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Problemática de la Legionella:

actuaciones y soluciones
GREGORIO DE DIOS
Licenciado químico, Stenco, c/ Francesc Tàrrega, 14.
08027 BARCELONA. sergi@stenco.es.

RESUMEN La preocupación social, técnica y sanitaria que han generado los últi-
mos brotes comunitarios de legionelosis en España desde los últimos
años, ha hecho abordar sin demoras la regulación de las condiciones
Técnico-Sanitarias que tienen que cumplir los sistemas de climatiza-
ción (Torres de refrigeración y Condensadores evaporativos) y/o hu-
midificación del aire, y dotar así a este sector de medidas preventivas
eficaces.

Desde 1997 se han publicado disposiciones legales autonómicas en


Madrid, Valencia, Cataluña y Galicia. En julio se publicó el Real De-
creto 909/01 a nivel Nacional.

La ponencia se presentaría de una forma resumida a través de power-


point desde un tema Técnico-práctico, tocando los aspectos más im-
portantes de la nueva legislación que afecta a las instalaciones de re-
frigeración de industrias, hospitales y edificios públicos.

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I Congreso de Ingeniería Civil, Territorio y Medio Ambiente

1. CIRCUITOS DE REFRIGERACIÓN

Como su nombre indica, los circuitos de refrigeración son aquellas instalaciones


que se utilizan para refrigerar un proceso de tipo variado. Los procesos a refrigerar son
múltiples. En la industria: refrigeración de reactores, de mezclas químicas, de compre-
sores, de metales, de puntos de soldaduras, de moldeado de plásticos, caucho, etc., en
la industria hotelera para aire acondicionado, etc.
La refrigeración se logra a través de un fluido, generalmente agua, que absorbe las
calorías que queremos eliminar.

1.1. Tipos de instalación

Circuitos abiertos

Son aquellos en los que el fluido pasa una sola vez por el intercambiador, des-
echándose a continuación.
Se utilizan cuando disponemos de grandes cantidades de agua. En estos circuitos
los tratamientos correctivos son bastante costosos, ya que la cantidad de agua a tratar
es muy elevada. No obstante y dado que no existirá concentración salina, los proble-
mas serán más limitados en lo que respecta a sobresaturaciones.
Las precipitaciones más usuales son de carbonatos. Generalmente se efectúa un tra-
tamiento de entrada, o si la instalación lo permite, se efectúan limpiezas químicas pe-
riódicas.
Estos tipos de circuitos también suelen utilizarse cuando a continuación esta agua
caliente, se pueda usar en otro punto de fábrica, recuperando así sus calorías.

Figura 1.

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Circuitos cerrados
Estos circuitos se caracterizan porque la aportación de fluido debe ser prácticamente
nula. El fluido se refrigera mediante otro fluido secundario, que puede ser un gas, aire,
u otro de agua, sin que ambos se interreaccionen.
Debido a esta mínima aportación, se puede efectuar un tratamiento correctivo ini-
cial y después de cada vaciado.
Estos circuitos cerrados poseen generalmente un vaso de expansión para compen-
sar las dilataciones que sufrirá el fluido dados los cambios de temperatura.

Figura 2.

Circuitos semiabiertos
Son los más extendidos. Estos circuitos aprovechan el fenómeno físico del enfria-
miento del fluido por una pérdida parcial del mismo. Esta pérdida se produce general-
mente por evaporación, siendo lo más común en una torre.
No obstante, si el salto térmico que precisamos y las diferentes temperaturas am-
bientales nos lo permiten, esta evaporación puede efectuarse de forma natural. Eviden-
temente será mucho menor que en una torre.
Dado que la mayoría de instalaciones son de tipo semiabierto, con torre de refrige-
ración y con agua como fluido, a partir de ahora nos referiremos a ellas y a su proble-
mática general.

Figura 3.

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Estos circuitos de refrigeración constan esencialmente de:


■ Torre de refrigeración
Es el elemento en el que se produce el enfriamiento por evaporación. El agua ca-
liente entra por la parte superior de la torre. De aquí pasa por un material de re-
lleno en donde se logra que el agua tenga el máximo contacto, de superficie y
tiempo, con la corriente de aire. Así pues el agua llega a la base (o cubeta) de la
torre, donde su temperatura habrá disminuido por el efecto ya citado de evapo-
ración.
Algunos tipos de torres de refrigeración actualmente empleadas:

Figura 4.

■ Tuberías
Son las conducciones por donde circula el agua hasta llegar al punto caliente y
su retorno.

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■ Intercambiador
Es el lugar en donde se efectúa la transmisión de calor del proceso a refrigerar
al agua. Es el punto más caliente de la instalación y por tanto el lugar donde se
pueden plantear mayores problemas de incrustación y/o corrosión, la cual actua-
rá de aislante, no permitiendo que el salto térmico sea el adecuado y/o roturas
del material.
■ Bomba de circulación
Es la que nos impulsa el agua para que efectúe su recorrido. El dimensionado de
esta bomba es sumamente importante, ya que de él dependerá la evaporación, en-
friamiento y rendimiento.
Dados los diferentes elementos y fluidos que incorporan estas instalaciones, de-
berá tomarse toda una serie de precauciones y desarrollo de un régimen de tra-
bajo y tratamiento, que aseguren un correcto funcionamiento y una máxima du-
ración.

1.2. Problemática general del agua

Incrustación

Las incrustaciones son depósitos duros, adherentes y compactos de materias pre-


dominantemente inorgánicas, procedentes de la precipitación por sobresaturación de las
sales contenidas o por variaciones de temperatura.
Las sales que la producen son entre otras: carbonato cálcico, silicato cálcico, sulfa-
to cálcico, fosfato cálcico, sales magnésicas, sílice, aunque estas últimas se encuentran
con menor frecuencia.
Los principales factores que influyen sobre la formación de incrustaciones son en-
tre otros: temperatura, concentración salina, pH y alcalinidad, concentración de sólidos
disueltos, condiciones fluido-dinámicas y termostáticas del sistema.
Una de las reacciones más características que se produce es:
Ca(HCO3)2 + calor → CO2↑ + H2O + CaCO3↓
Bicarbonato cálcico Anhídrido carbónico Carbonato cálcico
muy soluble (soluble sólo
(760 mg/l. aprox) 30 mg/l. aprox)
Produciéndose precipitaciones de carbonatos en forma de dureza que se depositan
como sedimento y/o incrustación.

Lodos

Son el resultado de la precipitación de substancias orgánicas e inorgánicas insolu-


bles, en muchos casos como etapa previa al desarrollo de una incrustación.
Se originan por las características del agua de aportación, contaminación atmosfé-
rica (en caso de instalaciones en contacto con el medio ambiente), contaminación con
el proceso industrial, sobreconcentración y temperatura.

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Producen una reducción en la transferencia calorífica de la instalación, disminu-


yendo el caudal circulante.
Estos depósitos son densos pero no duros ni compactos, movibles y capaces de acu-
mularse en las zonas de menor velocidad del agua.
Son los causantes de corrosiones localizadas, originadas por aireación diferencial,
favorecedores de fermentaciones orgánicas o del metabolismo de los microorganismos.

Corrosión

Es un proceso de degradación de los metales como consecuencia de reacciones de


tipo químico ó electroquímico favorecido por la presencia de oxígeno.
En el caso de los circuitos de refrigeración, el ambiente reactivo es el agua que ac-
tuará sobre los metales de tuberías e intercambiadores.
Para que se produzca un proceso de este tipo, debe constituirse previamente una
célula de corrosión compuesta por ánodo, cátodo y electrólito. En el caso de una tu-
bería o serpentín de intercambio, una parte del metal constituye el ánodo, otra parte el
cátodo y el agua el electrólito.
En la corrosión tiene una notoria influencia el efecto de la temperatura, salinidad
elevada (particularmente cloruros), alta velocidad del agua, alcalinidad o acidez, sóli-
dos en suspensión, presencia de gases disueltos, crecimientos microbianos y contami-
nación por residuos del proceso de fabricación.
El grado de corrosividad efectivo del agua se determina experimentalmente me-
diante probetas testigo estratégicamente situadas en la instalación.
Los tipos de corrosión más usuales que se presentan son:

■ Electroquímica: Unión de metales de distintas características electroquí-


micas.
■ Química: pH y salinidad.
■ Física: Abrasión y cavitación.
■ Aireación diferencial: Bajo sedimentos.
■ Bacteriana: Bacterias sulfato-reductoras, ferrobacterias, nitrobacterias,
bacterias denitrificantes.

Crecimiento microbiológico

Viene originado principalmente por algas, hongos, bacterias y otros microorganis-


mos en menor importancia, favorecidos en su crecimiento por la presencia de luz, ca-
lor, lodos y contaminación del proceso productivo u otro, nutrientes y pH.
Merecen especial atención las bacterias autótrofas (ferro bacterias y bacterias sulfa-
to reductoras) que pueden dar origen a corrosiones localizadas.
Todo ello da origen a la formación de lodos que se depositan en los intercambia-

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dores y disminuyen su rendimiento además de reducir la sección de paso de agua y


disminuir el caudal circulante con el consiguiente aumento de temperatura.
La observación del color, tacto y olor de los lodos, junto con su análisis, orientará
hacia su origen:

■ Beige, marrón claro: Lodo origen bacteriano.


■ Verdoso: Algas verdes.
■ Pardo: Algas pardas.
■ Marrón rojizo: Oxido de hierro por bacterias ferruginosas.
■ Negruzco: Sulfuro de hierro por bacterias sulfato-reductoras.
■ Tacto gelatinoso, graso, viscoso: Origen microbiológico.
■ Olor fuerte putrefacto: Degradación materia viva.
■ Olor ácido sulfhídrico: Bacterias sulfato reductoras.
■ Olor hidrocarburos: Contaminación e importante flora bacteriana.

— Grado de concentración. Indices de estabilidad.


Es muy importante prever el grado de precipitación del carbonato cálcico, calcu-
lando el índice de saturación de Langelier y el de estabilidad de Ryznar para deter-
minar la tendencia incrustante o agresiva en función del grado de concentración pre-
visto en el agua de la instalación y poder dictaminar el régimen de trabajo más
adecuado.
Se define por grado o número de concentración la relación

Concentración salina agua circuito


C=
Concentración salina agua aportación

El grado de concentración máximo admisible dependerá de los índices antes cita-


dos, del tipo de tratamiento que vaya a efectuarse en el agua, de la temperatura en los
puntos calientes y de la salinidad del agua de aportación.
La valoración de estos índices de estabilidad se desarrolla en base a los parámetros
de pH y pHs, obteniéndose:

■ Indice de Langelier: IL = pH - pHs


■ Indice de estabilidad de Ryznar: IR = 2pHs - pH

El pHs puede determinarse experimentalmente mediante la prueba del mármol o


calcularlo a través de las tablas o ábaco adjuntas en función de la dureza cálcica, alca-
linidad y temperatura del agua.

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Figura 5.

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Figura 6.

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El Indice de Langelier también se puede calcular a través del Diagrama de Hoover.


La forma de operar es la siguiente:
Partiendo del valor Total Sales Disueltas, subimos hasta encontrar la temperatura
de trabajo, trazando desde allí una horizontal hasta la columna I. Unimos este pun-
to con la concentración de calcio de nuestra agua (columna III). El punto de in-
tersección de esta línea con la columna II, lo unimos con nuestra alcalinidad re-
presentada en la columna V. La intersección de esta última línea con la columna
IV, nos da el pHs.

Supongamos que tenemos un agua con las siguientes características:

Total Sales Disueltas 500 ppm


Temperatura de trabajo 50 °C
Concentración Ca 150 ppm. Ca
Alcalinidad 80 ppm CaCO3
pH 8,2

IL = 8,2 - 7,2 = + 1 tendencia incrustante

1.3. Datos necesarios para estudiar el tratamiento adecuado

Características del agua

■ Dureza cálcica (THCa)


■ Alcalinidad total (TAC)
■ Salinidad total (TSD/Conductividad)
■ pH
■ Concentración de Cl-
■ Concentración de SO4=
■ Temperatura

Características de la instalación

Vienen reseñadas en la ficha técnica adjunta al final del apartado.

Cálculo de la evaporación, arrastre vesicular, purga y aportación

■ Evaporación «E»
La cantidad de Kcal/hora a evacuar es de: Q × ∆t, donde:
Q: Cantidad de agua recirculada por hora.
∆t: Diferencia de temperatura entre los puntos altos y bajos de la torre de refri-
geración.

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Si se toma un calor de vaporización medio de 585 Kcal/kg (correspondiendo a


una temperatura de 20 °C) de agua evaporada, la evaporación total sería de:

Q . ∆t
E=
585

donde ∆t = salto térmico en la torre


De la cual se deduce que la pérdida por evaporación es del orden de 1% por 6ºC
de ∆t aproximadamente.

■ Arrastre vesicular «EV»


El arrastre vesicular es del orden de 0,2 a 2% de Q.
Este valor varía en función del tipo de torre de refrigeración y de su construc-
ción.
Debido a la evaporación, hay concentración de sales, la cual se encuentra ligera-
mente limitada por el arrastre vesicular (son purgas incontroladas).
Este arrastre vesicular no basta normalmente para limitar la concentración del
agua en circulación a un valor compatible con la evaporación (1). Entonces es
necesario practicar una purga de desconcentración.
La nomenclatura utilizada en los cálculos del régimen de trabajo, así como las
expresiones para determinar el valor de purga, agua aporte y grado de concen-
tración, es la siguiente:

C = número de concentración
E = Evaporación
P = Purga
EV = Arrastre vesicular
P' = Purga efectiva total
A = Aporte
s = Salinidad del agua de aportación
m = Salinidad del agua del interior circuito

Evaporización:

Q x ∆t
E= (1% de Q para ∆t = 6'')
585

Arrastre vesicular (EV): de 0,2 a 2% de Q


Concentración máxima (cuando P = 0):

E
C= + 1
EV

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Purga:

E
P= − EV
C - 1

Aporte:

E.C
A=
C - 1

1.4. Tratamiento a seguir

Según los datos aportados a través de los apartados anteriores, un experto en la ma-
teria determinará el grado de concentración óptimo junto al tratamiento externo e in-
terno más adecuado, no sólo para solucionar la problemática que existiera, sino tam-
bién para prevenir nuevas dificultades.
Los tratamientos químicos más usuales son:

■ Dispersantes o acondicionadores de fangos.


■ Inhibidores de incrustación.
■ Inhibidores de corrosión.
■ Algicidas.
■ Microbicidas/biocidas.

Existen en el mercado algunos productos mixtos que cubren diversos tratamientos


simultáneamente.
Es un factor importante mantener el grado de concentración óptimo bajo tres as-
pectos principales:

■ Conseguir el consumo de agua idóneo.


■ Máxima eficacia y mínimo coste en el tratamiento.
■ Mejor funcionamiento y rendimiento de la instalación.

Para ello, en los circuitos de tipo medio (orientativamente: 100 m3/h < Q < 1.000
m3/h) deben disponer de un eficaz sistema dosificador de los productos químicos, así
como en el régimen de purgas, tal como se indica en el esquema adjunto.
NOTA:

■ En los tratamientos en que se aplica polifosfatos o fosfatos debe cuidarse que la


concentración de PO4 no exceda a su grado de solubilidad en su medio (alcali-
nidad, pH, temperatura y dureza cálcica), para que no precipite como fosfato cál-
cico.
■ En los tratamientos con microbicidas/biocidas, debe tenerse en cuenta la propie-
dad de mutación de las bacterias, por lo que a veces será necesario alternarlos.
Por otra parte, generalmente las dosificaciones serán de choque calculándolas

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para que se mantenga en él una concentración mínima durante un tiempo de-


terminado, en función del volumen del circuito y del régimen de purgas (direc-
tas + pérdidas).
■ Por lo que respecta a las algas recordemos que son principalmente activas en el
período comprendido entre la primavera y otoño (por el efecto de la luz).

Figura 7.

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2. CIRCUITOS DE HUMIDIFICACION

La humidificación es un proceso físico utilizado industrialmente en las salas que


precisan una relativamente elevada y constante humedad en el aire ambiente, depen-
diendo dichos parámetros del tipo de fabricante. Principalmente es utilizado en la in-
dustria textil (hilaturas) entre alguna otra.
El proceso consiste básicamente en hacer pasar una corriente de aire a través de
una cortina de agua que ha sido pulverizada previamente.
Dentro de una central humidificadora nos encontramos una serie de elementos me-
cánicos y de estructura, así como el aire y el agua.

2.1. Elementos mecánicos y de estructura

Cámara

La cámara o también llamada «central humidificadora» es una parte básica de la


instalación. En esta zona se produce la humidificación del aire mediante agua. Este agua
es tomada generalmente de las piscinas inferiores (internas o externas) e impulsada por
bombas a una batería de boquillas que provocan una pulverización en finas gotas for-
mando una lluvia. Es el aire impulsado por ventiladores el que evapora esta lluvia de
agua, humidificándose hasta el grado deseado.
Este aire humidificado puede arrastrar también cierta cantidad de «agua líquida»
(gotas) en suspensión, por lo que antes de salir de la cámara, atraviesa una serie de lá-
minas entrecruzadas llamadas «rompegotas», donde por choque deben ser eliminadas.
Estos «rompegotas» son muy importantes para evitar arrastres de agua que posterior-
mente situados en los canales de distribución de aire, pueden ser causantes de proble-
mas de corrosión.
A continuación se detalla el esquema de un tipo de cámara humidificadora de baja
capacidad.

Figura 8.

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Conducciones y sala

Una vez el aire ha sido humidificado, es impulsado hacia la sala de trabajo a través
de los llamados «canales de distribución».
Debe procurarse que la salida del aire húmedo de la cámara no quede situada fron-
talmente a los rompegotas y resto de la cámara, para evitar en lo posible arrastres de
agua.
Los canales de distribución quedan situados en la parte superior de la sala, exis-
tiendo aberturas que permiten la salida de este aire húmedo.
El aire que debe ser humidificado, puede provenir del exterior o bien en la mayo-
ría de ocasiones se reutiliza en parte el que ya ha pasado por la sala, captándose en este
caso a través de conducciones situadas generalmente en la parte inferior (suelo) de la
sala. Este aire reutilizado arrastra siempre en mayor o menor cantidad residuos de la
producción (borra, hilos, polvo), siendo necesarios unos filtros que retengan el paso de
estos residuos.
En la sala de trabajo donde se requiere la humedad constante, suele existir un hi-
gróstato que va regulando el funcionamiento de la cámara.
En muchas ocasiones además de humidificar el aire se le ha de modificar su tempe-
ratura. Ello se efectúa a través de una batería calefactora situada después de los rompe-
gotas. En el caso de enfriamiento la batería se sitúa previa a la humidificación ó bien se
procede a un enfriamiento directo del agua. Un termostato regula su funcionamiento.
Materiales empleados: plancha galvanizada, aluminio, poliester.

Esquema de funcionamiento

Un esquema de una instalación de este tipo podría ser:

Figura 9.

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2.2. El aire

El aire es el fluido que ha de ser humidificado. La principal precaución que debe


tomarse, es que sea limpio y exento de materias en suspensión. Para ello deben utili-
zarse adecuados filtros, y en especial si el aire es recirculado, a fin de eliminar restos
de hilos y borra que puedan provocar posteriores problemas.

2.3. El agua

El agua es un elemento básico y fundamental en el proceso de humidificación. Ge-


neralmente está acumulada en una piscina inferior desde la cual y a través de bombas
es impulsada a las tuberías que alojan las boquillas pulverizadoras. El agua pulveriza-
da que no ha sido captada por el aire o bien que ha sido rechazada en los rompegotas,
vuelve a caer sobre la piscina.
Debido a la evaporación producida en la cámara existe una pérdida continua de
«agua pura» sin sales, que provoca una disminución en el volumen y un aumento en
la concentración salina. Por ello es necesario efectuar una purga, a poder ser continua,
de desconcentración salina. así como una aportación de agua nueva que restablezca el
volumen perdido en la evaporación y purga. En algunas ocasiones por imposibilidad de
efectuar una purga, se realizan vaciados periódicos.
Una cuestión importante para mantener el agua en condiciones óptimas, es des-
arrollar el régimen de purgas adecuado. La cantidad de agua a purgar depende de la
evaporación producida y de la calidad química del agua de aportación, con ello se cal-
culan los grados de concentración máximos que permiten mantener condiciones de
equilibrio.

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