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TEORÍA SOCIOLÓGICA IV

DICCIONARIO CONCEPTUAL

Lic. José Casas


Estudiantes adscriptos:
Víctor Algañaraz
Valeria Gili
Franco Montaño
Gabriela Tomsing

2008-2009
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ETNOMETODOLOGÍA:
La etnometodología comienza con los trabajos del sociólogo Harold Garfinkel.
Garfinkel, nacido en 1917 en Newark, cerca de Nueva Cork, comienza sus estudios en
dicha localidad, para luego trasladarse a la Universidad de Carolina del Norte, donde
obtiene un Master’ s en sociología. En 1946 emprende la elaboración de una tesis,
defendida bajo la dirección de T. Parsons en la Universidad de Harvard. Al mismo
tiempo se inicia en la fenomenología y lee a Edmond Husserl, Alfred Schutz, entre
otros, que ejercen sobre él una influencia considerable.
La etnometodología es una corriente de la sociología americana que nació a
fines de los años `60, en un contexto de crisis de la sociología, así como de movimiento
estudiantil contestatario y de contracultura. La etnometodología es una corriente de la
microsociología (y hay que considerarla dentro del paradigma interpretativo) que
estudia los procedimientos que realizan las personas en su vida diaria para construir o
producir la realidad social.
El término etnometodología es una palabra a fin a un conjunto de términos
estándar en antropología, como etnobotánica, etnofísica, etnomedicina, etc…
En la palabra etnometodología el término etno se refiere a la disponibilidad que
un sujeto tiene de conocimientos de sentido común sobre su sociedad; la metodología,
está compuesta por las actividades prácticas y por sus propiedades formales, por los
conocimientos de sentido común, por el razonamiento práctico. La etnometodología es
la metodología que utiliza la gente en su vida cotidiana para producir la realidad.
“La etnometodología es el estudio de los modos en que se organiza el
conocimiento que los individuos tienen de los cursos de acción normales, de sus
asuntos habituales, de los escenarios acostumbrados”. (Wolf, 1979, 110)
“La etnometodología tiene como objeto de estudio empírico las actividades
practicas, las circunstancias de cada día, el razonamiento sociológico que
habitualmente desplegamos en los asuntos ordinarios: reserva para las actividades más
comunes de la vida cotidiana la atención normalmente concedida a los sucesos
extraordinarios” (Garfinkel, 1967, cap. I en Mauro Wolf, 1979, 111)
“El tema crucial de la etnometodología (...) es el análisis de los modos comunes
en que los individuos hacen racionales y explicables sus experiencias de todos los días.
En otras palabras, la etnometodología es una sociología de la vida cotidiana” (Filmer y
otros, 1972, 217 en Mauro Wolf, 1979,114)
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“La etnometodología analiza las prácticas y los modos en que los personas
construyen la estabilidad de su mundo social y a la vez lo hacen descriptible y
observable. La etnometodología se presenta como un viaje por el mundo del sentido
común, como un conjunto de conocimientos dados por descontado.” (Wolf, 1979)
“El proyecto teórico de la etnometodología consiste en analizar los métodos, o si
se quiere, los procedimientos que emplean los individuos para llevar a buen término las
diferentes operaciones que emprenden en su vida cotidiana. Es el análisis de las
actuaciones habituales que los actores sociales habituales desarrollan con el fin de llevar
a cabo sus acciones cotidianas”. (Coulon, 1995,13)
Para Coulon la etnometodología es la búsqueda empírica de los métodos
empleados por los individuos para dar sentido y, al mismo tiempo, realizar sus acciones
de todos los días: comunicarse, tomar decisiones, razonar. Para los etnometodólogos, la
sociología, será, pues, el estudio de estas actividades, ya sean triviales o científicas,
considerando que la propia sociología debe ser entendida como una actividad práctica.
“De acuerdo con sus raíces griegas, el término etnometodología se refiere
literalmente a los métodos que las personas utilizan cotidianamente para vivir una vida
cotidiana satisfactoria. El mundo social se contempla como una realización práctica en
curso. Se considera que las personas son racionales, pero usan un razonamiento práctico
para vivir la vida cotidiana. La etnometodología se centra en lo que hace la gente”.
(Ritzer, 1993, 287)
Sin embargo, aunque se centran en la acción, los etnometodólogos la conciben
en tanto implícita y entraña un actor reflexivo, la etnometodología no niega la existencia
de los procesos mentales. Reconocen de acuerdo con Schutz que la acción suele ser más
bien rutinaria y relativamente irreflexiva. Los etnometodólogos critican algunas teorías
sociológicas (como el estructural funcionalismo y el marxismo estructural) que
consideran al actor como un imbécil desprovisto de juicio. “La etnometodología es el
estudio del cuerpo de conocimiento de sentido común y la gama de procedimientos y
consideraciones (métodos) por medio de los cuales los miembros corrientes de la
sociedad dan sentido a las circunstancias en las que se encuentran, hallan el camino a
seguir en esas circunstancias y actúan en consecuencia.” (Heritage, 1984, 4 en Ritzer,
1993, 288)
Los ambientes en los que nos movemos, hablamos, actuamos, las personas con
las que estamos en interacción, representan para nosotros un universo normal, al cual
aplicamos conocimientos comunes, dados por descontado. Las prácticas, los métodos,
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con los que planteamos la normalidad, continuidad y estabilidad de la realidad social de


la vida cotidiana, son el objeto del estudio etnometodológico.
Garfinkel afirma que el término etnometodología indica el estudio de la
actuación práctica en la vida cotidiana y de los fenómenos, problemas, resultados y
métodos que acompañan el uso de tal actuación. Realizamos las actividades cotidianas
usando métodos y procedimientos que constituyen precisamente el objeto de estudio de
la etnometodología. Esta no pretende explicitar reglas allí donde no parece que las haya,
sino que analiza las prácticas y los modos en que los individuos construyen la
estabilidad de su mundo social y a la vez lo hacen descriptible, observable, objeto de
informe. La etnometodología se presenta como un viaje por el mundo del sentido
común.

a) Neopraxeología:
El lenguaje de los etnometodólogos presenta un estilo arduo y a veces
indescifrable, el nombre de la escuela parece complicado y extraño, y en realidad no se
trata de una escuela, ya que el término funciona como una especie de paraguas que
cubre cosas bastante distintas entre sí: el mismo Garfinkel prefiere no hablar ya de
etnometodología sino de neopraxeología… sin embargo, por regla general, este
desarrollo de la teoría sociológica continúa llamándose etnometodología, y el interés por
él se amplia y se difunde cada vez más.
En palabras de Garfinkel: “Hemos dejado de usar el término etnometodología.
La llamaremos neopraxeología. Esto al menos permitirá que quien quiera usar el
término etnometodología, cualquiera sea el motivo por el que lo quiera, pueda tomarlo
de hecho. Y tanto mejor si nuestros estudios permanecen sin esta etiqueta. De hecho
pienso que ésta puede ser un error. Ha adquirido vida propia”. (Garfinkel, 1968, 18 en
Wolf, 1979, 110)

b) Asunción Corregible e Incorregible:


Uno de los elementos más importantes del conocimiento de sentido común es el
“carácter reflexivo” de los hechos de la vida cotidiana, el cual es para los individuos un
conocimiento institucionalizado del mundo social.
Es útil recurrir al concepto de asunción incorregible para ilustrar el de
reflexividad: la actitud natural funciona incorregiblemente. La asunción del mundo
común compartido funciona como una especificación incorregible de las relaciones que
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existen entre las experiencias de una comunidad de perceptores con respecto a lo que se
considera que es un mundo idéntico. El elemento significativo en todo esto es que no se
pone en tela de juicio la intersubjetividad del mundo.
“La diferencia entre proposiciones corregibles e incorregibles se puede ilustrar
con ejemplos. La mayor parte de las aserciones que hacemos cotidianamente, como
“Mr. Smith hoy no está”, es corregible. Con esto quiero simplemente decir que cada vez
que hacemos tales aserciones, aunque las bases para hacerlas sean muy fuertes,
podemos siempre reiterarla libremente y admitir que nos hemos equivocado, si suceden
ciertos acontecimientos. Así, mi aserción de que Smith está ausente para todo el día, es
corregible porque (aunque tenía óptimos motivos para alegarlo, dado que me lo
encontré esta mañana y me ha dicho que iba a coger el tren) si, por ejemplo fuera a su
habitación y lo encontrara sentado allí, tendría que retirar mi afirmación sobre su
ausencia y admitir la falsedad. Por otra parte una proposición matemática como 7 + 5 =
12, es incorregible porque ningún hecho futuro, sea el que sea, prueba la falsedad de la
proposición”. (Wolf, 1979, 131)
Una proposición corregible proporciona alguna información sobre el mundo: una
proposición completamente incorregible no dice nada. Una proposición corregible es la
que estarías dispuesto a retirar y admitir como falsa si suceden ciertos acontecimientos:
nos proporciona por tanto la información de que esas cosas no sucederán. Una
proposición incorregible es la que no admitirás nunca como falsa pase lo que pase: ésta
por tanto no dice nada de lo que sucede.

c) Cláusula del Etcétera:


Según Ritzer a fin de vivir su vida cotidiana, las personas aplican el principio del
etcétera. De acuerdo con este principio, todas las situaciones implican aspectos
incompletos que los participantes deben rellenar para que la situación prosiga. Vivimos
nuestra vida cotidiana a pesar de toparnos constantemente con toda surte de vacíos y
ambigüedades. Para salvar estos obstáculos admitimos situaciones borrosas e
información oscura sin cuestionarlas, esperando que más tarde se clarifiquen. La vida
social sería imposible si esperáramos una claridad total en cada momento. En el curso
de la acción esperamos que nos llegue la requerida información o la buscamos
activamente con el fin de clarificar la situación y comprender mejor lo que esta
sucediendo. La vida social es posible debido a que las personas aceptan el principio
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“etcétera” y están dispuestas a seguir ante la ambigüedad con la esperanza de que las
cosas se clarifiquen más tarde.
En opinión de Coulon: la cláusula etcétera, que los actores no cesan de usar
inconscientemente, les permite captar el significado de los acontecimientos. Con ella,
ciertas descripciones se validan como adecuadas. Esta propiedad a la que se recurre en
el curso del diálogo, no implica que exista un consenso a priori entre los dos
interlocutores. El acuerdo surge durante la interacción, y es consecuencia de la
aplicación de la cláusula del etcétera, que revela que emisor y destinatario aceptan
tácitamente y asumen juntos la existencia de significados e interpretaciones comunes,
independientemente de que el contenido de sus descripciones les resulte o no evidente.
Lo cual pone de manifiesto la existencia de un conocimiento común socialmente
distribuido.
La expresión etcétera, ocupa a menudo, el lugar del complemento de
demostración, se sobreentiende (sabe usted bien lo que quiero decir, no tengo que
insistir ni nombrar con precisión todo lo que acabo de decirle, puede completar
fácilmente por sí mismo, proseguir mi demostración, encontrar otros ejemplos para mi
enumeración, etcétera) la regla del etcétera requiere que un hablante y un oyente
acepten fácilmente y asuman juntos la existencia de significaciones y de comprensiones
comunes de las descripciones que se consideran evidentes.
Mauro Wolf afirma que “Garfinkel observa que los procesos de comprensión
que se realizan en la vida cotidiana (independientemente de la especificidad de los
términos de la comprensión) funcionan como un acuerdo para las personas implicadas,
solo en cuanto las condiciones las condiciones estipuladas del acuerdo comportan una
cláusula implícita, pero recíprocamente comprendida: la cláusula del etcétera. Esta
proporciona la certeza de que constantemente están disponibles condiciones no
precisadas, por medio de las cuales un acuerdo puede ser leído retrospectivamente para
hallar en él, a la luz de las circunstancias actuales, aquello en que consistía “realmente”
el acuerdo “en primer lugar” y durante “toda su vigencia”.” (Wolf, 1979, 155)
La consistencia y relevancia de la regla del etcétera está generalizada y
caracteriza el orden social en cuanto conjunto de actividades gobernadas por reglas.
La regla del etcétera funciona más o menos como el ámbito de los términos no-
establecidos (explícitamente) del contrato que toda norma plantea: éste consiste en una
especie de regla suplementaria que completa toda enumeración de las reglas válidas en
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una cierta situación, colocándolas en el marco de un acuerdo entre los sujetos de


interactuiar de acuerdo a ellas: es así una especie de acuerdo sobre el acuerdo.
La cláusula del etcétera permite insertar en la regla elementos contingentes de la
interacción manteniendo firme su carácter ordenado “desde el principio”. Constituye en
cierto sentido “la parte sumergida” de la regla y del acuerdo social en la interacción, que
proporciona la elasticidad necesaria para afrontar las situaciones problemáticas,
negociables y para describirlas como ordenadas, racionales, coherentes, etc. la
propiedad del etcétera consiste por tanto en una meta-regla, en una instrucción general
que acompaña toda situación de uso de reglas sociales: esta propiedad recomendaría
usar la norma de modo apropiado al contexto, aunque ello significaría un
comportamiento contradictorio de la regla.
La cláusula del etcétera representa una parte implícita del funcionamiento del
orden interaccional. La cláusula del etcétera es el procedimiento que permite a los
actores tener un sentido normativo de los escenarios contingentes, realizando
conexiones temporales, “concretas” cono conocimientos enciclopédicos (a corto o largo
plazo) socialmente difundidos.

d) Accountability:
Según Alain Coulon, si la sociología puede dar cuenta de las actividades de los
individuos, es gracias a la existencia de una propiedad “natural” del mundo que
Garfinkel denomina accountability: vivimos en mundo que es descriptible, inteligible,
analizable; descriptibilidad que se revela en las acciones prácticas que emprendemos en
nuestra vida cotidiana. Lo accountable se refiere a algo que es observable/referible, es
decir descriptible: se trata de algo resumible.
Los estudios etnometodológicos analizan las actividades cotidianas de los
miembros como métodos que hacen a las propias actividades visiblemente racionales y
referibles a todos los fines prácticos, es decir descriptibles -accountables- en cuanto
organización ordinaria de las actividades de todos los días.
“Louis Quére señala dos características importantes de la accountability: es
reflexiva y racional. Decir que es reflexiva es subrayar que la accountability de una
actividad y de sus circunstancias es… un elemento constitutivo de sus actividades.
Decir que es racional, es subrayar que se produce metódicamente en situación y que las
actividades son inteligibles, pueden ser descritas y evaluadas bajo el aspecto de su
racionalidad”. (Coulon, 1987, 45)
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Decir que el mundo social es accountable significa que está disponible, es decir,
que es descriptible, inteligible, relatable y analizable. Esta posibilidad de analizar el
mundo social, su descriptibilidad, su objetividad, se revelan en las acciones prácticas de
la gente. El mundo no se da de una vez y para siempre, sino que se cumple en nuestras
realizaciones prácticas.
La etnometodología trata los informes que hacen los miembros sobre el mundo
social como realizaciones en situación, trata de elucidar como se producen los informes
o las descripciones de un suceso, etc. Los etnometodólogos no toman por descripciones
de la realidad social los informes que de ésta hacen los actores. El análisis de estos
informes no les es útil más que en la medida en que revela como los actores
reconstruyen constantemente un orden social frágil y precario con el fin de
comprenderse y ser capaces de intercambiar algo. La propiedad de estas descripciones
no es que describan el mundo, sino que muestran continuamente su constitución. Este es
el sentido que hay que dar a la expresión account: si describo una escena de mi vida
cotidiana, no es por explicar el mundo por lo que interesaría a un etnometodólogo, sino
porque al realizarse, mi descripción “fabrica” el mundo, lo construye. Hacer visible el
mundo es hacer comprensible mi acción al describirla, porque doy a entender su sentido
al revelar los procedimientos que empleo para expresarla.

e) Idiota Cultural:
La sociología postula que la realidad social existe en alguna medida
independientemente de las investigaciones de las que es objeto. Desde la sociología, el
sentido de las acciones de los miembros sólo sería accesible al sociólogo profesional.
Así, el experto en sociología trata al actor social como un “idiota cultural”, que produce
la estabilidad de la sociedad actuando conforme a las alternativas de acción
preestablecida y legítima que le proporciona la cultura.
“Hasta ahora, los sociólogos han “sobresocializado” el comportamiento de los
actores, y sus hipótesis sobre la interiorización de las normas, que provocan conductas
automáticas e impensadas, no refleja el modo en que los actores perciben e interpretan
el mundo, reconocen lo familiar y construyen lo aceptable, así como tampoco explica de
que modo las reglas rigen concretamente las interacciones”. (Coulon, 1993, 18)
Según los etnometodólogos, Parsons construye una teoría que quiere explicar la
estabilidad de las estructuras sociales a través de la reproducción del orden social. La
expresión mundo exterior objetivo (típica en los trabajos de la ciencia empírica positiva)
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indica claramente la división introducida por Parsons entre el observador científico y el


mundo empírico, cuya existencia es independiente de los medios utilizados para
conocerlo. La objetividad del proceso quedará garantizada por la racionalidad intrínseca
del método científico. La racionalidad o, por el contrario, la irracionalidad de la
conducta del actor dependerán del grado de interiorización de las normas sociales.
Porque la mayoría de las acciones se acogería según Parsons, al teorema de la
institucionalización. Éste es el motivo por el cual, en al concepción que Parsons tiene de
la acción social, el actor está privado de “reflexividad” ya que, en caso contrario, sería
capaz de analizar su relación de dependencia con ese conjunto de normas. La existencia
social está inevitablemente sujeta a este proceso: sin él, se produciría la disgregación del
cuerpo social.
Ahora bien, Garfinkel, está en un desacuerdo casi total con todo esto. Para
Garfinkel el actor es algo más que un ser incapaz de juicio, dedicado únicamente a
reproducir, sin tener conciencia de ello, las normas culturales y sociales que habría
interiorizado previamente. El análisis de las conductas científicamente racionales de los
actores sociales no impide apreciar sus caracteres racionales. Por otro lado, las normas
en modo alguno podrían determinar la acción. Garfinkel considera la reflexividad, no
como un obstáculo frente al mantenimiento y la comprensión del orden social, sino
como una condición primordial. Garfinkel entiende que los juicios y las acciones de los
individuos no deben ser obviados ni tratados como epifenómenos en el análisis de la
acción social, y por ello esta en contra de Parsons en tanto éste elude por completo el
mundo del sentido común en el que los actores ordinarios escogen su línea de conducta,
sobre la base de consideraciones y juicios accesibles al análisis.
La etnometodología como enfoque de investigación, tendrá por contenido el
análisis, a partir de las acciones de los individuos, de la construcción y reconocimiento
de las circunstancias y los acontecimientos que las hacen posibles. Será tarea capital
observar el modo en que los actores de sentido común producen y tratan la información
en los intercambios, y su uso del lenguaje como recurso, en resumen, como construyen
un mundo razonable con el fin de vivir en el.

f) Procedimientos Interpretativos:
Según afirma Alain Coulon: “Cicourel ha extraído un cierto número de
propiedades de lo que él llama los procedimientos interpretativos. Con éste término
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designa lo que Garfinkel ya había bautizado con el nombre de razonamiento sociológico


práctico”. (Coulon, 1995, 19)
Después de presentar las principales corrientes de la 9investigación lingüística
sobre el papel del lenguaje en la socialización del niño, y especialmente en el proceso de
interiorización de las normas sociales, Cicourel se propone estudiar, a la luz de los
trabajos etnometodológicos de Garfinkel, las prohibiciones y las obligaciones que
jalonan la vida cotidiana, a las que denomina “reglas de superficie”. Se trata de estudiar
el modo en el que los individuos, en su razonamiento práctico cotidiano, o incluso en
sus actividades científicas “hacen uso de procedimientos interpretativos para reconocer
la pertinencia de las reglas de superficie y transformarlas en comportamiento práctico
impuesto”. (Coulon, 1995, 19)
Cicourel propone la caracterización de los procedimientos interpretativos en
función de las siguientes propiedades:
a) La reciprocidad de las perspectivas: Cicourel retoma aquí los desarrollos de Schutz
sobre la ínter-cambiabilidad de los puntos de vista y la conformidad del sistema de
pertinencia, dos idealizaciones que, por sí mismas, forman la tesis general de la
reciprocidad de las perspectivas.
b) La hipótesis de la cláusula etcétera: La cláusula del etcétera, que los actores no dejan
de usar inconcientemente, les permite captar el significado de los acontecimientos, pese
a su carácter impreciso o a su ambigüedad. Con ella ciertas descripciones se validan
como adecuadas. Se recurre a esta propiedad en el recurso del diálogo.
c) Las formas normales: las dos características anteriores suponen la existencia de ¨
formas normales¨ de expresión, a las que apelan los miembros para dar sentido a su
entorno.
d) El carácter prospectivo-retrospectivo de los acontecimientos: La conversación
normal esta plagada de esos momentos en que se espera la aparición de un enunciado
particular con objeto de dar sentido, retrospectivamente a todo lo dicho con
anterioridad.
e) El lenguaje reflexivo: El lenguaje es un elemento constitutivo fundamental de nuestra
vida. Gracias a él reconocemos y hacemos intangibles nu4stras instituciones. Para
Garfinkel el lenguaje es constitutivo de todos los marcos sociales-
f) Los vocabularios descriptivos como expresiones deícticas: Garfinkel sostiene que los
vocabularios son índices de la experiencia, y rasgos constitutivos de la propia
experiencia que quieren describir.
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g) Sociólogos Profanos y Profesionales:


La etnometodología se define pues como la “ciencia” de los “etnométodos”, es
decir, de los procedimientos que constituyen lo que Harold Garfinkel, fundador de la
corriente e inventor del término ha dado en llamar “el razonamiento sociológico
práctico”. Todo sujeto, es en si mismo un etnometodólogo -o sociólogo profano-, en
tanto es capaz de dar explicaciones sobre las interacciones sociales. Ahora bien los
sociólogos profesionales son etnometodólogos de segundo orden, en tanto son
científicos.
Todas las personas somos etnometodólogos, porque actuamos sin pensar,
tenemos incorporadas las cosas. Somos etnometodólogos de diferente nivel u orden:
1º Orden: Cuando una persona común se analiza a sí mismo, a sus propias
realizaciones prácticas.
2º Orden: Los sociólogos somos etnometodólogos de segunddo orden, porque
estudiamos la producción de conocimiento de otros, en una segunda instancia.

h) Razonamiento Sociológico Práctico:


Garfinkel indica que sus estudios tratan las actividades prácticas, las
circunstancias prácticas y el razonamiento sociológico práctico como objetos de estudio
empírico.
“Si los actores producen objetivación, ello implica que la forma de conocimiento
científico no posee el monopolio de la objetivación.De ahí que la etnometodología se
proponga sostener que la actividad científica, en tanto que las operaciones de las que se
compone son idénticas as la de los actores profanos, es el producto de un tipo de
conocimiento práctico, el cual puede llegar a convertirse en objeto de estudio para la
sociología y ser a su vez, cuestionado científicamente”. (Coulon, 1995, 17)
Cada sujeto en la gestión de sus asuntos cotidianos, actúa como sociólogo y
emplea estructuras formales (actividades cotidianas) en su razonamiento sociológico
práctico. Se puede decir que las propiedades formales de las acciones cotidianas
consisten en el hecho de que los actores sociales realizan una normalidad perceptible de
los acontecimientos, es decir, los describen y los interpretan según categorías formales
que permiten tratarlos como normales.
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El razonamiento sociológico práctico es aquel que todo individuo socialmente


adiestrado, competente, desarrolla en la vida cotidiana para establecer, describir, captar
su normalidad.

i) Realizaciones Prácticas:
El interés de la etnometodología se centra en mostrar que: los fenómenos
explicables (hechos sociales) son de arriba a abajo realizaciones prácticas. Para la
etnometodología, los sociólogos se las ingenian para encontrar explicaciones conformes
con sus hipótesis preestablecidas, en concreto la de “la constancia del objeto”. La
etnometodología sustituye esta hipótesis de la constancia del objeto por la de “proceso”.
Allí donde otros ven datos, el etnometodólogo ve un proceso por medio del cual los
rasgos de aparente estabilidad de la organización social se están creando continuamente.
Los hechos sociales son realizaciones de los miembros. La realidad social esta siendo
creada constantemente por los actores.
Garfinkel cree que los hechos sociales constituyen el fenómeno sociológico
fundamental. Sin embargo los hechos sociales de Garfinkel difieren considerablemente
de los de Durkheim. Para Durkheim los hechos sociales son fenómenos macro-
objetivos, en tanto son externos y coercitivos para los individuos (apareciendo los
actores como constreñidos por las estructuras y las instituciones sociales). En cambio
para Garfinkel los hechos sociales constituyen fenómenos micro-objetivos, centrándose
de este modo en el nivel micro de los fenómenos sociales. La etnometodólogos se ocupa
de la organización de la vida cotidiana o en términos de Garfinkel: de la sociedad
inmortal y corriente.
Los hechos sociales se deben considerar como realizaciones prácticas. “Este es
el motivo por el cual, según Garfinkel, los hechos sociales no se nos imponen,
contrariamente a lo que afirma Durkheim, como una realidad objetiva: hay que
considerar los hechos sociales no como objetos, sino como realizaciones prácticas”.
(Coulon, 1995, 18)
Se abre un campo inmenso de contingencias engendrado por la práctica, que
nunca consiste en una mera aplicación o en la simple imitación de los modelos
preestablecidos. El hecho social no es un objeto estable, sino el producto de la actividad
continua del hombre, que pone en práctica destrezas, procedimientos, reglas de
conducta, en otras palabras, una metodología profana que confiere un sentido a sus
actividades, y cuyo análisis constituye, según Garfinkel, la auténtica tarea del sociólogo.
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El interés de la etnometodología es el de poner en el candelero “las estructuras


formales de las actividades comunes”. El análisis por ella desarrollado es enfocado
desde una máxima cognoscitiva de este tipo: trata los hechos sociales como
realizaciones; en aquello que normalmente se ve como “cosas”, “datos” o “hechos“, el
etnometodólogo ve y trata de ver los procesos mediante los cuales se crean y sostienen
de manera constante las características de escenarios socialmente organizados.
La perspectiva etnometodológica rechaza el punto de vista acostumbrado según
el cual la eficiencia, la concreción, la inteligibilidad, la coherencia, la tipicidad, la
uniformidad, la reproducibilidad de las acciones (propiedades racionales del
comportamiento práctico) son fijadas, reconocidas, categorizadas, descritas sirviéndose
de una regla y de un modelo obtenido independientemente de la situación en que tales
propiedades son reconocidas, usadas, producidas, etc. Toda propiedad racional de la
acción, todo aspecto del sentido de una actividad, de su factibilidad, objetividad,
explicabilidad, de su comunicabilidad, es considerada como una realización contingente
de prácticas comunes organizadas socialmente.

j) Actitud Natural:
El “mundo de sentido común” y el “mundo de la vida cotidiana”, son vistos por
Garfinkel como la “actitud natural” del sujeto para concretar los fines prácticos de sus
acciones. Por consiguiente, podemos decir que la actitud natural es el punto de visto que
tiene el individuo sobre la realidad del mundo común en el que está inserto. Por actitud
natural se entiende “el mundo de sentido común”, el mundo cotidiano como es
conocido y visto por el sujeto en el alcance de los fines prácticos de sus acciones: se
presenta como una totalidad de auto-evidencias que cambian de situación a situación, su
característica principal es dar por descontado el mundo y sus objetos, hasta que se
impone una contraprueba.
“Lo que diferencia el estudio etnometodológico de otras (micro) sociologías es
que el centro de su indagación es el proceso con el que los miembros sociales producen
y sostienen un sentido de la estructura social en la cual interaccionan. Garfinkel afirma
que el carácter ¨obvio¨ y ¨natural¨ del mundo social en que los actores operan, es el
resultado de prácticas sociales difundidas que constituyen el elemento esencial de la
competencia de sujetos socialmente educados.” (Wolf, 1979, 117)
La etnometodología analiza las prácticas y los modos en que las personas
construyen la estabilidad de su mundo social y a la vez lo hacen descriptible y
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observable. La etnometodología se presenta como un viaje por el mundo del sentido


común, como un conjunto de conocimientos dados por descontado.
Los seres humanos estamos habituados a dar por descontado ciertos
conocimientos, razonamientos, “cosas que todos saben”, patrimonio común,
enciclopedia difusa en la que se puede confiar: no es necesaria una posterior reflexión,
debido a que todo ello es un instrumento inmediato, que esta al alcance de los
individuos, para su interacción y actuación en el mundo, sin que cada vez halla que
volver a discutir sobre ello. Para los seres humanos, cada una de las actividades diarias
que realizamos son vistas como circunstancias “naturales”, naturalidad dada
cotidianamente. El mundo de la vida cotidiana conocido en común con otros, y en
conjunto con ellos dado por descontado, representa la escena de un orden social y moral
en que el individuo se coloca. El elemento crucial y más sutil del mundo cotidiano dado
por descontado es el hecho de que este se de por descontado.

k) Acontecimiento:
La etnometodología analiza las prácticas y los modos en que las personas
construyen la estabilidad de su mundo social y a la vez lo hacen descriptible y
observable. La etnometodología se presenta como un viaje por el mundo del sentido
común, como un conjunto de conocimientos dados por descontado.
Las prácticas y los métodos usados por los sujetos para hacer explicables,
descriptibles, coherentes, racionales, sus comportamientos y exposiciones requieren el
conocimiento de y se refieren a un mundo de sentido común intersubjetivamente
percibido y dado por descontado. La etnometodología es así el estudio de los
conocimientos de sentido común que usamos en las prácticas cotidianas, incluidos los
resúmenes, las explicaciones, las glosas con las que reconstruimos la racionalidad de
tales prácticas.
Entendemos este “mundo de la vida cotidiana”; como nuestro escenario
familiar, de amigos, de trabajo, de estudio, etc., donde no hace falta más que el “sentido
común” para hacer explicables, descriptibles, coherentes y hasta racionales nuestros
comportamientos. Este sentido común que usamos cotidianamente es compartido con
otros, y no necesitamos reflexionar permanentemente sobre él, ya que son “cosas que
todos saben”.
Según Garfinkel cuando un acontecimiento, acción, estudio, se presenta como
“conocido en común con otros”, pertenece en consecuencia a “lo que todos saben”, se
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fundan sobre algunos presupuestos (válidos hasta haber pruebas en contra) que
constituyen los caracteres decisivos de los acontecimientos del mundo de sentido
común.
Un acontecimiento forma parte del mundo de sentido común cuando:
a) el sujeto asume;
b) asume que su interlocutor asuma,
c) asume que del mismo modo que él asume respecto al interlocutor, el
interlocutor asume, respecto a él, las características naturales, dadas por descontado, no-
problemáticas y no fácilmente verbalizables de los acontecimientos.

l) Miembro:
“En el vocabulario etnometodológico la noción de miembro no hace referencia a
la pertenencia social, sino al manejo del lenguaje natural: la noción de miembro es el
fondo del problema, no se refiere a una persona, sino más bien al manejo del lenguaje
común. Lo entendemos de la siguiente forma: entendemos que la gente, al hablar un
lenguaje natural, está comprometida de alguna manera en la producción y presentación
objetivas del saber de sentido común de sus asuntos cotidianos como fenómenos
observables y relatables… Con una frecuencia y una insistencia universales, los
miembros emplean formulas destinadas a remediar el carácter indexical de sus
expresiones y, más concretamente, intentan sustituir las expresiones indexicales por
expresiones objetivas.” (Coulon, 1987, 50)
Garfinkel rechaza la definición parsoniana de miembro (individuos
colectivamente organizados), los concibe que las “personas particulares” e “individuos”
son aspectos observables de actividades ordinarias.
Convertirse en miembro supone afiliarse a un grupo, a una institución, lo que
requiere el manejo progresivo del lenguaje institucional común. Esta afiliación descansa
en la particularidad de cada uno, su manera singular de debatirse con el mundo, de ser
en el mundo, en las instituciones sociales de la vida cotidiana. Una vez afiliados, los
miembros no tienen necesidad de interrogarse sobre lo que hacen. Conocen lo implícito
de sus conductas y aceptan las rutinas inscritas en las prácticas sociales. Esto es lo que
hace que no seamos extraños a nuestra propia cultura y, a la inversa, que las conductas o
las preguntas de un extranjero nos resulten extrañas.
16

Así pues, un miembro es una persona dotada de un conjunto de procedimientos,


de métodos, de actividades, que la hacen capaz de inventar dispositivos de adaptación
para dar sentido al mundo que lo rodea.

m) Reflexividad:
Aceptando la creencia incorregible en el funcionamiento de la vida cotidiana,
todos los acontecimientos se convierten reflexivamente en evidencias por esa creencia.
Uno de los conceptos más difíciles del paradigma etnometodológico es el de la
reflexividad.
“La “reflexividad” es una práctica cotidiana: esto quiere decir que el uso
cotidiano, normal, del lenguaje, representa inevitablemente y al mismo tiempo, tanto
una descripción de las escenas de la interacción social como un elemento de estas
mismas escenas que aquel consigue ordenar. No solo transmite información, sino que al
mismo tiempo describe y crea un contexto donde la información puede aparecer. No
toma solo el significado del contexto en que aparece, sino que reflexivamente crea tal
contexto: éste, por tanto, define una realidad de la que a la vez es parte”. (Wolf, 1979,
132)
Según Alain Coulon: uno de los elementos más importantes del conocimiento de
sentido común es el “carácter reflexivo” de los hechos de la vida cotidiana, el cual es
para los individuos un conocimiento institucionalizado del mundo social.
Cuando se habla del carácter reflexivo de las prácticas de resumen
(procedimiento para hacer explicable escenas de acontecimientos cotidianos), se
entiende que los resúmenes (justificaciones, explicaciones, exposiciones) de los actores
sociales son elementos constitutivos de aquello de lo que éstos son resúmenes, de
aquella realidad a propósito de la cual estos resúmenes hablan, proporcionan
descripciones, explicaciones, conexiones, valoraciones, etc.
En el rendir cuentas de las acciones, en el explicarlas de forma racional
(resumible), los sujetos producen la racionalidad de tales acciones y a la vez convierten
la vida social en una realidad comprensible, coherente. El interés etnometodológico es
el de hacer observar el carácter reflexivo de las actividades prácticas. La atención sobre
el concepto de reflexividad hace necesario subrayar que “los procedimientos de
descripción, sus resultados y los usos de sus resultados son elementos integrantes del
mismo orden social que tales procedimientos ayudan a describir”.
17

La reflexividad no debe ser confundida con la reflexión. Cuando se dice que la


gente tiene prácticas reflexivas, no significa que reflexionen sobre lo que hacen.
Evidentemente, los miembros no tienen conciencia del carácter reflexivo de sus
acciones. Si la tuvieran no serían capaces de proseguir las acciones prácticas iniciadas.
Según Garfinkel los miembros se desinteresan de las circunstancias prácticas, no
intentan teorizar, en tanto consideran evidente esta reflexividad, pero reconocen,
demuestran y hacen observable para cada uno de los otros miembros el carácter racional
de sus practicas concretas (ocasionales) considerando esta reflexividad como una
condición inalterable e inevitable de sus investigaciones.
En lugar de considerar la reflexividad como un obstáculo para la conversación y
comprensión del orden social, Garfinkel, por el contrario, hace de ella la condición
primera.
La reflexividad designa las prácticas que describen y constituyen a la vez un
cuadro social. Es la propiedad de las actividades que presuponen y al mismo tiempo
hacen observable la misma cosa. En el curso de nuestras actividades ordinarias, no
solemos prestar atención al hecho de que mientras hablamos, a medida que enunciamos,
estamos construyendo el sentido, el orden y la racionalidad de lo que estamos haciendo
en ese momento. Las descripciones de lo social se convierten en el momento de
expresarlas, en partes constitutivas de lo que describen.
Describir una situación es construirla. La reflexividad designa la equivalencia
entre la comprensión y la expresión de dicha comprensión. Y Garfinkel llama account al
vehículo, al soporte, al vector de esa equivalencia. Hacer una interacción es decirla. La
reflexividad presupone: que las actividades realizadas por los miembros para producir y
manejar las situaciones de su vida organizada de todos los días son idénticas a los
procedimientos utilizados para hacer descriptibles dichas situaciones.
Garfinkel se preocupa por los procedimientos, métodos y prácticas que utilizan
las personas, cree que estos etnométodos son reflexivamente explicables.
Por reflexividad los etnometodólogos entienden el proceso en el que estamos
todos implicados para crear la realidad social mediante nuestros pensamientos y
nuestras acciones. Sin embargo raramente somos conscientes de este proceso porque,
por lo general, nos lo ocultamos a nosotros mismos. Cuando saludamos a alguien y ese
alguien nos devuelve el saludo, no somos conscientes del esfuerzo reflexivo que
estamos realizando.
18

El orden en la sociedad se deriva, al menos parcialmente, de la refelexividad de


las personas. Es decir, los etnometodólogos rechazan la idea de que el orden se deriva
meramente de la conformidad a las normas. Es la conciencia del actor de sus opciones,
así como su capacidad de anticipar como van a reaccionar los otros a lo que ellos dicen
y hacen, lo que dispone el orden en el mundo cotidiano.
Las explicaciones suponen un esfuerzo de los actores que incluyen procesos
tales como la descripción, la crítica y la idealización de situaciones específicas. La
explicación es el proceso por el que las personas dan sentido al mundo. Los
etnometodólogos prestan mucha atención al análisis de las explicaciones de las
personas, así como a los modos en que las personas ofrecen y aceptan (o rechazan) las
explicaciones. Esto explica su enorme interés por el análisis conversacional.
En su desarrollo de la idea de las explicaciones, los etnometodólogos suelen
esmerarse en subrayar que los sociólogos, como todo el mundo ofrecen explicaciones.
Por esto los estudios sociológicos pueden ser considerados también como explicaciones
y, desde el punto de vista de los etnometodólogos son susceptibles de ser analizados
como una explicación más. Esta idea contribuye al desencanto de la obra de los
sociólogos. Una buena parte de la sociología implica explicaciones de sentido común.
Los etnometodólogos pueden estudiar las explicaciones de los sociólogos del mismo
modo que estudian las explicaciones de los profanos. Así las prácticas cotidianas de los
sociólogos (y de todos los científicos) son susceptibles de caer bajo el escrutinio de los
etnometodólogos.
Hemos logrado comprender lo que Garfinkel quería decir al referirse a métodos
cotidianos reflexivamente explicables. Las personas son capaces de reflexionar sobre
las cosas que hacen, y por tanto son capaces de explicar a los otros sus acciones. Es la
reflexividad conjunta, y la oferta y aceptación de las explicaciones, lo que explica
parcialmente el orden de la vida cotidiana.

n) Indexicalidad:
Cualquier actividad, acción y discurso es una actividad realizada en un ambiente
cuyo significado es descriptible, explicable y demostrable, solamente mediante el uso de
elementos indexicales, los cuales están marcados por la referencia de persona, espacio y
tiempo que lo sitúan en un contexto.
Para Ritzer: la indexicalidad es un concepto derivado de la lingüística, donde
significa que las proposiciones tienen significados que difieren en función de contexto.
19

En el desarrollo de esta idea, los etnometodólogos adoptan el punto de vista de que


todas las explicaciones -de hecho, todas las expresiones y las acciones prácticas- deben
interpretarse dentro de su contexto particular. Esto implica que los etnometodólogos han
de cuidarse de imponer su visión de la realidad a los actores. En cambio, si deben
intentar ponerse en lugar del actor con el fin de comprender lo que está diciendo y
haciendo.
Según Wolf: en el uso común y cotidiano del lenguaje, algunos términos
dependen para su significado de la situación específica en que son empleados. Personas,
sucesos, hechos, procesos, son así indicados e identificados con relación a un tema
particular, enunciado en circunstancias precisas.
“Los pronombres personales son el primer punto de apoyo para esta aclaración
de la subjetividad en el lenguaje. De estos pronombres dependen a su vez los
indicadores de la dexis, demostrativos, adverbios, adjetivos que organizan las relaciones
espaciales y temporales en torno al sujeto: éste, aquí, ayer, ahora, ése, el año pasado,
mañana, etc. Estos tienen en común la propiedad de definirse solo en relación con la
situación de discurso en la que se producen, es decir bajo la dependencia del yo que en
ella se enuncia.” (Wolf, 1979, 136)
Muchas otras formas pronominales y adverbiales adquieren en el discurso un
significado relativo a la situación en que se profiere el discurso mismo. Este problema
lingüístico se conoce como el aspecto de la enunciación en el lenguaje. Es Garfinkel
quien introduce esta problemática en la orientación sociológica con el término
indexicalidad.
Las expresiones indexicales son lógicamente las que marcan la inserción de las
frases, de los textos y de su significado en la ocasión, en la situación en que se
enuncian: la naturaleza indexical del discurso indica que éste está marcados por la
referencia de persona, espacio y tiempo que lo sitúan en un contexto.
El hecho crucial para la etnometodología es que la naturaleza indexical del
discurso común y de las prácticas cotidianas es ineludible e ineliminable: cualquier
actividad, acción y discurso es una actividad situada, es decir, realizada en un ambiente
cuyo significado es descriptible, explicable y demostrable, solamente mediante el uso de
elementos indexicales.
La “indexicalidad” del lenguaje se presenta como una justificación racional
usada por las personas para dar cuenta de la acción. La indexicalidad es así un elemento
20

que caracteriza profundamente el trabajo de construcción de la realidad social llevado a


cabo por los sujetos.

Según Coulon: la vida social se construye a través del lenguaje: no el de los


gramáticos y lingüistas, sino el de la vida cotidiana. Nos hablamos, recibimos órdenes,
respondemos preguntas, enseñamos, escribimos libros de sociología, vamos al
mercado, mentimos, participamos en reuniones, hacemos entrevistas, todo en la misma
lengua. A partir de esta constatación se desarrolla el cuestionamiento etnometodológico.
Las expresiones indexicales son expresiones como: esto, yo, usted, etc., que
adquieren significado en un contexto.
La indexicalidad son todas las circunstancias que rodean a una palabra, a una
situación. Indexicalidad es un término adaptado de la lingüística, esto significa que,
aunque una palabra tenga una significación transituacional, igualmente tiene una
significación distinta en cada situación particular.
La significación de una palabra o de una expresión proviene de factores
contextuales como la biografía del locutor, su intención inmediata, la relación única que
mantiene con su oyente y las conversaciones pasadas.
Para Garfinkel, las características de las expresiones indexicales deben ser
extendidas a la totalidad del lenguaje. Su convicción es que el conjunto del lenguaje
natural es profundamente indexical en la medida en que para cada miembro, la
significación de su lenguaje cotidiano depende del contexto en que aparece. Hablar de
indexicalidad significa que el significado de toda expresión es siempre local y que no
hay que generalizar.

o) Procedimientos “ad hoc” y “ad hocing”:


Gran parte de nuestras interacciones ayudan a manifestar o explicar la
correspondencia entre los comportamientos y las pautas requeridas, pretendidas,
esperadas, y a justificar acciones apropiadas a un “orden social”, es decir a las reglas
compartidas.
La concepción normativa del orden social no es de carácter objetivo, como
afirma la teoría sociológica, donde las actividades de la vida cotidiana están gobernadas
por reglas, sino que por el contrario, los sujetos perciben como ordenada la vida social a
partir de su interacción con otros, construyendo así un orden social compartido. De
esta manera podemos decir, que “el orden social es realizado”, y no encontrado. Las
21

reglas tienen “contornos confusos” que son completados por los actores de acuerdo con
sus actividades prácticas, aquellas encuentran significado solamente en conexión con
escenarios específicos, y en boca de actores específicos, quienes las invocan y usan para
afirmar y describir la racionalidad, coherencia, etc., de los cursos de acción.
En la vida cotidiana, además de la relevancia de las reglas, poseen importancia
crucial también consideraciones resumibles en las formulas: etcétera, a menos que,
déjalo estar. Garfinkel llama a estas consideraciones “ad hoc” y a su práctica “ad
hocing”: cuando se trata de seguir determinadas instrucciones, es decir cuando se debe
realizar un comportamiento regulado, las consideraciones “ad hoc” están siempre
presente.
A partir del modo en que son usadas y aplicadas las reglas en el ejercicio de las
actividades cotidianas reguladas, las consideraciones ad hoc siempre están presentes, ya
que las personas encuentran y descubren continuamente su aplicabilidad y finalidad,
durante el desarrollo de dichas actividades. Normalmente los procedimientos ad hocino
se tratan como residuos de imperfectas aplicaciones de las reglas, como imperfecciones,
pero en realidad son: elementos esenciales en la actividad de codificación, se usan con
el fin de reconocer aquello que de las instrucciones están hablando en última instancia.
Las consideraciones resumibles “ad hoc” y de las prácticas “ad hocing” son
“procedimientos para reconocer y usar las reglas”. (Wolf, 1979, 147)
Los modos en que son usadas y aplicadas las reglas en el ejercicio de las
actividades cotidianas, encuentran que las personas “descubren” continuamente la
aplicabilidad y la finalidad de las reglas, en las ocasiones en que ellas mismas son
aplicadas, a medida que tales ocasiones se desarrollan.
Aquello para lo que se supone a de servir la regla se descubre mientras es
empleada durante una serie de situaciones específicas. El uso competente de una regla
(o conjunto de reglas) se basa sobre la capacidad práctica del sujeto de identificar qué
acciones particulares son necesarias en circunstancias específicas para proporcionar el
normal reproducirse de un “normal estado de cosas”. El uso competente de
procedimientos formalmente prescriptos se convierte por tanto no en un problema de
observancia (o de desviación) del procedimiento, sino de trabajo evaluador,
interpretativo, con el que razonable y correctamente se ven las acciones situadas como
esencialmente apropiadas a las prescripciones de la regla, aun cuando la acción puede
estar en desacuerdo (i) con los procedentes a los que se puede apelar, (ii) con las
versiones idealizadas que los sujetos tienen sobre lo que la regla impone, (iii) con las
22

ideas de los sociólogos a propósito de los comportamientos prescriptos o proscriptos por


la regla.
Por consiguiente los procedimientos ad hoc brindan la posibilidad de negociar
la aplicación de la regla (y la salvaguardia de su definición formal en presencia de una
no aplicación sustancial) en un contexto especifico o a una ocasión precisa, uniendo así
una instrucción abstracta y formal con un contexto concreto, ordenado y descriptible.
Las prácticas de ad hocing no atentan contra la formalidad y el carácter absoluto de la
norma, sino mas bien, son una condición de su reconocimiento y practicabilidad (uso
cotidiano). Estas prácticas describen el modo en que funcionan concretamente las
reglas.

p) Prácticas de Glosa:
Habría que preguntarse que es lo que, en el lenguaje natural, consiente a los
locutores y a los destinatarios oír, y por otro lado testimoniar, la producción objetiva y
la objetiva exhibición de conocimientos de sentido común y de circunstancias prácticas
y razonamiento sociológico práctico. ¿Qué hay en el lenguaje natural que hace que
estos fenómenos sean observables-referibles, es decir fenómenos explicables?
El interés de la etnometodología se centra en mostrar que: los fenómenos
explicables (hechos sociales) son de arriba a abajo realizaciones prácticas. Tales
realizaciones prácticas se desempeñan como montaje mediante los cuales los locutores,
en las situaciones contingentes de discurso, significan algo distinto de aquello que ellos
mismos pueden decir con ese número de palabras, es decir como prácticas de glosa.
De modo que “articular una actividad significa a la vez, integrarla en una
descripción, en un comentario que la pone en relación con algún tipo de regla. La
enorme cantidad de interacción hablada con que acompañamos las secuencias de
acciones (y que normalmente consideramos como una realidad secundaria, de fondo,
casi superflua respecto a la significatividad de los meros hechos) nos sirve en cambio
para comentar, explicar, interpretar, clarificar, ilustrar, dilucidar, exponer, parafrasear
acciones cuyo significado no es, después de todo, tan independiente de esta glosa. Un
ejemplo de práctica de glosa se encuentra analizando secuencia de conversación: se
descubre que los participantes, en el curso de la conversación y como elemento
reconocido de ella, formulan la conversación misma, es decir, definen su naturaleza, el
curso, la acción, los detalles, etc.” (Wolf, 1979, 165)
23

Es un elemento banal para los participantes en una conversación el que ésta


exhiba, para los participantes que la sostienen, un carácter familiar de coloquio que se
auto-explica. Un individuo puede tratar partes de la conversación como ocasiones para
describirla, explicarla, caracterizarla, traducirla, resumirla, proporcionar el nudo de la
cuestión, tomar nota del hecho de que concuerda con las reglas, o bien observar la
desviación respecto de éstas. En otras palabras: un miembro puede usar alguna parte de
la conversación como una ocasión para formular la conversación misma.
De ahí el término formulating para indicar esta práctica de glosa: “en principio”,
“por ejemplo”,” en hipótesis”, “en el fondo es como si”, “etc, etc”, y otras…
“Las prácticas de glosa son métodos para producir comprensiones observables-
referibles en el seno del lenguaje natural. Estas constituyen múltiples modos de
evidenciar que es comprendido el discurso, y de que forma”. (Garfinkel, 1970, 343 en
Wolf, 1979, 166)
Las prácticas de glosa no son un fenómeno ocasional, episódico, raro, sino más
bien son constantemente realizadas en cada situación de uso del lenguaje. Las prácticas
de glosa no solo son lleva a cabo, sino también reconocidas por los miembros como
elementos constitutivos de la conversación en que son realizadas. Para los participantes
el hecho de que el formulating se produce es exhibido en el discurso, además las
prácticas de glosa (en cuanto característica visible de la conversación) son accesibles al
resumen o al comentario por parte de los participantes: el hecho de realizar el
formulating se convierte en objeto del discurso y de la negociación entre los
participantes en la conversación. La actuación social es siempre acción relatada,
explicada, justificada, glosada.

q) Teoría Práctica:
“Cada sujeto en la gestión de sus asuntos cotidianos, actúa como sociólogo y
emplea estructuras formales (actividades cotidianas) en su razonamiento sociológico
práctico. Se puede decir que las propiedades formales de las acciones cotidianas
consisten en el hecho de que los actores sociales realizan una normalidad perceptible de
los acontecimientos, es decir, los describen y los interpretan según categorías formales
que permiten tratarlos como normales.” (Wolf, 1979, 179)
Con el término “normalidad percibida de los acontecimientos” se hace referencia
los caracteres formales percibidos que poseen los hechos del contexto para el sujeto en
cuanto instancias de una clase de hechos, como por ejemplo: la tipicidad (probabilidad
24

de realizarse), la verosimilitud, la comparabilidad (con acontecimientos pasados o


futuros), las condiciones de su suceder (es decir sus relaciones causales), su situarse en
un conjunto de relaciones medio/fin (eficacia instrumental) su necesidad respecto a un
orden natural o moral.
Las propiedades formales de las acciones prácticas están por tanto constituidas
por el conjunto de conocimientos y expectativas de fondo que los sujetos usan como
esquemas de interpretación: con éstos, las escenas de interacción se hacen reconocibles
e inteligibles: tales prácticas con que se proporcionan explicaciones (resúmenes) de las
estructuras formales, incluyen los fenómenos del razonamiento sociológico práctico. El
razonamiento sociológico práctico es aquel que todo individuo socialmente adiestrado,
competente, desarrolla en la vida cotidiana para establecer, describir, captar su
normalidad. Sacks usa una bella metáfora para ilustrar lo que se debe entender por
¨teoría práctica¨, ¨razonamiento práctico¨. Imaginemos una exposición industrial en la
que hay una maquina que es descrita por un profano del modo siguiente: esta maquina
tiene dos partes, la primera cumple alguna actividad, mientras la segunda describe
simultáneamente en voz alta lo que hace la primera parte. Esta forma de describir la
maquina representa la perspectiva de sentido común según la cual las dos partes de esta
¨maquina comentadora¨ son el ¨decir¨ y el ¨hacer¨. Es decir, observando lo que la
maquina realiza, y escuchando lo que la maquina dice, el sujeto esta comprometido en
una teoría práctica. La teoría práctica requiere que se conozca en común con la maquina
el lenguaje que esta usa y que se conozca en algún lenguaje lo que la maquina realiza.
“La teoría práctica o el razonamiento sociológico es lo que desarrollamos cada
vez que se nos presenta el problema de proporcionar descripciones adecuadas, de
exhibir la racionalidad de la acción: en definitiva, cada vez debemos mostrar que
nuestra situación esta situada en un tipo concreto de relación con alguna norma y regla
social” (Wolf, 1979, 172)

r) Prácticas de resumen:
Las prácticas de resumen son procedimientos para hacer explicable escenas de
acontecimientos cotidianos. Se entiende que los resúmenes (justificaciones,
explicaciones, exposiciones) de los actores sociales son elementos constitutivos de
aquello de lo que éstos son resúmenes, de aquella realidad a propósito de la cual estos
resúmenes hablan, proporcionan descripciones, explicaciones, conexiones, valoraciones,
etc.
25

En el rendir cuentas de las acciones, en el explicarlas de forma racional


(resumibles), los sujetos producen la racionalidad de tales acciones y a la vez convierten
la vida social en una realidad comprensible, coherente.
26

PIERRE BOURDIEU

CONCEPTOS FUNDAMENTALES

Construcción de conceptos: En esta perspectiva teórica se hace referencia a


conceptos construidos, construcciones operadas por el investigador sobre la
realidad social. Es decir, “los hechos no hablan por sí solos”.
Ciencia Social Total: Puede entenderse como el rechazo al teoricismo como
actitud intelectual que opone resistencia a lo empírico, como también al
metodologismo, como tendencia que lleva a cultivar el método por sí mismo, y
a separar la reflexión sobre el método de su utilización concreta en el trabajo
científico. Todo acto de investigación de la realidad social, es por tanto,
empírico y teórico.
Estructuras sociales externas: lo social hecho cosas, plasmado en condiciones
objetivas. Se refieren a campos de posiciones sociales históricamente
constituidos.
Estructuras sociales internalizadas: Lo social hecho cuerpo, incorporado al
agente. Se refiere a habitus, sistemas de disposiciones incorporadas por los
agentes a lo largo de su trayectoria social.
Objetivismo y Subjetivismo: Entendidos como modos de conocimiento
teórico, es decir, modos de conocimiento de sujetos de conocimiento que
analizan una problemática social determinada. Este tipo de conocimiento se
opone al modo de conocimiento práctico, que es aquél que tienen los
individuos “analizados” (los agentes sociales que producen su práctica) y que
constituye el origen de la experiencia sobre el mundo social. Ambas maneras
son igualmente parciales, pero no irreconciliables.
Modo de pensamiento objetivista: Rescata las relaciones objetivas que
condicionan las prácticas (el sentido objetivo), pero no puede dar cuenta del
sentido vivido de las mismas, ni de la dialéctica que se establece entre lo
objetivo y subjetivo.
Modo de pensamiento subjetivista: Toma en cuenta el sentido de lo vivido de
las prácticas, las percepciones y representaciones de los agentes, sin considerar
27

las condiciones sociales y económicas que constituyen el fundamento de sus


experiencias.
Doble existencia de lo social: En las cosas y en los cuerpos. Las estructuras
sociales existen dos veces, es decir, lo social está conformado por relaciones
objetivas, pero también los individuos tienen un conocimiento práctico de esas
relaciones, e invierten ese conocimiento práctico en sus actividades ordinarias.
Habitus: Sistema de esquemas de percepción y apreciación, como estructuras
cognitivas y evaluativos que adquieren los agentes a través de la experiencia
duradera de una posición en el mundo social. Conjunto de relaciones históricas
incorporadas a los agentes sociales.
Campo: Consiste en un conjunto de relaciones objetivas entre posiciones
históricamente definidas. Un campo no es una estructura muerta, es un espacio
de juego que existe en cuanto tal, en la medida en que hay jugadores dispuestos
a jugar el juego, que creen en las inversiones y recompensas, que están dotados
de un conjunto de disposiciones que implican a la vez la propensión y la
capacidad de entrar en el juego y de luchar por las apuestas y compromisos que
allí se juegan. En su aprehensión sincrónica, los campos se presentan como
sistemas de posiciones y relaciones entre posiciones.
Estructura del campo: Es un estado, en el sentido de momento histórico, de la
distribución en un momento dado del tiempo, del capital específico que allí está
en juego. Es también un estado de las relaciones de fuerza entre los agentes o
las instituciones comprometidos en el juego. Es la propia estructura del campo,
en cuento sistemas de diferencias, lo que está permanente en juego.
Campos sociales: Espacios de juego históricamente constituidos con sus
instituciones especificas y leyes de funcionamiento propias.
El sentido de las prácticas: Apunta a reflexionar sobre las posibilidades de
aprender la lógica que ponen en marcha los agentes sociales que producen su
practica, que actúan en un tiempo y en un contexto determinado.
Condicionamientos sociales: Refiere a los condicionamientos que afectan la
producción del conocimiento sociológico en la medida en que le sociólogo
forma parte de un espacio de juego: el campo sociológico.
28

Estructuralismo: Quiere decir que existen en el mundo social mismo- no


solamente en los sistemas simbólicos, lenguaje, mito, etc.- estructuras objetivas,
independientes de la conciencia y de la voluntad de los agentes que son capaces
de orientar o de coaccionar sus practicas y representaciones.
Constructivismo: Significa que hay una génesis social de una parte de los
esquemas de percepción, de pensamiento y de acción que son constitutivos de
lo que se denomina habitus, y por otra parte, estructuras, y en particular los
campos y grupos, especialmente de lo que generalmente se llama clases
sociales.
Estructuralismo genético: El análisis de las estructuras objetivas – las de los
diferentes campos – es inseparable del análisis de la génesis, en el seno de los
individuos biológicos, de las estructuras mentales que son por una parte el
producto de la incorporación de las estructuras sociales, y del análisis de la
génesis de estas estructuras sociales mismas: el espacio social, y los grupos que
en él se distribuyen, son el producto de luchas históricas (en las cuales los
agentes se comprometen en función de su posición en el espacio social y de las
estructuras mentales a través de las cuales aprehenden ese espacio).
Pensamiento relacional: Identifica lo real con relaciones. Pensar
relacionadamente es centrar el análisis en la estructura de las relaciones
objetivas, lo que implica un espacio y momento determinado, que determina las
formas que pueden tomar las interacciones y representaciones que los agentes
tienen de la estructura, de su posición en la misma, de sus posibilidades y de
sus practicas.
Pensamiento sustancialista: Visión común del mundo social que sólo reconoce
como realidades aquéllas que se ofrecen a la intuición directa: el individuo, el
grupo, las interacciones.
Economía de las prácticas: Todas las prácticas pueden explicarse, incluso
aquellas que se pretenden desinteresadas o gratuitas, como prácticas
económicas, como acciones orientadas hacia la maximización del beneficio,
material o simbólico. Puede hablarse de diversas economías orientadas hacia
fines no estrictamente económicas, como la economía de la religión con la lógica
29

de la ofrenda, la economía de los intercambios lingüísticos con su lógica


específica y sus reglas propias de funcionamiento. Puede decirse que se
abandona la dicotomía entre lo económico y no económico, y se analizan las
prácticas económicas como un caso particular de una ciencia general de la
economía de las prácticas.
Economía de los bienes simbólicos: Es la lógica de aquellos universos sociales
que tienen en común crear condiciones objetivas para que los agentes que
juegan ese juego tengan allí “interés por el desinterés” (y por lo tanto estén
interesados). Se trata de espacios sociales, como el mundo del arte, religión,
política, ciencia, etc.
Capital: Conjunto de bienes acumulados que se producen, se distribuyen, se
consumen, se invierten, se pierden. Hay diferentes variedades de capital:
económico, cultural, social y simbólico, que constituyen la gama posible de los
recursos y de los bienes de toda la naturaleza que sirven a la vez de medios y de
apuestas a sus inversiones.
Capital Cultural: Ligado a conocimientos, ciencia, arte y se impone como una
hipótesis indispensable para rendir cuenta de las desigualdades de las
performances escolares. Puede existir bajo tres formas: en estado incorporado,
es decir, bajo la forma de disposiciones durables (habitus) relacionadas con
determinado tipo de conocimientos, ideas, habilidades, etc.; en estado
objetivado, bajo la forma de bienes culturales, cuadros, libros, diccionarios,
instrumentos, etc., y en estado institucionalizado, que constituye una forma de
objetivación, como lo son los diferentes títulos escolares.
Capital Social: Está ligado a un circulo de relaciones estables, y se define como
un conjunto de los recursos actuales o potenciales que están ligadas a la
posesión de una red durable de relaciones más o menos institucionalizadas de
interconocimiento y de interreconocimiento, o, en otros términos, a la
pertenencia a un grupo, como conjunto de agentes que no sólo están dotados de
propiedades comunes, sino que están unidos por lazos permanentes y útiles.
30

TEORÍA DE LA ESTRUCTURACIÓN: ANTOHONY GIDDENS

Dualidad de la estructura: “Estructura en tanto es elemento y el resultado de la


conducta que ella organiza recursivamente; las propiedades estructurales de sistemas
sociales no existen fuera de una acción, sino que están envueltas inveteradamente en su
producción y su reproducción”.
Estructura: “Reglas y recursos que recursivamente intervienen en la reproducción de
sistemas sociales. Una estructura existe sólo como huellas mnémicas, la base orgánica
de un entendimiento humano, y actualizada en un acción”.
Estructuración: “La articulación de relaciones sociales por un tiempo y un espacio, en
virtud de la dualidad de las estructuras”.
Hermenéutica doble: “La intersección de dos marcos de sentido como parte
lógicamente necesaria de una ciencia social, el mundo social provisto de sentido tal
como lo constituyen unos actores legos y los metalenguajes inventados por los
especialistas en ciencia social; hay un constante deslizamiento entre un marco y otro,
inherente a la práctica de las ciencias sociales”.
Integración sistémica: “Reciprocidad entre actores o colectividades por un extenso
espacio-tiempo, fuera de condiciones de copresencia”.
Integración social: “Reciprocidad de prácticas entre actores en circunstancias de
copresencia, entendida como continuidades en encuentros y disjunciones de
encuentros”.
Principios estructurales: “Principios de organización de totalidades societarias;
factores que intervienen en el acondicionamiento general institucional de una sociedad o
un tipo de sociedad”.
Propiedades estructurales: “Características articuladas de sistemas sociales, en
especial, características institucionalizadas, que se estiran por un espacio y un tiempo”.
Sistema: “El diseño de relaciones sociales por un tiempo y un espacio, entendido como
prácticas reproducidas. Los sistemas sociales se deben considerar en gran medida
variables por referencia al grado de sistemicidad que presentan, y raramente poseen el
tipo de unidad interna que se puede encontrar en sistemas físicos y biológicos”.

Bibliografía:
Giddens, Anthony: “La constitución de la sociedad. Bases para la teoría de la
estructuración”. Amorrortu. Buenos Aires. Año 1995. Páginas 395 a 399.
31

CONCEPTOS SOBRE DISTINTAS CORRIENTES SOCIOLOGICAS O


AMBITOS DEL CONOCIMIENTO DE LAS CIENCIAS SOCIALES

ETNOMETODOLOGÍA

Como la fenomología, la etnometodología se preocupa del mundo de la vida


diaria. En palabras de su promotor, Horold Garfinkel, parte de “tratar las actividades
prácticas, las circunstancias prácticas y lo razonamientos sociológicos prácticos como
temas de estudio empírico y por prestar atención a las actividades más comunes de la
vida diaria la tributada usualmente a los hechos extraordinarios, busca aprender acerca
de ellos como fenómenos en su propio derecho”. Sostiene que los estudiosos del mundo
social deben dudar de la realidad de tal mundo; y que al fallar en ver más
escépticamente el comportamiento humano, los sociologistas han credo una realidad
social ordenada que aporta una relación pequeña a la cosa real. Así desafía al concepto
sociológico básico de orden.
Por tanto, la etnometodología se preocupa por cómo la gente concibe su mundo
diario. Más especialmente, se dirige a los mecanismos por los cuales los participantes
alcanzan y sostienen la interacción en un encuentro social, las asunciones que hacen, las
convenciones que utilizan y las practicas que adoptan. La etnometodología busca así
entender los logros sociales en sus propios términos; se preocupa de entenderlos desde
dentro.
Al identificar los supuestos “dados por sentados” que caracterizan cualquier
situación social y las maneras en que la gente involucrada hace sus actividades
racionalmente contabilizables, los etnometodólogos emplean nociones como
cualitatividad y reflexividad. La cualitatividad se refiere a las maneras en que las
acciones y afirmaciones se relacionan con los contextos sociales produciéndolos; y al
modo cómo sus significados son compartidos por los participantes pero no
necesariamente se definen explícitamente. Las expresiones cualitativas son así las
designaciones imputadas a una ocasión social particular por los participantes con el fin
de ubicar el acontecimiento en la esfera de la realidad. Por otra parte, la reflexividad se
refiere al modo en que todas las explicaciones de posturas sociales –descripciones,
análisis, críticas, etc.- y las posturas sociales que las ocasionan son mutuamente
interdependientes.
32

HAROLD GARFINKEL Y LA ETNOMETODOLOGIA

Algún tiempo antes del surgimiento de la Etnometodología, Garfinkel fue


invitado a participar en un estudio en el cual los investigadores habían grabado
conversaciones en una sala de jurados a fin de examinar la forma en que éstos procedían
en sus deliberaciones. La situación de los jurados tenía un interés inmediato. Eran un
grupo de gente ordinaria que, en principio, podrían ser cualquier persona. Habían sido
convocados para tomar decisiones extremadamente importantes acerca de las vidas y los
dineros de otras de personas, pero sus recursos para tomar estas decisiones eran, en el
mejor de los casos, limitados. Tendrían que analizar hechos y llegar a conclusiones
acerca de cosas que transcendían completamente su experiencia personal, tales como
enfermedad mental, asesinatos, drogas o complejas operaciones financieras. ¿Cómo
podrían hacer esto? Después de todo, los jurados por lo general no eran personas
adiestradas en análisis de datos, antropología cultural, observación clínica o derecho
penal. De ninguna manera eran técnicos expertos en analizar los asuntos de otras
personas; ni siquiera habían practicado la actividad de ser jurados. No hay una cultura
familiar extensa acerca de esta actividad que pueda obtenerse de las madres, ni tampoco
un programa de capacitación de los candidatos para jurados. En estas circunstancias,
¿qué los caracteriza como jurados? ¿Cómo saben lo que deben hacer y si lo hacen bien?
Ya sea que supieran o no hacer lo que hacían, Garfinkel encontró, al examinar
las cintas, que lo hacían activamente. “Hacerlo” significaba, entre otras cosas, intentar
un razonamiento sociológico complejo:

Esos modelos de sentido común son lo que utilizaron los jurados para describir, por
ejemplo, qué tipos de personas culturalmente conocidos conducen en qué tipos de culturalmente
conocidos de formas, a qué velocidades típicas, en que tipos de intersecciones y por cuáles
motivos típicos.

Al decidir sobre tales programas los jurados no se sentían en libertad de inventar


procedimientos, sino que, por el contrario, querían ser justos y legales. Se preocupaban
por cosas tales como relatos adecuados, descripciones adecuadas y pruebas adecuadas.
De hecho, si estas personas hubieran sido científicos sociales, diríamos que estaban
utilizando y discutiendo “metodología”; pero ¿de donde podrían provenir sus “métodos
técnicos” y qué clase de métodos podrían ser? Garfinkel también formuló estas
preguntas.
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Aquí estoy enfrentado con jurados que hacen metodología, pero que la hacen en
el estilo de “ahora la ve, ahora no la ve”. Ciertamente no es la que usarían algunos de mis
colegas para seleccionar al personal de algún departamento de sociología. No es probable que se
dediquen a buscar jurados. Con todo, el interés de éstos últimos por tales problemas parecían ser
innegables.

Garfinkel acuñó el término “etnometodología” para denominar a las


metodologías que los jurados utilizaban en el proceso de la toma de decisiones.
Utilizada en esta forma, la “etnometodología” adquirió un significado perfectamente
razonable, si bien no dramático, muy similar al de términos como “etnomedicina” o
“etnobótanica” (que significan medicina popular, botánica popular). La
etnometodología se refería, más a una disciplina, a un tema. El tema sería la
“metodología” que utiliza la gente común y corriente en la vida cotidiana cuando razona
acerca de la sociedad y sus obras.
¿Quiénes podrían ser estas personas? ¿Serian personas legas o “del pueblo”, a
diferencias de científicos y sociólogos profesionales? ¿La etnometodología seria el
estudio del razonamiento popular en contraposición al razonamiento científico y lógico?
Podemos comenzar a responder estas preguntas al considerar la forma en que Garfinkel
se dedicó a estudiar el razonamiento práctico.

FENOMENOLOGÍA

Max Weber atribuyó a la ciencia social dos objetivos y dos métodos: la


explicación y la comprensión. Mientras que la explicación recurre a métodos de
pensamiento comparables a los de las ciencias de la naturaleza, la comprensión se
impone a medida en que el individuo humano es portador de sentido y atribuye a su
acción una significación subjetiva. El objeto de una sociología comprensiva consistiría
en restituir las significaciones mentadas por los agentes en sus acciones, en analizar las
conductas en tanto se orientan de manera significativa a otro y son generadoras de otras
interacciones. Lejos de reducir las relaciones sociales a hechos naturales o a “cosas”
(Durkheim), corresponde restablecer las relaciones intersubjetivas entre los agentes y
reconstruir sus motivaciones típicas (racionales o afectivas)
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La filosofía fenomenológica (Husserl), que centra su reflexión en el vivenciar


intencional y el análisis critico de las actitudes naturales proclives al determinismo,
aporto elementos de reflexión a una sociología fenomenológica.
A partir de estas preocupaciones generales (rechazo del objetivismo, empeño en
recuperar el sentido vivido y las intersubjetividades, tipificación de las acciones
sociales...), eran posibles muchas inflexiones
Jean -Paul Sartre propuso repensar el aporte del psicoanálisis freudiano según un
contexto fenomenológico: en L´etre et le néant (1943), desarrolla un análisis descriptivo
de las conductas de mala fe y de vergüenza en términos de intencionalidad y de
intersubjetividad, con cual esboza las posibilidades de un psicoanálisis existencial.
Alfred Schultz (1971) se propuso constituir la fenomenología del “mundo de la
vida” o “mundo de la experiencia vivida” (Lebenswelt) en el intento de retomar las
indicaciones de Weber, de Husserl y de Bergson. Continuando el análisis del “sentido
de la acción, insiste en las diferentes formas de la experiencia vivida (el proyecto, la
acción en vías de hacerse y la acción efectuada, los repertorios de conocimiento
individuales y su actualización...) Y continuando el análisis del mundo de la vida
cotidiana, pone de relieve la experiencia del “nosotros”, la del mundo familiar, opuesta
al mundo social y a sus significados constituidas por los lenguajes y las instituciones.
Los etnometodólogos, por ultimo, han retomado el tema fenomenológico de la
realidad social como producto de la actividad inter-subjetiva, y el de la multiplicidad de
los universos de representaciones, con lo cual prolongan las posibilidades abiertas por la
fenomenología en dirección a una teoría “constructivista” de lo social (Grafinkel, 1952,
1967).
La fenomenología constituye, por lo tanto, uno de los métodos de la sociología,
pero puede dar lugar a reinterpretaciones diversa, y su articulación con los métodos
elaborados con un propósito explicativo sigue siendo un problemas por resolver.

EL ENFOQUE BIOGRÁFICO

El enfoque biográfico en sociología tiene por objeto reconstruir las historias de


los individuos por medio de fuentes diversas e interpretar esos itinerarios en el contexto
de sus relaciones sociales. W. I. Thomas y F. Znaniecki, que se propusieron estudiar la
adaptación de los inmigrantes polacos en los Estados Unidos durante la década de 1920,
analizaron, además de documentos personales y correspondencia privadas, la biografía
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de cierto número de inmigrantes de origen campesino. Obtuvieron, por otro lado, relatos
autobiográficos en los que se invitaba a un inmigrante a reconstruir su propia trayectoria
y a expresar así sus propias percepciones, valores e interpretaciones. (Thomas y
Znaniecki, 1918-1920).
El enfoque biográfico puede revertir, entonces, diversas formas metodológicas:
sea que adopte una forma puramente autobiográfica (Lewis, 1964), sea que el sociólogo
corrobore los relatos personales por medio de informaciones externas, o bien que
procure reconstruir las trayectorias de cierto numero de actores sociales a través de
fuentes de información tales como estadísticas o cuestionarios.
Las lecciones que se pueden extraer de estas lecciones de vida son numerosas, y
el enfoque biográfico es aplicable a problemáticas diferentes. D Bertaux, quien ha
destacado la fecundidad de los enfoques biográficos, estima que el examen estadístico
de las historias de vida muestra cómo se perpetua, en Francia, la estructura de las clases
sociales de una generación a la que se sigue. El examen de los destinos personales de
este modo al estudio de los procesos “antroponómicos” por los cuales se reparten y
distribuyen los individuos en las diferentes clases y posiciones sociales. (Bertaux, 1976-
1977). Sociólogos del Québec han estudiado la “revolución tranquila” de su país a
través de numerosas historias de vida con el afán de reconstruir la diversidad de
experiencias personales (el “vivenciar”) y sus contradicciones (Dumont y Gagnon,
1973). V. De Gaulejac, recurriendo al mismo método, analiza las perturbaciones
psicológicas que debieron superar cuadros y dirigentes surgidos de medios populares.
(Gaulejac, 1987).
El enfoque biográfico resulta entonces un método muy fecundo, que no
necesariamente se opone a los enfoques cuantitativos, pero que puede resguardar de las
limitaciones de las tendencias positivistas y obliga a repensar la experiencia vivida de
los actores sociales.

INTERACCIONISMO

El estudio de las interacciones entre los individuos y entre los grupos se empezó
a hacer desde los comienzos de las ciencias sociales. Max Weber fijó como objeto de la
sociología comprender las relaciones entre loa actores y explicar su despliegue. En la
escuela durkhemiana, la obra de Marcel Gauss, Essai sur le don (1924), se puede
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considerar una investigación ejemplar sobre las interacciones antropológicas, los


intercambios en forma de don y contra-don. Marcel Muss demuestra allí, cotejando un
gran número de prácticas y de expresiones, el carácter universal de este tipo de
intercambio (y de interacción).
La obra de Alfred Schultz, que en este punto prolonga las indicaciones de Max
Weber, ha desarrollado un conjunto de modelos conceptuales que se proponen analizar
las interacciones y las relaciones intersubjetivas en los diferentes dominios de la vida
cotidiana (Schultz, 1971).
No obstante, son los trabajos de psicología social los que han ahondado los
estudios sobre las interacciones y han puesto de manifiesto sus diversas figuras desde
las interacciones inter-individuales (interacción simbólica) hasta las interacciones intra-
grupales. El campo de investigación y análisis experimental es de gran extensión, tanto
respecto de los estudios de los comportamientos individuales en las interacciones (Doise
y Palmonari, 1984) como respecto de los estudios de las dinámicas, de las interacciones
entre grupos (competencia, conflicto, categorización, proyección, identificación...)
Más allá de estos numerosos estudios se insinúa una concepción general de las
ciencias sociales que hace de las interacciones el objeto central de estas, y de los
métodos empleados en esos trabajos, su metodología fundamental.
El interaccionismo constituye, por lo apuntado, uno de los paradigmas de las
ciencias sociales, muy alejado de los paradigmas objetivistas y holísticos. Este
paradigma postula considerar a los sujetos como actores susceptibles de elecciones, de
iniciativas, de estrategias; hace del actor individual una unidad de análisis. Las
interacciones son vistas como la obra de los actores que inter-actúan en situación. Se
insiste en particular en los caracteres cognitivos, las competencias y ejecuciones de los
actores, sus saberes, sus expectativas, la gestión que lleven a cabo de sus roles
(Padioleau, 1986). Muchas orientaciones de investigación son posibles a partir de estos
principios, sea que se insta, por ejemplo, en los aspectos cognitivos o en las
dimensiones contractuales de las interacciones.
El trabajo de Irving Goffman sobre la vida en los asilos y sobre los rituales
sociales (Goffman, 1961, 1974) constituye un excelente ejemplo de un empleo fecundo
del paradigma interaccionista.

EPISTEMOLOGIA Y TEORÍAS
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Desde su aparición, las ciencias sociales se han visto recorridas por discusiones
que a menudo dan al observador la imagen de una incertidumbre en cuanto al carácter
científico de sus procedimientos y resultados. Para esclarecer el sentido estos debates, es
útil distinguir los diferentes niveles de discusión que recaen sobre dimensiones muy
distintas de la investigación: epistemológico, teórico, metodológico.
1. La crítica epistemológica concierne, como en todas las ciencias, a los
principios de producción de los conocimientos y de sus condiciones de posibilidad. ¿En
que condiciones es posible un conocimiento científico en el dominio de la vida
colectiva? ¿Cuáles son las reglas validas para el establecimiento de los datos, la
objetivación, el distanciamiento entre el observador y lo observado, la crítica de los
sesgos y las ideologías? ¿Cuáles son las reglas de los procedimientos de prueba? Estas
cuestiones han sido infaltablemente debatidas por las diferentes escuelas y por los
fundadores de las ciencias sociales. En este nivel de discusión, al contrario de lo que
cree una impresión común, se logra un acuerdo general sobre las exigencia lógicas de la
producción de los conocimientos (reglas de la objetivación, de la critica de los datos, de
la verificación). Esta reflexión epistemológica acompaña necesariamente al trabajo y
autoriza a distinguir la producción con ambición científica del ensayo y del discurso
ideológico.
2. La crítica teórica ya no concierne a las condiciones de posibilidad de los
saberes, si no a las diferentes interpretaciones que se dan de los hechos y de los cambios
observados. Conviene distinguir aquí dos niveles de discusión que corresponden a dos
grados de generalidad de las teorías: en el caso de las teorías generales (marxismo,
evolucionismo, estructuralismo…), que ambicionan explicar un vasto conjunto de datos,
la critica aplica una reflexión global acerca de los limites o las falencias posibles de esas
teorizaciones generales o “paradigmas”. En las teorías “de alcance medio” (R. K.
Merton), que se refieren sólo a un sector limitado de fenómenos, la critica puede
movilizar, con mayor facilidad, todos los recursos de las comparaciones y de las
validaciones que permitan introducir correcciones o revisiones.
3. La crítica metodológica no recae sobre las teorías, sino sobre los
procedimientos y las técnicas que se aplican en el curso de las investigaciones y
demostraciones. Constituye una parte importante del trabajo de crítica: más
especializada, a menudo reviste un carácter esotérico. Empero, no puede permanecer
por completo aislada de los debates teóricos, pues los procedimientos escogidos para
una investigación no dejan de guardar relación con los presupuestos lógicos y las teorías
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que les dan sentido. De hecho, las tres críticas que distinguimos aquí no pueden ser
aisladas completamente: se esclarecen y se enriquecen unas a otras.

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