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04/06/2014
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a) la entidad (importancia) del daño, tanto físico como psíquico (la llamada
escala de los sufrimientos morales);
b) el grado de culpabilidad del accionado o su participación en el accidente o
acto ilícito que causó el daño (según sea responsabilidad objetiva o subjetiva);
c) la conducta de la víctima;
3. RELACION DE CAUSALIDAD.
Esta es una materia en la cual hay que mantenerse actualizado, basta citar el
caso del Asbesto en Estados Unidos, cuyas partículas no se sabían si eran
cancerigenas y el uso de ese material de construcción ahora esta prohibido, así
continuamente se descubren nuevos agentes y situaciones causantes de
enfermedades ocupacionales, incluyendo los derivados del estrés y tensión
emocional, de manera que no solo debemos de estar pendientes de las listas de
enfermedades ocupacionales, sino también de nuevos dictámenes médicos, ahora
bien, mientras no se tenga conocimiento que una actividad en particular entraña
peligro debido a alguna sustancia que no se sepa perniciosa, no existe
responsabilidad del patrono, como ocurrió en la primera etapa del cáncer
producido por el Asbesto.
SENTENCIAS VARIAS
Demanda por cobro de daño moral por accidente de trabajo incoado por el el
ciudadano MARCOS ARMANDO FERNÁNDEZ, contra la sociedad
mercantilEXXONMOBIL DE VENEZUELA, S.A
Señala la Sala que si bien es cierto, el artículo 1.193 del Código Civil consagra la
responsabilidad del propietario por guarda de cosa, por los daños que ésta
ocasionare, también dicha norma establece la posibilidad de exonerar de
responsabilidad al guardián de la cosa, cuando el daño se produzca a
consecuencia de una causa extraña no imputable, entendida como caso fortuito,
fuerza mayor, hecho de un tercero o culpa de la víctima.
(…) resulta significativo insistir en que si bien es cierto la teoría del riesgo
profesional aplicable a los accidentes o enfermedades profesionales y que la Ley
Sustantiva Laboral recoge en su capitulo (sic) “De los Infortunios Laborales” tuvo
su origen o se inspira de la responsabilidad objetiva por la guarda de la cosa
regulada en el derecho común, expresamente en el artículo 1193 del Código Civil,
la Ley Orgánica del Trabajo es una Ley Especial que prevé una normativa
específica que no le da cabida al hecho de un tercero como causa eximente de
responsabilidad del patrono en materia de infortunios laborales. Tal aseveración
se patentiza de la disposición contenida en el artículo 563 ejusdem , que señala:
d) cuando se trate de personas que ejecuten trabajos por cuenta del patrono en
sus domicilios particulares; y
Con fundamento en el numeral 3 del artículo 168 de la Ley Orgánica Procesal del
Trabajo, en concordancia con los artículos 12 y 243 ordinal 5 del Código de
Procedimiento Civil, denuncia la recurrente que el ad quem incurrió en el vicio de
incongruencia negativa, ya que si bien la demandada alegó en la audiencia de
apelación que la condenatoria por daño moral establecida por el a quo era
“exagerada y desproporcionada” con el daño sufrido por el actor, confirmó dicha
sentencia y condenó a la sociedad mercantil Toyota de Venezuela, C.A., al pago
de cien mil bolívares (Bs. 100.000,00), por indemnización de dicho concepto.
Por otra parte, el Informe Médico suscrito por la médico Miriam Salazar adscrita a
la Dirección Estadal de Salud de los Trabajadores Anzoátegui, Sucre, Monagas y
Nueva Esparta del Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales,
de fecha 18 de junio de 2007, señala que una vez evaluado y registrado en este
servicio y valorado por un equipo multidisciplinario se determinó que el paciente
Iván González, presenta Protusión Discal L3-L4, retrolistesis L3-L4.
De la Certificación y del Informe Médico suscritos por médicos adscritos a la
Dirección Estadal de Salud de los Trabajadores Anzoátegui, Sucre, Monagas y
Nueva Esparta del Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales,
se desprende que el demandante padece de Lumbocialtalgia Crónica, Profusión
Discal L3-L4, es decir, un trastorno músculo-esquelético, lo que le originó una
Discapacidad Parcial Permanente para realizar actividades que ameriten realizar
esfuerzos físicos pesados, movimientos repetitivos de flexo-extensión y rotación
de columna lumbo-sacra, y actividades que ocasionen impacto a nivel de la
columna.
En este sentido, con respecto a los parámetros que deben considerarse para la
cuantificación del daño moral, se evidencia:
Así pues, la Sala considero que la indemnización por concepto de daño moral
condenada por ad quem no fue equitativa y justa para el caso concreto, razón por
la cual la recurrida incurrió en el vicio que se le imputa conforme al artículo 243
ordinal 5 del Código de Procedimiento Civil, en consecuencia, la Sala anulo la
sentencia recurrida y de conformidad con el artículo 175 de la Ley Orgánica
Procesal del Trabajo, procedió a dictar sentencia.
en la Ley del Seguro Social, cuando el trabajador esté amparado por el mismo
seguro social obligatorio, ya que en caso que el trabajador que sufrió un accidente
de trabajo o padece una enfermedad ocupacional, y esté cubierto por el seguro
social obligatorio, conforme a lo previsto en el artículo 2° de la Ley del Seguro
Social, quien pagará las indemnizaciones debe ser el Instituto Venezolano de los
Seguros Sociales, cuya responsabilidad está prevista en el Título III,
concretamente en los artículos 9 al 26 eiusdem.
Por su parte, la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de
Trabajo, tiene como objeto, entre otros, garantizar la seguridad a los trabajadores
en su ambiente laboral, según se expresa en su artículo 1, y a tal fin dispone en su
artículo 130, un conjunto de indemnizaciones patrimoniales para los casos en que
el accidente de trabajo o la enfermedad ocupacional se produzca como
consecuencia de la violación de la normativa legal en materia de seguridad y salud
en el trabajo por parte del empleador o de la empleadora. En este caso, el
empleador responde por haber actuado en forma culposa, con negligencia,
imprudencia o impericia, lo cual debe ser demostrado por el trabajador
demandante.
a) Responsabilidad objetiva:
b) Responsabilidad subjetiva:
Respecto a la culpa, es decir, la imprudencia, negligencia e inobservancia por
parte de la demandada en cumplir con las condiciones de prevención, higiene y
seguridad, que demostrara el hecho ilícito cometido por el patrono, se
evidenció de las Actas levantadas por los Inspectores de Seguridad y Salud en el
Trabajo II, adscritos a la Dirección Estadal de Salud de los Trabajadores
Anzoátegui, Sucre, Monagas y Nueva Esparta del Instituto Nacional de
Prevención, Salud y Seguridad Laborales, realizada en la empresa demandada, le
suministró la ropa de trabajo y equipos necesarios para llevar a cabo las
actividades requeridas.
Por otra parte, no cursan pruebas en el expediente que involucren la culpa del
patrono en el infortunio del trabajador, siendo carga del reclamante demostrar la
responsabilidad en la materialización del daño, es decir, la culpa del patrono,
razón por la cual se declara sin lugar la alegada responsabilidad subjetiva del
patrono, y por consiguiente, la improcedencia de las indemnizaciones previstas en
el numeral 3 del artículo 130 de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y
Medio Ambiente de Trabajo y las relativas al daño material y lucro cesante
reclamadas por el actor.
c) Daño Moral.
Visto lo señalado, la parte actora acciona en contra de la empresa para que le sea
indemnizado una “enfermedad ocupacional” que no fue determinada por el ente
encargado durante su investigación, y no se establece que la misma se produjo o
guarda relación con el ambiente de trabajo, además no hay referencia alguna en el
expediente contentivo de la investigación, que el Traumatismo en rodilla derecha
con Lesión del Cóndilo Femoral Interno que padece el trabajador, se haya
producido con ocasión del ambiente de trabajo y las actividades desarrolladas en
la empresa, sino que por el contrario, toda la investigación estuvo dirigida a un
accidente de trabajo ocurrido en las instalaciones de la empresa tal como se indica
en la Certificación.
En consecuencia, resulta evidente que la forma en que la representación del actor
formuló sus planteamientos en el escrito de demanda no fue la más idónea o
adecuada a los fines de hacer valer su pretensión, ello por cuanto, la enfermedad
ocupacional pretendida nunca fue debatida durante el proceso de investigación
llevado por la administración (Diresat).
No consta en las actas del expediente el auto de homologación por parte del
funcionario del trabajo del referido acuerdo transaccional, conforme lo prevé el
artículo parágrafo primero del artículo 11 del Reglamento de la Ley Orgánica del
Trabajo (2006) aplicable rationae tempore.
Ahora bien, dado que el objeto del litigio radica en el pago de la indemnización
por enfermedad ocupacional prevista en el artículo 130 de la Ley Orgánica de
Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo (LOPCYMAT), y el daño
moral -conforme al artículo 1.196 del Código Civil-, éste último declarado con lugar
por el Juez de Alzada, dicho concepto está incluido en el acuerdo transaccional
suscrito por las partes, al señalar en la parte infinede la cláusula 7, que “la
trabajadora renuncia a intentar cualquier acción en contra de la empresa, (…)
inclusive la especial, por accidentes de trabajo y enfermedades profesionales, en
la seguridad social o en el derecho común”, por lo que, pese a no cursar el auto de
homologación por parte del órgano administrativo del trabajo sobre el referido
acuerdo, ello no es óbice para que el ad quem haya inadvertido el pago efectuado
por la demandada por concepto de “indemnización transaccional adicional y
especial” cuyo quantum ascendió a la cantidad de ciento veinticinco mil bolívares
(Bs. 125.000,00), suma que en definitiva representa el pago de cualquier
indemnización en que hubiere incurrido la empresa demandada por
responsabilidad civil extracontractual, en este caso, daño moral.
MODESTO GARCIA.