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CUATRO PREGUNTAS BAMBUCO

En 1913 Pedro Morales dio a conocer al conocido como el bambuco más hermoso
de Colombia “Cuatro Preguntas”. Su letra de Eduardo López Narváez el cual traía
de lo popular, de la vida familiar o nacional y lo convertía en estrofas vivas suaves,
delicadas y admirables.

La letra de esta canción fue inspirada por un disgusto que tuvo López con su
novia. Luego se la presentó a Morales y días después, en la ventana de la
susodicha se la cantaron en forma de serenata. Luego contrajeron matrimonio.

Pedro Morales Pino

Los primeros años de vida del compositor tuvieron lugar en el ambiente sencillo y
pobre de la casa materna en Cartago. Allí estudió tiple, al lado de José Hoyos, y
bandola, con Ramón Antonio de la Peña. Residió luego en Ibagué y llegó a Bogotá
a realizar estudios (c.1878), gracias al interés del educador Adolfo Sicard Pérez.
En la capital asistió al colegio, desarrolló su habilidad de dibujante en la academia
de Felipe S. Gutiérrez y, según la mayoría de sus biógrafos, inició estudios
musicales formales en la Academia Nacional de Música, fundada en 1882, si
bien no hay registro de su inscripción formal en los anuarios de la Academia. Dio a
conocer unos retratos, hechos a lápiz sobre fotografías, en la Exposición de 1881.
Mantuvo a lo largo de su vida la afición por el dibujo.

De 1884 en adelante, la actividad musical de Morales Pino se intensificó, como


también el éxito de sus composiciones. Vivió un tiempo en Fusagasugá y luego en
Ibagué, pero en 1893 regresó a Bogotá y fue aplaudido por las tandas de
valses Horas del campo y Los lunares. A la usanza de la época, cada título
comprendía cuatro valses diferentes con introducción y comentario final, o coda.
En años posteriores, Morales Pino reduciría el número de valses a tres. Pero la
popularidad de sus valses iba a la par con el aprecio generalizado por sus danzas
y pasillos. Cuando al final del siglo XIX decidió embarcarse en una gira
internacional con su obra, era unánime el gusto por los
pasillos Chispazo (dedicado a Jorge Pombo, compañero de Soto Borda en la
creación de ingeniosos retruécanos y calambures), Rayo X(dedicado al periódico
de Soto Borda), El chucho, ¡Adiós!, Isabel, Paulina,Leonilde, El
chato, Rumor, Recordando, Pepe, Reflejos, El calavera (cuyo título original
era Tres tragos), Confidencias y Saltarín. Todos estos pasillos habían sido
publicados, al igual que las danzas Cuba guerrera(marcha con
habanera), Cautiva, Genta, María Luisa, Sara y Lira colombiana, los valses Los
lunares, Horas del campo, Teresa y Vida bogotana, las
canciones Sombras y ¡Ya ves! y las polcas La negra, Beso la mano y Mi
capricho.

Armado de un buen conjunto instrumental, y con obras del repertorio europeo y


piezas nacionales, Morales Pino se embarcó a Centroamérica rumbo a Estados
Unidos, con ánimos de darse a conocer por fuera del país. Organizó un conjunto
instrumental que bautizó Lira colombiana en honor al taller, del mismo nombre,
de instrumentos del luthier Manuel Montoya, quien fabricara su bandola.

El grupo salió de Bogotá en diciembre de 1898 y realizó una breve gira nacional
mientras arribaba a Buenaventura y zarpaba para Panamá. Del conjunto inicial de
nueve músicos, prosiguieron la gira seis de sus integrantes. La Lira fue escuchada
en Costa Rica, Nicaragua, El Salvador y Guatemala. En este último país murió
José Vicente Martínez y el conjunto continuaría su camino como quinteto.
Permanecieron en Guatemala por más de un año, actuando en diversos tipos de
audiciones musicales y en armonía con músicos locales. En 1901 decidieron viajar
a los Estados Unidos; en septiembre de ese mismo año, se les escuchó en Buffalo
en el Templo de la Música, pabellón erguido con motivo de la Exposición
Panamericana. Habían pasado por Nueva Orleans, Baltimore, Filadelfia y Chicago.
Se radicaron en Nueva York, en donde permanecieron hasta 1903.

Desbandada la Lira, Morales Pino regresó a Guatemala, en donde había


renunciado a su vida de bohemio para casarse con Paquita Llerena en 1905 y con
su nueva familia llegó a Bogotá en 1912. Nuevamente se dio a la tarea de
organizar un conjunto, otra Lira con once integrantes. La temprana muerte de su
esposa en 1916 truncó sus planes y retornó a Guatemala para criar a sus hijos
con el apoyo de la familia de su esposa. En 1918, y a raíz de las dificultades
causadas por los terremotos en Guatemala, estaba de vuelta en Colombia.

Y otra vez recompone un conjunto con el nombre de Lira Colombiana, que en su


tercera etapa incluye las voces del dueto de Alejandro Wills y Alberto Escobar.
Con esta agrupación se propone realizar una gira por Sudamérica, y parte en julio
de 1922 hacia el Valle del Cauca para proseguir a Quito y a Lima, a donde llegan
en enero de 1923. De regreso a Bogotá, Morales Pino no contaba ni con la salud
ni con los ánimos para organizar otro conjunto musical y reiniciar sus labores.
Murió, en condiciones económicas muy precarias, el 4 de marzo de 1926.

Información: http://facartes.unal.edu.co/compositores/html/0006_3.html
LETRA:

Niegas con él lo que hiciste y mis sospechas te asombran. Pero si no le quisiste


por qué te pones tan triste cuando en tu casa le nombran. (Bis)

Dices que son cosas mías y que te estoy engañando, más porque le sonreías,
sonreías cuando él te estaba mirando.

Si ahora en no ser te empeñas culpable como pareces, si él te odia y tu le


desdeñas, por qué por qué tantas veces os vi entenderos por señas.

Si no dejaste en derroche de amor que te acariciaras, porque te azotó una noche,


una noche con el pañuelo la cara.

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