You are on page 1of 2

Cuando en 1927 el famoso jurista alemán, Hans Kelsen, se preguntó si acaso hay alguna

verdad detrás del Derecho, su respuesta fue estremecedora: “El problema del derecho natural
es el eterno problema sobre qué se encuentra detrás del derecho positivo. Y quien busque la
respuesta encontrará, me temo, no la verdad absoluta de la metafísica ni la justicia absoluta
del derecho natural. Quien levante el velo sin cerrar los ojos, encontrará la mirada de la
Gorgona del poder”.

Si Kelsen tiene razón, entonces detrás del derecho no hay verdad alguna, sólo poder.

No hay formas de producción de derecho que no sean formas que dependan de la exclusiva
voluntad del hombre, sin importar su contenido, que puede ser incluso un contenido injusto.

Lo importante era determinar quien y cómo llevaba a cabo el procedimiento de producción del
derecho, con la ley como fuente exclusiva. Así aparecieron unas Leyes en Alemania allá a
principios de los años 40, Leyes de Nüremberg (que establecían normas discriminatorias bajo
argumentos racistas)

Esta idea fue mutando a partir del escenario de la posguerra, en la cual empiezan a
positivizarse los derechos humanos…

PRESUNCIONES son operaciones lógicas tendientes a fijar la existencia o dimensión de un


hecho desconocido a partir de otro conocido, que según la experiencia le sigue o le precede.

Las presunciones pueden ser simples o legales, estas que admiten prueba en contrario o que
no (ej. El peligro en la portación de armas)

FICCIONES son una verdad exclusivamente legal, que permite atribuir a un hecho
determinados efectos, violentando o ignorando su naturaleza real (ej. La presunción de que el
derecho se considera conocido por todos)

Ley 27.375 de ejecución de pena privativa de libertad (5/7/17)

En cierto sentido, el Derecho siempre ha tenido su dosis de posverdad. Pensemos, por


ejemplo, en la idea de que la “verdad procesal” no equivale necesariamente a la “verdad real”.
Los litigantes no están obligados a contarle toda la verdad al juez (que no es lo mismo que
mentir), y los jueces tampoco están obligados a usar todos los medios posibles para llegar a la
verdad del caso.

Es más, puede que el juez sepa que está condenando a un culpable, pero, con los medios
procesales a su disposición, no tenga nada más que hacer que disponer su soltura.

MUCHAS VECES ACEPTA LA MENTIRA, por ejemplo el código civil francés no incluye entre las
causales para la disolución del matrimonio al DOLO (sí a la coacción, al miedo, o al error)
La idea de un “derecho de la posverdad” es seductora, pero peligrosa. En efecto, ¿cómo
domar a la Gorgona del Poder sin una Verdad superior al poder? Una respuesta ha sido dotar
a cada individuo con “derechos” inviolables que incluso el Estado debe respetar. Pero esto no
resuelve el problema. Más bien, lo multiplica: si esos derechos no responden a una verdad
previa al Derecho, entonces es posible en teoría convertir cualquier deseo u opinión personal
en una realidad que debe ser protegida jurídicamente. Y así, el “derecho de la posverdad” ya
no tiene que luchar, como Kelsen, contra una Gorgona del Poder, sino contra miles y millones:
ya no sólo el Estado, sino que cada individuo se considera soberano absoluto, dotado de un
poder que no reconoce límites intrínsecos.

POLÍTICA:

Históricamente para hablar en política debía hablar con datos verdaderos. Expresa un fenómeno
en el cual no se necesita basarse en la realidad, hechos o datos,

El rigor del editor era necesario para publicar. Hoy no hay reacción de la opinión pública, no hay
castigo de la opinión pública

Estuvo vinculado a aquellos políticos que no creían en el cambio climático, a pesar de la evidencia
científica.

Las instituciones en las cuales se basaba la verdad social, los expertos, los profesores, los medios,
pierden legitimidad, ahí aparecen otros canales que tiene la sociedad para comunicarse…está
mucho menos controlado que antes…

Las redes son la incubadora perfecta, un sistema perfecto para la mentira, porque lo que importa
es la inmediatez, no importa chequear, no hay lugar para las segundas oportunidades o segundas
verdades.

Una de las cosas básicas de las democracias es tener una esfera pública sana. Los medios siguen
siendo muy importantes, deben recuperar su credibilidad

No es lo mismo que la mentira porque no hay una denuncia, ni está asustada ni alarmada ni
rechazada, hay una aceptación de la mentira como una normalidad.

Esta situación esconde una fenómeno de gran complejidad. The


Economist explica que "la política posverdad es posible gracias a dos
amenazas a la esfera pública: la pérdida de confianza en las instituciones
que soportan su infraestructura [de la verdad social] y los profundos
cambios en la forma en que el conocimiento sobre el mundo llega al
público".

You might also like