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La Equidad de Género y la Inclusión como criterios de calidad de las

instituciones de educación superior


En América Latina, la incorporación de políticas y programas que están a favor de la
inclusión social y equidad, han planteado retos similares a los observados en otras áreas
del desarrollo. Al ser una región caracterizada por procesos históricos de colonización y
fragmentación, América Latina aún conserva profundas desigualdades sociales
(Rodríguez y Mallo, 2012; Mato, 2008)
En el caso de las IES de América Latina, todas las desigualdades que se presentan en sus
diversas poblaciones están interrelacionadas entre ellas. Es por esto que cuando el sistema
educativo se propone incorporar a los individuos más vulnerables, las políticas y
programas de inclusión social promovieron la ampliación de la cobertura en esta área. El
resultado ha sido, como lo observa Fuentes Vázquez (2006), que la inclusión se ha
entendido sólo como un problema de acceso, lo que dificulta el desarrollo de acciones
estratégicas que transformen las estructuras del sistema educativo y que pongan el énfasis
en la calidad y el tipo de educación. Las políticas de inclusión en la educación que se
enfrentan a la problemática de incluir grupos vulnerables o poco favorecidos –atendiendo
a su subordinación a la raza, al origen étnico o a otras desigualdades–, al mismo tiempo
que no cuestionan las relaciones de poder desigual entre los diferentes actores sociales,
no contribuyen a la potenciación de las capacidades de todos y todas para el desarrollo de
una vida más justa, porque a menudo generan nuevos tipos de exclusión a través de sus
acciones.
Actualmente, en América Latina existen al menos cinco tipos de políticas o programas de
acción afirmativa en educación superior, a saber: a. acciones de formación superior para
el profesorado indígena; b. sistemas de admisión preferente en universidades
tradicionales a través de cuotas, como ocurre en Brasil y la reserva de plazas o la
exoneración del examen de ingreso utilizada en Perú; c. programas de becas y/o apoyo
académico para alumnos indígenas o minorías étnicas previamente matriculados, por
ejemplo: PRONABES en México); d. universidades por y para indígenas, las que
encontramos en Bolivia, Guatemala, México, Nicaragua; y e. la puesta en marcha de
formaciones especializadas, como sucede en Colombia (Didou Apetit, 2006).
En este sentido, la implementación de
medidas de inclusión social y equidad
requiere de un esfuerzo amplio y
continúo a largo plazo. Es necesario
realizar un trabajo sistemático dentro
de las organizaciones en las que se
quiere introducir medidas de inclusión
social y equidad, para poder lograr un
cambio estructural permanente. El
fortalecimiento de la inclusión social y
la equidad tiene que estar
reglamentado y legitimado por un
marco jurídico, que especifique las
medidas legales bajo las cuales se
puede reclamar desde la sociedad civil. Al mismo tiempo que se abran espacios para la
configuración de programas orientados a lograr la igualdad de oportunidades, para los
grupos poco favorecidos y más vulnerables.
El tema investigativo, La Equidad de Género y la Inclusión como criterios de calidad de
las instituciones de educación superior, se relaciona con la materia de Perspectiva y
Equidad de Género; porque la perspectiva de género es el proceso de valorar las
implicaciones que tiene para los hombres y para las mujeres cualquier acción que se
planifique, ya se trate de legislación, políticas o programas, en todas las áreas y en todos
los niveles. En este caso hace referencia que se tiene que incluir a las personas de ambos
sexo femenino y masculino a la participación de estudios en instituciones superiores, pero
sin embargo esta no descarta la posible participación de grupos como los que integran los
LGTB, tanto la materia menciona la equidad de género, con la importancia de la igualdad
del hombre y la mujer en el control y el uso de los bienes y servicios de la sociedad.
Esto supone abolir la discriminación entre ambos sexos, Por un lado, estaría la igualdad
de oportunidades y por otro, la creación de una serie de condiciones determinadas para
que se puedan aprovechar las citadas oportunidades.
La equidad de género consiste en estandarizar las oportunidades existentes para
repartirlas de manera justa entre ambos sexos. Los hombres y las mujeres deben contar
con las mismas oportunidades de desarrollo. El Estado, por lo tanto, tiene que garantizar
que los recursos sean asignados de manera simétrica.
El motivo por la cual seleccione este tema de investigación, es que en la actualidad aun
siendo imperceptible los datos estadísticos, es visible la discriminación a las personas, es
decir la desigualdad de derechos y oportunidades de tendría que recibir la ciudadanía, y
también porque la noción de exclusión social emerge de los problemas y cambios en las
sociedades actuales y es un concepto más amplio que el de pobreza, Se refiere a la
participación, la redistribución y los derechos.
En conclusión la equidad de género se puede considerar como una
base fundamental para la sociedad logrando la igualdad entre hombres y mujeres,
respetando sus derechos y oportunidades que puedan tener favoreciendo una
convivencia sana y libre de prejuicios para el entorno de cada persona.

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