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Jair García Ricárdez 607

FILOSIFIA EN NUESTRA VIDA DIARIA


Empecemos con la definición de la filosofía, es una ciencia que de forma cuidadosa
y detallada busca darnos respuestas a una variedad de interrogantes como por
ejemplo la existencia, la mente, la moral, la belleza, el conocimiento, la verdad, el
lenguaje entro otros. La filosofía trata de alejarse de lo espiritual, del esoterismo y
de la mitología al enfocarse en pruebas reales o racionales más que en argumentos
de autoridad. Los filósofos de la Antigüedad eran buscadores de sabiduría,
experimentadores dispuestos a arriesgarse por las ideas que defendían. Para ellos,
la coherencia pesaba más que la originalidad, y por eso sus planteamientos iban
más allá del mero discurso y se plasmaban en un modo de vida acorde a sus
pensamientos. Los antiguos, además de hablar, hacían lo que decían, y sus
lecciones se evidenciaban en el desarrollo del día a día: se trataba de un
aprendizaje no sólo auditivo, sino también visual: «No me digas qué es la sabiduría,
no me hables de cómo vivir bien. ¡Muéstramelo!», ésta era la premisa.
Séneca, el filósofo estoico de origen hispano, afirmaba que para tener una vida feliz
había que evitar desviarse de la propia esencia, de lo que nos define
profundamente: “Éste es el cometido más importante de la sabiduría: que las obras
vayan acordes con las palabras, que el sabio sea en todas partes coherente e igual
a sí mismo. ¿Quién podrá lograrlo? Unos pocos, y aunque la tarea es ciertamente
difícil, no pretendo que el sabio deba caminar siempre al mismo paso, sino por la
misma ruta”. Él nos dice que en nuestra vida tenemos metas o sueños, que
debemos tener en si la finalidad de cumplirlas y no dejarlas a media para que así no
pierdan ese valor que les damos.
Con relativa frecuencia en el transcurso de una conversación se escuchan
afirmaciones en la que los interlocutores enfáticamente hace referencia a “su
filosofía”, así, “su filosofía le dice tal, o cual cosa”, o su filosofía le permite o no le
permite hacer tal o cual cosa”, o “a partir de mi filosofía sostengo tal posición”, es
decir, la gente afirma que tiene una filosofía propia. Pero me pongo a pensar ¿qué
quieren decir cuando se afirman que poseen una filosofía propia? Si cada una de
las personas tuviera una filosofía propia ya sea por su mismo intelecto, de su
reflexión, como tener una posición diferente ante la vida que hace actuar en
consecuencia, sería imposible que hubiera un dialogo donde compartieran
experiencias, de convivencia. Cuando se afirma que se tiene una filosofía propia en
la práctica se está reconociendo que es importante tener nuestros fundamentos,
principios básicos que armonicen y organicen la propia visión del mundo, ideas que
sustenten el orden que queremos que exista. Entonces se reconoce, que tenemos
como rechazo a un mundo que carezca de comprensión, de lógica, en donde las
ideas y la conducta humana no tuvieran consistencia.
La filosofía vivida, adopta de las diferentes posiciones filosóficas algunos
elementos sueltos que han favorecido la cultura, siendo desde este origen una
diversidad de ideas que conviven sin descubrir las antinomias o inconsistencias que
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esto lleva en sí. En otros términos, se adoptan posiciones filosóficas


necesariamente eclécticas. Así, se hace convivir principios existencialistas con
principios funcionalistas, el idealismo con el materialismo, según fuere necesario y
conveniente. En la práctica se puede ser marxista, estructuralista, vitalista, idealista,
e incluso, cínico sin saberlo. La jerga filosófica, y cualquier jerga disciplinar, se
introduce en el diario vivir y es adoptado como uso corriente, tenga o no que ver con
lo que los filósofos que la crearon quisieron decir. Cuando se dice cotidianamente
tómalo con filosofía se está haciendo referencia sin saberlo a la filosofía estoica que
promovía la aceptación de las cosas con la más digna de las resignaciones. La
filosofía, pese a lo que se pudiera pensar no está recluida en claustros en donde
gente de aspecto raro y distante habla con palabras ininteligibles solo para iniciados.
Las ideas que la filosofía occidental ha creado a través de los siglos han encontrado
la manera de subsistir filtrado a través de los poros de la cultura, haciéndose
presente en el diario vivir. Interesante sería que la gente fuera capaz de identificar
el origen de las ideas con las cuales se identifica para poder asumir posiciones más
lúcidas y consistentes. El filósofo canadiense Lou Marinoff en su muy conocido libro
“Más Platón y menos Procaz” ha reconocido las bondades de la filosofía clásica en
la vida cotidiana, recomendando su conocimiento y aplicación como medio para
resolver y afrontar los problemas y conflictos de la vida cotidiana. Siendo así la
filosofía una efectiva fuente terapéutica en tiempos de confusión, como son los
presentes, en los que es un imperativo contar con “nuevos” recursos o medios para
acercarnos y comprender los dilemas con los que la vida cotidiana da.
Si la filosofía fuera un intento metódico y perseverante de introducir la razón en el
mundo, también entrará en nuestras propias vidas y hará nacer en nosotros ese
espíritu crítico que tanta falta hace en nuestra sociedad, en este mundo que a veces
se torna caótico, que es conformista, injusto y pasivo, para no aceptar sin reflexión
y por simple hábito una determinada manera de vivir.
Enriendo que cualquier vida humana es una vida corriente ósea una vida que
transcurre con el tiempo, en la historia e incluso n su propia vida personal, es propio
de cualquier ser humano, formar parte de su vida corriente, que es la única vida que
les ha tocado vivir y que donde ellos mismos pueden encontrar la felicidad o ser
infeliz, darle sentido a su vida o encontrar lo opuesto, la oquedad existencial ósea
una vida sin sentido. Es por eso que la vida ordinaria, como problema o como gran
tema, no es un asunto que sobresale o que tenga gran importancia, sino se trata de
un marco de referencia antropológico, como lo explica el filósofo canadiense
Charles Taylor en The Ethics of aunthenticity “La vida cotidiana es el tipo de vida
por la que transcurre la vida de todo hombre aún en situaciones extraordinarias
no importando el tiempo y lugar”. Cada ser humano es diferente y original y
dicha originalidad determina como debemos de vivir. La determinación de esa
vida es lo que respecta a libertad, e individualidad de los seres humanos, pasa
en la vida cotidiana, que se muestra casi siempre como un conjunto de ideas
desorganizadas, de allí la dificultad de delimitación propia. A mi parecer a través
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de la vida de cada día, los seres humanos trazamos las líneas del desarrollo de
nuestro propio pensar y personalidad en un determinando contexto tiempo-
espacio, que para que se torne favorable para la propia vida requiere la
autocomprensión del sentido de lo que implica vivir bien en nuestra vida
cotidiana, lo que se convierte en el bien propio para entender lo que significa la
grandeza de la vida ordinaria, de otra forma, la comprensión de la vida cotidiana
y su valor no resulta sencilla. Más bien puede convertir en algo incomprensible
envuelto en la rutina, con lo que se pierde el sentido de la vida.

Como dije anteriormente, Charles Taylor es de los pocos filósofos contemporáneos


que han abordado este tópico en su búsqueda de la identidad moderna. Para él
la afirmación de la vida cotidiana es uno de los aspectos relevantes de dicha
identidad, es "una de las ideas más potentes de la civilización moderna", "clave de
la cultura moderna", sobre la que se afinca como eje moral "la actividad productiva
y la vida familiar como hechos centrales de nuestro bienestar", con lo que vuelve
los ojos a realidades que para la civilización contemporánea, el mundo de la cultura
y las ciencias actuales, podrían resultar irrelevantes e incluso incomprensibles, por
no responder a ninguno de los paradigmas que conciben la vida que vale la pena
vivir en otros ámbitos existenciales distintos a la vida ordinaria. La cotidianidad de
la vida resulta, por ende, muy importante, porque en ella se encuentra la respuesta
a la pregunta por el sentido de nuestras vidas y se puede tener una mayor
conciencia de la propia identidad, de la actividad productiva y reproductiva, de la
responsabilidad y libertad en asuntos como la prosperidad propia y la de los demás,
la búsqueda del bienestar y la felicidad.
Es, pues, en la vida cotidiana donde empezamos a forjarnos como personas, donde
podemos realizarnos de manera plena, en términos de trabajo, producción y
descanso, en la vida matrimonial y familiar, en la vivencia del amor, la libertad y del
reconocimiento al otro. Por ultimo no dudo que a lo que habitualmente se entiende
como vida ordinaria, todos en alguna ocasión de nuestra propia vida vivimos alguna
situación extraordinaria. Es esto lo más normal. Hay otras personas que por sus
circunstancias particulares viven situaciones llamativas (extraordinarias o atípicas)
por un mayor periodo de tiempo, como puede acontecer con figuras públicas de la
política, del deporte, de la ciencia, de los negocios, del arte, o de aquellos que
adoptan modelos de vida que no responden a los esquemas de vida de la vida
ordinaria y dedican su existencia entera a esa actividad como acontece con el
trabajo castrense. Para todas estas personas su vida discurre temporal o
permanentemente, en esa "cotidianidad" específica, que es un tipo de vida que no
representa lo que para la mayoría de las mujeres y hombres concretos, es la vida
normal de todos los días. Para nosotros como estudiantes la filosofía nos ayuda a
descubrir las situaciones en que a veces nos vemos envueltos en nuestra vida
cotidiana.
Jair García Ricárdez 607

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1870-
879X2009000100001
http://www.filosofia.mx/index.php/perse/archivos/el_uso_de_la_filosofia_en_l
a_vida_cotidiana
https://es.scribd.com/doc/6248397/El-Valor-de-La-FilosofIa
https://static0planetadelibroscom.cdnstatics.com/libros_contenido_extra/34/
33644_Filosofia_para_la_vida_cotidiana.pdf

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