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2006
Uno de los trabajos clásicos en Geografía acerca del tema es el artículo “Problemas
de la geografía” de William Kirk1, escrito en 1951 para el “Indian Geographical Journal”
que marca un hito en el planteo de esta cuestión en la ciencia geográfica. Este autor
expone con aserto que existe una clase de problemas específicamente geográficos.
Situaciones específicas “pueden constituirse en generadoras de problemas en los que
las sociedades humanas están perpetuamente confrontadas con problemas
concernientes a sus entornos particulares y obligadas a tomar decisiones que tienen
consecuencias espaciales y ambientales” (Kirk, 1984).
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La necesidad de ocuparse de este tema surge de que, de acuerdo a los sondeos
bibliográficos y las entrevistas realizadas; los estudios, investigaciones, toma de
decisiones y acciones gubernamentales han puesto énfasis en las inundaciones,
porque se tratan de eventos más perceptibles para la población y los gobernantes que,
insertos en la coyuntura, han sostenido propuestas de solución más vinculadas a uno
sólo de los dos términos del binomio sequía-inundación. Los planes y proyectos
derivados han caído así en errores conceptuales que no han tenido en cuenta el
funcionamiento del balance hídrico regional y la importancia de las sequías. La
construcción de canales y de obras de rectificación del Salado que promueven el
escurrimiento superficial rápido sin retener el agua para tiempos de sequía, son una
muestra de tal situación.
En definitiva, por las razones antes expuestas, una investigación sobre un riesgo
natural como la alternancia de sequías e inundaciones en la Pampa Deprimida
permitió plantear otro problema para indagar –las sequías- que se detectó como
problema escasamente tratado en la mayoría de los trabajos preexistentes.
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Referencias
Pampa Deprimida
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1- Cuenca del
Salado
2- Zona de canales
3- Arroyo
Vallimanca
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Imagen satelital de la Pampa Deprimida en época de sequía. (1997)
La sequía es uno de las anomalías ambientales más difícil de evaluar por su gran
complejidad, pues a la vez que depende de las escasas o ausentes precipitaciones,
también se relaciona con la capacidad de almacenamiento del suelo y la ocurrencia
del fenómeno en relación con el ciclo vegetativo anual.
Conceptualización de la sequía
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Factores condicionantes y determinantes
- la evapotranspiración,
- el déficit de la precipitación.
Las sequías se pueden caracterizar por una carencia del factor de impulso que son
las precipitaciones debido a valores de temperatura que hacen que la
evapotranspiración potencial se mantenga alta, aunque la evapotranspiración real de
ese momento sea pequeña por falta de agua. La sequía no es, como se ve, una
entidad tan bien definida como la inundación, porque procede de un decrecimiento en
los promedios de precipitación en relación a la necesidad de agua en un período
particular y en un área particular.
Las sequías resultan de condiciones hídricas en las que prevalece la escasez de agua
como resultado de precipitaciones insuficientes en una serie de años sucesivos. La
cantidad de lluvia disminuye el promedio y en consecuencia se empobrecen las
pasturas, disminuye el rendimiento de los cultivos, falta agua para la gente y los
animales.
Riesgo de sequía
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-a: época de equilibrio: con leves excesos y sequías agrícolas, según el registro
histórico de la zona.
-b: épocas de sequías anormales, pero que tienen carencias de baja frecuencia en el
registro histórico.
-c: épocas de sequías excepcionalmente anormales, que tienen carencias de muy baja
frecuencia en el registro histórico. Esas carencias pueden ser anuales, plurianuales y
tiene importancia la suceción de estados de épocas inmediatamente anteriores. En
este caso tiene mucha importancia no sólo la duración sino la extensión del
fenómeno.
Tipos de sequía
Debemos diferenciar entre la sequía hidrológica como permanencia del déficit hídrico
de una sequía "aparente" o sequía agrícola cuando el agua no coincide con las épocas
en que las necesidades agropecuarias lo exigen.
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basada en la manera como cambia esta interface, es decir, su grado de estabilidad"
(Tricart y Killian, 1982).
La litosfera en esta porción de nuestro territorio se halla sobreimpuesta sobre un área
de subsidencia horizontal y, por ello, la energía gravitatoria resultante es mínima,
proceso causal de los fenómenos en estudio. La energía gravitatoria mínima deriva en
geoformas que presentan una gran complejidad por su baja altura y pendiente mínima,
causales de la baja energía morfogenética (proceso fundamental que condiciona la
irrupción de los fenómenos aludidos). Por estas características, la dinámica hídrica
actual es débil y morfogenéticamente poco activa.
Las geoformas resultantes de esa baja morfogénesis (la loma, la media loma y el bajo,
al decir de los productores) son los elementos de relieve fundamentales para controlar
el manejo del agua en la región. Las lomas quedan generalmente libres de aguas
durante las inundaciones, y en ellas es racional localizar las viviendas, instalaciones
de producción, etc. Las medias lomas son las geoformas intermedias, que son los
espacios en donde es posible sembrar y establecer pasturas. Los bajos son las
geoformas que concentran las aguas y, por lo tanto, se anegan o inundan o están
permanentemente ocupadas por aguas (lagunas, pantanos, etc.). En ellos hay que
aprovechar la capacidad de retención para el manejo hidráulico.
La energía gravitatoria mínima y el carácter de área sedimentaria condicionan los
procesos pedogenéticos típicos de la Pampa Deprimida. Ellos resultan en edaformas
-suelos- con excesos y déficit hídricos, según la variabilidad estacional del balance
hídrico. Tanto la presencia de horizontes arcilloso, como sódicos o calcáreos, generan
condiciones de baja permeabilidad que influyen notablemente en las situaciones de
infiltración y almacenaje del balance hídrico.
Hasta aquí hemos mencionado características que corresponden a la litosfera. Ella es
la base que se interrelaciona con la atmósfera y la biosfera para dar como resultado en
esta región las anomalías de la hidrosfera.
Las hidroformas de la Pampa Deprimida son el resultado de la interacción entre la
litosfera y la hidrosfera. Sus características esenciales conducen, en términos del
proceso del balance hídrico, a un escurrimiento superficial dificultoso (mal drenaje) que
favorece la irrupción de las inundaciones; y tomando en cuenta, además, la
evapotranspiración potencial y el régimen pluviométrico se produce la irrupción de las
sequías. Las características fundamentales de las hidroformas son:
• una red de drenaje poco integrada y mal constituida,
• cauces de anchos variables (que presentan angostamientos y ensanchamientos),
• una barrera regional al escurrimiento superficial y subterráneo en las cercanías del
litoral (depósitos del querandinense y platense),
• una napa freática cercana a la superficie del terreno,
• unas napas colgadas resultantes de la dificultad de infiltración de la napa freática de
las aguas inundantes,
• el dominio de los complejos acuitardos y acuicluidos en las aguas subterráneas, y
• la presencia de ambientes lénticos.
Es de destacar que las seis primeras características confluyen al mal drenaje y, por lo
tanto, favorecen las inundaciones; en cambio, la presencia de ambientes lénticos es
un factor moderador porque favorece la capacidad de retención de aguas de la Pampa
Deprimida. Éste es el factor más importante que debe tenerse en cuenta para el
mejoramiento hidráulico regional. Sin embargo, mal manejadas, las lagunas y otras
cubetas pierden la capacidad dinámica de almacenamiento y de drenaje del área
circundante.
La biosfera es, también, un factor moderador. Cuando la superficie del suelo está
cubierta por pasturas naturales, praderas artificiales, bosques y cultivos se mejoran las
condiciones de infiltración de los suelos, también se favorece una adecuada
evapotranspiración. En síntesis, la cobertura vegetal favorece la estabilidad del
geosistema.
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"En la llanura se produce un acortamiento -shortage- del ciclo hidrológico, en forma tal
que en estado natural el esquema es precipitación-acumulación-evaporación, con una
muy pequeña y a veces inexistente escorrentía superficial. Con la acción humana
conectando los bajos, o sea disminuyendo la capacidad de acumulación y la superficie
areal de lo acumulado, al transferirla a un punto disminuye la tasa de evaporación y no
se resuelve el problema, pues la permanencia del agua en la zona inundada será
infinita.” (Fuschini Mejía, 1994).
Una laguna que es una sola cuenca endorreica de deficiente funcionamiento, en lugar
de la yuxtaposición de un sistema de microcuencas endorreicas de excelente
funcionamiento abarcando una gran zona arreica y cuya suma de áreas de espejo de
agua es notablemente mayor que el área del receptor final.
En segundo lugar, las grandes obras hidráulicas pueden concretarse en armonía con
la naturaleza y en combinación, sin duda, con las pequeñas obras hidráulicas. Éste es
un debate largamente superado en la Argentina por los científicos y profesionales
altamente calificados en el tema. Así, por ejemplo, el INTA durante muchos años ha
bregado por la pequeña hidráulica en combinación con buenas prácticas agronómicas
para favorecer la cooperación entre los propietarios de las mismas microcuencas, tan
típicas de la región. Sus propuestas son racionales y sustentables y, sin embargo,
poco se han difundido en la Pampa Deprimida, por múltiples razones, entre ellas el
comportamiento de los actores sociales, la imprevisión de la política ambiental, la
ausencia de espíritu cooperativo, el predominio de las propuestas a corto plazo
también llamadas de “cirugía geomorfológica” –tan notoriamente políticas-, frente a las
de largo plazo –fundamentales para la solución integral del problema y tan poco
apreciadas por las políticas gubernamentales- y así podríamos enumerar muchas
otras.
En cuarto lugar, no es posible considerar un Plan Maestro sólo para la Cuenca del
Salado, también habría que tener en cuenta la zona de canales al sur del río Salado
(que no forman parte de la cuenca) y las cuencas de los arroyos del SE de la provincia
de Buenos Aires. El manejo hídrico debe ser integral para todo el espacio geográfico
regional y ocuparse de una parte de la región –la Pampa Deprimida-, no implicará la
solución global al problema. Este espacio geográfico incluye un sistema ambiental
complejo en el que todas sus partes componentes son más que la suma de cada una
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de ellas y, por lo tanto, un plan para una parte no mejorará el todo y, más aún, puede
provocar consecuencias negativas.
En quinto lugar, el manejo de las aguas debe ser integral, es decir, no se puede
realizar una obra aquí, y otra más allá de distinto orden, sino, muy por el contrario, hay
que planificar un complejo de obras y de acciones hidráulicas pero también actividades
de educación ambiental y de participación ciudadana que abarquen todas las
dimensiones involucradas (por ejemplo, planes de forestación, -para mejorar la
capacidad de evapotranspiración, que es la bomba hidrológica, mucho más importante
que el escurrimiento para mejorar las condiciones hídricas de este espacio geográfico)
y, en consecuencia, solucionar el problema de las sequías e inundaciones.
El manejo integrado de cuencas proporciona una filosofía que respalda el manejo de
los recursos naturales, basándose en la consideración de los sistemas naturales
completos, y en el reconocimiento de que los sistemas responden a los estímulos con
esa dimensión de sistemas, y no como componentes individuales aislados. Ello dará
lugar a un proceso por el cual se compromete a la comunidad y al gobierno, en un
acuerdo orientado hacia la población, que intenta lograr un mejor manejo de los
recursos naturales a nivel local de la cuenca.
Para prevenir, disminuir y corregir los impactos del fenómeno de las sequías es
necesaria la organización sustentable del manejo del agua.
El manejo del agua en las grandes llanuras, debe tratarse en forma simultánea con las
prácticas agrícolas y políticas ambientales, sociales y económicas en el marco de un
desarrollo integrado y sostenible.
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En el caso de las prácticas agrícolas ello se debe a su influencia determinante en los
términos del almacenamiento y la evaporación del balance hídrico. “Es decir, que las
obras adecuadas al paisaje, son un compromiso entre la micro-hidráulica (puntual) que
optimiza la disponibilidad del agua en calidad y cantidad suficiente para la vida vegetal
y la macro-hidráulica (general) que resuelve el problema de los excesos y carencias”
(Fuschini Mejía, 1987).
Conclusiones
Bibliografía
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Fuschini Mejía, Mario (1987). Dry temperate flatlands. En UNESCO. Comparative
hydrology. An ecological approach to land a water resources. Edited by Malin
Falkenmar and Tom Chapman.
Fuschini Mejía, Mario (1994) El fenómeno de las inundaciones en las zonas de llanura
de la República Argentina. Soluciones para mitigar el efecto de las mismas. Inédito.
Tricart, Jean. Killian, Jean. (1978). La eco-geografía y la ordenación del medio natural.
Barcelona. Editorial Anagrama.
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