:
— Dos grandes versiones de Fidelio, Arturo Reverter 47
Salvador Alarcó LIBROS 48
Foto de portada:
LA GUIA 50
Christian Steiner DOSIER: Música y Cine 51
Publicidad, Redacción — Música y cine en Hollywood, Santiago Martín Bermúdez 52
y Administración — 19 compositores para el cine 56
Scherzo Editorial, S.A. — Una noche en la ópera, Roger Alier 59
Marqués de Mondéjar, 11 - 4.° C — La música como componente en el hecho cinematográfico, Manuel Car-
28028-Madrid cía Franco 64
Teléf. (91)246 76 22 — Dialéctica del fuera de campo; cinco ejemplos, José Luis Téllez... 67
Imprime: — Amor antiguo y unión reciente: la ópera y el cine, Santiago Martín
MOVÍEGRAF, S.A. Bermúdez 72
C/ Estigia, 3 y S
280)7 Madrid GRANDES INTERPRETES:
Tfno.: 204 95 03 — El poder y la gloría. Filarmónica de Nueva York-Zubin Mehta, San-
Fotocomposición tiago Martín Bermúdez 75
Lumimar. S.A. — De Natura sonoris, Arturo Reverter 76
Albasanz, 48-50 ESTUDIO:
28037-Madrid. Teléf. 204 30 01
Depósito legal — La Música en Florencia: Del Ars Nova a la Cameraia Bardi (I), Enri-
M-4IB22-I985 que Martínez Miura 78
ISSN -0213 -4802 EDUCACIÓN MUSICAL:
SCHERZO es una publicación de carácter plural — El deterioro de la enseñanza es alarmante, Víctor Pliego de Andrés 84
y no pertenece ni está adscrita a ningún orga- DANZA:
nismo público ni privado. La dirección respeta — El nacimiento del ballet «Carmen». Entrevista con Alberto Alonso,
la libertad de expresión de sus colaboradores. Roger Salas 86
Los textos firmados son de la delusiva respon- — Nueva obra de Víctor Ullate: «Arraigo», Roger Salas 88
sabilidad de los firmantes, no siendo por tanto
opinión oficial de la revista. JAZZ:
— Episodios, Ebbe Traberg 89

Scherzo 3
OPINIÓN

El cuento de nunca acabar...


L o que acaba de suceder en Asturias es un hecho tan supuesto radicalismo de la cual era acerbamente criticado hace
significativo, que desborda el área del Principado y se tan sólo un año, y que ahora empieza a dar frutos muy
convierte en síntoma de una crisis que antes o después estimables. En esta categoría se encontraba Valencia, que iba a
afectará a la mayoría de las orquestas españolas. Los hechos no convertirse en una gran orquesta de 110 músicos, y en la que
han sido muy divulgados, aunque la prensa de la Comunidad también ha estallado una crisis este mismo verano, cuyo alcance
Autónoma ha dado relativa cuenta de ellos. Estos hechos son, desconocemos aún. A continuación se encontraban las orquestas
en rápido resumen, los siguientes. que se habían unido en una asociación, en principio abierta a
La dirección de la orquesta (artística y de gestión) preparaba otras (las dos canarias. Va liado] id, Bilbao y Asturias). Y después
desde hace meses una reforma del régimen de prestaciones las que surgían mesas o intentaban renacer tras una estimable
profesionales del conjunto (algo más de 60 músicos, donde más veteram'a {Sevilla, Málaga).
de un tercio son españoles fijos en plantilla), formado por Desde entonces, las quejas, en especial de la asociación, iban
mayoría de extranjeros. En contrapartida, se aprobaría un sobre todo contra la Nacional y contra la Administración
aumento de retribuciones cercano al $0 por ciento. El sacrificio central. A los músicos de la Nacional se les habían aumentado
económico del Principado por su orquesta debería ser las retribuciones muy sensiblemente, a nivel europeo, sin que se
compensado, de acuerdo con el proyecto, con un trabajo les pidiera nada a cambio: ni más servicios, ni más seriedad en
equivalente a 8 servicios semanales (es decir, como en cualquier el entrenamiento personal, ni retransmisiones por televisión o
orquesta sinfónica europea o española), cuando hasta ahora radio, ni incompatibilidades, ni mejor calidad... nada.
trabajan sólo cinco y medio, y su disponibilidad para Lógicamente, la ONE se había convertido en el modelo laboral,
grabaciones y retransmisiones por radio y televisión. Se les ya que no artístico, de los demás músicos del país, que
aumentaban las vacaciones en medio mes (45 días en total). El esperaban de sus directivos la misma actitud complaciente y
aumento suponía que un lulli (la categoría inferior en una pasiva del Ministerio y del titular de la ONE.
orquesia) entraría con 185.000 ptas. mensuales (catorce pagas al Hay otras quejas contra la Administración: se hace necesaria
año), a lo que hay que añadir plus por antigüedad, y otros, en una norma de ámbito nacional que saque a los músicos de atril
su caso. La representación sindical no aceptó siquiera comenzar del régimen general, para incluirlos en un régimen especial
una negociación, e inesperadamente exigió la renovación de proyectado a! futuro, adecuado ya para orquestas del siglo XXI
todos los contratos para la siguiente temporada (1). Sin (2). Ante ese vacío normativo, cada orquesta improvisa como
embargo, los gestores de la orquesta estaban firmemente puede, y algunas ven cómo todo el presupuesto se les va en
apoyados por el Consejero de Cultura, y éste a su vez por el nóminas y apenas pueden hacer frente a su actividad lógica, los
gobierno autonómico y su Presidente. Por una vez, unos conciertos. La inclusión de los músicos en el régimen general
políticos en nuestro país comprendían la necesidad de asumir un supone un proteccionismo que, a la larga, favorece a los peores
auténtico riesgo en materia de política cultural, por encima de profesionales en detrimento de los mejores y de la calidad del
onerosas complacencias con la galería y halagos de ciertos conjunto. En Asturias, que ahora se queda sólo con 24 músicos
medios de comunicación. Pero es que, además, el director titular fijos y ha cancelado sus compromisos inmediatos, se estaba
era uno de los defensores del proyecto; no se colocó de! lado de dando ya esa acumulación, como en otras orquestas de mayor
las exigencias corporativas, sino que creyó necesario oponerse a envergadura. Y no olvidemos que los ministerios de Trabajo y
ellas mediante un mecanismo que sentara las bases de un futuro Exteriores dificultan la entrada de músicos extranjeros, pero la
digno, y por eso apoyó el proyecto. Las cosas se complicaron legislación les hace fijos a las primeras de cambio. El
cuando se produjo una lucha en el seno del Patronato del que proteccionismo puede suponer, entonces, que la solución
teóricamente depende aún la orquesta. El Patronato está provisional de los extranjeros se convierta en la definitiva
formado por políticos del Principado y del Ayuntamiento de extranjerizaron de nuestros conjuntos.
Oviedo, pero de hecho depende económicamente de la Es difícil explicarse por qué los músicos de Asturias han
Comunidad Autónoma. Precisamente hay un proyecto de rechazado ese considerable aumento. Sabemos que, en España,
norma, a punto de ser aprobado, que iba a hacer depender el el músico de atril vive en el paraíso de las compatibilidades. Es
conjunto de quien lo paga, el Principado de Asturias. Pero al lógico y conveniente que los músicos sean también enseñantes y
no haberlo aprobado aún el Parlamento asturiano, dos grupos practiquen la música de cámara. Pero no lo es la generalización
de la oposición han aprovechado el asunto para atacar al del bolo y las clases particulares que impiden a esos mismos
gobierno autónomo, poniéndose de parte de los músicos en el músicos dedicarse a su orquesta y convierten en una drama
Patronato. Entonces dimitió el director titular, Víctor Pablo personal cualquier anuncio de gira (además, es dudosamente
Pérez, que no parecía dispuesto a continuar ante la orquesta en ético tener al mismo alumno en clase y en casa). Nos parece que
las condiciones vigentes hasta el momento. A su vez, el gobierno en Asturias se ha realizado un intento serio y valiente de hacer
autónomo impugnó la moción de los opositores, y los contratos una orquesta. Da la impresión de que no hay otro camino que
no se renovarán. La aprobación de la norma terminará con la disolver el conjunto y crear uno nuevo, solución que ya se
moción, inútil y oportunista, de los grupos parlamentarios de ponderó en tiempos para la ONE y para el Coro Nacional, e
centro y derecha, repentinamente convertidos a la causa de los incluso para la RTVE. En ese sentido, lo de Asturias podía ser
trabajadores. un modelo explosivo, pero no insensato.

Si el lector no se ha perdido en este relato donde sólo se alude a (1) No es la primera vei que en esa orquesta, icmo en ovas, se dan planm de
lo esencial, comprenderá tal vez, como posible aficionado, que caiacter corporativo con el fin de subsunnr en d conjunto la ausencia de calidad de
ha habido polvos que han traído estos lodos. Los asistentes a la miembros individuales: algunos aficionados recuerdan que no se llrgú a dar
determinado condeno en Oviedo, porque el colectivo defendió a un músico que.
Conferencia de Orquestas Sinfónicas celebrada el pasado otoño simplemente, no podía, ni pudo, con su pasaje. Y era uno de los fijos.
en Valencia pudieron advertir que algo se movía en las orquestas
12] Es habitual el absurdo siguiente: porque un trabajador-músico nene determinados
españolas. Por una parte estaban las grandes orquestas de derechos (lógicos en los demás medios laborales] se ignoran sus deficiencias y se
Madrid: el mal ejemplo de la Nacional irritaba a los resiente la calidad oc un producto colectivo. Es decir, lo absurdo es aplicar el régimen
directivos de las demás. Por otra parte, se encontraban las que general, proteccionista, en esta profesión. Esa protección, unido a la considerable
demanda de instrumentistas en España, y a sus múltiples compatibilidades, enrarecí
acometían una reforma profunda, en especial Barcelona, el un mercado ya muy favorable al profesional.

4 Scherzo
OPINIÓN

EL DISPARATE MUSICAL

Sopa de ganso
erano de secano en nuestra bie- gusto (creo que es en El Escorial don-
V namada eapiía!. Aquí ya se sa- de suenan algunos compases de Guár-
be. Llega agosto y lo único que dame las vacas), Pero, ¿se imaginan
tenemos es galas cosieras cascabeleras. Vds. que nos llaman a ocupar nuestras
Ahora dicen que el rock es un fenóme- localidades con el chin-pun de Luisito?
no sociológico. Toma, y el Barga es El colmo, vamos. En fin, menos mal
más que un club. Pues yo, de las galas que tras las justificadas iras de algún
esas no he tenido más que una experien- critico serio, se ha suprimido el conso-
cia, fruto de una insistente, persistente mé de Luisito que abría el menú.
y machacona invitación que me formu- Por lo demás, secano musical no sig-
laron hace años, estando en una de esas nifica sequía de disparates. Hemos te-
UNA BROMA MUSICAL localidades costeras, que por entonces nido ocasión de interesarnos por una
empezaba a ponerse de moda. Todavía nueva cantante que no conocíamos; la
me dura el trauma. Pero viene al caso famosa «Teresa Berlanga» (presunta
contárselo porque ocurrió una cosa pariente del director de cine). También
muy graciosa. Sí. Resulla que se fue la hemos conocido una nueva obertura
luz cuando se encontraba en la pleni- del sordo de Bonn: «Mal en calma y
tud de su arte (?) canoro (??) nada me- próspero viaje». Además, hemos detec-
eguir los pasos a la Opera de nos que Manolo Escobar, ya saben, tado nuevas versiones de cierto cuarte-
aquel que parece una moto con tanto to de Schubert: «La muerte y la joven»
S Cámara de Varsovia es una go-
zada, porque lo es el repertorio
que interpreta. Volver a Madrid tras
porrompompom. Y como se fue la luz, de
nos quedamos a oscuras, pero es que ca que
y «La muerte y la doncelle». A través
las ondas, hemos asistido a la bron-
les han montado a Barenboim
además nos quedamos a dos velas de y colaboradores a cuenta del Anillo.
el verano no lo es tanto. Aún queda la maravillosa canción de Manolo. Y
la resaca de lo que aquí llaman acon- cuando volvió la luz, el micrófono, que Pero lo más gordo ha venido en la
tecimientos musicales, basados en la por entonces se acercaba peligrosamen- prensa valenciana, en la que cierto crí-
anticuada música rock. Los Jackson te al esófago de Manolo, no funciona- tico se ha solazado hablando de una no-
y los Springsteen son los amos. Es fa- ba, y Manolito estaba allí, moviendo vedosa ópera de Mozart: Rigoletlo (¡y
buloso contemplar a la masa enfebre- la boca como un pececíto, pero sin que yo creyendo que era de Verdi, infeli-
cida, gritando, vibrando con sus la audiencia oyera ni coscojo. Demos- ce!). El autor de la guinda comenta,
ídolos. Pero después de estos pom- tración palpable de que si no fuera por con críptico lenguaje, una representa-
posos conciertos a mí me queda el los voltios, los amperios y algunos otros ción que él atribuye a la orquesta de cá-
amargo sabor del engaño. ¿Dónde de esos, más de uno se tendría que ga- mara vienesa (cuando en realidad se
nar la vida de guía turístico. trataba de los conjuntos polacos que in-
está la música? Ni siquiera en el cam- tervinieron también en el Festival Mo-
biguo rincón de los recuerdos. Como Pues miren por donde voy y leo elzart que organizó esta publicación) y en
músico que soy, pido música, sólo otro día que en un concierto de los or- la que se «estrenaba» (de esto no me
música. Pero sólo veo sociología ba- ganizados bajo el titulo Veranos de la cabe duda) «Rigoleilo, de Mozart» (en
rata, negocio en cantidades industria- Villa, van y ponen altavoces. ¡Aguan- realidad eran Las bodas de Fígaro, o
les y ceguera artística. Los jóvenes de ta! Seria que los violines estaban afó- sea, casi lo mismo). Para adornar aún
mi época éramos otra cosa. Por lo nicos, o que tenían alguna flema, digo más el asunto, el artículo se titula Una
menos no nos dejábamos engañar. Y yo. Con razón se escandalizaba el crí- noche en la ópera y hace continuas re-
eso lo digo yo, que fui timado, entre tico de tumo. Porque además, de ape- ferencias a los famosos hermanos
ritivo, les pusieron por los altavoces Marx. Creo, sin embargo, que el doc-
otros, por mi propio padre, mi legí- varias ejecuciones de Luisito (bueno, to autor erró en la elección del titulo.
tima esposa, Salierí, Süssmayr y exactamente «de» Luisito... no, que ya Modestamente, sugeriría Sopa de gan-
aquel cabrito vestido de negro que en quisiéramos; más bien fue él el que eje- so, como más apropiado. Que les vaya
los últimos días de mi vida se empe- cutó a más de uno). Esto, como Vds. bien.
ñó en que escribiera una Misa de Ré- comprenderán, es lo que nos faltaba.
quiem, que no pude terminar... ya En los conciertos se suele llamar con un
saben ustedes por qué. Espero que a timbre. Algunos hasta lo ponen con Rafael Ortega
estos inventores de Ídolos, falsos mú-
sicos y profetas les visite también, a
no tardar, su particular personaje en- •precuis interesantes
lutado y funesto. Mientras, larga vi- t<scue¡a di> (Dan¿a • tn\irihu\i'ltoy miwui
da a la música y que el nuevo curso llámenos!
musical nos coja debidamente confe-
sados y comulgados por el arzobis-
SOTO MESA 2478583/2482927
po de Salzburgo.
5.1H Hilpr nni •)
W.A.M. 13 años de experiencia nos avalan 2HHIJ l>MOHff>

Scherzo 5
OPINIÓN

BACHILLERÍAS ÁNGULOS

Vicio y gula Ruidos


E
rase una vez un país amante de la Madrid es la ciudad más ruido- ta ciudad y se desahoga de mil for-
música. Desde lo más alio a lo más sa de Europa. En algo teníamos mas distintas, todas ruidosas.
bajo de su pirámide de población
el amor por la música era una constante.
que distinguirnos. Ya que la capi- Y entonces, ¿dónde la música?
En el palacio real se organizaban bellos tal del reino no es, a pesar de lo que En verdad que donde impera el rui-
conciertos y, a la vez, los mendigos pe- hayan dicho hasta ayer por la tar- do la música es un lujo, un placer
dían limosna tañendo diversos instrumen- de los jaleadores del sistema, la ca- de cuatro náufragos de una socie-
tos. Sin embargo, a aquel país le pasaba pital cultural del continente, al dad que no termina de centrarse, de
como a esos amaines que fracasan en la menos nos hemos hecho con esta reposar, de sosegarse. Uno teme
expresión práctica de su amor, esos aman- capitalidad. Ahí es nada. que si el problema del ruido en es-
tes de los que se dice que «hay amores que Los ruidos de Madrid. La gente ta ciudad no se arregla por muy
matan». buenas que sean las intenciones de
grita en los restaurantes, en los ba-
En aquel país la música era algo tan na- los que promuevan actividades ope-
turaJ, que nunca se había creído necesa-
res, en las tertulias de los cafés, en
rio establecer un sistema de educación sus casas. Grita increpando desde rísticas o de conciertos, el ruido
musical que alcanzase a todos sus habi- su coche al conductor que le ha to- ahogará la música, no dejará que
tantes. ¿Para qué, si la música se lleva en cado al lado por no se sabe bien por se escuche. Y no es sólo una metá-
la sangre o no se lleva? «Quod Natura qué supuesta ofensa. Grita pensan- fora: una ciudad con los oídos
non dat, Salmantica non praestat», pen- do que si no lo hace no demuestra acorchados, entumecidos por mi-
saban sus prohombres. Así, sólo los que, su alegría o su malhumor. Grita llares de bocinas impertinentes, por
a riesgo de su infidelidad, pretendían de- por todo, Y cuando no grita vive sirenas que suenan cuando no de-
dicarse profesionalmente a la música, le- encerrada entre otros ruidos desa- ben sonar, por ciudadanos que
nían a duras penas opción a recibir forados: altavoces por donde salen plantan su desaforado yo en medio
enseñanzas sobre este arte. De este mo- del ruedo urbano y chillan sin cui-
do, el público en general carecía de una
decibelios y decibelíos del rockero
formación siquiera elemental y no sabía de turno, televisiones puestas a to- darse de los demás, es una ciudad
distinguir enire un camelo y un trabajo do volumen para que no se dude de enferma, digan lo que digan los re-
bien hecho. Los músicos no sentían so- sus cualidades sónicas. Y en los franes con olor de naftalina. Una
bre sí la exigencia del público para supe- grandes almacenes, la última mo- ciudad que no se detiene, que no re-
rarse día a día, y se dejaban llevar por la da de poner constantemente los flexiona, que no se ensimisma en el
galvana. «Total», decían, «si cuando lo majaderos arreglos que un señor silencio para ser más auténticamen-
hacemos bien parece que les gusta bien conocido ha hecho de toda cla- te, es una ciudad condenada a vi-
menos». se de música. vir siempre a años luz del espíritu
Los críticos podían haber actuado co- de la música. Y si no hay música
mo acicate para los músicos y como pe- Así las cosas, en esta ciudad se
habla bien poco. Es difícil encon- no hay pensamiento, no hay emo-
dagogos para el público, pero tampoco
les gusta hacer de malos de la película. trar en algún sitio gente que dialo- ción, y la imaginación se seca, asor-
Si se les invitaba (señora incluida) a los ga, que intercambia suave y tran- dada, asesinada por el tumulto
conciertos, se les encargaba (y pagaba) los quilamente puntos de vista. El insoportable de los que ponen el
comentarios de los programas y se les energumenismo español, sobre el alarido y el denuesto por encima de
convocaba a una cena con el intérprete que tan lúcidas páginas escribió todo.
de turno, les resultaba muy difícil mos- Unamuno, se ha concentrado en es-
trarse desagradecidos escribiendo una cri-
Javier Alfaya
tica dura. Si, además, se les invitaba a un
buen horel (señora incluida) en una bella
ciudad durante una semana y se les col-
maba de atenciones, ¿cómo iban a mos-
trarse cual malnacidos? Si, más aún, los
que tocaban eran amigos e, incluso, pa-
rientes, ¿cómo no deshacerse en alaban-
zas, pasase lo que pasase?
Erase una vez un país en el que cada
cual saboreaba con deleite su mediocri-
dad, desconocedor de manjares más ex-
quisitos. Un pais en el que e! mayor
idealista, don Alonso Quijano, pudo de-
cir con convicción: «Sancho amigo, en
verdad que fuera de la olla todo es vicio
y gula».

Sansón Carrasco
Estudios de velocidad Op. !83 (VÍCTOR PLIEGO)

6 Scherzo
OPINIÓN

AL MARGEN
CARTAS
Los Profesionales El ínclito
m reparado Uds. en que los Y así, suavemente empujados por el so-
ninois indultados ayer son
las falleras mayores hoy?
plo de aquella modélica transición polí-
tica —que ha dejado de un aire a todo el
Tomás Marco
Hace más o menos doce años estos pro- mundo— los imprescindibles de los años Últimamente he tenido la atroz sorpresa
fesionales contaban y no acababan sus en- 60 y primera mitad de los 70 pasaron a de ver como a iravés de los medios de co-
inevitables al final esta última década y municación se tiene la procacidad de men-
carnizadas trifulcas con el régimen del 18 cionar a los músicos (¿compositores?) de esle
de julio. Su relato de las inclemencias su- en seguida a nuevamente necesarios. Pa-
sado el susto que el ya desechado proyecto país. ¿Pero es que hay en el Estado español
fridas a manos de los ominosos comisa- músicos?, ¿compositores?, ¿cuántos?. Si, los
rios político-culturales dei franquismo, de cambio les produjo otra vez explotan que se les antojan a los prebostes de Radio 2,
sobre iodo, era como para helar al más los escasos recursos disponibles en su pro- o al que rige, dirige y gobierna el Centro pa-
pio y exclusivo beneficio, sin que esta can- ra la Difusión de la Música Contemporánea.
templado. Pero la publicación, también dida Administración que todo lo entrega
entonces, de sus apasionantes biografías El ínclito Tomás Marco; que debe ser él, sólo
a su pretendida pericia haga nada para él y nada más que él. Digo esto porque des-
—las veraces, no esas otras noveladas que evitarlo. de el Bunker que mangonea tiene la insolen-
ahora circulan— nos hizo entrar en ca- cia y prepotencia de autoprogramarse siste-
lor: todos supimos, merced a la aplica- Al parecer, nadie quiere enterarse de máticamente, sin rastro de vergüenza él y sus
ción de ciertos eruditos, que estos que no pocos de estos conspicuos profe- caciques. ¿Quieren un ejemplo? Entre marzo
profesionales habían logrado su sólida sionales no son sino torpísimos aficiona- y mediados de mayo se nos ha auloprogra-
posición a trueque de una adhesión no dos, ni saber que su acreditada incompe- mado en los conciertos que organiza su Bun-
menos firme a ta pasada Jefatura del Es- tencia administradora se traduce, fiel e in- ker vn Madrid, digo su Cenlro, seis veces o
tado y que sus presuntos verdugos fue- variablemente, en notables incrementos más, y seguro que en el resto del Estado de-
ron en realidad sus más celosos de los costes y no menos significativas be ser la repera, dado que él, como gran
propagandistas, esto es, quienes desde mermas de los rendimientos —claro que Führer, tiende su tenia-culo, su mano reden-
sus hagiógrafos, cuando no ellos mismos lora sobre cualquier organismo musical que
Radio Nacional de España —miren Uds. se tercie. ¿Pero qué tiene este individuo que
por donde—, la Comisaría General de la desde cuantas publicaciones se lo consien-
ten, transforman sus fracasos en triunfos, no hay quien le haga bajarse del burro? No
Música, el diario Arriba, etcétera, mane- sus vicios en virtudes, su vacuidad en plé- conozco a fondo su trayectoria, pero por lo
jaron nuestra música a su antojo duran- tora. Con muy pocas excepciones los jue- que he leído en algún sitio, es un tanto sos-
te aquella historia interminable. ces del gusto prevarican. Las sentencias pechosa. Por eso, desde la indefensión que
que dictan no sólo carecen de fundamen- tenemos y padecemos los aficionados al be-
Fue la del alba democrática una etapa llo arte de los sonidos, digo:
de sports el divenissements para estos tos, sino de hechos probados; sus insóli- ¡¡Tomás!! ¿Cuándo te vas?...
profesionales. ¡Qué facultades! Lástima tos resultandos derivan de unos
que los Juegos del 92 los cojan ya tan de- considerandos inauditos y así no es raro
crépitos, porque un par de lustros atrás que los fallos constituyan claros abusos
no sólo coparon los primeros puestos en del derecho más elemental de los artistas Juan Manuel Bermejo
la Maratón del 76, aquella legendaria es- y del público. Molina de Segura (Murcia)
tampida desde el Ministerio de Informa-
ción, el de Educación y otros hasta las Pero sientan jurisprudencia: a ella se
flamantes instituciones del pos franquis- acogen estos benditos administradores de
mo y la nueva prensa liberal-progresista, nuestras Artes y Letras para consentir lo
que a todas luces es intolerable, esto es,
La reventa en
sino que treparon infatigables por sus ar-
bolitos genealógicos, a ver si topaban con
alguna vara autonómica que blandir /es-
que no sea el Estado, por dejación de
autoridad, sino las camarillas nutridas
La Zarzuela
grimir sobre/contra las Haciendas de las por estos profesionales quienes gobiernan Hoy otra vez los aficionados a la ópera
aún tiernas Comunidades (huelga decir la música en España. hemos tenido que ver cómo un centenar de
que la encontraron). muchachos pagados por la reventa se apo-
Miguel Ángel Coria dera de las mejores localidades de nuestro
Teatro Lírico Nacional. La reventa de en-
tradas está rigurosa y explícitamente prohi-
trando en materia, las fragancias de mil co- bida por el Teatro de la Zarzuela, ya que se
REVISTA DE PRENSA lonias y esencias se mezclaban con cierto olor
a desván dei abuelo. (...) Es inevitable cier- trata de un espectáculo subvencionado por
ta nostalgia por las chisteras y los señores el Estado con el dinero de todos los contri-
Una noche enla ópera del bigole y, sobre todo, por la repentina
aparición de los hermanos Marx en acción.
buyentes. El abuso es particularmente ma-
nifiesto cuando se ponen a la venta las
(Comentando Las Bodas de Fígaro
icprcíeniada por La Opera de Cámara Un Harpo imaginario balanceándose en la entradas de precios populares; es entonces
de Vaisovia) lámpara mientras Chico y Groucho se pa- cuando los revenías aprovechan para llevarse
No apareció Harpo Marx colgando de la san una tarta de chocolate de un extremo a magníficas localidades a muy buen precio
lámpara del hall del Principal la noche del otro del hall y se arma un zipizape de mil para luego multiplicar los beneficios hasta
estreno de Rigolelío de Mozart, y es que la demonios. (...) Esta luminosa noche del Ri- más de un trescientos por cien.
ópera ha cambiado en nuestro país. Donde golelío es un tumulto popular y democráti-
antes lucían zorros las señoras de los capí co que está a años luz de la ópera ridicu- Naturalmente, se podrá decir que los res-
Instes del régimen, ahora se exhiben sin re- lizada por los americanos locos; pese a que ponsables de la reventa —ilegal— de entra-
cato vaqueros y camisas hawaianas. Pese a las cuatro largas horas de la obra se siguen das son aquellos que las compran. Sin
lodo, la ópera sigue siendo exponente del es- prestando a ello. embargo, yo creo que la Administración de-
pectáculo más caro al poder establecido, be tomar medidas para perseguir actos frau-
pues en los palcos en los que antaño goza- —¡Qué maravilla, qué gran ambiente! dulentos que son practicados con la más
ron los camisas viejas, ahora disfrutan los —suspira una dama hermosa y vuelven a absoluta impunidad. Una Administración
yupies socialistas, aunque sea con arruga be- apagarse las luces para entrar en el magni- pasiva ante el delito, ¿no se descalifica ante
lla y simplonas corbatas. fico viaje musical mozartiano.
(...) Arremete de nuevo la orquesta y ele- los ojos del ciudadano?
(...) la orquesta de cámara vienesa tem- van la voz los tenores. La ópera de Mozan Le saluda atentamente,
plaba violines con un fragor de suspiros de es un tropel de caballos desbocados. (...)
fondo. (...) Suenan los violines de la ober- Abelardo Muñoz
tura mozartiana como un latido bestial de «Hoja del Lunes» de Valencia Luis García Fernández
mil corazones (...) y ya con el Rigolelío en- 23 de mayo de 1988 Madrid

Scherzo 7
ACTUALIDAD

El impecable Mozart de Glyndebourne


tilyndebounw. Festival 1988. Mozart: Die Enlführung aus dem serail. Conslanze: Gianna Rolandi; mo Belmonte, una buena voz pero
Blonde: Lillian Walson; Belmente: David Rendall; Pedrillo: Petras Evangelides; Omin: Wiilard Whi- incapaz de mantener el difícil equilibrio
tc; Pacha Selim: Sebastjan Baucr. Escenografía y vestuario: William Dudiey. Dirección de escena. Pe-
la Wood- Dirección musical: l-olhar Zagrosek. Orquesta Filarmónica de Londres. estilístico que Mozart requiere, estuvie-
ron a la altura de lo que de un Festival
a mayor dificultad que encierra otro de sus compañeros, para alcanzar
L una representación del Rapio de!
serrallo es su aparente sencillez.
Conservar su humor sin caer en la bu-
la deseada libertad. Osmin es, en esta
representación, un déspota sin paliati-
vos que detesta a Pedrillo con toda su
como el de Glyndebourne se espera. Pe-
tros Evangelides fue un Pedrillo correc-
to. Lillian Waison compuso una deli-
ciosa Blonde y excepto algunos desa-
fonada, su seriedad sin dejarse atrapar alma y cuyo amor por Blondchen, su justes momentáneos, fue lo único so-
por el engolamiento, su profundidad miedo a perderla, le convierte en el más bresaliente del cuarteto de enamorados.
sin ahogarla en la pedantería. Don Ció- tremendo Cancerbero que imaginarse Lo mejor vocalmente de la velada fue
vanni, ya lo dije una vez, creo que es pueda. Un personaje inventado es el de Wiilard White en Osmin. Este cantan-
una ópera casi imposible; Tilus tam- un niño negro al que Constanze libera te de imponente figura (nada de un Os-
bién; Las Bodas y Cosi dos bombones del cepo cuando el Pacha accede a con- min viejo y gordo, sino joven y ailé-
para un regista inleligente, porque los cederle lo que ella desee a cambio de rico), voz redonda y grandes dotes tea-
personajes están delineados con tal su amor. Se haría interminable enume- trales, compuso de forma casi ideal al
maestría, las situaciones son tan teatra- rar el derroche de imaginación de que tremendo guardián jardinero del se-
les que se prestan a recreaciones múlti- hace gala Wood, sin la menor preten- rrallo.
ples, lo que no es óbice para que sión aparente, apto para que lo entien- Sebastian Bauer, en el papel habla-
también, todo Mozart lo es, encierren da un niño y lo reflexione un adulto. do del Pacha Selim, no dio la nobleza
dificultades enormes. Con La flauta La Orquesta Filarmónica de Londres que considero debe revestir su persona-
mágica la interpreíación es tan abierta fue un instrumento sin fisuras bajo la je y la escena del perdón quedó desdi-
que cabe casi todo lo que un director dirección de Lothar Zagroseck, que bujada por su causa.
de escena quiera hacer con ella. Pero desde la obertura dio muestras eviden- El coro, reducidísimo, perfecto en la
con el Serrallo la complicación se mul- tes de su talante mozartíano. Afinada, afinación y musicalidad. La tradición
tiplica, se trata de un singspiel sublime, sutil, la cuerda; empastada la madera; mozartiana de Glyndebourne se man-
con un texto muy simple de buenos y brillante, sin excesos, la percusión. Za- tiene boyante y esperanzadora. Las la-
un malo, en el que pretender añadir al- grosek recreó con minuciosidad de or- gunas vocales de este Serrallo
go es peligroso y no hacerlo decepcio- febre la partitura. Fue la suya una empañaron, pero no ensombrecieron,
nante. Una historia ambientada en el dirección llena de contrastes, dinámi- la magnífica representación.
Islam idealizado por la Europa de) si- ca, exultante y delicada a la vez. De- Me pregunto cuándo en nuestro país
glo XVIII abundante en escenas diver- mostró además ser un estupendo con- podremos escuchar, ver, un Mozan no
tidas, con personajes casi lineales, todo cenador y acompañó a los cantantes comparable, eso de momento es impen-
esto arropado con música brillante y ex- con mimo, aunque éstos fueran lo más sable (en Glyndebourne ensayan cerca
quisita que requiere el máximo de or- precario de la representación. de dos meses) pero sí que recuerde,
questa, director y cantantes. La repre- Ni Gianna Rolandi, bellísima Cons- aunque sea de lejos, lo que una repre-
sentación que del Serrallo se hace en tanze y discreta actriz, pero pésima can- sentación del genio más grande de la
Glyndebourne me parece modélica; no tante que destrozó sus intervenciones música se merece.
en lo vocal, muy deficiente a excepción con una voz importante en cuanto al
del Osmin de Wiilard White y la Blon- volumen pero incontrolada y forzadí-
de de Lillian Waison, pero sí en lo or- sima en el agudo, ni David Rendall co- F.J. V.
questal y escénico.
En los sugerentes decorados de Dud-
ley, exultantes de arabescos, tapices,
jardines con palmeras, el director Pe-
ter Wood recrea la ópera intercalando
constantes muestras de ingenio sin caer
jamás en la vulgaridad, haciendo un es-
tudio en profundidad de los persona-
jes y las situaciones, logrando que el
libreto, sin perder su frescura, gane en
riqueza temática, en teatralidad del me-
jor cuño. Conslanze y Belmonte son
dos apasionados jóvenes que se desean,
sufren, se aman con la desenvoltura sin
prejuicios de los que tienen pocos años,
con la generosidad de dos arquetipos
de la belleza física y espiritual del hom-
bre, inocentes, puros, valerosos. Blon-
de, en manos de Wood, es un personaje
humanísimo que domina y teme a Os-
min, que coquetea con el moro para lo-
grar una existencia regalada en el serra-
llo, cárcel dorada. Pedrillo sufre con
paciencia los desmanes de Osmin, pe-
ro sabe utilizar la astucia, como ningún «El rapio en el serrallo», en el /-'estival de Giyndebvurne.

S Scherzo
ACTUALIDAD

Peter Grimes: unverdadero festejo


L o i d r n . Covent Gaidin. Brillen: Peler Grimes (10-6-S&). Grimes: Anthony Roden; Ellen Orford: Jo-
tephinc Barstow, Capitán Bakirode: Víctor Braun; Sra. Sedlcy: Patricia Johnson; Auntie: Elisabeth
Bainbridgr; Ned Keene: Peter Sadvige. Producción: Elijah Moshinsky. Escenografía: Timothy O'Brien
y Tazeena Firih. Dirección musical: John Barker.

l Peter Grimes de Moshinsky es zación dramática del misántropo capi-


E un clásico del Covent Garden. tán que confía en la bondad interior del
Trece años han transcurrido des- salvaje y angustiado Grimes.
de que vio la luz esta producción y el Pero sobre todo el buenísimo repar-
tiempo, si se ha posado en la simple pe- to sobresalió Josephine Barstow como
ro sugerente escenografía de O'Brien y Ellen Orford. La soprano inglesa de-
Firth, no lo ha hecho sobre la extraor- mostró, una vez más, ser la artista com-
dinaria dirección escénica de Mos- pleta capaz de dar vida con la voz a
hinsky. Es un verdadero festejo asistir cualquiera de los personajes con que se
a una auténtica representación de ópe- enfrenta. Lo mismo en Verdi que en
ra; es decir, excelente teatro con no me- Penderecki, que en Strauss o que en
nos excelente música. Britten, Barstow siempre crea. Su ins-
Peter Grimes es una de las cumbres trumento no es de una gran belleza, pe-
Un Macbeth operísticas del siglo XX (¿Cuándo en ro cuando se usa como ella sabe hacer-
Madrid?) por su inspiración, belleza, lo, lo de la belleza resulta superfluo.
profundidad temática, sagacidad mu- Con un magnífico control del sonido,
a medias sical, por sus personajes, su dureza sin un fraseo impecable y unas dotes dra-
aspavientos, su grandeza sin grandilo- máticas propias de una actriz de la Ro-
cuencia. Con Moshinsky la historia re- yal Shakespeare Company, elevó el
Londres. Coveni Garden. Vcrdi: Macbeih vive en escena con la novedad de un personaje de la fuerte viuda, enamora-
(11-6-88). Macbeth: Renato Bruson; Banquo: espectáculo desconocido antes, con la da de Grimes, a alturas que ninguna de
Gwynne Howdl; Lady Macbeih: Elisabeth Con-
nel; Macduff: Dennil O'Neill. Producción: Elijah fuerza de un acontecimiento, con la sus predecesoias en el papel ha logra-
Moshinsky (ensayada por Jeremy Sutcliffc). Es- frescura de un estreno. Porque uno de do. Una interpretación antológica. el
cenografía y vestuario: John Napier. Dirección los puntos a favor del Covent Garden viejo Kara jan, al fin, se ha fijado en
musical: Edward Downes.
frente a otros teatros de primera fila es ella para su próxima Tosca del Festi-
Siendo Inglaterra la patria de Sha- que en el liceo londinense todos los es- val de Pascua de Salzburgo 1989. Se di-
kespeare, era de esperar que el Macbeth pectáculos se ensayan siempre como si ce que también hará con él Un bailo in
verdiano obtuviese en el Covenl Gar- se tratase de un estreno. Y esto se nota. maschera y Fidelio. Ya era hora.
den una representación de categoría, Musicalmente el espectáculo fue tam- El coro, perfecto. La dirección mu-
pero desgraciadamente si en lo musical bién de altísimo nivel, con el punto os- sical de John Barker, que no tiene una
fue notable, con una pareja protago- curo de que el anunciado Jon Vickers, batuta tan cargada de matices para es-
nista fuera de serie, en lo teatral rayó Grimes incomparable, fue sustituido ta partitura como la de Coün Davies,
en lo cochambroso. por un más que mediocre Anthony Ro- consiguió darle una fuerza inusitada,
Por desgracia en esta ocasión la di- den, pobre remedo del tenor canadien- una energía, una fusión foso (imbati-
rección de escena brilló por su ausen- se. En su descargo habrá que decir que ble esta orquesta en Britten), escenario,
cia excepto en el final de la primera la sombra que se proyectaba sobre su público que el espectáculo contagiaba
intervención de las brujas y en la esce- interpretación era demasiado aplastante eso que tan pocas veces ocurre en ópe-
na de la fiesta. Nunca he visto peor re- como para no hacerse notar. Excelen- ra, credibilidad y belleza.
suelta la aparición de los reyes. El coro te el Balstrode de Víctor Braun, lanto
se movió muy bien, siempre en este tea- por línea de canto como por interiori- F.J. V.
tro el coro se mueve con soltura, y can-
tó mejor; salvo ligeros desajustes con teligencia en el fraseo, perfección un medio ancho, poderoso, un agudo
el foso, su intervención fue musical y incuestionable, y justificó con creces su impecable y una inteligencia en el fra-
brillante cuando lo requería la par- condición de barítono número uno de seo capaz de enriquecer el texto y la
titura. nuestros días, aunque se le pueda acha- música con matices inusitados (más en
Edward Downes es uno de esos di- car una cierta linealidad fácilmente dis- nuestros días). Si todas sus intervencio-
rectores ingleses de poco renombre in- culpable ante su maestría estilística. Su nes fueron magníficas, supremos los
ternacional, pero jHofesionalidad irre- Pietá, rispello. amore fue una lección dúos con Bruson, no cabe duda por mi
prochable, que supo inflamar la parti- de canto dicha de forma conmovedo- parte de que donde la Connel estuvo ge-
tura de madurez, brío mediterráneo, ra, sin trucos antimusicales ni excesos nial sin paliativos ni exageraciones fue
quizá demasiado algunas veces, y que melodramáticos. en el brindis, que nunca he escuchado
concertó con seguridad e inspiración. Elisabeth Connel, la gran Orlrud de con más matices, más intención, y en
El reparto fue de calidad. Como Bayreuth y la Sea la, la brillante Elec- la escena del sonambulismo, en la que
Banquo, Gwynne Howell cantó su cor- tra de Idomeneo en Salzburgo, estuvo la ausencia del temible agudo final no
to papel con sensibilidad y contención. sensacional. Una soprano (antes mez- empañó una interpretación profundísi-
En Macduff, Dennis O'Neill imitó los zo) capaz de afrontar con grandeza a ma en la que con voz evanescente y en-
sonidos de un tenor latino; pero no lo Wagner y con refinamiento inusitado trecortada logró dar credibilidad al
es, e imitar lo que no se es suele resul- a Mozart es de esperar que haga mara- delirio de una mujer enloquecida por
tar peligroso. villas con Lady Macbeth y las hizo. el remordimiento.
Renato Bruson como Macbeth can- Quizá su voz carezca de un registro gra-
tó con su habitual belleza de linea, in- ve espectacular, pero esto lo suple con F.J. V.

Scherzo 9
ACTUALIDAD

Una gloría del pasado, tres del presente


Londres. Covenl Garden. Doniztlti: Anna Bolena (9-6-1988). Giovana Seymour: Susannc Mcnizer;
Anna: Joan Suiherland: Enrico VIH; Dimitri Kavrakos; Percy: John Aler; Smeton: Eirian James; Ro-
chefori: Peíer Rose. Producción y vestuario: John Pascoe. Dirección musical: Richard Bonynge.

acia 116 años que no se repre-


H sentaba en el Covent Garden la
Bolena de Donizzeti y creo que
la melodiosa e insulsa ópera del prolí-
quedaba. Un crítico italiano, muy co-
nocido y temido, comentaba, hace
años, comparando la Norma de Suther-
land con la de otras dos señeras intér-
fico compositor bergamasco no hubie- pretes en este papel, Callas y Caballé,
ra regresado al escenario del liceo que estas dos inigualables sopranos su-
londinense si la diva favorita del públi- peraban a la australiana en matices,
co inglés, Joan Sutherland, no la hu- grandeza, dulzura, belleza vocal, dra-
biese escogido para con ella, según matismo, quizá en genio, pero que en
rumor generalizado, despedirse de uno línea de canto, facilidad para las agili-
de los teatros en que mas Iriunfos ha
cosechado.
Sutherland, aquella voz, no muy be-
dades, musicalidad, técnica consuma-
da, Sutherland dejaba a sus míticas
colegas a la altura de dos estudiantes
La magia de Richter
Hace años que Richter, en Francia,
lla de timbre, al servicio de una técni- de conservatorio. sólo toca en su festival de La Grange
ca prodigiosa, sopona el peso de los El resto de la representación, si pue- Du Meslay, a pocas horas de París, así
años con dificultad. Los agudos son de hablarse de representación en lo que que no hizo falta mucha publicidad, ni
forzados, el medio tono, opaco; el pa- fue un espectáculo montado por y pa- tampoco programa para llenar la sala
so de un registro a otro muestra difi- ra la diva, fue de un nivel ínfimo. Ni n.° 1 del Palacio de la Unesco de París
cultades impensables en la que fue gran la pretendida recreación de la Inglate- este 12 de junio de 1988. Penumbra en
soprano hace años. A veces aún asom- rra de Enrique VIII vista por un román- la sala, oscuridad completa en el esce-
bra con su legato, musicalidad y técni- tico, ni los cursi lis irnos cuadros escé- nario, salvo un foco para las partitu-
ca para convertir su deslucido instru- nicos, ni el ostentoso vestuario, muy ras, la noche sorprendente empezaba
mento en un miembro más de la or- propio de los lujos del Holliday on Ice, con la Primera Sonata de Brahms. Es-
questa. Sobre todo en la escena final, ni los fondos de cortinajes recamados coger el joven Brahms era ya un home-
merced a su consumada maestría, auto- en oro, ni las marmóreas masas negras naje a Rubinstein, quien defendió el
ridad, consiguió levantar del auditorio, de una Torre de Londres idealizada, Primer Concierto de Brahms contra el
predispuesto a su favor, ovaciones me- pasaron de ser una lamentable carica- Segundo, después de haber impuesto
recidas por lo que fue y por lo que aún tura de lo que se puede esperar de un este último en una época que ignoraba
teatro como el Covent Garden. al compositor. La Sonata n, " 1, Op. i,
La dirección musical de Mr. Suther- raramente tocada, es una obra de un in-
land (Richard Bonynge) fue aburrida, tenso romanticismo, sin mucho rigor
blanda, descaradamente atenta a \& pri- formal, o más bien de una gran com-
ma donna, genérica y gris. No conten- plejidad formal; obra idónea para
to con su ineptitud estilística, cortó sin Richter, transformado en Wanderer,
compasión la partitura eliminando fi- perdido en los meandros de esta fanta-
nales y repeticiones. sía, que encontraba de pronto Schubert
El resto del reparto no superó lo me- en Brahms, Schumann en las rupturas
diocre. Susanne Mentzer, una joven y Liszt en la improvisación rapsódica.
mezzo de Filad el fia, acompañó a su Richter, en disco, representa una sín-
gloriosa oponente como una sombra y tesis entre la búsqueda sonora de
aunque tuvo algún momento lumino- Arrau, el swing de Gould, y la feroci-
so, en general, fue inferior a los reque- dad poética de Horowitz, pero, con esta
rimientos del brillante papel de Jane interpretación, participa ahora del
Seymour. Dimitri Kavrakos fue un ba- mundo voluptuoso de Rubinstein: la
jo estentóreo como Enrique VIH, sin simplicidad aparente del sonido, la vi-
línea belcantista, burdo y vulgar. John talidad, el humor, la elegancia, la inte-
Aler, tantas veces admirado como in- ligencia de los fraseos, demostraban
térprete de óperas francesas del XVIII, que el espíritu de la música no reside
fue un Percy sin peso vocal y carente en dar todas las notas.
de dramatismo. La segunda parte, dedicada a Cho-
Dame Sutherland podía haberse bus- pin, nos devolvió a la realidad richte-
cado un espectáculo más digno para su riana: piano sinfónico y transparente a
adiós a Londres. la vez, control de la dinámica, sonido
delicado seguido por el más leonino ru-
F.J. V. gido —terrible melancolía—.
Al final, conmocionado, miré a mi
vecino: Alexis Weissenberg estaba alu-
cinado, como todos los pianistas pre-
visto por sentes. Un gran pianista tendría que
Carmelo. hablar de un concierto que será recor-
dado durante mucho tiempo.
Pedro Elias
10 Scherzo
ACTUALIDAD

pnspirada por la obra de genuidad de Calixto, transmi-


f Fernando de Rojas, canta-
Lda en castellano, dirigida
por Arturo Tamayo, La Celes*
Opera española en París te su deseo de abrazar a Meli-
bea; Mazeron y Allouche son
las sibilas encargadas de peli-
tme de Maurice Ohana cerró la grosas vocalizaciones; Bogart
temporada de la Opera de Pa- (Ruffian) conquistó al público
rís en un ambiente de expecta- con su aria di bravura de bas-
ción popular. sobuffo. Dos momentos mági-
cos: recitativo y aria de Brad-
Opera prima burn (Melibea) y el lachrimae
de Courtis (El Padre).
La relación de Ohana con el
teatro musical es larga y fruc- Howl! Howl! Howl!
tuosa, como director y compo-
sitor (El Retablo de Maese Melibea, acunando el cadá-
Pedro, Auloda/é, Office des ver de su amante, encuentra
Oracles, Syllabaire pour Phe- los acentos de las plañideras
dre, Trois Comes de ¡'Hono- mediterráneas. Para traducir
rable Fleur, Stream...). Sin una emoción más fuerte aún
embargo, La Celestina es su (el dolor del padre por la muer-
primera Gran Opera, y con la te de su hija), Ohana renuncia
insolencia de un joven compo- a los mínimos elementos vita-
sitor, Ohana cita sus más di- les contenidos en el quejido.
versos amores musicales y tea- Pleberio, transformado en Rey
trales: Opera China, No, Tea- Lear, Melibea-Cordeliaen sus
tro de títeres europeo y asiáti- brazos, canta el texto inglés,
co, Cinema de Chaplin, Músi- original de Shakespeare, en un
ca española en sus varias face- moderno lachrimae, desolada
tas (la callejera: gritos de ven- melancolía.
dedores ambulantes; Granados Jugando con la percepción
y Obrado rs: dúo de Calixto y inherente a la música del nue-
Tristán; el flamenco: Bulerías vo idioma, la obra alcanza una
y Soleares de la clavecinista E. insostenible intensidad.
Chojnaka, palmas, vasos y cu-
charas para el canto de So- Las modas
sia...). Otra citación, más
directa y literal; obertura de El vestuario de Francesco
Tannháuser para la presenta- Zito (Tristán vestido con un
ción de los asesinos de Calixto. impermeable de las Schutz
Encontramos referencias a Staffel, Sosia en Marión Bran-
la obra propia: Lys de Madri- ¡•La Celestina» en la ópera de París. do sin su moto, los asesinos sa-
gaux(5." Cuadro), Llanto por cados de West Side Story,
Ignacio Sánchez Mejias, Kypris ra abrir la temporada del nuevo teatro Lear-Pleberio disfrazado de gentleman
(9° Cuadro). madrileño. británico con bombín pero sin para-
El castellano, el francés, el italiano, guas...) corresponde a un cierto gusto
el ingles, una lengua inventada, son los de la época que vivimos.
más diversos idiomas hablados y can- Opera clásica, ópera contemporánea La escenografía de Jorge Lavelli, con
tados. gran número de efectos-sorpresa (cor-
Tan dispares elementos (profusión Todos los elementos de la ópera con- tinas blancas, siluetas siamesas, gigan-
musical correspondiendo a la gran vencional se encuentran en la obra: Di- tesco vestido de Celestina...) ya
complejidad de la obra de Rojas), Oha- vertimento bailado, Interludio, Dúo, empleados en anteriores trabajos (Al-
na los une con maestría en un collage Cuarteto, Quinteto... Opera clásica, ciña, Idomeneo,..) fue avalada por el
homogéneo. alejada de Wagner tanto como de Ver- compositor.
di, La Celestina pertenece a la miste-
riosa corriente que une Mussorgsky, El amor más fuerte que la muerte
Cuando el judío duerme, sueña con Debussy, Bartok, Tippett. Opera mo- Celestina muerta para satisfacer la
Sefarad derna en cuanto a su lenguaje musical: moral oficial, los amantes castigados
polifonía de tempi, modos no tempe- por haber conocido el placer, el Judío
El compositor mantiene una relación rados, tercios de tono consiguen un y el Moro obligados a fingir... Cinco
fecunda con una España imaginada mundo melódico y armónico de origi- siglos más tarde, en una decisión liber-
(Tres Gráficos, Llanto por I.S.M.. nalidad y gran belleza. Los intérpretes taria, Ohana nos devuelve la verdade-
Cantigas. La Celestina,..), sin embar- se amoldan perfeaamente a la exigente ra obra salvada de las hogueras inqui-
go, sus obras son raramente programa- partitura, hay que citarlos a todos: sicionales: en el último cuadro, Ritual
das en este país. En una reciente Complicidad camerística entre Tama- del olvido, aparecen, vivos, Celestina,
entrevista Ohana comentaba: «Los es- yo, Chojnaka (clavecín solista), coro y Melibea, Calixto, acompañados por
pañoles son como las abejas, se escri- orquesta; Brewer y Caley (Tristán y So- Bess, Porgy, Melisande, Pelleas, Vio-
ben libros sobre ellas, pero (ellas) no sia), admirables de perversidad; Cie- letta, Carmen, Don José... Amor eter-
saben leer». En 1992, cinco siglos des- sinski (Celestina), del histrionismo a la namente renovado. ¡Glorioso final!
pués de la expulsión. La Celestina de modestia, ideal en su papel de Gran
Oh ana-Rojas seria la obra idónea pa- Madre; Dickson, por encima de la in- Pedro Elias
Scherzo 11
ACTUALIDAD

Fin de temporada mento idóneo para Nicklausse (am-


biguo, asexuado) y una figura elegan-
te y esbelta. El profuso equipo de se-
Madrid. Teatro Lírico Nacional de 1.a /anuda. 26 de junio de 1988. Le¡ Conles d'Hoffman de Jac- cundarios colaboró con suficiente
ques Offenbach. Alfredo Kraus, Enedina Lloris, Pairicia Orciani. Ana María González, Sesio Brus-
camini. Diane Moniague. etc. Coro del Teatro. Orquesta Sinfónica de Madrid. Escenografía: Fercuccio respuesta, destacando el Spalanzani de
Villagrossi. Figurines: Pitr-Luciano Cava I Ion i Dirección escénica Giuseppe de Tomasi. Dirección mu- Bruno Bulgarelli y los cuatro criados de
sical: Alain Guingal. Producción del Gran Teatro del Liceo. Sánchez Gericó, aunque faltóle salero
La atractiva ópera de Offenbach sir- muñeca, aunque algún agudo apreta- en los divertidos cuplets de Franz.
vió, en general, para poner decoroso do e inseguro deslució un tanto la eje- La grisura de la puesta en escena tu-
punto final a la temporada 88 de ópe- cución, que, en el plano escénico, fue vo un mayor cuidado en lo accesorio
ra de la capital de! reino. La baza prin- especialmente conveniente. Patricia Or- que en lo primordial, carente de inteli-
cipal del extenso reparto se halló, como ciani hizo una Giulietta sensual (en más gencia y personalidad. Y la traducción
era previsible, en la presencia de Alfre- de un sentido) y holgada de medios, al- sonora de Alain Guingal estuvo a la al-
do Kraus en un rol que al tenor cana- go vulgar por momentos, muy italiana tura, apática y descolorida.
rio le va a la medida (en realidad: ¿hay tal vez. De cualquier modo, es una voz F.F.
alguno de los que tenga en cartera que que dará que hablar en los próximos
no le vaya?) y nunca hay sorpresas ni años, sin duda. Ana María González
sobresaltos. El espectáculo vocal del ar-
tista, unido a una desenvuelta y conve-
dio el esperado juego en Antonia: sen-
sible, atractiva, cálida, al punto de ha- Música encerrada
niente composición actoral, fue de los cerse perdonar los familiares problemas
que merecen ser archivados en el re-
cuerdo. La línea, el fraseo, la prodiga-
de dicción, al nivel de ocultar al oyen-
te el idioma que la cantante está utili-
al aire libre
lidad (esos agudos de aguinaldo tan zando. Sesio Bruscantini demostró no Madrid. Centro Cultural Conde Duque. 29, 30,
3I-VM-88. Orquesta Filarmónica de Móscii. Di-
bien colocados son un reto para cole- hallarse en disposición de asumir un rector: Dmiln Kitaienko. Sequcíra Costa, piano.
gas menos dotados o imaginativos) son compromiso tan peligroso como los Obras de Tchaíkovsky, Rachmanmov, Profcofiev,
los de siempre, aunque el servicio total cuatro malvados de la ópera, ni en lo Rimsky-Korsakov. Shosiakovitch y Brahms.
a la partitura, comprometida y constan- vocal ni en lo teatral. Pese a la edad, Los Veranos de la Villa han jugado
te, quede menos brillante en el cuadro la voz mantiene presencia, pero no em- su más fuerte baza en el campo de la
de Antonia. puje, cierta firmeza, pero escasa esta- música con la actuación de la Filarmó-
Al lado del Insigne, un terceto de so- bilidad. Aparte que de los cuatro nica de Moscú. Lamentablemente, las
pranos soportó con bastante dignidad personajes, el de Miracle precisa un co- horribles condiciones acústicas del an-
el peso necesario para servir de réplica lor, anchura y volumen (la orquesta- tiguo cuartel de Conde Duque han im-
al señorío vocal del tenor. Enedina Llo- ción del acto es la más nutrida de la pedido que las buenas, no excelentes
ris dio a Olympia brillo, musicalidad y obra) que nunca poseyó el admirado ar- —estridencias del metal, impurezas en
tista. Diane Montague tiene el instru- la cuerda—, cualidades de la orquesta
el abundante virtuosismo que precisa la nos llegaran con garantías mínimas de
fidelidad. Con un sonido lastrado co-
mo por toneladas de plomo, siendo im-
posible todo intento de planificación,
¿cabe hablar de interpretaciones musi-
cales? El viento perjudicó, por lo de-
más, el rendimiento del conjunto en el
primer programa, de escaso atractivo:
Romeo y Julieta de Tchaikovsky, Va-
riaciones sobre un tema de Paganini y
Segunda Sinfonía de Rachmaninov.
Los mejores resultados se dieron el se-
gundo día, calmados ya los elementos,
con una ligera Sinfonía clásica y un bri-
llante Capricho Español. La inevitable
Quinta Sinfonía de Shostakovitch, que
sustituía a la interesante y menos fre-
cuentada Sexta, tuvo una lectura cono-
cedora, algo corta de dramatismo y en
exceso volcada a los atronadores efec-
tismos del final. Kitaienko demostró te-
ner pocas cosas verdaderamente perso-
nales que decir en las dos paginas
brahmsianas del concierto conclusivo.
Su Primera Sinfonía careció de autén-
tica tensión interior. El apego a la le-
tra, lo prosaico incluso, dominó el
acompañamiento del Segundo Concier-
to para piano del hamburgués. El so-
lista, el angoleño Sequeíra Costa, evi-
denció una técnica bastante para tan di-
fícil partitura, pero un discutible enten-
dimiento del estilo. Su instrumento se
vio especialmente perjudicado por la
mala acústica.

E.M.M.
12 Scherzo
ACTUALIDAD

Los colores atenuados Música para


historiadores
La Fundación Sánchez Albornoz de
Avila ha desarrollado durante el mes de
julio en la capital castellana su IV Cur-
so de formación de historiadores, cur-
so altamente especializado cuyas clases
y residencia de alumnos tienen lugar en
un edificio anejo al histórico Monas-
terio de Santo Tomás.
Como en años anteriores, la Funda-
ción ha organizado, abiertas al públi-
co, unas actividades musicales (con-
ciertos y conferencias) paralelas al cur-
so y, en cierto modo, conectadas con
éste. Pocos intérpretes en nuestro país
Amoni Ros Marbá. pueden ser convocados con más justi-
cia en un curso de historiadores como
Madrid. Palacio Real, Palio del Príncipe, 15 de julio de 1988. II Ciclo de Música en Palacio. Falla: Antonio Baciero. Porque el músico
Suiles 1 y 2 de El sombrero de tres picos, La vida breve. Enriqueta TarTÍs. Josep Ruiz. Rosa María burgalés actúa siempre con irrenuncia-
Ysás, Alfonso Echeverría» Santiago Sánchez Gericó, Gabriel Moreno. Luis Alvarez, Alicia Armentia. ble vocación investigadora y cuanto ha-
Lucero Tena, Carmelo Martínez. Orquesta y Coro de la RTVE. Director: Antoni Ros Marbá.
ce, sea Schubert o Cabezón, está
Dentro del ciclo Música en Palacio, cero Tena. Porque la actuación de los además concebido y trabajado con un
que va por su segunda edición, tuvo lu- solistas vocales fue digna de loa. Enri- criterio esencialmente historiéista.
gar en el Patio del Príncipe e! concier- queta Tarrés, aun con la voz ya muy Antonio Baciero ha desarrollado
to arriba reseñado, a prior i el más agostada, relativa afinación e irregula- cuatro recitales en Avila del mayor in-
interesante de la serie. No defraudó en ridades en el color, con continuas pér- terés. El primero, en torno a la música
lo que a pura música se refiere. La or- didas de esmalte y posición, supo española del barroco, fue un recital de
questa, que ya había tocado El tricor- meterse en el personaje de Salud, ha- órgano en la catedral.
nio con Ros en la gira por Japón, luvo cernos vivir su intimo drama, cantan-
una excelente actuación en las suites, do inteligentemente, matizando y di- El segundo y el cuarto fueron sendos
atendiendo con reflejos y precisión las ciendo con mucho arte. Ruiz defendió recitales de piano en la Caja de Sala-
persuasivas órdenes de la batuta. Ros bien su Paco y Gericó dijo con inten- manca abulense, dedicados a obras de
desprovee en parte a la obra de ese es- ción y buena impostación vocal las co- Bach y de autores españoles del siglo
pañolismo, en ocasiones excesivo, pin- plas. Desigual la Ysás y a buen nivel XV1I1 y a composiciones inéditas de la
toresco y desgarrado, que ha definido Echeverría. Adecuados los demás. Bue- época de Carlos III en archivos espa-
habitúa Intente cualquier acercamiento na contribución del coro en la que ha ñoles e italianos. En todos ellos se han
a ella y le otorga un sabor y un perfu- sido la última actuación de Jordi Ca- escuchado rarezas de extraordinario in-
me, por decirlo así, muy franceses, bus- sas, su titular a lo largo del año musi- terés histórico y musical con la autori-
cando con cuidado, con lentitud in- cal que acaba de terminar y en el que dad de las versiones de su recopilador.
cluso, las calidades tímbricas, los co- ha dado muestras de competencia, cri- Pero ei recital clave del ciclo ha sido
lores, las sfumature, alargando inteli- terio y preparación. Su marcha al Or- el tercero, desarrollado el 22 de juüo en
gentemente ciertas frases, manejando feó Cátala es una sensible pérdida para la iglesia del Monasterio de la Encar-
el lempo con flexibilidad. La textura la música madrileña y sobre todo para nación. Posee el histórico convento
orquestal fue clara y transparente, ale- el Coro de la RTVE. —donde Santa Teresa profesó en 1536
jada de las densidades favorecedoras y pasó buena parte de su vida— un ór-
del brillo espectacular y del gigantismo La verdad es que las opiniones ver- gano de cámara anterior a esa época
sonoro, usualmente exageradas, lo mis- lidas en este comentario crítico, hay que es una verdadera joya de la orga-
mo que el tempo, en el final. Una ver- que confesarlo, son bastante aproxima- nografia española. En él se funden ca-
sión acuarelística, podría resumirse. Uvas. La acústica del Patio del Prínci- racterísticas del órgano renacentista con
pe, reconozcámoslo, no es buena, el las del viejo órgano medieval del góti-
Parecidos valores caracterizaron la sonido no progresa, no se proyecta en co. Baciero conoce bien este instrumen-
interpretación de La vida breve, la úni- él, no tiene la necesaria presencia y re- to único, pues en él grabó dos elepés
ca y magnífica (por verdaderamente es- lieve adecuado. Sobre todo cuando al que son un hito en su larga carrera.
pañola y casi única en su género) ópera crítico se le sitúa —sin reserva de
de Manuel de Falla. En ella hubo una localidad— en un lugar alejado del es- Sobre él trazó en esta ocasión un má-
exquisita gradación de timbres, una trado unos 40 metros y hay un helicóp- gico recital que emocionó a todos los
fluidez narrativa excelentemente mar- tero sobrevolando continuamente el asistentes, tanto por las explicaciones
cada y una buena concertación. Quizá lugar. Estos ciclos de Música en Pala- que el intérprete daba como por su for-
a la tan musical visión de Ros le falta- cio cumplen una misión a pesar de las ma de tocar todas y cada una de las
ra un punto de vibración dramática que dificultades acústicas. Podrían cumplir- piezas.
pudiera acentuar en mayor medida la la aún más si se hilara un poco más fi- La música del siglo XVI español, tan
tragedia ominosa que aletea sobre to- no en la construcción y selección de los querida a Baciero, se completó esta vez
da la obra. Lastima que el equilibrio se distintos programas y sí se dispusiera con obras procedentes de las primeras
rompiera violentamente con la absur- de al menos una parte de localidades fuentes hispano-americanas para tecla-
da —¿qué razones musicales existen pa- para su venta directa al público. Ac- do de México y Guatemala, algunas de
ra insistir en este número en una versión tualmente aquéllas se distribuyen en or- ellas emotivas muestras de la asimila-
de concierto cuando tampoco resulla ganismos públicos y privados a tiro ción de la cultura española por los pue-
lógico en una escénica?— intervención hecho. blos de aquellas tierras. Todo un
de baile edulcorado y castañuelas de la concierto ejemplar para amantes de la
inevitable, con todos los respetos, Lu- música y de la historia.
A.R. sx.tt. I.

Scherzo 13
ACTUALIDAD
CA

Doña Francisquita: zarzuela a lo grande y aquel punto de sensualidad vulgar que


necesita.
Muy bien, como nos tiene acostumbra-
Bwcdoot, Gran Teatro del Liceo. 4 de junio de 1988. Vives: Doña Frencisquita. Enedina Lloris. Ro- dos, el coro del Liceo (recordemos su
sahna Mestre. María Rus, Alfredo Kraus, Josep Ruiz. Tomás Alvirez. Mario Fertei, etc. Dirección Cuando un hombre se quiere casar), ajus-
musical: Manmiano Valúes. Dirección escénica: José Luis Alonso. Escenografía: no se especifica su
HUÍ orla en el programa de mano. Vestuario: Cornejo. Ballet de La Zarzuela (dir.: Carmen Osado). Agru- tada la rondalla y brillante el Ballet de La
pación Laudísiica Cierzo (dir.: Andrés Ángel Sánchez García). Producción: Teatro Lírico Nacional La Zarzuela en el brioso fandango del Acto
Zarzuela. III. En el foso no todo fue acordamien-
to y cohesión, pero es evidente que Ma-
El esperado retorno de Doña Francis- aunque por razones distintas, la Aurora ximiano Valdés no merecía los silbidos
quita al Liceo tenía su razón de ser no só- de la mezzo andorrana Rosal i na Mestre. con que le obsequiaron los cuatro intole-
lo porque estaba ausente del cartellone de! Su trabajo como cantante-actriz fue equi- rantes que nunca faltan en las represen-
teatro desde hacía doce años, sino por- librado, aunque la voz resulte pequeña taciones liceístas.
que teníamos ocasión de gustar de una para un teatro como el Liceo. Pero supo
zarzuela —y del género grande, ademas- comunicar a su personaje el desparpajo Jordi Ribera Bergós
montada con medios y buenas voces. Y
este condicionante es fundamental si te-
nemos presente que, la mayor parte de las
veces, en Barcelona sólo pueden verse zar-
zuelas bien a cargo de compartías ambu-
lantes de ínfima categoría, bien a cargo
de grupos de aficionados.
Asi, se nos ha servido una puesta en es-
cena clara y coherente, con las dosis ne-
cesarias de espuma y salero y que,
estéticamente, mantenía el sabor ochocen-
tista del libreto con leves pinceladas go-
yescas. Bastante atractiva resultó, por
encima de todo, la escenografía de la pla-
za madrileña del Acto I, aun cuando la
pastelería móvil de Doña Francisca resul-
tara de andares un tanto patosos y los la-
terales del escenario estuviesen protegidos
por una fastidiosa cámara negra.
Sabido es que un buen cantante de zar-
zuela debe de saber cantar y declamar por
un igual, y, en este sentido, dentro del re-
parto que nos fue ofrecido creemos que
se llevaron la palma Enedina Lloris co-
mo Francisquita y Josep Ruiz como Car-
dona. Aquélla bordó literalmente con
agudos purísimos y con su proverbial mu-
sicalidad la Canción del Ruiseñor y com-
puso además una Francisquita grácil y
desenvuelta. Este se mostró caricato con
mucho gancho y con momentos en los que
estuvo realmente estupendo —como en su
travestismo femenino del Acto II—, y en
el aspecto musical demostró una vez más
ser un tenor al que en Barcelona no se le
presta la atención que merece (muy bien
su versión del Marabú junto a Aurora la
Beltrana en el Baile de Cuchilleros). Junto
a estos cantantes brillaron por méritos
propios el excelente Tomás Alvarez (Don
Matías) y la muy meritoria María Rus
(Doña Francisca).
El caso de Alfredo Kraus como Fernan-
do es un caso aparte. Si como cantante
estuvo impecable y dictó en todo momen-
to una de sus clases magistrales —su pri-
morosa versión de Por e¡ humo se sabe
provocó una avalancha de aplausos y ex-
clamaciones de júbilo—, como actor dio
un rendimiento más bien mediano; le fal-
tó la naturalidad que un actor verdadero
sabría insuflar a los numerosos diálogos
que Doña Francisquita tiene. Pero, con
lodo, el suyo fue un Fernando de altos
vuelos. También forma un caso aislado, Enedina Lloris en Doña Francisquiia.

14 Scherzo
ACTUALIDAD

Wagner como fin


de temporada
£1 hombre que confundió a su
Bimlont: Gran T cal re del Liceu, 23 de junio de
1?8B. El hotandis errante de Richard Wagnec Ha
rsld Siamm (Daland), Johanna Mein (Sínía), Ro-
mujer con un sombrero
bert Schunk (Erik). Gtrtrudt JaJin (Mary), Hans . The man wlio misiook his wifefora hal (Michael Nyman). Mami Nixon (Mrs. P.); John
Sojer (el marínero), Alfred Muff (el holandés). Duykers (Dr. S.); Frederick Westcolt (Dr. P.>. Conjunto instrumental dirigido por Michatl Nyman
Hans Wallai: dirección de orquesta; Jean-Claude desde el piano. Teatro Griego de Montjuic, julio de 1988.
Riber: dirección de escena; Romano Gandolfi y
Viiiorio Sicuri: dirección del coro. Orquesta Sin- Aunque a Michael Nyman, por lo de un modo especial al bajo (et papel
fónica y coro del Gran Teatre del Liceu. con la que parece, no le gusta ser incluido en del protagonista) en la parte central de
colaboración del Orfeo Al lanuda (dir.: Anioni el conjunto de los llamados minimalis- la ópera y en los últimos pasajes de la
Coll i Cruells). Producción del Búhnen der Stadi
Bonn. tas, no puede dejar de situarse esta ópe- misma.
ra dentro de las coordenadas un poco Utilizando un montaje sumamente
Para et final de la presente temporada difusas que enmarcan al grupo. Su ópe- eficaz, que permitía representar con
de ópera del Gran Teatre del Liceu se pre- ra, formada por una sucesión de esce- originalidad la escena de la consulta del
sentó El holandés errante de Richard nas que describen un curioso caso neurólogo (el Dr. S.), mientras los mú-
Wagner. La velada coincidió (¿volunta- clínico (un hombre que carece de la sicos actuaban por encima de la esce-
riamente?) con la verbena de San Juan, capacidad de identificar objetos porque na bajo la dirección del propio Nyman
hecho que hizo que, a lo largo de toda la ve en ellos no su identidad, sino los ele- al piano, la representación resultó vi-
representación, se oyese un molesto fon- mentos primarios que los conforman), sualmente eficaz y musicalmente inte-
do de coheles y petardos. lleva un soporte musical hecho primor- resante y la calidad de los intérpretes
Al iniciarse la función, la orquesta, en dialmente de células musicales que se contribuyó al buen efecto del conjun-
la obertura, no se encontraba todavía en repiten con variaciones, a impulsos de to, especialmente el tenor, John Duy-
Su punto justo. No obstante, las cosas un ritmo casi siempre obstinado que es kers, de timbre grato y potencia consi-
fueron mejorando y el director pudo de- lo que confiere al conjunto una cierta derable. Marni Nixon, la soprano, evi-
mostramos su sobrada experiencia en este monotonía. A la ópera, tal como se la denció en algún momento una madu-
tipo de obras (recordemos que Hans Wa- representa —y se graba, incluso— le so- rez excesiva pero en otros cumplió con
llat ha trabajado en Bayreuth, precisa- bra también la amplificación que elegancia y voz todavía atractiva. Bien
mente, la obra que nos ocupa, además de Nyman impone a instrumentos y voces, el bajo protagonista en su difícil co-
Los maestros cantores)^ con lo que se lle- creando la sensación de vinculación con metido.
gó a niveles verdaderamente altos, como la música ligera y cinematográfica en El espíritu de esta ópera aboga por
en la famosa Balada de Senta. la que el compositor hizo sus primeras la lucha contra la deshumanización de
Lo mismo puede decirse de la agrupa- armas. la vida actual, pero el mensaje de la
ción coral, cuya sección masculina, en su Sin embargo, para los que, como el obra quedó a oscuras para los especta-
intervención del primer acto, no conven- que suscribe, la ópera es esencialmen- dores ya que el texto, en inglés, resulta
ció suficientemente: el coro de marineros te un texto dotado de canto, resulta es- incomprensible incluso para los aveza-
resultó desajustado. Muy diferente fue el pecialmente satisfactorio el modo como dos a este idioma. Por ello resulta ab-
trabajo realizado por las voces femeninas Nyman trabaja la voz humana, que re- surdo que el director de escena, Michael
del coro en el segundo acto y por el coro cupera, en plena etapa final del siglo Morris, con la esperanza de lograr que
completo en el primer cuadro del acto ter- XX, el derecho a cantar, y a cantar con se editara el texto en castellano —cosa
cero (nos referimos, naturalmente, al as- matices, inflexiones, frases melódicas que no logró— se negara a la traduc-
pecto vocal, ya que el coreográfico nos y lirismo, y no sólo porque el autor in- ción con supertitulos como la dirección
pareció muy simple y totalmente falto de troduce en su argumento un lied de del Grec le ofrecía. Aun así, el espec-
gracia), en que se superaron sobradamen- Schumann flch grolle nicht) sino por- táculo fue muy bien acogido y prolon-
te los fallos del primer acto. que en determinados momentos da a gadamente aplaudido.
No fue satisfactoria la forma como se sus personajes la oportunidad de una
consiguió el aspecto espectral de las vo- verdadera expansión vocal, concedida Roger AUer
ces de ta tripulación del barco del holan-
dés. El sistema utilizado fue el de unos
altavoces y un amplificador cuya repro- do acto se encontraba un poco fría, eje- mina la estancia en que se encuentran las
ducción del sonido no era en absoluto óp- cutó su balada con gran perfección. hilanderas (con unas ruecas, dicho sea de
tima, lo que producía un efecto harto También cumplieron el tenor Robert paso, con un funcionamiento muy extra-
extraño entre el resto de las voces na- Schunk (Erik) y la mezzo Gertrude Jahn ño). Enfrente del escenario y elevado un
turales. (Mary). panel sugiere, de espaldas, el cuadro en
De los seis personajes que intervinieron Aunque no espectacular, la escenogra- que se representa la leyenda del holandés.
en el drama, todos ellos excelentes, el que fía fue acertada, e incluso tuvo momen- En cuanto al tercer acto, el responsa-
menos dio fue quizá Hans Sojer, en el pa- tos interesantes, como el de la aparición ble de la escena obvió la aparición de Sen-
pel del marinero, que tuvo algunas difi- del barco fantasma o la llegada del bu- ta y el holandés ascendiendo al cielo. Ello
cultades en su canción del primer acto. que de Daland. En el primero y segundo se sugirió tan sólo por una gran luz en el
Alfred Muff (el holandés) y Harald actos los dos barcos se situaron al fondo centro y al fondo del escenario.
Stamm (Daland), barítono y bajo respec- del escenario, sobre una escena totalmen- Este Holandés como final de tempora-
tivamente, demostraron una voz potente te neutra, sin más decoración que nos su- da sirvió de preludio para el curso próxi-
y totalmente apta para luchar contra la giriera el lugar que las embravecidas olas mo en que los aficionados wagneríanos
compleja y masiva orquestación wagne- del mar. La nota fantasmagórica del bar- podrán ver y escuchar tres de las más im-
riana. Asimismo interesante fue la actua- co del holandés la puso el velamen, en ro- portantes obras de este compositor: Par-
ción de la soprano Johanna Meier en el jo intenso y con un movimiento aparente- si f al. Tristón und Isolda y Die
papel de Senta, que, a pesar de que al mente sobrenatural. El segundo acto tam- Meistersinger von Nürnberg.
principio de su intervención en el según- bién fue muy simple: una gran silla do- X.D.
Scherzo 15
ACTUALIDAD

Positivo balance del Grec-88 Al fin, la ópera


La ópera y la música de este Grec-88 presentaciones de una gran calidad en la Barcelona. Rigolello (Verdi). John Rawnsley (Ri-
goleiio); Soma del Castillo (Gilda); Giuseppe Cos-
que acaba de decirnos adiós se ha con- programación del Grec-88 fueron borra- lanzo —luego José Ruil— (Duque de Mamúa);
centrado en tres puntos —muy diferen- das de un plumazo por la organización etc. Producción: Opera Fórum de Holanda. Or-
ciados al tiempo que distanciados entre y en su lugar se habilitó un nuevo espa- questa Ciudad de Barcelona. Dirección: Augusi
Haltmayer. Teatro Griego de Montjuic, julio
sí. cio para ubicar las representaciones: l'Hi- 1988.
El Tealre Oree ha acogido las represen- vernacle, una construcción toda de cristal
taciones de ópera —que este año han —de construcción reciente— con una Los cambios en la dirección del festi-
val veraniego del Teatre Grec de Barce-
vuelto al primer plano de la programa- acústica muy deficiente sobre todo en los lona han permitido, por fin, la tan
ción, después de que en las programacio- dos primeros conciertos —New American reclamada reaparición de la ópera en el
nes anteriores, mentes iluminadas de la Chamber Orchestra y el Quartet Sonor—. conjunto de espectáculos que, apretada-
anterior organización la redujesen a su En las representaciones sucesivas la acús- mente, se programan en julio.
mínima expresión con compañías de ter- tica fue mejorando un poco —no dema- Esta reanudación se ha hecho con Ri-
cer orden— y el Réquiem de Mozart con siado— mediante apaños técnicos. De las golello, uno de los títulos más populares
la participación de Montserrat Caballé. actuaciones que tuvieron lugar en l'Hiver- (hubo I leñazo en cada función y el lleno
nacle el concierto estelar fue sin duda el absoluto en la cuarta y última). Siguien-
La Plaza del Rey ha sido el marco es- do con la tónica entre ligera y refrescan-
cogido para los cuatro conciertos que ¡a ofrecido por las hermanas Labéque, que te de los espectáculos de verano, se nos
Banda Municipal ha ofrecido para este entusiasmaron a todo el auditorio con sus ofreció un montaje relativamente hetero-
Grec-88, que se han caracterizado por sus interpretaciones de piezas de Brahms, doxo de la ópera, siguiendo el camino tra-
diferencias de estilo y de épocas. Así, el Schubert, Ravel, Debussy y especialmente zado por la archifamosa producción de
concierto inaugural estuvo dedicado a por su Rhapsody in Blue de Gerswhin. Jonathan Miller. Seguir los pasos ya tra-
zados por otra producción siempre pro-
compositores nacionalistas (Weber, The English Biass Ensemble puso el pun- duce una cierta decepción, y el hecho de
Holst, Millet y Tchaikovsky). El segun- to final a esta serie de conciertos en este que Opera Fórum situara a Rigolelto en-
do estuvo centrado en compositores dis- nuevo espacio musical que es l'Hiverna- tre pistoleros de la dolce vita italiana de
persos (Elgar, Nicolai). El tercero cle. La organización se habría de plantear los años 1960 no supuso un gran hallaz-
—quizás el que despertó más expec- su continuidad o no en sucesivos ciclos go. La escenografía, sencilla y eficaz, ba-
dada su deficiente calidad acústica. sada en paneles semi-translúcidos que
tación— fue dedicado a la zarzuela. El úl- servían de marco a la acción, ganaba cre-
timo de la serie estuvo centrado en com- La organización de este Grec-88 se ha dibilidad en la esceña del rapto de Gilda
positores norteamericanos (Gerswhin y caracterizado más por sus aciertos que y, sobre todo, en el bar de mala nota del
Arnold). Esta serie de conciertos que ha por sus fallos. Los momentos bajos se último acto. La dirección escénica de An-
ofrecido la Banda ha superado con cre- han centrado en los programas de mano thony Besen (realizada por flora Verbrug-
ces las previsiones de la organización y en de cada concierto, llenos de errores, omi- ge) cuidó mucho de la adecuación de
todos los movimientos de los cantantes a
las cuatro actuaciones los plenos han si- siones y faltos de un rigor informativo. la música.
do absolutos.
Las Serenatas del Barrio Gótico que en En el papel de Rigoletto, John Rawn-
temporadas anteriores habían ofrecido re- Francesc X. Mata sley lució su acreditada calidad vocal; un
poco reservón al principio, se dejó llevar
por la situación en el tercer acto y su Cor-
tigiani vil razza fue una página de autén-
tica primera línea, como lo fue también
su desesperación en el momento final.
Sonía del Castillo convenció en el pa-
pel de Gilda, su debut operístico a la tem-
prana edad (!) de 17 anos. Obviamente,
le faltan estudio y experiencia, pero pue-
de calificarse de proeza el que sostuviera
el difícil papel con dignidad, y no puede
criticársele el que administrara sus sobrea-
gudos con gran prudencia.
Lamentable, en cambio, resultó el te-
nor Giuseppe Costanzo, incapaz de sos-
tener el papel, recurriendo a cantar
pasajes en la octava baja y terminando
del modo más penoso su repetición de La
donna e mobile. Tuvo que ser sustituido
en la segunda función por José Ruiz, que
cumplió con nervios en esta sesión, pero
se impuso con bella voz y elegancia en las
restantes, si bien frente a las esculturales
(y vocamente discretas) holandesas que
interpretaban a sus sucesivas conquistas
(la Ceprano, Maddalena) quedó física-
mente poco convincente como Duque. La
compañía holandesa funcionó como co-
ro; de los solistas sólo merecen mención
el bajo Tom Haenen, un Sparafucile un
poco basto, pero eficaz, y Annelies
Lamm, desaprovechada en el brevísimo
rol de Giovanna. August Haltmayer di-
rigió sin especial brillantez.

Las hermanas Labeque entusiasmaron en el Grec-SS. Roger Alier


16 Scherzo
ACTUALIDAD

a pesar de sus espectáculos de calidad

Del barroco al bel canto sólo mediana. En este caso, si la esce-


nografía de L'italiana in Algeri fue li-
gera y un tamo floja, la concepción
Así se titula esta segunda edición del general del espectáculo resultó franca-
Festival de Per alad a, que nos prome- mente divertida y se conjuntó con una
tía una inolvidable velada con la pre- dirección escénica, de Vittorio Patané,
sencia de dos grandes nombres en el que resaltaba lo grotesco de las situa-
segundo de los repertorios citados co- ciones con la ayuda de un vestuario lla-
mo son Montserrat Caballé y Marilyn mativo y de un movimiento muy cuida-
Horne. Pero la cántame americana no do, atento a seguir fielmente el ritmo
pudo estar presente y fue sustituida por de la partitura.
Luca Canonici, que ha adquirido un Algunos momentos de la obra, co-
cierto nombre al haber intervenido en mo la escena en que se anuncia al Bey
lugar de Josep Carreras, por enferme- (situado en una maratiana bañera) la
dad de este, en la filmación de La Bo- llegada de la italiana, tuvieron mucho
héme. El programa se basaba en una de vodevil, y resultaba un poco chocan-
elección de obras de Donizetti, comple- te, para el público habituado al enco-
mentado con fragmentos de Haendel, petamiento de la ópera, ver al bajo Jan
Mercadante y Rossini, y de dos arias Alofs envolviéndose y desenvolviéndo-
curiosas, pero sin especial relieve, so- se de una larguísima toalla al compás
bre todo la primera, de las Hermanas de su aria Ciá d'insotito ardore nelpet-
García (la Malibrán y la Viardot), y por to. Pero la risa se impuso y más aún
ello echamos en falca alguna participa- cuando al término del primer acto, can-
ción de Bel I i ni, representante obligado tantes y figurantes rivalizaron a empu-
en una noche dedicada al bel canto. jones para saludar al público del modo
más cómico. En el segundo acto el to-
Montserrat Caballé continúa siendo Montserrat Caballé. no de comicidad se disipaba un poco
lo que ha demostrado en su dilatada ca- para dar mayor relieve a la belleza mu-
rrera, una cantante en el más puro es- que en los dúos de Caterina Cornara sical de determinados momentos de la
tilo belcantista, cuyas esencias expone y Roberto Devereux, que cantó con la partitura. En el reparto, Raquel Pierotti
con una exquisitez inusitada y una be- soprano catalana, ésta sí en su ele- sustituyó como Isabella a la anuncia-
lleza sin igual, y aunque quizá el paso mento. da Agnes Baltsa (probablemente in-
de los anos y su incursión en otros re- Los cantantes estuvieron acompaña- compatible con el espectáculo, aunque
pertorios han hecho desarrollar el cuer- dos por la Orquesta Ciutat de Barcelo- alegó enfermedad). La Píerotti cantó
po de su instrumento, puede darnos na, en un repertorio que no es el suyo con exquisito gusto y bella voz, y se su-
aún páginas inolvidables como el Sola habitual, dirigidos por José Collado, mó a la comicidad con garbo y buen
son io, de Sancia di Castiglia, de Do- con una prestación sin especial relieve, gusto; su mejor intervención fue la úl-
nizetti o Di Taníi palpiti. del Tancredi perjudicados sin duda por la clásica tra- tima aria, Pensa alia Patria. A su la-
rossini ano entre otros, en los que pu- montana, que les hace estar pendien- do, Daimau González defendió el papel
do ofrecer lo más puro de su arte. A tes de mantener las partituras en el atril. de Lindoro con voz muy ligera, de la
Luca Canonici lo habíamos podido oír Las representaciones del festival se rea- que siempre logró sacar los necesarios
en la grabación de un programa de la lizan en marcos de gran belleza, como agudos y una consistencia suficiente pa-
Televisión Francesa dedicado a Mont- es en este caso los jardines del castillo, ra dar vida a un personaje simpático y
serrat Caballé en el Palau, y en esta su y en otros las murallas del Carmen y atribulado. Excelente el Taddeo de En-
presentación real ha confirmado mi pri- la iglesia; es lástima que la Naturaleza ric Serra, que demuestra una capacidad
mera impresión; se trata de un tenor de no siempre colabore con la organiza- para el género bufo que debiera apro-
una bonita voz, aunque no siempre, ni ción, ya que la mencionada tramonta- vechar más. Flojo el Mustafá de Jan
excesivamente proyectada, con una na hace frecuentemente acto de pre- Alofs en lo vocal, no por falta de agili-
musicalidad y una línea de canto inte- sencia y dificulta la concentración de dad, sino de potencia, pero eficaz co-
resantes, pero con un estilo interpreta- intérpretes y espectadores. mo personaje cómico y buen actor.
tivo que está más cómodo en Una Discreta, pero suficiente la Elvira de
furtiva lacrima de L'Elisir d'amore. Alberi VUardeil Rosalba Cobsimo, y muy bien Rosa
Marta Ysás y Hubert Waber en los pa-
peles comprimarios de Zulma y Haly
Una italiana divertida
Cutillo de Peraleda. L'haiiana m Algen (Rossim). Raquel Pieroui (Isabilla); Dalmau Gonzalo; (Lin-
(éste con su hermosa aria bien resuel-
ta). La orquesta dio un rendimiento só-
doro); Jan Alofs (MuslafáK Rosalba Colosimo (Elvira); Enríe Sena ITaddeo); Hubert Wabcr (Haly);
lo mediano bajo la batuta de Christof
Rosa Mana Ysás (Zulma). Coro y Mimos de la Opera Fórum de Holanda. Orqutsia Ciuiat de Barcelo- Escher. El coro cumplió más como ani-
na. Dirección: Christoph Escher. Julio de 1988. mador del espectáculo, con un ritmo
contagioso, que como conjunta vocal;
El Festival de Peralada se está afir- Falstaff de Salieri y la endeble obrita se distinguió especialmente como bufo
mando como sede no sólo de concier- de Rimsky-Korsakov titulada Mozart y el guardián del Bey, que abusó un po-
tos de calidad, sino como escenario Salieri. co de sus persecuciones con el fatídico
para óperas que se salen del repertorio Este año la programación va del Ba- palo. El público se divirtió considera-
trillado y que, en el ambiente festivo de rroco al Bel canto y se ha abierto con blemente y aplaudió sonoramente al
las noches de verano, adquieren un to- L'italiana in Algeri, representada en término de las dos funciones.
no, si no muy profundo, si divertido y clave de farsa por la Opera Fórum de
hasta brillante. El año pasado el Festi- Holanda, una entidad que últimamen-
val presentó dos estrenos en España: el te está muy activa en nuestras latitudes. Roger Alier
Scherzo i 7
ACTUALIDAD

Le nozze di Fígaro
en Sabadell
Carreras en un recital multitudinario
Buxdon*. Are del Triomf: 21 di julio de 1988
Obras de Grieg, Tosti, Tala Nacho. Toidrá. Mom-
Los Amigos de la Opera de Sabadell pou, Soro?ábal. Vives, Puccini, Verdi, y popula-
han culminado la temporada con un pro- res catalanas- Josep Carreras, tenor, y Vincenzo
grama sumamente ambicioso que de- Sí alera, piano.
muestra una madurez impensable hace Al año de hacerse pública la noticia de
unos años, cuando se dedicaron a crear la enfermedad que había contraído, Jo-
esta curiosa institución que proporciona sep Carreras ofreció, como ya había pro-
ópera a Sabadell y, en cierto modo, un metido, un recital popular para los
segundo teatro a Barcelona, y se la pro- barceloneses. El concierto tuvo lugar bajo
porciona a un nivel de calidad cada vez el Are del Triomf (¿quiso Carreras con
mayor. En esta ocasión, la ópera selec- ello demostrar el triunfo obtenido en su
cionada no era nada fácil: Le nozze di Fí- batalla contra la muerte?) ante un públi-
garo, de Mozart, obra complicada si las co situado a lo largo del Passeig de Lluís
hay, con muchos cantantes, gran varie- Companys. Para llevar a buen término es-
dad de escenas y argumento complejo. te magno recital no se escatimaron esfuer-
Sin embargo, se contó con un buen equi- zos; un macromontaje por parte del
po y algo muy importante: entusiasmo en Ayuntamiento permitió que Carreras pu-
la labor por parte de coro, figurantes, diera cantar ante cerca de 150.000
cantantes y orquesta. personas.
Musicalmente, la mejor figura en esce- La organización distinguió dos zonas:
na fue la soprano japonesa Atsuko Ku- una, cercana al escenario, con un millar
do, una Condesa de gran calidad, de voz de localidades (que no se llenaron), des-
muy homogénea, clara y poderosa y una tinada a las autoridades; una segunda, de-
actuación muy convincenie. Jean-Luc trás de ésta y con unas 9.000 sillas, en que
Chaignaud rayó casi a su misma altura se situó el público general, los que real-
como Conde, favorecido por su aspecto mente querían oír a Josep Carreras.
físico y por una voz potente y de timbre Otros, que no tuvieron tanta suerte, de-
agradable. La soprano italiana Martina bieron situarse, de pie, alrededor de to- Carreros en su reaparición. EL GLOBO
Musacchio hizo gala de una gran musi- do este recinto. Todo estaba lleno de popular caalana y Jo et pressentia com
calidad que salvó a una voz excesivamente gente... pero a pesar de ello no se consi- la mar de Frederic Mompou. Una nueva
pequeña para el papel de Susanna, e Iñaki guió el milagro de la comunicación. El pausa y la tercera parte, que se completó
Fresan venció a los nervios en un Fígaro público que de verdad estaba interesado con la romanza No puede ser que esa mu-
francamente adecuado. En los papeles en el concierto estaba demasiado lejos y jer de La tabernera del puerto de Soro-
menores se distinguieron especialmente Carreras no consiguió contactar plena- zábal y L'emigraní, basado en un texto
Stefano Palatchi en el Doctor Bartolo y mente con ellos; los asistentes dedicaron de Jacint Verdaguer musicado por Ama-
Rosa Nonell como Marcellina; María en todo momento frases elogiosas al te- deu Vives. Tras una tercera pausa Carre-
Aragón, en cambio, aunque físicamente nor que en ningún caso llegaron al esce- ras manifestó que no quería finalizar su
bien adaptada al personaje de Cherubi- nario. Este es el precio que debe pagarse recital sin cantar un fragmento de ópe-
no, fue una intérprete floja vocalmente por este tipo de recitales multitudinarios. ra; la página escogida fue el Nessun Dor-
hablando. La versión fue completa, y asi No obstante, no todo fue negativo; hu- ma del Turandoi pucciniano.
Rosa Nonell pudo demostrar su habilidad bo algo muy positivo: la actuación de Ca- Cuando todo parecía haber terminado,
como Marcellina en la difícil pieza // ca- rreras. El tenor nos demostró que, a pesar tras los prolongados aplausos y los ramos
pro e la capreita y Josep M. Bosch cum- de todo, conserva aún sus facultades. El de flores ofrecidos al tenor, apareció so-
plió en la suya como Don Basilio. María programa presentado, muy popular, fue bre el escenario Montserrat Caballé para
Mirna Camarasa, como Barbarina, mos- mantenido en secreto hasta el último mo- regalar a Carreras un ramo de rosas en
tró cualidades en ciernes. La orquesta mento; fue el mismo Carreras quien nos forma de corazón. La sorpresa llegó
funcionó con una admirable corrección iba presentando las canciones. Después cuando Carreras obligó a Caballé a can-
—con una ligera tendencia al ruido, pe- de haber superado la emoción del primer tar un dúo con él; en ese momento Vin-
ro sin llegar a ofender— bajo la batuta momento de encontrarse de nuevo ante cenzo Scalera atacó el inicio del célebre
de Albert Argudo. Amparo García con- su público, el tenor empezó con el liedde Brindisi de La Traviata.
dujo los recitativos con precisión desde Grieg Ich liebe dich,,en una traducción Con este primer recital de Carreras des-
el clave. El coro funcionó con discreción catalana. A continuación las canciones de pués de su enfermedad asistimos al pri-
y un tono levemente como de oratorio. Tosti Maña, Non i'amo piü, A Vucella mer síntoma de plena recuperación del
Como es norma de la casa, la ópera se (con texto napolitano) y L'Ultima canzo- cantante barcelonés. El tenor nos demos-
presentó con una producción propia. Los ne, que, como nos tranquilizó el propio tró que ha sido capaz de vencer y de se-
decorados, muy sencillos, no teman la bri- tenor, no fue la última canción del reci- guir con su actividad anterior. Poco a
llantez de otras veces, pero eran funcio- tal. En este momento Carreras se permi- poco, Carreras volverá a reemprender su
nales y favorecían el desarrollo de la tió un pequeño descanso. vida profesional: en agosto tendremos la
acción, tan complicada, de esta pieza. La De nuevo en el escenario, nos presen- oportunidad de escucharlo en el Festival
dirección escénica de Jordi Voltes come- tó dos canciones de un compositor meji- Internacional Casteli de Peralada; al mes
tió errores de bulto como el patoso mo- cano muy poco conocido, Tata Na- siguiente en Viena y, en noviembre, en el
do de ocultarse Cherubino ante la llegada cho; los títulos, Tengo nostalgia de ti e Liceu barcelonés.
del conde; en cambio la escena del jar- Intima. Completaron esla segunda parte
dín fue resuelta con eficacia. una serie de canciones catalanas: Canti-
Francesc X. Mata cel, de Eduard Toidrá; El cant deis ocells, Xavier Daufí

18 Scherzo
ACTUALIDAD

Festival de Torroella de Montgrí de; el Suyo es un espectro más preciso,


certero, nítido —-con natural utilización
de las características percutí vas del
piano— que bello. Pero su maniera re-
sulta poderosamente atractiva por la
limpidez y transparencia, por el correc-
to empleo de un austero rubato, por la
magnífica articulación, por el minucio-

L a presencia de Yehudi Menuhin,


en los conciertos de presentación
del 4 (en el Palau de Barcelona)
y 5 de junio, ha otorgado al octavo fes-
tival, reforzado por la presencia de la
paciones en las que, efectivamente, in-
tervienen jóvenes, pero ni tanto ni tan-
tos como se podría presumir. El
predominio de maduros y aun de vie-
jos en el coro es excesivo (en la sección
so trabajo de los aspectos dinámicos
(con un fácil y funcional pedal) y rít-
micos. Así, las piezas schubertianas,
que estuvieron faltas de la típica dicción
Reina en la inauguración, un aura es- mascu- vienesa, de la sonoridad ancha y mue-
pecial, un sello derivado de la persona- lina, de 17 elementos, al menos 10 no lle, del sabor fuertemente cantabile de
lidad del insigne violinista, todavía, cumplen los 50). Cabe entonces pregun- otros pianistas, tuvieron una elocuen-
pese a sus problemas de articulación y tarse qué sentido tiene la existencia de te exposición libre de cualquier clase de
a sus limitaciones físicas, en condicio- este tipo de formaciones si realmente afectaciones. Las raras piezas D. 946
nes de repartir, con un sonido y un fra- no prestan una labor pedagógica seria supusieron, dentro de su longitud y di-
seo que en parte permanecen incólu- y si, por otra parte, no presentan un ficultad, una agradabilísima sorpresa.
mes, dosis masivas de gran arte inter- grado de calidad especialmente resalta- Menos lo fue la recreación de las pá-
pretativo. Su intervención fue, en esa ble; a lo sumo, como en esle caso, una ginas de Debussy, en cuyo mundo se
apertura del 4 de junio, lo más señala- académica corrección, un sonido gra- mueve Bruno Canino como pez en el
do de un concierto por demás estima- to y un discutible virtuosismo. Algo en agua desde hace lustros. No posee su
ble y que contaba con la Camerata Lysy lo que tendrá bastante que ver el aire aproximación a la literatura del autor
de Gstaad, conjunto joven dirigido por profesoral, la escasa inspiración y la francés la quatilé] la suntuosidad sono-
el notable violinista y pedagogo argen- métrica concepción de la batuta de su ra, el dominio de las sfumature a que
tino, antiguo discípulo de Menuhin, Al- director, Jean Jakus, hombre ya ma- nos tienen acostumbrados otros artis-
berto Lysy, sostén del curso de música yor, no mucho más que aseado y des- tas (Richter, Arrau, Benedetti-Miche-
de cámara. El programa —que consig- de luego, por lo visto y oído, relativa- langeli...), la elegancia y misterio de un
naba un divertimento de Mozart distin- mente capaz de obtener equilibrio, cla- Francois, ya un poco demodée, el
ridad polifónica, aplastante virtuosismo de un Pollini...
acentos convincentes Pero está admirablemente planificada
y dicción personal en y en ella se conjuga sin problemas la
una obra como el Ré- fluidez narrativa con la claridad de la
quiem de Mozart, que descripción. La intencionalidad y gra-
si bien sonó un tanto cia conseguidas, por ejemplo, en Gé-
áspero —y en tal sen- nérai Lavine-excentrique, difícilmente
tido, dadas sus carac- habrían sido mejoradas por Gulda.
terísticas de escritura y
orquestación, adecua-
damente—, no poseyó Los profesores, a examen
la transida expresivi-
dad de ciertos mo- La fiesta musical del largo fin de se-
mentos (Lacrymosa) y mana se cerraba el 15, lunes, con un
la transparencia y pre- concierto protagonizado por algunos de
cisión de otros los pro/es del curso; un concierto que
(Kyrie). No faltaron reunía nada menos que los dos célebres
algunos confusionis- quintetos de Schubert, el en Do mayor
mos (introducción del para dos cellos, D. 956 y el en La ma-
Recordare) y la ine- yor para piano y cuerdas, D. 667, «La
xactitud tonal (sopra- trucha». Una doble maravilla en la que
nos calantes en el intervinieron el antiguo concertino de
Confutalis). la Filarmónica de Nueva York Gabriel
Banat, sustituto del previsto Cornelias
(D. 956), Mariana Sirbu (las dos obras),
Enrique Santiago (las dos), Radu Al-
Estimulante dulescu (las dos), Mihail Dancila (956).
Franco Petracchi (667) y Bruno Cani-
austeridad no (667). Una combinación de ruma-
nos, italianos y español. Los resultados
Entre las cualida- fueron más que decorosos, propios de
des que más atraen de excelentes profesionales y maestros,
Bruno Canino desta- aunque se notara, en la primera com-
fehudi Menuhin visto por Carmelo. can el entusiasmo con posición, una cierta falta de ensayos,
el que hace música, la determinante quizá de los ostensibles
to al que se interpretó— estaba domi- seriedad que despliega, reveladora de desequilibrios en los planos sonoros y
nado por el nombre de Bach (Concier- un concienzudo estudio de lo escrito, de pequeños desajustes y episódicas de-
to para dos violines. Concieno en Mi la ágil técnica y puesta en dedos, la vi- safinaciones que no empañaron, en
mayor), tan caro al ya anciano músico talidad de sus interpretaciones, la cla- cualquier caso, el importante nivel al-
norteamericano. ridad e incisividad de sus lecturas y la canzado en partitura tan compleja, tan
latina expresividad de las mismas. To- intensa, tan vigorosa y original. Los
Jóvenes, pero menos das ellas quedaron patentes en sus pe- contrastes, abundantes, fueron convin-
culiares visiones de las obras integrantes centemente marcados, lo mismo que el
El 12 de agosto comenzaba un apre- del sustancioso y largo programa ofre- rico contrapunto que anima algunos de
tado fin de semana con la actuación de cido en la Iglesia de San Cunes el 13 de los desarrollos, captado a pesar de las
los llamados Orquesta Filarmónica y agosto: 6 Momentos musicales Op. 94, no favorables condiciones acústicas.
Coral de Jóvenes de la Comunidad D. 780 y Tres piezas D. 946 de Schu- Muy bonita la reproducción de la lu-
Europea, dos de los diversos conjun- bert; Suite Bergamasque y seis Prelu- minosa «La trucha», en donde todo
tos que han nacido, con sede general en dios del Segundo Cuaderno de quedó más en su sitio.
Bruselas, al socaire de los tiempos del Debussy. Canino no posee un sonido
Mercado Común. Se trata de dos agru- excelso, carnoso, especialmente gran-
A.R.
Scherzo 19
ACTUALIDAD

Placeres olvidados
La música de cámara, que nació co- villosa maestría el equilibrio entre los
mo forma de entretenimiento para los instrumentos, cosa nada fácil cuando
poderosos y llegó a la mayoría de edad interviene la guitarra; sólo posible
en los siglos XVIII y XIX como la ma- cuando los instrumentistas son de cali-
nera más intensa de hacer música en- dad y sobre todo cuando aman hacer
tre los verdaderos amantes de este arte, música en conjunto, buscando ante to-
convirtiéndose en la forma más íntima do un bello resultado, sin esa preocu-
de expresión de grandes compositores pación de lucimiento personal que
—¿quién concebiría la existencia mu- resulta casi un pecado en la música de
sical de Beethoven, de Schubert o de cámara y que mata a veces la música.
Brahms y tantos otros sin su música de En el programa, además de una Fan-
cámara o de piano?— puede temerse tasía para guitarra de Fernando Sor,
que esté hoy en día en vías de desapa- varias piezas de Paganini (la pobreza
rición. Cada vez resulta más raro en- del repertorio para este tipo de conjun-
contrar a gente que haga música en to casi obligaba a ello), obras a veces
casa, y lo que es más sintomático, ca- graciosas, pero carentes de hondura ex-
da vez resulta más y más difícil poder presiva y un bello allegro de uno de los
asistir a un concierto de este género de conciertos con guitarra de Vivaldi. Un
Isaac Albéniz, música. Es por eso por lo que creo que conjunto, este Trío de Offenburg, en
los conciertos veraniegos en Cataluña el que hay que fijarse, apenas conoci-
El proyecto Albéniz adquieren de día en día mayor impor-
tancia. Me refiero, naturalmente, no a
do en nuestro país, pero que dará que
hablar sin tardar mucho: bello sonido,
los grandes festivales, en los que inter- buena técnica, inteligencia musical y,
El 10 de junio último ha sido presen- vienen conocidos divos o grandes or- sobre todo, entrega total a la música
tado en Barcelona el llamado Proyec- questas, sino a los pequeños conciertos que hacen, para el público y para ellos,
to Albéniz, ideado y planificado por la que nutren espiritualmente a decenas de como expresa bien el gozo con que in-
Fundación Isaac Albéniz, entidad na- pequeños pueblos, sobre todo en el terpretan. Mención aparte merece el
cida, como se sabe, hace algo más de
un año como emanación del Concurso Ampurdán —que es lo que conozco—. guitarrista Horst Sohm, un especialis-
Internacional de Piano de Santander En ellos, la música de cámara recon- ta en música española, sobre todo en
creado en 1972 por Paloma O'Shea. El quista ese importante papel del que ha- el injustamente olvidado Fernando Sor,
Proyecto, que se va a realizar con el pa- blábamos antes y se vuelve a hacer de quien ha grabado numerosas obras.
trocinio de Torras Hostench, compren- música en casa; la pequeña sala de una Belleza de sonido y calidad interpreta-
derá: I) elaboración del catálogo de la iglesia que apenas cuenta con unas de- tiva hacen de él un instrumentista difí-
obra del compositor y edición de un li- cenas de feligreses se llena con unos cil de olvidar.
bro de estudios; 2) edición de una bio- centenares (a veces no liega al plural) ¿No podría imitarse en el resto del
grafía del músico, celebración de de personas que aman la música, que país esta labor que se está realizando
exposiciones y diversos actos divulga- incluso se desplazan unos kilómetros ya desde hace algunos años en Catalu-
livos de su obra. En el primer número para escucharla, la música bien hecha, ña? Es más importante para la música
del boletín editado por la Fundación, escuchada en la intimidad de un recin- esta labor de conciertos de gran calidad
denominado Notas de Música, que se- to que semeja el antiguo salón burgués. musical que llegan a públicos deshere-
rá portavoz informativo de esta múlti- Hago este comentario a propósito de dados culturalmente, que no las funcio-
ple labor, se publican artículos de un concierto que he escuchado última- nes espectaculares, aparatosas, que en
Edmon Colomer, Enrique Franco (Or- mente en la iglesia del bellísimo pueblo las grandes capitales se repiten con to-
questaciones de la rapsodia española) de San Martin de Ampurias, en el que do el fasto y boato del desfilar de gran-
y Montserrat Albet (Relación de Albé- el Trío de Offenburg y el gran guita- des figuras y maravillosas orquestas,
niz con Cataluña). rrista Horst Sohm nos restituyeron el frecuentemente con programas no pre-
casi olvidado placer de este tipo de mú- cisamente demasiado interesantes, oca-
La realización del catálogo científi- sica con un repertorio que rarísimamen- sión para nuestra clase política —y
co de las obras del compositor y la te puede oírse hoy en día en vivo: trios alrededores— de demostrar su acendra-
puesta en marcha de un centro docu- y cuartetos de cuerda con guitarra. En- do amor a la cultura, pero que convier-
mental que incorpore todo lo que se lo- tre las diversas obras —amén del pre-
calice a lo largo del proceso de inves- ten algo tan serio y bello como es el acto
tigación han sido encomendados al mu- cioso Trío para violt'n, viola y de escuchar música en una reunión de
sicólogo Jacinto Torres, director del violonchelo, Op. 9 n." 3 de Beetho- sociedad que parece organizada por
Centro de Documentación del 1NAEM ven—, nos dieron un magnífico Cuar- una revista del corazón. Triste empleo
y, por tanto, experto en estas lides. Se teto con guitarra en re mayor, de para el genio de los compositores que
prevé que la labor dé sus frutos a fina- Haydn, impresionante en su difícil sen- en el mundo han sido.
les de 1990. Enrique Franco será el cillez, en su soberbia hondura de pen-
autor del libro de estudios, que deberá samiento musical y su factura esplén-
aparecer en diciembre de 1889. dida, conservando siempre con mara- Eduardo Rincón
La idea, ambiciosa y que nace en
buen momento, ha de merecer apoyo bría que hacer también justicia, el que aplausos y congratulaciones. Puede ser
e interés. Aunque hay, todavía, com- se pretenda acometer una labor nada un paso más hacia esa cada vez menos
positores menos conocidos, estudiados fácil en torno a la figura del catalán, utópica Escuela de Música que acari-
y divulgados que Albéniz, a quienes ha- eminente sin duda, debe recibir cálidos cia la Fundación.

20 Scherzo
ACTUALIDAD

Ponnelle en TVE La difícil ascensión


En enero de 1974 Karajan graba en Para los que se dedican en España al
disco su segunda versión de Madama noble arte de la batuta, es evidente que
Bullerfly. Meses después, con el mis- los inconvenientes pueden ser especial-
mo equipo (salvo la sustitución de Do- mente singulares: ¿Qué orquesta, por
mingo por Pavarotti por ser más física- mediocre que sea —y en España éstas
mente filmable) se rueda la versión ci- abundan— se pone en manos de un
nematográfica de la ópera pucciniana. parvenú, de un jovencito seguidor de
Karajan, interesado directamente en Karajan o Abbado formado en la úni-
llevar óperas a la pantalla (Carmen, ca cátedra oficial de dirección del país
Otello), cuenta en esta ocasión con el —la de García Asensio en Madrid— o,
director de escena francés Jean Pierre a lo mejor, inscrito en algún curso en
Ponnelle. Para Ponnelle esta Butterjly el extranjero? Lo normal es por ello que
marcará sus inicios en el medio cinema- Mirelta Freni. los que, pese a todo, se quieran dedi-
tográfico que hasta la fecha ha dado car a tan atractivo menester emigren a
rra la historia toma partida a su favor, zonas más templadas en busca de una
frutos tan extraordinarios como Las justificándose: Butterfly se hace el ha- gloria casi siempre esquiva. La mayo-
bodas de Fígaro (ofrecida también por rakiri frente a Pinkerton, no antes co-. ría de nuestras primeras batutas se han
TVE tiempo ha), La Cenerentola y Ri- mo una venganza histérica; Suzuki hecho, lógicamente, por decirlo asi,
goíeito, por citar algunas. El secreto de colabora eficiente en los preparativos, fuera: López Cobos, García Navarro,
Ponnelle para obtener tan óptimos re- no lo impide. Gómez Martínez, Tamayo, Colomer...
sultados es sencillo: conoce profunda- De cualquier modo, lo que se preten- Otros, más de casa, triunfan fuera so-
mente las obras y su teatralidad y sabe de con toda esta retórica es llamar la bre todo: Frühbeck, Ros Marbá... Los
asimismo utilizar el lenguaje del cine. atención sobre la personalidad de Pon- menos se abren aquí camino: Víctor
Un poco como Zeffirelli, si al director nelle, la originalidad de sus ideas y la Pablo Pérez, Remarlínez... Pero cada
italiano no le perdiera, a veces, su afi- siempre acertada realización práctica de vez hay más tentados por el manejo del
ción al exceso y a la cursilería. Más cer- las mismas. Lo que, en consecuencia, palito. Las becas, los concursos, pue-
ca se encuentra de Gótz Friedrich, que importa es que el realizador cuenta en den abrir puertas...
seria su talentoso equivalente, menos imágenes la ópera y saca el suficiente,
productivo hasta hoy, en territorio ger- muchas veces extraordinario, partido Un caso paradigmático, que trae-
mano. Ponnelle cuenta su Butterjly de los cantantes que poco tienen que ver mos aquí como ilustración de lo dicho,
desde la óptica de Pinkerton: la ópera con el séptimo arte. En este sentido, puede ser el de Juan Udaeta, madrile-
comienza cuando el marino americano Freni, despide una sensualidad y pro- ño de 33 años, de notable formación
sale enloquecido de la casa, después de yecta una presencia imborrable; Do- musical y humanística, que se sintió
presenciar impotente el suicidio de Cio- mingo, siempre tan desenvuelto y ac- desde muy pronto atraído por la espe-
Cio-San. La ópera será, pues, una evo- tivo, sólo tiene en contra unos kilos de cialidad. Una beca del Bayerische Kul-
cación del tenor y el punto de vista tie- propina. Kerns, con el físico apropia- turminislerium le facilitó el acceso a la
ne su lógica: él sabe los eventos del acto do, y Ludwig, la peor manejada por la Musik Hochschule de Munich, donde
II y principios del III por Sharpless (la cámara, que al final encuentra su sen- pudo cultivarla con provecho. En 1984
cámara nos señala oportuna su presen- tido: todos sabiamente aprovechados entró a formar parte del Conducting
cia). Y como consecuencia, para la sen- por el ojo del realizador. Program de la Universidad americana
sibilidad moderna, la dulce geisha Musicalmente: Freni no (iene el ám- de Yale, lo que le dio paso al contacto
pierde sentimentalismo barato y gana bito de Kabaívanska ni Scotto, las coe- con orquestas académicas, muy impor-
significación: Cio-Cio-San es Penélope táneas, pero por encima de las citadas tantes y cualificadas en USA. Después
de rasgado rostro, pero también una si posee el timbre y los medios sobra- ha dirigido algunas formaciones espa-
oportunista que aspira a cambiar de dos para el personaje musical. Kerns ñolas: Sinfónica de Tenerife, Sinfóni-
clase y costumbres (hay un momento cumple. Ludwig es un lujo sonoro, des- ca de Asturias... Su actividad, sin
en que la vemos bailando a lo Scarlett pués de tantas Ort rudas, Walt rautas, embargo, antes de haber podido pro-
O'Hara). Claro que también puede en- Kundrys... Y Domingo, siempre tan bar una supuesta solvencia, está muy
tenderse que si es Pinkerton quien na- sincero y adulador. F.F. lejos de ser febril. Y, como otros artis-
tas, ha de buscarse fuera el sustento.
Este verano ha sido invitado, tras cau-

López Cobos: la carrera americana sar buena impresión en el concurso de


dirección de Boston, a Tanglewood, en
donde anualmente tiene lugar un festi-
El titular de la Orquesta Nacional tiene ante sí la posibilidad de desplegar val en el que participan maestros de la
una cada vez mayor actividad profesional en Estados Unidos. Como es bien talla de Ozawa, Bernstein o Fleisher y
sabido, el maestro zamorano es actualmente director musical de la Orquesta en el que se da cita a jóvenes talentos.
de Cincinnati. Su actividad al frente de esta formación le viene dando al es- Este año se ha contado con Henze
pañol un renombre cierto en los medios americanos. Un paso importante de (compositor residente) y Knussen (coor-
la carrera americana de López Cobos se ha producido recientemente, el pasa- dinador de actividades de música con-
do 7 de agosto, cuando nuestro director hizo su presentación con la Sinfóni- temporánea). No es mala cosa —con
ca de Boston, una de las centurias punteras de la joven nación del nuevo independencia de lo que ello pueda su-
mundo. El concierto tuvo lugar en el marco del Festival de Tanglewood. Ló- poner para él— que un nombre espa-
pez Cobos preparó un programa con fragmentos de El sombrero de tres pi- ñol figure en un certamen de la vitola
cos de Falla y la versión original de la Cuarta Sinfonía de Schumann, página del norteamericano. Y que ello facilite
esta última de la que el español se ha convertido en un adalid en los últimos la ascensión de este presunto nuevo va-
tiempos. La participación de Claudio Arrau, mito viviente del teclado, que lor que, como otros, busca su opor-
escogió el Cuarto Concierto de Beethoven, sumó interés a la sesión. tunidad.

Scherzo 21
ACTUALIDAD

Los hermanos Marx en la ópera los tiempos de su fundación en el siglo


XV por Enrique VI; los demás son
universitarios— ha tenido el carácter de
lección; de lección rigurosa, extraordi-
Plaza Porlicada, 3 de agosto de 1988. Rossini: L 'Italiana in Algeri- Lauretta Bybee, Douglas Ahlstedt, nariamente bien aprendida, secular-
Jan Alofs, Enríe Sena, Rosalba Colosimo. Rosa Marta Ysás, Huben Waber. Orquesta del Gran Tea-
tro del Liceo. Coro de la Compañía Opera Forum. Dirección de escena: Vil tono Patané. Director de mente heredada, estilísticamente de-
orquesta: Christof Escher. Producción conjunta con Opera Fórum y Festival Castillo de Peralada. purada. La entonación, la afinación ge-
Ciauslro de la Catedral, 4 de agosto de 1988. Obras de Vivan™, Tallis, Victoria, Esquive), Morales, neral y por grupos, el empaste, el equi-
Guerrero Tye y Gibbons. The King's College. Director: Stephen Cleobury. librio y homogeneidad, dentro de la
variedad, de las voces, la propia belle-
lo nada desagradable. Posee presencia za de éstas, la claridad polifónica, la
En esle mismo número de SCHER- forma de regular y modular, tan ele-
ZO aparece el comentario crítico que y, todavía, juventud, dice bien, pero
con poca variedad acentual e intención gante y tradicionalmente inglesas, son
de este montaje de la graciosa ópera rasgos que definen todas y cada una de
rossiniana hace nuestra redacción en relativa. El inglés Douglas Ahlstedt
—que cantara en Madrid hace tres años sus i ni rep re tac iones. De la mano segu-
Barcelona tras su represen (ación en el ra, aplicada, conocedora y persuasiva
Festival del Castillo de Peralada. El jui- La cenerentola— es un tenor más lige-
ro que lírico, de timbre escasamente de Cleobury —que, heredero de gente
cio acerca de lo visto en Santander es, como Ord o Willcocks, ha relanzado al
en lineas generales, coincidente para el atractivo y cierta desigualdad emisor;
dice al menos con propiedad y se mues- conjunto introduciéndolo en la inter-
que firma con el de su compañero de re- pretación con instrumentos barrocos y
dacción. Cabe, si acaso, luego de la re- tra bastante seguro en la zona sobrea-
guda. Chrístof Escher condujo con más en la música contemporánea—, que
presentación santanderina, abundar en ocupa el cargo de titular desde 1982, los
el tono jocoso de la producción, en la precisión y buenas dotes concertadoras
que gracia y sutileza a una muy estima- cantores británicos nos sumergieron,
debilidad de los decorados y en la dis- con su perfección, en un universo dis-
creta prestación vocal, con dos cambios ble Sinfónica del Liceo.
tinto y superior, en el ámbito de la me-
operados en los papeles de Isabella y de jor y más pura música. Ello no quiere
Lindoro. El tono de farsa permanente decir que en determinados momentos,
dado al espectáculo por Vittorio Pata- Perfecta tradición
sobre todo en las obras españolas, no
né está casi siempre logrado y posee to- hubiera podido desearse una mayor in-
do él un alto grado de virtuosismo Para su presentación en España este
famoso coro inglés, que incluye voces tencionalidad expresiva, una acentua-
escénico, con dos cimas claras: el aria blancas masculinas, ha elegido un be- ción más viva, una variedad agógica
de Mustafá del primer acto tras la lar- llísimo programa confeccionado con más imaginativa. Quizá así el A ve Ma-
ga toalla y el abracad ábrante final de significativas partituras de los renaci- ría de Victoria habría tenido una más
esta parte inicial donde el desaforado mientos español y británico, que han desolada trascendencia, aunque en el
movimiento, el barroquismo, el conti- supuesto un repaso breve pero intenso camino se hubiera quedado la prover-
nuo despropósito, la constante pirue- a las técnicas polifónicas de algunos de bial exactitud y exquisito balance del
ta, el absoluto desquiciamiento, al- los más importantes autores de la épo- coro. En fin, puede que ello fuera pe-
canzan un desternillante climax, sin du- ca, Tallis y Victoria a la cabeza. Ante dir peras al olmo. ¿Cómo hacerlo, si
da eficaz, pero un tanto grueso y en todo la actuación de la antigua agru- bien se piensa, tras escuchar unas tan
realidad alejado de la esencia napoli- pación nacida y residente en Cambrid- medidas, convincentes y, en definitiva,
tana, en el mejor estilo buffo, de la ge —las voces blancas, los llamados perfectas, por su transparencia y equi-
obra, cuya música, finamente trabaja- Choral Scholars, los tiples, son educa- librio tonal, Lamentaciones de Jere-
da, chispeante y jugosa, de perfil tan dos directamente por el Colegio desde
mías, esa gran obra maestra de Tallis?
propio del autor italiano, queda así re-
legada a un discreto segundo plano. Lo
que se dice una auténtica pasada, más
conectada con las burradas y sentido
del absurdo de Harpo Marx —que, es
cierto, junto con sus hermanos, tantas
conexiones mantuvo con un distorsio-
nado mundo operístico—, con sus lo-
cas carreras sin aparente rumbo, que
con lo que quizá hubiera sido mas ade-
cuado, detalles de humor moderno
aparte, en una ópera como ésta: la es-
tilización cómica al modo de la come-
dia dell'arte.
Hay que hablar brevemente de los
dos cantantes nuevos. Lauretta Bybee,
sustituía de Agnes Baltsa en Santander
(la Pierotti lo fue en Peralada), de cierta
nombradla en los Estados Unidos, es
una mezzo más bien acuto, de fácil
aunque no perfecta coloratura, de tim-
bre muy grato. Su instrumento, débil
en graves, relativamente consistente en
medios, de correcta y bastante natural
emisión, se ensancha curiosamente en
el agudo, donde surge con calor y po-
tencia, propiciados por un vibrato stret- The King's College se présenlo en la Caledral de Santander.

22 Scherzo
ACTUALIDAD

poco la noció', de las cosas en un per-


manente jue&3 de espejos.
Todo en el espectáculo funciona a las
mil maravillas, con extraordinaria pre-
cisión —¿cuántas horas de ensayos?—,
sin un solo fallo. Los actuantes, que in-
terpretan, a excepción de Alicia —una
espléndida Nuria Moreno— y cuatro
soldados, varios personajes, son a la
vez actores —en los contados instantes
en los que tienen que hablar en di-
recto—, mimos y bailarines. Es un re-
parto sin fisuras en el que habría que
citar también al menos a Neil Caplan,
que entre otras cosas hace de Carroll,
de Gato de Cheshire y de Caballero
blanco.
La representación se apoya en la mú-
sica de la ópera que sobre la obra lite-
raria —objeto ya de tantas aproxima-
ciones— compusieron para la RAÍ Ar-
turo Annecchino y Sergio Rendine.
Una música que combina con extraor-
dinaria habilidad, en un bien urdido te-
jido, sonidos concretos, onomato-
peyas, preparaciones electrónicas y par-
tituras convencionales con incorpora-
ción en ocasiones de la voz humana. Es
una música a veces repetitiva, a veces
calcada de formas tradicionales, tan
pronto consonante como no. Atracti-
va, sin duda, aunque nada nueva. En
todo caso, muy funcional y que sirve
a la perfección a los propósitos de
Kemp y Haughton. Como éste mani-
fiesta, la partitura proporciona un len-
guaje que permite que sensaciones
«Atice», par la Lindsay Kemp Company. precisas sean transformadas y transfe-
ridas a un contexto surreal. Y la cosa,
efectivamente, funciona. Hasta el pun-
to de que la mayoría de los rasgos esen-

La magia de lo surreal ciales contenidos en la creación de


Carroll están presentes a pesar de que
algo tan importante en ella, el diálogo,
no existe en esta adaptación.
Cualquier espectáculo de Lindsay una asombrosa variedad de formas, de
Kemp ofrece al menos tres cosas: estu- colores, con una utilización de la luz
dio en profundidad —aunque su pues- ejemplar; todo dispuesto muy fluida y A.R.
ta en escena pueda quedarse a veces pe- ágilmente, con continuos cambios, con
ligrosamente cerca de lo decorativo— permanentes e ingeniosos trucos en los
del texto a servir, fantasía deslumbrante que la tramoya —de ahí en parte el bus-
y adecuación de la música. Esta Atice, cado sabor naif del espectáculo— que-
recreación libre del propio Kemp y de da al descubierto. Precioso, entrete-
David Haughton de la famosa obra de nido, bonito, agradable de ver... Y tras-
Carroll, sigue fiel a estos presupuestos. cendente detrás de la sonrisa ingenua.
Las imágenes contenidas en el autor in- La tragedia de la soledad del artista, la
glés parecen a priori hechas a la medi- sutil y difusa frontera entre la realidad
da para Kemp. Para que éste dé forma y la irrealidad, entre lo posible y lo im-
. 57 -.Til.: 429 29 47
a uno de esos espectáculos refinados en posible está de continuo retratándose
los que lo decadente y lo tenebroso pue- en las oníricas y desenfocadas imáge- TWJUÍ los días
den llegar a solaparse. Los extraños nes que desfilan ante nuestros ojos: lo Música C titira rn dirctlo
personajes que pueblan la fábula, esa insondable es entrevisto; lo pavoroso se
ambigua colección de bichos y huma- nos anuncia de cuando en cuando. El De lunei a jueves y a las 23.30. CICLOS
DE MÚSICA CLASICA, dedicados a un
nos, eran, sin duda, carne de teatro pa- mezclar las figuras de ficción (pero duior, a un estilo o a un período de la
ra un talento concienzudo e imagina- ¿son de ficción?) con las reales (¿rea- Historia de la MúsKa
tivo. Kemp ha cumplido perfectamen- les o producto de la imaginación?), el Vitrnes. sábado', y domingos, di» actua-
ciones a \t\ M.Jü > las 23.30
te con esta predicción, diseñando un es- combinar los diferentes estratos de tal
pacio escénico extraordinariamente
rico, entre lo famasmagórico y lo risue-
ño, lleno de sugestiones múltiples, con
manera que el artista (Carroll) convi-
va con su criatura (Alicia) y que corra
su misma aventura, nos hace perder un éééééééé
Scherzo 23
ACTUALIDAD

Buen cierre
Temporada de la ABAO del Festival
questal y coral. Por otro lado, se conti- Bilbao. Teatro Amaga. 16 junto 1988. Verdi: Ri-
núa (rayendo a algunos de los solistas más goleno. Intérpretes: John Rawnsley. Carmen
notables del firmamento de nuestros días, González, Nikolay StoikJv. Aldo Beitolo. Regidor:
Joseba Erkiaga. Dirección artística: Luis liurri.
a los divos más cotizados. La selección Producción del Teatro Arriaga. Orquesta Sinfó-
de óperas sigue, no obstante, cortada por nica de Bilbao. Director: Enrique Carda Asensio.
los mismos patrones de siempre: roman-
Una realización del Teatro Arriaga pu-
ticismo italiano o francés, algún Mozart,
so punto final al ciclo operístico bilbaí-
algún raro Wagner... y poco más. Cier-
no. Una producción en la que la visión
to es que, posiblemente, si las cosas se
teatral de Luis Iturri y la colaboración del
plantearan de otra forma, el público no
regidor Joseba Erkiaga estuvo enfocada
acudiría en la misma cantidad; pero qui-
desde ese prisma. Cada metro cuadrado
zá cupiera arriesgarse algo más... Repa-
de escena fue pisado y usado y la ampli-
semos ahora, brevemente, el contenido
tud pulcra de la escena colaboró estrecha-
del carteilone de esta temporada, que co-
mente en el buen desarrollo de la obra.
mienza el 30 de agosto y termina el 2 de
De gran efecto fue, por ejemplo, la jaula
octubre.
a modo de jardín o el jardín enjaulado,
Una evidente rutina ha conducido de como dando a entender que el contacto
nuevo la mano programad ora: de siete con lo externo, hasta entonces vigilado es-
Marti Talveia. obras, seis son italianas, de las más ex- crupulosamente por Rigoletto, iba a ser
plotadas y sabidas (no se discute, por su- su perdición. Una analogía de lo que ve-
Son ya 37 los años con que cuerna la puesto, su calidad mil veces reconocida): nía a decir el escritor norteamericano
temporada de ópera de la ciudad del Ner- // trovaiore y Nabucco de Verdi, Norma Hawthorne, en su libro La Hija de Rap-
vión, organizada por la asociación de de Bellini, Tosca de Puccini, Cava/lena paccini. Desde el punto de vista canoro,
amigos del género de la localidad, animo- rusticana de Mascagni e / pagliacci de fue la confirmación de las grandes posi-
sa como otras existentes en el país y to- Leoncavallo (las dos últimas, como es bilidades que apunta la soprano Carmen
davía necesarias a la hora de impulsar norma, en la misma función). El séptimo González. Cantó la madrileña con técni-
manifestaciones anuales de este tipo, aun- título corresponde a Wagner: la primeri- ca, gusto y buena línea, aunque le falta-
que las ayudas sean actualmente mayo- za El buque fantasma. El panorama, co- ra cierta variedad de colorido en su timbre
res y los apoyos oficiales más cuantiosos mo se ve, no reviste especial novedad. cristalino. John Rawnsley fue un buen Ri-
y seguros. La ABAO es en tal sentido mo- Aunque haya que reconocer que los re- goletto en general, aunque su voz, más
délica y ha hecho en estos largos lustros partos, teniendo en cuenta la cera que hoy bien lírica, careció en los momentos ne-
lo que ha podido e incluso más, a veces arde, son bastante apañados e incluso lu- cesarios de peso y amplitud. Le faltó ga-
en paralelo con los Amigos de la Opera josos. Por ejemplo, el de la partitura wag- rra en S¿, vendetta, tremenda vendetta,
de Oviedo. Tanto una asociación como neriana, digno de cualquier representa- aunque se lució al final de la obra. Desa-
otra se destacaron en su momento por ción de Bayreuth: Lisbeth Balslev, Robert fortunado el tenor Aldo Bertolo. Siem-
traer a España, en tiempos de absoluta Schunlt, Siegmund Nimsgern y Marti pre inseguro y nervioso. La pareja que
sequía operística, a los más célebres can- Talveia. formaron los búlgaros Stoilov y Gioreva
tantes de la época (primeros de los cin- Vemos cotizados nombres en los demás fue correcta, así como correcta fue tam-
cuenta). No había en las programaciones, títulos: Ermanno Mauro {Trovador, Ca- bién la actuación del bilbaíno Pablo Pas-
y es hasta cierto punto lógico, novedades vatleria y Payasos), Leona Mitchell y Leo cual, en un bien subrayado papel de
en los títulos, siempre pertenecientes al Nucci (Trovador/, Obraztsova y Zanca- Monterone, García Asensio dirigió con
más tradicional y rancio repertorio. Pe- naro (doblete verista), Natalia Troitska- autoridad a la Orquesta Sinfónica de Bil-
ro, puede decirse, era bastante novedad ya y Jaime Aragall (Tosca). Muy bao, aunque muchas veces la dejara so-
que hubiera ópera y con cantantes de pos- interesante el terceto protagonista de Na- nar demasiado, en detrimento de los
tín, aunque usualmente los soportes co- bucco: la inglesa Rosalind Plowrígth y los artistas de la escena.
ral y orquestal y las puestas en escena italianos Renato Bruson y Francesco Elle-
—sin posibilidades de ensayar mucho— ro D'Artegna. A su lado, como ismaele, Niño Dentici
dejaran no poco que desear. Después de el joven tenor santanderino Santiago In-
todo, en Madrid, sólo unos años después, cera, que, junto a los seguros y avezados
a partir de 1964, las cosas se desarrolla- (aunque también jóvenes) Alfonso Eche-
ban de la misma o parecida manera. verría y José Ruiz, compone la represen-
A lo largo de estas 37 temporadas y tras tación estelar española en la temporada,
más de una privación se han operado sus- poco numerosa según se ve.
tanciales cambios en la vida cultural de No es muy allá a priori el reparto búl-
la ciudad y en la propia de la asociación garo de Norma, donde destaca la prome-
(se desarrolla en invierno, por ejemplo, tedora soprano di forza Valerie Popova.
una temporada independiente en el recién Como tampoco es de altos vuelos la se-
reabierto Teatro Arriaga organizada por lección de batutas encabezada por dos
el municipio). Las representaciones siguen maestros de aquella nacionalidad: Russ-
efectuándose en el Coliseo Albia, gran- lan Raytscheff y Boris Hinchev. El ita-
de y destartalado cine, pero dolado de liano Edoardo Muller, otrora discreto
aceptable acústica, si bien se cuenta con pianista, dirige las obras de Mascagni y
más tiempo para su preparación. Hay un Leoncavallo y Trovador. El alemán Jan
mayor cuidado en las puestas en escena Latham Koenig la otra obra verdiana y
y más calidad en el decisivo capítulo or- la de Wagner.
John Rawnsley.

24 Scherzo
ACTUALIDAD
GRANADA'8

Un aire mágico y vibrátil Compositores de hoy


Gnnul*. 34 y 25 de junio de 1988. Mozart: Sinfonía n. ° 28 en Do mayor, K. 200: Misa n. " ¡S en
Do mtnor, K. 427, «Gran Misa». Beethoven: Gran Fuga op. 133; Lisa: Malediaion: Schoenberg:
Noche transfigurado op. 4. Orquesta de Cámara de Holanda. Solista: José Carlos Cocarelli. Director: Gnuda. Obras de J. G.J Román, J. Duran Lo-
Anioni Ros Marbá. rica, N. de las Heras. Z. de la Cruz, T. Garrido
y J.M. López. Grupo Circulo de Madrid. M.* José
El Festival de Granada de este aflo, que Sanche?, soprano. J.L. Temes,-director. Audito-
desde algunos puntos de vista ha sido un rio Manuel de Falla. 2-7-88.
poco frustrante, ha tenido, y es lógico en
cualquier caso, sus momentos dulces. Sin Tenía lugar este concierto en coinciden-
discusión, uno de ellos ha estado en la do- cia con el Curso de Composición que im-
ble actuación de la Orquesta de Cámara partía en esos días Luigi Nono; los seis
de Holanda a las órdenes de Ros Marbá. protagonistas del acto en cuestión eran,
La Misa alcanzó cotas de notable ex- además, antiguos alumnos del Curso Ma-
presividad, aunque en ella la distribución nuel de Falla y dictaban sendas conferen-
de volúmenes, la dosificación de dinámi- cias dentro de un seminario titulado La
cas y la regulación y clarificación polifó- Composición Musical en España hoy. La
nica fueran ocasionalmente irregulares. primera obra en programa era el ya co-
La extraña, espacial, inconcreta desde el nocido Sexteto de estío (Premio Ciudad
punto de vista de la direccionabilidad del de Alcoy 1987), del granadino José Gar-
sonido, acústica del recinto, algo sobre- cía Román: tras un inicio dialogante de
cargada de reverberación, contribuyó a los diversos instrumentos, de gran fuerza
que las un poco crudas, muy naturales y de persuasión, la pieza decae un tanto, pa-
generalmente afinadas voces del Coro del ra ganar en intensidad poco antes del fi-
Festival de Brighton se desparramaran a Sin embargo, lo mejor vendría al día nal (naturalmente, se trata de una opinión
veces en exceso por la sala, sin llegar a siguiente, con la interpretación de un pro- muy personal, que podría resumir dicien-
empastar del todo con el conjunto instru- grama absolutamente modélico en el que do: demasiado tiempo invertido para de-
mental. Pero Ros delineó con finura el te- orquesta y director alcanzaron un raro es- cir tan pocas cosas). Jacobo Durán-
jido contrapuntístico y expuso con tado de gracia durante la exposición de Lóriga mostró en Greffé su personal in-
cuidado, sin pérdida de vigor, las largas la Noche transfigurada. Todo el complejo ventiva de situaciones, puesto que la obra
y transidas melodías de que viene ador- entramado contrapuntístico sobre el que plantea a mi modo de ver una sucesión
nada esta gran obra incompleta. El cuar- se edifican algunos pasajes de esta inquie- de climas sonoros sustentados por el jue-
teto solista tuvo nivel a pesar de su no tante composición, todo el flujo poético go concertante de la flauta —una vez
demasiada homogeneidad. que se desprende a raudales, de ella, el ex- más, excelente Salvador Espasa— y del
Lo más flojo estuvo en Janet Perry, presionismo, todavía poco áspero, que la grupo de cámara. De contenida emotivi-
baña, el cuidadoso y detallado entreteji- dad y ajustada técnica podríamos califi-
que hizo una segunda soprano, a partir do microcelular, la permanente irisación
de una voz muy lírica un poco mate pero que anima su superficie tan cambiante, car el homenaje del otro autor granadino,
igual y agradable, exenta de vitalidad, co- el sabor agridulce, la ambigüedad tonal, Nicanor de las Heras, a su ilustre paisa-
mo exangüe y linfática, inexpresiva y con la indefinición... Toda esta multiplicidad no Federico García Lorca. En el estreno
manifiestos problemas en los pasajes co- de caracteres, propia de una obra fron- absoluto de A Federico, con unas viole-
loratura. Lo mejor se dio en la muy difí- teriza entre siglos y entre culturas, estu- tas, brilló con su perfecta afinación y el
cil parte cantada por la tambiín vo presente en la sentida, emocionada y precioso timbre de su voz la soprano Ma-
norteamericana Faye Robinson, dotada trabajadísima interpretación, denotado- ría José Sánchez, sí bien demostró no sen-
de un instrumento característico de las so- ra de una previa e intensa labor de ensa- tirse demasiado a gusto en los pasajes
pranos de raza negra, más bien oscuro, yos, de un ajuste y de un entendimiento declamados de la partitura. La segunda
con víbralo acusado, de importante vo- cercanos a la simbiosis de unos ejecutan- parte se abría con otros dos estrenos: en
lumen; para algunos en exceso corsé, vi- tes y de una mente rectora, capaces igual- primer lugar, el de Géminis, de la madri-
goroso, spinto en un cometido que mente de reproducir en todo su esplendor leña Zulema de la Cruz y, tras éste, el de
abunda en pasajes líricos, dulces, efusi- la refinadísima tímbrica, de acariciar ca- la partitura de Tomás Garrido, De un via-
vos, combinados con los que exigen ine- da nota, de confundirse, tras los postre- je potencial. De la primera de dichas
ludible destreza en tas agilidades. Pero la ros compases, luego de morosa delec- obras podemos apuntar que la referencia
Robinson demostró hallarse, todavía, en tación, con el aire, lleno de mágicas vi- al signo zodiacal venía dada por una es-
posesión de unos medios técnicos y expre- braciones y de extrañas luces. pecie de dialéctica de contrarios; eso, y
sivos de categoría: filó, apianó, reguló (no la confesada influencia que el trato con
siempre con la máxima soltura, es cier- Este instante histórico dentro del fes- los medios electroacústicos ha aportado
to), matizó lo indecible en las partes más tival vino precedido por una más que me- a la página, serian los dos aspectos más
líricas y atacó con valentía y dibujó con ritoria versión para orquesta de cuerda (el reseñables. Deun viaje potencial supone
precisión las más dramáticas, que de to- original es, como se sabe, para cuarteto, un audaz intento, revisable y perfeccio-
do hay en la partitura. Martyn Hill y Luis lo mismo que la primigenia redacción del nable, en éste y otros trabajos, por su
Alvarez cumplieron sobradamente en sus op. 4 de Schoenberg está destinada a sex- autor, de crear un viaje sonoro a partir
menos comprometidas intervenciones. La teto) de la difícil Gran Fuga de Beetho- de unos materiales ajenos, tomados de
sesión, que había comenzado con una bo- ven y de una nítida lectura de la prestado (música de 2." grado), que evo-
nita y bien diseñada Sinfonía 28, elegan- infrecuente y singular Malediction de lucionan con una dinámica personal. Por
temente dicha, excelentemente ejecutada Liszt, en la que brilló la fácil digitación último, la obra de José Manuel López,
por los muy buenos instrumentistas ho- y excelente técnica del brasileño Cocare- Aquilea, demostró la evolución formal de
lli, a quien habría que felicitar ya sólo por su autor.
landeses y la batuta —quizá menos gra- el hecho de atreverse con esta espinosa
ciosa y enérgica aqui de lo deseado— de composición.
Ros Marbá, finalizó en clima de apo-
teosis. A.R. J.L
Scherzo 25
ACTUALIDAD

La perla de
un festival La auténtica música de cámara
Granada. 19 Curso Manuel de Falla. Auditorio
Manuel de Falla. 6-V11-88. L.V. Beethoven: So-
nmas para violoncillo y piano en Sol mayor Granula. 37 Festival de Música y Danza. Auditorio Manuel de Falla. 4-VI1-88. 6. Brillen: Cuarteto
n." 2 Op. ¡, en Re mayor n.° 5 Op. 102, en La n. " J Op. 94; W.A. Mozart: Quinteto para clarinete en La mayor K. 581; L.V. Beethoven: Cuarteto
mayor n."3 Op. 69. Chrislophc Coin: cello; Pa- en M¡ menor Op. S9 n.' 2. Cuaneio Orlando; Andrcw Marriner: clarinete.
tnck Cohén: piano.
Después del éxito obtenido en el una gran técnica que le permite con-
Ocurre, a veces, que conciertos pro- Auditorio, cuando et Cuarteto Or- seguir del clarinete uno de los soni-
gramados lateralmente en un festival lando y A. Marriner iban para el ho- dos más bellos que uno puede ima-
(como ha sucedido con éstos del curso tel, la gente prorrumpió en aplausos ginarse. Técnica y sonido puestos al
Manuel de Falla) se convierten, en oca- por la calle como si de auténticas es- servicio de una idea musical que nos
siones, en la perla de dicho festival. Así trellas se tratase, y es que el Cuarte- muestra la compleja personalidad de
lo entendió el público asistente a este
magnífico concierto, y con larguísimos to Orlando es de sobra conocido Mozart, haciendo hincapié en esa
aplausos y gritos de «otra, otra», lo entre los aficionados a la música de melancolía que habita en muchas de
corroboró. cámara como uno de los más impor- sus últimas obras. A pesar de que el
En el número anterior de SCHER- tantes del panorama internacional, y Cuarteto tocó en su línea habitual de
ZO hay una interesante entrevista de eso a pesar de haber cambiado tres maestría, no hubo una total identifi-
J.C. Cabello a la que remito a todo in- veces de primer violín. cación de estilo musical con el solis-
teresado en este concierto. El título de Comenzaron e! concierto de Gra- ta; mientras el primer violín hacía
esta entrevista es Otro concepto de la nada con el Cuarteto n.° 3 de Bril- mucha ostentación del pórtalo y de
música, y creo que es la mejor defini- len, auténtica prueba de fuego para otras articulaciones de arco que se
ción que se puede aplicar a lo que hace el primer violín. Dejando a un lado alejaban del concepto del clarinetis-
Christophe Coin. Coin no se ha que- el juicio de la obra como composi- ta, los otros tres se acercaban más a
dado sólo en la música antigua, sino ción, la interpretación que realizaron la concepción musical del solista. La
que ha llegado hasta el siglo XX. Pro- fue magistral, con una sonoridad ca- segunda parte la ocupó el Cuarteto
ducto de esta evolución ha sido su gran
trabajo con las Sonatas para cello y pia- rne rístic a como pocas veces se oye, n." 2áe la Op. 59 de Beethoven con
no de Beethoven, grabadas en disco en destacando la gran interpretación que el que el Orlando volvió por sus fue-
compañía de ese gran pianista que es el primer violín realizó de su difícil ros realizando una versión insupera-
Patrick Cohén, y que han merecido en pasaje cantábile agudo. A continua- ble. Respondiendo al entusiasmo del
Le Monde de la Musique el calificati- ción vino el Quinteto con clarinete de público, el cuarteto correspondió con
vo máximo de cuatro estrellas. Por es- Mozart, obra esperada con summo la Suite italiana de Hugo Wolf ce-
to, en mi opinión, el concierto de interés, ya que a pesar de ser una de rrando este maravilloso concierto que
Granada era de lo más interesante que las más importantes de Mozart, no cumplió con todas las expectativas.
se podía escuchar. Y no defraudó, en es frecuente oírla en concierto. En es- Mereció la pena.
absoluto. (Es imporlante señalar que
Coin no se queda en el purismo de los ta ocasión la gran estrella fue el cla-
instrumentos de época, y en esta oca- rinetista A. Marriner, poseedor de T.G.
sión tocó con un cello a la moderna y
piano moderno.)

El concierto que realizaron estos dos


grandes músicos ha sido de las cosas
más impresionantes que se han podido
escuchar- La vitalidad y la garra, así co-
mo la ternura y la placidez que trans-
miten estos músicos te llevan por donde
ellos quieren. Esos maravillosos tiem-
pos lentos de las tres sonatas, que al-
canzan su punto culminante en el de la
J. ", fueron auténticas cumbres musica-
les. Pocas veces uno se ha emocionado
tanto. Solamente habría que añadir co-
mo aspectos negativos, la acústica del
Auditorio que no ayuda nada a este ti-
po de conciertos, más bien despista, y
que el piano era de baja calidad. Fren-
te a dio el éxito alcanzado, y la noticia
de que para el próximo año estos dos
músicos preparan una gira por España
con la integral de las Sonatas de Beet-
hoven con instrumentos de época. Un
acontecimiento.

Tomás Garrido

26 Scherzo
ACTUALIDAD

Arrau, un regalo inolvidable Cuenca apuesta por


The Hilliatd Ensemble dispuso de
dos jornadas del Festival de Granada
la docencia
para traernos sus interpretaciones, si Desde hace unos años cada vez son más
bien es cierto que la mayoría de sus in- frecuentes los cursos de interpretación c
condicionales esperábamos no precisa- las clases magistrales. Esta sana costum-
bre, practicada abundantemente allende
mente la música de uno de los compo- nuestras fronteras, sirve aquí para paliar
sitores más controvertidos del momen- en alguna medida un sistema docente ino-
to, Arvo Párt, sino el repertorio que les perante, que sus más conspicuos represen-
ha dado más Tama, esto es, la música tantes, tan atentos a salir en la foto
antigua. Así, el 21 se estrenaba en Es- oficial, no se deciden a solucionar de una
paña una de las obras más ambiciosas vez, haciendo gala de un despiste y una
del estoniano, la Pasión según San miopía gloriosos.
Juan, para solistas, coro y pequeño Cuenca, que hace unos años ya inten-
conjunto instrumental. La versión fue tó con éxito una experiencia similar con
realmente antológica, y todos los com- el Cuarteto Canales, también se ha suma
ponentes, dirigidos por Paul Hillier, do a esta oferta a través de la Universi-
dieron justamente lo que la obra pide: dad Internacional Menéndez Pelayo, que
total perfección técnica, transparencia a sus cursos sobre medio ambiente y co-
vocal, timbres ricos y llenos, persona- municación une este año un interesante
cu i so internacional dedicado a la Músi-
les, y exquisita musicalidad. La músi- ca de Cámara para cuerdas, piano y vien-
ca de Párt recoge constantes citas del Claudio Arrau. PHILIPS tos. Cursos que en años venideros SÍ
pasado, y tiene un atractivo muy espe- complementarán con otros dedicados a la
cial, si bien en algún caso aparezca un dos conciertos para dos claves y el con- orquesta de cámara. Todo un ambicioso
poco limitada en cuanto a utilización cierto para 4 claves del Cantor de Leip- programa que viene a cubrir una caren-
de recursos compositivos. Lo que está zig, todos ellos expuestos con esa fuerza cia secular en ámbitos dejados a su suer-
claro es que le viene como anillo al de- avasalladora de Koopman que tan bien te, sin ninguna tradición musical, en los
do al Hilíiard Ensemble, puesto que es- cala entre el público. que la enseñanza es la única opción para
tructural y armónicamente guarda gran salir del impasse histórico.
similitud con su repertorio más cono- El curso de este año, realizado por pro-
cido. De hecho, al dia siguiente el con- La jornada más emocionante fesores españoles y holandeses, está diri-
cierto se planteaba como una yuxta- gido por el infatigable gran pedagogo y
posición de lo antiguo y lo nuevo, idea La jornada más emocionante del cellista Elias Arizcuren, quien con su Trio
interesante que no encontró mucho eco Festival fue la protagonizada, lógica- Mendelssohn, más un grupo de antiguos
en el público que llenaba el Patio de los mente, por Claudio Arrau. Los que tu- miembios de la J.O.N.D.E. encabezados
Arrayanes porque la realización escé- vimos la inmensa suerte de asistir a ese por el flauta Jaime Martín, el trompa Jo-
nica y de secuendación de las obras no concierto no creo que podamos olvidar- sé Zazo y el clarinetista Joan Enríe Llu-
lo jamás. Su presencia infinitamente na, se dedicará a lo largo de la última
fue lo suficientemente ágil como para semana de septiembre a dar clases y con-
saltar sin problemas de la música de Ju frágil ya creaba un especial estado emo- ciertos en una ciudad tomada por instru-
dith Weird a la de Párt metiendo por cional en la sala, que se multiplicaba mentistas de renombre que ofrecerán a
medio música inglesa del XIV. El reci- cuando el maestro comenzaba sus in- sus habitantes unos variados programas
ta] fue larguísimo, y siempre pareció ca- terpretaciones. Por mucho que se diga con Trios de Beethoven, el Cuarteto apa-
recer del necesario ritmo interno que que ha perdido facultades, lo cual es in- ra el fin de los tiempos» de Messiaen o
pudiera hacer reaccionar al respetable. discutible, lo que se pudo escuchar en las Suites de cello solo de Bridge, en un
el Auditorio Manuel de Falla fue a la alarde imaginativo bastante infrecuente
vez magia y milagro, cielo e infierno. entre nosotros.
Ton Koopman Está totalmente de más hacer un juicio Para el coordinador de la U.I.M.P.,
crítico de su actuación, sobre todo por- Ángel Luis Mota, la idea esencial de es-
El 30 de junio llegó el turno para la que en realidad fue un regalo que nos tos cursos es la de crear en Cuenca un ceñ-
Orquesta Barroca Europea, una joven hizo a los allí presentes, ya que cada vez ir o de docencia con proyección interna-
agrupación de músicos belgas, alema- dosifica más sus conciertos, pero inclu- cional, que aprovechando la situación de
nes, holandeses, franceses, italianos e so desde el punto de vista técnico estu- la ciudad sirva para re vitalizar el enorme
ingleses (por el momento), que tras un vo soberanamente bien. La segunda vacio docente del país, a la vez que su-
período de estudio con maestros como parte, con programa Listz combinó vir- ponga la recuperación de esos intérpre-
Parrott, Brüggen, Savall, etc., loca tuosismo y profundidad, y creemos que tes españoles en diáspora que tanto
ahora bajo la dirección de Roy Good- asombró a todos, pero es que antes, en pueden hacer por sus colegas más jóve-
nes. Esta idea encaja perfectamente con
man (concertino), y el clavecinista ho- la primera parte, la emoción había si- la próxima instalación de la J.O.N.D.E.
landés Ton Koopman. Todas sus inter- do el sentimiento general entre públi- en la ciudad, toda vez que los cursos y ex-
pretaciones estuvieron impregnadas por co y artista, especialmente en Los periencias de unos y otros constituirán
la desbordante vitalidad rítmica de Adioses (¿homenaje a su hijo recien- una auténtica oferta cultural que con el
Koopman, lo que unido a la utilización temente fallecido?) y en la Séptima paso del tiempo redundará en la mejora
de instrumentos antiguos dio como re- Sonata, con un Largo e meslo insupe- de nivel de unos instrumentistas a los que
sultado un concierto lleno de acentos rable. En Tin, jornada que sin duda pa- una sociedad que empieza a descubrir la
y planos sonoros contrastados. Quizá sará a un lugar de privilegio en la música exigirá más y más cada día.
lo mejor fue la Suite n. ° I de Bach, y memoria de todos los asistentes.
el Concertó gross Op. 6n.°6de Han-
del, que estuvieron acompañados por J.C.C.A. Agustín Muñoz

Scherzo 27
ACTUALIDAD

En recuerdo de Martin Gregor-Dellin


n septiembre de 1987 reci-
E bí una breve carta de Mar-
tin Gregor-Dellin en res-
puesta a una consulta mía rela-
donde el triunfo del dato supo-
ne algo más que la corrección
objetiva del error».
La actividad asociativa y re-
cionada con su edición crítica de presentativa de Gregor-Dellin ha
Mi vida, de Richard Wagner, sido también muy intensa. En
que yo estaba traduciendo en- 1972 alcanzó la Presidencia de la
tonces para Ediciones Turner. Sociedad de Escritores Bávara,
Gregor-Dellin me decía allí que en 1976 fue elegido Secretario de
no creía que él pudiera volver a la Sección alemana del Pen-Club
emprender tareas de editor, pues (que agrupa a los escritores de
a causa de una enfermedad te- las dos Alemanias) y en 1982 pa-
nia que emplear su tiempo con só a la Presidencia, cargo que ha
economía, para poder revisar y desempeñado hasta su muerte
acabar algunos trabajos viejos o distinguiéndose especialmente
pendientes. Por la prensa alema- por su «incansable esfuerzo por
na me entero ahora de su falle- el respeto de la dignidad huma-
cimiento, ocurrido en Munich el na, por la consecución de la li-
día 23 de junio, así como de que bertad de expresión y la libe-
aún pudo llegar a publicar un Li- ración de autores y periodistas
bro de sueños italiano y su pri- encarcelados en todo el mundo,
mera y única comedia, Las para quienes este escritor pru-
bodas de Lulero. dente y constante, consecuente
Gregor-Dellin había nacido en y amablemente admonitorio, lle-
1926 en Naumburgo del Saale, gó a convertirse en un mediador
la ciudad sajona donde Nietz- cuya inlegridad ha sido recono-
sche cursó el bachillerato. Mú- cida mucho más allá de 'as fron-
sico, compositor y violonche- teras de la República Federal».
lista, también se sintió pronto Estas palabras del Pen-Club de
atraído por la literatura. Fue despedida a su presidente han si-
movilizado con dieciocho años do suscritas también por Writers
de edad y pasó más de un año in prison y Wrilers for Peace.
en un campo de concentración He querido destacar estos úl-
americano. Hasta 1958 perma- timos datos, que tomo de un ar-
neció en la otra Alemania, dedi-
cado a actividades editoriales. tículo necrológico de Effi Horn,
De este tiempo datan sus nove- porque me constan las desagra-
las Cathérine y Der Nullpunkt (El pun- dables acusaciones y los ataques
to cero), a las que luego siguió Der cuantas se han escrito en esta materia que Gregor-Dellin ha sufrido a causa
Kandeíaber (El candelabro). Sin embar- desde The Ufe of Richard Wagner, de de su denodado wagnerismo, en par-
go, desde su instalación en la Repúbli- Ernest Newman, y sobre la que dije lo ticular los de Hartmut Zelinsky, aferra-
ca Federal se dio a conocer sobre todo siguiente al prologarla para Alianza do con uñas y dientes a la fácil pre-
como biógrafo musical y editor de im- Editorial (junio de 1983): «¿Estamos, sa política llamada Richard Wagner y
portantes documentos históricos. Son por tanto, ante la biografía definitiva fustigador inmisericorde de quienes
notables la biografía de Heinrich de Richard Wagner? No exactamente. no opinan como él. Admirador de la
Schütz y el ensayo La revolución en la Gregor-Dellin ha vuelto a tratar unita- obra de Wagner, estimulado por ella,
ópera, no traducidos al castellano; pe- riamente la figura descomunal de Wag- Gregor-Dellin ha sido un notable escri-
ro donde Gregor-Dellin ha dejado to- ner con un estilo narrativo que posee tor, un gran investigador, un ejemplar
do un corpus de investigación, el ritmo de la mejor novelística del si- defensor de los derechos humanos sin
información y divulgación ejemplar y glo XIX, pero manteniendo la aparien-
cia de ese distanciamiento personal que banderías ni colores y, en definitiva, un
duradero es en torno al fenómeno Wag- hombre bueno. Desde mi mucho más
ner: la edición crítica de Mi vida, an- sólo se consigue con el absoluto domi-
nio del dato. Con tal método, ésta sí modesta posición como correligionario
tes citada, que Turner publicará en y, en cierta medida, colaborador suyo,
España a finales de 1988; Wagner día es la biografía más fluida y a la vez más
a día, exhaustivas anotaciones crono- precisa que se puede ofrecer en este ins- al despedir a Martin Gregor-Dellin me
lógicas sobre la vida y obra del autor tante de inflexión en el tono de la po- atrevo a rogar a los wagnerianos espa-
de Parsifol; la edición completa de los lémica wagneriana. Pero que la bio- ñoles una oración o un pensamiento
monumentales Diarios de Cosima Wag- grafía es oficial y decididamente sim- dedicados a quien cerraba así su trabajo
ner, que llenan el largo período desde patizante con su sujeto, coincidiendo biográfico capital: «Lo que siguió, es
el 1 de enero de 1869 hasta el fatal 13 con el actual estilo de Wolfgang Wag- posteridad, otra historia, Wahnfried sin
de febrero de 1883; en fin, la gran bio- ner y la organización que me he atrevi- Wagner...; y separado de él por catás-
grafía Richard Wagner. Su' vida-su do a bautizar como «nueva cancillería trofes, el presente queda lejos».
obra-su siglo, la más importante de de los Nibelungos», se aprecia en sus
pasajes más combativos y elaborados, Ángel Fernando Mayo

28 Scherzo
COMPACT

DIGITAL AUDIO

LAS GRANDES INTERPRETACIONES HISTÓRICAS

SEGUNDO LANZAMIENTO
J. S. BACH J. S. BACH
Suite» for Violin Concertó»/
Unaccompanied Cello Violinkonzerte/
Cotícenos pour violón
BWV 1041,1042,1043

YEHUDIMENUHIN
GEORGES ENESCO
P1ERRE MONTEUX
CDH 7 61027 2 (2 CD) CDH 7 í l 018 2

L. v. BEETHOVEN F. CHOPIN
Symphony No.9 in D minor 24 Preludes p
'Chora!1 Prelude in C-sharp minor
Op.45
ELISABETH Impromptus 1-4
SCHWARZKOPF Barcarolle Op-60
ELISABETH HÓNGEN Berceuse Op.57
JUUUS PATZAK
HANS HOTTER
Singverein der Gesdlschift
der Musikfreundí in Wíen
Wientr Philharmoniker
HERBERT VQN KARAJAN ALFRED CORTOT
CDH 761076 2 CDH 7 61050 2

C. DEBUSSY G.FAURÉ
Pclléw « Míüsmdt Acti I & II Réquiem
jACQUESJANSEN MAURICE DURUFLÉ
IRENE JOACHIM
Chceurs YVONNE GOUVERNÉ organ
Orchtsrc Sympboniquc
ROGERDESORMIERE C. MONTEVERDI
14 Songj Madrigal*
MAGGIE TEYTE, soprano
ALFRED CORTOT, piano
4 Aria* and Songt
MARY GARDEN, soprano
CLAUDE DEBUSSY, piano NADIA BÓULANGER
CHS 7 61038 2 (3 CD) CDH 7 61025 2

G. PUCCINI F. SCHUBERT
Turandot 3 Klavierttücke, D.94*
(Eicermj recorded iive a ibt "Wanderer" Fantasie, D.760
Royil Opcn Hou», Covcnt Gardrn, 3 Momcnts muiicaux
M»y 1937)

DAME EVA TURNER


G1OVANNI MARTINELL1
Chorui of che Royal Opera
Housc, Coveni Garoen
London Philharmonic Orchestra
SIR JOHN BARBIROLLI CLAUDIO ARRAU
CDH 7 61074 2 C D H 7 61019 2
R. WAGNER JUSSI BJÓRLING
Die Walküre Operatic Arias
ActI L'Elísir d'Amore-II trovatore
Un bailo in Maschera-Aida
Pagliacci-La Boheiror Tosca
Turando!-Faust -Manon
Mana & more
LOTTE LEHMANN
LAURITZ MELCHIOR
EMANUEL LIST
Wienf r Philhirmoniker Various Orchestras
BRUNO WALTER & Conductor!

CDH 7 61020 2 CDH 7 61053 2

ENRICO CARUSO B E N I A M I N O GIGLI


Operatic Arias & Songs Operatic Scenes Oí Arias
(1902-1904) Faust •Carmen-Les Pécheurs
Ge r m an ia • R igolet to • Aída de Perles-Manon'Lucia di
Manon •Mefistofele -Tosca Lammermoor'Rigoletto'Aida
La Gioconda-Pagliacci Pagliacci'Cavalleria Rusticana
C avalle ría Rusticana La Bohéme-Tosca-Andrea
Les Pécheurs de Perles Chénier & more
fl£ more

VÍTÍOUS Orchestris Various O rehén ras


Sí Conduclors & Conductor!
CDH 7 610462 CDH 7 61051 2

LOTTE LEHMANN D A M E NELLIE MELBA


Opera & Operetta Arias Operatic Arias & Songs
Fidelio "Der Freischütz O p n Mam trtd SAnpi Lucia di Lammermoor
Obcron'Lohengrin OlMvWn md QII fcijl Rieoletto-La traviata
Tannhauser-Trístan & Isolde Romeo et Juliette'Faust
Der Rosenkavalier'Ariadne La Bohéme'Otetlo fií more
auf Naxos-Die Fledermaus
& more

Various Orchestras Various Orchcsiris


& Conduclors Sí Conductors
CDH 7 61042 2 CDH 7 61070 2

A N D R É S SEGOVIA
Recital
(1927-1939)

CHS 7 61047 2 (2 CD)

EMI-Odeon,S.A. Torrelaguna,64. 28043 Madrid


ENTREVISTA

Los caminos de
Luigi Nono

Ese alto caballero veneciano de sesenta y cuatro años cumplidos llamado Luigi
Nono ha estato en España; en concreto, impartiendo clases de composición en el
XIX Curso Manuel de Falla de Granada. Nono, siempre personalísimo y polémico,
ha apasionado a los más y encolerizado a los menos, si bien unos y otros han
reconocido su categoría indudable como creador.

Scherzo 3 i
ENTREVISTA

eneroso por encima de otras consideraciones, también

G luvo Nono tiempo para concedemos, al lérmino del pri-


mer encuentro con los numerosos alumnos que siguie-
ron su Curso de Experimentación Acúsíieo-Espacial, unos mi-
sonido, de cada sonido— en un parámetro más de la composi-
ción musical. «Algo que era de suma importancia —nos recor-
daba Nono— para los polifonistas españoles y para los músicos
de la escuela de San Marcos, que componían en función de un
nutos de entrevisia. En ellos, quedó ya fijado de entrada que espacio determinado». Desde los inicios de su carrera. Nono ha
la didáctica del veneciano difiere notablemente de la habitual venido empeñándose en ese empleo del espacio, dándole valor
por estos pagos. «Lo que intento hacer aquí —explicaba— es estructural en algunas de sus obras orquestales de los años 50
una conversación hasta la disputa, muy. muy libre, para plan- y 60, y confiriéndole sobre todo valor dramático en sus obras
tear problemas, cuestiones, dudas y dificultades de cualquier gé- corales —para el mejor apercibimiento de las distintas voces—
nero dentro de la música contemporánea; es decir: partiendo, y electro acústicas.
por ejemplo, de la informática y de toda la tecnología de hoy
—Uve electronic y otros procedimientos de la música
electrónica— y del modo en que puede utilizarse eso en la di-
dáctica musical —cosa que casi ningún conservatorio hace, y Es- Música y sociedad
paña no es, por lo que sé, una excepción—; partiendo asimismo
de consideraciones de tipo nuevo, que abren hoy la psicología, Luigi Nono, pedagogo, compositor, maestro humanista por
la psicofisica, el sentimiento y la inteligencia, permitirnos una encima de otras consideraciones, ha sido el gran impulsor du-
apertura hacia lo utópico, hacia las transformaciones que se es- rante los años 50, en el seno del grupo de Darmsiadt, de un acer-
tán dando ya en los más diversos campos, hacia el riesgo, lo que camiento más fecundo al serialismo de Anión Webern, por un
nos conducirá a un panorama muy distinto del que nos ofrecen lado, y de una toma de conciencia —no sólo musical— respecto
¡as organizaciones musicales convencionales —no sólo en Espa- de la realidad de Europa oriental, de África y de Latinoaméri-
ña, sino también en Italia, Francia, etc..—. Hoy venimos de- ca. «Sabes —nos decía Nono—: se va siempre a esperar y a bus-
sarrollando en el curso una conversación muy abierta, tocando car. Pienso que siempre está la necesidad de arriesgar, de ponerlo
problemas muy vastos, pero también muy precisos y muy técni- todo en discusión, de plantear otras posibilidades...; hace unos
cos, de lo humanístico a lo meramente tecnológico, lo que me años, con Bussotli, con Clementi, Sciarrino y otros composito-
parece se encuentra en franca contradicción con toda la progra- res, organizamos en Venecia unos encuentros, debates muy abier-
mación del Festival, que encuentro extraordinariamente anticua- tos, en los que invitábamos a los autores más jóvenes. Los
da, que no da ninguna información sobre la situación y la hicimos durante dos años. La cosa Fracasó —no pretendíamos,
vitalidad musical de hoy día...» desde luego, hacer de ellos un nuevo Darmstadt— porque fue
un lio muy grande entre todos; pata mí fue una vez más la de-
No faltó, pues, la critica —dura y frontal— al Festival de Gra- mostración de cuan infantil es el orgullo de bastante gente de
nada en las manifestaciones de Luigi Nono. Y, si por encima hoy que quiere ser egocéntrica, que piensa como si fuese la úni-
de todo, hubiésemos de quedamos con una sola de las frases pro- ca persona en el mundo que hace música, que no tiene humil-
nunciadas en público por el italiano durante su estancia en Gra- dad ni articulación con la realidad o con ío irreal, con lo que
nada para definir su actitud de ayer, de hoy, de siempre, ésa seria: comporta la transformación radical humana, cultural, artísti-
«Caminantes, no hay caminos; hay que caminar». Una, si bien ca, financiera, social, que el mundo de hoy va recorriendo». Ese
se aprecia, machad i ana leyenda que encontró nuestro entrevis- egocentrismo al que aludía Nono en la entrevista es, a escala re-
tado en un muro de Toledo que data deis. Xlll; sobre las impli- ducida, lo que representa el eurocentrismo en el planteamiento
caciones de esa leyenda en lo que debería ser, a juicio de Nono, de músicos de la vanguardia de posguerra como Boulez, Stock-
la nueva actitud del creador musical ante la sociedad —debe hausen o, algo posteriormente, Mauricio Kagel. Nuestro com-
arriesgar, no ser convencional, no tener miedo a equivocarse—, positor ha ido definiendo, con palabras y con obras, su propia
disertó el compositor en lo que constituyó la Lección Inaugural posición respecto del binomio arte-sociedad, y ése sí que ha si-
del XIX Curso Manuel de Falla. do un camino por el que ha transitado poco acompañado. «Mi-
ra, espero sobre todo que también yo tenga la posibilidad de
Y sobre la trascendencia que la citada frase ha tenido en la
transformarme, de modificarme, de adelantar —o puede que de
más reciente producción de Nono señalemos que Caminantes...
atrasar—, de equivocarme, de meterme a mi mismo en discu-
Ayacucho, fechada en 1987, es otro jalón más de su trayectoria
sión. Yo pienso que hoy existen realidades más amplias; estuve
de intelectual solidario con los movimientos de liberación, y que
en junio en el Festival de Música de Leningrado, y estuve en Mos-
su última obra, estrenada a comienzos de junio en Leningrado,
cú y me quedé muy sorprendido al escuchar a los jóvenes, y no
se titula, significativamente. No hay caminos; hay que caminar
sólo por su música: durante tres horas tuve un encuentro en Le-
(obra dedicada, por cierto, al cineasta soviélico Tarkovski).
ningrado con trescientos alumnos y profesores, y hablamos muy,
El tema de su lección inaugural era El espacio y el tiempo en muy abiertamente, como se hace ahora en la Unión Soviética,
la creación musical: conceptos muy caros al veneciano, ya pre- y tras ello me hicieron una invitación para desarrollar un curso.
sentes, junto con el del silencio, en sus primeras obras de los Me parece que el panorama musical, por tanto, se ha cambiado
50 y, cómo no, desarrollados en sus más variadas posibilidades radicalmente; cito en la URSS los nombres de Sofía Gubaiduli-
con los medios que brinda la tecnología electrónica —en los 60 na y de Alfred Schnittke, o el del alemán Helmut Lachenmann,
y 70, la del Estudio de Fonología de la RAÍ en Milán y, en los una mente creadora de gran envergadura, o la enorme fantasía
80, la del Estudio de la Fundación Heínrich-Strobel de creativa del húngaro Gyorgy Kurtag; y eso sólo en Europa. Luego
Friburgo—. «Efectivamente —nos comentaba—: la relación entre están Japón, África, Cuba, toda Latinoamérica... creo que el
el silencio, la memoria, el pasado, el presente y el futuro, es una panorama se ha abierto mucho en los últimos años y hay un es-
parte fundamenta! que me permite vivir, incluso a veces, so- píritu más abierto a la búsqueda, al riesgo, para ir al encuentro
brevivir». de nueva vida, de nuevas almas, de nuevos sueños».

En su lección en el Hospital Real de Granada hubo lugar pa-


ra tocar esos temas en relación con su último trabajo escénico,
Escuchar a los oíros
Prometeo, habida cuenta que en esta extensa obra el movimien-
to de las distintas Fuentes sonoras por el espacio, con ayuda del
sofisticado Halaphon del Estudio de Friburgo, convierte preci- Nono pone especial énfasis —como habrá ya podido
samente al espacio —a la legalización y desplazamiento de un comprobarse— tanto en la necesidad de que cada uno busque

32 Scherzo
ENTREVISTA

Luigi Nono ensayando «Caminantes... Ayacucho» FOTO: O. FILARMÓNICA DE MUNICH

su propio camino como en la de prestar oídos a los otros. En caso, quienes siguieron sus clases durante esa semana nos co-
1983, en una conferencia dictada en Suiza, afirmaba: «En lugar mentaron admirativamente acerca del interés de las mismas, en
de escuchar el silencio, en lugar de escuchar a los otros, uno es- lo humano y en lo estrictamente musical. Pero —una vez más
pera escucharse a si mismo una vez más. Es una repetición que lo reiteramos— Luigi Nono está lejos de pretender que una le-
resulta académica, conservadora, reaccionaria. Es un muro con- gión de acólitos siga sus pasos o, dicho con otras palabras, no
tra los pensamientos, contra lo que no es posible, ni aún hoy es de los que van dando al alevín de compositor recelas para
día, explicar (...). Se ama el confort, la repetición, los mitos; componer. Valgan, si no, como ratificación de lo dicho, las si-
se ama el escuchar siempre lo mismo, con esas pequeñas dife- guientes aseveraciones que nos hacia el veneciano, a propósilo,
rencias que permiten demostrar inteligencia. Escuchar la músi- una vez más, de la leyenda «No hay caminos; hay que caminar»:
ca. Es muy difícil. Yo creo que, hoy en día, es un fenómeno raro. «Este escrito me ha hecho reflexionar, pensar muchísimo. En-
Se escuchan cosas literarias, se escucha lo que se ha escrito, se contré directamente una conexión con la realidad de hoy... "Ca-
escucha a uno mismo en una proyección...». minantes": Vds. que andan. "No hay caminos"...: no hay ruta,
I,a preocupación del Nono de los 80 no está, por tanto, aleja- no hay indicaciones, ni modelos, ni orden ni mando; es decir,
da de su propia esencia histórica; de maneía apasionada, sigue no hay autoridad. Hay que buscarla. Hay que arriesgarlo todo
potenciando la libre determinación de pueblos e individuos, eso y enfrentarse con toda la problemática que nuestro tiempo en
que podríamos sintetizar con tan sólo estas tres palabras: sé tú transformación tiene. Me parece que, sobre todo, en la música
mismo. Y en nuestro encuentro con el compositor, en las de- —pero no sólo en la música: también en pintura, arquitectura,
pendencias del Auditorio Manuel de Falla de Granada, se ha- literatura, economía, finanzas, política...— "caminantes, no hay
llaba en la mejor disposición de ánimo para llevar adelante esa caminos; hay que caminar" es una frase de gran importancia.
máxima con sus alumnos; «Yo había venido ya aqui, pero en En un tiempo en el cual muchos mitos se fueron, hay un pensa-
aquel tiempo era otra la fórmula, pues invitaban a composito- miento nuevo en el mundo —en distintos lugares con diferentes
res durante dos o tres días nada más; me parece que ahora en situaciones— que va a buscar nuevos caminos, nuevas fantasías,
un encuentro largo y continuo puede ser más inten- nuevos espacios, nuevas tierras, nuevas posibilidades de estar
sivo, permitirá sin duda profundizar en muchas cosas y puede juntos, de comunicar y de enfrentarnos; y, sobre todo, la nece-
abrir puertas que están cerradas herméticamente por los conser- sidad de oír a los otros».
vadores, por los académicos y por quienes no quieren que los
ojos, los oídos y la inteligencia sigan descubriendo, buscando José Iges
y arriesgando tras lo nuevo». Desgraciadamente, cabe decir que
la presencia de Nono en el Curso no alcanzó más que la mitad
del tiempo previsto para el mismo, pues el veneciano hubo de
abandonar su querida Granada por motivos de salud. En todo

Scherzo 33
HISTORIAS DE
LA MÚSICA
ragmento de un diario
sin fecha
w » ahora, después de tantas iribú (aciones, vuelve a"mt
W memoria aquel instante en que alcancé a ver su ros-
*7 tro por ve/ primera, al descender del coche. Su Ma-
jestad había ordenado llevarlo a su presencia tan pronto lle-
gase, y así se hizo, sin darle espacio para recogerse, ni para
mudar sus ropas, ni aun para limpiarse el polvo de tan largo
viaje: tan grande era su impaciencia por verle tocar, y por
conocer su opinión acerca de los muchos instrumentos que
en el palacio había, singularmente los clavecines, que eran
en número de nueve. Y fue así como tocó en cada uno de
ellos, ponderando el sonido de éste, alabando la claridad de
aquél y la potencia del otro, y admirándonos a lodos con el
modo en que, sin más que poner las manos sobre el teclado,
tocaba el acorde más convenienie en cada uno de ellos y que
mejor se acomodase con su sonoridad y su timbre. Y, esta-
blecido el tono, dábase a preludiar y a improvisar de manera
fugada y también de forma melódica a la italiana, o a la fran-
cesa si mejor cupiere, de suerte que pasaron más de dos ho-
ras sin que de ello nos apercibiésemos, absortos como
estábamos de tañía música y de su no usado modo de locar-
la, que no parecía sino que sus dedos tuvieran vida separa-
damente, incluso el pulgar, que nunca antes se hubiera visto
usarlo sobre el (eclado parejamente a los otros. Y Su Majes-
tad todo lo escuchaba y atendía en silencio y con gran respe-
to. Vino pues la noche, y se le permilió descansar y asearse
para retornar luego. Y fue Su Majestad servido de indicarle
un tema de su propia invención para que sobre él improvisa-
se y pudiera probar su habilidad. Y era un tema muy forza-
do, que ascendía una séptima a manera de arpegio y luego
descendía una octava completa por sus grados cromáticos,
que no hubiera modo de bien acomodarlo en tono alguno.
Y entonces, el maestro realizó allí mismo una fuga a seis par-
tes, la más intrincada que yo jamás hubiera oído, moviendo
el tema en las voces hacia adelante y hacia detrás, combinán-
dolo consigo mismo y amplificándolo en noias muy largas
en una voz mientras lo hacía sonar reducido en las otras, con
lal poder y sutil invención que se hubiera dicho cosa del dia-
blo. Y temí que fuera sueño, y hubiera de despertar como
acontece de ellos, sin guardar la memoria de tales maravi- '
lias, mas no es asi, que aún hoy puedo recordar aquella jor-
nada, después de tan largo tiempo y tantas penalidades con
las que El Altísimo ha querido probarnos. Que ya apenas hay
música en palacio, ni con que pagar a los artistas, pues io-
dos son ya idos, de no ser alguno, viajero, que quiere aún
ofrecérnosla: que todo lo llevó la guerra maldita, incluso la
memoria de aquel Maestro admirable, que va ya para diez
años que rindiera su alma, según he oído a un organista ape-
llidado Górner que nos visitó la última primavera. Y me di-
jo también que consumió sus últimos días poniendo por
escrito cuanto había podido llegar a saber y a descubrir acerca
de aquel arte de la fuga que cultivara de lan admirable mo-
do como yo mismo hubiera tenido la dicha inmensa de com-
probar. Y que todo eso lo hizo con mucha dificultad y con
tantos trabajos que acabó por quedar ciego, y todo ello por
el afán de que, andando los tiempos, pudieran oíros hom-
bres conocer los secretos de nuestra antigua música, ya que
los de hoy la reputan envejecida y nada quieren saber de ella.
También afirmó que uno de sus propios hijos vendió, luego
de su muerte, las planchas que con tan gran esfuerzo y soli-
citud grabase él mismo. Pero no puedo creer que, incluso en
nuestros días, existan gentes tan impías y que ignoren, de mo-
do tan cruel, la verdadera Sabiduría del Arte».
Daniel Jordán

34 Scherzo
DISCOS

BACH: Contales pour alto. BWV 35. 82 y tintas secciones orquestales. Por esto en d
53. Rene Jacobs, contralenor; Paul Dom- caso de los conciertos, donde el o los ins-
brechl, oboe barroco; Cordón Murray, ár- trumentos solistas obligan a una necesaria
gano; Enstmble 415. Dir.: CbUra Banchúu. diferenciación de niveles y por lo tanto a la
CD Harmonía Mundi 901273. DDD. creación de un espacio sonoro, por muy ele-
5»'03". mental que este sea, el efecto negativo an-
tes aludido se hace menos perceptible y la
Tras su espléndido disco dedica- audición se torna más tolerable. Jan Panen-
do a sinfonías de G.B. y G. Sam- ka es, por otra parte, un buen pianista y
flus© marlini (HMC 901245), el En- siempre existe el aliciente de un director co-
semble 415 se ha decidido a invitar a algu- mo Kurt Masur oyéndole en una grabación
nos nuevos solistas, enire los que destaca- de hace quince años y anterior, por lo tanto,
mos a los muy conocidos Rene Jacobs y Paul al momento de su consagración actual.
Dombrecht, que junto a un excelente orga-
C.C.
nista, Gordon Murray, llevan la pane pro-
tagonista de esta grabación. Para mí lo más
interésame está en la soberbia interpretación
DISCOS
del mejor oboísta barroco: Paul Dombrecht, BEETHOVEN: Las cinco sonatas para vio-
cuyo sonido milagroso y sin igual se com- loncello. P. Tortelfer. ¥.. Heidsieck. Disco
plementa divinamente con una técnica per- tan reciente pues se trata del reprocesado de compacto EMI Studio CMS. 7-69196.2.
fecta. En cuanto a Rene Jacobs, poco una interpretación registrada en Praga en ADD. 47'06". Serie media.
podemos afladir a lo ya sabido, puesto que 1965 y cuenta por lo tanto con veintitrés años
su actuación reúne las mismas característi- de existencia. Pero de todas formas nada es- Paul Tortelier pertenece a una es-
cas que le han hecho ser odiado por unos pecialmente interesante aporta esta lectura cuela de músicos cuyos criterios
y amado por otros. A su sensibilidad y mu- de la Sexta acostumbrados como estamos a interpretativos y sonoros poco o
sicalidad une una voz un poco dura, con un las cotas sublimes de calidad alcanzadas en nada tienen que ver con las «inflictivas ar-
timbre algo roto, sin la dulzura de un Ja- esta obra. El funcionamiento orquestal es monías beethoveníanas. Carece, pues, de esa
mes Bowman. A pesar de que personalmente correcto pero frió y después de escuchar las violencia que algunos consideramos como
siempre he defendido e! hacer de Jacobs, no transiciones que Karajan, por ejemplo, con- una característica esencial de Beethoven;
hay que negar que a veces se produce con sigue en los enlaces sin solución de continui- nunca da la impresión de pelearse con el ins-
mayor rebuscamiento de lo deseable. En dad de los últimos movimientos, con aquel trumento, como Beethoven parecía hacerlo
cualquier caso, en esta grabación está en su clima de expectación que sabe crear al pa- con el pentagrama, aunque tampoco se pue-
línea de siempre, lo cual debe ser una pista sar de la Alegre reunión de campesinos al de decir que tenga esa blandura lacrimóge-
suficiente para el aficionado. Gordon Mu- misterioso ambiente p remoni lorio de la Tor- na tan propia del mítico Casáis. Hecha esta
rray se muestra muy ágil con el órgano en menta, la presente grabación nos parece to- aclaración, he de decir que, respetando su
la BWV 35, con una pulsación nítida, de talmente superflua y por lo tanto obsoleta. concepto de las Sonatas, se trata de una bue-
gran altura técnica. La orquesta acompaña Esta Sexta es mecánica y falta de imagina- na versión, mucho mejor de las tres últimas
muy bien, aunque se podría pedir un poco ción; precisa pero sin aliento de vida. En to- que de las dos primeras. En las Sonatas
más de vigor y de claridad de líneas en al- do caso el CD se salva por una muy con- Opus 5 el papel que juega el piano es, con
gún caso. No es una orquesta de grandes vir- vincente plasmación de la Obertura Egmont creces, mucho más importante que el del ce-
tuosos, aunque si es bello su sonido y aunque ocho minutos de buena música no llo (esto es algo sobre lo que se ha escrito
espléndido su futuro. justifican la casi hora entera que dura este ya mucho), pero Tortelier, en esta graba-
álbum. ción, no llega a compensar la diferencia qui-
zá por contar con un pianista que en ocasio-
En general encontraremos en este disco nes es mis brusco que expresivo, si bien es-
unas versiones interesantes, con los alicien- C.C. tá muy cuidada la claridad del sonido por
tes arriba citados. Para completar esta re- parte de ambos. En las tres últimas Sona-
seña daremos algunas versiones alternativas: tas, incluidas en el segundo compacto, am-
la BWV35 por Harnoncourt con PaulEss- BEETHOVEN: Concierto para piano N.° 5 bos hacen una interpretación mucho más
wood (TELDEC 8.35036), con un nivel muy en Mi bemol mayor, Op. 73 «Emperador». brillante, con un fraseo que parece algo más
similar a la de Jacobs. La BWV82 por Briig- Jan Pancnkm, plano. Orquesta Sinfónica de propio de Beethoven y, por parte del cello,
gen con el bajo Max van Egmond (Seon RL Praga. Director: Vidiv Smetácek. con una mucho mayor expresividad en los
30.387, muy difícil de encontrar, y que de- Concierto para violt'n, violoncelo, piano y tiempos lentos. Tortelier, siempre más líri-
bería pasar a CD urgentemente), interpre- orquesta en Do mayor, Op. 56. Josef Suk, co que dramático, hace en ocasiones alar-
tada de forma excepcional. Y la BWV 53 por vioUn; Josef Cbuchro, cdo; Jan Panenki, des de virtuosismo que no son respondidos
el Ricercare Consori con el recientísima y tris- piano. Orquesta Filarmónica Checa. Direc- por el piano. No obstante, teniendo en cuen-
temente desaparecido contralenor francés tor: Kuri Misur. SupraphOD 2 SUP 0017 ta que la crítica suele ser fría y que la frial-
Henri Ledroit (RIC 02002 CD), en una ver- (AAD). Importado por Turner. dad no es buena para disfrutar del oído.
sión admirable. ¿Cuál escoger? Evidente- considero que se trata de una grabación de
mente la de Harmonía Mundi puede ser una calidad (muy apta para los que no desean
muy buena opción, aunque los otros tres dis- Dentro de la linea de serie me- emociones fuertes), tanto por la categoría
cos son también recomendables, si bien com- dia divulgad va que caracteriza el de la interpretación como por el excelente
plicados de encontrar. repertorio de los CD Supraphon. sonido de estos compactos, sí bien, hacien-
tendríamos que destacar en especial este ál- do una comparación gastronómica, creo que
bum por la calidad interpretativa obtenida la carta podría haber sido más completa con
J.C.C.A. en él de las dos obras concertantes beetho- la inclusión de las variaciones, lo que hubiese
venianas, mucho mejor, a nuestro parecer, mejorado la ya de por sí buena relación pre-
que la versión de la Sexta Sinfonía realiza- cio/calidad de la misma. Hay que aclarar
BEETHOVEN: Sinfonían.°6enFamayor. da por la Orquesta Filarmónica Checa y edi- que se trata de una versión de los anos 1970
Op. 68; Obertura «Coriolano». Op. 62; tada por la misma colección. En tos dos y 1971, reeditada en compactos de precio
Obertura «Egmont». Op. 84. Orquesta Fi- Conciertos de Beethoven los solistas son sol- medio. Por último, a pesar del tan cacarea-
larmónica Checa. Director: Paul Ktetzki. Su- ventes y con su participación se salva este do ingreso de España en la CEE, parece ser
fondo gris orquestal recurrente, en general, que, por lo que se refiere a las casas disco-
prapbon 1SUP 0018 (AAD). Importado por en todas las grabaciones de la firma checos-
Taraer. gráficas, o al menos a la EMI británica, los
lovaca. Un soporte monótono que pensamos españoles tenemos que continuar con nues-
que es más el resultado de un deficiente ni- tra inveterada costumbre de aprender idio-
No deja de resultar un tanto pa- vel técnico de reproducción del sonido que mas o conformarnos con imaginar lo que se
radójico que a estas alturas nue- no propiamente de la ejecución interpreta- dice en los folletos.
vas firmas continúen lanzando tiva. Todo queda demasiado plano y ama-
en el mercado nuevas versiones de las sin- zacotado en una línea uniforme en la que
fonías beethovenianas, aunque la presente apenas si vislumbramos el juego de las dis-
que nos ofrece este CD no sea en realidad E.L.A.

Scherzo 35
DISCOS

BRAHMS: Sinfonía n." 3. Variaciones de la Orquesta Columbia que, aun sin lo- DEBUSSY: Preludio a la siesta de un fau-
Haydn. Opus 56 a. DVORAK: Sinfonía n.' grar las excelencias de la de Cleveland, se no, Rapsodia para clarinete. Juegos, Imá-
9 «Nuevo Mundo». SEMEIANA: El Mol- pliega como un guante a las órdenes de Szell, genes para orquesta. Filarmónica Checa.
dava. Orqueste de Cleveland. Director, iluminando mágicamente algunos rincones Serge Batido, director. Supniphon, Compac-
George SzHI. 2 discos compactos ADD, CBS de esta partitura, como la frase que las vio- to 1-0023. ADD. 66'07". Importador:
«Maestro» MYK 42531 > 42530. Durado- las entonan poco antes de la sección central Turner.
Bes, 52'Q7" y 52'38". MOZART: Concier- del Andante.
tos pora piano. Rudolf Serkin. solista, a) Pero el acoplamiento original, con una Serge Baudo es un director extre-
número 20, K. 466. Orquesta Sinfónica Co- versión no menos memorable del Concier- madamente correcto, y lo es tan-
lumbio; Gtorge Szell, b) n. ° 17, K.595 Or- to 19 K.4S9, a cargo de los mismos músi- to en Gluck y Berlioz como en
questa de Hladelfia; Eugene Ormandy. cos, no ha sido incomprensiblemente Debussy o Poulenc, pero habitualmenle sus
Disco compacto ADD, CBS «Maestro» respetado. Aquella obra ha sido reemplaza- pasos no van mucho más lejos. Su correc-
MYK 41533. Duración tí'27". da por el Concierto 27 K 595, en el que el ción esconde muchas veces un quehacer pla-
ritmo preciso y elástico de Szell se ve susti- no y de escasos contrastes, que no escapa
Gran admirador del arte direc- tuido por el correcto pero pesante de Or- al peso de la rutina o el lugar común.
loriat de Richard Slrauss y Tos- mandy. conocedor mucho menos profundo Su Preludio a la siesta de un fauno no se
ca ni ni, George SzeU (1897-1970) de la esencia mozarliana, lo que resulta pa- aparta demasiado de las versiones al uso tan-
aprendió durante sus anos de formación que tente en el movimiento final de la obra. Su- tas veces escuchadas, y resulla ademas em-
para abordar cualquier obra musical son ne- giero como posibles comparaciones a panado por el sonido algo tremolante de la
cesarios el estudio y la adhesión estricta a Haskil/Fricsay (DG), Gilels/Bóhm <DG>, flauta solista. Sólo en los momentos más lí-
la partitura. Esas cualidades, aplicadas a Barenboim (EMI), Curzon/ Brillen (Decca) ricos parece despertar un tanto Baudo de su
unos ensayos meticulosos y exhaustivos, le o al propio Szell con Casadesus (CBS). Es- propia síesia. pero en cualquier caso su ver-
granjearon, si no el afecto de sus músicos la última interpretación no sólo es más cla- sión queda siempre muy lejos del modelo en-
—el carácter de estos perfeccionistas nunca ra e incisiva, sino también más expresiva y carnado por Celibidache.
es cómodo— sí su admiración incondicio- cálida que la de Serkin y Ormandy, cuyos
nal. Tras culminar en 1937 su brillante de- registros para CBS fueron de calidad irre- Contempladas globalmente, tampoco las
cenio en la ópera alemana de Praga, y gular, desde lo muy bueno (Mendelssohn) Imágenes se elevan más alto. En oigas no
establecido en Estados Unidos un tanto a la hasta lo muy malo (Brahms), pasando por está suficientemente subrayada la oposición
Tuerza por el comienzo de la Segunda Gue- este Mozart aceptable. Esperemos que las de los dos ternas que dan su fisonomía a es-
rra mundial, Szell dirigió numerosas orques- próximas reediciones de la discografía de ta página. Así, el fascinante entramado de-
tas americanas (Los Angeles, Nueva York, Szell incluyan sus maravillosos Conciertos bussyano integrado por violines, flauta, arpa
NBC, Metropolitan) hasta alcanzar en 1946 de Mozart con Casadesus y los números 17, y celesta que envuelve ta primera aparición
la titularidad de la de Cleveland, de nivel 19 y 25 con Serkin. del oboe de amore, se nos muestra bajo una
provinciano por entonces, pero que a me- luz más bien prosaica.
diados de los 50 se convirtió en la mejor de Por lo que respecta a Iberia, la ausencia
Estados Unidos. R.A.M. de claroscuros resta ensueño a Los perfu~
mes de la noche, y la jubilosa transición de
En estos compactos brilla una ejecución La mañana de un día de fiesta casi nos pa-
orquestal impecable, viva, lensa, en la que BRAHMS: Sinfonía n.° 4 en Mi menor, Op. sa inadvertida. En este orden de cosas, ins-
la exactitud típicamente americana se une 98. Orquesta Filarmónica Checa. Dietrich trumentos como las castañuelas, campanas,
con la tradición europea que Szell asimiló Fbcher-Dieskau, director. Variaciones so- celesta o xilófono tienen aquí un tímido va-
en su ciudad natal, Budapest, y en las que bre un lema de Paganini, Op. 35. Milán Kli- lor anecdótico, desaprovechándose su in-
fueron escenario de su aprendizaje y prime- ctk, piano. ADD Suprapno* 2-0014. Im- mensa relevancia timbrica.
ros aAos de actividad, como Viena, Berlín portador: Turner. Actualmente, en eslas obras de Debussy
y Praga. Así no es extraño que su soberbias —no digamos ya en sus páginas pianís-
versiones de Bratims, Dvorak y Smetana La grabación de una obra de ticas—. se ha renunciado tanto a la tradi-
sean consideradas clásicas por la crítica in- Brahms de la envergadura de es- ción impresionista como a otra de signo ro-
ternacional aunque existen otras alternati- ta Cuarta Sinfonía es, sin duda, mántico. Un pudor extremo ha llevado a
vas, acaso no tan perfectas o precisas, pero una empresa significativa en la carrera del arrinconar las brumas, las calidades timbri-
a veces más cálidas y atentas al espíritu de barítono Fischer-Dieskau. En cambio su cas acuosas, la esfu matura; todo en detri-
la música. Así, para Brahms, los lamas ve- audición no reviste carácter urgente para mento de la magia consustancial a esta
ces citados Furtwaengler, Bruno Walter, quienes cuenten ya con los formidables re- música y su inmensa carga emocional, so-
Giulini o Sanderling. Para la Nuevo Mun- gistros debidos a Furtwángler, Walter o bre las que parece pesar una proscripción.
do de Dvorak, la cuestión es aún más ardua: Schuricht.
hay numerosísimas y excelentes versiones, Hoy más que nunca se impone volver a
como las de los checos Talich, Ancerl, Ku- El Brahms de Dieskau no es tenso ni cris- las grandes versiones debussyanas, aquellas
belik y Neumann; o las de Walter, Kertesz pado, de perfiles expresionistas o anticipa- —en disco o de radio—, firmadas por Celi-
o Giulini. Recientemente DG ha reeditado torios. Es un Brahms —cabla esperarlo— bidache, Inghelbrechl o Desormiere.
la espléndida de Frícsay que, además del eminentemente lírico, que se recrea en la be-
Moldava, ofrece lambién ¿oí Preludios de lleza melódica de los temas por encima de J.M.S.
Liszt. En cualquier caso, y pese a que la to- cualquier otro planteamiento. Cuando pre-
ma sonoia de la «Nuevo Mundo» de Szell tende ser más expeditivo (el aceleren en la
e imperfecta y su digitalización no la ha me- coda del primer tiempo), imita un poco a
Furtwángler sin lograr la autenticidad de sus DVORAK: Las 9 Sinfonías. Scherzo capri-
jorado, estos dos compactos son muy reco- choso, Op. 66. Obertura Carnaval, Op. 92.
mendables, especialmente en serie resultados.
La paloma del bosque, Op. 110. Orquesta
económica. En el último movimiento hay momentos Filarmónica de Berlín. Orquesta Sinfónica
de belleza explosiva al lado de otros en los de la Radiodifusión Bivara (Op. 66, 92 y
El CD con los Conciertos de Mozart es que Dieskau tiende algo al gigantismo. En 110). Director: Rafael Kubelik. Deutsche
de valor desigual. La dirección de Szell en general casi todo en su versión es un tanto Grmmmophon 423120-2. álbum di 6 discos
el número 20, K.466, casi ascética en su ri- externo o tendente a subrayar lo más pal- compactos ADD. Duraciones: 71'M",
gurosa expresividad, dramática sin excesos, mario, sirviéndose de una acentuación muy 71*33", 67'25", 70'SS", 73'41" y 70'33".
clara, vibrante y lógica, es una de las más recalcada y de unos contrastes de intensidad Grabaciones efectuadas entre 1966 y 1976.
grandes que esta obra haya conocido en dis- bástame extremos.
co. Con ella encaja perfectamente el estilo Completa esta reedición en compacto una La proximidad de las vacaciones
sobrio y sin concesiones de Rodulf Serkin versión de las Variaciones sobre un tema de de verano nos advierte a todos
(1903), en plena madurez cuando en 1964 Paganini, de Brahms, debida a Milán Kli- los que trabajamos en estos pa-
realizó este registro. Ambos artistas, que en- clk. Se trata de una versión muy al uso, ex- peles que debemos entregar todos los discos
focan este concierto de modo especialmen- ternamente pulcra pero limitada en la ex- pendientes, mejor dicho, todas las críticas
te compenetrado, como si hiciera música de presión. pendientes antes de finalizar el mes de ju-
cámara, cuentan con ia notable cooperación nio. En consecuencia y dado que este álbum
J.M.S.

36 Scherzo
DISCOS

merece a todas luces un estudio detallado, DVORAK: Sinfonía n. * 6, op. 60; The noon do suntuoso de su nueva orquesta, presen-
advertimos que posponemos el mismo para wüch, op. IOS. Orqursla Sinfónica Escoce- ta una versión telúrica, jocosa, con gran
finales de verano, indicándoles también que sa. Director: Necmc Járvl. CD CHANDOS sentido festivo, aunque esta Tiesta no tenga
estamos en presencia de uno de los ciclos sin- 8530. DDD. nada que ver con los festejos: en el primer
fónicos más impresionantes en cuanto a in- tiempo Chailly expresa un drama más inten-
terpretación se refiere de todos los existentes Durante los días 6 y 7 de diciem- so que Jarvi: el segundo tiempo es lento, pe-
en el sello amarillo, a pesar de la inconsis- bre de 1986 tuvo lugar la graba- ro no cae en demostraciones de sentimenta-
tencia de la estructura formal, armónica y ción de este disco dedicado ínte- lismo como Karajan-Viena. Chailly desde-
de instrumentación de (as tres primeras sin- gramente a Dvorak; grabación que se llevó ña todo anecdotismo étnico, no acentúa las
fonías. Kubelik echa el resto tanto en la dé- a cabo en Glasgow, en el Centro de la Or- sincopas para «hacer más checo» (¿negro,
bil Primera como en la bucólica Sexta o en questa Sinfónica Escocesa. El soviético Nee- amerindio?) como Karajan. Privilegiando un
la dramática e intensa Séptima, por no ha- me Járvi, Director Musical y Principal lado naif (en oposición a Ancerl) y sensual
blar de su versión ab sol u lamen te modélica Director de aquel conjunto británico, nos (alejado de la lectura analítica de Dohnan-
de la Octava. En fin, expresividad, convic- brinda en esta ocasión dos piezas del reper- yi), Chailly logra una versión de gran belle-
ción, encanto, precisión, lucidez y un des- torio de Dvorak muy distintas entre sí: el za plástica. El placer de los músicos y del
mesurado amor por esta música son las poema sinfónico La bruja del mediodía y la director es tan evidente, que este disco debe
constantes propuestas por Kubeük en el pre- Sinfonía número 6. en Re Mayor. La pri- generarse un lugar privilegiado.
sente ciclo, sin contar con una respuesta or- mera de ellas, que se presenta bajo el título
questal de auténtica excepción tanto en las inglés The noon witch —el original La obertura «Carnaval)' tocada de mane-
Sinfonías (brillante e inefable Filarmónica Polednice—, data de 1896 y está inspirada ra espectacular completa este disco excelente.
de Berlín) como en los tres poemas sinfóni- en una balada checa {en realidad, el autor
cos para los que contó con su orquesta de prefería la calificación de balada orquestal P.E.
siempre, la de la Radio Bávara. El sonido a la de poema sinfónico/. Es obra muy vin-
ha mejorado relativamente con relación a los culada a la historia musical británica, ya que,
discos de vinilo, y sustancialmente si lo com- aunque ensayada públicamente el 3 de ju- ELGAR: Concierto para violoncillo en MI
paramos con el horrible que tenían las cas- nio de 1896, por la Orquesta del Conserva- menor, Op. 85. Variaciones Enigma, Op.
settes. Otro aliciente más: los compactos de torio de Praga, conducida por Bennowitz, 36. Jacqueline du Pré (cello). Orquesta de
este álbum son a precio medio, aunque si us- su estreno tuvo lugar en Londres, el 21 de flbdeirui /Op. 851. Orquesta Inarmónica de
ted ya tiene el álbum de 9 LPs, hará bien noviembre de aquel mismo año, con el cé- Londres fOp. 36). Director: Daniel Baren-
en quedarse con él y olvidarse del rayo láser. lebre Sir Henry Wood, el gran impulsor de boim. CBS Maslcrworks Compacto MK
los proms, en el podio directoral. La versión 76519, AÜD. Duración: 6I'49". Grabación
que de ella nos ofrece Járvi es digna y meri- efectuada en concierto público en Filadel-
E.P.A. toria, sin que haya gran cosa que destacar fia los días 27 y 28 dr noviembre de 1970
salvo la profesionalidad del conjunto y el (Op. 85) y en Londres, estadio, ta 1975.
buen hacer del director, en una obra llena
de matices y contrastes que son generalmente
DVORAK: Sinfonía n.' i, op. 10; Obertu- conseguidos. Lo mismo hay que decir de la ELGAR: Concierto para violoncello en Mi
ra «Carnaval», op. 92; Variaciones Sinfó- Sexta Sinfonía, conocida antaño como la menor, Op. 85. Introducción y Allegro, Op.
nicas, op. 78. Orquesta Nacional de Escocia. primera por haber sido la de más pronta pu- 47. Oberturas: In the South. Op. 50 y Frois-
Director: Necme Jan i. CD CHANCOS blicación, y que, curiosamente, no pudo ser sart, Op. 19. Paul Tortdier (cello). Orquesta
SS7S. DDD. estrenada por su destinatario, Hans Rich- Fllanaónin de Londres. Director: Sir
ter (que estaba encantadísimo con la obra Adrián Boult. EMI Studia Compacto CDM
Dvorak compuso su Sinfonía en y que, cuando Dvorak la presentó al piano, 7 691002, ADD. Duración: 74'14". Graba-
Mi bemol Mayor, la única en tres se levantaba continuamente a besar al maes- ciones: Londres, estudio, 1971, 1972 y 1973.
movimientos, entre abril y junio tro), debido a que los filarmónicos vieneses
de 1873, y ta presentó, junto con otros tra- se negaron a ejecutar música de un checo Todas las grabaciones que Jac-
bajos, a un concurso convocado por el Go- que, además, era joven y desconocido. La queline du Preé nos ha dejado
bierno austríaco. Brahms, Hanslick y grabación es de calidad y el resultado, en de- son un tesoro a la memoria de
Herbeck eran los componentes del tribunal, finitiva, satisfactorio. esta gran artista que fue cruelmente priva-
que acabó concediendo la beca al composi- da de muchos años de vida en los cuales su
tor checo. Es la Tercera Sinfonía obra de in- capacidad musical se habría ido haciendo
dudable contaminación wagneriana, mis grande y profunda. Por poner solamen-
dejando aparte la evocación beethoveniana J.A.L.D. te un ejemplo ilustrativo, recordemos sus
de determinados pasajes. Y eso se traduce versiones de tas dos Sonatas para vioioncello de
en una especia] orquestación, con notas do- Brahms acompañada soberbiamente por Da-
bladas y una plantilla reforzada por el arpa niel Barenboim: en pocas grabaciones se en-
y el como ingles; datos todos estos que el DVORAK: Sinfonía n.° 9, Op. 95 -Del contrará tal grado de convicción, apasio-
director debe tener en cuenta para presen- Nuevo Mundo». Obertura Op. 92 «Carna- namiento y profunda musicalidad, contan-
tar un resultado acorde con el espíritu con val». Orquesta dd Conccrtgebouw. Riccar- do también con que su técnica no era com-
que el autor quiso dotar a su obra. Tal es do Ctaailly. CD Decca 421 016-2. DDD. parable a la de un Ros! ropovich o un Tor-
el caso de Neeme Jarvi en esta grabación de 55*07. telier. En cuanto a su lectura de este Con-
la Chandos, realizada los días 7,24,25 y 26 cierto de Elgar nos encontramos de nuevo
de agosto del pasado año, en la Sala Henry La versión princeps de la Nove- con la fogosa intensidad y poesía que carac-
Wood, de Glasgow. Espléndida la Orques- na de Dvorak dirigida por Karel terizan a la mayoría de sus interpretaciones,
ta Nacional de Escocia, con la que Járvi, que Ancerl constituye el parangón teniendo que añadir también que algunos pa-
es su director principal desde 1984, obtuvo obligado para toda nueva grabación. La di- sajes de excesivo víbralo y de control incierto
en 198S el premio a la mejor grabación del rección de Ancerl es ejemplar en la concep- nos hacen aflorar su versión en estudio diri-
aflo de la revista Gramophone, por su Sin- ción de los tempi; en su interpretación gida por Sir John Barbirolli (EMÍ, recien-
fonía número 6, de Prokofiev. En el mis- coexisten simultáneamente alegría y nostal- temente transferida a compacto. A juicio de
mo tono de buen hacer se desarrollan las gia, vitalidad y melancolía, lirismo e ironía, quien esto fiíma la versión de referencia de
oirás dos piezas del disco: las Variaciones misterio y ]\ti. La Filarmónica Checa no se esta partitura). En cuanto al registro de Tor-
Sinfónicas, opus 78, que datan de 1877 y, parece a ninguna otra orquesta: insolencia telier digamos que su interpretación es so-
sobre todo, la brillante obertura «Carnaval», de las trompas, impertinencia del oboe, ele- berbia, asi como el acompañamiento or-
escrita en el verano de 1891 y dedicada a la gancia irónica de los violines... Al lado exis- questal, pero no aparecen en ningún sitio la
Universidad de Praga, en agradecimiento al ten lecturas excelentes: Fricsay (más atento magia y la poesía que iluminan la lectura de
nombramiento de Doctor Honoris Causa en al espíritu que a la letra), Zdenek Macal, Va- Jacqueline du Pré. El disco compacto me-
Filosofía. La calidad de la grabación, como clav Neumann... Otras versiones muy bue- jora el sonido original, dándole mucha más
es habitual en la firma, resulta indiscutible. nas: Kubdik, Kondrashin, Davis, Dohnanyi, presencia y brillantez, tanto en et Concier-
Jarvi. to como en las tres obras orquestales que
completan el disco. Por lo que respecta a las
En medio de tan concurrida asistencia,
J.A.L.D. Riccardo Chailly, embriagado por el soni-

Scherzo 37
DISCOS

Variaciones Enigma hay que rendirse ante Concertó Crosso N." I, Op. 6. Solistas de PRAPHON GEMS 2 SUP 0016. AAD.
la evidencia: es uno de los mejores trabajos Cámara * Praga. Eduard Ftscbw, director. Importador: Turner.
de Daniel Barenboim en su discutida faceta Snprapnon. Compicl-disc 2-0013 (ADD).
de director de orquesta, sólo superada bajo S4'51". Importador: Turner. Sobre esto de las orquestas que
mi punto de vista por la bellísima e increí- locan ellas solas (debería decir-
ble versión de Yehudi Menuhin (Philips, co- Eslamos en presencia de un Han- se: Orquesta Automática de Pra-
mentada en el n." 9 de SCHERZO). En del de interés cuando menos no- ga) también recuerdo haber hablado en oca*
definitiva, dos buenos discos dedicados a la table, servido por unos intér- sión del soberbio trabajo de la Orpheus
música de Elgar, con ligera ventaja para el pretes no muy conocidos. El concepto do- Chamber Orchestra con otras dos sinfonías
de EMI por ser deprecio medio, aunque ar- minante es tradicional y no se sirven de ins- haydínianas (la 44 y la 77: habría que hacer
tísticamente se lleve la palma el de CBS. trumentos originales, pero queda muy atrás un álbum integral te sinfonías capicúas). El
el carácter pomposo de Richter y sus prede- registro que ahora nos ocupa recoge 3 de las
E.P.A. cesores británicos, tan lejanos a los admi- más conocidas piezas de la colección, de las
rables Marriner y Leppard actuales. que todos tenemos multitud de imágenes so-
noras. Apresurémonos por tanto a señalar
Por todo sorprende que sin abandonar que las versiones en cuestión están llenas de
CLUCK: Eco y Narciso. Drama lírico m una óptica conservadora, este Handel sea energía, convicción y autoridad y que, al tra-
tres artos. MasscH, Bonlin, Hoffstcdi, Hog- plenamente actual y coincida en algunos de tarse de algunos de los productos finales hay-
man, Streit, Galllard, Krogen, Tersan, Mi- sus presupuestos con las más vigentes ten- druanos, la interpretación con instrumentos
kino, Niziolefc. Broad, Wdntrin, Brodersm dencias. Se trata de un Hándel luminoso, vi- y afinación modernos y con una concepción
y Park. Concertó Kóln. Director: Rrné Ja- vísimo, de pulsación fuertemente rítmica más bien sinfónica áe la sonoridad entra
cobs. Coro de la Opera de Ham burgo. Har- —la Música Acuática es probablemente la dentro de lo adjetivable como convencional,
monía Muodi 905201.02.1CD. Grabado to más rápida que conozco—, y acentuación dominio en el que, empero, pueden presen-
1987. ADD. Duración: 9 5 ' « " . muy marcada, lo que subraya el eminente tar un muy aprecia ble balance de falta de
aire danzable de muchos números. ampulosidad y grandilocuencia, caracterís-
Eslos dos discos compactos, que Los tiempos lentos, de acuerdo con el ca- ticas habituales en la interpretación de tales
desde ya recomiendo a los lecto- rácter de las celebraciones que vieron nacer obras a cargo de las orquestas de gran ta-
res, han sido grabados en vivo en a esta música, no pretenden demorarse de- maño. Uno, de todos modos, prefiere los in-
el Festival de Schwetzingen, celebrado en la masiado en ensoñaciones poéticas o bucóli- tentos del chico Hogwood, pero eso no
Opera del estado de Hamburgo en junio de cas —excepción hecha del Op. 6—, y ceden merma el valor objetivo de este trabajo. El
1987. Si mi memoria discográftea no me es pronto su puesto al allegro posterior. Mun- cual ya comienza, dicho sea de paso, a pei-
infiel (lo que cada vez resulta más compli- clinger parece haberlo entendido así, favo- nar canas: 1982, reimpresa en digital (fal-
cado ante la avalancha permanente a que nos reciendo ampliamente los pasajes rápidos. so) con motivo del presente lanzamiento.
someten las casas comerciales), es la prime- Quizá eso explique ciertos fallos, como el he-
ra grabación completa de esta opera, que es J.M.S. cho de que buscar los cortes independiente-
la última creación para la escena del refor- mente unos de otros hace comenzar los
mista Gluck. Precisamente la enfermedad movimientos indefectiblemente decapitados
que años más tarde le llevaría a la tumba em- HA YDNr Sinfonías Vol. !X(N.' 42, 45, 46. (es muy poco automático) lo que no sucede
pezó a manifestarse durante los ensayos de 47, SI y 65). L'Estro Armónico. Dtr.: D. So- si se escucha el disco de un tirón. Lo que ya
la ópera en París. Las consecuencias de las no se justifica es lo lentorro que llevan el mi-
lomom. CBS MASTERWORKS. Álbum 3 nuetto de la 95, con lo que su aire de lánd-
luchas entie piccinistas y gluckistas alcan- CD. M 3K 396SS. DDD.
zaron de lleno el estreno de esta pieza. Cuen- ler casi val sable (tan bien logrado en la
tan las crónicas que fue un auténtico fracaso. relativamente reciente versión de Keilberth,
El lector avisado, es decir, aquél por ejemplo) se pierde enteramente, y es una
Y ahora, con el paso del tiempo, resulta has- que atesora la colección de esta
ta cierto punto lógico, puesto que, aparen- lástima.
revista (para el no avisado se re-
temente, nos hallamos ante un drama lírico dacta la presente gacetilla) sabe ya que el ál-
que muchos calificaron de retrógrado y di- bum que se comenta no es otra cosa sino la
rectamente influido por Lully y la tragedia transposición en compacto de aquel traba-
lírica francesa. Un paso atrás. Sin embar- J.L.T.
jo magistral que encomiábamos con todo el
go, la música de Eco y Narciso es exquisi- calor y el entusiasmo propios del caso hace
tamente expresiva, delicada y más moderna ya más de año y medio: nada más, por lo
de lo que sus contemporáneos quisieron juz- tanto, que añadir a lo ya dicho en aquella HUMPERDINCK: Hánsel und Gretel. Eli-
gar. No lo fueron tanto el libreto y la pues- ocasión. Si acaso, señalar cómo la transpo- sa n*lh (¿rümmer, Ellsabeth Schwarzkopf,
ta en escena. sición al nuevo soporte ha mejorado, si ca- Use Schiirhoff, Maríi von Jlosvav, Joscf
be, la claridad y transparencia del anterior Mettcrnich, Aimy Felbermayer. Coros de
Esta representación hamburguesa que re- registro, asi como su posible duración. Ve- Loughton Hi£h School for (iirls j Bancroffs
cogen fielmente estos dos compactos revela rán: el abajo firmante realizaba unos pro- Scbool. Orquesta Filarmonía. Director: Her-
que esta ópera no sólo es digna de conocer- gramas en la radio, en los que hizo escuchar bert von Karajan. EMI CMS 7692932.
se, sino que es fruto de la sabiduría y técni- algunas de estas versiones a un vasto públi- ADD. 10T59".
ca de un compositor en su más alio grado co primero incrédulo y luego enfebrecido, Brigllle Fassnarader, Lucia Popp, Anny
de madurez. La versión que de ella nos ofre- al que no pudo seguir complaciendo en su Scbknun, Julia Ha man, Waller Berry, Nor-
cen Rene Jacobs y el Concertó Kóln va a deseo de volverlas a escuchar, ya que los dis- ma Burro wes, Edita Graberova. Niños Can-
producir, al menos, disparidad de opinio- cos se picaron con haberlos utilizado menos tores de Viena. Orquesta Filarmónica de
nes. Se trata de una lectura historicista, de de media docena de veces. Gracias a esta Víena. Director: Greg Solti. Decca 421
gran calidad instrumental, sin grandes divos nueva edición, el peligro se conjura defini- 111-2. ADD. 10T«".
en lo vocal, pero realizada con la perfección tivamente, lo que se conjuga con el hecho
de un estudioso. El resultado es. para quien de que el abajo firmante ya no trabaja en
esto escribe, excelente; otros echarán de me- la radio. Pero eso es otra historia. Dentro del lote de grabaciones
nos los manidos tópicos a la hora de plani- conmemorativas del ochenta
ficar una representación al estilo clásico. La ¿Se puede saber cuándo van a aparecer los cumpleaños de Karajan se reedi-
grabación, aun con los inconvenientes del álbumes restantes de la serie, los anteriores ta en CD la ópera de Humperdinck, produ-
vivo, está muy bien realizada. Amigo, cóm- y posteriores al 10." (comentado en SCHER- cida por Walter Legge en 1953. Un año par-
prese estos dos compactos y disfrute. ZO n.° 11) y a este 9.° del que nuevamente ticularmente feliz para el mundo disco-
nos estamos ocupando? Eso también pare- gráfico que vio nacer, por obra y gracia del
ce ser otra historia. director artístico inglés, la Tosca de Callas
C.Q.LL.O. y De Sabsta, La viuda alegre de Schwarz-
kopf y Gedda, por no citar maí que estos
J.L.T. dos monumentos del apartado lírico. Por-
HÁNDEL: Música Acuática (Suile n.' 1), que inmediatamente el registro de Hansel y
Música para los Reales Fuegos Artificiales. HAYDN: Sinfonían."93, 94y 95. Orques- Gretel a que nos referimos se elevó a la ca-
Ars Rediviva. Milán Munclingcr, director. ta de Cámara de Praga (sin director). SU- tegoría de hito comparativo. El paso del

38 Scherzo
DISCOS

tiempo, con la sucesiva aparición de nuevas cón como la critica discográfica. Pasar del ya circulan compactos de ISO minutos (2).
versiones de una obra mimada por el me- uno al otro disco, alternar y comparar y re- Asi es que den la bronca, y exijan, y acos-
dio (Cluytens, Suitner, Wallberg, Eíchhom, tornar sobre un mismo fragmento provoca tumbrémonos a llamar ladrones a los la-
Prilchard, etc.) no ha hecho más que afian- una especie de vértigo que es, también, una drones.
zarlo. ¿Dónde eslá el secreto? La respuesta de las más puras emociones estrictamente
no tiene misterios: las dos intérpretes prin- musicales que pueden experimentarse: com- J.L.T.
cipales y el director y tras ellos la inteligen- probar, sobre la práctica inmediata, cómo
cia de un productor que sabe su oficio en la música comienza allí donde la escritura 11) Véase lo dicho en la critica dd disco de la Ita-
el más alto sentido que es el de crear una no alcanza, lo que resulta aún más fascina- liana de Mendelssohn en este mismo número.
obra de arte, no solamente algo vendible. dor ante un compositor como Mahler, tan (2) La reimpresión del legendario Fidelio de
Las dos Elisabeth, las voces frescas, inmacu- neuróticamente obsesionado por las indica- FurtwanglH
ladas, frasean a cincel un lexto que ya es me- ciones de expresión.
lodía, dejándose llevar por la música, desen-
trañando el mínimo matiz, no olvidando En fín: es el caso que nos hallamos ante MAHLER: Sinfonía n." 6. Adagio ó> la Sin-
nada al azar, sostenidas, vigiladas, por una dos versiones, separadas por algo más de sie- fonía n." 10. Philharntonia Orcheslrm. Di-
batuta sensible, de una poesía arrebatado- te años, que testimonian actitudes casi irre- rector: Ciuseppc Sino poli, Deulscht Gram-
ra; y los tres, además, se divierten, disfrutan conciliables ante una misma partitura. mophon 423082-2, álbum de 2 discos com-
con es!a partitura magistral. Sólo existe la Neumann (que tenía 60 años al efectuar la pactos DDD. Duraciones; 58'43" y 67'23".
palabra milagro para definir los resultados. presente grabación, procedente de 1980) es Grabaciones: Wslford Tuwn Hall, landres,
algo asi como el último mahleriano históri- stpliembrt de 1986 (Sexta) y abril de 19S7
La versión Sol ti, al contrarío, parece es- co, que recogiera la herencia sonora del (Décima/.
tar concebida más realísticamente. La or- maestro a través de Leipzig y Amsterdam,
questa se aproxima al sonido wagneriano, por una parte, y de su propio origen checo
mientras que en Karajan. curiosamente, re- por la otra. Ozawa, por su parte, ha entra- Aquellos que conocen (profun-
mire a atmósferas del Strauss más lírico. Las do en contacto con el gran bohemio vinien- damente) a Mahler suelen con-
protagonistas de Solti (Fassbaender, Popp) do fundamentalmente de su dedicación a la siderar la Sexta como una obra
aparecen mejor diferenciadas tímbricamcn- música actual. Dos caminos divergentes que apabullante, inmensamente poderosa y ex-
le, sugiriendo así con propiedad el sexo y si- se unen por su base: Mahler, último repre- tremadamente personal. Durante años mu-
cologia de los personajes. Pero, baste como sentante del romanticismo tardío, amigo y chos directores entre los que se encontraban
ejemplo, la escena inicial, el largo dúo en- protector de Smetana, suerte de océano fi- Bruno Walter y Otto Klemperer la evitaron,
(re los niflos, nos sirve de baremo para se- nal en el que los elementos nacionalistas se y hasta la llegada de la grabación de Char-
ñalar los límites entre lo bueno y lo perfecto. diluyen; Mahler, pionero de una música ba- les Adler a finales de los cincuenta no tuvi-
sada en la masa, la densidad, el color y las mos en Europa un buen registro de estudio
En el resto del reparto la balanza puede superficies, maestro e inspirador de Schón- desde el punto de vista interpretativo (ni que
indinarse a favor de una u otra versión, den- berg y de Bcrg. La disparidad de enfoques decir tiene que la susodicha grabación de Ad-
tro del nivel excelente de ambas. En este sen- y criterios engendra lecturas opuestas pero ler no fue publicada nunca en España, ni en
tido, la madre de Uosvay está planteada con —y ese es su interés— absolutamente ma- vida de Franco ni una vez muerto el dicta-
mayor ternura que la gruñona y vociferan- gistrales en uno y otro caso. dor, o sea, que todavía estamos esperando).
te de Hamari. Metternich es el padre, un po- El sentido de la Sexta como una obra tur-
co lineal en lo expresivo si comparamos con Pero lo fascinante está en otra parte: leí- bulenta y llena de emociones impredecibles
el variado e imaginativo de Berry. La bru- do lo que antecede, y conociendo al chino aún se capia en lecturas de directores como
ja de Schürhoff pone su acento en la decre- manchú, uno esperaría la violencia por pane Tennstedt (EMI) o esta que comentamos de
pitud del personaje, mientras que Anny de éste y el refinamiento y la delicuescencia Sinopoli, pero es más frecuente entre los
Schlemm recalca lo pavoroso, suavizándo- por la del checo de marras. Bueno, es jus- mahlerianos posteriores a la generación de
lo con cierto sentido del humor. Con Kara- tamente al contrario: la energía, la brutali- los cincuenta considerar la obra como un en-
jan, Anny Felbermayer asume los dos roles dad, la tensión de Neumann hielan la sangre; sayo en el estilo trágico clásico. Esta es la
del hombre de Arena y del Rocío con (oda pero la matizad]sima, misteriosísima, sub- aproximación adoptada de modo ejemplar
la poesía y clima que marca la batuta. Sol- yugadora delicadeza de Ozawa mantienen el por maestros como Szell (CBS), Abbado
ti, en estos personajes, cuenta con cantan- ánimo suspenso hasta el último compás. Ve- (DG) o Karajan (también DG, lectura muy
tes distintas: Bunowes y Gruberova, respec- los y tinieblas por una parte, austera fero- cercana a la Segunda Escuela de Viena), sin
tivamente. Un auténlico lujo las dos. cidad por otra: ambas visiones llenas de olvidar a Bernard Haitínk (Philips), cuya
lógica, de comprensión, de musicalidad de grabación de 1969 recientemente transferi-
Técnicamente, aunque EM1 ha cuidado el da a compacto es considerada por la crítica
procesado, los veinticinco años que separan la mejor ley, esa que arranca del conocimien- británica como la mejor de todas las cila-
una de otra, cuentan a favor de la de Solti. to minucioso de la obra para plantear un ina- das (ver comentario de Richard Osborne en
tacable itinerario de sentido. Ozawa no Uega el número de enero de la revista Gramop-
Una aclaración final: en la caja de EMI, al tortísimo (ni al vivace) más que en dos o
erróneamente, se atribuye el papel de Han- tres momentos precisos de la obra: arran- hone). La interpretación de Sinopoli comien-
sel a Schwarzkopf (incluso en el libreto se que de la reexposición del primer movimien- za de modo muy aséptico, aunque según va
la califica de mezzosoprano) y Greleí a to, acorde disonante del tercero, coro final transcurriendo la obra la lectura va adqui-
Grummer. Es un fallo insólito que el oyen- del último. Osea: sólo donde tiene que ser. riendo considerable temperatura; los tempi
te corregirá de inmediato. Neumann, por su lado, casi no condescen- son en ocasiones muy lentos, pero nuestro
de al pianíssimo (ni al adagio) más que en director, como en su día hiciera Barbirolli
F.F. instantes sumamente localizados: trío del se- en su versión discográfica con esta misma
gundo movimiento, fanfarria previa a la en- orquesta, sabe sostener la estructura median-
trada del coro. O sea: solamente donde tiene te una tensión interna más propia del que-
que ser. hacer direclorial de los grandes maestros que
MAHLER: Sinfonía n.° 2 «Resurrección». del de un joven director de cuarenta años.
E. Randova, G. Benackova. Coro y Orq. Fi- Es una lectura de inmenso poder y concen-
larmónica Checa. Dir.: V. [Neumun. SU- Naturalmente, Ozawa se beneficia de una tración, sin la extroversión ni la brillantez
PRAPHON GEMS 2 SL'P 0020. AAD. grabación (muy reciente: 1987) mucho más de la de un Solti (Decca), más cercana al sub-
Importador: Tnrner. espectacular, amen de una orquesta con unos jetivismo del citado Sir John que a los plan-
MAHLtR: Sinfonía n." 2 «Resurrección». metales de antología. La transferencia del teamientos dialécticos de un Szell. Es, en
K.T. kanawa, M. Home. Coro del Festival registro de Neumann la ha achatada consi- definitiva, una versión más profunda que in-
de Tanglewood. Orq. Sinfónica de Boston. derablemente: parece un problema de la casa tensa, con una grabación muy clara y espa-
Dir. S. Ozawa. Álbum 2 CD. PHILIPS 420 (1). En comparación, los solistas checos es- ciosa en la que se ha captado perfectamente
S24-2. DDD. tán mucho mejor que las cansadas y gango- como en cualquiera de las grabaciones EMI
sas vocecillas bosionianas. d oscuro sonido que la Philharmonia ha da-
Escuchar una tras otra estas dos V ahora, amigos, ¿qué elegir? Bueno, ten- do tradicionalmente en Mahler, ya sea con
versiones tan diferentes de una gan en cuenta una cosa: la versión checa es- Barbirolli o con Klemperer. Notable traduc-
misma música es uno de esos pla- tá en un solo disco. Los de Philips, tan cacos ción del mórbido Adagio de la Décima. La
ceres (además, enormemente didácticos) que como todos los demás, la sacan en álbum
justifican y hacen grato trabajo tan bobali- doble. Les notifico, por si no lo sabían, que

Scherzo 39
DISCOS

conclusión es que estamos ante una excelente LPs junto a los insuperados Rückert Lieder «un rosal sin espinas y sin rosas». Marjana
versión de la Sexta que no desbanca a las de Janet Baker. Ahora aparece felizmente Lipovsek canta con voz suficiente y de re-
clásicas de Siell (CBS), Horenstein (Uni- reeditado en la magnífica colección Sludio, dondo timbre, con emisión neta y, sobre to-
corn), Bemstein (CBS), Barbirolli (EMI) o en un solo compacto de espectacular soni- do, con una propiedad en el decir y una
Haitink (Philips), peco que merece un lugar do y generosa duración (lo sentimos por los intención de lectura que hacen honda y mi-
muy destacado entre las modernas interpre- detractores del nuevo soporte, pero en ca- nuciosa su intervención. En un segundo pla-
taciones mahierianas. sos como el que nos ocupa hay que rendirse no, Zagrosek escucha a Rilke, después a
ante la evidencia), además de ser de precio Lipovsek y, por fin, a Martin, que le encar-
E.P.A. medio. Como ya dijimos en su día, una de ga bajar un decorado audible, tenue y co-
las características de las sinfonías de Mah- medido, apropiado a cada escena del relato.
MAHLER: Des Knaben Wunderhorn. Eli- ler es el amor a la vida patente en ellas, y Y Zagrosek obedece con toda su sabiduría.
sabclh Schwarzkopf (soprano). Dielrích esto está especialmente reflejado de mane-
Fischer-Dieskau (barítono). Orquesta Sinfó- ra muy profunda en la grabación de Barbi-
rolli de la Quinta, verdaderamente una gran B.M.
nica de Londres. Director: George Szell. interpretación, llena de ejemplos maravillo-
EMI compacto CDC 7 47177 2, ADD. Du- sos de su interior proyectado hacia la músi-
ración: 49'5S". Grabado en la Kíngsway ca, interior que se hace explícito con MENDELSSOHN: Sinfoníasn.'4«Italia-
Hall de Londres en n i n a de 1968. Kepro- escrupuloso cuidado en las texturas, en los na» y n. ' S «De la Reforma». Orquesta Fi-
cesado a digital «i 198». matices más sutiles del fraseo, en la espa- larmónica Checa. Dir.: Gactano Delogu.
ciosidad y agudo sentido del contraste; pa- SUPRAPHON CEMS 2 SUP 0010. AAD.
A principios de la década de los rece leer en el alma de Mahler y transmitir Importador: Turaer.
setenta y con ocasión de la pu- a la orquesta para crear la variedad de esta-
blicación en España de este cé- do anímico como si fuera de manera instin- Trátase de una grabación de
lebre registro, José Luis Pérez de Arteaga tiva. Es una versión de enorme con- 1977, reimpresa ahora en digital
escribió desde las páginas de la revista Rit- centración personal, poder apasionado espurio. En estos casos puede
mo un elogioso comentario sobre esta pro- y musicalidad inteleciual, sin distorsionar la pasar de todo y, en efecto, pasa. Verán: la
ducción de Walier Legge con música de música enfalizando pasajes especialmente orquesta es decente, muy decente, incluso
Gustav Mahler e interpretación de Elisabeth brillantes y, por supuesto, sin romper la es- buena, comportándose con notable aseo en
Schwarzkopf, Dielrich Fischer-Dieskau y tructura general con superfluos detalles vir- esas dificilísimas transparencias del alígero
George Szell (¡vaya tres nombres!), dicien- tuosíslicos, a pesar de que esta versión no Mendelssohn, aunque sea un poco chillona
do que transcurridos algunos años este dis- posea la férrea unidad de, por ejemplo, la a veces en los fortes (y, en todo caso, mejor
co tendría carácter de grabación histórica. clásica lectura de Bruno Walter o de la tam- la cuerda que las maderas). El Delogu en
Y efectivamente ha sucedido así: han pasa- bién sobresaliente interpretación de Eliahu cuestión, a quien no tengo el gusto, lleva las
do veinte años y algunos meses desde la gra- Inbal (Denon, versión que no reseñamos, ya obras con brío y vitalidad, bien entendidas,
bación de las doce canciones del Knaben que el importador español del citado sello bien explicadas y, aunque tampoco sea una
Wunderhom dirigidas por Szell y, por el mo- no considera oportuno que SCHERZO co- cosa del otro mundo, se dejan oir bastante
mento, la lección del creador de la Orques- mente sus discos). A pesar de lodo, la lec- bien dentro de su conpepdón'antisentimen-
ta de Cleveland ha sentado cátedra. Y si no tura de Sir John nos parece uno de los más tal. Pero miren: la grabación (o su transfe-
repásese el catálogo clásico: ni el sólido e conmovedores testimonios mahlerianos, de rencia, poco importa) es de una opacidad
idiomático Bernard Haitink (con una subli- adquisición obligada. Imprescindible. notable, con pocos y tristones graves, esca-
me Jessye Norman y un terrorífico John sos armónicos (lo que da un sonido pobre-
Shirley Quirk), ni el desigual Leonard Bern- tón y chato), toscorra, como sucilla, nebu-
stein con Chrísta Ludwig y Walter Berry (pu- losa y así. En tales condiciones, ¿qué senti-
blicado por CBS en dos LPs conteniendo la E.P.A. do tiene traer esta versión al mercado? Co-
versión de piano y la orquestal), igualan la mo uno no es demasiado culto en esto de los
asombrosa dirección del maestro húngaro discos, las grabaciones y los directores no
(las notables lecturas de Prohaska, Morris MARTIN: Die Weise von Liebe und Tod puede decir si se tratará de una versión his-
o Tennsiedt se alejan bástanle de cualquie- des Coméis Chrisioph Riike. Marj ana Li- tórica de Checoslovaquia (país en el que, por
ra de las mencionadas con anterioridad). En povsek (contralto) y Orquesta Sinfónica de desdicha, tampoco ha estado), así es que no
fin, el disco que ahora comentamos posee la Radio Austríaca, dirigida por LotHar Za- entiendo este lanzamiento, habiendo versio-
innumerables virtudes y pocas reservas (una grosek. Orfeo, Stereo Digital, S 164881 A. nes como la reciente del ciclo mendelssoh-
de ellas sería la designación de la Schwarz- Duración: 58.42 minutos. niano por Solti que es de muchísimo asom-
kopf, soprano Úrica, para cantar lieder des- bro, admiración y contentamiento. Queda
tinados a voz de contralto; escollo que la Cuando el suizo Frank Martin emprendió expresada la perplejidad del presente cronis-
soprano alemana salva gracias a que la to- la composición de esla obra (1942) basada ta, ante interpretaciones de tan defendible
nalidad de varias canciones se ha cambia- en el texto de Rilke /Lamento de amor y fluidez y tan deslucido resultado auditivo
do), así que digamos para finalizar que muerte del cómela Cristóbal Rilke) debió (que afecta mucho más a la Italiana, vaya
estamos en presencia de uno de los hitos fun- sortear dos dificultades: la conciliación de por Dios). En fin, que ya que andamos con
damentales en toda la discografia mahlena- las técnicas dodecafónicas, que venia de ad- el celestial Mendelssohn, recordemos de paso
na y también que el sonido de este compacto quirir, con anteriores influencias tardorro- a Douglas Sirk y hablemos de Tarnished an-
ha mejorado considerablemente comparado mánticas e impresionistas, y el carácter gels, de ángeles empañados.
con el LP original de prensado español (pa- narrativo y literario del maravilloso texto ril-
ra los reticentes del soporte compacto diga- keano, demasiado largo para ciclo de can-
mos que existe versión reprocesada en LP). ciones y carente de asidero dramático como
para cantata. J.L.T.
La obra estuvo concluida en 1943 y la es-
E.P.A. trenó Paul Sacher dos anos después. Su suer-
te ha sido el olvido y este disco viene a MENDELSSOHN: Concierto para piano y
rescatarla con los honores de una lectura orquesta, n. ° I, op. 25; Capricho brillante
MAHLER: Sinfonía n. " S. New Philharaio- muy solvente. La partitura es prudente y de para piano y orquesta, op. 22; Concierto pa-
nia Orchestra. Director: Sir John Barbiro- alcances modestos. Da a la voz el rol del re- ro piano y orquesta, n.' 2. op. 40. Cypríea
lli. EMI Sludio CDM 7 69186 2, comparto citante y a la orquesta, el de ambientador Katsaris y Orquesta de la Gewandhaus dt
ADD. Duración: 74'17". Grabación efec- descriptivo. El protagonista de todo es el ver- Leipzig. Director: Kurt Masar. CD TEL-
tuada en la Watford Town Hall de Londres bo rílkeano, al cual Martin sirve con humil- DEC 8. 43681. DDD.
en julio de 1969. Reprocesado a digital en dad y arropa con unas atmósferas sonoras
IMS. oportunas y discretas. Por paradoja, esta- Aunque fundada en la segunda
mos anle un objeto más literario que musi- mitad del siglo XVIII, fue bajo
cal y meaos cantable que legible. la dirección de Mendelssohn
Este registro ya fue comentado
ampliamente en el número S de La versión sirve a los propósitos del tra- —de 1835 a 1843— cuando la Gewandhaus
nuestra revista al editarse en la bajo y al estilo, ecléctico e impersonal, de recibió el impulso suficiente para colocarse
sene económica de EMI en un álbum de 2 Martin. Ya decia André Gide que Suiza es entre las más prestigiosas orquestas euro-

40 Scherzo
DISCOS

peas. De ahí que este disco resulte especial- La gran profesionatidad y elevada forma- apreciación, se desprende de la audición
mente entrañable, a lo que contribuye, ción musical que en múltiples ocasiones, tan- completa del registro algo como de falta de
además, la aportación del gran mendelssoh- to en concierto como en disco, han de- personalidad, como de escasez de unidad u
niano Kurt Masm, sobre todo desde que se mostrado la Chapelle Royale y el Collegium homogeneidad de los elementos vocales que
pusiera al freme de la Gewandhaus, en 1970. Vocale, queda patente, una vez más, en la integran el conjunto. Probablemente porque
Y, junco a él. Cyprien Katsaris. el marsellés interpretación de estas páginas mendelssoh- la batuta está demasiado pendiente del can-
formado en París, aunque sus primeros es- nianas. El Enseñable Orchestral de París y tante, al que acompaña con excesiva sumi-
tudios musicales se produjeron en lugar de la batura de Philippe Herreweghe ponen el sión. Y en este sentido el reparto no podía
menor tradición musical, pero no exento de broche de oro en la ejecución de las obras. ser más híbrido que el reunido para la
exotismos* el Camerún, donde permaneció El conocimiento del barroco por estas agru- ocasión.
hasta que, en 1964, ingresara en el Conser- paciones es fundamental en la lectura de las Pavarotti cantó en Glyndebourne con el
vatorio de la capital francesa. Bien; pues es- composiciones que nos ocupan, dada la clara propio Pritchard en 1964 Idamante (que el
tos son los protagonistas de este compacto, influencia de Bach y de Haendel que se ob- catálogo Melodiam presenta en CD tam-
en grabación digital, que contiene tres gran- serva en algunos números. Asi, el aria de so- bién) y al iniciarse la década actual incor-
des piezas pianísticas de Mendelssohn. Por prano del Salmo 42, Meine Seele dürsiei poró I domeneo a su repertorio y lo ofrece
un lado, los dos Concienos, opus 25 y 40, nach Gotl, acompañada por el oboe, recuer- con cierta regularidad. Los resultados son
que datan de 1831 y 1837, respectivamente. da, tanto por la forma como por el estilo, inmediatamente atractivos. Por la belleza del
Los dos nacieron a raíz de un viaje. El pri- este mismo procedimiento tantas veces uti- instrumento y el derroche de expresividad
mero, bajo la inspiración italiana de su re- lizado por Bach en sus cantatas. Del mis- que el tenor viene en las partes recitativas,
corrido por Venecia, Florencia, Roma, mo modo, el coro Was betrubts du dich, de que pocas veces se han escuchado expues-
Ñapóles, Genova y Milán, aunque la parti- este mismo Salmo, es claramente haendelia- tos con tal sinceridad y entusiasmo. El he-
tura fuera redactada a la vuelta, en Alema- no. Pero esio no desvirtúa en ningún mo- cho de que resulten poco mozanianos no les
nia, en tan sólo tres días; y el segundo, mento el carácter original de la creación hace perder eficacia. En la parte propiamen-
durante su viaje de bodas por la Selva Ne- mendelssohniana. En este sentido el conjun- te cantable, Pavarotti ha de plegar una voz
gra. Y, entre ambos, el Capricho brillante to que dirige Philippe Herreweghe logia un demasiado grande y poco flexible a la sinuo-
para piano y orquesta, opus 22, escrito en perfecto equilibrio entre la tradición barro- sa melodía mozarúana y en este apartado el
abril de 1832, en París, para su estreno en ca y el espíritu romántico que subyace en es- servicio es menos logrado, aunque queda en
Londres; una pieza más convencional, que tas páginas. pie la honradez de propósitos y la sinceri-
recuerda inevitablemente a Weber y a Beet- dad del concepto.
hoven. Naturalmente, la personalidad de los Ambas agrupaciones corales, de dimen-
intérpretes de este disco era ya una garantía siones reducidas y voz muy bien empasta- Lucia Popp es llia y de todo el equipo la
de buen resultado, como así ocurre en efec- da, contribuyen a realzar la belleza de las que demuestra poseer el estilo apropiado.
to. Katsaris toca con precisión y elegancia, obras. En cuanto a los solistas, mención es- Siempre de musicalidad intachable, expre-
bien acoplado a la orquesta, controlada há- pecial merece la soprano Eiddwen Harrhy, siva y con la voz suficiente, aunque el per-
bilmente por Masur. Y el sonido es acepta- que, junto con el tenor, canta un bellísimo sonaje resulta mejor servido cuando se posee
ble, aunque no uno de los mejores logros de dúo en el Salmo 115, además de su aria so- un instrumento más cálido y pleno, Idaman-
la marca. lista en el Salmo 42, arriba mencionada. El te en esta ocasión está a cargo de una mez-
barítono Peter Kooy queda en un plano li- zosoprano y Agnes Baltsa acierta en dar al
geramente inferior respecto a sus compañe- héroe su dimensión conmovedora, al mis-
ros, aunque salva con dignidad sus escasas mo tiempo que límbricamente tiene una pre-
J.A.L.D. intervenciones. sencia sonora que se ajusta a la del tenor.
A Edita Gruberova le sobran vos y mane-
En lo que afecta al sonido, tampoco hay ras para Elettra y su triple perfil (airada, so-
MENDELSSOHN: Salmos. Elddwen nada que objetar. El único punto digno de ñadora, enloquecida). Pero, lo que se intuia
Harrny, soprano. Herví Lamy, tenor. Pe- reparo es el relativo a los comentarios del extraordinario, no pasa de lo correcto; qui-
ler Kooy, barítono. La Chapdk Royale. Co- disco: son escasos y algo pobres de conteni- zás por no haber trabajado lo suficiente un
Uegium V órale. Ensemble Orcheslral de do. Dejando esto a un lado, creo que vale personaje que no debe figurar habiiualmente
París. Director: PhUippe Herreweghe. Har- la pena conocer a este Mendelssohn. en su repertorio teatral. Si Tímothy Jenkins
monio- Muadi 901272. Compacto DOD (Sacerdote de Neptuno) y Nikita Storojew
F.C.V. (El Oráculo) dan el esperado relieve a sus
episódicos papeles, no puede decirse lo mis-
En el campo de la música vocal, mo de Leo Nucci en Arbace. Ya es critica-
Mendelssohn constituye un capí- MOZART: ¡domeneo. Pavarotti, Baltsa, ble confiar el cometido a un barítono y más
tulo poco conocido, si se excep- Popp, Grubtrova, Nucci. Coro de la Ope- a un intérprete de la grosería e indisciplina
túan, claro está, sus dos grandes oratorios, ra de Vlena. Filarmónica de Viena. Direc- de éste, con el agravante de incluir, al pre-
Elias y Paulus. Pero, además de estas dos tor: Sir John Pritchud. DECCA 411 805-2. sentarse la partitura completa, sus dos arias.
excelsas creaciones, existen en su catálogo Nucci, definitivamente, no da pie con bola
DDD. DuraciÓD total: 183*53". tanto vocal como estilísticamente.
oirás páginas escritas para la voz humana,
como son tas obras contenidas en el com- Ya es habitual que las grabacio-
pacto de referencia. nes protagonizadas por Pavarotti Interesante versión, ya se ha dicho, pero,
aparezcan en el mercado con no- a pesar de no contar con tantas estrellas, es
La huella del modelo barroco en la obra preferible en conjunto la versión más pró-
vocal de Mendelssohn es reconocible, a pe- table retraso con respecto a la fecha de su
realización. El presente ¡domeneo no es una xima en el tiempo: la de Harnoncourt, que
sar de que en su época la cultura musical del asimismo se halla en CD y que incluye el ba-
barroco significaba un mundo pretérito, dis- excepción. Registrado entre junio y septiem-
bre de 1983 se presenta ahora al público. Que llet final, catalogado como KV Í67.
tante, casi perdido, en cuyo redescubrimien-
to se interesó de forma activa con la con- el retraso se deba a reticencias o caprichos
sabida interpretación de la Pasión según San del divo o cualquier otra circunstancia se se- F.F.
Mateo, de Bach. El arte polifónico, las for- ñala aquí como mero dalo curioso o anec-
mas expresivas de los maestros barrocos, dótico, porque, de partida, se califica ya la
eran para ¿I —para el romántico—, elemen- versión de interesante, con las punlualiza- MOZART: Conciertos para piano n.° ¡5 en
tos arcaicos, que supo utilizar hábilmente ciones que vienen a continuación. Si bemol mayor K. 450 y n.' 22 en Mi be-
para dar a su estilo un sello personal indis- Comencemos con la dirección de John mol mayor K. 4S2. Rndolf Scrkin, piano.
cutible. En sus oratorios y obras vocales hay Prilchard, prestigioso mozartiano inglés, de Orquesta Sinfónica de Londres. Director:
siempre una mirada hacia el pasado, pero sólida andadura en un medio donde abun- Claudio Abbado. DG 415 488-2. CD DDD.
esto de ninguna manera se puede calificar dan los especialistas en la obra del salzbur- W42"
de epígonal. gues. Pues bien, la lectura de Pritchard es,
Ademas de los Salmos 42 y 115, esle com- en general, rigurosa, equilibrada, limpia, que Una muestra más de los resulta-
pacto incluye dos moteles: Verteihn uns Fríe- pone especial acento en traducir el potencial S08C dos artísticos que puede produ-
den gnádiglich y el bellisimo A ve María, op. trágico o patético que es la característica más cir la unión de dos músicos tan
23 núm. 2. inmediata de la pan ¡tura. No obstante la sensibles y analíticos al tiempo como Serkin

Scherzo 41
DISCOS

y Abbado, que prosiguen su aproximación PUCCINI: Turando! (fragmentos). Eva ofrece las Variaciones más seductoras. Los
a algunas de las más significan vas obras con- Turner, Giovanni Marlinelli, Licia Albane- tempi son más vivos, más variados que los
certantes para piano y orquesta de Mozari. se, MafeMa Favero. solistas, coro y orquesta de Ashkenazy: con mucha inteligencia e in-
aunque los registros contenidos en este com- Filarmónica de Londres (John Barbirolli), tuición, en vez de integrar el Intermezzo co-
pacto daten de octubre de 1984 (K. 482) y EMI Références, CDH 7610742 PM 517. mo una variación más, Cherkasky lo toca
febrero de 1985 (K. 45® y no hayan sido edi- Duración: S4'21. con la fantasía de una cadenza, anticipan-
tados hasta el 87 por Polydor. Se mantie- do asi las Variaciones «Paganini».
nen las constantes interpretativas de la El 5 y el 10 de mayo de 1937, con Completan el programa los Esludios-
pareja: excelente balance plano-orquesta, motivo de la coronación de Jor- Cuadros magistral mente tocados, pero si se
claridad, belleza sonora, fraseo elegante, ho- ge VI, se representó en el Covent
mogeneidad de criterios, clima prerromán- quiere más fuego, habrá que volver a escu-
tico... Distintas en su mayoría a las que el Garden la pucciniana Turando!. Estos frag- char las antiguas versiones de Richter o del
mismo director —en recreaciones más irre- mentos corresponden a aquellas dos sesio- mismo Ashkenazy.
gulares, p«ro en ciertos aspectos más nes y, por inescrutables carambolas
geniales— había logrado en su unión con empresariales, resulta que varios números se P.B.
Gulda y la Filarmónica de Viena para los escuchan repetidos, sin beneficio aparente
conciertos 20, 21 o 27 hace unos 12 aflos. alguno, en tanto apenas se oye a la Favero,
Y a las más incisivas y estimulantes que el salvo cuando se pone a llorar en el primer ROSSINI: Oberturas de óperas: II barbiere
propio Serkin grabara hace más tiempo con acto e Impregna de mocos la romanza del di Siviglia; Guillaume Telí; La gazza ¡adra;
Szell (19, 20) o con Scheneider (18). La at- lenor. La Cenerentola; ¿'italiana in Algeri; La
mósfera, entre clásica > romántica, que ba- Nunca mejor aplicado el nombre de refe- cambíale di matrimonio; La scala di seta; Se-
ña estas versiones, la brillantez, el magnifico rencias que a esta azarosa grabación en vi- miramide. Orquesta Filarmónica de Plovdiv.
equilibrio, la amplitud conceptual son cua- vo, cuyas voces mejoran notablemente, en Dir.: Russlan Raytchev. HARMONÍA
lidades que distinguen el estilo conjunta de presencia, gracias al compacto, apañe de in- MUNDO FRANCE CD 190466.
tan excelentes mus I coi y que, de inmedia- teresantes alejamientos/acercamientos, cru-
to, DOS ganan; a pesar de que los tempí ele- jidos de planchuelas y toses, entre ellas, En los años SO Europa fue redes-
fkk>$ sean por lo general en exceso morosos quizá, la de Sus imperiales Majestades (un cubriendo lentamente la música
ydeque nos dé siempre la impresión de que cuarto de la población mundial las obede- de Rossini después de un largo
los allegros son por definición modéralos y cía entonces). periodo en que sóio se conocían versiones
los andantes tiendan a convertirse en ada- altamente mutiladas del Barbiere y cuatro
gios. La duración —casi 40 minulos— que Turner es, tal vez, la Turando! por exce- oberturas sueltas. Hubo luego directores de
con estas premisas tiene este n. ° 22 —en to- lencia. Descontando a Jeriiza y Raisa, an- orquesta que realizaron una valiosa labor de
do caso, uno de los conciertos más largas teriores, luego sólo Nilsson es equiparable divulgación del otro Rossini, y en este cam-
de Mozart— es probablemente la mayor de a ella en medios, aunque la inglesa la supe- po los hubo que intentaron acercar Rossini
las que se recuerdan en disco. Por otro la- ra por su impecable dicción italiana y por a Mozart, como Vittorio Gui y otros que su-
do, Serkin, con 80 años muy cumplidos en la intensidad de su fraseo. La voz es Impe- pieron hallar en la propia maniera del com-
el momento de las tomas, de ciertas mues- rial, omnipotente, emitida con un relax positor el secreto de su profunda
tras de debilidad, aunque su sonido sea cris- ejemplar, atrevida y segura. La presencia del musicalidad y de su innata jovialidad como,
talino y su fraseo ejemplar; su pulsación se personaje, arrógame e impetuosa. Los ma- por ejemplo, recientemente, Claudio Abba-
evidencia irregular. Versiones, pues, atrac- tices de evocación y de súplica, encantado- do. Aparentemente, todo este proceso siguen
tivas, bellas, hermosamente trazadas; en ins- res. En fin, todo lo que usted quiso oír de ignorándolo en Plovdiv (Bulgaria), donde la
tantes, de aliento casi beethoveniano. De Turando! y apenas pudo imaginar. Orquesta Filarmónica local, a las órdenes de
luminoso sonido. A gozar plenamente sin ol- Junto a Turner, Martinelli, a pesar de losRusslan Raytchev, ha tenido la poco afor-
vidar las interpretaciones más dinámicas e años, luce el arrojo del tenor heroico italia-tunada iniciativa de grabar un disco con ia
incisivas, más clásica; en tal sentido, de no, unido a una voz de torrente, con un agu- más marmórea, plúmbea y amazacotada
Brendel-Marriner o las históricas de do belicoso, sugestivas resonancias de nariz versión de las populares oberturas rossinia-
Casadesus-Szell. O las opciones Perahia y y una peculiar forma de emitir, con míni- nas que haya yo escuchado hasta ahora. Es
Barenboim. mo víbralo, lo que acentúa el ímpetu del so- indudable que el director es incapaz de im-
nido. El duelo con Turandoi durante los primir a su música la menor chispa vital, la
enigmas es de una intensidad electrizante. menor alegría. Rossini es ritmo, es ingenio,
es una curiosa mezcla de gracia diecioches-
Bien, Al báñese, típica soprano Italiana de
A.R. la época, sentimental y vibrátil. Barbirolli ca y revolución industrial, de elegancia aris-
conduce con lentitud majestuosa, explora los tocrática y de savia popular. En la obertura
rincones, trabaja los timbres, acentúa los del Barbiere que abre el disco nos sorpren-
contrastes, espera y ayuda a los cantantes. de ya desagradablemente la orquesta con sus
PAGANINI: 24 Caprichos, op. I. Micltie- frases de metrónomo, su total falta de ins-
la PaetKh. CD TELDEC B. 43922. DDD. En fin, maestría desde todos los ángulos y piración. Pero lo peor está todavía por lle-
en cantidades generosas. gan: La gazza ladra, de la que tan brillantes
Por más que resulte simpática la B.M.versiones se han dado (desde sir Thomas
personalidad, e incluso la inter- Beecham hasta el citado Claudio Abbado)
pretación, de esta joven artista, RACHMAN1NOV: Variaciones «Coretli». empieza con unos redobles de tambor y unos
Michaela Paetsch, no por ello se puede elo- Op. 42; Estudios-Cuadros, Op. 39. Vladi- compases de marcha que hacen pensar en
giar sin más su actuación en este compacto, mir Ashktnazy, plano. CD Dcco 417 671-2. una ejecución, y no precisamente musical.
que quizá satisfaga a los menos exigentes, DDD. 54'59. Escúchese también la peculiar manera có-
pero que, en una obra eminentemente vir- mo aparece el crescendo de la obertura de
tuosislica, y de violín solo, merece algo más, Un poco como Alfred Brendel, La Cenerentola: tarde y mal, y con el ímpe-
en grabación comercial, que los requisitos Vladimir Ashkenazy ha cambia- tu de una locomotora súbitamente desfre-
mínimos de un premio académico fin de ca- do sus Interpretaciones llenas de nada. En ningún lugar aparecen la malicia,
rrera. Faltan en ella soltura, carisma, atrac- furia y exaltación por versiones más objeti- el garbo, la gracia de una música para la que
tivo, y se nota agarrotamiento, sobre todo, vas (¿?), mas controladas. En esta nueva gra- se requiere un concepto muy distinto al del
en la doble cuerda. De todas formas, no pue- bación de las «Corelli». muy fiel al texto, maestro Raytchev, que dispone, justo en re-
de generalizarse; hay números de un gran Ashkenazy propone una versión conforta- conocerlo, de buenos solistas de viento, pe-
acierto y, sobre todo, el célebre Capricho 24 ble, «middle of the road», como dicen los ro no sabe Imprimir a la orquesta nada de
con el que se cierra la serie. La grabación, Ingleses. lo que constituye la verdadera esencia de la
en su aspecto técnico, es de indudable cali- vivacidad rossiniana. Es evidente que a Plov-
dad, pero ello no puede encubrir la medio- Otros pianistas, más jóvenes (Zolian Koc- div no ha llegado todavía el efecto de la glas-
cridad de una intérprete que, con toda sis, Hdene Grimaud), convencidos de la mo- nosl (transparencia), tan recomendable en
seguridad, tendrá en el futuro momentos de dernidad del compositor, encuentran en sus asuntos orquestales.
mayor lucimiento. interpretaciones otra frescura y cierto de-
senfado.
Un pianista marginal, Shura Cherkasky,
J.A.L.D. lleno de juvenil ardor a sus ochenta años, Ro.A.

42 Scherzo
DISCOS

RMSKY-KORSAKOV: Scheherezade. Sui- de septiembre del pasado alio, es de nota- Tratándose de la obra de Shostakovich,
te sinfónica Op. 35. Bruno Bdcík, violto. ble calidad. parece aún difícil hoy en día despegarse de
Orquesta Filarmónica Checa. Director: Os- las circunstancias políticas c históricas que
faar Da non. J.A.L.D. rodearon la creación de las sinfonías. El
La gran Pascua rusa Op. 36. Orquesta Fi- compositor en parte lo quiso así, con sus
larmónica dei Estado de Bmo. Director Ov múltiples referencias al realismo socialista,
kar Danon. Supraphon 2 SUP 0015 (AAD). SCHUBERT: Quíntelo «La Trucha» D. tanto en los títulos de las sinfonías, como
fra portad o por Turner. 667; Cuarteto n." 14 D, 810 «La muerte y en los textos cantados en ellas. Avaló una
la doncella»; miembros dd Octeto de Vie- política que condenaba a artistas que no
na/C. Curzon plano: Cuarteto Filarmóni- compartían este criterio (artistas que Shos-
No deja de ser curiosa la inter- takovich admiraba), mientras, al tiempo, su-
pretación que ta Filarmónica co de Viena. Disco Compacto Decca
417.419.2 (A.D.D. 71'22"). fría bajo la misma fusta.
Checa y el director Oskar Danon
obtienen de la archiconorida Scheherezade. SCHUBERT: Quinteto para cuerdas D. En 1945, después de tas épicas Sinfonías
En comparación con otras versiones ésta nos 9S6, Movimiento de cuarteto D. 703. Cuar- de Guerra, se esperaba, con la Novena, un
sorprende por el protagonismo dado en ella teto Wcller. Disco Compacto Decca grandilocuente canto de triunfo: «ligera y
a los instrumentos solistas en detrimento del 421.094.2 (A.D.D. 59'35">. soleada», según las palabras del autor, la
espacio orquestal. Se diría que estamos an- nueva obra molestó profundamente a las
te una obra verdaderamente concertante en A la sombra de las grandes or- autoridades soviéticas, y fue tachada por
la que lo que importa es destacar el precio- questas suelen existir grupos ca- Jdanov de «música ideológicamente débil».
sismo de cada uno de los lemas a cargo de ílo&s merísticos de renombre tan' le- Haitink adopta una visión dramática y
instrumentos aislados recortados sobre un gendario como el de ellas mismas. Miembros grave para esta obra, siguiendo el criterio
fondo de sonoridad casi camerislica que ape- tan conocidos de la Filarmónica de Viena co- que rige su integral. Se puede ser más afin
nas consigue crear el ambiente envolvente mo Boskowsky, Weller, Breitembach o a unas interpretaciones menos monolíticas,
lujurioso y exótico a que estamos acostum- Hiibner dieron vida a conjuntos como el donde el aspecto esquizofrénico del compo-
brados. Todo resulta aquí delicado y como Cuarteto Filarmónico, el Octeto o el Con- sitor este más patente, interpretaciones en
en sordina. Se pierde ei hilo temático con- junto Mozart, cuyos registros siguen sien- las cuales la seguridad del discurso esté mi-
ductor a favor de una concepción abstracta do hitos insuperados de una manera de sentir nada por las dudas ideológicas. En este te-
de motivos engarzados de forma yuxtapuesta y hacer la música. rreno Bemstein es un maestro y consigue una
sin articulación de conjumo. De esta forma versión compleja, ambigua. Es posible que
la obra pierde intensidad pero en cambio ga- Felicitemos por tanto a Decca al publicar Jarvi vaya mas lejos aún; se despreocupa de
na en claridad y nitidez al hacerse más fría estos excelentes e imprescindibles registros las referencias neo-clásicas (Prokofiev está
c inexpresiva. El resultado no es que sea en- dedicados a Franz Schuben que permitirán más presente que Haydn en esta versión) y
vidiable pero al menos sí es original, cosa gozar de una agradable schubertiada, que privilegia un clima ambivalente de nihilis-
que tratándose de una obra obsoleta a fuerza por si misma compone un retrato del com- mo y de alegría desenfadada. La elección en-
de conocida no es en absoluto nada despre- positor en dos instantáneas: la feliz y la me- tre Bernstein y Jarvi podrá depender del
ciable. lancólica: la del Quinteto «La trucha" y el resto del programa. Járví es muy consecuen-
Cuarteto <La muerte y la doncella». te con su criterio de interpretación, propo-
En el primer compacto, grabado en los ne la Obertura Festiva escrita en 1947, la
C.C. años 1917 y 1963, el amable Quinteto «La suite sacada de ta ópera Lady Macbeth, trá-
trucha» es traducido por medio de un fra- gica y grotesca, y un agrio Tea for two.
SCHUBERT: Trío para piano, violínyvio- seo colorista, espontáneo e instintivo que po- Bernstein propone una admirable y perso-
lonchelo, número I, op. 99; Nocturno, op. ne en evidencia su efusividad y su lirismo. nal Sexta Sinfonía, pero como Jarvi ya gra-
148. Trio Haydn de Viena. CDTEI.DEC 8. La participación del pianista inglés Sir Clif-
ford Curzon, con sus loques tiernos o de hu-
bó una de las mejores versiones de la misma,
quizás las distintas orquestas puedan deci-
43682. DDD. mor, realza este canto a la naturaleza, que dir. Viena. con Bernstein, tiene un sonido
en manos de estos intérpretes alcanza toda magnífico, ya se sabe, pero es un sonido mo-
Son muchos los años de rodaje, su frescura y toda ta alegría de ser joven. El nocolor al cual todas las obras tienden a
y mucho e] prestigio conseguido Cuarteto n." 14 «La muerte y la doncella» adaptarse. La Scottish National es realmente
por este conjunto cameristico, tiene las mismas virtudes que la interpreta- espléndida; nerviosa, agresiva o lírica, has-
como para que pudiera esperarse mediocri- ción precedente aunque en este caso el de- ta se atreve a rozar la vulgaridad; dispone,
dad en las dos obras que nos presenta Te¡- nominador de la obra es la melancolía por fin, de una paleta de colores ideal en este
dec. Y ello, aunque Schubert esté a notable romántica y la tristeza premonitoria de las programa.
distancia de la finalidad con que nació este variaciones que dan nombre al Cuarteto.
grupo, que no fue otra que la de purificar
la interpretación de los tríos de Franz Jo- El segundo compacto, dedicado al monu-
seph Hayfln, labor que llevaron adelante con mental Quinteto en do menor, es patrimo-
la colaboración del musicólogo Robbins nio de Walter Weller. En un registro de 1970
Landon, especializado en el compositor aus- el hoy director de orquesta ofrece con sus
tríaco. Veintitrés años lleva ya funcionan- filarmónicos una interpretación objetiva y
do el Trio Haydn de Viena, creado en 1965, distanciada que se conjuga discutiblemente SIBELIUS: Sinfonía n.° 5 / «El cisne de
y que continúa integrado por sus tres miem- con una obra escrita al borde de la muerte Tuonela». Orquesta Filarmónica Checa. Di-
bros fundadores: Michael Schnitzler, violín, y en la que Schubert se abandona o se rebe-
y Walter Schulz, violonchelo, ambos naci- la contra su deslino; la claridad de texturas rector: (iaelano Delogu.
dos en 1944 y miembros de la Sinfónica de y la transparencia no están reñidas con una GRIF.IÍ: Peer Cynt (SuitesN.° I y 2). Or-
Viena, y Heinz Medjimore, el veterano del mayor pasión. quesu Sinfónica de Praga. Director: Vadav
grupo, nacido en 1940, profesor de piano en Smeticek. Supraphon 2 SUP 0019 (AAD).
Discos plenamente recomendables que ha- Importador: Turnen
d Conservatorio de la capital austríaca y des- rán el gozo de cualquier aficionado avisado
tacado acompañante de lieder. La versión que quiera disfrutar con ta música de cámara
que aquí nos ofrece el Trío Haydn de estas El defecto principal de esta serie
hecha por viejos amigos que disfrutan del media lanzada por la firma che-
dos piezas de Schubert es sencillamente an- placer de crearla.
tológica y, con independencia de la perfec- , , ca Supraphon es, sin duda, la no
ción técnica, que la hay, lo más destacable muy alta calidad de reproducción en CD rea-
de la actuación de los vieneses es haber ex- A.M.J. lizada a partir de originales en plástico que
traído todo lo que de entrañable y poético tienen una antigüedad media de unos ocho
hay en Schubert. Magistral es, sobre lodo, afios. Por lo demás, siendo como decimos
el Allegro modéralo del Trio opus 99. don- SHOSTAKOVICH: Sinfonían. ° 9. Op. 70. el sonido regular, el repertorio tiene sus ali-
de el piano y el violonchelo encuentran bue- Obertura Festiva, Op. 96. Suite de «Kateri- cientes al incorporar, como en este caso y
nas posibilidades de lucimiento. La na Ismailova» ILady Macbeth de Mlsensk). junto a obras tan manidas como las dos Sui-
grabación, por su pane, realizada en los es- Teafor two (Taiti trot), Op. 16. Orquesta tes de Peer Gym, otras menos conocidas co-
tudios de la Teldec, en Berlín, durante el mes Nacional dr Escoda. Netme Jarvi. L.P. mo d Cisne de Tuonela perteneciente al cklo
DECCA (25' 10, 5*52, 16"S«, 3'13). de tas Cuatro leyendas para orquesta de Si-

Scherzo 43
DISCOS

befius. Otra de las novedades de interés pa-


crito y es por esto que la presente edición V1VALDI: Conciertos para/lauta R V 427,
ra el oyente es que en todos los casos se trata
que nos brinda la firma checa Supraphon no 428. 429. 436. 438. 440, 533. Janet See, in-
de orquestas nacionales checas, así como detiene otro aliciente que el presentar juntas verso barroco; Philharmoni* Bar oque Or-
dilectores de aquel país, por lo que ésta cons-
ambas obras a un precio reducido. En cuan- ebestra. Dir.: Nkñolas MrGegan. CD
tituye una magnifica ocasión para que juz- to a la interpretación podemos decir que es HARMONÍA MUNDI USA 905193. DDD.
guemos por nosotros mismos y valoremos correcta en lodos los sentidos y tanto Va- Duración: 60'03".
las especificidades interpretativas de sus mú-
lentina Kamenikova en el Concierto de
sicos. La Sinfonía n." S de Sibelius es espe-
Tchaikovsky como Mirka Pokorná en el de La filial norteamericana de Har-
cialmente significativa en este sentido y la
Rachmaninov muestran un alto nivel de ca- monía Mundí se eslá mostrando
vef sión que de ella hace la Filarmónica Che-
lidad en ambas versiones en un pianismo últimamente muy artiva en el te-
ca no tiene nada que envidiar, en punto a ágil, recortado aunque bastante alejado de rreno de la música antigua, editando y pro-
claridad conceptual, a las que han efectuado
los parámetros occidentales habituales, ün duciendo grabaciones de calidad muy esti-
oirás agrupaciones occidentales más co- cierto eslavismo descarnado y apasionado, mable con los artistas de la tierra. Era lógico
tizadas. más acusable en Valentina Kamenikova. pre- que tarde o temprano sucediese, porque
serva sus interpretaciones de cualquier ti- aparte de algún nombre consagrado nacido
po de amaneramiento o de relajación en las en USA (como Christie, Ross, O'Dette, Cur-
C.C. sonoridades muelles. El peor defecto de es Üs o Cohén), en realidad es ahora cuando
la edición, a nuestro juicio, se produce a ni- la revolución de los instrumentos de época
vel técnico del reprocesado en CD ya que la eslá llegando con todo su vigor a Nortea-
orquesta se oye demasiado plana y fundida mérica, lo que a su vez propicia la forma-
SIBELIUS: Concierto para vioh'n en Re me- por detrás del protagonismo del piano, y la ción de orquestas, conjuntos de cámara, etc.
nor. Op. 47. BRUCH: Concierto para vio- obtención de los dos niveles —piano en pri- ¿Qué nos trae esta vez McGegan con su Phi-
tírt n.° I en Sol menor, Op. 26. Shizuki mer termino y orquesta al fondo— resulta larmonia Baroque Orchestra? Pues, funda-
Isaikawa, víolín. Orquesta Filarmónica del elemental y excesivamente esquemática. mentalmente, unas versiones muy dignas, en
Estado de Brno. Director: Jiri Bdohlávtk. la línea de lo que viene haciendo con diver-
Suprapbon 2 SUP 0001 (AAD). Importador: sos conjuntos últimamente. Como solista in-
Turner. C.C. vitada actúa Janet See, una flautista que
generalmente toca junto al gran Davitt Mo-
Es frecuente que en estos con- roney, y que con el paso del tiempo se está
ciertos de inspiración neorro- ganando un lugar de privilegio entre los mú-
mántica el víolíri protagonista sicos de su especialidad. Su sonido, a pesar
derive su peso específico hacia una retórica VILLA LOBOS: Rudepoima. DETLEV de no estar en el tipo de solidez técnica ca-
ampulosa y vacia cuya inercia det>e ser fre- MULLfcR SIEMENS: UnderNeontight II, racterística de un Barthold Kuijken, por
nada con suma cautela por los intérpretes, Wergo Digital Rccorting, WER 60110-50. ejemplo, si podríamos decir que es lo sufi-
los cuales en ningún momento deben perder Duración: 50.07 minutos. Intérprete: Vol- cientemente íntimo como para garantizar un
de vista que su papel, por muy brillante e ktr Banfield, pianista. empaste bello con la cuerda. Desde el pun-
individualista que sea, ha de engarzarse y to de vista mecánico, diremos que sus inter-
Tundirse con el soporte orquestal de donde Este compacto reúne dos obras venciones están a buena altura: facilidad y
reciben el aliento y el significado de su co- pianísticas del siglo XX cuyo úni- nitidez en la articulación, muy buena afina-
metido. Es par lo lamo una cuestión con- co carácter común visible es ser- ción y notable capacidad para matizar las
ceptual más que puramente técnica la que vir a un mismo-tipo de pianismo, convenien- notas con una precisión dinámica aceptable.
tienen que resolver aquellos violinistas que te a los medios de Banfield: sonoridades den- Quizás algunos de Vds. encuentren dema-
decidan enfrentarse con obras de las dimen- sas, expresividad desgarrada y frecuente en siado tibios estos comentarios, y no se atre-
siones de las que figuran en el presente CD. exabruptos, cierta agresividad en el fraseo. van a adquirir el disco ante el temor de que
Y hemos de decir, en honor a la verdad, que De todo ello hace gala ei intérprete, que se la flautista (que desde luego no es Kuijken,
Shizuka Ishikawa, violinista japonesa poco pone en juego, ante todo, como instrumen- Bruggen o Hazelzet) les pueda decepcionar,
conocida en nuestras latitudes, lleva a cabo tista enérgico y de generosa sonoridad. Co- pero les puedo asegurar que el nivel medio
una magnífica labor en las versiones de es- mo introducción de un nombre infrecuente, es muy bueno. Lo que ocurre es que en muy
tos dos Conciertos. El aficionado tiene aho- abre el apetito del oyente. Para juzgarlo con pocos momentos nos sorprenderemos ante
ra, pues, la ocasión de adquirir a bajo coste, mayor amplitud, convendría oírlo en un re- algún matiz de la interpretación, ni para bien
en esta serie media divulgad va que acaba de pertorio contrastado, que lo obligase a ma- ni para mal. Y lo mismo podría aplicarse a
lanzar la firma checa Supraphon, una inter- nifestarse ducho en estilos y en caracteres la orquesta, que quizás se emplea con poco
pretación correcta y fidedigna de los concier- divergentes. vigor en los movimientos rápidos, y algo epi-
tos de Sibelius y Max Bruch que aunque per- dérmica en los lentos. De todas formas, la
tenecientes a mundos estilísticos completa- Las dos partituras han tenido variada for- mayoría de los conciertos que encontramos
mente distintos no dejan, sin embargo, de tuna como parte de los programas. La obra en este disco aún no han sido grabados con
mantener entre sí ciertas concomitancias gra- de Villa Lobos es muy conocida desde su es- instrumentos antiguos. Este factor segura-
cias a la concurrencia en ellos de la misma treno en los años veinte, sobre todo porque mente habrá de ser una excelente ayuda su-
intérprete. Arthur Rubinstein la adoptó como propia. plementaria para que !a grabación pueda ser
La partitura de Miiller Siemens está de- considerada como recomendable. Buena
dicada a Banfield y, se supone, pensada para música, buena interpretación.
las más evidentes cualidades del pianista ale-
C.C. mán (nacido en 1944). Se trata de tres blo-
ques de piezas breves, compuestas entre 1980
y 1983, cuya constante es la apelacióna ras-
gos melódicos y desarrollos improvisados del J.C.C.A.
jazz moderno y del rock. De ahí su título,
TCHA1KOVSKV: Concierto paro piano y que evoca el paisaje masivo y solitario de la
orquesta N.° 1 en Si bemol menor Op. 23. gran ciudad, llena de gente que no se comu-
Valentina KamcBÜiovi, piano. Orquesta Fl- nica y que vive confiscada por las sonori-
lannóniu del Ettado de Bmo. Director: Jiri VIVALDI: L'Estro Armónico Op. 3. Tb*
Pinkas. dades de la música industrial. Miiller crea
cumas fragmentarios y momentáneos, muy Eagnsa Caneen. Director: Trevor Plnnock.
RACHMAN1NOV: Condeno pera piano propios del psiquismo de la Megápolis ac- ArchJv 421094-2. DosCD. 100'16". DDD.
en Do menor, Op. 18. Mlrka Pokorai, pia- tual, y se vale de recursos diversos, desde el Grabado en 1987.
no. Orquesta Filarmónica del Estado de antiguo trítono hasta las disonancias atona*
Brno. Director: Jirf Waldhans. Supraphon les. El resultado es un mundo sonoro más He aquí más de cien minutos de
2SUP MI 1 (AAD). Importado por Tu raer. efectivo que imaginativo, con ese aire de mú- música hermosísima, del mejor
sica para otra cosa que suele aparecer con arte del gran Antonio Vivaldi.
Pocos deben ser los aficionados frecuencia en la música de estos días. Sus doce conciertos de L'Eslro Armónico
que no posean en su discoteca son auténticas joyas de la música concertís-
privada los dos conciertos para tica barroca. Por ello no es de extrañar que
piano más populares que jamás se han es- B.M. existan numerosas grabaciones, tanto de la

44 Scherzo
DISCOS

colección completa, como de los conciertos constituyen una prueba de la precocidad del la reapertura del Festival de Bayreuth de
aisladamente. De los actualmente disponi- compositor (19 años), que en la primera 1951 (por cierto, con el libreto que acom-
bles en el mercado, cabe citar como versio- —Preludio— dio una muestra de Ip que lue- paña a estos compactos se ha consignado por
nes excelentes las de Neville Marriner, con go serían sus grandes adagios sinfónicos, y error el reparto de la versión de Bayreuth
la Academy of St. Martin -in-lhe-Fields (Dec- en la segunda plasmó mediante un absolu- de 1951 en lugar del elenco de Dresde). Mo-
ca), 1 Musici (Philips), Christopher Hog- lo dominio del contrapunto y de los recur- délica dirección musical, la lección de un ver-
wood con la Academy of Ancient Music sos de un octeto de cuerda un Scherzo pleno dadero maestro, de un hombre que nos
(L'Oiseau-Lyre); (odas ellas son lecturas in- de fiereza y dinamismo. En la presente ver- recuerda que es capaz de hitos como este y
tegrales de la serie, y en ellas podemos apre- sión se acusa cierta falta de precisión en la nos hace olvidar sus desafortunadas incur-
ciar formas dislimas de interpretara! gran entrada de tas voces, cosa que estropea no siones en las sinfonías de Beethoven. Para
maestro veneciano. Marriner realiza una ver- poco la obra, que resulta así cumo un cu- colmo, el director salzburgués reunió en
sión muy lípica del estilo de la Academy: chillo con poco filo. Dresde un elenco vocal difícilmente supera-
nerviosa, tensa, vital, con una concepción La mejor interpretación del disco es a mi ble entonces (hoy sería imposible encontrarlo
del bajo continuo muy clásica pero eficaz. juicio la de la Sinfoniela, versión para or- igual): una atractiva y luminosa Helen Do
En su momento, una auténtica novedad questa de cuerda del Cuarteto N. ° S, Op. nath que, en muchos momentos, nos recuer-
frente a la durante tantos años insuperada 110. Esta versión es comparable a las de los da a la sin par Elisabeth Grümmer; un Rene
de 1 Musici, con un sonido entrañablemen- cuartetos Fitíwilliam (Decca DI 88D7) o Vo- Kollo cuyo descalabro vocal todavía estaba
te aterciopelado, magistralmentc ejecutada, ces Intimae (BIS LP-66) y superior a la ver- lejano; un extraordinario Theo Adam que
meridional en su fuerza y concepción. Hog- sión orquestal (con una toma de sonido algo pone de manifiesto con sus acostumbradas
wood marcó un hito en cuanto a la aplica- deficiente) de la Phoenix Chamber Orches- tablas la riqueza de matices de su complejo
ción de los instrumentos originales, tra dirigida por Julián Bigg (TRXCD 110), personaje; en entusiasta y juvenil Peter
alejándose de la genialidad, a veces estriden- en la que las dinámicas resultan a veces po- Schreier; un noble y seguro Ridderbusch; un
te, de Harnoncourt, para darnos toda la ele- co adecuadas. (Para más comentarios sobre excesivamente nasal pero artísticamente im-
gancia y calidad de un fraseo vivo, pero al esta obra, ver la reseña discográfica en pecable Gerainl Evans y, en fin, un Sereno
mismo tiempo tremendamente barroco, des- SCHERZO N.° 25.) de auténtico lujo, encomendada nada me-
cubriendo rincones sonoros que siempre ha- nos que a Kuri Molí. Registro, en definiti-
bían permanecido ocultos. La carpeta del disco incluye unos comen- va , sobresaliente, muy cuidado y atractivo,
tarios del mismo Lazar Gosman y una pre- con un sonido más claro y luminoso en esta
Pinnock, apoyado en una grabación ex- ciosa cubierta de sabor típicamente ruso, con nueva modalidad de lectura por láser. Com-
traordinariamente nítida, y con su orques- samovar y todo. plemento ideal para la versión de Kna de
ta de bolsillo en una forma realmente El conjunto es plenamente aceptable. 1960.
estupenda, se acerca a Vi val di con la ener-
gía y jovialidad que le son características. J.A.T.G.
Francamente bien. Acaso echemos en falta E.P.A.
un mayor reposo en los tiempos lentos, pe-
ro la claridad y concisión de su lectura son
casi perfectas. Los solistas (Standage. Wil- WAGNER: Los Maestros Cantores de Nu-
cock, Comberti, Golding y Linden) colabo- remberg. Theo Adam, Karl Ridderbusch, VARIOS AUTORES: La Procesión. Ochen-
ran al triunfo final de manera destacada. Un Zollan Kélémen, (¡eraint Evans. Rene Ko- ta años de canción francesa, Stephcn Var-
derroche sonoro que deja sin aliento al oyen- llo, Peter Schrrfcr, Heten Donalh. Ruth Hes- coc (barítono) y Graham Johnson (piano).
te, un paseo por el barroco más vivo y lu- se, Kuri Molí. Coro de la Oprra FMvtal de CDA 66248, DDD, Hyperion. Duración:
minoso. Dresde. COTO de la Radio de Leipzig. Or- 71'lí.
questa Estatal de Dresde (Slaatskapelle Dres-
den). Director: Herbert von Karajan. EMI El objeto del presente compac-
G.Q.LL.O. CDS7 49683 2, álbum d« 4 discos compac- to parece ser la reunión de unas
tos ADD. Duraciones: 70*24", 72'03", canciones de cámara (veintiuna
70'42" y 52*17". Grabación realizada en no- en total) cuya característica común es tener
TCHADtOVSKY: Serénala para cuerdas en viembre y diciembre de 1970 en la Lukas Kir- letras en francés. Sus autores también lo son,
do mayor. Op. 48. SHOSTAKOVITCH: che de Dresde. Reprocesado • digital en en general, aunque Meyerbeer era alemán.
Dos piezas para ocíelo de cuerda, Op. 11 . 19W. Llszt era húngaro y Franck, belga. El resul-
Stnfonieta. «En memoria de las victimas del tado es un panorama velocísimo y un tanto
fascismo y la guerra», orquestada a partir Digamos para empezar (como desequilibrado de la mélodie gala entre el ro-
del Cuarteto N.° 8, Op. 110. The Soviet Siempre, a juicio de quien esto es- manticismo y el Grupo de los Seis, con al-
Emigre Orchestra. Dlr.: Lazar Gosman. cribe) que estamos en presencia guna inclusión peregrina, como el vals
O)ymr>ia OCD 196. TT: 5*'Q3". TtxtQS «n de una de las versiones históricas de esta ópe- Fascination de Marchetti, página de salón
inglés. ra a pesar de las fechas en que fue grabada, que mejor quedaría en otro contexto.
relativamente cercanas a 1988- Digamos La antología permite revisitar algunas
Aunque este CD está fabricado también que se puede codear con las inter- obras maestras, como Oh quandje dors de
en Inglaterra la grabación pro- pretaciones cumbres conocidas hasta la fe- Liszt, BonjourSuzonde Delibes o L'ileheu-
cede de EEUU, donde radica es- cha de hoy, a saber: Wilhelm Furtwángler reuse de Chabrier. También, oír a Durey,
ta orquesta liderada por Lazar Gosman, vio- (EMI, Bayreuth 1943), Hans Knappert- un autor poco frecuentado. En cambio, los
linista y antiguo director de la Orquesta de sbusch <DECCA, estudio, 1950/51), Rudolf nombres mayores (Debussy y Ravel) están
Cámara de Leningrado, según consta en la Kempe (EMI, estudio, 1958) y de nuevo pobremente representados en relación con
carpeta del disco. Hans Knappertsbusch (MELODRAM, Bay- su importancia cualitativa.
reuth 1960, posiblemente la lectura más lú- De los intérpretes destaca ampliamente
Las [res obras están aceptablemente inter- cida y poética de todas las existentes,
pretadas, aunque la Serénala de Tchai- recomendable incluso hasia para los que se Johnson, pianista solvente, dueño de estilo
kovsky tiene en esta versión algunas aristas atreven a decir tales desatinos y disparates y sonoridad adecuados, que presta el relie-
que no favorecen el romanticismo y la trá- sobre la Tetralogía de Kna de 1957). Asimis- ve que este tipo de música exige al instru-
gica belleza de la obra. En cuanto a las Dos mo es la versión de referencia entre las mo- mento, sobre todo en las piezas más cercanas
piezas para octeto de cuerda, constituyen dernas interpretaciones llevadas al disco, en el tiempo.
para quien suscribe la primera grabación léase Varviso, Jochum y Solti. Karaian, co- Varcoe conoce muy bien el repertorio y
completa de este Op. II de Shostakovitch, mo siempre por otra parte, sacrifica todo en tiene una dicción francesa impecable. Su voz
del que Los Solistas de Zagreb dirigidos por aras de la perfección, y sin embargo, hay en es híbrida entre barítono blanco y tenor cor-
Antonio Janigro habían grabado —también este registro una permanente sensación de to, se vuelve hueca y árida apenas se le exi-
en versión para orquesta de cuerda (HVAS espontaneidad y frescura, de variedad y con- ge un poco de volumen, es de corta
470-22)— la segunda pieza, el Scherzo, en traste, con unas soberbias prestaciones de expansión. Recuerda a Gerard Souzay, pe-
una estupenda interpretación que ensombre- orquesta y coro, increíble claridad polifó- ro en pobre y, por momentos, el parecido
ce la de estos emigrados. No estará de más nica y una vitalidad que nos recuerda a] Ka- interpretativo es exagerado.
decir que estas dos piezas, cuyo número de rajan que interpretó esta misma partitura en
opus es contiguo al de la Sinfonía N. ' I,
B.M.

Scherzo 45
DISCOS

ESTUDIO DISCOGRAFICO

«Iberia» de Albéniz con Alicia de Larrocha:


Cuando dos grandes se juntan
Alicia df Lutrorhi. piano. DECCA 2 Compartí» Todo ello se combina con unos tetnpi ca- po de la partitura y la claridad expositiva,
417 «87-1 OH i IUDD, 63'09 y 6221 resptcliva- si continuamente rápidos (allegretlo y alle- ya entonces notable y ahora extraordinaria;
•arnie). Grabado tñ Cambridge, 1986. AIMnii: gro ganan por mayoría abrumadora) y con entre, en fin, el derroche de medios técni-
iberia. Navarra. Suile Españolo. una carga rítmica muy especial. La comple- cos y el aprovechamiento máximo de los
jidad rítmica de Iberia no estriba tanto en recursos del instrumento. El rubato. la am-
ue Iberia es una de las cimas de la los cambios de compás, con ser éstos fre- plísima gama dinámica, son aún más exqui-
música española para piano es algo cuentes en más de un caso (el 6/8 3/4 en sitos en la nueva versión que en la ya
suficientemente conocido y sobre lo Rondeña, por ejemplo), como en acertar con excelente del 63, ayudados en buena medi-
oí discutirían. Albéniz, catalán de el punto justo de acentuación. Todo, o por da por una espléndida grabación de Decea,
nacimiento, siempre muy ligado a lo anda- lo menos buena parte del salero de la obra con un sonido natural y limpio, sin duda su-
luz, nómada de profesión, inquieta, intui- depende de la capacidad del pianista para perior al en ocasiones un tanto metálico del
tivo, pianista extraordinaria y precozmente combinar ritmo, rubalo y acentuación. En 63. La sutilidad de fraseo es casi increíble;
dotado, poseía una exquisita sensibilidad y fin, se recurre también a lodos los recursos momentos como el «ppp córame un echo»
una muy particular habilidad para plasmar tímbricos del instrumento {véanse los acor- en la sección final del Corpus son de parar
en música atmósferas, sentimientos, carac- des de tambor en Corpus Chrisli en Sevilla). la respiración.
teres y, en una palabra, lo que podríamos
denominar lo español. En suma, pues, todo lo anterior puede La atención a las numerosas indicaciones
reunirse en una sola pero difícil condición: densec» es especialmente llamativa, siendo
Iberia es la culminación de años de expe- la de saber transmitir, superando todos los por ello esos ataques, en efecto, mucho más
riencia artística y musical. Compuesta por problemas técnicos, el complejo mensaje del bruscos y secos en la nueva versión. Los
cuatro cuadernos (12 piezas en total) estre- compositor catalán. Son sin duda muchos acordes de tambor en el Corpus, son sólo
nados sucesivamente en los años 1906-9 por los años de trabajo que tal tarea lleva con- un ejemplo de cómo el piano en manos de
Blanche Selva, la obra es mucho más que sigo, partiendo de la base de la más sólida Alicia de Larrocha es una orquesta entera.
mera pintura musical, como también es mu- técnica pianística y del más alto talento ar- Rondeña, Triarla o Lavapiés son muestras
cho mas que una composición pianística, so- tístico. espléndidas del salero rítmico que se consi-
bre todo si tenemos en cuenta la peculiar gue; Albaicm, una sabia mezcla de tempo
utilización que se hace del instrumento. Su vivo y tristeza, la perfecta traducción del
larga duración (más de 80 minutos), su ex- «Allegro assai, ma melancólico» que pide
trema complejidad técnica y su intrincado la partitura.
mensaje musical la han convertido en pie- Iberia y Alicia de Larroch»
dra de toque para los pianistas. Ello se ha En suma, pues, esta nueva Iberia de la
traducido en una poco frecuente aparición gran Alicia de Larrocha es el equilibrio, la
en concienos (en forma íntegra, se entien- xVlicia de Larrocha, una de nuestras más demostración de un conocimiento perfecto
de) y grabaciones, siendo extensa la nómi- grandes pianistas, ha mostrado siempre, no de la partitura y... el resultado de años de
na de pianistas de renombre que han sólo una especial predilección, sino un in- trabajo y de reflexión (¿de experimentación,
renunciado a afrontar su interpretación. habitual grado de identificación con la mú- como diría Pogorelich?) sobre cómo trans-
sica española en general, y con Albéniz en mitir el complejo mensaje contenido en ella,
particular, más concretamente con Iberia. que es en definitiva el fin de toda interpre-
La suile ha sido registrada en disco por Ali- tación musical.
cia de Larrocha en tres ocasiones: para Dec-
La» dificultades ca, Hispa vos, y nuevamente para Decca (la La grabación se completa con un sober-
grabación objeto de este comentario). bio postre; la Suite Española y Navarra.
Ambas son una nueva demostración de to-
EiSla situación, especialmente fuera de Sonido aparte, la versión de 1963(Hispa- das las virtudes técnicas y musicales reseña-
nuestras fronteras, es sin duda poco favo- vox) es espléndida, si bien tras audiciones das 3 lo largo de este comentario. El canto,
rable para la mayor di fu son de Iberia, y no comparadas con la actual, se antoja un pun- el ritmo contagioso, las alusiones a otros ins-
es, ni mucho menos, casual. La obra plan- to más apresurada, como si el temperamento trumentos (guitarra, castañuelas), tan sabia-
tea, en primer lugar, dificultades técnicas te- hubiera primado sobre lo demás. Entiéndase mente reflejadas por Albéniz, difícilmente
rroríficas para el pianista de turno. Se pide literalmente el aserto, ya que la versión es podrían haber encontrado mejor valedor que
al intérprete una gama dinámica extensísi- en todo caso magnífica. Los tempi son, prác- Alicia de Larrocha.
ma, cercana a lo extravagante, que va des- licamente en todos los casos, más rápidos
de «ppppp» (los «ppp» o «pppp» abundan que en la grabación del 86 que ahora se lan- La conclusión, por tanto, es muy fácil:
por doquier) hasta «fffff» (con la acotación za. Incluso en los casos en los que las dife- obra que sólo se graba por unos pocos, y,
increíble de «plus forl encoré si possible» in- rencias son despreciables, la nueva lectura por ello, muy de cuando en cuando; intér-
mediatamente después). El pianista ha de ser es más lenta (Triaría es la excepción que con- prete magistral y excelente grabación, muy
capaz de meterse en la temperamental at- firma la regla). El mayor reposo en los tempi bien aprovechada en cuanto a duración. Há-
mósfera indicada por el compositor (anota- es especialmente aparente en Corpus, Alme- gase con estos discos cuanto antes. No se
ciones como 'itumultueux», «strepitoso», ría, Málaga y Jerez. Alguien podría pensar arrepentirá. Es con registros como éste con
«brutal», «brusquement»! son harto fre- por ello, sobre todo teniendo en cuenta lo los que uno se percata de lo trascendente que
cuentes), pero también de situarse justo en mencionado antes respecto a las indicacio- puede ser la labor de un intérprete, de có-
el otro extremo. Se requiere asimismo un nes de tempo puestas por el compositor, que mo alguien es capaz de transmitir toda la be-
juego muy especial staccato-légalo, para lo la versión de 1986 es mas mortecina, espe- lleza de una gran obra de arte. Es entonces
que debe alcanzarse un exquisito equilibrio cialmente sí consideramos que la del 63 es cuando nos damos cuenta del verdadero va-
entre mecanismo, articulación y hábil uso auténtico fuego. Nada menos cierto. La im- lor de esa obra. Y eso es lo que hace única
del pedal. Mecanismo y articulación deben presión que queda es que Larrocha ha pro- a la música y lo que hace tan indispensable
estar igualmente al máximo nivel, para po- fundizado aún más en la partitura hasta una buena interpretación.
der decir con claridad los pasajes más enre- conseguir el complejo equilibrio entre tem-
vesados, con profusión de adornos cuya peramento y lirismo, entre fuerza rítmica y
exposición confusa haría perder una buena nostalgia en los pasajes centrales de cada pie-
parte del sabor de la obra. za, entre el respeto a las indicaciones de lem-
Rafael Ortega

46 Scherzo
DISCOS

ESTUDIO DISCOGRAFICO

Dos grandes versiones de Fidelio


BEETHOVEN: Fidelio. Marina Mitdl, Walfgnng Kara Jan, mayor robustez utilizada— voz de la Donath no alcanza a
Wlad(*sHB, Otio Edelmann, Golllob Frkk, Se- plasmar. Puede preferirse para Jaquino un
na Jurinac, Rudoír Schock. Alfml Podl. Coro)
de li Opera di VÍCIH, Orquesta Filarmónica de Ha
Lay en la versión de Karajan mayor ro- instrumento más lírico que el de Schock
(protagonista de muchas aventuras wagne-
Viena, Dirección: WHhelm Furl»angler. Graba- bustez, brillantez y amplitud arquitectural,
ción en \¡vo del 12 de octubre de 195J en el fhea-su pintura es más detallada y minuciosa; en rianas), como el de Laubenthal. Ambos se
1er der Wien. RODOLPHE ProtJucllons RPC ella los matices dinámicos están muy dife- integran, de todos modos, perfectamente
31494. 1 CD ADD. 2 h 14"24". renciados y las acotaciones agógicas fielmen- con el resto de sus respectivos compañeros.
BEETHOVEN: Fidelio. Helea Deraoch, JIM Vlc- te respetadas, compás por compás, lo que Poell parece más convincente, aunque su voz
kers. Zollaa Kelemen. Karl Riddcrbosch. Hriea otorga al discurso una gran riqueza y al fra- sea menos at rayen te, en su papel del Deus
Donalh. floral Laubenthal. José van l>sm, Co- seo —menos personal, no obstante, que el ex machino de Don Fernando que Van Dam.
ros de la Opera Alemana de Ekrlin, Orquesta Fl-
lirmÓBica de B«ri(n. Dirección: Herben van de su antecesor— una extraordinaria mul-
Karajan, Grabación efectuada en oclnbre y di- tiplicidad de acentos. Todo ello se ve bene-
ciembre de 1970 en la Iglesia de Jesucristo dt Btr-ficiado de una suntuosa y —hay que
bn. EM1 CMS 7 69190 2. : CI1 AF)D. 1 h S»'3S". decirlo— un lanío efectista loma sonora, Milagros de la lécnka
que proporciona a la interpretación un bri-
llo (Imbrico y una amplitud singulares. Las f l a y una particularidad que debe resaltar-

E ncontrar ahora mismo en nuestro características expuestas suponen a la pos-


mercado discográfico eslas dos ver- tre la consecución de un resultado en el que
siones del Fidelio beethoveniano a las es más importante el cómo que el qué, el
que separan nada menos que 17 altos es un marco que la pintura que aloja, el color que
lujo casi asiático, teniendo en cuenta que, la expresión profunda. La elección —como
se de la versión de Furtwánglcr que la hace,
con independencia de sus intrínsecos valo-
res musicales, especialmente interesante para
el adquirente: aparece contenida en un solo
CD. Milagros de la técnica. Con el disco se
además, han sido transcritas a compacto, de desde casi siempre ha sido norma en proporciona un cable que ha de servir para
lo que se beneficia en particular la más an- Karajan— de voces teóricamente mas líri- obtener el prodigio (en aquellos amplifica-
tigua. Son dos aproximaciones bien distin- cas que las que los papeles tradicionalmen- dores que no pasean clavija de monoaural)
tas a la única ópera del genio de Bonn, te han demandado —con la excepción de la de escuchar —jugando con el balance— pri-
nacidas de dos mentes musicales dispares y que canta Florestán— contribuye a ello. mero un canal y luego el otro. El surco del
registradas en circunstancias diferentes. To- disco se ha dividido de tal forma que la in-
do ello se nota. Furtwángler nos da, 13 me- formación de cada uno de sus lados es dis-
ses antes de su muerte, una visión madura, más El equipo de solistas de Furtwángler es tinta. Prodigio que RODOLPHE —que en
de viejo catador beethoveniano, que pene- gicamente compacto y homogéneo y aparece —ló- España importa Harmonía Mundi Ibérica—
tra los entresijos del drama con extraordi- más entregado en una interpretación en teatro- ha aplicado también a la Tetralogía de
e implicado en el drama, vi-
naria intensidad y nos lo ofrece en carne viéndolo casi dolorosamentte. Krauss, recientemente comentada aquí. Cla-
viva, marcando con incandescente lirismo la claro, y problemas, pero la verdad Hay fallos, ro, ello determina que —a pesar de las ma-
efusión amorosa, la ansiedad femenina por comunican las voces, el grado de expresión que nos nipulaciones técnicas que han mejorado la
rescatar a su pareja, el dolor y la soledad de que llegan a alcanzar los compensan. Mart- señal con respeclo a la antigua grabación de
Fiorestán, la desesperación de los prisione- ha Módl, con ese timbre tan peculiar, no esta versión en disco negro— la sonoridad
ros del malvado P iza no, la final y definiti- exento de guturalidad, con limitaciones en sea un tanto desmedrada, pobretoña y pla-
va ascensión hacia la luz de la fraternidad el agudo, plasma una sentida y sufriente na, de estrecha gama dinámica. Suficiente,
y la libertad. La ígnea batuta del director Leonora, más trágica y vigorosa, dentro de sin embargo, para captar la belleza de la in-
berlinés proporciona una suerte de perma- su nerviosismo y ansiedad, que la de Helga terpretación y la trascendencia de sus plan-
nente tensión, de constante latido interno Demesch en la versión Karajan, muy correc- teamientos. Furtwángler había grabado ya
que envuelve, de principio a fin, unitaria- tamente en estudio, con el mismo reparto (a excep-
mente, la interpretación, cuyos acentos, ad- voz, no cantada por otro lado, aunque la
precisamente dramática, haya de
ción del primer prisionero), a raíz de las re-
mirablemente modelados, tienen a veces algo emitirse presentaciones vienesas del 53, un Fidelio
de religioso. El aire —aquella atmósfera vie- seria un aFlorestán
veces algo forzada. Windgassen
ideal si se desenvolviera
durante años tenido como modélico, aun-
nesa del 53— vibra en cada compás, en ca- en la zona aguda con que menos ígneo y crispado, menos vivido
da inflexión de las voces, imantadas por el lidad, su talón de aquiles mayor firmeza y faci- que éste, comparable únicamente el suyo
gesto nervioso, amplio, siempre animado de pasta vocal, su límpido yhabitual; pero su propio de Salzburgo del 50, con una emi-
vida interior, del maestro, capaz de surcar su luminoso timbre, su sentido de larfraseo,
caluroso
espi-
nente Flagstad —con problemas arriba ya—,
en cuestión de segundos el espacio que me- ración musical lo convierten en un cualifi- un quizá demasiado lírico y corto, pero in-
dia entre el cielo y el infierno, entre la clari- cado servidor de la parle superando tensísimo, Patzak y una exquisita Marceli-
dad y la oscuridad. na de Schwarzkopf. En todas estas recrea-
limitaciones que artistas menos preparados ciones, beethovenianas hasta las cachas, el
y menos inteligentes no hubieran consegui- legendario director alemán ofrece, según
Karajan, que no era en el 70 mucho más do superar —y que superó también en co- costumbre que gustaba de seguir, una mo-
joven que Furtwángler en el 53, nos da, sin metidos wagnerianos de mayor fuste o numental, apabullante versión de Leonora
embargo, una visión mis juvenil, más exul- necesitados en mayor medida de un autén- III (entre el segundo y el tercer acto), que
tante y vigorosa, más contrastada t Imbrica- tico Heldentenor— y que lo hacen preferi- deja verdaderamente sin resuello.
mente, más llena de color, que establece más ble a Vickers, de voz más poderosa pero más
nítidamente, sin que ello suponga ningún ti- dura y menos flexible, que brinda, en cual-
po de desunión, las diversas procedencias de quier caso, una muy meritoria interpreta- En resumen, dos espléndidas, cada una en
los números que integran, en difícil síntesis, ción, bien cantada, aunque sin llegar a su su estilo, interpretaciones. Más profunda,
la obra: opereta vienesa, singspiel, drama prestación de anos atrás en la versión de unitarí y trascendente —con los pros y con-
alemán, ópera francesa, aria italiana de ópe- Klemperer. tras de] vivo— la de Furtwángler; más es-
ra seria, canción, indólogo,.- Beethoven me- pectacular, detallista, brillante, excelen-
tió en ella un poco de todo, pero lo hizo Edelmann, más robusto y proiervo, y temente estructurada también, la de Kara-
—con independencia de ciertas incongruen- jan. Preferible el equipo vocal del primero
cias e imperfecciones de la escritura para las Frick, más rocoso (ideal en este cometido),
y el sonido —con una Filarmónica de Ber-
voces— con enorme sentido de la progresión son claramente superiores a los buenos y más
lín magistral— del segundo. Dos versiones
dramática y poderosa inspiración. La batu- que estimables Kelcmen y Ridderbusch en
sus caracterizaciones de Pizarro y Rocco, de referencia junto a las que únicamente ca-
ta del salzburgués matiza cada una de las respectivamente. Jurinac es bastante más bría citar, quizá por encima de Karajan, la
partes, aplica a todas sus preciosos valores que una simple Marcelina de Klemperer del 62 (no la húngara del 48).
y sabe amalgamarlas para conducirlas a un al personaje nuevas luces yyhumanidad, por ello otorga
co-
esplendoroso finale. sa que la más liviana —pero bella y bien A.R.

Schcrzo 47
LIBROS

GERALD ABRAHAM: Historio universal ANDREBOUCOlJRECHLlEV:/#vS/ra-


de la música. Traducción de Alta Góldar y vmsky. Trad. de Daniel Zimbaldo. Tumer
Javier Alfaya. Taurus Ed. Madrid. 1987. Música. Madrid, 1987.
Vol. de 971 pp. W , 5 x n c m . La bibliografía en español sobre Stra-
Gerald Abraham (Islade Wight, 1904)es vinsky se enriquece decisivamente con la tra-
una de las figuras más atractivas de la mu- ducción de esla obra de Boucourechliev que
sicología europea por la extraordinaria vi- apareció hace cinco años en Fayard. En es-
talidad y originalidad de su obra, de la cual te musicólogo de origen búlgaro se unen el
se han traducido al español A Hundred escritor y el compositor. Como músico per-
Years of Music (London, 1938; última re- tenece a la generación de Pierre Boulez y,
visión de 1974) y Sludies in Russian Music aunque confesamos desconocer su música
(London, 1939; revisión en 1969) que repre- hasta el momento, tiene fama de fino com-
sentan sin duda alguna dos cumbres de su positor en el país vecino. Las alabanzas han
aportación junto a Slavonic and Romanlic
Music (London, 1968). Se le puede consi-
derar el pionero del estudio musicológico del
LIBROS sido considerables en el caso de su ópera Le
nom d'Oedipe,
romanticismo y quienes estudiamos el perío- Ya conocemos en España su Ueethoven
do no podemos por menos que sentimos in- [ores de ella, ni nada sobre los instrumen- y su Schumann (ambas, Antoni Bosch, edi-
fluidos por su amplitud de miras y su capa- tos, sino como objetos que contribuyen a ha- tor), de gran interés, pero más breves y me-
cidad analítica acerada como un bisturí. Su cerla»; sin duda quienes tenemos medio siglo nos ambiciosas, traducción de los respectivos
inmensa obra y su simpatiquísima persona- menos que Abraham y además somos lati- títulos déla colección «Solféges»de las Ed.
lidad hicieron que la comunidad mu sicoló- nos nos preocupamos más por las formas de du Seuil. Con este Slravinsky la seriedad de
gica disculpara como ingenuas trastadas sus producción y consumo de ese lenguaje que esos dos estudios se convierte en auténtica
intentos de reconstruir los dos últimos mo- por cómo ese lenguaje es y si esto es posible profundizadón de una figura más cercana
vimientos de la Sinfonía Inacabada o la teo- es gracias a quienes como Abraham nos han y cuya importancia en la estética del si-
rización de un cuarteto de cuerdas de explicado ese cómo es y además fueron ca- glo XX parece hoy ya fuera de toda duda.
Wagner sobre el Idilio de Sigfried (por cier- paces de hacerlo globalmente, empezando Boucourechliev sonríe de pasada ante la
10, al margen de la polémica, suenan estu- por las tablillas mesopotámicas y acabando maldición adorniana, pero sus profundos
pendamente) y su prestigio no se resintió en con la muerte de Stravinsky, Shoslakovitch análisis (especialmente Consagración, Bo-
absoluto y celebró su edad de jubilación in- y Brítten, no sin un comentario escéptico so- das, Historia del soldado. Salmos, Edipo,
crementando su actividad como escritor y bre la parodia que en esa época varios com- Apolo. Canticum Sacrum, Tkreni, Agón)
componente de los más ambiciosos proyec- positores, capitaneados por Berio. vislum- no le impiden mostrarse auténticamente crí-
tos editoriales (New Oxford History of Mu- braban como saneado negocio. Las últimas ¡ico con un compositor que no siempre man-
sic, The History of Music in Sound, The páginas, dedicadas a la música en la post- tuvo idéntico nivel creativo. En efecto,
New Crove Dictionary..,) en los que tam- guerra mundial son de una lucidez cegado- podemos estar de acuerdo o no en la con-
bién interviene como redactor (véase en la ra: «ese músico genuinamente sensible que dena que el autor hace de obras como Mav-
New Oxford el capítulo Opera in Spain). es Boulez'>; «a Stockhausen le falta la fun- ra, Perséphone, Sinfonía en do, Orpheusa
damental musicalidad de Boulez y era vícti- The rake's progress, pero ya no se trata de
ma de obsesiones doctrinarias matemáticas»; una condena inquisitorial —en esc sentido,
La Concise Oxford History of Music «ni los lone-clusiers para piano ni el piano hace tiempo que con respecto a Stravinsky
(1979) que ahora comentamos es simple y preparado de Cage tienen mucho futuro, «on a bien tourné la page»—. sino de una
llanamente una obra maravillosa en que el aunque los ataques directos de Cowell a las crítica estética en que el reproche fundamen-
dicho de «sabe más por viejo que por dia- cuerdas del piano ofrecen posibilidades ob- tal es que el compositor no estaba en esas
blo...» se reconvierte en ido que no sabe por vias»; «los que piden pan sinfónico se sien- obras, según criterio de Boucourechliev, a
diablo lo sabe por viejo...» o como él dice ten ultrajados cuando les dan una piedra la altura de sí mismo.
por «alguien que durante anos se haya ocu- electrónica pero se muestran dispuestos a
pado en el análisis de la obra de tos especia- aceptar una cierta cantidad de grano de are- El libro tiene muy pocos detalles biográ-
listas». De lodos modos ante tamaña mues- na dodecafónica en su pan»... ficos, y los que aparecen incluidos tienen
tra de erudición (no sólo es que Abraham siempre una función en el estudio casi ex-
se haya pasado la vida leyendo, es que ma- Cuando abrí el voluminoso paquete que clusivamente monográfico que nos propo-
liza cada afirmación con argumentos pro- contenía este libro excepcional, mi primera ne el autor. Esa monografía aporta una
pios) uno duda de que sólo tuviera 75 años ¡dea fue escribir que por fin disponíamos de visión muy última de Stravinsky, cuya figura
cuando redactó esta obra. Súmense la ausen- un libro en español que recomendar a los no ha sufrido cambios radicales en el enten-
cia de prejuicios, fino olfato, humor más fi- alumnos de Historia de la Música en Con- dimiento por pane de quienes, después de
no si cabe, sanísimo escepticismo y fuerza servatorios y Universidades... y mantengo lodo, somos aún sus contemporáneos, pe-
desbordante y se tendrá un pálido reflejo de mi opinión pero siempre y cuando lo pue- ro cuyo perfil cambia poco a poco en deta-
esta obra que según su autor pretende ver dan leer en inglés. La traducción de las pri- lles, en nuevos descubrimientos, con otros
la Historia de la Música con telescopio a cu- meras 741 páginas (corresponden a Ana datos. En este sentido, el libro utiliza mate-
yo través «se advienen las lineas generales Góldar) es absolutamente ininteligible: no rial reciente, como el libro de Vera y Craft
y también se pueden observar los detalles que juzgo el inglés que la traductora conozca, con retratos y documentos, y además reali-
revelan la vida y la realidad, aunque, por juzgo de su desconocimiento de la prosodia za una interpretación plausible del itinera-
desdicha, ro se perciben los deíalles que y la sintaxis castellana. No puedo recomen- rio estético de Stravinsky a través de sus
completarían y calificarían las narraciones dar el uso escolar de semejante destrozo del obras y de la especial coyuntura de sus cam-
simplificadas de asuntos complejos». idioma. El resto del libro usa de un caste- bios de tercio: la oportunidad de los Ballets
llano correcto y de una por lo general irre- Rusos, la transición al Clasicismo (de gran
En lealiaad Abraham ha logrado un mo- prochable traducción. Una simple acotación profundidad en el tratamiento de Boucou-
delo de explicación de la Historia de la Mú- a Ana Góldar sobre cuestiones léxicas, ¿es rechliev, que bucea desde Peiruchka en ade-
sica Occidental (los breves capítulos sobre absolutamente necesario1 traducir sistemáti- lante para conseguir el origen y el sentido
los otros lenguajes son presentados como camente nice por bonito !, sobre todo cuan- de la limpidez armónica del Stravinsky de
«interludios» que dan información sobre los do se refiere a la amenidad de una serie de los años 20, como una vocación sentida mu-
sistemas musicales pero no se integran en el variaciones, a lo primoroso de una textura cho ames), la crisis de los años 30 (cuando
corpus doctrinal de la obra) y a pesar de que orquestal, al refinamiento armónico, a la de- la nacionalidad francesa y las lecciones en
Abraham cree haberse encontrado con que licadeza melódica, a la exactitud rítmica o Harvard), el agotamiento del filón clásico,
sabe «menos y menos sobre más y más», es a meticulosidad polifónica. las causas del serialismo... Al mismo tiem-
un modelo a tener en cuenta incluso allí don- po, nos retrata un hombre poco admirable
de el lector disiente. Fiel a esa escuela an- Felicito a Taurus por la iniciativa edito- como tal, aunque sí como artista, en un es-
glosajona, que es hija suya, es el lenguaje rial pero he de reprochar la no corrección quematismo que sería necesario perfeccio-
musical aquello que él historiografía: «la de erratas, las deficiencias del índice ono- nar (no corregir, ni mucho menos, nos
música en sí misma, en la forma y en el mo- mástico y otras hierbas que no debieran ha- consta que Igor era así de tacaño, asi de
mento en que podemos captarla. Nada acer- ber crecido. egoísta, asi de hábil, así de diferente, de...
ca de los compositores, sino como produc-
X.M.C.

4S Scherzo
LIBROS

de, por ejemplo, Banók) mediante dalos ta, con índices y todo (algo que empieza a yor libenad y amplitud a sus reflexiones cul-
biográficos más amplios, como los que uti- dejar de ser excepcional en nuestros libros), turales: algunos son realmente felices, como
liza Eric Waltcr Whitc, pero mojándose podría haberse dignificado con sólo incluir los que se titulan El cautivo Haydn y el li-
(White, es evidente, no quiso avanzar jui- esas referencias bibliográficas en español. bre Mozart y El músico J.J. Rousseau. El
cios humanos sobre un hombre al que co- índice onomástico, con 680 entradas de la
noció y apreció, y es lógico que así sea, lo S.M.B. más diversa procedencia, basta ya para se-
que no impide que su libro sea sensacional; ñalar la elevada cota de ágil y jugosa erudi-
lamentablemente, sólo está traducida al es- CLAUDE DEBUSSY: El Sr. Corchea y ción de que ha partido el autor al escribir
pañol la parte biográfica, por Sal val, Gran- oíros escritos. Alianza Música. Alianza Edi- este libio, según él no dirigido a los espe-
des Biografías, Barcelona, 1986, con una torial. Madrid, 1987. 292 páginas. Versión cialistas, sino a lodo el que quiera acercar-
amplia monografía del firmante de esta re- española de Ángel Medina Alvartz. Intro- se al mundo mágico de la música.
seña). Tal vez se imponga trazar esa biogra- ducción y ñolas de Francoú Lesure.
Este punto es el único en que discrepo de
fía significativa, más allá de la simple Todos sabemos que Claudio de Francia Gómez Amai, no en la selección de autores
yuxtaposición de datos. Boucourechliev ya era un enorme compositor, pero no dema- y títulos, donde cada cual echará a faltar esto
hace bastante mojándose en cuanto a las siados que su agudeza e inteligencia se apli- o aquello. Et autor es demasiado modesto
obras, a la interpretación del itinerario no caban con la misma facilidad a su pluma, al expresar su propósito. Su libro no sólo
siempre rectilíneo del artista y en cuestiones siempre acerada, crítica y burlona. Este será útil al estudiante, al aficionado, al me-
comprometidas como la autoría de los libros ejemplar de Alianza Música es una prueba lómano que gusta de buscar orientación, al
firmados por Stravinsky, tanto la Poética fehaciente de ello. Bajo el titulo de El Sr. lector que sienta curiosidad en general por
musical (que Boucourechliev atribuye en Corchea (Paul Valéry) y otros escritos, se la divulgación musical: es imprescindible an-
pane a Roland-Manuel, con anuencia del reúnen en este ejemplar 57 artículos en los te lodo para todos —repito, todos— quie-
compositor) como en los volúmenes co- que Debussy trata, de forma primorosa y nes escribimos comentarios, críticas y notas
firmados por Craft (cuya anuencia también única, los más diversos temas musicales que para programas, porque aquí hallaremos un
existió, pero sin duda progresivamente dí- concernían a su época o a ta estética musi- modelo no a imitar, sino a tener presente
bil a medida que avanzaban los anos). cal de todos los tiempos. Leyendo estas pá- siempre que pretendamos dirigirnos a un lec-
ginas, por cieno, formidablemente escritas, tor potencial al que debemos ofrecer infor-
La obra concluye en una relación de la y bien traducidas, conoceremos las origina- mación con sencillez, precisión, claridad y
etapa fina! de Stravinsky, la Época de pro- les opiniones del compositor acerca de te- honestidad. La fluidez en la lectura de este
gresiva conversión al serialismo, desde el mas tan dispares como la ópera cómica, las libro, que puede abrirse por aquí o por allá
Septeto hasta su culminación en Canticum obras de Se human n, Berlioz. Mussorgsky, o leerse, como en mi caso, casi de un tirón,
Sacrum y Threni, las obras venecianas. Se Beethoven, la música al aire libre, Gluck, se detiene en ocasiones ante comentarios que
(rata de una muy original visión de este úl- Wagner y el movimiento wagneríano, los rebosan de la vena casticista de ta prosa de
timo Slravinsky, más interésame que nun- Conciertos Lamoureux, etc.. Gómez Amai. No me resisto a reproducir
ca, etapa de la que el mismo Boucourechliev uno de ellos: «Hans von Bülow no es el res-
fue parcialmente testigo, aunque a distan- La lectura resulta apasionante desde la pri- ponsable de haber llamado Décima Sinfo-
cia, cuando aún era joven. mera página y Debussy nos arrastra, con ra- nía a la Primera de Brahms (...). En su
zón o sin ella, con sus ideas originales, tiempo, no se entendió o no se quiso enten-
La introducción da sentido a la monogra- expresadas con un vigor y convencimiento
fía y considero conveniente leerla tanto al der la idea de Bülow. No pretendía el gran
difíciles de volver a encontrar. Ni el incipien- director y pianista considerar a la sinfonía
principio como después de haber concluido te mundo del cine escapa a su mirada críti-
el libro. Su importancia consiste en un acer- de Brahms como una sucesión lógica a la
ca y a su apasionada defensa de unas ideas Novena de Beethoven. El mismo lo dijo:
camiento a los elementos fundamentales que y su exaltado frenesí en contra de otras. Una
definen la obra stravinskíana: la transparen- "Llamo Décima a la Primera de Brahms,
auténtica delicia. En lodo caso, una fuente pero no porque deba ser puesta detrás de la
cia y el diatonismo esencial de su música, de conocimientos de la música de la época
el carácter ritual, la tendencia esencial al ar- Novena; debe ser colocada entre la Segun-
y sus opiniones sobre cuestiones eternamente da y la Heroica. Del mismo modo, cuando
quetipo, las mutaciones aparentes del len- conflictivas que jamás dejarán indiferente
guaje y la referencia a la historia de la hablo de la Primera Sinfonía, no me refie-
al lector. ro a la Primera de Beethoven, sino a la de
música, afirmación de la tradición (incluso
en la etapa serial) y negación de toda re- El libro se completa con una sene de.en- Mozart que se conoce por Júpiter''. La ver-
tórica... trevistas publicadas entre los años 1902 y dad es que el buen Bülow se complicaba la
1914 en Le Fígaro, La Revue Bleu, Comoe- vida y exageraba en sus enrevesadas clasifi-
No nos encontramos ante una obra de in- dia, París-Journal, Excelsior y Le Gaulois. caciones. A nadie puede extrañar que, en es-
troducción. Su valor no es de iniciación (el que reflejan la incansable actividad de este tas disputas, llegara Wagner y le birlase la
lector, en este sentido, deberá acudir a otras personaje singularísimo, cuyos escritos se sefiora».
fuentes, desde el artículo del New Grove al leen como si estuvieran escritos hoy. Reco-
librito de Siohan, interesante en general, pu- mendación absoluta. La impresión que uno
blicado por Bosch a partir de Solféges) sino saca es la de cuan necesitados estamos hoy En otro medio de comunicación he leído
claramente de profundización. Sus análisis en día de un escritor musical como Debussy, una reseña de estas Notas que llama la aten-
no son una guia para el oyente o el aficio- iconoclasta e ¡nconformista. ción «del lector sagaz», para que éste tenga
nado, sino una auténtica pesquisa en busca la precaución de comprobar la fecha de edi-
del senlído de cada obra, y cada obra apor- ción del libro, pues en la actualidad —siem-
tará con naturalidad el sentido de la obra, G.Q.LL.O. pre según dicha reseña— «la obra que co-
amplia como su vida, cambiante e igual CARLOS GÓMEZ AMAT: Notas para mentamos cuenta con un defecto principal
siempre a sí misma, de uno de los grandes conciertos imaginarios. Prólogo de Cristó- que determina el resultado de forma global.
genios de nuestro siglo. Tales son las virtu- bal Halffler. Espasa Cal pe, colección Aus- presenta un proyecto obsoleto, que, en par-
des del libro de Boucourechliev. Iral, 1987. 1 volumen de 300 pigims en te, queda justificado por el propio autor en
edición de bolsillo. el título: "Notas" y "conciertos imagina-
La traducción es digna y comprensible. rios", que pretende salir por la tangente del
Los errores habituales no impiden la comu- Carlos Gómez Amat no es sólo uno de compromiso metodológico»; también se
nicación, aunque se amontonan hacia el fi- nuestros más cultos comentaristas y ensayis- acusa allí a Gómez Amat de dejarse llevar
nal (cosas curiosas, como los Actas de los tas musicales, sino también uno de los que «por la pasión localista» (entiéndase madri-
Apóstoles), y a veces no se sabe si el error mejor escriben y desde luego el de más ame- leña). En mi opinión, que no considero me-
es de la edición. En cualquier caso, nadie pa- na lectura. Tras su excelente aportación a nos respetable, este libro, de bien escrito y
rece haber corregido la traducción. Los nom- la Historia de la Música española editada certero, ha nacido acrónico, es decir, con vo-
bres rusos no han sido transcritos correcta- por Alianza Música (Vol. 5. Siglo XIX), pu- luntad de llegar a ser un clásico, y en su evi-
mente y la edición se limita a ponerlos co- blica ahora en la renovada colección Aus- dente talante vital y sabor madrileños puede
mo en la edición francesa (con alguna ex- tral unas Notas para 39 conciertos aspirar a ocupar un sitio complementario en
cepción poco explicable). La bibliografía es imaginarios, con las que comenta con bre- toda biblioteca que no sienta rubor por con-
pura transcripción de la del libro original. vedad no carente de enjundia 68 obras de servar y exhibir títulos de Wenceslao Fernán-
Es una lástima, ya que hay varios de esos más de 50 autores que van desde Montever- dez Florez, Amonio Díaz-Cañaba [c y Julio
libros ya traducidos, y al menos tres auto- di a Cristóbal Halffler. Los conc/eMOJ son Camba.
res españoles han dedicado monografías a apostillados en ocasiones con un total de 17
Stravinsky. Una edición tan digna como és- Intermedios, en los que Gómez Amat da ma-
A.F.M.

Scherzo 49
LA GUIA DE SCHERZO

19: OSRTVE. José Ramón de Euskadi. Orfeón Donos- ney. Field. Davies, Opie. M,
CONCIERTOS tneinar. De Pablo. Half- tiarra. Miguel Angcft Gómez OPERAS 17, 20. 23. 29 de septiembre.
fier, Donalom, Blacher. Martineí. Joaouin Achúca-
20: Jean Marie Cottei. pia- rro. piano: Féfis Ayo, vio- Queen FJiiibrlt Hall
no. Schoenberg, Berg, Bou- lin: Pedro Coroslola, cello. BILBAO COSÍ FAN TUTTE (MO-
LONDRES lez, Halffter. Cuijoan. Beeihoven., Brahrm, Bruck- /ari} Paul Daniel. David
ner. XXXVII Temporada
Thr Soulh Bank Centre — Musique Objique. M¡- de Optra út la \BAO Freeman. Opera Factory
18 de septiembre: London chel S»ierczewski. Halffler, 3: Coro y Orquesta The Sn- London Sinfojiitftfa. Ángel.
Fhilharmomc Oiche^rra SÍ Benjamín, Luque. tecn. Harry Christophcrs. 1L TROVATORL (Verdil Boles. Kelly, Archer. Dol-
Chorus. Klaiib IVnnsledt. 21: Carmen Biislamanlc. so- Dawson. Daiieí, George. Eüoardo Muller. Mauro, ion.McDonnell.2, 4, ft, 10,
Varady. Meicr. RendaN. So- prano; Manuel García Mo- Haendel, El festín de Ale- Mhchell, Nucci, Zajic. 12. 14. 16 de wplientbre.
nn. Beeihoven, Misa tan [e. piano. Havel, Meí- jandro. Echeverría. 2 de sepUmbn.
solemne. siacn. Blanquer, Homs, A: The Sisteen. Harry Chris- CAVALLERIA RUSTICA-
Monisaivatge. Mompou. tophers. Da»son, Robson, NA (Mascagm). I PA- MILÁN
19. 22. 24: Academy of Si. GLIACCI (Leoncavalia) Teatro alia Sola
Martin-in-ihe-f-i eld*. Neville F.splá. Dayies, George. Purcell, La Edoardo Muller. Mauro.
Marriner. Murray Perahia, — Musique Obligue. Mi- Reina de las Hadas. Obraztíova, Zancanaro, Pa- Bijerische SIMIsoper
piano. Cherubini. Weber, chei Swierczewski. Sharon !ade. Echeverría, Rui2 9, 12 de Mu .ten
Schenk. Spohr. Beeihoven, Cooper. me^¿o. Boulez, LINZ de septiembre.
Los 5 conciertos para piano. Seco. DER LIEBE DER DANAE
21: Royal Phi I h arm on ic. Festival Bnickner D1E FLAGAENDEH HO- IStraussJ Wolfgang Sawa-
Cuarteto de trombones L-LANDER (Wagnerl Jan llivch. Hass, Trauboth, Ro-
Brighton Fesiival Chorus. Aitana. Serocki, Llanas, I I , 12 de Mptirmbre: Or- Laiham Koenig. Batslev.
Anlal Dorali Mo/ari, loff, Ahmjo. King. 19.26 de
Ikethovtn.
Bianes, Ángulo.
— Oiquesta Culbenkian. S18,jeMa Sania Cecilia Roma,
corees Prélre.
19: Orquesta de la Resi-
Schunk. Nimbgcrn. Talvela.
Hermann. 15. II de sep-
sepUenbre.
DAPHNE (Strauss) Wolf-
23: London Philharmqnic. Josí Luis Temes. Jean- tiembre.
Louis Frémam. Lorraine Marie Cottet. piano. Fer- dencia de La Haya. Franz eang Sawalhsch. Lipovsek.
MeAslan. viotín. Daiis. Bi- nández Guerra, López, de Welwt-Most. NABUCCO (Verdi) Jan Malflrano. Ramírez. Lin-
tet, Lalo, Dchussy, RaveL Pablo. Milhaud. 25: Filarmónica de Munich. l.alham Koenig. Plowrighi, droos. 21, 25 d» septiembre.
25: London Philharmomc 13: Grupo Vol ad Lkbctum Sergiu Celibidaclie. Bruson. D'Anegna. Incera, DIE SCHWEIGSAME
Orchestra & Choras. Roger de Barcelona. Nuix, Graus. Romano. 23, M de sep- FRAU (Strauss) Wolfgang
Norrington. Murphy, Lan- Hiitsinyol. Capdevilla. Ca- LUCERNA tiembre. Savíallisch. Molí, Ramírez,
tlejo, Brncic. Festival de Mlisk* NORMA (Bellmi) Bons Kaufmann. Rauch. 14, 27
ridge, Daiies. van Alian, de septiembre.
B ailey. Beethoven, Leonore
(versión de concierto).
— Orquesta Gulbenkian.
José Luis Temes. Oliyeira,
1 de «plkmbre: Filarmóni-
ca de Berlín. Seíji Ozawa.
Hinchev. Popova, Mineva.
T/vetanov, Peirov. 28 de
11: Melvyn Tan. fortepiano. Braga Santos, Guinjoan. Haydn. Bruckner. septiembre, 2 de octubre. PAHIS
Beeihoven, Mendelssolin. Ivés. 3: Rojal Philharmonic. TOSCA (Puccini) Russlan
Erích Leinsdorf. Brahms, Raytscheff. Troiiskaya. Opera át París
— London Classical Pla- 24: Estudio Electrónico del Brillen. Dvorak AragaU. Popov. 29 de sep- RIGOLETTO (Verdi) Alain
yera. Roger Norrineíon. M1TT de Niza. Matihiel. 5, 6: Filarmónica de Nueva tiembre, 1 de octubre, Guingal- Jean-Marie Simón.
Beethoven, Spohr, Schu- Marie, Momanés, Marie. York. Zubin Mel"a. Schu- Shicoff, Fondary, Ferrarim,
ben. — Plástieo( Palacios. ben, Bruckner. / Schubert, Taillon. 17,14, Í6. 28,30 dr
— Sinfónica de Asturias. BERLÍN septiembre.
David Parry. Fernando Pu- Waener.
MUNICH chol, piano. Fernández Al- Berliner Kamineroper GlULlO CESARE (Haen-
Orquesta Filarmónica vez, Evangelista, Cruz de 7: Orquesta del Concertge- BLODSBROLLOI (Mag- del 1 Jean-C laude Malgoire.
de Munich Ca.siro. Montsalvatge. bouw de Amslerdam. Ric- nusson) Ole Wiggo Bang. Mcholas Hyiner Pushee.
25: Patricia Miki^hka, mez- cardo Chajlly. Radu t.upu. Britt-Marie Schoti. Stephen. Philippe, Laurení. Lotl, Vi-
15. 16, 18 de septiembre: iano. Mozari, Tchai- Zwedberg, Nilsson. Haug. see. 25, 27. 29, de sep-
Sergiu Cehbidache. Chris-
zo y electrónica. Dodge.
Morrill, Meiby, Babbitl. E ovsky.
8: Filarmónica de Viena.
Gustavsson. (Opera basada
en Bodas de sangre de Lor-
tiembre.
lian Tezlaff, violin. Ravel. — Sinfónica de Asturias.
Schubert, Schoenberg, Víctor Pablo Pírez. Víctor Lconard Bernstein. Brahms, ca). 5, 6 de septiembre. SAN FRANCISCO
Tchaikovsky, Martin, violm. Margarita Bernslein.
Zimmermann. me/zo. Da- 9: Alfred Brendel. piano. BRUSELAS Opera de San Francisco
24. 30, I de octubre: Scraiu Mozart, Brahms
Celibidache. Berlíoz, Schu- rias. Turma. Falla. L'AFRICAINE (Meyer-
bert. Tchaikovsky. 10: Philharmonifl Orches- La Molinaje beerlMaurizío Arena. Lot-
MADRID [ra. Giuscppe Sinopoli. Ru- DIE GEZEICHNETEN fi Mansouri. Verrett.
PARIS dolf Serkin. piano. ISchreker). Producción: Swenson, Domingo, Díaz.
V FBlii al de Otoño Deulsche Oper am Rhein. 9, 13, 16, 1S, 21, 24, 27 de
Orquesta de París de la Comunklad de Madrid MONTREUX-VEVEY seplicrabre.
Leganet. 22-1X. Coto y Or- Hans Wallat. üúnier Krá-
28. 29. 30 de septiembre: mer. Peelers. Cowan, Rid- THE RAKE'S PROGRESS
Daniel Barenboim. Claudio quMia de la Comunidad de XLII1 Ftslivml de Música derbusch, Schmidi. Eberz. (Slravinsky) Andrew Meli-
Arrau. piano. Hct'thoven, Madrid. Miguel Gtoba. Bar- 1 de septiembre: En&emble 9, 11 di septiembre. zer. John Cox. Paiierson.
Wolf, Boulci. bet. Haydn, Mozart. Mosaiques. Christophe Chrsilin. Vergara. Hadley.
San Larenjo de El Escorial. Coin. Corelli, Wassenaer, 10,15. 23.18 de vpliembn.
24-IX. Montserrat Torrenl. Locat el li, Peréolesi. LONDRES MAOMETTO II (Rpssini)
órgano de la Basílica. Scar- 4: Cuantío Meló». Barbara English ^alla^aJ Opera Alberto Zedda. Sonja Fri-
FESTIVALES latti, vari den Chcyn, Soler, Hendricks, soprano. sell Horne. Andenon. Alai-
Haydn. C.P.E. Bach. Schoenberg, Brahms. CARMEN (Biietl Van Pas-
Madnd. Tcalro Real. 27-IX. 5: Orquesta dei Concenge- cal Tortelier. David Pount- fflo. Merrill, Tate. 17. 19,
OruucsEa Sinfónica de Ma- bouw de Amslerdam. Ric- ney. Rigby, Trussel, Leifer 25. 30 dt septiembre.
ALICANTE kus, Bullock. 2. I. 10, 13,
drid. José Ramón Encinar. cardo Chailly. Radu Lupu.
IV Festival lntern»c«>n«l Pablo Cano, clave. Berío. 16, 21. 24 de septiembre. VIENA
iano. Mozari, Schumann, TOSCA (Vcrdi) Paul Da-
Út Milki Conlempnranea
I ! di septiembre: Sinlrtnica
J.I.. Turma. Boccherini.
E ruckncr.
15: Alfred Brendel. piano.
niel. Jonalhan Mtkller
Cairns, Baiham, Donnelk.
Sttatwper
BORIS GODUNOV (MUS-
de RTVE Honald Zollman. SAN SEBASTIAN Moían. Beethoven, Liszl, 3. 7 9.15.19. 22. 2Í, 10 de sorgskyl Mark Ermlet. Otlo
Herré Jan Stenga. cello. Brahms. septWBibre. Schenk. Burdschuladze,
Guerrero, Soler, Bernaola, XLIX Quineeni Musical 27: Trio Beaui Arií. Schu- LA TRAVIATA {Verdi) Yachmi, Sasaki, Allantov,
Madema. Berio. 1 de septiembre: Sinfónica liert. Mendelssohn, Brahms. Mark Eider David Pount- Slania. 29 de sepiiemhre.

CONVOCATORIAS

CURSO DE ANÁLISIS MUSICAL na del Barroco al Romanticismo. Pro- les. Tamaño máximo de los trabajos:
Conservatorio Superior de Música de fesor: Heribert Breuer. 26-IX/I-X. 50x35 cms. Premio: 300.000 pts. In-
Sevilla. Tema: El desarrollo armónico Límite de inscripción: 23-IX. Informa- formación: Concurso Internacional de
en las obras de Juan Sebastián Bach. ción: Conservatorio Superior de Músi- Piano de Santander. Hernán Cortés, 3.
Profesor: Heribert Breuer. 26-IX/l-X. ca de Sevilla. Jesús del Gran Poder, 38. 39003 Santander. Tfno. (942) 31 1266.
Límite de inscripción: 23-IX. Informa- 41002 Sevilla. Tfno. 37 08 47.
ción: Conservatorio Superior de Músi- PREMIO LARIOS A LA
ca de Sevilla. Jesús del Gran Poder, 38. CONCURSO NACIONAL INTERPRETACIÓN MUSICAL
41002 Sevilla. Tfno. 37 08 47. DE CARTELES Convoca: Fundación CEOE, Se pre-
Concurso Internacional de Piano de miará a un artista español de cualquier
CURSO DE INTERPRETACIÓN Santander. Pueden participar los espa- especialidad por aportación significa-
MUSICAL ñoles o residentes que no hayan cum- tiva o labor de conjunto. Fallo del ju-
Conservatorio Superior de Música de plido 30 años el 30-X-I988, día que rado: octubre 1988. Premio: 2.000.000
Sevilla. Tema: La música coral alema- cierra el plazo de admisión de origina- pts.

50 Scherzo
dosier

Música y cine

Una interpretación maliciosa de la foto que se encuentra sobre estas líneas


no nos llevaría a una conclusión muy halagüeña acerca del estado de las re-
laciones del arte musical y el cinematográfico. El momento recogido por el
avispado fotógrafo parece ser todo un símbolo de las dificultades de enten-
dimiento enire el creador de la imagen y el del sonido. Alfred Hitchcock
y el compositor que le brindara magistrales partituras para sus films, Ber-
nard Herrmann, representan en la instantánea planetas estéticos alejados.
Por fortuna, la historia del séptimo arte cuenta con producciones en las que
la música se integraba convincentemente. Como ocurre con todas las artes
que nacen por una suma de diversos elementos, la amalgama no siempre ha
sido sencilla. La música ha cumplido demasiadas veces una función mera-
mente ornamental. La obtención de un espacio expresivo propio dentro de
la película ha sido, y sigue siendo, una tarea ardua. El dosier que puede leerse
a continuación trata diversos aspectos de la relación del cine y la música,
desde el psicológico al histórico, partiendo siempre de la dignidad artística
de la propia música.

Scherzo 51
dosier

Música y cine en Hollywood


a súbita y brusca llegada del sonoro al cine supuso en

L Hollywood no sólo una revolución, sino también un


dramáiico revulsivo que se vivió con sobresalto y no
poca angustia. Recuerden ustedes cómo trataban en broma
todo aquello los viejos Stanley Donen y Gene Kelly en Can-
Una década decisiva
De'espués del grito-canción de Al Jolson, con su Hey mon!
de El cantante de jazz, se produjo la revolución de marras,
a pesar de un cierto escepticismo al comienzo, que fue pron-
tando bajo la lluvia. O de qué forma lo hacía Lindsay Kemp to desbordado por los acontecimientos. La música va a estar
en aquel reciente espectáculo, maravilloso como suyo, sobre presente desde el principio, y no es raro que una de las gran-
el tránsito al cine sonoro. Todo el mundo se vio obligado a des películas de comienzos del sonoro sea un musical, Halle-
reconvenirse, o bien a perecer. Lo inmediato fue que el cine lujah, de King Vidor, rodada en el año 1929, menos de dos
echó mano de dos elementos que desde entonces no le han después de El contante de jazz. Pero aún no se había inven-
abandonado, pero se hizo con exceso y con lorpeza: la pala- tado lo que en España conocemos como música de fondo.
bra y la música. La palabra parecía querer decir teatro: pen- El gran crítico cinematográfico Manuel Villegas López ex-
semos en la adaptación de Anna Christie, de O'Neill, filmada plicaba que si una escena de pareja necesitaba un ambiente
por Claren ce Brown y protagonizada por Greta Garbo, que sonoro adecuado, los protagonistas se veían obligados a acu-
era toda palabra, y que se anunciaba como «Garbo talks!». dir donde hubiera una orquestina. Al principio sólo había
En cuanto a la música, lo que quería decir era que se incluían música en forma de canciones, como en la película de Vi-
canciones y números made in Broadway un poco a tontas y dor, porque no se concebía aún el acompañamiento, a pesar
a locas. En muy pocos años las cosas se pusieron en su sitio,
y aunque se filmaron aún películas palabreras y comedias mu-
sicales con más sentido teatral que cinematográfico, se des-
cubrió que la palabra tenía su sitio, pero no todo el sitio, y
que la música no era sólo necesaria para las películas musi-
cales. Aquí pretendemos referirnos a la música que acompa-
ña a las películas como elemento ligado a la trama dramática,
al margen de los_/í/ms musicals. Es esa historia la que resul-
ta realmente fascinante, y vamos a intentar aportar algunos
elementos que nos hagan comprender por qué.

El fondo musical del cine mudo

Hi] sonido grabado había sido inventado unos veinte años


antes que el cine, pero sus progresos no fueron grandes has-
ta que pudo aplicarse la electricidad a los registros, y eso su-
cedió muy avanzados los años veinte, inmediatamente antes
de llegar el cine sonoro. Fue imposible conseguir una coor-
dinación y sincronización entre sonido previamente registra-
do e imágenes fílmicas. Fue necesario acudir a la música en
vivo. Era una época en que los costes de producción no eran
nada elevados y la estructura cinematográfica no era ni mu-
cho menos el mamotreto industrial que llegó a ser más tar-
de. Tampoco había gran problema en que hubiera pianislas
en los teatros, ni siquiera que los exhibidores dispusieran de
músicas para orquestas más o menos nutridas que daban am-
biente a las imágenes mudas que los públicos acudían fasci-
nados a contemplar. Cuando el cine se va convirtiendo en
algo respetable y artístico, los mismos directores y produc-
tores imponen determinado tipo de partituras que o bien son
adecuadas para las películas en cuestión o bien han sido com-
puestas expresamente para ellas. Este es el caso de la com-
puesta por J.C. Breil para El nacimiento de una nación (1915),
de D.W. Griffith. Esta práctica no pudo generalizarse, pero
sirvió para las grandes producciones de mayor interés artís-
tico. Pero todavía estamos con una música que se produce
allí mismo, ante la presencia de los espectadores, en vivo. En
los años siguientes coexistieron diversos sistemas: las mez-
clas de los distribuidores, que echaban mano de las partitu-
ras que tenían y al mismo tiempo utilizaban las obligadas;
la improvisación pura y simple de música pensada para un
contexto muy distinto; o el consabido piano con un estilo más
o menos rag. Cene Kelly en «Cantando bajo la lluvia».

52 Scherzo
-Músico y Cln*

camente creativa, como compositor postromántico que va a


marcar algunas de las características esenciales de la música
cinematográfica norteamericana: el desarrollo sinfónico y la
presencia de temas repetidos reconocibles, asociados a situa-
ciones o personajes a modo de sencillos leit-motivs. Su obra
es bella y popular. No es genial, pero sí eficaz. Es como el
cine mismo, del que se ha dicho con razón que viene a ser
un compromiso (no siempre equilibrado) entre arte y negocio.
Steiner trabajó fundamentalmente para la Warner Bros.
Junto a él surgieron otros aportadores, como el también aus-
tríaco Korngold, también de la Warner; y los norteamerica-
nos Alfred Newman, que trabajó primero para la United
Artists, y Herbert Stothart, de la Metro Goldwyn Mayer.
Korngold llegó a Hollywood un poco por casualidad. Ya era
autor precoz de óperas como Violaría o La ciudad muerta,
pero después de éxitos como las partituras para El capitán
Blood y Anlony Adverse (esta última ganó el Osear a la mú-
sica de 1936) y las circunstancias políticas de su país, con el
Anschluss de 1938, decidió quedarse y trabajar en Estados
Unidos. No compuso demasiadas películas (no llegan a veinte)
si comparamos su producción con las ingentes cantidades de
sus colegas, que respondían a la demanda de esos años por
parte de la industria, pero su influencia fue enorme por-
que a él se debe la fijación del estilo sinfónico-romántico-
operístico de la clásica partitura cinematográfica hollywoo-
dense entre 1935 y 1950. Esa manera fue ampliamente utili-
zada por los grandes equipos musicales de las productoras,
que por entonces se permitían tener sus propios composito-
res, arreglistas y orquestas. Herbert Stothan fue un hábil mú-
sico que utilizó temas ajenos muy a menudo, dentro de este
tipo de marca de fábrica de la industria. Alfred Newman en-
riqueció la inspiración, utilizando elementos semejantes a los
del impresionismo europeo y se atrevió a introducir muy tem-
prano la politonalidad, con objetivos de descripción patoló-
gica, en The dark ángel, de Sidney Franklin. Newman llegó
a dirigir el departamento musical de la 20th Century Fox du-
rante veinte años y protegió a jóvenes inquietos como Alex
La partitura de Max Steiner (1939) para la película «Lo que el vien- North y Bernard Herrmann. A pesar de ello, es típico repre-
to se llevó» nos revela una música de corle romántico a la antigua. sentante del músico cinematográfico, ya que intervino en más
de doscientas películas y recibió varios Osear por sus com-
de la amplia experiencia del cine mudo y sus intentos más posiciones.
o menos fallidos y nunca generalizados. Las grabaciones ca- En esta época parece haber una completa separación en-
recían de perfección y, además, se temia que el público que- tre el compositor especializado en música cinematográfica y
dara asombrado ante una música que venia de ninguna pane, el resto de los creadores musicales. Hay excepciones, como
sin músicos visibles. La música se utilizó en los títulos de cré- Korngold, que provenía de otro medio y que nunca lo aban-
dito y al final y se echó mano de música standard para deter- donó por completo. Pero el tipo de músico que sólo se dedi-
minadas escenas no dialogadas. Para lo demás la escena tenía ca al cine es algo común desde Newman hasta nuestros días.
que desarrollarse ante un gramófono o una radio, en un bai- Pensemos, por ejemplo, el Dimitri Tiomkin, Elmer Bernstein,
le o en un café con músicos, etc. Pero pronto surgieron una Víctor Young y otros nombres que irán surgiendo más ade-
serie de músicos que revolucionarían esta dimensión y crea- lante. Es cierto que algunos grandes compositores america-
rían el lenguaje musical del cine en pocos anos, de tal mane- nos han colaborado con el cine, pero ha sido a título
ra que en una sola década quedaría establecido el proce- excepcional, como Aaron Copland (The red pony, Ourtown),
dimiento y las paulas de la especialidad. cuyo concurso fue decisivo por lo influyente, o en películas
Recordemos que, inmediatamente después de Griffith, de carácter documental, como Virgil Thompson (The ríver,
Hollywood acogió a Chaplin, a Stroheim, a Sternberg... y The plow that broke the plains).
más larde a Michae! Curtiz o Billy Wilder, por sólo poner
estos nombres. Cuando surgió el elemento sonoro atrajo ha-
cia sí arlistas de otro medio, el musical. Lo primero que hizo
Hollywood fue atraer autores de canciones, como Irving Ber- Madurez y cambios
lin, y arreg listas-di rectores como Max Sieiner. Si el primero
no interesa especialmente al objetivo de estas lineas, el se- W artituras del año 1939 como la de Lo que el viento se lle-
gundo es un nombre esencial. Steiner, un extranjero, empie- vó, de Max Steiner; Elizabeth y Essex, de Korngold, o Cum-
za a componer para el cine prácticamente desde el principio bres borrascosas, de Newman, demuestran que el elemento
y continúa haciéndolo durante más de tres décadas. En el cua- no sólo incidental, sino también sugerente, descriptivo, inte-
dro que acompaña 3 este artículo hemos hecho una pequeña grado en el film es ya un hecho, y que esa música es de corte
selección de sus títulos, que puede darnos una idea de la in- romántico a la antigua (aunque en una época en que todavía
gente labor de este músico. Pero su importancia fundamen- no hay vanguardistas en Estados Unidos, aparte del aún des-
tal es como aportador y como iniciador. Steiner era austríaco conocido Ivés, que había dejado de componer unos veinte
y llegó a Estados Unidos muy joven. Su paso de Broadway años antes, Ruggles, Cowell y algún aislado más). Se ha im-
a Hollywood supuso que pudo desarrollarse su vena auténti- puesto el género y se ha integrado en su ámbito natural, el

Scherzo 53
dosisr

En «Psicosis», de Hilchcock, Bernard Herrmann haría uno de los mejores trabajos musicales de la historia del cine.
film. A continuación van a venir los cambios, necesarios por saparición de la música esencialmente romántica. Las pelícu-
sí mismos y por la propia naturaleza de los argumentos cine- las ya no son ingenuas y tampoco lo es su música. Ahora las
matográficos. películas son de aventuras, psicológicas, comedias... Los com-
Es entonces cuando llegan nombres como Bernard Herr- positores pueden permitirse utilizar una orquesta de cuerda
mann, Dimitri Tiomkin, Franz Waxman, Miklos Rózsa, Bro- y asociarla a otro mensaje que el que hasta el momento te-
nislaw Kaper, Hugo Friedhofer, Ernest Gold y muchos otros, nían como destino. Bernard Herrmann, acaso el mejor com-
que consiguen romper parcialmente el molde romántico e positor para el cine de todos los tiempos, lo demostró sobra-
introducir otros elementos. Compositores menos conocidos, damente en Psicosis, donde las cuerdas describían casi a gri-
como David Raksin, introdujeron elementos sumamente mo- tos el famoso asesinato en la bañera. Herrmann utilizó com-
dernos de ambientación y descripción psicológica (por ejem- ponentes instrumentales inusitados en su amplia pero nunca
plo, Laura, de Otto Preminger, de 1944). La renovación fue excesiva serie de películas, desde el drama-humor de Con la
pareja a la propia renovación de temas, a la paulatina pérdi- muerte en los talones y el romanticismo cínico de Vértigo (he-
da de la inocencia que se consolidaría en la década de los cin- mos citado ires films de Hitchcok, atención) hasta la descar-
cuenta, y así se introdujeron nuevos elemenlos de forma sutil nada partitura que concluyó inmediatamente antes de morir
(la apariencia romántica, pero matizada sabiamente con te- para Taxi driver.
mas populares americanos, en Los mejores años de nuestra
vida, de William Wyler, con partitura de Hugo Friedhofer, Lo que sucede es que el realismo ha irrumpido en el cine
1946) y se utilizó el conjunto instrumental en diferentes con- y por lo tanto en las composiciones que lo ilustran: Leonard
textos timbrícos y temáticos (Herrmann en Ciudadano Kane Rosenman, dedicado como Herrmann a la composición sin-
o Et fantasma y la señora Muir). fónica y de cámara, realizó una excelente partitura dodeca-
fónica para una película con más pretensiones psicologístas
Si la década de los 40 supuso sentar las bases de un cam- que logros concretos, The Cowbeb, de Minelli, un cineasta
bio en la mentalidad cinematográfica y, al mismo tiempo, cuyos melodramas introducen elemenlos bien humorísticos,
en su música, la de los 50 culminó ese cambio. El cine de los bien psicológicos low brow, porque el melodrama puro y sim-
años 50 empieza por la monstruosa persecución de la época ple como Lo que el viento se llevó ya no es posible más que
de Mac Carthy. Es una época de escepticismo que se va a como nostalgia acritica.
reflejar en el cine y que en los mayores compositores que tra- Al mismo tiempo que se introducen todo tipo de elemen-
bajan para él permite un punto de llegada a esa necesidad tos musicales en el cine (jazz, blues, pop, electrónica, etc.)
de cambio que se advertía antes, y que hace que la mejor mú- tienen lugar algunos adelantos técnicos, como el estéreo, que
sica fílmica que se compone en estos años sea algo comple- se utiliza por vez primera en La túnica sagrada, de Henry
tamente distinto a lo que se componía en los años 30. A la Koster, con partitura de Alfred Newman. Es en este tipo de
desaparición de los grandes melodramas correspondió la de- películas históricas, de romanos, de gran espectáculo, don-

54 Scherzo
-Músico v Cin*.

de aún se refugia un tipo de romanticismo más o menos gran- Aram Jachaturiam y Johann Strauss. Lo mismo hará algo
dilocuente, no siempre conseguido (Ben-Hur, de Rózsa), que después William Fríedkin con la música compuesta por Schi-
da lugar a algunos títulos musicalmente relevantes en los 50 frin para El exorcista, y él mismo hará un montaje musical
y 60: El Cid (Rózsa), El príncipe valiente (Waxman), La con- con obras de Henze, Penderecki, Crumb y Webern. Hay pe-
quista del Oeste (Newman), La caída del imperio romano lículas realizadas enteramente con material clásico previo
(Tiomkin), etc. (Barry Lyndon, de Kubrik; Portero de noche, de Cavani),
En esta época han desaparecido ya los equipos musicales en una época en que el cine americano acude a rodar a mu-
de las industrias, dentro de un proceso de reducción de cos- chos países y otros acuden a América, produciéndose un in-
tes por el disparo insoslayable de los mismos. Al mismo tiem- tercambio, cuando no un olvido, de creadores musicales.
po, se utilizan los servicios de nuevos compositores y se La victoria de la música con orígenes electrónicos es cosa
abandona progresivamente a los supervivientes de los años de nuesira década, en la que es raro encontrar películas ame-
ricanas que utilicen conjuntos sinfónicos habituales. Ya al-
gunos músicos habían reducido los efectivos de forma muy
funcional e inspirada (Elmer Bernstein en Matar un ruise-
ñor, David Raksin en WillPenny, etc.). Esto ha llegado ine-
vitablemente a compositores sólidos como Maurice Jarre,
autor de partituras como Lawrence de Arabia (1962), Doc-
tor Zivago (1965), Isadora (1972) o Eljuezde la horca (1972),
que en los últimos tiempos ha aplicado medios electrónicos
a partituras tan sencillas, atractivas e inspiradas como las de
El año que vivimos peligrosamente o Único testigo.
Junto a él permanecen compositores que, aun provinien-
do del pop, han hecho una excelente carrera cinematográfi-
ca mediante temas de una sencillez y una eficacia no siempre
de suficiente nivel artístico. Es el caso de Henry Mancini, mú-
sico de todas las panteras rosas que hay por el mundo, pero
también de El guateque y, como debut envidiable, de una de
las grandes películas de todos los tiempos, Sed de mal, de
Orson Wells. Y también las grandes figuras que sobreviven,
como Alex North, que desde su revolucionaria partitura de
Un tranvía llamado deseo (donde mezclaba elementos sinfó-
nicos y de jazz con un sorprendente y sugerente resultado)
permanece en la brecha en las últimas películas de John Hus-
ton. O los nombres triunfadores de los 70, como John Wi-
lliams, en activo desde finales de los 50 y que ha compuesto
las partituras millonarias para las películas de Spielberg y
Lucas.

Coda sin lamento


fN o hay que lamentar el estado de crisis creativa del cine
en nuestros días. No sabemos si tendrán razón los apocalíp-
ticos que lo ven desaparecer o si será cierto lo que piensan
los optimistas, que se trata de un bache hasta que se adapte
a la feroz competencia del medio omnipresente e intermina-
ble que se ha instalado dentro de los hogares, la televisión,
de la que por otra parte no puede prescindir. Esa misma cri-
sis afecta a la creación musical, como no podía ser menos.
No es una secuencia de causa y efecto, sino que ambas pade-
cen la misma enfermedad, puesto que son la misma cosa.
La música para et cine ha sido obra de numerosos artesa-
nos y un puñado de grandes creadores. La mayor parte de
Stanley Kubrik rechaza la partitura de Alex North para su «2001. estos últimos aparece en el cuadro que insertamos aparte, con
una odisea en el espacio" y la sustituye con música de R. Strauss. una selección de algunas de sus mejores películas (disculpen
30 y 40. El dodecafonismo de Rosenman o el cromatismo y omisiones injustas e inserciones injustificadas). Nos hemos
utilización de células mínimas por parte de Herrmann no des- referido a Hollywood porque allí fue donde las cosas se hi-
tierran por completo las pautas tradicionales ni el diatonis- cieron de tal manera que nos han alimentado espíritu al men-
mo esencial de las partituras cinematográficas, pero han hecho te a todos. Este articulo está destinado en principio a todo
mella de tal manera que incluso queda en entredicho el co- el mundo, pero al ser obra de alguien que se encuentra en
metido del especialista compositor para el cine. Se empiezan los 40, no ha tenido otro remedio que asumir su propia edu-
a utilizar en los 60 partituras preexistentes, se introducen los cación (¿sentimental?) de unos años, los 50 y 60, en que el
divos del pop como Elvis Presley y la propia música pop se cine era el pan nuestro de cada día de las clases urbanas, y
hace protagonista de films enteros (El graduado, American echar un poco la vista atrás, hacia el origen del sonoro, y
Graffit't). Un director como Stanley Kubrik, auténtico meló- acercarse a esta época de enorme creatividad, grandes cam-
mano, crea un diabólico precedente: rechaza la partitura com- bios y auténtica crisis del medio.
puesta por Alex North para 2001, una odisea en el espacio
y la sustituye con música de Richard Strauss, Gyórgy Lígeti, Santiago Martín Bermúdez

Scher¿o 55
dosier

19 compositores para el cine


sta selección de 19 compositores de música cinematográfica es, lo sabemos, discu-
E tible. Podrían ser veintitantos. O acaso deberían ser menos. Se nos puede repro-
char incluir un músico algo convencional como Víctor Young en la misma lista
en que reseñamos a Bernard Herrmann. Y al mismo tiempo se nos reprocharán algunas
ausencias. Pero se imponía una selección y ésta ha tenido lugar por alguna de estas dos
razones: o por la influencia de la obra, o por la coherencia y amplitud de una carrera.
Se ha intentado poner las películas más conocidas, con su título español —excepto cuando
lo desconocemos, ya sea por no haberse estrenado o por imperdonable ignorancia
nuestra— y las dos últimas cifras del año de producción. El conjunto, en cualquier ca-
so, es muy significativo de lo que se ha hecho en cuanto a música cinematográfica en
el Hollywood que echa a cantar en los 30, y que en unas pocas décadas lleva a cabo
la creación de algo paralelo al proceso que dura tres siglos en la historia de la ópera:
desde un estilo conciíaío hasta el descubrimiento de que la música no es neutra ni ino-
cente y que compromete la imagen en una dirección que ella sola no podría emprender,
la creación, en resumen, de vida, de drama y de tiempo. No es extraño que algunos
cineastas, como Bunuel, desconfiaran de la música. Y que otros, melómanos, llegaran
a prescindir de ella en determinadas escenas en que otros la hubieran utilizado con pro-
fusión —como Kubrik en la escena del ataque fallido a la colina en Senderos de gloria.
Papillon (73)
BERNSTEIN, Elmer Chinatown (74)
(Nueva York, E! viento y el león (76)
Alien (79)
Star Trek (79)
Los diez mandamientos (56) Poltergeist (82)
Deseo bajo los olmos (58) Bajo el fuego (83)
Los siete magníficos (60) Gremlins (84)
Verano y humo (61) Rambo (85)
El hombre de Alcalraz (62)
La gata negra (Walk on Ihe wild si de) (62)
Amores con un extraño (63) HERRMANN, Bernard
Matar un ruiseñor (63) (Nueva York, 1911-Los Angeles, 1975)
Hawai (66)
See no Evi! (71) Ciudadano Kane (41)
Aiiplane (80) El cuarto mandamiento (The magnifkent
Los caza fantasmas (84) Ambersons) (42)
Jane Eyre (44)
Ana y el rey de Siam (46)
El fantasma y la seflora Muir (47)
Las nieves del Kilimanjaro (52)
La hechicera blanca (53)
DEtrrscH, Adoír Sinuhé el egipcio (54) (colaboración con
Alfred Newman)
El hombre de Kentucky (55)
Tovarich (37) Pero ¿quién mató a Harry? (55)
Ultimo refugio (High Sieira) (39) Alfred Neumann evocaba las emociones me-
El hombre del traje gris (56)
El halcón malíes (40) diante una música ¡lena de almos/eras. El hombre que sabia demasiado (56)
Té y simpatía (56) Un sombrero lleno de lluvia (57)
Las girls (57) Simbad y la princesa (58)
Con faldas y a lo loco (59) GOLD, Ernst Vértigo (58)
El apartamento (60) (Vleaa, 1921> Viaje al cenlro de la Tierra (59)
Con la muerte en los talones (59)
The true story of Civil War (56) Psicosis (60)
On the beach (59) Suave es la noche (62)
FRIEDHOFER, Hugo Éxodo (60) Marnie la ladrona (64)
(San Francisco, ! 901-Los Angeles, 198 J) Vencedores o vencidos (Judgment al Nurem- Farenheit 451 (63)
berg) (61) La novia vestía de negro (67)
El mundo está loco, loco... (63) Noche sin fin (72)
Las aventuras de Marco Polo (38) El secreto de Santa Villoría (69) Taxi driver (76)
Los mejores años de nuestra vida (46)
Juana de Arco (48)
Flecha rota (50) GOLDSM1TII, Jerry KAFER, Bronislaw
Vetacruz (54) (Los Angeles, 1929) (Vanovú, 1902-Los Angele*, 1983)
Llegaron las lluvias (55)
Fiesia (The sun also rises) (57) Fieud (62) Luz de gas (44)
El bárbaro y la geisha (58) Siete días de mayo (63) La insignia roja del valor (51)
El rostro impenetrable (61) El planeta de los simios (67) Lili (53)
Gerónimo (62) La balada de Cable Hogue (69) La zapatilla de cristal (55)
Prívate Parts (72) Patton (70) Los hermanos Karamazov (58)

56 Scherzo
-Músico y Cln*

Bernard Herrmann compuso la música para «Ciudadano Kane», un clásico de la historia Miklós Rózsa ha sido uno de los composi-
cinematográfica. tores más fecundos.

Rebelión a bordo (62) La canción de Bernadette (43) Un hombre llamado Caballo (69)
Lord Jim (65) Capitán de Castilla (47) Bound for glory (76)
Tobruk (67) La túnica sagrada (53) t i señor de los anillos (78)
Sinuhé el egipcio (54) (colaboración con
B. Herrmann)
KORNGOLD, Erich Wolfgang Anastasia (56)
<Bno, 1897-Hollywood, 1957) La conquista del Oesie (63) ROZSA, Miklós
La historia más grande jamás contada (65) (Badaptsl, 1907)
El capitán Blood (35) Aeropuerto (69) (concluida tras su muerte)
Antony Adverse (36) Las cuatro plumas (39)
The Prinee and trie Pauper (37) El ladrón de Bagdad (40)
Robín de los bosques (38) Perdición (Double Endemnity) (44)
Juárez (39) NORTH, Alen Recuerda (Spellbound) (45)
(Chester, 1910)
La vida privada de Elizabeth y Essex (39) La jungla de asfalta (50)
The Sea Hawk (40) Quo vadis? (51)
Muerte de un viajante (51) Ivanhoe (52)
La ninfa consomé (42)
Un tranvía llamado deseo (51) Julio César (53)
Escape me never (46) ¡Viva Zapata! (52) Los caballeros del Rey Arturo (54)
Los miserables (52) Ben-Hur (59)
Desirée (54)
MANCINI, Hcary El Cid (61)
Mañana lloraré (56) Rey de Reyes (61)
(Cleveland, 1924) La noche de los maridos (57)
El largo y cálido veíano (58)
Sed de mal (58) EL ruido y la fuiia (59)
Desayuno con diamantes (61) Spartaco (60)
Días de vino y rosas (62) STEINER, Max
Vidas rebeldes (61)
Hatari (62) Réquiem por una mujer (Sancluary) (61) (Vfeaa, UM-Beverij HUh, 1971)
Charada (63) Cleopalra (63)
La pantera rosa (64) Cimarrón (31)
El tormento y el éxtasis (65) Bird of Paradise (32)
Dos en la carretera (67) El gran combale (Cheyenne Autumn) (65)
Víctor o Victoria (82) Symphony of six mil I ion (32)
¿Quién teme a Virginia Wolf? (66) King Kong (33)
Las sandalias del pescador (68) Servidumbre humana (34)
Sangre sabia (80) The Informer (35)
NEWMAN. Alfred Bajo el volcán (841
(New H.vea, 1900-Los Aegdrs, 1919) Los ttes mosqueteros (35)
El honor de los Prizzi (85)
La carga de la brigada ligera (36)
Street Scene (31) El pequeño Lord (36)
The dark ángel (35) The life of Emile Zola (37)
Beloved enemy (36) ROSENMAN, Lconard Angeles con caras sucias (38)
El prisionero de Zenda (37) tBrooktra, 1924) Jezabel (38)
Beau Geste (39) Lo que el viento se llevó (39)
Gunga Din (39) Al este del Edén (54) Sargento York (41)
El jorobado de Notre Dame (39) The Cowbeb (55) Murieron con las botas puestas (42)
Cumbres borrascosas (39) Rebelde sin causa (55) Carablanca (43)
El joven Lincoln (39) The fantastic voyage (66) El sueño eterno (46)

Scherzo 57
dosier

Cayo Largo (48)


El tesoro de Sierra Madre (48) YOUNG, Víctor
Las aventuras de Don Juan (49) (Chicago, 1900-Paün Springs, 1950)
El halcón y la flecha (50)
El zoo de cristal (50) Los viajes de Gulliver (39)
Es lo es Cinerama (53) Por quién doblan las campanas (43)
El moiin del Caine (54) El vals del emperador (48)
El capitán Jones (59) Sansón y Dalila (49)
Parrish (61) Río Grande (50)
Scaramouche (52)
El hombre tranquilo (52)
Raíces profundas (Shane) (53)
STOTHART, Hcrbert La mano izquierda de Dios (55)
(Müwaukre, 1885-Los Angeles, 1949) La vuelta al mundo en ochenta días (56)

La isla del tesoro (34) WAXMAN, Frau


Ana Karenina (35) (Kta%d&lte, 1906-Los Angeles, 1967)
David Copperfield (35)
Rebelión a bordo (35)
La dama de las camelias (37) Furia (36)
Romeo y Julieta (37) Capitanes intrépidos (37)
María Anionieta (38) Historias de Filadelfia (40)
El puente de Waterloo (40) Rebeca (40)
El retrato de Dorian Gray (45) Dr. Jeckyll and Mr. Hyde (41)
Sospecha (41)
El crepúsculo de los dioses (50)
El principe Valiente (54)
TIOMK1N, Dimitrf Peyion Place (57)
(San Pelersburgo. 1894-Londrea, 1979) Sayonara (57)
Taras Bulba (62)

Caballero sin espada (39)


Sombra de una duda (42)
Duelo al sol (46) WILLIAMS, Joba
Río Rojo (48) (Nueva York, 1932)
Extraños en un tren (51)
Solo ame el peligro (52) Diamond Head (62)
Tierra de faraones (55) El valle de las muñecas (67)
Gigante (56) Los raieros (69)
El viejo y el mar (58) Tiburón (75)
El último tren de Cun Hill (59) Family piot (76)
E! Álamo (60) Encuentros en la (ercera fase (77)
Los que no perdonan (60) La guerra de las galaxias (77)
Los cañones de Navarone (61) «Historias de Filadelfia» es típica del esti- Superman (78)
55 días en Pekín (63) lo de Waxman: sencillez, concisión y bre- El Imperio contraataca (80)
La caída del imperio romano (64) vedad de la partitura. En busca del arca perdida (81)

Max Stemer componiendo la partitura pa- Dimttri Tiomktn cun su tercero y último John Williams, música para las galaxias,
ra «The Violen! Men». Osear.

58 Scherzo
-Músico y Cln«-

Una noche en la ópera


os hermanos Marx, cuya po manos Marx en el Oeste, 1940) y

L pularidad no disminuye, a pe-


sar de que sus mejores pelí-
culas han doblado ya el cabo de los
cincuenta años de existencia, no
itea/u más detenidamente en Horsefeat-
hers (Plumas de caballo, 1932),
donde acaba tirando el instrumen-
to al agua. Además de estas ocasio-
fueron sólo unos cómicos de gran nales intervenciones instrumentales,
originalidad, sino también músicos Groucho canta y baila con un esti-
de talante popular, siguiendo una lo característicamente grotesco, co-
vieja tradición que hacía insepara- mo puede admirarse detalladamen-
ble la profesión de cómico de la te, por ejemplo, en A Day at the
práctica de algún instrumento. Races (Un día en ¡as carreras, 1937)
Los entusiastas de los Marx sa- en la fiesta del vagón de tren, don-
ben perfectamente, por supuesto, de canta la canción Lydia.
que uno de los hermanos, Harpo, El cuarto hermano, Zeppo, cuya
debe su sobrenombre a su pasión carrera de galán contrastado con
por el arpa (= harp, en inglés), ins- sus hermanos concluyó con Duck
trumento al que dedicaba sus ratos Soup (1933), a causa de su falta de
de ocio entre toma y toma de sus encaje con ellos, y de su menor per-
películas, y ante la cual acababa sonalidad, también tiene interven-
sentándose, tarde o temprano, fren- ciones musicales en sus films,
te a las cámaras, en todos sus films. singularmente canciones. No supo
Sus recitales, generalmente inicia- imponerse, sin embargo, ni siquie-
dos con un tema clásico, derivan ra en la canción amorosa (el tema
luego hacia variaciones con un rit- del film) que canta en Horsefeat-
mo popular y no sólo cumplen una hers, su mejor momento como ga-
función musical, sino que sirven de lán. Eso no impidió que le muti-
distensión en la comedia para pre- laran la canción, dejándola reduci- ,
parar al espectador para un nuevo da a menos de la mitad. En los
episodio en el que la comicidad films posteriores a Duck Soup, in-
reemprenderá su progresión. Har- comprensiblemente, tanto los Marx
po no sabia leer música; sin embar- como sus productores y directores
go, tocó de oído toda su vida y cinematográficos prefirieron con-
cuando Mario Castelnuovo-Tedes- tratar galanes cantores melosos que
co, el célebre compositor italiano, llenaron las pantallas con sus insul-
visitó Hollywood indudablemente sas historias amorosas sin las cua-
atraído por el poderoso caballero les no se consideraba posible un
allí fácilmente alcanzable, se pre- desarrollo adecuado del argumen-
sentó ante Harpo Marx con un con- to del film. Joe Adamson, en su in-
cierto para arpa y orquesta que teresante estudio sobre los Marx,
tuvo que llevarse de nuevo al des- llega incluso a establecer una lista
cubrir que su putativo intérprete era de dichos galanes por riguroso or-
incapaz de aprenderlo. (1) den de náuseas, situando en primer
Las habilidades de Harpo, sin lugar a Tony Martin (el galán que
embargo, no se limitaban al arpa; graba el disco en The Big Store (Los
lo vemos alguna vez con otros ins- grandes almacenes, 1941). (2)
trumentos, como la armónica, la
flauta, o animando a grupos de
cantores y bailarines de color a de- Una noche en la ópera y el género
sarrollar su innato gusto por el FOTOS: METRO-GOLDWYN-MAYER lírico
ritmo.
Igualmente hábil como Harpo con su instrumento, lo U nos cómicos tan integrados en la actividad musical me-
era Chico con el piano, en el que da siemprre un recital recerían un análisis mucho más detallado que el antece-
en cada película. Tocador de oído, como su hermano, Chi- dente. Por otra parte, es evidente que tenían que dedicar
co se distinguió por su peculiar manera de recorrer el te- forzosamente un film específicamente a la música, y en
clado, especialmente con la mano derecha, con la que 1935 surgió la oportunidad cuando se llegó a un acuerdo
fusilaba las notas más altas por medio de una imaginaria entre los cómicos y la Metro Goldwyn Mayer (que se ha-
pistola. bía quedado con el equipo cuando la Paramount decidió
Menos observadas han sido las habilidades musicales dejarlos, después de la escasa vitalidad económica de Duck
de Groucho, a pesar de que un observador atento de su Soup). El cerebro literario y argumental de la Metro, Ir-
filmografia más conocida puede haber apreciado que es- ving J. Thalberg, se encargó de convencer a los anárqui-
te personaje también toca un instrumento, la guitarra (con cos comediantes, que aceptaron tras largas y tediosas
la que aparece breves momentos en Go West (Los her- negociaciones.

Scherzo 59
-do»i*r-

Quedó convenido que el tema del film sería el mundo de la nueva compañía de ópera Hermann Gottlieb (Sieg-
de la ópera, cuya prosopopeya y osteniación, en la época fried Rümann) se ofrece a acompañar a Groucho Marx
en que hablamos, había llegado virtualmente a su cénit. y a su protectora, la inefable Margaret Dumont, a la ópe-
Efectivamente, los años 1930 señalan el punto más ba- ra, Groucho se excusa y luego, desde su coche de caba-
jo de la vitalidad de la ópera como espectáculo mundial. llos, insiste en dar vueltas al ieatro para evitar llegar a
Los nuevos hallazgos técnicos, la aparición de los prime- tiempo de presenciar la ópera.
ros films sonoros (que hacia fines de la década empeza- Cuando Gottlieb habla con la Sra. Claypool (Marga-
rían a aparecer ya en color, a veces), la proliferación del ret Dumont) acerca de los honorarios de Lassparri como
automóvil y del week-end, todo conspiró contra la ópe- figura en la que apoyar la nueva compañía de ópera,
ra, cuyo público disminuyó, dejando el espectáculo en ma- Groucho se escandaliza ante los mil dólares por noche que
nos de las grandes fortunas, que seguían encontrando en se van a ofrecer al tenor, y afirma con toda tranquilidad
el (eatro de ópera el lugar adecuado para su ostentación que se pueden conseguir discos de Minnie the Moocher
y ambición de gran mundo, difícil de alcanzar para el («la bella Mimí», en la versión española) por 75 centa-
hombre común. vos, y que por un dólar y cuarto se la puede conseguir
En América, especialmente, donde la principal vida ope- en persona.
rística se desarrollaba en la populosa y variada Nueva A partir de este momento, sin embargo, Groucho hue-
York, el Metropolitan Opera House estaba en manos de le el negocio y se pasa al bando, si no de los entusiastas
tos grandes magnates de la industria, de las grandes for- de la ópera, al menos al de los agentes y organizadores,
tunas del país. No es de extrañar que para el común de y se dedica a buscar a Lasspairi por su cuenta. A través
los moríales, la ópera pareciera indisolublemente ligada de la célebre escena del contrato, acabará siendo el ma-
a la ostentación, al lujo, a la virtual incapacitación para nager del comprimario Riccardo Baroni, el galán inevi-
el trabajo causada por un exceso de recursos monetarios. table de turno.

La ópera en el film
J_/a parte musical del film, como siem-
pre que en estos años la Metro Goldwyn
Mayer emprendía determinadas produc-
ciones sonoras, se confió a una nulidad
que se dedicaba con frecuencia a apañar
partituras y a realizar trabajos de adap-
tación que no constituyen ningún timbre
de gloria ni para él ni para la empresa. Se
llamaba Herbert Stothart, e intervino en
muchas bandas sonoras de los años 1930.
Su ignorancia era enciclopédica, y a él sin
duda se deben las confusiones que surgen
en la película entre la música que se oye
en escena y las imágenes que aparecen en
la pantalla.
En efecto, en la primera parte del film,
que se desarrolla en Italia (aunque sólo un
observador muy atento puede percatarse
de que el teatro en el que acontecen los
hechos tiene que ser la Scala de Milán,
Los hermanos Marx (reducidos ahora a tres tras la de- porque no se dice en ningún momento), los protagonis-
fección de Zeppo, que se convirtió en su agente) tenían tas intervienen en o presencian una representación que,
irremediablemente que encarnar el otro lado de la barre- por la música, es Rigolelto. Sin embargo, una observa-
ra del espectáculo, y la comicidad había de nacer forzo- ción atenta de los detalles del escenario nos da a entender
samente de la incongruencia entre el público de la ópera otra cosa: un cartel a la puerta del teatro al que Groucho
y su convencionalismo, y la salvaje alegría de los tres per- rehusa entrar anuncia Pagliacci y luego, cuando aparece
sonajes, capaces (como ocurre, efectivamente, en el film) Lassparri en el escenario, lleva traje de payaso, lo que mo-
de destruir una representación en muy poco rato. tiva un comentario de Groucho sobre sus botones in-
La ópera como género estaba entonces anquilosada al mensos.
máximo. El repertorio, más reducido que nunca, se ci- Luego presenciamos a Kitty Carlisle cantando inade-
fraba en unas pocas decenas de títulos que se repetían has- cuadamente una parte del aria de Gilda Caro nome (ter-
ta la saciedad: nadie parecía interesarse por el contenido minándola con un arreglo distinto del original). Sin
de verdaderas obras maestras que se mantenían ignora- embargo, la Carlisle va vestida de Colombina- Y, mien-
das del gran público y de los que el modesto aparato so- tras canta, un espectador atento verá entrar a un perso-
noro que era la antigua gramola no podía dar todavía naje jorobado que mordisquea una manzana. ¿Rigoletto,
cumplido testimonio. el jorobado? No, se trata de Tonio, personaje asimismo
Así, pues, los hermanos Marx entran a saco en ese mun- jorobado de Pagliacci, la ópera más famosa de Leonca-
do encopetado y falso y le infligen todas las humillacio- vallo. ¿Qué sucedió en el rodaje y en la impresión de la
nes que los antagonistas de la ópera (mucho más banda sonora?
numerosos entonces que ahora) hubieran querido poder Muy sencillo: se pensó en poner en escena, para la par-
causarle. te iialiana de la película, un fragmento de Pagliacci: por
Aparecen en el curso de la película todos los tópicos eso Lassparri lleva traje de ciown. La escena en que can-
an ti operísticos, empezando por el que sostiene que ja ópe- ta Kitty Carlisle no es otra que la de la Ballatella, y por
ra es una laia. Cuando, a principios del film, el director esto aparece, atraído por la música, el deforme Tonio;

60 Scherzo
-Músico y

si se hubiera tratado de Rigoletto no habría aparecido en que Chico y Harpo hayan introducido la confusión en la
escena durante el aria de Gilda Caro nome, por necesi- orquesta, y páginas de música ligera entre las hojas de la
dad del propio argumento de la ópera verdiana. partitura de // trovatore, de Verdi.
Así pues, a la hora de montar la película y darle una Es este título verdiano el elegido como base para la gran
banda sonora, la ignorancia de Siothart no supo prever escena final de la película, cuando la venganza de los Marx
la dualidad creada y dejó que se grabaran fragmentos de cae sobre Gotilieb y Lassparri, turbando la representa-
Rigoletto en lugar de los de la ópera pensada en un prin- ción con todo tipo de interferencias. Algunas de las bro-
cipio. Tal descuido revela el escaso interés que por la ópera mas aparecen ahora añejas: la moda de los apaches se
sentía incluso el responsable de la música de la Metro introduce en una escena viólenla de unos bailarines, du-
Goldwyn Mayer. rante el canto de los gitanos del acto 11. Pero lo más inte-
resante y divertido, por supuesto, estriba en los cambios
de decorado provocados por Harpo desde lo alto del es-
Los Marx en el Met de Nueva York cenario, y el rapto de Lassparri interrumpiendo precisa-
mente el aria Di quella pira.
3 ó l o unos pocos fotogramas nos sitúan en lo que el guión La partitura pasa sin aparente preocupación para nin-
del film denomina New York Opera House, probablemen- guno de los responsables, de una escena a otra de la ópe-
te unos centímetros de película obtenidos de algún noti- ra: así Lassparri empieza a cantar Mal reggendo frente
ciario. Después, la filmación se lleva a cabo en un teatro a Azucena y termina poco después en plena aria de la pi-
obviamente mucho menor. ra. Finalmente, cuando Kitty Carlisle logra cantar al pie
La compañía de ópera se pone trabajosamente en mar- de la torre su aria D'amor sufl'ali rosee, la versión cine-
cha porque los Marx han secuestrado a Gottlieb y en el matográfica impone un final falso que servirá, además,
momento de levantar el telón no está allí para saludar al bisado, como final feliz de la ópera.
público de entusiastas encopetados que llena el teatro. A Tales atentados revelan, en el fondo, el poco interés,
instancias de Groucho, que se halla allí para salvar la si- e incluso el menosprecio que en muchos ambientes euro-
tuación, la Sra. Claypool (Margaret Dumont, que repre- peos y americanos se vivía respecto a la ópera. La era de
senta a la perfección el papel de gran dama los inventos parecía que iba a desplazar al arte lírico, y
circunstancialmente interesada en el género para acceder nadie pareció interesarse especialmente por cuidar la fi-
a la sociedad) saluda al público y luego Groucho le dirige delidad al género y a sus partituras.
unas palabras disparatadas, destinadas a cubrir de opro- Los hermanos Marx —que ya habían aludido a la ópe-
bio a la ópera. En la versión original, alude a los cheques ra muy de paso en alguna otra de sus películas anteriores—
de la mecenas allí presente para asegurar que probable- dejaron una obra maestra: un film de humor realizado
mente carecen de fondos. Luego relata brevemente la vi- a costa de la escasa popularidad y el aislamiento social
da de Lassparri con otras incongruencias: su madre era de los entusiastas de la ópera. Es uno de los muchos jalo-
una conocida «baja» («barítona», dice la versión caste- nes de la difícil relación entre el mundo lírico y el del film,
llana, para hacer más comprensible la burla) y luego añade que pocas veces se han llevado bien.
la calificación de fabricante de spagftetti referida al su-
puesto padre de Lassparri, alusión al italianismo que com- Roger Alier
pleta las que en todo el film llevan a cabo lor
protagonistas, sobre todo Chico, al que se supone de ori- (1) Harpo también tocaba el piano, pero en los films el contacto del acEor
gen itálico. (3) con el instrumento suele lener consecuencias nefastas para esle último, lo que
Los ataques a la encopetada clase social se suceden: no ocurre con el ajpa. Lo ocurrido con Í.'aslelnuovu-Tcdcsco lo explica Joe
Groucho intenta dar una propina a un caballero que le Adamson en Groucho. Harpo, Chico and sometimos Zeppo. Coronel Books.
[andón. 1974, p. 261.
recoge el sombrero, hace muecas al público, vende caca- (2) Joe Adamson: op. d i . , p. 383,
huetes en la platea y asusta con gritos a las damas cuan- (3) El i « l o definid™ y el original del film pueden verse en la edición del guión
do la represen!ación logra por fin arrancar, después de publicada por The Viking Prcsi, Nueva Yorl. 1972.

Scherzo 61
Comunidad "de Mádñd
.PROGRAN
TEATRO R E A L TEATRO ALBENIZ TUAREG. Argelia
BALLET NAOOHAL OE CARACAS, Venezuela-España Daozas Guerreras
ORQUESTA SINFÓNICA DE MADRID (ORQUESTA
Dirección artística- VICENTE NEBRADA D Í M i , 2 y 3 d e «ubre, 20J0 h.
ARBÓS). España
Primeros oailannes invitados. TRINIDAD SEVILLANO Presentador y estreno en España
Director JOSÉ RAMÚN ENCINAR
SANTIAGO DE LA QUINTAHA. KOEN ONZIA DEPOSITO DENTAL España
Oi* ZlikMfUttrbn, 19,30 h.
DiM 29, 30 d i Mpfcmbre v 1 d i odubra, 20,30 h. Espectáculo Multimedia dedicado a Oskar Schlemmer
Quattro veryoni ong¡nah Sella Ribrata Nottuma ó¡ Madrid di
L Bocchennt Sc*raposte e trascnte per orchestra L. BERIO George Sanó Coreografía V NEBRADA Din S, 7 i 8 de octubre. Di* 6, 22^0 h. Día 7 y 8, 2030 ti
Vanaoones y desavenencias sobm lemas de L Bocchenni Estreno mundial Prótesis
Da 2 de octubre, 2 M 0 h. TEATRO DE LA ZARZUELA
J L TURINA.
Solista PABLO CANO, clave Apollo. Coreografía G BALLANCHINE.
BALLET DE LA ÓPERA DE LYON. Francia
Encargo del Festiva! de Otoño y estrene absoluto Nuestros valses. Coreografía' v NEBRADA.
Dirección. FRANC.OISE ADRET-YORGOS LOUKOS
Paiaio de luego. Coreografía. V NEBRADA
La Oementtna. Suite L BOCCHER1NI D i « 1,4 y S de ocluta, 20,00 h.
Presentación de la compañía en Espaita
Soletas ENEDINA LLORIS, soprano MONSERRAT Cendnllon. Coreografía. NILS CHRISTIE.
ALAVEDRA, soprano LUIS ÁLVAREZ, baritono DOUGLAS DANZAS TRADICIONALES DE JAVA, Indonesia La cathedmle engloutie. Coreografía JIRI KVLIAN.
NASflAWl. tenor lineo PABLO CANO, clave Grupo "Suryc Kencono" (El Sol Dorado)
Mamasunday, monóay or ahtays. Coreografía: MATHILDE
Om 6 , 7 1 8 di octubre, 20 JO h. MONNIER, JEAN-FRANQOIS DLJFfOLfRE.
INAUGURACIÓN OFICIAL DEL V FESTIVAL DE OTOÑO
Presenlación en España
Con la colaboración del Banco Español de Crédito-Banco Lovesongs. Coreografía. WILLIAM FORSVTHE
Cení ral THE MUSIC-THEATRE GHOUP. EE.UU. Dii 8 di M t t r e , 20JM h.
Idea i dirección: MARTHA CLARKE Luminiscences. Coreografía1 NILS CHRISTIE
MAUHIZtO POLLINI, Italia Deí 12 ai 16 de octubre. D i » 12 * 13,22J0 h. Din H * 15, SfepfEW Coreografía WILLIAM FORSYTHE
Recital (Je Piano. dos funda»*, 2IU0 y 22,30 h. DÜ 16, 20J0 h. Lana Coreografía CHIETOPHER BRUCE.
Di»12*oetul»,22¿0h. Vienna. Lustnaus. Bdstad Coreogratia: MATS EK.
3 Inlermeoi. op I>7.J BRAHMS Estreno en España. Presentación de la compaña y estreno en España
5 Ktanerstücke, Op. 23. A. SCHONBEFG LAURA DEAN DANCERS AND MUSICIANS. EE.UU.
2 Klauentucke. VylX K. STOCKHAUSEN. TEATRO FÍGARO
Dirección y coreografía LAUFtA DEAN.
Sonata n> 24. op 78 L VAN BEETHOVEN. Del 19 i l n de octubre. Día 19,22,00 h. CHM 20,21 y 22, TEATRO DE LA PLAZA. España
Sonata n* 23. op 57 "Appassionata". L. VAN BEETHOVEN 20,00 h. Del M de Mpttembre «115 de octubre. Horario consultar
Uagnelic. Equator. Impact cartelera
AUDITORIO NACIONAL ¡Ay, Cañuela' Carmela y Paulino "vanedades a lo Uno; de
Presentación fle la compartía en España
TERESA BERGANZA y ORQUESTA DE CÁMARA CAROLYN CARLSON. Francis-EE UU. J. SANCHIS SINISTERRA.
REINA SOFlA. Espato-Reino Unido. Dirección artística y coreografía1 CAROLYN CARLSON Dirección. JOSÉ LUIS GÓMEZ
Director DAVID HUGH PARRV Del 25 al 30 de octutw. CK»25, 2 2 J 0 h . D i « 2 6 , 2 7 , a 2 3 y Intérpretes: VERÓNICA FOROUÉ Y MANUEL GALIANA.
Di» 2 6 * octubre, 20J0K 30.22J0IL Estreno en Madrid
Concertó gmsso n» 12, op. 6. G. F HANDEL Dark TEATRO CALDERÓN
4 Anas de la ¿pera Vinatoo' G. F. HANDEL Estreno en Madrid. CARMEN CARMEN. España.
Concierto para instrumentos de cuerOa. A GARClA ABRIL EXPOSICIÓN CONCHA VELASCO es CARMEN CARMEN Original de
La Maja DoksrosB n» J, n'2,n'3.í GRANADOS. M 1 * odubre é i d i noitaWm. ANTONIO GALA, con música de JUAN CÁNOVAS
Poema en loma de canciones J. TURINA. CINCO AÑOS DEL FESTIVAL Prospectiva Iconográfica Dirección JOSÉ CARLOS PLAZA
Con la colaboración del Banco Atlántico TEATRO MARÍA GUERRERO Del 28 de ttpBtnttt ti 30 de octubre. Lunn. deie*n*o.
ORQUESTA Y CORO OE LA ÓPERA DE TEATRO MUSICAL DE LUIS DE PABLO Y LUCIANO Mtrtn y viemef. 22,45 h. Miércoles, jueves, situaos i
BAVIERA.RFA. BERIO. España-Italia domingo*, 13,00 y 22,45 h.
Director' WOLFGANG SAWALLISCH Otai 7, t y 9 de octubre, 20,00 h. Esfreno mundial
Soletas. LUCIA POPP, soprano. MAFJANA LIPOVSEK, Metodmma L BERIO
mezzosoprano PETER SEIFFERT, tenor THEO ADAM, Bajo CENTRO CULTURAL CONDE DUQUE
Verygentle. L DE PABLO
barítono COMEOIANTS. España
Bercetw. L OE PABLO Del 26 a 30 de octubre. Da 26,21,00 h. Du 27,18,00 h. Dm
Ok Ü de ocÉibre, & 3 0 h.
Director musical JOSÉ RAMÓN ENCINAR
Misa en ñe mayor, op. 123 "Misa Solemnis". L. VAN 2B y 29,22.00 h. Di« 30,19.00 h.
Directoi de escena. RERRE AUDI
BEETHOVEN Bajo una tona de sueños. Comedlanls presenta:
Intérpretes. JORGE DE JUAN, actor. PALOMA La Hit
ORQUESTA FILARMÓNICA DE BERLÍN, PEREZ-ÍÑIGO. soprano SIGUNE VON OSTEN, soprano. Estreno en Madrid
RFA.-EE.UU DOUGLAS NASflAWl. tenor tinco NICHOLAS CLAPTON,
PABELLÓN DE DEPORTES DEL REAL MADRID
Director LORIN MAAZEL cwitratenor Con la participación de maestros de la
Dia 3 d i ñ u t a n » , 22J0 K ORQUESTA SINFÓNICA DE MADRID. SCHAUBÍÍHNE DE BERLÍN. H F A
Sinfonía n'38. K 543. WA MOZART Producción del Festival de Otoño Del 23 al 25 de octubre, 20,00 h,
Sintonía n> 7 A BRUCKNER ias fres hermanas de ANTÓN CHÉJOV
DÉ 4 d* nononbK HX h. Dirección PETER STEIN.
DAVID GLASS. Reino Unido Presentación en España Oe Peler Stein como director
Obertura del "Sueño de una noche de verano", op. 21. D Í M 21 / Í 9 de Mpfernfere, 2OJ0 h.
F MENDELSSOHN. Glasswoás Mimo. ALCALÁ DE HENARES
Sinfonía n« 8, op 93 L VAN BEETHOVEN. Presentación en España DAVID GLASS, Reino Unido
Síntoma n¡ 5, op. ICO. S. FflOKOFlEV Ou 30 de septiembre, 20JM h.
Con la colalwación de Hispano 20

- Venta del abono para k» ses (onciertos —Teatro Real y Auditorio Nacional— cor un 20* Oe descuerno, del 9 aM5 fle septiembre, ambos inclusive, en las taquillas del Tsatro Real
- Venia del abono para los espectáculos del Teatro Albeni; -cinco jueves, cinco viernes o cinco sábados— con un !01t oe descuento, del 10 al 17 Oe septiembre, ambos inclusive, en la taquilla ¡leí propio leatro
- Venta Oel abono para dos programas rjei Ballet Oe la Cpera de Lyon en el Teatro de la Zarzuela, con un 30% íe descuento, del 13 al 23 de sepliemrjre. ambos inclusive, en las taquillas del Tsalro Albéna

V V M O s N
Conmnidadde Madrid
ENERAL.
GlassHorits Mimo Danny y Rotería deJOHNPATfllCKSHANLEY. SAN FERNANDO DE HENARES
Universidad Laboral Dirección y versión en castellano. JOSEP COSTA ¥ CARMEN QUINTANILLA Y LUIS CELADA. España.
METROS. España CRISTINA RIHUETE Oíi 7 d» octubre, 20,00 h.
Compañía de Danza Contemporánea Centro Cultural LaJaramilla Casa de CuBura
Dü 28 de octubre, 20,00 h. GETAFE MÚSICAS PARA CARLOS III. España
Saos a solas Día 16 O« octubre. 20,00 h.
COMPAÑA PEP MUNNE. España
Universidad Laboral Casa de Cultura.
Dü 29 de Mptiembre, 20,00 h-
Estreno en España
JOAQUÍN ACHÚCARRO. España.
Casa de Cultura SAN LORENZO DE EL ESCORIAL
GRUPO OE MÚSICA E INVESTIGACIÓN ALFONSO X EL CONCIERTOS DE CARILLÓN
Reala I de Piano Camioneta JACOUES MAASSEN
SABIO. España
Oía 29 * octubre, 20,00 h. Día 24 de «pÉembre, 1100 h.
Da 15 de octubre, 2flJ» h.
OWas de. F SCHUBERT, J. BRAHMS. M DE FALLA. Otras de F SORS, ALFONSO X EL SA9I0. A. SOLER y
Iglesia de La Magdalena
E GRANADOS E L ALBENIZ WAhtOZART
Aula Magna de la Facultad de Ciencias Económicas. LAS ROZAS DE MADRID
Concierto inaugural del Canllón del Real Monasleoo.
CUARTETO IBÉRICO. España
ALCORCON APERTURA DEL V FESTIVAL DE OTOÑO.
Oía 21 de ocUbre, 2OJD0 h.
E l TEATRO FRONTERIZO. España Dta 25 de «epiembre, ttOO h.
Iglesia de San Miguel
Día 7 de octubre. 20,00 h. Obras de M VAN DEN GHEYN, I. ALBÉNIl A DE
Mrram.maí show de M. GORRIZ Y S BELBEL LEGANÉS CABEZÓN. E GRANADOS, W FPANKENyL VAN
Dirección MIOUEL GCflRIZ Y SERGI BELBa. ORQUESTA Y CORO DE CÁMARA DE LA COMUNIDAD BEETHOVEN
Cine Estoril OE MAORID. Espato Do 2Í de «eotembrt, 19,3011
Día 22 de octubre, 20,001». Obras de G F HÁNDEL L DE NARVAEZ F SORS.
CARMEN QUINTANILLA Y LUIS CELADA. España.
Recital de Lied y Canción Espartóla Obras de S BARBER, FJ. HAYDNy WA UOZART. E GRANADOS, J. MAASSEN y F KREISLER.
Director. MIGUEL GROBA. Lonja del Real Monasterio
Día 12 de octubre, 20J» h.
Iglesia de El Salvador Acto conmemorativo del II Cenlenano de la muerte de
CWas de R SCHUMANN, J BRAHMS. E GRANADOS Y
MAJADAHONDA Carlos III Reconstrucción patrocinada por el Festival de
F MOMPOU
Otoño de la Comunidad de Madrid
Auditorio PolHjeporlivo Los Cantos. LUÍ. España
MONSERRATTORflENT. España.'
METROS. España Laboratorio de Interpretación Musical
Concierto tfe Órgano
Dú 27 de octubre, 30,00 h. Dü 9 de oefabre, 204» h.
Cine Eslonl Dta 24 de Mptfembre, 13,00 h.
Recortando s Bartó* J VILLA ROJO.
Música palaciega europea en la época del padre Soler
ARANJUEZ Quatuor pour la (m du Temps. O MESSIAEN
Obras dB: D. SCARLATTI, M VAN DEN GHEYN, A. SOLER,
Director JESÚS VILLA ROJO
MÚSICAS PARA CARLOS III. España FJ.HAYDN,yC.PE.BACH
Casa de Cultura
Día 14 de octubre, 19JO h. Basílica del Real Monasterio
CARMEN QUINTANILLA Y LUIS CELADA. España
Obras fle V MAPTlN Y SOLER, A XMENEZ J CASTELL MEISTER CONSORT SUISSE. Suiza-España
Ota 21 de o d u t n , 20,00 h.
F SCflS L BOCCHERINIyFJ HAYDH Ola 28 de octubre, 20fl0 h.
Casa de Cultura
iglesia de San Amonio Real Coliseo de Cades III
MEISTER CONSORT SUISSE. España MÓSTOLES DÚO CERVERA-JORDA. España.
Día 27 de octubre, 19.30 h. COMPAÑA PEP MUNNÉ. España. Concierto de dos pianos
Obras de J S BACH, D SCARLATTI, A. SOLER. MAESTRO DB2deoctubn,19,00h. Dtai 29 dt octubre y 1 * iwrltrrtre, 2&00 h.
SAN MAN. K NEBRA. i BOCCHERINI y V MARTÍN Y Centro Cultural de la Villa OorasdeASOi.EH.JC BACH. WA MOZART,
SOLER U.M. España 1 CASTELL yR.DE USTAPIZ.
Iglesia de San Antonio Día 12 d t ortjbre, 19J0 h. TORREJÓN DE ARDOZ
BUITRAGO0ELOZ0YA Centro Cultural de la Villa DAVID GLASS. Reino Unido.
CUARTETO IBÉRICO. España METROS. España Dta 1 d t oclutn, 2DJX h.
Di» 23 de o c h t a , 20,00 h. Oto 29 de ockibre. 19J» h. Casa de Cultura
Obras de £ TOLDRÁ y F SCHUBERT Centro Cultural de la Villa. EL TEATRO FRONTERIZO. España.
Director MANUEL VILLUENDAS NAVALCARNEflO Día 9 de octubre, 20,00 h
Iglesia Santa Mana del Castillo Casa de Cultura
DAV1O GLASS. Reino Unido
MÚSICAS PARA CARLOS III- España.
COLMENAR VIEJO Ota 2 d * odubrt, XL0D h.
D a 15 de ockibn, 19J» W
Teatro Centro
GRUPO DE MÚSICA £ INVESTIGACIÓN 'ALFONSO X EL Iglesia de San Juan Evangdaa.
SABIO". España CUARTETO IBÉRICO. España
Dta 22 d t odubra. 20J» h. TOflRELODONES
Da 14 de octubre, 20JD I I
Teatro Centra COMPASA PEP MUNNE. España
Trapos y Glosas soíve el Canto Gregoriano.
Oto 1 da odubit, 2ftOO h.
Director LUIS LOZAMO vWUMBRALES RASCAFRIA
Teatro Bulevar
Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción GRUPO DE MÚSICA E INVESTIGACIÓN ALFONSO X EL EL TEATRO FRONTERIZO. España
C051ADA SABIO. España D u I de octubre, 20SU h. Teatro Bulevar
D ú 16 dt odutm, 1 1 » h. MEISTEH CONSORT SUISSE. Suiu-£spaiSa
COMPAÑÍA PEP MUNNÉ. España.
Monasterio de El Paular D a 29 de octubre, 20,00 h. Teatro Bulevar
Du 30 de leptembre. 20,00 h.

- La venta y Us precios de las localidades en los municipios, excepto Madrid, serán determinados por cada Ayuntamiento
Patrocinador
' Concierto de órgano de MONSERfW TOflSENT Retirada de invitaciones a parir del 10 de septiembre, inclusive, en el Teatro Albena.
el Real Monasterio y d Ayuntamiento de San Lorenzo Oe El Esconal oficial: MPER
c o M U N D~ "A D
-dosier

La música como componente


~en el hecho cinematográfico
Lo que yo Cipero de la música es que enriquezca una pelícu-
la aportándole algo diferente, inesperado. Paia que tenga cui-
to, La música de una película debe ser al mismo liempo el
complemento, lo contrario y el comentario de la imagen.
Louts Malte

medida en que la música se opone a la certeza efectiva, se


opone también a lo unívoco, al concepto. Por esto es apta
Utilización y función para el enmascaramiento, pues a pesar de su falta de concre-
ción, la música está racionalizada, ampliamente tecnificada
e lodos los medios de cultura de masas, el cine es el y tan actualizada como arcaica. La relación entre música y
D que mueslra con mayor nitidez una tendencia agluti-
nante. El desarrollo de sus elementos técnicos, ima-
gen, palabra, sonido, guión, representación dramática y fo-
film es solamente la faceta más característica de la función
que se reserva a la cultura en la sociedad industrial y como
tal tiene al menos un doble carácter. Por una parte ofrece
tografía, como tales, ha discurrido paralelo con el desarro- una imagen de compenetración en íntima armonía cargada
llo de determinadas tendencias sociales para la aglutinación de presentimientos; por otra ha tomado parte en el progreso
de los bienes cullurales, tradicionales una vez, convertidos civilizador, se ha hecho adecuada, mediata, se ha sometido,
en mercancías; como ya se apuntaba en toda la obra de Wag- se ha hecho manipulable. Se ha convertido en el medio pri-
ner, en el teatro neorromántico de Reinhardt y en los poe- vilegiado por el que lo irracional se puede mejorar racio-
mas sinfónicos de Liszt y de Strauss, proceso que ha quedado nalmente.
completado en el film como la suma del drama, la novela El cine tal y como se comprende hoy día no puede reali-
psicológica, la novela por entregas, la opereta, el concierto zarse íntegramente más que por la música, la cual se asocia
sinfónico y la revisla. al film en tres tipos o categorías: 1) Como música ilustrati-
El tema de la música cinematográfica es uno de los más va. 2) Como música decorativa y 3) Materia I-música de la
arduos y difíciles de esclarecer. La raiz de iodo ello radica imagen.
en el hecho de que la música de cine es un híbrido y de que, El primer tipo está de acuerdo con que el músico sigue es-
como tal, no ha llegado a ser aceptada nunca como una acti- crup u lósame ni e las aventuras de la imagen, subrayando ca-
vidad musical legítima. No es ni del todo música ni del todo da incidente (idea de sincronismo). La película Fantasía, en
cine, en esie aspecto se mueve el juicio que de ello hace el la cual la imagen sigue paso a paso el discurso musical, lo
compositor Stravinski. que ofrece a éste una prolongación plástica, es un caso de
Uno de los prejuicios más extendidos en la industria cine- sincronismo inverso. Dentro de esta categoría tres directores
matográfica es el de que la música no debe oírse. La ideolo- rusos (Pudovkine, Eisenstein y Alexandrov) defendieron el
gía de este prejuicio es la creencia más o menos vaga de que concepto de asincronismo, es decir, el empleo del sonido en
el film como unidad organizada otorga a la música una fun- forma de conlrapunto, no coincidencia con las imágenes vi-
ción modificada, a saber, solamente la de servicio. En los suales (Jean Renoir), pero para que esta partitura asincróni-
guiones únicamente se pueden encontrar indicaciones muy ca sea eficaz debe ser clara y comprensible para el espectador
esporádicas y vagas acerca de la música. Solamente entró a mediante referencias a clisés de sensibilidad o a leitmotivs.
formar parte de los procedimientos de reproducción cinema- Podemos confirmar que los compositores que emplean tales
tográfica por razón de la evolución de los medios técnicos referencias son herederos de un Monteverdi, de un Wagner
del cine sonoro. o de un Debussy, que construyeron sus obras a base de me-
La música se ha descrito como un lenguaje universal y eso lodía continua y siguen musicalmente el desarrollo de la ac-
es lo que la hace indispensable para el cineasta. Sin embar- ción —como el músico de cine— haciéndolo explícito para
go, en la discusión y análisis de la música ha habido siempre el oyente.
un enorme foso entre los músicos profesionales y quienes no El segundo tipo (música decorativa) se libera completamen-
lo son. Buena parle de las criticas a la música de películas te de las nociones de sincronismo o asincronismo, abandona
han sido obra de personas bien intencionadas y llenas de en- la imagen para desarrollar el contexto. En una palabra, su
tusiasmo, pero con escasos conocimientos técnicos sobre mú- función es más bien crear atmósferas.
sica. Con la única excepción de algunos profesionales capaces Otra parle del lenguaje musical cinematográfico es la ter-
de expresarse tanto en palabras como mediante la música, cera categoría, en la que el mundo sonoro (y no el mundo
de los que los ejemplos más destacados son Miklós Rózsa y musical) está íntimamente unido a la realización visual. Es
Bernard Herrmann, se explica lo que significa la música en esta idea la que Eisenstein quiso explotar en su medida en
el cine. Alexander Nevsky y es también el concepto de ciertos direc-
La percepción acústica como tal ha conservado mucho más tores de cine que en su día pertenecieron a la vanguardia: An-
elementos procedentes del colectivismo preindividual que la tonioni, Bresson, Clément, Nicholas Ray, que dieron un paso
percepción visual que se ha acostumbrado a captar la reali- en la definición de la Sinfonía sonora para sus películas, con-
dad como formada por cosas. El oído comparado con la vis- sistente en no disociar absurdamente la partitura musical y
ta, resulta arcaico, no ha progresado con la técnica. Reac- el ruido, que normalmente deben completarse. El realizador
cionar con el inconsciente oído en vez de hacerlo con los ági- comprende al fin, gracias al músico, el verdadero valor de
les y calculadores ojos es algo que en cierta forma repugna un silencio, conoce también el aspecto musical de un ruido,
a la era industrial avanzada y a su antropología. Así, en la de un paso, de una voz. El empleo de estos medios de expre-

64 Scherzo
-Músico y Cin*

En «Alexander Nevsky», Eisenstein seria el pionero en explotar la interrelación entre el mundo sonoro (y no el musical! y la realización visual.

sion se explica por la búsqueda de efectos insólitos que la apa- debido a que, en comparación con el teatro, el mayor incon-
rición de instrumentos no tradicionales como ondas martenot, veniente del cine radica en su total falta de comunicación di-
medios electro acústicos y por supuesto el advenimiento de recta con e! público. La música contribuye a establecer una
una generación serial y concreta guiada por Webern ha ad- relación más estrecha entre la pantalla y los espectadores, co-
quirido todo un nuevo significado y valor musical. mo dice el famoso Bernard Herrmann. No le falta razón, pen-
semos que la película produce un desdoblamiento, o al menos
tendría que producirlo, entre nuestra sensibilidad subjetiva
II que nos ata al ambiente y la serie visual que desarrolla de-
lante de nosotros espacios imaginarios. En estas condiciones,
El cine y su público cada una de las dos series aventaja sucesivamente a la otra.
En ocasiones es la serie subjetiva, en este caso el espectador
esde el nacimiento del arte cinematográfico y sobre no está atento a la película, que le parece un simple parpa-

D todo del desarrollo que este arte ha conocido después


de la Segunda Guerra Mundial, todas las disciplinas
que comparten el campo de las ciencias humanas se han in-
teresado por el cine. Así, en los años 50 salió a la luz una
deo luminoso; es cuando surge el aburrimiento. Otras veces
es ia serie visual, el espectador es absorbido por la película,
su sensibilidad física pasa a segundo plano y puede llegar a
ser incluso completamenle olvidada en beneficio de la serie
nueva disciplina: la filmología, en torno a ella se agruparon visual, que tiende a abolir en el espectador el sentimiento de
investigadores y prácticos del cine alrededor de un objeto de su propia persona (mucho más que en el teatro, por ejem-
conocimiento nuevo: el cine y su público. plo, en donde las dos series pertenecen a la misma categoría
En este artículo, breve por otra parte, ya que las dimen- espacial). Esta última situación constituye la condición más
siones del mismo no lo permiten y complementando la pri- favorable para que se produzca el fenómeno de identifica-
mera parte del mismo, trataré someramente algunos aspectos ción del espectador con los personajes de la pantalla.
referentes a las reacciones del especiador en el momento en La música de cine puede sacar a la superficie e intensificar
que se pone en presencia del estímulo fílmico y no olvide- las reflexiones interiores de los personajes. Puede dotar a una
mos que estamos tratando el fenómeno música-cine. El es- escena de sensación de terror, grandeza, alegría o tristeza...
pectador se verá imbuido en coda una serie de reacciones Muchas veces eleva los diálogos al terreno de la poesía. Se
periféricas que manifiestan los diversos aspectos de los pro- trata del eslabón que comunica al público con la pantalla,
cesos mentales que acompañan la percepción del film. abarcándolo todo y convirtiéndolo en una única experiencia.
La música puede decirse que ejerce sobre los espectadores Esto es comprensible a través de un experimento llevado a
un cierto grado de manipulación y control que es necesario cabo en 1957 y que demostró la existencia de esquemas de

Scherzo 65
dositr

A ndré Previn grabando la mú-


sica de «My Fair Lady», una
película cuya música se ¡ibera
completamente de las nociones
de sincronismo y asin-
cronismo.
lensión y de tregua. Porque la música posee su propia trama Así, cuando un personaje a caballo cesa de repente de galo-
y su inigualable movimiento, su agitación y su reposo y, sin par, el ritmo alfa reaparece instantáneamente. Luego se sa-
decir palabras, también habla. be ya que este ritmo aparece cada vez que un sujeto se
El cine es un arte basado en la mentira y la ilusión, y la encuentra en un estado de liberación psicológica y afectiva.
música es un magnifico ilusionista. Los actores y la cámara Otra de las reacciones registradas en el curso de proyec-
se ven limitados a una representación bidimensional, mien- ciones cinematográficas son las llamadas vegetalivvas, entre
tras que la música, ambigua por naturaleza y escurridiza por las que se encuentra la reacción electrodermal (RED.), sólo
definición, puede complementar, equilibrar o incluso contra- dan ocasión de observar fenómenos de carácter muy gene-
decir el impacto visual de las imágenes. ral. No es sorprendente que el número de las RED. es más
El espectador cinematográfico, al no ser receptor pasivo elevado y que su amplitud es más importante en el curso de
de los elementos de información presentados por el film, al la proyección de un film de fuerte carga emocional que des-
estar sometido a un conjunto de estimulaciones visuales y cribe aspectos como accidentes corporales reales, que durante
auditivas distribuidas secuencialmente de manera imperati- la proyección de un film carente de este tipo de sensaciones.
va y a un ritmo muy apremiante, padece unas reacciones psi- Incluso, la sudación de las palmas de las manos es más im-
cológicas. Sin meternos demasiado en materia se sabe que portante en un tipo de proyección o en otro.
una de las reacciones se provoca en la actividad electro- Entraría también en este tipo de reacciones las registradas
encefalográfica (EEG.). La interrupción rítmica de! haz lu- en el niño con una aceleración significativa del ritmo cardía-
minoso que proyecta la imagen sobre la pantalla es una co cuando se eleva el grado de suspense del relato que se le
característica inherente de la situación fílmica. Ahora bien, presenta. Por último, si se varía el contenido emocional de
la neurofisiología muestra que ia estimulación luminosa in- los films, uno que suscita tristeza y otro que provoca sonri-
termitente (SLI.) tiene efectos específicos sobre la actividad sas (escenas burlescas), se observará una activación general
eléctrica del cerebro y se sabe, por otra parte, que una pro- del sistema simpático para las dos clases de emoción, con una
yección cinematográfica puede desencadenar una crisis en los modificación marcada de la presión vascular para el film que
sujetos epilépticos sensibles al SLI. Este proceso fue demos- suscita tristeza y modificaciones más caracterizadas del rit-
trado por Gastaut y Rogeren 1951. Lo que ha llevado a los mo respiratorio para el que ha suscitado alegría.
investigadores a consideraciones como suponer que al me- La imagen cinematográfica puede suscitar una tercera reac-
nos una parte de los efectos de la proyección cinematográfi- ción fisiológica, las llamadas motrices. Estas reacciones son
ca sobre la actividad EEG. podía ser relacionada con el SLI tanto más importantes y por tanto más fácilmente cualifica-
rítmico que soporta la imagen. También se ha observado que das cuando se trate de sujetos más espontáneos, principal-
la proyección fílmica más banal, desprovista de todo conte- mente niños. Se patentiza muy claramente que las secuencias
nido susceptible de evocar reacciones emocionales, modifica de importancia secundaria dan lugar a más movimientos cor-
sensiblemente el trazado EEG. Junto a este trazado apare- porales que las secuencias principales del relato. Otros as-
cen ondas del ritmo alfa que también juegan su parte. pectos más delicados de la motrieidad han sido considerados,
Me explico. Se comprueba que cuando se utilizan films que como las reacciones faciales en el curso de la proyección de
relatan una historia significativa entrecortada por episodios escenas que suscitan angustia en el espectador.
de menor interés, cada disminución del interés se acompaña Concluyo. Es necesario añadir aquí que los efectos provo-
de una larga oleada de ondas alfa. En el curso de la proyec- cados por un espectáculo cinematográfico de marcado valor
ción de un western, por ejemplo, se observan grandes apla- emociona! pueden igualmente influir en las actitudes del es-
namientos del trazado del EEG. durante las secuencias de pectador e incluso sobre su conducta posterior.
acción y de movimiento (cabalgadas, persecuciones, etc.) y
de los períodos alfa durante los diálogos y los planos fijos. Manuel García Franco

66 Scherzo
-Música y Cln*

Dialéctica del fuera de campo


(cinco ejemplos)
ionel Barrymore empuña el violin y, tras un leve titu- mental (la aceptación por parte de Barrymore de su papel de
L beo, comienza a tocar. Un rápido contraplano nos in- hijo sustitutorio, en virtud de la metáfora diseñada por su
forma de cómo sus oyentes (dos ancianos cuyo hijo ha aceptación del violín del muerto) se revela luego como medi-
sido muerto por nuestro protagonista en una fangosa trin- tación, reflejo de la turbulencia emotiva de los ancianos (que
chera de 1918) reconocen, no sin un tenue sobresalto, la me- es, asimismo, la nuestra). Del pesar y el remordimiento del
lodía que brota del instrumento. Nuevo primer plano de músico (inscrito en su normativo primer plano, de donde ha
Barrymore tocando que, mediante travelling hacia atrás y pa- arrancado nuestra descripción) hemos pasado a la vivencia
norámica hacia la derecha, nos restituye el mismo plano an- de una nostálgica (y engañosa) plenitud, cuya representación
lerior de los viejos, dejando al violinista en el fuera de campo sonora aparece suministrada por un discurrir musical prove-
de la izquierda. Tras unos segundos en los que la melodía niente del fuera de campo. La transformación del papel sig-
continúa desarrollándose, Phillis Holmes, procedente tam- nificante jugado por esa música se ha operado, exclusi-
bién de este fuera de campo de donde, ficción al mente, ema- vamente, por el modo en el que ha sido desplazada fuera del
na la música, cruza en primer término el encuadre hasta que, encuadre (el vaivén derecha-derecha-izquierda de la panorá-
a punto de salir, es acompañada por la cámara en su movi- mica) y por la precisión en ajustar ese movimiento al propio
miento, dejando a los padres en el exterior del encuadre. Phi- devenir armónico de la pieza, cuyos cambios de tonalidad
IMs fue la prometida del hijo definitivamente perdido, y el se insertan en la propia charnela del sentido: la música deja
único de los tres personajes familiares que conoce el secreto de ser diégesis justamente en el instante en que abandona el
de Barrymore, de quien se ha enamorado y al que ha hecho acorde fundamental, convirtiéndose en postludio en el mo-
prometer caritativo silencio. El movimiento del cuadro aca- mento de retomarlo. Lo admirable, con todo, reside en el he-
ba descubriendo un piano sobre la pared derecha del deco- cho de que el plano general con los cuatro actores en campo
rado: Phillis se sienta en el taburete y, con mirada resuelta (los dos músicos, los dos oyentes, los hijos y los padres reu-
y extática, extrae la llave del instrumento de un cofrecillo si- nidos en una fantasmática recomposición familiar de última
tuado en la vecina mesita de fumar. Introduce la llave en la hora, plano ansiosamente aguardado por el espectador, tran-
cerradura, franquea el mecanismo, alza la tapa, levanta las quilizador remache de una situación intolerable) es concien-
manos hacia el teclado. La cámara panoramiza nuevamente zudamente escamoteado: el paso de la música desde lo
hacia la izquierda de modo que el inicial encuadre de los an- diegético a lo incidental sirve justamente para lo contrario
cianos (que se mantendrá ya hasta el de su utilización ortodoxa dentro del
fin de la secuencia, que es también el verosímil del cine clásico hollywoo-
del filme) se retoma nuevamente coin- dense. La identificación con los pa-
cidiendo con la entrada del acorde dres (y no con el esquema familiar)
modulante anunciado en la línea me- en tanto que simples seres humanos
lódica que sedimenta su gravitación afligidos por un legítimo dolor es in-
desde el fuera de campo derecho. Vol- separable de la denuncia del carácter
viendo el rostro ora a un lado, ora al ilusorio de su final júbilo: simpatiza-
otro, donde se emplazan los invisibles mos con ellos en tanto que ciudada-
ejecutantes, los padres —con quienes nos, no en tanto que progenitores.
se identifica finalmente el espec- Trascendental desviación del sentido
tador— reflejan, en su ingenua satis- operada por el hecho de que la músi-
facción la certidumbre de ese hijo ha- ca, al volver a asentarse sobre su tó-
llado, reemplezado por un Destino nica inicial, no se vea acompañada
que les privara cruelmente del otro. por el retomo del plano general en el
El lento fundido en negro concluye que la entrega del violin se había efec-
exactamente con el retorno de la mú- tuado. La música, aun repitiéndose li-
sica a la tonalidad principal, donde teralmente, nunca volverá a ser la
una gran orquesta absorbe piano y misma. El Destino, tampoco. La re-
violín en un crescendo que nos con- flexión de Lubitsch al término del fil-
duce a la coda, sobre la que se inscri- me (reflexión estética, política,
ben los créditos. metalingüística) se revela, a la postre,
Estarnos ante un ejemplo (tomado como un pertinenie y transgresivo
de Brolcen lullaby, Ernst Lubitsch, mentís a la articulación dominante en-
1931) de música que, puesta inicial tre banda sonora y banda de imagen.
mente en escena como puro elemen- Tomemos ahora en consideración
to de la diégesis, concluye trans- un modelo inverso: noche y niebla en
formándose en música incidental de los bosques cercanos a una peniten-
acompañamiento, merced al sobrio (y ciaria de Nuevo Méjico. Cargados de
refinado) tratamiento de la planifica- grilletes, los reclusos caminan en una
ción. Lo que, en el arranque de la se- Cartel de «Remordimiento», ululo español de larga hilera silenciosa: entre ellos des-
cuencia, era pura información argu- «Broken Lullaby», de Lubitsch. taca la alta figura de Joel McCrea

Scherzo 67
dosier

(Sullivan: un director de cine que ha agredido a un agente más lúcida propuesta de esa secuencia: ojo y oído son, en
federal cuando éste le toma por un criminal evadido). El le- cine, la misma cosa, prolongación de un mismo sistema iden-
jano cántico de un coro subraya la cansina marcha. Final- tificatorio y sonámbulo, asunción de un punto de vista fan-
mente, los prisioneros se detienen a las puertas de lo que (asmático a cuyo establecimiento colabora la música de modo
asemeja una gran casa de labor: el volumen de la música ha privilegiado por el simple hecho de su presencia (o de su
ascendido, pueden ya distinguirse las palabras del canto mien- ausencia). En cine, la música es ¡aposición emotiva inheren-
tras el guardián efectúa su rutinario recuento. Al cabo, el gran te al punto de vista, el eje central de la identificación básica.
portón se abre, los reclusos penetran en el interior y, tras ellos, Por ello (y salvo en ciertos casos sumamente cualificados),
la cámara: descubrimos entonces que estamos en una iglesia en el modelo film ico dominante la propia índole de esa mú-
metodista, la mitad de la cual está ocupada por feligreses ne- sica es un elemento secundario: lo que determina el sentido
gros, de los cuales procedía la música que hasta ese instante no es tanto la forma del texto musical, sino el modo en que
habíamos tomado (erróneamente) como una mera metáfora éste se articule con los restantes planos textuales (diálogo,
de acompañamiento, un contrapunto sonoro que proporcio- ruidos, planificación, montaje). El lector habrá observado
naba un eje de connotación (religiosa, espiritualista) al do- cómo —de manera totalmente deliberada— hemos omitido
liente movimiento de los que padecen persecución por
la justicia.
Ahora, es una música incidental que pasa, repenti-
namente, a elemento diegético. El acierto de la escena
se basa, a diferencia de la situación del ejemplo ante-
rior, en que esa mutación se opera de un solo golpe,
con el cambio de plano correspondiente al cambio de
emplazamiento de la cámara (fuera/dentro) con res-
pecto al templo, en lugar de ofrecerse como un lento
proceso gradual. Para que el efecto de la transforma-
ción significante sea más acusado, el cambio de plano
se produce a mitad de frase del coral: la discontinui-
dad en la dinámica (el súbito incremento de volumen
como rasgo de verosimilitud del cambio de exterior a
interior) corre pareja con la propia fractura discursi-
va visual y sonora. La sencilla y directa radicalidad
de Preston Sturges (de cuyo Sullivan's Travels, 1941,
hemos tomado nuestro ejemplo) no puede resultar más
atinada, en su total ausencia de retórica: presos y ne-
gros son, al cabo, la misma cosa, la misma carne aco-
sada, carente de horizontes (la reunión de la iglesia
tiene por finalidad una sesión cinematográfica de di-
bujos animados, lenitivo cómico para una existencia
trágica). De ahí que el carácter incidental, de envoltu-
ra decorativa y melodramática, ostentado por la mú-
sica en el arranque de la secuencia sea posteriormente
depuesto al integrarla definitivamente a la acción: al
diegetizarse, el discurso sonoro deja de ser un signifi-
cante emotivo para inscribirse como una práctica de
clase.
Si cualquiera de las dos secuencias utilizadas basan
su eficiencia en una cierta forma de impugnación del
discurso dominante (la primera fingiendo aceptarlo,
la segunda poniendo en escena su falacia, ambas a tra-
vés de la inscripción de lo musical como dialéctica del
fuera de campo), el tercero de nuestros ejemplos es de
una naturaleza tan extremadamente atípica que bien
puede calificarse de único en toda la historia del cine:
un joven yace, expirante, en una mazmorra. En su ago-
nía (que se extiende a una tercera parte del filme) su
alma (en sobreímpresión) se separa de su cuerpo mu- Fotograma de «Sueño de amor eterno" tPeler ¡bbetson) de Henry Halhaway.
tilado, sale de la prisión y se une con la de su amada (dormi- toda descripción, referencia o análisis de los fragmentos mu-
da, encerrada por su esposo en la alcoba) recorriendo paisa- sicales implicados en las tres secuencias fílmicas comentadas
jes fantásticos de hechizada irrealidad: su amor es más fuerte en las precedentes líneas. No importa, realmente, saber (ni
que la separación, que el tiempo, que la muerte. Sus noches casi tampoco identificar) que se trataba de un arreglo del
están repletas de sol y de jardines. Se encuentran, caen uno Traumerei schumaniano (transcrito para violín y piano, cla-
en brazos del otro, se besan, la banda sonora asciende hasta ro está) en el primer caso, del espiritual Go down, Moses (can-
un exultante primer plano. Y entonces Gary Cooper pregun- tado monódicamente con acompañamiento de armonium) en
ta a Ida Lupino ¿oyes esa música? el segundo, de un exaltado fragmento de Ernst Toch (la úni-
El absoluto grado de subversión implicado en este ejem- ca genuina música fílmica de todas) en el tercero. El rasgo
plo (tomado de Peler ¡bbetson. Henry Hathaway, 1935) no de pertinencia se situaba, en cualquiera de los tres, en la re-
precisa de mayores exégesis, en su forma, absolutamente lación de ese segmento musical con el fuera de campo: defi-
ejemplar por lo demás, de desnudar nuestra mirada, de se- nitivamente eludido en Lubitsch, integrado en la sucesión del
ñalar a lo vivo nuestra posición de espectadores. ¿Desnudar relato en Sturges, sometido a una brusca ablación (no por
la mirada o desnudar la audición? Y aquí radica, quizá, la puntual menos violenta) en Hathaway. En todo filme, la po-

68 Scherzo
-Música y Cln«

Cartel publicitario de ¡a primera versión y


fotograma de la segunda de «£/ hombre que
sabia demasiado» (« The man who knew too
much»), uno de los mejores trabajos de Al-
fred Hitchcock.
laridad incidental/diegético se presenta como verdadero eje mueve, no puede ser un final bajo ninguna circunstancia: una
de oposición signifícame. La audacia, en Peter Ibbetson, se aguda disonancia. Si le damos aquel carácter es porque co-
sitúa, por tanto (y precisamente), en la destrucción de seme- nocemos de antemano su funcionalidad argumenta! (encu-
jante paradigma por la súbita identidad en que la frase del brir un disparo homicida): de ese modo, la propia
protagonista coloca sus términos. mecanicidad del desarrollo musical, incapacitado como se ha-
Similar extremo de deslizamiento textual podemos hallar- lla para volver sobre sí mismo o para detenerse, es lo que
lo en otro de los cineastas más contumazmente transgresi- genera esa sensación de cosa inexorable que gravita sobre toda
vos: Alfred Hitchcock, en uno de sus mas soberbios trabajos, la secuencia, hasta desembocar en esa ruptura textual que es
The man who knew too much (cualquiera de sus dos versio- el grito de la mujer... y de la propia orquesta.
nes sirve a nuestro propósito, ya que ¡a concepción de la se- Concluyamos con un ejemplo normativo (al menos, en apa-
cuencia es idéntica). La grandiosa escena del Albert Hall está riencia): desolado ante el abandono por parte de su esposa,
planteada —ahí radica su portentosa eficacia— de modo tal Hans, el mercader de las cuatro estaciones (Der Handler del
que la música diegélica (interpretada, para mayor sarcasmo vier Jahreszeiten, Reiner Werner Fassbinder, 1971) ahoga en
metalingüístico, bajo la batuta del propio Bernard Herrmann, licor su soledad y su melancolía, escuchando la canción que
arreglista de la cantata de Arthur Benjamín Stormy clouds) se convirtiera en el emblema de su amor conyugal, truncado
es, simultáneamente, música incidental cuyo incesante cres- para siempre. Un humilde tocadiscos portátil, un disco de
cendo es la más adecuada representación del angustiado es- 45 revoluciones y una canción italiana (Buona notte, de Rocco
tado de ánimo de Doris Day, enfrentada a un dilema sin Granatta): imposible imaginar cliché italianista de más zafio
solución: de este modo, cuando esa tensión alcance el térmi- y almibarado resultado, con esa voz hipócrita arropada por
no de lo insoportable, la música habrá, igualmente, llegado interminables mandolinas. Imposible, tampoco, hallar algo
a su vértice culminante. El golpe de los platillos, el disparo que pudiera emocionarnos más hondamente: porque esa mi-
y el grito de la protagonista marcan asi los tres niveles tex- seria musical que infecta nuestro oído es el más perfecto tra-
tuales de lo sonoro que confluyen sobre una misma palpita- sunto de la de nuestro protagonista (Hans Hirschmüller), de
ción metronómica: música, mido, voz humana. Lo más su miseria biográfica (como víctima del amor contrariado)
notable, empero, radica en la naturaleza de esa confluencia e histórica (como lumpen-proletario urbano de perdidas rai-
(que constituye, lógicamente, el núcleo narrativo esencial) ces, que ha de conformarse a un código cultural de afligente
que, por su posición absolutamente singular, fuerza a que mendacidad). No es su (inexistente) belleza, sino su lapida-
dos de esos dispositivos sonoros alcancen un determinado li- ria fealdad lo que de esa música nos conmueve: su vulgari-
mite: la voz es grito, texto más allá de la palabra; la música dad, su irremediable estupidez, la imposibilidad de proyectar
(en la que también hay voz: coro y contralto solista), en tan- sobre ella ninguno de esos sentimientos (no más legítimos que
to que nueva prolongación textual de esa misma palabra, que los de nuestro protagonista) a los que nos gusta considerar
se desploma en una cadencia rota que quedará sin resolver. como sublimes o elevados. ¿Será, tal vez, que la música, por
Lo pasmoso —y al mismo tiempo, obvio— es el modo sor- su importancia estructural en la definición del texto filmico,
prendente en que la música pareciera acoplarse al devenir por el significativo espesor metafórico que acarrea su meca-
emotivo de la protagonista. Pero tal evidencia es ficticia, idén- nismo reminiscente, por su poderoso anclaje histórico como
tico resultado hubiera podido obtenerse con otra música cual- arte que inscribe sus subcódigos (ampliamente experimenta-
quiera que contenga un instante dinámico similar: lo que crea dos con anterioridad) en la dialéctica de la imagen y del tiem-
la tensión es el puro movimiento formal de la música, su mera po es, asimismo y paradójicamente, lo de menos a la hora
articulación mecánica en tanto que discurso abocado a un de insertarse en el mundo del significado (o, por mejor de-
final conocido de antemano. Ese final suele ser el acorde con- cir, de la denotación)?
clusivo de tónica. Aquí, sin embargo, se traía justamente de
algo que, dentro de la convención tonal en que la pieza se José Luis Téllez

Scherzo 69
ORQUESTA Y COI
DEEÍ
TEMPORADA 1988/1989

1
Sota*
JCStE I^ÓpCZ C
H ^ I T I » 1 !••_ m h i
5 Coro Nacional de España
Jest& Cobos
9 n i4 is 1

Dinxur Gabriel Chmura


^ i<aw

Orquesta Serfórúca de

Obnluia v í*í£na& ikf "Sueno de LUÍ nurlr dr Ifflm Jnmrt. i


CínKictlo para tintan ^ -K^inii en ^L mena. Up M
Siníomi num 1 en | J menor, Op id "EJLJCTM" Anhapii B h n w . bwiCono pan vioün. pum> • orquola
Cabiarlr
Re meno
SmiDIU fiúm
•kw SMtt. brtu

2 * *• Fi Sji^tmbfr 14»!
Op

10 a . 21. 2Z Freí. I-M

Joven Orquesta Nacional

6
Jesis López Cobos de España
S t e Midla, nafa 4 Ducmbrr I9KK n™nr Edmon '
- Smlcuu num tti en Iku m-voi *H dauildo' i'.**k r h v i a> l « luna c* Tilico v Lundior-
* 1. [fflnnUi para wrfin y nquaia nurn, i en Re H o o n Sinfonía nrtm W m Re m*yoi. K 51M "Piafa"
mi?.* K 211 Waker WeUer
[^n^Brioa InlcrmídMl di Xtoyttat*
< nnacnn p*ra wMín y ott|uaid a i Re miVOT
Faa* -PelIHIO Meamut" sale Cp »
* Agón

11
Lupa ( M t w r i » C'onaaln p i n anj« y orqueud
íirvaWw TahuBfl)
fíniüfTiHi p n f"tlk» y HjFqusu nüm I m Mt
n r n n r i p Jl

3
Saáonu m n 5 en S. bemol O^ »

Orquesta Ciudad de Barcelona


Franz-Piul Decko-

h.4.. IC 7 9. IU. FI Drambir J1*S

WaMer Wdkr
Sinfonía apnenafnc paa vioün. viola > ofi|Lcai el
Mi hcnul K 1M
.Sinf«u i^im 5 en [Xh HAriudo mmof

HBftmJu püclu^jm p«a juno y


• Otalun dr ~|a m^B un «imlni"
ContErlo pan VmipB y nrqum< nüm 2 f l Mi
bnnol nuyof
SmToni mun. 5 m F» IM>flí Op 7&
12 3, *. j f-rtitfü IW°

OrqueOa Sinfóni» de
Jasé Rtunón Encalar

4
Ríanlo HeqiiBjB, plHK

Junkhi Híroluuni 8 CItwillifa ik "lí» «ÜÉVHA fckn"


l^nam^ pan puno t onjuciu
cj rrundiain mm%il«D

nbmura
Corpoeno | » i v»l¡n y nqu«a en R¡ imyof Ofi 77
Smton» HimHtca. Ltp. id
Raiad FKíhbfck de Burgo»

Evoooím
Corpui OuHi
TIIÍIII
Boirro
13 fU, I I , I? reftmo IMQ

Coro Narioraü <k Esi>uia


Jesús López Cobos

. « m Sol mmiT. K I »
u p i n oboe i oiquoia en Do r

" C^ncieno pua oboe y oniuesia


• Salmo M U
NACIONALES
>ANA
AVANCE PROGRAMAS

14 I I . JB. 19 Febrero

^ni Jesús Lóp*2 Cobos


Solula redro CocoHoU, *to*Hkhlo
18DirMícr
ir. I!. 19 H U I D 1989

Coro Nacional de España


N ¡cholas Cleobury
23 i!. ». » Atml l«9

Walter Wdler

SofafllH iHoun CUCICKIIU pan viuUn y orqurxU núrr


- ("itncKTin p i n violonchelo >
Sombrero ót irw pío* (versi PIUÚII Kiún S u Jiun. BWV M í •rartfHf SLOÍonli núm 9. en RE nwnoi

15 74, l í . Jé frbrrra 191

Isaac Karabtchevsky
19 Cristóbal Halffter
24 7 Maytn I9R9

Wjüter W«Ucr
- MratvotkM, pkno

hriflrn r«oB(*. piano D d Campo Obcüura rnalnJcfta


CoocifEEa pan violoruhrio y g
AdagK> pan cuerda Op Jl uidriH dr uiu npot*zión * Concierto pan d « punut y ut^uB
Cari* hiüLBila para piarKi y arque"* " mayar
fluney" B«ihn*f Stnlnjoli niirn B en F i mayur Op '

20
SlrmK V¡di di terne Op 411

16 J, 4r 5 Mar™ I9B9
Otmar SuJtnef
Bufad O r o i » , ptaiw

Ofacnuri 4c ~ U i bod» Sí Flg«ú"


25 I?, II, N klavn I

C o r o Nacional de España
Jesús López Cobos
C'onncno pan puno y orqufHa en La menor.
Coro Nacional de Fspaña Op 54
• .Siníom* rnim- A en £to nuyw 1
Oberluii df -t;u
Escótenla Nuestra Señora del Recuerdo * ConcvHD pan vioLn y orqucila n

21
Dirrdor Carlos Kalmar i lyraphony"

{nnano^ri ^l
M,
Pulmus Kunjánc
Te Drum
y orqucil* en
Otmar Suttrwr

Op. 61
P « H U w n r h i n , «iota
pva vuin y ocqueHi en Re meiv.
núm 4 rn Mi mayor •Bínn¿n1IC«"
26 19, JC_ Jl Mayo 1989

Jesús López Cobo*»


Mbcb Makfer, «Monchlo
* Preludie unlúmeo p

17 Coro Nacional de España


»im»r Gerd Albrccht
22 Coro Nacional de España
Mnnn-Sdki#iilHf|

Fam
r
*

• Elegía, para violonchelo y ftfqual*. Op. 24


* (uariciü-De la muerU de I* doncelir
[krruún pan orqucUa df cuerda|

Víctor Pablo Péreí

Suilf -Triwnlr Ktjí" <íp * Primera vez por la ONE.


SÉIW die
• I r D n i n Üp 103 •* Estreno i
• Vrm C m l o t Op ^

La próxima temporada l°N8-$9 de La


Orque&ra y Coro Nacionales de España icndrá lugar
en la nueva sala de conciertos» ubicada en ta calle
Príncipe de Vergara de Madrid
dosier

Amor antiguo y unión reciente:


la ópera y el cine
ace poco más de un año, L'Avartt-Scéne-Cinéma y peta la totalidad o la mayor parte del drama, de la pieza tea-

H L 'A vant Scéne-Opéra publicaban un número conjun-


to (360 y 98, resp.) que incluía íal cantidad y calidad
de dalos históricos, reflexiones, testimonios y exhaustivas re-
tral, y la filmación lo convierte en cine cien por cien. Citaré
un caso extremo. Se trata de una pieza teatral muy amplia,
con sólo cuatro personajes (y una episódica criada), padre-
laciones comentadas de óperas filmadas, óperas en vídeo y madre-dos hijos varones, con unidad de lugar y cuya acción
películas basadas en óperas, que to mejor es, desde este mis- se desarrolla en un solo día. Se trata de A long day's journey
mo momento, remitir al leclor interesado a ese magnifico do- into night, de Eugene O'Neill. Tres de los cuatro actores que
cumento de cerca de 200 páginas, rico además en imágenes. habían interpretado con enorme éxito esta obra en Nueva
Las pretensiones de las breves líneas que van a continuación York —Frederic March, Jason Robards y Bradford
son otras, y se fijan sobre todo en la relación del drama líri- Dilíman— más Katherine Hepburn —que sustituyó a Florence
co (en tanto que drama, es decir, acción con personajes no Eldrichen la pantalla— le sirvieron a Sidney Lumet para crear
narrada, sino visible) con el medio cinematográfico, para con- una verdadera película donde falta muy poco del texto de
cluir en una defensa de ese maridaje que muy a menudo es O'Neill, pero con ayuda de una cámara ágil, de una trans-
condenado por gentes que aman y conocen ambos medios, mutación al medio de los actores, de unas cuantas salidas del
defensa que pretende que no es una unión despreciable, sino permanente interior de la pieza teatral y una excelente pelí-
una síntesis deseable y necesaria. cula de casi tres horas, en blanco y negro. No se tuvo aquí

Cuto y drama
Aja ópera es canto, la ópera es drama. Si creemos
que la ópera es sobre todo canto, apoyado en una
estructura dramática, no merece la pena plantear-
se la relación cine-ópera, su fusión y síntesis, por-
que el cine es uno de los medios dramáticos (el
primero, por cierto, que le privó del monopolio de
lo dramático a la escena) y, si hace ópera, es que
va a continuar el cometido de lo teatral por otros
medios. Pero si consideramos que la ópera es dra-
ma, esto es, teatro (tragedia, comedia, farsa, etc.),
es que consideramos que el canto es su apoyo, su
forma, su estructura, pero que lo constitutivo es
lo dramático. Los orígenes de la ópera, antes de
Monteverdi, son el interno de restituir lo que los
de la Camerata creían que podía haber sido la esen-
cia de la fórmula trágica ática: el recitativo seco
fue el resultado, que poco después invirtió y mati-
zó Monteverdi, y con su ejemplo algunos discípu- Do? formas bien diferentes, aunque igualmente válidas, de llevar la ópera al eme:
los suyos, como Cavalü. El canto se enseñoreó de
la ópera más tarde, pero la esencia dramática vuelve Salzburgo en 1954, con dirección musical de Furtwángler (derecha).
una y otra vez, desde Gluck hasta los grandes títulos de nues- miedo al teatro, a que los actores provenientes de un escena-
tro siglo. Y puesto que el cine es acción filmada (no fotogra- rio estuvieran mal en otro medio. Simplemente se superó el
fía enlatada de una representación, aunque un film pueda teatro, o mejor dicho, se consiguió la síntesis dramática en
servir de evenlual soporte a algo así), el cine y la ópera pue- otro medio, ajustándose al texto del dramaturgo y sin lomarse
den llegar a entenderse a las mil maravillas. ese tipo de libertades que invocan algunos para dañar la obra
original en la que no creen o a cuya altura no se encuentran.
Al lado de teatro mejor o peor filmado, hay cine magis-
Teatro y cine tral proveniente de textos pensados para la escena. Por sólo
referirnos a Shakespeare, pensemos en la fortuna de este ge-
V emos, si no, qué ha sucedido con ese otro maridaje, pa- nio del leairo en varias versiones cinematográficas de obras
ralelo y semejante, entre teatro y cine. Se puede hacer un ci- suyas, y limitémonos a dos cineastas: Laurence Olivier con
ne muy verbal que no evite la teatralidad, se puede adaptar Enrique V, Hamlet y Ricardo III; Orson Welles con Mac-
una pieza teatral para que sea auténtico cine, pero también beth, y sobre todo con un maravilloso Olhetlo, aparte de esa
hay una vía que parecía problemática y que sin embargo ha otra genial película alrededor de Falstaff, con textos de En-
dado auténticas obras maestras de la cinematografía: se res- rique ¡V (y una breve coda de Enrique V), Chimes al mid-

72 Scherzo
-Músico y Cin«

nighl, ejemplo de libertad auténiicamente creativa, de autén- rio Costa (el pionero, con su Barbero de 1945, protagonizada
tico respeto hacia Shakespeare. Y [odas estas películas con por Titto Gobbi, gran cantante, pero antes gran actor). En
textos (ealrales eran auténtico y verdadero cine. estas películas, que nos llevan hasta la famosa Aida de Cle-
Podemos plantearnos el problema de la relación (o mejor, mente Fracassi, con una exuberante Sophia Loren, con Re-
insistamos, de la síntesis) ópera-cine en términos semejantes nata Tebaldi en play-back, es muy habitual este último
a éstos. procedimiento, aunque no universal, como demuestran los
casos de Gobbi o Nelly Corradi... y muy pocos más, casi nun-
ca de cantantes de auténtica talla (¡no se puede tener todo!).
En la Unión Soviética el afán pedagógico de los estudios
Cine y ópera les llevó a aprovechar cinematográficamente previas produc-
ciones operísticas o a producirlas ex novo. Pero el criterio
MTara que una pieza teatral se convierta de veras en cine no era siempre cinematográfico. Los años cincuenta y sesenta
es suficiente con cortar parlamentos, prodigar primeros pla- son la edad de oro, con realizadores como Román Tijomi-
nos o acudir a furiosos travellings o planos-grúa. Puede ser rov (Evgeni Onegin, Dama de pique, Príncipe Igor) o Vera
incluso innecesario. Lo que hay que hacer, en primer lugar, Stroeva (Boris Godunov, Jovanchina). Son películas que se
es eliminar la cuarto pared, porque en cine esa pared es ubi- pueden ver como tales, y que además basan su guión en una
cua y está en la cámara; hay que acudir a escenarios natura- ópera. Por cierto, al menos una de ellas se puso aquí, hace
les y a exteriores adecuados; hay que construir decorados que unos ocho afios, el Igor de Tijomirov. En Madrid duró creo
pretendan y consigan una ilusión (es decir, una realidad) ci- que una semana en cartel, en el Palace. Para los detractores
nematográfica. Exactamente lo mismo hace falta para filmar de la ópera en cine este dato puede ser un argumento po-
una ópera. Pero si ningún director cinematográfico le dará deroso.
jamás el papel de Julieta a una señora de cincuenta años, tam- En el área germánica hacen a menudo películas basadas
poco hará eso a la hora de encargarle a una cantante (o a en producciones de prestigio, pero no son cinematográficas.
una actriz doblada en play-back) el papel de Evita Pogner, En todas ellas existe la cuarta pared, el decorado es eviden-
Salomé, Lucía, Carmen o Tatiana. Y es que un actor o ac- temente teatral, así como la actuación, y la mayor parte de
triz han de poseer dos cosas al menos (por mucho que la pri- las veces se ve a la orquesta tocando, dirigida por un primer
mera falte más a menudo que la segunda): talento y carac- batuta. Los resultados son a menudo de calidad, pero no es
cine. Eso no impide que, en otro nivel de recepti-
vidad, podamos disfrutar de estos productos. El pa-
radigma podría ser El caballero de la rosa, filmado
por Paul Czinner (un habitual muy eficaz, el mis-
mo del Don Giovanni de Furtwángler de 1954 en
Salzburgo) y dirección musical, escénica y conse-
jos cinematográficos de Herbert von Karajan, con
Schwarzkopf, Jurinac, Rothenberger y Edelmann.
Citamos esta producción no sólo por su enorme ca-
lidad, sino también porque fue puesta por TVE en
octubre pasado y los aficionados pueden tenerla
aún caliente, o acaso grabada. Pero lo cierto es que
en Alemania y Austria se produce mucho, sí, pero
no se da el salto a lo cinematográfico.
Esta manera de hacer germánica será la base de
las habituales filmaciones en vídeo, cuando éste se
comercialice y expansione. Aunque también es cier-
to que algunas de esas producciones en vídeo alcan-
zan unas características casi cinematográficas. Pen-
semos, por ejemplo, en la mayoría de las realizacio-
nes de Jean-Pierre Ponnelle (que acaba de fallecer
n Giovanni de Losey ¡izquierda/ y el que filmara Paul Czinner durante el Festival de
a los 56 años, y al que rendimos ya nuestro más
emocionado y agradecido homenaje), y en especial
los tres Monteverdi de Zurich con Harnoncourt.
teráticas físicas adecuadas para proporcionar verdad dramá-
tica, ilusión escénica. Partiendo de nuestra concepción de la
ópera como drama, los cantantes deberían poseer esto mis-
mo y, además, voz operística. ¡Total, nada! Por eso en tiem- Ren acimienta
pos se acudió tan a menudo al play-back.
Recordemos que en los años 40 se empezaron a filmar en ÍN o es posible saber, sin riesgo de maximalismos atrevidos,
Italia muchas óperas en cine, con mejor o peor fortuna, con si el período de retirada a los cuarteles de invierno de la ópe-
mayor o menor respeto. Se creó una tradición que no tuvo ra en los años 60 y parte de los 70 es una de las causas de
un excesivo futuro, pero que dio muchas obras de interés, que por entonces sean menos habituales los filmes operísti-
basándose en el rico pasado operístico del país y en el mon- cos. Es cierto que se vivía una de esas épocas en que los inte-
tón de películas sobre temas de óperas que se habían hecho lectuales parecían peleados con los coliseos líricos y también
en los 30 y se seguían haciendo en los 40. Destacaron enton- lo es que el fenómeno de nueva melomanía se origina en los
ces los nombres de realizadores como Carmine Gallone (que 70 (alrededor, sobre todo, de los conciertos sinfónicos y la
había filmado melodramas sin canto como El sueño de But- ópera, en especial la italiana del siglo XIX). Lo cierto es que
terfly y Amami, Alfredo, ambas con María Cebotari) o Ma- desde mediados de los 70 se producen unas cuantas películas

Scherzo 73
dosl*r

de alta exigencia cinematográfica basadas en óperas habituales La tendencia actual es a que los propios cantantes hagan
del repertorio. Sólo unas cuantas, pero su producción es tan sus papeles y no sean doblados. Esto ha llevado a grandes
cara, tan cuidada y tan bien distribuida que parece evidente aciertos: Domingo como Don José, Otello o Alfredo, Stra-
que nos encontramos ante otra manera de hacer ópera en ci- tas como Violetta, Raimondi como Escamilio. Pero ha con-
ne. Acaso sea que empiece a cristalizar ese género que en ri- ducido también a experiencias inadecuadas o peligrosas, que
gor no ha existido mas que durante un tiempo en la URSS acaso sea mejor silencionar ante los elogios anteriores. Syber-
y en Italia, aparte de brotes geniales como aquellos Cuentos berg prescinde casi por completo de este recurso en su fasci-
de Hoffman de Michael Powell y Emeric Presburger (pelí- nante Parsifal y el resultado es excelentte. El peligro, se dice,
cula que se estrenó en España, creo que en 1952), con cierto es que no haya adecuación entre las exigencias físicas del canto
éxito <¡ojo los puristas!), y en la que sólo el protagonista can- y la labor del actor-no cantante (esto es, que se note dema-
taba y actuaba (Robert Rounseville), o la discutible (discuti- siado). Pero la experiencia nos recuerda que ese peligro *e
ble la película y discutible la ópera) Médium de Menotti, más da también con cantantes-actores al mimar sobre su propio
o menos de por entonces. play-back. Zeffirelli es uno de los decididos partidarios del
Se considera que La flauta mágica de Bergman fue el des- cantante-actor, y no siempre cumple con su creencia en los
pegue. No sabemos si esta película fue la causa o simplemente papeles secundarios. En cualquier caso, y puesto que es otro
que Bergman se adelantó a una corriente que iba a surgir de género, al actor que acuda al play-back le será necesario otro
todas formas. Sin embargo, y a pesar del encamo de esta pe- tipo de disciplina, de aprendizaje, de entrenamiento. Habrá
lícula, su importancia es mayor por ese carácter más o me- actores adecuados para el cine operístico y otros que no lo
nos de renacimiento que por sus cualidades intrínsecas (al serán, lo mismo que los hay válidos para la comedia y aje-
menos en mi modesta opinión). Ya hablamos visto el Woz- nos al drama... y lo mismo que los hay todo-terreno.
zeck de Joachim Hess, algo anterior, excelente, aunque aca- La gran diferencia del guión de ópera con respecto al de
so no magistral, y poco después vimos un precioso Fidelio los demás géneros es que todo está marcado en la partitura,
de Pierre Jourdan (dirigido por Mehta con Israel), que, co- es decir, que hay partitura, no sólo guión y diálogos. Mu-
mo Bergman, tampoco evitaba lo teatral y no acababa de con- chos directores escénicos de ópera, aherrojados por este ri-
seguir ¡o cinematográfico (que sí conseguía Hess). Y entonces gor y echando de menos las posibilidades de mejora o simple
vinieron las grandes producciones que nos hacen creer que falla de respeto en el teatro dramático, hacen muchas tonte-
el género, pese a la crisis del cine europeo y la carestía de rías con las óperas que el deslino les depara. Otros, al con-
estas películas, cristaliza de una vez por todas y se consoli- trario, sacan su fuerza y su creatividad de ese rigor, de esos
dar Don Ciovanni, de Joseph Losey; Traviata, de Zeffirelli; límites, sin necesidad de hacer notar lo obvio, de remarcar
Parsifal, de Syberberg; Carmen, de Francesco Rossi; Otel/o, lo evidente, o de enmendar la plana. Son nombres como Wie-
de Zeffirelli; Macbeth, de Claude d'Anna, y algunas pendien- land Wagner, Felsenstein, Visconti, Ponnelle, Harry Kupfer
tes aún (o eso creo) de estreno o terminación: Boris Godu- y muchos otros. En cine han sido, precisamente, gentes que
nov, de Andrej Wajda; LaBohéme, de Luigi Comencini. Al provenían del medio cinematográfico y que en ocasiones co-
margen de que nos gusten o no todas o algunas de estas pelí- nocían también el lírico.
culas, creo que estaremos de acuerdo en que son, sobre to-
do, cine, que se han salido del escenario para hacerlas, que Para el actor (cantante o en play-back) hay una dificultad
han acudido a escenarios naturales (Carmen) o han creado esencial: no puede llevar su propio tempo de motivaciones,
un decorado onírico (Parsifal), pero que han sido concebi- su propia recreación de vivencias a partir de la construcción
das como producto cinematográfico. El que, además, resul- del personaje: ha de adaptarse a la Urania de la música. Esto
ten excelentes vehículos culturales o divulgadores es añadirle es, tiene que buscar otro método, o adaptarlo, sin contar con
virtudes (o eso creo). Pero eran cine, y los que creemos en que el método por antonomasia parte de un cierto o un total
esta opción, esperamos que no se trate de un fenómeno efí- realismo, mientras que la ópera es el antirrealismo esencial,
mero, sino de un logro, el de un género que parecía no cua- puesto que su verdad es diferente a la de la fotografía (por
jar nunca. eso la escuela verista en ópera sugiere una contradicción en
los términos). En arte, como ya sabía Stravinski, las limita-
ciones no nos esclavizan, sino que nos potencian. Actores y
realizadores podrán hacer algún corte, podrán exagerar o im-
poner una fermata, todo lo más, pero no pueden romper una
Problemas, tendencias, futuro frase, porque este género las tiene escritas ya. Y, además, en
este género, el primer plano puede ser sumamente problemá-
J_/a verdad es que el cine puede ahora integrar a la ópera tico, pero a cambio los personajes pueden (al contrario que
porque antes la integró el teatro mismo. Se hace auténtica casi siempre en escena), mirarse a la cara, mientras cantan,
ópera-teatro desde Wieland Wagner, Igmar Bergman o Lu- volverse de espaldas, matizar un pianissimo al extremo... en
chino Visconti, entre otros (sólo el primero no hizo cine, só- una palabra, dar verdad dramática frente a la acumulación
lo el segundo filmó una ópera, y es extraño que el tercero de convenciones inútiles y viciosas de los escenarios. En ciertas
no llegara a ello). Esa condición ha sido necesaria para que óperas donde el canto es predominante sobre el drama (Ba-
poseamos hoy el nivel de conciencia lírico-cinematográfica rroco, Opera Seria...), con ese subgénero antic¡nemBiográ-
que ha hecho posibles esos títulos que acabamos de relacio- fico que es el aria da capo, las dificultades aumentan, o son
nar. Y si el género se consolida, pronto veremos ial vez que de un grado superior. Acaso haya óperas no fumables, quién
no sólo el acerbo del pasado es llevado a la pantalla, sino sabe. Pero eso no se puede decir cuando sospechamos que,
que se compondrán óperas destinadas directamente al cine, pese a la gran cantidad de óperas que se han filmado desde
como quiso ya proféticamente Alban Berg (y acaso su pre- el nacimiento del sonoro y desde antes aún, el género en cues-
matura muerte lo impidió, pero ya había pensado cinemato- tión acaba de nacer.
gráficameme su Wozzeck, como demuestra cualquier puesta
en escena de esta obra) y como pudo llevarlo a cabo Brillen
con Owen Wingrave, su penúltima ópera, encargada por TV. Santiago Martín Bermúdez

74 Scherzo
GRANDES INTERPRETES

El poder y la gloria
Filarmónica de Nueva York - Zubin Mehta

<
LU
X

>

F-

Zubin Mehta y sus filarmónicos neoyorquinos vuelven a Madrid el 8 de septiembre.

E l mundo de las orquestas en Es-


tados Unidos es algo muy distin-
to a lo que conocemos en Euro-
pa, y desde luego en España. No es ne-
cesariamente mejor, pero es por com-
entre otras cosas, en una programación
generalmente muy conservadora. Por
otra parte, los costes se han disparado
en los últimos tiempos en Estados Uni-
dos en lo que se refiere a los propios
que venden mucho más, infinitamente
más, de un disco pop a un coste infini-
tamente menor) y en estos momentos
se plantean la necesidad de volver a es-
tar en el medio fonográfico, medio dei
pleto diferente. Dependen en escasa o componentes de las orquestas. Esa es que no es posible estar ausente sin de-
ninguna medida de las instancias públi- la razón por la que en los últimos años jar, a los efectos, de existir.
cas, y en virtud del sistema fiscal nor- los melómanos disco filos reciben mu-
teamericano (que confía mucho en la chas menos grabaciones de los grandes
iniciativa privada cultural), es posible maestros con las primeras orquestas de Orquestas envidiables
encontrar habituales patrocinios (sport - los Estados Unidos, antaño omnipre-
sors) de ámbito local, regional, estatal sentes y habituales en la discografía. l_*as prestaciones de las orquestas
o nacional. Tengamos en cuenta que la Deutsche Grammophon, Decca, Phi- americanas resultan envidiables, al me-
Filarmónica de Nueva York viene pa- lips y otros sellos prefieren grabar con nos en las que se pueden considerar de
trocinada por el City-Bank, que en bue- grandes orquestas europeas que no re- primera y segunda fila, si los compa-
na medida hace posible esta y otras sultan tan caras y que poseen una efi- ramos con los niveles españoles e inclu-
giras y actividades de la orquesta. Es- cacia semejante. Los músicos ameri- so algunos europeos. Hay al menos seis
to supone una independencia de los po- canos han tomado conciencia de este grandes orquestas norteamericanas de
deres públicos, si, pero al mismo problema que en buena medida han primer rango: una de ellas es la decana
tiempo hace a las orquestas dependien- provocado ellos mismos con unas de- que motiva estas líneas, la Filarmóni-
tes de determinada mentalidad de ren- mandas económicas que la industria del ca de Nueva York, fundada en 1842;
tabilidad inmediata que se advierte. disco clásico (un lujo de las compañías, las oirás son, en primer lugar, esas dos

Schcrzo 75
GRANDES INTERPRETES

indiscutibles y en cierto modo rivales queramos, que nunca se dan en orques- pold (sólo en 1902-1903, y que, como
por el primer puesto, Chicago y Fila- tas como las relacionadas). De otra for- su padre, había sido titular de la Sin-
delfia (1891 y 1900) y, desde luego, Bos- ma no se comprende lo que hizo, dicta- fónica). Dvorak dirigió a la Filarmó-
lon (1881), Cleveland (1918) y Los torialmente, el legendario George Szell nica a menudo durante los años que
Angeles (1919). A continuación hay al- con Cleveland, que al llegar él era una estuvo en Estados Unidos como profe-
gunas excelentes orquestas de segundo orquesta menor. sor del Conservatorio Nacional de Nue-
rango, que ya las quisiéramos, como va York en esa misión que le había
Saint Louis (1881), Minnesota, antes encomendado la señora Thurber de
Minneapolis (1903), San Francisco La más antigua orquesta americana crear la escuela nacional de los Estados
(1911), Detroit (1914) e incluso la Na- Unidos. A esta orquesta le entregó
cional de Washington de Rostropovitch
(1931), y alguna magnífica orquesta de
cámara, aparte Los Angeles, como St.
E 1 paradigma de este modo de actua-
ción lo encontramos en las grandes or-
Dvorak su Sinfonía del Nuevo Mundo
en 1893. Mientras a la Sinfónica acu-
Paul (1959). Después están las demás, questas del país, como es el caso de la dieron directores como Bruno Walter,
algunas de ellas con una antigüedad que Filarmónica de Nueva York que ahora Fritz Busch, Arbós o d'lndy, a la Fi-
no les ha permitido aún el salto a aque- nos visita. En 1842 se fundó la Philhar- larmónica llegan Félix Weingartner, Ri-
llos niveles (Dallas, Oregon, San Die- monic Symphony Society de Nueva chard Strauss y Willem Mengelberg.
go, Cincinnati, Pitlsburgh, Baltimore, York, que en la medida en que sigue vi- Sin embargo, hay una visita que es ló-
etc.). viendo hoy día es la mas antigua or- gico destacar, y que en muchos senti-
questa de los Estados Unidos. Su dos resulta premonitoria: Gustav
Ademas, las temporadas tienen po- primer concierto tuvo lugar el 7 de di-
co que ver con las nuestras. Suelen di- ciembre de 1842 con un conjunto que
vidirse, en su mayoría y aparte las era la mitad del actual (en un amplísi-
grandes, en pequeñas estaciones y con- mo programa de los de aquellos tiem- TT\e natura sonoris 2. He aquí el título
cierios estivales y pops. El manager de pos se tocó la Quinta de Beethoven, • Mde la obra que el compositor polaco
una orquesta americana es el gran res- recién estrenada, en 1841, en el país). JL^Krzysztof Penderecki dedicó en 1971
ponsable de un presupuesto al que ha Otros dos conciertos más completaron al director hindú Zubin Mehta, a la sazón
de ajustarse, y lo importante es que aquella primera temporada. Las si-
guientes consistieron en cuatro concier- cabeza rectora de la Orquesta Filarmónica
también el director artístico ha de ajus- tos y desde 1860 dieron seis. Al prin- de Los Angeles y consejero artístico de la
tarse a él. La rentabilidad y el presti- cipio no había director permanente, lo también Filarmónica de Israel y ya uno de
gio de la orquesta está por encima de que es explicable por el nivel de con-
todo, y si a veces hay que echar mano los grandes nombres del moderno panora-
de solistas o directores no conocidos, ciencia sinfónica de la época. La or- ma de estrellas de la batuta por entonces. Es,
nunca se desaprovecha allí una gran ba- questa llegó a 100 miembros en 1867. qué duda cabe, además de una muy ilustra-
tuta sólo porque el director titular sea El primer gran director fue Leopold
Damrosch, que en 1878 fundaba la Sin- tiva partitura del estilo del músico, una pie-
un celoso. Nadie tiene el puesto asegu- fónica de Nueva York, orquesta que se za que, en su enunciado, apunta uno de los
rado, y mucho menos el director titu- uniría a la Filarmónica cincuenta años rasgos esenciales del arte del conductor na-
lar, pero éste goza de una autoridad más tarde. Pero fue en 1892, año del
incontestable cuando se sube al podio cido en Bombay —de padre violinista— en
a ensayar, cuando prepara una obra cuarto centenario del descubrimiento 1936: la singular naturaleza de su sonido or-
por familias o en trabajo previo o cuan- que se celebró por todo lo alto y que questal, la particular pasta, la textura pecu-
do considera necesario cambiar los atri- supuso la visita de Dvorak atraído por
la mecenas Jeanetie Thurber, cuando liar que unifica sus interpretaciones sinfó-
les o simplemente prescindir de músicos la Society se convirtió en New York nicas. Mehta, desde muy joven y, sobre to-
sin rendimiento. Pero hay que hacer Phüharmonic Orchestra, en adelante do, desde que tuvo ocasión de ver a Furt-
notar que un director en Estados Uni- con directores permanentes: Antón
dos se tienta la ropa antes de hacer al- wángler en Viena en 1954, a poco de llegar
go así, y sólo lo hace cuando el caso Seidl (hasta 1898), Emil Paur (hasta a la ciudad para trabajar con Swarowsky,
está justificado (con las excepciones que 1902), Walter Damrosch, hijo de Leo- ha .sido un obseso de la materia sonora ema-
nada de la unión de las voces que constitu-
yen una orquesta; un perfeccionista del
sonido como elemento natural; no un refi-
nado y exquisito alquimista de los timbres,
sino un hábil manipulador de los planos, re-
gulador de las intensidades y modeiador de
los bloques. La personalidad acústica de la
orquesta de Mehla viene definida por la
—llamémosla asi— compacta transparencia
de su espectro, por la animación constante
de sus voces, por la fuerza eminentemente
física de su acentuación, por el brillo de su
superficie, por la potencia de su discurso. A
ello se une el firme criterio —en aplicación
de ideas furtwanglerianas— de defender la
continuidad y la fluidez de la enunciación
musical: «La línea me parece lo esencial de
cualquier interpretación —uno debe ver el
final en el principio—; la repetición de cli-
max no contribuye a preservarla». Máxima
que también podría firmar un Celibidache.
Aunque nada tan alejado del estilo del hin-
dú como la profunda e intelectual elabora-
Pavurutii. Salminen, Mehla, Verreí y Dunn saludando después de la interpreíacián del ción fenomenológica del maestro rumano.
Réquiem de Verd't la temporada pasada.

76 Scherzo
GRANDES INTERPRETES

Mahler esluvo allí los últimos dos años tók o Schónberg), como fue el caso de
de su vida, cansado del agresivo con- Barbirolli (titular entre 1936 y 1942),
servadurismo vienes y del auge del an- Rodzinski (hasta 1947), Bruno Walter
tisemitismo en Austria. Era un exiliado (hasta 1949, pero algunos de sus músi-
en muchos sentidos. No sería el prime- cos le servirán para la llamada Sinfó-
ro que encontraría las puertas abiertas nica Columbia, con la que él, Stra-
de la Filarmónica de Nueva York. vinski, Craft y otros grabaron muchas
En efecto, en 1928, año de la fusión cosas). Tras el breve interregno de Mi-
con la Sinfónica, llega como titular un tropoulos y Stokowski, el primero que-
vehemente artista italiano, contrario al da solo hasta 1957, y después vienen los
fascismo instalado en su país, que da- tres grandes nombres asociados a la Fi-
ría nueva forma a la orquesta. Era Ar- larmónica de Nueva York durante otras
turo Toscaníni, titular hasta 1936. La tantas décadas: Bernstein (hasta 1969),
Filarmónica parece desde entonces aco- Boulez (hasta 1977) y Zubin Mehta, el
ger a exiliados y a errantes, a directo- actual titular. El breve interregno de
res cuyo arte o personalidad repre- Szell como music adviser se había in-
saliados buscan el otro lado del océa- terrumpido brutalmente por la muerte
no, en ocasiones con éxito (más, desde del genial director húngaro en 1970.
luego, que gentes tan ilustres como Bar- No es posible relacionar la cantidad

taciones. La mano izquierda, mucho más

De natura tímida, casi no interviene en el febril proce-


so creativo.

sonoris Mehta en España


Desde muy al comienzo de su carrera, Zu-
urque, además, distingue cualquier versión bin Mehta, cuando aún era un desconocido
; Mehta, dentro de un trazado elegante que entre nosotros, actuó con la Orquesta Na-
3 desconoce el elemento lírico, una expre- cional sorprendiendo tanto a los instrumen-
ón, en ocasiones epidérmica pero siempre tistas como al público por segundad y
resente, calurosa, poderosamente ancha, virtuosismo, por su memoria y capacidad de Arturo Toscanini daría una nueva forma a
captación, por su eficaz e instructiva labor la orquesta.
tal, convincente, de amplio aliento. Ras-
js que en todo momento lo han acompa- en los ensayos. Granada y Santander fueron de directores de primera fila que se han
ado y que han determinado en los últimos los primeros escenarios en el verano de 1964. puesto al frente de esta orquesta; bas-
los un cierto manierismo que puede llegar Modélicas e intensas versiones de Schumann, le con decir que no falta, prácticamen-
acartonar los conceptos y a decolorar Beethoven (con Ferras), Strauss (Don Juan), te, ninguno del pasado ni del presente.
-por exceso de musculatura— las sonori- Stravinsky (Sinfonía en tres movimientos), Y no olvidemos que la Filarmónica de
ades. Características que permanentemen- Kodaly (Galanía) o Brahms (2. " Concierto Nueva York actúa en un medio geográ-
y Primera Sin/orna) jalonaron sus actuacio- fico, el de la ciudad y su área suburba-
:, y con grandes aciertos, ha exhibido el na, donde dan conciertos con mayor o
¡rector hindú desde la base de una muy so- nes. En 1968 volvió, ya al Real, y ofreció una menor regularidad casi cuarenta or-
da técnica gestual y una rápida compren- discutida pero interesantísima Primera de questas de carácter sinfónico, la mitad
ón de cualquier partitura, preferentemente, Mahler y, en Granada de nuevo, un mono- de ellas profesionales. En la actualidad,
n principio, las pertenecientes a la tradición gráfico Beethoven (con Brendel en el 3. "). y según informaciones contrastadas,
ustro-alemana y luego, junto a las operís- Su última colaboración con la ONE fue en hay una crisis de liderazgo en la Filar-
1973 en un concierto espectacular y brillan- mónica, atemperada por su incansable
cas románticas y straussianas. las nacidas actividad en Nueva York y sus giras por
e centros de influencia como el de la segun- te: Seis piezas de Webern, N. " I de Liszt con el país y las habituales salidas al extran-
a escuela de Viena. La batuta de Mehta es Gutiérrez y 3.a áe Saint-Saéns. jero, que hacen que el conjunto dé más
na de las más claras, decididas, enérgicas Posteriormente el director hindú, cada vez de 100 conciertos anuales sólo en su
fustigantes de cuantas están hoy en acti- más integrado en el sistema americano, en temporada habitual. No es posible ade-
el que los brillos sustituyen a veces a los ma- lantar acontecimientos, pero no es ra-
o. Partiendo de un elástico y poderoso mo- ro que una orquesta que se acerca a los
imiento de hombro, que funciona con la tizados y mejor estructurados y armoniza- 150 años de existencia, que domina to-
erfección de un juego bien engrasado de bi- dos colores, ha visitado Madrid con Fi- do el repertorio (desde antes de Bou-
igras, su brazo derecho, una extremidad ex- larmónica de Israel (con una excelente 5.' lez, aunque él lo acentuó, la Filarmó-
elentemente articulada con ef tronco, actúa de Mahler), Filarmónica de Los Angeles, Fi- nica es una de las raras orquestas ame-
orno verdadera catapulta batiendo sin com- larmónica de Nueva York, con la que aho- ricanas con programación contemporá-
ra vuelve, y Maggio Mus ¡cale Florentino nea regular) y que se encuentra ante la
iasión en todos los puntos del espacio e in- ya mencionada crisis ante los media, se
jgrando, en sólidos y precisos golpes, todas (Réquiem de Verdi sólo discreto). El pasa- remueva considerablemente, no por fal-
as fuerzas musicales a sus órdenes. Las or- do verano mostró en Santander, con Israel, ta de horizontes, sino porque determi-
luestas quedan como imantadas, prendidas su apreciable y en ocasiones sorprendente ve- nados horizontes hoy imprescindibles
n su gesto, que quizá resulta, a primera vis- ta bruckneriana brindando una muy solvente (como las sesiones habituales de graba-
a, monocorde, pero que tiene una inmensa Octava. ción) sean, al menos de momento, co-
sa del pasado.
fectividad; hasta el punto de que parece
lúe, sin un solo ensayo previo, esta elocuen-
ia descomunal podría dar excelentes pres- Arturo Reverter
Santiago Martín Bermúdez

Scherzo 77
ESTUDIO

La música en Florencia:
Del Ars Nova a la Camerata Bardi (1)
cundario, en relación con las otras ar-
les, en el ánimo de los florentinos.
Resulta inexcusable referirse en pri-
mer lugar al peso, especialmente gran-
de en el Medievo, de la música religiosa
en el discurrir ciudadano. Numerosas
iglesias, en las que se cantan Misas, Vís-
peras y demás servicios religiosos, re-
claman con derecho propio la conside-
ración de focos del arte sonoro. Des-
tacarán con el tiempo Santa Annunzia-
ta, San Lorenzo y Santo Spirito. Natu-
ralmente, la Catedral, Santa Mari a dei
Fiori, coronada por Brunelleschi con
una cúpula prodigiosa, acabará por
convertirse en el polo de atracción más
poderoso. Las muchas capillas donde
se practica ya el arte polifónico serán
mencionadas con algún detalle más
adelante. Al amparo de las iglesias cre-
ce un teatro religioso con música que
se basa, claro está, en temas de la Pa-
sión. En los siglos XV y XVI se decan-
ta la variedad de la sacra rappresen-
lazione, cultivada en Florencia de mo-
do aplastan temen te may Ontario en re-
lación con el resto de Italia, que utiliza
la lengua vulgar por oposición al latín
de los dramas medievales. Este género
admite una temática mucho menos uni-
forme, incluye muchas veces interme-
dios, sobre los que luego volveremos,
y permite el paso a innovaciones escé-
nicas y musicales. Muchos de los hallaz-
gos que acontecen en el seno de las
sacre rappresentazioni tendrán luego un
lugar en la ópera y el oratorio.
En el terreno de la música popular
religiosa se da la expresión típicamen-
te italiana de la Lauda spirituale. Su
aparición se va agrupando como una
Catedral de Florencia, ceniro musical. colección de himnos, la mayoría en len-
gua vernácula, muchos de ellos maria-
nos, que son acompañados de melodías
no de los centros de mayor glo-
U ria artística en la historia de Oc-
cidente es, sin lugar a dudas, la
ciudad de Florencia. Su larga trayecto-
una raza que hizo posible la aparición
de Botlicelli, Brunelleschi, Cellini, Do-
natello, Leonardo, Verrocchio, Miche-
langelo y tantísimos otros era imposible
que no afectase también a la Música.
de larga tradición. Su etapa más pura
tiene lugar en el siglo XIII, cuando los
franciscanos detentan su custodia. El
anonimato es, por consiguiente, la con-
ria temporal —fue fundada por los dición que acompaña a los autores de
romanos— cristalizó en los siglos mi- El nacimiento de la Opera, a comien- letra y música. Hay, sin embargo, ex-
lagrosos que cubren el generoso arco zos del siglo XVII y en cuyo umbral nos cepciones. La más importante es la del
que une el despertar del Trecenro con detendremos, es el acontecimiento mu- corpus atribuido al poeta franciscano
el pausado y todavía productivo decli- sical florentino al que se presta gene- Jacopone da Todi, cuya producción se
nar del último barroco. La idea que se ralmente más atención. Las tres publica en Florencia en 1590 con el tí-
tiene de la villa surcada por el Amo, centurias precedentes se ven quizá co-
mo una preparación para ese adveni- tulo de Cantichi, ovvero Laude. Floren-
fijada sobre el genio del periodo cono- miento. Se desdibuja asi la significación cia es, desde luego, un punto crucial
cido como Renacimienlo pleno, suele de una rica vida musical, cuyo más ex- para las Laude. Se dispone de referen-
contemplar, con tendencia exclusivista, presivo entendimiento consistiría en cias que nos llevan tan atrás como 1183.
las materializaciones de las artes visua- afirmar que nunca tuvo un carácter se- Un manuscrito florentino es una de las
les. Pero el extraordinario impulso de fuentes principales de estos himnos,

78 Scherzo
ESTUDIO

siendo la otra el Láudano de Corlona. yendo con sus Laudi en la aparición del bía separar el Ars Antiqua del Ars No-
Sin embargo, los 89 ejemplos del siglo oratorio. va. La diferencia consistía más bien en
XIV de dicho manuscrito se han aleja- una cuesiión de grados, de matices: el
do ya de la homofom'a primitiva. La ritmo cuenta con una más variada se-
permeabilidad de las Laude al Ars No- El Ars Nova florentino rie de posibilidades, las voces tienden
va queda delatada por la aparición de a una mayor independencia mutua y
un refinamiento estilístico y un tipo de Los datos que están a nuestro alcan- una inédita elegancia envuelve a la in-
vocalización que son consustanciales ce parecen apuntar en la dirección de vención melódica. El foco tanto pione-
con este movimiento. La llamada ha- que la música profana aparece más tar- ro como más importante del Ars Nova
cia lo culto es ineludible para las Lau- díamente en Florencia —siguiendo los italiano es la ciudad de Florencia. Al-
de, que aún viven una fase de pasos del resto de Italia y en conjunto gunos especialistas han propuesto sepa-
contención en el XV, cuando los me- de toda la Europa cristianizada— que rar la música creada en la época en la
lismas desaparecen. Se va ensanchan- la eclesiástica. Se carece de nombres de península de la del resto de Europa. Re-
do, con todo, la tipología social de sus compositores relevantes en la ciudad curren al término Trecento queriendo
practicantes: corradlas de laudesi, agru- que observamos para los siglos inme- darle una connotación estilística dife-
paciones artesanales, hasta derivar en diatamente anteriores y posteriores al rencial. El ofrecimiento no ha gozado
la tergiversación de los cantantes pro- primer milenio. Se ha llegado a la con- de aceptación general, las peculiarida-
fesionales que entre 1501 y 1520 ento- clusión de que la música mundana ape- des italianas —luminoso melodismo,
nan Laude en el Duomo florentino. Es nas si floreció en este periodo, quizá sea renovación poética unida a la musical—
también, por supuesto, un cultismo el esto una deformación fruto del escaso no bastan para desgajar su Ars Nova
que Lorenzo de Medici y su madre, Lu- material que se maneja. En uno u otro de aquellos de distinto sustento geográ-
crezia Tornabuoni, escriban poemas caso, lo cierto es que la villa toscana lla- fico. Una postura estricta nos llevaría
con intención de sumarlos al himnario. ma la atención de los historiadores de a aplicar el concepto sólo al hablar de
Las Laude son impulsadas por el apo- nuestro arte cuando se produce un fe- Philippe de Vitry, cuando es obvio que
calíptico discurseador Giro lamo Savo- nómeno de cambio de gran alcance. la transformación tuvo una dimensión
narola (1494-1498), quien encontró en Una nueva estética musical se abre mucho más vasta.
su «sana devoción» la fuerza que pre- paso en los primeros decenios del siglo Ahora bien, el Ars Nova italiano, y
cisaba para oponerse a la procacidad XIV. Se le da el nombre de Ars Nova, su mejor representante, el florentino,
de los Canti de carnaval. La entrada de tomándolo de un tratado escrito hacia sí que se distingue del francés, el más
esquemas procedentes de la frottola y 1322 por Philippe de Vitry. Las mane- potente e influyente, en la manera con-
la villanella apartarán todavía mas a la ras que imperaban hasta entonces, y creta de cuajar un común estado de
Lauda de sus orígenes. El simbólico fi- que se consideraban caducadas, pasan ideas. Tres formas poético-musicales se
nal es la asunción por parte de un com- a englobar, por evidente contraposi- van a señorear del panorama secular:
positor profesional, Giovanni An¡- ción, el mundo del Ars Antiqua. La lla- la caccia, el madrigal y la ballata. La
muccia, de esta antigua herencia. El marada nace en Francia pero rápida- primera de ellas contiene normalmen-
músico florentino publicó en Roma dos mente su extensión es universal. El Ars te temas de caza o bien de pesca y en
libros de £audi(I563, 1570) en los que Nova fue la respuesta lógica y desea- sentido amplio plásticas escenas arran-
busca intencionadamente conectar con ble a la rigidez de los esquemas polifó- cadas a la vida cotidiana. La caccia más
un tono popular. La textura en estas nicos primitivos del tipo del organum ortodoxa está compuesta a tres voces,
obras es mucho más sencilla que en sus y el conductus. Una corriente de liber- siguiendo un movimiento en canon las
madrigales, pero la pretensión que las tad estremeció de parte a parte el cos- superiores, en tanto que el tenor, par-
anima permanece lejos de ser lograda. mos sonoro occidental. Nuestros can- te que podía ser encomendada a algún
Animuccia, predecesor de Pales trina en sados oídos carecen acaso de la capa- instrumento, no está sujeto al canon y
la Capilla de San Pedro, colaborador cidad de captar la magnitud de la mu- dibuja con sus notas largas una sólida
de Felipe Neri en su famoso oratorio, tación operada. Para un oyente del base referencia!. Un gusto por el virtuo-
fiel exponente en música de los vientos siglo XIV naciente, un abismo que, sin sismo en la escritura condujo el núme-
de la Contrarreforma, acabará influ- embargo, no fue un corte brusco, de- ro de voces en canon hasta los límites

Scherzo
ESTUDIO

de lo hipertrófico. El origen de la cac-


cia no está muy claro, pero los cantos
Irovadorescos estuvieron, a no dudar-
lo, conectados de alguna forma al mis-
mo. En Florencia la fisonomía de la
caccia gana en poder descriptivo, se ha-
ce más idílica, sin que le falte una capa
de fino humorismo. Las fuentes sugie-
A
le. i. I * fr ^ i
ren una práctica masiva de la caccia en
el Ars Nova (emprano que cede bajo la
pujanza del madrigal, pasando a ser un
reposo pintoresco en los autores del
Trecento avanzado. Gíovanni da Firen-
ze, quien escribe también madrigales en
considerable cantidad, aparenta haber
sido el gran cultivador de la forma. Su
nombre es el primero que toma cuerpo
a panir de las tinieblas del anonimato
de la música florentina. Las crónicas no
muy alejadas temporalmente de él lo
valoran como el reformador del estilo
antiguo. Se creen de atribución segura
dos cacee. Per larghi prati y Con brac-
chi assai —además hay otras varias
dudosas— sugerentes y de mucho efec-
to. Su supuesto coetáneo, Piero da Fi-
renze, nos da una imagen muy viva del
arte de la pesca en Con dolce brama.
Piero, seguramente no florentino pero
residente en la ciudad, posee interés al Balada uQuesla fanciulla» de Landini.
mostrarnos algunas conexiones de la será probablemente el que obtenga la aunaban canto y baile. Eran típicas las
caccia con el madrigal primitivo: deter- consolidación de la novedosa forma. ruedas de danzantes, de ellas va salien-
minados ejemplares suyos de la segun- Algunos de los rasgos de su estilo —de- do una poesía coral, cuyo punto más
da de las formas citadas adoptan la clamación silábica, melismas en las dos depurado son las canzoni a bailo. Exis-
marcha canónica de la primera. Niccoló o tres sílabas finales de cada verso— se len baílate mono fónicas de Gherarde-
da Perugia, que trabajó en Florencia, volverán casi un dogma para sus segui- llo da Firenze y Lorenzo da Firenze,
fue autor de unas cacee que transparen- dores. Esto es muy patente en la distri- pero en su redacción polifónica no pue-
tan con nitidez la influencia de Giovan- bución por secciones que realiza Ghe- de rastrearse antes de 1360 ni fuera de
ni da Firenze. Gherardello da Firenze, rardello da Firenze. Un músico de la se- Florencia. La estructura de la ballata
al que retornaremos en su faceta de gunda generación del Trecento como es muy semejante a la del virelai fran-
madrigalista, contemporáneo y amigo Lorenzo da Firenze, que escogió un par cés, un estribillo intercalado en un nú-
de Niccoló da Perugia, nos ha legado de poemas de Boccacio, ornamenta ya mero variable de estrofas. Los textos
en Tostó che ¡'alba una de las cacee más con profusión, extrema en el caso de De
da a chi avareggia. El arte del madri-
que se prefieren tratan temas amoro-
sos o de ejemplaridad moral. La nue-
redondas que se conocen. Povvero cap- gal del Trecento, volviendo a los años va poesía tiene también aquí su cabida,
palor de Lorenzo da Firenze, pese al vi- anteriores a Lorenzo, alcanza su cum- pero ello no hace desaparecer la vertien-
vido efecto que causa, pierde algo del bre con Jacopo da Bologna, del que nos te danzable de la ballata, que ha de
impulso originario, sobre todo por la han llegado 34 composiciones, 25 de las ofrecer constantemente una rítmica
fuerte influencia que admite. A Dóna- cuales son madrigales. Aunque no fuese muy marcada.
lo da Firenze se le han atribuido, con florentino tuvo un destacado papel en
oscilantes grados de confianza, hasta 16 el asunto que nos ocupa, tanto por la
cacee. En realidad, el arte de este monje polémica que mantuvo con Giovanni Landini, un adelantado del
de la Abadía de Cascia, cercana a Flo- da Firenze como por haber sido el Renacimiento
rencia, y que debió estar activo entre maestro de Francesco Landini, al que
1355 y 1375, se inclina con decisión del indudablemente marcó. Jacopo expli- La ballata encontró en Francesco
lado del madrigal. ca en gran medida la evolución floren- Landini un cultivador de extraordina-
Surge el madrigal en Italia en dos tina por I a atracción que ejerció como rio genio. En este músico parecen con-
momentos de su historia; el Trecento colorista sonoro. fluir todas las fuerzas creativas del
y el clasicismo del XVI. Se acogen ba- Trecento italiano, que precisamente
jo la misma denominación dos mani- El madrigal, aun con todas las posi- con él accede a su pico más elevado,
festaciones muy distintas. Del Ars bilidades que ofrecía, terminó por ce- iras el cual ya no es posible sino el
Nova brota un madrigal alejado de lo der su privilegiada posición a la ballata, declinar. Detenerse en su figura es pa-
popular, requiriendo su sofisticada re- sumergiéndose en una oscuridad de la so obligado para comprender la Floren-
lación con la culta poesía del dolce stil que sólo renacería transformado siglo cia musical del XIV. Los datos de que
y medio más tarde. El escenario de es- disponemos, mucho más concretos y
nuovo una consumada maestría. La in- abundantes que los relativos a sus pre-
flexible armazón de la rima es respeta- la sustitución fue Florencia. El nombre
de la nueva forma favorita, próximo a decesores y la mayoría de sus contem-
da escrupulosamente. El madrigal poráneos, facilitan este acercamienio.
acabó por ser reconocido como el cau- bailare, traiciona su obvia relación con
la danza. La baílala pudo surgir de la Landini nació entre 1325 y 1335 en la
ce expresivo idóneo, incluso por los estilización de las numerosas manifes- población toscana de Fiesole o quizá en
músicos que habían sobresalido por sus taciones populares florentinas que la misma Florencia y murió en esta ciu-
cacee. El propio Giovanni da Firenze

80 Scherzo
ESTUDIO

tuirla una lista interminable, también


era un renombrado constructor y co-
mo los instrumentos existentes no le
bastaban se consagró a la invención de
oíros totalmente nuevos. La fama sin
precedentes lograda por Francesco
Landini —fue sin duda la personalidad
más ensalzada de su tiempo y país— se
atestigua por las muchas fuentes con
que se cuenta para su obra: hay manus-
critos en la propia Florencia, Londres,
París, Oxford, Praga, Strassburgo,
Munich, Faenza, Pistoya, Módena,
[.ucea y Padua. Su legado es de tal im-
portancia cuantitativa que por sí solo
significa la tercera parte de lo conser-
vado del Trecento italiano. De las 154
composiciones de Landini que nos han
llegado, 141 son baílate, 12 madriga-
les y una sola caccia. Al abrumador pe-
so numérico se superpone en las baílate
la excelencia, en expresión del XIV uti-
lizada para indicar la máxima cota es-
tética alcanzada por un artista. No se
cuenta, por el contrario, con ninguna
obra organística de Landini, probable-
mente porque su prolongada actividad
en San Lorenzo —de 1369 a 1396— se
canalizase por i a vía de la improvisa-
ción acompañante del servicio religio-
so. Las baílate de Landini que cabe
fechar como más tempranas denotan
una clara influencia de la chanson fran-
cesa. Igualmente es reconocible en ellas
una proximidad al madrigal que desa-
parece después. Incluso hay un paula-
tino despegarse de la inmediata aplica-
ción danzable, que subsiste pero se es-
tiliza. En este sentido, son contadas las
baílate landinianas pragmáticamente
concebidas como soporte del baile, si
bien un ejemplo del estilo de Ecco la
primavera es paradigmático en cuanto
a la comunicación de este objetivo.
Landini acaba por mostrarse como un
enemigo de los avances de lo popular
en su arte, se diría que pretende aun el
Miniatura dü una pagina manwn niii ¡le Irancesco Landini. introducir más y más refinamiento en
las formas que tienen esa indudable
dad en 1397. Las fuentes nos propor- poeta muy refinado, escribiendo bue- procedencia. Sus baílate responden a
cionan todo un catálogo de denomina- na parte de los textos de sus piezas mu- un lirismo de ancho aliento, con una
ciones por las que era conocido: Ma- sicales, desde los inequívocamente sensual plasmación sonora no conoci-
gister Francesco, Francesco degli orga- autobiográficos a otros muchos cuya da antes en Italia. La grandeza de la
ni, Francesco ilcieco, hablándonos esta autoría exacta no se está en situación de consecución de Landini se cifra en el di-
última de una al parecer típica caren- precisar. La profundidad de su pensa- fícil equilibrio obtenido entre declama-
cia que descubrimos en otros músicos miento filosófico quedó reflejada en el ción y coloratura, entre tonalidad
de la época. Lo que inmediatamente largo poema en prosa que redactó a fin unificada y ocasionales asperezas diso-
sorprende en Landini es el hecho de en- de defender la lógica de Occam, mili- nantes. La poética de Landini es la de
frentarnos con quien semeja ser un tancia en las filas racionalistas que no una nueva dulzura que amalgama per-
uomo universal* renacentista antes de le impidió la dedicación a la astrologia, fectamente su música con la palabra,
tiempo. Su padre, que se ha identifica- de la que hay una evocación en el ma- suya o de otros pero siempre en la es-
do hasta la fecha con Jacopo del Ca- drigal Per lanfluenca di Saturn 'e Mar- tela del dotce slil nuovo. En él, al fin
sentino, de la escuela de Giotto, destinó te. Por fin, la sabiduría musical de y al cabo, se cumplió el ideal del Tre-
al joven Francesco a seguir su propio Landini parece no haber conocido lí- cento de un arte de la música y la pala-
oficio de pintor. La desgraciada cegue- mites: además de organista y composi- bra, que solamente un poeta-mus ico de
ra sobrevenida truncó esta dedicación, tor, cantaba con una «dulzura extre- su categoría pudo haber alcanzado.
pero no así su abierta actitud hacia ma- ma», al decir de los que lo escucharon,
terias muy alejadas de la música, el nue- lanía la flauta y el laúd como un maes- Otros autores florentinos de baílate
vo arte que hubo de abrazar como pro- tro y la sola enumeración de los instru- no logran la excelencia de Landini ni
fesión. Landini fue con seguridad un mentos que era capaz de tocar consti- consiguen escapar a su influjo. Andreas

Scherzo 81
ESTUDIO

da Firenze, muy cercano al que tal vez


fuera su maestro, escribió 30 ejempla-
res del género, 18 a dos voces y 12 a
tres. El modelo instaurado por el gran
Francesco es aquí bien patente. An-
dreas es un consumado técnico, sus ba-
ílate son casi un catálogo de los
procedimientos a disposición de un
compositor de fines del XIV, aunque
en definitiva prefiere la escritura imi-
taliva a la que no acaba de animar con
un gran vuelo. Asimismo intentó seguir
a Landini en la redacción de varios de
sus textos, en esto y en su música es
dueflo de un talento notablemente me-
nor que el de su maestro. Forma parte
de la última generación del Trecento
Paolo da Firenze, a quien también se
conoce como Paolo renorista. Pertene-
ció al círculo de Landini y Andreas y
se le adjudican 22 baílate. Paolo es ya
un artista que continúa practicando
unos métodos pero no participa del
mismo espíritu que les dio vida. Es, en
suma, un tardío. Mezcla indiscrimina-
damente elementos franceses con italia-
nos y complica hasta el límite la rítmica
sin otro norte que el virtuosismo. Su
madrigal Godi Firenze, que conmemo-
ra i a toma de Pisa por los florentinos
en 1406, nos conduce por su fecha a la
siguiente centuria.
El Trecento florentino fue contem-
poráneo de acontecimientos históricos
de primer orden en la ciudad del Ar-
no. Crecen en su interior las ansias im-
perialistas: Toscana va cayendo bajo su
dominio. El desastre demográfico de la
peste de 1348 es un grave escollo para
la marcha de esos planes, superado tan
sólo tras una ardua crisis. Un conoci-
do fenómeno se repite en Florencia: la
expansión exterior provoca la quiebra
de las instituciones republicanas. Diver-
sas familias se reparten las cuotas de
poder. Termina por imponerse la de los
Medid, cuya actividad comercial les ha-
bía hecho cobrar creciente influencia a
lo largo del siglo XIV. En 1434 Cosi-
mo el viejo se hace con el poder perso-
nal aunque nominalmente no pase de
ser un ciudadano más. Los aconteci-
mientos que siguieron son bien cono-
cidos: un ciclo de expulsiones —la
primera después de la muerte de Loren-
zo el magnifico— y retornos de los Me-
tí ici, hasta constituirse el Gran Ducado
de Toscana y erradicarse así toda pre- Cosme Médici «el viejo» por Ponlormo.
tensión de restauración republicana.
Naturalmente, el aspecto que aquí nos urbes. Veamos cómo en la primera de ferencias de los vitalístas habitantes de
interesa de la época medicea es la di- ellas. la ciudad. Se trata de unas toscas can-
mensión musical. Los Medid fueron sin ciones, cuya música se ha perdido en
excepdones activos patronos artísticos. Los cantos de carnaval casi todos los casos, siendo seguramen-
Se rodeaban de humanistas, pintores, te su entidad estética muy poco consis-
literatos y también de músicos, parti- En el ámbito de la música popular, tente debido a su esendal primitivismo.
cipando ellos mismos, en distintos gra- Florencia resalta como el más refulgen- Los Canii renovaban una tradición, a
dos para cada miembro de la familia, te centro italiano en su estilo durante la que no seria demasiado difícil encon-
en esas tareas. Como señores en Flo- los siglos XV y XVI. Una forma típi- trarle antecedentes en el mundo anti-
rencia y Papas en Roma reorganizaron ca, la de los Canti cQrnascialeschi, es guo, de tonadas burlescas y procaces.
y potenciaron la vida musical de las dos la que recibe la mayor parte de las pre- Los textos no pasan de ser lugares co-

82 Scherzo
ESTUDIO

muñes que contienen en todo caso ma- ro, de Canti carnascialeschi, un detalle rata se distribuye en una serie de
liciosos dobles sentidos. La música no es bien indicativo de los cambios ope- entradas de ballets, con implicaciones
sufre alteraciones en las distintas estro- rados. Los Canti son llamados masche- alegóricas siempre y en una escalada
fas en que se divide el Canto, por lo ge- rate. Las mascaradas son formas de continua de la complicación de la tra-
neral de corta extensión. Todo discurre baile, con algún grado de conexión ar- ma. El paso siguiente es el Intermedio.
por cauces de simplicidad, nada de los gumenta], y naturalmente con interven- La ausencia de fuentes impide conside-
vericuetos melismáticos del Ars Nova. ción de disfraces, que inundan las rar la calidad de la mascherata original.
En Florencia son pronto el nervio mu- cortes renacentistas europeas. Hemos El Manuscrito Magliabechiano de Flo-
sical del pueblo llano: inundan sus ca- trocado la calle por el palacio. De al- rencia cita la Mascherata degii acceca-
lles en las fiestas que se inician con los gún modo, la mascherata es la traduc- ti de Pietro Strozzi y la Mascherata
"iaggi —del 1 de mayo al 24 de junio- ción culta de los Canti. Su nuevo detle fiammed'amorede Luca Batí. Ni
haciendo acto de presencia en procesio- deslino es el de acompañar las celebra- una sola nota nos ha llegado de ambas.
nes y festivales donde abundaban os- ciones de las grandes fechas en las vi- La denominación mascherata que apa-
tentosamente los carri y los rrionfi. Lo das de los aristócratas más poderosos. rece en otras ocasiones no hace referen-
carnavalesco se cobra su tributo con la La base folklórica se desvanece y cual- cia a la totalidad de un espectáculo sino
supeditación de lodo esie mecanismo, quier época de! ano puede albergar a un tipo de canto. Deriva éste de la vi-
visual y sonoro, a la mayor gloria del mascherate. El proceso de estilización llanella y, desde luego, está unido al uso
componente grotesco. A lo disparata- no debe extrañarnos demasiado, lo he- de! disfraz. Una pieza como la Masche-
do de los textos se unen la sesgada re- mos visto antes en otros casos, además rata degli astrologi de Francesco Cor-
presentación de escenas alegóricas de los florentinos amaban convertirlo to- teccia se sitúa en la frontera de con-
dominio público y los disfraces que do en danza, incluso los torneos fue- fluencia con el madrigal.
simbolizan los varios oficios en los que ron coreografiados en el asombroso,
los cantores se agrupan. Con Lorenzo naturalmente incruento y desde luego
el magnifico viven los Canli carnascia- sólo en con Ira ble en esta ciudad baile t- Enrique Martínez Miura
leschi su era dorada. El gran Medici se to a cava/lo. Escénicamente, la masche-
preocupó por la música en todas sus
venientes: popular, culta —como ve-
remos en seguida— y oficial, dando en
esta última nuevo brillo a la banda de
los £»(//«•( de la Signoria. Sin embargo,
este apoyo desde el poder transmutó la
esencia de los Canli, que perdieron su
condición de productos anónimos del
pueblo. Los nobles jugaron a ser mo-
deradamente soeces y músicos de fama
se unieron al empeño, se sabe que com-
pusieron Canti Francesco Forti, Pier
Francesco Giambulari, Giambaitisia
Gelli, Lorenzo di Filippo Strozzi, An-
tonio Alamani y muchos otros. El pro-
pio Lorenzo de Medici debió escribir
textos para unos 12 Canli, se reconoce
como suyo el Canto dei bericuocolai,
canto de los vendedores de pan de es-
pecies, con música nada menos que de
Heinrich Isaac, lamentablemente no
conservada, y un Tríonfo di Bacco e
d'Arianna. Las caras gremial y alegó-
rica del Canto se descubren incluso
cuando sale de las manos, con escasa
raigambre popular, de Lorenzo. Se
produce un cierto decantamiento hacia
la sofisticación. El bienintencionado
deseo de elevarlo al nivel artístico no
deja de ser una traición. Se quiere ar-
ticular los Canti en un contexto más
amplio, por medio de hilos conducto-
res temáticos, pero esto acabará por
desnaturalizarlos y dejarlos a las puer-
tas del teatro. El paganismo de los Can-
ti encolerizó a Savonarola, que quiso
sustituirlos, ya lo indicamos más atrás,
por las beatíficas Laude. Proyecto
irrealizable con el que el reformador
dominico evidenciaba una supina igno-
rancia del talante lúdico de sus conciu-
dadanos.
Cuando en 1559 se edita la recopila-
ción de Lasca, la primera en su géne- Cantos de Carnaval florentinos.

Scherzo 83
EDUCACIÓN MUSICAL

£1 deterioro dela enseñanza es alarmante


E sta fue la principal conclusión del
curso sobre la enseñanza musical
en España celebrado en El Esco-
rial entre los días 25 y 29 de julio, en
el marco de los Cursos de Verano de
la vida cultura, muy claramente dife-
renciado de la «música-espectáculo,
-entretenimiento, -coniaminación, -ba-
sura y/o -droga», cuyas particularida-
des expuso detenidamente. «La ense-
Luciano González Sarmiento reivin-
dicó el carácter lúdico y hedonista de
la enseñanza y de la educación musical
frente a la triste realidad que nos ro-
dea. Manuel Ángulo expuso, iras una
la Universidad Complutense. Hubo ñanza musical en España es una estafa declaración de principios metodológi-
nueve ponencias, tres de las cuales in- y no sive para nada», explica el Sr. cos, una propuesta de interrelación en-
formaron sobre la situación de la en- Halffter, «porque los planes de eslu- tre la enseñanza de la música y la
señanza musical en Estados Unidos, dios están al margen y en contra de la música en la enseñanza. También ha-
Hungría y Francia. Hablaron Marta realidad de nuestro tiempo. Como res- bió Ramón Torre Lledó, del Centro de
Sánchez, profesora de la Universidad puesta sólo cabe la subversión: Hay que Estudios Musicales Juan Antxieta de
de Carnegie Mellon, Piítsburg; Lászlo Bilbao, sobre su experiencia al frente
Ordóg y Marc Bleuse, altos funciona- dinamitar los conservatorios», y sugiere de una orquesta juvenil.
rios, además de músicos, responsables que la reforma se realice desde la van-
del tema en Hungría y Francia respec- guardia, y no tomando como ejemplo Como cierre de estas jornadas, An-
tivamente. El panorama musical es en modelos foráneos que ya han empeza- tonio Iglesias, director del curso, recor-
estos países, aun con sus problemas do a envejecer. dó otras numerosas y frustradas inicia-
particulares, impresionante y envidia- Antonio Gallego expuso de forma tivas que nos precedieron en el intento
ble, tan variado como enriquecedor, y científica y documentada la histórica de resolver el grave problema de la en-
despenó mucho el interés de los asis- desconexión entre los estudios musica- señanza musical en España, en las cua-
tentes. En las restantes sesiones se ana- les superiores y los estudios universita- les él mismo participó de forma muy
lizó la situación de la enseñanza de la rios, con las tristes consecuencias que directa, e insistió en la urgencia de lle-
música en España desde distintos pun- ello ha tenido y tiene: «Hoy ninguna si- gar a una solución.
tos de vista. tuación, n¡ la de los conservatorios, ni
la de las universidades, es buena para Conclusiones
Cristóbal Halffter defendió la inte- la música española. En los conservato-
gración de la música actual en los pro- rios la formación humanística es pobre Finalmente, tras una reflexión cons-
gramas de los conservatorios y también y en las universidades la música es una tructiva, los participantes redactaron
la «música-música», donde se encuen- disciplina de muy bajo rigor académi- un documento donde apelan al nuevo
tran la sensibilidad artística y la inteli- co por la falta de conocimientos mu- ministro de Educación y Ciencia, an-
gencia, como un factor fundamental de sicales». tes de Cultura, «para que se decida a

Incendio del Conservatorio de Música y Declamación ocurrido el 20 de abril de IS67. «Hay que dinamitar ios Conservatorios», piensan
algunos.

84 Scherzo
EDUCACIÓN MUSICAL

Ciudad de la Música de La Villelle, en París, donde tendrán su sede, a punir de 1989, el Conservatorio, a la izquierda, y olrui mslilucio-
nes musicales.
llevar a cabo con la mayor urgencia el
primero de los cuatro grandes objeti-
vos que se propuso el Ministerio de
Cultura con ocasión del Año Europeo
de la Música, en 1985, que decía así:
«Programa de cooperación con el Mi-
nisterio de Educación y Ciencia para la
Éxodo
reforma de las enseñanzas musicales»,
l futuro del Real Conservatorio 1966: Regreso al Teatro Real, des-
y sugieren detener la reforma de los
conservatorios, propuesta en 1986 por
la Subdirección General de Enseñanzas
Artísticas, y el proyecto para la crea-
ción de una licenciatura en musicolo-
E Superior de Música de Madrid es
incierto. Más bien pronto que
tarde, tendrá que desalojar el inmue-
ble del Teatro Real que actualmente
pués de 41 años.
Hace siglo y medio algún inocente
desprevenido afirmó: «la Corte de Es-
paña no mendigará ni envidiará en ade-
gía, recientemente publicado por el ocupa, puesto que en octubre próximo lante los conservatorios músicos de
Consejo de Universidades, hasta que darán comienzo las obras para su re- Ñapóles, de Milán y los institutos de
dicho programa de cooperación no se conversión en Teatro de Opera. Espe- oirás célebres capitales» (Gacela de
lleve a efecio.
ro muy sinceramenie que la Olimpiada Madrid, 23 jun. 1830). El Curioso Par-
Además, he extraído del sentir gene- Cultural no encuentre a la Capital de lante añadió poco después que «sólo
ral, manifestado en las ponencias y en la Cultura Europea sin un conservato- falta que, así como se forman aficio-
los debates, estas otras conclusiones rio digna y decorosamente instalado. nados para el encanto de los salones,
que me parecen interesantes: Existe ya un precedente: se formasen artistas» (marzo 1830).
Se ha comprobado la proliferación «Del amor del claustro a los discípu- Más recientemente, el Sr. ministro de
indiscriminada de iniciativas dispersas, los y del entusiasmo con que cumple su Educación contestó, en respuesta a una
aisladas, nada prácticas y muchas ve- misión, basta con recordar un solo he- pregunta escrita que sobre tan grave
ces contradictorias, que se desarrollan cho. Cuando por las obras del Teatro asunto se le había formulado en el Con-
bajo signo oficial y que no aportan na-
da bueno. Real se encontraron los profesores sin greso de los Diputados, que el coste pa-
un local en donde dar clases (...), to- ra la nueva sede del Real Conservatorio
La cooperación es por ello impres- dos (...), desde su ilustre director has- estaba evaluado en 969 millones de pe-
cindible para encauzar todos los esfuer- ta el profesor más moderno, continua- setas y el plazo de realización entre nue-
zos en una misma dirección, facilitando
el flujo de información. ron dando lecciones en sus domicilios ve y calorce meses. Sin embargo, de
Hay que prestar una especial aten- particulares, donde pudieron, sufrien- dicho proyecto no se sabe nada más.
ción a la formación específica de per- do toda clase de molestias y violencias «La fecha del traslado estará determi-
sonal docente especializado que satis- (...), Consiguieron no interrumpir la nada, como es lógico», añade el Sr. mi-
faga las necesidades concretas de cada enseñanza por el bien de los alumnos» nistro, «por la finalización de las obras
nivel de la enseñanza y que permita un {Enrique Chicóle, Ritmo, nov. 1942). del nuevo edificio». Tan lógica fecha,
verdadera integración de la música en 1925: Desalojo del Teatro Real por por desgracia aún no se conoce. El nue-
la enseñanza reglada. peligro de ruina inminente e instalación vo conservatorio de París se inaugura-
Se deberían incluir los estudios supe- provisional de las aulas en: Casa Aeo- rá el próximo año, y el proyecto ya lleva
riores de música en la universidad apro- lian, Unión Musical Española, Casa cinco años en marcha.
vechando las posibilidades que ofrece Campos, Casa Fuentes, Colegio Nacio- Entre los magnos eventos que se ave-
la Ley de Reforma Universitaria. nal de Sordomudos y Ciegos, Escuela cinan para dentro de cualro años, la
La preocupación por la musicología Superior de Pintura y diversos domici- música ocupa un importante y privile-
no es ni mucho menos un asunto prio- lios particulares. giado lugar. Se dice que todo este jol-
ritario en la reforma de las enesñanzas gorio y zalagarda habrá de aportar
musicales, a pesar de su constante pre- 1926: Calle Pontejos, n.° 2, y Tea-
sencia. tro Cómico. grandes y perennes beneficios a nues-
Es encomiable que la Universidad 1931: Teatro María Guerrero (antes tra raquítica infraestructura. Las buta-
Complutense haya abierto sus puertas Princesa) y edificio de la Congregación cas para el espectáculo ya se están
a los músicos y a la música en el bri- de los Luises. vendiendo, pero el conservaiorio aún
llante marco de sus Cursos de Verano. 1939: Teatro Alcázar. no ha encontrado su asiento.
1942: Instalación en el Palacio
Bauer, tras 17 años de éxodo. V.P.A.
Víctor Pliego de Andrés
Scherzo 85
DANZA

El nacimiento del ballet: Carmen


Entrevista con Alberto Alonso
El coreógrafo cubano Alberto Alonso na estado rie de elementos desde el punto de vis- A.A.—Pero entonces vamos a ha-
en Madrid los meses de mayo y junio terminando ta simbólico, profundos, que me lla- blar casi todo un día porque eso es muy
t) montaje de su ballet más famoso internacional
mente: Carmen. SCHERZO ha sido la única pu- maron mucho la atención, entonces largo. Estaba buscando el estilo cuba-
blicación que ha obtenido una entrevista donde el pensé que el ruedo era como el medio no de ballet, un estilo de expresión cu-
creador desmenuza su obra y rememora los días en que uno se desenvuelve; podía ser bana. Lo más simpático del caso es que
iniciales del montaje. Alonso se ha marchado sa-
tisfecho del trabajo y con muy buenos augurios como un ruedo y Carmen tiene su rue- mientras más lo buscaba más me iba
para Arantxa Arguelles, que demostró versatili- do, y los que componen el ruedo son para el África pero también me iba ha-
dad y lemprana madurez al abordar en Sevilla el precisamente las personas que están cia España, sobre todo con las cosas de
complicado papel de la cigarrera de M en mee.
completamente en contradicción con las rumbas y de ta simbiosis de los bai-
ella; pensé que el mejor tratamiento que les populares. Además, como el tema
SCHERZO.— ¿Cuánto tiempo tar- podía tener era el de conflicto de fuer- era español, hice una mezcla con raí-
daste en montar Carmen? zas, es decir, fuerzas opuestas. Por un ces españolas y africanas.
ALBERTO ALONSO.—En reali- lado el corregidor, el jefe, el capitán,
dad, cuatro meses; cuatro largos me- S.—Es una cosa española sin abani-
el poder estable que presencia el juego cos, estilizada, sin ser chabacana.
ses que estuve en la Unión Soviética. mortal que tendrá que intervenir por-
Cuando llegué no tenía la menor idea Cuéntanos algo del trabajo con Maya
que Carmen desafía esa fuerza, por eso como bailarina.
de lo que iba a hacer; sabia que Maya al principio hay un toro, porque el to-
Plisetskaia quería Carmen pero no sa- A.A.—Ella es una gran artista y en-
ro es otro símbolo de fortaleza de se- tendió de entrada lo que quería hacer
bia por dónde atacarlo. Era complica- xo, al que hay que dar, como Picasso,
do, primero tenia que hacer una síntesis y no tuvo problemas con el ballet clá-
gran importancia sexual, pero también sico, puso todo de su parte. Es una per-
y a pesar de la síntesis dura cuarenta es mortal y puede matar, asocio a Car-
y seis minutos. Es un tema largo, acuér- sonalidad arrolladura. Y ¡qué ojos!
men al toro y ella en algún momento Claro que ella tenía el problema de su
date de la ópera que se hizo, pues yo hace el gesto del toro. Al subir el telón,
me basé en la ópera y en la música de herencia, pero forzó y trabajó muchí-
la que está presente, desafiando, es simo, aunque conservando un punto de
la ópera, que tiene tres actos. Carmen.
S.— ¿Tenia Schedrin preparada la vista ortodoxo soviético. Un poco a la
grabación? S.—Me gustaría que me hablases téc- rusa es la mentalidad en que se formó
nicamente de la obra. Hay muchas sex- y no puedes romperla.
A.A.—No, no. No habia nada. Yo tas posiciones, pies para adentro, hay
hice la estructura, el libreto; me demo- S.—Es como si no tuviese el papel to-
juegos de caderas... una serie de cosas talmente interiorizado. Habíame del
ré bastante, pues me acuerdo que lle- que se salen del ballet.
gué en diciembre, pasé las Pascuas allá personaje del Destino.
con ¡cuarenta grados bajo cero!. Tar-
dé alrededor de un mes y había un an-
tecedente: Roiand Petit acababa de
reponer su Carmen, que había tenido
mucho éxito, y entonces yo tenia que
hacer una Carmen plenamente distin-
ta que no tuviera nada que ver con lo
que él había hecho.
S.—¿Cómo surgió la idea de ¡apla-
za de toros?
A.A.—Fíjate, cuando empecé a es-
tudiar Carmen y a analizar su historia,
Carmen, lo que precisamente tiene, es
una toreada, no sé cómo lo llamaréis
aquí los españoles. Su vida es como una
corrida de toros; entonces, al pensar
que ella lo que hacía era torear a todo
el mundo, se me ocurrió la plaza de to-
ros, que es una cosa tan española y tan
importante desde el punto de vista de
vida y muerte, con un valor simbólico
muy fuerte. Por un lado el público, un
público ajeno, distante, distanciado, sin
embargo alentando o criticando lo que
está pasando mientras que una perso-
na puede morir; muere el animal pero
también puede morir el hombre. Es vi-
da y muerte, un público que aplaude o
abuchea sin exponer absolutamente na-
da. Me llama la atención cómo el tore-
ro se viste con su traje de luces y va
como si fuese a una fiesta, a una fiesta
que puede ser su funeral. Hay una se- El coreógrafo Alberto Alonso.

86 Scherzo
DANZA

A.A.—Yo le doy una im- A. A.—Eso se lo debo a Fo-


portancia iremenda, es un po- a¡ kine; é! estaba en contra del
co de expresionismo, sin lugar ,J virtuosismo gratuito.
a dudas, y espero haberlo usa- < S.—Ahora hay mucha co-
do bien. El toro da mucha ^ reografia con mucho salto,
u
fuerza; pensé en que debería mucha pirueta, pero al final no
haber sido un hombre, pero 3 hay un trabajo profundo de
después deseché esa idea y le ^ creación; sin embargo, veo que
voy a decir por qué: veía en el tú siempre has huido de eso.
toro un símbolo de muerte, un A.A.—Es la formación que
símbolo de sexo y Tuerza, pe- debo a Fokine.
ro a su vez veía a Carmen co- S-— ¿Qué recuerdo tienes?
mo el toro, ella se proyectaba A. A.—Yo lo quería muchí-
en el mundo como el loro por- simo, era un hombre durísimo
que luchaba contra el medio en su trabajo; si tú trabajabas
pero no razonaba, no analiza- duro con él, contigo era una
ba, es una lucha casi animal, bellísima persona y te quería,
se enfrenta pase lo que pase; te ayudaba, y era increíble por-
no es habilidosa, no retrocede, que con sus sesenta y pico años
muy honesta, igual que hace el te decía: «No, así no, te voy a
toro, va a la muerte sin truco. demostrar cómo es», y te de-
Entonces el destino ha de ser mostraba sobre todo la inten-
mujer porque al final yo hago ción; era todo un artista.
una doble corrida y hacen los S.—¿Qué otro coreógrafo
mismos movimientos. importante ha influido en tu
S.—Luego motilaste el ba- carrera?
llet en Cuba. A.A.—Cada uno en su co-
A.A.—Si. sa. El más importante, Fokine;
S.—Toda esta danza de ca- Massine me ayudó mucho, Ba-
rácter, como el baile de las mu- lanchine también, Antony Tu-
chachitos... Es una danza aña- dor también. Cada uno con sus
dida de L'Arlesienne. cosas; el propio Robbins con
A.A.—Sí. su aire americano, haciéndolo
S.—¿ Te costó trabajo ale- él en Estados Unidos y yo en
jarte del folklore? Aranlxa Arguelles en «Carmena. Cuba. Cada uno en sus dife-
A.A.—No, no, no. rentes estilos de trabajo. El que
S.—El trabajo con Boris Messerer esto es con el Ballet Ruso de Montecar- más me influyó filosóficamente fue
para los diseños, ¿cómo fue? lo. Después de las funciones nos íba- Fokine.
A.A.—Fue muy bueno. El entendió mos a los tablaos y ahí conocimos a S.—¿Qué recuerdos tienes de Ba-
en el acto, entendió perfectamente la Rosario y Antonio, que eran unos lanchine?
profundidad del tema. niños. A.A.—Era la creatividad, la inven-
S.—¿ Y los bailarines? S.—En Carmen, de nuevo..., hay ción le salía por los poros, pero lo que
A. A.—Estaba Ratchenko, que hizo mucha inclusión de pasos modernos, más me llamaba la atención era el uso
el torero y que lo ha seguido haciendo pero cuando quieres decir algo lo dices del paso ordinario, un rond de jambe
hasta convertirlo en el papel principal a través del ballet. con un passé developé, por ejemplo.
de su vida. A.A.—Esa es mi formación, es igual Sin embargo, ese hombre te cogía el pa-
S.—¿Habías hecho anteriormente al- que una pintura, si coges el pincel y el so y hacia ese mismo rond de jambe con
gún otro ballet con tema español? color, bien, pero si pones el lienzo en una musicalidad que uno jamás pensó
A.A.—Sí, hace muchos arios. Yo es- la pared y tomas un hacha o un cincel que pudiera haber en ese paso. En uno
tudié bailes españoles, inclusive bailé al final haces escultura, no pintura. de los últimos ballets, con Alicia y
bailes españoles con Ana María, una S.—Es como ahora con la danza tea- Yourkievich, hay un paso en el que el
española que había en Cuba. tro, primero quitan ¡a música, luego hombre salta y hace y un rond de jam-
S.—¿Estabas cerca de Masstne cuan- quitan el movimiento... ¿Cómo lo ves be y un arabesque y vuelve otra vez a
do Aleko y lodo eso? tú? hacer un rond de jambe, un arabesque
A.A.—Aleko fue después, con el ba- A. A.—Nunca puedo encasillarme en saltando y cierra en quinta. Ese paso
llet ruso de Massine, no con el del Co- nada; como creador pienso que mi de- se hace mucho en clase, pero nadie lo
ronel De Basil. ber es abrir mi mente, no estoy en con- había utilizado como elemento de lu-
S.—Pero con De Basil ¿se hacían co- tra de que se limiten cosas ni que se cimiento. Y Yourkievich lo primero que
sas españolas? añadan cosas siempre y cuando no se hace es como cinco gargouillade uno
A.A.—Ya estaba hecho El sombre- pierda el objetivo central del medio que tras otro y le da una belleza tremenda,
ro de tres picos, y él estaba en su fase estás usando, lo demás tiene que venir es increíble esa visión, esa potenciali-
sinfónica, como nosotros la llamába- a ayudar y a apoyar. Yo en El güije usé dad de ver el valor que tiene un paso.
mos, estaba coreogra fiando la Sinfonía la palabra cuando lo puse; y lo vi: se- S.—¿Cómo ves el futuro de la dan-
«Fantastique»; Presagio ya lo había guí eliminando palabras hasta que de- za en general?
hecho. jé las esenciales. A.A.—Mira, yo no sé..., el proble-
S.—¿Conocía bien los bailes españo- S. — .Tanto • en Carmen como ma está... Hay que sentarse a analizar,
les?... Siempre he tenido la duda... en El güije o Tributo a Wilde no es una buena pregunta y tengo miedo
A. A.—Sí, cuando estábamos en Es- hay virtuosismo gratuito, ni virtuosis- de dar una respuesta un poco a la li-
paña nos cogió la Guerra Civil. Casi mo por virtuosismo, tienes mucho
siempre íbamos al Liceo de Barcelona, control. Roger Salas
Scherzo 87
DANZA

Nueva obra de Víctor Ullate: «Arraigo»


Arraiga. Coreografía: Víctor LJIIats; música: Je- varias de las chicas, maquilladas, con El quinteto de las chicas estaría
rónimo Maesso; diseños: Mampaso. Cuartel de!
Conde Duque. Veranos de la Villa. Julio 1988. gafas oscuras y mascando chicles, fu- bien si fueran capaces de terminar las
mando y buscando sitio para ver. Es piruetas en la postura adecuada. Val-
n coreógrafo demuestra ma- que seguramente eran parte de la ga este ejemplo para señalar un ge-

U durez en la medida que su


producto represente la crista-
lización artística de su origen, su for-
plantilla que no intervenía en Arrai-
go, pero que se debió quedar disci-
plinadamente entre cajas.
neral descuido a la hora de cerrar los
pasos, algo en lo que, el propio Ulla-
te, era casi perfecto cuando bailaba.
mación, sus influencias conveniente- La coreografía insiste en un bejar- Su recuerdo en estos detalles es im-
mente asimiladas y sus ideas tianismo que no aporta nada nuevo, borrable.
personales sobre la creación reverti- si bien es agradable de ver. Evolucio- El mimo que enlaza las escenas es
das en el hecho artístico. nes en círculo, grandes arabesques perfectamente prescindible y el ballet
Ese compendio mágico que es el apoyadas en el par ten ai re, y así las ganaría bastante sin él. Su trabajo
baile debe, cuando una obra es bue- cosas, se va viendo un tejido sin de- personal evoca a Marcel Marceau en
na, quedarse en la memoria como masiadas complicaciones con un es- la vestimenta y el uso del andar, el
una especie de canto interior, inde- quema básico: la pirueta doble y el paraguas y la boca siempre abierta en
mostrable y permanente. La crítica arabesque penché. Hay un momen- señal de asombro. Pero a un ballet
tiene el deber primero de analizar y to que tiene cierta gracia, como si se como éste, que si Ullate quiere pue-
descontextualízar esos elementos ar- reprodujera una clase de paso a dos de pulir, mejorar y salvar con digni-
tísticos sometiéndolos al análisis. En y la bailarina hace el equilibrio asis- dad, un elemento así enturbia la
segundo lugar, allanar el camino de tido con la misma evolución del pas lectura y no aporta nada.
la incomprensión del espectador, o de deux de Don Quijote. Es una pin- El telón de Mampaso es fuerte,
prepararlo para una posterior interio-
rización del espectáculo. La crítica no
es adulación superficial, aplauso fá-
cil, congratulación personal con los
artistas. La trascendencia de un es-
crito de o sobre baile sólo está dada
por su honestidad; una crónica seu-
dosocial no hace más que enturbiar
el talento, si lo hay. Si el crítico y el
artista se dan la mano en una mutua
aceptación de defectos y virtudes, la
confluencia hace posible, en hipóte-
sis, un único e importante fin último:
mejorar y enriquecer la danza. «Arraigo»
La traición de la luminotecnia una coreografía
vez más conspiró para queno se pu- de
diera ver plenamente la nueva crea- Víctor
Ullate.
ción de Ullate. Pero a pesar, puede
decirse que la pieza está concebida celada culiuralista que queda orgáni- hermoso, de evocaciones futuristas.
con lujo, amplios despliegues corpo- camente ensartada en el todo de la Viendo Arraigo se refuerza la idea
rales y una intención de dinamización coreografía. Personalmente Ullate es de que hay materia humana valiosa
del espacio y de los cuerpos a través un hombre de buen gusto, y ha esta- y que las necesidades para conseguir
de un ritmo constante y elevado. do acertado al sintetizar los acentos un producto más elevado pasan por
Arraigo no es una buena coreogra- españoles a ciertas manos en desplan- la concepción coreográfica global.
fía casi por las mismas razones que te, algunas redondeces de brazos arri- Ullate ha hecho un esfuerzo en tiem-
Amanecer, su anterior creación ba y un virtuoso taconear de puntas po récord y el resultado es más pro-
vista en estreno en Bilbao. Arraigo que hacen las chicas en lo que es sin metedor que el anterior ballet,
es más generosa con el público y su duda el momento mejor de la pieza, aunque su umbilical huella hacia Bé-
duración es mucho menor. Por otra además de la variación de Yebra. jart es tan fuerte y tan evidente, que
parte, la eficaz banda sonora está he- Igor Yebra articula su variación en es muy difícil decir hacia dónde está
cha de manera que ayuda a hacer segmentos independientes con un tre- la ruptura y la voz propia. Hay que
más llevadera la observación de la mendo esfuerzo interior que denota esperar y volver a ver este ballet den-
danza, pudiendo relacionarse sin di- su valía y condiciones. Falta, claro tro de un tiempo, cuando el creador
ficultad lo que se oye y lo que se ve, está, la maduración y el trabajo. Su lo retome y la práctica le demuestre
conjunción mágica y elemental que figura delgada y elástica se presta pa- por dónde cortar, marcar y fijar.
siempre se debe tener en cuenta. La ra los juegos de suelos y las diagona-
primera cosa que sentó mal al públi- les de saltos que le ennoblecen el paso
co era ver por el patio de butacas a por la escena. Roger Salas

88 Scherzo
JAZZ

cargaba conseguir entrevistas con


algunas figuras cuyas actuaciones se
iban a grabar por el espacio Jazz En-
tre Amigos. Por lo visto, la TVE no tie-
ne gente más calificada para semejantes
tareas, lo que no deja de extrañar. La-
EPISODIOS mento tener que confesar que no con-
seguí absolutamente nada. Tanto
Wayne Shorter como Jan Garbarek se
negaron rotundamente, después de sen-
das conversaciones muy cordiales, a po-
nerse delante de la cámara a la hora que
le convenía al equipo de producción.
Ambos saxofonistas resultaron ser de
una timidez insospechada y llegaron
muy cansados a Euzkadi. Me pareció
inútil insistir. Otra vez será...
Más suerte parecía tener con Dizzy
Gillespie después de haberle ayudado
como un auténtico mozo de hotel a su-
bir sus pesadas maletas a la suite que
le tenían preparada. Incluso me ofrecí
para negociar telefónicamente con el
room sen/ice y establecimos una espe-
cie de conversación que era como de
viejos amigos. Es que mi relación con
el famoso trompetista data de algo más
de cuatro décadas, incluso de antes de
asistir, todavía muy joven, al inolvida-
ble concierto que dio su legendaria big
band en Copenhague, en febrero de
1948, cuando el Rey del Bebop se pre-
sentó por primera vez en Europa. Otro
memorable encuentro tuvo lugar en Ar-
gel, cinco años más tarde. No estoy se-
guro de que Gillespie se acuerde de esos
momentos, pero a mí me marcaron pa-
ra siempre. Siempre he seguido de cer-
ca a este fabuloso músico. Poseo prác-
ticamente todo el largo centenar de
LP's que ha grabado, e infinidad de ve-
ces he leído su autobiografía To Be Or
Noi To Bop (Doubleday & Co., Inc.,
New York 1979). Es decir, que era co-
mo a un hermano mayor al que estaba
ayudando a acomodarse en San Sebas-
tián, última estación fugaz de una lar-
ga gira por diversos países del viejo
continente.

John Birks Gillespie y sus 17 músi-


cos venían de Pescara, en la costa adriá-
tica. Una locura de viaje (sólo el
magnate George Wein es capaz de or-
ganizar las cosas tan desastrosamente
Dizzy Gillespie. mal...), con dos interminables trayec-
tos de autobús dentro de Italia segui-
tontamente una camisa y asi reflexio- dos de dos cambios de avión antes de

A quella noche funcionó de ver-


dad la cofradía. Como de mu-
tuo acuerdo nos buscamos para
formar el mejor cuarteto de tertulia
imaginable —dos músicos y un par de
nar sobre lo vivido y lo hablado para
luego buscar el sueño más largo y me-
recido de toda la semana que llevaba
en San Sebastián. Los festivales de jazz
aterrizar en Bilbao, donde otro auto-
car les esperaba para conducirles los úl-
timos ciento y pico kilómetros hasta
San Sebastián. Una paliza de 16 horas.
poetas/escritores/periodistas /ciudada- son así de caóticos, llenos de sorpresas, En medio de una lluvia torrencial lle-
nos del mundo, llámennos lo que se algunas malas y otras, la mayoría, gra- garon al hotel a las ocho y media de la
quiera. Nos retiramos para hablar de tísimas. tarde, sin tiempo para nada, ni siquie-
lo nuestro, el jazz, recibiendo de vez en Ai buen aficionado le conviene acer- ra para la obligada prueba de sonido
cuando, a pesar de la hora tardía, la vi- carse de cuando en cuando a los músi- que luego iba a ser un largo y, para al-
sita de oíros músicos y, con cierta fre- cos y convivir con ellos dentro de una gunos, fascinante preludio al mejor
cuencia, también la del camarero de muy estricta discreción. Hay que tener concierto del festival. Inmediatamente
lurno. ¡Viva la improvisación que nos olfato, sentido común, presencia de es- busqué a Dizzy que, por fortuna, esta-
saca de la rutina idiota y nos despierta! píritu y no sé cuántas cosas más que só- ba de excelente humor, a pesar de una
Un poco antes de las seis de la ma- lo se aprenden a través de largas y a muy lógica fatiga que le había dejado
ñana se levantaron dejándome solo pa- veces amargas experiencias. En esta sin apenas voz. Me sentía bien prepa-
ra regresar a Nueva York por Bilbao y XXIII edición de Jazzaldia (asi se lla- rado e incluso motivado haciendo lo
Londres, mientras yo me puse a lavar ma el festival de Donostia) se me en- humanamente posible para no poner-

Scherzo 89
me pesado. Esperé algún tiempo antes
de pedirle la mencionada entrevista y
me guardé de comentar su última gra-
bación (Endlessly, MCAD-4215), dedi-
cada —como sus memorias— a su
esposa Lorraíne y, sin embargo, una de
las más horteras y comerciales de su lar-
ga carrera. Era más interesante hablar
de algunos amigos que tenemos (o te-
níamos) en común, y hubo momentos
en que este hombre de 71 años bien
cumplidos parecía tan inspirado, tan re-
bosante de humor y vitalidad como
cuando le vi por primera vez cuarenta
anos antes. Estado de ánimo altamentte
contagioso porque yo mismo me sen-
tía otra vez un chaval emocionado por
encontrarse cerca de uno de sus más ad-
mirados ídolos.
Bien cerca me parecía de lograr mi
objetivo cuando todo se vino abajo por
culpa de un estúpido piano eléctrico, Dizzy Giltespie y John Faddis.
marca Yamaha, que alguien había de-
jado en una de las habitaciones. Este El concierto resultó ser el más impre- de que el autocar les esperaba ya a las
alguien resultó ser otro trompetista, el sionante del festival, con un amplio re- seis y cuarto. Era la despedida, y todo
joven Wynton Marsalis, que la noche corrido por todo el histórico repertorio el mundo estaba loco por hablar, por
anterior lo había exigido a la organiza- de Gillespie (Emanon, Things To Co- mezclarse y comunicar. De repente se
ción que, a su vez, se había olvidado me, Round Midnight, A Night In Tu- estaba organizando un auténtico par/y
de quitarlo. Dizzy no podía creerlo y nisia, Lover Come Back To Me, Man- en la habitación 227, que era la mía. El
se precipitó sobre el inesperado jugue- teca, etc.) y con una orquesta, que ha- camarero traía no sé cuántos gin-tonics
te para repasar una serie de temas bía comenzado esta gira de manera bas- por cuenta del mal pagado inquilino,
(Ruby My Dear, I Can '1 Geí Started, tante caótica en el Tivoli de Copen- y la banda entera desfilaba por allí
Round Midnight...) dejando asi pasar hague, funcionando a las mil maravi- —menos Gillespie himsef f que muy sen-
media hora del tiempo precioso. Puro llas. Solista par exceltence resultó ser satamente se había retirado, ¿a la ca-
deleite para el aficionado, pero al mis- el mismo líder, consciente de que se tra- ma o al Yamaha?
mo tiempo sufrimiento para el perio- taba de la última actuación de una for-
dista que veía perderse definitivamente mación que después se iba a romper en Dos componentes de la orquesta
la ocasión de ofrecerles la tan deseada pedazos con nulas posibilidades de vol- echaron raíces en las butacas —el alto
charla televisiva a los compañeros que ver a reunirse. Con un largo y magní- saxo Jerry Dodgion y el pianista James
esperaban abajo en el hall —o en el bar. fico bis se puso punto final al concierto Williams, viejos conocidos que no se
Al dejar el teclado Dizzy empezó a ha- a las dos y media de la madrugada, a cansaban de contar anécdotas de la re-
blarme de su nueva casa en New Jer- esta hora no se puede soñar con cele- cién terminada gira que había comen-
sey y de un griego que había encon- brar una enirevista que requiere un sin- zado tan mal en mi país tres semanas
trado para cambiarle el suelo y poner fín de preparativos y un tinglado antes. Reconocieron que este concier-
unos azulejos muy especiales para el técnico sorprendentemente compli- to de San Sebastián había sido, con cre-
confort de Mrs. Lorraine que casi nun- cado. ces, el más logrado de todos, y era
ca sale, ni siquiera para ir con su mari- evidente que sentían una gran pena por
do a la White House en Washington Al volver al hotel olvidé rápidamen- tener que dejar una aventura tan her-
cuando el ilustre matrimonio es invita- mosa. El respeto y el cariño que les
do allí en los pocos momentos que el te la frusiración causada por este nue- unen al jefe de la expedición eran pa-
presidente de turno (todos son, al pa- vo fracaso profesional. Por los pasillos tentes.
recer, de un oportunismo descarado) se hubo un gran movimiento de músicos
molesta en recordar la más importante sin ninguna gana de acostarse, a pesar Luego se me ocurrió que hubiera si-
aportación cultural que jamás ha teni- do quizá todavía más interesante entre-
do los EEUU. También me hablaba vistar a algunos de los elementos de esta
con orgullo de su nuevo micro con magnífica banda, ya desintegrada. Pe-
mando a distancia que le permite mo- ro ya era tarde. El equipo técnico se ha-
verse libremente por el escenario duran- bía esfumado, y a las seis mis huespedes
le sus solos de trompeta. se fueron a sus respectivas habitacio-
nes, no para estrenar cama sino para
ALBURQUEKQIK, 14 volver a hacer sus equipajes.
Junio Mctm Bilhwi
De repente noté que el cansancio se Si les vuelvo a ver, será con toda se-
apoderaba del maestro, que menos de El mejor guridad en otras circunstancias. La vi-
tres horas más tarde tenía que ponerse da es así de cambiante, y aún más
delante de su orquesta y enfrentarse con
el inmenso auditorio del velódromo
Jazz en Vivo cuando se traía del jazz.
cada De Dizzy no conseguí lo que me ha-
Anoeta donde se desarrolla el festival. bían encargado, pero me dio en cam-
Le ayudé a conseguir un plato de pes- noche bio el concierto que esperaba de él
cado del restaurante y me retiré con una desde hace tantos años.
muy vaga promesa de una entrevista con 2 PASES
¿Les parece poco?
después del concierto, a pesar de que diarios
el largo y fatigoso viaje había causado 11,30 y 1,30 h.
estragos en su voz. Ebbe Traberg
90 Scherzo
PIANO S
¡
POPO SENTI1? LO mUSlCP

PETROF

CHERNY

WEINBACI
tisfer
AL SERVICIO (RM) DE LA MÚSICA

REAL MUSICAL
CARLOS III. 1
(Frente al Teatro Real)
Tels.: 241 30 09 - 241 31 06
28013 MADRID

You might also like