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ZUBIN MEHTA
poder y la gloria
ZUBIN MEHTA
MIMOS IAXMWKXTOS
i;\ DISCOS CHS\L\STERWORKS
STRAVINSKY
La Consagración de IG primovero
Filarmónica de Nueva York
iCompact disc;
RIMSKY-KORSAKOV
Sherezade
La gron Pascuo ruso
Orquesta Filarmónica de Israel
lElepé, (ompact disc y Cassette/
Edita
SCHERZO EDITORIAL. S.A.
C/ Marqués de Mondéjar, 11 - 4.° C
28028-Madrid. Teléf. (91) 246 76 22
Presídeme
Gerardo Queipo de Llano
Director
Amonio Moral
Director Adjunto
Arturo Reverter
Redactor Jefe
Enrique Martínez Miura
Consejo de Dirección
Javier Alfaya, Domingo del Campo Castel,
Manuel García Franco, Agustín Muflo? Jimé-
nez. Enrique Pérez Adrián.
Aíio III n.° 27 - SEPTIEMBRE 1988 - 400 ptas.
Secciones
Redacción en Barcelona: Roger Alier. Actua-
lidad: Arturo Reverter y Enrique Martínez \fiu-
ra. Discos: Enrique Pérez Adrián. Alia
Fidelidad: Alfredo Orozco. Danza: Roger Sa-
las. Libros: Xoan Manuel Carreira. lazz: Ebbe
Traberg. Música contemporánea: José Iges.
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OPINIÓN
Si el lector no se ha perdido en este relato donde sólo se alude a (1) No es la primera vei que en esa orquesta, icmo en ovas, se dan planm de
lo esencial, comprenderá tal vez, como posible aficionado, que caiacter corporativo con el fin de subsunnr en d conjunto la ausencia de calidad de
ha habido polvos que han traído estos lodos. Los asistentes a la miembros individuales: algunos aficionados recuerdan que no se llrgú a dar
determinado condeno en Oviedo, porque el colectivo defendió a un músico que.
Conferencia de Orquestas Sinfónicas celebrada el pasado otoño simplemente, no podía, ni pudo, con su pasaje. Y era uno de los fijos.
en Valencia pudieron advertir que algo se movía en las orquestas
12] Es habitual el absurdo siguiente: porque un trabajador-músico nene determinados
españolas. Por una parte estaban las grandes orquestas de derechos (lógicos en los demás medios laborales] se ignoran sus deficiencias y se
Madrid: el mal ejemplo de la Nacional irritaba a los resiente la calidad oc un producto colectivo. Es decir, lo absurdo es aplicar el régimen
directivos de las demás. Por otra parte, se encontraban las que general, proteccionista, en esta profesión. Esa protección, unido a la considerable
demanda de instrumentistas en España, y a sus múltiples compatibilidades, enrarecí
acometían una reforma profunda, en especial Barcelona, el un mercado ya muy favorable al profesional.
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OPINIÓN
EL DISPARATE MUSICAL
Sopa de ganso
erano de secano en nuestra bie- gusto (creo que es en El Escorial don-
V namada eapiía!. Aquí ya se sa- de suenan algunos compases de Guár-
be. Llega agosto y lo único que dame las vacas), Pero, ¿se imaginan
tenemos es galas cosieras cascabeleras. Vds. que nos llaman a ocupar nuestras
Ahora dicen que el rock es un fenóme- localidades con el chin-pun de Luisito?
no sociológico. Toma, y el Barga es El colmo, vamos. En fin, menos mal
más que un club. Pues yo, de las galas que tras las justificadas iras de algún
esas no he tenido más que una experien- critico serio, se ha suprimido el conso-
cia, fruto de una insistente, persistente mé de Luisito que abría el menú.
y machacona invitación que me formu- Por lo demás, secano musical no sig-
laron hace años, estando en una de esas nifica sequía de disparates. Hemos te-
UNA BROMA MUSICAL localidades costeras, que por entonces nido ocasión de interesarnos por una
empezaba a ponerse de moda. Todavía nueva cantante que no conocíamos; la
me dura el trauma. Pero viene al caso famosa «Teresa Berlanga» (presunta
contárselo porque ocurrió una cosa pariente del director de cine). También
muy graciosa. Sí. Resulla que se fue la hemos conocido una nueva obertura
luz cuando se encontraba en la pleni- del sordo de Bonn: «Mal en calma y
tud de su arte (?) canoro (??) nada me- próspero viaje». Además, hemos detec-
eguir los pasos a la Opera de nos que Manolo Escobar, ya saben, tado nuevas versiones de cierto cuarte-
aquel que parece una moto con tanto to de Schubert: «La muerte y la joven»
S Cámara de Varsovia es una go-
zada, porque lo es el repertorio
que interpreta. Volver a Madrid tras
porrompompom. Y como se fue la luz, de
nos quedamos a oscuras, pero es que ca que
y «La muerte y la doncelle». A través
las ondas, hemos asistido a la bron-
les han montado a Barenboim
además nos quedamos a dos velas de y colaboradores a cuenta del Anillo.
el verano no lo es tanto. Aún queda la maravillosa canción de Manolo. Y
la resaca de lo que aquí llaman acon- cuando volvió la luz, el micrófono, que Pero lo más gordo ha venido en la
tecimientos musicales, basados en la por entonces se acercaba peligrosamen- prensa valenciana, en la que cierto crí-
anticuada música rock. Los Jackson te al esófago de Manolo, no funciona- tico se ha solazado hablando de una no-
y los Springsteen son los amos. Es fa- ba, y Manolito estaba allí, moviendo vedosa ópera de Mozart: Rigoletlo (¡y
buloso contemplar a la masa enfebre- la boca como un pececíto, pero sin que yo creyendo que era de Verdi, infeli-
cida, gritando, vibrando con sus la audiencia oyera ni coscojo. Demos- ce!). El autor de la guinda comenta,
ídolos. Pero después de estos pom- tración palpable de que si no fuera por con críptico lenguaje, una representa-
posos conciertos a mí me queda el los voltios, los amperios y algunos otros ción que él atribuye a la orquesta de cá-
amargo sabor del engaño. ¿Dónde de esos, más de uno se tendría que ga- mara vienesa (cuando en realidad se
nar la vida de guía turístico. trataba de los conjuntos polacos que in-
está la música? Ni siquiera en el cam- tervinieron también en el Festival Mo-
biguo rincón de los recuerdos. Como Pues miren por donde voy y leo elzart que organizó esta publicación) y en
músico que soy, pido música, sólo otro día que en un concierto de los or- la que se «estrenaba» (de esto no me
música. Pero sólo veo sociología ba- ganizados bajo el titulo Veranos de la cabe duda) «Rigoleilo, de Mozart» (en
rata, negocio en cantidades industria- Villa, van y ponen altavoces. ¡Aguan- realidad eran Las bodas de Fígaro, o
les y ceguera artística. Los jóvenes de ta! Seria que los violines estaban afó- sea, casi lo mismo). Para adornar aún
mi época éramos otra cosa. Por lo nicos, o que tenían alguna flema, digo más el asunto, el artículo se titula Una
menos no nos dejábamos engañar. Y yo. Con razón se escandalizaba el crí- noche en la ópera y hace continuas re-
eso lo digo yo, que fui timado, entre tico de tumo. Porque además, de ape- ferencias a los famosos hermanos
ritivo, les pusieron por los altavoces Marx. Creo, sin embargo, que el doc-
otros, por mi propio padre, mi legí- varias ejecuciones de Luisito (bueno, to autor erró en la elección del titulo.
tima esposa, Salierí, Süssmayr y exactamente «de» Luisito... no, que ya Modestamente, sugeriría Sopa de gan-
aquel cabrito vestido de negro que en quisiéramos; más bien fue él el que eje- so, como más apropiado. Que les vaya
los últimos días de mi vida se empe- cutó a más de uno). Esto, como Vds. bien.
ñó en que escribiera una Misa de Ré- comprenderán, es lo que nos faltaba.
quiem, que no pude terminar... ya En los conciertos se suele llamar con un
saben ustedes por qué. Espero que a timbre. Algunos hasta lo ponen con Rafael Ortega
estos inventores de Ídolos, falsos mú-
sicos y profetas les visite también, a
no tardar, su particular personaje en- •precuis interesantes
lutado y funesto. Mientras, larga vi- t<scue¡a di> (Dan¿a • tn\irihu\i'ltoy miwui
da a la música y que el nuevo curso llámenos!
musical nos coja debidamente confe-
sados y comulgados por el arzobis-
SOTO MESA 2478583/2482927
po de Salzburgo.
5.1H Hilpr nni •)
W.A.M. 13 años de experiencia nos avalan 2HHIJ l>MOHff>
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OPINIÓN
BACHILLERÍAS ÁNGULOS
Sansón Carrasco
Estudios de velocidad Op. !83 (VÍCTOR PLIEGO)
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OPINIÓN
AL MARGEN
CARTAS
Los Profesionales El ínclito
m reparado Uds. en que los Y así, suavemente empujados por el so-
ninois indultados ayer son
las falleras mayores hoy?
plo de aquella modélica transición polí-
tica —que ha dejado de un aire a todo el
Tomás Marco
Hace más o menos doce años estos pro- mundo— los imprescindibles de los años Últimamente he tenido la atroz sorpresa
fesionales contaban y no acababan sus en- 60 y primera mitad de los 70 pasaron a de ver como a iravés de los medios de co-
inevitables al final esta última década y municación se tiene la procacidad de men-
carnizadas trifulcas con el régimen del 18 cionar a los músicos (¿compositores?) de esle
de julio. Su relato de las inclemencias su- en seguida a nuevamente necesarios. Pa-
sado el susto que el ya desechado proyecto país. ¿Pero es que hay en el Estado español
fridas a manos de los ominosos comisa- músicos?, ¿compositores?, ¿cuántos?. Si, los
rios político-culturales dei franquismo, de cambio les produjo otra vez explotan que se les antojan a los prebostes de Radio 2,
sobre iodo, era como para helar al más los escasos recursos disponibles en su pro- o al que rige, dirige y gobierna el Centro pa-
pio y exclusivo beneficio, sin que esta can- ra la Difusión de la Música Contemporánea.
templado. Pero la publicación, también dida Administración que todo lo entrega
entonces, de sus apasionantes biografías El ínclito Tomás Marco; que debe ser él, sólo
a su pretendida pericia haga nada para él y nada más que él. Digo esto porque des-
—las veraces, no esas otras noveladas que evitarlo. de el Bunker que mangonea tiene la insolen-
ahora circulan— nos hizo entrar en ca- cia y prepotencia de autoprogramarse siste-
lor: todos supimos, merced a la aplica- Al parecer, nadie quiere enterarse de máticamente, sin rastro de vergüenza él y sus
ción de ciertos eruditos, que estos que no pocos de estos conspicuos profe- caciques. ¿Quieren un ejemplo? Entre marzo
profesionales habían logrado su sólida sionales no son sino torpísimos aficiona- y mediados de mayo se nos ha auloprogra-
posición a trueque de una adhesión no dos, ni saber que su acreditada incompe- mado en los conciertos que organiza su Bun-
menos firme a ta pasada Jefatura del Es- tencia administradora se traduce, fiel e in- ker vn Madrid, digo su Cenlro, seis veces o
tado y que sus presuntos verdugos fue- variablemente, en notables incrementos más, y seguro que en el resto del Estado de-
ron en realidad sus más celosos de los costes y no menos significativas be ser la repera, dado que él, como gran
propagandistas, esto es, quienes desde mermas de los rendimientos —claro que Führer, tiende su tenia-culo, su mano reden-
sus hagiógrafos, cuando no ellos mismos lora sobre cualquier organismo musical que
Radio Nacional de España —miren Uds. se tercie. ¿Pero qué tiene este individuo que
por donde—, la Comisaría General de la desde cuantas publicaciones se lo consien-
ten, transforman sus fracasos en triunfos, no hay quien le haga bajarse del burro? No
Música, el diario Arriba, etcétera, mane- sus vicios en virtudes, su vacuidad en plé- conozco a fondo su trayectoria, pero por lo
jaron nuestra música a su antojo duran- tora. Con muy pocas excepciones los jue- que he leído en algún sitio, es un tanto sos-
te aquella historia interminable. ces del gusto prevarican. Las sentencias pechosa. Por eso, desde la indefensión que
que dictan no sólo carecen de fundamen- tenemos y padecemos los aficionados al be-
Fue la del alba democrática una etapa llo arte de los sonidos, digo:
de sports el divenissements para estos tos, sino de hechos probados; sus insóli- ¡¡Tomás!! ¿Cuándo te vas?...
profesionales. ¡Qué facultades! Lástima tos resultandos derivan de unos
que los Juegos del 92 los cojan ya tan de- considerandos inauditos y así no es raro
crépitos, porque un par de lustros atrás que los fallos constituyan claros abusos
no sólo coparon los primeros puestos en del derecho más elemental de los artistas Juan Manuel Bermejo
la Maratón del 76, aquella legendaria es- y del público. Molina de Segura (Murcia)
tampida desde el Ministerio de Informa-
ción, el de Educación y otros hasta las Pero sientan jurisprudencia: a ella se
flamantes instituciones del pos franquis- acogen estos benditos administradores de
mo y la nueva prensa liberal-progresista, nuestras Artes y Letras para consentir lo
que a todas luces es intolerable, esto es,
La reventa en
sino que treparon infatigables por sus ar-
bolitos genealógicos, a ver si topaban con
alguna vara autonómica que blandir /es-
que no sea el Estado, por dejación de
autoridad, sino las camarillas nutridas
La Zarzuela
grimir sobre/contra las Haciendas de las por estos profesionales quienes gobiernan Hoy otra vez los aficionados a la ópera
aún tiernas Comunidades (huelga decir la música en España. hemos tenido que ver cómo un centenar de
que la encontraron). muchachos pagados por la reventa se apo-
Miguel Ángel Coria dera de las mejores localidades de nuestro
Teatro Lírico Nacional. La reventa de en-
tradas está rigurosa y explícitamente prohi-
trando en materia, las fragancias de mil co- bida por el Teatro de la Zarzuela, ya que se
REVISTA DE PRENSA lonias y esencias se mezclaban con cierto olor
a desván dei abuelo. (...) Es inevitable cier- trata de un espectáculo subvencionado por
ta nostalgia por las chisteras y los señores el Estado con el dinero de todos los contri-
Una noche enla ópera del bigole y, sobre todo, por la repentina
aparición de los hermanos Marx en acción.
buyentes. El abuso es particularmente ma-
nifiesto cuando se ponen a la venta las
(Comentando Las Bodas de Fígaro
icprcíeniada por La Opera de Cámara Un Harpo imaginario balanceándose en la entradas de precios populares; es entonces
de Vaisovia) lámpara mientras Chico y Groucho se pa- cuando los revenías aprovechan para llevarse
No apareció Harpo Marx colgando de la san una tarta de chocolate de un extremo a magníficas localidades a muy buen precio
lámpara del hall del Principal la noche del otro del hall y se arma un zipizape de mil para luego multiplicar los beneficios hasta
estreno de Rigolelío de Mozart, y es que la demonios. (...) Esta luminosa noche del Ri- más de un trescientos por cien.
ópera ha cambiado en nuestro país. Donde golelío es un tumulto popular y democráti-
antes lucían zorros las señoras de los capí co que está a años luz de la ópera ridicu- Naturalmente, se podrá decir que los res-
Instes del régimen, ahora se exhiben sin re- lizada por los americanos locos; pese a que ponsables de la reventa —ilegal— de entra-
cato vaqueros y camisas hawaianas. Pese a las cuatro largas horas de la obra se siguen das son aquellos que las compran. Sin
lodo, la ópera sigue siendo exponente del es- prestando a ello. embargo, yo creo que la Administración de-
pectáculo más caro al poder establecido, be tomar medidas para perseguir actos frau-
pues en los palcos en los que antaño goza- —¡Qué maravilla, qué gran ambiente! dulentos que son practicados con la más
ron los camisas viejas, ahora disfrutan los —suspira una dama hermosa y vuelven a absoluta impunidad. Una Administración
yupies socialistas, aunque sea con arruga be- apagarse las luces para entrar en el magni- pasiva ante el delito, ¿no se descalifica ante
lla y simplonas corbatas. fico viaje musical mozartiano.
(...) Arremete de nuevo la orquesta y ele- los ojos del ciudadano?
(...) la orquesta de cámara vienesa tem- van la voz los tenores. La ópera de Mozan Le saluda atentamente,
plaba violines con un fragor de suspiros de es un tropel de caballos desbocados. (...)
fondo. (...) Suenan los violines de la ober- Abelardo Muñoz
tura mozartiana como un latido bestial de «Hoja del Lunes» de Valencia Luis García Fernández
mil corazones (...) y ya con el Rigolelío en- 23 de mayo de 1988 Madrid
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ACTUALIDAD
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ACTUALIDAD
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ACTUALIDAD
E.M.M.
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CA
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ACTUALIDAD
Le nozze di Fígaro
en Sabadell
Carreras en un recital multitudinario
Buxdon*. Are del Triomf: 21 di julio de 1988
Obras de Grieg, Tosti, Tala Nacho. Toidrá. Mom-
Los Amigos de la Opera de Sabadell pou, Soro?ábal. Vives, Puccini, Verdi, y popula-
han culminado la temporada con un pro- res catalanas- Josep Carreras, tenor, y Vincenzo
grama sumamente ambicioso que de- Sí alera, piano.
muestra una madurez impensable hace Al año de hacerse pública la noticia de
unos años, cuando se dedicaron a crear la enfermedad que había contraído, Jo-
esta curiosa institución que proporciona sep Carreras ofreció, como ya había pro-
ópera a Sabadell y, en cierto modo, un metido, un recital popular para los
segundo teatro a Barcelona, y se la pro- barceloneses. El concierto tuvo lugar bajo
porciona a un nivel de calidad cada vez el Are del Triomf (¿quiso Carreras con
mayor. En esta ocasión, la ópera selec- ello demostrar el triunfo obtenido en su
cionada no era nada fácil: Le nozze di Fí- batalla contra la muerte?) ante un públi-
garo, de Mozart, obra complicada si las co situado a lo largo del Passeig de Lluís
hay, con muchos cantantes, gran varie- Companys. Para llevar a buen término es-
dad de escenas y argumento complejo. te magno recital no se escatimaron esfuer-
Sin embargo, se contó con un buen equi- zos; un macromontaje por parte del
po y algo muy importante: entusiasmo en Ayuntamiento permitió que Carreras pu-
la labor por parte de coro, figurantes, diera cantar ante cerca de 150.000
cantantes y orquesta. personas.
Musicalmente, la mejor figura en esce- La organización distinguió dos zonas:
na fue la soprano japonesa Atsuko Ku- una, cercana al escenario, con un millar
do, una Condesa de gran calidad, de voz de localidades (que no se llenaron), des-
muy homogénea, clara y poderosa y una tinada a las autoridades; una segunda, de-
actuación muy convincenie. Jean-Luc trás de ésta y con unas 9.000 sillas, en que
Chaignaud rayó casi a su misma altura se situó el público general, los que real-
como Conde, favorecido por su aspecto mente querían oír a Josep Carreras.
físico y por una voz potente y de timbre Otros, que no tuvieron tanta suerte, de-
agradable. La soprano italiana Martina bieron situarse, de pie, alrededor de to- Carreros en su reaparición. EL GLOBO
Musacchio hizo gala de una gran musi- do este recinto. Todo estaba lleno de popular caalana y Jo et pressentia com
calidad que salvó a una voz excesivamente gente... pero a pesar de ello no se consi- la mar de Frederic Mompou. Una nueva
pequeña para el papel de Susanna, e Iñaki guió el milagro de la comunicación. El pausa y la tercera parte, que se completó
Fresan venció a los nervios en un Fígaro público que de verdad estaba interesado con la romanza No puede ser que esa mu-
francamente adecuado. En los papeles en el concierto estaba demasiado lejos y jer de La tabernera del puerto de Soro-
menores se distinguieron especialmente Carreras no consiguió contactar plena- zábal y L'emigraní, basado en un texto
Stefano Palatchi en el Doctor Bartolo y mente con ellos; los asistentes dedicaron de Jacint Verdaguer musicado por Ama-
Rosa Nonell como Marcellina; María en todo momento frases elogiosas al te- deu Vives. Tras una tercera pausa Carre-
Aragón, en cambio, aunque físicamente nor que en ningún caso llegaron al esce- ras manifestó que no quería finalizar su
bien adaptada al personaje de Cherubi- nario. Este es el precio que debe pagarse recital sin cantar un fragmento de ópe-
no, fue una intérprete floja vocalmente por este tipo de recitales multitudinarios. ra; la página escogida fue el Nessun Dor-
hablando. La versión fue completa, y asi No obstante, no todo fue negativo; hu- ma del Turandoi pucciniano.
Rosa Nonell pudo demostrar su habilidad bo algo muy positivo: la actuación de Ca- Cuando todo parecía haber terminado,
como Marcellina en la difícil pieza // ca- rreras. El tenor nos demostró que, a pesar tras los prolongados aplausos y los ramos
pro e la capreita y Josep M. Bosch cum- de todo, conserva aún sus facultades. El de flores ofrecidos al tenor, apareció so-
plió en la suya como Don Basilio. María programa presentado, muy popular, fue bre el escenario Montserrat Caballé para
Mirna Camarasa, como Barbarina, mos- mantenido en secreto hasta el último mo- regalar a Carreras un ramo de rosas en
tró cualidades en ciernes. La orquesta mento; fue el mismo Carreras quien nos forma de corazón. La sorpresa llegó
funcionó con una admirable corrección iba presentando las canciones. Después cuando Carreras obligó a Caballé a can-
—con una ligera tendencia al ruido, pe- de haber superado la emoción del primer tar un dúo con él; en ese momento Vin-
ro sin llegar a ofender— bajo la batuta momento de encontrarse de nuevo ante cenzo Scalera atacó el inicio del célebre
de Albert Argudo. Amparo García con- su público, el tenor empezó con el liedde Brindisi de La Traviata.
dujo los recitativos con precisión desde Grieg Ich liebe dich,,en una traducción Con este primer recital de Carreras des-
el clave. El coro funcionó con discreción catalana. A continuación las canciones de pués de su enfermedad asistimos al pri-
y un tono levemente como de oratorio. Tosti Maña, Non i'amo piü, A Vucella mer síntoma de plena recuperación del
Como es norma de la casa, la ópera se (con texto napolitano) y L'Ultima canzo- cantante barcelonés. El tenor nos demos-
presentó con una producción propia. Los ne, que, como nos tranquilizó el propio tró que ha sido capaz de vencer y de se-
decorados, muy sencillos, no teman la bri- tenor, no fue la última canción del reci- guir con su actividad anterior. Poco a
llantez de otras veces, pero eran funcio- tal. En este momento Carreras se permi- poco, Carreras volverá a reemprender su
nales y favorecían el desarrollo de la tió un pequeño descanso. vida profesional: en agosto tendremos la
acción, tan complicada, de esta pieza. La De nuevo en el escenario, nos presen- oportunidad de escucharlo en el Festival
dirección escénica de Jordi Voltes come- tó dos canciones de un compositor meji- Internacional Casteli de Peralada; al mes
tió errores de bulto como el patoso mo- cano muy poco conocido, Tata Na- siguiente en Viena y, en noviembre, en el
do de ocultarse Cherubino ante la llegada cho; los títulos, Tengo nostalgia de ti e Liceu barcelonés.
del conde; en cambio la escena del jar- Intima. Completaron esla segunda parte
dín fue resuelta con eficacia. una serie de canciones catalanas: Canti-
Francesc X. Mata cel, de Eduard Toidrá; El cant deis ocells, Xavier Daufí
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ACTUALIDAD
Placeres olvidados
La música de cámara, que nació co- villosa maestría el equilibrio entre los
mo forma de entretenimiento para los instrumentos, cosa nada fácil cuando
poderosos y llegó a la mayoría de edad interviene la guitarra; sólo posible
en los siglos XVIII y XIX como la ma- cuando los instrumentistas son de cali-
nera más intensa de hacer música en- dad y sobre todo cuando aman hacer
tre los verdaderos amantes de este arte, música en conjunto, buscando ante to-
convirtiéndose en la forma más íntima do un bello resultado, sin esa preocu-
de expresión de grandes compositores pación de lucimiento personal que
—¿quién concebiría la existencia mu- resulta casi un pecado en la música de
sical de Beethoven, de Schubert o de cámara y que mata a veces la música.
Brahms y tantos otros sin su música de En el programa, además de una Fan-
cámara o de piano?— puede temerse tasía para guitarra de Fernando Sor,
que esté hoy en día en vías de desapa- varias piezas de Paganini (la pobreza
rición. Cada vez resulta más raro en- del repertorio para este tipo de conjun-
contrar a gente que haga música en to casi obligaba a ello), obras a veces
casa, y lo que es más sintomático, ca- graciosas, pero carentes de hondura ex-
da vez resulta más y más difícil poder presiva y un bello allegro de uno de los
asistir a un concierto de este género de conciertos con guitarra de Vivaldi. Un
Isaac Albéniz, música. Es por eso por lo que creo que conjunto, este Trío de Offenburg, en
los conciertos veraniegos en Cataluña el que hay que fijarse, apenas conoci-
El proyecto Albéniz adquieren de día en día mayor impor-
tancia. Me refiero, naturalmente, no a
do en nuestro país, pero que dará que
hablar sin tardar mucho: bello sonido,
los grandes festivales, en los que inter- buena técnica, inteligencia musical y,
El 10 de junio último ha sido presen- vienen conocidos divos o grandes or- sobre todo, entrega total a la música
tado en Barcelona el llamado Proyec- questas, sino a los pequeños conciertos que hacen, para el público y para ellos,
to Albéniz, ideado y planificado por la que nutren espiritualmente a decenas de como expresa bien el gozo con que in-
Fundación Isaac Albéniz, entidad na- pequeños pueblos, sobre todo en el terpretan. Mención aparte merece el
cida, como se sabe, hace algo más de
un año como emanación del Concurso Ampurdán —que es lo que conozco—. guitarrista Horst Sohm, un especialis-
Internacional de Piano de Santander En ellos, la música de cámara recon- ta en música española, sobre todo en
creado en 1972 por Paloma O'Shea. El quista ese importante papel del que ha- el injustamente olvidado Fernando Sor,
Proyecto, que se va a realizar con el pa- blábamos antes y se vuelve a hacer de quien ha grabado numerosas obras.
trocinio de Torras Hostench, compren- música en casa; la pequeña sala de una Belleza de sonido y calidad interpreta-
derá: I) elaboración del catálogo de la iglesia que apenas cuenta con unas de- tiva hacen de él un instrumentista difí-
obra del compositor y edición de un li- cenas de feligreses se llena con unos cil de olvidar.
bro de estudios; 2) edición de una bio- centenares (a veces no liega al plural) ¿No podría imitarse en el resto del
grafía del músico, celebración de de personas que aman la música, que país esta labor que se está realizando
exposiciones y diversos actos divulga- incluso se desplazan unos kilómetros ya desde hace algunos años en Catalu-
livos de su obra. En el primer número para escucharla, la música bien hecha, ña? Es más importante para la música
del boletín editado por la Fundación, escuchada en la intimidad de un recin- esta labor de conciertos de gran calidad
denominado Notas de Música, que se- to que semeja el antiguo salón burgués. musical que llegan a públicos deshere-
rá portavoz informativo de esta múlti- Hago este comentario a propósito de dados culturalmente, que no las funcio-
ple labor, se publican artículos de un concierto que he escuchado última- nes espectaculares, aparatosas, que en
Edmon Colomer, Enrique Franco (Or- mente en la iglesia del bellísimo pueblo las grandes capitales se repiten con to-
questaciones de la rapsodia española) de San Martin de Ampurias, en el que do el fasto y boato del desfilar de gran-
y Montserrat Albet (Relación de Albé- el Trío de Offenburg y el gran guita- des figuras y maravillosas orquestas,
niz con Cataluña). rrista Horst Sohm nos restituyeron el frecuentemente con programas no pre-
casi olvidado placer de este tipo de mú- cisamente demasiado interesantes, oca-
La realización del catálogo científi- sica con un repertorio que rarísimamen- sión para nuestra clase política —y
co de las obras del compositor y la te puede oírse hoy en día en vivo: trios alrededores— de demostrar su acendra-
puesta en marcha de un centro docu- y cuartetos de cuerda con guitarra. En- do amor a la cultura, pero que convier-
mental que incorpore todo lo que se lo- tre las diversas obras —amén del pre-
calice a lo largo del proceso de inves- ten algo tan serio y bello como es el acto
tigación han sido encomendados al mu- cioso Trío para violt'n, viola y de escuchar música en una reunión de
sicólogo Jacinto Torres, director del violonchelo, Op. 9 n." 3 de Beetho- sociedad que parece organizada por
Centro de Documentación del 1NAEM ven—, nos dieron un magnífico Cuar- una revista del corazón. Triste empleo
y, por tanto, experto en estas lides. Se teto con guitarra en re mayor, de para el genio de los compositores que
prevé que la labor dé sus frutos a fina- Haydn, impresionante en su difícil sen- en el mundo han sido.
les de 1990. Enrique Franco será el cillez, en su soberbia hondura de pen-
autor del libro de estudios, que deberá samiento musical y su factura esplén-
aparecer en diciembre de 1889. dida, conservando siempre con mara- Eduardo Rincón
La idea, ambiciosa y que nace en
buen momento, ha de merecer apoyo bría que hacer también justicia, el que aplausos y congratulaciones. Puede ser
e interés. Aunque hay, todavía, com- se pretenda acometer una labor nada un paso más hacia esa cada vez menos
positores menos conocidos, estudiados fácil en torno a la figura del catalán, utópica Escuela de Música que acari-
y divulgados que Albéniz, a quienes ha- eminente sin duda, debe recibir cálidos cia la Fundación.
20 Scherzo
ACTUALIDAD
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ACTUALIDAD
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ACTUALIDAD
Buen cierre
Temporada de la ABAO del Festival
questal y coral. Por otro lado, se conti- Bilbao. Teatro Amaga. 16 junto 1988. Verdi: Ri-
núa (rayendo a algunos de los solistas más goleno. Intérpretes: John Rawnsley. Carmen
notables del firmamento de nuestros días, González, Nikolay StoikJv. Aldo Beitolo. Regidor:
Joseba Erkiaga. Dirección artística: Luis liurri.
a los divos más cotizados. La selección Producción del Teatro Arriaga. Orquesta Sinfó-
de óperas sigue, no obstante, cortada por nica de Bilbao. Director: Enrique Carda Asensio.
los mismos patrones de siempre: roman-
Una realización del Teatro Arriaga pu-
ticismo italiano o francés, algún Mozart,
so punto final al ciclo operístico bilbaí-
algún raro Wagner... y poco más. Cier-
no. Una producción en la que la visión
to es que, posiblemente, si las cosas se
teatral de Luis Iturri y la colaboración del
plantearan de otra forma, el público no
regidor Joseba Erkiaga estuvo enfocada
acudiría en la misma cantidad; pero qui-
desde ese prisma. Cada metro cuadrado
zá cupiera arriesgarse algo más... Repa-
de escena fue pisado y usado y la ampli-
semos ahora, brevemente, el contenido
tud pulcra de la escena colaboró estrecha-
del carteilone de esta temporada, que co-
mente en el buen desarrollo de la obra.
mienza el 30 de agosto y termina el 2 de
De gran efecto fue, por ejemplo, la jaula
octubre.
a modo de jardín o el jardín enjaulado,
Una evidente rutina ha conducido de como dando a entender que el contacto
nuevo la mano programad ora: de siete con lo externo, hasta entonces vigilado es-
Marti Talveia. obras, seis son italianas, de las más ex- crupulosamente por Rigoletto, iba a ser
plotadas y sabidas (no se discute, por su- su perdición. Una analogía de lo que ve-
Son ya 37 los años con que cuerna la puesto, su calidad mil veces reconocida): nía a decir el escritor norteamericano
temporada de ópera de la ciudad del Ner- // trovaiore y Nabucco de Verdi, Norma Hawthorne, en su libro La Hija de Rap-
vión, organizada por la asociación de de Bellini, Tosca de Puccini, Cava/lena paccini. Desde el punto de vista canoro,
amigos del género de la localidad, animo- rusticana de Mascagni e / pagliacci de fue la confirmación de las grandes posi-
sa como otras existentes en el país y to- Leoncavallo (las dos últimas, como es bilidades que apunta la soprano Carmen
davía necesarias a la hora de impulsar norma, en la misma función). El séptimo González. Cantó la madrileña con técni-
manifestaciones anuales de este tipo, aun- título corresponde a Wagner: la primeri- ca, gusto y buena línea, aunque le falta-
que las ayudas sean actualmente mayo- za El buque fantasma. El panorama, co- ra cierta variedad de colorido en su timbre
res y los apoyos oficiales más cuantiosos mo se ve, no reviste especial novedad. cristalino. John Rawnsley fue un buen Ri-
y seguros. La ABAO es en tal sentido mo- Aunque haya que reconocer que los re- goletto en general, aunque su voz, más
délica y ha hecho en estos largos lustros partos, teniendo en cuenta la cera que hoy bien lírica, careció en los momentos ne-
lo que ha podido e incluso más, a veces arde, son bastante apañados e incluso lu- cesarios de peso y amplitud. Le faltó ga-
en paralelo con los Amigos de la Opera josos. Por ejemplo, el de la partitura wag- rra en S¿, vendetta, tremenda vendetta,
de Oviedo. Tanto una asociación como neriana, digno de cualquier representa- aunque se lució al final de la obra. Desa-
otra se destacaron en su momento por ción de Bayreuth: Lisbeth Balslev, Robert fortunado el tenor Aldo Bertolo. Siem-
traer a España, en tiempos de absoluta Schunlt, Siegmund Nimsgern y Marti pre inseguro y nervioso. La pareja que
sequía operística, a los más célebres can- Talveia. formaron los búlgaros Stoilov y Gioreva
tantes de la época (primeros de los cin- Vemos cotizados nombres en los demás fue correcta, así como correcta fue tam-
cuenta). No había en las programaciones, títulos: Ermanno Mauro {Trovador, Ca- bién la actuación del bilbaíno Pablo Pas-
y es hasta cierto punto lógico, novedades vatleria y Payasos), Leona Mitchell y Leo cual, en un bien subrayado papel de
en los títulos, siempre pertenecientes al Nucci (Trovador/, Obraztsova y Zanca- Monterone, García Asensio dirigió con
más tradicional y rancio repertorio. Pe- naro (doblete verista), Natalia Troitska- autoridad a la Orquesta Sinfónica de Bil-
ro, puede decirse, era bastante novedad ya y Jaime Aragall (Tosca). Muy bao, aunque muchas veces la dejara so-
que hubiera ópera y con cantantes de pos- interesante el terceto protagonista de Na- nar demasiado, en detrimento de los
tín, aunque usualmente los soportes co- bucco: la inglesa Rosalind Plowrígth y los artistas de la escena.
ral y orquestal y las puestas en escena italianos Renato Bruson y Francesco Elle-
—sin posibilidades de ensayar mucho— ro D'Artegna. A su lado, como ismaele, Niño Dentici
dejaran no poco que desear. Después de el joven tenor santanderino Santiago In-
todo, en Madrid, sólo unos años después, cera, que, junto a los seguros y avezados
a partir de 1964, las cosas se desarrolla- (aunque también jóvenes) Alfonso Eche-
ban de la misma o parecida manera. verría y José Ruiz, compone la represen-
A lo largo de estas 37 temporadas y tras tación estelar española en la temporada,
más de una privación se han operado sus- poco numerosa según se ve.
tanciales cambios en la vida cultural de No es muy allá a priori el reparto búl-
la ciudad y en la propia de la asociación garo de Norma, donde destaca la prome-
(se desarrolla en invierno, por ejemplo, tedora soprano di forza Valerie Popova.
una temporada independiente en el recién Como tampoco es de altos vuelos la se-
reabierto Teatro Arriaga organizada por lección de batutas encabezada por dos
el municipio). Las representaciones siguen maestros de aquella nacionalidad: Russ-
efectuándose en el Coliseo Albia, gran- lan Raytscheff y Boris Hinchev. El ita-
de y destartalado cine, pero dolado de liano Edoardo Muller, otrora discreto
aceptable acústica, si bien se cuenta con pianista, dirige las obras de Mascagni y
más tiempo para su preparación. Hay un Leoncavallo y Trovador. El alemán Jan
mayor cuidado en las puestas en escena Latham Koenig la otra obra verdiana y
y más calidad en el decisivo capítulo or- la de Wagner.
John Rawnsley.
24 Scherzo
ACTUALIDAD
GRANADA'8
La perla de
un festival La auténtica música de cámara
Granada. 19 Curso Manuel de Falla. Auditorio
Manuel de Falla. 6-V11-88. L.V. Beethoven: So-
nmas para violoncillo y piano en Sol mayor Granula. 37 Festival de Música y Danza. Auditorio Manuel de Falla. 4-VI1-88. 6. Brillen: Cuarteto
n." 2 Op. ¡, en Re mayor n.° 5 Op. 102, en La n. " J Op. 94; W.A. Mozart: Quinteto para clarinete en La mayor K. 581; L.V. Beethoven: Cuarteto
mayor n."3 Op. 69. Chrislophc Coin: cello; Pa- en M¡ menor Op. S9 n.' 2. Cuaneio Orlando; Andrcw Marriner: clarinete.
tnck Cohén: piano.
Después del éxito obtenido en el una gran técnica que le permite con-
Ocurre, a veces, que conciertos pro- Auditorio, cuando et Cuarteto Or- seguir del clarinete uno de los soni-
gramados lateralmente en un festival lando y A. Marriner iban para el ho- dos más bellos que uno puede ima-
(como ha sucedido con éstos del curso tel, la gente prorrumpió en aplausos ginarse. Técnica y sonido puestos al
Manuel de Falla) se convierten, en oca- por la calle como si de auténticas es- servicio de una idea musical que nos
siones, en la perla de dicho festival. Así trellas se tratase, y es que el Cuarte- muestra la compleja personalidad de
lo entendió el público asistente a este
magnífico concierto, y con larguísimos to Orlando es de sobra conocido Mozart, haciendo hincapié en esa
aplausos y gritos de «otra, otra», lo entre los aficionados a la música de melancolía que habita en muchas de
corroboró. cámara como uno de los más impor- sus últimas obras. A pesar de que el
En el número anterior de SCHER- tantes del panorama internacional, y Cuarteto tocó en su línea habitual de
ZO hay una interesante entrevista de eso a pesar de haber cambiado tres maestría, no hubo una total identifi-
J.C. Cabello a la que remito a todo in- veces de primer violín. cación de estilo musical con el solis-
teresado en este concierto. El título de Comenzaron e! concierto de Gra- ta; mientras el primer violín hacía
esta entrevista es Otro concepto de la nada con el Cuarteto n.° 3 de Bril- mucha ostentación del pórtalo y de
música, y creo que es la mejor defini- len, auténtica prueba de fuego para otras articulaciones de arco que se
ción que se puede aplicar a lo que hace el primer violín. Dejando a un lado alejaban del concepto del clarinetis-
Christophe Coin. Coin no se ha que- el juicio de la obra como composi- ta, los otros tres se acercaban más a
dado sólo en la música antigua, sino ción, la interpretación que realizaron la concepción musical del solista. La
que ha llegado hasta el siglo XX. Pro- fue magistral, con una sonoridad ca- segunda parte la ocupó el Cuarteto
ducto de esta evolución ha sido su gran
trabajo con las Sonatas para cello y pia- rne rístic a como pocas veces se oye, n." 2áe la Op. 59 de Beethoven con
no de Beethoven, grabadas en disco en destacando la gran interpretación que el que el Orlando volvió por sus fue-
compañía de ese gran pianista que es el primer violín realizó de su difícil ros realizando una versión insupera-
Patrick Cohén, y que han merecido en pasaje cantábile agudo. A continua- ble. Respondiendo al entusiasmo del
Le Monde de la Musique el calificati- ción vino el Quinteto con clarinete de público, el cuarteto correspondió con
vo máximo de cuatro estrellas. Por es- Mozart, obra esperada con summo la Suite italiana de Hugo Wolf ce-
to, en mi opinión, el concierto de interés, ya que a pesar de ser una de rrando este maravilloso concierto que
Granada era de lo más interesante que las más importantes de Mozart, no cumplió con todas las expectativas.
se podía escuchar. Y no defraudó, en es frecuente oírla en concierto. En es- Mereció la pena.
absoluto. (Es imporlante señalar que
Coin no se queda en el purismo de los ta ocasión la gran estrella fue el cla-
instrumentos de época, y en esta oca- rinetista A. Marriner, poseedor de T.G.
sión tocó con un cello a la moderna y
piano moderno.)
Tomás Garrido
26 Scherzo
ACTUALIDAD
Scherzo 27
ACTUALIDAD
28 Scherzo
COMPACT
DIGITAL AUDIO
SEGUNDO LANZAMIENTO
J. S. BACH J. S. BACH
Suite» for Violin Concertó»/
Unaccompanied Cello Violinkonzerte/
Cotícenos pour violón
BWV 1041,1042,1043
YEHUDIMENUHIN
GEORGES ENESCO
P1ERRE MONTEUX
CDH 7 61027 2 (2 CD) CDH 7 í l 018 2
L. v. BEETHOVEN F. CHOPIN
Symphony No.9 in D minor 24 Preludes p
'Chora!1 Prelude in C-sharp minor
Op.45
ELISABETH Impromptus 1-4
SCHWARZKOPF Barcarolle Op-60
ELISABETH HÓNGEN Berceuse Op.57
JUUUS PATZAK
HANS HOTTER
Singverein der Gesdlschift
der Musikfreundí in Wíen
Wientr Philharmoniker
HERBERT VQN KARAJAN ALFRED CORTOT
CDH 761076 2 CDH 7 61050 2
C. DEBUSSY G.FAURÉ
Pclléw « Míüsmdt Acti I & II Réquiem
jACQUESJANSEN MAURICE DURUFLÉ
IRENE JOACHIM
Chceurs YVONNE GOUVERNÉ organ
Orchtsrc Sympboniquc
ROGERDESORMIERE C. MONTEVERDI
14 Songj Madrigal*
MAGGIE TEYTE, soprano
ALFRED CORTOT, piano
4 Aria* and Songt
MARY GARDEN, soprano
CLAUDE DEBUSSY, piano NADIA BÓULANGER
CHS 7 61038 2 (3 CD) CDH 7 61025 2
G. PUCCINI F. SCHUBERT
Turandot 3 Klavierttücke, D.94*
(Eicermj recorded iive a ibt "Wanderer" Fantasie, D.760
Royil Opcn Hou», Covcnt Gardrn, 3 Momcnts muiicaux
M»y 1937)
A N D R É S SEGOVIA
Recital
(1927-1939)
Los caminos de
Luigi Nono
Ese alto caballero veneciano de sesenta y cuatro años cumplidos llamado Luigi
Nono ha estato en España; en concreto, impartiendo clases de composición en el
XIX Curso Manuel de Falla de Granada. Nono, siempre personalísimo y polémico,
ha apasionado a los más y encolerizado a los menos, si bien unos y otros han
reconocido su categoría indudable como creador.
Scherzo 3 i
ENTREVISTA
32 Scherzo
ENTREVISTA
su propio camino como en la de prestar oídos a los otros. En caso, quienes siguieron sus clases durante esa semana nos co-
1983, en una conferencia dictada en Suiza, afirmaba: «En lugar mentaron admirativamente acerca del interés de las mismas, en
de escuchar el silencio, en lugar de escuchar a los otros, uno es- lo humano y en lo estrictamente musical. Pero —una vez más
pera escucharse a si mismo una vez más. Es una repetición que lo reiteramos— Luigi Nono está lejos de pretender que una le-
resulta académica, conservadora, reaccionaria. Es un muro con- gión de acólitos siga sus pasos o, dicho con otras palabras, no
tra los pensamientos, contra lo que no es posible, ni aún hoy es de los que van dando al alevín de compositor recelas para
día, explicar (...). Se ama el confort, la repetición, los mitos; componer. Valgan, si no, como ratificación de lo dicho, las si-
se ama el escuchar siempre lo mismo, con esas pequeñas dife- guientes aseveraciones que nos hacia el veneciano, a propósilo,
rencias que permiten demostrar inteligencia. Escuchar la músi- una vez más, de la leyenda «No hay caminos; hay que caminar»:
ca. Es muy difícil. Yo creo que, hoy en día, es un fenómeno raro. «Este escrito me ha hecho reflexionar, pensar muchísimo. En-
Se escuchan cosas literarias, se escucha lo que se ha escrito, se contré directamente una conexión con la realidad de hoy... "Ca-
escucha a uno mismo en una proyección...». minantes": Vds. que andan. "No hay caminos"...: no hay ruta,
I,a preocupación del Nono de los 80 no está, por tanto, aleja- no hay indicaciones, ni modelos, ni orden ni mando; es decir,
da de su propia esencia histórica; de maneía apasionada, sigue no hay autoridad. Hay que buscarla. Hay que arriesgarlo todo
potenciando la libre determinación de pueblos e individuos, eso y enfrentarse con toda la problemática que nuestro tiempo en
que podríamos sintetizar con tan sólo estas tres palabras: sé tú transformación tiene. Me parece que, sobre todo, en la música
mismo. Y en nuestro encuentro con el compositor, en las de- —pero no sólo en la música: también en pintura, arquitectura,
pendencias del Auditorio Manuel de Falla de Granada, se ha- literatura, economía, finanzas, política...— "caminantes, no hay
llaba en la mejor disposición de ánimo para llevar adelante esa caminos; hay que caminar" es una frase de gran importancia.
máxima con sus alumnos; «Yo había venido ya aqui, pero en En un tiempo en el cual muchos mitos se fueron, hay un pensa-
aquel tiempo era otra la fórmula, pues invitaban a composito- miento nuevo en el mundo —en distintos lugares con diferentes
res durante dos o tres días nada más; me parece que ahora en situaciones— que va a buscar nuevos caminos, nuevas fantasías,
un encuentro largo y continuo puede ser más inten- nuevos espacios, nuevas tierras, nuevas posibilidades de estar
sivo, permitirá sin duda profundizar en muchas cosas y puede juntos, de comunicar y de enfrentarnos; y, sobre todo, la nece-
abrir puertas que están cerradas herméticamente por los conser- sidad de oír a los otros».
vadores, por los académicos y por quienes no quieren que los
ojos, los oídos y la inteligencia sigan descubriendo, buscando José Iges
y arriesgando tras lo nuevo». Desgraciadamente, cabe decir que
la presencia de Nono en el Curso no alcanzó más que la mitad
del tiempo previsto para el mismo, pues el veneciano hubo de
abandonar su querida Granada por motivos de salud. En todo
Scherzo 33
HISTORIAS DE
LA MÚSICA
ragmento de un diario
sin fecha
w » ahora, después de tantas iribú (aciones, vuelve a"mt
W memoria aquel instante en que alcancé a ver su ros-
*7 tro por ve/ primera, al descender del coche. Su Ma-
jestad había ordenado llevarlo a su presencia tan pronto lle-
gase, y así se hizo, sin darle espacio para recogerse, ni para
mudar sus ropas, ni aun para limpiarse el polvo de tan largo
viaje: tan grande era su impaciencia por verle tocar, y por
conocer su opinión acerca de los muchos instrumentos que
en el palacio había, singularmente los clavecines, que eran
en número de nueve. Y fue así como tocó en cada uno de
ellos, ponderando el sonido de éste, alabando la claridad de
aquél y la potencia del otro, y admirándonos a lodos con el
modo en que, sin más que poner las manos sobre el teclado,
tocaba el acorde más convenienie en cada uno de ellos y que
mejor se acomodase con su sonoridad y su timbre. Y, esta-
blecido el tono, dábase a preludiar y a improvisar de manera
fugada y también de forma melódica a la italiana, o a la fran-
cesa si mejor cupiere, de suerte que pasaron más de dos ho-
ras sin que de ello nos apercibiésemos, absortos como
estábamos de tañía música y de su no usado modo de locar-
la, que no parecía sino que sus dedos tuvieran vida separa-
damente, incluso el pulgar, que nunca antes se hubiera visto
usarlo sobre el (eclado parejamente a los otros. Y Su Majes-
tad todo lo escuchaba y atendía en silencio y con gran respe-
to. Vino pues la noche, y se le permilió descansar y asearse
para retornar luego. Y fue Su Majestad servido de indicarle
un tema de su propia invención para que sobre él improvisa-
se y pudiera probar su habilidad. Y era un tema muy forza-
do, que ascendía una séptima a manera de arpegio y luego
descendía una octava completa por sus grados cromáticos,
que no hubiera modo de bien acomodarlo en tono alguno.
Y entonces, el maestro realizó allí mismo una fuga a seis par-
tes, la más intrincada que yo jamás hubiera oído, moviendo
el tema en las voces hacia adelante y hacia detrás, combinán-
dolo consigo mismo y amplificándolo en noias muy largas
en una voz mientras lo hacía sonar reducido en las otras, con
lal poder y sutil invención que se hubiera dicho cosa del dia-
blo. Y temí que fuera sueño, y hubiera de despertar como
acontece de ellos, sin guardar la memoria de tales maravi- '
lias, mas no es asi, que aún hoy puedo recordar aquella jor-
nada, después de tan largo tiempo y tantas penalidades con
las que El Altísimo ha querido probarnos. Que ya apenas hay
música en palacio, ni con que pagar a los artistas, pues io-
dos son ya idos, de no ser alguno, viajero, que quiere aún
ofrecérnosla: que todo lo llevó la guerra maldita, incluso la
memoria de aquel Maestro admirable, que va ya para diez
años que rindiera su alma, según he oído a un organista ape-
llidado Górner que nos visitó la última primavera. Y me di-
jo también que consumió sus últimos días poniendo por
escrito cuanto había podido llegar a saber y a descubrir acerca
de aquel arte de la fuga que cultivara de lan admirable mo-
do como yo mismo hubiera tenido la dicha inmensa de com-
probar. Y que todo eso lo hizo con mucha dificultad y con
tantos trabajos que acabó por quedar ciego, y todo ello por
el afán de que, andando los tiempos, pudieran oíros hom-
bres conocer los secretos de nuestra antigua música, ya que
los de hoy la reputan envejecida y nada quieren saber de ella.
También afirmó que uno de sus propios hijos vendió, luego
de su muerte, las planchas que con tan gran esfuerzo y soli-
citud grabase él mismo. Pero no puedo creer que, incluso en
nuestros días, existan gentes tan impías y que ignoren, de mo-
do tan cruel, la verdadera Sabiduría del Arte».
Daniel Jordán
34 Scherzo
DISCOS
BACH: Contales pour alto. BWV 35. 82 y tintas secciones orquestales. Por esto en d
53. Rene Jacobs, contralenor; Paul Dom- caso de los conciertos, donde el o los ins-
brechl, oboe barroco; Cordón Murray, ár- trumentos solistas obligan a una necesaria
gano; Enstmble 415. Dir.: CbUra Banchúu. diferenciación de niveles y por lo tanto a la
CD Harmonía Mundi 901273. DDD. creación de un espacio sonoro, por muy ele-
5»'03". mental que este sea, el efecto negativo an-
tes aludido se hace menos perceptible y la
Tras su espléndido disco dedica- audición se torna más tolerable. Jan Panen-
do a sinfonías de G.B. y G. Sam- ka es, por otra parte, un buen pianista y
flus© marlini (HMC 901245), el En- siempre existe el aliciente de un director co-
semble 415 se ha decidido a invitar a algu- mo Kurt Masur oyéndole en una grabación
nos nuevos solistas, enire los que destaca- de hace quince años y anterior, por lo tanto,
mos a los muy conocidos Rene Jacobs y Paul al momento de su consagración actual.
Dombrecht, que junto a un excelente orga-
C.C.
nista, Gordon Murray, llevan la pane pro-
tagonista de esta grabación. Para mí lo más
interésame está en la soberbia interpretación
DISCOS
del mejor oboísta barroco: Paul Dombrecht, BEETHOVEN: Las cinco sonatas para vio-
cuyo sonido milagroso y sin igual se com- loncello. P. Tortelfer. ¥.. Heidsieck. Disco
plementa divinamente con una técnica per- tan reciente pues se trata del reprocesado de compacto EMI Studio CMS. 7-69196.2.
fecta. En cuanto a Rene Jacobs, poco una interpretación registrada en Praga en ADD. 47'06". Serie media.
podemos afladir a lo ya sabido, puesto que 1965 y cuenta por lo tanto con veintitrés años
su actuación reúne las mismas característi- de existencia. Pero de todas formas nada es- Paul Tortelier pertenece a una es-
cas que le han hecho ser odiado por unos pecialmente interesante aporta esta lectura cuela de músicos cuyos criterios
y amado por otros. A su sensibilidad y mu- de la Sexta acostumbrados como estamos a interpretativos y sonoros poco o
sicalidad une una voz un poco dura, con un las cotas sublimes de calidad alcanzadas en nada tienen que ver con las «inflictivas ar-
timbre algo roto, sin la dulzura de un Ja- esta obra. El funcionamiento orquestal es monías beethoveníanas. Carece, pues, de esa
mes Bowman. A pesar de que personalmente correcto pero frió y después de escuchar las violencia que algunos consideramos como
siempre he defendido e! hacer de Jacobs, no transiciones que Karajan, por ejemplo, con- una característica esencial de Beethoven;
hay que negar que a veces se produce con sigue en los enlaces sin solución de continui- nunca da la impresión de pelearse con el ins-
mayor rebuscamiento de lo deseable. En dad de los últimos movimientos, con aquel trumento, como Beethoven parecía hacerlo
cualquier caso, en esta grabación está en su clima de expectación que sabe crear al pa- con el pentagrama, aunque tampoco se pue-
línea de siempre, lo cual debe ser una pista sar de la Alegre reunión de campesinos al de decir que tenga esa blandura lacrimóge-
suficiente para el aficionado. Gordon Mu- misterioso ambiente p remoni lorio de la Tor- na tan propia del mítico Casáis. Hecha esta
rray se muestra muy ágil con el órgano en menta, la presente grabación nos parece to- aclaración, he de decir que, respetando su
la BWV 35, con una pulsación nítida, de talmente superflua y por lo tanto obsoleta. concepto de las Sonatas, se trata de una bue-
gran altura técnica. La orquesta acompaña Esta Sexta es mecánica y falta de imagina- na versión, mucho mejor de las tres últimas
muy bien, aunque se podría pedir un poco ción; precisa pero sin aliento de vida. En to- que de las dos primeras. En las Sonatas
más de vigor y de claridad de líneas en al- do caso el CD se salva por una muy con- Opus 5 el papel que juega el piano es, con
gún caso. No es una orquesta de grandes vir- vincente plasmación de la Obertura Egmont creces, mucho más importante que el del ce-
tuosos, aunque si es bello su sonido y aunque ocho minutos de buena música no llo (esto es algo sobre lo que se ha escrito
espléndido su futuro. justifican la casi hora entera que dura este ya mucho), pero Tortelier, en esta graba-
álbum. ción, no llega a compensar la diferencia qui-
zá por contar con un pianista que en ocasio-
En general encontraremos en este disco nes es mis brusco que expresivo, si bien es-
unas versiones interesantes, con los alicien- C.C. tá muy cuidada la claridad del sonido por
tes arriba citados. Para completar esta re- parte de ambos. En las tres últimas Sona-
seña daremos algunas versiones alternativas: tas, incluidas en el segundo compacto, am-
la BWV35 por Harnoncourt con PaulEss- BEETHOVEN: Concierto para piano N.° 5 bos hacen una interpretación mucho más
wood (TELDEC 8.35036), con un nivel muy en Mi bemol mayor, Op. 73 «Emperador». brillante, con un fraseo que parece algo más
similar a la de Jacobs. La BWV82 por Briig- Jan Pancnkm, plano. Orquesta Sinfónica de propio de Beethoven y, por parte del cello,
gen con el bajo Max van Egmond (Seon RL Praga. Director: Vidiv Smetácek. con una mucho mayor expresividad en los
30.387, muy difícil de encontrar, y que de- Concierto para violt'n, violoncelo, piano y tiempos lentos. Tortelier, siempre más líri-
bería pasar a CD urgentemente), interpre- orquesta en Do mayor, Op. 56. Josef Suk, co que dramático, hace en ocasiones alar-
tada de forma excepcional. Y la BWV 53 por vioUn; Josef Cbuchro, cdo; Jan Panenki, des de virtuosismo que no son respondidos
el Ricercare Consori con el recientísima y tris- piano. Orquesta Filarmónica Checa. Direc- por el piano. No obstante, teniendo en cuen-
temente desaparecido contralenor francés tor: Kuri Misur. SupraphOD 2 SUP 0017 ta que la crítica suele ser fría y que la frial-
Henri Ledroit (RIC 02002 CD), en una ver- (AAD). Importado por Turner. dad no es buena para disfrutar del oído.
sión admirable. ¿Cuál escoger? Evidente- considero que se trata de una grabación de
mente la de Harmonía Mundi puede ser una calidad (muy apta para los que no desean
muy buena opción, aunque los otros tres dis- Dentro de la linea de serie me- emociones fuertes), tanto por la categoría
cos son también recomendables, si bien com- dia divulgad va que caracteriza el de la interpretación como por el excelente
plicados de encontrar. repertorio de los CD Supraphon. sonido de estos compactos, sí bien, hacien-
tendríamos que destacar en especial este ál- do una comparación gastronómica, creo que
bum por la calidad interpretativa obtenida la carta podría haber sido más completa con
J.C.C.A. en él de las dos obras concertantes beetho- la inclusión de las variaciones, lo que hubiese
venianas, mucho mejor, a nuestro parecer, mejorado la ya de por sí buena relación pre-
que la versión de la Sexta Sinfonía realiza- cio/calidad de la misma. Hay que aclarar
BEETHOVEN: Sinfonían.°6enFamayor. da por la Orquesta Filarmónica Checa y edi- que se trata de una versión de los anos 1970
Op. 68; Obertura «Coriolano». Op. 62; tada por la misma colección. En tos dos y 1971, reeditada en compactos de precio
Obertura «Egmont». Op. 84. Orquesta Fi- Conciertos de Beethoven los solistas son sol- medio. Por último, a pesar del tan cacarea-
larmónica Checa. Director: Paul Ktetzki. Su- ventes y con su participación se salva este do ingreso de España en la CEE, parece ser
fondo gris orquestal recurrente, en general, que, por lo que se refiere a las casas disco-
prapbon 1SUP 0018 (AAD). Importado por en todas las grabaciones de la firma checos-
Taraer. gráficas, o al menos a la EMI británica, los
lovaca. Un soporte monótono que pensamos españoles tenemos que continuar con nues-
que es más el resultado de un deficiente ni- tra inveterada costumbre de aprender idio-
No deja de resultar un tanto pa- vel técnico de reproducción del sonido que mas o conformarnos con imaginar lo que se
radójico que a estas alturas nue- no propiamente de la ejecución interpreta- dice en los folletos.
vas firmas continúen lanzando tiva. Todo queda demasiado plano y ama-
en el mercado nuevas versiones de las sin- zacotado en una línea uniforme en la que
fonías beethovenianas, aunque la presente apenas si vislumbramos el juego de las dis-
que nos ofrece este CD no sea en realidad E.L.A.
Scherzo 35
DISCOS
BRAHMS: Sinfonía n." 3. Variaciones de la Orquesta Columbia que, aun sin lo- DEBUSSY: Preludio a la siesta de un fau-
Haydn. Opus 56 a. DVORAK: Sinfonía n.' grar las excelencias de la de Cleveland, se no, Rapsodia para clarinete. Juegos, Imá-
9 «Nuevo Mundo». SEMEIANA: El Mol- pliega como un guante a las órdenes de Szell, genes para orquesta. Filarmónica Checa.
dava. Orqueste de Cleveland. Director, iluminando mágicamente algunos rincones Serge Batido, director. Supniphon, Compac-
George SzHI. 2 discos compactos ADD, CBS de esta partitura, como la frase que las vio- to 1-0023. ADD. 66'07". Importador:
«Maestro» MYK 42531 > 42530. Durado- las entonan poco antes de la sección central Turner.
Bes, 52'Q7" y 52'38". MOZART: Concier- del Andante.
tos pora piano. Rudolf Serkin. solista, a) Pero el acoplamiento original, con una Serge Baudo es un director extre-
número 20, K. 466. Orquesta Sinfónica Co- versión no menos memorable del Concier- madamente correcto, y lo es tan-
lumbio; Gtorge Szell, b) n. ° 17, K.595 Or- to 19 K.4S9, a cargo de los mismos músi- to en Gluck y Berlioz como en
questa de Hladelfia; Eugene Ormandy. cos, no ha sido incomprensiblemente Debussy o Poulenc, pero habitualmenle sus
Disco compacto ADD, CBS «Maestro» respetado. Aquella obra ha sido reemplaza- pasos no van mucho más lejos. Su correc-
MYK 41533. Duración tí'27". da por el Concierto 27 K 595, en el que el ción esconde muchas veces un quehacer pla-
ritmo preciso y elástico de Szell se ve susti- no y de escasos contrastes, que no escapa
Gran admirador del arte direc- tuido por el correcto pero pesante de Or- al peso de la rutina o el lugar común.
loriat de Richard Slrauss y Tos- mandy. conocedor mucho menos profundo Su Preludio a la siesta de un fauno no se
ca ni ni, George SzeU (1897-1970) de la esencia mozarliana, lo que resulta pa- aparta demasiado de las versiones al uso tan-
aprendió durante sus anos de formación que tente en el movimiento final de la obra. Su- tas veces escuchadas, y resulla ademas em-
para abordar cualquier obra musical son ne- giero como posibles comparaciones a panado por el sonido algo tremolante de la
cesarios el estudio y la adhesión estricta a Haskil/Fricsay (DG), Gilels/Bóhm <DG>, flauta solista. Sólo en los momentos más lí-
la partitura. Esas cualidades, aplicadas a Barenboim (EMI), Curzon/ Brillen (Decca) ricos parece despertar un tanto Baudo de su
unos ensayos meticulosos y exhaustivos, le o al propio Szell con Casadesus (CBS). Es- propia síesia. pero en cualquier caso su ver-
granjearon, si no el afecto de sus músicos la última interpretación no sólo es más cla- sión queda siempre muy lejos del modelo en-
—el carácter de estos perfeccionistas nunca ra e incisiva, sino también más expresiva y carnado por Celibidache.
es cómodo— sí su admiración incondicio- cálida que la de Serkin y Ormandy, cuyos
nal. Tras culminar en 1937 su brillante de- registros para CBS fueron de calidad irre- Contempladas globalmente, tampoco las
cenio en la ópera alemana de Praga, y gular, desde lo muy bueno (Mendelssohn) Imágenes se elevan más alto. En oigas no
establecido en Estados Unidos un tanto a la hasta lo muy malo (Brahms), pasando por está suficientemente subrayada la oposición
Tuerza por el comienzo de la Segunda Gue- este Mozart aceptable. Esperemos que las de los dos ternas que dan su fisonomía a es-
rra mundial, Szell dirigió numerosas orques- próximas reediciones de la discografía de ta página. Así, el fascinante entramado de-
tas americanas (Los Angeles, Nueva York, Szell incluyan sus maravillosos Conciertos bussyano integrado por violines, flauta, arpa
NBC, Metropolitan) hasta alcanzar en 1946 de Mozart con Casadesus y los números 17, y celesta que envuelve ta primera aparición
la titularidad de la de Cleveland, de nivel 19 y 25 con Serkin. del oboe de amore, se nos muestra bajo una
provinciano por entonces, pero que a me- luz más bien prosaica.
diados de los 50 se convirtió en la mejor de Por lo que respecta a Iberia, la ausencia
Estados Unidos. R.A.M. de claroscuros resta ensueño a Los perfu~
mes de la noche, y la jubilosa transición de
En estos compactos brilla una ejecución La mañana de un día de fiesta casi nos pa-
orquestal impecable, viva, lensa, en la que BRAHMS: Sinfonía n.° 4 en Mi menor, Op. sa inadvertida. En este orden de cosas, ins-
la exactitud típicamente americana se une 98. Orquesta Filarmónica Checa. Dietrich trumentos como las castañuelas, campanas,
con la tradición europea que Szell asimiló Fbcher-Dieskau, director. Variaciones so- celesta o xilófono tienen aquí un tímido va-
en su ciudad natal, Budapest, y en las que bre un lema de Paganini, Op. 35. Milán Kli- lor anecdótico, desaprovechándose su in-
fueron escenario de su aprendizaje y prime- ctk, piano. ADD Suprapno* 2-0014. Im- mensa relevancia timbrica.
ros aAos de actividad, como Viena, Berlín portador: Turner. Actualmente, en eslas obras de Debussy
y Praga. Así no es extraño que su soberbias —no digamos ya en sus páginas pianís-
versiones de Bratims, Dvorak y Smetana La grabación de una obra de ticas—. se ha renunciado tanto a la tradi-
sean consideradas clásicas por la crítica in- Brahms de la envergadura de es- ción impresionista como a otra de signo ro-
ternacional aunque existen otras alternati- ta Cuarta Sinfonía es, sin duda, mántico. Un pudor extremo ha llevado a
vas, acaso no tan perfectas o precisas, pero una empresa significativa en la carrera del arrinconar las brumas, las calidades timbri-
a veces más cálidas y atentas al espíritu de barítono Fischer-Dieskau. En cambio su cas acuosas, la esfu matura; todo en detri-
la música. Así, para Brahms, los lamas ve- audición no reviste carácter urgente para mento de la magia consustancial a esta
ces citados Furtwaengler, Bruno Walter, quienes cuenten ya con los formidables re- música y su inmensa carga emocional, so-
Giulini o Sanderling. Para la Nuevo Mun- gistros debidos a Furtwángler, Walter o bre las que parece pesar una proscripción.
do de Dvorak, la cuestión es aún más ardua: Schuricht.
hay numerosísimas y excelentes versiones, Hoy más que nunca se impone volver a
como las de los checos Talich, Ancerl, Ku- El Brahms de Dieskau no es tenso ni cris- las grandes versiones debussyanas, aquellas
belik y Neumann; o las de Walter, Kertesz pado, de perfiles expresionistas o anticipa- —en disco o de radio—, firmadas por Celi-
o Giulini. Recientemente DG ha reeditado torios. Es un Brahms —cabla esperarlo— bidache, Inghelbrechl o Desormiere.
la espléndida de Frícsay que, además del eminentemente lírico, que se recrea en la be-
Moldava, ofrece lambién ¿oí Preludios de lleza melódica de los temas por encima de J.M.S.
Liszt. En cualquier caso, y pese a que la to- cualquier otro planteamiento. Cuando pre-
ma sonoia de la «Nuevo Mundo» de Szell tende ser más expeditivo (el aceleren en la
e imperfecta y su digitalización no la ha me- coda del primer tiempo), imita un poco a
Furtwángler sin lograr la autenticidad de sus DVORAK: Las 9 Sinfonías. Scherzo capri-
jorado, estos dos compactos son muy reco- choso, Op. 66. Obertura Carnaval, Op. 92.
mendables, especialmente en serie resultados.
La paloma del bosque, Op. 110. Orquesta
económica. En el último movimiento hay momentos Filarmónica de Berlín. Orquesta Sinfónica
de belleza explosiva al lado de otros en los de la Radiodifusión Bivara (Op. 66, 92 y
El CD con los Conciertos de Mozart es que Dieskau tiende algo al gigantismo. En 110). Director: Rafael Kubelik. Deutsche
de valor desigual. La dirección de Szell en general casi todo en su versión es un tanto Grmmmophon 423120-2. álbum di 6 discos
el número 20, K.466, casi ascética en su ri- externo o tendente a subrayar lo más pal- compactos ADD. Duraciones: 71'M",
gurosa expresividad, dramática sin excesos, mario, sirviéndose de una acentuación muy 71*33", 67'25", 70'SS", 73'41" y 70'33".
clara, vibrante y lógica, es una de las más recalcada y de unos contrastes de intensidad Grabaciones efectuadas entre 1966 y 1976.
grandes que esta obra haya conocido en dis- bástame extremos.
co. Con ella encaja perfectamente el estilo Completa esta reedición en compacto una La proximidad de las vacaciones
sobrio y sin concesiones de Rodulf Serkin versión de las Variaciones sobre un tema de de verano nos advierte a todos
(1903), en plena madurez cuando en 1964 Paganini, de Brahms, debida a Milán Kli- los que trabajamos en estos pa-
realizó este registro. Ambos artistas, que en- clk. Se trata de una versión muy al uso, ex- peles que debemos entregar todos los discos
focan este concierto de modo especialmen- ternamente pulcra pero limitada en la ex- pendientes, mejor dicho, todas las críticas
te compenetrado, como si hiciera música de presión. pendientes antes de finalizar el mes de ju-
cámara, cuentan con ia notable cooperación nio. En consecuencia y dado que este álbum
J.M.S.
36 Scherzo
DISCOS
merece a todas luces un estudio detallado, DVORAK: Sinfonía n. * 6, op. 60; The noon do suntuoso de su nueva orquesta, presen-
advertimos que posponemos el mismo para wüch, op. IOS. Orqursla Sinfónica Escoce- ta una versión telúrica, jocosa, con gran
finales de verano, indicándoles también que sa. Director: Necmc Járvl. CD CHANDOS sentido festivo, aunque esta Tiesta no tenga
estamos en presencia de uno de los ciclos sin- 8530. DDD. nada que ver con los festejos: en el primer
fónicos más impresionantes en cuanto a in- tiempo Chailly expresa un drama más inten-
terpretación se refiere de todos los existentes Durante los días 6 y 7 de diciem- so que Jarvi: el segundo tiempo es lento, pe-
en el sello amarillo, a pesar de la inconsis- bre de 1986 tuvo lugar la graba- ro no cae en demostraciones de sentimenta-
tencia de la estructura formal, armónica y ción de este disco dedicado ínte- lismo como Karajan-Viena. Chailly desde-
de instrumentación de (as tres primeras sin- gramente a Dvorak; grabación que se llevó ña todo anecdotismo étnico, no acentúa las
fonías. Kubelik echa el resto tanto en la dé- a cabo en Glasgow, en el Centro de la Or- sincopas para «hacer más checo» (¿negro,
bil Primera como en la bucólica Sexta o en questa Sinfónica Escocesa. El soviético Nee- amerindio?) como Karajan. Privilegiando un
la dramática e intensa Séptima, por no ha- me Járvi, Director Musical y Principal lado naif (en oposición a Ancerl) y sensual
blar de su versión ab sol u lamen te modélica Director de aquel conjunto británico, nos (alejado de la lectura analítica de Dohnan-
de la Octava. En fin, expresividad, convic- brinda en esta ocasión dos piezas del reper- yi), Chailly logra una versión de gran belle-
ción, encanto, precisión, lucidez y un des- torio de Dvorak muy distintas entre sí: el za plástica. El placer de los músicos y del
mesurado amor por esta música son las poema sinfónico La bruja del mediodía y la director es tan evidente, que este disco debe
constantes propuestas por Kubeük en el pre- Sinfonía número 6. en Re Mayor. La pri- generarse un lugar privilegiado.
sente ciclo, sin contar con una respuesta or- mera de ellas, que se presenta bajo el título
questal de auténtica excepción tanto en las inglés The noon witch —el original La obertura «Carnaval)' tocada de mane-
Sinfonías (brillante e inefable Filarmónica Polednice—, data de 1896 y está inspirada ra espectacular completa este disco excelente.
de Berlín) como en los tres poemas sinfóni- en una balada checa {en realidad, el autor
cos para los que contó con su orquesta de prefería la calificación de balada orquestal P.E.
siempre, la de la Radio Bávara. El sonido a la de poema sinfónico/. Es obra muy vin-
ha mejorado relativamente con relación a los culada a la historia musical británica, ya que,
discos de vinilo, y sustancialmente si lo com- aunque ensayada públicamente el 3 de ju- ELGAR: Concierto para violoncillo en MI
paramos con el horrible que tenían las cas- nio de 1896, por la Orquesta del Conserva- menor, Op. 85. Variaciones Enigma, Op.
settes. Otro aliciente más: los compactos de torio de Praga, conducida por Bennowitz, 36. Jacqueline du Pré (cello). Orquesta de
este álbum son a precio medio, aunque si us- su estreno tuvo lugar en Londres, el 21 de flbdeirui /Op. 851. Orquesta Inarmónica de
ted ya tiene el álbum de 9 LPs, hará bien noviembre de aquel mismo año, con el cé- Londres fOp. 36). Director: Daniel Baren-
en quedarse con él y olvidarse del rayo láser. lebre Sir Henry Wood, el gran impulsor de boim. CBS Maslcrworks Compacto MK
los proms, en el podio directoral. La versión 76519, AÜD. Duración: 6I'49". Grabación
que de ella nos ofrece Járvi es digna y meri- efectuada en concierto público en Filadel-
E.P.A. toria, sin que haya gran cosa que destacar fia los días 27 y 28 dr noviembre de 1970
salvo la profesionalidad del conjunto y el (Op. 85) y en Londres, estadio, ta 1975.
buen hacer del director, en una obra llena
de matices y contrastes que son generalmente
DVORAK: Sinfonía n.' i, op. 10; Obertu- conseguidos. Lo mismo hay que decir de la ELGAR: Concierto para violoncello en Mi
ra «Carnaval», op. 92; Variaciones Sinfó- Sexta Sinfonía, conocida antaño como la menor, Op. 85. Introducción y Allegro, Op.
nicas, op. 78. Orquesta Nacional de Escocia. primera por haber sido la de más pronta pu- 47. Oberturas: In the South. Op. 50 y Frois-
Director: Necme Jan i. CD CHANCOS blicación, y que, curiosamente, no pudo ser sart, Op. 19. Paul Tortdier (cello). Orquesta
SS7S. DDD. estrenada por su destinatario, Hans Rich- Fllanaónin de Londres. Director: Sir
ter (que estaba encantadísimo con la obra Adrián Boult. EMI Studia Compacto CDM
Dvorak compuso su Sinfonía en y que, cuando Dvorak la presentó al piano, 7 691002, ADD. Duración: 74'14". Graba-
Mi bemol Mayor, la única en tres se levantaba continuamente a besar al maes- ciones: Londres, estudio, 1971, 1972 y 1973.
movimientos, entre abril y junio tro), debido a que los filarmónicos vieneses
de 1873, y ta presentó, junto con otros tra- se negaron a ejecutar música de un checo Todas las grabaciones que Jac-
bajos, a un concurso convocado por el Go- que, además, era joven y desconocido. La queline du Preé nos ha dejado
bierno austríaco. Brahms, Hanslick y grabación es de calidad y el resultado, en de- son un tesoro a la memoria de
Herbeck eran los componentes del tribunal, finitiva, satisfactorio. esta gran artista que fue cruelmente priva-
que acabó concediendo la beca al composi- da de muchos años de vida en los cuales su
tor checo. Es la Tercera Sinfonía obra de in- capacidad musical se habría ido haciendo
dudable contaminación wagneriana, mis grande y profunda. Por poner solamen-
dejando aparte la evocación beethoveniana J.A.L.D. te un ejemplo ilustrativo, recordemos sus
de determinados pasajes. Y eso se traduce versiones de tas dos Sonatas para vioioncello de
en una especia] orquestación, con notas do- Brahms acompañada soberbiamente por Da-
bladas y una plantilla reforzada por el arpa niel Barenboim: en pocas grabaciones se en-
y el como ingles; datos todos estos que el DVORAK: Sinfonía n.° 9, Op. 95 -Del contrará tal grado de convicción, apasio-
director debe tener en cuenta para presen- Nuevo Mundo». Obertura Op. 92 «Carna- namiento y profunda musicalidad, contan-
tar un resultado acorde con el espíritu con val». Orquesta dd Conccrtgebouw. Riccar- do también con que su técnica no era com-
que el autor quiso dotar a su obra. Tal es do Ctaailly. CD Decca 421 016-2. DDD. parable a la de un Ros! ropovich o un Tor-
el caso de Neeme Jarvi en esta grabación de 55*07. telier. En cuanto a su lectura de este Con-
la Chandos, realizada los días 7,24,25 y 26 cierto de Elgar nos encontramos de nuevo
de agosto del pasado año, en la Sala Henry La versión princeps de la Nove- con la fogosa intensidad y poesía que carac-
Wood, de Glasgow. Espléndida la Orques- na de Dvorak dirigida por Karel terizan a la mayoría de sus interpretaciones,
ta Nacional de Escocia, con la que Járvi, que Ancerl constituye el parangón teniendo que añadir también que algunos pa-
es su director principal desde 1984, obtuvo obligado para toda nueva grabación. La di- sajes de excesivo víbralo y de control incierto
en 198S el premio a la mejor grabación del rección de Ancerl es ejemplar en la concep- nos hacen aflorar su versión en estudio diri-
aflo de la revista Gramophone, por su Sin- ción de los tempi; en su interpretación gida por Sir John Barbirolli (EMÍ, recien-
fonía número 6, de Prokofiev. En el mis- coexisten simultáneamente alegría y nostal- temente transferida a compacto. A juicio de
mo tono de buen hacer se desarrollan las gia, vitalidad y melancolía, lirismo e ironía, quien esto fiíma la versión de referencia de
oirás dos piezas del disco: las Variaciones misterio y ]\ti. La Filarmónica Checa no se esta partitura). En cuanto al registro de Tor-
Sinfónicas, opus 78, que datan de 1877 y, parece a ninguna otra orquesta: insolencia telier digamos que su interpretación es so-
sobre todo, la brillante obertura «Carnaval», de las trompas, impertinencia del oboe, ele- berbia, asi como el acompañamiento or-
escrita en el verano de 1891 y dedicada a la gancia irónica de los violines... Al lado exis- questal, pero no aparecen en ningún sitio la
Universidad de Praga, en agradecimiento al ten lecturas excelentes: Fricsay (más atento magia y la poesía que iluminan la lectura de
nombramiento de Doctor Honoris Causa en al espíritu que a la letra), Zdenek Macal, Va- Jacqueline du Pré. El disco compacto me-
Filosofía. La calidad de la grabación, como clav Neumann... Otras versiones muy bue- jora el sonido original, dándole mucha más
es habitual en la firma, resulta indiscutible. nas: Kubdik, Kondrashin, Davis, Dohnanyi, presencia y brillantez, tanto en et Concier-
Jarvi. to como en las tres obras orquestales que
completan el disco. Por lo que respecta a las
En medio de tan concurrida asistencia,
J.A.L.D. Riccardo Chailly, embriagado por el soni-
Scherzo 37
DISCOS
Variaciones Enigma hay que rendirse ante Concertó Crosso N." I, Op. 6. Solistas de PRAPHON GEMS 2 SUP 0016. AAD.
la evidencia: es uno de los mejores trabajos Cámara * Praga. Eduard Ftscbw, director. Importador: Turner.
de Daniel Barenboim en su discutida faceta Snprapnon. Compicl-disc 2-0013 (ADD).
de director de orquesta, sólo superada bajo S4'51". Importador: Turner. Sobre esto de las orquestas que
mi punto de vista por la bellísima e increí- locan ellas solas (debería decir-
ble versión de Yehudi Menuhin (Philips, co- Eslamos en presencia de un Han- se: Orquesta Automática de Pra-
mentada en el n." 9 de SCHERZO). En del de interés cuando menos no- ga) también recuerdo haber hablado en oca*
definitiva, dos buenos discos dedicados a la table, servido por unos intér- sión del soberbio trabajo de la Orpheus
música de Elgar, con ligera ventaja para el pretes no muy conocidos. El concepto do- Chamber Orchestra con otras dos sinfonías
de EMI por ser deprecio medio, aunque ar- minante es tradicional y no se sirven de ins- haydínianas (la 44 y la 77: habría que hacer
tísticamente se lleve la palma el de CBS. trumentos originales, pero queda muy atrás un álbum integral te sinfonías capicúas). El
el carácter pomposo de Richter y sus prede- registro que ahora nos ocupa recoge 3 de las
E.P.A. cesores británicos, tan lejanos a los admi- más conocidas piezas de la colección, de las
rables Marriner y Leppard actuales. que todos tenemos multitud de imágenes so-
noras. Apresurémonos por tanto a señalar
Por todo sorprende que sin abandonar que las versiones en cuestión están llenas de
CLUCK: Eco y Narciso. Drama lírico m una óptica conservadora, este Handel sea energía, convicción y autoridad y que, al tra-
tres artos. MasscH, Bonlin, Hoffstcdi, Hog- plenamente actual y coincida en algunos de tarse de algunos de los productos finales hay-
man, Streit, Galllard, Krogen, Tersan, Mi- sus presupuestos con las más vigentes ten- druanos, la interpretación con instrumentos
kino, Niziolefc. Broad, Wdntrin, Brodersm dencias. Se trata de un Hándel luminoso, vi- y afinación modernos y con una concepción
y Park. Concertó Kóln. Director: Rrné Ja- vísimo, de pulsación fuertemente rítmica más bien sinfónica áe la sonoridad entra
cobs. Coro de la Opera de Ham burgo. Har- —la Música Acuática es probablemente la dentro de lo adjetivable como convencional,
monía Muodi 905201.02.1CD. Grabado to más rápida que conozco—, y acentuación dominio en el que, empero, pueden presen-
1987. ADD. Duración: 9 5 ' « " . muy marcada, lo que subraya el eminente tar un muy aprecia ble balance de falta de
aire danzable de muchos números. ampulosidad y grandilocuencia, caracterís-
Eslos dos discos compactos, que Los tiempos lentos, de acuerdo con el ca- ticas habituales en la interpretación de tales
desde ya recomiendo a los lecto- rácter de las celebraciones que vieron nacer obras a cargo de las orquestas de gran ta-
res, han sido grabados en vivo en a esta música, no pretenden demorarse de- maño. Uno, de todos modos, prefiere los in-
el Festival de Schwetzingen, celebrado en la masiado en ensoñaciones poéticas o bucóli- tentos del chico Hogwood, pero eso no
Opera del estado de Hamburgo en junio de cas —excepción hecha del Op. 6—, y ceden merma el valor objetivo de este trabajo. El
1987. Si mi memoria discográftea no me es pronto su puesto al allegro posterior. Mun- cual ya comienza, dicho sea de paso, a pei-
infiel (lo que cada vez resulta más compli- clinger parece haberlo entendido así, favo- nar canas: 1982, reimpresa en digital (fal-
cado ante la avalancha permanente a que nos reciendo ampliamente los pasajes rápidos. so) con motivo del presente lanzamiento.
someten las casas comerciales), es la prime- Quizá eso explique ciertos fallos, como el he-
ra grabación completa de esta opera, que es J.M.S. cho de que buscar los cortes independiente-
la última creación para la escena del refor- mente unos de otros hace comenzar los
mista Gluck. Precisamente la enfermedad movimientos indefectiblemente decapitados
que años más tarde le llevaría a la tumba em- HA YDNr Sinfonías Vol. !X(N.' 42, 45, 46. (es muy poco automático) lo que no sucede
pezó a manifestarse durante los ensayos de 47, SI y 65). L'Estro Armónico. Dtr.: D. So- si se escucha el disco de un tirón. Lo que ya
la ópera en París. Las consecuencias de las no se justifica es lo lentorro que llevan el mi-
lomom. CBS MASTERWORKS. Álbum 3 nuetto de la 95, con lo que su aire de lánd-
luchas entie piccinistas y gluckistas alcan- CD. M 3K 396SS. DDD.
zaron de lleno el estreno de esta pieza. Cuen- ler casi val sable (tan bien logrado en la
tan las crónicas que fue un auténtico fracaso. relativamente reciente versión de Keilberth,
El lector avisado, es decir, aquél por ejemplo) se pierde enteramente, y es una
Y ahora, con el paso del tiempo, resulta has- que atesora la colección de esta
ta cierto punto lógico, puesto que, aparen- lástima.
revista (para el no avisado se re-
temente, nos hallamos ante un drama lírico dacta la presente gacetilla) sabe ya que el ál-
que muchos calificaron de retrógrado y di- bum que se comenta no es otra cosa sino la
rectamente influido por Lully y la tragedia transposición en compacto de aquel traba-
lírica francesa. Un paso atrás. Sin embar- J.L.T.
jo magistral que encomiábamos con todo el
go, la música de Eco y Narciso es exquisi- calor y el entusiasmo propios del caso hace
tamente expresiva, delicada y más moderna ya más de año y medio: nada más, por lo
de lo que sus contemporáneos quisieron juz- tanto, que añadir a lo ya dicho en aquella HUMPERDINCK: Hánsel und Gretel. Eli-
gar. No lo fueron tanto el libreto y la pues- ocasión. Si acaso, señalar cómo la transpo- sa n*lh (¿rümmer, Ellsabeth Schwarzkopf,
ta en escena. sición al nuevo soporte ha mejorado, si ca- Use Schiirhoff, Maríi von Jlosvav, Joscf
be, la claridad y transparencia del anterior Mettcrnich, Aimy Felbermayer. Coros de
Esta representación hamburguesa que re- registro, asi como su posible duración. Ve- Loughton Hi£h School for (iirls j Bancroffs
cogen fielmente estos dos compactos revela rán: el abajo firmante realizaba unos pro- Scbool. Orquesta Filarmonía. Director: Her-
que esta ópera no sólo es digna de conocer- gramas en la radio, en los que hizo escuchar bert von Karajan. EMI CMS 7692932.
se, sino que es fruto de la sabiduría y técni- algunas de estas versiones a un vasto públi- ADD. 10T59".
ca de un compositor en su más alio grado co primero incrédulo y luego enfebrecido, Brigllle Fassnarader, Lucia Popp, Anny
de madurez. La versión que de ella nos ofre- al que no pudo seguir complaciendo en su Scbknun, Julia Ha man, Waller Berry, Nor-
cen Rene Jacobs y el Concertó Kóln va a deseo de volverlas a escuchar, ya que los dis- ma Burro wes, Edita Graberova. Niños Can-
producir, al menos, disparidad de opinio- cos se picaron con haberlos utilizado menos tores de Viena. Orquesta Filarmónica de
nes. Se trata de una lectura historicista, de de media docena de veces. Gracias a esta Víena. Director: Greg Solti. Decca 421
gran calidad instrumental, sin grandes divos nueva edición, el peligro se conjura defini- 111-2. ADD. 10T«".
en lo vocal, pero realizada con la perfección tivamente, lo que se conjuga con el hecho
de un estudioso. El resultado es. para quien de que el abajo firmante ya no trabaja en
esto escribe, excelente; otros echarán de me- la radio. Pero eso es otra historia. Dentro del lote de grabaciones
nos los manidos tópicos a la hora de plani- conmemorativas del ochenta
ficar una representación al estilo clásico. La ¿Se puede saber cuándo van a aparecer los cumpleaños de Karajan se reedi-
grabación, aun con los inconvenientes del álbumes restantes de la serie, los anteriores ta en CD la ópera de Humperdinck, produ-
vivo, está muy bien realizada. Amigo, cóm- y posteriores al 10." (comentado en SCHER- cida por Walter Legge en 1953. Un año par-
prese estos dos compactos y disfrute. ZO n.° 11) y a este 9.° del que nuevamente ticularmente feliz para el mundo disco-
nos estamos ocupando? Eso también pare- gráfico que vio nacer, por obra y gracia del
ce ser otra historia. director artístico inglés, la Tosca de Callas
C.Q.LL.O. y De Sabsta, La viuda alegre de Schwarz-
kopf y Gedda, por no citar maí que estos
J.L.T. dos monumentos del apartado lírico. Por-
HÁNDEL: Música Acuática (Suile n.' 1), que inmediatamente el registro de Hansel y
Música para los Reales Fuegos Artificiales. HAYDN: Sinfonían."93, 94y 95. Orques- Gretel a que nos referimos se elevó a la ca-
Ars Rediviva. Milán Munclingcr, director. ta de Cámara de Praga (sin director). SU- tegoría de hito comparativo. El paso del
38 Scherzo
DISCOS
tiempo, con la sucesiva aparición de nuevas cón como la critica discográfica. Pasar del ya circulan compactos de ISO minutos (2).
versiones de una obra mimada por el me- uno al otro disco, alternar y comparar y re- Asi es que den la bronca, y exijan, y acos-
dio (Cluytens, Suitner, Wallberg, Eíchhom, tornar sobre un mismo fragmento provoca tumbrémonos a llamar ladrones a los la-
Prilchard, etc.) no ha hecho más que afian- una especie de vértigo que es, también, una drones.
zarlo. ¿Dónde eslá el secreto? La respuesta de las más puras emociones estrictamente
no tiene misterios: las dos intérpretes prin- musicales que pueden experimentarse: com- J.L.T.
cipales y el director y tras ellos la inteligen- probar, sobre la práctica inmediata, cómo
cia de un productor que sabe su oficio en la música comienza allí donde la escritura 11) Véase lo dicho en la critica dd disco de la Ita-
el más alto sentido que es el de crear una no alcanza, lo que resulta aún más fascina- liana de Mendelssohn en este mismo número.
obra de arte, no solamente algo vendible. dor ante un compositor como Mahler, tan (2) La reimpresión del legendario Fidelio de
Las dos Elisabeth, las voces frescas, inmacu- neuróticamente obsesionado por las indica- FurtwanglH
ladas, frasean a cincel un lexto que ya es me- ciones de expresión.
lodía, dejándose llevar por la música, desen-
trañando el mínimo matiz, no olvidando En fín: es el caso que nos hallamos ante MAHLER: Sinfonía n." 6. Adagio ó> la Sin-
nada al azar, sostenidas, vigiladas, por una dos versiones, separadas por algo más de sie- fonía n." 10. Philharntonia Orcheslrm. Di-
batuta sensible, de una poesía arrebatado- te años, que testimonian actitudes casi irre- rector: Ciuseppc Sino poli, Deulscht Gram-
ra; y los tres, además, se divierten, disfrutan conciliables ante una misma partitura. mophon 423082-2, álbum de 2 discos com-
con es!a partitura magistral. Sólo existe la Neumann (que tenía 60 años al efectuar la pactos DDD. Duraciones; 58'43" y 67'23".
palabra milagro para definir los resultados. presente grabación, procedente de 1980) es Grabaciones: Wslford Tuwn Hall, landres,
algo asi como el último mahleriano históri- stpliembrt de 1986 (Sexta) y abril de 19S7
La versión Sol ti, al contrarío, parece es- co, que recogiera la herencia sonora del (Décima/.
tar concebida más realísticamente. La or- maestro a través de Leipzig y Amsterdam,
questa se aproxima al sonido wagneriano, por una parte, y de su propio origen checo
mientras que en Karajan. curiosamente, re- por la otra. Ozawa, por su parte, ha entra- Aquellos que conocen (profun-
mire a atmósferas del Strauss más lírico. Las do en contacto con el gran bohemio vinien- damente) a Mahler suelen con-
protagonistas de Solti (Fassbaender, Popp) do fundamentalmente de su dedicación a la siderar la Sexta como una obra
aparecen mejor diferenciadas tímbricamcn- música actual. Dos caminos divergentes que apabullante, inmensamente poderosa y ex-
le, sugiriendo así con propiedad el sexo y si- se unen por su base: Mahler, último repre- tremadamente personal. Durante años mu-
cologia de los personajes. Pero, baste como sentante del romanticismo tardío, amigo y chos directores entre los que se encontraban
ejemplo, la escena inicial, el largo dúo en- protector de Smetana, suerte de océano fi- Bruno Walter y Otto Klemperer la evitaron,
(re los niflos, nos sirve de baremo para se- nal en el que los elementos nacionalistas se y hasta la llegada de la grabación de Char-
ñalar los límites entre lo bueno y lo perfecto. diluyen; Mahler, pionero de una música ba- les Adler a finales de los cincuenta no tuvi-
sada en la masa, la densidad, el color y las mos en Europa un buen registro de estudio
En el resto del reparto la balanza puede superficies, maestro e inspirador de Schón- desde el punto de vista interpretativo (ni que
indinarse a favor de una u otra versión, den- berg y de Bcrg. La disparidad de enfoques decir tiene que la susodicha grabación de Ad-
tro del nivel excelente de ambas. En este sen- y criterios engendra lecturas opuestas pero ler no fue publicada nunca en España, ni en
tido, la madre de Uosvay está planteada con —y ese es su interés— absolutamente ma- vida de Franco ni una vez muerto el dicta-
mayor ternura que la gruñona y vociferan- gistrales en uno y otro caso. dor, o sea, que todavía estamos esperando).
te de Hamari. Metternich es el padre, un po- El sentido de la Sexta como una obra tur-
co lineal en lo expresivo si comparamos con Pero lo fascinante está en otra parte: leí- bulenta y llena de emociones impredecibles
el variado e imaginativo de Berry. La bru- do lo que antecede, y conociendo al chino aún se capia en lecturas de directores como
ja de Schürhoff pone su acento en la decre- manchú, uno esperaría la violencia por pane Tennstedt (EMI) o esta que comentamos de
pitud del personaje, mientras que Anny de éste y el refinamiento y la delicuescencia Sinopoli, pero es más frecuente entre los
Schlemm recalca lo pavoroso, suavizándo- por la del checo de marras. Bueno, es jus- mahlerianos posteriores a la generación de
lo con cierto sentido del humor. Con Kara- tamente al contrario: la energía, la brutali- los cincuenta considerar la obra como un en-
jan, Anny Felbermayer asume los dos roles dad, la tensión de Neumann hielan la sangre; sayo en el estilo trágico clásico. Esta es la
del hombre de Arena y del Rocío con (oda pero la matizad]sima, misteriosísima, sub- aproximación adoptada de modo ejemplar
la poesía y clima que marca la batuta. Sol- yugadora delicadeza de Ozawa mantienen el por maestros como Szell (CBS), Abbado
ti, en estos personajes, cuenta con cantan- ánimo suspenso hasta el último compás. Ve- (DG) o Karajan (también DG, lectura muy
tes distintas: Bunowes y Gruberova, respec- los y tinieblas por una parte, austera fero- cercana a la Segunda Escuela de Viena), sin
tivamente. Un auténlico lujo las dos. cidad por otra: ambas visiones llenas de olvidar a Bernard Haitínk (Philips), cuya
lógica, de comprensión, de musicalidad de grabación de 1969 recientemente transferi-
Técnicamente, aunque EM1 ha cuidado el da a compacto es considerada por la crítica
procesado, los veinticinco años que separan la mejor ley, esa que arranca del conocimien- británica como la mejor de todas las cila-
una de otra, cuentan a favor de la de Solti. to minucioso de la obra para plantear un ina- das (ver comentario de Richard Osborne en
tacable itinerario de sentido. Ozawa no Uega el número de enero de la revista Gramop-
Una aclaración final: en la caja de EMI, al tortísimo (ni al vivace) más que en dos o
erróneamente, se atribuye el papel de Han- tres momentos precisos de la obra: arran- hone). La interpretación de Sinopoli comien-
sel a Schwarzkopf (incluso en el libreto se que de la reexposición del primer movimien- za de modo muy aséptico, aunque según va
la califica de mezzosoprano) y Greleí a to, acorde disonante del tercero, coro final transcurriendo la obra la lectura va adqui-
Grummer. Es un fallo insólito que el oyen- del último. Osea: sólo donde tiene que ser. riendo considerable temperatura; los tempi
te corregirá de inmediato. Neumann, por su lado, casi no condescen- son en ocasiones muy lentos, pero nuestro
de al pianíssimo (ni al adagio) más que en director, como en su día hiciera Barbirolli
F.F. instantes sumamente localizados: trío del se- en su versión discográfica con esta misma
gundo movimiento, fanfarria previa a la en- orquesta, sabe sostener la estructura median-
trada del coro. O sea: solamente donde tiene te una tensión interna más propia del que-
que ser. hacer direclorial de los grandes maestros que
MAHLER: Sinfonía n.° 2 «Resurrección». del de un joven director de cuarenta años.
E. Randova, G. Benackova. Coro y Orq. Fi- Es una lectura de inmenso poder y concen-
larmónica Checa. Dir.: V. [Neumun. SU- Naturalmente, Ozawa se beneficia de una tración, sin la extroversión ni la brillantez
PRAPHON GEMS 2 SL'P 0020. AAD. grabación (muy reciente: 1987) mucho más de la de un Solti (Decca), más cercana al sub-
Importador: Tnrner. espectacular, amen de una orquesta con unos jetivismo del citado Sir John que a los plan-
MAHLtR: Sinfonía n." 2 «Resurrección». metales de antología. La transferencia del teamientos dialécticos de un Szell. Es, en
K.T. kanawa, M. Home. Coro del Festival registro de Neumann la ha achatada consi- definitiva, una versión más profunda que in-
de Tanglewood. Orq. Sinfónica de Boston. derablemente: parece un problema de la casa tensa, con una grabación muy clara y espa-
Dir. S. Ozawa. Álbum 2 CD. PHILIPS 420 (1). En comparación, los solistas checos es- ciosa en la que se ha captado perfectamente
S24-2. DDD. tán mucho mejor que las cansadas y gango- como en cualquiera de las grabaciones EMI
sas vocecillas bosionianas. d oscuro sonido que la Philharmonia ha da-
Escuchar una tras otra estas dos V ahora, amigos, ¿qué elegir? Bueno, ten- do tradicionalmente en Mahler, ya sea con
versiones tan diferentes de una gan en cuenta una cosa: la versión checa es- Barbirolli o con Klemperer. Notable traduc-
misma música es uno de esos pla- tá en un solo disco. Los de Philips, tan cacos ción del mórbido Adagio de la Décima. La
ceres (además, enormemente didácticos) que como todos los demás, la sacan en álbum
justifican y hacen grato trabajo tan bobali- doble. Les notifico, por si no lo sabían, que
Scherzo 39
DISCOS
conclusión es que estamos ante una excelente LPs junto a los insuperados Rückert Lieder «un rosal sin espinas y sin rosas». Marjana
versión de la Sexta que no desbanca a las de Janet Baker. Ahora aparece felizmente Lipovsek canta con voz suficiente y de re-
clásicas de Siell (CBS), Horenstein (Uni- reeditado en la magnífica colección Sludio, dondo timbre, con emisión neta y, sobre to-
corn), Bemstein (CBS), Barbirolli (EMI) o en un solo compacto de espectacular soni- do, con una propiedad en el decir y una
Haitink (Philips), peco que merece un lugar do y generosa duración (lo sentimos por los intención de lectura que hacen honda y mi-
muy destacado entre las modernas interpre- detractores del nuevo soporte, pero en ca- nuciosa su intervención. En un segundo pla-
taciones mahierianas. sos como el que nos ocupa hay que rendirse no, Zagrosek escucha a Rilke, después a
ante la evidencia), además de ser de precio Lipovsek y, por fin, a Martin, que le encar-
E.P.A. medio. Como ya dijimos en su día, una de ga bajar un decorado audible, tenue y co-
las características de las sinfonías de Mah- medido, apropiado a cada escena del relato.
MAHLER: Des Knaben Wunderhorn. Eli- ler es el amor a la vida patente en ellas, y Y Zagrosek obedece con toda su sabiduría.
sabclh Schwarzkopf (soprano). Dielrích esto está especialmente reflejado de mane-
Fischer-Dieskau (barítono). Orquesta Sinfó- ra muy profunda en la grabación de Barbi-
rolli de la Quinta, verdaderamente una gran B.M.
nica de Londres. Director: George Szell. interpretación, llena de ejemplos maravillo-
EMI compacto CDC 7 47177 2, ADD. Du- sos de su interior proyectado hacia la músi-
ración: 49'5S". Grabado en la Kíngsway ca, interior que se hace explícito con MENDELSSOHN: Sinfoníasn.'4«Italia-
Hall de Londres en n i n a de 1968. Kepro- escrupuloso cuidado en las texturas, en los na» y n. ' S «De la Reforma». Orquesta Fi-
cesado a digital «i 198». matices más sutiles del fraseo, en la espa- larmónica Checa. Dir.: Gactano Delogu.
ciosidad y agudo sentido del contraste; pa- SUPRAPHON CEMS 2 SUP 0010. AAD.
A principios de la década de los rece leer en el alma de Mahler y transmitir Importador: Turaer.
setenta y con ocasión de la pu- a la orquesta para crear la variedad de esta-
blicación en España de este cé- do anímico como si fuera de manera instin- Trátase de una grabación de
lebre registro, José Luis Pérez de Arteaga tiva. Es una versión de enorme con- 1977, reimpresa ahora en digital
escribió desde las páginas de la revista Rit- centración personal, poder apasionado espurio. En estos casos puede
mo un elogioso comentario sobre esta pro- y musicalidad inteleciual, sin distorsionar la pasar de todo y, en efecto, pasa. Verán: la
ducción de Walier Legge con música de música enfalizando pasajes especialmente orquesta es decente, muy decente, incluso
Gustav Mahler e interpretación de Elisabeth brillantes y, por supuesto, sin romper la es- buena, comportándose con notable aseo en
Schwarzkopf, Dielrich Fischer-Dieskau y tructura general con superfluos detalles vir- esas dificilísimas transparencias del alígero
George Szell (¡vaya tres nombres!), dicien- tuosíslicos, a pesar de que esta versión no Mendelssohn, aunque sea un poco chillona
do que transcurridos algunos años este dis- posea la férrea unidad de, por ejemplo, la a veces en los fortes (y, en todo caso, mejor
co tendría carácter de grabación histórica. clásica lectura de Bruno Walter o de la tam- la cuerda que las maderas). El Delogu en
Y efectivamente ha sucedido así: han pasa- bién sobresaliente interpretación de Eliahu cuestión, a quien no tengo el gusto, lleva las
do veinte años y algunos meses desde la gra- Inbal (Denon, versión que no reseñamos, ya obras con brío y vitalidad, bien entendidas,
bación de las doce canciones del Knaben que el importador español del citado sello bien explicadas y, aunque tampoco sea una
Wunderhom dirigidas por Szell y, por el mo- no considera oportuno que SCHERZO co- cosa del otro mundo, se dejan oir bastante
mento, la lección del creador de la Orques- mente sus discos). A pesar de lodo, la lec- bien dentro de su conpepdón'antisentimen-
ta de Cleveland ha sentado cátedra. Y si no tura de Sir John nos parece uno de los más tal. Pero miren: la grabación (o su transfe-
repásese el catálogo clásico: ni el sólido e conmovedores testimonios mahlerianos, de rencia, poco importa) es de una opacidad
idiomático Bernard Haitink (con una subli- adquisición obligada. Imprescindible. notable, con pocos y tristones graves, esca-
me Jessye Norman y un terrorífico John sos armónicos (lo que da un sonido pobre-
Shirley Quirk), ni el desigual Leonard Bern- tón y chato), toscorra, como sucilla, nebu-
stein con Chrísta Ludwig y Walter Berry (pu- losa y así. En tales condiciones, ¿qué senti-
blicado por CBS en dos LPs conteniendo la E.P.A. do tiene traer esta versión al mercado? Co-
versión de piano y la orquestal), igualan la mo uno no es demasiado culto en esto de los
asombrosa dirección del maestro húngaro discos, las grabaciones y los directores no
(las notables lecturas de Prohaska, Morris MARTIN: Die Weise von Liebe und Tod puede decir si se tratará de una versión his-
o Tennsiedt se alejan bástanle de cualquie- des Coméis Chrisioph Riike. Marj ana Li- tórica de Checoslovaquia (país en el que, por
ra de las mencionadas con anterioridad). En povsek (contralto) y Orquesta Sinfónica de desdicha, tampoco ha estado), así es que no
fin, el disco que ahora comentamos posee la Radio Austríaca, dirigida por LotHar Za- entiendo este lanzamiento, habiendo versio-
innumerables virtudes y pocas reservas (una grosek. Orfeo, Stereo Digital, S 164881 A. nes como la reciente del ciclo mendelssoh-
de ellas sería la designación de la Schwarz- Duración: 58.42 minutos. niano por Solti que es de muchísimo asom-
kopf, soprano Úrica, para cantar lieder des- bro, admiración y contentamiento. Queda
tinados a voz de contralto; escollo que la Cuando el suizo Frank Martin emprendió expresada la perplejidad del presente cronis-
soprano alemana salva gracias a que la to- la composición de esla obra (1942) basada ta, ante interpretaciones de tan defendible
nalidad de varias canciones se ha cambia- en el texto de Rilke /Lamento de amor y fluidez y tan deslucido resultado auditivo
do), así que digamos para finalizar que muerte del cómela Cristóbal Rilke) debió (que afecta mucho más a la Italiana, vaya
estamos en presencia de uno de los hitos fun- sortear dos dificultades: la conciliación de por Dios). En fin, que ya que andamos con
damentales en toda la discografia mahlena- las técnicas dodecafónicas, que venia de ad- el celestial Mendelssohn, recordemos de paso
na y también que el sonido de este compacto quirir, con anteriores influencias tardorro- a Douglas Sirk y hablemos de Tarnished an-
ha mejorado considerablemente comparado mánticas e impresionistas, y el carácter gels, de ángeles empañados.
con el LP original de prensado español (pa- narrativo y literario del maravilloso texto ril-
ra los reticentes del soporte compacto diga- keano, demasiado largo para ciclo de can-
mos que existe versión reprocesada en LP). ciones y carente de asidero dramático como
para cantata. J.L.T.
La obra estuvo concluida en 1943 y la es-
E.P.A. trenó Paul Sacher dos anos después. Su suer-
te ha sido el olvido y este disco viene a MENDELSSOHN: Concierto para piano y
rescatarla con los honores de una lectura orquesta, n. ° I, op. 25; Capricho brillante
MAHLER: Sinfonía n. " S. New Philharaio- muy solvente. La partitura es prudente y de para piano y orquesta, op. 22; Concierto pa-
nia Orchestra. Director: Sir John Barbiro- alcances modestos. Da a la voz el rol del re- ro piano y orquesta, n.' 2. op. 40. Cypríea
lli. EMI Sludio CDM 7 69186 2, comparto citante y a la orquesta, el de ambientador Katsaris y Orquesta de la Gewandhaus dt
ADD. Duración: 74'17". Grabación efec- descriptivo. El protagonista de todo es el ver- Leipzig. Director: Kurt Masar. CD TEL-
tuada en la Watford Town Hall de Londres bo rílkeano, al cual Martin sirve con humil- DEC 8. 43681. DDD.
en julio de 1969. Reprocesado a digital en dad y arropa con unas atmósferas sonoras
IMS. oportunas y discretas. Por paradoja, esta- Aunque fundada en la segunda
mos anle un objeto más literario que musi- mitad del siglo XVIII, fue bajo
cal y meaos cantable que legible. la dirección de Mendelssohn
Este registro ya fue comentado
ampliamente en el número S de La versión sirve a los propósitos del tra- —de 1835 a 1843— cuando la Gewandhaus
nuestra revista al editarse en la bajo y al estilo, ecléctico e impersonal, de recibió el impulso suficiente para colocarse
sene económica de EMI en un álbum de 2 Martin. Ya decia André Gide que Suiza es entre las más prestigiosas orquestas euro-
40 Scherzo
DISCOS
peas. De ahí que este disco resulte especial- La gran profesionatidad y elevada forma- apreciación, se desprende de la audición
mente entrañable, a lo que contribuye, ción musical que en múltiples ocasiones, tan- completa del registro algo como de falta de
además, la aportación del gran mendelssoh- to en concierto como en disco, han de- personalidad, como de escasez de unidad u
niano Kurt Masm, sobre todo desde que se mostrado la Chapelle Royale y el Collegium homogeneidad de los elementos vocales que
pusiera al freme de la Gewandhaus, en 1970. Vocale, queda patente, una vez más, en la integran el conjunto. Probablemente porque
Y, junco a él. Cyprien Katsaris. el marsellés interpretación de estas páginas mendelssoh- la batuta está demasiado pendiente del can-
formado en París, aunque sus primeros es- nianas. El Enseñable Orchestral de París y tante, al que acompaña con excesiva sumi-
tudios musicales se produjeron en lugar de la batura de Philippe Herreweghe ponen el sión. Y en este sentido el reparto no podía
menor tradición musical, pero no exento de broche de oro en la ejecución de las obras. ser más híbrido que el reunido para la
exotismos* el Camerún, donde permaneció El conocimiento del barroco por estas agru- ocasión.
hasta que, en 1964, ingresara en el Conser- paciones es fundamental en la lectura de las Pavarotti cantó en Glyndebourne con el
vatorio de la capital francesa. Bien; pues es- composiciones que nos ocupan, dada la clara propio Pritchard en 1964 Idamante (que el
tos son los protagonistas de este compacto, influencia de Bach y de Haendel que se ob- catálogo Melodiam presenta en CD tam-
en grabación digital, que contiene tres gran- serva en algunos números. Asi, el aria de so- bién) y al iniciarse la década actual incor-
des piezas pianísticas de Mendelssohn. Por prano del Salmo 42, Meine Seele dürsiei poró I domeneo a su repertorio y lo ofrece
un lado, los dos Concienos, opus 25 y 40, nach Gotl, acompañada por el oboe, recuer- con cierta regularidad. Los resultados son
que datan de 1831 y 1837, respectivamente. da, tanto por la forma como por el estilo, inmediatamente atractivos. Por la belleza del
Los dos nacieron a raíz de un viaje. El pri- este mismo procedimiento tantas veces uti- instrumento y el derroche de expresividad
mero, bajo la inspiración italiana de su re- lizado por Bach en sus cantatas. Del mis- que el tenor viene en las partes recitativas,
corrido por Venecia, Florencia, Roma, mo modo, el coro Was betrubts du dich, de que pocas veces se han escuchado expues-
Ñapóles, Genova y Milán, aunque la parti- este mismo Salmo, es claramente haendelia- tos con tal sinceridad y entusiasmo. El he-
tura fuera redactada a la vuelta, en Alema- no. Pero esio no desvirtúa en ningún mo- cho de que resulten poco mozanianos no les
nia, en tan sólo tres días; y el segundo, mento el carácter original de la creación hace perder eficacia. En la parte propiamen-
durante su viaje de bodas por la Selva Ne- mendelssohniana. En este sentido el conjun- te cantable, Pavarotti ha de plegar una voz
gra. Y, entre ambos, el Capricho brillante to que dirige Philippe Herreweghe logia un demasiado grande y poco flexible a la sinuo-
para piano y orquesta, opus 22, escrito en perfecto equilibrio entre la tradición barro- sa melodía mozarúana y en este apartado el
abril de 1832, en París, para su estreno en ca y el espíritu romántico que subyace en es- servicio es menos logrado, aunque queda en
Londres; una pieza más convencional, que tas páginas. pie la honradez de propósitos y la sinceri-
recuerda inevitablemente a Weber y a Beet- dad del concepto.
hoven. Naturalmente, la personalidad de los Ambas agrupaciones corales, de dimen-
intérpretes de este disco era ya una garantía siones reducidas y voz muy bien empasta- Lucia Popp es llia y de todo el equipo la
de buen resultado, como así ocurre en efec- da, contribuyen a realzar la belleza de las que demuestra poseer el estilo apropiado.
to. Katsaris toca con precisión y elegancia, obras. En cuanto a los solistas, mención es- Siempre de musicalidad intachable, expre-
bien acoplado a la orquesta, controlada há- pecial merece la soprano Eiddwen Harrhy, siva y con la voz suficiente, aunque el per-
bilmente por Masur. Y el sonido es acepta- que, junto con el tenor, canta un bellísimo sonaje resulta mejor servido cuando se posee
ble, aunque no uno de los mejores logros de dúo en el Salmo 115, además de su aria so- un instrumento más cálido y pleno, Idaman-
la marca. lista en el Salmo 42, arriba mencionada. El te en esta ocasión está a cargo de una mez-
barítono Peter Kooy queda en un plano li- zosoprano y Agnes Baltsa acierta en dar al
geramente inferior respecto a sus compañe- héroe su dimensión conmovedora, al mis-
ros, aunque salva con dignidad sus escasas mo tiempo que límbricamente tiene una pre-
J.A.L.D. intervenciones. sencia sonora que se ajusta a la del tenor.
A Edita Gruberova le sobran vos y mane-
En lo que afecta al sonido, tampoco hay ras para Elettra y su triple perfil (airada, so-
MENDELSSOHN: Salmos. Elddwen nada que objetar. El único punto digno de ñadora, enloquecida). Pero, lo que se intuia
Harrny, soprano. Herví Lamy, tenor. Pe- reparo es el relativo a los comentarios del extraordinario, no pasa de lo correcto; qui-
ler Kooy, barítono. La Chapdk Royale. Co- disco: son escasos y algo pobres de conteni- zás por no haber trabajado lo suficiente un
Uegium V órale. Ensemble Orcheslral de do. Dejando esto a un lado, creo que vale personaje que no debe figurar habiiualmente
París. Director: PhUippe Herreweghe. Har- la pena conocer a este Mendelssohn. en su repertorio teatral. Si Tímothy Jenkins
monio- Muadi 901272. Compacto DOD (Sacerdote de Neptuno) y Nikita Storojew
F.C.V. (El Oráculo) dan el esperado relieve a sus
episódicos papeles, no puede decirse lo mis-
En el campo de la música vocal, mo de Leo Nucci en Arbace. Ya es critica-
Mendelssohn constituye un capí- MOZART: ¡domeneo. Pavarotti, Baltsa, ble confiar el cometido a un barítono y más
tulo poco conocido, si se excep- Popp, Grubtrova, Nucci. Coro de la Ope- a un intérprete de la grosería e indisciplina
túan, claro está, sus dos grandes oratorios, ra de Vlena. Filarmónica de Viena. Direc- de éste, con el agravante de incluir, al pre-
Elias y Paulus. Pero, además de estas dos tor: Sir John Pritchud. DECCA 411 805-2. sentarse la partitura completa, sus dos arias.
excelsas creaciones, existen en su catálogo Nucci, definitivamente, no da pie con bola
DDD. DuraciÓD total: 183*53". tanto vocal como estilísticamente.
oirás páginas escritas para la voz humana,
como son tas obras contenidas en el com- Ya es habitual que las grabacio-
pacto de referencia. nes protagonizadas por Pavarotti Interesante versión, ya se ha dicho, pero,
aparezcan en el mercado con no- a pesar de no contar con tantas estrellas, es
La huella del modelo barroco en la obra preferible en conjunto la versión más pró-
vocal de Mendelssohn es reconocible, a pe- table retraso con respecto a la fecha de su
realización. El presente ¡domeneo no es una xima en el tiempo: la de Harnoncourt, que
sar de que en su época la cultura musical del asimismo se halla en CD y que incluye el ba-
barroco significaba un mundo pretérito, dis- excepción. Registrado entre junio y septiem-
bre de 1983 se presenta ahora al público. Que llet final, catalogado como KV Í67.
tante, casi perdido, en cuyo redescubrimien-
to se interesó de forma activa con la con- el retraso se deba a reticencias o caprichos
sabida interpretación de la Pasión según San del divo o cualquier otra circunstancia se se- F.F.
Mateo, de Bach. El arte polifónico, las for- ñala aquí como mero dalo curioso o anec-
mas expresivas de los maestros barrocos, dótico, porque, de partida, se califica ya la
eran para ¿I —para el romántico—, elemen- versión de interesante, con las punlualiza- MOZART: Conciertos para piano n.° ¡5 en
tos arcaicos, que supo utilizar hábilmente ciones que vienen a continuación. Si bemol mayor K. 450 y n.' 22 en Mi be-
para dar a su estilo un sello personal indis- Comencemos con la dirección de John mol mayor K. 4S2. Rndolf Scrkin, piano.
cutible. En sus oratorios y obras vocales hay Prilchard, prestigioso mozartiano inglés, de Orquesta Sinfónica de Londres. Director:
siempre una mirada hacia el pasado, pero sólida andadura en un medio donde abun- Claudio Abbado. DG 415 488-2. CD DDD.
esto de ninguna manera se puede calificar dan los especialistas en la obra del salzbur- W42"
de epígonal. gues. Pues bien, la lectura de Pritchard es,
Ademas de los Salmos 42 y 115, esle com- en general, rigurosa, equilibrada, limpia, que Una muestra más de los resulta-
pacto incluye dos moteles: Verteihn uns Fríe- pone especial acento en traducir el potencial S08C dos artísticos que puede produ-
den gnádiglich y el bellisimo A ve María, op. trágico o patético que es la característica más cir la unión de dos músicos tan
23 núm. 2. inmediata de la pan ¡tura. No obstante la sensibles y analíticos al tiempo como Serkin
Scherzo 41
DISCOS
y Abbado, que prosiguen su aproximación PUCCINI: Turando! (fragmentos). Eva ofrece las Variaciones más seductoras. Los
a algunas de las más significan vas obras con- Turner, Giovanni Marlinelli, Licia Albane- tempi son más vivos, más variados que los
certantes para piano y orquesta de Mozari. se, MafeMa Favero. solistas, coro y orquesta de Ashkenazy: con mucha inteligencia e in-
aunque los registros contenidos en este com- Filarmónica de Londres (John Barbirolli), tuición, en vez de integrar el Intermezzo co-
pacto daten de octubre de 1984 (K. 482) y EMI Références, CDH 7610742 PM 517. mo una variación más, Cherkasky lo toca
febrero de 1985 (K. 45® y no hayan sido edi- Duración: S4'21. con la fantasía de una cadenza, anticipan-
tados hasta el 87 por Polydor. Se mantie- do asi las Variaciones «Paganini».
nen las constantes interpretativas de la El 5 y el 10 de mayo de 1937, con Completan el programa los Esludios-
pareja: excelente balance plano-orquesta, motivo de la coronación de Jor- Cuadros magistral mente tocados, pero si se
claridad, belleza sonora, fraseo elegante, ho- ge VI, se representó en el Covent
mogeneidad de criterios, clima prerromán- quiere más fuego, habrá que volver a escu-
tico... Distintas en su mayoría a las que el Garden la pucciniana Turando!. Estos frag- char las antiguas versiones de Richter o del
mismo director —en recreaciones más irre- mentos corresponden a aquellas dos sesio- mismo Ashkenazy.
gulares, p«ro en ciertos aspectos más nes y, por inescrutables carambolas
geniales— había logrado en su unión con empresariales, resulta que varios números se P.B.
Gulda y la Filarmónica de Viena para los escuchan repetidos, sin beneficio aparente
conciertos 20, 21 o 27 hace unos 12 aflos. alguno, en tanto apenas se oye a la Favero,
Y a las más incisivas y estimulantes que el salvo cuando se pone a llorar en el primer ROSSINI: Oberturas de óperas: II barbiere
propio Serkin grabara hace más tiempo con acto e Impregna de mocos la romanza del di Siviglia; Guillaume Telí; La gazza ¡adra;
Szell (19, 20) o con Scheneider (18). La at- lenor. La Cenerentola; ¿'italiana in Algeri; La
mósfera, entre clásica > romántica, que ba- Nunca mejor aplicado el nombre de refe- cambíale di matrimonio; La scala di seta; Se-
ña estas versiones, la brillantez, el magnifico rencias que a esta azarosa grabación en vi- miramide. Orquesta Filarmónica de Plovdiv.
equilibrio, la amplitud conceptual son cua- vo, cuyas voces mejoran notablemente, en Dir.: Russlan Raytchev. HARMONÍA
lidades que distinguen el estilo conjunta de presencia, gracias al compacto, apañe de in- MUNDO FRANCE CD 190466.
tan excelentes mus I coi y que, de inmedia- teresantes alejamientos/acercamientos, cru-
to, DOS ganan; a pesar de que los tempí ele- jidos de planchuelas y toses, entre ellas, En los años SO Europa fue redes-
fkk>$ sean por lo general en exceso morosos quizá, la de Sus imperiales Majestades (un cubriendo lentamente la música
ydeque nos dé siempre la impresión de que cuarto de la población mundial las obede- de Rossini después de un largo
los allegros son por definición modéralos y cía entonces). periodo en que sóio se conocían versiones
los andantes tiendan a convertirse en ada- altamente mutiladas del Barbiere y cuatro
gios. La duración —casi 40 minulos— que Turner es, tal vez, la Turando! por exce- oberturas sueltas. Hubo luego directores de
con estas premisas tiene este n. ° 22 —en to- lencia. Descontando a Jeriiza y Raisa, an- orquesta que realizaron una valiosa labor de
do caso, uno de los conciertos más largas teriores, luego sólo Nilsson es equiparable divulgación del otro Rossini, y en este cam-
de Mozart— es probablemente la mayor de a ella en medios, aunque la inglesa la supe- po los hubo que intentaron acercar Rossini
las que se recuerdan en disco. Por otro la- ra por su impecable dicción italiana y por a Mozart, como Vittorio Gui y otros que su-
do, Serkin, con 80 años muy cumplidos en la intensidad de su fraseo. La voz es Impe- pieron hallar en la propia maniera del com-
el momento de las tomas, de ciertas mues- rial, omnipotente, emitida con un relax positor el secreto de su profunda
tras de debilidad, aunque su sonido sea cris- ejemplar, atrevida y segura. La presencia del musicalidad y de su innata jovialidad como,
talino y su fraseo ejemplar; su pulsación se personaje, arrógame e impetuosa. Los ma- por ejemplo, recientemente, Claudio Abba-
evidencia irregular. Versiones, pues, atrac- tices de evocación y de súplica, encantado- do. Aparentemente, todo este proceso siguen
tivas, bellas, hermosamente trazadas; en ins- res. En fin, todo lo que usted quiso oír de ignorándolo en Plovdiv (Bulgaria), donde la
tantes, de aliento casi beethoveniano. De Turando! y apenas pudo imaginar. Orquesta Filarmónica local, a las órdenes de
luminoso sonido. A gozar plenamente sin ol- Junto a Turner, Martinelli, a pesar de losRusslan Raytchev, ha tenido la poco afor-
vidar las interpretaciones más dinámicas e años, luce el arrojo del tenor heroico italia-tunada iniciativa de grabar un disco con ia
incisivas, más clásica; en tal sentido, de no, unido a una voz de torrente, con un agu- más marmórea, plúmbea y amazacotada
Brendel-Marriner o las históricas de do belicoso, sugestivas resonancias de nariz versión de las populares oberturas rossinia-
Casadesus-Szell. O las opciones Perahia y y una peculiar forma de emitir, con míni- nas que haya yo escuchado hasta ahora. Es
Barenboim. mo víbralo, lo que acentúa el ímpetu del so- indudable que el director es incapaz de im-
nido. El duelo con Turandoi durante los primir a su música la menor chispa vital, la
enigmas es de una intensidad electrizante. menor alegría. Rossini es ritmo, es ingenio,
es una curiosa mezcla de gracia diecioches-
Bien, Al báñese, típica soprano Italiana de
A.R. la época, sentimental y vibrátil. Barbirolli ca y revolución industrial, de elegancia aris-
conduce con lentitud majestuosa, explora los tocrática y de savia popular. En la obertura
rincones, trabaja los timbres, acentúa los del Barbiere que abre el disco nos sorpren-
contrastes, espera y ayuda a los cantantes. de ya desagradablemente la orquesta con sus
PAGANINI: 24 Caprichos, op. I. Micltie- frases de metrónomo, su total falta de ins-
la PaetKh. CD TELDEC B. 43922. DDD. En fin, maestría desde todos los ángulos y piración. Pero lo peor está todavía por lle-
en cantidades generosas. gan: La gazza ladra, de la que tan brillantes
Por más que resulte simpática la B.M.versiones se han dado (desde sir Thomas
personalidad, e incluso la inter- Beecham hasta el citado Claudio Abbado)
pretación, de esta joven artista, RACHMAN1NOV: Variaciones «Coretli». empieza con unos redobles de tambor y unos
Michaela Paetsch, no por ello se puede elo- Op. 42; Estudios-Cuadros, Op. 39. Vladi- compases de marcha que hacen pensar en
giar sin más su actuación en este compacto, mir Ashktnazy, plano. CD Dcco 417 671-2. una ejecución, y no precisamente musical.
que quizá satisfaga a los menos exigentes, DDD. 54'59. Escúchese también la peculiar manera có-
pero que, en una obra eminentemente vir- mo aparece el crescendo de la obertura de
tuosislica, y de violín solo, merece algo más, Un poco como Alfred Brendel, La Cenerentola: tarde y mal, y con el ímpe-
en grabación comercial, que los requisitos Vladimir Ashkenazy ha cambia- tu de una locomotora súbitamente desfre-
mínimos de un premio académico fin de ca- do sus Interpretaciones llenas de nada. En ningún lugar aparecen la malicia,
rrera. Faltan en ella soltura, carisma, atrac- furia y exaltación por versiones más objeti- el garbo, la gracia de una música para la que
tivo, y se nota agarrotamiento, sobre todo, vas (¿?), mas controladas. En esta nueva gra- se requiere un concepto muy distinto al del
en la doble cuerda. De todas formas, no pue- bación de las «Corelli». muy fiel al texto, maestro Raytchev, que dispone, justo en re-
de generalizarse; hay números de un gran Ashkenazy propone una versión conforta- conocerlo, de buenos solistas de viento, pe-
acierto y, sobre todo, el célebre Capricho 24 ble, «middle of the road», como dicen los ro no sabe Imprimir a la orquesta nada de
con el que se cierra la serie. La grabación, Ingleses. lo que constituye la verdadera esencia de la
en su aspecto técnico, es de indudable cali- vivacidad rossiniana. Es evidente que a Plov-
dad, pero ello no puede encubrir la medio- Otros pianistas, más jóvenes (Zolian Koc- div no ha llegado todavía el efecto de la glas-
cridad de una intérprete que, con toda sis, Hdene Grimaud), convencidos de la mo- nosl (transparencia), tan recomendable en
seguridad, tendrá en el futuro momentos de dernidad del compositor, encuentran en sus asuntos orquestales.
mayor lucimiento. interpretaciones otra frescura y cierto de-
senfado.
Un pianista marginal, Shura Cherkasky,
J.A.L.D. lleno de juvenil ardor a sus ochenta años, Ro.A.
42 Scherzo
DISCOS
RMSKY-KORSAKOV: Scheherezade. Sui- de septiembre del pasado alio, es de nota- Tratándose de la obra de Shostakovich,
te sinfónica Op. 35. Bruno Bdcík, violto. ble calidad. parece aún difícil hoy en día despegarse de
Orquesta Filarmónica Checa. Director: Os- las circunstancias políticas c históricas que
faar Da non. J.A.L.D. rodearon la creación de las sinfonías. El
La gran Pascua rusa Op. 36. Orquesta Fi- compositor en parte lo quiso así, con sus
larmónica dei Estado de Bmo. Director Ov múltiples referencias al realismo socialista,
kar Danon. Supraphon 2 SUP 0015 (AAD). SCHUBERT: Quíntelo «La Trucha» D. tanto en los títulos de las sinfonías, como
fra portad o por Turner. 667; Cuarteto n." 14 D, 810 «La muerte y en los textos cantados en ellas. Avaló una
la doncella»; miembros dd Octeto de Vie- política que condenaba a artistas que no
na/C. Curzon plano: Cuarteto Filarmóni- compartían este criterio (artistas que Shos-
No deja de ser curiosa la inter- takovich admiraba), mientras, al tiempo, su-
pretación que ta Filarmónica co de Viena. Disco Compacto Decca
417.419.2 (A.D.D. 71'22"). fría bajo la misma fusta.
Checa y el director Oskar Danon
obtienen de la archiconorida Scheherezade. SCHUBERT: Quinteto para cuerdas D. En 1945, después de tas épicas Sinfonías
En comparación con otras versiones ésta nos 9S6, Movimiento de cuarteto D. 703. Cuar- de Guerra, se esperaba, con la Novena, un
sorprende por el protagonismo dado en ella teto Wcller. Disco Compacto Decca grandilocuente canto de triunfo: «ligera y
a los instrumentos solistas en detrimento del 421.094.2 (A.D.D. 59'35">. soleada», según las palabras del autor, la
espacio orquestal. Se diría que estamos an- nueva obra molestó profundamente a las
te una obra verdaderamente concertante en A la sombra de las grandes or- autoridades soviéticas, y fue tachada por
la que lo que importa es destacar el precio- questas suelen existir grupos ca- Jdanov de «música ideológicamente débil».
sismo de cada uno de los lemas a cargo de ílo&s merísticos de renombre tan' le- Haitink adopta una visión dramática y
instrumentos aislados recortados sobre un gendario como el de ellas mismas. Miembros grave para esta obra, siguiendo el criterio
fondo de sonoridad casi camerislica que ape- tan conocidos de la Filarmónica de Viena co- que rige su integral. Se puede ser más afin
nas consigue crear el ambiente envolvente mo Boskowsky, Weller, Breitembach o a unas interpretaciones menos monolíticas,
lujurioso y exótico a que estamos acostum- Hiibner dieron vida a conjuntos como el donde el aspecto esquizofrénico del compo-
brados. Todo resulta aquí delicado y como Cuarteto Filarmónico, el Octeto o el Con- sitor este más patente, interpretaciones en
en sordina. Se pierde ei hilo temático con- junto Mozart, cuyos registros siguen sien- las cuales la seguridad del discurso esté mi-
ductor a favor de una concepción abstracta do hitos insuperados de una manera de sentir nada por las dudas ideológicas. En este te-
de motivos engarzados de forma yuxtapuesta y hacer la música. rreno Bemstein es un maestro y consigue una
sin articulación de conjumo. De esta forma versión compleja, ambigua. Es posible que
la obra pierde intensidad pero en cambio ga- Felicitemos por tanto a Decca al publicar Jarvi vaya mas lejos aún; se despreocupa de
na en claridad y nitidez al hacerse más fría estos excelentes e imprescindibles registros las referencias neo-clásicas (Prokofiev está
c inexpresiva. El resultado no es que sea en- dedicados a Franz Schuben que permitirán más presente que Haydn en esta versión) y
vidiable pero al menos sí es original, cosa gozar de una agradable schubertiada, que privilegia un clima ambivalente de nihilis-
que tratándose de una obra obsoleta a fuerza por si misma compone un retrato del com- mo y de alegría desenfadada. La elección en-
de conocida no es en absoluto nada despre- positor en dos instantáneas: la feliz y la me- tre Bernstein y Jarvi podrá depender del
ciable. lancólica: la del Quinteto «La trucha" y el resto del programa. Járví es muy consecuen-
Cuarteto <La muerte y la doncella». te con su criterio de interpretación, propo-
En el primer compacto, grabado en los ne la Obertura Festiva escrita en 1947, la
C.C. años 1917 y 1963, el amable Quinteto «La suite sacada de ta ópera Lady Macbeth, trá-
trucha» es traducido por medio de un fra- gica y grotesca, y un agrio Tea for two.
SCHUBERT: Trío para piano, violínyvio- seo colorista, espontáneo e instintivo que po- Bernstein propone una admirable y perso-
lonchelo, número I, op. 99; Nocturno, op. ne en evidencia su efusividad y su lirismo. nal Sexta Sinfonía, pero como Jarvi ya gra-
148. Trio Haydn de Viena. CDTEI.DEC 8. La participación del pianista inglés Sir Clif-
ford Curzon, con sus loques tiernos o de hu-
bó una de las mejores versiones de la misma,
quizás las distintas orquestas puedan deci-
43682. DDD. mor, realza este canto a la naturaleza, que dir. Viena. con Bernstein, tiene un sonido
en manos de estos intérpretes alcanza toda magnífico, ya se sabe, pero es un sonido mo-
Son muchos los años de rodaje, su frescura y toda ta alegría de ser joven. El nocolor al cual todas las obras tienden a
y mucho e] prestigio conseguido Cuarteto n." 14 «La muerte y la doncella» adaptarse. La Scottish National es realmente
por este conjunto cameristico, tiene las mismas virtudes que la interpreta- espléndida; nerviosa, agresiva o lírica, has-
como para que pudiera esperarse mediocri- ción precedente aunque en este caso el de- ta se atreve a rozar la vulgaridad; dispone,
dad en las dos obras que nos presenta Te¡- nominador de la obra es la melancolía por fin, de una paleta de colores ideal en este
dec. Y ello, aunque Schubert esté a notable romántica y la tristeza premonitoria de las programa.
distancia de la finalidad con que nació este variaciones que dan nombre al Cuarteto.
grupo, que no fue otra que la de purificar
la interpretación de los tríos de Franz Jo- El segundo compacto, dedicado al monu-
seph Hayfln, labor que llevaron adelante con mental Quinteto en do menor, es patrimo-
la colaboración del musicólogo Robbins nio de Walter Weller. En un registro de 1970
Landon, especializado en el compositor aus- el hoy director de orquesta ofrece con sus
tríaco. Veintitrés años lleva ya funcionan- filarmónicos una interpretación objetiva y
do el Trio Haydn de Viena, creado en 1965, distanciada que se conjuga discutiblemente SIBELIUS: Sinfonía n.° 5 / «El cisne de
y que continúa integrado por sus tres miem- con una obra escrita al borde de la muerte Tuonela». Orquesta Filarmónica Checa. Di-
bros fundadores: Michael Schnitzler, violín, y en la que Schubert se abandona o se rebe-
y Walter Schulz, violonchelo, ambos naci- la contra su deslino; la claridad de texturas rector: (iaelano Delogu.
dos en 1944 y miembros de la Sinfónica de y la transparencia no están reñidas con una GRIF.IÍ: Peer Cynt (SuitesN.° I y 2). Or-
Viena, y Heinz Medjimore, el veterano del mayor pasión. quesu Sinfónica de Praga. Director: Vadav
grupo, nacido en 1940, profesor de piano en Smeticek. Supraphon 2 SUP 0019 (AAD).
Discos plenamente recomendables que ha- Importador: Turnen
d Conservatorio de la capital austríaca y des- rán el gozo de cualquier aficionado avisado
tacado acompañante de lieder. La versión que quiera disfrutar con ta música de cámara
que aquí nos ofrece el Trío Haydn de estas El defecto principal de esta serie
hecha por viejos amigos que disfrutan del media lanzada por la firma che-
dos piezas de Schubert es sencillamente an- placer de crearla.
tológica y, con independencia de la perfec- , , ca Supraphon es, sin duda, la no
ción técnica, que la hay, lo más destacable muy alta calidad de reproducción en CD rea-
de la actuación de los vieneses es haber ex- A.M.J. lizada a partir de originales en plástico que
traído todo lo que de entrañable y poético tienen una antigüedad media de unos ocho
hay en Schubert. Magistral es, sobre lodo, afios. Por lo demás, siendo como decimos
el Allegro modéralo del Trio opus 99. don- SHOSTAKOVICH: Sinfonían. ° 9. Op. 70. el sonido regular, el repertorio tiene sus ali-
de el piano y el violonchelo encuentran bue- Obertura Festiva, Op. 96. Suite de «Kateri- cientes al incorporar, como en este caso y
nas posibilidades de lucimiento. La na Ismailova» ILady Macbeth de Mlsensk). junto a obras tan manidas como las dos Sui-
grabación, por su pane, realizada en los es- Teafor two (Taiti trot), Op. 16. Orquesta tes de Peer Gym, otras menos conocidas co-
tudios de la Teldec, en Berlín, durante el mes Nacional dr Escoda. Netme Jarvi. L.P. mo d Cisne de Tuonela perteneciente al cklo
DECCA (25' 10, 5*52, 16"S«, 3'13). de tas Cuatro leyendas para orquesta de Si-
Scherzo 43
DISCOS
44 Scherzo
DISCOS
colección completa, como de los conciertos constituyen una prueba de la precocidad del la reapertura del Festival de Bayreuth de
aisladamente. De los actualmente disponi- compositor (19 años), que en la primera 1951 (por cierto, con el libreto que acom-
bles en el mercado, cabe citar como versio- —Preludio— dio una muestra de Ip que lue- paña a estos compactos se ha consignado por
nes excelentes las de Neville Marriner, con go serían sus grandes adagios sinfónicos, y error el reparto de la versión de Bayreuth
la Academy of St. Martin -in-lhe-Fields (Dec- en la segunda plasmó mediante un absolu- de 1951 en lugar del elenco de Dresde). Mo-
ca), 1 Musici (Philips), Christopher Hog- lo dominio del contrapunto y de los recur- délica dirección musical, la lección de un ver-
wood con la Academy of Ancient Music sos de un octeto de cuerda un Scherzo pleno dadero maestro, de un hombre que nos
(L'Oiseau-Lyre); (odas ellas son lecturas in- de fiereza y dinamismo. En la presente ver- recuerda que es capaz de hitos como este y
tegrales de la serie, y en ellas podemos apre- sión se acusa cierta falta de precisión en la nos hace olvidar sus desafortunadas incur-
ciar formas dislimas de interpretara! gran entrada de tas voces, cosa que estropea no siones en las sinfonías de Beethoven. Para
maestro veneciano. Marriner realiza una ver- poco la obra, que resulta así cumo un cu- colmo, el director salzburgués reunió en
sión muy lípica del estilo de la Academy: chillo con poco filo. Dresde un elenco vocal difícilmente supera-
nerviosa, tensa, vital, con una concepción La mejor interpretación del disco es a mi ble entonces (hoy sería imposible encontrarlo
del bajo continuo muy clásica pero eficaz. juicio la de la Sinfoniela, versión para or- igual): una atractiva y luminosa Helen Do
En su momento, una auténtica novedad questa de cuerda del Cuarteto N. ° S, Op. nath que, en muchos momentos, nos recuer-
frente a la durante tantos años insuperada 110. Esta versión es comparable a las de los da a la sin par Elisabeth Grümmer; un Rene
de 1 Musici, con un sonido entrañablemen- cuartetos Fitíwilliam (Decca DI 88D7) o Vo- Kollo cuyo descalabro vocal todavía estaba
te aterciopelado, magistralmentc ejecutada, ces Intimae (BIS LP-66) y superior a la ver- lejano; un extraordinario Theo Adam que
meridional en su fuerza y concepción. Hog- sión orquestal (con una toma de sonido algo pone de manifiesto con sus acostumbradas
wood marcó un hito en cuanto a la aplica- deficiente) de la Phoenix Chamber Orches- tablas la riqueza de matices de su complejo
ción de los instrumentos originales, tra dirigida por Julián Bigg (TRXCD 110), personaje; en entusiasta y juvenil Peter
alejándose de la genialidad, a veces estriden- en la que las dinámicas resultan a veces po- Schreier; un noble y seguro Ridderbusch; un
te, de Harnoncourt, para darnos toda la ele- co adecuadas. (Para más comentarios sobre excesivamente nasal pero artísticamente im-
gancia y calidad de un fraseo vivo, pero al esta obra, ver la reseña discográfica en pecable Gerainl Evans y, en fin, un Sereno
mismo tiempo tremendamente barroco, des- SCHERZO N.° 25.) de auténtico lujo, encomendada nada me-
cubriendo rincones sonoros que siempre ha- nos que a Kuri Molí. Registro, en definiti-
bían permanecido ocultos. La carpeta del disco incluye unos comen- va , sobresaliente, muy cuidado y atractivo,
tarios del mismo Lazar Gosman y una pre- con un sonido más claro y luminoso en esta
Pinnock, apoyado en una grabación ex- ciosa cubierta de sabor típicamente ruso, con nueva modalidad de lectura por láser. Com-
traordinariamente nítida, y con su orques- samovar y todo. plemento ideal para la versión de Kna de
ta de bolsillo en una forma realmente El conjunto es plenamente aceptable. 1960.
estupenda, se acerca a Vi val di con la ener-
gía y jovialidad que le son características. J.A.T.G.
Francamente bien. Acaso echemos en falta E.P.A.
un mayor reposo en los tiempos lentos, pe-
ro la claridad y concisión de su lectura son
casi perfectas. Los solistas (Standage. Wil- WAGNER: Los Maestros Cantores de Nu-
cock, Comberti, Golding y Linden) colabo- remberg. Theo Adam, Karl Ridderbusch, VARIOS AUTORES: La Procesión. Ochen-
ran al triunfo final de manera destacada. Un Zollan Kélémen, (¡eraint Evans. Rene Ko- ta años de canción francesa, Stephcn Var-
derroche sonoro que deja sin aliento al oyen- llo, Peter Schrrfcr, Heten Donalh. Ruth Hes- coc (barítono) y Graham Johnson (piano).
te, un paseo por el barroco más vivo y lu- se, Kuri Molí. Coro de la Oprra FMvtal de CDA 66248, DDD, Hyperion. Duración:
minoso. Dresde. COTO de la Radio de Leipzig. Or- 71'lí.
questa Estatal de Dresde (Slaatskapelle Dres-
den). Director: Herbert von Karajan. EMI El objeto del presente compac-
G.Q.LL.O. CDS7 49683 2, álbum d« 4 discos compac- to parece ser la reunión de unas
tos ADD. Duraciones: 70*24", 72'03", canciones de cámara (veintiuna
70'42" y 52*17". Grabación realizada en no- en total) cuya característica común es tener
TCHADtOVSKY: Serénala para cuerdas en viembre y diciembre de 1970 en la Lukas Kir- letras en francés. Sus autores también lo son,
do mayor. Op. 48. SHOSTAKOVITCH: che de Dresde. Reprocesado • digital en en general, aunque Meyerbeer era alemán.
Dos piezas para ocíelo de cuerda, Op. 11 . 19W. Llszt era húngaro y Franck, belga. El resul-
Stnfonieta. «En memoria de las victimas del tado es un panorama velocísimo y un tanto
fascismo y la guerra», orquestada a partir Digamos para empezar (como desequilibrado de la mélodie gala entre el ro-
del Cuarteto N.° 8, Op. 110. The Soviet Siempre, a juicio de quien esto es- manticismo y el Grupo de los Seis, con al-
Emigre Orchestra. Dlr.: Lazar Gosman. cribe) que estamos en presencia guna inclusión peregrina, como el vals
O)ymr>ia OCD 196. TT: 5*'Q3". TtxtQS «n de una de las versiones históricas de esta ópe- Fascination de Marchetti, página de salón
inglés. ra a pesar de las fechas en que fue grabada, que mejor quedaría en otro contexto.
relativamente cercanas a 1988- Digamos La antología permite revisitar algunas
Aunque este CD está fabricado también que se puede codear con las inter- obras maestras, como Oh quandje dors de
en Inglaterra la grabación pro- pretaciones cumbres conocidas hasta la fe- Liszt, BonjourSuzonde Delibes o L'ileheu-
cede de EEUU, donde radica es- cha de hoy, a saber: Wilhelm Furtwángler reuse de Chabrier. También, oír a Durey,
ta orquesta liderada por Lazar Gosman, vio- (EMI, Bayreuth 1943), Hans Knappert- un autor poco frecuentado. En cambio, los
linista y antiguo director de la Orquesta de sbusch <DECCA, estudio, 1950/51), Rudolf nombres mayores (Debussy y Ravel) están
Cámara de Leningrado, según consta en la Kempe (EMI, estudio, 1958) y de nuevo pobremente representados en relación con
carpeta del disco. Hans Knappertsbusch (MELODRAM, Bay- su importancia cualitativa.
reuth 1960, posiblemente la lectura más lú- De los intérpretes destaca ampliamente
Las [res obras están aceptablemente inter- cida y poética de todas las existentes,
pretadas, aunque la Serénala de Tchai- recomendable incluso hasia para los que se Johnson, pianista solvente, dueño de estilo
kovsky tiene en esta versión algunas aristas atreven a decir tales desatinos y disparates y sonoridad adecuados, que presta el relie-
que no favorecen el romanticismo y la trá- sobre la Tetralogía de Kna de 1957). Asimis- ve que este tipo de música exige al instru-
gica belleza de la obra. En cuanto a las Dos mo es la versión de referencia entre las mo- mento, sobre todo en las piezas más cercanas
piezas para octeto de cuerda, constituyen dernas interpretaciones llevadas al disco, en el tiempo.
para quien suscribe la primera grabación léase Varviso, Jochum y Solti. Karaian, co- Varcoe conoce muy bien el repertorio y
completa de este Op. II de Shostakovitch, mo siempre por otra parte, sacrifica todo en tiene una dicción francesa impecable. Su voz
del que Los Solistas de Zagreb dirigidos por aras de la perfección, y sin embargo, hay en es híbrida entre barítono blanco y tenor cor-
Antonio Janigro habían grabado —también este registro una permanente sensación de to, se vuelve hueca y árida apenas se le exi-
en versión para orquesta de cuerda (HVAS espontaneidad y frescura, de variedad y con- ge un poco de volumen, es de corta
470-22)— la segunda pieza, el Scherzo, en traste, con unas soberbias prestaciones de expansión. Recuerda a Gerard Souzay, pe-
una estupenda interpretación que ensombre- orquesta y coro, increíble claridad polifó- ro en pobre y, por momentos, el parecido
ce la de estos emigrados. No estará de más nica y una vitalidad que nos recuerda a] Ka- interpretativo es exagerado.
decir que estas dos piezas, cuyo número de rajan que interpretó esta misma partitura en
opus es contiguo al de la Sinfonía N. ' I,
B.M.
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DISCOS
ESTUDIO DISCOGRAFICO
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DISCOS
ESTUDIO DISCOGRAFICO
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LIBROS
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LIBROS
de, por ejemplo, Banók) mediante dalos ta, con índices y todo (algo que empieza a yor libenad y amplitud a sus reflexiones cul-
biográficos más amplios, como los que uti- dejar de ser excepcional en nuestros libros), turales: algunos son realmente felices, como
liza Eric Waltcr Whitc, pero mojándose podría haberse dignificado con sólo incluir los que se titulan El cautivo Haydn y el li-
(White, es evidente, no quiso avanzar jui- esas referencias bibliográficas en español. bre Mozart y El músico J.J. Rousseau. El
cios humanos sobre un hombre al que co- índice onomástico, con 680 entradas de la
noció y apreció, y es lógico que así sea, lo S.M.B. más diversa procedencia, basta ya para se-
que no impide que su libro sea sensacional; ñalar la elevada cota de ágil y jugosa erudi-
lamentablemente, sólo está traducida al es- CLAUDE DEBUSSY: El Sr. Corchea y ción de que ha partido el autor al escribir
pañol la parte biográfica, por Sal val, Gran- oíros escritos. Alianza Música. Alianza Edi- este libio, según él no dirigido a los espe-
des Biografías, Barcelona, 1986, con una torial. Madrid, 1987. 292 páginas. Versión cialistas, sino a lodo el que quiera acercar-
amplia monografía del firmante de esta re- española de Ángel Medina Alvartz. Intro- se al mundo mágico de la música.
seña). Tal vez se imponga trazar esa biogra- ducción y ñolas de Francoú Lesure.
Este punto es el único en que discrepo de
fía significativa, más allá de la simple Todos sabemos que Claudio de Francia Gómez Amai, no en la selección de autores
yuxtaposición de datos. Boucourechliev ya era un enorme compositor, pero no dema- y títulos, donde cada cual echará a faltar esto
hace bastante mojándose en cuanto a las siados que su agudeza e inteligencia se apli- o aquello. Et autor es demasiado modesto
obras, a la interpretación del itinerario no caban con la misma facilidad a su pluma, al expresar su propósito. Su libro no sólo
siempre rectilíneo del artista y en cuestiones siempre acerada, crítica y burlona. Este será útil al estudiante, al aficionado, al me-
comprometidas como la autoría de los libros ejemplar de Alianza Música es una prueba lómano que gusta de buscar orientación, al
firmados por Stravinsky, tanto la Poética fehaciente de ello. Bajo el titulo de El Sr. lector que sienta curiosidad en general por
musical (que Boucourechliev atribuye en Corchea (Paul Valéry) y otros escritos, se la divulgación musical: es imprescindible an-
pane a Roland-Manuel, con anuencia del reúnen en este ejemplar 57 artículos en los te lodo para todos —repito, todos— quie-
compositor) como en los volúmenes co- que Debussy trata, de forma primorosa y nes escribimos comentarios, críticas y notas
firmados por Craft (cuya anuencia también única, los más diversos temas musicales que para programas, porque aquí hallaremos un
existió, pero sin duda progresivamente dí- concernían a su época o a ta estética musi- modelo no a imitar, sino a tener presente
bil a medida que avanzaban los anos). cal de todos los tiempos. Leyendo estas pá- siempre que pretendamos dirigirnos a un lec-
ginas, por cieno, formidablemente escritas, tor potencial al que debemos ofrecer infor-
La obra concluye en una relación de la y bien traducidas, conoceremos las origina- mación con sencillez, precisión, claridad y
etapa fina! de Stravinsky, la Época de pro- les opiniones del compositor acerca de te- honestidad. La fluidez en la lectura de este
gresiva conversión al serialismo, desde el mas tan dispares como la ópera cómica, las libro, que puede abrirse por aquí o por allá
Septeto hasta su culminación en Canticum obras de Se human n, Berlioz. Mussorgsky, o leerse, como en mi caso, casi de un tirón,
Sacrum y Threni, las obras venecianas. Se Beethoven, la música al aire libre, Gluck, se detiene en ocasiones ante comentarios que
(rata de una muy original visión de este úl- Wagner y el movimiento wagneríano, los rebosan de la vena casticista de ta prosa de
timo Slravinsky, más interésame que nun- Conciertos Lamoureux, etc.. Gómez Amai. No me resisto a reproducir
ca, etapa de la que el mismo Boucourechliev uno de ellos: «Hans von Bülow no es el res-
fue parcialmente testigo, aunque a distan- La lectura resulta apasionante desde la pri- ponsable de haber llamado Décima Sinfo-
cia, cuando aún era joven. mera página y Debussy nos arrastra, con ra- nía a la Primera de Brahms (...). En su
zón o sin ella, con sus ideas originales, tiempo, no se entendió o no se quiso enten-
La introducción da sentido a la monogra- expresadas con un vigor y convencimiento
fía y considero conveniente leerla tanto al der la idea de Bülow. No pretendía el gran
difíciles de volver a encontrar. Ni el incipien- director y pianista considerar a la sinfonía
principio como después de haber concluido te mundo del cine escapa a su mirada críti-
el libro. Su importancia consiste en un acer- de Brahms como una sucesión lógica a la
ca y a su apasionada defensa de unas ideas Novena de Beethoven. El mismo lo dijo:
camiento a los elementos fundamentales que y su exaltado frenesí en contra de otras. Una
definen la obra stravinskíana: la transparen- "Llamo Décima a la Primera de Brahms,
auténtica delicia. En lodo caso, una fuente pero no porque deba ser puesta detrás de la
cia y el diatonismo esencial de su música, de conocimientos de la música de la época
el carácter ritual, la tendencia esencial al ar- Novena; debe ser colocada entre la Segun-
y sus opiniones sobre cuestiones eternamente da y la Heroica. Del mismo modo, cuando
quetipo, las mutaciones aparentes del len- conflictivas que jamás dejarán indiferente
guaje y la referencia a la historia de la hablo de la Primera Sinfonía, no me refie-
al lector. ro a la Primera de Beethoven, sino a la de
música, afirmación de la tradición (incluso
en la etapa serial) y negación de toda re- El libro se completa con una sene de.en- Mozart que se conoce por Júpiter''. La ver-
tórica... trevistas publicadas entre los años 1902 y dad es que el buen Bülow se complicaba la
1914 en Le Fígaro, La Revue Bleu, Comoe- vida y exageraba en sus enrevesadas clasifi-
No nos encontramos ante una obra de in- dia, París-Journal, Excelsior y Le Gaulois. caciones. A nadie puede extrañar que, en es-
troducción. Su valor no es de iniciación (el que reflejan la incansable actividad de este tas disputas, llegara Wagner y le birlase la
lector, en este sentido, deberá acudir a otras personaje singularísimo, cuyos escritos se sefiora».
fuentes, desde el artículo del New Grove al leen como si estuvieran escritos hoy. Reco-
librito de Siohan, interesante en general, pu- mendación absoluta. La impresión que uno
blicado por Bosch a partir de Solféges) sino saca es la de cuan necesitados estamos hoy En otro medio de comunicación he leído
claramente de profundización. Sus análisis en día de un escritor musical como Debussy, una reseña de estas Notas que llama la aten-
no son una guia para el oyente o el aficio- iconoclasta e ¡nconformista. ción «del lector sagaz», para que éste tenga
nado, sino una auténtica pesquisa en busca la precaución de comprobar la fecha de edi-
del senlído de cada obra, y cada obra apor- ción del libro, pues en la actualidad —siem-
tará con naturalidad el sentido de la obra, G.Q.LL.O. pre según dicha reseña— «la obra que co-
amplia como su vida, cambiante e igual CARLOS GÓMEZ AMAT: Notas para mentamos cuenta con un defecto principal
siempre a sí misma, de uno de los grandes conciertos imaginarios. Prólogo de Cristó- que determina el resultado de forma global.
genios de nuestro siglo. Tales son las virtu- bal Halffler. Espasa Cal pe, colección Aus- presenta un proyecto obsoleto, que, en par-
des del libro de Boucourechliev. Iral, 1987. 1 volumen de 300 pigims en te, queda justificado por el propio autor en
edición de bolsillo. el título: "Notas" y "conciertos imagina-
La traducción es digna y comprensible. rios", que pretende salir por la tangente del
Los errores habituales no impiden la comu- Carlos Gómez Amat no es sólo uno de compromiso metodológico»; también se
nicación, aunque se amontonan hacia el fi- nuestros más cultos comentaristas y ensayis- acusa allí a Gómez Amat de dejarse llevar
nal (cosas curiosas, como los Actas de los tas musicales, sino también uno de los que «por la pasión localista» (entiéndase madri-
Apóstoles), y a veces no se sabe si el error mejor escriben y desde luego el de más ame- leña). En mi opinión, que no considero me-
es de la edición. En cualquier caso, nadie pa- na lectura. Tras su excelente aportación a nos respetable, este libro, de bien escrito y
rece haber corregido la traducción. Los nom- la Historia de la Música española editada certero, ha nacido acrónico, es decir, con vo-
bres rusos no han sido transcritos correcta- por Alianza Música (Vol. 5. Siglo XIX), pu- luntad de llegar a ser un clásico, y en su evi-
mente y la edición se limita a ponerlos co- blica ahora en la renovada colección Aus- dente talante vital y sabor madrileños puede
mo en la edición francesa (con alguna ex- tral unas Notas para 39 conciertos aspirar a ocupar un sitio complementario en
cepción poco explicable). La bibliografía es imaginarios, con las que comenta con bre- toda biblioteca que no sienta rubor por con-
pura transcripción de la del libro original. vedad no carente de enjundia 68 obras de servar y exhibir títulos de Wenceslao Fernán-
Es una lástima, ya que hay varios de esos más de 50 autores que van desde Montever- dez Florez, Amonio Díaz-Cañaba [c y Julio
libros ya traducidos, y al menos tres auto- di a Cristóbal Halffler. Los conc/eMOJ son Camba.
res españoles han dedicado monografías a apostillados en ocasiones con un total de 17
Stravinsky. Una edición tan digna como és- Intermedios, en los que Gómez Amat da ma-
A.F.M.
Scherzo 49
LA GUIA DE SCHERZO
19: OSRTVE. José Ramón de Euskadi. Orfeón Donos- ney. Field. Davies, Opie. M,
CONCIERTOS tneinar. De Pablo. Half- tiarra. Miguel Angcft Gómez OPERAS 17, 20. 23. 29 de septiembre.
fier, Donalom, Blacher. Martineí. Joaouin Achúca-
20: Jean Marie Cottei. pia- rro. piano: Féfis Ayo, vio- Queen FJiiibrlt Hall
no. Schoenberg, Berg, Bou- lin: Pedro Coroslola, cello. BILBAO COSÍ FAN TUTTE (MO-
LONDRES lez, Halffter. Cuijoan. Beeihoven., Brahrm, Bruck- /ari} Paul Daniel. David
ner. XXXVII Temporada
Thr Soulh Bank Centre — Musique Objique. M¡- de Optra út la \BAO Freeman. Opera Factory
18 de septiembre: London chel S»ierczewski. Halffler, 3: Coro y Orquesta The Sn- London Sinfojiitftfa. Ángel.
Fhilharmomc Oiche^rra SÍ Benjamín, Luque. tecn. Harry Christophcrs. 1L TROVATORL (Verdil Boles. Kelly, Archer. Dol-
Chorus. Klaiib IVnnsledt. 21: Carmen Biislamanlc. so- Dawson. Daiieí, George. Eüoardo Muller. Mauro, ion.McDonnell.2, 4, ft, 10,
Varady. Meicr. RendaN. So- prano; Manuel García Mo- Haendel, El festín de Ale- Mhchell, Nucci, Zajic. 12. 14. 16 de wplientbre.
nn. Beeihoven, Misa tan [e. piano. Havel, Meí- jandro. Echeverría. 2 de sepUmbn.
solemne. siacn. Blanquer, Homs, A: The Sisteen. Harry Chris- CAVALLERIA RUSTICA-
Monisaivatge. Mompou. tophers. Da»son, Robson, NA (Mascagm). I PA- MILÁN
19. 22. 24: Academy of Si. GLIACCI (Leoncavalia) Teatro alia Sola
Martin-in-ihe-f-i eld*. Neville F.splá. Dayies, George. Purcell, La Edoardo Muller. Mauro.
Marriner. Murray Perahia, — Musique Obligue. Mi- Reina de las Hadas. Obraztíova, Zancanaro, Pa- Bijerische SIMIsoper
piano. Cherubini. Weber, chei Swierczewski. Sharon !ade. Echeverría, Rui2 9, 12 de Mu .ten
Schenk. Spohr. Beeihoven, Cooper. me^¿o. Boulez, LINZ de septiembre.
Los 5 conciertos para piano. Seco. DER LIEBE DER DANAE
21: Royal Phi I h arm on ic. Festival Bnickner D1E FLAGAENDEH HO- IStraussJ Wolfgang Sawa-
Cuarteto de trombones L-LANDER (Wagnerl Jan llivch. Hass, Trauboth, Ro-
Brighton Fesiival Chorus. Aitana. Serocki, Llanas, I I , 12 de Mptirmbre: Or- Laiham Koenig. Batslev.
Anlal Dorali Mo/ari, loff, Ahmjo. King. 19.26 de
Ikethovtn.
Bianes, Ángulo.
— Oiquesta Culbenkian. S18,jeMa Sania Cecilia Roma,
corees Prélre.
19: Orquesta de la Resi-
Schunk. Nimbgcrn. Talvela.
Hermann. 15. II de sep-
sepUenbre.
DAPHNE (Strauss) Wolf-
23: London Philharmqnic. Josí Luis Temes. Jean- tiembre.
Louis Frémam. Lorraine Marie Cottet. piano. Fer- dencia de La Haya. Franz eang Sawalhsch. Lipovsek.
MeAslan. viotín. Daiis. Bi- nández Guerra, López, de Welwt-Most. NABUCCO (Verdi) Jan Malflrano. Ramírez. Lin-
tet, Lalo, Dchussy, RaveL Pablo. Milhaud. 25: Filarmónica de Munich. l.alham Koenig. Plowrighi, droos. 21, 25 d» septiembre.
25: London Philharmomc 13: Grupo Vol ad Lkbctum Sergiu Celibidaclie. Bruson. D'Anegna. Incera, DIE SCHWEIGSAME
Orchestra & Choras. Roger de Barcelona. Nuix, Graus. Romano. 23, M de sep- FRAU (Strauss) Wolfgang
Norrington. Murphy, Lan- Hiitsinyol. Capdevilla. Ca- LUCERNA tiembre. Savíallisch. Molí, Ramírez,
tlejo, Brncic. Festival de Mlisk* NORMA (Bellmi) Bons Kaufmann. Rauch. 14, 27
ridge, Daiies. van Alian, de septiembre.
B ailey. Beethoven, Leonore
(versión de concierto).
— Orquesta Gulbenkian.
José Luis Temes. Oliyeira,
1 de «plkmbre: Filarmóni-
ca de Berlín. Seíji Ozawa.
Hinchev. Popova, Mineva.
T/vetanov, Peirov. 28 de
11: Melvyn Tan. fortepiano. Braga Santos, Guinjoan. Haydn. Bruckner. septiembre, 2 de octubre. PAHIS
Beeihoven, Mendelssolin. Ivés. 3: Rojal Philharmonic. TOSCA (Puccini) Russlan
Erích Leinsdorf. Brahms, Raytscheff. Troiiskaya. Opera át París
— London Classical Pla- 24: Estudio Electrónico del Brillen. Dvorak AragaU. Popov. 29 de sep- RIGOLETTO (Verdi) Alain
yera. Roger Norrineíon. M1TT de Niza. Matihiel. 5, 6: Filarmónica de Nueva tiembre, 1 de octubre, Guingal- Jean-Marie Simón.
Beethoven, Spohr, Schu- Marie, Momanés, Marie. York. Zubin Mel"a. Schu- Shicoff, Fondary, Ferrarim,
ben. — Plástieo( Palacios. ben, Bruckner. / Schubert, Taillon. 17,14, Í6. 28,30 dr
— Sinfónica de Asturias. BERLÍN septiembre.
David Parry. Fernando Pu- Waener.
MUNICH chol, piano. Fernández Al- Berliner Kamineroper GlULlO CESARE (Haen-
Orquesta Filarmónica vez, Evangelista, Cruz de 7: Orquesta del Concertge- BLODSBROLLOI (Mag- del 1 Jean-C laude Malgoire.
de Munich Ca.siro. Montsalvatge. bouw de Amslerdam. Ric- nusson) Ole Wiggo Bang. Mcholas Hyiner Pushee.
25: Patricia Miki^hka, mez- cardo Chajlly. Radu t.upu. Britt-Marie Schoti. Stephen. Philippe, Laurení. Lotl, Vi-
15. 16, 18 de septiembre: iano. Mozari, Tchai- Zwedberg, Nilsson. Haug. see. 25, 27. 29, de sep-
Sergiu Cehbidache. Chris-
zo y electrónica. Dodge.
Morrill, Meiby, Babbitl. E ovsky.
8: Filarmónica de Viena.
Gustavsson. (Opera basada
en Bodas de sangre de Lor-
tiembre.
lian Tezlaff, violin. Ravel. — Sinfónica de Asturias.
Schubert, Schoenberg, Víctor Pablo Pírez. Víctor Lconard Bernstein. Brahms, ca). 5, 6 de septiembre. SAN FRANCISCO
Tchaikovsky, Martin, violm. Margarita Bernslein.
Zimmermann. me/zo. Da- 9: Alfred Brendel. piano. BRUSELAS Opera de San Francisco
24. 30, I de octubre: Scraiu Mozart, Brahms
Celibidache. Berlíoz, Schu- rias. Turma. Falla. L'AFRICAINE (Meyer-
bert. Tchaikovsky. 10: Philharmonifl Orches- La Molinaje beerlMaurizío Arena. Lot-
MADRID [ra. Giuscppe Sinopoli. Ru- DIE GEZEICHNETEN fi Mansouri. Verrett.
PARIS dolf Serkin. piano. ISchreker). Producción: Swenson, Domingo, Díaz.
V FBlii al de Otoño Deulsche Oper am Rhein. 9, 13, 16, 1S, 21, 24, 27 de
Orquesta de París de la Comunklad de Madrid MONTREUX-VEVEY seplicrabre.
Leganet. 22-1X. Coto y Or- Hans Wallat. üúnier Krá-
28. 29. 30 de septiembre: mer. Peelers. Cowan, Rid- THE RAKE'S PROGRESS
Daniel Barenboim. Claudio quMia de la Comunidad de XLII1 Ftslivml de Música derbusch, Schmidi. Eberz. (Slravinsky) Andrew Meli-
Arrau. piano. Hct'thoven, Madrid. Miguel Gtoba. Bar- 1 de septiembre: En&emble 9, 11 di septiembre. zer. John Cox. Paiierson.
Wolf, Boulci. bet. Haydn, Mozart. Mosaiques. Christophe Chrsilin. Vergara. Hadley.
San Larenjo de El Escorial. Coin. Corelli, Wassenaer, 10,15. 23.18 de vpliembn.
24-IX. Montserrat Torrenl. Locat el li, Peréolesi. LONDRES MAOMETTO II (Rpssini)
órgano de la Basílica. Scar- 4: Cuantío Meló». Barbara English ^alla^aJ Opera Alberto Zedda. Sonja Fri-
FESTIVALES latti, vari den Chcyn, Soler, Hendricks, soprano. sell Horne. Andenon. Alai-
Haydn. C.P.E. Bach. Schoenberg, Brahms. CARMEN (Biietl Van Pas-
Madnd. Tcalro Real. 27-IX. 5: Orquesta dei Concenge- cal Tortelier. David Pount- fflo. Merrill, Tate. 17. 19,
OruucsEa Sinfónica de Ma- bouw de Amslerdam. Ric- ney. Rigby, Trussel, Leifer 25. 30 dt septiembre.
ALICANTE kus, Bullock. 2. I. 10, 13,
drid. José Ramón Encinar. cardo Chailly. Radu Lupu.
IV Festival lntern»c«>n«l Pablo Cano, clave. Berío. 16, 21. 24 de septiembre. VIENA
iano. Mozari, Schumann, TOSCA (Vcrdi) Paul Da-
Út Milki Conlempnranea
I ! di septiembre: Sinlrtnica
J.I.. Turma. Boccherini.
E ruckncr.
15: Alfred Brendel. piano.
niel. Jonalhan Mtkller
Cairns, Baiham, Donnelk.
Sttatwper
BORIS GODUNOV (MUS-
de RTVE Honald Zollman. SAN SEBASTIAN Moían. Beethoven, Liszl, 3. 7 9.15.19. 22. 2Í, 10 de sorgskyl Mark Ermlet. Otlo
Herré Jan Stenga. cello. Brahms. septWBibre. Schenk. Burdschuladze,
Guerrero, Soler, Bernaola, XLIX Quineeni Musical 27: Trio Beaui Arií. Schu- LA TRAVIATA {Verdi) Yachmi, Sasaki, Allantov,
Madema. Berio. 1 de septiembre: Sinfónica liert. Mendelssohn, Brahms. Mark Eider David Pount- Slania. 29 de sepiiemhre.
CONVOCATORIAS
CURSO DE ANÁLISIS MUSICAL na del Barroco al Romanticismo. Pro- les. Tamaño máximo de los trabajos:
Conservatorio Superior de Música de fesor: Heribert Breuer. 26-IX/I-X. 50x35 cms. Premio: 300.000 pts. In-
Sevilla. Tema: El desarrollo armónico Límite de inscripción: 23-IX. Informa- formación: Concurso Internacional de
en las obras de Juan Sebastián Bach. ción: Conservatorio Superior de Músi- Piano de Santander. Hernán Cortés, 3.
Profesor: Heribert Breuer. 26-IX/l-X. ca de Sevilla. Jesús del Gran Poder, 38. 39003 Santander. Tfno. (942) 31 1266.
Límite de inscripción: 23-IX. Informa- 41002 Sevilla. Tfno. 37 08 47.
ción: Conservatorio Superior de Músi- PREMIO LARIOS A LA
ca de Sevilla. Jesús del Gran Poder, 38. CONCURSO NACIONAL INTERPRETACIÓN MUSICAL
41002 Sevilla. Tfno. 37 08 47. DE CARTELES Convoca: Fundación CEOE, Se pre-
Concurso Internacional de Piano de miará a un artista español de cualquier
CURSO DE INTERPRETACIÓN Santander. Pueden participar los espa- especialidad por aportación significa-
MUSICAL ñoles o residentes que no hayan cum- tiva o labor de conjunto. Fallo del ju-
Conservatorio Superior de Música de plido 30 años el 30-X-I988, día que rado: octubre 1988. Premio: 2.000.000
Sevilla. Tema: La música coral alema- cierra el plazo de admisión de origina- pts.
50 Scherzo
dosier
Música y cine
Scherzo 51
dosier
52 Scherzo
-Músico y Cln*
Scherzo 53
dosisr
En «Psicosis», de Hilchcock, Bernard Herrmann haría uno de los mejores trabajos musicales de la historia del cine.
film. A continuación van a venir los cambios, necesarios por saparición de la música esencialmente romántica. Las pelícu-
sí mismos y por la propia naturaleza de los argumentos cine- las ya no son ingenuas y tampoco lo es su música. Ahora las
matográficos. películas son de aventuras, psicológicas, comedias... Los com-
Es entonces cuando llegan nombres como Bernard Herr- positores pueden permitirse utilizar una orquesta de cuerda
mann, Dimitri Tiomkin, Franz Waxman, Miklos Rózsa, Bro- y asociarla a otro mensaje que el que hasta el momento te-
nislaw Kaper, Hugo Friedhofer, Ernest Gold y muchos otros, nían como destino. Bernard Herrmann, acaso el mejor com-
que consiguen romper parcialmente el molde romántico e positor para el cine de todos los tiempos, lo demostró sobra-
introducir otros elementos. Compositores menos conocidos, damente en Psicosis, donde las cuerdas describían casi a gri-
como David Raksin, introdujeron elementos sumamente mo- tos el famoso asesinato en la bañera. Herrmann utilizó com-
dernos de ambientación y descripción psicológica (por ejem- ponentes instrumentales inusitados en su amplia pero nunca
plo, Laura, de Otto Preminger, de 1944). La renovación fue excesiva serie de películas, desde el drama-humor de Con la
pareja a la propia renovación de temas, a la paulatina pérdi- muerte en los talones y el romanticismo cínico de Vértigo (he-
da de la inocencia que se consolidaría en la década de los cin- mos citado ires films de Hitchcok, atención) hasta la descar-
cuenta, y así se introdujeron nuevos elemenlos de forma sutil nada partitura que concluyó inmediatamente antes de morir
(la apariencia romántica, pero matizada sabiamente con te- para Taxi driver.
mas populares americanos, en Los mejores años de nuestra
vida, de William Wyler, con partitura de Hugo Friedhofer, Lo que sucede es que el realismo ha irrumpido en el cine
1946) y se utilizó el conjunto instrumental en diferentes con- y por lo tanto en las composiciones que lo ilustran: Leonard
textos timbrícos y temáticos (Herrmann en Ciudadano Kane Rosenman, dedicado como Herrmann a la composición sin-
o Et fantasma y la señora Muir). fónica y de cámara, realizó una excelente partitura dodeca-
fónica para una película con más pretensiones psicologístas
Si la década de los 40 supuso sentar las bases de un cam- que logros concretos, The Cowbeb, de Minelli, un cineasta
bio en la mentalidad cinematográfica y, al mismo tiempo, cuyos melodramas introducen elemenlos bien humorísticos,
en su música, la de los 50 culminó ese cambio. El cine de los bien psicológicos low brow, porque el melodrama puro y sim-
años 50 empieza por la monstruosa persecución de la época ple como Lo que el viento se llevó ya no es posible más que
de Mac Carthy. Es una época de escepticismo que se va a como nostalgia acritica.
reflejar en el cine y que en los mayores compositores que tra- Al mismo tiempo que se introducen todo tipo de elemen-
bajan para él permite un punto de llegada a esa necesidad tos musicales en el cine (jazz, blues, pop, electrónica, etc.)
de cambio que se advertía antes, y que hace que la mejor mú- tienen lugar algunos adelantos técnicos, como el estéreo, que
sica fílmica que se compone en estos años sea algo comple- se utiliza por vez primera en La túnica sagrada, de Henry
tamente distinto a lo que se componía en los años 30. A la Koster, con partitura de Alfred Newman. Es en este tipo de
desaparición de los grandes melodramas correspondió la de- películas históricas, de romanos, de gran espectáculo, don-
54 Scherzo
-Músico v Cin*.
de aún se refugia un tipo de romanticismo más o menos gran- Aram Jachaturiam y Johann Strauss. Lo mismo hará algo
dilocuente, no siempre conseguido (Ben-Hur, de Rózsa), que después William Fríedkin con la música compuesta por Schi-
da lugar a algunos títulos musicalmente relevantes en los 50 frin para El exorcista, y él mismo hará un montaje musical
y 60: El Cid (Rózsa), El príncipe valiente (Waxman), La con- con obras de Henze, Penderecki, Crumb y Webern. Hay pe-
quista del Oeste (Newman), La caída del imperio romano lículas realizadas enteramente con material clásico previo
(Tiomkin), etc. (Barry Lyndon, de Kubrik; Portero de noche, de Cavani),
En esta época han desaparecido ya los equipos musicales en una época en que el cine americano acude a rodar a mu-
de las industrias, dentro de un proceso de reducción de cos- chos países y otros acuden a América, produciéndose un in-
tes por el disparo insoslayable de los mismos. Al mismo tiem- tercambio, cuando no un olvido, de creadores musicales.
po, se utilizan los servicios de nuevos compositores y se La victoria de la música con orígenes electrónicos es cosa
abandona progresivamente a los supervivientes de los años de nuesira década, en la que es raro encontrar películas ame-
ricanas que utilicen conjuntos sinfónicos habituales. Ya al-
gunos músicos habían reducido los efectivos de forma muy
funcional e inspirada (Elmer Bernstein en Matar un ruise-
ñor, David Raksin en WillPenny, etc.). Esto ha llegado ine-
vitablemente a compositores sólidos como Maurice Jarre,
autor de partituras como Lawrence de Arabia (1962), Doc-
tor Zivago (1965), Isadora (1972) o Eljuezde la horca (1972),
que en los últimos tiempos ha aplicado medios electrónicos
a partituras tan sencillas, atractivas e inspiradas como las de
El año que vivimos peligrosamente o Único testigo.
Junto a él permanecen compositores que, aun provinien-
do del pop, han hecho una excelente carrera cinematográfi-
ca mediante temas de una sencillez y una eficacia no siempre
de suficiente nivel artístico. Es el caso de Henry Mancini, mú-
sico de todas las panteras rosas que hay por el mundo, pero
también de El guateque y, como debut envidiable, de una de
las grandes películas de todos los tiempos, Sed de mal, de
Orson Wells. Y también las grandes figuras que sobreviven,
como Alex North, que desde su revolucionaria partitura de
Un tranvía llamado deseo (donde mezclaba elementos sinfó-
nicos y de jazz con un sorprendente y sugerente resultado)
permanece en la brecha en las últimas películas de John Hus-
ton. O los nombres triunfadores de los 70, como John Wi-
lliams, en activo desde finales de los 50 y que ha compuesto
las partituras millonarias para las películas de Spielberg y
Lucas.
Scher¿o 55
dosier
56 Scherzo
-Músico y Cln*
Bernard Herrmann compuso la música para «Ciudadano Kane», un clásico de la historia Miklós Rózsa ha sido uno de los composi-
cinematográfica. tores más fecundos.
Rebelión a bordo (62) La canción de Bernadette (43) Un hombre llamado Caballo (69)
Lord Jim (65) Capitán de Castilla (47) Bound for glory (76)
Tobruk (67) La túnica sagrada (53) t i señor de los anillos (78)
Sinuhé el egipcio (54) (colaboración con
B. Herrmann)
KORNGOLD, Erich Wolfgang Anastasia (56)
<Bno, 1897-Hollywood, 1957) La conquista del Oesie (63) ROZSA, Miklós
La historia más grande jamás contada (65) (Badaptsl, 1907)
El capitán Blood (35) Aeropuerto (69) (concluida tras su muerte)
Antony Adverse (36) Las cuatro plumas (39)
The Prinee and trie Pauper (37) El ladrón de Bagdad (40)
Robín de los bosques (38) Perdición (Double Endemnity) (44)
Juárez (39) NORTH, Alen Recuerda (Spellbound) (45)
(Chester, 1910)
La vida privada de Elizabeth y Essex (39) La jungla de asfalta (50)
The Sea Hawk (40) Quo vadis? (51)
Muerte de un viajante (51) Ivanhoe (52)
La ninfa consomé (42)
Un tranvía llamado deseo (51) Julio César (53)
Escape me never (46) ¡Viva Zapata! (52) Los caballeros del Rey Arturo (54)
Los miserables (52) Ben-Hur (59)
Desirée (54)
MANCINI, Hcary El Cid (61)
Mañana lloraré (56) Rey de Reyes (61)
(Cleveland, 1924) La noche de los maridos (57)
El largo y cálido veíano (58)
Sed de mal (58) EL ruido y la fuiia (59)
Desayuno con diamantes (61) Spartaco (60)
Días de vino y rosas (62) STEINER, Max
Vidas rebeldes (61)
Hatari (62) Réquiem por una mujer (Sancluary) (61) (Vfeaa, UM-Beverij HUh, 1971)
Charada (63) Cleopalra (63)
La pantera rosa (64) Cimarrón (31)
El tormento y el éxtasis (65) Bird of Paradise (32)
Dos en la carretera (67) El gran combale (Cheyenne Autumn) (65)
Víctor o Victoria (82) Symphony of six mil I ion (32)
¿Quién teme a Virginia Wolf? (66) King Kong (33)
Las sandalias del pescador (68) Servidumbre humana (34)
Sangre sabia (80) The Informer (35)
NEWMAN. Alfred Bajo el volcán (841
(New H.vea, 1900-Los Aegdrs, 1919) Los ttes mosqueteros (35)
El honor de los Prizzi (85)
La carga de la brigada ligera (36)
Street Scene (31) El pequeño Lord (36)
The dark ángel (35) The life of Emile Zola (37)
Beloved enemy (36) ROSENMAN, Lconard Angeles con caras sucias (38)
El prisionero de Zenda (37) tBrooktra, 1924) Jezabel (38)
Beau Geste (39) Lo que el viento se llevó (39)
Gunga Din (39) Al este del Edén (54) Sargento York (41)
El jorobado de Notre Dame (39) The Cowbeb (55) Murieron con las botas puestas (42)
Cumbres borrascosas (39) Rebelde sin causa (55) Carablanca (43)
El joven Lincoln (39) The fantastic voyage (66) El sueño eterno (46)
Scherzo 57
dosier
Max Stemer componiendo la partitura pa- Dimttri Tiomktn cun su tercero y último John Williams, música para las galaxias,
ra «The Violen! Men». Osear.
58 Scherzo
-Músico y Cln«-
Scherzo 59
-do»i*r-
Quedó convenido que el tema del film sería el mundo de la nueva compañía de ópera Hermann Gottlieb (Sieg-
de la ópera, cuya prosopopeya y osteniación, en la época fried Rümann) se ofrece a acompañar a Groucho Marx
en que hablamos, había llegado virtualmente a su cénit. y a su protectora, la inefable Margaret Dumont, a la ópe-
Efectivamente, los años 1930 señalan el punto más ba- ra, Groucho se excusa y luego, desde su coche de caba-
jo de la vitalidad de la ópera como espectáculo mundial. llos, insiste en dar vueltas al ieatro para evitar llegar a
Los nuevos hallazgos técnicos, la aparición de los prime- tiempo de presenciar la ópera.
ros films sonoros (que hacia fines de la década empeza- Cuando Gottlieb habla con la Sra. Claypool (Marga-
rían a aparecer ya en color, a veces), la proliferación del ret Dumont) acerca de los honorarios de Lassparri como
automóvil y del week-end, todo conspiró contra la ópe- figura en la que apoyar la nueva compañía de ópera,
ra, cuyo público disminuyó, dejando el espectáculo en ma- Groucho se escandaliza ante los mil dólares por noche que
nos de las grandes fortunas, que seguían encontrando en se van a ofrecer al tenor, y afirma con toda tranquilidad
el (eatro de ópera el lugar adecuado para su ostentación que se pueden conseguir discos de Minnie the Moocher
y ambición de gran mundo, difícil de alcanzar para el («la bella Mimí», en la versión española) por 75 centa-
hombre común. vos, y que por un dólar y cuarto se la puede conseguir
En América, especialmente, donde la principal vida ope- en persona.
rística se desarrollaba en la populosa y variada Nueva A partir de este momento, sin embargo, Groucho hue-
York, el Metropolitan Opera House estaba en manos de le el negocio y se pasa al bando, si no de los entusiastas
tos grandes magnates de la industria, de las grandes for- de la ópera, al menos al de los agentes y organizadores,
tunas del país. No es de extrañar que para el común de y se dedica a buscar a Lasspairi por su cuenta. A través
los moríales, la ópera pareciera indisolublemente ligada de la célebre escena del contrato, acabará siendo el ma-
a la ostentación, al lujo, a la virtual incapacitación para nager del comprimario Riccardo Baroni, el galán inevi-
el trabajo causada por un exceso de recursos monetarios. table de turno.
La ópera en el film
J_/a parte musical del film, como siem-
pre que en estos años la Metro Goldwyn
Mayer emprendía determinadas produc-
ciones sonoras, se confió a una nulidad
que se dedicaba con frecuencia a apañar
partituras y a realizar trabajos de adap-
tación que no constituyen ningún timbre
de gloria ni para él ni para la empresa. Se
llamaba Herbert Stothart, e intervino en
muchas bandas sonoras de los años 1930.
Su ignorancia era enciclopédica, y a él sin
duda se deben las confusiones que surgen
en la película entre la música que se oye
en escena y las imágenes que aparecen en
la pantalla.
En efecto, en la primera parte del film,
que se desarrolla en Italia (aunque sólo un
observador muy atento puede percatarse
de que el teatro en el que acontecen los
hechos tiene que ser la Scala de Milán,
Los hermanos Marx (reducidos ahora a tres tras la de- porque no se dice en ningún momento), los protagonis-
fección de Zeppo, que se convirtió en su agente) tenían tas intervienen en o presencian una representación que,
irremediablemente que encarnar el otro lado de la barre- por la música, es Rigolelto. Sin embargo, una observa-
ra del espectáculo, y la comicidad había de nacer forzo- ción atenta de los detalles del escenario nos da a entender
samente de la incongruencia entre el público de la ópera otra cosa: un cartel a la puerta del teatro al que Groucho
y su convencionalismo, y la salvaje alegría de los tres per- rehusa entrar anuncia Pagliacci y luego, cuando aparece
sonajes, capaces (como ocurre, efectivamente, en el film) Lassparri en el escenario, lleva traje de payaso, lo que mo-
de destruir una representación en muy poco rato. tiva un comentario de Groucho sobre sus botones in-
La ópera como género estaba entonces anquilosada al mensos.
máximo. El repertorio, más reducido que nunca, se ci- Luego presenciamos a Kitty Carlisle cantando inade-
fraba en unas pocas decenas de títulos que se repetían has- cuadamente una parte del aria de Gilda Caro nome (ter-
ta la saciedad: nadie parecía interesarse por el contenido minándola con un arreglo distinto del original). Sin
de verdaderas obras maestras que se mantenían ignora- embargo, la Carlisle va vestida de Colombina- Y, mien-
das del gran público y de los que el modesto aparato so- tras canta, un espectador atento verá entrar a un perso-
noro que era la antigua gramola no podía dar todavía naje jorobado que mordisquea una manzana. ¿Rigoletto,
cumplido testimonio. el jorobado? No, se trata de Tonio, personaje asimismo
Así, pues, los hermanos Marx entran a saco en ese mun- jorobado de Pagliacci, la ópera más famosa de Leonca-
do encopetado y falso y le infligen todas las humillacio- vallo. ¿Qué sucedió en el rodaje y en la impresión de la
nes que los antagonistas de la ópera (mucho más banda sonora?
numerosos entonces que ahora) hubieran querido poder Muy sencillo: se pensó en poner en escena, para la par-
causarle. te iialiana de la película, un fragmento de Pagliacci: por
Aparecen en el curso de la película todos los tópicos eso Lassparri lleva traje de ciown. La escena en que can-
an ti operísticos, empezando por el que sostiene que ja ópe- ta Kitty Carlisle no es otra que la de la Ballatella, y por
ra es una laia. Cuando, a principios del film, el director esto aparece, atraído por la música, el deforme Tonio;
60 Scherzo
-Músico y
si se hubiera tratado de Rigoletto no habría aparecido en que Chico y Harpo hayan introducido la confusión en la
escena durante el aria de Gilda Caro nome, por necesi- orquesta, y páginas de música ligera entre las hojas de la
dad del propio argumento de la ópera verdiana. partitura de // trovatore, de Verdi.
Así pues, a la hora de montar la película y darle una Es este título verdiano el elegido como base para la gran
banda sonora, la ignorancia de Siothart no supo prever escena final de la película, cuando la venganza de los Marx
la dualidad creada y dejó que se grabaran fragmentos de cae sobre Gotilieb y Lassparri, turbando la representa-
Rigoletto en lugar de los de la ópera pensada en un prin- ción con todo tipo de interferencias. Algunas de las bro-
cipio. Tal descuido revela el escaso interés que por la ópera mas aparecen ahora añejas: la moda de los apaches se
sentía incluso el responsable de la música de la Metro introduce en una escena viólenla de unos bailarines, du-
Goldwyn Mayer. rante el canto de los gitanos del acto 11. Pero lo más inte-
resante y divertido, por supuesto, estriba en los cambios
de decorado provocados por Harpo desde lo alto del es-
Los Marx en el Met de Nueva York cenario, y el rapto de Lassparri interrumpiendo precisa-
mente el aria Di quella pira.
3 ó l o unos pocos fotogramas nos sitúan en lo que el guión La partitura pasa sin aparente preocupación para nin-
del film denomina New York Opera House, probablemen- guno de los responsables, de una escena a otra de la ópe-
te unos centímetros de película obtenidos de algún noti- ra: así Lassparri empieza a cantar Mal reggendo frente
ciario. Después, la filmación se lleva a cabo en un teatro a Azucena y termina poco después en plena aria de la pi-
obviamente mucho menor. ra. Finalmente, cuando Kitty Carlisle logra cantar al pie
La compañía de ópera se pone trabajosamente en mar- de la torre su aria D'amor sufl'ali rosee, la versión cine-
cha porque los Marx han secuestrado a Gottlieb y en el matográfica impone un final falso que servirá, además,
momento de levantar el telón no está allí para saludar al bisado, como final feliz de la ópera.
público de entusiastas encopetados que llena el teatro. A Tales atentados revelan, en el fondo, el poco interés,
instancias de Groucho, que se halla allí para salvar la si- e incluso el menosprecio que en muchos ambientes euro-
tuación, la Sra. Claypool (Margaret Dumont, que repre- peos y americanos se vivía respecto a la ópera. La era de
senta a la perfección el papel de gran dama los inventos parecía que iba a desplazar al arte lírico, y
circunstancialmente interesada en el género para acceder nadie pareció interesarse especialmente por cuidar la fi-
a la sociedad) saluda al público y luego Groucho le dirige delidad al género y a sus partituras.
unas palabras disparatadas, destinadas a cubrir de opro- Los hermanos Marx —que ya habían aludido a la ópe-
bio a la ópera. En la versión original, alude a los cheques ra muy de paso en alguna otra de sus películas anteriores—
de la mecenas allí presente para asegurar que probable- dejaron una obra maestra: un film de humor realizado
mente carecen de fondos. Luego relata brevemente la vi- a costa de la escasa popularidad y el aislamiento social
da de Lassparri con otras incongruencias: su madre era de los entusiastas de la ópera. Es uno de los muchos jalo-
una conocida «baja» («barítona», dice la versión caste- nes de la difícil relación entre el mundo lírico y el del film,
llana, para hacer más comprensible la burla) y luego añade que pocas veces se han llevado bien.
la calificación de fabricante de spagftetti referida al su-
puesto padre de Lassparri, alusión al italianismo que com- Roger Alier
pleta las que en todo el film llevan a cabo lor
protagonistas, sobre todo Chico, al que se supone de ori- (1) Harpo también tocaba el piano, pero en los films el contacto del acEor
gen itálico. (3) con el instrumento suele lener consecuencias nefastas para esle último, lo que
Los ataques a la encopetada clase social se suceden: no ocurre con el ajpa. Lo ocurrido con Í.'aslelnuovu-Tcdcsco lo explica Joe
Groucho intenta dar una propina a un caballero que le Adamson en Groucho. Harpo, Chico and sometimos Zeppo. Coronel Books.
[andón. 1974, p. 261.
recoge el sombrero, hace muecas al público, vende caca- (2) Joe Adamson: op. d i . , p. 383,
huetes en la platea y asusta con gritos a las damas cuan- (3) El i « l o definid™ y el original del film pueden verse en la edición del guión
do la represen!ación logra por fin arrancar, después de publicada por The Viking Prcsi, Nueva Yorl. 1972.
Scherzo 61
Comunidad "de Mádñd
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c o M U N D~ "A D
-dosier
64 Scherzo
-Músico y Cin*
En «Alexander Nevsky», Eisenstein seria el pionero en explotar la interrelación entre el mundo sonoro (y no el musical! y la realización visual.
sion se explica por la búsqueda de efectos insólitos que la apa- debido a que, en comparación con el teatro, el mayor incon-
rición de instrumentos no tradicionales como ondas martenot, veniente del cine radica en su total falta de comunicación di-
medios electro acústicos y por supuesto el advenimiento de recta con e! público. La música contribuye a establecer una
una generación serial y concreta guiada por Webern ha ad- relación más estrecha entre la pantalla y los espectadores, co-
quirido todo un nuevo significado y valor musical. mo dice el famoso Bernard Herrmann. No le falta razón, pen-
semos que la película produce un desdoblamiento, o al menos
tendría que producirlo, entre nuestra sensibilidad subjetiva
II que nos ata al ambiente y la serie visual que desarrolla de-
lante de nosotros espacios imaginarios. En estas condiciones,
El cine y su público cada una de las dos series aventaja sucesivamente a la otra.
En ocasiones es la serie subjetiva, en este caso el espectador
esde el nacimiento del arte cinematográfico y sobre no está atento a la película, que le parece un simple parpa-
Scherzo 65
dositr
66 Scherzo
-Música y Cln*
Scherzo 67
dosier
(Sullivan: un director de cine que ha agredido a un agente más lúcida propuesta de esa secuencia: ojo y oído son, en
federal cuando éste le toma por un criminal evadido). El le- cine, la misma cosa, prolongación de un mismo sistema iden-
jano cántico de un coro subraya la cansina marcha. Final- tificatorio y sonámbulo, asunción de un punto de vista fan-
mente, los prisioneros se detienen a las puertas de lo que (asmático a cuyo establecimiento colabora la música de modo
asemeja una gran casa de labor: el volumen de la música ha privilegiado por el simple hecho de su presencia (o de su
ascendido, pueden ya distinguirse las palabras del canto mien- ausencia). En cine, la música es ¡aposición emotiva inheren-
tras el guardián efectúa su rutinario recuento. Al cabo, el gran te al punto de vista, el eje central de la identificación básica.
portón se abre, los reclusos penetran en el interior y, tras ellos, Por ello (y salvo en ciertos casos sumamente cualificados),
la cámara: descubrimos entonces que estamos en una iglesia en el modelo film ico dominante la propia índole de esa mú-
metodista, la mitad de la cual está ocupada por feligreses ne- sica es un elemento secundario: lo que determina el sentido
gros, de los cuales procedía la música que hasta ese instante no es tanto la forma del texto musical, sino el modo en que
habíamos tomado (erróneamente) como una mera metáfora éste se articule con los restantes planos textuales (diálogo,
de acompañamiento, un contrapunto sonoro que proporcio- ruidos, planificación, montaje). El lector habrá observado
naba un eje de connotación (religiosa, espiritualista) al do- cómo —de manera totalmente deliberada— hemos omitido
liente movimiento de los que padecen persecución por
la justicia.
Ahora, es una música incidental que pasa, repenti-
namente, a elemento diegético. El acierto de la escena
se basa, a diferencia de la situación del ejemplo ante-
rior, en que esa mutación se opera de un solo golpe,
con el cambio de plano correspondiente al cambio de
emplazamiento de la cámara (fuera/dentro) con res-
pecto al templo, en lugar de ofrecerse como un lento
proceso gradual. Para que el efecto de la transforma-
ción significante sea más acusado, el cambio de plano
se produce a mitad de frase del coral: la discontinui-
dad en la dinámica (el súbito incremento de volumen
como rasgo de verosimilitud del cambio de exterior a
interior) corre pareja con la propia fractura discursi-
va visual y sonora. La sencilla y directa radicalidad
de Preston Sturges (de cuyo Sullivan's Travels, 1941,
hemos tomado nuestro ejemplo) no puede resultar más
atinada, en su total ausencia de retórica: presos y ne-
gros son, al cabo, la misma cosa, la misma carne aco-
sada, carente de horizontes (la reunión de la iglesia
tiene por finalidad una sesión cinematográfica de di-
bujos animados, lenitivo cómico para una existencia
trágica). De ahí que el carácter incidental, de envoltu-
ra decorativa y melodramática, ostentado por la mú-
sica en el arranque de la secuencia sea posteriormente
depuesto al integrarla definitivamente a la acción: al
diegetizarse, el discurso sonoro deja de ser un signifi-
cante emotivo para inscribirse como una práctica de
clase.
Si cualquiera de las dos secuencias utilizadas basan
su eficiencia en una cierta forma de impugnación del
discurso dominante (la primera fingiendo aceptarlo,
la segunda poniendo en escena su falacia, ambas a tra-
vés de la inscripción de lo musical como dialéctica del
fuera de campo), el tercero de nuestros ejemplos es de
una naturaleza tan extremadamente atípica que bien
puede calificarse de único en toda la historia del cine:
un joven yace, expirante, en una mazmorra. En su ago-
nía (que se extiende a una tercera parte del filme) su
alma (en sobreímpresión) se separa de su cuerpo mu- Fotograma de «Sueño de amor eterno" tPeler ¡bbetson) de Henry Halhaway.
tilado, sale de la prisión y se une con la de su amada (dormi- toda descripción, referencia o análisis de los fragmentos mu-
da, encerrada por su esposo en la alcoba) recorriendo paisa- sicales implicados en las tres secuencias fílmicas comentadas
jes fantásticos de hechizada irrealidad: su amor es más fuerte en las precedentes líneas. No importa, realmente, saber (ni
que la separación, que el tiempo, que la muerte. Sus noches casi tampoco identificar) que se trataba de un arreglo del
están repletas de sol y de jardines. Se encuentran, caen uno Traumerei schumaniano (transcrito para violín y piano, cla-
en brazos del otro, se besan, la banda sonora asciende hasta ro está) en el primer caso, del espiritual Go down, Moses (can-
un exultante primer plano. Y entonces Gary Cooper pregun- tado monódicamente con acompañamiento de armonium) en
ta a Ida Lupino ¿oyes esa música? el segundo, de un exaltado fragmento de Ernst Toch (la úni-
El absoluto grado de subversión implicado en este ejem- ca genuina música fílmica de todas) en el tercero. El rasgo
plo (tomado de Peler ¡bbetson. Henry Hathaway, 1935) no de pertinencia se situaba, en cualquiera de los tres, en la re-
precisa de mayores exégesis, en su forma, absolutamente lación de ese segmento musical con el fuera de campo: defi-
ejemplar por lo demás, de desnudar nuestra mirada, de se- nitivamente eludido en Lubitsch, integrado en la sucesión del
ñalar a lo vivo nuestra posición de espectadores. ¿Desnudar relato en Sturges, sometido a una brusca ablación (no por
la mirada o desnudar la audición? Y aquí radica, quizá, la puntual menos violenta) en Hathaway. En todo filme, la po-
68 Scherzo
-Música y Cln«
Scherzo 69
ORQUESTA Y COI
DEEÍ
TEMPORADA 1988/1989
1
Sota*
JCStE I^ÓpCZ C
H ^ I T I » 1 !••_ m h i
5 Coro Nacional de España
Jest& Cobos
9 n i4 is 1
Orquesta Serfórúca de
2 * *• Fi Sji^tmbfr 14»!
Op
6
Jesis López Cobos de España
S t e Midla, nafa 4 Ducmbrr I9KK n™nr Edmon '
- Smlcuu num tti en Iku m-voi *H dauildo' i'.**k r h v i a> l « luna c* Tilico v Lundior-
* 1. [fflnnUi para wrfin y nquaia nurn, i en Re H o o n Sinfonía nrtm W m Re m*yoi. K 51M "Piafa"
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11
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íirvaWw TahuBfl)
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3
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OrqueOa Sinfóni» de
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4
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Smton» HimHtca. Ltp. id
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14 I I . JB. 19 Febrero
Walter Wdler
Isaac Karabtchevsky
19 Cristóbal Halffter
24 7 Maytn I9R9
Wjüter W«Ucr
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20
SlrmK V¡di di terne Op 411
16 J, 4r 5 Mar™ I9B9
Otmar SuJtnef
Bufad O r o i » , ptaiw
C o r o Nacional de España
Jesús López Cobos
C'onncno pan puno y orqufHa en La menor.
Coro Nacional de Fspaña Op 54
• .Siníom* rnim- A en £to nuyw 1
Oberluii df -t;u
Escótenla Nuestra Señora del Recuerdo * ConcvHD pan vioLn y orqucila n
21
Dirrdor Carlos Kalmar i lyraphony"
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Pulmus Kunjánc
Te Drum
y orqucil* en
Otmar Suttrwr
Op. 61
P « H U w n r h i n , «iota
pva vuin y ocqueHi en Re meiv.
núm 4 rn Mi mayor •Bínn¿n1IC«"
26 19, JC_ Jl Mayo 1989
Fam
r
*
Cuto y drama
Aja ópera es canto, la ópera es drama. Si creemos
que la ópera es sobre todo canto, apoyado en una
estructura dramática, no merece la pena plantear-
se la relación cine-ópera, su fusión y síntesis, por-
que el cine es uno de los medios dramáticos (el
primero, por cierto, que le privó del monopolio de
lo dramático a la escena) y, si hace ópera, es que
va a continuar el cometido de lo teatral por otros
medios. Pero si consideramos que la ópera es dra-
ma, esto es, teatro (tragedia, comedia, farsa, etc.),
es que consideramos que el canto es su apoyo, su
forma, su estructura, pero que lo constitutivo es
lo dramático. Los orígenes de la ópera, antes de
Monteverdi, son el interno de restituir lo que los
de la Camerata creían que podía haber sido la esen-
cia de la fórmula trágica ática: el recitativo seco
fue el resultado, que poco después invirtió y mati-
zó Monteverdi, y con su ejemplo algunos discípu- Do? formas bien diferentes, aunque igualmente válidas, de llevar la ópera al eme:
los suyos, como Cavalü. El canto se enseñoreó de
la ópera más tarde, pero la esencia dramática vuelve Salzburgo en 1954, con dirección musical de Furtwángler (derecha).
una y otra vez, desde Gluck hasta los grandes títulos de nues- miedo al teatro, a que los actores provenientes de un escena-
tro siglo. Y puesto que el cine es acción filmada (no fotogra- rio estuvieran mal en otro medio. Simplemente se superó el
fía enlatada de una representación, aunque un film pueda teatro, o mejor dicho, se consiguió la síntesis dramática en
servir de evenlual soporte a algo así), el cine y la ópera pue- otro medio, ajustándose al texto del dramaturgo y sin lomarse
den llegar a entenderse a las mil maravillas. ese tipo de libertades que invocan algunos para dañar la obra
original en la que no creen o a cuya altura no se encuentran.
Al lado de teatro mejor o peor filmado, hay cine magis-
Teatro y cine tral proveniente de textos pensados para la escena. Por sólo
referirnos a Shakespeare, pensemos en la fortuna de este ge-
V emos, si no, qué ha sucedido con ese otro maridaje, pa- nio del leairo en varias versiones cinematográficas de obras
ralelo y semejante, entre teatro y cine. Se puede hacer un ci- suyas, y limitémonos a dos cineastas: Laurence Olivier con
ne muy verbal que no evite la teatralidad, se puede adaptar Enrique V, Hamlet y Ricardo III; Orson Welles con Mac-
una pieza teatral para que sea auténtico cine, pero también beth, y sobre todo con un maravilloso Olhetlo, aparte de esa
hay una vía que parecía problemática y que sin embargo ha otra genial película alrededor de Falstaff, con textos de En-
dado auténticas obras maestras de la cinematografía: se res- rique ¡V (y una breve coda de Enrique V), Chimes al mid-
72 Scherzo
-Músico y Cin«
nighl, ejemplo de libertad auténiicamente creativa, de autén- rio Costa (el pionero, con su Barbero de 1945, protagonizada
tico respeto hacia Shakespeare. Y [odas estas películas con por Titto Gobbi, gran cantante, pero antes gran actor). En
textos (ealrales eran auténtico y verdadero cine. estas películas, que nos llevan hasta la famosa Aida de Cle-
Podemos plantearnos el problema de la relación (o mejor, mente Fracassi, con una exuberante Sophia Loren, con Re-
insistamos, de la síntesis) ópera-cine en términos semejantes nata Tebaldi en play-back, es muy habitual este último
a éstos. procedimiento, aunque no universal, como demuestran los
casos de Gobbi o Nelly Corradi... y muy pocos más, casi nun-
ca de cantantes de auténtica talla (¡no se puede tener todo!).
En la Unión Soviética el afán pedagógico de los estudios
Cine y ópera les llevó a aprovechar cinematográficamente previas produc-
ciones operísticas o a producirlas ex novo. Pero el criterio
MTara que una pieza teatral se convierta de veras en cine no era siempre cinematográfico. Los años cincuenta y sesenta
es suficiente con cortar parlamentos, prodigar primeros pla- son la edad de oro, con realizadores como Román Tijomi-
nos o acudir a furiosos travellings o planos-grúa. Puede ser rov (Evgeni Onegin, Dama de pique, Príncipe Igor) o Vera
incluso innecesario. Lo que hay que hacer, en primer lugar, Stroeva (Boris Godunov, Jovanchina). Son películas que se
es eliminar la cuarto pared, porque en cine esa pared es ubi- pueden ver como tales, y que además basan su guión en una
cua y está en la cámara; hay que acudir a escenarios natura- ópera. Por cierto, al menos una de ellas se puso aquí, hace
les y a exteriores adecuados; hay que construir decorados que unos ocho afios, el Igor de Tijomirov. En Madrid duró creo
pretendan y consigan una ilusión (es decir, una realidad) ci- que una semana en cartel, en el Palace. Para los detractores
nematográfica. Exactamente lo mismo hace falta para filmar de la ópera en cine este dato puede ser un argumento po-
una ópera. Pero si ningún director cinematográfico le dará deroso.
jamás el papel de Julieta a una señora de cincuenta años, tam- En el área germánica hacen a menudo películas basadas
poco hará eso a la hora de encargarle a una cantante (o a en producciones de prestigio, pero no son cinematográficas.
una actriz doblada en play-back) el papel de Evita Pogner, En todas ellas existe la cuarta pared, el decorado es eviden-
Salomé, Lucía, Carmen o Tatiana. Y es que un actor o ac- temente teatral, así como la actuación, y la mayor parte de
triz han de poseer dos cosas al menos (por mucho que la pri- las veces se ve a la orquesta tocando, dirigida por un primer
mera falte más a menudo que la segunda): talento y carac- batuta. Los resultados son a menudo de calidad, pero no es
cine. Eso no impide que, en otro nivel de recepti-
vidad, podamos disfrutar de estos productos. El pa-
radigma podría ser El caballero de la rosa, filmado
por Paul Czinner (un habitual muy eficaz, el mis-
mo del Don Giovanni de Furtwángler de 1954 en
Salzburgo) y dirección musical, escénica y conse-
jos cinematográficos de Herbert von Karajan, con
Schwarzkopf, Jurinac, Rothenberger y Edelmann.
Citamos esta producción no sólo por su enorme ca-
lidad, sino también porque fue puesta por TVE en
octubre pasado y los aficionados pueden tenerla
aún caliente, o acaso grabada. Pero lo cierto es que
en Alemania y Austria se produce mucho, sí, pero
no se da el salto a lo cinematográfico.
Esta manera de hacer germánica será la base de
las habituales filmaciones en vídeo, cuando éste se
comercialice y expansione. Aunque también es cier-
to que algunas de esas producciones en vídeo alcan-
zan unas características casi cinematográficas. Pen-
semos, por ejemplo, en la mayoría de las realizacio-
nes de Jean-Pierre Ponnelle (que acaba de fallecer
n Giovanni de Losey ¡izquierda/ y el que filmara Paul Czinner durante el Festival de
a los 56 años, y al que rendimos ya nuestro más
emocionado y agradecido homenaje), y en especial
los tres Monteverdi de Zurich con Harnoncourt.
teráticas físicas adecuadas para proporcionar verdad dramá-
tica, ilusión escénica. Partiendo de nuestra concepción de la
ópera como drama, los cantantes deberían poseer esto mis-
mo y, además, voz operística. ¡Total, nada! Por eso en tiem- Ren acimienta
pos se acudió tan a menudo al play-back.
Recordemos que en los años 40 se empezaron a filmar en ÍN o es posible saber, sin riesgo de maximalismos atrevidos,
Italia muchas óperas en cine, con mejor o peor fortuna, con si el período de retirada a los cuarteles de invierno de la ópe-
mayor o menor respeto. Se creó una tradición que no tuvo ra en los años 60 y parte de los 70 es una de las causas de
un excesivo futuro, pero que dio muchas obras de interés, que por entonces sean menos habituales los filmes operísti-
basándose en el rico pasado operístico del país y en el mon- cos. Es cierto que se vivía una de esas épocas en que los inte-
tón de películas sobre temas de óperas que se habían hecho lectuales parecían peleados con los coliseos líricos y también
en los 30 y se seguían haciendo en los 40. Destacaron enton- lo es que el fenómeno de nueva melomanía se origina en los
ces los nombres de realizadores como Carmine Gallone (que 70 (alrededor, sobre todo, de los conciertos sinfónicos y la
había filmado melodramas sin canto como El sueño de But- ópera, en especial la italiana del siglo XIX). Lo cierto es que
terfly y Amami, Alfredo, ambas con María Cebotari) o Ma- desde mediados de los 70 se producen unas cuantas películas
Scherzo 73
dosl*r
de alta exigencia cinematográfica basadas en óperas habituales La tendencia actual es a que los propios cantantes hagan
del repertorio. Sólo unas cuantas, pero su producción es tan sus papeles y no sean doblados. Esto ha llevado a grandes
cara, tan cuidada y tan bien distribuida que parece evidente aciertos: Domingo como Don José, Otello o Alfredo, Stra-
que nos encontramos ante otra manera de hacer ópera en ci- tas como Violetta, Raimondi como Escamilio. Pero ha con-
ne. Acaso sea que empiece a cristalizar ese género que en ri- ducido también a experiencias inadecuadas o peligrosas, que
gor no ha existido mas que durante un tiempo en la URSS acaso sea mejor silencionar ante los elogios anteriores. Syber-
y en Italia, aparte de brotes geniales como aquellos Cuentos berg prescinde casi por completo de este recurso en su fasci-
de Hoffman de Michael Powell y Emeric Presburger (pelí- nante Parsifal y el resultado es excelentte. El peligro, se dice,
cula que se estrenó en España, creo que en 1952), con cierto es que no haya adecuación entre las exigencias físicas del canto
éxito <¡ojo los puristas!), y en la que sólo el protagonista can- y la labor del actor-no cantante (esto es, que se note dema-
taba y actuaba (Robert Rounseville), o la discutible (discuti- siado). Pero la experiencia nos recuerda que ese peligro *e
ble la película y discutible la ópera) Médium de Menotti, más da también con cantantes-actores al mimar sobre su propio
o menos de por entonces. play-back. Zeffirelli es uno de los decididos partidarios del
Se considera que La flauta mágica de Bergman fue el des- cantante-actor, y no siempre cumple con su creencia en los
pegue. No sabemos si esta película fue la causa o simplemente papeles secundarios. En cualquier caso, y puesto que es otro
que Bergman se adelantó a una corriente que iba a surgir de género, al actor que acuda al play-back le será necesario otro
todas formas. Sin embargo, y a pesar del encamo de esta pe- tipo de disciplina, de aprendizaje, de entrenamiento. Habrá
lícula, su importancia es mayor por ese carácter más o me- actores adecuados para el cine operístico y otros que no lo
nos de renacimiento que por sus cualidades intrínsecas (al serán, lo mismo que los hay válidos para la comedia y aje-
menos en mi modesta opinión). Ya hablamos visto el Woz- nos al drama... y lo mismo que los hay todo-terreno.
zeck de Joachim Hess, algo anterior, excelente, aunque aca- La gran diferencia del guión de ópera con respecto al de
so no magistral, y poco después vimos un precioso Fidelio los demás géneros es que todo está marcado en la partitura,
de Pierre Jourdan (dirigido por Mehta con Israel), que, co- es decir, que hay partitura, no sólo guión y diálogos. Mu-
mo Bergman, tampoco evitaba lo teatral y no acababa de con- chos directores escénicos de ópera, aherrojados por este ri-
seguir ¡o cinematográfico (que sí conseguía Hess). Y entonces gor y echando de menos las posibilidades de mejora o simple
vinieron las grandes producciones que nos hacen creer que falla de respeto en el teatro dramático, hacen muchas tonte-
el género, pese a la crisis del cine europeo y la carestía de rías con las óperas que el deslino les depara. Otros, al con-
estas películas, cristaliza de una vez por todas y se consoli- trario, sacan su fuerza y su creatividad de ese rigor, de esos
dar Don Ciovanni, de Joseph Losey; Traviata, de Zeffirelli; límites, sin necesidad de hacer notar lo obvio, de remarcar
Parsifal, de Syberberg; Carmen, de Francesco Rossi; Otel/o, lo evidente, o de enmendar la plana. Son nombres como Wie-
de Zeffirelli; Macbeth, de Claude d'Anna, y algunas pendien- land Wagner, Felsenstein, Visconti, Ponnelle, Harry Kupfer
tes aún (o eso creo) de estreno o terminación: Boris Godu- y muchos otros. En cine han sido, precisamente, gentes que
nov, de Andrej Wajda; LaBohéme, de Luigi Comencini. Al provenían del medio cinematográfico y que en ocasiones co-
margen de que nos gusten o no todas o algunas de estas pelí- nocían también el lírico.
culas, creo que estaremos de acuerdo en que son, sobre to-
do, cine, que se han salido del escenario para hacerlas, que Para el actor (cantante o en play-back) hay una dificultad
han acudido a escenarios naturales (Carmen) o han creado esencial: no puede llevar su propio tempo de motivaciones,
un decorado onírico (Parsifal), pero que han sido concebi- su propia recreación de vivencias a partir de la construcción
das como producto cinematográfico. El que, además, resul- del personaje: ha de adaptarse a la Urania de la música. Esto
ten excelentes vehículos culturales o divulgadores es añadirle es, tiene que buscar otro método, o adaptarlo, sin contar con
virtudes (o eso creo). Pero eran cine, y los que creemos en que el método por antonomasia parte de un cierto o un total
esta opción, esperamos que no se trate de un fenómeno efí- realismo, mientras que la ópera es el antirrealismo esencial,
mero, sino de un logro, el de un género que parecía no cua- puesto que su verdad es diferente a la de la fotografía (por
jar nunca. eso la escuela verista en ópera sugiere una contradicción en
los términos). En arte, como ya sabía Stravinski, las limita-
ciones no nos esclavizan, sino que nos potencian. Actores y
realizadores podrán hacer algún corte, podrán exagerar o im-
poner una fermata, todo lo más, pero no pueden romper una
Problemas, tendencias, futuro frase, porque este género las tiene escritas ya. Y, además, en
este género, el primer plano puede ser sumamente problemá-
J_/a verdad es que el cine puede ahora integrar a la ópera tico, pero a cambio los personajes pueden (al contrario que
porque antes la integró el teatro mismo. Se hace auténtica casi siempre en escena), mirarse a la cara, mientras cantan,
ópera-teatro desde Wieland Wagner, Igmar Bergman o Lu- volverse de espaldas, matizar un pianissimo al extremo... en
chino Visconti, entre otros (sólo el primero no hizo cine, só- una palabra, dar verdad dramática frente a la acumulación
lo el segundo filmó una ópera, y es extraño que el tercero de convenciones inútiles y viciosas de los escenarios. En ciertas
no llegara a ello). Esa condición ha sido necesaria para que óperas donde el canto es predominante sobre el drama (Ba-
poseamos hoy el nivel de conciencia lírico-cinematográfica rroco, Opera Seria...), con ese subgénero antic¡nemBiográ-
que ha hecho posibles esos títulos que acabamos de relacio- fico que es el aria da capo, las dificultades aumentan, o son
nar. Y si el género se consolida, pronto veremos ial vez que de un grado superior. Acaso haya óperas no fumables, quién
no sólo el acerbo del pasado es llevado a la pantalla, sino sabe. Pero eso no se puede decir cuando sospechamos que,
que se compondrán óperas destinadas directamente al cine, pese a la gran cantidad de óperas que se han filmado desde
como quiso ya proféticamente Alban Berg (y acaso su pre- el nacimiento del sonoro y desde antes aún, el género en cues-
matura muerte lo impidió, pero ya había pensado cinemato- tión acaba de nacer.
gráficameme su Wozzeck, como demuestra cualquier puesta
en escena de esta obra) y como pudo llevarlo a cabo Brillen
con Owen Wingrave, su penúltima ópera, encargada por TV. Santiago Martín Bermúdez
74 Scherzo
GRANDES INTERPRETES
El poder y la gloria
Filarmónica de Nueva York - Zubin Mehta
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F-
Schcrzo 75
GRANDES INTERPRETES
indiscutibles y en cierto modo rivales queramos, que nunca se dan en orques- pold (sólo en 1902-1903, y que, como
por el primer puesto, Chicago y Fila- tas como las relacionadas). De otra for- su padre, había sido titular de la Sin-
delfia (1891 y 1900) y, desde luego, Bos- ma no se comprende lo que hizo, dicta- fónica). Dvorak dirigió a la Filarmó-
lon (1881), Cleveland (1918) y Los torialmente, el legendario George Szell nica a menudo durante los años que
Angeles (1919). A continuación hay al- con Cleveland, que al llegar él era una estuvo en Estados Unidos como profe-
gunas excelentes orquestas de segundo orquesta menor. sor del Conservatorio Nacional de Nue-
rango, que ya las quisiéramos, como va York en esa misión que le había
Saint Louis (1881), Minnesota, antes encomendado la señora Thurber de
Minneapolis (1903), San Francisco La más antigua orquesta americana crear la escuela nacional de los Estados
(1911), Detroit (1914) e incluso la Na- Unidos. A esta orquesta le entregó
cional de Washington de Rostropovitch
(1931), y alguna magnífica orquesta de
cámara, aparte Los Angeles, como St.
E 1 paradigma de este modo de actua-
ción lo encontramos en las grandes or-
Dvorak su Sinfonía del Nuevo Mundo
en 1893. Mientras a la Sinfónica acu-
Paul (1959). Después están las demás, questas del país, como es el caso de la dieron directores como Bruno Walter,
algunas de ellas con una antigüedad que Filarmónica de Nueva York que ahora Fritz Busch, Arbós o d'lndy, a la Fi-
no les ha permitido aún el salto a aque- nos visita. En 1842 se fundó la Philhar- larmónica llegan Félix Weingartner, Ri-
llos niveles (Dallas, Oregon, San Die- monic Symphony Society de Nueva chard Strauss y Willem Mengelberg.
go, Cincinnati, Pitlsburgh, Baltimore, York, que en la medida en que sigue vi- Sin embargo, hay una visita que es ló-
etc.). viendo hoy día es la mas antigua or- gico destacar, y que en muchos senti-
questa de los Estados Unidos. Su dos resulta premonitoria: Gustav
Ademas, las temporadas tienen po- primer concierto tuvo lugar el 7 de di-
co que ver con las nuestras. Suelen di- ciembre de 1842 con un conjunto que
vidirse, en su mayoría y aparte las era la mitad del actual (en un amplísi-
grandes, en pequeñas estaciones y con- mo programa de los de aquellos tiem- TT\e natura sonoris 2. He aquí el título
cierios estivales y pops. El manager de pos se tocó la Quinta de Beethoven, • Mde la obra que el compositor polaco
una orquesta americana es el gran res- recién estrenada, en 1841, en el país). JL^Krzysztof Penderecki dedicó en 1971
ponsable de un presupuesto al que ha Otros dos conciertos más completaron al director hindú Zubin Mehta, a la sazón
de ajustarse, y lo importante es que aquella primera temporada. Las si-
guientes consistieron en cuatro concier- cabeza rectora de la Orquesta Filarmónica
también el director artístico ha de ajus- tos y desde 1860 dieron seis. Al prin- de Los Angeles y consejero artístico de la
tarse a él. La rentabilidad y el presti- cipio no había director permanente, lo también Filarmónica de Israel y ya uno de
gio de la orquesta está por encima de que es explicable por el nivel de con-
todo, y si a veces hay que echar mano los grandes nombres del moderno panora-
de solistas o directores no conocidos, ciencia sinfónica de la época. La or- ma de estrellas de la batuta por entonces. Es,
nunca se desaprovecha allí una gran ba- questa llegó a 100 miembros en 1867. qué duda cabe, además de una muy ilustra-
tuta sólo porque el director titular sea El primer gran director fue Leopold
Damrosch, que en 1878 fundaba la Sin- tiva partitura del estilo del músico, una pie-
un celoso. Nadie tiene el puesto asegu- fónica de Nueva York, orquesta que se za que, en su enunciado, apunta uno de los
rado, y mucho menos el director titu- uniría a la Filarmónica cincuenta años rasgos esenciales del arte del conductor na-
lar, pero éste goza de una autoridad más tarde. Pero fue en 1892, año del
incontestable cuando se sube al podio cido en Bombay —de padre violinista— en
a ensayar, cuando prepara una obra cuarto centenario del descubrimiento 1936: la singular naturaleza de su sonido or-
por familias o en trabajo previo o cuan- que se celebró por todo lo alto y que questal, la particular pasta, la textura pecu-
do considera necesario cambiar los atri- supuso la visita de Dvorak atraído por
la mecenas Jeanetie Thurber, cuando liar que unifica sus interpretaciones sinfó-
les o simplemente prescindir de músicos la Society se convirtió en New York nicas. Mehta, desde muy joven y, sobre to-
sin rendimiento. Pero hay que hacer Phüharmonic Orchestra, en adelante do, desde que tuvo ocasión de ver a Furt-
notar que un director en Estados Uni- con directores permanentes: Antón
dos se tienta la ropa antes de hacer al- wángler en Viena en 1954, a poco de llegar
go así, y sólo lo hace cuando el caso Seidl (hasta 1898), Emil Paur (hasta a la ciudad para trabajar con Swarowsky,
está justificado (con las excepciones que 1902), Walter Damrosch, hijo de Leo- ha .sido un obseso de la materia sonora ema-
nada de la unión de las voces que constitu-
yen una orquesta; un perfeccionista del
sonido como elemento natural; no un refi-
nado y exquisito alquimista de los timbres,
sino un hábil manipulador de los planos, re-
gulador de las intensidades y modeiador de
los bloques. La personalidad acústica de la
orquesta de Mehla viene definida por la
—llamémosla asi— compacta transparencia
de su espectro, por la animación constante
de sus voces, por la fuerza eminentemente
física de su acentuación, por el brillo de su
superficie, por la potencia de su discurso. A
ello se une el firme criterio —en aplicación
de ideas furtwanglerianas— de defender la
continuidad y la fluidez de la enunciación
musical: «La línea me parece lo esencial de
cualquier interpretación —uno debe ver el
final en el principio—; la repetición de cli-
max no contribuye a preservarla». Máxima
que también podría firmar un Celibidache.
Aunque nada tan alejado del estilo del hin-
dú como la profunda e intelectual elabora-
Pavurutii. Salminen, Mehla, Verreí y Dunn saludando después de la interpreíacián del ción fenomenológica del maestro rumano.
Réquiem de Verd't la temporada pasada.
76 Scherzo
GRANDES INTERPRETES
Mahler esluvo allí los últimos dos años tók o Schónberg), como fue el caso de
de su vida, cansado del agresivo con- Barbirolli (titular entre 1936 y 1942),
servadurismo vienes y del auge del an- Rodzinski (hasta 1947), Bruno Walter
tisemitismo en Austria. Era un exiliado (hasta 1949, pero algunos de sus músi-
en muchos sentidos. No sería el prime- cos le servirán para la llamada Sinfó-
ro que encontraría las puertas abiertas nica Columbia, con la que él, Stra-
de la Filarmónica de Nueva York. vinski, Craft y otros grabaron muchas
En efecto, en 1928, año de la fusión cosas). Tras el breve interregno de Mi-
con la Sinfónica, llega como titular un tropoulos y Stokowski, el primero que-
vehemente artista italiano, contrario al da solo hasta 1957, y después vienen los
fascismo instalado en su país, que da- tres grandes nombres asociados a la Fi-
ría nueva forma a la orquesta. Era Ar- larmónica de Nueva York durante otras
turo Toscaníni, titular hasta 1936. La tantas décadas: Bernstein (hasta 1969),
Filarmónica parece desde entonces aco- Boulez (hasta 1977) y Zubin Mehta, el
ger a exiliados y a errantes, a directo- actual titular. El breve interregno de
res cuyo arte o personalidad repre- Szell como music adviser se había in-
saliados buscan el otro lado del océa- terrumpido brutalmente por la muerte
no, en ocasiones con éxito (más, desde del genial director húngaro en 1970.
luego, que gentes tan ilustres como Bar- No es posible relacionar la cantidad
Scherzo 77
ESTUDIO
La música en Florencia:
Del Ars Nova a la Camerata Bardi (1)
cundario, en relación con las otras ar-
les, en el ánimo de los florentinos.
Resulta inexcusable referirse en pri-
mer lugar al peso, especialmente gran-
de en el Medievo, de la música religiosa
en el discurrir ciudadano. Numerosas
iglesias, en las que se cantan Misas, Vís-
peras y demás servicios religiosos, re-
claman con derecho propio la conside-
ración de focos del arte sonoro. Des-
tacarán con el tiempo Santa Annunzia-
ta, San Lorenzo y Santo Spirito. Natu-
ralmente, la Catedral, Santa Mari a dei
Fiori, coronada por Brunelleschi con
una cúpula prodigiosa, acabará por
convertirse en el polo de atracción más
poderoso. Las muchas capillas donde
se practica ya el arte polifónico serán
mencionadas con algún detalle más
adelante. Al amparo de las iglesias cre-
ce un teatro religioso con música que
se basa, claro está, en temas de la Pa-
sión. En los siglos XV y XVI se decan-
ta la variedad de la sacra rappresen-
lazione, cultivada en Florencia de mo-
do aplastan temen te may Ontario en re-
lación con el resto de Italia, que utiliza
la lengua vulgar por oposición al latín
de los dramas medievales. Este género
admite una temática mucho menos uni-
forme, incluye muchas veces interme-
dios, sobre los que luego volveremos,
y permite el paso a innovaciones escé-
nicas y musicales. Muchos de los hallaz-
gos que acontecen en el seno de las
sacre rappresentazioni tendrán luego un
lugar en la ópera y el oratorio.
En el terreno de la música popular
religiosa se da la expresión típicamen-
te italiana de la Lauda spirituale. Su
aparición se va agrupando como una
Catedral de Florencia, ceniro musical. colección de himnos, la mayoría en len-
gua vernácula, muchos de ellos maria-
nos, que son acompañados de melodías
no de los centros de mayor glo-
U ria artística en la historia de Oc-
cidente es, sin lugar a dudas, la
ciudad de Florencia. Su larga trayecto-
una raza que hizo posible la aparición
de Botlicelli, Brunelleschi, Cellini, Do-
natello, Leonardo, Verrocchio, Miche-
langelo y tantísimos otros era imposible
que no afectase también a la Música.
de larga tradición. Su etapa más pura
tiene lugar en el siglo XIII, cuando los
franciscanos detentan su custodia. El
anonimato es, por consiguiente, la con-
ria temporal —fue fundada por los dición que acompaña a los autores de
romanos— cristalizó en los siglos mi- El nacimiento de la Opera, a comien- letra y música. Hay, sin embargo, ex-
lagrosos que cubren el generoso arco zos del siglo XVII y en cuyo umbral nos cepciones. La más importante es la del
que une el despertar del Trecenro con detendremos, es el acontecimiento mu- corpus atribuido al poeta franciscano
el pausado y todavía productivo decli- sical florentino al que se presta gene- Jacopone da Todi, cuya producción se
nar del último barroco. La idea que se ralmente más atención. Las tres publica en Florencia en 1590 con el tí-
tiene de la villa surcada por el Amo, centurias precedentes se ven quizá co-
mo una preparación para ese adveni- tulo de Cantichi, ovvero Laude. Floren-
fijada sobre el genio del periodo cono- miento. Se desdibuja asi la significación cia es, desde luego, un punto crucial
cido como Renacimienlo pleno, suele de una rica vida musical, cuyo más ex- para las Laude. Se dispone de referen-
contemplar, con tendencia exclusivista, presivo entendimiento consistiría en cias que nos llevan tan atrás como 1183.
las materializaciones de las artes visua- afirmar que nunca tuvo un carácter se- Un manuscrito florentino es una de las
les. Pero el extraordinario impulso de fuentes principales de estos himnos,
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siendo la otra el Láudano de Corlona. yendo con sus Laudi en la aparición del bía separar el Ars Antiqua del Ars No-
Sin embargo, los 89 ejemplos del siglo oratorio. va. La diferencia consistía más bien en
XIV de dicho manuscrito se han aleja- una cuesiión de grados, de matices: el
do ya de la homofom'a primitiva. La ritmo cuenta con una más variada se-
permeabilidad de las Laude al Ars No- El Ars Nova florentino rie de posibilidades, las voces tienden
va queda delatada por la aparición de a una mayor independencia mutua y
un refinamiento estilístico y un tipo de Los datos que están a nuestro alcan- una inédita elegancia envuelve a la in-
vocalización que son consustanciales ce parecen apuntar en la dirección de vención melódica. El foco tanto pione-
con este movimiento. La llamada ha- que la música profana aparece más tar- ro como más importante del Ars Nova
cia lo culto es ineludible para las Lau- díamente en Florencia —siguiendo los italiano es la ciudad de Florencia. Al-
de, que aún viven una fase de pasos del resto de Italia y en conjunto gunos especialistas han propuesto sepa-
contención en el XV, cuando los me- de toda la Europa cristianizada— que rar la música creada en la época en la
lismas desaparecen. Se va ensanchan- la eclesiástica. Se carece de nombres de península de la del resto de Europa. Re-
do, con todo, la tipología social de sus compositores relevantes en la ciudad curren al término Trecento queriendo
practicantes: corradlas de laudesi, agru- que observamos para los siglos inme- darle una connotación estilística dife-
paciones artesanales, hasta derivar en diatamente anteriores y posteriores al rencial. El ofrecimiento no ha gozado
la tergiversación de los cantantes pro- primer milenio. Se ha llegado a la con- de aceptación general, las peculiarida-
fesionales que entre 1501 y 1520 ento- clusión de que la música mundana ape- des italianas —luminoso melodismo,
nan Laude en el Duomo florentino. Es nas si floreció en este periodo, quizá sea renovación poética unida a la musical—
también, por supuesto, un cultismo el esto una deformación fruto del escaso no bastan para desgajar su Ars Nova
que Lorenzo de Medici y su madre, Lu- material que se maneja. En uno u otro de aquellos de distinto sustento geográ-
crezia Tornabuoni, escriban poemas caso, lo cierto es que la villa toscana lla- fico. Una postura estricta nos llevaría
con intención de sumarlos al himnario. ma la atención de los historiadores de a aplicar el concepto sólo al hablar de
Las Laude son impulsadas por el apo- nuestro arte cuando se produce un fe- Philippe de Vitry, cuando es obvio que
calíptico discurseador Giro lamo Savo- nómeno de cambio de gran alcance. la transformación tuvo una dimensión
narola (1494-1498), quien encontró en Una nueva estética musical se abre mucho más vasta.
su «sana devoción» la fuerza que pre- paso en los primeros decenios del siglo Ahora bien, el Ars Nova italiano, y
cisaba para oponerse a la procacidad XIV. Se le da el nombre de Ars Nova, su mejor representante, el florentino,
de los Canti de carnaval. La entrada de tomándolo de un tratado escrito hacia sí que se distingue del francés, el más
esquemas procedentes de la frottola y 1322 por Philippe de Vitry. Las mane- potente e influyente, en la manera con-
la villanella apartarán todavía mas a la ras que imperaban hasta entonces, y creta de cuajar un común estado de
Lauda de sus orígenes. El simbólico fi- que se consideraban caducadas, pasan ideas. Tres formas poético-musicales se
nal es la asunción por parte de un com- a englobar, por evidente contraposi- van a señorear del panorama secular:
positor profesional, Giovanni An¡- ción, el mundo del Ars Antiqua. La lla- la caccia, el madrigal y la ballata. La
muccia, de esta antigua herencia. El marada nace en Francia pero rápida- primera de ellas contiene normalmen-
músico florentino publicó en Roma dos mente su extensión es universal. El Ars te temas de caza o bien de pesca y en
libros de £audi(I563, 1570) en los que Nova fue la respuesta lógica y desea- sentido amplio plásticas escenas arran-
busca intencionadamente conectar con ble a la rigidez de los esquemas polifó- cadas a la vida cotidiana. La caccia más
un tono popular. La textura en estas nicos primitivos del tipo del organum ortodoxa está compuesta a tres voces,
obras es mucho más sencilla que en sus y el conductus. Una corriente de liber- siguiendo un movimiento en canon las
madrigales, pero la pretensión que las tad estremeció de parte a parte el cos- superiores, en tanto que el tenor, par-
anima permanece lejos de ser lograda. mos sonoro occidental. Nuestros can- te que podía ser encomendada a algún
Animuccia, predecesor de Pales trina en sados oídos carecen acaso de la capa- instrumento, no está sujeto al canon y
la Capilla de San Pedro, colaborador cidad de captar la magnitud de la mu- dibuja con sus notas largas una sólida
de Felipe Neri en su famoso oratorio, tación operada. Para un oyente del base referencia!. Un gusto por el virtuo-
fiel exponente en música de los vientos siglo XIV naciente, un abismo que, sin sismo en la escritura condujo el núme-
de la Contrarreforma, acabará influ- embargo, no fue un corte brusco, de- ro de voces en canon hasta los límites
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muñes que contienen en todo caso ma- ro, de Canti carnascialeschi, un detalle rata se distribuye en una serie de
liciosos dobles sentidos. La música no es bien indicativo de los cambios ope- entradas de ballets, con implicaciones
sufre alteraciones en las distintas estro- rados. Los Canti son llamados masche- alegóricas siempre y en una escalada
fas en que se divide el Canto, por lo ge- rate. Las mascaradas son formas de continua de la complicación de la tra-
neral de corta extensión. Todo discurre baile, con algún grado de conexión ar- ma. El paso siguiente es el Intermedio.
por cauces de simplicidad, nada de los gumenta], y naturalmente con interven- La ausencia de fuentes impide conside-
vericuetos melismáticos del Ars Nova. ción de disfraces, que inundan las rar la calidad de la mascherata original.
En Florencia son pronto el nervio mu- cortes renacentistas europeas. Hemos El Manuscrito Magliabechiano de Flo-
sical del pueblo llano: inundan sus ca- trocado la calle por el palacio. De al- rencia cita la Mascherata degii acceca-
lles en las fiestas que se inician con los gún modo, la mascherata es la traduc- ti de Pietro Strozzi y la Mascherata
"iaggi —del 1 de mayo al 24 de junio- ción culta de los Canti. Su nuevo detle fiammed'amorede Luca Batí. Ni
haciendo acto de presencia en procesio- deslino es el de acompañar las celebra- una sola nota nos ha llegado de ambas.
nes y festivales donde abundaban os- ciones de las grandes fechas en las vi- La denominación mascherata que apa-
tentosamente los carri y los rrionfi. Lo das de los aristócratas más poderosos. rece en otras ocasiones no hace referen-
carnavalesco se cobra su tributo con la La base folklórica se desvanece y cual- cia a la totalidad de un espectáculo sino
supeditación de lodo esie mecanismo, quier época de! ano puede albergar a un tipo de canto. Deriva éste de la vi-
visual y sonoro, a la mayor gloria del mascherate. El proceso de estilización llanella y, desde luego, está unido al uso
componente grotesco. A lo disparata- no debe extrañarnos demasiado, lo he- de! disfraz. Una pieza como la Masche-
do de los textos se unen la sesgada re- mos visto antes en otros casos, además rata degli astrologi de Francesco Cor-
presentación de escenas alegóricas de los florentinos amaban convertirlo to- teccia se sitúa en la frontera de con-
dominio público y los disfraces que do en danza, incluso los torneos fue- fluencia con el madrigal.
simbolizan los varios oficios en los que ron coreografiados en el asombroso,
los cantores se agrupan. Con Lorenzo naturalmente incruento y desde luego
el magnifico viven los Canli carnascia- sólo en con Ira ble en esta ciudad baile t- Enrique Martínez Miura
leschi su era dorada. El gran Medici se to a cava/lo. Escénicamente, la masche-
preocupó por la música en todas sus
venientes: popular, culta —como ve-
remos en seguida— y oficial, dando en
esta última nuevo brillo a la banda de
los £»(//«•( de la Signoria. Sin embargo,
este apoyo desde el poder transmutó la
esencia de los Canli, que perdieron su
condición de productos anónimos del
pueblo. Los nobles jugaron a ser mo-
deradamente soeces y músicos de fama
se unieron al empeño, se sabe que com-
pusieron Canti Francesco Forti, Pier
Francesco Giambulari, Giambaitisia
Gelli, Lorenzo di Filippo Strozzi, An-
tonio Alamani y muchos otros. El pro-
pio Lorenzo de Medici debió escribir
textos para unos 12 Canli, se reconoce
como suyo el Canto dei bericuocolai,
canto de los vendedores de pan de es-
pecies, con música nada menos que de
Heinrich Isaac, lamentablemente no
conservada, y un Tríonfo di Bacco e
d'Arianna. Las caras gremial y alegó-
rica del Canto se descubren incluso
cuando sale de las manos, con escasa
raigambre popular, de Lorenzo. Se
produce un cierto decantamiento hacia
la sofisticación. El bienintencionado
deseo de elevarlo al nivel artístico no
deja de ser una traición. Se quiere ar-
ticular los Canti en un contexto más
amplio, por medio de hilos conducto-
res temáticos, pero esto acabará por
desnaturalizarlos y dejarlos a las puer-
tas del teatro. El paganismo de los Can-
ti encolerizó a Savonarola, que quiso
sustituirlos, ya lo indicamos más atrás,
por las beatíficas Laude. Proyecto
irrealizable con el que el reformador
dominico evidenciaba una supina igno-
rancia del talante lúdico de sus conciu-
dadanos.
Cuando en 1559 se edita la recopila-
ción de Lasca, la primera en su géne- Cantos de Carnaval florentinos.
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EDUCACIÓN MUSICAL
Incendio del Conservatorio de Música y Declamación ocurrido el 20 de abril de IS67. «Hay que dinamitar ios Conservatorios», piensan
algunos.
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EDUCACIÓN MUSICAL
Ciudad de la Música de La Villelle, en París, donde tendrán su sede, a punir de 1989, el Conservatorio, a la izquierda, y olrui mslilucio-
nes musicales.
llevar a cabo con la mayor urgencia el
primero de los cuatro grandes objeti-
vos que se propuso el Ministerio de
Cultura con ocasión del Año Europeo
de la Música, en 1985, que decía así:
«Programa de cooperación con el Mi-
nisterio de Educación y Ciencia para la
Éxodo
reforma de las enseñanzas musicales»,
l futuro del Real Conservatorio 1966: Regreso al Teatro Real, des-
y sugieren detener la reforma de los
conservatorios, propuesta en 1986 por
la Subdirección General de Enseñanzas
Artísticas, y el proyecto para la crea-
ción de una licenciatura en musicolo-
E Superior de Música de Madrid es
incierto. Más bien pronto que
tarde, tendrá que desalojar el inmue-
ble del Teatro Real que actualmente
pués de 41 años.
Hace siglo y medio algún inocente
desprevenido afirmó: «la Corte de Es-
paña no mendigará ni envidiará en ade-
gía, recientemente publicado por el ocupa, puesto que en octubre próximo lante los conservatorios músicos de
Consejo de Universidades, hasta que darán comienzo las obras para su re- Ñapóles, de Milán y los institutos de
dicho programa de cooperación no se conversión en Teatro de Opera. Espe- oirás célebres capitales» (Gacela de
lleve a efecio.
ro muy sinceramenie que la Olimpiada Madrid, 23 jun. 1830). El Curioso Par-
Además, he extraído del sentir gene- Cultural no encuentre a la Capital de lante añadió poco después que «sólo
ral, manifestado en las ponencias y en la Cultura Europea sin un conservato- falta que, así como se forman aficio-
los debates, estas otras conclusiones rio digna y decorosamente instalado. nados para el encanto de los salones,
que me parecen interesantes: Existe ya un precedente: se formasen artistas» (marzo 1830).
Se ha comprobado la proliferación «Del amor del claustro a los discípu- Más recientemente, el Sr. ministro de
indiscriminada de iniciativas dispersas, los y del entusiasmo con que cumple su Educación contestó, en respuesta a una
aisladas, nada prácticas y muchas ve- misión, basta con recordar un solo he- pregunta escrita que sobre tan grave
ces contradictorias, que se desarrollan cho. Cuando por las obras del Teatro asunto se le había formulado en el Con-
bajo signo oficial y que no aportan na-
da bueno. Real se encontraron los profesores sin greso de los Diputados, que el coste pa-
un local en donde dar clases (...), to- ra la nueva sede del Real Conservatorio
La cooperación es por ello impres- dos (...), desde su ilustre director has- estaba evaluado en 969 millones de pe-
cindible para encauzar todos los esfuer- ta el profesor más moderno, continua- setas y el plazo de realización entre nue-
zos en una misma dirección, facilitando
el flujo de información. ron dando lecciones en sus domicilios ve y calorce meses. Sin embargo, de
Hay que prestar una especial aten- particulares, donde pudieron, sufrien- dicho proyecto no se sabe nada más.
ción a la formación específica de per- do toda clase de molestias y violencias «La fecha del traslado estará determi-
sonal docente especializado que satis- (...), Consiguieron no interrumpir la nada, como es lógico», añade el Sr. mi-
faga las necesidades concretas de cada enseñanza por el bien de los alumnos» nistro, «por la finalización de las obras
nivel de la enseñanza y que permita un {Enrique Chicóle, Ritmo, nov. 1942). del nuevo edificio». Tan lógica fecha,
verdadera integración de la música en 1925: Desalojo del Teatro Real por por desgracia aún no se conoce. El nue-
la enseñanza reglada. peligro de ruina inminente e instalación vo conservatorio de París se inaugura-
Se deberían incluir los estudios supe- provisional de las aulas en: Casa Aeo- rá el próximo año, y el proyecto ya lleva
riores de música en la universidad apro- lian, Unión Musical Española, Casa cinco años en marcha.
vechando las posibilidades que ofrece Campos, Casa Fuentes, Colegio Nacio- Entre los magnos eventos que se ave-
la Ley de Reforma Universitaria. nal de Sordomudos y Ciegos, Escuela cinan para dentro de cualro años, la
La preocupación por la musicología Superior de Pintura y diversos domici- música ocupa un importante y privile-
no es ni mucho menos un asunto prio- lios particulares. giado lugar. Se dice que todo este jol-
ritario en la reforma de las enesñanzas gorio y zalagarda habrá de aportar
musicales, a pesar de su constante pre- 1926: Calle Pontejos, n.° 2, y Tea-
sencia. tro Cómico. grandes y perennes beneficios a nues-
Es encomiable que la Universidad 1931: Teatro María Guerrero (antes tra raquítica infraestructura. Las buta-
Complutense haya abierto sus puertas Princesa) y edificio de la Congregación cas para el espectáculo ya se están
a los músicos y a la música en el bri- de los Luises. vendiendo, pero el conservaiorio aún
llante marco de sus Cursos de Verano. 1939: Teatro Alcázar. no ha encontrado su asiento.
1942: Instalación en el Palacio
Bauer, tras 17 años de éxodo. V.P.A.
Víctor Pliego de Andrés
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me pesado. Esperé algún tiempo antes
de pedirle la mencionada entrevista y
me guardé de comentar su última gra-
bación (Endlessly, MCAD-4215), dedi-
cada —como sus memorias— a su
esposa Lorraíne y, sin embargo, una de
las más horteras y comerciales de su lar-
ga carrera. Era más interesante hablar
de algunos amigos que tenemos (o te-
níamos) en común, y hubo momentos
en que este hombre de 71 años bien
cumplidos parecía tan inspirado, tan re-
bosante de humor y vitalidad como
cuando le vi por primera vez cuarenta
anos antes. Estado de ánimo altamentte
contagioso porque yo mismo me sen-
tía otra vez un chaval emocionado por
encontrarse cerca de uno de sus más ad-
mirados ídolos.
Bien cerca me parecía de lograr mi
objetivo cuando todo se vino abajo por
culpa de un estúpido piano eléctrico, Dizzy Giltespie y John Faddis.
marca Yamaha, que alguien había de-
jado en una de las habitaciones. Este El concierto resultó ser el más impre- de que el autocar les esperaba ya a las
alguien resultó ser otro trompetista, el sionante del festival, con un amplio re- seis y cuarto. Era la despedida, y todo
joven Wynton Marsalis, que la noche corrido por todo el histórico repertorio el mundo estaba loco por hablar, por
anterior lo había exigido a la organiza- de Gillespie (Emanon, Things To Co- mezclarse y comunicar. De repente se
ción que, a su vez, se había olvidado me, Round Midnight, A Night In Tu- estaba organizando un auténtico par/y
de quitarlo. Dizzy no podía creerlo y nisia, Lover Come Back To Me, Man- en la habitación 227, que era la mía. El
se precipitó sobre el inesperado jugue- teca, etc.) y con una orquesta, que ha- camarero traía no sé cuántos gin-tonics
te para repasar una serie de temas bía comenzado esta gira de manera bas- por cuenta del mal pagado inquilino,
(Ruby My Dear, I Can '1 Geí Started, tante caótica en el Tivoli de Copen- y la banda entera desfilaba por allí
Round Midnight...) dejando asi pasar hague, funcionando a las mil maravi- —menos Gillespie himsef f que muy sen-
media hora del tiempo precioso. Puro llas. Solista par exceltence resultó ser satamente se había retirado, ¿a la ca-
deleite para el aficionado, pero al mis- el mismo líder, consciente de que se tra- ma o al Yamaha?
mo tiempo sufrimiento para el perio- taba de la última actuación de una for-
dista que veía perderse definitivamente mación que después se iba a romper en Dos componentes de la orquesta
la ocasión de ofrecerles la tan deseada pedazos con nulas posibilidades de vol- echaron raíces en las butacas —el alto
charla televisiva a los compañeros que ver a reunirse. Con un largo y magní- saxo Jerry Dodgion y el pianista James
esperaban abajo en el hall —o en el bar. fico bis se puso punto final al concierto Williams, viejos conocidos que no se
Al dejar el teclado Dizzy empezó a ha- a las dos y media de la madrugada, a cansaban de contar anécdotas de la re-
blarme de su nueva casa en New Jer- esta hora no se puede soñar con cele- cién terminada gira que había comen-
sey y de un griego que había encon- brar una enirevista que requiere un sin- zado tan mal en mi país tres semanas
trado para cambiarle el suelo y poner fín de preparativos y un tinglado antes. Reconocieron que este concier-
unos azulejos muy especiales para el técnico sorprendentemente compli- to de San Sebastián había sido, con cre-
confort de Mrs. Lorraine que casi nun- cado. ces, el más logrado de todos, y era
ca sale, ni siquiera para ir con su mari- evidente que sentían una gran pena por
do a la White House en Washington Al volver al hotel olvidé rápidamen- tener que dejar una aventura tan her-
cuando el ilustre matrimonio es invita- mosa. El respeto y el cariño que les
do allí en los pocos momentos que el te la frusiración causada por este nue- unen al jefe de la expedición eran pa-
presidente de turno (todos son, al pa- vo fracaso profesional. Por los pasillos tentes.
recer, de un oportunismo descarado) se hubo un gran movimiento de músicos
molesta en recordar la más importante sin ninguna gana de acostarse, a pesar Luego se me ocurrió que hubiera si-
aportación cultural que jamás ha teni- do quizá todavía más interesante entre-
do los EEUU. También me hablaba vistar a algunos de los elementos de esta
con orgullo de su nuevo micro con magnífica banda, ya desintegrada. Pe-
mando a distancia que le permite mo- ro ya era tarde. El equipo técnico se ha-
verse libremente por el escenario duran- bía esfumado, y a las seis mis huespedes
le sus solos de trompeta. se fueron a sus respectivas habitacio-
nes, no para estrenar cama sino para
ALBURQUEKQIK, 14 volver a hacer sus equipajes.
Junio Mctm Bilhwi
De repente noté que el cansancio se Si les vuelvo a ver, será con toda se-
apoderaba del maestro, que menos de El mejor guridad en otras circunstancias. La vi-
tres horas más tarde tenía que ponerse da es así de cambiante, y aún más
delante de su orquesta y enfrentarse con
el inmenso auditorio del velódromo
Jazz en Vivo cuando se traía del jazz.
cada De Dizzy no conseguí lo que me ha-
Anoeta donde se desarrolla el festival. bían encargado, pero me dio en cam-
Le ayudé a conseguir un plato de pes- noche bio el concierto que esperaba de él
cado del restaurante y me retiré con una desde hace tantos años.
muy vaga promesa de una entrevista con 2 PASES
¿Les parece poco?
después del concierto, a pesar de que diarios
el largo y fatigoso viaje había causado 11,30 y 1,30 h.
estragos en su voz. Ebbe Traberg
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PIANO S
¡
POPO SENTI1? LO mUSlCP
PETROF
CHERNY
WEINBACI
tisfer
AL SERVICIO (RM) DE LA MÚSICA
REAL MUSICAL
CARLOS III. 1
(Frente al Teatro Real)
Tels.: 241 30 09 - 241 31 06
28013 MADRID