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Recubrimientos metalicos, galvanizado lectroquimico y

por inmersion
RECUBRIMIENTOS METALICOS
El fin más frecuente e importante de los recubrimientos metalicos es el de proteger a
otros metales de la corrosión. Otros usos son: lograr un conjunto de propiedades
diferentes que no están reunidas en un metal solo o fines decorativos.
La mayoría de los metales, expuestos a la acción del ambiente, sufren
transformaciones físicoquímicas que los degradan, reducen su utilidad y llegan a
destruirlos. Los fenómenos que originan estos cambios se agrupan en el concepto de
corrosión, o, con mayor amplitud, en el de deterioro de materiales.Para comprender
mejor la importancia y la actuación de los recubrimientos metalicos conviene
clasificar los metales disponiéndolos en orden decreciente de su tendencia a
disolverse, es decir, de su potencial negativo, obteniéndose así la llamada serie de
fuerzas electromotrices. Al potencial del hidrógeno se le asigna, arbitrariamente, el
valor cero, y los demás potenciales se obtienen partiendo de este electrodo tipo
(tabla 1). Cualquier metal de esta serie que tenga un potencial negativo mayor
(ánodo) está expuesto a corroerse, si se le une a otro con potencial negativo menor
(cátodo). Esta serie puede sufrir alteraciones en su ordenación al variar los
electrólitos o condiciones ambientes, o por formarse sobre los metales o aleaciones
tenaces películas (pasivación) de óxidos u otros compuestos que interrumpen la
corrosión.
En la mayor parte de los casos, la aplicación de un recubrimiento metalico tiene por
finalidad proteger de la corrosión a otro metal más barato. Para ello, lo más eficaz
es elegir como protector a otro situado en la serie de fuerzas electromotrices por
encima del que se va a proteger. En el caso particular del hierro, p. ej., son el
aluminio, el zinc y, en la mayoría de las condiciones, el cadmio los que mejor lo
protegen. Se dice en estos casos que el metal que forma el recubrimiento se sacrifica
en beneficio del hierro, y tiene poca importancia que queden sin recubrimientos
pequeñas zonas: poros, rayas, bordes de chapas finas.Puede ocurrir, sin embargo,
que por exigencias de dureza, de resistencia al desgaste mecánico, de aspecto
decorativo o de conductividad eléctrica, se prefiera un metal (níquel, estaño, cobre,
plata, oro) o aleación (acero inoxidable, metal monel, etc.), que aun estando por
debajo del hierro en la serie de fuerzas electromotrices presente, por su tendencia a
la pasivación, mayor resistencia a la corrosión. Entonces es importante que el
recubrimiento no presente poros ni otros defectos que dejen el hierro al descubierto,
pues, al comportarse éste anódicamente con respecto al que forma el recubrimiento,
la corrosión en dichas zonas sería más intensa que si no estuviera recubierto.
En el valor protector influyen, por consiguiente, el método de aplicación y el
espesor de la película protectora.
Los métodos de aplicación más importantes actualmente son:

Inmersión en metal fundido. Consiste en sumergir el metal que se va a recubrir en


otro metal de menor punto de fusión, en estado fundido. La aplicación más
importante la constituye el recubrimiento de objetos, chapas, barras y alambres de
acero con zinc, y el recubrimiento de acero, cobre y latón con estaño. En menor
extensión se aplica también por este procedimiento el aluminio, para el que resulta
necesario efectuar el recubrimiento en atmósfera de hidrógeno. En este proceso hay
que regular la temperatura y el tiempo para lograr cierta disolución del metal que se
va a recubrir, en el metal fundido, con objeto de que se forme una capa intermedia
de aleación de ambos metales que dé lugar a una buena adherencia del
recubrimiento, pero el espesor de la capa de aleación no debe ser tan grande que
origine una película frágil. Los espesores que se obtienen por este procedimiento
son relativamente gruesos comparados con los que se obtienen por otros métodos, y
presentan menos poros. Sin embargo, tanto el espesor como la uniformidad del
recubrimiento son difíciles de regular.
Cementación. Consiste en calentar a temperaturas relativamente altas el metal
que se va a recubrir, estando rodeado por otro metal, en polvo, que se difunde
originando la película protectora. Así se aplican sobre el acero el wolframio, cromo,
vanadio, cobalto, titanio, molibdeno, tántalo y otros.
Electrólisis (V. GALVANOTECNIA).
Laminación. Consiste en laminar juntos los lingotes superpuestos de dos
metales. La presión provoca la aleación y adherencia. Así se obtienen láminas
bimetales con propiedades que no se encuentran juntas en un solo metal.
Proyección de metal fundido. En una «pistola» de oxígeno y acetileno se funde
un alambre, y el metal fundido se proyecta con aire o un gas inerte comprimido
sobre el objeto. El recubrimiento es económico pero más poroso que el obtenido por
otros métodos.
Otros procedimientos que tienen gran importancia, para recubrir con fines
decorativos objetos de plástico, vidrio, cerámica, etc., son los de proyección
catódica y evaporación en vacío.
Preparación de las superficies. Para todos los procedimientos es requisito
fundamental que las superficies a recubrir estén exentas de grasas, óxidos, suciedad
y materiales extraños, lo que se consigue con el desengrasado, decapado,
tratamiento con chorro de arena y granalla, etc.

V. t.: ELECTRÓLISIS.

C. VELASCO CORRAL.
BIBL.: H. H. UHLIG, Corrosión y control de corrosión, Bilbao 1970; R. M.
BURLAS y W. W. BRADLEY, Recubrimientos protectores de los metales, 2 ed.
Madrid 1963; P. ORLOWSKI y J. CAUCHETIER, La protección por proyección a
pistola, Barcelona 1963; A. KENNETH GRAHAM, Manual de ingeniería de los
recubrimientos electrolíticos, México 1967; F. TODT, Corrosión y protección,
Madrid 1959; L. ARBELLOT, Recubrimientos electrolíticos, Barcelona 1965.

Galvanizado
Galvanizado electroquímico
Es el proceso electroquímico por el cual se puede cubrir un metal con otro. Se
denomina galvanización pues este proceso se desarrolló a partir del trabajo
de Luigi Galvani, quien descubrió en sus experimentos que si se pone en contacto
un metal con una pata cercenada a una rana, ésta se contrae como si estuviese viva,
luego descubrió que cada metal presentaba un grado diferente de reacción en la
pata de rana, por lo tanto cada metal tiene una carga eléctrica diferente.
Más tarde ordenó los metales según su carga y descubrió que puede recubrirse un
metal con otro, aprovechando esta cualidad (siempre depositando un metal de
carga mayor sobre otro de carga menor).

De su descubrimiento se desarrolló más tarde el galvanizado, la galvanotecnia, y


luego la galvanoplastia.
La función del galvanizado es proteger la superficie del metal sobre el cual se
realiza el proceso. El galvanizado más común consiste en depositar una capa
de zinc (Zn) sobre hierro (Fe); ya que, al ser el zinc más oxidable, menos noble, que
el hierro y generar un óxido estable, protege al hierro de la oxidación al exponerse
al oxígeno del aire. Se usa de modo general en tuberías para la conducción de agua
cuya temperatura no sobrepase los 60 °C ya que entonces se invierte la polaridad
del zinc respecto del acero del tubo y este se corroe en vez de estar protegido por el
zinc. Para evitar la corrosión en general es fundamental evitar el contacto entre
materiales disímiles, con distinto potencial de oxidación, que puedan provocar
problemas de corrosión galvánica por el hecho de su combinación. Puede ocurrir
que cualquiera de ambos materiales sea adecuado para un galvanizado potencial
con otros materiales y sin embargo su combinación sea inadecuada, provocando
corrosión, por el distinto potencial de oxidación comentado.
Uno de los errores que se comenten con más frecuencia es el del empleo de tuberías
de cobre combinadas con tuberías de acero galvanizado (vid. normas UNE 12502.3,
UNE 112076, UNE 112081). Si la tubería de cobre, que es un material más noble, se
sitúa aguas arriba de la de galvanizado, los iones cobre, que necesariamente existen
en el agua o las partículas de cobre que se puedan arrastrar por erosión o de
cualquier otra procedencia, se cementarán sobre el zinc del galvanizado aguas
abajo y éste se oxidará por formarse una pila bimetálica local Cu/Zn en los puntos
en los que los iones cobre se hayan depositado como cobre metálico sobre el
galvanizado. A partir de ese momento se acelerará la corrosión del recubrimiento
galvanizado en todos esos puntos. Desaparecido el zinc del recubrimiento, la pila
será Cu/Fe y continuará corroyéndose hasta perforarse el tubo de acero. Como el
galvanizado está instalado anteriormente este fallo pasa desapercibido y se suele
atribuir al fin de la vida en servicio o, incluso, a la mala calidad del galvanizado. La
causa, sin embargo ha sido la mala calidad del diseño: la instalación de la tubería
de cobre aguas arriba, que es la que ha provocado la corrosión del galvanizado,
aguas abajo. Por el contrario, en el caso de que las tuberías de cobre se instalen al
final de la red, es decir, aguas abajo de la tubería de galvanizado, no existe ese
problema siempre que se garantice que no haya agua de retorno que después de
pasar por el cobre pase por el galvanizado. Si existe ese riesgo se deberá colocar un
sistema antiretorno. En cualquier caso, es necesario colocar un manguito aislante
entre el acero galvanizado de la instalación general y la tubería de cobre final para
evitar el contacto galvanizado/cobre. Esta solución, sin embargo, es ineficaz en el
caso anterior, tubería general de cobre y ramales finales de acero galvanizado.
Aunque se elimine la corrosión en el punto de contacto entre ambos materiales,
que es lo único que hace el manguito, no se evitará la corrosión. Ésta se producirá
debido a los iones cobre que transporta el agua, o las partículas de cobre, que
producirán picaduras sobre toda la instalación de galvanizado aguas abajo, tal
como se ha explicado.

Otros procesos de galvanizado muy utilizados son los que se refieren a piezas
decorativas. Se recubren estas piezas con fines principalmente decorativos, la
hebillas, botones, llaveros, artículos de escritorio y un sinfín de productos son
bañados en cobre, níquel, plata, oro, bronce, cromo, estaño, etc.. En el caso de
la bisutería se utilizan baños de oro (generalmente de 18 a 21 quilates). También se
recubren joyas en metales más escasos como platino y rodio.
Galvanizado por inemersion
Consiste en sumergir el material que se desea recubrir en un crisol de zinc fundido,
la reacción de difusión entre los metales da como resultado la formación de una
barrera impermeable que protege a las superficies metálicas del medio ambiente.

Un acero desprotegido tiene un promedio de vida útil de tan solo dos años antes de
que se afecte su funcionalidad o integridad estructural, en cambio los
recubrimientos galvanizados obtenidos en instalaciones apropiadas, generalmente
duran como minimo diez años sin necesidad de mantenimiento alguno, incluso en
las peores condiciones atmosféricas.

Un recubrimiento que se acaba de hacer presenta generalmente un aspecto


brillante, el cual con el tiempo va desapareciendo debido a la reacción del contacto
del zinc con el aire del ambiente el cual da lugar a la formación de una fina capa de
hidróxidos básicos del zinc de color gris metalico mate, que se conoce como capa de
pasivacion y que constituye una barrera que aisla la superficie del zinc del medio
ambiente.

http://blog.utp.edu.co/metalografia/389-2/

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