You are on page 1of 8

Abstract:

La teoría Weberiana es reconocida como una de las más importantes en sociología, el carácter de
clásico del autor se debe a la universalidad de su obra. Si sus conceptos, o al menos algunos de
ellos son igual de válidos hoy, debe ser posible hacer análisis sociológico a nuestra realidad
actual parándonos en sus hombros. El presente trabajo tiene como propósito hacer un breve
análisis de la dominación y la legitimación a partir del carisma en la sociedad moderna
occidental, y en nuestra cotidianidad a partir de tres casos; el “traductor de ira” que uso Obama
en la Cena anual para periodistas que se da en la casa blanca, a partir de las críticas a su falta de
credibilidad (o legitimidad) cuando se refería a ciertos temas importantes, y un análisis de las
relaciones de dominación y dominado y su relación con el carisma durante la interacción
encuestador-encuestado en un proyecto propio reciente.

Introducción:

Barak Obama, su traductor de ira y la dominación carismática.

El presidente de los EEUU Barak Obama es probablemente uno de los líderes más importantes e
influyentes en el mundo, es fácil pensar en él como un carismático político, podemos encontrar
en él muchas de las virtudes dignas del mandatario del país más poderoso del planeta. Sin
embargo algunas de estas virtudes pueden opacarse, o incluso cruzar la línea de lo deseable a lo
reprochable (en la opinión pública, al menos).

Aunque no es objetivo de este trabajo servirnos de Weber para analizar todas las dimensiones de
Obama como político (o del Papa Francisco, o de nosotros mismos) si se puede, y se espera
lograr un entrelazado de algunas de sus ideas importantes, y trabajadas en clase con la vida
“real”

Primero, para el caso en cuestión explicar el éxito de Obama en las urnas, sobre todo para su
primer mandato, de acuerdo a la teoría Weberiana es posible. Weber nos dice que un político por
vocación ha de tener tres características fundamentales; pasión, sentido de la responsabilidad y
mesura. Para este trabajo son fundamentales la primera y la última.
Para poder utilizar y aplicar la teoría Weberiana a la realidad, se presentaran dos momentos de la
carrera política de Barak Obama; su primera campaña presidencial y sus años recientes en el
poder a través de la crítica y la opinión de algunos portales de noticias americanos; reportes,
videos, y entrevistas que demuestran cómo estas tres características ya mencionadas entran en
juego y se relacionan con ellas mismas, también que la figura de Obama como líder legítimo se
da a través de una relación de dominación carismática que es efectuada con mayor o menor
eficacia en ciertos momentos.

Barak Obama es percibido frecuentemente como una persona calmada, poco pasional y de
“cabeza fría” con una mano firme y lejos de pedanterías. En un principio durante su campaña
electoral y al principio de sus mandatos, esa mesura fue alabada y dada como una de las
principales razones para su victoria. Sin embargo, en el último par de años, esa misma actitud ha
sido asociada con una falta de pasión y de interés que llevo a Obama a usar un traductor de ira.

Dos ejemplos importantes de lo acabado de decir son el artículo escrito por Deborah White
titulado “Cinco razones por las que Obama ganó las elecciones del 08’ ” donde la segunda razón
dada es; “Steady Leadership and Calm Temperament”, La autora da como una de las razones de
la victoria de Obama su temperamento calmado y un liderazgo firme, ambas características
acordes con la “mesura” propuesta por Weber. Por otro lado si uno busca “Public image of
Barack Obama” encuentra una descripción de Obama de ser un hombre tranquilo y de
temperamento calmado siempre en oposición a su oponente en ese momento John McCain.

(Wikipedia tina https://en.wikipedia.org/wiki/Public_image_of_Barack_Obama#cite_note-52)

Esta mesura de Obama le ayudo a ganar su puesto como el presidente del país más poderoso del
mundo, sin embargo, esta mesura con el tiempo fue interpretada de manera diferente, parece que
Obama se concentraba solo en la mesura y no tenía el otro elemento importante; la pasión.

El presidente de Estados Unidos en su “papel” de un líder mesurado y calmado, con el tiempo


descuido otros aspectos importantes de un líder o un político en el sentido weber, además de la
perdida de legitimidad de los valores de líder carismático que se le habían asociado, y que
legitimaban su nueva relación de dominación con el pueblo americano y en el escenario mundial.

Es necesario en este punto del trabajo utilizar la teoría Weberiana desde un punto ligeramente
distinto, y entender el carisma, o al menos la posesión de el de una manera distinta, en el sentido
de Valentin Rauer cuando analiza el arrodillamiento de Willy Brandt en el Warsaw Memorial “el
líder carismático Weberiana no posee una disposición extraordinaria real, pero la pone en escena
frente a su audiencia de tal manera que todos creen en su <<extraordinaries>>”.

Obama era admirado por sus seguidores y pensado como un cambio radical de la política
estadounidense clásica, después de dos periodos de Bush, guerras en el medio oriente, el
crecimiento económico de China, la nueva influencia Rusa, tensiones con irán por el desarrollo
de armas nucleares y una crisis económica grave, esta nueva figura política se suponía que iba a
representar un cambio fundamental.

“El Carisma es la gran fuerza revolucionaria en las épocas vinculadas a la tradición. A diferencia
de la fuerza igualmente revolucionaria de la “ratio” que, o bien opera desde fuera por
transformación de los problemas y circunstancias de la vida –y, por tanto, de modo mediato,
cambiando la actitud ante ellos- o bien por intelectualización, el carisma puede ser una
renovación desde dentro, que nacida de la necesidad, o del entusiasmo, significa un cambio
en la tendencia de las convicciones y de los hechos centrales, con reorientación completa
de todas las actitudes frente a las formas de vida individuales o frente al “mundo” en
general.” (pagina 364 tipos de dominación economía y sociedad)

La representación de Obama durante las primeras elecciones cabe perfectamente en la


descripción de Weber del tipo de dominación carismática. Obama era considerado un posible
redentor de los valores fundamentales de la nación norteamericana, hasta el hecho de que él es de
raza negra parecía representar una reconciliación con el pasado racista estadounidense, pero
también se consideraba un líder moralmente deseable. Era entonces un prospecto a presidente
extraordinario, desde lo ético hasta lo estético Obama encajaba bien en alguien cuya legitimidad
de dominación podría apoyarse en el carisma.

Ahora bien si Obama antes de ser elegido presidente y durante su campaña logró ser reconocido
como un líder carismático, y por lo tanto legítimo, con características del político por vocación
Weberiano, el Obama presidente ha pasado al otro extremo de su representación. En algunos
medios se critica su falta de pasión, de carisma e incluso se le asocia más con un académico que
con un político como veremos a continuación.

La imagen de Obama como un redentor casi mesiánico se derrumbó con el tiempo, mientras esto
pasaba su legitimidad se reducía proporcionalmente y con esto su capacidad de dominar de
forma eficiente, los valores antes mencionados de ser un nuevo comienzo se empezaron a asociar
cada vez más con una continuidad de las políticas anteriores, con el agravante de la aparente falta
de pasión del presidente y excesiva mesura, o como se expresó el director de cine Oliver Stone
sobre el presidente una “lack of spine”. http://www.infowars.com/oliver-stone-obamas-lack-of-
spine-is-stunning/

No es propósito del trabajo explicar razones políticas para el “fracaso” del nuevo Obama sino
mostrar a través de ojos Weberianos los hechos plasmados en la prensa americana; por lo que las
siguientes notas han de ser entendidas como ejemplos, donde la intención, ya sea económica o
política de los escritores es de la menor relevancia, dado que lo que nos importa no es que se
dice tanto como cómo se dice y en qué sentido se puede entender con los ojos de Weber.

El primer artículo escrito por Daniel P. McKim para el Washington Times cuestiona las
cualidades éticas antes mencionadas de Obama y lo compara no solo con un líder fallido, sino
con un héroe fallido. El autor del artículo se cuestiona: ¿No está guiada la gente por lo que
llamamos principios orientadores, y no juzgamos nosotros el carácter de la gente por que tan bien
ellos honran estos principios orientadores en sus vidas? ¿No entendemos a nuestros héroes y
heroínas (y ojalá, nuestros líderes) como aquellos con un carácter quienes honran sus principios
incluso en la cara de las dificultades y de la oposición? Las personas de carácter débil, aquellos
cuyos principios son llevados por el viento, no son usualmente admirados”
(http://www.washingtontimes.com/news/2013/oct/20/letter-to-the-editor-obama-flip-flop-shows-
lack-of/)

“Si falta de un modo permanente la corroboración, si el agraciado carismático parece


abandonado de su dios o de su fuerza mágica o heroica, si el éxito se le resiste a cada paso y,
sobre todo, si su jefatura no aporta ningún bienestar a los dominados, entonces hay la
posibilidad de que su autoridad carismática se disipe.” (365 economía y sociedad})
Este artículo fue escrito durante el segundo mandato del presidente, es claro cómo se duda de su
capacidad y se sentencia de manera que puede describirse en las anteriores palabras de Max
Weber, el carisma de nuestro líder, que en un principio había creado, se desvanece.

Por otro lado Obama no solo pierde legitimidad por su “falta” de carisma sino también porque en
términos de Weber la política como su vocación se vuelve cada vez más difuminada. El ex
doctor de Obama lo expresa bien en una entrevista con el portal conservador “Human Events” el
doctor Schneider afirma que al presidente le falta “pasión, sentimientos y humanidad”. En el
mismo artículo encontramos otras referencias claras a esta imagen cada vez más alejada de
nuestro tipo de político; “El presidente Obama no es la máquina política que la gente teme, sino
un principiante con un complejo mesiánico que esta fuera de sus fortalezas”

Aparte de las ya anotadas diferencias con la imagen de Obama en campaña aparece una nueva; la
de un académico haciendo política (y haciéndola mal) de nuevo en boca de su ex doctor que es
quien mas claro lo pone: “I think there is too much of the University of Chicago in him. By
which I mean he’s academic, lacks passion and feeling, and doesn’t have the sense of humanity
that I expected.” ( http://humanevents.com/2012/05/11/president-obamas-former-doctor-claims-
that-the-president-lacks-passion-feeling-and-humanity/)

Para finalizar el caso de Obama diremos que su carrera política; por lo menos el principio y el
final pueden ser entendidos en términos Weberianos, que aquellas distintas percepciones de líder
cambiaron con el tiempo, siempre dentro de los conceptos de nuestro autor, arrojándonos luz
sobre como los conceptos y la teoría de weber son aplicables a la realidad. Pero no solo es la
teoría de weber lo que es útil sino la metodología de la aplicación de los tipos ideales en
comparación con la realidad, que dan como resultado una especie de mapa cartesiano donde
podemos ubicar nuestro tema de estudio cerca o lejos de un tipo (aunque nunca tocándolo) en
este caso, Obama, quien empezó cerca de ser un político por vocación, un verdadero líder
carismático a pasar al otro lado del espectro.

Finalmente para este caso, podemos suponer que el presidente en cuestión, tanto como nosotros
sabe de este movimiento de su representación que tiene consecuencias en la vida real, por eso en
la última cena para periodistas que se realiza como tradición en la casa blanca, el presidente trato
no solo de llenar los vacíos que había dejado como líder carismático y político por vocación
satirizando su supuesta falta de interés, de sentimientos y de pasión, pero al mismo tiempo
dirigiendo cualquier número de críticas “reales” sin perder la mesura (porque todo fue un
ambiente cómico) .(video en Anexo 1) https://www.youtube.com/watch?v=G6NfRMv-4OY

Experiencia propia; de la dominación, el carisma y las encuestas.

Puede parecer un poco más sencillo aplicar la teoría de Weber a un tema tan universal como la
carrera política de uno de los líderes más importantes hoy, y podría argumentarse que la teoría de
Weber conoce ciertos límites en cuanto a su aplicación con respecto al caso anterior en relación
con temas mucho menos complejos y más cotidianos, por eso la segunda parte del trabajo,
aunque más corta en extensión representó más trabajo dado que implicó salir, observar y anotar
lo que ocurre “en la realidad”.

Para esta sección, decidimos realizar unas encuestas sobre un tema que no importa para el caso,
dado que lo relevante es la forma en que se hicieron. En nuestro proyecto decidimos realizar las
preguntas en tres actitudes diferentes, llevando a la práctica la idea antes expuesta de Bauer de
que el carisma podía ser puesto en escena, decidimos nosotros poner en escena algunas actitudes
que consideramos fuera de lo común, tanto en lo positivo como en lo negativo, y que también
forman parte del político ideal (pasión, responsabilidad y mesura) y encontrar si la relación entre
encuestadores y encuestados cambiaba.

Por supuesto el “experimento tiene sus limitaciones; primero estamos bastante alejados del tipo
ideal tanto de político como de líder carismático, dado que algunas características propias de
estos nos son inalcanzables para estos propósitos y en este contexto; por ejemplo no podemos
adoptar el papel de líder carismático en su totalidad porque no representamos ninguna figura
heroica ni mucho menos, tampoco estamos en un momento histórico de cambio en el cual un
encuestador vaya a cambiar el mundo, o al menos no el de los encuestados. También eran
limitadas nuestras posibilidades como políticos principalmente porque no lo somos.

Sin embargo la amplitud de la teoría Weberiana y lo que le da su carácter de clásico es que es


aplicable a la realidad social en general, macro o micro, desde sus dimensiones existencialistas
hasta estas dimensiones de la cultura y la política.
Como se dijo antes las actitudes tomadas por nosotros como encuestadores era limitada en la
teoría Weberiana pero no nula. Podemos pensar por ejemplo en una encuesta como una relación
de dominación entre encuestador y encuestado, donde el encuestador es el lógicamente llamado a
dominar. Si es así podemos enmarcar esta dominación en uno de los tipos ideales Weberianos,
para nuestro caso el carismático. Si bien no podíamos garantizarle a nadie que íbamos a mejora
su mundo si podíamos enfrentarlo de manera “feliz” de tal manera que el encuestado sintiera que
hablaba con alguien que conocía por años.

“La dominación carismática supone un proceso de relación comunitaria de carácter emotivo. El


cuadro administrativo del dominador carismático no es ningún “funcionarado”, y menos que
nada una burocracia profesional.”

Si el encuestador normalmente se ve como parte de esa maquinaria burocrática que describe


Weber, nosotros pretenderíamos representar un interés común “una encuesta hecha por nosotros
y para nosotros.” Si mostrábamos pasión y que estábamos en una tarea sencilla pero que
representaba mucho para nosotros (responsabilidad) no ampliaríamos el carácter de dominación
carismática por los medios de heroísmo y excepcionalidad de Weber en el tipo ideal de
dominación carismática, sino que lo haríamos a través del tipo ideal de político.

Finalmente encontramos en esta relación precisamente lo que buscábamos, cuando se realizaron


las encuestas con una personalidad carismática pocas veces recibimos cuestionamientos del
encuestado, quien normalmente se mostraba más colaborativo y cómodo con ciertas preguntas
introducidas solo para crear roces o des-fusión.

Por otro lado con una personalidad mecánica poco pasional y rutinaria los encuestados eran más
cerrados, y frecuentemente trataban de dominar la interacción cuestionando los motivos de la
encuesta, las preguntas y hasta la metodología.

Una pequeña conclusión de este ejercicio práctico es que las relaciones de dominación están
presentes en las relaciones más insignificantes, pero no por eso son menos susceptibles a ser
dependientes de actitudes que hace ya tanto tiempo encontró Weber que podrían hacer de una
relación lo que se espera.
(White,D. (2008). Five Reasons Why Obama Won the '08 Election. Noviembre 11, 2015, de About News
Sitio web: http://usliberals.about.com/od/obamavsmccainin08/a/ObamaWin_2.htm)

You might also like