You are on page 1of 3

U NIVERSIDAD DE MÉxICO

Cuento y metaficción en México:


a propósito de liLa fiesta brava"
de José Emilio Pacheco
LAURO ZAVALA

urante los últimos quince años, casi estrategia de escritura (y de lectura de un

D desde la publicación en 1980 de Nar-


cissisticNarrative de Linda Hutcheon,
se ha sostenido en numerosos trabajos que
textocualquiera) en la que se ponen en evi-
dencia' de manera explícita o implícita, las
condiciones de posibilidad de la misma es-
la narrativa posmoderna en América lati- critura (P Waugh, 1984). Esta definición
na adopta la forma de metaficción historio- puede ser considerada como radical, pues
gráfica, de manera similar a lo que ocurre parte de! supuesto constructivista de que
con la novela europea y norteamericana toda interpretación es una ficción (es de-
(A. Pulgarín, 1995; R. Comejo-Parriaga, cir, una verdad cuyo sentido es contextua!),
1993). A partir de este supuesto se han rea- ydel supuesto de que las ficciones literarias
lizado numerosas investigaciones sobre la son sólo una de las muchas estrategias que
llamada novela posmodema hispanoame- utilizamos los seres humanos para dar n-
ricana (M. C. Pons, 1996; R. Williams, tido a nuestra experiencia.
1995) yse ha acuñado e! término Nueva Por otra parte, una definición muro
novelahist6rica para referirse a ella (S. Men- más sencilla, expresadadesde la perspectiva
ton, 1993). del lectorde textos literarios, podríaser, im-
Sin embargo, en todos estos estudios plemente, todo cuento o novela cuyo tema,
se ha dejado de lado al cuento, no sólo en principal o secundario, es precisamente 1
América Latina, sino también en Europa actode leero escribir un cuento o una n ve-
yen los Estados Unidos. En e! contexto de la. En muchas ocasiones, el cuento o n -
esta discusión, e! interés del cuento "La vela que el protagonsita puede estar leyen-
fiesta brava" (que para algunos podría ser do o escribiendo puede coincidir, al m n
considerado como una novela corta) con- en su título, con e! texto que el lector (real) 2. La narratKJ'CI mleUlficc'lonAl
siste en que se trata de uno de los pocos ca- se encuentra leyendo en ese momento. enM' .
sos (si no es e! único) de cuento hispano- La metaficción ha existido desde an-
americano al que se podría considerar como tes de la escritura de! Quijote, aunque hay
metaficción historiográfica. pocos textos paradigmáticamente moder-
Para desarrollar esta idea será necesa- nos que tengan tal diversidad de juego
rio presentar algunos antecedentes sobre autorreferenciales. Podría pensarse en otras
la discusión contemporánea acerca de la novelas canónicas, como Jaques el facalista
metaficción y la narrativa posmoderna. de Denis Diderot, Tristram Shandy de Lau-
rence Sterne y En-Natiar-Dos-Pájaros de
Rann O'Brien, entre muchos otrOS antece-
1. ¿Es posible teorizar sobre dentes de la metaficción novelística con-
la ~tafi.cción? temporánea.
Pero la atención recibida por estas y
Hay muchas formas posibles de definir a la muchas otras novelas durante las últimas
metaficción, y cada una de ellas contiene décadas tiene como referente crítico fun-
una serie de presupuestos acerca de la natu- damental el trabajo de la investigadora ve n
raleza del lenguaje, acerca de los procesos canadiense Linda Hutcheon. En Narcissis- turaleza metaticc::ior13 quede:lfleft;)1Un
de interpretación que ocurren durante la tic Narrative y varios trabajos posteriores, un in~erés;QU(: retUiO las fiontt70lllgcOllrlih
lectura de textos y acerca de la relación Hutcheon sostiene que no puede haber
entre la escritura y la reflexión teórica acer- una teoría de la metaficción, sino tan sólo tiva, m el C8liD IJIC "lq1l_" .......,..."'"
ca de esta escritura (M. Currie, 1995). implicaciones para la teoría literaria a partir de soIeOtJd. Yo elSUIJI'mlO LIt1fiOdl! IMmlU(1,
En estas notas adoptaré una defini- del estudio de la metaficción (L. Hutcheon, Tres trisres ti EnmMllJ'X:1 1.014 rNqt'r
ción según la cual la metaficción es una 1980: 155). desnuda.

.68.
UNIVERSIDAD DE MÉXICO

del comandante Aranda" (1949) de Alfon- lógico y sigue una secuencia cronológica
En el contexto mexicano, tan sólo
so Reyes, "Visión del escribiente" (1951) de lineal. En el caso del cuento mexicano, es-
durante el periad de 1967 a 19 2 el inv -
Octavio paz y "El nombre es lo de menos" ta tradición literaria caracteriza, por ejem-
rigad rnorteamericanoJohn Brushwood
(1961) de Carlos Valdés. Después de 1970 plo, al cuento de la Revolución mexicana
regi tra la publicación de varia docena
se publican "El grafógrafo" (1972) de Sa- y a las formas del realismo y las vanguar-
de n velas meraficei nal . Durante el año
vador El izando, "Relatos" (1978) de Ale- dias de la primera mitad del siglo. El cuen-
1967, cuando e publica la novela meta-
jandro Ro iy"Mephisto-Waltzer" (1979) to moderno surge en la segunda mitad de
ficci nal Morirás lejos de J sé Emilio Pa-
de Sergio Pitol, y más recientemente en- este siglo, y es en 1952 cuando se publica
checo, rambién publican otras impor-
rant novelas metaficcionales: Los juegos contramos algunos juegos metaficcionales Confabularío de Juan José Arreola. En los
de R n A il Fabila, Cambio de piel de en ciertos cuentos de Dante Medina, Gui- años inmediatamente siguientes se publi-
Carl Fuentes y El garabato de Vicente llermo Samperio, Vicente Leñero, Bárbara can otros libros de cuento indiscutible-
Jacobs, Martha Cerda yÓscar de la Borbo- mente modernos, como El Uano en Uamas
Leñero.
En losañ inmediaramenteposterio- lla. La metaficción es poco frecuente en el (1953) de Juan Rulfo, Los dras enmascara-
res tambi n e publicaron important s cuento mexicano, en comparación con su dos (1954) de Carlos Fuentes y ¿Águila o
n()vcl~ mexican de naturaleza metafic- presencia en la novela, lo cual
ciona!. Entre ellas podrían menci narse, a es otra razón para considerar
man ra d ilu tración, la iguiente: El a "La fiesta brava" como parte
hipogeosecrew (1968) de lvad rElizond , de una tradición narrativapo-
bsesioo drascirculares(1969)d u tavo co desarrollada en México y,
,in;:, ur largo dIas (1973) de J aquín- a la vez,como antecedente de
Anmmd ha n,Ellibrovado(l970)d una forma de escritura marca-
JOM: lOa Vi cns, Héroes convocados (19 2) damente experimental.
de Pa Igna i Tai 11, ABE EDerio o
B Dam (19 O)d Dani IL yvayPali-
nurodeM xi o(1977)d Femand delPa- 3. ¿Qué tiene
so, cntr' mu ha tras. la metaficción posmoderna
ría inter nt ña- quena tenga
lar u Morirás lej s una de la n vela la metaficcíón moderna?
m. tudi d d la narrativa mexicana,
¡unto n Lo de abajo (1916) de Mariano La idea central de estas notas
zu la, 1filo del agua (1947) d Agu tín consi te en señalar que la fic-
y, 'z, Pedro Páramo ( 1954) de Juan Rul~ ción yla metaficción posmo-
y La ml~erle de Anemio mz (1962) de demas son radicalmente dis-
',r1< s u nt . , tal vez, la n vela meta- tintas en el caso de la novela
fie 'ional m m d la literatura yen el caso del cuento. Mi in-
n TerraNo era (1975) terés está centrado en la teo-
unqu Iínter por u ría literaria, y por esta razón no
i nal aún tá por er propongo una comparación
entre los cuentos y las novelas, sino mos- sol? (1955) de Octavio paz. En los cuentos
trar la insuficiencia del modelo que sostie- contenidos en estas coleccionesse encuen-
ne que toda ficción posmodema es meta- tran elementos de la modemidad cuentís-
ficción historiográfica, pues esta definición tica: espacialización del tiempo, experimen-
no e aplicable al estudio del cuento mexi- tación con la estructura narrativa y con las
cano contemporáneo. reglas genéricas, y una intensificación del
Así, la pregunta central en esta discu- tono intimista del relato.
ión puede ser formulada en los siguientes Pero es precisamente en el periodo de
términos: ¿qué distingue a la metaficción 1967 a 1971 cuando se inicia un cambio
modema de la posmodema, y en particu- en la forma de escribir cuento en México,
lar cómo se presenta esta diferencia en el pues se adopta un tono lúdico y hay una
caso del cuento hispanoamericano? Para fuerte presencia del humor y la ironía. En
empezar a responder a esta pregunta es ne- este breve periodo se publican en México
cesario distinguir el cuento clásico, moder- La ley de Herodes (1967) deJorge lbargüen-
no y posmodemo. goitia, La oveja negra (1967) de Augusto
En este contexto podemos señalar Monterroso, Inventando que sueño (1968)
que el cuento clásico es epifánico, mono- de José Agustín, Álbum de familia (1971) de

.69 •
U NIVERSIDAD DE MÉxICO

Rosario Castellanos y El principio del placer en la que uno de estos personajes es el nan:ativ'3mí~[r
(1970) deJosé Emilio Pacheco, que inclu- director de la acción (Andrés, en su cali- COfIIlO cxu:rre en la
ye el cuento "La fiesta brava". dad de escritor), otro de ellos es e! actor
El cuento posmoderno, en e! que se (Keller, en su calidad de personaje) yotro
yuxtaponen elementos provenientes de la más es un espectador (Arbeláez, ensu cali-
tradición del cuento clásico y moderno, dad de lector).
puede ser definido como un cuento iróni- La superposición de tiempos imagina-
co, carnavalesco, híbrido, altamente inter- rios ytiempos históricos lleva a una super-
textual yque en ocasiones puede jugarcon posición de la realidad textual yla realidad
las fronteras canónicas para la extensión histórica, en la que esta última es engulli-
del cuento, llegando a rozar las fronteras da por la fuerza moral de aquélla. Pero si
de la novela corta o del cuento ultracorto, toda narración puede ser estudiada como la
respectivamente. transformación de las estructuras de poder lel,\
Ciertamente, "La fiesta brava" tiene en las que están inmersos sus personajes, en
todos estos rasgos, ypor ello es posible afir- "La fiesta brava" nos encontrarnos ante una
mar que este cuento es un ejemplo para- transformación de las funciones de! escri-
digmático de cuento posmoderno, inde- tor, el lector y los personajes. Al concluir
pendientemente de ser el único caso de la lectura de este cuento, el personaje que
metaficción historiográfica en la historia al inicio de! cuento es un escritor, ahora
de! cuento hispanoamericano. queda convertido en personaje de su propia
ficción, mientras e! autordel texto metafic-
cional (Pacheco) se convierte así mismo
4. El caso de "La fiesta brava" en el lector irónico de su propia ficción. ibli
'Y otros cuentos posmodemos Pero tal vez la transformación más impor-
tante sea la que se efectúa en relación con
Antes de concluir estas notas sería conve- e! lector del cuento de Pacheco, pues este
niente detenerse a observar algunos e!e- último es invitado a convertirse en el autor
mentas narrativos de "La fiesta brava", de su propia ficción, es decir, es confron-
que ha sido uno de los cuentos más estudia- tado con las estructuras que posibilitan la 1111"

dos en la historia del cuento mexicano creación de sus propias ficciones, y por lo
contemporáneo. tanto, es llevado a asumir un compromiso
Ya el título de este cuento tiene una con su propia condición histórica.
naturaleza irónica, al referirse de manera Éste es un cuento en e! que la intertex-
ambigua al título del cuento de José Emilio tualidad está al servicio de una transfor-
Pachecoyalcuentoque escribesu persona- mación de las funciones narrativas, de tal
je principal. A su vez, como ha sidoseñala- manera que e! lector termina siendo cóm-
do por la crítica, el título recuerda al uni- plice de un sacrificio ritual: el sacrificiode un
verso español, es decir, al lenguaje de una personaje que traiciona el universo moral
cultura dominante en el contexto del rela- de su propia ficción debido al rechazo de
to. A partir de ahí, e! epígrafe funciona co- su interpretación original de la historia.
mo intrigade predestinación, al anunciarla
pérdida de identidad que sufre e! protago-
nista, yque puede ser interpretada alegóri- Conclusiones
camente, en el contexto inmediatamente
posterior a la masacre estudiantil de 1968. La característica más específicade la narra-
Si reconocemos que, como ha escrito tiva posmodema, al menos en el cuento
Borges, todo cuento cuenta dos historias, contemporáneo, no es la presencia de me-
este cuento cuenta la historia de un cuen- taficción historiográfica, sino tal vez una
to y la historia de! cuentista que lo escri- intertextualidad itinerante, una especie de Waugh. Parri ia. Ml:azfiicaclJl l'Nn..!III". (Il'1d
bió, yque termina por borrarde su memoria errancia intergenérica, cuyo reconocimien- Praaice ofSdfCon.liCDC:J MclIlDn, lMcUlUn\.
el compromiso histórico que está en juego to es responsabilidad de! lector. Lond 19.
en esta escritura. Esto último lleva a reconocer que "La Williams. Raymond. TIte Aosrn_m
Desde esta perspectiva, los persona- fiesta brava" no podría ser el único cuento Larin AmeriaJ. ~
jes y los espacios narrativos están defini- hispanoamericano en el que hay una re- sisofTnah,
dos en función de una estructura de poder, flexión sobre las estructurasde poderqueson 1995.

.70.

You might also like