You are on page 1of 2

A PLENO PULMÓN

ACCESOS DE SINCERIDAD
Federico Henríquez Gratereaux

Sometidos a ciertas presiones excesivas hasta los metales


más resistentes pueden quebrarse. Es lo que llaman "fatiga del
metal". También existen las expresiones: "fatiga de la carne", y
"fatiga del alma". La primera se aplica al cansancio por el trabajo
continuo y, algunas veces, al hartazgo de la sensualidad. En las
sociedades hispanoamericanas ocurría a menudo que ciudadanos
hartos de los gobiernos despóticos, decidieran "irse a la manigua",
alzarse contra el orden establecido. En Santo Domingo, en el
siglo diez y nueve, era frecuente que grupos políticos optaran por
"tirarse al monte". Ese fue el caso de Fidel Castro, hace cincuenta
años, con los guerrilleros barbudos de la Sierra Maestra.

En nuestra época, en vez de "alzarse en armas, algunos


ciudadanos sufren "accesos de sinceridad", que expresan en las
redes sociales de Internet o en artículos en los periódicos.
También es frecuente que ciertas "almas fatigadas" acudan a los
programas de televisión y "despotriquen" contra el gobierno o
algún funcionario importante. Esta clase de "berrinches públicos"
son, en nuestro país, cosas de todos los días. Por más feas y
agresivas que parezcan algunas de estas convulsiones, resultan
mejores que "sacar el machete y que corra la colorá". Una crisis
de tos para expectorar verdades es más útil que una balacera.

Los hombres "con experiencia de la vida", en la mayor parte


de los casos son "personas de edad". El tiempo es el caldo en que
se cultiva la experiencia. Sólo unos pocos jóvenes -desdichados
las más de las veces- pueden adquirir experiencia antes de ser
viejos. Los viejos con experiencia no son dados a "accesos de
sinceridad". Saben que la verdad es urticante; y si se trata de una
verdad política, las consecuencias pueden ser devastadoras para el
"berrinchoso".

La experiencia es una ventaja para ciertas cosas y una


rémora para otras. Los viejos no se atreven; y los jovencitos, se
pasan de la raya. La prudencia y la diplomacia protegen al
hombre de experiencia. El atrevimiento pone en aprietos a los
jóvenes. Entre ambos mueven la rueda de la historia. Son dos
fuerzas físicas: una centrifuga, que revuelve el entorno; otra
centrípeta, que tiende a conservar el "statu quo". Operan como
raspón y ungüento.

henriquezcaolo@hotmail.com

You might also like