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FUNDACIÓN DE LA REPUBLICA DE GUATEMALA

La Creación de la República de Guatemala ocurrió el 21 de marzo de 1847 cuando


el presidente del Estado de Guatemala, capitán general Rafael Carrera y Turcios
firmó un decreto proclamando a Guatemala como República soberana e
independiente,1 separándola definitivamente de la patria federada centroamericana,
y se hizo llamar «fundador de la Nueva República». Con esta medida Guatemala
pudo iniciar sus acciones como Estado soberano y entablar relaciones con las
potencias europeas,2 y daba por el suelo a las aspiraciones del partido liberal de
instituir una república centroamericana.
Antecedentes
Rafael Carrera fue el último gobernador del Estado de Guatemala y el primer
presidente de la República. Asumió el poder en 1844, nombrado por el clero y el
partido conservador dirigido por el Clan Aycinena.Nota 1 Por ese entonces, José Milla
y Vidaurre era liberal, y le escribió este himno crítico y mordaz al teniente general
Carrera, himno que los liberales memorizaron de tanto repetir, a pesar de su escasa
calidad poética:3
Himno Patriótico, en loor del Exmo. Teniente general, R. Carrera Jefe del Ejército,
etc. con motivo de la expedición salvadoreña:
Quia pulvis es, et in pulverem reverteris
Porque eres polvo, y en polvo te convertirás
«Hijo de la miseria y de la nada «Excecrada y maldita tu memoria,
Tiranuelo opresor de un pueblo Excecrado será cuanto tú hiciste,
inerme Y si ha de hablar de ti, dirá la historia,
Zorra cobarde que acomete osada Que tú ni aun ser déspota supiste.
a un gallinero que tranquilo duerme.
Lobos, País, Carrera, veteranos
General, Director, héroe, caudillo; Del crimen, y en el terror de las banderas,
Arcángel, qué sé yo cómo te llaman. Farsa vil y burlesca de tiranos,
Entre bordados mal envuelto pillo Parodis de Cartuch son charreteras.
Ya los pueblos, de ti venganza Aycinena, Pavón fuera señores,Nota 2
claman. Fuera con vuestro rancio servilismo,
Por entre esa comparsa de malvados, ¿Soñásteis ser tal vez conservadores,
Digna guardia de honor de tu O darnos una burla del torismo?
persona,
Ellos van a pasar desesperados Honorable Marqués, no más Bretaña,
A romper en tu frente tu corona. No más status quo ni tiranía:
Vaya que su excelencia... no se engaña,
En pos del enemigo corres tarde, Sin el statuquo, por Dios, ¿qué haría?
teniente general, pues ha sonado [...]»
Al fin tu hora falta, tiembla cobarde,
Dentro de tus harapos de soldado.»
Tomado de: Hernández de León, Federico (30 de mayo de 1959). «El Capítulo de
las Efemérides». Diario La Hora..34
Como nota curiosa, debe indicarse que Carrera no sólo no persiguió a Milla y
Vidaurre, sino que dos años después, cuando Milla se hizo conservador, Carrera lo
invitó a formar parte de su gobierno, en el que sirvió en diferentes posiciones hasta
1871; Milla también llegó a ser amigo y consejero de Carrera.3
Intento de Colonia belga
En 1842, había arribado a Centroamérica un barco enviado por el monarca
Leopoldo I de Bélgica;5 cuando los belgas observaron las riquezas naturales que
poseía la región de Izabal, decidieron establecerse en Santo Tomas de Castilla y
construir infraestructura en la región. Carrera, aconsejado por Juan José de
Aycinena y Piñol les dio la región a perpetuidad a cambio de que la compañia pagara
dieciséis mil pesos cada año al gobierno de Guatemala.6 Los colonos tenían que
convertirse al catolicismo y adoptar la ciudadanía guatemalteca, pero tenían el
privilegio de tener su propio gobierno;5 también se comprometieron a dar al gobierno
guatemalteco dos mil fusiles, a construir un puente de metal sobre el río Motagua y
a construir un puerto en la bahía de Amatique, en la localidad de Santo Tomás de
Castilla.7 Además de las obras de infraestructura, Carrera consideraba que la
colonia de belgas católicos era una buena contención a las pretensiones de los
británicos protestantes y su contrabando comercial en Belice.8
Los primeros setenta y seis colonos arribaron junto con los fusiles prometidos y los
primeros sacerdotes jesuitas que regresaban a Guatemala desde 1765; el
representante de la colonia, Remy de Puydt prometió que otros setecientos colonos
arribarían en los próximos meses e iniciarían los trabajos a que se comprometió
para obtener la concesión.9 Se estableció así la Colonia belga en Guatemala, pero
las condiciones del área eran inhóspitas y empezaron a mermar rápidamente la
salud de los belgas.9 Para 1850, la colonia ya había fracasado, las obras de
infraestructura prometidas no se construyeron, y los colonos belgas se habían
dispersado al interior de la República de Guatemala.10
Colonización belga en 184411
Grabados y mapas elaborados por los belgas


Grabado de la bahía de Santo tomás de Castilla.

Mapa de la región del Lago de Izabal y del distrito de Santo Tomás. La región en
amarillo corresponde al área que había sido cedida a perpetuidad por Carrera para
la colonia belga.

Poblado belga en Santo Tomás.

Mapa de la colonia belga en Guatemala.


Creación de la República
Acta de fundación
La siguiente galería de imágenes muestra las páginas 73 a la 76 del libro
Recopilación de las leyes de Guatemala, 1821-1869 de Rafael Pineda de Mont,
impreso en 1869:1
Organización territorial
El 25 de febrero de 1848 la región de Mita fue segregada de Chiquimula, convertida
en departamento y dividida en tres distritos: Jutiapa, Santa Rosa y Jalapa.12
Específicamente, los distritos quedaron de la siguiente forma:

Distritos del departamento de Mita12

Distrito Listado

Incluyó a:
Jutiapa como cabecera, Yupiltepeque, Asunción y Santa Catarina Mita
Jutiapa y los valles aledaños que eran Suchitán, San Antonio, Achuapa,
Atescatempa, Zapotitlán, Contepeque, Chingo, Quequesque, Limones
y Tempisque; además, incluía a Comapa, Jalpatagua, Asulco,
Conguaco y Moyuta.12

Incluyó a:
Santa Santa Rosa como cabecera, Cuajiniquilapa, Chiquimulilla,
Rosa Guazacapán, Taxisco, Pasaco, Nancinta, Tecuaco, Sinacantán,
Isguatán, Sacualpa, La Leona, Jumay y
La fundación de la República de Guatemala
En Guatemala no se conmemora la fundación de la República de Guatemala, hecho
acaecido el 21 de marzo de 1847. De igual manera, la mayoría de guatemaltecos
ignora que el primer presidente de la República de Guatemala fue Rafael Carrera.
Antecedentes
El 22 de noviembre de 1824 quedó constituida la República Federal de
Centroamérica. Esta estaba formada por Costa Rica, El Salvador, Guatemala,
Honduras y Nicaragua. Juntas formaban un Estado federado, con un presidente y
un Congreso Federal, mientras que cada una conservaba un Estado con su propio
jefe o presidente de Estado. El último presidente federal fue el hondureño Francisco
Morazán, en tiempos en que el Jefe del Estado de Guatemala era Mariano Gálvez.
El intento por mantener unida a Centroamérica en un Estado Federal no fructificó,
pues no duró ni siquiera dos décadas. Como bien lo apunta Regina Wagner, “El fin
de la Federación empezó cuando cayó el gobierno liberal del doctor Mariano Gálvez
el 1º. de febrero de 1838” (WAGNER, 2009, p.10).
Luego de la caída de Mariano Gálvez, se produjo un efecto dominó con la
separación progresiva de cada uno de los Estados Federados:
Nicaragua se separó el 30 de abril de 1838, Honduras lo hizo el 28 de octubre de
1838 y Costa Rica, el 14 de noviembre del mismo año. El 1 de febrero de 1839 la
Federación Centroamericana quedó disuelta oficialmente. El Salvador no aprobó la
separación sino hasta 1841. Literalmente el único Estado sobreviviente de la
Federación era Guatemala.
Cuando Rafael Carrera asumió la presidencia del Estado de Guatemala, en 1844
existían las condiciones para crear la República de Guatemala, ya que, ante la
disolución de la República Federal, y ante las pocas probabilidades de revivirla, no
había más opción que establecer dicha república. Igualmente había presiones
externas para tal fundación. Tanto el cónsul general de la Gran Bretaña en
Centroamérica, Frederick Chatfield, como Rudolph Klee, cónsul general para
Centroamérica de las Ciudades Hanséaticas de Bremen y Hamburgo, y los reinos
de Hannover y Prusia, presionaron para que Guatemala se constituyera como
Estado independiente.
La fundación de la República de Guatemala
El 21 de marzo de 1847, el entonces Presidente del Estado de Guatemala, Rafael
Carrera, firmó el decreto número 15, con el que se fundó la República de
Guatemala. Un hecho tan relevante en la vida política de un país debería al menos
ser recordado. En nuestro país, y a partir del arribo de los gobiernos liberales en
1871, y cuyo poder se extendió hasta 1944, ocurrió todo lo contrario. Los gobiernos
liberales y sus intelectuales diseñaron una estrategia para borrar de la memoria
aquel hecho ocurrido el 21 de marzo de 1847. Y al parecer la estrategia funcionó
perfectamente.
En su proyecto de nación, los liberales consideraban que eran ellos los llamados a
llevar a Guatemala a la modernidad, al mundo civilizado. En su proyecto
modernizante ocupaba un lugar determinante romper con el modelo que los
precedió, es decir con el llamado “Régimen Conservador” (1838 a 1871). Ideólogos
liberales como el Doctor Lorenzo Montúfar platearon esa dicotomía conservador-
liberal, en la que ser conservador era ser retrógrado, atrasado, mientras que ser
liberal era ser moderno, civilizado. A propósito Víctor Hugo Acuña en su trabajo “La
historiografía liberal centroamericana: la obra de Lorenzo Montúfar (1823-1898)”,
señala lo siguiente:
Desde la Independencia, –dice Montúfar– los dos partidos políticos en que ha
estado dividido el país, han tenido diferentes denominaciones. Un partido se
llamaba servil o moderado, y otro liberal o fiebre. Los serviles no han insistido en
Centro-América, como en otros países en que se les llame moderados.
Probablemente, ellos comprenden que la historia de Centro-América es un
argumento terrible contra tal moderación. Quieren que se les llame conservadores.
No en todos los periodos de nuestra historia han podido tener esa denominación.
Pudo llamárseles conservadores cuando querían conservar el régimen español y el
imperio mexicano; pero no podían llamarse conservadores sino retrógrados y
reaccionarios cuando querían destruir la nación y las leyes liberales. Desde el 13 de
abril de 1839, los serviles pudieron volverse a llamar conservadores porque se
proponían conservar el solio ensangrentado de Rafael Carrera. (Lorenzo Montúfar,
citado por Acuña, 2006).
Fueron los liberales los encargados de crear el imaginario de nación más exitoso
que ha habido en Guatemala. Parte de su éxito fue borrar de la memoria y de la
historia al período que consideraban como edad oscura de Guatemala. Si los
liberales eran los paladines de la modernidad, era porque habían derrotado al lastre
conservador. Y su victoria no fue solo con las armas. La toma de la ciudad de
Guatemala, y del poder político aquel 30 de junio de 1871, cuando derrotaron al
último gobierno conservador, el de Vicente Cerna, vino acompañada de los
esfuerzos por desterrar para siempre al período que ellos mismos bautizaron como
Dictadura Conservadora.
“El discurso historiográfico desarrollado a partir de 1871 estuvo vinculado a la
construcción del Estado nacional, por lo que la historia y su utilización política
pasaron a ocupar un lugar privilegiado.” (Valladares, 1994:105)
En ese orden de ideas, los autodenominados liberales, decidieron que en su
proyecto de nación tendría más sentido la conmemoración de hechos como la
Independencia de Centroamérica del 15 de septiembre de 1821, que el de la
Fundación de la República de Guatemala. Estas ideas se trasladaron a la
historiografía y a los libros de texto de la época, como el del ya citado Lorenzo
Montúfar, “Reseña Histórica de Centro América (1878) o el “Curso de historia de la
América Central, desde tiempos primitivos hasta 1914 (José Antonio Villacorta,
1915).
Con el advenimiento del Centenario de la Independencia de Centroamérica,
celebrado el 15 de septiembre de 1921, los gobiernos liberales y sus intelectuales
le pusieron la guinda al pastel de la conmemoración de este hecho, y a la vez del
destierro de la fecha del 21 de marzo de 1847. Ni los gobiernos, ni los docentes, ni
los escolares supieron más de la Fundación de la República de Guatemala, ni de
su primer presidente, Rafael Carrera. En su lugar se vino, como hasta la fecha,
todas esas manifestaciones “cívicas” en torno a la conmemoración de la
independencia, como los desfiles escolares, los altares cívicos, y un poco más
adelante las antorchas.
Igual suerte corrió la figura de Rafael Carrera, borrada de la historia oficial. En todo
el país solo un paso a desnivel, en la ciudad capital, se inauguró con su nombre. En
el imaginario sobre Rafael Carrera mucha gente se limita a repetir que era
analfabeta y un ignorante que no podía ni escribir su nombre. En su lugar los
gobiernos liberales de la primera mitad del siglo XX elevaron a Justo Rufino Barrios
a la categoría de “El Reformador de Guatemala”. En su nombre de erigieron
estatuas, bustos y demás. Escuelas públicas, colegios, colonias y calzadas fueron
bautizadas igualmente con su nombre. Su rostro se estampó en el billete de cinco
quetzales. No hay un personaje laico que haya sido más reproducido en esculturas
que él.

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