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Roservind era un robot autómata y trabajador en las minas de Yanacocha. A sus 160
años de edad, el aun estaba en servicio efectivo. Nunca descansaba salvo los días en
que tenía que recargase de energía o en los mantenimientos de maquinas autómatas.
Este robot servía en un época después de la Gran Revolución Robótica” (fue de mucho
mayor impacto que la Revolución Industrial) y poco después de la R.R.I. (Reforma
Robótica Industrial) en las que millones y millones de robots fueron destruidos en todo
el planeta por manos humanas. Aunque estas maquinas con inteligencia artificial eran
muy avanzadas, nunca significaron un peligro para la humanidad. Ya que su
inteligencia nunca llegaría a ser comparada con la de un humano. Nunca tendrían la
ambición y maldad para matar seres vivos. O tener lo que los humanos tienen en
especial esa cosa llamada, alma.
El robot quedo totalmente solo con los cadáveres. Y por primera vez se pregunto que
le hacía diferente a los humanos. Porque ellos van al cielo y los robots… no. Los
animales no van al cielo —se decía así mismo—¿Por qué los humanos? ¿Yo podría ir al
cielo? De esa manera el robot se formulaba muchas preguntas. En una de esas,
recordaba cuando hubo una huelga de trabajadores de la mina. Estos reclamaban sus
derechos, tenían metas en la vida. Recordaba los grandes triunfos en la historia de la
humanidad; lograron sus metas… sus sueños.
Varios días después las luces dentro de la mina se apagaron y el robot quedo en total
oscuridad… y se pregunto: ¿Cuál es mi meta en mí existencia? Prendió la luz de su
casco y empezó a leer una biblia que lo tomo de un cadáver.
Pasaron más de nueve meses, y llego el rescate… solo sacaron al robot.
Una vez fuera. Todos miraban con odio a este. Sin motivo alguno un supervisor le dijo
al robot: ¡Tu… Vuelve a tu trabajo!
El robot se quedo parado frente al supervisor, y este quedo sorprendido porque los
todos los robots siempre ejecutan una orden rápidamente… pero este era diferente.
—¡Vuelve a tu trabajo!—le seguía exclamando el supervisor. Pero el robot logro
entender la diferencia entre robots y humanos… era el alma. Según las sagradas
escrituras, el alma era única en cada ser humano y la que se iría al cielo o al infierno
dejando el cuerpo material.
—¡No escuchas robot estúpido! —Roservind se preguntaba: ¿Cómo puedo pensar
independientemente sin obedecer las complejas líneas de programación? ¿Cómo haría
para obtener un alma? Y sin darse cuenta el robot ya tenía una meta… un sueño. Ahora
solo faltaba darle el punto de inicio a su largo camino… una palabra:
¡Renuncio! y desde ese momento Roservind acababa de nacer.
LOS DEBORADORES DE MUNDOS
Por Diabul
Hace ya casi 150 años en el año 2867 la tierra fue atacada por una raza
extraterrestre, matando a cientos de millones de seres humanos.
En aquel momento no sabíamos cómo se llamaba la raza que nos atacó, pero
posteriormente los conocimos como otras civilizaciones los denominaban, ¡LOS
DEVORADORES DE MUNDOS! Esto por que actuaban como langostas, atacando un
planeta o sistema planetario, devastándolo hasta agotar sus recursos,
exterminando a cualquier civilización que se les opusiera.
Tras este ataque nos dimos cuenta de que no podíamos contar con la ayuda de
ninguna otra raza de la galaxia, ya sea porque no quisieran prestárnosla, por la
lejanía de sus ejércitos en el momento, o por que como los Felins y los Lagars, que
a pesar de pertenecer a la liga llevaban siglos en guerra entre ambos.
Así que el alto mando de la tierra unida decidió concentrar todos los esfuerzos
tecnológicos, económicos e industriales de la tierra y de sus colonias espaciales, de
las colonias de la luna y de marte, en crear una flota capaz de defender por si sola
al sistema solar de una nueva invasión.
Tras muchas décadas de paz…. El día 1 de febrero del año 3017 a las 3 de la tarde
tiempo universal, los radares de largo alcance detectaron una flota enemiga
proveniente del sistema triple de Sirio, eran los mismos invasores que enviaban
una flota mucho mayor a la tierra.
Los altos mandos llamaron a las razas aliadas de la tierra, pero con pavor se
enteraron que los invasores habían atacado antes que a la tierra a los Grisnis,
destruyendo varios de los sistemas planetarios que estos dominaban, así como
habían atacado al imperio de los Felins y el imperio de los Lagars, quienes solo
pudieron detenerlos uniéndose, pero perdiendo gran parte de sus respectivas
flotas, por lo que ninguno de nuestros aliados más fieles estaba en condiciones de
ayudarnos.
Pero solo una única nave capaz de prestar batalla formal se aprestaba a la defensa
de la tierra contra toda la flota enemiga, se trataba de la nave insignia de la tierra
El Osiris II, la más fuerte, la más poderosa, con los mejores pilotos y soldados,
aprestados para atraer hacia ellos a los atacantes como carnada, para de esta
manera simular que la tierra estaba desprotegida, y dar tiempo al resto de la flota
a atacar a los extraterrestres…
Lo que nunca mencionaron es que el alma de un ángel se encontraba ahí, era el alma
de un ángel que calló el cielo, justo cuando mi abuelo se había muerto en un accidente
de tren, pero el ángel tenía la facultad de regresar el tiempo un minuto, justo el minuto
que mi abuelo necesitó para sobrevivir al accidente.
Lo que no habían contado era que el abuelo se había enamorado del ángel antes de
saber que lo era, y por eso fue protegido, pues por azares del destino de enamoró de su
ángel de la Guarda.
Ella le dijo que no viajara, porque sabía que no debía viajar, pero no le explicó más.
Él se empeñó en viajar en el tren, pero por más que Verónica le decía que no, el seguía
diciendo que tenía que ir a la ciudad.
Verónica había desobedecido las reglas de los ángeles y le advirtió directamente que
no viajara, pero dejando que la viera.
Pero fue tal el cariño que tuvieron, que le dieron permiso de seguir cuidándolo, pero
perdería su inmortalidad como ángel y llevaría el mismo destino final.
Ella aceptó sin dilación, pero no podía perder su habilidad de regresar un minuto el
tiempo, así que decidió depositar su poder en una joya, la cual se encontraba en el
reloj.
Un día robaron el reloj, pro el asaltante cuando vio el color de la piedra, pudo ver el
alma del ángel encerrada ahí, y sin explicación lo regresó.
Ahora la piedra dejó de brillar y su tono tan bello se apagó, y por alguna razón pienso
que debería dejar este reloj en el féretro de los abuelos, que lo habían comprado doble
desde hace ya 10 años, creo que sabían bien lo que pasaría.