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Antecedentes
Dos hipótesis igualmente válidas pero opuestas explican la relación entre desigual-
dad objetiva y su tolerancia. Una diría, desde el supuesto de la acción racional con base
en el interés individual que es donde hay mayor desigualdad objetiva que se tolera
REVISTA ENSAMBLES
REVISTA AÑO
ENSAMBLES I Nº
AÑO 1| 1|
I Nº PRIMAVERA 2014
PRIMAVERA | DOSSIER
2014 | PP.
| DOSSIER 11-36| | 105
99-119
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Para contextualizar las respuestas de estas empleadas así como los dos casos es-
tudiados en un contexto regional más amplio, utilizo algunas preguntas de la en-
cuesta de opinión pública LAPOP-Barómetro de las Américas, ola 2012. Esta
encuesta, que cubre 26 países de las Américas, incluye algunas preguntas sobre ac-
titudes distributivas que son útiles para responder a los interrogantes que aquí me
planteo. Los datos son analizados comparando promedios de opiniones para los dis-
tintos países pero también, a nivel individual para los dos países que se comparan
aquí (y en ocasiones para otros). Esto en el entendido de que para ver tolerancia a la
desigualdad comparativamente es importante ver a la vez diferencias nacionales o
contextuales y prestar atención a los individuos y grupos de individuos que interac-
túan con esos contextos. En particular, y siguiendo a Castillo (2009) consideré que
hay más tolerancia a la desigualdad cuando: a) el estatus individual no afecta las
ideas sobre desigualdad, es decir cuando hay consenso en que la desigualdad exis-
tente es aceptable (análisis de regresión a nivel individual al interior de países o gru-
pos de países) y cuando b) a mayor desigualdad objetiva hay mayor desigualdad
deseada o mayor tolerancia a la desigualdad para usar nuestro término (comparación
de países a nivel agregado).7
74.6
Costa Rica
Uruguay 67.0
Colombia 64.6
Chile 60.8
0
20 40 60 80
95% Intervalo de confianza (Efecto de diseño incorporado)
Fuente: © Barómetro de las Américas por LAPOP
40
30
20
10
0
Bogotá Montevideo
Brecha salarial percibida gerente/obrero Brecha salarial justa gerente/obrero
Nicaragua 86.3
Rep. Dom. 86.3
Panamá 85.7
Paraguay 85.6
Uruguay 85.4
Surinam 85.1
Argentina 84.4
El Salvador 83.5
Chile 83.3
Brasil 82.1
México 82.0
Colombia 81.1
Guyana 80.8
Costa Rica 78.6
Trinidad y Tobago 78.5
Perú 77.8
Jamaica 77.6
Ecuador 76.7
Belice 75.8
Guatemala 72.9
Bolivia 72.3
Canadá 72.2
Venezuela 71.3
Honduras 68.3
Haití 65.4
Estados Unidos 47.2
0 20 40 60 80 100
Políticas firmes para reducir la desigualdad
95% Intervalo de confianza (Efecto de diseño incorporado)
Fuente: © Barómetro de las Américas por LAPOP
Figura 4: Acuerdo con la afirmación “Algunas personas dicen que la gente que
recibe ayuda de los programas sociales del gobierno es floja”.
Argentina 63.7
Uruguay 57.5
Chile 54.5
Venezuela 52.4
Canadá 50.2
Honduras 50.2
Perú 49.5
Paraguay 48.9
México 48.8
Guatemala 47.1
Ecuador 47.1
Trinidad y Tobago 47.1
Belice 47.1
Costa Rica 46.9
Bolivia 46.8
Colombia 45.7
Estados Unidos 44.0
Rep. Dom. 42.6
Panamá 41.7
El Salvador 40.8
Jamaica 40.5
Nicaragua 40.0
Surinam 39.6
Brasil 39.4
Haití 39.2
Guyana 28.3
0 20 40 60 80
Los que reciben ayuda social son perezosos
95% Intervalo de confianza (Efecto de diseño incorporado)
Fuente: © Barómetro de las Américas por LAPOP
Julia ilustra un rechazo a los criterios de distribución de este tipo de políticas ba-
sado en una sensación de injusticia con su propio esfuerzo que escuché en repetidas
ocasiones en mi trabajo de campo, entre personas de sectores populares que no re-
cibían las transferencias. Es importante destacar que Julia es militante de izquierda,
que ha estado vinculada al sindicato de empleadas domésticas y que es muy reivin-
dicativa de la igualdad en otras dimensiones tanto actitudinales como prácticas.
REVISTA ENSAMBLES
REVISTA AÑO
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tillo, citada a lo largo del texto, que intentan testas u otro tipo de acciones en contra de la
llevar las discusiones de brecha justa, y acti- desigualdad. Sin embargo, esto ya no de-
tudes distributivas, fuera de las democracias pende del nivel de desigualdad sino, como
estables y a un caso particularmente intere- dicen Luna y Blofield (2011), de mediaciones
sante como el Chileno. Otra es un esfuerzo políticas, de la politización de los clivajes de
por entender los significados de la creciente clase. Citando a Dahl dicen que, para que
cantidad de población que se autoidentifica haya protesta, la gente tiene que creer que la
como de clase media en este país (ver desigualdad es injusta, que la elite es respon-
Méndez, 2008 siguiendo el trabajo de Mike sable de esa injusticia y que movilizarse va a
Savage en Inglaterra) así como su heteroge- ser efectivo.
neidad en términos de ocupación, educación 6
Con una visión más diacrónica, algunos
y estilos de consumo (Barozet and Jaime, autores piensan que lo que es justificable hoy
2011; Barozet and Espinoza, 2009). (Los es- puede no serlo mañana. En un ya clásico
tudios de clase media están popularizándose texto, Hirshman nos habla de la parábola del
también en Argentina y otros países de Amé- túnel (Hirshman, 1981). Si la fila se mueve
rica Latina). Finalmente, hay en Chile otra en un túnel, voy a ser más tolerante espe-
línea interesante que está estudiando las rando mi turno. Si hay percepción de movili-
interacciones inter-clase en distintas ciudades dad, se acepta más la desigualdad. Pero con
chilenas, a partir de un proyecto dirigido por el paso del tiempo, si el turno no llega, si la
Francisco Sabatini, Guillermo Wormald y movilidad no se experimenta, las personas y
Ruben Kaztman (Wormald, Flores, Sabatini, las sociedades ya no tolerarán la desigualdad.
Trebilcock, and Rasse Figueroa 2012). Esto puede ser lo que está ocurriendo en
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Utilizo legitimación y tolerancia a la des- China hoy, donde lejos de cuestionar la cre-
igualdad como sinónimos en este trabajo. ciente desigualdad, las personas ven a su so-
Mucha de la literatura se refiere a legitima- ciedad como más igualitaria que en el pasado
ción cuando habla de los componentes que porque hay más oportunidades (Whyte,
incluyo en la definición de tolerancia 2010). Esta puede ser también la razón por la
(Bénabou & Tirole, 2006; Castillo, 2007, cual Blofield y Luna (2011) encuentran una
2009; Puga, 2011; Reygadas, 2008). En rea- relación entre desigualdad y tolerancia en la
lidad, para ser más precisos, uno puede tole- América Latina de los 90, que desaparece
rar la desigualdad por varias razones. Una es con el tiempo. Según ellos, parece haber una
su legitimación. Otra es el interés personal a tendencia al cambio en las preferencias dis-
pesar de creer que no es legítima. Y otra es la tributivas en América Latina hacia una mayor
fuerza, no solo en regímenes autoritarios. De demanda de equidad.
hecho O´Donnel en el ensayo citado dice que 7
Los análisis de regresión a nivel indivi-
en Brasil las relaciones jerárquicas se sostie- dual son comentados en el texto y en notas al
nen en base a la violencia policial y estructu- pie y están disponibles contactándose con la
ral sobre los más pobres para que no se autora.
constituyan como clase, no protesten y no 8
Su mirada se parece mucho a la de las
cuestionen la desigualdad existente. empleadas uruguayas, menos acostumbradas
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Algo que no incluye esta definición y al uso de uniforme (solo se usa en hogares de
que podría incluirse entre las prácticas de to- clase alta). En palabras de una ellas que veía
lerancia a la desigualdad es el grado de movi- el uso del uniforme como un acto discrimi-
lización política frente a la desigualdad. Es natorio que comparó con la discriminación
decir en qué medida se protesta colectiva- hacia los judíos en una discusión con una
mente en contra de la desigualdad, en qué empleadora judía: “Yo renuncio al trabajo
medida las personas participan de paros, pro- que tenga que usar uniforme (...) ¡No! Yo sé
Bibliografía
Alesina, A., & La Ferrara, E. (2005). Pre- opportunities. Journal of Public Economics, 89
ferences for redistribution in the land of (5-6), 897-931.