Professional Documents
Culture Documents
Si, tal como parece, esa cifra de muertes prematuras en Estados Unidos es correcta,
es previsible que en otras naciones industrializadas haya una cantidad proporcional de
muertes prematuras por la misma causa.
Los autores explicaron en el informe cómo los países que han contribuido al cambio
climático en mayor medida han adquirido una deuda ambiental que le deben a aquellas
otras naciones que han tenido una incidencia menor en el calentamiento global.
Además, el estudio sugiere que las deudas ambientales -que incluyen la explotación de
los recursos naturales, la contaminación a través de residuos o la emisión de gases
invernadero- se utilicen para decidir quién debe pagar los costes globales del cambio
climático.
El informe detalla que los países con mayor deuda de carbono, es decir aquellos que
mediante la emisión de CO2 han contribuido en mayor medida al cambio climático, son
Estados Unidos, Rusia, Alemania, Canadá, Reino Unido y Australia.
Solo EEUU acumula el 40 % de la deuda mundial, mientras que aquellos países que son
“acreedores” de la deuda por las bajas emisiones de gases contaminantes son India,
Indonesia, Bangladesh, Pakistan, Nigeria, Brasil y China.
“Si planteamos el cambio climático en términos de deuda y crédito de cada país podemos
ver cuáles han contribuido en mayor medida o menor medida al calentamiento global, a
través del tiempo, en relación a su parte de población mundial”, explicó Damond
Matthews, investigador en el Departamento de Geografía, Urbanismo y Medio Ambiente
de la Universidad.
A partir de esa fecha, los investigadores comprobaron como las emisiones han
aumentado en todos los países deudores en 250.000 millones de toneladas de dióxido
de carbono.
Los investigadores han estimado que el coste social de las emisiones de CO2 es,
aproximadamente, de 40 dólares (35,8 euros) por tonelada emitida.
“Esta estimación de costes muestra cuánto deben pagar los países industrializados a
aquellos menos emisores para que hagan frente a los costes del cambio climático o para
que desarrollen sus economías a través de alternativas libres de carbono”.
Contaminación de agua en los estados unidos de América
Estados Unidos asiste a una silenciosa crisis de agua potable, donde el caso de
contaminación acuífera de la localidad de Flint (Michigan) parece ser solo la punta del
iceberg de una situación que puede tener graves consecuencias a medio plazo si no se
toman medidas lo antes posible.
Algunas de las líneas de servicio de agua en Flint, las que unen las viviendas con el resto
del sistema, se instalaron entre 1901 y 1920, al igual que en otros muchos municipios a
lo largo y ancho de EEUU, por lo que las cañerías hechas de plomo están contribuyendo
a la contaminación del agua, con graves impactos para la salud.
En esta localidad de Michigan, es el Río Flint el que provee de agua a sus habitantes,
sin embargo, se trata de un agua muy corrosiva que ha acelerado el envejecimiento de
las cañerías, provocando que el agua tenga altos niveles de metales pesados.
En nuestra opinión: ojo con el escape en la planta nuclear de FPL
Entre 6,000 y 12,000 niños han estado expuestos a agua potable con altos niveles de
plomo en Flint, donde ha aumentado del 2,5% en 2013 hasta un 5% en 2015, abriendo
la puerta a enfermedades derivadas del envenenamiento por este metal, que en altas
dosis puede causar la muerte.
Según explica a Efe Mae Wu, abogada del Consejo para la Defensa de Recursos
Naturales (NRDC, en inglés), el caso de Flint no es aislado y Estados Unidos se enfrenta
a un problema a “escala nacional” debido fundamentalmente a la antigüedad de su
infraestructura acuífera.
“El caso de Flint ha subrayado la importancia del problema”, dice Wu, ante la visita a la
localidad que tendrá lugar hoy del presidente, Barack Obama.
La experta indica que los gobiernos locales y estatales tienen la capacidad de identificar
aquellos sistemas que estén más perjudicados por el paso del tiempo, mientras que el
Congreso federal puede dotar a los estados de más financiación para la renovación de
cañerías, un proceso largo y caro.
En los próximos 20 años, la Agencia de Protección Ambiental (EPA) estima que el costo
total de la renovación de las tuberías de agua y plantas de tratamiento costará alrededor
de 384,000 millones de dólares, aunque la Asociación Estadounidense de Trabajadores
del Agua (AWWA, en inglés), sin ánimo de lucro, cree que será mayor.
Según sus cálculos, tan solo el coste de mantenimiento de los sistemas actuales y las
necesidades de una población creciente requerirá cerca de un billón de dólares en los
próximos 25 años.
Sin esa financiación, advierte la AWWA, los ciudadanos verán cambios drásticos en sus
suministros de agua, incluyendo un mayor riesgo de contaminación por plomo.
En este sentido, esa asociación también alerta de que si las compañías de agua no
reciben fondos del Gobierno para arreglar las infraestructuras, esto podría impactar
directamente en un incremento del precio del agua con facturas que podrían, incluso,
triplicarse.
A la nada halagüeña situación no le ayudan los efectos del cambio climático, que en
Estados Unidos está provocando grandes periodos de sequía en ciertos estados, como
California, Arizona o Colorado.
Mayoría de ríos de EE.UU. contaminados con pesticidas
Un nuevo estudio realizado por científicos apunta que al menos 90 por ciento de los ríos
en Estados Unidos se encuentran contaminados con pesticidas urbanos y del sector
agrícola. La pesquisa arrojó que la contaminación afecta la vida acuática.
Científicos estadounidenses buscan solución a la pérdida de vida animal causada por los
pesticidas urbanos, que actualmente contaminan cerca del 90 por ciento de los ríos de
Estados Unidos.
El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés), entidad
encargada del estudio, aclaró que apenas se investigaron menos de la mitad de los
pesticidas que estaban en uso en las últimas dos décadas.
De acuerdo con los expertos del USGS, entre 1992 y 2001 los insecticidas urbanos
contaminaron el 53 por ciento de los ríos y riachuelos, que significa que actualmente hay
menos conciencia de su uso y sus efectos se duplican.
Sobre los pesticidas del sector agrícola, estos siguen siendo muy elevados a pesar de
registrar alzas y bajas individuales. En la década del 90 contaminaron un 69 por ciento
de las aguas y en la siguiente un 61 por ciento.
Uno de ellos es el uso de Diazinon, que se detectó en la década de los 90. Cuando se
registró una baja en su uso, se reflejó una disminución de la contaminación entre 1997 y
2001.
Aunque el equipo de USGS señaló que "raramente los niveles excedieron los límites para
la salud humana", consideró que sí lo hicieron para la salud de la vida acuática.
Otro estudio relacionado con la contaminación del agua reveló que alrededor de 170
millones de personas se enferman cada año por bañarse en mares contaminados, de
acuerdo con las conclusiones de un grupo de biólogos marinos desde Roma (capital de
Italia).
Factores que explican la importancia de las emisiones de CO2 de los Estados
Unidos:
El país es vasto: el 3.erpaís del mundo por superficie, los Estados Unidos es un
país tan grande como todo el continente europeo. Esto provoca un gran consumo
energético en transporte. El movimiento de pasajeros diario se basa en el
automóvil, mientras que el tren se limita a las mercancías. La expansión urbana
también lleva a un consumo excesivo de combustible.
Climas difíciles: ciertas zonas del país presentan una gran amplitud térmica; en
verano se producen olas de calor mientras que en otras se llega muy por debajo
del 0º. Los desiertos del oeste presentan puntos de alta concentración de
población (las ciudades de Phoenix, Las Vegas,...). Está muy extendido el uso del
aire acondicionado, lo que aumenta el gasto energético. Cuando el invierno es
menos riguroso, la producción de gases de efecto invernadero disminuye, como
se ha visto en el invierno de 2006: de acuerdo con la Agencia de Información de
Energía las emisiones de CO2 en EE.UU. disminuyeron en un 1'3% en 2006.
Gran productora de bienes de equipo: el país produce casi una cuarta parte de
todas las riquezas del planeta.
China y EEUU aprovechan el G20 para ratificar el acuerdo contra el cambio
climático
China y Estados Unidos, los dos mayores emisores de gases de efecto invernadero
del planeta, ratificaron este sábado el acuerdo contra el cambio climático alcanzado
en París a finales del año pasado. El visto bueno de ambas potencias, prácticamente
imprescindible para que el pacto entre en vigor, se produjo en la víspera del inicio de
la cumbre de líderes del G20 y en el marco de la reunión bilateral entre Barack Obama
y Xi Jinping.
El pacto fue "revisado y ratificado" por la Asamblea Nacional Popular (ANP), el máximo
órgano legislativo del gigante asiático, cuya reunión bimensual terminó este sábado,
informó Xinhua. "La ratificación del acuerdo responde a los intereses de China y
ayudará al país a jugar un papel más importante en la gobernanza climática global",
asegura la agencia oficial.
"Algún día veremos esto como el momento en que finalmente decidimos salvar nuestro
planeta", aseguró Obama durante una ceremonia celebrada en el idílico lago del Oeste
en Hangzhou. El presidente estadounidense alabó los esfuerzos realizados con China
en la lucha contra el cambio climático a pesar de sus diferencias en otros ámbitos:
"estamos dando ejemplo. Como las dos mayores economías y los dos mayores
emisores del planeta, nuestra entrada en este acuerdo continúa el impulso de París y
debe dar la confianza al resto del mundo de que nos dirigimos hacia un futuro con
bajos niveles de carbono".
La lucha contra el cambio climático es uno de los ámbitos en que ambas potencias
parecen hablar casi el mismo idioma. Xi y Obama marcaron un hito a finales de 2014
al fijar objetivos para reducir las emisiones de dióxido de carbono y su decisión fue
vital para que 180 países llegaran a un acuerdo en la cumbre de París. A pocas horas
de que empiece el G20 en la ciudad china de Hangzhou, ambos mandatarios vuelven
a dar un golpe de efecto y presionan así a otras naciones a seguir su estela.
El acuerdo de París entrará en vigor 30 días después de que como mínimo 55 países
que agrupen el 55% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero lo
hayan ratificado. Hasta el momento 24 naciones han pasado el trámite (en su mayoría
países isleños del Pacífico y el Caribe), pero sus emisiones apenas superan el 1% del
total.