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La pérdida, fragmentación y degradación de los hábitats naturales que utilizan las aves se está

produciendo a nivel mundial y su causa principal son las presiones derivadas de una población
humana en crecimiento, la rápida y no planificada urbanización y el uso humano insostenible de
los espacios naturales.

Las aves se enfrentan a muchas amenazas graves, la manera en que los humanos hacemos uso de
la tierra alrededor de ellos tiene, con diferencia, el efecto más negativo. El insostenible uso
humano de la tierra, ya sea a través de la deforestación, la agricultura intensiva, la producción de
biocombustibles, la recuperación de tierras, la urbanización o la minería, daña o directamente
destruye el hábitat de las aves migratorias, lo que afecta a sus poblaciones en una escala global.

PÉRDIDA DE HÁBITAT

La amenaza más crítica que enfrentan las aves es la destrucción y la fragmentación de hábitats. La
pérdida de bosques, pastizales y otros ecosistemas naturales por la agricultura, las minas y el
desarrollo urbano, el drenaje de pantanos y otros humedales, y la extracción de madera reducen
el hábitat potencial para muchas especies. Adicionalmente los parches remanentes de hábitat son
a menudo demasiado pequeños o fragmentados por la construcción de carreteras u otras barreras
parecidas que convierten a las poblaciones dentro de esas islas fragmentarias en vulnerables a la
extinción localizada. Además muchas especies de los bosques muestran habilidad limitada para
dispersarse y ocupar nuevos fragmentos forestales (vea biogeografía de islas). La pérdida de selva
tropical húmeda es el problema más urgente, dado que estos bosques albergan el más alto número
de especies sin embargo están siendo destruidas rápidamente. La pérdida de hábitat ha sido
implicada en muchas extinciones.

ESPECIES INTRODUCIDAS

Históricamente la amenaza impuesta por las especies introducidas ha causado probablemente la


mayoría de las extinciones de aves. La mayoría de las extinciones históricas han ocurrido en islas,
y la mayoría de las extinciones prehistóricas causadas por el hombre fueron también insulares.
Muchas especies insulares evolucionaron en ausencia de depredadores y en
consecuencia perdieron muchos de los comportamientos anti-predadores. A medida que los
humanos viajaron por el mundo, llevaron consigo muchos animales foráneos que afectaron a esas
especies insulares. Algunos de ellos eran predadores no habituales como ratas, gatos, y cerdos;
otros eran competidores, como otras especies de aves, o herbívoros que degradaron el hábitat de
cría. Las enfermedades pueden también haber tenido un rol; la malaria aviar, introducida junto
con aves foráneas, y transmitida por mosquitos, se piensa que sea la causa primaria de muchas
extinciones. Otra enfermedad, la viruela aviar, también ha tenido incidencia.

CAZA Y EXPLOTACIÓN

Los humanos hemos explotado las aves por muy largo tiempo, y muchas veces esta explotación
ha resultado en la extinción. La caza excesiva ocurrió algunas veces con especies ingenuas no
familiarizadas con los humanos, tales como la moa de Nueva Zelanda en otros casos fue un nivel
industrial de caza el que llevó a la extinción. La paloma viajera fue una vez la especie de ave más
numerosa viviente (posiblemente la más numerosa de todos los tiempos), la caza excesiva redujo
hasta la extinción esta especie que antes alcanzaba los mil millones. La presión por la caza puede
ser por alimentos, deporte, plumas, o incluso por científicos colectando especímenes de museo.

HIBRIDACIÓN

La hibridación puede también amenazar a las aves, dañando el acervo genético. Por ejemplo, pato
negro americano ha sido a menudo reportado hibridando con el pato inglés, comenzando una lenta
declinación. Los híbridos de aves de caza son particularmente comunes y muchos criadores
producen híbridos que pudieran ser accidental o intencionalmente introducidos en la naturaleza.

OTRAS AMENAZAS

Las aves se enfrentan a muchas otras amenazas. La contaminación ha provocado serias


declinaciones en algunas especies. El pesticida DDT fue responsable del adelgazamiento de la
cáscara de los huevos, particularmente en las aves marinas y las aves de presa que están en la
parte superior de la cadena alimenticia. Las aves marinas son también vulnerables al derrame de
petróleo, que destruye la protección contra el agua del plumaje, causando que el ave se ahogue o
muera por hipotermia. La contaminación ligera puede también provocar efectos dañinos sobre
algunas especies, particularmente las nocturnas.

Las aves marinas enfrentan otra amenaza debido a las artes de pesca cuando son atrapadas por las
redes o enganchadas en anzuelos de sedales largos (pesca con palangre). Las aves migratorias son
también amenazadas por los edificios muy altos, torres de comunicación, y aerogeneradores; se
estima que 440.000 aves cada año mueren de esta causa.

Tal vez una de las amenazas más dañinas, son los gatos domésticos, que se calcula que matan
cientos de millones de aves anualmente.

Eventos catastróficos como la erupción de un volcán pueden extinguir una especie con área de
distribución pequeña. El cambio climático global ha incrementado otros eventos catastróficos
como huracanes, sequías prolongadas y grandes incendios, que pueden, combinados con otras
amenazas, extinguir o dar el impulso final a la extinción de aves con poblaciones concentradas en
áreas pequeñas. El calentamiento global que expande las posibilidades de reproducción de
mosquitos transmisores de enfermedades como la malaria aviar también supone una amenaza para
aves que sobreviven en los reductos más fríos de sus áreas distribución originales.

La degradación del acervo genético es una amenaza que afecta a las especies de aves con muy
escaso número, ya que al disminuir su adaptabilidad a un ambiente cambiante las hace
susceptibles aun si han recuperado su número.

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