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Y LÍMITES.
1. El conocimiento
Tipos de conocimiento
b. En función de su origen
También podemos distinguir entre conocimiento intelectual (o racional) y
empírico, en función de su origen. El primero se obtiene independientemente de la
experiencia (por ejemplo el que te permitiría saber el valor de x en la siguiente
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ecuación: 2x + x+ ½ x = 350) y el empírico que se obtiene a partir de la experiencia(
como el que permite saber que y cuanto comiste hoy).
2. Tipos de saberes
Aunque el concepto de conocimiento suela presentarse como sinónimo de saber,
voy a referirme con le sólo para designar aquel saber que es sistemático, racional,
crítico, “objetivo”, y “verdadero”. Hacerlo así es algo arbitrario, aunque te puedo
aportar razones. Te hablaré de saber ordinario o del sentido común; mítico; científico y
filosófico, que se distinguirían por su grado de racionalidad, sistematicidad y criticismo
(lo de la objetividad y verdad como has empezado a ver es más que discutible). Una
cosa más antes de entrar a saco; estos diferentes tipos de saberes han ido surgiendo a lo
largo de la historia, pero eso no significa que no estén interconectados, o que una vez
que aparezca uno “superior” desaparezcan el resto.
Es el saber más básico y que primero surge, un saber que nos permite
enfrentarnos con nuestros problemas cotidianos, captar una realidad ordenada,
articulada a través del lenguaje, que es la realidad de lo normal, lo evidente, lo natural, y
que comparto con otros, “es común”. Este saber es fundamentalmente práctico, (por
ejemplo a través de él, sé como se usa el móvil, pero no tengo ni idea de por qué
funciona…) que me permite resolver problemas, y en el que voy a utilizar un criterio
pragmático para mantenerlo o desecharlo.
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aunque tampoco podemos decir sea totalmente infundado, o irracional; b. de carácter
acrítico, en el sentido de que normalmente no reflexionamos sobre su validez, sólo
cuando nos falla, lo cual es útil, ya que nos permite utilizar un abanico amplio de
conocimientos, pero que puede llevarnos a considerar como correcto, normal, natural,
… errores de nuestros antepasados; c. asistemático, al no ser saberes que formen un
conjunto, o sistema interconectado y coherente, sino que lo que ocurre es que unos no
guardan relación con otros y/o son contradictorios, como los refranes de nuestra cultura,
que por un lado nos dicen que “Al que madruga dios lo ayuda” = es bueno levantarse
temprano, y por otro lado nos dicen que “No por mucho madrugar amanece más
temprano” = no es bueno madrugar; d. de dimensión práctica y no plenamente
consciente, con esto quiero decirte que lo constituyen sobre todo habilidades, para hacer
o manejar cosas, o para comportarse, pero también incluye teorías muchas veces
implícitas, que dirigen nuestro comportamiento; e. tiene un carácter marcadamente
social y en ese sentido relativo, lo que podemos comprobar al viajar y ver que lo que
para nosotros resulta obvio, natural y normal (para nosotros es de sentido común) para
otras culturas no lo es.
El concepto de mito
El concepto mito tiene básicamente dos significados: a. Como objeto
magnificado. Hablamos de mito en este sentido para referirnos a la magnificación de
personajes, hechos, sociedades u otro tipo de objetos ( p. Ej. Ciertos jugadores de fútbol,
o actores, la ciencia actual para algunos, la sociedad norteamericana para muchos
latinoamericanos...). El proceso de mitificación sería aquel mediante el cual se crean los
mitos de este tipo, en el que se magnifican objetos que poseen cualidades que una
sociedad aprecia. Como tal representan un objeto ideal (se resaltan las cualidades
apreciables y se ningunean o minimizan las no apreciables, sí se parte de un objeto real).
El proceso de desmitificación sería el contrario, y ambos están en marcha
continuamente pues los valores sociales cambian. b. Como relato: Hablamos de mito en
este sentido para referirnos a aquellos relatos que aparecen ya en las primeras culturas y
que ofrecen una explicación de los más variados aspectos (todos los relevantes para una
sociedad) recurriendo para ello a fuerzas y fenómenos sobrenaturales. La acción se sitúa
en un tiempo “primero” presentando los hechos, situaciones, propiedades de las
sociedades actuales como el resultado de aquella actividad, o como una rememoración
de esa actividad primigenia(a la que a veces hay que “ayudar” mediante los ritos).
Cuando hablamos de saber mítico, nos referimos sobretodo a este segundo sentido de
mito.
Origen: Ante la variedad (multiplicidad de fenómenos) y la perplejidad (que nos causan
muchísimos fenómenos), el ser humano ha sentido la necesidad de buscar un cierto
orden y sentido a la naturaleza, su grupo y a sí mismo. Las diferentes culturas han
sentido la necesidad de buscar esa explicación, y como primero las articularon fue en
forma de mitos. Hoy ne día los mitos nos siguen fascinando, prueba de ello es que los
libros más vendidos “son” relatos míticos (El señor de los anillos, Harry Potter…)
Características: Como ya vimos en la 1º unidad, repásala, los mitos a. Son relatos; b.
Se aceptan por tradición; c. Son el reflejo y la fuente de identificación de una cultura,
son pues particulares de cada cultura; d. En ellos aparecen como causas de los
fenómenos naturales fuerzas y fenómenos sobrenaturales; e. La acción se sitúa en un
tiempo “primigenio”; tienen un caracter acrítico y fantástico; f. Nos presentan una
realidad arbitraria, fruto del capricho de las fuerzas sobrenaturales g. Suelen ir asociados
a los ritos, que constituyen la forman de “intervenir” en la naturaleza
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2.3 Saber racional
Un poco de historia: Se suele denominar con este nombre al tipo de saber que
surgió en Grecia en el siglo VII a. C., y que se va a ir diversificando a lo largo de los
siglos hasta dar lugar a dos tipos de saberes (que es a lo que vamos a llamar
conocimiento): la ciencia y la filosofía. Al surgimiento de este tipo de saber en las
ciudades Jónicas, a través de filósofos – científicos (filo = amigo; sofía =saber) se le
suele denominar “paso del mito al logos” y se caracteriza por lo siguiente: a. Se
sustituyen las fuerzas y fenómenos sobrenaturales por fenómenos naturales; b. Se pasa a
considerar el universo como un “cosmos”, no como un “caos”, en el que todo responde
a un orden racional que se puede descubrir a través de la razón humana, ya no hay
arbitrariedad; c. La propuesta de explicación y su aceptación no se fundamenta en la
tradición o en la revelación divina, sino en la observación y la deducción, es decir, en la
demostración racional.
El tema estrella de estos primeros filósofos era: la esencia de las cosas, que son
de verdad, en el fondo, y ya en siglo VI a. C. había un conjunto de saberes y reflexión
sistematizada acerca de la naturaleza, el lenguaje, la historia, organización política, …
hasta épocas recientes no va a haber una separación clara entre filosofía y ciencia (esta
última se consideraba un parte de la primera); Newton por Ej. va a denominar su teoría
como “ Principios de filosofía natural”.
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3.1 Las ciencias formales
Origen: Se denomina así a ciencias como la lógica y las matemáticas, cuyo objeto no
son los hechos (naturales o sociales) sino ideas o conceptos construidos. A pesar de ello
surgen de preocupaciones prácticas (Los números para hacer las cuentas los
comerciantes, la geometría para delimitar los terrenos…). Los griegos en el siglo III a.
C. ya habían desarrollado ampliamente ambas ciencias estableciendo su método y
esquema característico (sistema deductivo en el que a partir de unos axiomas se
establecen el resto de proposiciones del sistema).
Método deductivo: Todo método, consiste en un conjunto de pasos, reglas, o procesos
a seguir para conseguir algo, en el caso de los científicos, para establecer, justificar y/o
demostrar verdades, o más concretamente, hechos, hipótesis, leyes y teorías. En el
deductivo los pasos serían los siguientes:
1. Se parte del establecimiento de los: a. Los axiomas: que son “primeros
principios” que por su “claridad intrínseca” y/o su poder explicativo se
aceptan sin necesidad de demostración; y b. Los postulados: que son
proposiciones no evidentes ni demostrables, pero considerados como
verdaderas. Hoy en día no se distingue entre postulados y axiomas.
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campo electromagnético… Las ciencias empíricas contendrían ambos tipos de
enunciados. Dentro de estas podemos distinguir entre las naturales y las sociales.
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4. Deducción de consecuencias de la generalización. Puesto que las
generalizaciones son de carácter general, no es posible observarlas, por lo
que es preciso deducir afirmaciones de carácter particular y observable que
nos permitan verificarla.
5. Contrastación. Idem. Método hipotético deductivo. Una generalización
suficientemente contrastada pasaría a convertirse en Ley.
Este método presenta dos dificultades graves. a. Recoger datos sin tener ninguna
indicación previa acerca de cuáles pueden ser significativos, nos conduciría a tener
“sabanas” de datos inoperativos. Además, todo dato “esta cargado de teoría”, es decir es
interpretado desde una teoría o universo simbólico, por lo que una observación nunca es
neutra (p. Ej. yo sólo podré observar que George tiene una depresión, si previamente se
ha desarrollado una teoría psicológica sobre la depresión). b. El otro problema es que
una inducción puede ser una base muy floja para establecer una teoría. El filósofo B.
Russell (1872 – 1970) lo ilustra con la historia del pavo inductivista. El tal pavo
descubrió en su primer día en la granja avícola que comía a las 9 de la mañana. Sin
embargo, siendo como era un buen inductivista, no sacó conclusiones precipitadas.
Esperó hasta que hubo recogido una gran cantidad de observaciones del hecho de que
comía a las nueve de la mañana e hizo estas observaciones en una gran variedad de
circunstancias, en miércoles y en jueves, en días fríos y calurosos, en días lluviosos y en
días soleados. Cada día añadía un nuevo enunciado observacional a su lista. Por último,
su conciencia inductivista se sintió satisfecha y efectuó una inferencia inductiva para
concluir: “Siempre como a las 9 de la mañana”. Pero, ¡mira por donde!, se demostró de
manera indudable que esta conclusión era falsa, cuando la víspera de Navidad, en vez de
darle la comida, le cortaron el cuello. Un razonamiento inductivo con premisas
verdaderas había llevado a una conclusión falsa. Para solucionar, en parte, las
deficiencias de este método, se adoptó como método de las ciencias empíricas el
siguiente.
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(consecuencia)), y que tienen referirse a aspectos que puedan ser observables
y cuantificables.
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sobre este tipo de cuestiones es casi tan antigua como la filosofía (ya los sofistas en el s,
IV a. C. se habían ocupado ampliamente de estos temas), estas reflexiones habían
quedado dentro del ámbito de la filosofía y no es hasta finales del s. XIX d. C. cuando
se van a constituir como ciencias.
Además, de su relativa inmadurez, las ciencias sociales se caracterizan por lo
siguiente:
a. Los hechos sociales a diferencia de los naturales pueden ser singulares, y
realizados por sujetos que poseen intenciones. Por ello explicar no consiste sólo en
señalar las regularidades, como suceden; sino se necesita “comprender”, captar las
intenciones;
b. Es bastante cuestionable la objetividad de las teorías sociales, pues son
elaboradas por sujetos, a los que le es difícil o imposible desprenderse de sus
prejuicios, cultura... ¿Cómo garantizar que una teoría antropológica no sea más que la
interpretación de los hechos de una cultura desde la cultura del antropólogo?; c. Los
hechos sociales además de poder estar teñidos de los prejuicios, ideología, valores del
científico…se resisten a la medición, la cuantificación y la manipulación o repetición,
por lo que es muy difícil la experimentación. Por ello para muchos el método hipotético
deductivo no puede ser utilizado y debe sustituirse por otro, o se niega la cientificidad
de estas ciencias.
c. Es sistemático y metódico: Cada teoría, ley... tiene que ser coherente y estar
conectada con otras teorías del sistema, o ciencia a la que pertenezca. Además la
investigación no se hace a lo loco, si que es metódica, científicamente demostrado =
obtenido con métodos con garantías, comunicables, precisos...
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e. Es fáctico: Es un conocimiento de hechos (facto), pero no hechos dados, que te vas
encontrando por ahí, sino que requieren una planificación para poder obtenerlos,
reproducirlos... (p. Ej.: Producir un cáncer en un ratón bajo determinadas
circunstancias...).
f. Es verificable: Es preciso que cada resultado sea comprobable, que cada teoría
pueda ser probada por cualquiera, si dispone de los conocimientos y medios técnicos
apropiados, para evitar la subjetividad o que sea fruto de la casualidad.
i. Es racional: Además de las características que viste que debía tener algo para ser
racional (universalidad, coherencia, sistematicidad ...) se considera que el
conocimiento científico es racional por que sus métodos permiten establecer los
medios adecuados para alcanzar eficazmente los fines propuestos. ¿Y qué pasa con
los fines que se propone la ciencia? ¿Es racional pretender clonar al ser humano
cuando hay tantos seres humanos pasando hambre, o sin padres...?.
Como ya vimos las ciencias empíricas contienen términos teóricos, inventados por los
científicos y muy difíciles, cuando no imposibles, de conectar con términos
observacionales. Así mismo las hipótesis son inventadas por estos. Pues bien, si es así,
¿no serán las teorías científicas “cuelgues” de los científicos? ¿Qué relación existe entre
las teorías científicas y la realidad? Estas son algunas respuestas:
Reduccionismo: todos los términos teóricos, deben y pueden corresponder a entidades
o propiedades observables. En consecuencia, las teorías son una especie de fórmula
abreviada de lo empíricamente observable.
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Realismo: Los términos y teorías científicas se refieren – en general – a entidades no
observables, pero sí reales; es decir; que poseen existencia real fuera de la mente.
Instrumentalismo (o convencionalismo): Las teorías científicas son “instrumentos de
cálculo”, con su ayuda se pueden hacer predicciones, pero no se pretende que
representen la realidad.
La ciencia antigua pretendía saber que son las cosas (esencias), descubrir las
relaciones necesarias entre ellas (causas); la moderna sólo pretende describir y explicar
como se nos aparecen las cosas (fenómenos) y sus leyes, entendidas estas como
regularidades probables, para poder hacer predicciones.
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Empirismo: Otro grupo bastante numeroso sostiene que nada podemos encontrar en
nuestra mente que no haya pasado primero por los sentidos, incluso los admirados por
los racionalista objetos matemáticos, no son más que ideas elaboradas a partir de
informaciones provenientes de los sentidos, aunque no se correspondan a ningún objeto
percibido, de la misma manera que podemos pensar en sirenas aunque nunca las
hayamos visto, ni podamos ver, y sin embargo tal idea ha sido elaborada a partir de la
experiencia. Esto también lo suscribirían un número amplio de filósofos, entre ellos
Aristóteles, buena parte de los filósofos medievales …, sin embargo igual que ocurre
con el racionalismo se suele reservar el término para denominar a grupo de filósofos
(Locke, Hume) que son contemporáneos de los racionalistas comparte el punto b. y
afirman que:
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Hasta la época moderna (antigüedad y edad media) se consideraba que el sujeto captaba
directamente el objeto. Es la postura “natural”, pensamos que existe el mundo en que
vivimos y conocemos directamente las cosas tal y como son. Sin embargo en la época
moderna pasó a considerarse mayoritariamente que lo que conocemos no es
directamente las cosas, sino la representación que tenemos de ellas, lo que conozco no
es la mesa que tengo delante, sino “mi percepción de ella”. Se suele denominar
realismo (o realismo directo) a la primera postura, mientras que a la segunda se la
denomina idealismo (o realismo indirecto). Ahora bien si lo que conozco son sólo las
representaciones de la realidad, mis ideas o percepciones de ellas, ¿Cómo puedo estar
seguro de que se corresponden con los objetos, o lo real? La primera respuesta que nos
damos y que se dio la filosofía es lo que se suele denominar realismo ingenuo: el
conocimiento es una reproducción exacta de la realidad, una copia o “espejo de la
naturaleza”. Hoy en día, sin embargo, la posición dominante es el realismo crítico (o
moderado), que afirma que no puede equipararse sin más lo percibido o conocido con
lo real, sino que las teorías se adecuan o se corresponden con lo real. Una tercera
respuesta, el idealismo, sería aquella que afirma que el sujeto determina total o
parcialmente el objeto de conocimiento, en sentido kantiano, por ejemplo, que afirma
que todo objeto de conocimiento lleva impresa la huella del sujeto. El idealismo
moderado es una postura muy próxima al realismo moderado.
El progreso científico:
Una última cuestión, la ciencia avanza que es una barbaridad, pero ¿en qué
consiste ese avance?, ¿Las nuevas teorías se añaden a las ya establecidas? ¿En el
avance, la dirección del avance, de las ciencias tiene algo que ver los intereses de la
sociedad, o de las clases dominantes? ¿Consiste el avance científico en sacar cada vez
más verdades del océano de verdades, o no hay verdades que descubrir y el avance
científico no consiste sino en resolver problemas de un océano de problemas?. En
opinión de buena parte de los filósofos de la ciencia actual, la ciencia se ha mitificado o
convertido en un mito en el sentido de que se le han atribuido características que esta no
posee y que serían las siguientes: infalibilidad (la ciencia no falla), progreso absoluto
(el desarrollo de la ciencia es acumulativo, los nuevos conocimientos se acumulan a los
anteriores, y, además, progreso equivale a mejor, y en nombre del progreso todo está
permitido), neutralidad (la ciencia no es buena ni mala, los científicos no tienen
valores cuando hacen su trabajo), objetividad (lo que dice la ciencia no está
condicionado por la cultura que la crea y es una representación exacta de la realidad).
(Tenemos prisa y no tenemos tiempo de ver esto con detalle, pero si te interesa mírate el
artículo sobre la ciencia del diccionario de filosofía contemporánea de Quintanilla).
Pasemos a ver a ahora algunas de las concepciones del progreso científico (que
podemos considerarlas como una reflexión sobre estas supuestas características):
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relacionados con ellos y en la incorporación de teorías ya confirmadas a teorías más
amplias (segunda forma de reducción). La ciencia es, pues, una empresa acumulativa de
extensión y enriquecimiento de viejos logros con otros nuevos; las viejas teorías no se
rechazan o abandonan una vez que sea han aceptado; más bien lo que hacen es ceder su
sitio a otras más amplias a las que se reducen”.
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Según Kuhn la ciencia ha pasado por periodos de ciencia normal y ciencia
revolucionaria. En los periodos de ciencia normal la comunidad científica acepta y
trabaja bajo el paraguas de un paradigma, y el desarrollo científico se parecería mucho
al que establece la concepción heredada. Pero ocurre en ese periodo surgen anomalías,
es decir, problemas para los que no es fácil encontrar una solución dentro del
paradigma. La comunidad científica se esfuerza por resolverlos, pero cuando estos se
convierten en enigmas, es decir, por más que se parten la cabeza no hay forma de
buscarles una solución satisfactoria, comienzan los periodos de ciencia revolucionaria, o
una revolución científica. El acuerdo se rompe en la comunidad científica, es la época
del todo vale, y poco a poco van apareciendo paradigmas rivales, que compiten entre si,
y con el viejo paradigma. Finalmente uno de ellos es aceptado por la comunidad
científica y volvemos a un periodo de ciencia normal.
Un par de cosas sobre los paradigmas científicos:
a. los paradigmas son inconmensurables, es decir, no pueden ser comparados desde
una perspectiva neutral, sólo lo podemos hacer desde uno de los paradigmas, pero al
hacerlo así hemos de tener en cuenta que nuestra interpretación de los hechos, de lo que
se debe hacer etc. esta marcada por nuestro paradigma.
b. Lo que determina sustitución de un paradigma es el acuerdo entre la comunidad
científica, la convención, o dicho de otra manera una teoría será científica o más
científica dependiendo de lo digan los científicos en un momento dado. Es decir,
dependerá más de factores sociológicos y psicológicos que factores racionales.
Algunos autores posteriores a Kuhn, como I. Lákatos, han intentado “meter” la
racionalidad en la cuestión crucial de la elección de los paradigmas. Así se puede
afirmar por ejemplo que no se aceptará un nuevo paradigma si no: explica lo que el
anterior, y algo más; incluye nuevas predicciones de hechos; es público (en el sentido
que vimos cuando hablamos de las características de la ciencia). Además también se
suele decir que aunque los valores sociales marcan la elección de un paradigma, hay una
cierta racionalidad en ellos, pues unos permitirán una vida, progreso social… mejor que
otros y estos serán los que se impongan.
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- Las empíricas: Son aquellas que se refieren a hechos (p. Ej. “El
Hierro está al
Oeste de Gran canaria”). En este caso hay varias formas de entender en que consiste esa
propiedad que deben de tener las proposiciones para ser verdaderas:
- Correspondencia: Consiste en que la proposición (su
significado) sea una copia del hecho que describe. Por ej. “ Tú
estas en clase” sería verdadera si se da el hecho que enuncia,
es decir tu estás en clase, y falsa si no fuese así, por ej. tu
estuvieses viendo O.T.. Sin embargo parece que esto no está
tan claro, sino que se acepta simplemente que haya una
adecuación, correspondencia entre la proposición y el hecho
(por ejemplo: Cuando digo que las proposiciones “Esta mesa
es verde” o “ Esta es compacta”, son verdaderas, quiero decir
que ocurre que la mesa es irradiada por ondas de luz y esta las
refleja con una longitud de onda que el sistema perceptivo
humano interpreta como color verde, o que la mesa tiene tal
estructura molecular que yo la capto como si no tuviera
espacios vacíos.
- Coherencia: Similar a lo que dijimos para las formales, salvo
que ahora no hablamos de sistema sino de teoría. P. Ej. Sería
falso afirmar que la bombilla se enciende en el momento en
que yo aprieto el interruptor, ya que sería contradictoria con la
teoría de Einstein, según la cual existe una velocidad máxima
de transmisión; la de la luz y por tanto requiere un tiempo
entre que aprieto y se enciende la luz.
- Éxito: Una proposición es verdadera si es útil, si nos permite
explicar la realidad, o resolver los problemas de forma
satisfactoria. A la postura filosófica que considera que no sólo
una proposición, sino una teoría, o hipótesis es verdadera si es
útil, o mientras sea útil, se la denomina pragmatismo.
VERDAD Y CERTEZA
No hay que confundir verdad con certeza, la primera es una propiedad de las
proposiciones, que tal como la hemos definido es objetiva, mientras que la segunda es
una propiedad, o más bien estado de quien la contempla, y que consiste en estar seguro
de su verdad. Ahora bien, ¿cómo saber que una proposición es verdadera? Muchos
han argumentado que el criterio es la evidencia, es decir que estés completamente
seguro de que es verdadera: Pero claro, como ya vimos en la unidad dos, estar
completamente seguros que sea de una forma (verdadero) no nos garantiza que sea de
una forma (verdadero). Nos queda, como vimos, el criterio de la intersubjetividad,
pero esto como recordarás no era más que una subjetividad compartida. Hoy en día
solemos considerar que algo es verdadero si la comunidad científica está de acuerdo en
que así es, y con esto entramos en las relaciones conocimiento – sociedad:
Todo conocimiento es una construcción social en dos sentidos: Por un lado la
mayor parte del conocimiento que podemos adquirir es un herencia social, forma parte
de la cultura que nos es trasmitida (entre otras cosas todo lo que has aprendido en la
escuela), y los nuevos conocimientos pasan a engrosar la cultura a la que pertenezcan
sus creadores. Por otro lado nada surge de la nada, y nosotros (incluidos los científicos),
somos capaces de resolver problemas, ver y descubrir cosas en función de lo que
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sepamos y de nuestros intereses, pero esto último depende de la sociedad en que
vivamos y del proceso de socialización que hayamos vivido.
Todo esto es muy importante tenerlo en cuenta pues las repercusiones sociales
del conocimiento son enormes, por ejemplo, ya los chinos se dieron cuenta de esto hace
milenios y decidieron no dar a conocer el proceso de fabricación de la seda, hoy en día
los países ricos son los dueños de la tecnología, el conocimiento de los metales fue lo
que propició la victoria de los conquistadores sobre los aborígenes canarios, … Las
repercusiones del conocimiento no se limitan al dominio de los avances científico
técnicos, a pesar de ser fundamentales en todos los ámbitos de la vida humana, sino que
son también importantes a la hora de fijarnos metas, y de actuar en general. Por ello
también desde siempre, pero mucho más en la actualidad es importante tener un control
sobre el conocimiento socialmente disponible. En este sentido se habla de manipulación
del conocimiento, y de ideología (representación de la realidad, que incluye formas de
valorar los hechos, formas de percibir los, de explicarlos,…). Ver “Chomsky para
principiantes” y, cuando caiga en tus manos, cualquiera de los libros de Eduardo
Galeano.
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Breve historia de “la filosofía y el problema de la verdad”:
Los sofistas, allá por el siglo V a C., ante la diversidad de posturas morales,
religiosas, políticas, filosóficas habían defendido el “todo vale”, no hay verdades,
dioses, normas, formas políticas, leyes… universales, necesarias, auténticas, válidas
para todos: Lo bueno, lo malo, lo verdadero, lo correcto … dependerá de los gustos, los
acuerdos … de las personas.
Platón sin embargo no estaba dispuesto a pasar por esto. Si todo vale, depende
de lo que digan en momento determinado, significa que no hay nada bueno, verdadero,
auténtico en sí mismo. No habría nada de verdad bueno, auténtico. Platón pensaba que
existen esencias, independientes, universales, necesarias, inmutables, que nos
permitirían saber que es algo (de verdad). Claro que a cada cual le puede parecer que
algo sea de formas contradictorias y cambiantes (bueno, malo…); Pero una cosa es
como me parece, que opino de algo, y otra muy distinta es como es, que sé de algo. A
esas esencias, a lo que las cosas de verdad son lo llamará Platón ideas. Por ejemplo yo
(tu) soy hombre (mujer), pero que significa ser hombre (mujer), en que consiste ser
hombre (ser mujer). No es algo que perciba a través de los sentidos, pues lo que yo veo
delante del espejo es a Jos (Mª José), algo que además se me presenta diferente cada vez
que lo veo, y sin embargo puedo decir he aquí un hombre (mujer). ¿Por qué lo puedo
decir, por que puedo estar seguro?: Por qué se que es ser hombre, no este ni aquel, algo
de lo que yo sería una copia, un ejemplo, y de lo que yo no agoto su significado, su ser.
Algo que es permanente (si se que es “ser hombre”, es algo de lo que puedo hablar
aunque no existiera ninguno concreto). Por ello Platón considerará que lo que las cosas
son “de verdad” no es algo captable por lo sentidos, sino por la razón, y además tiene
que ser eterno, válido necesaria y universalmente. Dicho de otra forma las cosas
concretas cambian, pero si cambian dejen de ser lo que eran, llegan ser lo que antes no
eran, pero, ¿Sería posible conocer lo que las cosas son, hablar ellas con verdad, si todo
cambiase continuamente?
Platón distinguía así un mundo verdadero (el de las ideas) y un mundo aparente
(el de las cosas concretas). Tienes pues aquí una concepción de la verdad (metafísica u
ontológica) referida a las cosas, entendida como lo auténtico, lo real, lo que no falla.
Aristóteles, un discípulo de Platón, considerará que lo que existen de “verdad”
son lo individuos concretos, no son los elementos de un mundo verdadero, sino que solo
aparecen se dan en cada ser concreto, no son más que la forma que tiene cada ser y que
hace que sea lo que es. Cada individuo concreto, yo por ejemplo, no es más que una
materia con una forma (la de hombre).
De Aristóteles no interesa, sin embargo, ahora, su concepción de verdad como
propiedad de una proposición: “Decir de lo que es que no es, o de lo no es que es, es
falso; decir de lo que es que es, o de lo que no es que no es, es verdadero”. Osea, la
verdad consistiría en la adecuación entre lo que decimos y lo que la cosa es, entre
lenguaje y realidad, entre las palabras y las esencias. Ahora bien como descubrimos esa
adecuación? En principio por la experiencia. Observar repetidas veces que al acercar la
mano al fuego no quemamos, no lleva a poder afirmar como verdadero “el fuego
quema”. Eso si en última instancia será la razón la que nos lleve a descubrir la causa de
que el fuego queme, y por consiguiente de nuestra quemadura.
¿Hay algo más que nos oriente en esa búsqueda? Si: el principio de no -
contradicción. Aristóteles dirá: “Es imposible que un mismo atributo se dé y no se dé
simultáneamente en el mismo sujeto y en mismo sentido”. ¿Por qué?: Por que la
realidad no puede ser contradictoria, si lo fuese el conocimiento sería imposible.
Platón y Aristóteles presuponían que existía un algo permanente (ideas o
formas), permanente y no contradictorio en las cosas mismas, y también que las
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palabras tienen un significado propio que, en última instancia, no puede ser algo
diferente de lo que ese algo es. Por ello todo lo que podamos decir con verdad de una
cosa está ya en la idea, forma (esencia): Lo que las cosas son no depende de lo que
nosotros digamos, sino a la inversa. Sin embargo a finales de la edad media se
consolidando lo que afirmaba Aristóteles: “Lo que existe es los individuos concretos”,
hasta llegar a la afirmación (nominalismo) de que las palabras no se refieren a ninguna
esencia anterior e independiente de la operación de nombrar, sino que no más que una
forma cómoda de referirme a un conjunto de cosas distintas sin tener que nombrarlas a
todas y cada una. Pero entonces, ¿Si no tengo acceso a una realidad estable permanente
como sé que lo que digo es verdad? Es todo incierto.
Descartes va a poner en cuestión todas sus ideas, (entendidas ahora no como lo
que las cosas son sino como las representaciones mentales que tenemos de las cosas),
para ver si hay algo de lo que no podamos dudar. Es decir hay cosas de la que no
estamos seguros por que no las hemos analizado suficientemente, pero ¿hay cosas de las
que no pueda dudar aunque quiera, aunque las haya tratado de poner en cuestión? Dicho
de otra forma: ¿Podemos tener certezas absolutas, incuestionables?
Lo primero que pone en cuestión son las ideas que proceden de los sentidos, ya
que hemos visto más de una vez que nos han engañado, y por lo tanto no podemos estar
seguros de ellas. Descartes sigue poniendo en duda sus ideas hasta que llega a la que
considera incuestionable: Con toda seguridad existe un sujeto con sus pensamientos
(ideas). Es decir, es indudable que mientras duda existe un sujeto con sus dudas.
Vale, pero, ¿no puedo descubrir más verdades? Desde luego que no recurriendo
a la experiencia, no sólo por que no haya engañado más de una vez, sino por que yo no
puedo “salir de mi” para comparar mis ideas con la realidad misma. Descartes afirma
que en nosotros mismos se encuentran ideas innatas, es decir que estaban en lamente
desde siempre, aunque no haya reparado en ellas, como “pienso luego existo”, Ideas
que se me aparecen como claras y distintas, que se me imponen sin lugar a dudas. Ya,
pero ¿Cómo sé que aquello que no ofrece dudas, y no se debe a mi falta de cuidado, es
verdadero? ¿Cómo sé que verdad y certeza coinciden? ¿Es la evidencia un criterio de
verdad?
Llegados a este punto Descartes recurre a Dios, utilizando entre otros en
argumento ontológico. (Dios es el ser (infinitamente) perfecto. Lo que existe es más
perfecto que lo que no existe (tendría el fallo de no existir). Por lo tanto Dios
necesariamente tiene que existir, ya que sino no sería el ser (infinitamente) perfecto)
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