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La otra verdad de la adicción 1
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Heldyn Guevara Revelo 2

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© 2016 Heldyn Guevara Revelo
heldynguevararevelo@gmail.com
313 581 58 91 - 301 256 11 70
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las sanciones establecidas por las leyes, la reproducción parcial o total
de esta obra por cualquier medio o procedimiento, incluidos la reprografía
y el tratamiento informático, así como la distribución de ejemplares
mediante alquiler o préstamo públicos.

¡Ah! Esa vida de mi infancia,


la gran ruta accesible en todo tiempo,
sobrenaturalmente sobrio, más desinteresado
que el mejor de los mendigos,
orgulloso de no tener ni patria ni amigos,
qué bobería fue. ¡Y sólo ahora me doy cuenta!

(Una temporada en el infierno)


Arthur Rimbaud

Contendido

Advertencia
Introducción: ¿Por qué consumes drogas?
Prólogo: La demencia de la legalización
UNO: Un minuto de silencio por la historiografía de las
drogas.
DOS: La familia que incita a consumir. Madre Alcahueta,
bebés adultos-Cómo no ser padre de un adicto-Mi hijo
amado y mi hijo calavera.-Yo separo, tú separas,
nosotros nos separamos.-Los maltratos y abusos,
problemas de adultos, soluciones de jóvenes.
TRES: Padres adictos, hijos ansiosos.-Las píldoras de
mi madre.-Historia de un celoso.
CUATRO: El amor responsable, la justicia en la
crianza.
CINCO: El consumidor de drogas como el gran actor del
engaño de las canciones del despecho.- El síndrome de
Romeo y Julieta.- Cuando quiero con obsesión.- Pero
cuando amo sanamente.- La depresión.- Ejercicio para
recuperar mi sentido de vida.- Depresión post-abandono.
SEIS: Presión de Grupo. Las malas compañías y la
facultad de decir NO
SIETE: Las drogas más peligrosas para la familia.- El
alcohol.- El tabaco.- La marihuana.- El bazuco.
OCHO: Drogas nueva de/generación.- Las Zonas de
Orientación Escolar (ZOE) O
NUEVE: La co-dependencia, quiero consumir lo que mi
hijo consume.- 12 consejos para no precipitar la recaída
de una persona en tratamiento.
DIEZ: La familia como precipitante de recaída.-
Decálogo de los precipitantes de recaída por parte de la
familia.- La familia co-terapéuta.- La Resiliencia y un
ambiente propicio para superar las adversidades.
ONCE: La gran mentira de las fundaciones y las
comunidades terapéuticas.- Diatriba del encierro.
DOCE: La egolatría del artista y la masacre de la
bohemia.
TRECE: La expresión de sentimientos.- Alivianar las
cargas. La montaña rusa de las emociones.
CATORCE: Teo-teraia de la fármacodependencia.-
EPÍLOGO: ¿Entonces cuál es la cura?.-Un mensaje al
adicto que quiere sufrir.
APÉNDICE: Un llamado a la Policía.
ANEXO: Autodiagnóstico en Co-dependencias.-
FUNDACIÓ RE-
TORNAR: Tratamiento y prevención de las
adicciones.
AGRADECIMIENTOS
Advertencia

El texto Drogas nueva de-generación, la otra


verdad de la adicción, es un relato de tratamiento y
prevención de consumo de drogas para la familia, la
comunidad y la escuela, y, como su eslogan lo indica, es
un testimonio de una realidad alternativa, una luz de
apoyo a la nueva generación confundida en su propia
opinión, vulnerable a caer en la degeneración y para
aquellos que han adquirido el hábito de dilucidar su
sentido de vida en la oscuridad. Este relato escrito, por
medio de un lenguaje sencillo, corto, preciso, puntual y
responsable, se compromete con sus conceptos y puntos
de vista coherentes con la comprensión de todo el
público.

Teniendo en cuenta la velocidad visual, las


ocupaciones compulsivas y la incredulidad de muchos,
este texto no ha sido escrito por un psicólogo, por un
psiquiatra o por algún profesional de la salud mental,
sino por un investigador preocupado por la población
vulnerable.

El contexto, plasmado en un escenario conocido al


menos superficialmente por todos, son miles de voces
clamando. Disfrutando del ascenso y sufriendo la
realidad de la caída. Y la turbulencia laberíntica de la
recaída. En este texto polifónico, se revelan las causas y
las posibles soluciones de los conflictos contra sí
mismos.
Aquí se confiesan los daños y secuelas causadas por
las adicciones y los reparos para levantarse y continuar
viviendo. Sin embargo, las experiencias descritas en esta
obra, tienen en parte reflejos y condensaciones
diagnósticas, extraídas del subconsciente y recogidas de
la práctica terapéutica en distintas Fundaciones y
Comunidades especializadas, que el autor recorrió.

¿Pero en qué se diferencia este texto empírico de


otro científico? En que en esta obra, aunque no se revele
completamente la “cura”, el remedio o la panacea
definitivos, sí se aproxima considerablemente, mucho
más que otros textos clásicos, a un tratamiento a partir de
la voluntad de “suspender” en dirección a la conciencia
de “dejar”, luego de exhibir sin miedos ni prejuicios
nuestros defectos, apegos, aberraciones, traumas y
complejos. Además, la mayoría de textos científicos en
todas las áreas de la salud, han sido clonados una y otra
vez, de los laboratorios mentales donde se cuecen los
testimonios e historias de vida de los usuarios tratando
de camuflar la imposibilidad de sanar la adicción.

Este texto llamado también “El libro del carácter, la


motivación y la espiritualidad”, no culpabiliza ni acusa,
sino que responsabiliza al entorno de una recuperación
personal y comunal. Sus testimonios, historias, vivencias
y recreaciones han sido descritos con la debida
discreción en relación con los nombres de los
protagonistas y los conceptos en cuanto al área de la
Psicología, han sido amalgamados junto con la
investigación personal del consumo y la recuperación.

La obra Drogas nueva de-generación, la otra


verdad de la adicción, editada a manera de libro de
bolsillo, que se puede llevar a todas partes para que
pueda ser consultado en los tiempos libres y de urgencia
apremiante como una píldora de la tranquilidad,
esperanza y consuelo, se considera como una herramienta
de primera necesidad en las bibliotecas físicas y
virtuales de todos los hogares del mundo.
Introducción

¿Por qué consumes drogas?

La respuesta a esta pregunta ha sido siempre un


dilema. Existen respuestas claras para un cuándo, dónde
y cómo, pero el porqué tiene un alto precio sucinto en la
resignación. Si le planteas esa pregunta a un consumidor
activo, él te contestará culpabilizando al mundo y
justificando su actual estado de rebeldía y decadencia. Y
otros permanecerán en silencio, porque en realidad ellos
también lo ignoran.

Si le preguntamos a un Padre de Familia, dirá que es


por culpa de las malas compañías. Un docente o un
directivo mal orientado, argumentará que el estudiante
será siempre un “vicioso” indeseable y peligroso para
la Institución Educativa y algún Psicólogo afanoso o un
Psiquiatra sabelotodo concluirán que se trata de un
enfermo mental, pero muy pocos tienen el compromiso
profesional de hacer un seguimiento terapéutico con el
paciente e intentarán apaciguarlo con un ansiolítico para
enviarlo a dormir como un angelito.

El flagelo de la adicción a las drogas ronda en los


hogares sin distingos de razas, estratos o niveles
intelectuales. El 60% de la población mundial puede
tener un familiar con síntomas notables a alguna
dependencia, y lo preocupante es que infinidad de padres
no han sido educados para prevenir a sus hijos en estos
trágicos eventos o futuros apegos y esencialmente para
detectar los cambios repentinos de sus dudas.

El consumo de drogas o sustancias psicoactivas


(SPA) no es nada nuevo. Han existido drogadictos
(fármacodependientes) desde épocas inmemorables. Y se
han llevado el secreto de su enfermedad a la tumba por
causa del desconocimiento. Y nos concierne decir que
muchos padres se han percatado de que sus hijos
consumen SPA después de 3 años de dinámica dentro y
fuera del hogar. Se han conocido casos en donde algunos
jóvenes han camuflado en su cama hasta una libra de
Marihuana que les ha durado casi tres meses. Los padres
de familia lo han descubierto, pero se han dejado
manipular de sus hijos con los argumentos: “la
marihuanita es solo hierba, no tiene químicos y no hace
nada.” ¡Falsa teoría!

Si los jóvenes y los padres supieran que la


marihuana (cannabis) posee 400 químicos de los cuales
60 (cannabinoides) son propios de ella y que los
manicomios están llenos de alcohólicos y adictos a esta
hierba…

Hay que aceptar que muchos jóvenes se convierten


en adictos desde el mismo hogar, donde desde chicos
aprenden muchas conductas por imitación. Existen
padres que llegan a casa ebrios, acompañados de un clan
de camaradas, empuñando todos distintas variedades de
botellas con alcohol. El rey de hogar levanta a su hijo
menor y lo presenta ante sus colegas y dice: “Miren este
es mi campeón. Cuando sea grande va a ser un duro
como yo. Tome hijo mío beba para que se haga macho
como yo”. Lo que el padre desconoce es que una copa de
alcohol para un niño de siete años (teniendo en cuenta la
masa corporal) equivale a “media” botella de alcohol.

Muchos individuos no se aceptan como son y


consumen drogas porque anhelan ser y sentir inusuales
experiencias. Experimentan el uso del alcohol y del
tabaco para sentirse mayores o para desvanecer el
aburrimiento, acoplándose a grupos de pares que ponen a
prueba a los novatos para ser aceptados, cuyos puntos
comunes se equiparan en la rebeldía, originada desde
hogares disfuncionales.

Ciertas personas ven en la drogas un refugio a los


problemas y un analgésico a los dolores del alma,
sitiando las sensaciones deseadas y no deseadas.
Planteando conflictos constantes en las relaciones
afectivas. El 90% de los adictos a las drogas han
adquirido su dependencia por “causa de las mujeres”
pero ellas no tienen la culpa.

Nadie es culpable de la adicción de algún miembro


de la familia. No obstante, todos son responsables del
tratamiento, la prevención y la recuperación. En
repetidas ocasiones, la misma familia, sin quererlo y sin
darse cuenta puede hacer re-caer a un adicto que cursa o
está desarrollando su Proyecto de Vida o Inclusión
social.

La codependencia o co-adicción es la enfermedad


mental de la familia y tiene síntomas semejantes, por no
decir iguales, que los de su familiar adicto. En
consecuencia, ambos entes necesitan tratamientos
conjuntos, pero con perspectivas individualizadas.

Solo espero que no suceda en los hogares del mundo


lo que fui testigo de vivir en otros ambientes, como en la
ciudad de Buenos Aires, Argentina, donde algunos
jóvenes consumían libremente en las azoteas de sus casas
al lado de sus padres, quienes aducían sonrientes que era
preferible que los hijos consumieran solo hierba en la
casa y no otras drogas en medio de los peligros de la
calle.
Prólogo

La demencia de la legalización

“Yo llamé a la droga como La María, ‘tan caliente


y fría’, como dice la canción, y era como una de esas
mujeres fatales tan hermosas y atractivas que uno se
enferma solo con verlas. Cuando uno de mis amigos
vino y me la presentó sentí el calor de su mano
directamente en el corazón. Solo con su saludo yo ya
estaba despistado. Ya le había escrito un poema y no
dejaba de pensar en ella. Una tarde me encontré a La
María en la calle y me abrazó como si fuera su hijo. El
calor del abrazo me quemaba en intensas llamas. Yo no
quería dejar de verla, y empecé a buscarla. Otro día me
espero a la salida del colegio y así como si nada me
saludó con un beso en la boca. Sentí con el beso todas
las emociones juntas, sin embargo, esta experiencia fue
un acto oscuro tan maravilloso y traicionero que no se
lo deseo ni a mi peor enemigo.

Una noche fue a mi casa, salí y vi a La María


parada sola temblando de frio. Ella me dijo que quería
entrar porque sabía que yo estaba solo. “Yo sé todo de
ti”, me dijo y entró abusivamente. Luego se desvistió y
se acomodó en mi cama. ‘Quiero hacerte el amor, como
nunca, como nadie,’ dijo. Finalmente, convencido del
amor que ella tenía por mí, saque de mi closet un ramo
de flores, una argolla y un vestido de novia. Me puse de
rodillas y le dije: ‘¿María quieres ser mi esposa?’ Ella
sonrió. Me miro de pies a cabeza como quien ve a un
raro espécimen. Luego chilló: ‘¿Y quién te crees que
eres? Yo nunca me casaría con alguien así tan triste e
inseguro como tú. Yo nunca dije que te quería,
simplemente que me gustabas.’ Y ese día la María me
hecho de mi casa”
(Juan C. Adicto en recuperación 43 años.)

Se afirma que de cada 100 personas solo 2 podrán


dejar las drogas, pero con el riesgo diario de
reconquistarlas. La adicción a las drogas como una
enfermedad que no tiene cura sino tratamiento, requiere
de una visión diferente ante el eminente fracaso de 30
años de prevención y tratamiento. El estado ha ido
aprendiendo de sus fracasos. Y los que han salido del
problema muchas veces ha sido por sus propios medios.

Muchas personas que han encontrado la solución a


sus problemas saben que no deben descuidarse. Algunos
les llaman milagros. Actos de valentía o aceptación e
incidencia de un poder superior en los actos diarios. Sin
embargo, como conocedor de los efectos de varias de las
sustancias psicoactivas y sus consecuencias aquí
estudiadas, considero que la legalización de las drogas
será un éxito para todos menos para los mismos
consumidores.

Colombia, que según la ONU, redujo su producción


de cocaína de 680 a 330 toneladas entre 2004 y 2010. En
México, el volumen de ciudadanos que afirmó haber
probado la cocaína salto del 1,2% al 2,4% entre 2002 y
2008. El caso colombiano siguió un patrón similar. Y en
el mundo estas actividades generan un negocio de US153
mil millones al año.

Hoy en día hay más de 16 millones de personas que


consumen cocaína y más de 170 millones que consumen
marihuana en el mundo. Esto significa que la marihuana
es altamente adictiva y por influencia de la patología
hace que los adictos a esta sustancia sean quienes más
promulguen sin saber ni aceptar completamente las
secuelas la legalización. Es que desenamorarse de las
drogas no es nada fácil. Esta decisión radica en
renunciar no solo a la habituación del consumo en sí, es
decir a adquirir la abstinencia total, sino en prepararse
para ser incluido en la interacción social con entes
extraños que nunca conocieron de ellas. De tal manera,
antes que se empiece a recorrer el camino de la
legalización, se debe proceder inicialmente a la
reeducación y rehabilitación de las familias de los
adictos y a la sociedad en general.

Cuando alguna vez trabajamos en rehabilitación con


personas adictas internas en comunidades terapéuticas,
se enfatizaba en altos porcentajes en los pacientes más
que en los co-dependientes, quienes al desconocer
acerca de los tratamientos precipitaban la recaída
inmediata de sus familiares quienes trasmitían un cambio
físico inminente sin poder incluso querer renunciar
voluntariamente a su desconfianza, incredulidad o
demasiado apremio afectivo hacia ellos.

No obstante, teniendo en cuenta las políticas


nacionales en lo concerniente a la Salud Mental, se ha
estado implantando una conceptualización basada en la
reducción del daño. En otras palabras, al reemplazo de
una droga psicosomáticamente menos degenerativa que
otra.
Son muchos los casos donde personas adictas a la
heroína suspendieron este consumo por los efectos
deshinibitorios y los sosiegos de ansiedad generados por
la marihuana. Pero por infortunio para los que
desconocen que la marihuana, alucinógeno que contiene
400 químicos y que al combinar esta sustancia con el
bazuco (diablito) a largo plazo, por ejemplo, es probable
que la persona pueda adquirir tumores cerebrales,
demencia y por ende medicación química de por vida. Y
es que la decisión sabia de EE.UU de prohibir la cocaína
en 1914 y la heroína años más tarde como una medida de
salud pública para impedir que la adicción cobrase
dimensiones de epidemia incontrolable no ha pasado a la
historia. Si la nicotina (la sustancia más adictiva de
todas) y el alcohol, son tal vez las más peligrosas para el
ser humano, no es extraño que la legalización de la
marihuana u otras drogas terminen formando parte del
circulo vicioso en la multiplicación del número de
adictos sobre todo hacia sustancias que generan más
dependencia y en consecuencia más violencia y
delincuencia como los estimulantes entre ellos el bazuco.

En conclusión, no es conveniente legalizar las


sustancias psicoactivas de una manera totalitaria. ¿Dónde
quedarían entonces los menores de edad? ¿Si es allí de
donde provienen todas las dependencias y trastornos de
la personalidad?

Hay que reconocer que legalizar es no penalizar y


hay que tener conciencia si la legalización está por
encima de los intereses económicos o de la salud social.
UNO

Un minuto de silencio
por la historiografía de las drogas

Cuenta Homero en la Odisea:

“Entonces Elena, hija de Zeus ordeno otra cosa.


Echo en el vino que estaban bebiendo una droga contra
en llanto y la cólera, que hacia olvidar todos los males,
quien la tomare, después de mezclarla en la cratera, no
lograba que en todo el día le caiga una lagrima en las
mejillas, aunque con sus propios ojos vea morir a su
madre y su padre o degollar con el bronce a su
hermano o a su mismo hijo”

5.000 A.C.: El hachís y la marihuana son utilizadas


como narcóticos por los antiguos pueblos chinos, árabes,
griegos y persas.

4.000 A.C.: La coca era utilizada por los pueblos


preincaicos del Perú para combatir el soroche o mal de
las alturas. Regalo del rey Sol a las clases altas de la
sociedad.

2.000 A.C: El tabaco era conocido en


Centroamérica y Perú antes de la llegada de los
españoles. El principio activo del tabaco es la nicotina,
la droga más adictiva de todas.

Época clásica: griegos. Vino (dios Dionisio)

Asia: Secta “hashishins” (cannabis)-Asesinos.

Siberia: hongo Amanita Muscaria. Alucinógeno.


Edad media: Brujas. Mezclas (belladona, beleño y
mandrágora). Piel-vagina sensación de volar, salir del
cuerpo, o transformarse en diversos animales.

1492: El tabaco es traído a América.

1536: Hernán Cortez, introdujo marihuana en


México

1578: China «La adormidera produce un


medicamento que cura, pero que mata como un sable.»

1759: Los primeros arbustos de coca fueron


llevados de Sudamérica hacia Europa.

1805: Se aísla y se extrae la morfina del opio.


Friedrich Seturner aisló el principal componente del
opio al que se denominó con morfina nombre derivado
de Morfeo, Dios griego de los sueños.

1833: Utilización de la cocaína como anestésico


local, en operación oftalmológica.

1844: “Gas de la risa” (óxido nitroso) anestésico


general.

1846: El Éter

1850: Se introdujo la marihuana en medicina en


Europa

1859: Albert Niemann logra el aislamiento del


alcaloide de la coca y nace la “Cocaína”, servirá como
anestésico local.

1898: Se sintetizo la heroína del opio, una de las


drogas más peligrosas.

1900: Anfetaminas, usos farmacéuticos


1914: Muchos países intentaran prohibir la venta del
alcohol. Estados Unidos reúne 6.000.000 de firmas y en
1920 aprobaron una nueva ley, “La Ley Seca”. Con esa
ley pretendían que se cerrasen las cárceles y se acabaran
con los problemas sociales derivados “supuestamente”
del alcohol.

1960: LSD. Psicodélico: sonido al color y color al


sonido

1962: Se aprobaron las anfetaminas como agentes


anoréxicos

1975: La OMS definió los conceptos de droga,


fármaco y toxicomanía

1980: Cocaína-Bazuco-Crak-Inhalantes

1990: El éxtasis + alcohol= explosión del alma

2013: Cokadril, la droga que te come vivo.

2014: La Cripa: “Arrastrase”

2015: Dragonfly: El poder de alucinar

DOS

La familia que incita a consumir

Los factores de riesgo se entienden como situaciones


y condiciones que hacen que un individuo se predisponga
al inicio o mantenimiento del uso y abuso de sustancias
psicoactivas. Estos factores tienen que ver con el entorno
o el medio donde el individuo se encuentra, escaso a las
defensas de manejo, autocontrol y apoyo.
Los factores de protección en cambio, son todas
aquellas herramientas que el individuo emplea para
prevenir una posible adicción o para no volver a
reincidir en ella.

Madre alcahueta, bebés adultos

“Mi madre siempre celebraba con las visitas todas


las travesuras que había hecho de niño. Ahora en
adulto no hace más que lamentarlas.”
(Mateo, 38 años)

Es una realidad, y nadie lo discute, el amor de una


madre es el más puro e importante después del de Dios.
Pero el amor patológico de una madre sobreprotectora
hacia un hijo, en el mundo de hoy, puede desencadenar
grandes torrentes de problemas. Conozcamos algunas
definiciones adaptadas a nuestra investigación:

Madre separada: mujer que ha anulado los vínculos


del matrimonio

Madre soltera: mujer que ha engendrado fuera del


vínculo del matrimonio

Madre cabeza de familia: madre que ha anulado los


vínculos del matrimonio o ambas cosas o por causa
involuntarias a ella. Pero también hace las veces de
padre de familia.

Madre alcahueta: mujer-madre cómplice y auto


cegada especialmente para los errores y desaciertos que
protagoniza su hijo.

Alcahuetear: el diccionario de la Real Academia de


La Lengua Española define este verbo como: “Persona
que concierta, encubre o facilita una relación amorosa,
generalmente ilícita.”
2. m.y f. coloq. Persona o cosa que sirve para
encubrir lo que se quiere ocultar.

La madre alcahueta desconoce el significado del


Amor Responsable. Para ella su hijo siempre será el
mejor de todos. Su criatura es intachable. Incuestionable.
Todo lo malo que dicen de él es una gran mentira.
Cuando comete un error responsabiliza a los demás
excepto a él. Lo complace con regalos los merezca o no.
Tiene miedo que su hijo deje de hablarle cuando le niega
una petición. No hace más que repetir por el celu a todas
sus amigas las pocas cualidades que tiene él.
No duerme cuando él no va a darle las buenas
noches o no le pide una bendición. La madre alcahueta es
una mujer temerosa de quedarse sola y que su hijo la
cambie por otra madre, por otra mujer que supla los
afectos de mejor manera que ella.

“Mi madre siempre vio a mis novias horribles


como extraterrestres o muñecas de trapo. Nuca eran
para mí. Por eso siempre les tiró las puertas en la
cara.” (Danilo, 40 años).

Los hijos de una madre alcahueta, generalmente


fracasan en su proyecto de vida. Siempre serán
dependientes, porque aún están ligados al cordón
umbilical. No pueden llevar a término un proyecto y
renuncian a sus trabajos cuando ven la alta
responsabilidad que se les aproxima. Les gustan las
cosas fáciles. No se esfuerzan. El ego es alto. Son
tímidos y murmuradores. Maleducados, no saludan y se
esconden cuando llegan las visitas. Piden favores y creen
que los demás están en la obligación de asistirlos
gratuitamente en todo. Critican a los demás que los
superan en cualidades. La madre alcahueta exagera frente
al público los besos y los abrazos. Es sobreprotectora.
Vigilante. Manipuladora y en consecuencia manipulable.
Ha obtenido varios premios Óscar en el arte dramático
de las lágrimas. Se arriesga a reprender pero en 8
segundos mima con triple porción de postre.
Un alto porcentaje de los hijos de una madre
alcahueta fracasan en sus relaciones de pareja, porque la
mujer no suple los afectos que su madre le daba en sus
años maravillosos de la infancia. Existe un viejo adagio
que dice: “El hombre se casará con la mujer que más se
parezca a su madre.” Tal vez este sea un aforismo de un
hijo víctima de una madre permisiva.

¿Pero cuál es el fin de esta bella historia de amor


patológico?

Generalmente el hijo de una madre alcahueta, uno,


que ha tomado la decisión de no casarse nunca, y otro,
que nunca puedo amar a una mujer “extraña”, y que nunca
pudo convivir (casi siempre por culpa del alcohol y las
SPA) con una mujer que entregó su juventud a un
“hombre-niño” que la conquistó por su ternura infantil
engañadora, por su caballerosidad de madera, porque
pudo pagar el boleto (con el dinero de su madre) el
crucero del amor que los llevó a viajar por el mundo
sobre un amor de sueño que bañaba esa isla de la
fantasía.

Pero cuando todo acabó. Cuando su madre se dio


cuenta que siempre había sido usada y cuando llegó la
hora de trabajar, y de valerse por sí mismo, el hijo de la
madre alcahueta se separará de su mujer y volverá a
pedirle perdón de rodillas a su madre con quien vivirá el
resto de su vida hasta que la muerte los separe.

Nos preguntaremos entonces ¿Cuál es el origen de


las madres alcahuetas? Son madres que provienen de
hogares disfuncionales, de padres ausentes, de haber
sido abandonadas o maltratadas o engañadas por sus
esposos, de baja autoestima, producto de la apariencia
social.

¿Cómo dejar de ser una madre alcahueta? Una madre


deja de ser alcahueta cuando practica el amor
responsable.
(Ver capítulo 5.)

“Nunca creí que mi hijo me hubiese estado


mintiendo. Siempre me juró que nunca probaría las
drogas. Pero cuando le descubrí un montón de esa
marihuana dentro del colchón, me quedé petrificada.
Muerta en vida. No supe que hacer. El me confesó con
una gran sonrisa en los labios que consumía esa
maldita hierba desde hacía tres años.”
(Elvia, Madre Soltera, 35 años)

Cómo no ser papá de un adicto.

Juan Manuel (52 años), confiesa que durmió al


rincón de la cama de sus padres hasta los 7 años y fue
testigo de varios acontecimientos, que nunca hubiese
querido presenciar. Juan Manuel recuerda cómo su
padre llegaba ebrio y obligaba a su madre a tener sexo
todas las noches. Juan Manuel recuerda que su padre le
clavaba la mirada brillante a él y con la boca echando
espuma le acariciaba el cuello y le decía que durmiera
y que no pasaba nada. El niño fingía dormir e inmóvil y
con los ojos cerrados escuchaba los gemidos de su
padre y el terremoto de movimientos abusando de su
madre, amando aterrada, resistiéndose al abuso de la
relación.

“Desde ese día vi a mi padre como un abusador


—cuenta Juan Manuel—. Lo vi como un ser
despreciable, repugnante, lo vi como una bestia que
montó ebrio a mi madre y engendró otra bestia.”

Con el tiempo Juan Manuel se convertía en su


propio asesino y gran abusador de las drogas y de las
mujeres, terminando abandonado en la calle con un
disparo en la cabeza.

Padre Ausente: Es aquel que aunque presente, no


se manifiesta en las decisiones para el funcionamiento de
hogar. También es aquel que ha abandonado a la familia
por causa de la infidelidad de algunas partes, por
consumo de alcohol y drogas, por huir de la
responsabilidad o por la intolerancia en la relación
afectiva.

Efecto Negativo: En cuanto a las hijas del padre


ausente, ellas buscaran afecto en hombres mayores. Un
gran porcentaje de estas niñas sufren embarazos
prematuros desde los 11 años en adelante. Son
vulnerables a la presión de grupo y por ende al consumo
de drogas.

Padre Autoritario: Aquel que concentra todo el


poder en sus manos. No consciente opiniones ajenas a
las suyas. Tiene un juego mental que afirma: “Quien no
está conmigo es mi enemigo”. Rígido y displicente,
ególatra y critico constante, define el destino de los
demás como un vidente. Busca ser el centro de atracción
y se reelige una y otra vez como el rey del hogar.

Efecto Negativo: Crea hijos tímidos, introvertidos,


aislados, sin sueños, con complejos de inferioridad.
Finalmente se rebelan y se convierten en violentos,
malos estudiantes y desertores de la escuela. Son
vulnerables a la presión de grupo y por ende al consumo
de drogas.

Padre Castigador: Cargando con el gran defecto


del perfeccionismo, el padre castigador no admite falla
alguna de parte de su víctima. Como fue creado de la
misma manera, convive de una manera amenazante,
advirtiendo de antemano las consecuencias de las fallas,
los errores o los tropiezos. Sus castigos con vara son
exagerados. Sus castigos con encierro y sin comida son
torturadores.

Efecto negativo: Forma hijos resentidos,


vengativos, rebeldes, sin sueños, líderes y partícipes de
Bullyng en la escuela. Son vulnerables a la presión de
grupo y por ende al consumo de drogas.
Padre adulador: Con ausencia de carácter y
liderazgo, este padre comete el error de corregir y de
adular. Es víctima de mentiras y engaños. De burlas e
irrespetos. Inseguro. Desconoce el amor responsable. No
tienen autoridad. Carente de iniciativas y pide mucho
asesoramiento en la toma de decisiones.

Efecto negativo: Hijos emocionalmente débiles.


Dependientes. Vulnerables a las frustraciones y a
recuperarse de ellas. Son sensibles a la presión de grupo
y por ende al consumo de drogas.

Padre Democrático: Siempre tiene es su hogar la


urna de los afectos y las decisiones. Pide opiniones y de
todas toma la suya para el beneficio de todos. Conoce y
practica el amor responsable. Hace respetar cuando
amerita la situación y con razón de peso el NO como
respuesta.

Efecto Positivo: Hijos triunfadores. Responsables.


Sociables. Líderes espirituales.

Los efectos negativos que acabamos de representar


en las actuaciones de los padres más disfuncionales,
desencadenan rebeldía y violencia con defectos
devastadores en la interacción de los hijos en la
sociedad. Sin embargo, en la actualidad existen también
padres solteros, abandonados a su suerte con hijos
pequeños y muchos alcahuetes, que conceden toda clase
de caprichos a sus hijos cumplan o no con los principios
del amor responsable.

Mi hijo amado y mi hijo calavera

“Yo escuche decir a mis padres, una vez cuando


peleaban en el cuarto, que se habían casado por culpa
mía, porque ella había quedado embarazada sin
quererlo. O mejor para amarrarlo a él. Y que ella no se
iba, para que mi hermano no sufriera.”
(Juan, 17 años)

En muchos hogares disfuncionales son comunes las


preferencias hacia los hijos. Esta desigualdad de
proporciones en el afecto y el amor irresponsable, crean
en el otro resentimientos y deseos constantes de
venganza.

¿Qué hace que algunos padres prefieran a unos hijos


más que a otros? Desafortunadamente, existen los hijos
mal llamados “indeseados”, en el sentido que no fueron
planificados dentro del matrimonio, entendiéndose como
la concepción de hijos engendrados por placer y no con
amor.

Muchas veces los hijos no deseados cargan con


todos los infortunios del hogar: son aquellos quienes
arrastran con el peso de la mala suerte, el fracaso, y en
consecuencia son el saco donde se desahogan con golpes
los fracasos de los padres.

También estos hijos son testigos directos de cómo su


padre putativo premia constantemente a su hermanito que
tiene todo lo que él no tuvo. Este padre que tiene que
alimentar una criatura que no es la suya, y que no se
parece en nada a él, sufrirá una perturbación constante,
tratando de arrancar de raíz los rasgos físicos y
emocionales de su padre ausente, de ese hombre que
tanto le hace recordar a su esposa.

Estas dos semillas regadas con agua que fluye y con


agua estancada, esas dos vidas que se desarrollan con un
abrazo frío y el otro caluroso, representan el libre
albedrio de los pasos que eligen los buenos y los malos
caminos.

Luego los resultados desproporcionales empiezan a


percibirse en cada una de las actividades que los dos
hermanos desarrollan. El hermano, no más inteligente y
el más estudioso que obtiene mejores calificaciones que
el otro. El hermano dedicado llega a casa con el pecho
lleno de medallas, mientras que el otro trae una carta de
citación por mala conducta y mientras recibe el castigo
sonríe con sarcasmo, contemplando a su hermano que
estrena un nuevo regalo que él siempre quiso tener.

Los hermanos han sido rivales desde el instante en


que ambos se nivelaron en el uso de la razón, pero esta
rivalidad no fue creada por ellos sino por los mismos
padres que los compararon frente a los ojos del mundo
que conoció palmo a palmo los logros y fracasos de los
muchachos.

Finalmente el hijo calavera, el “malo del paseo”,


decide marcharse de casa o salir a buscar a sus amigos
que como él sufren los mismos abusos de desigualdad
afectiva por parte de sus padres.
(Ver capítulo Presión de grupo)

Yo separo, tú separas, él separa,


nosotros nos separamos.

— ¿Hijo qué son estas horas de llegar?


— Mamá no moleste.
— ¿Y cómo te atreves a contestarme de esa
manera?
— Mamá, ya cumplí 16 y ya puedo
cuidarme. Además yo no ando solo.
— Sí ya sé con quién andas.
— ¡Con mis amigos no se meta mamá!
— Hijo, yo te digo todo esto porque te amo.
— Pero yo no te amo mamá ¡Te odio! Yo no
soy mi papá. No te confundas. Tú tienes la culpa de que
él nos haya dejado.

Las separaciones conyugales como factor de riesgo


de consumo de sustancias psicoactivas especialmente
presente en los jóvenes, está contaminada por culpa y a
la vez por sentimientos permanentes de parte y parte. La
misma historia se repite en muchos hogares
disfuncionales. El padre huyó del hogar porque reñía
constantemente con su esposa debido a factores como la
irresponsabilidad derivada de un consumo de drogas,
violencia y maltrato psicológico e infidelidad o porque
la esposa decidió abandonar al marido porque
necesitaba realizarse como mujer al lado de un hombre
con visiones diferentes.

Las separaciones se ejecutan sin duda por falta de


amor o por falta de conocimiento de estrategias maduras
e independientes en el manejo de las dificultades, que
afectan a todo aquel que rodee el ambiente de la unión
conflictiva. Los resultados son desastrosos.

La culpa ronda por la casa como una sombra de


pesadumbre, depresión y resentimiento. El hijo llega
tarde de la noche y la madre le abre la puerta. Ella le
reclama angustiada por su estado de ebriedad.

El le responde con palabras soeces que no lo


moleste, que pronto cumplirá 16 y que él ya puede
cuidarse solo. La madre suplica de rodillas. Y le dice
que lo ama y que por eso se preocupa. El joven le
contesta que lo deje tranquilo, que no quiere saber nada
de ella, porque la odia y le dice que por culpa de ella el
papá se fue de la casa. El joven saca un cuchillo y lo
coloca sobre la mesa. La madre esta aterrada. No sabe
qué hacer. A quién podría llamar? El hijo camina hacia
su cuarto, le dice que ni se le ocurra molestarlo o que no
responde. Cierra la puerta. Y consume drogas hasta el
amanecer.

Este asunto es uno de los más significativos en la


recuperación de una persona adicta y la co-
depedendiente, porque expone una patología tanto para la
madre que compara el hijo a partir de la culpabilidad
mutua.
Muchas veces esta fase, que yo describo como:
“Etapa del error”, donde los dos entes aunque no lo
acepten son los únicos protagonistas de la iniquidad y de
la solución, intenta proponer una fantasmagoría de las
responsabilidades pero a la vez es la que ofrece los
pretextos y las justificaciones para alimentar una
adicción a los problemas. Sin embargo, los grandes
problemas tienen grandes soluciones. Y como dijo alguna
vez el padre de familia y Contador Público Henner G:
“Problema que no tiene solución, no es problema.”

Un sentimiento como una emoción que se enraizó y


se hizo duradera a partir de estados de ánimo retentivos,
como las emociones de ira que genera el maltrato, por
ejemplo, con el tiempo se convierten en recuerdos
imborrables y repetitivos, difíciles de “exorcizar” e
incluso extirpar de la memoria. Muchos reiteran en
expresiones como “no puedo olvidar lo que me hizo”.
Pero en esta parte no se trata de olvidar sino de superar
las experiencias trágicas con la aceptación.

Los maltratos y abusos, problemas de adultos,


soluciones de jóvenes

— Carlos quiero contarle que anoche consumí


marihuana y cripa.
— ¿Y por qué lo hiciste?
— Porque tengo muchos problemas
— ¿Y cuáles son tus problemas?
— Alguien abusó de mí.
— ¿Y qué otros problemas tienes?
— Lo normal. No he vuelto a ver a mi papá y mi
novio se acostó con mi mejor amiga
— Mira, tú no tienes ningún problema, los
problemas los tienes ellos…

La patología de la adicción se aprovecha de las


desgracias ocultas. De las tragedias secretas,
multiplicando los dolores, los traumas y las secuelas,
haciendo más difíciles las recuperaciones. Muchos
jóvenes y aun adultos almacenan en su disco duro
experiencias dolorosas que no han podido o no han
querido expulsar, porque se han convertido en adictos a
los problemas. Y el cerebro, inconforme con lo que
guarda, busca más conflictos para justificar un rencor, un
abuso para continuar con la dependencia que sea.

Con todo, la persona adicta será el pasajero de sí


mismo por el círculo disoluto de la amargura,
culpándose de su mala suerte y de su destino de
destrucción. Hoy por hoy, la violencia y la rebeldía son
para los jóvenes una manera de reclamar por su pasado o
por los abusos que les cometieron a sus amigos. Siempre
tiene que haber algo por qué consumir, por qué evadir.
Por qué morir.

Es más complicado tratar el abuso a los menores de


edad con discapacidad auditiva (sordomudos) porque no
van a poder expresar acerca de sus traumas y por esto
son muy vulnerables. De tal manera, es importante que la
familia o los acudientes estén al tanto de la breve
aprehensión de su lenguaje de señas.

Estos abusos y maltratos acarrean graves


consecuencias en la edad adulta. Son muchos los casos,
donde los niños abusados, a veces por otros menores,
han crecido con conflictos en su identidad de género, en
consecuencia, una persona homosexual-adicta tiene más
complicaciones para su recuperación, porque hay que
trabajar sus dos patologías por separado y muchas veces
puede precipitar la recaída hacia la otra y viceversa.
TRES

Papas adictos, hijos ansiosos

Las píldoras de mi madre

Mi madre toma píldoras para madrugar


o para acostarse temprano.
Las toma para subir de peso,
para bajar, para tener apetito o para trasbocar.
También lo hace cuando esta de mal humor
al no encontrar la píldora indicada,
cuando la entristecen los rosarios
de frases vacías que cuelga en las paredes
o cuando quiere morirse de la risa.

Mi madre toma píldoras antes y después de


discutir
con mi padre o cuando no van a cruzar palabras.
Cuando le produce calor ver el armario
atestado de ropa desordenada
o cuando siente frio en el gotear de la lluvia
que golpea los cristales de la ventana.

Ella dice que las píldoras son un antídoto


contra sus jaquecas y que reduce el dolor de sus
piernas
cuando se la pasa días enteros parada frente al
espejo.
Sin embargo, las píldoras le dan aire
cuando se asfixia al contemplar sin parpadear
el fondo agitado que forman los vasos con agua
sobre la mesita a orillas de la cama…de la nada.

Mi madre toma píldoras


para el dolor de estómago por tomar antas
píldoras
y para allanar las gradas de arrugas
que aún no se le ven.
También toma juiciosamente las capsulas
que le receta su médico cuando no lo quiere ir a
ver.
¡Pero ella también sonríe!
Cada vez que oprime una pastilla entre los
dientes…

A veces, cuando quiero visitarla,


verla a lo lejos o hablar con ella
y aprovechando que la puerta está abierta,
entro a su habitación con un ramo de flores,
pero ella nunca se despierta,
entonces, las ordeno a sus pies
y me alejo con mi sombra que la estorba
por los destellos que producen los ojos de mi padre
que nos mira desde el umbral…
Yo creo que ella también toma píldoras
para hacerse la dormida.

Siempre he estado de acuerdo con mi padre


cuando le dice que debe escoger
entre sus benditas píldoras o nosotros.
Entonces, ella grita enfurecida
y le contesta que se calle la boca,
porque es por culpa de las benditas píldoras
que ella nos tuvo a nosotros.
(Andrea, 15 años)

El efecto de las drogas reflejado en las personas


adictas es una metáfora de la locura. Y esa premonición
de los resultados por abuso de sustancias psicoactivas es
percibida diariamente por los hijos ante sus padres
farmacodependientes.

Los padres adictos al alcohol u otras drogas,


muestran sus debilidades sobre todo cuando están
abstemios. ¿Pero cómo se puede percatar que un padre,
por ejemplo, es alcohólico? Una persona que consume
alcohol cada 8 días es un alcohólico crónico. Y el uso
del Irámetro facilitaría medir su grado de adicción. Un
hijo o un miembro de la familia puede empezar ayudando
a su padre o madre planteándole la siguiente pregunta:
¿Papá tú puedes dejar de tomar? El padre contestará con
el orgullo que lo caracteriza: “Claro hijo yo dejo de
tomar cuando quiera.”

Entonces, el padre tratará de cumplir la promesa lo


mejor que pueda. Desempeñará los primeros días de
abstención su papel de hombre con sano juicio de la
manera más intachable. Inimitable. No fallará porque no
quiere ser señalado ni confrontado en su adicción.
Llegará temprano a la casa, será responsable con las
obligaciones y firmará muchos compromisos, que
cumplirá sin duda los primeros días.

Pero con el tiempo, si el padre repentinamente


empieza a cambiar su comportamiento, si le molesta que
le hablen, si no le gusta ningún programa de televisión, si
se convierte en el fiscal acusador de los errores de los
demás, si sus movimientos se vuelven torpes o cualquier
gripa lo tira a la cama y su intolerancia ha llegado al
límite, el Irámetro le va a revelar que el padre necesita
tomarse un trago.

Una de las mayores patologías psicológicas que


causa la adicción al alcohol es la celopatía o celotipia.
La mayoría de las personas que abusan del alcohol
padecen de celos y desconfianza, creando un
caleidoscopio o una película hacia la conveniencia que
le exige su zona de gratificación cerebral. Conozcamos
este aspecto en una pequeña historia:
Historia de un celoso

Hubo un hombre que bebía todos los días en su


casa. Como tenía mucho dinero, había renunciado a su
trabajo y se había dedicado a vivir protagonizando
todo tipo de excentricidades. Una de ellas era dedicare
a beber a escondidas de su familia. El hombre había
camuflado pequeñas botellas con toda clase de alcohol
en sitios estratégicos a lo largo y ancho de toda la
casa. Ocultaba sus frascos dentro del agua del taque
del sanitario, detrás de los libros en su biblioteca,
dentro de una estatua del Quijote de la Mancha, entre
las raíces de las plantas o entre su caja de
herramientas.

Un día, el hombre percibió el aroma de una loción


que no era la suya. De inmediato se levantó del sofá y
llamó a su esposa. Le obligó sentarse frente a él y le
interrogó:

— ¿Dime quién estuvo aquí?


— ¿De qué hablas? Aquí no ha venido nadie, -
dijo su amada esposa.
— ¿Ni siquiera el mensajero?
— Nadie amor, te repito que no ha venido nadie.
— Pero yo huelo una loción que no es la mía y
estoy seguro que aquí estuvo alguien…

El hombre encendió un tabaco y desapareció


echando chispas de dudas hacia el jardín. Al día
siguiente, escuchó a su esposa hablando por el celular
Ella alegre y complacida con el diálogo, decía sentirse
cansada con su actual situación y le prometía a su
receptor que algún día escaparía con él. El hombre
corrió donde ella, arrebató su celular de las manos y lo
destrozó contra la pared. Le preguntó enseguida que
con quien hablaba. Ella le respondió llorando que era
su madre, pero él continuó golpeándola hasta la
madrugada.
Con el tiempo, las cosas empeoraron para la mujer,
porque el hombre a medida que aumentaba las dosis de
alcohol, torturaba a su esposa de todas las formas: el
hombre radical en sus deducciones, estaba convencido
que algunos de sus suéteres no eran de él al igual que
algunas prendas de ropa interior; el hombre aseguraba
que su esposa escondía un amante en el armario,
debajo de la cama, en el jardín e incluso dentro del
refrigerador.

Por estas revelaciones y por muchas otras, el


hombre tenía la razón de hacer que su mujer
renunciara a su trabajo, se dedicara a cocinar y, por el
bien de los dos, la casa debía estar todo el día
asegurada con llave.

Hasta que un día, la mujer estaba inclinada frente


a la mesa de la cocina, preparando la cena, y su esposo
yacía inmóvil sentado a una distancia desde donde
estaba al tanto de cada uno de sus movimientos. De
pronto vio que un hombre desnudo, rubio y de ojos
claros, que lo superaba en todos sus atributos, abrazó a
su esposa por la espalda. El hombre corrió gritando
como un demente, agarró un puñal y acabo con su
rival. Pero, lo que vio agonizando en el piso, no fue al
hombre, sino a su hermosa y fiel mujer.

¿Y qué sucede con los hijos frente a este tipo de


dificultades? Algunos optan por huir. Otros por apoyar a
su padre o madre víctimas y otro grupo determinan en
mutuo acuerdo abandonar o expulsar del hogar a la
persona adicta.

Los hijos, generalmente co-dependientes, que sufren


la secuela de la adicción de sus padres, deambulan
ansiosos, deprimidos, estigmatizados, avergonzados,
resentidos, con sentimientos de culpa e impotentes ante
la injusta vida que los correspondió vivir. Sin embargo,
también hay hijos que emprenden una odisea
inalcanzable en búsqueda de ayuda.

Muchos de los hijos de padres adictos crecen con la


inseguridad emocional y afectiva, entrando en una
ingobernabilidad perpetua, porque quien debería educar,
orientar o dar ejemplo, está haciendo todo lo contrario.
Entonces, cuando el joven ha cometido algún error tendrá
los grandes argumentos de decir que no existe autoridad
moral en la casa para corregir a nadie.

Los hijos nunca son culpables y mucho menos


responsables de la situación de sus padres, pero muchos
de ellos, a pesar que los padres repiten que no pueden
prometer un cambio inmediato, toman las armas para una
probable recuperación. Otros hijos, que han abandonado
muchas de sus actividades propias de su edad, optan por
renunciar a esta obra cuyos frutos no se ven por ningún
lado. Culpabilizan a todo el mundo indiferente ante su
situación y otros terminan suministrando las drogas a sus
padres para amortiguar su sufrimiento en la calle.

Una de las salidas de ese atolladero oscuro


cercenado en el pecho con tanta ansiedad es que los hijos
sigan siendo eso: Hijos, no padres, redentores,
salvadores, terapeutas o psicólogos. Los hijos deben
establecer límites y condiciones. No dejarse manipular
con el sufrimiento aparente, no darles dinero o artículos
suntuosos para verlos felices por cortos momentos.

Deben separarse cuando hayan fallado y no estar


cerca de sus tropiezos. Si tomaron la decisión de irse y
caer, ellos sabrán cuando el tiempo y las circunstancias
de situaciones denigrantes, les ayuden a levantarse.

Mientras tanto los hijos deben continuar con su vida


diaria, practicando el amor responsable, sin lanzarse al
abandono, sin seguir el mal ejemplo que les da su padre,
porque si están al tanto de su situación, es ilógico que él
sea un ídolo digno de imitar, pero sí de perdonar, amar y
aceptar.
CUATRO

El Amor responsable, la justicia en la crianza

Es una realidad que el amor hacia los hijos después


del de Dios es el más importante e imprescindible para
todo ser humano. Sin embargo, el amor mal enfocado o
dirigido puede desencadenar disfunciones en cualquier
hogar. La mayoría de las personas adictas a las
sustancias psicoactivas son rebeldes, desobedientes y
anarquistas. Por algo el primer paso de los libros de
Alcohólicos y Narcóticos Anónimos afirma:

Primer Paso: Admitimos que éramos


impotentes ante
el alcohol (drogas), que nuestras vidas se
habían vuelto ingobernables.

Yo he afirmado que la persona más orgullosa que


existe en el mundo en relación con las adicciones es el
Habitante de Calle, porque siempre fue sabio en su
propia opinión, nunca siguió un consejo e incluso el buen
ejemplo de nadie y siempre tuvo conflicto con la norma y
por ende con la autoridad. Sucede lo mismo con el menor
infractor, hijo de padre sustituto; niño maltratado que
escapó de la casa y se hizo morador de la calle y un
abusador de los inhalantes (pegantes).

En un estudio reciente en algunas instituciones


educativas del área metropolitana de la ciudad de San
Juan de Pasto (Colombia), identificamos que los
estudiantes con mayores problemas de indisciplina eran
los de los grado 6° y 7°, algo paradójico, porque se cree
que quienes adolecen de más síntomas para reaccionar
negativamente son los educandos de los grados 10° y
11°.

Fuimos testigos estupefactos de cómo unos


pequeñines lideraban el grupo y amenazaban a los
docentes con palabras violentas y soeces. Los salones
eran un carnaval de dolores, por donde volaban las hojas
multicolores arrancadas de los cuadernos de los mejores
estudiantes. Algunos chicos de apenas 10 años aducían
que ya habían probado la Cripa y habían intimidado a sus
padres con lesionarlos físicamente.

Entonces se concluyó que los chicos iban a


desahogar todos sus conflictos represados a la Escuela,
donde los docentes siempre estaban en desventaja,
porque jamás podrían reprender física ni
psicológicamente a los menores estudiantes. En
consecuencia, la gran responsabilidad sin duda alguna,
en el caso de los estudiantes de 6° y 7° grados, era la
mala manera de los padres en emplear el amor
responsable en sus hijos.
¿En qué consiste entonces el amor responsable? El
amor responsable es ejercer justicia en la crianza con
equidad. Es decir, que cuando un hijo comete un error se
lo reprende haciendo lo posible por no agredirlo
físicamente, sino sustrayéndole privilegios materiales
como decomisarle los videojuegos, el celular, el Tablet,
el acceso a internet e incluso salir a reunirse con sus
amigos, entre otras muchas cosas.

Pero si el chico, en cambio se ha portado bien (ha


obtenido buenas calificaciones, por ejemplo) es
importante que sean exaltados sus logros, inicialmente
con un abrazo y las expresiones propias de
congratulación y luego si existe la posibilidad otorgarle
alguno de los objetos o beneplácitos arriba mencionados.
En conclusión, el Amor Responsable no es otra cosa que
racionalizar y sopesar el afecto y saber diferenciar con
carácter y humildad el bien del mal que heredaremos
para nuestros hijos.

CINCO

El consumidor de drogas como actor del gran


teatro del engaño de las canciones del Despecho.

“El amor es un apellido del que ningún nombre


quiere hacerse cargo.” (h.g.r)

Celebraciones mensuales
I
Esa mañana del 30, Efraín se lavó más que de
costumbre. ¡No terminó su café, y, hasta hizo a un lado
el hígado que tanto le había encantado en el desayuno!
En cambio, fue a pedirle a su padre el dinero de
siempre, porque ya había llegado el fin del mes. Su
padre, atrincherado atrás del periódico, le estiró el
brazo como un muñeco de trapo. Entonces Efraín saltó
la verja y corrió con dirección a la Casa del Ponqué.
Adquirió allí la torta menos dispendiosa y un litro de
refresco.
Luego escribió en la tarjeta de cortesía: “Mi amor,
como dice mi madre, que todo sea por el bien de
todos... ¡Felicitaciones! E.”
Después cerró la tarjeta con la perturbación de un
canario que canta maquinalmente en su jaula. Y caminó
despacio, embebido en medio de las calles, saboreando
en las hojas de los álamos su futura carrera de
veterinario.

II
Los padres de María, que irrigaban las rosas y
trataban de formar una cigüeña con los abrojos del
ciprés, vieron a Efraín llegar con el mismo legado de
los últimos meses. No obstante, en esta oportunidad lo
recibieron con más cordialidad que otros días. Ya no le
dijeron que esperara en la sala sino que lo hicieron
seguir hasta la estancia rosada donde descansaba
María. ¡Era tan mesurado y tan bello el niño que se
había propuesto solemnizar todos los meses con pastel
y refresco la fecha en que se conocieron!

III
María adosada en el espaldar de su cama junto a
una copa acanelada, recibió la torta y leyó la tarjeta.
Luego se bebió el agua para poder brindar con el
refresco. Efraín, con el rostro envuelto en una máscara
absorbente de suspicacia, tocó la frente exangüe de
María. Le quitó las sábanas para que se refrescara un
poco, pero después, muy eufórico, volvió a cubrirla y
golpeó con su botella la copa de ella... Sonrió cuando
vio entre sus piernas la toalla higiénica.[*]

Tal vez ni aún los grandes sabios de la antigüedad


lograron definir y convencer con palabras justas el
significado exacto de la palabra AMOR. ¿Acaso ellos
supieron amar de verdad? ¿Acaso un hombre puede
amar con la intensidad y el valor de vivir solo al dejar
de hacerlo?
He conocido personas que decían haber encontrado
muchos corazones destrozados en la basura con la
inscripción: “El amor es un apellido del que ningún
nombre quiere hacerse cargo.”

En este siglo de las cruces, de competencia,


rivalidad y violencia, ya se habla que al lado del agua, el
aire, la tierra y el fuego, el amor es el quinto elemento.
Pero de lo que sí puedo dar crédito es que la gran
mayoría de las personas que consumen alcohol o drogas
lo han hecho por causa de no saber amar.

¿Pero cuál es la diferencia entre amar y querer?


Quiero denunciar aquí que muchos especialistas de
la educación sexual están fallando en sus cátedras con
los estudiantes jóvenes porque en lugar de orientarles en
los secretos del amor se centran solamente en el sexo.
No es una sorpresa ni algo novedoso que los jóvenes se
están saltando el amor para tener una relación. Hoy por
hoy, la experiencia sexual empieza a los 12 años. Los
padres han enseñado a sus hijos a amar a Dios, a los
padres, a los hermanos, a los hijos y a ellos mismos,
pero muy pocas veces les han advertido de cómo amar a
los extraños.

Y para más desdicha, han colaborado para que sus


hijos adquieran una relación sexual temprana. Yo mismo,
he sido testigo cuando un chico llega a la casa a buscar a
su joven novia. El joven pregunta: “¿Don Juan se
encuentra Carolina?” El padre contesta: “Hola Jacobo, si
ella está arriba, acostada en su cuarto.” El joven sonríe y
dice: “Con su permiso.”

Hay padres de familia, que no se percatan que cada


vez que los pretendientes de sus hijas atraviesan los
límites de la sala de recepción, no están abriendo las
puertas de su casa sino las piernas de sus pequeñas hijas.

Hay otros padres de familia que son permisivos en


las relaciones tempranas de sus hijos e hijas, porque los
pretendientes son parientes de sus colegas o amigos o
porque aparentemente tienen un buen futuro y una buena
posición social. Pero hay que conocer que una niña
embarazada, por ejemplo, sufre de una triple
personalidad: es niña, madre e hija a la vez. Y se han
visto niñas que cambian el pañal de sus hijos como si
fuesen muñecos.

En este flanco, los jóvenes deben ayudar para no


fallar e interrumpir esa etapa tan maravillosa que tienen
sus vidas. Para muchos lo prohibido es lo que atrae, pero
cuando todo se hace a escondidas, los resultados son
desastrosos y tan trágicos. Lo oculto puede padecer lo
que llamo:

El síndrome de Romeo y Julieta;

aquella relación de desaparición suicida y trágica,


donde los jóvenes creen ilusamente, que escapando
juntos en un viaje mortal y sin regreso, podrán ser
felices, pero la respuesta es simple: los espíritus no se
pueden tocar.

En consecuencia, las canciones del despecho están


mintiendo en sus apreciaciones románticas, que no son
acordes con la realidad.

No son más que un baile de máscaras y espejos


adonde acuden los hombres para confrontar y señalar a
la mujer como la única culpable de sus decepciones,
desilusiones y sufrimientos.

Los oidores de la música de Despecho, que viven


tarareando la frase: “Por qué tenías que ser tan tirana”,
creen que todas las hembras (mujeres) son prostitutas y
sobreviven auto-engañados consolándose y alimentando
un dolor creado por ellos mismos.

Las canciones del Despecho vuelan en el aire


embaucando todo este tiempo por la simple razón que las
mujeres son culpables de nada, porque el hombre no ha
aprendido a amarlas como debe ser.

Vamos a recrear con frases coloquiales, cómo la


obsesión cohabita dentro del querer a una persona como
un objeto de propiedad y no de la manera sana como
deberíamos hacerlo:

Cuando quiero con obsesión

― ¿Oye por qué te pusiste esa minifalda? ¡Te la


cambias ya!

― ¿De quién son esos números que guardas en tu


celular? Los borras inmediatamente y solo guardas el
mío y los de mi familia.

― ¡No vas sola a ninguna fiesta, porque el que sabe


bailar soy yo!

― ¿Qué quieres irte de paseo con tu familia? Yo


también voy, porque pasas el mayor tiempo conmigo y
por eso yo soy tu verdadera familia.

― ¿Qué se van de la ciudad? ¿Cómo es eso? ¿Y yo


qué? Dile a tu familia que no vas. ¡Grítales! ¡Llórales!
¡Enférmate! No puedes irte y dejarme porque yo te
quiero.

Pero cuando amo sanamente.

― Oye mi amor, esa faldita te queda hermosa.

― Princesa, contesta, te está timbrando un amigo.

-― Muñequita, ¿quieres que te recoja luego de la


fiesta?

― Este fin de semana voy a visitarte a tu finca.


― Si tu padre ha decidido que deben irse a otra
ciudad por el trabajo, quiero decirte que te vaya bien,
porque yo te amo y quiero que seas feliz.

Una persona que quiere con obsesión y apego es


ególatra y ha hecho méritos para enamorar la soledad,
porque siempre se quedará sola. El amor significa todo
en la vida. Y compra amor para que nunca le falte el
abrazo oportuno.

Sin embargo, cuando la otra persona se cansa de la


ilimitada exigencia del dependiente afectivo, huye y la
víctima, que ha entregado todo, queda infinitamente
desolada. Decepcionada de sí misma. Culpable y
resentida. Monstruosas ante el espejo las personas
obsesivas, contemplan que aquella torre de amor que
levantaron en un santiamén con su amada pareja se ha
derrumbado. Y de esa relación conflictiva surge la gran
bestia del abandono:

La Depresión.

Campo de Depresión
Ejercicio para recuperar mi sentido de vida

La depresión es una enfermedad que precipita la


adquisición de alguna adicción: Inactividad, miedo a dar
el primer paso, atención dispersa, infelicidad perpetua,
pérdida de iniciativas, tristeza, percepción global de la
desgracia, inquietud, duelo y melancolía, desesperación,
cansancio, culpabilidad, fracaso y ansias de morir.

Todas las anteriores características, son síntomas


que se reconocen sin mucho esfuerzo. No obstante, lo que
nos concierne a nosotros es cómo la terminación de un
noviazgo o de una relación afectiva producto de la
infidelidad o del abandono, puede llevar a la depresión y
por ende al consumo de drogas o a cualquier otra
adicción.
A continuación, vas a tener la oportunidad de
realizar un ejercicio con el fin de dar con la bestia de la
Depresión post-abandono, causada por un amor que huyó
por la culpa de nadie y por la responsabilidad de todos.

Depresión post-abandono

1. Cierra los ojos.

2. Te encuentras solo (a) en tu habitación. No has


probado bocado. Escuchas música electrónica y ves
películas de terror. No quieres que nadie te interrumpa ni
te hable.

3. De pronto escuchas el timbre de tu casa.

4. Alguien pregunta en la puerta por ti.

5. Te busca la persona que amas, aquella que se fue


sin decir nada.

6. El (ella) entra en la casa.

7. Escuchas sus pasos que se acercan y ves que en


sus manos trae un regalo para ti.

8. Abre la puerta y te dice: Amor mío, he vuelto. Ya


estoy aquí. Tú eres el amor de mi vida. Perdóname.

9. Abre los ojos.

10. No hay nadie. Todo fue un sueño y una fantasía.

Este amor no va a volver. Hay que aceptar que lo


que no está cerca para sufrir no es para uno. El primer
amor de la vida no es el amor de tu vida. Recuerda y
entiende, que aquel que te abandonó también lo
abandonaron.
Tú diste lo necesario para que la relación
permaneciera. Entregaste lo mejor de ti. Hiciste
sacrificios. Cumpliste las promesas. Dejaste de ser tú
para ser como el otro.

No pienses que así como crees que fallaste va a


pasar con una nueva pareja. Solo ten en cuenta que si has
cometido los mismos errores, como lo hiciste con otras
personas, que te has equivocado en las mismas cosas, el
conflicto es tuyo y no de los otros. Pero por estos
traspiés debes saber que no eres culpable de nada. Tú no
has sido educado (a) para amar y no depender. Debes
aceptar que fuiste responsable en gran parte y que debes
dejar de aislarte. Si tu pareja se separó de ti, tú no te
separes del mundo. Deja de repetir como autómata la
doctrina que infiere:

“En este mundo de hipócritas


los sinceros somos los malos”.

Y asimilar la idea:

“Si a mí nadie me entiende,


mi deber es entender a los demás.

Sé consciente que acabas de graduarte en la cátedra


de amar sanamente en la escuela universal de la pareja.
Y que no vas a repetir los mismos errores buscando
efectos diferentes y de no decir “te quiero” tan
rápidamente con el fin de aferrar a tu pareja.

Ten buena voluntad para desencarnar la espalda del


lecho mortuorio de tu cama. Resucita y sal a buscar los
grupos de personas activas, donde encontrarás nuevas
amistades y por qué no un amor sano que va a valorar
ese amor que otra persona no lo hizo y no lo quiso.

Si no sabes amar y quieres hacerlo sin engañar y sin


torturar recuerda este sabio mensaje:
El amor es sufrido, es benigno;
el amor no tiene envidia,
el amor no es jactancioso, no se envanece;
no hace nada indebido, no busca lo suyo,
no se irrita, no guarda rencor; no se goza de
la injusticia, mas se goza de la verdad.
Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera,
todo lo soporta. El amor nunca deja de ser…
(1 Corintios 13)

Se han escrito muchos libros y tratados que


advierten del desapego afectivo desde el punto de vista
del amor propio, pero para personas que no consumen
drogas. Sin embargo, en nuestro caso teniendo en cuenta
que estamos frente a una persona que sufre de
autoflagelación mental, desde la escala de la
experimentación y el uso de drogas, es importante
orientar a las personas en las relaciones a desapegarse
de sus parejas y a que las amen sanamente sin
prohibiciones, celos u obsesiones.

Mientras que si nos encontramos frente a un


abusador de drogas, que generalmente está recibiendo un
tratamiento residencial, se debe orientar con los
conocimientos anteriores, pero evitando que el paciente
sostenga una relación experimental con alguna pareja.
Lo último que debe hacer un paciente abusador de las
drogas es tener una relación afectiva, porque va a
concentrar todas las estrategias para sus otras áreas bio-
psico-social-espirituales en un solo frente: el amor que
aún no conoce.
SEIS
Presión de grupo.
Las malas compañías y la facultad de decir No

El efecto de la presión de grupo, se observa


simbólica y de manera metafórica en la palabra
“Parcero”, (que etimológicamente se deriva del latín
clásico “pars” que significa “parte”), como un
rudimento que se usa en varias regiones para nombrar a
un aliado o camarada.

Y al grupo en sí se le llama “Parche”, algo que se


adhiere al cuerpo como un tatuaje y que es difícil de
despegar.

No podemos responsabilizar a los grupos o pares


como los propiciadores totalitarios del consumo de
drogas, por el hecho que todo empieza en la casa.

Toda familia disfuncional es responsable de la


formación de estos grupos que se congregan en las
esquinas, en las fiestas juveniles y en la escuela. No es
difícil identificarlos: el mismo corte de cabello, su forma
de vestir y la forma de hablar son semejantes. Pero
además, son sus conflictos personales los que hacen que
ellos se identifiquen a sí mismos y se reúnan para
protestar por su presente.
Un ejemplo latente de estos grupos o pares son las
pandillas, donde los líderes negativos ejercen un poder
manipulatorio y amenazante sobre los neófitos y los más
débiles. Esa influencia que ejerce el grupo de pares para
que una persona cambie sus principios y valores de
manera, a veces obligada, es lo que se conoce como
presión de grupo.

Directa e indirectamente los grupos pueden


presionar al consumo a los jóvenes que no ofrecen
resistencia, convirtiéndolos en víctimas del Bullyng
dentro de grupos permanentes como las escuelas. Sin
embargo, la presión de grupo puede ser pasiva, donde el
joven acude al grupo de manera voluntaria, por el hecho
que se identifica con los mismos problemas que los
atañen a todos.

La influencia del grupo es tan fuerte que en


ocasiones los miembros del parche defienden a capa y
espada ante quien sea los preceptos de los pares. ¿Pero
cuáles son las causas que hacen que los pares se
congreguen en sus puntos comunes?

Los miembros son víctimas del maltrato físico y


psicológico, hijos de padres divorciados, ausencia de la
autoridad paternal, abusos, son víctimas de
comparaciones entre los mismos hermanos, desertores de
la escuela y obviamente consumidores de sustancias
psicoactivas.

Pero aquellos jóvenes que no caen en la trampa y


logran trascender la presión cercana de los grupos que
los acosan, se debe a que ejercen una resistencia
racional debido al cultivo de valores al buen uso de la
inteligencia emocional, a la información recibida con
mente abierta y a la ventaja de tener cerca a alguien que
lo asesore en un proyecto coherente de vida.
Con estas estrategias y una espiritualidad encontrada
en congregaciones sanas y grupos de apoyo, los jóvenes
triunfarán con la valentía y el convencimiento de
descifrar lo bueno de lo malo. Ellos podrán otorgar con
seguridad una personalidad que descifra con seguridad
frente a lo que no les conviene un verdadero NO
recargado como respuesta.

SIETE

Las drogas más peligrosas para la familia

El alcohol

Es un depresor del sistema nervioso central que


adormece progresivamente el funcionamiento de los
centros cerebrales superiores, produciendo desinhibición
conductual y emocional y el autocontrol. Bebidas
Fermentadas y Destiladas.

Efectos psicológicos.

- Celopatía
- Euforia
- Relajación
- Aumento de la sociabilidad
- Dificultades para hablar
- Dificultad para asociar ideas
- Descoordinación motora

Efectos fisiológicos.

Los efectos del alcohol dependen de la cantidad


presente en la sangre (tasa de alcoholemia, medida en
gramos por litro de sangre):
- 0,5 g/l: euforia, sobrevaloración de facultades y
disminución de reflejos.
- 1 g/l: desinhibición y dificultades para hablar y
coordinar movimientos.
- 1,5 g/l: embriaguez, con pérdida del control de las
facultades superiores.
- 2 g/l: descoordinación del habla y de la marcha, y
visión doble.
- 3 g/l: estado de apatía y somnolencia.
- 4 g/l: coma.
- 5 g/l: muerte por parálisis de los centros
respiratorio y vasomotor.

Riesgos psicológicos.

- Dependencia psicológica
- Pérdida de memoria
- Dificultades cognitivas
- Demencia alcohólica

El tabaco

Género suramericano de la familia de las solináceas


de la cual existen diferentes especies de cuyas hojas
fermentadas se extrae el tabaco, que tiene un efecto
estimulante sobre el sistema nervioso central (SNC).

Es nocivo debido a que le porcentaje de nicotina


que contiene puede llegar a ser hasta el 10%. Además, el
humo del tabaco contiene alrededor de 4.000
componentes tóxicos como el benzopireno, de alto poder
cancerígeno.

La Nicotina es una sustancia estimulante del SNC


con intensa dependencia física, mientras que el monóxido
de carbono se adhiere a la sangre, dificultando la
distribución de oxígeno por el cuerpo.

Riesgos psicológicos:
- Dependencia psicológica
- Reacciones de ansiedad y depresión.

Riesgos orgánicos.

- Disminución de la capacidad pulmonar


- Úlcera gástrica
- Cáncer pulmonar

La marihuana

En la preparación de las hojas y tallos de la planta


Canabis sativa, su componente activo llamado “delta-9-
tetrahidrocanabinol o THC, produce efectos sedantes,
estimulantes y alucinógenos (especie de alucinaciones
que el sujeto sabe provocarlas por la ingestión de una
sustancia). Esta sustancia contiene 426 elementos
químicos y como lo anunciamos anteriormente, y es
prioritario reiterarlo, 62 son cannabinoides.
Efectos fisiológicos:

- Aumento del apetito


- Sequedad de la boca
- Ojos brillantes y enrojecidos
- Taquicardia
- Sudoración
- Somnolencia
- Descoordinación de movimientos

Riesgos

- Conflictos de Aprendizaje, concentración, pérdida de


la memoria y toma de decisiones.
- Pánico y ansiedad.
- Trastornos psiquiátricos de tipo esquizofrénico.

El bazuco

Estimulante que se extrae de las hojas de coca,


fuertemente adictivo. Aun cuando no hay una fórmula
específica, porque suele tener muchas mezclas,
esencialmente es base de cocaína conocida como: “pasta
básica de coca o ‘PBC’.

Efectos físicos y psicológicos:

Paranoia, delirio de persecución, somnolencia,


ansiedad extrema, impulsividad, pérdida del apetito,
taquicardia.

Duración Efecto: 5 minutos

Composición química:
Gasolina, éter, bicarbonato de sodio, más los
compuestos propios del tabaco.

OCHO

Drogas nueva de/generación

La prevención en la escuela

El consumo de sustancias psicoactivas (SPA) o


drogas en los jóvenes es un problema que cada vez se
está saliendo de las manos del Gobierno e incluso de las
entidades especializadas (fundaciones, comunidades
terapéuticas) por el simple hecho de que no existen bases
sólidas de orientación en las instituciones educativas y
en los hogares con desequilibrios domésticos.

Uno de los mayores problemas o equivocaciones en


el manejo preventivo se debe a que muchos terapeutas
ejercen su labor en masa y no individualmente como
realmente debería hacerse. La Psicología no ha sido
efectiva y su impotencia se evidencia en el simple hecho
que la sustancia no se aloja en la mente sino en el
espíritu. De ahí que la Psicoterapia o práctica
psicológica muestre su efectividad en la acción espiritual
e incluso Teo-terapéutica y no en la teoría huérfana de
tratamiento mental.

Los jóvenes actantes de principios de este siglo


trágico poseen y cargan con el peso de antecedentes
genéticos de sus padres o de nexos sanguíneos lindantes
que carecieron en un momento de su vida de la buena
voluntad y de ese carácter para simplemente decir “no”
ante las situaciones que podían generarles efectos
adversos. En consecuencia, los jóvenes de nuestra época,
vulnerables y víctimas de la desigualdad social, se dejan
arrastrar por la presión de grupo que los obliga a ejercer
acciones negativas y delincuenciales por el ficticio
propósito de ser aceptados en círculos que aparentan ser
favorables.

Gracias al trabajo Teo-terapéutico y


psicoterapéutico de observación directa con jóvenes en
distintas comunidades especializadas, he llegado a la
conclusión que explica que el progreso en la disminución
o control del consumo de SPA se puede ejercer por parte
de los mismos jóvenes, porque son ellos los directos
protagonistas y testigos de los conflictos emocionales
que impulsan a buscar en las SPA el supuesto analgésico
que calma la angustia y la depresión causada por la
ignorancia educativa y la estéril preparación de los
adultos. Por tanto, el trabajo de capacitación se centra
exclusivamente en los mismos jóvenes que poseen las
herramientas necesarias preventivas que muchos
estudiosos del conflicto ignoran o carecen del
performance preventivo que requiere y exige el
dependiente.

Lastimosamente, son escasos los jóvenes que


aceptan que el consumo y la adicción a las SPA es un
conflicto con proclividades patológicas que
desencadenan trastornos mentales irreversibles e incluso
con consecuencias mortales. El joven ignora, por
ejemplo, que el tabaco es la droga más adictiva; que la
marihuana, aparentemente calificada como una hierba
inocentemente natural posee 426 sustancias químicas y
que el consumo de alcohol en un lapso temporal de una
semana determina un grado crónico de alcoholismo.

Las Zonas de Orientación Escolar (ZOE)

Toda persona entrenada para prevenir el consumo de


drogas en la escuela en dirección a la creación de un
ZOE (Zona de Orientación Escolar) debe tener en cuenta
varios objetivos como la concienciación acerca de los
prejuicios del consumo de sustancias psicoactivas
(drogas).

Se deben identificar perfiles de liderazgo para la


orientación de talleres y trabajos grupales sobre factores
de riesgo de consumo de Sustancias Psicoactivas.
Reseñar multiplicadores jóvenes con perfiles de
liderazgo para que capaciten otros jóvenes con
vulnerabilidad a las dependencias o consumo activo de
Sustancias Psicoactivas. Entrenar jóvenes líderes en
prevención de consumo de Sustancias Psicoactivas.

Crear una red de jóvenes capacitadores en


prevención de consumo de Sustancias Psicoactivas.
Identificar casos de consumo de sustancias psicoactivas
en la instituciones educativas. Concretar un espacio de
asesoría terapéutica permanente en la institución
educativa con los casos de consumo de SPA detectados y
establecer la Ruta de atención y canalización de consumo
de Spa. Además se debe asesorar a directivos, padres de
familia y trabajadores en los procedimientos preventivos
y disciplinarios.

La capacitación en prevención de consumo de SPA


para multiplicadores jóvenes es de vital importancia,
porque verifica y manifiesta un acercamiento directo de
los jóvenes terapeutas frente a los jóvenes dependientes.
El hecho que un joven terapeuta o multiplicador de
programas de prevención asesore a otro joven con
dificultades adictivas, crea un acercamiento,
comunicación y convencimiento exitosos, porque
exponen sobre la mesa los puntos comunes que los
identifican.

Un joven multiplicador reconoce las necesidades,


fortalezas y debilidades de los mismos jóvenes, porque
es un testigo-protagonista real de los conflictos sociales,
presentes en ambientes análogos de convivencia. De
hecho, la expresión de sentimientos frente a un joven
conocedor en prevención de consumo de sustancias será
más verosímil en comparación con las asesorías
concedidas por los psicólogos o terapéuticas maduros,
donde es más evidente la trama de respuestas, la
creación de máscaras herméticas de evasión o la
negación a la dificultad de la dependencia como una
auténtica patología mental.

En estos momentos, no es conveniente delimitar el


público referente determinado exclusivamente en
estudiantes de grados académicos superiores, porque la
edad de inicio o de experimentación toxicológica ha
venido disminuyendo gradualmente. Actualmente los
consumidores de sustancias inhalantes (pegantes)
presentan un periodo de inicio de consumo desde los 5
años de edad. En consecuencia, esta parte del contexto
está dirigido a estudiantes desde el grado Sexto (6°)
hasta el grado Undécimo (11°).

Como todos los estudiantes no practican el don de


liderazgo, se sugiere que los directivos seleccionen de
cada grado o curso dos estudiantes que sobresalgan
académica y disciplinariamente, los deportistas
destacados y los artistas reconocidos.

Experiencias e impresiones en la conformación de


una ZOE (Zona de orientación Escolar)
En el año 2015, los jóvenes estudiantes más
vulnerables a adquirir a patología de la adicción a
alguna sustancia psicoactiva cargan con el peso de
conductas inapropiadas originadas en hogares
disfuncionales, que carecen en un momento de su vida de
la buena voluntad y de ese carácter para simplemente
decir “no” ante las situaciones que podían generarles
efectos adversos. En consecuencia, los jóvenes
vulnerables y víctimas de la desigualdad social, se dejan
arrastrar por la presión de grupo que los obligan a
ejercer acciones negativas y delincuenciales por el
ficticio propósito de ser aceptados en círculos que
aparentan ser favorables.

La intervención en cada uno de los grados


6° a 11° y la institucionalización de la ZOE

Gracias al trabajo psicoterapéutico de observación


directa y al desarrollo de charlas y conferencias
personalizadas de sensibilización en cada uno de los
cursos de dos Instituciones educativas en la ciudad de
San Juan de Pasto, Colombia, llegamos a la conclusión
que el progreso en la disminución o control del consumo
de SPA se puede ejercer por parte de los mismos
jóvenes, especializándose en el dominio de los factores
de riesgo tanto familiares, sociales y psicológicos,
porque son ellos los directos protagonistas y testigos de
los conflictos emocionales que impulsan a buscar en las
SPA el supuesto analgésico que calma la angustia y la
depresión causada por la incompetencia educativa y la
estéril preparación de los adultos.

Es importante exaltar la preocupación relacionada


con la presencia de Patologías Mentales en los jóvenes
relacionadas con la Depresión, El Bullyng y la Identidad
de Género. Estas patologías son preocupantes, porque
pueden precipitar el consumo de sustancias psicoactivas
como un alivio al rechazo, al señalamiento, el maltrato y
a la acumulación de resentimientos provenientes de
hogares disfuncionales.

Reconocimiento del problema


de la adicción como enfermedad

Frente a estas situaciones adversas, la labor


psicoterapéutica del STAFF de La Fundación Re-tornar*
se centra en la concienciación de los prejuicios que
poseen el uso de las SPA arriba mencionadas frente a la
serenidad y placidez de los jóvenes que conciben un
apego y un “enamoramiento obsesivo” hacia algunas
drogas que desbordan las capacidades físicas o atenúan
las emociones de tristeza, alegría o ira, que experimentan
en esa búsqueda de identidad, de autosuficiencia o ego
obsesivo reflejado en máscaras que impiden mostrarse
como realmente son.

La droga de mayor impacto

Aunque el consumo de alcohol, tabaco y marihuana


va en aumento en las instituciones educativas, es
importante señalar que la droga de mayor impacto por la
intensidad de sus efectos, su composición química y el
público referente al cual afecta es la CRIPA. Esta
especie de marihuana afecta especialmente a las niñas
entre los 12 y 16 años.

Perfil de la Cripa

La “cripa” es una nueva especie de marihuana


que procede de Holanda y de Estados Unidos. La palabra
“Cripa” se deriva de la palabra inglesa “creep”
(arrastrarse), llamada así por los fuertes efectos que
produce en el organismo. Alterada genéticamente en los
laboratorios tiene un efecto 15 veces mayor al de la
marihuana criolla. Los efectos que en la misma
proporción aumentan los riesgos para la salud de
aquellos que se enamoran de ella. Contiene un 70% de
sustancias cancerígenas más que las del cigarrillo y a
corto plazo produce alteración de la memoria, de la
concentración y de las funciones superiores como el
cálculo y las matemáticas. El síndrome motivacional, que
aparece en personas que llevan muchos años de
consumo, o sea que el paciente pierde la motivación por
todo, no le importa ni su forma de vestir y solo quiere
estar fumando.

Los efectos fisiológicos son aumento del apetito,


sequedad de la boca, ojos brillantes y enrojecidos,
taquicardia, sudoración, somnolencia y descoordinación
de movimientos. Los riesgos psicológicos son los
problemas de aprendizaje, la concentración y la
memoria, pánico, ansiedad y trastornos psiquiátricos de
tipo esquizofrénico.

Sensibilización con los Docentes de las


Instituciones Educativas.
Entrevista Motivacional y las 12 Barreras de
Gordon.

El desarrollo de la sensibilización con los docentes


fue satisfactorio en el sentido de que estuvieron
dispuestos en colaborar con las futuras intervenciones
con los estudiantes en conflicto.

Se proyectaron las nuevas herramientas para


desarrollar actividades terapéuticas como la Entrevista
Motivacional, donde se sugirió que los diálogos con los
estudiantes en dificultades necesitan ser escuchados con
la mayor paciencia, amor y mucha empatía. Animar y
elevar la motivación y el compromiso para cambiar y
ayudar al consultante a avanzar a través de las etapas de
cambio.

Los docentes aprehendieron las 12 barreras de


Gordon, donde se sugiere cambiar los métodos de
abordaje en la escucha, evitando dar órdenes, advertir o
amenazar, prescribir, sugerir o formular soluciones,
evitar persuadir sustentando o con argumentos de
autoridad, no predicar, sermonear o recalcar los deberes,
no juzgar, ni criticar, discrepar o culpabilizar, no
ridiculizar, etiquetar o insultar, no congraciarse o
consolar, entre otros.

Los padres de familia. El amor responsable.


Y la consolidación de conciencia de la
Problemática de la adicción.
La sensibilización con los padres de familia se
desarrolló a manera de confrontación contenida en su
complicidad, el miedo y la ausencia del amor
responsable en la crianza de sus hijos, donde los jóvenes
aprovechan el espacio del colegio para desbordar sus
problemas que suceden en sus hogares.

Se asentó un compromiso con aquellos padres que


atestiguaron tener hijos con problemas de adicción y su
impotencia para manejar la situación. La Fundación Re-
tornar ofreció sus servicios como Centro de Escucha y en
determinar la Ruta de atención y canalización de casos
de uso y abuso de sustancias psicoactivas.

Constitución y entrenamiento de los


multiplicadores jóvenes en Zona de Orientación
Escolar (ZOE)

Para dar inicio a las capacitaciones en ZOE, la


Fundación Re-tornar realizó una convocatoria con todos
los estudiantes de las Institución Educativa, donde
fueron reunidos los jóvenes con mejor rendimiento
académico, los estudiantes con mejor comportamiento,
los deportistas más destacados, aquellos que poseían
talentos artísticos, algunos estudiantes que habían
superado el problema de la adicción a las drogas y otros
que tenían los deseos de ayudar.

El grupo apoyado e institucionalizado por


orientadores, directivos y docentes, estaría asistido por
un grupo alterno, de menor experiencia pero con muchos
deseos de conformar el grupo principal. Este grupo
alterno de estudiantes se eligió previamente con el fin de
asistir al grupo principal en las diferentes actividades
que se llevarían a cabo en la Institución. Una de estas
actividades fue planear estrategias de prevención y
colaborar en la focalización de casos para ser atendidos
con la mayor discreción posible.

Estos grupos, previamente entrenados, no a la


manera de policías o de informantes secretos, serán
amigos confiables de los más necesitados y estarán al
tanto de asistir en los casos de depresión, bullyng,
liderazgos negativos y casos de consumo de sustancias
psicoactivas.

Herramientas para desarrollar actividades


terapéuticas

Con el debido entrenamiento y con la asistencia del


profesional (Psicólogo) de salud mental de la Institución
Educativa, el grupo de Multiplicadores estaría facultado
para desarrollar en los casos detectados las herramientas
terapéuticas como Tamizaje, Intervención Breve y la
Entrevista Motivacional.

¿Qué hacer con un estudiante adicto?

Hace algunos años, en una población de difícil


orden público, como muchas en Colombia, una docente,
luego de formar a todos los estudiantes, hizo pasar al
frente a cuatro jóvenes que soportaron con rencor y
vergüenza los señalamientos de la docente que gritaba:
¡Miren éstos son los drogadictos del colegio!” Al
terminar la jornada, la docente fue asesinada por
personas desconocidas.

Debido a la cultura actual de la droga, no es para


nada difícil dar con los indicios de consumo en la
escuela. Los comentarios complementarios relacionados
con el deterioro físico y el cambio dramático de la
conducta y el rendimiento escolar son evidentes. Sin
embargo, antes de proceder a desarrollar las estrategias
de prevención y tratamiento toda la población educativa
debe capacitarse y orientarse para operar en conjunto.

Los vacíos de la Ley 1620 de 2013


Convivencia Escolar

El consumo de drogas en la Escuela ya no es un


flagelo particular sino una epidemia universal. En el año
2005, estuve en la posición de vaticinar esta tragedia con
la propuesta:

Capacitación en tratamiento y prevención


de las adicciones para multiplicadores jóvenes.

Ahora denominada por el Gobierno como Zonas de


Orientación Escolar), en ese entonces fue desarrollada
en el Colegio Integrado Ciudad de Ipiales (CICI),
liderado por el Rector de ese entonces Edgar Cepeda,
quien apoyó sabiamente la idea de los jóvenes
multiplicadores pioneros de la prevención y la
intervención breve, probablemente a nivel nacional e
internacional, donde se entrenaba a un grupo de
estudiantes en estrategias de Prevención de consumo
dentro de la escuela.

Sin embargo, el Gobierno continúa errando, que se


interpreta como perfeccionándose, en la desatención
Integral sobre la prevención del consumo de drogas
dentro de la escuela. La comunicación con el Ministerio
de Protección Social es exigua. Este fenómeno se
comprueba en la Ley 1620:

“Por la cual se crea el sistema nacional de


convivencia escolar y formación para el ejercicio de
los derechos humanos, la educación para la sexualidad
y la prevención y mitigación de la violencia escolar."

¿Y la prevención del Consumo de drogas dónde


queda? Intimemos en algunas citas de esta ley que revela
orfandad en la prevención:

Artículo 1. Objeto. El objeto de esta Ley es


contribuir a la formación de ciudadanos activos que
aporten a la construcción de una sociedad democrática,
participativa, pluralista e intercultural […]

Artículo 29. Ruta de Atención Integral para la


Convivencia Escolar. La Ruta de Atención Integral para
la Convivencia Escolar define los procesos y los
protocolos que deberán seguir las entidades e
instituciones que conforman el Sistema Nacional de
convivencia escolar y formación para los derechos
humanos, la educación para la sexualidad y la
prevención y mitigación de la violencia escolar, en todos
los casos en que se vea afectada la convivencia escolar y
los derechos humanos, sexuales y reproductivos de los
estudiantes de las instituciones educativas, articulando
una oferta de servicio ágil, integral y complementario.

Artículo 33. Atención en Salud Mental. La


atención en Salud Mental a los niños, niñas, adolescentes
y las familias afectadas por la violencia escolar o
vulneración de derechos sexuales y reproductivos, será
prioritaria con base en el Plan Obligatorio de Salud, en
el marco del Sistema General de Seguridad Social en
Salud.

La intención de estos apartes se debe a que los entes


gubernamentales encargados de desarrollar los
programas escolares en todas las direcciones deben
calzar en muchos puntos en lo relacionado con las
adicciones en general y el consumo de drogas en
particular, sin re-caer en vicios mentales, argumentando
que la adicción no tiene cura o que tarde o temprano la
solución para acabar con este flagelo es la legalización.

Clases de Consumidores

Volviendo al tema en cuestión acerca del estudiante


adicto o consumidor de SPA, los docentes y directivos
de las instituciones educativas deben estar al corriente
de las patologías que padecen o empiezan a experimentar
los educandos. Deben reconocer y diferenciar que un
adicto no es un “vicioso” y que se encuentra clasificado
de acuerdo a su intensidad o hábito de consumo.

Consumidor Experimentador:
Aquel que consume una sola vez por curiosidad o
presión de grupo.

Consumidor Usador:
Aquel que consume esporádicamente, en periodos
no muy extensos. Esta clase de consumidor se conoce
también como Social.

Consumidor Abusador:
Aquel que consume todos los días.

Ruta de atención y canalización de casos


de consumo de sustancias psicoactivas

Los directivos, docentes, el profesional de la salud


mental y toda la red operativa, haciendo uso de las
herramientas terapéuticas, están en la capacidad de
identificar y captar los casos y canalizarlos hacia la ruta
de atención de acuerdo al estado individual del
consumidor.

Cuando se ha identificado plenamente un posible


caso de consumo se realiza el debido acompañamiento
hasta la institución de salud donde será atendido para
valoración por medicina general y psicología.

Si la persona es dependiente (Abusador) se realiza


la consulta por medicina general para remisión al
especialista y el debido ingreso en un centro de atención
en drogadicción (CAD), donde luego de recibir de Alta
al paciente se seguirá con un plan de tratamiento y salida
para seguimiento en primer nivel con medicación y
psicoterapia. Entonces irá de regreso a su centro de
salud (Contrareferencia).

Si el paciente es Experimental se hace uso de la


Intervención Breve, que siendo exitosa, se pactarán
compromisos de seguimiento del caso. En todos las
clases de consumidores con tratamientos exitosos, los
pacientes rehabilitados se reincorporarán a la sociedad
para su acogida y seguimiento en su recuperación e
inclusión social sostenidos con las redes de apoyo
representadas en la familia y grupos juveniles e
Instituciones educativas, docentes, orientadores y psico-
orientadores; bienestar universitario, Servicio Nacional
de Aprendizaje y otros entes de justicia, protección y
formación.

Sanciones, expulsiones y estrategias


de reincorporación en la escuela.

Hemos constatado en nuestra labor investigativa y


de observación directa que los directivos de las
Instituciones Educativas han optado por expulsar no solo
a los estudiantes que trafican con drogas, sino también a
los consumidores.

Cuando nos deshacemos del problema quitándolo de


nuestra vista estamos demostrando una impotencia y una
ignorancia para tratarlo y para encontrar una solución.
Esto sucede porque miramos la persona y sus actitudes
patológicas y no al problema.

En alguna oportunidad, cuando fui docente de


Literatura de una institución Educativa de la ciudad de
Popayán (Colombia), me encontré con un hecho muy
particular. Apenas iniciando el año lectivo y siendo
neófito en el colegio, el Rector me había encomendado
además de mi currículum académico, que me encargara
de la Coordinación de Disciplina.
Al entrar al salón en mi primer día de cátedra, me
encontré con algo muy insólito. Un estudiante del grado
11° de 1.80 cm. de estatura me esperaba en el centro de
sala sentado en una silla de espaldas al tablero. Yo me
presenté, anuncié los títulos de los libros que íbamos a
leer a lo largo del año y haciendo caso omiso de la
actitud desafiante del chico continué dictando mi clase.
Pero no todos los estudiantes estaban con el chico
gigantón. Algunos tenían un proyecto de vida definido,
sabían qué iban a estudiar en la universidad y evitaban
todo aquello que podría interferir en sus planes.

De pronto, tres de ellos decidieron ir a Rectoría.


Entraron al despacho y dijeron: “Señor Rector Alejandro
acaba de irrespetar al profesor.” El directivo se puso de
pie y preguntó: “¿Y qué fue lo que le hizo?” Uno de los
estudiantes respondió: “Toda la clase estuvo sentado de
espaldas al profesor.”

Inmediatamente el Rector solidario conmigo me


llamó a la oficina y me ordenó que revisara el libro de
Disciplina y con todos los reportes que tenía Alejandro
por mal comportamiento y consumo de alcohol, me
exhortó a que realizara el oficio para expulsarlo de la
Institución. Acto seguido, hice que llamaran al estudiante
y cuando entró en mi oficina se sorprendió, porque no
estaba enterado que yo era el Coordinador de Disciplina.
Le dije que entrara y se sentara. El se adelantó diciendo
que al fin y al cabo él siempre había querido irse del
colegio. Yo lo miré a los ojos y entablamos el siguiente
diálogo:

— Dime Alejandro, ¿tú admiras mucho a tu padre


verdad?
— A mí no me hable de ese cucho … (palabras
soeces.)
— Pero yo sé que tú lo admiras.
— Profe no me diga eso… No tiene derecho de
hablarme así.
— ¿Hace cuánto que tomas alcohol?
— Eso lo sabe la psicóloga, pregúntele a ella…
— Yo también probé el alcohol —el chico me mira
con los ojos aguados—. Tu padre toma mucho, ¿cierto?.
— Ese (…) se lo tomaba todo.
— ¿Cómo es tu relación con él?
— Nada Profe. El no vive con nosotros. El nos
golpeaba. Pero ya paso…
— Pero te digo que tú admiras a tu padre.
— Bueno, ¿y qué puedo admirar de él?
— Tú admiras de él su manera de beber. Tú estás
haciendo lo que él hacía a tu edad…

Con el tiempo, Alejandro se despojó de su máscara


del rencor y la venganza. En vez de expulsarlo persuadí
al Rector de no excluir al estudiante sino de expedirle
una sanción correctiva con fines clínicos, porque además
del alcohol, el chico consumía marihuana.

La sanción disciplinaria consistía en asistir a un


tratamiento ambulatorio en un Centro de Atención en
Drogadicción (CAD) e ir a la Biblioteca de la Institución
Educativa a preparar carteleras con temas alusivos a la
prevención de consumo de sustancias psicoactivas.
Alejandro expuso en todos los salones del colegio y
luego fue reintegrado a la normalidad de las clases.

El estudiante reconoció que nunca había querido


tener el problema de las drogas. Luego, la motivación, la
espiritualidad y el liderazgo hicieron que sus
calificaciones y promedios en todas las áreas, sus
talentos artísticos y deportivos reflejaran su alto
coeficiente intelectual, pero sobre todo los grandes
valores que estaban ocultos en su corazón.

El Bullyngteach, el matoneo
hacia quienes quieren enseñar.

Aunque la clasificación o estructura del matoneo


sigue estando en pañales, y se declara su influencia como
infracción de manera general, yo me atrevo a definir el
término de Bullyngteach como el acoso, maltrato
psicológico o físico que profieren generalmente los
estudiantes hacia los docentes o hacia quienes tienen la
labor de enseñar. Una manera de explicar este término es
observar en los videos de Youtube, cómo los docentes o
maestros son víctimas del matoneo por parte de los
estudiantes. El lanzamiento de papeles, empujones,
extorsiones, estrujones e incluso se contempla como unos
chicos bajan los pantalones del profesor.

Si bien estos casos se aíslan un poco de los temas


que estamos tratando de adición, quiero exponer estos
conflictos psicológicos como un llamado de atención a
los profesionales de la salud.

Y si mi caso con Alejandro no pasó a mayores, (y yo


no era un psicólogo para entenderlo) sé que hay
docentes que son consumidores dependientes del alcohol
y otras drogas y que necesitan ser escuchados y tratados.
Mi éxito con Alejandro no solo fue la buena voluntad y
la paciencia en mi trabajo; tuve que entender que esta
labor no es solo de los profesionales de la salud, sino de
un conjunto de personas que se auxilian mutuamente para
conformar en lo que ahora se llama la Red Operativa de
la Inclusión social.

Para concluir este episodio, huelga decir que en el


mismo instante en que un estudiante es identificado como
consumidor, los directivos están en el deber de tomar las
decisiones pertinentes teniendo siempre en cuenta el
grado de adicción que se manifieste. En el caso de un
consumidor experimentador o usador, antes de
apresurarse a determinar una expulsión de la Institución
Educativa, se debe sancionar al estudiante enviándolo a
un Centro de Escucha u Hospital día, con el fin de que
cumpla con un tratamiento ambulatorio.
En estos entes, el educando recibirá el debido
tratamiento y volverá luego de unos días a desarrollar
con el debido asesoramiento del grupo de jóvenes
multiplicadores de la ZOE, por ejemplo, algún programa
de prevención en cada uno de las aulas del colegio.

Los estudiantes que no han pasado por esta


experiencia desagradable, verán en sus compañeros
rehabilitados el modelo referente a seguir y admirar. No
obstante, la expulsión del colegio podría ser avalada
solo con aquellos estudiantes que trafiquen con las
drogas dentro de la Institución. Sólo un estudiante que
reincida en su consumo luego de los debidos tratamientos
arriba expuestos será enviado a un tratamiento
residencial, porque su actitud endeble de la buena
voluntad necesita de un aislamiento necesario para tomar
conciencia del daño que se está haciendo a sí mismo.

NUEVE

La codependencia: quiero consumir


lo que mi hijo consume
Cuando mi madre me decía: “Tome mijo este
dinero, pero no vaya a irse a fumar esa droga.” Yo
hacía exactamente lo contrario. Y cuando dijo:
“Tome hijo, váyase a fumar,” yo no lo hice.
(Alberto, 35 años)

La Codependencia, o sufrir al lado del adicto, es una


patología tan grave como la del mismo
farmacodependiente. El enojo, la depresión, el castigo,
la hipervigilacia, el estrés, la vergüenza social, la
frustración, la ansiedad son consecuencias que dejan al
depender del sufrimiento del adicto por causa de la
culpa.

Toda persona coadicta redentora cree estar en la


obligación y el deber de solventar todas las necesidades
y exigencias agónicas del enfermo.

Pagar las deudas por consumo o pedir dinero para


que consuma, pagar los hospitales o las fianzas de las
cárceles son solo algunos de los deberes creados por la
equivocada asistencia. Hay otros coadictos que se
vuelven vigilantes e incluso perseguidores. Pero los más
influenciados por la adicción son aquellos que segregan
por la venas el Síndrome de Münchhausen: “Un
trastorno mental que se caracteriza por los
padecimientos a consecuencia de crear dolencias para
asumir el papel de enfermo”, provocada para sentirse y
verse maltratado por el adicto. Las secuelas dejadas por
este síndrome demuestran señales de abandono,
indiferencia y maltratado físico y psicológico.

Coexistir con el adicto es como supervivir en agonía


constante. E incluso a muchos familiares se les ha pasado
por la cabeza la idea descabellada de intentar probar la
droga con el fin de experimentar el efecto como última
alternativa para ayudarlo a dejar de consumir. Son
evidentes los casos de los familiares que se vuelven
adictos a las benzodiacepinas o ansiolíticos (ver anexos)
para tratar de soportar, amortiguar u olvidar.

12 consejos para no precipitar la recaída


de una persona en tratamiento.

1. No decir la frase de cajón “El hijo pródigo


vuelve a casa.”
2. No esconder u ocultar los objetos de valor o el
dinero delante de él y no le prometa cosas que no va a
poder cumplirle.
3. No prohibir sus salidas ni mostrar actitudes de
desconfianza; no manifestar celos y no escoger para él la
mujer que a usted le agrada.
4. No dar órdenes sino pedir favores y no inventar
enfermedades para que él se quede a su lado.
5. No permitir que se quede acostado todo el día,
sino que sea partícipe de las obligaciones de la casa.
6. Olvídese de los consejos, la cantaleta y los
sermones y afirme que de aquí en adelante él decide si
quiere estar en la casa en buenas condiciones o buscar su
destino por otro lado.
7. Deje que él mismo encuentre el momento para
buscar de Dios.
8. Respete sus cortos momentos de aislamiento y
soledad y no lleve a su habitación sin su permiso a
familiares o amigos a que vean cómo ha cambiado su
niño.
9. Permita que al volver a la casa, cambie de
habitación o al menos, que varíe de posición todas sus
cosas.
10. Renuncie a reiterarle que la droga mata,
preferiblemente facilítele el mejor obsequio que se le
pueda dar a un ser que se ama: una cita con el
odontólogo o con el médico especialista.
11. Motívelo como si hablara con un gladiador de la
vida y haga lo posible para que desarrolle sus dones y
talentos con las mejores herramientas.
12. Cuando quiera partir no lo detenga. Si lo hace es
porque le falta valerse por sí mismo.
DIEZ

La familia como precipitante de recaída

“Cuando estoy bien me recuerdan lo malo que fui


y cuando estoy mal, lo bueno que puedo ser.”
(Frase célebre)

“Antes, cuando mi esposo tomaba, todo era


diferente. Ahora, a las cinco de la mañana nos levanta
a todos para arrodillarnos a rezar. Luego, nos ordena
hacer el aseo de la casa. Se la pasa juzgándonos y
critica nuestros errores. Aunque ya no bebe, es
realmente insoportable.” (Lucía 54 años)

La mayoría de los programas de tratamiento


residencial (internamiento) que se han quedado en el
limbo del éxito, se debe a la responsabilidad de la
familia, generalmente codependiente, mas no a su
culpabilidad. Algunas comunidades terapéuticas, ejercen
sus labores al margen de la familia y su necesidad de
tratamiento individual. Quienes contemplan a las familias
solo como los solventes económicos de los tratamientos,
cometen un error éticamente fatal.

Lo lógico es que se trate de manera específica tanto


al adicto como a su familia de manera aislada y conjunta.
La familia debe prepararse para recibir al adicto que
retorna a su casa “recuperado”. Se deben pactar
compromisos y el amor responsable es de vital
importancia para la prolongación de la sobriedad y el
sano juicio.

¿Cómo puede la familia precipitar


la recaída de su familiar adicto?

Es importante señalar antes que un adicto abusador,


que ha decido tomar la decisión de parar el consumo e
internarse en una Comunidad, ya sea por decisión propia
o por presión circundante, no debe ser abandonado a la
voluntad de la Fundación. La persona enferma debe ser
asistida por los acudientes, que no deben prometer
ninguna clase de trofeos ni regalos, pero sobre todo, para
ser acompañada en el tratamiento de todos los miembros
de la familia.

Cuando la persona recuperada regresa al hogar


genera a primera vista toda una serie de expectativas.
Físicamente es muy convincente: “gordito y con el rostro
relleno.” La familia al ver esa estampa santificada, cree
que al fin se ha cumplido el milagrito. Si la familia no
maneja su sistema emocional de manera responsable
todo el tratamiento será un fracaso.

¿Pero qué debe y no debe hacer la familia en esas


circunstancias?

Decálogo de los precipitantes


de recaída por parte la familia
1. Oculte los objetos de valor y objetos suntuosos
antes que el adicto recuperado llegue y no en su
presencia.
2. Intente cambiar de posición los objetos
personales de la habitación del familiar que llega. Es
significativo acomodarlo en otro cuarto o si es posible
cambiarse a otro barrio.
3. No asegure la puerta con llave mientras él esté
dentro o fuera de la casa en horas pactadas.
4. Aunque es muy necesario, trate de reemplazar el
No o las negaciones a sus peticiones con otras palabras.
5. No recordarle el pasado ni presionarlo con el
futuro. No aplique aquella expresión que dice: “Cuando
estoy bien me recuerdan lo malo que fui y cuando estoy
mal, lo bueno que puedo ser.”
6. No trate a su familiar adicto como víctima. Pero
tampoco lo subestime en sus errores continuos de
adaptación. Haga que él se gane las cosas con esfuerzo.
No le sirva el desayuno a la cama y haga que se ocupe en
algunos oficios de la casa.
7. No premiarlo con regalos extravagantes por haber
estado encerrado sin probar la realidad.
8. No use un lenguaje de prohibición sino de
prevención.
9. Desaprenda y borre de su memoria la frase. “Por
favor, ya no consuma más.” Lo prohibido envenena el
alma de un adicto en recuperación. Dígale mejor: “Es su
vida y aproveche este tiempo que le da Dios.”
10. Cuando quiera irse no lo detenga, pero cuando
vuelva póngalo a escoger entre ustedes o la calle.

La familia co-terapeuta

Existen tres clases de adictos. ¿Esto qué significa?


La razón se debe al sujeto tallado psíquica y físicamente
por alguna droga en particular. Es decir, que un
dependiente a la marihuana (alucinógeno) es eufórico y
emocional; un adicto al bazuco (estimulante) necesita de
una motivación para actuar o un alcohólico sufre
reiteradamente de momentos depresivos y necesita de
paciencia, integración y tolerancia.

En una oportunidad, la madre de un chico adicto


argumentó lo siguiente: “Yo sé cuándo mi hijo consume
marihuana y cuándo bazuco. Cuando llega a la casa y
acaba con la nevera ha fumado esa marihuana y cuando
llega y no quiere comer nada ha fumado ese bazuco.”

Es importante realizar esta tipo de distinciones


porque cada tratamiento debe ser individual y no en masa
como aún acostumbran a operar algunas comunidades.
No es aconsejable crear un mismo ambiente para todos
los usuarios o pacientes con normas o actividades
reiterativamente grupales. Aquella frase técnica que reza
“aquí a todos se trata por igual” no genera más que
bombas de defectos de carácter, rivalidades y rencores
acumulados que se desbordarán en el momento de
enfrentar la realidad.

¿Y cómo manejar este sistema operativo de


“desigualdad terapéutica”?

En primer lugar, desarrollando el amor responsable


y la motivación. Inmediatamente después los chicos
deben reconocer

La Resiliencia como la creación de un ambiente


propicio para superar las adversidades.

Nunca he estado de acuerdo cuando los internos de


una comunidad deban hablar con sus familias luego de
extensas fechas o que las visitas se realicen en iguales
lapsos de tiempo. El adicto es altamente emocional y eso
determina su grado de enfermedad.

Si yo no hablo o no veo a mi madre o a algún


familiar mientras esté desarrollando un tratamiento, una
llamada o el encuentro con ella bajo las estrategias de
abstinencia (sin efecto alguno de una spa en el sistema
cerebral) podrían dispararme el Craving o deseo
incontrolable de consumo.

Para contrapesar el impacto que genera una llamada


o una visita, es conveniente que los operadores
convoquen semanalmente actividades grupales, donde la
familia vaya a pernoctar uno o dos días al Centro de
Atención junto con los internos. No hay nada más
provechoso que la familia compartiendo con sus hijos en
sus cinco sentidos.

El concepto de recaída aduce a un persona adicta


que vuelve a consumir o reincidir en el consumo de
sustancias psicoactivas luego de un tiempo de
abstinencia.

Recaer aduce a una doble caída, pero la segunda


puede ser el comienzo de una adicción a la perpetuidad
de las reincidencias. En otras palabras, puede darse la
patología de la adicción a las recaídas. Si la adicción a
las sustancias psicoactivas ha sido catalogada como un
enfermedad que no tiene una cura conocida sino un
tratamiento y que es un mal que dura toda la vida, las
personas que rodean a la persona en estas condiciones y
si han decidido hacer parte del programa de tratamiento,
recibiendo “al nuevo individuo en su casa”, deben ser
responsables de la recuperación.

Lo más complejo en el tratamiento para las personas


adictas que han llevado una vida en consumo por varios
años, e incluso siendo habitantes de calle, es sin duda la
adaptación a la vida o la interacción con la sociedad.

Grandes defectos de carácter y trastornos de la


personalidad como intolerancia, rivalidades, vanidad,
mitomanía, envidia, perfeccionismo, paranoia,
impulsividad, lujuria, soberbia, sociopatía o hipocresía,
impiden que una persona suspenda por periodos más
largos de abstinencia y a veces hasta definitivamente su
adicción a las drogas.
Las personas adictas que ocupan la última escala de
la pirámide social, incluso por debajo de la
homosexualidad, llevan marcadas en sus frente la “A”
(Adicto) de la estigmatización y la exclusión social.
Muchas personas recuperadas han tenido que mentir en
sus sitios de trabajo e incluso en sus relaciones de pareja
para que después de ser los mejores trabajadores o los
mejores esposos o amantes tengan la confianza de
revelar su gran defecto de la adicción. En estos casos no
se trata de sentirse estigmatizado. No bajes la cabeza
para que todos te miren culpable. Mira al frente y verás
cómo no resisten tu mirada.

Con todo esto, para contrarrestar con el peso


rimbombante, con toda esta piedra que el Sísifo-Adicto
sube hasta la montaña del triunfo, soñando con no bajar
con las manos vacías, la persona que se recupera debe
antes tornar su autoestima, quererse a sí mismo, dejar de
creerse el centro de atracción, el más importante de la
familia, el as del volante a quien le van a dar el gran
trofeo de la recuperación o el niño enfermo. Y
especialmente, hay incorporar a su diccionario de
palabras creadas para sí mismo la que más daño hace:
“El NO como respuesta”

Con tantas debilidades ególatras, ¿cómo va a lograr


ser el guerrero que luche contra el monstruo que se ha
escondido en la Comunidad donde le prestaban el
exitoso tratamiento? Si la persona que se recupera ha
superado gran parte de todas las anteriores debilidades
estará listo para enfrentar a su archienemigo de toda la
vida: La Familia. Pero paradójicamente, según estudios
recientes, es la familia quien le da el impulso más
efectivo (especialmente al Habitante de Calle) para
resurgir de las cenizas.
ONCE

La gran mentira de las fundaciones


y las comunidades terapéuticas

Diatriba del encierro

El verdugo corre a la puerta y la asegura con


doble llave, clava una cruz de pino y apuntala una silla
desde suelo a la cerradura. El encapuchado quiere
internarme en cuidados intensivos. Y extensivos. Quiere
verme crecer como un pollo mantenido con alimento
concentrado. Y me condena como al bonachón que
purga el delito que le correspondía pagar al político
corrupto. Protegido del mundo como el príncipe pulcro
heredero al trono del olvido.
Veo por la ventana cómo la gente vive su vida con
normalidad. Nace, crece, actúa, se vende, se reproduce,
enseña a actuar y muere. Todos hacen lo normal.
Algunas mujeres, las pudientes, pulen intencionalmente
sus cuerpos para que los hombres las deseen, pero
ellos, quienes los usan, no los padecen como yo. Porque
no soy uno de ellos. Porque no siento como ellos.
Porque ellos también hacen daño, pero sin hacerlo
evidente. Como el mejor de los asesinos que extingue la
llama sin dejar huella. Sin causar estragos. Como los
causo yo.
La gente me mira desde la calle y se tranquiliza. Ya
puede andar tranquila. Desde aquí, desde los
bastidores, les remito simpáticas señas. Les envío
gestos optimistas. Les sonrío y quiero que me vean
como nunca me han visto. Las mujeres me coquetean,
me admiran detrás del cristal como a un santo que hace
milagros. Todas quieren dormir conmigo y soñar con
otros. Todos los seres normales se ven amigables,
iguales como en los días en que tengo dinero, pero que
cuando estoy sin un peso, emergen siempre los
indiferentes y los enemigos. Ahora estando adentro ya
no me ven vagar con lástima, con temor o con rabia. Ya
no tienen que cambiarse de acera cuando me ven venir
con mirada austera. Quisiera que todos estuvieran aquí
conmigo, para que se den cuenta que realmente no he
sido malo. Que no rasguño ni muerdo. Pero pasan de
largo. Ya no soy su problema. Ya no soy importante. Ni
necesario. Pego mi frente al vidrio y copio las cosas
buenas que pasan en la calle. Sólo así aplazo segundo
a segundo mi próxima transformación. Y el retorno a
mis andadas.
Quisiera sentarme a hablar con mi monstruo. Con
mi gemelo equivalente. Y ordenarle que me deje
tranquilo. Que me suelte. Quiero que firmemos un
acuerdo para que no me tiente. Suplicarle para que no
me obligue a causar averías. Quiero que entienda que
por culpa de él debo estar encerrado. Andar encerrado.
Yo no sé qué me hizo así. Camino de aquí para allá
buscando de reojo el claro, el espacio para escapar.
Pero yo no soy el único que vive en el encierro.
También lo padece el que encierra y el que paga para
hacerlo. Todos sufrimos la sofocación de la vigilancia.
Escucho día a día la música tormentosa del cerrojo
cuando alguien sale y cuando otro llega. Ese seguro
que entra en el agujero de la cerradura como una
puñalada en la espalda. Como una violación
sanguinaria. ¿Pero quién vive más enfermo, más grave,
aquel que encierra o el encerrado? Me han aislado, del
peligro de afuera, para encerrarse a vivir con este
demonio que se hace pequeño aquí adentro. Voy a
seguir el juego.
Esta confabulación universal que me usa para
perfeccionar a la gente usando el sacrificio de mi mal
ejemplo. No voy a buscar a nadie. No voy a llamar a
nadie. No voy a pensar en nadie. Voy a aprovechar esta
abstención obligada. Esta sobriedad planeada. Este
sano juicio sospechoso. No voy a darle importancia a
ningún personaje. Voy a hacer parte de esta gran
mentira. De esta diminuta maqueta de mi reallity.
Porque la realidad está afuera. Y adentro de mi
cerebro. Ya no miraré al suelo por temor a ver los ojos
que me juzgan. Miraré al frente para que los demás
inclinen sus miradas.
Heldyn Guevara Revelo
(Del libro Las caderas no mienten)

He tenido la oportunidad de presenciar distintos


tratamientos terapéuticos con singulares procedimientos,
donde se sienta al paciente en un banco en el centro de la
sala rodeado de todos los internos y luego de lanzarle
baldes con agua, toneles con basura de varios días y
papel sanitario usado, tiene que aceptar, como en una
cacería de brujas, como en las épocas de inquisición
todos sus defectos y sus fallas a veces inventadas, que
deben aceptar para que dejen de torturarlos y obligarlos
a pensar como ellos. Pero algunos pacientes saben que
no quieren dejar de consumir por obligación. Pase lo que
pase. Porque sus conciencia guardan secretos y aún no
conocen a nadie que tenga la facultad y la sabiduría para
que pueda conocerlos.

Otro “tratamiento” que usa el palo como el


psiquiatra, que alivia los males de la salud mental, es
llamado como “Terapia Nazi.”, donde el individuo es
capturado por hombres especialistas en torcer brazos y
cuellos. En golpear en el estómago y los testículos. Y
tienen la baja fortaleza de enfrentar a un hombre
empuñando un palo en las manos con el fin de
reeducarlo. La ignorancia es atrevida. Lo que ellos, entre
muchas cosas ignoran es que no todos necesitan
reeducación sino rehabilitación. No todos necesitan
proyecto de vida sino inclusión social. A no todos se le
suspende el consumo de drogas de manera fulminante
sino rediciendo el daño, empezando por citas médicas u
odontológicas para tratar la gastritis o calcificar
nuevamente la dentadura.

Luego de un encierro de 45 días, sin zapatos y sin


privilegios de ninguna clase, los internos reciben
terapias repetitivas de manera conductual por tres meses,
y es sorprendente observar cómo todo el mundo es
obediente. Todo el grupo obedece porque ha “aceptado”
aparentemente un tratamiento costoso autorizado por la
familia que optó por este método ante la impotencia y la
desesperación de no poder hacer nada frente a su
familiar adicto.

Aquí existe la terapia del miedo. El voto del


silencio. La sonrisa mentirosa. La actuación forzosa.
Todo el mundo obedece porque la incertidumbre y el
terror rondan por la distinguidísima estancia donde el
lenguaje y las poses son propios de la edad media. Todo
el mundo obedece porque nadie quiere ser golpeado ni
ridiculizado con burlas obscenas frente los demás.

Dejar las drogas no es nada fácil, porque dejarlas es


equiparable en los primeros días como el duelo que
causa la más hermosa mujer que siempre has amado y
que finalmente te dice que siempre ha estado jugando o
como aquella que ves durmiendo en tu cama con otro
hombre y que tienes que aceptarla tal y como es.

El duelo es duradero mientras existan los problemas


cotidianos y para muchos es una melancolía que dura
toda la vida. Pero el resentimiento y la culpa son dos
plagas más mortales que cualquier enfermedad terminal.

Huelga decir que hay Comunidades Terapéuticas


(con sedes en el continente) que reciben anualmente
20.000 pacientes. Pero estas comunidades solo prestan
un servicio de abstinencia.

485.000 personas necesitan internarse actualmente


en Colombia. Y algunas fundaciones que no tienen apoyo
estatal, que laboran con los Habitantes de la calle tienen
más éxito en la recuperación y sanación mental.

Señores colegas de la Prevención y el Tratamiento,


que la recaída no sea un precipitante del negocio. ¡Sin
escándalos! En los próximos días vamos a ser testigos de
muchas personas adictas que permanecían en el
anonimato, ocultándose de su necesidad de consumir en
libertad y sin prejuicios su alcohol y sus drogas.

Muy pronto saldrán de su fortaleza, de su hogar, de


su lugar de estudio o trabajo, y dirán abiertamente que
consumen, aceptando que lo que padecen no es un vicio
sino una enfermedad.

Preparémonos para aceptarlos y ayudarlos en su


inclusión social. Los tratamientos han cambiado. No más
consejos ni sermones. Por ahora nos preocupa que
visites al Odontólogo y que te hagas un examen médico
general. Es preferible que no te internes sino que
enfrentes el mundo tal y como es.

Ya no digas "Nadie me entiende" Entiende tú a los


demás. Asiste a un Centro de Escucha por una jornada,
tres veces en semana, prepara tu proyecto de vida, exige
intervención en tu inclusión social, perfecciona tu talento
en un oficio, exhíbele al mundo tus heridas abiertas y
empieza a cerrarlas tú mismo, convenciéndote que la
burbuja, que aquel reallity de los internamientos
residenciales son una gran mentira.
DOCE

La egolatría del artista y la masacre de la


bohemia

En una ocasión, cuando el Maestro se dirigía a un


público joven, un estudiante de un colegio le hizo la
siguiente pregunta:

“Profesor, si usted es escritor, es docente, es


periodista, si ha viajado a otros países, si ha ganado
varios premios literarios y ha escrito varios libros,
entonces ¿por qué probó el alcohol y otras drogas?”

El estudiante, que aún no pasaba del metro y medio


de estatura, dejó al maestro paralizado y atónito en la
conferencia. Aunque en un principio parecía no
importarle la pregunta, el maestro confrontado e inquieto
con el chico que aún no conocía todos los dilemas de la
vida, le contestó:
“Porque nunca me atreví a llorar.”

De pronto, este acontecimiento hizo que el profesor


concentrara y dirigiera todos sus intereses,
preocupaciones y desvelos en la Espiritualidad.

Era verdad, su preparación, sus estudios y su


aparente inteligencia no le habían servido para nada. Al
contrario, le habían precipitado aún más el descenso a
los infiernos. Por eso, para desaprender aquella
racionalización que lo convertía en un sabio de su propia
opinión, tuvo que desformatear, desaprender y
desprogramar su disco duro planteando la siguiente
ecuación:

Inteligencia + Humildad = Sabiduría


Antes de esta relación sumativa de dones y valores

(I+H=S)
Nada le hacía feliz.

Excepto la literatura donde se refugiaba y buscaba


aquellos héroes fantásticos, a los cuales les daba vida
por todos los medios, con todos sus sentidos, sus
extraños instintos, y con quienes quería identificarse para
acompañarlos en sus viajes sin regreso.

El maestro había obtenido varios reconocimientos


literarios, gracias a su estilo crudo y realista, pero
especialmente su éxito se debió a que nunca escribió de
amor. Y fue que la misma literatura, aquella Sirena
perversa y lasciva, la que lo indujo a optar por el
suicidio como única respuesta a la hipocresía que no
podía tacharle al mundo.

Muchos héroes de los libros brillan por sus roles en


las obras. Ulises y su magistral estrategia sentimental
contra la hechicera Circe. Aquiles, el único hombre que
no conoció el miedo. Dante, que bajo al infierno como
quien va de paseo a su estancia familiar. Y el maestro se
veía con una labor que lo lanzaba a su propia maldición:
auto flagelarse para salvarse.

Las primeras lecturas en su infancia y adolescencia


habían sido centradas totalmente en la decadencia
francesa. Los simbolistas, que parecían amar sin sangre
en las venas, que nacieron para desplumar el ruiseñor
del romanticismo, le habían causado momentos de placer
más dulces y duraderos como sus primeros analgésicos.
Aquellos delirios citadinos perpetuando en sus
relaciones conflictos celotípicos causados por el alcohol
junto a las faenas extraviadas en las junglas de hachís,
entablaron en su cerebro muchos encuentros coloquiales
con el color de las vocales de Rimbaud, con el spleen
ideal de Baudelaire o con la domesticación de las
decenas de especies de bestias de Lautrêamont.

Sin embargo, como no podía lograr con el alcohol


procesado en su amado país de la producción de drogas
los efectos que ellos relataban en sus paraísos
artificiales importados desde oriente, decidió crear un
coctel a manera de poción, cuyos ingredientes sin
enumerar o nominar tenían un debido orden alfabético, al
que con el tiempo, decidió bautizar como Bichos y al
fenómeno paranoico y persecutorio de la ansiedad
producida por su ausencia la tildó como La gran bestia
de La Depre.

Obviamente este estado irracional, depresivo y


rebelde, producto de una intelectualidad desenfrenada y
ególatra, donde él era el centro de atención y atracción
en todas sus áreas biológicas lo asemejaba al mal
padecido por un hombre lobo. A ese gran hombre lobo
vestido con piel de oveja.

Todos los viernes, se asomaba en su ventana una


luna llena que causaba en sus sentidos una inquietud y lo
transformaban en un hombre dual al estilo del Dr. Jekyll
y Mr. Hyde, o de El Doble de Dostoievsky, que no
conocía de sangre ni apellidos. De autoridades o de
amigos, sino del fantasma de carne y hueso que saltaba
de las ventanas, y cuyo fondo no fue caer a la calle, sino
la voz de su madre que un día le dijo:

“Hijo, váyase de la casa, porque yo le tengo miedo.”

El maestro le había quitado al alimento todo buen


sabor, porque su deglución y lo consecuente le producían
repulsión. No pensaba cambiarse de ropa todos los días.
Planeaba frente a los parasoles tener un solo vestido
como Sócrates y varios del mismo color y del mismo
estilo como Einstein. Iba a entrar al baile con los zapatos
sucios. Quería engañar con sus apariencias. Iba a fingir
ser un loco como San Gerardo para ser víctima de
violentas befas. No quería perder más el tiempo. O
mejor, iba a ocuparlo todo en una sola cosa. Quería
ahorrar su belleza dentro de la fealdad para el día en que
conociera el verdadero amor.

Su descuido obedecía al robot controlado por la


costumbre. Sin embargo, en esta estación, se percató de
algo importante para su futura recuperación. Se dio
cuenta que todos los que andaban con él o que vivían
como él, habían fallado además de la curiosidad o la
presión de grupo, por el mal manejo de las emociones. Y
a muchos les había costado entender que la mujer no era
culpable de nada. Habían confundido el amar con el
querer con obsesión. Habían sido celosos, posesivos y
niños con barba que andaban arrastrando el cordón
umbilical. No sabían que cargaban en los costales el
papel blanco reciclado para escribir el sueño imposible
de sus vidas nuevas o juntaban con la basura de sus
maletas todos los defectos de los hombres del mundo.
Nadie daba un peso por ellos. Era el fondo demencial
que nadie quería tocar. En el que nadie querría caer.

Todos decían que el maestro era un absurdo. Un ser


de otro planeta. ¿Y cómo era posible que un hombre
anduviera tontamente detrás de un amor artificial. Y tan
simpático que era. Tan elegante. Y tan inteligente. De tan
buena familia. ¡Morboso! ¡Obsceno! ¡Pervertido!
¡Vulgar! ¡Sinvergüenza que avergüenza a sus parientes y
conciudadanos! ¡Indeseable! Era peor que el escarabajo
que pone su huevo en el globo del estiércol. Pero
deslizarme como un gusano no era del todo indigno; el
gusano se arrastra con la esperanza más auténtica y
constante de que algún día va a volar.

TRECE

La expresión de sentimientos
“Cuando mi equipo de fútbol del alma pierde,
me voy a beber, pero cuando gana, también…
(Expresión popular)

Cuando nos sentimos angustiados, desesperados o


ansiosos, estamos segregando el resultado de muchos
sentimientos reprimidos. Pero es importante saber de
buena tinta, que los sentimientos difieren de las
emociones. Para entender mejor esta apreciación
diríamos que las emociones, más pasajeras, pero más
intensas, son las hijas de los sentimientos que son más
duraderos.

Pero este estudio no pretende solo enumerar los


sentimientos y las emociones, porque las conocemos
plenamente, sino de identificar aquellas que pueden
precipitar con mayor intensidad un consumo e incluso
una recaída.

Las emociones que experimentamos comúnmente en


interacción con la sociedad a diario son: la sorpresa, el
asombro, el asco, la tristeza, el pánico, la alegría y el
enojo.

Los sentimientos alimentados por las emociones más


duraderos y que pueden desencadenar graves
consecuencias de consumo son: la culpa, los celos, el
miedo, la depresión y la ira y al soberbia.

Alivianar las cargas


Un gran paso para aliviarse del peso de la adicción
o la dependencia es sin duda alguna la expresión de
sentimientos. Contar a una persona de confianza,
preferiblemente a alguien que ha pasado por la
experiencia de la drogadicción, evidencia un gran avance
en la recuperación y un alivio constante del alma y del
espíritu.

Una persona adicta habla reiteradamente de lo que


le atormenta en la cabeza. Pero la inestabilidad y el
doble ánimo como los tentáculos más auto-devoradores
de la conciencia pierden sus funciones y el adicto
empieza a avanzar con los pies sobre la tierra gracias a
la comunicación de sus traumas del pasado.

Cuando un farmacodependiente, comenta sus


experiencias dolorosas con gran normalidad es porque
ya las ha aceptado y por ende no le causan mella en la
cabeza.

Se ha comprobado que los habitantes de las


poblaciones de clima frío sufren de problemas gástricos,
úlceras y laceraciones estomacales, más que aquellos
que viven en climas cálidos, porque estos últimos tienen
la capacidad y tal vez la cualidad de expresarse con
mayor soltura y libertad, debido a la ausencia de
prejuicios y críticas adyacentes.

Los estados emocionales son causados por la


liberación de hormonas y neurotransmisores (la
dopamina, serotonina, noradrenalina, cortisol y la
oxitocina), que propagan la estructuración de los
sentimientos.

La montaña rusa de las emociones

“Es la hora del descanso. Los estudiantes juegan y


se divierten en el patio del colegio. De pronto, Juan
David, el chico más atractivo de la escuela, se acerca a
Johana y con una rosa roja en la mano le dice: “Toma
muñeca, esto es para ti.” Johana guarda la flor entre su
pecho y corre a su salón a comunicarle a sus amigas lo
que acaba de sucederle. La chica entra al aula
saltando y gritando: “¡Le gusto! ¡Le gusto! ¡Le gusto!”
Luego, emocionada de la felicidad, toma el cuadro
de la Virgen María y le da un beso en la mejilla. Sus
compañeras le preguntan que quién fue aquel chico que
le obsequió la flor. Johana se acerca al balcón y apunta
con el dedo a Juan David. Pero el corazón de Johana se
llena de ira cuando ve que el chico le regala la misma
flor a otra niña.” ( Una escena cotidiana)

Una persona emocional, inmediatista e inestable,


actúa de manera acelerada porque quiere recuperar todo
lo perdido en un instante. No se sienta a meditar acerca
de los errores cometidos y no tiene paciencia para
plantear estrategias de la no repetición.

Si los estudiosos definen la locura como “cometer


los mismos errores buscando efectos diferentes”, el
adicto debe modificar también en cada intento de
abstención sus ciclos de recuperación, es decir que él
mismo debe exigir que sus terapias clínicas no sean las
mismas que las anteriores, donde al aparente fracaso de
los resultados, se refiere a que ya se han solucionado y
se debe proceder a otras áreas bio-psico-sociales-
espirituales para compactar el sistema del nuevo ser
humano rehabilitado.

Todos los seres humanos, experimentamos momentos


de alegría: una buena noticia, un logro familiar o el
triunfo de un equipo deportivo, son algunos de los
motivos para estar regocijados. Pero algunas personas
expresan:

“Me siento contento pero no soy feliz”.

Es que para encontrar la felicidad no se necesitan


pizcas de coyunturas emocionales pasajeras sino de la
voluntad para sostener un duradero estado sentimental.

Sin embargo, no nos contentamos solo con lo


necesario y buscamos ser importantes con actitudes para
llamar la atención con el aplauso del reconocimiento.
Buscamos agradar a otros pretendiendo ser
superhombres. Somos sabios en nuestra propia opinión
empleando lenguajes eufóricos estropeados y
discontinuos. Prometemos hacer grandes cosas
tartamudeando proyectos desarraigados de mentes
incoherentes, porque pensamos una cosa, decimos otra y
hacemos otra.

El sabio afirma que “no hay nada más amargo que la


tristeza de un hombre alegre”, y las malas noticias no son
del todo malas. Lo fácil no es de Dios. El sacrificio es
espiritual. La lucha contra la tristeza perpetua no debe
derramar lágrimas depresivas, rechazando la bella vida
que no queremos vivir. Sí todo me causa rabia, de seguro
la intolerancia será el click que active un
comportamiento enceguecido por la intolerancia. Muchas
personas que no logran dejar las drogas o que se han
vuelto adictos a las recaídas, atestiguan que han fallado
en el intento por causa de la ira enceguecedora.

Todo se vuelve hermético. Si el adicto por causa de


la rebeldía, la sociopatía e incluso la xenofobia, levantó
un muro alrededor de sí mismo, para que nadie entrase
en sus pensamientos, cuando quiera derribarlo y buscar
la sobriedad ya no podrá tener poder humano para
hacerlo. Su ego anarquista le hizo decir con aparente
convencimiento que dejaría de consumir cuando quisiera,
pero su degeneración neuronal, ahora le impide hacerlo.

De esta manera, el adicto no debe ser más el


tripulante de una montaña rusa sino de un tren
supersónico tirado por una tortuga. Y la frase que debe
reaprender, para su vocabulario humanitario universal,
eternamente sentimental y no emocional es:
“Sólo por hoy no consumo”.
CATORCE

Teoterapia de la farmacodependencia

Pero esta clase de espíritu


no sale sino con oración y ayuno
(Marcos 9:29)
Cuando un individuo anda perdido en la oscuridad,
haciendo el mal que no quiere hacer, con la ausencia de
Dios o de un ser Superior en su corazón, es testigo, más
que víctima, de muchos abusos en contra de personas que
han optado, por vivir en la calle, alejados de un mundo
injusto, temerario e hipócrita. Tal vez muchos toman esta
decisión consciente, irreflexiva y para muchos
ilógicamente, pero la mayoría lo hacen auto-engañados y
bajo la coacción y la tentación que generan energías
malignas representadas en el abuso del alcohol y las
drogas.

Al referirme a estas energías pretendo argumentar


que la adicción a las drogas, que no es vicio sino una
enfermedad (y las EPS’s lo confirman), no es un mal
físico sino netamente espiritual y por tanto se deben
tratar estas dificultades de la misma manera. En esta
parte, no existe mejor sanación complementaria como los
Grupos de Apoyo que la que pueden impartir las
Iglesias, tanto católicas como evangélicas.

No obstante, algunas personas que han permanecido


por años aislados del mundo, intentando una y otra vez,
cayendo y levantando, confiando en el conocimiento de
hombres, escuchando devotamente a Pastores,
Psicólogos, Psiquiatras Terapeutas y Sacerdotes, no han
encontrado fuerza humana que los convenza; al contrario,
las cosas empeoran y ven el mundo cada vez más negro y
obtuso. Un espacio donde no tiene cabida. Ni vida.
Porque algunos líderes, luego de pasar largas horas de
rodillas, no han sido coherentes con sus actos y caen
siempre en la codicia, la lascivia y la mentira.

Pero hay personas que reconocen que en esta parte


el error, como muchos otros es de ellos mismos, porque
se dedican a contemplar las personalidades y no los
principios de los hombres. Y como siempre han sido
escogidos (manipulados en la parte de la baja
autoestima) como líderes espirituales o directores de
fundaciones o comunidades terapéuticas, sin estar
completamente recuperados, se dedican a ayudar (servir)
a otros solo por una búsqueda de reconocimiento.

Pero a pesar de todo existen diferencias en relación


con los líderes que admiran a veces hasta ciegamente. Si
existe en ellos una panacea referente para encontrar el
despertar espiritual amalgamado por la depresión que
genera la frustración.

Estando en servicio, muchos no acosan ni abusan de


las mujeres, de la autoridad o del dinero ajeno.
Finalmente, de todas estas beligerancias disputadas en
sus corazones, ven un barco blanco flotando sobre aguas
tranquilas: Ayudar a los más vulnerables.

Aunque ya han descubierto la razón no del porqué,


sino del para qué de sus vidas adictivas y licenciosas,
continuando en la búsqueda de sí mismos, deambulan por
muchos sitios del mundo En una incansable fuga
geográfica, caminando en busca de algo que llene sus
vacíos existenciales. Y espirituales. No quieren dinero.
Ni fama, ni el amor de una mujer, a quien aún no han
aprendido a querer. En Dios no dejan de creer, pero han
perdido el temor hacia su Ley. No se quieren a sí
mismos. Y mucho menos a los demás.

Nunca se quejan ni llaman a sus familias para


contarles sobre sus internamientos en el hospital, cuando
están a punto de perder el equilibrio en los bordes del
suicidio, la locura o desde la oscuridad del calabozo.

Este viaje hacia la madurez a través de la idiotez es


solo de ellos. Se vuelven inconscientes, insensibles y
paranoicos. Lo único que les importa y que puede
estabilizarlos emocionalmente es la obsesión que les
genera el marasmo, la indiferencia y esa parálisis
espiritual de ayuda social de la mayoría de los
“representantes de Dios en la tierra.”

Han aprendido que nada lo puede sanar. Ni salvar.


Porque el mundo dice que esta enfermedad de la
adicción no tiene cura. Y en sus cabezas solo ronda la
siguiente pregunta: ¿Qué tanto están haciendo los que se
hacen llamar hijos de Dios para con los Habitantes de la
calle? Nada. No están haciendo nada. Entonces ven a
aquellos que no hacen nada por transmitir el Evangelio
como Discapacitados Espirituales. Maliciosos.
Traficantes con la fe. Celosos y rivales contra las
contadas iglesias, que al menos, regalan un pan con un
vaso de café.

Entonces, se dedican a invadir los espacios


cristianos justo en el momento del Culto donde los
pastores imparten La Palabra. Entran sin ser invitados a
las iglesias e interrumpen el culto cristiano gritándole al
Pastor que les permita transmitir un mensaje que tienen
para él. ¿Que si los llaman locos? Sí, sí lo hacen.
Y tampoco les permiten entrar por la forma en que
van vestidos y por su actitudes impulsivas. Sin embargo
no todas las iglesias cristianas son indiferentes ante el
flagelo de las drogas u otras dificultades sociales en
población vulnerable. Es loable la labor de la Iglesia
Bautista y los comedores comunitarios, la Revista
Atalaya que publican los Testigos de Jehová, o la misión
de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos
Días, que envía a jóvenes de “dos en dos” a evangelizar
por el mundo. En ellos se ve la constancia y la no-
rendición ante las dificultades, la negación y lo tardo de
los frutos.

Además existen iglesias de SANA DOCTRINA,


donde la Palabra de Dios en cuanto al Libre Albedrío
posee una interpretación, sin prohibiciones, adecuada
con la realidad y la necesidad del ser humano
contemporáneo en concordancia con la Ley, aduciendo
que DIOS TIENE PUESTA LA MIRADA EN TODOS, y
que todos podemos salvarnos (no solo los que asisten a x
o y iglesias) si nos arrepentimos de corazón y
reconocemos a Cristo como nuestro Abogado y único
Salvador.

En esta guerra injusta, donde ayudamos a los más


vulnerables para después guiarlos y canalizarlos como
nuevos hermanos a la iglesias de Sana Doctrina que ellos
mismo elijan, hemos recibido dardos en contra, en
medio de sonrisas irónicas como:

“Somos linaje escogido, por tanto cada uno elige


su libre albedrío”.

“Ayudar a los demás no salva.”

“Estamos esperando a que Dios nos muestre.”

“Dejemos que Dios escoja.”

“Vaya hermano, ore mucho y pídale a Dios que los


ayude.”

“Debemos estar ungidos o de lo contario no vamos a


contaminar con esas legiones de la calle…”

Es verdad: Ayudar a los demás no nos salva, pero sí


puede ayudar a que se salven otros.

En conclusión, el mensaje que quiero promulgar


para que lo lleven a la Práctica los gobiernos, las
iglesias, las fundaciones o comunidades terapéuticas, es
que dejen de contender, de batallar por quien tiene la
razón. Por quien tiene la clave de la salvación.

Mientras la gente enloquece y muere en la calle, en


las cárceles, en los hospitales y en los albergues de
ancianos sin conocer de Dios, muchos cristianos y
especialistas espirituales con un egoísmo extremo,
parados horas y horas maquillándose y perfumándose
frente al espejo minutos antes del culto, pensando en
enriquecerse, en ascender en el trabajo, la fama y tener
una hermosa pareja para no sentirse tan solos ante la
falta de amor.

El mensaje final es que los entes religiosos no


deben actuar con doctrinas de conversión
directamente y en primera instancia sobre las
personas que consumen drogas, sino después que la
obra terapéutica haya hecho su parte.

Es verdad. Sí existen los milagros. Pero muchos


adictos invadidos de resentimiento, en primer lugar,
deben hacer una limpieza espiritual antes de recibir a
Dios o a un Poder Superior que los guie hacia la
sanación final.

En una oportunidad, le dije a un Pastor de una


Iglesia conocida que por qué no era capaz de ir a abrazar
a los adictos de la Plaza de Mercado.
El me ordenó ir a leer un versículo en Hechos y se
esfumó. Yo no lo seguí, porque me dio tristeza. Y porque
yo sabía la respuesta. El tenía miedo que alguien de la
calle lo contaminara con espíritus perversos, principados
y legiones del mal.

¿Pero entonces, acaso Jesús no anduvo, abrazó y


sanó a los leprosos? Ya había entendido todo. Aquellos
Varones de Iglesia, que se niegan a ayudar a quienes no
pueden darles nada a cambio, no tienen la Unción y el
poder para sanar a un joven endemoniado, que solo es
liberado con oración y ayuno (Marcos 9:29).

EPILOGO

Entonces, ¿cuál es la cura?

Para las personas adictas a las drogas es importante


que se enteren que la vida gira alrededor del factor
tiempo. Es decir, aunque posean un espíritu suicida que
ha sido contaminado por la culpa depresiva, hay
momentos de lucidez donde el pasado, el presente y el
futuro son escenas momentáneas de hundimiento,
resurgimiento y salvación.

Empezaría diciendo que todo pasado en experiencia


catalogada como buena o como mala, es para una
persona como un diamante enterrado en el estiércol.

Tiene un gran valor aunque este rodeado de


inmundicia. Pero nadie podrá tratar y avanzar entre la
arena movediza de su pasado sino deja de pujar en el
olvido y no engendra o concibe un nuevo espacio en la
aceptación de esos momentos que se han vivido de
manera voluntaria u obligada.
El pasado no se olvida, se acepta, y para aceptar las
tragedias que causan dolor, odio, venganza y vergüenza,
hay que perdonar.

Probablemente no podamos volver a ver a las


personas que nos hicieron daño para que nos pidan
perdón o probablemente si están cerca no habrá fuerzas
humanas que los haga cambiar de parecer.

No obstante, tu lucha empieza con una batalla que


ganas cuando pides perdón por cosas que hiciste en
reacción a otras que te hicieron personas víctimas de
otras y así sucesivamente.

Cuando aún no has podido aceptar tu pasado,


entonces es seguro que sentirás odio por tu presente. Por
tu actual posición. Todo te fastidia. Cuando te golpeas
accidentalmente con un objeto lanzas maldiciones a
diestra y siniestra. Juzgas a todo el mundo. Avergüenzas
a tu pareja en público. Eres egoísta e imprudente.
Envidioso e intolerante. Haces todo por obligación.
Criticas al Presidente de la Republica, aunque jamás
hayas votado y te cuesta querer y por supuesto te
obsesionas al amar.

Pero cuando has aceptado tu pasado, entonces vas a


amar tu presente. Tus 24 horas. Sientes alegría de vivir.
Sonríes hasta en los momentos difíciles, sin mascaras ni
apariencias. Tu boca ha olvidado las malas palabras.
Amas los objetos, las mascotas y las plantas. Cuidas tu
cuerpo con sanos alimentos. Lees libros que nutren tu
espíritu. Cuando acepas tu pasado, aprendes amarte y a
amar en el presente.

Pero si aún no has querido o no has tenido la buena


voluntad para hacerlo y sigues con resentimientos, es
decir reviviendo viejos sentimientos y discriminando tu
presente, entonces le tendrás miedo al futuro.

Sin embargo, cuando has superado las dos primeras


batallas de amar y aceptar encontrarás el arma más
poderosa para ganar esta guerra contigo mismo:
La Fe.

Un mensaje al adicto que quiere sufrir

Nunca sientas vergüenza por lo que te correspondió


vivir, porque gracias a tu adicción tienes la posibilidad,
como muy pocos de conocer más de cerca a Dios.

No seas inmediatista, algunas cosas llegan sin


esfuerzo, porque tú las pides sin desesperación.

No le agaches la cabeza al mundo, por todos los


errores que cometiste en la sociedad. Repara lo posible
y pide perdón por lo demás.

Sabes que tienes un buen corazón, pero no lo


endurezcas con los defectos de los demás. Para
acercarse a la perfección hay que agachar la cabeza y
recibir solo lo que es indispensable para ti.

No intentes ayudar a otros si no te has ayudado a ti


mismo.

No agrades a los demás ni busques reconocimiento


para subir con rapidez. Estos son solo signos de baja
autoestima.

La desconfianza que sienten de ti será siempre tu


talón de Aquiles. Pero es indispensable para medir tu
tolerancia.

Sabes que puedes enamorar con facilidad a una


mujer. Pero cuando quiera irse por culpa de tu obsesión,
déjala ir. Lo que no es de uno no permanecerá a tu lado
nunca. Y cuando estés recuperándote deja la relación
afectiva para lo último.

Habla solo lo necesario, no te creas el superhombre


que ha dejado las drogas. Hay personas que las dejan sin
que nadie lo sepa.

Cuando quieras recuperarte de verdad no lleves


acompañantes. Ve tú solo, porque viniste al mundo solo y
te irás solo.

No cuentes los días de abstención y no le prometas a


nadie que dejarás de consumir.

No pidas consejos de lo que tú ya sabes. Mejor


acepta los puntos de vista de las muchas personas que te
quieren ver bien: ellos te corregirán con amor para que
puedas crecer.

Haces parte de lo más vil y despreciado que hay en


el mundo, pero sabes que Dios torna tu corazón para que
ayudes a otros y ocupes lugares de privilegio.

Cuando vayas a buscar de Dios, veras una puerta


ancha, pero baja en altura. Todo porque debes hincarte
para poder entrar. Sabes que sólo el temor a Dios, te
hará sabio y te transformará en el gladiador que se
muestra sin prejuicios a plena luz.

El autor.
APÉNDICE

Un llamado a la Policía

“En la jugada que cayeron los tombos”


(Luis, en estado paranoico)

Mi intención en este capítulo conclusivo es ilustrar a


las autoridades de la manera más simple, que la
adicción a las drogas no es un vicio, sino una
enfermedad, y, que por lo tanto, debe tratarse a los
adictos, especialmente a los más marginales, como
personas que no son culpables como lo son los
traficantes.

Se afirma que uno de los muchos aspectos absurdos


e ilógicos de la adicción a los estimulantes, como el
bazuco, es “consumir para asustarse”. Y ese susto
cargado de ideas paranoicas o delirantes, dejan trágicas
secuelas por la afectación del Sistema Nervioso Central.

Los estimulantes actúan en el cerebro de manera


parecida a los neurotransmisores llamados monoaminas
(Dopamina), que producen sensaciones eufóricas en
exceso, si los consumos son ingeridos en abuso, donde
aumentan la presión arterial, la frecuencia cardíaca,
comprimen los vasos sanguíneos, aumentan la glucosa en
la sangre y abren las vías respiratorias. De ahí que la
influencia artificial de la droga cause trastornos
neurológicos como la paranoia y el delirio de
persecución.

Es una realidad que algunos adictos al bazuco


consumen esta pasta básica (no confundir con base) no
solo para amortiguar dolores pasados sino para entrar en
un éxtasis de pánico. Y no hay otra cosa que impacte más
que estos impulsos generados por la Policía.

El adicto abusador, principalmente, realiza toda una


serie de proezas para conseguir su dosis: reciclar, cuidar
o lavar autos y hacer piruetas en los semáforos, todo con
el fin de comer, solventar un alojamiento y pagar la
dosis.

Pero cuando es detenido para decomisar sus drogas,


el adicto buscará entonces las maneras delictivas, más
rápidas para reemplazar lo confiscado.

Esta circunstancia, adversa para el adicto, pero


efectiva para las autoridades, viene escoltada de una
serie de traumas psicológicos de alto calibre.

La persona adicta al bazuco experimenta en


características innatas una serie de ideas delirantes
firmemente sostenidas, pero con fundamentos ilógicos
discordes, que son impropias para el contexto cultural
del sujeto que las sostiene, pero que generalmente son
supuestas o falsas, pero muy necesarias para consumir.

En otras palabras el sujeto adicto a esta clase de


droga estimulante va a experimentar, por ejemplo, La
Erotomanía o delirio, donde el individuo cree que una
persona inalcanzable esté enamorada de él. La
Megalomanía, donde el sujeto cree tener una relación
especial con una persona afamada e inalcanzable para
todos los demás.

La Celotipia (se presenta también en las personas


alcohólicas), donde se cree que el compañero
sentimental está protagonizando un idilio o está siendo
infiel. El delirio Somático, que le hace creer que padece
un mal contagioso o una enfermedad. Y El delirio
persecutorio, donde la persona es vigilada, espiada y
perseguida.

Esta última idea delirante, la relaciono con el


conflicto con la autoridad, en nuestro caso, La Policía.

La Policía Nacional, como un organismo del Estado,


cuya estrategia dirigida hacia el mejoramiento de las
condiciones de convivencia y seguridad ciudadana en
todo el país, está en el deber de interrumpir todo intento
delictivo, y quien infrinja la ley para consumir drogas
debe ser reprendido en el acto.

Estamos de acuerdo con todo lo anterior. Pero hay


personas que no cometen actos delincuenciales para
consumir drogas sino por prescripción médica o por
mitigación (reducción) del daño.

Y lo más evidente es que muchos lo hacen, incluso


como una idea delirante, y sin cometer ningún delito,
única y exclusivamente para ser perseguidos por la
Policía.

Mi tesis radica entonces, en que el Policía, que


generalmente se muestra agresivo e incomprensible
debería -sin pasar por alto ninguna infracción cometida
por los adictos-, ser más afectivo, más condescendiente y
más amigable.

De esta manera el cerebro de los adictos y sus ideas


paranoides, disminuirían de manera considerable y por
tanto la ansiedad extrema de consumir se reduciría a al
mínimo, y así se desvanecería poco a poco uno de los
muchos pretextos que tiene el cerebro para auto-engañar
al individuo: El Pánico.
ANEXO

Autodiagnóstico codependencia familiar

Conocimiento en drogas

Responda sí o no y porque
1. ¿Conoce usted acerca de las adicciones?
2. ¿Sabía usted que el alcohol y el cigarrillo son
drogas?
3. ¿Ha pensado a veces que las adicciones son
hereditarias?
4. ¿Cree usted que las adicciones parecen solo en la
edad de la adolescencia?
5. ¿Para usted la adicción es una enfermedad o un
vicio?
6. ¿Las adicciones se pueden curar o tratar?

Evolución de la adicción
Reconocimiento
1. ¿Hace cuánto tiempo se enteró que su familiar
consumía drogas?
2. ¿Cómo se enteró que su familiar consumía
drogas?
3. ¿Cuál fue su primera reacción ante este
acontecimiento?
4. ¿Su familiar consumía (consume) drogas en su
casa?
5. ¿Qué ha hecho para que su familiar suspenda el
consumo de drogas?
6. ¿Cómo califica el estado actual de su familiar?

Actitud frente al nuevo problema


Caracterización

1. ¿Al enterarse de la actual situación de su familiar,


le prestó o no le prestó importancia?
2. ¿Con qué persona hablo acerca de la dificultad de
su familiar?
3. ¿Satisfizo alguna de las necesidades de dinero de
su familiar en sus momentos de crisis?
4. ¿Permitió que su familiar consumiera drogas
dentro de la casa?
5. ¿Guardó el problema de su familiar en secreto, lo
encubrió o lo justificó?
6. ¿Qué clases de maltratos recibió de su familiar
fármaco-dependiente?

Énfasis patológico
Culpabilización

1. ¿Se siente usted culpable por la adicción de su


familiar farmacodependiente?
2. ¿Su familiar lo culpabiliza de la situación en que
vive?
3. ¿Su familiar no lo culpabiliza, pero usted insiste
en culpabilizarse?
4. ¿Ante la conducta inapropiada, usted se siente
señalado por la sociedad?
Toma de decisiones

1. ¿Ha tenido que solucionar usted los problemas


que ha causado su familiar?
2. ¿Cuál es su actitud frente a sus amigos que le
reclaman por el abuso de confianza de su familiar?
3. ¿Alguna vez le ha cerrado la puerta o ha decidido
no dejarlo entrar a su casa a su familiar adicto?
4. Ha hecho lo anterior por: a) Miedo b) Prevención
c) Fastidio o asco d) Vergüenza e) Tristeza
5. ¿Lo ha denunciado alguna vez a las autoridades?
6. ¿Se ha sentado a hablar con su familiar para
preguntarle lo que le pasa?
7. ¿Se ha sentado hablar con él para ponerle límites?
8. ¿No ha cumplido con los límites que usted mismo
impuso?

Sentido de vida

1. ¿Su vida ha perdido el sentido por causa de su


familiar adicto?
2. ¿Ha tenido pensamientos extremos como el de
negarse ante los vecinos, familiares o amigos o huir de
sus casa?
3. ¿Ha querido tentar contra su vida?
4. ¿Has renunciado a su trabajo, ante el acoso de la
adicción de su familiar?
5. ¿Sus relaciones sociales se han visto seriamente
afectadas?

Valoración psicosomática

Afección del sistema nervioso


1. ¿Se estresa con facilidad, olvida las cosas o no
terina lo que estaba haciendo?
2. ¿Padece sentimientos de duelo, tristeza o
melancolía?
3. ¿Se deprime constantemente, no sale de la casa y
tiene un bajo interés por su vida?
4. ¿Sufre de problemas gástricos o ulceras por causa
de las preocupaciones?
5. ¿Se ha vuelto ansioso (a) sufre de insomnio, se
irita con facilidad o se aísla de los demás?

FUNDACIÓN RETORNAR

Tratamiento y Prevención de las Adiciones


Pre-constitucción y Experiencia laboral Psicoterapéutica

Coordinación Terapéutica Fundación Sendas de Paz- Popayán 2000.


Respaldo Terapéutico Fundación Shaddai. Sede Sendero. Popayán 2000.
Proyecto de Vida e Inclusión Social. Fundación Shaddai. Sede Pueblillo.
Popayán 2001
Subdirección Local fundación Shaddai. Sede San Fernando. San Juan de Pasto.
2002
Dirección Local fundación Shaddai Sede El Encano. Nariño. 2004
Terapia de Afirmación. C.T. Cre-siendo. Medellín. 2005.
Coordinación Teo-terapéutica. Fundación Cristiana La Puerta. El Carmen.
Valle del Cauca. 2005.
Secretaria fundación Cristiana Shalom. Matanza. Bucaramanga. 2006
Subdirección Local. Fundación Shaddai Sede La Laguna. San Juan de Pasto.
2007.
Coordinación de Grupo. Fundación Únete. Chachagüí. Nariño. 2008.
Dirección Local. Fundación Shaddai. Sede Caloto, Cauca. 2010.
Coordinación Inclusión Social y Proyecto de Vida. Fundación Taller der
Cristo. San Juan de Pasto. 2010.
Proyecto Teo-terapia Radial. Iglesia Cristiana Un Estilo de Vida. Buenos
Aires. La Plata, Argentina. 2011.
Operación Terapéutica, Consejería, Asesorías y Manejo de grupo. Fundación
José Martín. Ibarra, Ecuador 2011.
Capacitación Multiplicadores Jóvenes en prevención de consumo de drogas en
la Escuela. I.E. Integrado de Ipiales. Mayo 2011.
Seminarios- Taller: “Sensibilización Lectora para docentes de Primera
Infancia” y “ El Gigante Egoísta, vocación por la Primera Infancia y Pirámide de
Valores.” FUNDACION PAIPI - IPIALES. Junio 2011
Seminario: “El Consumo de drogas en la Escuela y Factores de Riesgo en el
consumo de drogas como herramientas de prevención en la familia.”
Institución Educativa Marcelo Miranda. Noviembre 2013.
Conferencias semanales Proyecto de Vida. Talleres de Lectoescritura como
terapia motivacional. Teo-terapia de la farmacodependencia. Fundación Shaddai. San
Juan de Pasto. Septiembre 2012.
Zona de Orientación Escolar (ZOE) Institución Educativa Bethlemitas. San
Juan de Pasto. Colombia 2014
Zona de Orientación Escolar (ZOE) Institución Educativa Liceo Central San
Juan de Pasto. Colombia, 2014
Zona de Orientación Escolar Institución Educativa Pérez Pallares, Ipiales,
Colombia. 2016
Fundación Retronar - Centro de Escucha 2014-2016.

Fundación Re-tornar
Tratamiento y Prevención de las Adicciones
Fundada el 3 de mayo de 2011

Agradecimientos

El Autor expresa sus más sinceros


Agradecimientos a Ron y Robert Dean, Utah, USA.
Dra. Sandra Quiroz, Dr. Henry Jaramillo,
Dr. Wiliam Pineda, Dr. Ricardo Rodríguez.
[*] Heldy n Guevara Revelo. Celebraciones Mensuales. Primer Puesto Concurso Internacional de Cuento Breve, Samaná Caldas, Colombia. El Tiempo.com (Tomado de la obra del mismo autor El libro de los
apegos y otros amores difíciles.

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