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Cómo hacer un “Sellamiento” ante los Ataques Demoníacos

Hay situaciones en que nos encontramos vulnerables a los demonios.


Nuestra vulnerabilidad aumenta en las horas del sueño, cuando la
mente activa está en un estado de reposo o incluso en estado errante.
Es importante “sellar” el sueño con la oración y la Escritura antes de
dormir (y luego sellar el día con la oración al levantarse).
insomnio
Por otro lado, nuestra mentalidad occidental, materialista nos lleva a
pensar que la enfermedad y los malestares pasajeros tienen siempre
causas fisiológicas, que sólo pueden tratarse con medicamentos físicos.
Pero también hay enfermedades y malestares creados o potenciados por
el maligno, para lo cual también aquí ofrecemos algunos antídotos.

Somos cuerpo, espíritu y alma, criaturas materiales que tienen


emociones y pensamientos inmateriales, y puede suceder que un
problema de salud no necesariamente tenga una causa fisiológica sino
espiritual, y en algunos casos, su permanencia en el tiempo, a pesar de
los remedios materiales para combatir la enfermedad fisiológica, quizás
esté explicada por la acción de agentes sobrenaturales.
Lamentablemente se oyen pocas homilías sobre los demonios, las
batallas espirituales y las oraciones de liberación y es a la única
información espiritual que acceden muchos católicos, por eso es
importante hacerles llegar a ellos la experiencia de Santos como Santa
Faustina en las batallas espirituales, lo que dice el Catecismo de la
Iglesia Católica y oraciones de Liberación, que publicamos abajo.

UNA PRESENCIA OSCURA QUE MOLESTA


Puede haber cosas como un ataque espiritual (sueños que nos drenan,
que nos molestan, que insertan nociones falsas) y en casos extremos
puede haber incluso lo que llaman “terror nocturno”, un fenómeno que
los psicólogos atribuyen a la tensión, sobre todo en los jóvenes: susto
repentino o parálisis en ese estado de suspensión mitad despierto y
mitad sueño. Aunque también puede haber un asalto de espíritus
malignos.
El autor de un libro llamado “Purga de su casa, Poda del Árbol de su
Familia” relata cómo fue molestado durante meses por una presencia
oscura que llegó mientras dormía. En su caso, se trataba de un espíritu
tratando de detener una nueva unción para él – para frustrar
bendiciones planeadas de Dios para su misión.
“Estos ataques paranormales se hicieron más comunes y frecuentes en
los meses finales del otoño”, escribió este autor, Perry Stone.
.
“Ellos incluyeron ruidos de extraños zumbidos, la sensación de
indefensión, de estar paralizado y voces audibles burlándose de mí,
maldiciendo la Biblia, blasfemando contra Jesucristo, la amenaza con
hacerme daño físico. Estos no fueron juegos o trucos de mi mente o una
imaginación demasiado fértil”.

Él lo superó al confiar en Dios – descargando todo en Él. Dios siempre


nos asiste cuando nos mantenemos firmes.
A veces viene de inmediato, a veces, viene con el tiempo, pero siempre
viene con la fe.
Agua bendita

DOS TESTIMONIOS
“He tenido varios sueños en los últimos años, el último hace apenas
unas semanas, en el que el diablo me sigue tratando de atraparme
mientras yo huía.
A veces el aparece en la forma de una persona, y en un momento estaba
en la forma de un perro feroz.
Pero el ataque se detiene tan pronto como digo el nombre de Jesús, y
también, según recuerdo que lo hice con el perro en mi sueño, cuando
me rocío con agua bendita.
En estos sueños a veces es muy difícil de decir el nombre de Jesús. Me
encuentro luchando para decirlo, hasta que finalmente lo digo y
entonces el sueño se detiene, en paz.
En todo esto, no siento miedo, sino una confianza en el poder del nombre
de Jesús”.
Este es el otro:
“En los últimos diez años me he encontrado a mí misma, de vez en
cuando, despertada paralizada, ya sea sintiendo un peso arriba mío o
sintiendo algo que escalaba en la cama.
La tercera vez que esto sucedió pude abrir la boca y decir: ‘¡Jesús!’
Cuando llamé, sentí que la cosa o cosas retrocedían. Cada vez que
repetía el Nombre del Señor era un retroceso cada vez más hasta que
se fue.

Entonces yo fui capaz de levantarme y sellar mi casa con agua bendita.


Luego de un lapso de tiempo esto sucedió de nuevo.
Luego leí que la Santísima Virgen dijo en Medjugorje que hay que
limpiar la casa con agua bendita todos los sábados, lo que mantiene la
casa sellada“.
¿QUÉ HACER EN ESTOS CASOS?
Echar fuera espíritus en el nombre de Jesús y luego con agua bendita o
sal bendita o ambos en todas las ventanas y puertas (por razones
misteriosas, esto parece especialmente eficaz).
.
Lectura de la Biblia antes de dormir y orar parece primordial.
.
Nunca retrocedas ante el enemigo. Cuando parezca demasiado intenso,
aquí hay un secreto: ayuna.
.
Y otra más: la alabanza a Dios. Cuando damos gracias y alabamos a
Dios, nunca triunfa el enemigo.

Estas recomendaciones también valen para los casos de trastornos o


enfermedades que tienen una base más larga en el tiempo como
veremos.
sal y agua bendita

TAMBIÉN NOS SUCEDEN COSAS SOBRE UNA BASE MAS


CONTINUA
Cuando hay un problema en la vida, y sobre todo con la salud, se da una
confluencia de lo emocional, con lo natural y lo espiritual.
Este es el caso de la enfermedad: las fuerzas espirituales sin duda
pueden iniciar efectos físicos, pero en muchos casos, su papel es mayor
en la exacerbación de las debilidades que vimos antes.

¿Es cierto esto en problemas de “salud” comunes, tales como la fatiga y


el insomnio?
Una ex satanista y ahora católica, Débora Lipsky de Maine, experta en
educación y espiritualidad, dice que a veces cuando tenemos problemas
crónicos de sueño,
“los demonios están intentando deliberadamente nuestro desgaste
físico. El sueño es el momento en que el cuerpo se rejuvenece;
interrupciones continuas en la capacidad de dormir pasiblemente,
genera un gasto importante de las capacidades de razonamiento“.

¿No hemos pasado por esto: irracionalidad y agotamiento,


especialmente a medida que envejecemos? ¿Bajos niveles de energía?
“Los demonios están agotando su energía porque su demanda es muy
superior a la energía que el cuerpo humano puede producir”, dice Lipsky
en su nuevo libro Un mensaje de esperanza.
“Cuando las causas médicas se hayan descartado, maneja las
espirituales“.
Lipsky, quien ha estado fuera de satanismo durante casi veinte años,
también dice que debemos estar alerta cuando experimentamos “un
inicio repentino de la depresión o intensos cambios de humor erráticos”,
porque la mente puede entrar en contacto con “energía pura maligna”.

Inapropiados ataques de ira con extrañas acusaciones infundadas


pueden ser otro marcador, tal como pueden ser los repentinos cambios
físicos en el cuerpo – la pérdida o ganancia de peso o dolor de cabeza o
problemas intestinales o dolor inexplicable en una articulación (siempre
“inexplicable”, por mucho que se pueda atribuir a la fisiología). Lo
mismo ocurre con los accidentes frecuentes.

¿UN ANTÍDOTO?
Lipsky recomienda evitar los lugares y las personas que exudan
negatividad (que ella dice pueden ser contagiosos), y ser conscientes de
la “transferencia”: un espíritu oscuro cerca de alguien puede llegar a
unírsele.

A la primera señal de eso, usa agua bendita, dice ella, y en el Nombre


de Jesús, demanda que se detenga. Usa sal bendita. Ora hasta que te
sientas tranquilo, hasta que te sientas fuerte, hasta que tu casa esté en
calma, completamente.

Y pasa tiempo entre la naturaleza.

“Toma un paseo por el agua o por medio de algunos bosques o campos.


Observa la fauna ya sean ardillas, pájaros, mariposas o las flores.
Ve y aprecia la belleza de la naturaleza y reconoce la perfección de un
Dios maravilloso que orquestó una creación tan bella.
Alejándote de las multitudes donde puede surgir cualquier oportunidad
para que los demonios susurren un pensamiento negativo en su cabeza.
Satanás no puede crear, sino destruir solamente, así que en la
naturaleza centrémonos en la Creación y el Creador lo que prueba que
Satanás no es rival para nuestro poderoso Dios.
La apreciación del mundo natural también nos deja asombrados del
poder creador de Dios y perfecto equilibrio en la naturaleza”.
puño parado por una mano

LA EXPERIENCIA DE BATALLAS ESPIRITUALES


Para saber como reaccionar debemos tener experiencia en las batallas
espirituales y tener a mano oraciones de liberación también.

Lamentablemente se oyen pocas homilías sobre los demonios, las


batallas espirituales y las oraciones de liberación y es a la única
información espiritual que acceden muchos católicos, por eso es
importante hacerles llegar a ellos la experiencia de Santos en las
batallas espirituales, lo que dice el Catecismo de la Iglesia Católica y
oraciones de Liberación, que publicamos abajo, como forma de
protegerlos.
En la lectura de las vidas de los santos descubrimos que muchos
soportaron ataques diabólicos. La siguiente cita del Diario de Santa
Faustina lo deja claro:
“Hija Mía, quiero instruirte sobre la lucha espiritual. Nunca confíes en
ti misma, sino que abandónate totalmente a Mi voluntad… No te hago
ilusiones con la paz y los consuelos, sino que prepárate a grandes
batallas. Has de saber que ahora estas sobre un escenario donde te
observan la tierra y todo el cielo, lucha como un guerrero para que
pueda concederte el premio; no tengas mucho miedo, porque no estás
sola”. (Diario 1760)
¿Por qué el Dios de la misericordia ordena una batalla espiritual para
su pueblo en la tierra?
Las palabras de Cristo a Santa Faustina lo permiten comprender:
“Pero, hija, aún no estás en la patria; así pues, ve fortalecida con Mi
gracia y lucha por Mi reino en las almas humanas y lucha como una
hija real y recuerda que pronto pasarán los días del destierro y con ellos
la oportunidad de adquirir méritos para el cielo. Espero de ti, hija Mía,
un gran número de almas que glorifiquen Mi misericordia durante toda
la eternidad” ( Diario 1489).
La lección de Cristo se aplica a todos los creyentes: un mayor número
de almas glorifican eternamente a la Divina Misericordia, porque
recibieron la misericordia en la forma en que lo hizo David en la derrota
de Goliat.

No sólo los satanistas participan en la guerra espiritual. San Pablo


exhorta a todos,
“Por lo demás, fortaleceos en el Señor y en la fuerza poderosa. Revestíos
de las armas de Dios para poder resistir a las acechanzas del diablo.
Porque nuestra lucha no es contra la carne y la sangre, sino contra los
principados, contra las potestades, contra los dominadores de este
mundo tenebroso, contra los espíritus del mal que están en el aire. Por
eso, tomad las armas de Dios, para que podáis resistir en el día funesto,
y manteneros firmes después de haber vencido todo. Poneos en pie,
ceñida vuestra cintura con la verdad y revestidos de la justicia como
coraza” (Efesios 6: 10-14).
Pero ¿debe creer un católico en el diablo? Veamos lo que dice el
Catecismo de la Iglesia Católica:
CIC 414. Satán o el diablo y los otros demonios son ángeles caídos por
haber rechazado libremente servir a Dios y su designio. Su opción
contra Dios es definitiva. Intentan asociar al hombre en su rebelión
contra Dios.
CIC 391. Detrás de la elección desobediente de nuestros primeros
padres se halla una voz seductora, opuesta a Dios que, por envidia, los
hace caer en la muerte. La Escritura y la Tradición de la Iglesia ven en
este ser un ángel caído, llamado Satán o diablo. La Iglesia enseña que
primero fue un ángel bueno, creado por Dios. Diabolus enim et alii
daemones a Deo quidem natura creati sunt boni, sed ipsi per se facti
sunt mali (“El diablo y los otros demonios fueron creados por Dios con
una naturaleza buena, pero ellos se hicieron a sí mismos malos”).
Las personas de todos los orígenes y credos, y también la Iglesia
católica, es decir, nuestro clero, necesitan la liberación del sufrimiento
diabólica. Incluso aquellos que entran en prácticas diabólicas, a menudo
llegan hasta el punto de buscar la liberación de los asaltos de satanás y
sus cohortes que les seducen con promesas vacías y luego atormentan a
la persona.
Jesucristo es el jefe exorcista. Su ministerio de sanidad y liberación
continúa a lo largo de los siglos. La Iglesia Católica tiene un arsenal de
los sacramentos y sacramentales para servir a las personas necesitadas
de liberación. El clero debe hacer el trabajo pesado en el ministerio de
sanidad y liberación, porque tiene la autoridad dada por Dios para
echar fuera a los espíritus malignos.
La oración es fundamental para los que sufren en su viaje hacia la
curación.

CÓMO VENCER LAS TENTACIONES - I


Estas son algunas oraciones sugeridas para estos casos,

ORACIÓN DE LIBERACIÓN DE SAN JUAN CRISÓSTOMO


Oh, Dios eterno, tú que redimiste la raza de los hombres de la
cautividad del diablo, no entregues a tu siervo a los espíritus impuros.
Manda a los espíritus y demonios malignos e impuros apartarse del
alma y el cuerpo de tu siervo, y no permanecer ni esconderse en mí. Que
sean expulsados de mí, en tu propio nombre santo, el de Tu Hijo
unigénito, y el del Espíritu, de modo que, después de haber sido
limpiado de toda influencia demoníaca, viva piadosamente, con justicia,
y con rectitud y pueda ser considerado digno de recibir los santos
Misterios de Tu único Hijo y nuestro Dios, bendito y glorificado, junto
con el Espíritu Santo creador de vida, ahora y siempre y por los siglos
de los siglos. Amén.

INVOCACIÓN A LOS SANTOS


Ven Espíritu Santo con Tus siete dones y úngenos con tu luz divina, tu
sabiduría y tu poder. Ven Señor Jesucristo y úngenos con Tu Preciosa
Sangre, liberándonos de toda trampa y la fortaleza de los principados y
poderes de la oscuridad. Oh Madre de Dios, gloriosa e inmaculada y
siempre Virgen María, ven y aplasta la cabeza de la antigua serpiente.
Oh, gran padre San José, el terror de los demonios, ven y aniquila a los
enemigos de nuestras almas. San Miguel, gran príncipe y comandante
del ejército celestial, derriba a los enemigos insidiosos que tratan de
destruirnos. Vengan gloriosos Apóstoles, vengan grandes patriarcas y
profetas; venga el blanco ejército de los mártires, llegue una multitud
pura y noble de vírgenes. Ven en nuestra ayuda Santa Teresa, San Juan
de la Cruz, San Elías, San Eliseo, San Juan Bautista, Santa Teresa,
todos los Santos de Carmelo, San Pio. Santa Faustina, San Benito, San
Francisco, San Antonio, Santa Clara. Nuestros Ángeles de la guarda,
Arcángeles, y todos los Santos Ángeles y Santos, lleguen a repeler los
ataques y engaños de nuestros enemigos malvados; háganlos
impotentes e indefensos. Levántate Dios; deja que tus enemigos se
dispersen y que todos aquellos que te odian huyan delante de Ti. Como
se derrite la cera ante el fuego, así perecerán los impíos delante de Dios.
Amén

ORACIÓN PERSONAL DE LA LIBERACIÓN


Señor misericordioso y omnipotente: Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo,
expulsa de mí toda la influencia de los espíritus malignos. Padre, en el
nombre de Jesucristo, te pido romper cualquier cadena que tenga el
diablo sobre mí. Vierte sobre mí la Preciosísima Sangre de tu Hijo. Que
su sangre inmaculada y redentora llegue a todos los límites de mi
cuerpo y mente. Te pido por intercesión de la Virgen María. Arcángel
San Miguel, intercede y ven en mi ayuda. En el nombre de Jesús, Mando
a todos los demonios que puedan tener alguna influencia sobre mí
dejarme para siempre. Por sus heridas, su corona de espinas, su cruz,
por medio de su sangre y resurrección, Mando a todos los espíritus
malignos que me dejen. Por el verdadero Dios, por el Espíritu de Dios,
por Dios quien lo puede todo, en el nombre de Jesús, mi Salvador y
Señor, déjenme. Amén. (Aprobado para su uso personal de los laicos:
Obispo Julian Porteous)

ORACIÓN POR SANIDAD INTERIOR


Señor Jesús, que viniste a sanar nuestros corazones heridos y con
problemas. Te ruego que me sanes de los tormentos que causan
ansiedad en mi corazón. Te ruego, de una manera particular, que cures
todo lo que sea causa del pecado. Yo te pido que entres en mi vida y me
sanes de los daños psicológicos que me llegaron en mis primeros años y
de las lesiones que sucedieron a lo largo de mi vida. Señor Jesús, tú
sabes mis cargas. Yo las pongo en Tu corazón del buen pastor. Te suplico
por la gran herida abierta en tu corazón que sanes las heridas pequeñas
que se encuentran en mí. Cura el dolor de mis recuerdos, de modo que
nada de lo que me haya pasado haga que me quede con dolor, angustia
y lleno de ansiedad. Sana, Señor, todas esas heridas que han sido la
causa del mal en mi vida. Quiero perdonar a todos los que me han
ofendido. Cura todas las heridas dolorosas que hacen que sea incapaz
de perdonar. Tú que has venido a sanar a los afligidos de corazón, por
favor, sana mi propio corazón. Cura, mi Señor Jesús, esas heridas
íntimas que me causan enfermedad física. Te ofrezco mi corazón,
acéptalo Señor, purificarlo y dame los sentimientos de tu Corazón
Divino. Ayúdame a ser manso y humilde. Sáname, Señor, de todo lo que
me oprime. Concédeme recuperar la paz y la alegría en el conocimiento
de que tú eres la resurrección y la vida. Hazme un auténtico testimonio
de tu resurrección, tu victoria sobre el pecado y la muerte. Amén.
(Aprobado para su uso personal de los laicos: Obispo Julian Porteous)
Puedes ver más oraciones aquí: Oraciones de Liberación // Oraciones de
Sanación // Oraciones Contra el Mal // Oraciones de Protección //
Coronilla de San Benito

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