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COMENTARIO:
Los profesores especializados en música son aquellos que deben instruir a todo el
alumnado, indiferentemente de las características de cada discente. El hecho de que la
enseñanza de la música sea para todos es simple, porque con la educación musical puede
desarrollarse en el educando tanto intelectual, corporal y sobre todo emocionalmente. Como
bien explica Stefan Koelch “Somos criaturas musicales de forma innata desde lo más
profundo de nuestra naturaleza”, queriendo decir que la música forma parte de
nosotros, al primitivo, y que mediante ella puede desarrollarse capacidad de identificar,
diferenciar emociones y más importante aún, comunicarse mediante ella. Por tanto, se
imparte música para colaborar en conseguir que cada alumno tenga una formación
integral y sus capacidades puedan desarrollarse en más o menos medida en los
ámbitos psicomotores, emocionales y cognitivos, dependiendo de las peculiaridades de
cada estudiante.
Diversas metodologías pueden emplearse para enseñar música, pero para que la
música alcance el valor que nosotros queremos fomentar en los alumnos, esta debe ser
lúdica y beneficiosa para ellos. Solo así, demostrándoles que mediante la música puede
uno comunicarse y divertirse indistintamente de su singularidad ya que, como bien
comentaban Eduard Punset y Stefan Koelch en el vídeo “Música, emociones y
neurociencia”, los niños con TEA es más fácil comunicarse a través de la música e
incluso la música es un vehículo para que estos niños se relacionen con otros e incluso
a relajarse, pero ya no solo hablando de niños TEA, ni alumnos sino de cualquier
persona. Por este hecho, la música debe formar parte de nosotros incluso antes de
nacer y durante toda nuestra vida, ya que la música manifiesta un comportamiento
social con otras personas permitiendo cooperación y comunicación.
“La música tiene esa capacidad de ayudarnos a cambiar nuestro estado de ánimo, si lo
deseamos” Stefan Koelch.