You are on page 1of 6

Si hay un elemento o tema clásico que se repite e imita sin cesar en todas las literaturas

de occidente, ése es la mitología. Y si hablamos de mitología, el referente latino por


antonomasia es el poeta OVIDIO y, fundamentalmente, su obra Metamorfosis. Hasta tal
punto esto es así, que decir tradición mítica es casi sinónimo de hacer referencia a una
página ovidiana. En cualquier autor del Renacimiento inglés se van a poder encontrar
referencias mitológicas que proceden de Ovidio. Por lo cual, en este tema no se hará
mención explícita de la pervivencia de la tradición mítica en la literatura inglesa. Lo que
haremos será leer dos pasajes de las Metamorfosis de Ovidio, la fábula de Píramo y
Tisbe (Met IV), fuente del conocido amor de Romeo y Julieta skakespereano, y la
historia de Pigmalion (Met X), de las que veremos algunas adaptaciones modernas.

Ovidio

Las Heroidas

[Heroidas (2 series: 1ª, del 20 al 15 a.C.; 2ª, del 8 a.C.?)


Las Heroidas son cartas literarias de mujeres célebres de la leyenda griega a sus
respectivos maridos o amantes. Se conservan 15, incluyendo la carta de Safo,
transmitida hasta nosotros fuera de esta serie ovidiana, y en la que figura el título
solamente. Como antecedentes pueden mencionarse el ejercicio retórico de la etopeya1 y
la carta de Aretusa a su esposo Licotas, escrita por Propercio.
Las mujeres, supuestas autoras de estas cartas, pintan su desesperada situación o
intentan atraer de nuevo a sus maridos o amantes. La indignación, los celos, las
amenazas, las angustias y las declaraciones de amor constituyen el entramado de estas
cartas, en las que Ovidio se manifiesta conocedor del alma femenina. En lo que suponen
de humanización del mito, sobrepasa a Eurípides y a Apolonio de Rodas. Sus heroínas
sienten, sufren y escriben como las mujeres que conocía Ovidio, es decir, carecen por
completo de la sencillez antigua o, dicho de otro modo, de la elegancia clásica.
Un amigo de Ovidio, un tal Sabino, escribió unas elegías de contestación a seis
cartas de las Heroidas. Estas elegías se han perdido. Ovidio, a quien agradó la idea del
poeta amigo, escribió, a imitación suya, tres pares de cartas, de cuya autenticidad a
veces se ha dudado, tres cartas de mujeres y tres cartas de contestación de los hombres
correspondientes: Paris-Helena (XVI) / Leandro-Hero (XVIII) / Aconcio- Cídipe (XX).
La primera serie fue publicada entre el 20 y el 15 a.C. La segunda serie de cartas
dobles, fueron publicadas mucho más tarde, entre tres y diez años más tarde, según
algunos; para otros (Fca. Moya) en los primeros años del siglo I, antes del destierro en
el 8 d.C. Ovidio ha pasado, pues, de los Amores personales a los míticos en las
Heroidas, y de éstos al amor en sentido general, teórico, abstracto, en Ars amatoria.]

Por las mismas fechas en que publicaba sus Amores (23 a. C-14 a. C), Ovidio compone
una nueva galería de escenas en torno al amor. Lo sitúa en un mundo mítico, dando a
sus personajes una voz, como si fueran reales. Heroidas consiste en una colección de
veintiuna epístolas poéticas que dirigen las más famosas enamoradas de la leyenda
griega a sus respectivos amantes. En tres casos son ellos los que escriben (15 + 6
cartas dobles, con respuesta de los amantes).

El tema legendario central devuelve el arte de Ovidio a fuentes anteriores: Calímaco, los
poemas homéricos, la tragedia ateniense, la épica helenística, el Carmen 64 de Catulo y
la Eneida). Teniendo presentes tan grandes modelos, Ovidio recrea con libertad y con
1
La etopeya era la caracterización de un personaje mediante un discurso del mismo.

1
ánimo polemizador los mismos personajes de siempre. Se sirve de los mitos para lograr
con la dificultad añadida del hilo conductor único –el amor- unos brillantísimos
estudios de la psicología femenina y la descripción de los más complejos y sutiles
matices del amor.

Ovidio ha creado una obra donde el dístico elegíaco, lo erótico y lo mitológico no son
sino herramientas que conviven armoniosamente con el dramatismo de la narración
epistolar, intensificado además por las continuas evocaciones al mundo de la tragedia
ateniense, euripidea en particular, al tiempo que se recrean temas de los más hermosos
poemas épicos en una emulación constante y mediante las más profunda y variada
exploración del alma femenina hecha literatura latina.

En cuanto a técnica narrativa, las epístolas comienzan en un momento crítico y


emotivo de la historia del personaje y a partir de él se suceden la evocación del
presente o el presentimiento de lo trágico. Todo ello con variaciones constantes,
alternando lo sabido con lo inventado, para acabar de nuevo sin que la acción haya
concluido, de modo que el lector se ve obligado a suplir lo que ha de pasar. Pocas
creaciones latinas serán tan sugerentes.

Las Metamorfosis

Última obra de Ovidio antes de la relegatio. No es la única, pues en el año 2 d.C.


comienza a escribir Fastos con la idea que estos fueran la obra etiológica que culminase
su producción elegíaca para convertirse en el definitivo Calímaco romano. Tuvo que
abandonarlas dado que el mundo que tenía ante sus ojos no le ofrecía apoyo alguno para
una obra de tal clase, pues el nombramiento de Tiberio como heredero de Augusto en el
4 d.C. le obligaría a introducir temas que no estaban prefigurados en la tradición del
género, y el exilio (relegatio) a Tomis en el año 8 d. C. le impidió, igualmente, pasar de
los seis primeros libros de Fastos.

Así, las Metamorfosis se convierten en herederas de su obra anterior porque mucho de


su contenido, mitos y temas los encontramos ya tratados en Amores; compendio porque
aúna lo que le suministran la tradición elegíaca, lírica, trágica, epistolar, las
declamationes, el pantomimo y el alejandrinismo; clímax o culminación porque
pretende que sea su obra más perfecta (se lamenta de no haberlo conseguido pues su
precipitada salida de Roma le impidió la última lima).

Las Metamorfosis son un conjunto de unos 250 mitos y leyendas articuladas a lo largo
de quince libros. La distribución de estos libros se puede establecer como sigue:

Libro I: Primera metamorfosis, la de Caos en Cosmos; creación del hombre, las Cuatro
Edades, el castigo de los hombres, de la última de estas edades con la primera
metamorfosis de un mortal, Licaón y el Diluvio; Deucalión y Pirra; la muerte de Pitón a
manos de Apolo y el amor de este por Dafne; la saga de Io, con la que el poeta introduce
la más antigua de las estirpes heroicas, la argiva; el hijo de Io y de Jupiter, Épafo, y, por
paralelismo con él, Faetón, que anticipa el siguiente libro.

2
Libro II: los amores de Jupiter con Calisto; una serie de metamorfosis cuya causa es la
charlatanería (corneja, Coronis, Bato) y el rapto de Europa, con lo que se pasa a la rama
fenicia de la estirpe argiva.

El libro III se inicia con la búsqueda de Europa por parte de su hermano Cadmo, lo que
nos adentra en las leyendas de la genealogía tebana (Acteón, Sémele, Baco) con la
conclusión de Narciso, y lo termina el castigo de Penteo.

El libro IV nos presenta castigos a los que no aceptan el culto báquico, a saber, las
miníades o mineidas, que se entretienen en contar las historias de Píramo y Tisbe, el
adulterio de Marte y de Venus y otros; se pasa a Ino y Atamante, tíos de Baco junto a los
que se crió, y culmina lo referente a Tebas con la metamorfosis de Cadmo y Harmonía;
finaliza el libro con la leyenda de Perseo, nieto de otro despreciador de Baco, el argivo
Acrisio. Abre el libro V con las hazañas de Perseo; a continuación, el certamen de las
Musas y las Piérides con otra serie de relatos, el rapto de Prosérpina, su madre Ceres y
acaba el libro con la metamorfosis de las Piérides.

Inicia el libro VI el certamen de Palas y Aracne; siguen la leyenda de Níobe, el


descarnado relato del tracio Tereo y la ateniense Procne y Filomela, que enlaza con el de
Bóreas y Oritía. La participación de los boreádas Cálais y Zetes en la expedición de los
argonautas da pie al poeta para comenzar el libro VII con Jasón y Medea, cuya acogida
por Egeo en Atenas permite la inclusión de los breves episodios de Teseo y Minos, todo
lo referente a Éaco, la peste de Egina y los Mirmidones y el relato en boca de Céfalo de
su vida con Procris.

El libro VIII en sus primeros versos continúa con Minos, Escila, el Laberinto, Teseo y
Ariadna, Dédalo e Ícaro; sigue con la cacería del jabalí de Calidón y sus consecuencias,
y finaliza con las historias narradas en casa de Aqueloo, entre las que destacan la de
Filemón y Baucis y la de Erisicton. Del libro IX puede decirse que está consagrado a
Hércules, su muerte y apoteosis, aunque en él aparecen, entre otros, las leyendas de
Biblis y de Ifis.

El libro X, al que se podría llamar “el libro del amor” por excelencia, contiene todo lo
referente a Orfeo y Eurídice, el canto de Orfeo, en el que se relatan las historias de
Jacinto, Pigmalión, Mirra, Venus y Adonis, finalizando el canto del tracio con la muerte
y metamorfosis de Adonis.

El libro XI, en cuyo inicio está la muerte de Orfeo, cuenta, tras el episodio de Midas,
las leyendas de Laomedonte y Hesíone, de Tetis y Peleo, y en él se destaca sobre todo el
pasaje de Ceix y Alcíone. Con el XII, la leyenda de los Lapitas y centauros es la de
mayor extensión y cierra el libro la muerte de Aquiles.

El XIII es el de los posthomerica: juicio de las armas de Aquiles, Áyax y Ulises, las
vicisitudes de las troyanas y troyanos, incluido Eneas y, con ocasión de los errores de
los Enéadas, se insertan en él los episodios de Escila, Galatea, Polifemo y Glauco.

Con Glauco se abre el XIV, narrándose en él la relación con Circe, y se vuelve de nuevo
a Eneas, entroncando con las leyendas propiamente romanas que se inician con los
orígenes de Roma, divinidades romanas y apoteosis de Romulo y Hersilia.

3
El libro XV es absolutamente itálico, sobresaliendo en él Numa, el discurso de
Pitágoras y su teoría de la metempsícosis, la metamorfosis de Egeria, los Eneadas, y
concluye con la apoteosis de César y la celebración de Augusto.

En estos casi 250 mitos y leyendas y a lo largo de 11.991 versos, podemos observar
unos 175 cambios de forma. Muchas son metamorfosis en animales como aves, lobo,
vaca, osos, perra, serpientes, peces y araña. Otras serán en piedras y en plantas. Hay
nueve apoteosis. También se observan metamorfosis temporales de los dioses o de
humanos que se transforman en animales fabulosos como las harpías, o de cambio de
sexo. Hay que señalar rejuvenecimientos, resurrecciones, cambios mágicos y de color
de piel. También aparecen diversos cuerpos transformados en hombres como las piedras
de Deucalión, los dientes del dragón o las hormigas de Egina. Las metamorfosis más
importantes son las que sufren los seres humanos que en su nueva forma suelen
conservar algunas cualidades de su existencia anterior.

Pero hay una característica especial en las metamorfosis en animal: las de Io, Calisto y
Acteón: conservan su alma humana. Tienen consciencia de sí y sufren una operación
monstruosa (al separarse su alma de su cuerpo).

Una ordenación cronológica de los cambios de forma explica que llame a sus
metamorfosis un Perpetuum Carmen. No renuncia, sin embargo, a la libertad que cada
relato tiene de ser una entidad propia, demostrando fidelidad a la técnica de los
alejandrinos, especialmente de Calímaco que abomina del poema largo.

Este deseo de querer combinar Carmen perpetuum y Carmen deductum (se refiere a una
serie de episodios que no tienen por qué estar necesariamente concatenados) es lo que
lleva a incluir el máximo posible de mitos y leyendas, haya o no en ellos metamorfosis,
porque le interesa mucho más el mito en sí que el cambio de forma.

En la épica alejandrina surgen obras científicas o pseudocientíficas que intentaban


explicar ritos, costumbres y tradiciones. Ovidio bebe de esta curiosidad.

Entre estas obras, que podríamos considerar sus fuentes, están las Heteroioumena u
“objetos que están sufriendo transformación” de Nicandro de Colofón, Ornithogonia,
atribuido a Beo (y conocida en Roma por la obra homónima de Emilio Macro, amigo de
Ovidio), Metamorfosis de Partenio de Nicea. También abundan obras que incluyen todo
tipo de leyendas y mitos, tanto en prosa como en verso, científicas o de ficción.

Se deben citar los catálogos hesíodicos en los que Ovidio encontraría una sucesión
cronológica y genealógica de los mitos, donde los cambios de forma aparecerían
expuestos como una parte esencial del tema y en servicio de lo que venía a
continuación. También han de considerarse los Aitia de Calímaco, una serie de
narraciones en dísticos elegíacos, independientes entre sí, que tienen como tema común
la explicación de fiestas, ritos, costumbres, fundaciones y denominaciones de diversos
lugares. Asimismo hay que tener en cuenta la prácticamente desaparecidas Fundaciones
de Apolonio de Rodas.

La maestría de Ovidio hace que la principal característica de su gran poema sea


precisamente la combinación de géneros. Esto ya lo habían hecho los grandes poetas
alejandrinos como Teócrito, Calímaco, Apolonio, pero en Roma es él el mejor heredero

4
de esa clase de contaminatio. Cuenta con 1) las epopeyas desde Homero a Virgilio,
pasando por la Teogonía y el resto de las obras hesiódicas, los Ciclos, la épica
alejandrina, fundamentalmente Apolonio de Rodas, y las epopeyas nacionales romanas
de Nevio y Ennio.

El otro gran género del que se sirve es 2) la tragedia, que le enseñaba a hacer hablar a
las pasiones. Para Ovidio, Sófocles representa la perfección, es Eurípides el que más
cuida las escenas independientes y, sobre todo, el análisis psicológico de los personajes
femeninos. No es desdeñable la huella de la tragedia romana en el Juicio de las armas,
uno de los más claros exponentes de la influencia retórica en la oratoria forense.

3) La elegía griega le suministra fundamentalmente lo relativo a amores de la mitología.


Tampoco estarían ausentes 4) los epigramas, sepulcrales en el caso de Faetón y la
nodriza de Eneas.

Junto a la tradición literaria debe ser tenida en cuenta la propia formación de Ovidio y la
realidad circundante. En la escena de su tiempo estaba en boga 5) el pantomimo que
consistía en una serie de escenas adaptadas al caudal mitológico en los que tenían gran
importancia los constantes cambios del actor entre una escena y otra así como el
encanto visual de esas escenas. Son muy pocos los títulos de pantomimos que nos han
llegado que no coincidan con leyendas incluidas en Metamorfosis.

Todo el caudal que la literatura grecolatina desde Homero a su tiempo le ha


proporcionado, unido a su formación y sus vivencias y sobre todo a su indudable genio
poético hace que nos hallemos ante un auténtico manual universal de las tradiciones
míticas en el que se conjuga poesía e historiografía universal, un gran epos cuya
unidad se manifiesta de diversos modos: “la metamorfosis final de cada episodio, largo,
breve o brevísimo, es… el único hilo conductor de la unidad externa; la articulación
genealógica y cronológica, el de la unidad temática, el encanto de una forma
hexamétrica infinitamente variada, uniformemente elevada, indefectiblemente perfecta,
el de la unidad poética” (Ruiz de Elvira, 1969, “Act”, pg. 152).

El amor no puede estar ausente pues es el principio unificador de toda la producción


ovidiana precedente hasta tal punto que en la mezcla de géneros de que se sirve en sus
Metamorfosis hay una erotización de los géneros tradicionales, épica incluida.

Aunque el más frecuente es el amor de dioses (Apolo, Jupiter, Venus) hacia mortales
(Dafne, Io, Sémele, Jacinto, Adonis), también encontramos entre dioses (Venus y
Marte, Plutón y Proserpina) o entre mortales (Céfalo y Procris, Píramo y Tisbe,
Filemón y Baucis, Orfeo y Eurídice), unido, en muchas ocasiones al tema de la cólera
de los dioses, sobre todo la de Juno hacia sus rivales o al tema de los celos.

Hay un tema auténticamente romano, la pietas que le independiza de sus


predecesores y que aparece junto a su contraria, la impietas. Pietas para con los dioses y
pietas del amor, siendo esta última precisamente la que le confiere a Ovidio parte de su
originalidad y va creando una impresión de continuidad con episodios que nada tienen
que ver entre sí.

5
No sólo por su metro, se inscribe dentro de la épica. Contiene también la objetividad de
la narración, grandiosidad de las acciones poéticas, sublimidad de hechos y personajes,
solemnidad del tono, discursos largos y poco numerosos, vocabulario elevado, etc.

En el poema de Ovidio hay una continua alternancia de comicidad y seriedad pero


evitando cuidadosamente lo burlesco y con la intención de demostrar que una
adaptación del mito que fuese humorístico ingenioso, no moral, no metafísico y
simplemente narrativo podía, con todo merecimiento, coexistir junto a la obra maestra
virgiliana, máxime cuando Ovidio también romaniza su obra: viste a la romana a sus
héroes, las heroínas son matronas, los palacios casas romanas, las asambleas de los
dioses reflejan las reuniones del senado, etc.

Hay diferentes posturas frente al augustanismo de Ovidio, que van desde la defensa a
ultranza de que la figura de Augusto debe ser entendida como elemento estructural y de
unidad del poema, o bien, que las Metamorfosis participan de la defensa de la religión
romana en general y de la reforma augústea en particular. Sean cuales fueran las
intenciones del poeta al iniciar su obra, las Metamorfosis han conseguido convertir en
realidad las palabras con las que Ovidio las corona: “Seré leído por la boca del pueblo, y
a lo largo de todos los siglos, gracias a la fama, si algo de verdad tienen los vaticinios de
los poetas, viviré” (Metamorfosis XV, 878-879)

ore legar populi, perque omnia saecula fama,

siquid habent veri vatum praesagia, VIVAM.

Links:

My Fair Lady: https://www.youtube.com/watch?v=74Ndz-4i4Ug


Los Simpson, season 17, episode 12:
http://www.seriesflv.net/ver/los-simpson-17x12.html
https://www.youtube.com/watch?v=fpNwgoIydx0
Pygmalión:https://www.youtube.com/watch?v=tmdPj_XbF30 ;
https://www.youtube.com/watch?v=V1Nr_rIWz6o
Píramo y Tisbe : versión paródica de los Beatles de la adaptación skakespereana del
mito en Sueño de una noche de verano, A Midsummer Night's Dream
https://www.youtube.com/watch?v=KhP6qVZ9Vxo ; subtitulada en español:
https://www.youtube.com/watch?v=_6lCz6ReltU

You might also like